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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U.E.Colegio: San José La Salle

4to año sección A

Alumna: Rosnnymar Méndez

Docente: Deisy Blanco

José Gregorio
Hernández
Puerto Cabello, mayo de 2021

Nacido en la pequeña localidad de Isnotú, en el estado Trujillo, en el centro-oeste de


Venezuela, en 1864, pronto destacó en los estudios y fue enviado a Caracas, donde se graduó
en Medicina con excelentes calificaciones en la Universidad Central (UCV).

Completados sus estudios, prefirió regresar a su pueblo natal para atender allí a sus
pacientes. Los médicos rurales como él tenían que lidiar en la Venezuela de finales del XIX y
comienzos del XX con enfermedades como la tuberculosis o el paludismo, muy extendidas entre
la población.

Hernández obtuvo una beca para completar sus estudios en París, entonces a la
vanguardia de la ciencia médica. Allí conoció avances que llevaría a su país.

El doctor Hernández destacó como docente e investigador, pero lo que le hizo ganar
fama entre los sectores populares fue su labor en la consulta, ya que atendía gratuitamente a
los enfermos pobres.

Se le atribuye haber introducido el microscopio y haber sentado las bases de la


bacteriología y otros campos científicos hasta entonces apenas desarrollados en Venezuela.

El doctor Hernández era también un ferviente católico y por dos veces intentó ordenarse
sacerdote. En 1908 fue admitido en el monasterio de Cartuja de Farneta, en la Toscana, Italia,
pero a los pocos meses mostró síntomas de una enfermedad respiratoria que aconsejaron su
regreso a Caracas.

Un segundo intento en un seminario romano en 1913 terminó de la misma manera.

Ya asentado en Venezuela desarrolló una amplia labor clínica e investigadora, e incluso


completó un tratado de filosofía.

El 29 de junio de 1919 murió atropellado en una céntrica calle de Caracas por uno de los
pocos automóviles que circulaban por Venezuela en aquel entonces.

Al poco de morir, José Gregorio Hernández comenzó a convertirse en objeto de


devoción para muchos en Venezuela.

Su imagen puede encontrarse por todas partes en el país, en carteles, murales urbanos.
afiches, etc.
El 16 de enero de 1986, el Papa Juan Pablo II, proclamó al venezolano José Gregorio
Hernández, doctor en medicina, como Venerable, título que lo coloca en el antepenúltimo
escalón en el camino a su canonización por parte de la Iglesia Católica. “Saludo a la
peregrinación de Venezuela, en honor del Venerable José Gregorio Hernández. Que vuestra
visita a la tumba de San Pedro os ayude a incrementar vuestra fe y vuestro amor a la Iglesia”,
expresó el Papa al nombrar venerable a Hernández.

Ciento sesenta reliquias con pequeñísimos fragmentos de la osamenta del beato Dr. José
Gregorio Hernández fueron confeccionadas con devoción y delicadeza por las Hermanas Siervas
de Jesús, una congregación fundada por la beata, también venezolana, Madre Carmen Rendiles.
Ya están listas para ser distribuidas dentro y fuera de Venezuela, porque la fama de santidad
del futuro beato ha atravesado las fronteras, sobre todo, para pedir su intervención milagrosa
en los quebrantos de salud, en las tribulaciones de la enfermedad y cuando la muerte acecha.

El viernes, 30 de abril, culminada la ceremonia de beatificación, serán enarboladas


muchas de esta reliquias en santuarios y parroquias, incluso en los muchos templos aún
inexistentes, que seguramente serán intitulados al beato “Médico de los pobres”. Las encargó
el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida y Administrador apostólico de Caracas, “para
que haya una reliquia de la osamenta del beato en todas las diócesis y parroquias”. Eso refirió
monseñor Tulio Ramírez, Obispo de Guarenas y Vice postulador de la Causa de Beatificación y
Canonización del Dr. José Gregorio Hernández.

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