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“Nuestra mayor debilidad es rendirse,

la unica manerade tener éxito es


intentarlo siempre una vez mas”.

Thomas A. Edison

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CAPITULO 1

Mi nombre es Julián Rodríguez

natural de Tarancon provincia de

Cuenca, pero actualmente vivo en

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Alcorcón donde trabajo como

aparejador para una gran empresa

constructora de este país. A mi cargo

trabajan 8 operarios con todos me

llevo bien bastante bien y nunca he

tenido ningún problema. Soy soltero

tengo un piso, donde vivo solo y hasta

ahora no tengo problemas ni

económicos ni personales de

resonancia. Habiéndome presentado


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comenzare a relatar lo que yo llamo la

odisea de mi vida.

Ángel Suárez, uno de mis

operarios, nos dio la noticia que iba a

ser padre, su mujer dio a luz a un niño

que los lleno de felicidad a la pareja,

era su primer vástago y quiso

celebrarlo por todo lo alto, invito, como

no podía ser de otra manera, a todos

los que trabajábamos con él en la obra

que estábamos realizando. Ángel


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ilusionado después de ver que su hijo

y su mujer estaban bien, lleno de

orgullo prometió que la celebración

iba a ser un día grande, mientras

repartía puros entre todos los

compañeros que entre abrazos, risas y

bromas le dábamos la enhorabuena.

Nos citó, no sin insistir que no podía

faltar nadie, al domingo de la semana

siguiente para asistir al bautizo.

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Aquel domingo me desperté y

empecé a prepararme para asistir a la

celebración. Salí de casa con tiempo

para llegar sin prisas al lugar de la

celebración, después de la ceremonia

religiosa nos instaron a reunirnos en el

lugar que habían preparado para la

celebración del evento. Cuando

llegamos me vi sorprendido de ver la

cantidad de gente que allí nos

habíamos reunidos, no soy propenso a


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frecuentar estas reuniones, desde que

salí de mi pueblo, y debo decir que me

sorprendió gratamente. Ángel me

presento a su mujer y a su hijo recién

nacido, les di la enhorabuena, alabe lo

bonito que era el niño y me retire

buscando un refrigerio. La gente se

reunía en corrillos donde se oían risas

y chascarrillos entre cervezas, vinos y

aperitivos, allí estaban mis

compañeros de trabajo y gente nueva


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para mí que en un primer momento

era un poco reticente a juntarse con

gente desconocida, pero que según la

fiesta se iba alargando las reticencias

eran menos y los asistentes se fueron

mezclando y presentándose entre sí.

Julián me presento a su prima

empezamos a charlar y conocernos,

yo no sé el tiempo que paso pero creo

que estuvimos hablando casi toda la

fiesta hasta la hora que tuvo que irse,


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me sentía a gusto hablando con ella y

ella estaba a gusto conmigo y cuando

llegó la hora de despedirnos nos

dimos los teléfonos para llamarnos y

poder quedar otro día.

Cuando llegue a casa me puse

cómodo y empecé a pensar en la

chica que había conocido, Rosa como

me dijo que se llamaba, Me había

caído bien, bien quien dice bien podía

decir que algo más que bien, me había


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gustado, era algo más joven. En un

primer momento pensé que no pasaba

nada si ella no me llamaba, pero acto

después decidí que si ella no me

llamaba al final de la semana la

llamaría a ver que me decía y pedirla

que quedáramos e ir a verla, con este

pensamiento me fui a la cama, al día

siguiente había que volver a la obra.

Al día siguiente que nos

encontramos todos en la obra, unos


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con mejor cara y otros con síntomas

de haberse pasado algo más de la

cuenta en el convite. Comentamos lo

bien que lo habíamos pasado el día

anterior y dimos las gracias a Ángel

por la invitación y lo bien que nos

habían tratado ese día, pero el mundo

seguía girando y el trabajo no se hacía

solo, con lo que nos pusimos a

trabajar pasando la semana sin más

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acontecimientos que no fuese nuestro

trabajo.

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CAPITULO 2

Llegó el viernes y durante la

semana no había tenido noticias de

Rosa. Durante toda la mañana

navegaba en un mar de dudas, no

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sabía si llamarla, por lo que podía

decirme o si se acordaría de mí.

Ese viernes no tenía pensado salir

por donde normalmente acostumbro

por lo que pensé que sería mejor

llamarla.

Cogí el teléfono, marque el

número y después de algunos tonos

alguien cogió el aparato al otro lado de

la línea, una voz de mujer se puso al

teléfono, pregunte por ella y la voz me


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dijo que era ella misma quien había

cogido el teléfono. Me presente y entre

algunas risas nerviosas y frases

triviales la propuse que nos viéramos

el domingo por la tarde, para mi

regocijo me contestó que no tenía

ningún inconveniente que el domingo

a partir de las 5 lo tenía libre, así nos

despedimos esperando en que el

domingo nos volveríamos a ver.

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Cuando colgué el teléfono estaba

un poco nervioso, no sé la razón pero

tenía ganas que llegara cuanto antes

el día y la hora de nuestra cita.

Llego el momento del encuentro,

fue muy cordial y un poco inquietante,

hacía tiempo que no me sentía con

este pequeño desasosiego. Nos

sentamos en una terraza, después de

pedir nuestras consumiciones

empezamos a hablar. Rosa empezó a


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contarme que trabajaba como

secretaria en Barreiros, una empresa

dedicada a la construcción de

automóviles y camiones, ya llevaba 5

años muy a gusto en la empresa,

además de alguna otra curiosidades

de su vida como que le gustaba

cambiar de ropa cuando se podía y de

más pequeñas cosas de su vida diaria.

Yo empecé diciendo que la dije ya

cuando nos conocimos que era


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aparejador, de un pueblo de Cuenca y

que trabajaba en la construcción en

una empresa donde llevaba 7 años.

En cuanto a mi familia le conté que

había perdido a mis padres hacía ya,

que solo me quedaba un hermano y

un sobrino pero vivían en el pueblo. En

lo referente a mi persona le comente

que vivía en Alcorcón solo en un piso

de mi propiedad entre otras

vaguedades, no me quejo de la vida


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que llevaba sin problemas económicos

ni personales.

Así pasamos la tarde, todo muy

normal llegó la hora de marcha nos

dimos las manos y quedamos en

llamarnos eso si esta vez le tocaba a

ella llamarme a mí, entre risas me dijo

que lo haría.

Cuando me quede solo pensé en

que las cosas podían salir bien, tenía

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un poco de miedo de como seria, la

próxima cita con Rosa.

Yo no estaba acostumbrado a

estar con chicas, no había tenido

nunca novia, esta vez la chica me

gustaba algunas cosas de lo que decía

no las veía bien aunque eran de poca

importancia, ahora solo me quedaba

esperar, la tocaba a ella llamarme así

que solo tendría que esperar su

llamada.
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Pasaron los días, llegó el jueves y

sonó el teléfono lo cogí y era Rosa,

entre risas me decía que no se había

olvidado que la tocaba ella de llamar y

así lo había demostrado, la

conversación se alargó hablábamos

de todo lo que habíamos hablado la

vez anterior y poco más porque

volvimos a quedar el sábado en

vernos. Al colgar el teléfono, note que

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deseaba que estuviéramos otra vez

juntos al igual que yo.

Llegó el sábado y nos vimos como

estaba previsto, nos saludamos y

comenzamos a pasear sin un plan

establecido, mientras paseábamos

aproveche para preguntarle que

pensaba de nuestros encuentros y

casi sin dejarla contestar le propuse la

posibilidad de dar un paso más allá y

vernos como novios no ya como


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amigos, me miro con una expresión

mezcla de la sorpresa, miedo y

alegría me contestó que si yo quería

que podíamos intentarlo.

Empezamos a comunicarlo a todo

el mundo aunque era un secreto a

voces, ya se lo figuraban.

Los encuentros se hicieron más

frecuentes, también cambiaron

nuestras conversaciones que se

hicieron mas intimas así como algún


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arrumaco en la oscuridad del portal

donde dejaba a Rosa después de

pasar la tarde juntos.

El tiempo pasaba y la relación iba

viento en popa y yo me sentía muy a

gusto cerca de Rosa. Una tarde justo

antes de coger las vacaciones, en uno

de los frecuentes encuentros que

teníamos salió en la conversación la

idea del matrimonio. Rosa me dijo que

teníamos que casarnos pronto porque


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sería lo mejor. Yo con la edad que

tenía me parecía bien así que la dije

que cuando volviéramos de las

vacaciones lo haríamos.

Así fue tan pronto como llegamos

de las vacaciones nos pusimos manos

a la obra, lo preparamos como si fuera

de urgencia.

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CAPITULO 3

Llegó el día del acontecimiento fue

maravilloso, nos reunimos la familia,

amigos y gente a la que yo no conocía

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y que hasta el momento creo que no

volví a ver, para celebrarlo.

Nos fuimos a vivir a mi piso de

Alcorcón que estaba muy bien para los

dos. Rosa le dio el toque femenino que

necesitaba, ella seguía trabajando en

su empresa y yo seguía en la mía

todos tan felices había mucho trabajo.

En mi trabajo empecé a darme

cuenta de la cantidad de material que

pedía a las empresas de materiales y


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pensé que si pusiera un almacén de

materiales de construcción me los

compraría a mí en vez de a un tercero

con lo que sacaría unas ganancias

más suculentas después de pensarlo

bien se lo comenté a Rosa que me le

parecía una buena idea.

Empecé por buscar un local y

pusimos lo que habíamos pensado,

fue un acierto porque nos iba de

perlas, hasta el punto de que Rosa se


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iba a pedir una excedencia para que

llevar el almacén, aunque estaba

embarazada y pronto tuviéramos que

buscar a otra persona para quedarse

en el almacén aunque ella seguiría

supervisándolo y con la idea de que

cogiera de nuevo las riendas después

del parto. Las ventas fueron como

teníamos pensado, entre los pedidos

que hacia yo desde mis obras y los

que nos hacían particulares y otras


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empresas de construcción la

facturación subía junto con la ilusión

de nuestra vida en común y el

nacimiento de nuestro hijo.

Rosa dio a luz un niño al que le

pusimos de nombre Carlos. Rosa tuvo

que dejar de ir a trabajar en la oficina

para atender al niño y tuvimos que

hacer algunos cambios. José, que se

encargaba del almacén, de la entrega

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y la recepción del mismo paso a la

oficina y encontramos una persona

para que se hiciera cargo de lo que

hacía José.

Había veces que yo pensaba en

dejar mi puesto y hacerme cargo del

almacén de materiales pero luego me

daba cuenta que mi mejor cliente era

la empresa en que yo trabajaba que

me daba ganancia solvente, eso sí de

vez en cuando me daba una vuelta


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cuando estaban los empleados que

tenía para charlar con ellos del

negocio que teníamos entre manos,

los sábados y domingos los empleaba

en mirar las cuentas de los libros.

Llegaron la época se vacaciones

y en vez de irme de vacaciones me

quedé para ir todos los días a ver la

ruta del almacén y viendo su marcha

me di cuenta de que se perdían en

algunos pedidos por no poder llevarlos


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directamente a la obra. Hablándolo

con José me di cuenta de que

necesitábamos un pequeño camión

para su reparto y que las ganancias y

los clientes fuera mayores, llegue a

casa y se lo comenté a Rosa, estuvo

de acuerdo dándome la razón aunque

por otra parte también me decía que el

niño necesitaba mucha ropa y otras

cosas y para ella también necesitaba

de todo como un abrigo un poco


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decente, terminamos por decidir que

lo del camión lo dejaríamos un poco

más tiempo y cuando pasaran unos

meses lo compraríamos porque sin el

camión perderemos dinero y eso no

nos convenía para intentar

engrandecer el negocio.

Pasaron dos años, Rosa solo se

dedicaba al niño, ya tenía 3 años

pensé llevarla al macen y viera que de

verdad nos hacía mucha falta el


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camión. Yo después de mucho pensar

había tomado la decisión de dejar de

trabajar en la empresa que estaba

trabajando hasta ahora, pediría la baja

para empezar a trabajar en el

almacén, aunque lo de irme de esa

empresa no la hacía mucha gracia,

cuando le comunique mi decisión no

dijo nada.

Así empezó mi trabajo en el

almacén momentos después de dejar


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de trabajar en la empresa que siempre

estuve.

Compramos un camión no muy

grande y claro que se notó, los

pedidos subieron más de un 25% de

mejora. Así tuvimos un año más que

bueno porque las ventas cada día

subían más. Rosa empezó

preocuparse por la educación de

Carlos ya era hora de llevarle al

colegio y me comento el llevarle a un


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colegio privado porque siempre

aprendería más y mejor, cosa que a

mí no me gustaba demasiado. Pero

por evitar el primer enfrentamiento lo

acepté, a partir de ese día Rosa

llevaba al niño todos los días al

colegio. Allí se encontraba con las

madres de otros niños.

Rosa empezó a cambiar me decía

que la ropa no le gustaba tenía que

usar otro estilo de vestir, no quería ser


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menos que las otras madres, al fin

dinero había así que hiciera diera la

gana.

El almacén caminaba viento en

popa porque había trabajo en la rama

de construcción de sobra, no

podíamos perder la ocasión de

aprovechar ese tiempo, el camión

también iba de maravilla y ya estaba

pensando comprar un tráiler, ir hasta

Castellón para comprar todos los


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artículos de cerámica lo que nos

ahorraría gastos de transporte. Lo

pensé y se lo dije a Rosa, empezó

diciéndome que había otras cosas

más importantes que teníamos que

hacer, comprar una casa o chalet

porque el niño necesitaba estar con

otros niños de más nivel con el

pretexto que en esos barrios la gente

esta más educada y el niño tendría

más posibilidades.
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En un principio yo no la hacía ni

caso porque no veía la necesidad,

pero todos los días a partir de aquí no

me deja en paz ni un momento con

sus comentarios, para que me dejara

en paz la dije que estaba de acuerdo

si primero comprábamos un tráiler,

necesario para el negocio y que sería

el que pagara la casa que tanto

ansiaba, después cuando ella quisiera


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compraríamos la casa, dio por bueno

el trato.

Compramos el camión grande,

tuve que buscar un conductor para

transportar todo el material que por

aquí se usaba.

El niño iba creciendo y cada día

nos dábamos cuenta que era bastante

inteligente y las notas eran siempre

muy buenas por lo que estábamos

muy contentos. Rosa no se olvidaba el


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trato que hicimos y reiteraba que nos

teníamos que ir de Alcorcón para que

nuestro hijo tuviese más

oportunidades ya que en barrio donde

vivíamos los vecinos no estaban a la

altura.

Un día le dije a Rosa que si tenía

tantas ganas de irse tenía que ser la

que buscará lo que tanto deseaba. Ahí

empecé a pensar que la mujer que yo

conocí no se parecía a la mujer con la


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que vivía, ni a nadie que yo conocía,

miraba a los vecinos por encima del

hombro y comprendí que quizás me

había equivocado.

El día que el niño cumplió los 10

años y la madre dijo que tenía que

hacer la Primera Comunión, bien, la

conteste, y empezó los preparativos,

aquello fue un tirar la casa por la

ventana, a resultas mi boda

comparada con la comunión fue una


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minucia de las grandes, alquilamos un

salón casi que no cabemos de la gente

que éramos pero ella era tan feliz que

todo estaba justificado. A la comunión

no pudo venir mi padre porque hacía 7

meses que había fallecido, los que si

vinieron fue mi hermano, mi cuñada y

mi sobrino, que se sintieron como

peces fuera del agua sin conocer a

nadie pero parece ser que se lo

pasaron bien.
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La celebración no hizo que Rosa

se olvidara de la casa y volvió a la

carga dándome la paliza, ya por fin la

dije que empezara a buscar, mientras

yo seguía con mi almacén que era

dónde estaba más a gusto y me

quitaba la ansiedad que me provocaba

el tema de la casa.

A los pocos días, Rosa me dijo

que en la calle del río Tajo había

estado viendo un hotelito, muy bonito,


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no es muy grande pero que para

nosotros tres era suficiente, era de un

notario que se mudaba a Cáceres y le

corría prisa el venderlo, yo no sabía

qué hacer, si decirla que no quería

saber nada de todo eso porque veía

que si seguía diciendo a todo que sí

no sé a dónde iríamos a parar, así que

la dije que sería lo último que

haríamos, no estaba bien que no

tuviéramos voluntad para ahorrar, algo


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que podía pasarnos a nosotros o al

niño y tendríamos que tener un

colchón en caso de apuro.

Al final fuimos a verlo y la verdad

es que no estaba nada mal pero había

dos cosas que no me gustaban, en

esos barrios por las calles no ves casi

a nadie y otra es que toda esa gente

no son de la forma de pensar que soy

yo, pero no quise complicarme la vida,

la hice ver algunas de las pegas que


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se veían venir pero ella no veía nada

más que el chalet y estar entre la

gente pudiente y eso a mí no me

gustaba porque el rico es rico y tú por

mucho dinero que tengas siempre te

consideraran un pobre.

Al final compramos la casa yo no

conocía a nadie, hablé con Rosa

diciendo la que se diera cuenta de que

barrio habíamos escogido era un error

que estábamos muy solos pero Rosa


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se contentó diciendo que no me

preocupara porque ella se encargaría

de cambiar la situación. No se

equivocaba porque al poco tiempo ya

tenía confianza con una vecina del

chalet de al lado, para lograrlo vigilo a

que peluquería iba. Rosa empezó a

frecuentar la misma peluquería, allí

Rosa se presentó como que era nueva

en el barrio y así empezó la amistad

entre las dos, la vecina en plan


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presentación invitaría a otras vecinas a

tomar café en su casa para que

empezara a relacionarse.

A los pocos días se presentaron

los vecinos de al lado junto con otros

amigos del vecindario.

Llamaron y yo fui a la puerta los

conocía solo de vista, Rosa al oír la

conversación se apresuró a llegar a la

puerta para recibirlos, parece ser que

los había invitado a tomar café, les


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invite a que pasaran y Rosa se

convirtió en la anfitriona de la casa, los

invito a que se sentaran mientras ella

ponía el café en el fuego. Mientras

esperábamos la llegada del café y las

pastas nos fuimos presentando, el

primero fue mi vecino Julián y su mujer

que estaba ayudando a Rosa a

preparar el refrigerio, Ángel un cirujano

y su mujer Isabel. Tuvimos una amena

conversación con lo que me quedo un


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buen sabor de boca, antes de irse

Ángel nos propuso que la semana

siguiente eran ellos los que nos

invitaban a nosotros a pasar el fin de

semana en un chalet que tenían el

pueblo El Espinar y que así

conoceríamos la casita que tenían a

ver si nos gustaba.

Rosa no tardo en estar de acuerdo

con el plan de fin de semana, ella no

se daba cuenta que quizás fuese muy


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pronto para profundizar en la relación

porque ellos no sabían como éramos,

sí a que nos dedicábamos, que ya dije

yo, porque no me fiaba que mi mujer

dijera si era conde general, marqués o

hasta ministro. De todas las maneras y

después de poner algunas excusas

que cayeron en saco roto aceptamos

la invitación.

Llegó el fin de semana y nos

pusimos en marcha hacia el chalet del


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señor Ángel y su mujer, nos pidieron ir

en su coche porque éramos cinco y su

coche. Llegamos al pueblo y su chalet

estaba cerca y al verlo fue lo que más

me gustó, desde mi ojo profesional,

pasamos un buen día pero yo no

dejaba de pensar en el embrollo en el

que me había metido Rosa.

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CAPITULO 4

Paso bastante tiempo tranquilos

con un buen paso del negocio, las

nuevas amistades, Rosa mas tranquila

y el niño con sus estudios pero solo

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era un espejismo la crisis volaba sobre

nuestras cabezas empezó a tocarnos

de lleno, la construcción fue la primera

en estar afectada, lo que nos hizo

tomar la decisión de despedir a tres de

los obreros que teníamos, vender el

camión grande y yo quedarme solo el

almacén.

A Rosa la puse al día en lo que

nos estaba pasando, ella de primera

no se lo creía pero al ver que el


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camión lo había vendido lo primero, se

dio cuenta de lo que estaba

empezando, me dijo que tendríamos

que poner en venta el chalet porque

no quería que la gente se enterará de

nuestra situación, así estuve casi un

mes y una tarde estando en casa sonó

el timbre, Rosa abrió, era señor Ángel

nos dijo que había visto el cartel que

se vendía y paso a preguntar qué

pasaba y Rosa antes que yo dijera


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nada le contesto que teníamos que

irnos porque nos teníamos que

hacernos cargo de una sucursal en

Tarragona y como era para siempre

aquí ya no hacíamos nada, ahí la

razón por lo tenemos puesto el cartel

de su venta.

El señor Ángel empezó diciendo

que tiene un cuñado hermano de su

mujer que le gustaría vivir por esta

zona y que si llega las condiciones que


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pueda pagar que se queda con él, yo

le dije que podía venir a verle cuando

quisiera que hablando se entiende la

gente. El señor Ángel desde casa

llamo a su cuñado que le dijo que no

tardaría en estar aquí cuando, llegó sé

que saludaron y empezamos a hablar

de precios, le pedí lo que sabía que no

me iba a pagar porque la vivienda

había bajado y no valía lo que a mí me

había costado, este hombre me dijo


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que él sabía que la vivienda de hoy no

era la de hace un tiempo atrás antes

de la burbuja pero que ahora los

precios estaban como estaban y como

podía comprender no me daría mas,

yo comprendía que tenía que bajarlo

porque pero era mucha la pérdida pero

me convenía terminar de una vez en

esta historia que mi mujer me metió

sin yo ni comerlo ni beberlo, tragué

saliva y salimos corrieron las lágrimas.


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Le pedí que me dejara tiempo para

sacar nuestras pertenencias, me dijo

que no había problema teníamos unos

días para arreglar la documentación

del chalet y quedamos para el día

siguiente.

Tan pronto como el tío se fue el

señor Ángel quiso enterarse más de la

prisa de mí salida de la casa, pero allí

tenía Rosa para decirle las causas a

su manera.
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Tan pronto como el señor Ángel se

fue marche para el almacén en

Alcorcón y dije a Rosa que cuando

volviera el nuevo comprador que le

dijera lo que se le antojara que yo no

estaba en casa, yo me iría al almacén

para empezar buscar alguna solución,

por ver si esta vez había un poco más

de suerte que el día anterior.

Ese día el almacén le tenía

cerrado, no fui a comer a casa se me


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quitaba el hambre comiéndome las

calles del pueblo, había muchos pisos

que se vendían unos por una causa

por otra no daba con la razón de que

no me convenía quedarme con alguno,

ya bien entrada la tarde me fui a dar

una vuelta y casi encima de la tienda

del almacén había un letrero que

decía, se vende y el teléfono para en

caso de que le interesara solo había

que llamar. Llame al teléfono que


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estaba en el cartel y me contestó una

señora, pregunté por el piso ella me

dijo que tenía dos dormitorios grandes,

comedor, cocina y el servicio

completo, con calefacción me comento

que si estaba con interés de verle que

esa tarde no podía ser pero que al día

siguiente podía estar a las 10, y a esa

hora quedamos en vernos.

Me fui para casa para ver qué

había pasado con el que nos había


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comprado la casa la pregunté a Rosa,

me contesto que había estado en casa

sobre las 12, para justificar mi

ausencia le había dicho que me tuve

que ir a la empresa para dar

información del traslado a Tarragona y

que era el motivo de haber tenido

haber vendido la casa para

trasladarnos a esa ciudad, el hombre

lo entendió por decirle. El hombre

marcho esperando que le llamaremos


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al otro día, yo tenía que estar a las 10

para ver el piso dije a Rosa que viniera

a ver la vivienda por si no la gustaba

me dijo que si quería ir conmigo pero

lo dijo de mala gana aunque quería

solucionarlo todo antes que los

vecinos descubriesen.

Cuando llegamos la señora ya nos

estaba esperando subimos al piso que

era el segundo, llamamos, nos abrió

una mujer que nosotros no


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conocíamos y nos dijo que nos estaba

esperando. Nos te enseño el piso, era

pequeño pero estaba bien para

meterse a vivir, con un buen pintado.

Nos contó que no había ningún

problema de documentación ni nada

que lo impidiera, mi mujer me decía

que no le gustaba pero que de

momento nos quedábamos con él, yo

pienso que el decir ella que si era por

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las ganas que tenía por encubrir su

mentira frente a las nuevas amistades.

Nos trajeron los muebles, la mitad

no valían porque todos nos caían

grandes así que aprovechamos los

que podían entrar en el piso y los

demás los venderíamos.

Rosa no se hacía, el cambio era

superior a ella, pero tenía que

comprender que en nuestra vida tenía

que haber un cambio.


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Yo por las mañanas me levantaba

y me iba a pasar la mañana almacén

de materiales, no digo vender porque

la verdad es que no me lo llego a creer

que esta crisis afectara tanto a la

construcción, que me entrará tanto

dinero y de la noche a la mañana no

sacaras ni para tabaco.

Cuando llegue a casa a mediodía

y me dice mi mujer que la dé dinero

para poder ir al mercado, yo la di lo


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que tenía que no llego ni a 30 € me

respondió que con eso no tenía ni para

comprar el pan, yo intente hacer la

comprender que las vacas gordas ya

no estaban en nuestro corral teníamos

que hacer otras cosas más

importantes que lo de comer poco o

mucho.

Esa semana tuvimos que arreglar

primero la del chalet y también lo del

piso y eran muchos papeleos los que


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había que arreglar cuando vi que todo

había terminado descanse de tal

manera que parecía otra persona, a mi

hijo todo lo que hicimos le parecía bien

porque él sabía lo que nos estaba

pasando y nos dijo que pensaba de

salirse de la Universidad y buscar

trabajo para ayudarnos en lo que

pudiera y le dijimos que él estaba en

una situación que no podía dejarlo

porque le quedaba solo 2 años para


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terminar la carrera y no se le ocurriera

hacer esa barbaridad porque nosotros

ya veríamos cómo conseguir una

solución. Cada día que pasaba las

cosas iban de mal a peor entonces le

dije a Rosa que la única cosa que

teníamos que hacer es pensar la

forma de ponernos a trabajar y

buscarnos la vida donde sea que así

no podíamos seguir, la respuesta de

Rosa no se hizo esperar y no pudo ser


75
más clara, me respondió que eso ni lo

sueñes esa la respuesta que tuve y

que las cuentas no salían era porque

yo no había sabido hacer bien mi

trabajo. Estas palabras, a mí me

sentaron muy mal y empezó la primera

guerra, iba a ser larga y dura porque

no sé puede consentir que me dijera

todo eso, la replique que si estábamos

así era ella la culpable porque querer

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aparentar cuesta mucho dinero.

Fue el inicio del fin.

A partir de entonces todos los días

teníamos broncas porque estábamos

acostumbrados a tirar el dinero y

ahora que no teníamos ni para comer

se hacía muy cuesta arriba, de lo malo

a lo bueno se lleva bien pero de lo

bueno a lo malo se lleva mal, muy mal.

Casi no nos miramos, así no se podía

seguir y llego lo que tenía que llegar,


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no se podía seguir de esa forma la dije

que si no cambiaba la única solución

sería la separación. No la puedo

sentar peor y me contestó que no me

preocupara que ya tuviera la solución.

Nos quedamos los dos como mudos y

no volvíamos a hablar hasta otro día

cuando volví del trabajo y la di el

dinero que había sacado en el día, la

di 43 € y la respuesta fue con esto no

vamos a tener para ir de vacaciones


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no la conteste para no salir otra vez a

gritos. Pasaron unos 3 meses las

cosas ni se arreglaban y se

empeoraban ya la entregaba lo que

iba sacando de la tienda pero por

querer seguir a ver si cambiaba el

panorama empecé a no pagar el

alquiler de la tienda porque llegó el día

de pago y si pago no llevo nada a

casa.

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Pensé que no había otra solución

que ponerse los dos a trabajar donde

sea y de lo que sea, pero ya me había

dicho que eso de trabajar nada y que

mi obligación era ganar para

mantenerla, no para matarla de

hambre, no la dije nada, salí de casa

sin decirle nada y me fui al almacén

que era donde mejor estaba.

Estando en el almacén tranquilo

me llegó lo que nunca pensé que iba a


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tener, una gran sorpresa, llamaron a la

puerta, fui a abrir y me encontré con

dos policías que me preguntaron si yo

era Julián Rodríguez, les respondí,

que si yo soy, a lo que me pidieron

que por favor les acompaña a

comisaría que tenía que declarar de

una denuncia que tenía en contra mí.

Recogí, cerré la puerta de la

tienda y salimos hacia la comisaría.

Llegamos, me hicieron pasar una


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habitación. Con una mesa y dos sillas,

invitándome a sentarme.

Empezaron por preguntarme si

tenía algún problema con mi mujer, de

primeras no comprendía nada, yo

pensé que me preguntarían por los

recibos del alquiler de la tienda, pero a

cambio me comunicaron que había

una denuncia por maltrato a mi mujer.

Cuando escuché esas palabras me

quedé anonadado, mudo, no sabía


82
que decir ni que pensar creí que

estaba soñando porque en la verdad

no podía ser realidad pasarme eso a

mí, casi sin tener fuerza para hablar

les dije que tenían que haberme

confundido con otra persona porque

yo con mi mujer, no es que tuviéramos

una relación idílica pero jamás

habíamos tenido una relación tan mala

para llegar a tener que denunciar me

dé ese delito. La policía me comento


83
que ninguno maltratador reconoce que

lo es, en este caso la denuncia estaba

acompañada por la firma de una

persona como testigo por lo que tenía

que pasar por un juez para que dictara

lo que tenían que hacer conmigo.

Yo todavía no me lo creía seguía

pensando que estaban equivocados

bueno después de mucho tiempo me

dijeron que podía marcharme pero no

me aclararon ni cuándo ni dónde se


84
produjeron los hechos por los que se

me acusaba. Me fui para casa iba

como sonámbulo esto no lo podía

digerir, pensaba en la reacción que

iba a tener cuando la tuviese enfrente.

Pensé que si fue la que denuncio,

porque lo había hecho, yo no soy de

esa calaña, me serene un poco subí

las escaleras con la determinación de

salir de aquella casa y no volverla a

ver. La dije que aquello había sido la


85
gota que había colmado el vaso que

habíamos terminado.

Ella me sorprendió con su

respuesta, ahora me das el dinero que

quieres, haciendo esto primero te

tienes que ir de casa y al mismo

tiempo me tienes que pagar lo que te

ponga el juez para mí y para lo que te

ponga para nuestro hijo cada vez me

quedaba más sorprendido, no creía lo

que estaba escuchando hasta donde


86
llegaba la mujer que tantos años

habíamos estado juntos, como no me

había dando cuenta de ese monstruo,

perverso y manipulador. Cuando vino

mi hijo a casa yo le estaba esperando

para contarle todo lo que su madre

estaba haciendo, le dije que se

sentará, le conté todo lo que había

pasado y él se echó a reír diciéndome

que no me creía nada porque tenía

que ser una broma. Ella que estaba


87
presente contesto a su hijo diciéndole

lo hago porque tu padre me tiene sin

dinero y si sigue así no nos va a dar ni

para comer y denunciarle el juez le va

a obligar a pagarnos a los dos lo que

sea necesario para que podamos vivir.

Mi hijo se puso de pie y le dijo

pero mamá eso que denunciaste es

mentira y si eso entera la policía la

perjudicada eres tú arreglarlo

hablando que así no se van a arreglar


88
las cosas como nosotros podemos

hacerlo, ahora el tendría que declarar

que es mentira lo que tú dices te

perjudicó a ti y si declaro en contra

perjudicó a mi padre y si no digo nada

perjudicamos todos por lo que os pido

que lleguéis a un acuerdo y ganamos

los tres.

Rosa que no podía retirar la

denuncia porque lo hecho está y que

sea lo que Dios quiera así que no


89
había arreglo de nada todo seguía

igual, solo había que esperar lo que

tenía que pasar.

Salió el juicio y me pusieron el

castigo que tenía que abandonar mi

casa y no acercarme ni en 500 metros

de la casa lo que se creaba un

problema y es que mi puesto de

trabajo estaba a menos de esos

metros, me permitieron que de poder

entrar pero con un castigo de tener


90
que pagar una cantidad de dinero que

me sería imposible de pagar todos los

meses por mi mujer y por mi hijo por

estar estudiando y estar en el domicilio

de la madre.

Pensando de donde sacar el

dinero, no sé qué iba a pasar porque

de la tienda no sacaba ni para pagar el

alquiler de la tienda, pensé que no me

iba a librar de ir a la cárcel y quizás

esa fuese la solución, sin casa, sin


91
trabajo, lleno de deudas allí por lo

menos la comida y la cama la tenía

segura.

Así pasaron los días yo dormía en

la tienda con el miedo que un día

vinieran a echarme por impago del

local. Vino a la tienda mi hijo, un

sábado, le pregunté qué había pasado

y me dijo que no pasaba nada que su

madre había estado otra vez en el

juzgado a reclamar el dinero, dice que


92
tienes que pagar nos, por lo demás sin

importancia. Él me dijo que en las

discusiones que tiene con ella al

respecto la dice que culpa es suya por

poner denuncias solo con el afán de

conseguir un dinero y un estatus

totalmente incompresible en aquellas

circunstancias.

Algunas veces llego a casa, me

contaba, y no está y cuándo vuelve me

dice que está en casa de una vecina y


93
nada más yo no quise decir la nada

solo le pregunte como estaba él y que

sentía por lo que estaba pasando que

ya me gustaría pagar lo que me

habían impuesto y así que me dejara

en paz de una vez.

94
95
CAPITULO 5

Una mañana acudió el dueño del

almacén y me dijo que al final que iba

a hacer porque él tenía que saber en

qué iba a terminar los problemas que

96
tenía. Mi problema era grande porque

lleva varios meses sin pagarle y como

no podía pagarle nada le propuse un

trato que era que se podía quedar con

todo el material hasta cobrar el dinero

que le debía y el resto peritarlo, partirlo

en dos y una parte para cada uno, mi

parte me la pagaría y él se quedaría

con todo el material. Total que

llagamos a un acuerdo y me puso una

condición que era que podía seguir en


97
el almacén hasta que se terminará de

arreglar todo el papeleo y marcharme

al terminar, todo esto se perito y me

pagó 30000 €.

Llame a mi hijo para que se pasar

por el almacén para contárselo, llegó

el sábado estaba como loco por verle

para decirle lo que había pasado y

preguntarle si le parecía bien porque

mi hijo era buena persona y un chico

que si sabía lo que estaba pasando en


98
nuestra casa, ese día le esperaba más

pronto y al contrario al final llego más

tarde, nos saludamos y le volví a

preguntar lo de siempre me dice que a

su madre no la hace ni caso,

parecemos extraños viviendo en la

misma casa entonces empecé a decir

le tengo que contarme lo que me

atrevido hacer no sé si está bien o mal

pero esto ya está hecho le conté todo

y hasta el dinero que cobre y como


99
había decidido dividir el dinero que

había podido conseguir, lo he repartido

esta forma 5000 € para tu madre 5000

para mí y 10000 para que pudiera

seguir con sus estudios y el resto le

dejamos para una urgencia. Le

pregunte por su madre y me contesto

que casi no la veía porque los medios

días no estaba en casa y si tardaba se

iba a dormir, no sabía nada así que no

quise preguntarle más.


100
No encontraba trabajo corría todas

las empresas constructoras de

algunas de las que antes eran de

nosotros habíamos llevado los

materiales pero todas me contestaba

lo mismo que la crisis, así unos y otros

igual todos pensé irme al pueblo y tal

vez mi hermano podía echarme una

mano porque a mi edad también una

es una pega para encontrar trabajo

pero estaba mi hijo en Madrid yo no


101
podía estar sin verle así que quitaron

las ganas de irme al pueblo, pero

tampoco lo descarte totalmente.

Llevaba sin saber nada de Rosa y

pensando que no la había pagado

nada eso era algo raro, ni del juzgado

tampoco había tenido noticias por lo

menos en dos o tres meses, por lo

menos me daba un poco de aire.

Tuve una pequeña chapuza pero

de poca importancia, de los 5000 €


102
que me quedé casi que no me

quedaba, gracias a la chapuza sino

que hubiera sido de mí pero algo se

arregló de momento. Era sábado y

venía mi hijo a verme era el único día

en que me hacía feliz, esperaba a ver

qué noticias me contaba. Le abrace y

le pregunté cómo estaba, me dijo que

llevaba muchos días sin saber nada de

su madre, yo en esos momentos me

quedé sorprendido que su hijo llevaría


103
días si tener noticias de ella, qué pasa

con esa mujer que tantos quebraderos

de cabeza le está trayendo ya que

hasta su hijo no sabía nada de su

madre. Me pregunto si yo sabía algo y

le dije como me preguntas eso sí tú

sabes que desde que me mandaron

que tenía que dejar la casa no la he

visto así que no tengo ni idea de

dónde puede estar, y me dice que le

diga la verdad porque lleva 5 días sin


104
saber nada si por su casa eso no es

para pensar muchas cosas.

Yo me quedé de piedra porque mi

hijo estaba pensando que yo había

hecho algo a su madre entonces le

mire de frente y le dije Carlos, yo te

digo que no sé nada de ella porque

desconfías de mis palabras porque a

mí nunca, que no me has encontrado

una mentira. Me contesto que era

muy raro que ella no acudiera a casa


105
aunque algunas noches acudiera más

tarde pero no faltó nunca, eran 5 días

y si pasa algún día más tendremos

que denunciar su desaparición.

Estuve de acuerdo pero yo no

podía hacer nada porque estaba

separado y él era el que tenía que

denunciar, yo le apoyaría en todo e iría

donde hiciera falta, yo no tenía nada

que temer y así quedo toda la

conversación.
106
Él se fue un poco mosca cuando

pasaron unos 8 días estaba

terminando en desalojar el almacén y

se volvieron a presentar dos policías,

pensé, inocentemente, que si no había

aparecido el culpable de toda su

desaparición ese era yo, era la verdad

y así fue me dijeron que les tenía que

acompañar a la comisaría que tenía

que declarar. Los acompañe a la

comisaría, yo tranquilo como si no


107
pasará nada, mi conciencia estaba

tranquila, volví la misma habitación de

la primera vez, me dijeron que me

sentará, enfrente de mi sentó una

persona, no era de los que me

acompañaron, era la primera vez que

le veía. Empezó la batalla lo primero

que me pregunto que donde estuvo

usted el día 5.

Yo sabía por dónde iban los tiros

porque le dije a mi hijo que denuncia la


108
desaparición de su madre, yo estaba

durmiendo en mi coche para estar al

menos a 500 metros, era lógico que el

primer sospechoso era el maltratador,

según la denuncia, por eso se

presentaron en busca mía, casi que lo

estaba esperando pero no sé nada de

esa mujer y podían hacer de mi

persona lo que quieran pero yo no

podía ayudarles en nada y si mi mujer

aparecía les daría las gracias si fueran


109
tan amables de que me lo

comunicarán.

El Señor que me hacía las

preguntas sonrío, no dijo nada del

tema, solo fue a lo suyo y siguió con

su rollo y que ya estaba yo demasiado

liado con todo lo que estaba pasando,

con todas las mentiras que para él le

estaba diciendo, lo que me hizo saltar

al policía que me preguntaba que si

me veía así, de esa forma que


110
prefería que me metiera en la cárcel o

me dejará tranquilo. El señor me dijo

que me podía ir pero que estuviera

localizado, como si me pudiera

esconder sin un duro en el bolsillo y

con la conciencia tranquila.

Salí de la comisaría y me fui para

el coche, era mi oficina, mi dormitorio

desde que termino mi paso por el local

de materiales. Llamé a mi hijo para ver

si había aparecido su madre que


111
aunque para mí cuanto menos supiera

de esa mujer será mejor porque ha

sido la peor persona que había

conocido y que más disgustos me

había dado. Mi hijo me dijo que no

sabía nada y había ido dos veces a la

comisaría y que tampoco sabían nada.

Le dije que no se preocupara todo se

arreglaría, lo que tenía que hacer es

que cuenta del banco que le hice, no

la tocara a no ser que te haga falta


112
para tus estudios y que su madre

cuando apareciera se pusiera a

trabajar como lo intentaba yo tocando

en todos los sitios que me podían dar

trabajo.

Yo seguía durmiendo en el coche

porque los 5000 me tocar me tocaron

cuando vendí todo lo que teníamos ya

no quedaba casi nada. Cuando tuve

que dar las llaves del almacén de

materiales llore como un niño cuando


113
le quitan un juguete sin razón, no pude

evitarlo nadie me estaba viendo pero

llore hasta que mis ojos se quedaron

secos. Empecé a dormir en el coche,

es muy duro, lo digo para la persona

que tenga la suerte de tener que

haberlo, piensas que cualquier

persona te puede robar o agredirte, no

sé si puedes acostumbrarte lo que sí

te digo es que tu cabeza no deja de

pensar una y otra vez tener otra forma


114
de vivir, ni borracho podía pensar que

esto me pasaría a mí, maldigo el día

que conocí a Rosa no sé si con razón

o sin ella pero yo estaba muy bien

antes de conocerla, pero ya no se

podía volver atrás, por lo menos si

tuviera la suerte de encontrar trabajo

me buscaría una patrona y dejaría el

coche pero eso el tiempo era quien

tenía que decirlo.

115
Mi hijo vino a verme al no estar en

la tienda, él sabía dónde podía

encontrarme, el coche, le conté que

ahora dormía en el coche. Cuando

escucho esas palabras se le corrieron

las lágrimas, mi cuerpo en ese

momento me dio un escalofrío, que

triste es ver a un hijo llorar por la

situación penosa de un padre sin que

pueda hacer nada, yo no podía vivir en

la casa aunque su madre no estuviera


116
allí, le dije que no se preocupara,

manteniendo el tipo, estaba buscando

trabajo y algo saldría, dormir en el

coche no estaba tan mal, algún día

nos despertamos de esta pesadilla.

Carlos no paraba de llorar, te daba

pena solo verle el hijo que conoció a

sus padres cuando los dineros

sobraban y verlos ahora, no creía que

eso estuviese pasando. Nos

abrazamos, lloramos y quedamos para


117
el sábado siguiente a ver si ya había

aparecido esa señora y por lo menos

un problema se habría solucionado.

A los dos días de la visita de mi

hijo volvieron a visitarme los agentes

uniformados para llevarme a aquella

habitación que parecía reservada para

mí en comisaria, me volvieron a

preguntar no antes de contarme, el

interrogador, que el también había

pasado lo mismo que yo y que me


118
comprendía, con un tono amigable,

que su había pasado mucho con su

mujer.

Me pregunto que al principio

parecía que era una buena mujer y

que si la tuve que pagar y qué tal se

lleva con su hijo total que querían

saber más que yo mismo. Les

conteste que ni sabía nada ni quería

saber nada de esa señora que me

dejaran en paz, pero ellos seguían y


119
seguían yo no sabía ya que decirle,

intentaba que me contradijera de

alguna manera con tanta inquina que

irritaba con tanta pregunta, ya les dije

que no había tenido nada con ella solo

que desde que la conocí tenía encima

la ruina, lo que quizás les daba alas

para seguir, yo perdí la noción del

tiempo. Me preguntaban mucho que a

lo mejor estaba muerta y siempre

mentando la muerte y así ya no sé


120
cuánto tiempo más hasta que se

hartaron me dejaron irme para casa,

bueno para el coche, me dijeron que

no saliera de casa lo que hizo que

brotara una sonrisa, volví al coche

estuve en él un rato y salí después un

poco a la calle para intentar

oxigenarme un poco.

Llegó el sábado estaba contento

porque era el día que venía mi hijo a

verme cuando llego nos abrazamos


121
como siempre y pregunto cómo me

había ido la semana, yo le dije que los

guardias que me habían llevado a la

comisaría y me habían vuelto loco con

tanta pregunta pero yo no sabía nada

y así se lo hice saber. Mi hijo también

me conto que estuvo en la comisaría y

le preguntaron mucho de cómo se

llevaba con su madre y que relación

había en casa antes este follón, él dijo

que teníamos problemas económicos


122
y que lo único que quería era que su

madre apareciera para resolver este

equivoco.

Yo aunque no quería no deseaba

volver a ver a su madre porque tenía

razones suficientes para odiarla

deseaba que apareciera para que los

guardias me dejarían tranquilo que

sería lo mejor que me podía pasar,

ahora la única alegría que tenía es que

los sábados viene mi hijo a verme


123
aunque se me cae el alma a los pies

cuando veo su cara al verme en la

situación en la que me hallaba.

Cuando llegó el hijo y vio a su padre

en el coche se le notaba porque era

que seguía sin trabajar me preguntó

que cómo estaba y se había pasado

algo de lo de su madre le dije que los

guardias, me volvieron a llevarme a

comisaría a preguntar como siempre y

124
que yo conteste como siempre que no

sabía nada.

Mi hijo dijo que a él también le

llevaron, le preguntaron que algo tenía

que saber de su madre él les dijo que

aunque él no se lleva bien con ella no

dejaba de ser su madre, así pasamos

la mañana consolándonos los dos y

por lo menos dándonos algo del apoyo

que necesitábamos, llegó la hora de

partir y mi hijo se marchó porque tenía


125
que estudiar yo tenía que seguir

buscando trabajo, no deseaba seguir

viviendo en el coche no dejaba de

pensar que mi suerte fuera tan mala

pero que tenía que aguantar como

fuese, ya me habían arruinado la vida

ahora solamente quedaba intentar

subir la cuesta.

No tardaron mucho en volver, la

policía, otra vez los tenía encima y

empezaron con lo de siempre les dije


126
que había estado buscando trabajo

todo el día y les di las señas de esas

empresas que había visitado pero no

las hicieron ni caso. Uno de los

guardias me dijo que sabían lo que

había hecho con mi mujer y que tarde

o temprano terminaría confesando la

verdad, aunque mi hijo lo estuviese

tapando y que con la ausencia de mi

mujer me ahorraba pagar a lo que me

había castigado el juez, al oír esto me


127
dieron ganas de reír, vivía en un coche

como se imaginaban que podría pagar

apareciese o no, que como me llevaba

con mi hijo y son muchas cosas más

entonces yo muy tranquilo y les dije

que no sabía nada ni quería saberlo.

No sabía ni si estaba viva o muerta

pero lo que sí quiero es que me dejen

en paz y no saber nada de esa señora,

al final me dejaron irme de casa, me

128
broto la sonrisa porque ellos ya sabían

que mi casa era el coche.

Al quedarme solo pensé que en la

lista de sospechosos y que no tenían

otro que no fuese yo, el culpable, no

pensaba en nada mas, así que creo

que para que se encuentre algo voy a

tener que ser yo el policía para

averiguarlo ya que ellos saben

quiénes.

129
Llegó el día de la visita de mi hijo.

Cuando llegó le vi un poco raro me

empezó en hacerme preguntas,

quizás más fuertes que las que me

hacían los policías, me decía, que

desconfiaba de mí era muy difícil que

su madre pudiese desaparecer sin que

nadie supiera nada, ni tener enemigos

y que la única persona eres yo papa.

Yo pensé que viéndolo desde fuera

parecía tener razón de sospechar de


130
mí pero si piensas desde la sospecha

se pierden muchos enteros. Yo le juré

y recure que no sabía nada de su

madre ni había visto a nadie que se la

pareciera. Me daba rabia que mi

propio hijo conociéndome como me

conocía y jurándole como lo hice

todavía pensará que yo hubiera hecho

alguna cosa en contra de su madre.

Así que me quede mal pensando que

podía estar pasando con esa mujer,


131
cosa que a mí no me importaba pero

no me entraba en la cabeza y lo peor

es que todo el mundo me culpaba a

mí, por lo menos lo pensaban hasta

que se descubra dónde estaba o que

le había pasado a mí me amargarían

la vida.

Pasaron seis o siete días y vuelvo

a tener la visita de la policía, otra vez,

vuelta a la comisaría, Ya me sabia el

camino a la habitación de la tortura,


132
así fue, allí no encontré al policía que

siempre me interrogaba hoy era otro

guardia, más duro incluso que el

anterior. Empezó diciéndome aquí no

estamos para perder el tiempo quiero

saber dónde tienes a Rosa y que ha

pasado con ella y no hagas la

pantomima porque tarde o temprano

tendrás que decirlo porque nosotros

sabemos que los animales como tu

son unos cobardes y que al final no


133
pueden reprimir confesar su vil delito,

así que no te hagas el listo porque por

las buenas o por las malas nos lo

tienes que decir, así que cuanto más

tardes más grande será la pena, suelta

a la verdad que te estoy escuchando.

Yo mientras el policía hablaba

pensaba que podía decirle a este tío

que pueda creerme porque de otra

forma no me va a dejar salir de aquí.

Después de amenazarme y decir que


134
me iba a quedar entre rejas por mucho

tiempo me dejo salir, me fui sin saber

dónde ir estuve dando vueltas hasta

que me canse y volví a mi coche a

partir de ese día, empecé a sospechar

me estaban vigilando porque como yo

soy que de los que ya no me fío de

nadie empecé a fijarme en las

matrículas de los coche que no eran

habituales donde tenía el coche

aparcado y matrículas de coches que


135
se cruzaban en mi camino, me

encontraba con el mismo coche en

diferentes lugares por cualquier calle

me las encontraba así que está visto

que soy el sospechoso número uno.

Este día no fui a trabajar, para una

chapuza que me salía, quería a mi hijo

no sé por qué el podía sospechar de

mi pero era así, de su madre no tenía

ni idea dónde estaría ni que sería de

ella lo que sí puedo decir es que me


136
tiene loco, no puedo pensar los

motivos por los que mi matrimonio me

saliera tan mal. Porque pensando de

mi forma de vivir con ella yo no había

tenido culpa de nada solo la mala

suerte que tuvimos con la crisis pero

después podíamos haber intentado

mejorar nuestra situación pero su

ambición no era la de volver a

levantarse sino la de no bajarse del

pedestal donde nos habíamos subido.


137
Ese día pensé que mi hijo no

vendría porque después de declarar y

teniendo en cuenta sus sospechas lo

normal es que no volviera pero me

equivoqué porque le vi llegar. Dude

como saludarle pero fue un saludo

normal, como siempre, no sabía si

decirle lo de los policías pero le dije si

él había hecho algo que no fuera a la

rutina diaria, él me dijo que lo nuevo

que tenía era que desde hacía unos


138
días estaba saliendo con una chica.

Hacia 4 días que había conocido a una

chica y desde ese día se ven a diario y

está muy ilusionado pero lo de los

policías no me comento nada de nada.

Yo con mis chapuzas seguía bien

ya la estaba terminando y andaba

detrás de otra obra un poco más

grande, si eso me salía lo primero que

haría era buscar una patrona para

poder dormir mejor que me pueda


139
lavar la ropa en casa y vivir mejor esto

parecía que podía mejorar.

140
141
CAPITULO 6

Al mes de que estuve en la

comisaría me vuelven a notificar que

tengo que ir a porque me tienen que

hacer algunas preguntas pensé esta

vez sí que me dejan en la cárcel pero


142
tenía que ir, no me quedaba otra.

Llegue a la comisaría me metieron

donde siempre, me senté en mi sitio,

como siempre y esta vez en el guardia

que se dirigió a mí de forma diferente,

más cordial, más amable, a mí esto

me dio mala espina y frente a mi

asombro me calmo y me ofreció la

mano, le mire porque no creía lo que

estaba viendo le vi sonriente y siguió

me alegrará decirle que usted llevaba


143
razón de que no sabía nada de su

mujer porque ya dimos con ella y le

comunicamos que vive en Aranjuez

con un señor.

Estuvimos hablando con ella y nos

dijo que se fue de su casa porque no

la pagaba lo que el juez había dictado

que no había cobrado ni 1 € y tenía

que vivir, esos si a todo tren como

quería, además con su hijo no se

144
hablaba, así que no tenía que dar

cuentas a nadie.

Estaba escuchando al policía y no

me creía lo que me estaba contando,

mis ojos se llenaron de lágrimas y

empezó a salir toda la tensión

acumulada en todos aquellos meses,

ya no sé si lloraba de emoción, alegría

o rabia, pero por fin estaba libre de

toda sospecha, le dije que todo lo que

había pasado quién me lo pagaba


145
aunque la verdad me sentí, como una

pluma del peso que me había quitado

de encima.

Ya no tenía que aguantar a la

mujer que tantos disgustos me había

dado en esta vida, pero lo mejor era

que no la vería en mi vida.

Lo primero era llamar a mi hijo y

darle la noticia de que había aparecido

su madre su madre y viniera para

146
decirle todo lo que los policías me

habían contado.

Cuando se enteró acudió a ver me

con una alegría que no cabía en su

cuerpo, cuando llego nos unimos en

un fuerte abrazo, lloramos los dos

como niños pero de alegría, al fin todo

estaba resuelto me pidió perdón por

haber desconfiado de su padre, varias

veces abrazándome y besándome, yo

le decía que no importaba que


147
comprendía su desdén pero que esto

se había terminado que nuestras vidas

seguirían su viaje y esto sería una

experiencia para unirnos más si cabe.

Había hablado con su madre y no

quería saber nada de nosotros ella ya

tenía su vida, por lo que me ofreció ir a

vivir a nuestra casa, como él dijo, de

donde nunca tenía que haber salido y

de su madre no quiere saber nada

148
porque bastante daño los ha hecho a

los dos.

Así que parece que en esa familia

llegará la felicidad. La vida da muchas

vueltas hay que pensar en todo lo que

puede pasar, espero que no le pase a

nadie y creo que por lo menos a mi

hijo le servirá de lección para toda su

vida.

Carlos dice que se quiere casar y

que se me quedara en casa hasta que


149
tengan el primer hijo y después

compraran otro piso o lo que pueda, él

quiere quedarse solo el tiempo que

pueda vivir y descansar de todo el

sufrimiento que pasamos todo el

tiempo que estuve casado con esa

señora.

Tanto Julián como Carlos no han

vuelto a saber nada de ella ni lo han

intentado averiguar.

150
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