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JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ

José Gregorio Hernández Cisneros,12 OFS (Isnotú, 26 de octubre de


1864-Caracas, 29 de junio de 1919), fue un médico, científico,
profesor, filántropo de vocación católica, y franciscano seglar
venezolano,3 declarado beato por la Iglesia católica.4 Ha sido
venerado por hispanohablantes alrededor del mundo, su
canonización está en marcha.56

En 1949, la Iglesia católica comenzó el


proceso de canonización para
declararlo santo.7 En 1986, el papa
Juan Pablo II reconoció sus virtudes
heroicas y lo declaró «venerable».8 El
proceso se renovó el 18 de enero de
2021, luego de un milagro atribuido por
la Iglesia católica a Hernández en San
Fernando de Apure, en el que una niña
se habría recuperado de una herida de
bala gracias a su intercesión.9 El papa
Francisco autorizó la misa de
beatificación de José Gregorio
Hernández, realizada el 30 de abril de
2021, siendo asignada su celebración
litúrgica, el día 26 de octubre.7
Hernández en New York en 1917,
cuando tenía 52 años.
Biografía

Infancia

José Gregorio Hernández Cisneros


nació el 26 de octubre de 1864 en
Isnotú, una localidad que por aquel
entonces era capital del Municipio
Libertad del Distrito Betijoque del
Estado Trujillo en Venezuela. Fue el
primero de seis hermanos, hijo de
Benigno María Hernández Manzaneda
y Josefa Antonia Cisneros Mansilla. De
sus hermanos, en mayo de 1863, nació
María Isolina, quien falleció a los 7
José Gregorio Hernández meses, seguida de José Gregorio;
adolescente cuando se graduó de luego, nació María Isolina del Carmen,
bachiller.
en mayo de 1866. En septiembre de
1867, nació María Sofía, seguida por César Benigno, en agosto de
1869. En septiembre de 1870 nació José Benjamín Benigno, y
finalmente su hermana, Josefa Antonia nació en agosto de 1872.10

Por línea materna, descendía del cardenal Francisco Jiménez de


Cisneros, quien fuera confesor de Isabel la Católica, fundador de la
Universidad de Alcalá; y por vía paterna, a través de la rama de un
tío bisabuelo, se emparentaba con el Santo Hermano Miguel, quien
era educador y escritor, miembro de la Academia Ecuatoriana de la
Lengua, y correspondiente de la Real Academia Española.11
Durante su infancia vivió en su pueblo natal, su madre se dedicaba a
labores del hogar propias de la época y su padre era comerciante y
dueño de un almacén de mercancías secas, víveres y farmacia.
Recibió el sacramento del Bautismo el 30 de enero de 1865 en el
Templo Colonial de Escuque, hoy llamado Iglesia Parroquial del
Niño Jesús de Escuque. Sus padrinos Tomás Lobo y Perpetua
Enríquez.12 El sacramento de la Confirmación se efectuó el 6 de
diciembre de 1867, en la iglesia de San Juan Bautista de Betijoque,
por el señor Juan Bonet, Obispo de Mérida.13

Su madre, falleció en 1872, cuando él contaba con ocho años de


edad. Su primer maestro fue Pedro Celestino Sánchez representante
una escuela privada en Isnotú, durante sus años de estudios, envió
una recomendación al padre del pequeño José Gregorio para que lo
encomendara a estudiar a la capital del país.14

A los trece años de edad, José Gregorio manifestó a su padre su


deseo de estudiar la carrera de derecho, sin embargo, su padre le
convenció para que estudiara medicina. A partir de ese momento,
tomó la medicina como su propia vocación. En 1878, cuando
contaba con trece años y medio, bajó de la sierra trujillana hasta
Caracas,15 siguiendo una travesía: Isnotú, Betijoque, Sabana de
Mendoza, Santa Apolonia y La Ceiba en mula; por el lago hasta
Maracaibo, y después por mar a Curazao, Puerto Cabello y La
Guaira, y por tren, desde este puerto, a la ciudad capital.
Estudio en Caracas

Al llegar a la capital de Venezuela,


inició sus estudios en el Colegio
Villegas, dirigido a la sazón por el
doctor Guillermo Tell Villegas. Durante
su estancia en el colegio, el joven José
Gregorio entabló amistad con el director
y su esposa Pepita Perozo de Villegas.
Según el doctor Villegas, «José
Gregorio era poco dado a jugar con sus
compañeros y prefería pasar el tiempo
libre en compañía de libros».14 Durante
sus años en el Colegio Villegas, José
Medalla de graduación de José Gregorio obtuvo buenas notas. Llegó a
Gregorio Hernández como
médico. fungir como profesor de aritmética para
los alumnos del primer curso. Entre
1878 y 1882 José Gregorio cursó preparatoria y filosofía,
graduándose de Bachiller en Filosofía en ese último año.15

A la edad de 17 años ingresa a la Universidad Central de Venezuela


(UCV) para iniciar sus estudios de medicina. Según las
certificaciones de los estudios universitarios de José Gregorio
Hernández (en las que se evaluaban estos aspectos: aplicación,
aprovechamiento, buena conducta y asistencia), en gran parte de las
materias de los seis años de estudio logró la calificación de
sobresaliente; fue el estudiante más destacado en la carrera de
medicina en la UCV, siguiendo el mismo desempeño mostrado
desde su niñez.17
Paralelamente a sus estudios de medicina daba clases particulares
para ayudarse a sí mismo y a sus colegas. Aprendió de un amigo
sastre a confeccionar ropa masculina y sus propios trajes. Estaba
convencido de que: «En el hombre el deber ser es la razón del
derecho, de manera que el hombre tiene deberes, antes que tener
derechos».18

Al graduarse con el título de Doctor en Medicina, el 29 de junio de


1888, hablaba inglés, francés, portugués, alemán e italiano y
dominaba el latín y hebreo, era filósofo, músico y teólogo. [cita
requerida] Se traslada a ejercer la medicina en su pueblo natal,14
instalando un consultorio provisional, con el cual extiende su carrera
como médico.

Regreso a los Andes

En 1888, el rector de la UCV, Dominici, ofreció ayudarlo


económicamente para establecer un consultorio en Caracas, gesto
que José Gregorio agradeció con estas palabras: « – ¡Cómo le
agradezco su gesto, Dr. Dominici! Pero debe decirle que mi puesto
no está aquí. Debo marcharme a mi pueblo. En Isnotú no hay
médicos y mi puesto está allí, allí donde un día mi propia madre me
pidió que volviera para que aliviara los dolores de las gentes
humildes de nuestra tierra. Ahora que soy médico, me doy cuenta
que mi puesto está allí entre los míos…».19

José Gregorio parte para Isnotú en agosto de 1888; desde Betijoque


el 18 de septiembre de 1888, le escribe a su amigo Santos Dominici
en Caracas: «…Mis enfermos todos se me han puestos buenos,
aunque es tan difícil curar a la gente de aquí, porque hay que luchar
con las preocupaciones … que tienen arraigadas: creen … en los
remedios que se hacen diciendo palabras misteriosas: en suma;… La
clínica es muy pobre: todo el mundo padece de disentería y de asma,
quedando uno que otro enfermo con tuberculosis o reumatismo…La
botica es pésima...»20

Hernández se radicó en Isnotú hasta el 30 de julio de 1889, luego de


ejercer consecutivamente entre los tres estados andinos venezolanos
(Trujillo, Mérida y Táchira), recorriendo las poblaciones con el fin
de establecer un centro para el ejercicio permanente de su profesión.
Regresaba de San Cristóbal y Mérida para consultar sus propósitos
con su padre, y se encontró con una carta de su maestro, Calisto
González, donde decía que lo había recomendado al presidente de la
República Juan Pablo Rojas Paúl para que fuera a París a estudiar
ciertas materias experimentales y así contribuir a la modernización
de la medicina venezolana, porque creía que reunía las condiciones
para tal misión, y que debía trasladarse a Caracas y dispuesto a
seguir viaje a Europa.20

Estudios en Europa

En noviembre de 1889, José Gregorio Hernández ya se encontraba


cursando estudios en los laboratorios de Charles Robert Richet,
profesor de Fisiología Experimental en la Escuela de Medicina de
París y quien a su vez había sido colaborador de Étienne Jules
Marey y discípulo de Claude Bernard, reconocido de la medicina
experimental en Francia.21 En el laboratorio de Mathias Duval
estudia las áreas de Microbiología, Histología Normal, Patología,
Bacteriología, Embriología y Fisiología Experimental, entre otras.
También participó en su formación Isidor Strauss, que había sido
discípulo de Émile Roux y Charles Chamberland quienes lo fueron a
la vez de Louis Pasteur, todos ellos precursores de la Bacteriología.
Posteriormente se traslada a Berlín para estudiar Histología y
Anatomía patológica, a su vez que inicia un nuevo curso de
Bacteriología.

Culminados sus estudios, Hernández regresa a Venezuela a fin de


ingresar como profesor en la Universidad Central de Venezuela en
Caracas; además, aprovecha para traer de Europa equipos médicos al
Hospital Vargas, por instrucciones del gobierno venezolano. A él se
debe la introducción del microscopio en Venezuela.

Carrera profesional

En 1891, Hernández regresa de Europa


y, en el mes de noviembre de ese año,
comienza su actividad como docente en
las cátedras de Histología Normal y
Patológica, Fisiología Experimental y
Bacteriología, de la Universidad Central
de Venezuela (UCV), convirtiéndose en
el fundador de ambas. Además, al
concluir sus estudios de postgrado en
París y Berlín, le fue delegada la
responsabilidad de adquirir, con recursos
del estado venezolano, los materiales
necesarios para instalar el Laboratorio Hernández, ingresando en
de Fisiología Experimental de Caracas, Caracas, años 10s.
así como la adquisición de la bibliografía que fuera necesaria para la
apertura de las cátedras mencionadas en la UCV.

Por otra parte, a Hernández se debe la introducción del microscopio


en Venezuela, del que además enseñó su uso y manejo. También
introdujo otros instrumentos científicos[¿cuál?] que trajo de Francia,
como atestigua su compañero, el doctor Augusto Pi Suñer.

El 14 de septiembre de 1909 es nombrado profesor de la cátedra de


Anatomía Patológica Práctica, la cual funcionó anexa al Laboratorio
del Hospital Vargas, y de la cual se encargó hasta la creación de la
cátedra de Anatomía Patológica de la Universidad Central, con
asiento en el Instituto Anatómico, y que fue regentada por el doctor
Felipe Guevara Rojas, en 1911.

Por otra parte, fue el fundador de la cátedra de Bacteriología, la


primera de esta disciplina en América, y la primera persona en
Venezuela en publicar un trabajo de dicha disciplina (Elementos de
Bacteriología, 1906). También escribió sobre la angina de pecho de
naturaleza paludosa junto a Nicanor Guardia, y en 1893 publicó en
varios números de la Gaceta Médica.22

Además de 11 trabajos publicados y dos que quedaron inéditos en el


campo científico, escribió cinco obras literarias. Una de ellas, La
verdadera enfermedad de Santa Teresa de Jesús escrita en 1907,
quedó inconclusa; las demás, El Sr. Nicanor Guardia (1893), Visión
de arte (1912), En un vagón (1912) y Los maitines (1912), fueron
publicadas en el Cojo Ilustrado.23
Es considerado el impulsor y pionero de la docencia científica y
pedagógica en Venezuela, basada en lecciones explicativas, con
observación de los fenómenos vitales, la experimentación
sistematizada, prácticas de vivisección y pruebas de laboratorio.
También coloreó y cultivó microbios e hizo conocer la teoría celular
de Virchow. Por otra parte, es destacada su faceta como fisiólogo y
biólogo, conociendo a fondo la física, la química y las matemáticas,
ciencias básicas y trípode fundamental sobre la que reposa toda la
dinámica animal.

Su labor docente fue interrumpida en dos ocasiones. La primera,


cuando decide hacerse religioso y entrar en el monasterio de la
orden de San Bruno en la Cartuja de Farneta, a la cual llegó el 16 de
julio de 1908, y de la que regresó el 21 de abril de 1909,
reincorporándose en mayo de ese mismo año a sus actividades
académicas en la Universidad.

La segunda vez que interrumpió sus actividades docentes fue a partir


del 1 de octubre de 1912, cuando el gobierno dictatorial del general
Juan Vicente Gómez decreta el cierre de la Universidad, ya que esta
se había situado en contra de su régimen. Sin embargo, restablece su
actividad docente en enero de 1916, tras la fundación de la Escuela
de Medicina Oficial, que funcionó en el Instituto Anatómico.

Hubo otra corta interrupción, pero esta vez sin apartarse del ámbito
académico, ya que en 1917 viaja a las ciudades de Nueva York y
Madrid para realizar estudios, quedando provisionalmente a cargo
de sus cátedras el doctor Domingo Luciani. Reinicia su actividad
docente el 30 de enero de 1918, hasta su muerte.
Durante la pandemia de gripe de 1918 en Venezuela, José Gregorio
Hernández visita a los enfermos en Caracas.

Fallecimiento

El 29 de junio de 1919 en horas de la tarde, José Gregorio


Hernández salió a la esquina de Cardones a atender a una enferma,
pero no pudo llegar porque fue atropellado por Fernando
Bustamante un joven mecánico de 28 años de edad, dueño de un
Essex) en la esquina de Amadores, La Pastora, Caracas, Venezuela.

El Doctor Hernández cayó golpeándose la cabeza contra el filo de la


acera, lo que ocasionó una fractura en el cráneo. De inmediato
Bustamante, lo recogió y lo llevó al Hospital Vargas. En ese
momento, que llegaron al centro de salud, no se encontraba ningún
médico, entonces fue a buscar a Luis Razetti. Cuando llegaron al
hospital, se encuentran al sacerdote capellán Tomás García Pompa
quien le informó que Hernández había fallecido, a sus 54 años de
edad. Razetti firmó el acta de defunción, dicha acta puntaba que
además de la fractura de la base del cráneo certificada, tenía una
ligera herida en la sien derecha, y un morado en la misma sien.

Así mismo, las señales del golpe contra el poste de hierro era el
brote de sangre por la nariz y la boca, más arriba de las rodillas tenía
una franja de morada en ambas piernas. -26. Una vez examinado y
amortajado el cuerpo, fue trasladado a la casa de sus hermanos César
Benigno y Sofía Hernández, que poseía el número 57, ubicada en la
Avenida Norte, entre Tienda Honda y Puente de la Trinidad.27
Cabe resaltar que, una de las actuales beatas de Venezuela,
Candelaria de San José, oriunda de Altagracia de Ori tuco, estado
Guárico, estaba hospitalizada en el Hospital Vargas tras salir de una
operación, aunque se encontraba recuperada. La monja se dio cuenta
de la noticia del arrollamiento de José Gregorio Hernández. El
presbítero García Pompa le impuso los santos oleos a Hernández en
el lugar donde se había sido internado y Madre Candelaria se
encontraba allí orando por salud del doctor. [cita requerida]

A las 10:00 a. m. del día 30 de junio de 1919, en medio de una


multitud, se inició el traslado del féretro de José Gregorio
Hernández Cisneros al Paraninfo Universitario de la UCV encima de
los hombros de sus estudiantes y discípulos, luego fue llevado y
enterrado en el Cementerio General del Sur.

El 23 de octubre de 1975, luego de un incendio provocado por las


llamas de las velas sobre su tumba, y también debido al inicio del
proceso de beatificación, y por solicitud del Vaticano, se realizó la
exhumación de sus restos mortales para luego ser trasladados hasta
el baptisterio de la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria
ubicada en el centro de la ciudad de Caracas, sitio donde reposan
actualmente. En 2020, la Arquidiócesis de Caracas anunció que el
cadáver sería trasladado a un ala especial de dicho templo, ante la
aprobación de la Santa Sede de su beatificación.

Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria

Esta iglesia fue fundada por canarios en honor a su patrona, la


Virgen de Candelaria. Precisamente por los lazos históricos que
existen entre las Islas Canarias y Venezuela, en este archipiélago
existe una popular veneración por José Gregorio Hernández,
devoción que se ve acrecentada por la gran colonia venezolana
residente allí. Conviene recordar que el propio doctor Hernández era
de origen canario por parte de madre.

Vida privada

Personalidad y legado

Era conocido como un profesor culto (hablaba español, francés,


alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico y
filósofo[cita requerida]) y exigente, y se caracterizaba por la
puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesorales. Formó
una escuela de investigadores, quienes desempeñaron un papel en la
medicina venezolana. Discípulos de Hernández fueron, entre otros,
el doctor Jesús Rafael Risquez, quien fue su sucesor en la cátedra de
Bacteriología y Parasitología, y Rafael Rangel, considerado como el
fundador de la parasitología nacional.

En cuanto a sus creencias, era católico, condición que nunca entró


en conflicto con su labor científica, como apunta el doctor Juan José
Puigbó: «Su faceta religiosa con todo lo encomiable que sea
considerada en el plano místico, no debe opacar el inmenso aporte
que realizó a la ciencia médica venezolana».
Vida religiosa

A pesar de no ocupar ningún cargo dentro del clero de la Iglesia


católica, José Gregorio era un creyente del catolicismo.

En 1907, decidió abocarse a la vida


religiosa y, luego de discutir el caso con el
arzobispo de Caracas, monseñor Juan
Bautista Castro, envía una carta al prior de
la Orden de San Bruno en la Cartuja de
Farneta. cerca de Lucca (Italia). Por su
parte, monseñor Juan Bautista Castro
también envía una carta de recomendación
al prior, en donde le solicita la admisión de
José Gregorio a la orden.

Santuario José Gregorio


Hernández en Isnotú
En 1908, es admitido en el monasterio de
Trujillo Venezuela. clausura, tomando el nombre de Hermano
Marcelo. Sin embargo, nueve meses
después de su ingreso, enferma de tal manera que el Padre Superior
dispone su regreso a Venezuela para su recuperación.

Llega a Caracas en abril de 1909, y ese mismo mes recibe permiso


para ingresar en el Seminario Santa Rosa de Lima (hoy Universidad
Católica Santa Rosa), aunque durante mucho tiempo sigue
anhelando la vida monacal. Transcurridos tres años, decide
intentarlo de nuevo y, esta vez, se embarca para Roma con su
hermana Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en el Pontificio
Colegio Pio Latino Americano, pensando así prepararse para el
monasterio. Pero una vez más sus planes se vieron frustrados por la
enfermedad: una afección pulmonar que le forzó a retornar a
Venezuela.

Perteneció a la Orden Franciscana Seglar de Venezuela (OFS), en la


fraternidad de la Merced de Caracas, en la Iglesia Nuestra Señora de
la Merced de los Frailes Capuchinos, realizó su profesión como
franciscano seglar. De ahí se desprende esa sensibilidad y amor por
los más necesitados, vivió el carisma y la vida de San Francisco de
Asís, reconociendo en el pobre a la persona de Cristo sufriente, a
quien sirvió a través de sus pacientes. Vivió el Evangelio como San
Francisco de Asís y lo hizo suyo. Su profesión en la OFS La merced
la realizó el día 7 de diciembre de 1899 como consta en el libro de
actas de la fraternidad (copia fiel).

Valoración de su obra

Hernández, siendo un reputado médico


e investigador científico fue autor de
trece ensayos científicos sobre diversas
disciplinas médicas, siendo reconocidos
por la Academia Nacional de la
Medicina de Venezuela, de la cual fue
uno de sus miembros fundadores.2930
Vitral de Hernández, Trujillo.

Su trabajo reviste importancia por su capacidad como clínico de


someterse al rigor del método anatomoclínico que la escuela
francesa había llevado hasta el cénit en su aplicación (como en los
casos presentados por Hernández sobre tuberculosis, neumonía y
fiebre amarilla).

También se le reconoce por su capacidad de manejar los recursos


derivados de las técnicas complementarias de diagnóstico (los datos
de la histología patológica, de la bacteriología, de la parasitología y
de la fisiología) para lograr una cabal interpretación de los procesos
patológicos presentes en el paciente y por su capacidad para crear
hipótesis novedosas (los datos de hematimetría en los sujetos de
nuestro medio, la descripción de una nueva forma de angor pectoris
de origen palúdico, etc).

Proceso de canonización

Apertura del proceso


Constatando su fama entre algunos
creyentes, la Iglesia católica en
Venezuela inició en 1949 el proceso de
canonización de Hernández, siendo
conducido por el arzobispo de Caracas,
Lucas Guillermo Castillo en el Vaticano,
ante el entonces papa Pío XII.31

En 1972, la Santa Sede reconoció que


José Gregorio Hernández vivió una vida
virtuosa y ejemplar para los católicos y en
consecuencia el papa Pablo VI le
concedió el título de Siervo de Dios,
primer paso para su canonización. Luego
Tumba del Beato José Gregorio
Hernández.
de iniciar el proceso, y comprobados los primeros casos de sanación
atribuidos a su intercesión, Hernández fue declarado Venerable, el
16 de enero de 1986 por el papa Juan Pablo II.7

Beatificación

El 27 de abril de 2020 la arquidiócesis de Caracas anunció que la


Comisión Teológica de la Ciudad del Vaticano aprobó el milagro del
venerable en la curación de Yaxury Solórzano Ortega32 una niña de
10 años que fue impactada en su cabeza con un proyectil de arma de
fuego, durante un asalto a su padre, el 10 de marzo de 2017, cuando
unos asaltantes intentaron despojarlo de su moto.3334

El 18 de junio de 2020,35 el papa Francisco aprobó el decreto que


reconoció el milagro atribuido por su intercesión, por lo que se
aprobó la ceremonia para su beatificación.36 Días antes de la
beatificación el Papa afirmó que estaba expectante de que la
beatificación de Hernández fuera un "símbolo de reconciliación"
para los habitantes de Venezuela.37

La ceremonia se celebró en Caracas y contó con la participación de


familiares de Hernández, el nuncio apostólico de Venezuela Aldo
Giordano (en representación del papa Francisco), el titular de la sede
de Caracas, el obispo emérito de Caracas, algunos obispos del país,
y médicos venezolanos, en medio de las medidas de bioseguridad
por la pandemia del COVID-19.2938 Así mismo se oficializó su
culto para el 26 de octubre.
El Vaticano publicó en su página oficial al respecto sobre su
beatificación:7

"Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una


misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba
medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la
consulta, se las daba"
Con su beatificación, José Gregorio Hernández se convierte en el
cuarto beato de Venezuela, y en el primer hombre y el primer laico
en llegar a ser reconocido como tal por la Iglesia católica.3940

Culto público

Hernández es objeto de amplio culto


en Latinoamérica y es considerado
como un santo popular, pese a que la
Iglesia católica no lo reconocía como
tal41 hasta el 2021.42 Su fiesta se
celebra, ahora de manera oficial, el 26
de octubre.43
Vitral del templo "Santuario del
Niño Jesús, Isnotú (Trujillo).
En su natal Isnotú su santuario
oficializado desde 2021 es el Santuario del Niño Jesús, donde
además reposan sus restos. En dicho templo, además de varias
imágenes y placas puestas por personas que agradecen sus
curaciones por su intervensión, existe también un vitral donde se le
ve arrodillado, orando a la Virgen María y un pequeño Niño Jesús.
En la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Caracas, reposan
los restos del médico,44 lo cual genera que el templo sea sede de
nutridas peregreniación de fieles de todo el mundo que agradecen
sus "favores".

Sincretismo

Además del culto católico no oficial


hasta 2021 y la profunda veneración
popular que despierta, José Gregorio
Hernández también es figura clave del
sincretismo religioso o paganismo
esotérico, puesto que precisamente se le
atribuyen curaciones milagrosas. Si bien
la mayoría de los que lo veneran son
Vitral del templo "Santuario del
católicos, un porcentaje minoritario no Niño Jesús, Isnotú (Trujillo).
se considera practicante de ninguna
religión.45

Ferrándiz, citado por Guerra Niño (2017) indica que su culto


católico y veneración como figura curativa se iniciaron por igual
frente a su tumba en los primeros años después de su muerte y
precisamente por el apoyo que el médico dio a pacientes en medio
de la Gripe Española durante 1918 y 1919. También existe la
creencia popular que el médico se aparece en sueños a los pacientes
que lo veneran y los interviene en éstos lapsos, quedando curados al
despertar.42
Algunos defensores de su causa como persona de veneración
católica indican que el fervor popular que despertaba en sus inicios
era tan fuerte, que practicantes del esoterismo lo convirtieron en un
ídolo curativo y éxito comercial;4647 y es que por ejemplo, en
Colombia son populares los centros esotéricos fundados en honor a
Hernández, a quien llaman como Hermano José Gregorio y a ellos
mismos como gregorianos; la variedad de rituales y oraciones que
practican es amplia.4849

Fue precisamente la conexión de Hernández con el esoterismo lo


que retrasó la aprobación del culto por parte de la Iglesia Católica.47
De hecho, se indica que es precisamente esa la razón por la que el
Vaticano decició aprobar su culto público, para "descontaminar" el
culto hacia Hernández "minado" por esoterismo y prácticas
presuntamente mágicas, asociadas con frecuencia con el espiritismo
y la brujería.

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