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TEXTO 1

Era una noche bastante tranquila de invierno cuando recibí el mensaje de Juan diciéndome
que quería que lo acompañara esa noche a la fiesta de quince años de su hermanita. Nos
conocíamos hace tres meses y nunca me había dicho que tenía hermanos, de hecho, siempre
pensé que era hijo único, su comportamiento siempre había sido muy reservado respecto a su
familia e introvertido, no tenía para nada la actitud de ser el hermano mayor de alguien, así
que me sorprendí un poco cuando lo leí. Tarde un tiempo en responderle, hacía mucho frío y la
noche anterior había salido, así que no me sentía de ánimo como para salir ese día también. Al
rato cuando estaba respondiendo con una excusa para no ir, llegó un vídeo invitación de la
fiesta a mi mail, con mi nombre animado en él. Seguramente era algo que tomaba dos
minutos, pero me presionaba a asistir como fuese. Nunca fui muy del tipo de persona que es
capaz de decir que no sin ningún tipo de remordimiento. Después de confirmar mi asistencia,
me vestí con lo mejor que tenía. No soy de vestirme para fiestas elegantes, así que, aunque me
arreglé lo mejor que pude. Podía darme perfectamente cuenta de que si la fiesta era uno de
esos eventos muy elegantes y sofisticados iba a desentonar. Me resigne, no era la primera vez
que me sucedía. A las nueve pedí un Uber para que me llevara hasta el lugar. Era un buen
horario para llegar, ni muy tarde ni muy temprano. Llegué al salón más rápido de lo que
esperaba, era uno de esos salones bonitos y caros en el centro, por suerte nada
despampanante y me dió tranquilidad. Todavía no había llegado toda la gente y el salón estaba
medio vacío. Pude encontrar a Juan rápidamente, no nos dimos un beso ni nada, a ninguno de
los dos nos gustan esas demostraciones de amor innecesarias, hablamos un rato y cuando
empezó a llegar más gente me acompañó hasta la mesa en la que me tocaba sentarme. Antes
de irse me dijo. - toda la gente de esta mesa es muy especial para mi y van a hacer que esta
noche sea la más importante de mi vida. Después de que lo dijo se fue rápidamente a la mesa
que le correspondía por ser un familiar cercano de la cumpleañera. Yo no pude decir nada y
me quedé un rato pensando. La realidad era que la declaración me había parecido demasiado
explícita y comprometedora, era incomodo saber lo importante que era para él sin que yo
sintiera lo mismo. Cuando mi mesa se llenó traté de entre conversación y conversación
descubrir cuál era el vínculo que cada uno de los de la mesa tenía con Juan. Tarde bastante en
poder conseguir esa información, los distintos momentos que componían la fiesta siempre
interrumpían la charla. Finalmente, justo antes de la mesa dulce pude armar un diagrama,
había dos chicas que eran sus mejores amigas, su primo con el que viajaban todos los veranos
a Villa Gessel, un amigo de la universidad y el más extraño, el paseador de su perra. No
entendía del todo el vínculo que nos tenía ahí, entiendo lo de sus dos mejores amigas y el
primo, pero el amigo de la universidad, el paseador de la perra y yo no parecíamos tan
cercanos. Sin embargo, sentía que todos en la mesa sabían algo que yo no y no podía entrever
qué cosa era, había como una atmósfera de comunión y orgullo cada vez que lo veían a Juan
pasar que no entendía. Después de la mesa dulce venía el momento de las palabras de cada
uno de los familiares y fue ahí que entendí todo, una de sus amigas me tomó de la mano y me
dijo. – Que bueno que hayas venido, eres su primer novio y quería que estuvieras. En ese
momento sentí que mis hombros se caían de la silla y cuando le pude responder ya era tarde.
Juan tenía el micrófono en la mano y estaba declarándole a todo el mundo que era gay. Las
reacciones fueron varias, aplausos, abucheos, risas, llantos. Evidentemente su hermanita y los
de la mesa eran los únicos que lo sabían, porque fueron a abrazarlo y llorar juntos por su
enorme valentía. Yo tuve que fingir que sentía emoción y orgullo también, aunque en realidad
sintiera más incomodidad y asombro, ni siquiera sabía que me consideraba su novio. Es muy
obvio decirlo, pero no estaba preparado para esa situación de ninguna manera y no sabía
cómo desligarme tampoco. Hoy seis meses después de la fiesta, todavía nos seguimos viendo y
haciendo cosas. De hecho, está por ser Navidad y ya me dijo que a sus padres le gustaría que la
pase con ellos, pero la realidad es que mientras más pasa el tiempo, cada vez me cuesta más
explicarle que no somos novios y que lo nuestro no va en serio.ComentariosNicolas Cayol

Nov 04, 2020 - 23:43

Declaración de amor en públicoNicolas Cayol

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