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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Instituto Universitario de Tecnología Mario Briceño Iragorry

Valera, Estado Trujillo

Vida Y Obra Del

Dr. José Gregorio Hernández

(1864-1919)

Profesor(a): Integrante:

Alberto Medina Michel Salas CI: 29814239

R22021

Valera, septiembre del 2021


José Gregorio Hernández

Nacido el 26 de Octubre de 1864 en el pueblo de Isnotú, estado de Trujillo, Venezuela.

Crece en aquel ambiente sencillo de campesinos. Sus padres, Benigno Hernández y Josefa

Antonia Cisneros, son propietarios de la tienda del pueblo. Gregorio es el mayor de seis

hermanos.  Su madre, mujer muy piadosa, muere teniendo el solo ocho años.

Mucho le debemos a la atención de Don Pedro Celestino Sánchez,  primer maestro del

pequeño Gregorio en Isnotú, quien supo descubrir las habilidades del niño y recomendó a su

Padre que lo enviase a estudiar a Caracas. Allí estudió medicina con tal éxito que el Presidente

de la República lo envió a la Universidad de París, a la Facultad de Medicina, para que desarrolle

estudios en Microscopia, Histología Normal, Patología y Fisiología Experimental. 

De regreso a su patria, cumplió con creces lo cometido: traer las piezas necesarias para un

Gabinete Fisiológico y enseñar en la Universidad Central las especialidades científicas que él

cursó.  Ejerció su carrera con mucho éxito. Fue Profesor de medicina en la Universidad Central

en Caracas. 

Habiendo cumplido con sus compromisos y también con su familia, a la cual se trajo a

vivir en Caracas y la ayudó a encaminarse, Don Gregorio quiso llevar a cabo su vocación

religiosa. Se embarcó rumbo a Italia con la intención de ser monje de clausura y así dedicarse

solo a Dios en la oración. En 1908 entró en la Cartuja de Farneta tomando el nombre de

"Hermano Marcelo". Pero nueve meses después de su ingreso, se enferma de tal manera que el

Padre Superior ordena regresar a Venezuela para recuperarse. Dios tenía otros planes para su

siervo. Gregorio por su parte nunca cedió en su amor por la Iglesia y la vida religiosa. Decía que

el sacerdocio es "lo más grande que existe en la tierra".  


Llega a Caracas en abril de 1909 y ese mismo mes recibe permiso para ingresar en el

seminario "Santa Rosa de Lima".  Pero su corazón sigue anhelando la vida radical del

monasterio. Pasados tres años, se decide intentar de nuevo. Esta vez se embarca para Roma con

su hermana Isolina. Ingresó en los cursos de Teología en el colegio Pío Latino Americano

pensando así prepararse para el monasterio. Pero una vez más sus planes se vieron frustrados por

la enfermedad: una afección pulmonar que le forzó retornar a Venezuela. 

Don Gregorio ya no intenta más la vida religiosa. Comprende que Dios lo llama a la vida

seglar. Será un seglar católico ejemplar sirviendo a Dios en sus hermanos desde su vocación de

médico, pues así también se puede y se debe ser santo. Continuó ejerciendo como médico

ejemplar. Dedicaba 2 horas diarias a servir a los pobres. Un día, mientras cruzaba la calle para

comprar medicinas para una anciana muy pobre, fue atropellado   por un vehículo. Una testigo

declaró que Don Gregorio, al ver que le venía el carro, exclamó: "¡Virgen Santísima!".  Fue

llevado en carrera al hospital donde un sacerdote alcanzó impartirle la Unción de los Enfermos

antes de que muriera. Caracas se conmovió y muchos decían: "ha muerto un santo". Fueron

tantos los que asistieron a su vela que tuvieron que intervenir las autoridades civiles para

organizar el desfile incesante. 

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