Está en la página 1de 6

COLEGIO “SAN FELIPE DE JESÚS”

FACULTAD DE TEOLOGÍA

ASIGNATURA: Teología del Orden Sacerdotal

ALUMNO: Luis Fernando Cruz Reyes.

PROFESOR: Pbro. Sergio Rodríguez Hernández

EVIDENCIA: Reporte de investigación sobre “El Sacerdocio”

CICLO ESCOLAR: Enero - Julio 2022

FECHA: Febrero de 2022


EL SACERDOCIO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
Hacer una investigación exhaustiva de la figura del sacerdote implica ahondar en el
Antiguo Testamento, pero también debemos considerar que esta figura también forma parte
de las culturas de varios países, desde tiempos milenarios, porque todos los hombres tienen
el deseo de entablar una relación con la divinidad, lo cual permite que haya una referencia
que los lleve a iniciar esta relación cultual, y entonces la religión tiene un punto de
importancia crucial, pues el sacerdote es el hombre religioso por excelencia, y esto nos
permite ubicarlo en las esferas más altas de la sociedad como parte de la corte cercana al
gobernador, y eso lo entenderemos, no solo desde lo histórico, sino también desde el
dogma.

I. Panorama histórico

Algunos periodos históricos que podemos analizar son de algunas obras griegas,
como la Metafísica, donde se habla de la persona sacerdotal, pero dedicada al estudio,
como una obra que no todos podían realizar, pues como dice el mismo Aristóteles:

“Todas las artes de que hablamos estaban inventadas cuando se descubrieron estas
ciencias, que no se aplican ni a los placeres ni a las necesidades de la vida. Nacieron
primero en aquellos puntos donde los hombres gozaban de reposo. Las matemáticas fueron
inventadas en Egipto, porque en este país se dejaba un gran solaz a la casta de los
sacerdotes”.1

Por lo cual podemos entender que el sacerdote no solo tenía una función cultual,
sino que también se dedicaba a la contemplación y el aprendizaje, para después trasmitir
esos conocimientos a sus discípulos, puesto que en las tradiciones paganas, los sacerdotes
vivían en grupos, los cuales empleaban el tiempo, llamado ocio al estudio de los astros, la
filosofía, o en los países de Latinoamérica o África a la predicción de oráculos y a los
sacrificios a los múltiples dioses que tenían, eran respetados por toda la comunidad, y
tenían el puesto de consejeros de los reyes, los cuales los consultaban para tomar
decisiones, con respecto a gobierno de la ciudad, o a batallas próximas, por eso es una
figura con autoridad histórica, lo cual nos permite entender el poder e influencia que el
sacerdote, como punto de referencia de la fe, tenía también en el caminar y destino de toda

1
ARISTÓTELES, Metafísica, A, I, 981b, 20
una nación, tal como es el caso de la cultura judía, donde el Sumo Sacerdote, también era el
representante de la justicia civil.

II. Sacerdocio en el Antiguo Testamento.

Pero ya adentrándonos en nuestra materia, podemos decir que el sacerdocio en las


Sagradas Escrituras, comienza en el Antiguo Testamento, sobre todo desde los relatos de la
Creación, pues hay uno que se llama por tradición sacerdotal2¸ pues exalta la grandeza de
Dios, y por el estilo cultual, se presume que fue escrito a la luz de los escribas israelitas; y
en su forma de narrar la creación, y en el Antiguo Testamento, se habla de sacerdocio,
como aquellos hombres que al tener una relación más profunda con Dios, realizaron la
función de mediación entre la divinidad y la humanidad, uniendo a la humanidad con Dios,
mediante los sacrificios que realizaban, sobre todo de expiación por los pecados cometidos.

Todos los sacrificios realizados tenían como objetivo el reconocer la superioridad


del Dios al que se adora, puesto que se le consagraba toda la víctima que se le ofrecía, y
una parte de la víctima, se otorgaba al sacerdote, pero esto es parte del caminar del pueblo
de Israel, pero antes, ya había figuras de sacrificios, como el de Caín y Abel, Noé, y el de
Abraham3, mediante el cual se trazó la primera alianza, dando gracias por el actuar de Dios
en la vida de la humanidad, y así surgen figuras importantes, como Melquisedec 4, que será
importante para los signos eucarísticos, (a quién se le retomará en la Carta a los Hebreos),
quien además de ser sacerdote era rey, y se le ve como una prefiguración de Jesucristo.

Después, al entender el caminar del Pueblo de Dios, el Señor formó su pueblo, con
un carácter sacerdotal, siendo un pueblo consagrado de su propiedad 5, y mediante Aarón,
santificó al pueblo, constituyendo a los levitas para el culto sagrado, los cuales fueron
consagrados para el servicio de Dios6 , y al no recibir una heredad, como las demás tribus,
recibe al mismo Dios, de ahí también cobró gran importancia la imagen del profeta, como
aquel que anunciaba la obra de salvación, e invitaba al pueblo a la conversión, por lo cual

2
Cf. Gn 1; 2, 4b
3
Cf. Gn 4, 3-5; 8, 20-22; 15, 9-11
4
Cf. Gn 14,18
5
Cf. Ex 19,6
6
Cf Ex 29,1-30
esta figura será importante para hablar del sacerdocio, considerando dentro de la
ministerialidad el aspecto de la institución, para predicar en nombre de Dios al pueblo7.

El Sacerdocio del Antiguo Testamento se caracterizaba por infundir esperanza,


sobre todo a un pueblo, que constantemente era oprimido por muchos enemigos, por lo cual
la figura del sacerdote, evocaba la figura del Mesías, como parte fundamental de la vida y
la fe de cada judío, pues los profetas ya anunciaban que el enviado de Dios, restauraría el
culto al Dios verdadero, sobre todo con la liberación de los pueblos que los oprimían, de ahí
que en periodos como el destierro a Babilonia, el templo y todos los artefactos que fueron
incautados eran de suma importancia, para la fe del israelita, hasta el punto de que los
conquistadores los usaban para actos idolátricos, pues sabían el valor que tenían para
Israel.8

III. El sacerdocio del Nuevo Testamento.

Pero no solo los artefactos, sino el Templo, donde se conservaba la presencia de


Dios, tan mencionada desde tiempos del Rey Salomón, el cual consagró el templo,
mediante sacrificios, los cuales eran dirigidos por sacerdotes, como intermediarios entre
Dios y los hombres9, lo cual nos conecta con la siguiente parte: El Sacerdocio en el Nuevo
Testamento, concretamente el de Jesucristo, de cual la Iglesia hará su sacerdocio oficial, tan
es así que la figura de los apóstoles, que conocieron a Jesucristo, y que recibieron el
mandato de perpetuar su obra, será tan sobresaliente, que la misma estructura de la Iglesia
Primitiva, y del Sacerdocio Católico, se fundamentará en los orígenes ya mencionados.

Profundizando en los Evangelios, el sacerdocio cristiano fue instituido en la Última


Cena, junto con la institución de la Eucaristía, por lo cual estos dos sacramentos están
íntimamente ligados, pues tienen el mismo origen, y son una orden expresa del mismo
Jesús10, el ejercicio de su sacerdocio lo realizó plenamente en la Cruz, para la salvación de
toda la humanidad11, y ya en la resurrección, antes de la Ascensión, Jesús les dio el mandato
de bautizar y predicar a todas las naciones 12, lo cual implica la universalidad del sacerdocio,
7
Cf Ml 2,7-9
8
Cf. Dn 5, 1-30
9
Cf Hb 5, 1
10
Cf. Lc 22, 19
11
Cf. Hb 5,3;7,27;10,1-4
12
Cf. Mt 28, 19-20; Mc 16, 15-16
porque no excluye ninguna cultura o contexto, sino que abre la misión del sacerdote a
todos, y eso rescata el carácter e

San Pablo lo explicará de la mejor manera, puesto que dará recomendaciones sobre
el sacerdocio a los cristianos que vivían en las comunidades formadas, y eran seleccionados
por toda la comunidad, mediante la imposición de las manos, lo cual permitirá entender la
importancia de la sucesión apostólica, que tiene como sello característico, que el sacerdocio
de Cristo no es el sacerdocio de la Antigua Alianza, sino que se perfecciona, hasta ser un
nuevo y único sacerdocio, el cual es el sacerdocio perpetrado con la sangre de Cristo, que
tiene la función de mediación y santificación del pueblo que le es encomendado 13, lo cual
dejará de ser algo teológico solamente, y se convierte en algo que es también práctico.

Con esto se convertirá en algo sacramental, y distintivo entre todos los que
comparten el sacerdocio de Cristo, de forma ministerial, no tanto en lo común, porque la
figura sacerdotal del Nuevo Testamento, que después la Tradición de la Iglesia, sobre todo
en lo escritos como La Didajé, La Tradición Apostólica, las cartas de los Santos Padres,
tendrá una ministerialidad muy clara, lo cual implica que entre los fieles, puesto que el
ministerio sacerdotal implicaba un funcionalidad, tanto natural, como sobrenatural, que les
proviene del mismo Jesucristo14, lo cual les otorga carácter y dignidad propia, que los
distingue entre los demás, y que hasta nuestros días se conserva, y es un tema muy amplio
de abordar.

En el Magisterio actual de la Iglesia, sobre todo desde los concilios se abordará este
tema, de una forma concisa, sobre todo desde el Concilio de Elvira, donde se tratará el tema
del Celibato Sacerdotal, en el Concilio de Trento, al instituirse oficialmente los
sacramentos, tendrá un lugar muy especial el sacramento del Orden, porque se instituirá
como sacramento, solo reservado a unos cuantos, el Concilio Vaticano II, responderá con
Optatam Totius, y Presbyterorum Ordinis, Pablo VI, ante la crisis de deserción sacerdotal
de los años sesenta, escribirá Caelibatus Sacerdotalis, y Juan Pablo II, ante la necesidad de
renovar la formación saerdotal, escribirá Pastores Dabo Vobis, con lo que podemos ver que
el Magisterio de la Iglesia se preocupa mucho por el sacerdocio, desde sus primeras etapas,

13
Cf. 1Tm 2,5
14
Cf. 1Co 4,1
para poder constituirlo como un ministerio sólido, y que trasmita correctamente el depósito
de la fe.

FUENTES DE CONSULTA

 ARISTÓTELES, Metafísica, México, Editores Mexicanos Unidos, 2014


 https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cclergy/documents/
rc_con_cclergy_doc_24111998_saca_sp.html
 http://www.americalatina.va/content/americalatina/es/articulos/el-sacerdocio-de-la-nueva-
alianza.html

También podría gustarte