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SOBRE LOS ACUERDOS DE PAGO

CELEBRADOS EN JUICIOS-LABORALES
CON POSTERIORIDAD A LA SENTENCIA
FIRME
Autor: Dr. Nestor Arias
SOBRE LOS ACUERDOS DE PAGO CELEBRADOS EN JUICIOS - LABORALES CON
POSTERIORIDAD A LA SENTENCIA FIRME
 
 
En estas breves líneas me referiré a aquellos acuerdos celebrados entre el trabajador
( actor ) y el empleador ( demandado ) en el marco de un proceso judicial en el que ya ha
recaído sentencia  firme y por los cuales se modifica la cuantía de la sentencia y/o se
programa una forma de pago distinta a la establecida en ésta, de manera tal que aparejan
una merma en la entidad económica de la condena impuesta a la patronal perdidosa y/o la
fragmentación material , postergación o secuencialidad de su cumplimiento.-
 
Se trata de actos ( negocios jurídicos ) que se verifican con cierta frecuencia y cuya
naturaleza jurídica, requisitos de validez , incidencia frente a la relación creditoria ya
establecida ( rectius: declarada ) en la sentencia y ulterioridades en caso de incumplimiento
no se encuentran preestablecidos en el ordenamiento laboral, adjetivo o sustantivo.-
 
Ante todo, debemos reparar - aunque pueda parecer una obviedad- que se trata de
contratos ( art. 957 CCC ) y específicamente de contratos modificatorios , por cuanto las
partes  acuerdan modificar  los efectos de una sentencia firme.-
 
Ahora bien, desde el vamos debe desecharse que estos acuerdos constituyan
transacciones ( art. 1.641 CCC) ya que, existiendo sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada  o auto homologatorio firme de un acuerdo transaccional celebrado antes de la
emisión de la sentencia, no hay ya créditos litigiosos susceptibles de ser transigidos ni
proceso judicial en trámite que pueda finalizar  por transacción, como lo ha sostenido la
jurisprudencia:
 
“ La obligación tampoco es litigiosa si existe sentencia firme en la causa, pues no pueden coexistir
dos medios de terminación del proceso, uno normal -la sentencia- y uno anormal -la transacción-, por
lo que un acuerdo posterior a un fallo judicial firme no constituye transacción, sino un mero acuerdo
de pago” ( Recurso de queja en autos “Franccineli Nuria Ivana c/ Tellechea Karina s/haberes e
indem.ley”- Cámara de Apelaciones de Trelew, Sala A, 02.05.11. Cita: MJ-JU-M-64629-AR | MJJ64629
| MJJ64629
 
Por las mismas razones, estos acuerdos no son susceptibles de homologación.-
 
Tampoco se trata en todos los casos de convenios puramente modales, que se
limiten a establecer la forma en que se pagará la sentencia condenatoria u homologatoria,
desde el momento en que suelen incluir quitas en el monto originario de la condena, con lo
cual se aproximan a una novación objetiva ( art.933 CCC) y/o a una renuncia del trabajador
a derechos ya incorporados a su patrimonio en virtud de sentencia firme(art.945CCC).-
 
La nota característica de estos acuerdos post-sentenciales es, pues, que modifican la extensión
de la condena judicial y/o su forma y plazos de efectivización (sin afectación de la cosa
juzgada, que en tanto atributo del acto jurisdiccional firme permanece incólume, más allá
de lo que dispongan las partes sobre sus efectos patrimoniales concretos) reduciendo el
contenido económico de la sentencia y/o cuotificando o pautando temporalmente su
cumplimiento, mediante una renegociación privada del fallo ( resalto el adjetivo para
contraponer estos convenios con los acuerdos transaccionales, conciliatorios o liberatorios 
regulados en el art. 15 LCT ); renegociación ésta en la cual el trabajador asume un nítido
rol de pars inter pares, ejercitando en plenitud su facultad de disponer libremente de su
crédito, sin  restricciones legales ni injerencias oficiosas del órgano jurisdiccional( en
principio).-
 
Podría alegarse - erradamente, a nuestro entender- que al reconocerse al trabajador
esta plena libertad de negociación se contrarían las bases protectorias del Derecho del
Trabajo, que históricamente y siguiendo los principios tuitivos incardinados en el art. 14 bis
CN, ha venido articulando todo un sistema  de contrapesos legales para equilibrar o
contrarrestar la situación de hiposuficiencia fáctica del trabajador frente a la empresa , entre
los que se cuenta la intervención necesaria de la autoridad administrativa y/o judicial en la
celebración y aprobación de acuerdos con el empleador.-
 
Consideramos que ese cuestionamiento carece de sustento legal, ya que el sistema
protectorio del Derecho del Trabajo ( en lo que atañe específicamente a su proyección en el
juicio laboral) acompaña y ampara al trabajador desde el inicio de la demanda hasta la
sentencia definitiva que eventualmente acoja–en forma total o parcial-su pretensión,
cumpliendo así su función esencial y su razón de ser.-
 
Una vez firme la sentencia definitiva , nada obsta a que el trabajador disponga del
crédito laboral reconocido en el fallo, pues ello equivaldría a privarlo de realizar un acto no
prohibido por la ley ( art. 19 CN) y a adosarle, por su sola condición de trabajador, una
arbitraria restricción en su capacidad de ejercicio, sin que medie previsión legal o sentencia
judicial que así lo disponga ( art. 23 CCC); convirtiendo al juez laboral en una especie de
curador del empleado, quién debería obtener la autorización de aquél para realizar cualquier
gestión concerniente al mencionado crédito.-
 
Se instituiría de ese modo, de hecho, una inhibición parcial de las aptitudes patrimoniales
de un sujeto in bonis ,al sustraer del poder dispositivo del trabajador al crédito reconocido
en juicio; o  más específicamente, se le impondría al trabajador una incapacidad,
inhabilidad o prohibición de contratar no establecida en ninguna disposición legal especial 
(art. 1001 CCC).-
 
No empecen a estas afirmaciones las consabidas y previsibles invocaciones al orden
público y al principio de irrenunciabilidad de los derechos del trabajador, ya que ni aquél ni
éste resultan comprometidos por el solo hecho de que el dependiente, con posterioridad a la
sentencia firme, acuerde con la patronal determinadas condiciones de pago, aún cuando
éstas incidan en la integridad del crédito a percibir, por cuanto la imperatividad de los
estándares protectorios mínimos e inderogables( que fue o debió ser garantida por el juez
que dirigió el proceso y que dictó la sentencia u homologó la transacción o  conciliación)
no puede exorbitar su finalidad y derivar en la indisponibilidad del patrimonio del
trabajador ni en la extracomercialidad del crédito laboral reconocido en la sentencia ; y
porque la eventual renuncia manifestada por el trabajador en el acuerdo post- sentencial
( renuncia que en estos casos y como condición de validez debe ser onerosa- art. 945
CCC-) no recae sobre los derechos que en términos indeclinables e inabdicables le
reconoce la legislación del Trabajo sino sobre una porción de un crédito concreto y ya
devengado.-
 
Por otra parte, el trabajador que celebra este tipo de acuerdos dispone siempre del
efectivo repertorio de acciones previstas en el derecho común para los casos de vicios de
los actos jurídicos ( entre ellas, la acción de nulidad o reajuste por lesión, contemplada en el
art.332 CCC) y de incumplimiento, frustración e imprevisión de los contratos, ello sin
perjuicio de la potestad-deber atribuida a los jueces en la generalidad de los contratos, de
modificar de oficio aquellas cláusulas que afecten de modo manifiesto el orden público (
art. 960 CCC). –
 
Finalmente cabe señalar que el hecho de que tales acuerdos se presenten ante el juez
de la causa o se celebren en su presencia no varía su naturaleza de contrato de libre
discusión, ni puede suscitar una actividad jurisdiccional que vaya más allá del contralor de
sus cláusulas ( y su eventual modificación en caso de verificarse el supuesto previsto en la
última parte del citado art. 960 CCC).-
 
En conclusión: a) la facultad de celebrar acuerdos directos con el empleador, sin
intervención del juez y con posterioridad a una sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada, es una atribución inherente a la capacidad contractual del trabajador, sin que la
voluntariedad de su ejercicio pueda ser puesta en cuestión a priori, por el solo hecho de que
estos acuerdos reduzcan la extensión económica de la condena impuesta al principal o
modalicen su efectivización; b) la validez de los acuerdos celebrados en estos términos y
circunstancias sólo habrá de ceder- en el caso concreto- si es que portan alguno de los
vicios que conforme el derecho común son causa de nulidad de los actos jurídicos.-

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