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BIBLIOGRAFIA JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ

Así fue llamado José Gregorio Hernández, quien nació en Isnotú, Trujillo, el 26 de octubre
de 1864. Sus padres fueron Benigna Hernández Manzaneda y José A. Cisneros M.
Estudia bachillerato en Caracas, e ingresa en la Universidad Central en 1884, donde
obtiene el título de Médico en 1888.
Cuando se disponía a ejercer la profesión en Caracas, gracias a una beca, designada por el
Gobierno de entonces, viaja a Europa para estudiar en París, algunas materias de las que
aquí no se tenía gran conocimiento. Fue así como José Gregorio Hernández se preparó con
profundidad en las áreas de: Microbiología, Histología Normal, Patología, Bacteriología y
Fisiología Experimental. Aprovecha el viaje y trae a Caracas equipos para los laboratorios
del Hospital Vargas.
A su regreso a Venezuela, en 1891, todos sus conocimientos adquiridos los vertió con
alma de apóstol en sus alumnos de la Universidad Central de Venezuela. Dicta las cátedras
de Histología Normal y Patología, Fisiología Experimental y Bacteriología. Su cátedra más
importante fue la de Bacteriología. Además, fue nombrado director del Laboratorio
Nacional, haciendo de éste «una copia exacta del de la Escuela de Medicina de la
Universidad de París».
Se dedicó a la docencia, el ejercicio profesional y a la práctica religiosa. Por esta razón, fue
profesor desde 1891 hasta 1916.
Entre las publicaciones científicas se encuentran "Elementos de Bacteriología" (1906),
"Sobre la Angina de Pecho de Naturaleza Palúdica" y en 1912 publica "Elementos de
Filosofía". En dos oportunidades quiso hacerse sacerdote, pero su condición física resultó
su mayor impedimento.
El Educador ejemplar muere arrollado por un automóvil, el 29 de junio 1919, en La
Pastora, una calle caraqueña. Los venezolanos lo veneran por sus virtudes como médico y
por su vocación religiosa.
El 30 de abril de 2021, en Venezuela, se realizó beatificación del venerable doctor José
Gregorio Hernández Cisneros. Recordando la figura del nuevo beato, el Papa Francisco ha
asegurado que el doctor José Gregorio “se nos ofrece a los cristianos y a todas las
personas de buena voluntad, como ejemplo de creyente discípulo de Cristo, que hizo del
Evangelio el criterio de su vida, buscó su vocación, observó los mandamientos, participó
cotidianamente en la Eucaristía, dedicó tiempo a la oración y creyó en la vida eterna,
como dechado de bonhomía personal y de virtudes cívicas y religiosas, de apertura, de
sensibilidad ante el dolor, de modestia y humildad en su vida y ejercicio profesional, y
también como un hombre amante de la sabiduría, de la investigación, de la ciencia, al
servicio de la salud y de la docencia”.

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