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Taller: Autocompasión

Lic. Melina Duarte

Pregunta al grupo: ¿qué creen que es la autocompasión?

La compasión está enraizada en la capacidad del cuidado por otros, sensitividad al


malestar, simpatía, tolerancia al malestar, empatía, no juicio y sostener un tono
emocional cálido. La auto-compasión es la aplicación de estas capacidades en la
propia experiencia.

La auto-compasión implica ser cálidos y comprensivos con nosotros mismos en vez de


criticarnos cuando estamos sufriendo, cuando sentimos que hemos fallado o cuando
nos sentimos incompetentes. Es una herramienta para ser menos críticos con nosotros
mismos y conseguir una visión más realista de nuestra situación.

La autocompasión tiene 3 componentes:

 Bondad con uno mismo, es decir, tratarse a uno mismo con cuidado y
comprensión, en vez de hacerlo con un juicio crítico;
 Reconocer la humanidad compartida entendida como el reconocimiento que los
demás pasan por sufrimientos similares a los propios. En contraposición
estaría el aislamiento.
 Capacidad de darse cuenta y de prestar atención a lo que está ocurriendo en el
momento presente. En el contexto de la auto-compasión, se entiende como la
capacidad de tener una consciencia equilibrada y tomar distancia de los
propios pensamientos y sentimientos, en contraposición a la sobre-
identificación. La sobre-identificación como proceso psicológico involucra una
«rumiación mental» que gira en torno a las propias limitaciones. Las personas
que se sobre identifican tienden a magnificar el significado de los errores

Es importante centrarnos en el componente de la bondad hacia uno mismo, y


reconocer cuál es su opuesto, que es uno de los elementos que más malestar
generan en una persona. ¿Cuál sería el polo opuesto del componente bondad?

Sería la autocrítica, que involucra un sentimiento de hostilidad y una constante


demanda hacia uno mismo o hacia diferentes aspectos de uno mismo. La bondad, en
cambio, supone una regla muy importante: tratarse a uno mismo con la compasión que
usualmente reservamos para otros.

¿QUÉ NO ES AUTOCOMPASIÓN?

Muchos se suelen confundir la autocompasión con la lástima por uno mismo. En la


lástima por uno mismo hay un juicio de pena y dolor, pudiendo identificarse a uno
mismo como pobre de recursos, poniéndose en juicio incluso el propio sentido de
dignidad. Este juicio produce un mayor aislamiento.
La compasión es el deseo de aliviar el sufrimiento del otro. Nada que ver con la
lástima. Es la capacidad de ponerme en el lugar de los demás cuando lo pasan mal y
querer actuar, hacer algo para que se sientan mejor. Si la persona que sufre soy yo,
puedo entrenar la autocompasión para ofrecerme alivio.

Es importante pensar por un momento en cómo tratamos a una persona querida que
acude a nosotros con un problema. Desde el tono de voz que utilizas a las palabras
que le decis, o los gestos que le dedicas. Seguramente lo primero que harás será
ofrecerle calma y después, cuando se apacigüe un poco, tal vez intentes ayudarle a
ver qué puede hacer para mejorar su situación.

Ahora, si pensamos en nosotros, en una situación en la que nos sentimos mal por el
motivo que sea. ¿Qué es lo primero que surge? ¿Cómo te comportas contigo? ¿Te
das cuenta de que, cuando las cosas van mal en nuestras vidas, tendemos a
convertirnos en nuestro peor enemigo?.

La autocompasión es tratarse a uno mismo como trataríamos a los demás cuando lo


están pasando mal. No consiste en ser autocomplaciente y permitírselo todo. No te
exime de reconocer fallos y errores. La cuestión es cómo te motivas a ti mismo. En
lugar de hacerlo con culpa y autocrítica, la autocompasión motiva como un buen
entrenador, dando ánimos, con amabilidad, apoyo y respeto.

Ejercicio: ¿cómo nos hablamos a nosotros mismos?

Las personas tendemos, en ocasiones, al autodiálogo negativo. Pensemos, si a un


amigo le está pasando algo malo, si se equivocó, si algo no le salió como quería…
¿Cómo le hablaríamos? ¿y a nosotros mismos, por qué nos hablamos de otra forma?

Los pensamientos que tenemos cuando algo no nos sale como queríamos, en
ocasiones genera más malestar que esa situación activadora. Los pensamientos son
un diálogo con nosotros mismos, de ahí la importancia de establecer una distancia
para con ellos:

 Establecer una distancia con ese pensamiento que tenemos en ese momento,
donde probablemente esté siendo afectado por la emoción. Recordar que no
somos un pensamiento que nos decimos a nosotros mismos.
 Registrar los estimulos que desencadenan estos pensamientos destructivos,
para sustituirlos por otros estímulos agradables.
 No detenerse en los errores, ya que no es algo que defina nuestra persona, en
definitiva, el error es parte de la vida y en ocasiones, es necesario para
aprender.

La compasión es esa forma en que nos acercamos a un amigo o familiar que nos
cuenta que está triste por algún problema, y uno amablemente lo escucha y apoya.
Nunca le decimos que es ridículo por sentirse así, o nos reimos de él. La próxima vez
que se encuentren criticando su cuerpo, comparándose con otros, restringiéndote,
teniendo un atracón, es importante que se miren, escuche, y preguntarse qué
necesitan, con una mirada compasiva, como si estuviesen hablando con alguien a
quien quieren mucho.

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