Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
José Gregorio
Hernández
Puerto Cabello, mayo de 2021
Completados sus estudios, prefirió regresar a su pueblo natal para atender allí a sus
pacientes. Los médicos rurales como él tenían que lidiar en la Venezuela de finales del XIX y
comienzos del XX con enfermedades como la tuberculosis o el paludismo, muy extendidas entre
la población.
Hernández obtuvo una beca para completar sus estudios en París, entonces a la
vanguardia de la ciencia médica. Allí conoció avances que llevaría a su país.
El doctor Hernández destacó como docente e investigador, pero lo que le hizo ganar
fama entre los sectores populares fue su labor en la consulta, ya que atendía gratuitamente a
los enfermos pobres.
El doctor Hernández era también un ferviente católico y por dos veces intentó ordenarse
sacerdote. En 1908 fue admitido en el monasterio de Cartuja de Farneta, en la Toscana, Italia,
pero a los pocos meses mostró síntomas de una enfermedad respiratoria que aconsejaron su
regreso a Caracas.
El 29 de junio de 1919 murió atropellado en una céntrica calle de Caracas por uno de los
pocos automóviles que circulaban por Venezuela en aquel entonces.
Su imagen puede encontrarse por todas partes en el país, en carteles, murales urbanos.
afiches, etc.
El 16 de enero de 1986, el Papa Juan Pablo II, proclamó al venezolano José Gregorio
Hernández, doctor en medicina, como Venerable, título que lo coloca en el antepenúltimo
escalón en el camino a su canonización por parte de la Iglesia Católica. “Saludo a la
peregrinación de Venezuela, en honor del Venerable José Gregorio Hernández. Que vuestra
visita a la tumba de San Pedro os ayude a incrementar vuestra fe y vuestro amor a la Iglesia”,
expresó el Papa al nombrar venerable a Hernández.
Ciento sesenta reliquias con pequeñísimos fragmentos de la osamenta del beato Dr. José
Gregorio Hernández fueron confeccionadas con devoción y delicadeza por las Hermanas Siervas
de Jesús, una congregación fundada por la beata, también venezolana, Madre Carmen Rendiles.
Ya están listas para ser distribuidas dentro y fuera de Venezuela, porque la fama de santidad
del futuro beato ha atravesado las fronteras, sobre todo, para pedir su intervención milagrosa
en los quebrantos de salud, en las tribulaciones de la enfermedad y cuando la muerte acecha.