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"La práctica física del yoga, unido a la enseñanza de las emociones y las técnicas de
relajación, es el mejor regalo que le podemos hacer a un niño para la salud y su
desarrollo".
"Un niño tras tomar clases de yoga, se encuentra a sí mismo, y al permitirle ser él tal
y como es, sus conflictos interiores salen sin miedo a la luz para poder calmarlos y
resolverlos".
Yaiza maria.
Presentación
Todo el mundo sabe o cree saber en qué consiste el yoga. Sin embargo, pocos son los
que saben que, con una adecuada adaptación, puede ser practicado por niños pequeños.
La adaptación de la expresión corporal y del yoga a los niños de la edad de cuatro y
cinco años, es la finalidad de este trabajo, hacerles practicar y amar estas técnicas
es, hacerles descubrir el “bienestar”.
Esta técnica se incorporó en otros países de Europa, Uruguay y Chile, como respuesta
positiva a la preocupación de muchos educadores y padres frente al problema de: “la
salud de las generaciones venideras”.
Beneficios físicos
-Mayor flexibilidad de las articulaciones, elasticidad y agilidad.
- Buen mantenimiento de la columna vertebral. Corrige los malos hábitos posturales.
- Fortalece y desarrolla la musculatura de espalda y abdomen, tonifica el cuerpo.
- Aumenta la energía y la vitalidad.
- Mejora de la coordinación psicomotriz.
- Desarrolla la fuerza y la resistencia corporal.
- Reduce el riesgo de producirse lesiones deportivas.
- Aprenden a respirar de forma más saludable.
- Mejoran los patrones del sueño.
-Desarrollo de la caja torácica.
-Masaje de los órganos internos.
-Estimulación de las funciones vitales (respiración y circulación sanguínea)
-Afinamiento de los sentidos
-Agilidad en la marcha
-Posibilidad de recuperación en caso de fatiga
Beneficios mentales
Esta respiración representa una verdadera educación para la salud. Tiene valor
preventivo, ya que reduce los riesgos de infección de las vías respiratorias, permite
una mejor oxigenación del cerebro, favoreciendo la atención y la memoria. Una
respiración amplia neutraliza los efectos devastadores de las emociones.
Los beneficios que nos aporta son muchos para enumerarlos exhaustivamente, por eso
decimos que es una de las bases de la higiene física y mental.
El estímulo excesivo que produce la vida moderna ejerce su primer efecto dañino al
sobreexcitar la mente. Existe una insistente demanda de los docentes para que se les
proporcionen medios para recuperar o desarrollar la atención en los niños. ¿Cómo
lograr aprender si ya no sabe escuchar? ¿Qué posibilidades hay de ser buen alumno si
no es posible concentrarse? Y es precisamente en este campo en donde el yoga puede
iluminarnos y suministrarnos las condiciones esenciales de mantención de la
concentración.
Sólo es posible la concentración si se logra unificar las tendencias dispersas de la
mente a fin de alcanzar un objetivo preciso, uno solo. La meta es reunir los manojos
dispersos de la atención, habitualmente repartida entre los diversos campos
sensoriales, para focalizarlos hacia un punto central que se convierte en el blanco.
La primera etapa es calmar la mente, la segunda consiste en permanecer
consciente para reproducir interiormente, a voluntad, las sensaciones y los conceptos.
Hoy día, el espíritu del niño está tironeado por distintos factores, familiares, sociales
y endocrinos. Nuestra tarea es tratar de corregir esos trastornos por medios
adecuados, y es preciso actuar inmediatamente por medios simples sobre el propio
ser.
Lo que puede y debe hacer el profesor es intentar volver al niño a su centro.
¿Cómo lograrlo?
No todos los niños tienen las mismas capacidades sensoriales, algunos serán más
visuales, otros más auditivos. Este factor es decisivo pues permitirá descubrir la
forma de enseñanza que mejor se adapte a cada uno. Si un niño es de tipo auditivo, no
basta con constatarlo, hay que tratar de desarrollar los otros sentidos para evitar el
desequilibrio.
- Técnicas de respiración
-Ejercicios de relajación
- Técnicas para trabajar la rabia con niños. Clase de yoga con cuento.
En realidad en las clases de yoga para niños se trabaja mucho más que una serie de
posturas y una relajación final. Cada clase tiene un tema especial en la que se
practican técnicas y ejercicios concretos que los niños necesitan para comprender
algo y llevarlo a cabo. El principal objetivo siempre es hacer comprender a cada niño lo
que pasa dentro de su cuerpo, de su mente y de su corazón (los tres tienen la misma
importancia), para saber cómo potenciar sus habilidades a la vez que gestionar sus
emociones en momentos difíciles. Se conocen a ellos mismos, y desde ahí es más fácil
que también comprendan y respeten a los demás.
En las clases hay que tener cuenta que el yoga es mucho más que un ejercicio físico. Es
también una práctica en la que los niños obtendrán una serie de herramientas nuevas
para aprender a controlar sus pensamientos, sus emociones y su carácter.
La idea es crear un entorno donde alumnos y profesora son un mismo equipo, pero a la
vez mantener especial atención en conocer y aceptar las diferencias de cada uno,
aceptarlas y quererlas por igual. Los niños se dan cuenta de que todos somos únicos,
que cada uno tiene una capacidad y un talento especial, pero que también todos
fallamos y nos equivocamos en muchas cosas, que el error es parte del éxito. Por tanto
no existe la competencia, uno nunca es mejor que el otro en algo, simplemente son
diferentes.
Ejercicios de respiración
Todos hemos apreciado el perfume de una bella flor, es una sensación relajante y
placentera, y este sencillo ejercicio es importante para los niños. Motívalo a que
imagine que huele una flor, dile que inhale por la nariz y exhale por la boca, liberando
una gran cantidad de aire. Sí, justo como si estuvieras suspirando. Bien, con
este movimiento de respiración el niño podrá liberarse de cualquier tipo de
tensión.
Respira y silba
Guía al niño a que respire por la nariz, inhalando profundamente y exhalando por la
boca soltando una especie de silbido lento y muy largo. La acción de exhalar
largamente va a permitir que el pequeño frene su velocidad interior si tiene algún
sentimiento de rabia o ira. Esta clase de respiración es magnífica para calmarlos y
tranquilizarlos.
Respiración de elefante
La respiración tipo elefante es muy divertida para los pequeños. Debes hacer que el
niño esté parado con los pies separados enlazando sus manos frente a su pecho y
colocando sus brazos frente al cuerpo hacia el frente. Hecho esto, indica al niño que
respire por la nariz mientras levanta los brazos llevándolos hacia la cabeza;
seguidamente, el niño debe exhalar por la boca mientras baja los brazos y los
posiciona entre las piernas. Te recomiendo que el pequeño haga este movimiento por 3
o 4 veces.
Respiración de la abeja
El niño debe descansar los codos sobre las rodillas y tapar las orejas con las puntas de
los dedos índices, introduciendo las puntas en los orificios de estos. Los dedos quedan
recogidos y relajados en la palma de la mano. La columna vertebral debe estar
estirada. El cuerpo debe estar relajado y con los ojos cerrados. Deben inspirar poco a
poco, hasta una plenitud cómoda, al espirar debe hacerlo lento y suavemente por la
nariz, emitiendo un zumbido que nace en el paladar y que resulta similar al que hacen
las abejas. La boca siempre permanece cerrada y los dientes ligeramente separados.
El niño emite el zumbido durante toda la espiración, intentando que sea uniforme, y
con un volumen moderado. También pueden experimentar con diferentes tonos hasta
que encuentren uno que le agrade.
Respirando juntos. Esta respiración es en pareja. Los niños deben sentarse espalda
con espalda, deben tratar de sentir la respiración del otro a través de la espalda. Cada
uno puede tener las manos sobre su vientre. Al inhalar notan como su cuerpo crece y
se expande, junto con el abdomen, y al exhalar se relaja todo el cuerpo. Deben animar
al niño a practicar al mismo tiempo la respiración, marcando los ritmos juntos. Este
juego también les encanta porque al tener contacto con otra persona les hace sentirse
más seguros, y les causa mayor interés.
Contando la respiración. Deben sentarse con las piernas cruzadas y la espalda recta,
en postura de meditación y se empieza llevando la cuenta de la duración de cada
inhalación y exhalación. Se trata de contar en segundos lo que dura cada una de ellas.
Puedes llevar los siguientes ritmos: Inhalo 1; exhalo 1, inhalo 2; exhalo 2... así hasta 5
u 8. También se puede hacer que la exhalación dure más que la inhalación: inhalo 4;
exhalo 8. Es un ejercicio de concentración a la vez que va llevando a la calma.
Ejercicios de meditación
¿Qué es la meditación?
“El arte de la meditación beneficia mucho a los niños. No solo les sirve de estímulo
para la visualización creativa sino que además potencia la tranquilidad. Constituye una
herramienta maravillosa para pacificar y aprender a controlar las emociones que los
pequeños no comprenden.
Cantando mantras. Los mantras es de las actividades que más les gusta a los niños.
Un mantra es una sílaba o palabra, sin ningún significado específico, pero sí con una
vibración especial. Al recitar mantras logramos que nuestra mente esté solamente
enfocada en ello, siendo un potente ejercicio de atención. A los niños les encanta que
se le explique qué cantamos mantras porque nos hacen sentir bien con nosotros
mismos. Nos sentamos en postura de meditación, cogemos aire por nuestra nariz, y al
soltarlo repetimos el mantra hasta que podamos, y seguimos repitiéndolo varias veces
seguidas. Podemos hacerlo mentalmente también. Algunos de los mantras son:
El entonar este mantra elimina miedos y satisface deseos. Adi Shakti significa el
"Poder Primordial", Sarab Shakti significa "Todo el Poder", y Pritum Bhagawati
significa "que genera a través de Dios". Este mantra nos ayuda a la hiperactividad.
Es más divertido si los inventan juntos. Pueden repetir un montón de veces palabras
como: amor, risa, felicidad, luz, relax, tranquilidad... e incluso frases como: me relajo
más... y más... y más... ¡Dejar al niño que encuentre su mantra para cada momento y ¡a
disfrutar!
Caminar. Seguro que les parece de entrada una actividad aburrida, pero tomar
conciencia del proceso de caminar de cada uno también es un ejercicio de meditación y
de concentración. En una sala donde dispongamos de espacio para hacerlo, empezamos
a caminar muy despacio llevando nuestra atención a nuestros pies. Tomar conciencia de
cómo se colocan al andar, de cómo movemos las piernas, de cómo se comporta el resto
del cuerpo... Decir a los niños que se imaginen que caminan sobre hielo. Tienen que
pisar muy despacio para que no se rompa, volviendo su cuerpo muy ligero. Ahora que
imaginen que caminan por la tierra, que sientan como toda la planta de su pie toca y
sienten la tierra. Y así lo que se os ocurra. El objetivo es que estén totalmente
centrados en las sensaciones que les produce. Eso sí, esta actividad es mejor hacerlo
en plena naturaleza y descalzos mejor.
Otro ejemplo de Maureen Garth en sus libros “Luz de estrellas”, “Rayo de luna”,
“Rayo de sol” y “Luz de la tierra”.
-Todas las meditaciones empiezan en una estrella, que es el foco para lograr las
condiciones de la meditación. También se puede escoger la luz de la luna o del sol.
Estos últimos mandarán al niño un rayo que lo inunda y que está dedicado solo a él.
- Después de la estrella, luna o sol, viene el ángel o cualquier personaje que le lleve al
lugar de la meditación. Tiene que ser un personaje que le dé seguridad, que le proteja
y le cuide.
- A partir de aquí, se pueden tratar todo tipo de temas agradables: El bosque con sus
animales, la playa, la montaña, los enanos, la nieve, las nubes… o cualquier tema que se
nos ocurra o estemos trabajando en el aula.
Es importante preguntar luego uno a uno, lo que han visto o hecho. Incluso se
puede dibujar.
El tono de voz:
Técnicas de relajación
Normalmente somos los adultos los que reconocemos el estrés al que estamos
expuestos por varios factores, y solemos buscar vías para combatirlo con actividades
que nos relajen y nos calmen. Esta misma necesidad no sólo existe en la edad adulta, si
no que cada vez más se sufre en la infancia y en la adolescencia. Se hace urgente el
enseñarle a los niños desde muy pequeños la importancia de sabernos relajar cuando lo
necesitamos. La meditación y la relajación les ofrecen a los más pequeños calma
interior, auto-control sobre ellos mismos y la mejora de su concentración y atención.
Podemos a partir de los 3 años enseñarle técnicas de relajación a través del juego y
de la música. ¡Siempre tiene que ser divertido y atractivo para ellos!
Cada niño es un mundo. No hay una edad determinada para que un niño logre relajarse
correctamente. Tampoco existe un tiempo concreto en el que el niño tenga que
aguantar totalmente quieto y calmado. Cada niño y niña tienen sus propios ritmos y su
propia personalidad, que harán que se relajen con más facilidad o no. Hay niños de 4
años que aguantan más tranquilos en una meditación que un niño de 10. Y por ello,
nosotros debemos conocerlo bien para saber qué es lo que mejor puede funcionar con
él, para ayudarle en el proceso y sobre todo para motivarlo a que a su propio ritmo,
vaya consiguiendo un nivel mayor de atención y concentración.
Las expectativas no ayudan. Podemos llegar a pensar que un niño de 4 años ya es mayor
para aguantar 2 o 3 minutos escuchando música en silencio con los ojos cerrados, o que
con 6 años ya están listos para tomar una meditación de 10 minutos sin
desconcentrarse. También pensamos que podremos practicarlo todos los días de la
semana pero, no todos los días se verán animados a hacerlo. Como he dicho antes, cada
niño tendrá su momento. Lo primero que hay que hacer, es borrar vuestras
expectativas, para dedicarnos a observar al niño, y seguir sus propios tiempos y
necesidades. Niño y adulto deben fluir para disfrutar de la actividad, sin parar a
pensar en el resultado que quieren conseguir. Lo importante es el camino, el momento,
el aprendizaje.
Buscar el interés del niño. Es vital que el niño se vea interesado en realizar la
actividad. Para ello lo básico es buscar un momento en el que a él le apetezca, y para
llamar su interés tiene que ser un juego para él. Si son muy pequeños les encanta
empezar cantando, o tocando algún instrumento que se usa para ello, como una
campana o triangulo por ejemplo. La selección de la música también les produce
curiosidad, puede ser música de la naturaleza, y le podemos preguntar dónde le
gustaría imaginarse ¿en la playa? ¿En una montaña? Insisto, si hacemos al niño
partícipe de la actividad, tendrá más éxito. Él tiene derecho a elegir, y además, es
importante seguir sus preferencias en estos ejercicios, de alguna manera nos están
expresando qué es lo que necesitan en ese momento.
Seamos su ejemplo. De nada vale que les enseñemos a los niños a reconocer sus
emociones y frustraciones, y a saber controlarse cuando se enfadan o se estresan, si
ven que nosotros ni sabemos controlarlos ni practicamos la relajación ni nada de nada.
Si de verdad estamos interesados en que nuestros niños aprendan a relajarse, a
respirar correctamente y a gestionar sus emociones, deben de ver que nosotros somos
capaces de hacerlo. Nosotros seremos su inspiración, su ejemplo, sus héroes. Y para
eso no vale que nos inventemos las cosas, tienen que vernos en acción. Quizás es la
parte más difícil, pero debemos ponerle empeño.
Relajación guiada. Tumbados en una colchoneta o manta boca arriba, ponemos una
música de relajación, y guiaremos con nuestra voz al niño hacia un lugar agradable con
su mente. Al principio empezamos pidiéndole al niño que tras cerrar los ojos, se fije en
su respiración, tratando de calmarla, que empiece a relajar su cuerpo, parte por parte,
y al final, se le pide que se visualice en un lugar, una playa por ejemplo. Le pedimos que
se vea a él mismo en ese lugar, sintiendo la arena, el agua, la brisa, el olor a mar, etc.
Cuanto más detalle pueda percibir, mayor será su estado de relajación. Lo más
importante de esta técnica, es que si se encuentran realmente en un estado profundo
de relax, podremos trabajar con su subconsciente a través de visualizaciones
creativas. Se puede hacer con niños de 4 años, pero es a partir de los 6 cuando
realmente pueden llegar a conseguir realizar esta práctica con éxito. Pero insisto,
depende de cada niño y de la constancia también.
¿Cómo proceder?
Habrá que elegir los ejercicios dentro de las cuatro series que proponemos a
continuación, sin perjuicio de los que elijamos dentro de las 6 etapas definidas
anteriormente, a fin de que sean distintas cada vez y trabajando los diferentes
aspectos planteados:
Ejercicios para:
1- Calmar
2- Despertar
3- Equilibrar
4- Recentrar
Todos los ejercicios que se proponen actúan a la vez sobre lo físico y sobre lo mental,
aunque con ciertas dominancias según los ejercicios.
Las series para Calmar y Equilibrar van dirigidas tanto a lo físico como a lo mental. En
los ejercicios para Despertar, lo dominante es la acción sobre lo físico y la
serie para Recentrar se dirige preferentemente a lo Mental.
La respiración
consciente (2
Variantes +)
La respiración
alternada
Posturas: Las posturas deben ser realizadas paso a paso, para que aprendan como
llegar a ellas. Deben disfrutar haciéndolas y no deben permanecer en la asanas por
mucho rato.
Relajación: Después de haber terminado la secuencia de yoga, se deben realizar los
ejercicios antes mencionados. Para así hacer la costumbre y necesidad de relajar los
cuerpos y la mente
Práctica
Todos los psicólogos concuerdan en que la profesión docente vuelve frágiles a las
personas. Dicho de otro modo, el sistema nervioso comúnmente no se
beneficia, para los educadores, la práctica del yoga es un salvavidas. También es una
oportunidad cuando los efectos del estrés actúan con fuerza en el terreno escolar,
reflejo de la vida.
Para enseñar ejercicios inspirados en el yoga es imperativo el practicar yoga uno
mismo, ya que el yoga debe vivirse desde el interior, va dirigido al sentimiento, por eso
es que quien desea transmitir esta enseñanza debe experimentarlo por sí mismo.
¿Cuáles son las cualidades necesarias para los ejercicios que propongo?
- Estar motivado y convencido
- Conservar una calma a toda prueba (esto se refleja en el rostro y movimientos)
- Utilizar un flujo de palabras lento, timbre modulado, saber crear un clima de
escucha
- Describir y realizar los ejercicios simultáneamente con los chicos.
- Alegría de vivir y buen humor
- Sensación de conformidad con uno mismo
- Posibilidad de vivir en armonía con uno mismo y los demás.
Todo esto debe corresponder a las posibilidades de los chicos de acuerdo a su edad y
teniendo en cuenta sus necesidades, sobre todo en los ejercicios para desarrollar la
Concentración.
Los ejercicios inspirados en el yoga para niños son agradables, motivadores y
respetuosos de sus necesidades, de ahí su complementariedad con la Expresión
Corporal.
Asanas
Esta postura ayuda a preparar el cuerpo y la mente para la práctica de yoga. Elimina la
ansiedad y relaja los músculos, además de enfocar la atención en la respiración.
Postura del niño: Bala significa “niño”. Balasana es una postura de relajación. Se les
dice a los niños: Siéntate en los talones, lleva la frente al piso y los brazos a los lados
del cuerpo. Respirar y relajar todo el cuerpo: cuello, hombros, brazos, manos, espalda
y estómago. Suavemente y con la ayuda de las manos, sube sentándote en los talones.
Esta postura se usa después del perro, barco y de la cobra. Calma la mente, alivia la
fatiga y el estrés.
Postura de la montaña: Tada significa montaña. En Tadasana, el cuerpo está recto
como una montaña y los pies firmes contra el suelo. La postura es más serena que
rígida. Se les dice a los niños: Cerrar los ojos y observar tu cuerpo como una gran
montaña, puedes sentir que estas llenas de roca o de nieve. Esta postura ayuda alinear
el cuerpo, enseña a pararse correctamente y fortalece los músculos de muslos,
rodillas y tobillos y ayuda al pie plano. (5 respiraciones)
Postura de árbol: Vrksa= “árbol”. Vrksasana – Postura del árbol es una postura de
equilibrio. El pie apoyado en el suelo es como la raíz de un árbol y los brazos estirados
como sus ramas. Se les dice a los niños: ahora imagínate que eres un árbol, tus pies
son las raíces, tus piernas son el tronco y tus brazos son las ramas en las que pueden
crecer flores o frutas. Ahora apoya tu pie derecho al interior del muslo izquierdo,
lleva las manos al centro del pecho en Namaste, cuando este estable sube los brazos
arriba de tu cabeza y estírate para que tus ramas lleguen al cielo, luego cambio de
pierna. Esta postura ayuda a desarrollar el equilibrio, la concentración, además de
calma, fortalece las piernas y pies y reduce el pie plano.( 4 respiraciones)
Postura de triangulo: Uttihita significa “extendido” o “estirado” y trikona significa
“triángulo”. Uttihita Trikonasana es una postura que pretende estirar el lado del
cuerpo. Las caderas deben estar alineadas hacia delante. Se les dice a los niños:
Colócate en la postura de la montaña, salta separando brazos y piernas, gira el pie
derecho hacia afuera, tomo aire y exhala entiendo el cuerpo desde la cintura hacia el
lado derecho. Con tu mano derecha toma el tobillo derecho y el brazo izquierdo
extiéndalo hacia arriba, gira la cabeza hacia arriba mirando tu mano y luego el otro
lado. Esta postura ayuda a fortalecer la espalda, las caderas, las piernas y los pies.
Ayuda a la ansiedad y el pie plano. (4 respiraciones).
Postura del perro: Adho quiere decir “hacia abajo”, mukha “cara”
y svana “perro”. Adho Mukha Svanasana se basa en los movimientos del perro al
estirarse hacia abajo. La columna y las piernas se estiran mucho en esta postura. Se
les dice a los niños: arrodíllate, con las piernas separadas con la espalda recta, apoya
los dedos de los pies en el piso, inhala y presiona con las manos estirando los brazos y
las piernas, mantén la postura unos segundos, al bajar quedas en la postura del niño.
Esta postura ayuda a relajar la mente y alivia el estrés. (4 respiraciones)
Postura del gato:Marjaryasana. Marjary viene del sanscrito que significa gato y
asana postura. Se les dice a los niños: arrodíllate, con las piernas separadas con la
espalda recta, apoya los dedos de los pies en el piso, inhala y curva tu espalda hacia el
suelo, levantando cola y cabeza. Esta postura ayuda a flexibilizar la columna, relaja el
corazón y alinea todos los órganos.( 4 respiraciones).
Postura del barco: Dhanura quiere decir”arco”. En Dhanurasana – Postura del arco el
cuerpo adopta la forma de un arco. Los brazos se enganchan a los tobillos y se tensan
como si fueran las cuerdas de un arco. Se le dice al niño acuéstate boca abajo con los
pies juntos y toma tus tobillos con las manos. Al inhalar eleva el pecho, los hombros, la
cabeza y la mirada al pecho. Al exhalar, baja suavemente llegando al pecho y la cabeza
al piso, suelta las piernas y descansa Esta postura estira completamente la parte
delantera del cuerpo y estira los músculos de la espalda. .( 2 respiraciones)
Postura de relajación: Sava “cadaver”. En Savasana – Postura del cadáver el cuerpo
permanece quieto, con los músculos completamente relajados. La actividad mental se
reduce al mínimo y se profundiza la respiración y los ojos cerrados. Y se realizan los
ejercicios de relajación nombrados anteriormente.(5 minutos)luego volver a la posición
del indio, las manos en namaste y cantar shanti,shanti,shanti hari ommm(paz para el
cuerpo,la mente y el espíritu. Esta postura alivia el estrés, calma, alivia el cansancio,
el dolor de cabeza y entrega una sensación de paz y plenitud.
ASANAS DINAMICAS
SALUDO AL SOL
Técnicas para trabajar la rabia con niños.
Nos quejamos de los continuos enfados de un niño pero ¿Les damos las herramientas
adecuadas para que sepan o eviten que su enfado llegue a un nivel alto y más difícil de
calmar? ¿Les damos las herramientas suficientes para que un niño sepa reconocer que
está enfadado y que desde ahí pueda resolver casi por sí mismo esa situación?
¿Les enseñamos herramientas con las que entiendan que enfadarse no sirve en la
mayoría de los casos para algo bueno?
Habrá muchos padres y maestros que sí, pero estoy segura de que la mayoría tiene que
responder un ROTUNDO NO a estas 3 preguntas. Bueno, a no ser que entre estas
herramientas cuenten los castigos, la silla de pensar, el no comprender su enfado y
reprimir sus emociones o el dejar sólo al niño mientras está pasando por una rabieta.
¿Es eso una buena herramienta? Un ROTUNDO NO otra vez.
Es imposible evitar que los niños se enfaden, al igual que es imposible que un adulto se
enfade. Lo que es posible, es que le hagamos entender desde que son pequeños que
enfadarse en determinados ocasiones es normal, que a todos nos pasa, pero que poco a
poco nosotros podemos evitar que el enfade nos controle antes de que hagamos cosas
que nos hagan daño a nosotros y a los demás. Los niños necesitan ejercicios y técnicas
para poder manejar su rabia y su ira. Técnicas que sean respetuosas y empáticas hacia
ellos y su entorno.
Dejando que un niño llore sólo ante una rabieta sólo conlleva a que el enfado le
controle más, le lleve a un alto estado de estrés y de alerta innecesaria que luego le
llevará a estar más cansado e irritado. Y lo peor de esa situación es que lo que el niño
ha aprendido es que cuando se enfada, se siente muy mal pero no comprende el por
qué, no sabe controlarse y encima su familia tampoco lo entienden y lo ignoran. Piensa
que lo que le pasa no es suficiente importante y acaba reprimiendo emociones que a la
larga les causarán varios problemas físicos y emocionales. No es que no puedan
controlar su enfado, ¡es que no saben!
Canción. Sentados en círculo cantamos “La flor mágica”, para ir conectando con la
clase y relajándonos.
Asamblea. Seguimos en círculo y les explico a los niños que vamos a conocer un poco
más acerca de “la rabia” y “el enfado”. Les pregunto si saben lo que es una rabieta y si
alguna vez han tenido alguna. Aprovecho y les animo a que cada uno de ellos cuente una
situación en la que se enfadaron mucho, o algo por lo que se suelan enfadar muy a
menudo.
Nos levantamos y jugamos a “Estatuas y emociones revueltas”. Cada vez que diga
“Estatua enfadada” tenemos que quedarnos quietos con cara de enfadado, y así con las
demás emociones. Si digo “Estatuas revueltas” todos nos movemos sin parar por todas
partes. Este simple ejercicio sirve de calentamiento y hace que los niños relacionen las
emociones con su cuerpo y sepan identificarlas. Podemos hacerlos con niños de 3 a 6
años, les encanta.
Les leo el cuento “Vaya Rabieta” y hacemos las actividades. (Grupo de 3 a 6 años).
Mientras se lee el cuento se puede aprovechar para hacer alguna pregunta acerca de
cómo se siente el protagonista en ese momento, si entienden por qué se siente así, y si
a ellos también les pasa alguna vez.
Pequeña sesión de yoga. En este punto practico con los niños unos 20 min. Varias
asanas de yoga que les ayude a calmarse a la vez que busco el que se fortalezcan y
estiren su cuerpo. Suelo hacer algún ejercicio de Yoga Namaskar (Saludo al sol, a la
luna, a la estrella…) y luego si son pequeños posturas de animales.
Relajación final. Les pido que se tumben uno a uno boca arriba. Pongo música de
relajación y les dirijo hacia su respiración. Si aún las tenemos, les voy quitando las
pegatinas rojas una a una, y cuantas más nos quitamos, más relajados estamos.
Visualización guiada hacia un lugar agradable.
La respiración. Es la herramienta número uno que habría que enseñar a los niños
desde muy pequeños. Quien controla su respiración controla su vida dicen. Por tanto, lo
primero que debe hacer un niño o adulto para controlar su enfado es controlar su
respiración.
La caja del enfado. Pensamos en algo que nos enfada mucho y abrimos la caja. ¡¡ES
EL ENFADO!! El enfado que hay dentro de la caja lo simbolizo con una tela roja que me
pongo encima y se apodera de mí y no me deja ni ver ni pensar con claridad. Cuando
tengo encima la tela (el enfado) me choco con los demás, tiro cosas sin querer, estoy
confuso al no ver la realidad, como cuando estoy muy enfadado. El que tiene la tela
cuando se siente a meditar podrá quitársela. “Cuando meditamos el enfado
desaparece”. Este ejercicio que sepáis que funciona con niños pequeños y con mayores
si se adapta un poco, comprenden de una manera muy sencilla lo que provoca en ellos y
en su alrededor estar enfadado. En la postura de “la flor mágica” (de meditación), o
tumbados boca arriba, contamos hasta 10 muy lentamente y bajito. Practicamos la
respiración abdominal, nos relajamos, y yo voy metiendo de nuevo la tela en la caja. ¡El
enfado va desapareciendo cuando nos calmamos con la respiración!
Rugiendo como leones. Les digo que vuelvan a concienciarse con el enfado. Sentimos
como una cosa va subiendo por nuestro estómago hacia nuestra garganta, nos ponemos
rojos como en el cuento y hacemos la postura del león para soltar un enorme rugido. Lo
repetimos pero esta vez sentimos de nuevo el enfado que sube de nuestra barriga
hacia la garganta, y como somos conscientes de que ese enfado está dentro de
nosotros nos hacemos fuertes y valientes para soltarlo por nuestra boca al rugir como
leones. Funciona muy bien con los niños de 3 a 6 años, pero alivia a cualquier persona
Explico la rabia con un globo. Cuanto más nos enfada algo más nos llenamos de rabia,
y les digo que si quieren controlar sus emociones deben poder ser capaces de hacer
que su globo se deshinche. Llenamos de aire el globo a la vez que lo llenamos con
pensamientos y cosas que nos hacen enfadar. Después les digo que cuando suelten el
globo apunten hacia un sitio concreto. ¿Por qué no fueron capaces de dirigir el globo
hacia ese punto? Porque la rabia no siempre va hacia donde queremos. Por eso es
importante calmarnos a tiempo. Lo repetimos y les preguntamos: ¿Qué es lo que hace
que el globo hinchado en este momento retenga el aire dentro? ¿Nuestros dedos
verdad? Tenemos el control, por tanto si decidimos soltar el globo volará. ¡Lo mismo
pasa con el enfado! Si somos capaces de reconocerlo y controlarlo ¡podemos soltarlo
también!
Estar enfadado es un caos. Todos estamos tan enfadados como Roberto (el
protagonista del cuento). Les pongo papeles rojas por la cara y nos movemos por la
clase cogidos de la tela roja del enfado revolviendo toda la clase o habitación.
Echamos cosas encima de la tela y vemos como se desordena todo. Ahora pido silencio
y nos quedamos quietos. Vemos como ha quedado la clase. ¿Está bonita? ¿Se puede
jugar igual de bien ahora que está tan desordenada? ¿No es mejor saber calmarnos
antes de dejar que el enfado nos controle? Ya tranquilos ordenamos la clase o
habitación para poder relajarnos más cómodos.
Saltar. Pensar que es una tontería pero saltar es una buena actividad para minimizar
el enfado cuando el niño es consciente de él. Les encanta que les digas que para
ayudarle a superar el enfado irás saltando con él hasta otra parte de la clase , acaban
dándose un abrazo, y ¡no os olvidar de barrer los restos del enfado del suelo para
tirarlo a la basura! Funciona muy bien cuando el niño siente que está empezando a
enfadarse con algo.
Garabato del enfado. Cogemos un papel y una cera o algo para dibujar. Les explico al
niño/a que mientras pensamos en el enfado vamos a empezar a hacer un garabato muy
rápido y fuerte (que sean pinturas que no se rompan fácilmente), sin sentido, mientras
gritamos fuerte para que nuestro enfado salga de nosotros hacia el dibujo. Cuando
acabemos cogeremos el papel y lo romperemos en pedazos para que la última pizca de
rabia que quedaba se nos quite. ¡Qué liberación! Es de sus favoritos.
La mesa de la paz. Es un recurso muy útil para que gestionar el conflicto y enfado de
un niño de manera respetuosa. En la mesa se incorporan varios elementos que tienen
que ver con el yoga y la relajación. Normalmente suelen ser: una planta natural, una
mesa pequeña con dos sillas, una campana y una flor u objeto que simbolice la paz. Tipo
de jardines con arena, piedras y un rastrillo se usa para calmarse y mejorar la
concentración. También tiene una vela, ya que, practicamos mucho en clase la
meditación observando una vela. Cambiarla ahora que llega la primavera por unas
flores de verdad, a las que deberemos cuidar con cariño
Para relajarse: Si un niño se siente triste, si hay una actividad que no quiere hacer o
se encuentra cansado, tiene opción de irse a la mesa de la paz a meditar para sentirse
mejor. Esto suelen hacerlo individualmente, y es voluntario. Siempre lo es. Yo soy
consciente de que ningún niño puede estar toda una clase atento a ella, y la mesa de la
paz les permite centrarse de nuevo en ellos mismos, descansar unos minutos la mente
para volver de nuevo con más ganas.
Para resolver conflictos: Si dos niños se pelean entre ellos o tienen un conflicto
pueden ir a la mesa de la paz a hablar entre ellos para encontrar una solución y
conseguir la paz de nuevo. Lo bonito de esto es que los niños consiguen resolver el
problema ellos solos, sin intervención del adulto, y ello conlleva a que adquieran
herramientas de habilidades sociales e inteligencia emocional, especialmente empatía
e incluso autoestima.
Bibliografía consultada: