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LA UTOPÍA

DE LA LENGUA P’URHÉPECHA

Agustín Jacinto Zavala


Editor

El Colegio de Michoacán Fideicomiso Teixidor


PÁGINA LEGAL

497.7
UTO

La utopía de la lengua p’urhépecha / Agustín Jacinto Zavala, editor.– Zamora, Mich.: El Colegio de Michoacán : Fideicomiso “Felipe
Teixidor y Monserrat Alfau de Teixidor”, 2010.
213 p.; 23 cm. – (Colección Debates)

ISBN 978-607-544-112-2

1. P’urhépecha – Gramática
2. Indios de México – Lenguas – P’urhépecha
3. P’urhépecha – Lexicología
I. Jacinto Zavala, Agustín, ed.

Imagen de portada: Fotografía del convento en Toulouse donde estudió fray Maturino Gilberti. Cortesía de la doctora Nora Jiménez.

© D. R. El Colegio de Michoacán, A. C., 2010


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Martínez de Navarrete 505
Las Fuentes
59699 Zamora, Michoacán
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© D. R. Fideicomiso “Felipe Teixidor y Monserrat Alfau de Teixidor”, 2010


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03810 México, D.F.

Edición en formato digital:


Ave Editorial
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Hecho en México
Made in México

ISBN 978-607-544-112-2
INTRODUCCIÓN 4

EL PAPEL DE LA TRADUCCIÓN EN EL DESARROLLO DE LAS LENGUAS 13


Herón Pérez Martínez

LA CREACIÓN DE VOCABLOS UN CAMINO PARA RESEMANTIZAR LA TRADICIÓN 21


Agustín Jacinto Zavala

ARTEM AC VOCABULARIUM AD USUM INDORUM GRAMMATICORUM SERMONE LATINO? 39


Rosa Lucas González

ALGUNOS TÓPICOS CONCERNIENTES A LA REFUNCIONALIZACIÓN DE LENGUAS


MINORITARIAS 47
Frida Villavicencio

TÉRMINOS GRAMATICALES; UNA PROPUESTA 52


Cristina Monzón y Jaime Alejo Campos,
Rosa Guillermina Asencio Mateo, Rosalía Cayetano,
Teresa Chávez, Adelayda Melchor Govea,
Adelina Pascual Márquez, Francisca Prado Elias,
Beatriz Reyes Pascual, Pablo Sebastián Vargas,
Jaime Victoriano Mateo

HACIA UN VOCABULARIO DE CONCEPTOS JURÍDICOS EN LENGUA P’URHÉPECHA 62


Moisés Franco Mendoza

TÉRMINOS PEDAGÓGICO-LINGÜÍSTICOS EN P’URHÉPECHA 72


Pedro Márquez Joaquín

LA COMPOSICIÓN DE LA PALABRA EN LA LITERATURA DE GILBERTI 85


Abraham Custodio Lucas

EL PROCESO DE TRADUCCIÓN ENTRE ESPAÑOL Y HUICHOL 110


José Luis Iturrioz Leza

COLOFÓN 123

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INTRODUCCIÓN

El Proyecto Conjunto para la Publicación de las Obras de Fray Maturino Gilberti (s. XVI), también llamado
“Proyecto Gilberti”, nació por iniciativa del Dr. Benedict Warren, historiador, y del Mtro. Agustín García
Alcaraz, antropólogo, quienes al tener en sus manos microfilms y copias impresas de una gran parte de las
obras de fray Maturino Gilberti, a finales de 1992 buscaron una institución que pudiera asegurar un mínimo
de continuidad en la labor de publicar la transcripción y traducción de éstas, así como estudios relativos a los
temas en ellas contenidos. Ambos académicos propusieron formar el grupo al entonces Coordinador del
Centro de Estudios de las Tradiciones, Dr. Agustín Jacinto Zavala quien, tras haber consultado con la que en
ese tiempo era presidenta de El Colegio de Michoacán, Dra. Brigitte Boehm Schöndube, estudió la
factibilidad del proyecto.
A principios de 1993 comenzaron los trabajos de transcripción y ya en 1995 eran nueve los
académicos participantes, encabezados por el Dr. Benedict Warren como editor general y el Dr. Jacinto como
coordinador del proyecto. Después de estudiar la mejor manera de proceder a las tres tareas arriba señaladas
(transcripción, traducción y estudios) se convino con la Dra. Boehm en que se realizarían en tres etapas:
primero la transcripción, luego los participantes se familiarizarían con el vocabulario tarasco utilizado en los
textos y con sus formas de expresión, y después se comenzaría la tarea de traducir. Conforme se fueron
incorporando los miembros del proyecto con sus diversas especialidades, se vio la posibilidad de empezar a
reflexionar acerca del encuentro entre las tradiciones europea y del Nuevo Mundo mediante la realización de
las Jornadas Gilbertianas.
El proyecto Gilberti ha tenido hasta ahora cinco Jornadas Gilbertianas. Las I Jornadas Gilbertianas
tuvieron lugar en julio de 1994; las II Jornadas, en abril de 1995; las III Jornadas, en abril de 1996; las IV
Jornadas, en octubre de 1997 y las V Jornadas Gilbertianas, en noviembre de 2006, tomando cada vez un tema
como centro de reflexión.
Como parte del proyecto Gilberti, las V Jornadas Gilbertianas se realizaron con la participación de
miembros de éste y de destacados especialistas en lingüística, así como estudiosos de las lenguas indígenas, en
particular de la lengua p’urhépecha. El tema general fue “La utopía de la lengua p’urhépecha”. Se explicaba
éste con las siguientes palabras: “La utopía de la lengua p’urhépecha consiste en el reto que implica el que esta
lengua pueda ser de uso en la docencia a todos los niveles, en la investigación y en el desempeño profesional
p’urhépecha en el mundo contemporáneo”. Uno de los aspectos importantes en el proceso de realizar esta
utopía es el de crear el indispensable vocabulario técnico que haga posible el uso de las lenguas indígenas en
la docencia a todos los niveles incluyendo el posgrado.
Además, en la invitación se decía

El tema que nos ocupará en estas Jornadas es la función de la traducción en la propuesta de creación de
neologismos científicos en lengua p’urhépecha. El propósito es examinar la relación que la traducción tiene con
la creación del vocabulario técnico básico e indispensable para una futura docencia de nivel superior en lenguas
indígenas. Entre los campos que se considerarán están: medicina, derecho, religión, física, filosofía, y biología.

Posteriormente se añadieron dos campos más: economía y lingüística.


Ampliar el horizonte de uso de las lenguas originarias, desde la vida familiar y cotidiana hasta los
señalamientos carreteros, los espectaculares, los medios masivos de comunicación, el aula, el templo, los
negocios, los hospitales, las oficinas de gobierno, etc., no es solamente aspiración de los hablantes mismos y
un reclamo que los pueblos originarios han hecho al gobierno y a la sociedad, sino también algo que puede
llegar a volverse realidad por los cambios en la Carta Magna del país y por las declaraciones de organismos

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internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (Convenio 169) y las Naciones Unidas
(Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas).
Las V Jornadas Gilbertianas se celebraron el viernes 10 de noviembre de 2006, con tres sesiones que se
extendieron hasta el anochecer. En la primera de éstas, que fue la matutina, se efectuó la inauguración y la
presentación de ponencias relativas al papel que la traducción ha desempeñado en el desarrollo de las lenguas.
En la segunda sesión, del medio día, se abordaron propuestas de neologismos en diferentes áreas de la
ciencia. La sesión del atardecer estuvo dedicada a celebrar el trabajo realizado por el doctor Benedict Warren
para el rescate de textos coloniales en lengua p’urhépecha, así como a presentar la nueva traducción
interconfesional de la Biblia al p’urhépecha, tarea en la cual el grupo que compone el proyecto Gilberti tiene
funciones de asesoría.
De la primera sesión se seleccionaron cuatro ponencias, y de la segunda, igual cantidad de éstas. Las
cuatro primeras son de los doctores Herón Pérez Martínez, Agustín Jacinto Zavala, Rosa Lucas González y
Frida Villavicencio. De entre las ponencias de la sesión vespertina se eligieron las de la doctora Cristina
Monzón y de los maestros Moisés Franco Mendoza, Pedro Márquez Joaquín y Abraham Custodio.
Posteriormente se incorporó el trabajo del doctor José Luis Iturrioz, quien fungió como comentarista en la
sesión de la mañana. A continuación damos cuenta de cada uno de los nueve trabajos.
El texto del doctor Herón Pérez M., “El papel de la traducción en el desarrollo de las lenguas”, nos
describe un panorama general del papel que la traducción ha tenido en ampliar los horizontes de las culturas,
al hacer posible el paso de un círculo lingüístico a otro distinto. El conocimiento humano es en gran parte
verbalizado y la lengua en que se expresa encierra una manera especial de ver el mundo que transfigura la
manera en que éste es vivido por el hombre, tanto mediante sus representaciones, como las sensaciones y
acciones que de aquéllas provienen. Este último queda envuelto en un capullo verbal del cual puede salir sólo
para ser envuelto en otro que le amplía sus horizontes verbales. Ese capullo es la condensación epistémica de
una comunidad de hablantes, tiene las funciones de órgano creador del pensamiento y como expresión verbal
es la culminación de éste.
La lengua es la primera de las tradiciones de todo pueblo y en el proceso de traducción se abre a
posibles configuraciones del espíritu procedentes de tradiciones ajenas y con ello extiende su propia
ordenación de la realidad y su expresión verbal. La traducción bien realizada forja y enriquece al sistema de
textualidades de cada pueblo. Tal es el caso de ésta en la construcción de la actual cultura mexicana. Esa
conformación es testimonio de la transculturación que se realiza en la conquista espiritual del Nuevo Mundo.
El enriquecimiento de las lenguas en este proceso no fue en la sola dirección de aquéllas amerindias,
sino benefició también a la lengua del conquistador. El impulso que ya se daba en España a la traducción
en el siglo XVI se refleja sobre todo en la monumental traducción de la Biblia políglota y requirió que
cooperaran especialistas conocedores del latín, el hebreo, el griego, el árabe y otras lenguas. Aunque la
intención final de los misioneros fue hispanizar a los indígenas, se vieron en la necesidad de presentar por
lo menos en un primer momento, la doctrina y su significado en las lenguas indígenas. De allí surgen las
“Artes” o gramáticas, los vocabularios, las “doctrinas” o catecismos, los sermonarios, los confesionarios, y
tantas otras maneras de trasmitir los contenidos de la religión que venían a predicar. Ciertamente la
evangelización se apoyó en la traducción, pero no sólo en el ámbito de lo religioso se da la labor de ésta,
porque era preciso también hacer el traslado de la alta cultura europea, con sus autores clásicos y otras
obras que nunca llegaron a ver la luz pública.
El Concilio de Trento restringió la traducción de la Biblia y esta limitante se vio reforzada por obra de
la Inquisición. De tal manera se liga la labor de traducción con el desarrollo de la imprenta en el Nuevo
Mundo, que es difícil dar cuenta de aquélla sin hacer mención de éste. El doctor Pérez Martínez hace notar
que se trató de cuatro tipos principales de traducciones: las de evangelización y catequesis (como las de fray
Maturino Gilberti), las escolares (que principalmente nos llevan al estudio de las tradiciones lexicográficas), las
de textos nativos al español para informar a las instancias españolas (como es el caso de La Relación de
Michoacán de fray Jerónimo de Alcalá) y, finalmente, las literarias y profanas (por ejemplo las que se hicieron
de Ovidio, las sátiras de Persio y muchos más).
En España se da además una tradición gramatical que no se restringe a las lenguas clásicas sino que
incluye al árabe y al hebreo. Esta tradición filológica está presente ya en el siglo VI y se extiende a los trabajos
realizados en Córdoba, en otras ciudades del al-Andalus y en el sur de Francia. Muy posiblemente fray

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Maturino Gilberti haya recibido la influencia de todas estas tradiciones gramaticales y lexicográficas, presentes
en Toulouse, Carcasonne y otras ciudades del sur de Francia. Además, es probable que esta tradición políglota
en el estudio de las lenguas haya también tenido presencia en el Nuevo Mundo. De esta manera la traducción
ha sido factor de enriquecimiento bilateral entre las lenguas y las culturas, ha contribuido al entendimiento
entre los pueblos y ha promovido su intercomunicación.
En su trabajo “La creación de vocablos, un camino para resemantizar la tradición: el caso de
Japón”, el doctor Agustín Jacinto señala que hay dos maneras principales en que se desarrollan las lenguas:
por el proceso ordinario de su uso en la vida diaria y en las diferentes facetas de la vida cultural, se
producen nuevos vocablos y construcciones gramaticales y las lenguas llegan a alcanzar paulatinamente su
madurez; en el caso de aquéllas cuyo uso queda por alguna circunstancia restringido a situaciones
especiales y su desarrollo es de esa manera interrumpido, se requiere un impulso adicional para subsanar el
daño ocasionado. Este es el caso de las lenguas indígenas en latinoamérica que, con la creación del
subsistema de universidades interculturales en México, pueden ahora ser utilizadas en la docencia e
investigación de nivel superior. Sin embargo, este uso de las lenguas indígenas queda todavía como una
utopía mientras éstas no tengan la oportunidad de crecer, desarrollarse, así como poder describir y
comunicar aspectos propios de la época actual. La necesidad que ellas tienen de crear vocabulario de uso
profesional es evidente, ya que de otra manera quedaría como mera utopía el impulso a que los hablantes
de lenguas indígenas puedan acceder a la educación superior en su propio idioma. Se detecta de inmediato
la carencia de vocablos adecuados para esta tarea: hay necesidad de crear neologismos que puedan
utilizarse en la educación formal de nivel universitario.
En el pasado quienes han contribuido en gran medida a la construcción y crecimiento de las lenguas
han sido los traductores. Para examinar este papel, el doctor Jacinto describe a grandes rasgos ese proceso
en el caso de la lengua japonesa y advierte que la creación de neologismos es posible, en mayor o menor
medida, en todos los lenguajes. En lo referente a Japón hace resaltar, en primer lugar, la traducción en la
labor de evangelizar a finales del siglo XVI y principios del XVII. En segundo lugar, esboza los esfuerzos de
traducción en la época Tokugawa, en especial en el siglo XVIII, para la apropiación de algunas de las
ciencias occidentales que interesaban al régimen político de la época. Se menciona el caso específico de la
traducción que Sugita Genpaku hace de las Tablas Anatómicas de Kulmus y los tres tipos de ésta que Sugita
menciona: el traslado de la intención, el del sentido, y la traducción literal, como sendos recursos de que
dispone quien realiza la traducción.
El doctor Jacinto menciona también el esfuerzo realizado por los japoneses en el siglo XIX para poner
su lengua en condiciones de comunicar las nuevas ideas importadas de Occidente y de difundir sus propios
conocimientos en los países de Europa. Entre las instituciones que desempeñaron un papel importante en
dicho esfuerzo está la sociedad llamada Meiroku-sha, cuyos miembros lograron que en los seis años de vida
que tuvo esa institución se creara un vocabulario adecuado para importar los nuevos conocimientos y
prácticas con el fin de asegurar la independencia de su país.
El nuevo vocabulario en general tuvo tres principales orígenes: las palabras ya antes formadas que
coincidían en alguna medida con los significados que se quería trasmitir (como sería el caso de términos
tomados del confucianismo, del budismo o del taoísmo); palabras ya constituidas a las que se daba un nuevo
significado (resemantización de términos tomados de las mismas fuentes que los vocablos mencionados en
primer lugar); y palabras nuevas, creadas mediante una novedosa combinación de ideogramas chinos a los que
se daba un significado original (y que generalmente iban acompañadas del término en el idioma europeo
nativo del cual eran traducción).
Para terminar, el doctor Jacinto presenta el caso de tres diccionarios en los que se incorporan esos
neologismos: el vocabulario Términos comunes en [caracteres] chinos e inglés (Kaei tsûgo) de Fukuzawa Yukichi; el
Vocabulario filosófico (Tetsugaku ji’i) de Inoue Tetsujirô, publicado en 1884, el cual da cuenta de los nuevos
términos utilizados en la presentación de las doctrinas filosóficas occidentales; y el Léxico de vocablos extranjeros
en las Obras completas de Nishida Kitarô, elaborado por el mismo doctor Jacinto, que incluye las palabras de
origen occidental con sus correspondientes traducciones, resultado del trabajo de Nishida Kitarô en la
creación de su propia filosofía. El texto termina con algunas de las recomendaciones que se han hecho para la
labor de traducción y su referencia a crear nuevas palabras.

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La doctora Rosa Lucas G., en su trabajo Artem ac Vocabularium ad usum Indorum Grammaticorum
sermone latino? hace una serie de importantes reflexiones acerca de dos aspectos referidos a la Grammatica
latina de fray Maturino Gilberti. Éstos son: un vocabulario latino que, según el cronista Johannes a Sancto
Antonio, acompañaba a la gramática y que ha desaparecido, y los destinatarios de ésta. En cuanto al primer
aspecto la doctora Lucas nos dice que, por los tópicos que esgrime, se trata de una gramática renacentista,
aunque no hay rastro alguno para pensar que originalmente ésta hubiera ido acompañada de un
vocabulario latino. Nos señala también que la Grammática latina de Gilberti, dedicada a enseñar elocuencia
romana, es interesante por sus contenidos y sus fuentes. En cuanto a éstos va más allá de las gramáticas
latinas de su época, pero queda solamente como un manual para alumnos iniciados o avanzados en la
lengua latina. En lo que respecta a las fuentes, se puede notar en la obra la influencia de Erasmo de
Rotterdam. La obra dedica mucho espacio a la analogía, es decir, a lo normativo y, además, se orienta a la
praxis, es decir, tiende a la estilística o imitación de modelos. De manera que allí se conjuntan una
gramática, una estilística y sus respectivos modelos para la práctica.
El trabajo de la doctora Frida Villavicencio presenta las experiencias que ha tenido su grupo de trabajo
interinstitucional en la revitalización y rescate de lenguas minoritarias utilizando metodologías multimedia. Su
investigación expone la manera en que se utilizan las tecnologías informáticas y de comunicación en diez
comunidades del área p’urhépecha, para desarrollar las habilidades lingüísticas de niños bilingües, proponer
nuevas prácticas pedagógicas y adecuar las herramientas técnicas modernas a la enseñanza. El resultado que
se busca es facilitar la reflexión metalingüística de los hablantes de lenguas minoritarias y promover en ellos la
creatividad y el uso de la imaginación. Mediante el uso de la computadora se hace igual hincapié en la lengua
materna y en la segunda lengua, de tal manera que el desarrollo lingüístico no sea unilateral.
Una de las experiencias que presenta el texto es el trabajo en talleres de traducción con los
instructores, para que puedan apoyar la actividad creativa de los estudiantes que participan en la construcción
social de un diccionario. Desde 1998 en que el Instituto de Lingüística Computacional de Pisa desarrolló el
programa “Addizionario”, se ha utilizado con éxito en diversos países, sobre todo entre los niños. La primera
etapa (2003-2004) del proyecto que relata la doctora Villavicencio se basó en el uso de este programa y en la
segunda y tercera etapas (2004-2006) se ha concentrado en el uso del programa “Uantakua”. En general, el
proyecto tiene un enfoque interaccional, constructivo y comunicativo que permite enriquecer las habilidades
de los participantes, jóvenes y adultos.
La realización del proyecto ha dejado valiosas experiencias tanto respecto a las normas dictadas
por las autoridades como a la participación de maestros y alumnos. a) En relación con las normas, uno
de los problemas detectados es que éstas se encuentran diseñadas para especialistas, son poco accesibles
para los niños e imprácticas para los hablantes y no se perciben sus beneficios en la actividad docente. b)
Otro problema es que la normalización o estandarización de las lenguas indígenas tiende a dejar fuera
sonidos y por eso se propone reconsiderar la norma ortográfica. c) Entre los aspectos positivos se
encuentra la constatación de que los idiomas indígenas como el p’urhépecha son lenguas vivas que
ofrecen una amplia gama de recursos para crear e incorporar nuevas palabras. Por esto es posible
vislumbrar que se realice un trabajo de modernización de esas lenguas para ofrecer una educación
bilingüe. Esto implica crear nuevas palabras e importar otras más. d) Además de las dificultades de
denominación están los problemas etimológicos y etiológicos en las palabras ya existentes, los
obstáculos en las operaciones aritméticas, y los relativos a la creación del metalenguaje que permita el
análisis y la reflexión sobre la lengua en sí. e) Queda la tarea de elaborar los programas en la lengua
indígena misma, para lo cual también se requiere nuevo vocabulario que permita la utilización del
Internet y las designaciones de las máquinas y herramientas por emplear.
En pocas palabras, es evidente que en la tarea de refuncionalizar las lenguas indígenas para utilizarlas
en la enseñanza a todos los niveles escolares es indispensable estandarizarlas y modernizarlas; sin embargo, las
normas de estandarización no son adecuadas todavía y quedaron como tema de futura discusión. Por otra
parte, modernizar las lenguas indígenas permanece como una tarea impostergable.
El texto “Términos gramaticales: una propuesta” es resultado del trabajo de un grupo, dirigido por la
doctora Cristina Monzón, cuyos participantes tuvieron la experiencia de un diplomado sobre gramática
p’urhépecha y problemas relacionados con la etnolingüística de esta lengua. El grupo se abocó a crear
neologismos para designar los conceptos gramaticales, ya que hasta ahora solamente se habían traducido

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términos taxonómicos para clasificar entradas de diccionarios y para conjugar los verbos. La realización de
este esfuerzo estuvo acompañada de una amplia consulta preferencial a hablantes monolingües y oriundos de
comunidades distintas a las de los miembros del grupo.
Después de muchas consultas y modificaciones de los vocablos propuestos, finalmente se llegó a un
consenso para los que la doctora Monzón presentó en tres secciones. a) Ante todo era necesario acuñar
términos para designar las partes básicas de los vocablos en p’urhépecha, que son “palabra raíz, morfema y
clítico”, como elementos con los cuales se compone una palabra. Para designar la “raíz” el grupo retomó el
vocablo ya existente (sïrankua); para “morfema” se utilizó un término que se refiere a las partes o pedazos
(arhokukua), en este caso, de la palabra; y para designar el “clítico”, se empleó un vocablo que señala que
una cosa se agarra de algo más (jupikuarhinskua). b) De la misma manera se crearon o refuncionalizaron
términos para designar las categorías gramaticales: singular y plural, sustantivo, verbo, posposición,
conjunción, adjetivo, adverbio y pronombre. En el texto se explica la manera en que se llegó a crear la
palabra para designar cada una de éstas. c) En tercer lugar se buscaron términos apropiados para la
conjugación de los verbos, comenzando por crear un vocablo para “conjugar” (mórhukuni). El texto expone
también la manera en que se llegó a designar el tiempo (pasado, presente y futuro) y aspecto (durativo,
habitual, incoactivo, perfectivo).
Ciertamente el esfuerzo fue mayúsculo y representa una aportación a la reflexión metalingüística del
p’urhépecha. Es de esperar que conforme los miembros del grupo avancen en sus respectivas investigaciones,
nuevas áreas de la lingüística puedan contar con términos apropiados en lengua p’urhépecha. Podemos ver
que utilizar ésta en la docencia requiere de una creatividad disciplinada y de una metodología aplicada de
manera coherente, como lo está haciendo este grupo bajo la dirección de la doctora Monzón.
Otra área en que es urgente elaborar vocabulario técnico es la del derecho indígena. La tarea implica
dos principales aspectos: los términos específicos del derecho y los que permiten la reflexión acerca de
aquéllos. Como en otras áreas, el procedimiento empleado por el Mtro. Moisés Franco fue triple, el acopio de
voces que ya se utilizan en el derecho consuetudinario p’urhépecha, la resemantización de vocablos ya
existentes y la creación de neologismos.
En la actualidad se utiliza un abundante vocabulario en las transacciones que tienen antecedentes
tradicionales y en los actos jurídicos realizados al interior de las comunidades p’urhépecha-hablantes. Sin
embargo, para poder extender su práctica más allá de éstas y para aplicarla en la docencia, hace falta ampliar
ese vocabulario. Aunque actualmente hay restricciones para un pluralismo jurídico efectivo, es pertinente
adecuar el lenguaje para su amplia utilización en áreas en que hasta ahora tenía uso limitado: el derecho en el
aula, el derecho canónico, las transacciones de carácter civil y de carácter judicial, etc., abarcando los ámbitos
municipal, estatal y federal.
En la preparación de un vocabulario jurídico en lengua p’urhépecha el autor identifica tres problemas
básicos: la elección de un modelo por seguir para expresar los conceptos jurídicos, el método adecuado para
recopilar dichos términos y la creación de vocablos equivalentes a los que existen en las lenguas nacionales. Al
tratar de llegar a una lista de los principales términos jurídicos, encontró que había varias alternativas posibles
en la vía de la traducción: a) el recurso a ésta en lenguaje llano para tratar de salvar estos problemas no es
completamente satisfactorio, debido a que en la lengua de llegada falta definir los códigos semánticos para la
correcta interpretación del término p’urhépecha con que se busca la equivalencia de un término en otro
idioma. De allí resulta una ambigüedad que es consecuencia de la polisemia no acotada del lenguaje cotidiano.
Para recurrir a la vía de la traducción en lenguaje ordinario es necesario tener en cuenta este problema. b) Una
segunda posibilidad es la traducción conforme al sentido, como sería el caso de crear un término para traducir
“Constitución política”. c) Otros vocablos jurídicos requerirían de transliteración, ese es el caso de
expresiones de uso inveterado tales como de facto o de jure, aunque podría también efectuarse su traducción. d)
Hacer el traslado léxico mediante la descripción sería otro camino, en casos tales como “última voluntad”,
“testamento”, “herencia” o “legado” (eránutsperaqua, jurájkumakua). e) Aprovechando las potencialidades de la
lengua, llegar a un compuesto de palabras para una nueva palabra como parte de un vocabulario técnico. f) Un
recurso valioso es la posibilidad de crear nuevos vocablos mediante el uso de la palabra compleja. Aunque no
existen reglas precisas para construir ésta, es un procedimiento altamente recomendable ya que utiliza el sentir
de la lengua para trasmitir varias ideas en una sola palabra.

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El autor considera que será necesario recurrir a las seis alternativas de traducción para poder dotar a la
lengua p’urhépecha de un vocabulario jurídico adecuado a nuestra época. Después de presentar lo referente a
la traducción, el autor aborda los tres problemas básicos señalados al comienzo. 1) El procedimiento de
acopio comprendió varios pasos: rememorar vocablos escuchados en diferentes poblaciones de boca de
quienes habían estado a cargo de arbitrar conflictos locales y de realizar gestiones ante autoridades estatales;
un segundo paso fue la consulta de obras sobre el vocabulario jurídico básico y, principalmente, un
diccionario jurídico, el cual sirviera de referente para determinar qué vocabulario hacía falta en p’urhépecha; el
resultado de estos dos ejercicios fue una recopilación de términos ya existentes en la lengua y constatar que,
dado que el vocabulario oficial está en español, la terminología actual del idioma p’urhépecha no bastaba para
una gestión eficiente.
De ahí el autor procedió a un segundo paso: 2) determinar los presupuestos para la formación del
vocabulario jurídico p’urhépecha. El primero de éstos es reflexionar acerca de lo recogido entre los mayores.
El segundo es la localización de fuentes escritas, ya que se cuenta con textos elaborados a lo largo de varios
siglos (desde diccionarios y otros textos del siglo XVI hasta los que actualmente se registran). El tercero
consiste en recuperar la tradición oral a base de entrevistas, revisión de expedientes judiciales y documentos
jurídicos. El autor da ejemplos de vocablos recopilados siguiendo estos presupuestos y señala las dificultades
que originan los nodos semánticos y conceptos afines de los términos básicos.
3) El tercer problema que aborda el autor es el de un primer esbozo de una teoría para la construcción
del vocabulario jurídico en lengua p’urhépecha. Debido a que el derecho positivo del Estado es el único
válido en todo el territorio, surge la pregunta sobre el propósito de crear un vocabulario jurídico en lengua
p’urhépecha paralelo a aquél. En el trasfondo de esta discusión podemos vislumbrar la preparación para un
futuro debate sobre el reconocimiento de la tradición como fuente de derecho y, finalmente, para crear las
bases léxicas que permitan la plena aplicación entre los p’urhépecha de la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que dio a conocer la ONU (septiembre de 2007).
De la discusión de los tres problemas identificados, el Mtro. Moisés Franco procede a exponer los
pasos necesarios para formar el vocabulario jurídico: la elección de un método, la necesidad de definir cada
nuevo concepto en la lengua nativa misma y la prueba del vocabulario creado. En el apéndice de su texto
tenemos un primer resultado de ese esfuerzo.
El maestro Pedro Márquez Joaquín presenta sus reflexiones y experiencias en la creación de términos
pedagógico-lingüísticos en p’urhépecha. La traducción a este idioma de la terminología técnica de la
lingüística debe tomar como referente el trabajo de quienes a lo largo de cinco siglos se han ocupado de
estudiar la lengua. Además, actualmente hay varios grupos de investigadores que se están ocupando del tema
con el propósito de racionalizar el concepto de lingüística p’urhépecha.
El autor comienza con la reflexión acerca de quiénes están autorizados para acuñar nuevos
conceptos y afirma que algunos representantes de una comunidad de hablantes pueden hacer las
propuestas, pero éstas las valida la sociedad de usuarios de esa terminología. Expone algunas de sus
propias experiencias, de las cuales ha resultado su propuesta de cinco estrategias para crear terminología
técnica en p’urhépecha, que implican fundamentalmente la formación del metalenguaje que permita
describir la lengua originaria. El esfuerzo culmina en la investigación (lingüística) y docencia (pedagogía) de
la lengua p’urhépecha. La descripción y enseñanza de la lengua es trabajo que se origina del exterior de la
comunidad de hablantes para promover la lengua, y también se forma del interior de aquélla en busca de
un mejor conocimiento de ésta.
Sin embargo, pensar la lengua y describirla en la lengua misma exige la creación de los conceptos
correspondientes. Para ello es necesario tener una idea clara de los principales mecanismos de la neología, que
el autor escudriñó mediante las cinco estrategias propuestas en el texto. Encontró que se presentan varios
casos: a) usar préstamos con terminación morfológica nativa; b) el préstamo con terminación morfológica
nativa y creación; c) describir en una sola palabra el fenómeno que se quiere expresar; d) detectar y verbalizar
las funciones, formas y materiales de los objetos de la expresión verbal; e) el recurso a la neología o creación
desde la cultura misma; f) la resemantización de palabras en desuso y arcaísmos. El autor presenta luego una
recopilación de vocablos que han sido utilizados en diferentes fuentes y termina su trabajo con su propia
propuesta de un vocabulario técnico lingüístico-pedagógico.

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El Lic. Abraham Custodio Lucas nos habla de “La composición de la palabra en la literatura de
Gilberti”, en el paso de la lengua oral a la lengua escrita, que en este último lleva consigo el conocimiento
gramatical, la composición de las palabras y la creación de formas literarias. Para estudiar este tema, el autor
presenta una narración publicada en lengua de Michuacán en 1559 que fue traducida directamente a ésta a partir
de la versión latina (realizada por el poeta Aurelius P. Clemens y que data de 404-405 d. C.) y la cual sólo fue
publicada en verso castellano en 1623 y posteriormente la convirtió en comedia Francisco González de Bustos
(1669). Se trata del martirio de santa Olalla (Eulalia) de Mérida, joven de 13 años, ocurrido en 304 d. C. en la
antigua provincia romana Emérita Augusta (actual Extremadura en España) en tiempos del emperador
Diocleciano. Se sabe que este texto fue traducido al francés en el siglo IX y siete siglos después por fray Maturino
Gilberti a la lengua de Michoacán en su Dialogo de Doctrina Christiana (edición del Mtro. Moisés Franco).
El Lic. Custodio hace el primer estudio de la traducción gilbertiana buscando dar a conocer una
manera en que se presenta el arte dramático en esta lengua originaria para suscitar en el lector o escucha los
sentimientos que acompañan al conflicto y su desenlace, la actividad de los personajes y la enseñanza moral
que se busca trasmitir mediante el género dramático en lengua de Michoacán. El Lic. Custodio realiza la
primera traducción del texto de Gilberti y nos muestra sus varios aspectos: a) la adaptabilidad y flexibilidad de
la lengua de Michoacán que permite una expresión literaria de género dramático; b) la utilización de los
recursos de esta lengua originaria por hablantes competentes; c) la posibilidad del uso creativo de este idioma
para expresar nuevos géneros literarios e ideas; d) la efectividad lingüística en la trasmisión de éstas se hizo
sentir entre el público indígena, pero tuvo también repercusiones de carácter oficial y burocrático.
Además, el Lic. Custodio hace notar que el contenido del texto gilbertiano en lengua de Michoacán
rebasa lo que entrega la traducción al castellano, pues puede servir para caracterizar aspectos de la cultura
nativa en la época de la conquista, tales como la riqueza conceptual que reflejan las prácticas sociales,
administrativas, jurídicas y de otra índole ya existentes en el siglo XVI. Por otra parte, cabe destacar que el
trabajo del Lic. Custodio representa la primera traducción al español y estudio del texto relativo al martirio de
santa Olalla que fray Maturino Gilberti incluyó en su Dialogo de Doctrina Christiana.
El doctor José Luis Iturrioz da cuenta de la experiencia de 20 años de traducción entre el español y el
huichol, en ambos sentidos, tanto de textos de la tradición oral como técnicos. Junto con la traducción, se ha
realizado en el Departamento de Estudios de Lenguas Indígenas (UdG) el análisis de los procesos de ésta. El
autor nos dice que este análisis tiene varios fines en mente: a) la descripción contrastiva del español y el
huichol; b) la expansión del léxico huichol a nuevos dominios culturales; c) contribuir a la enseñanza de la
lengua materna en la educación bilingüe-bicultural, y d) generar puntos de vista que incidan en una teoría
general del lenguaje que considere también las lenguas originarias.
En el análisis de los procesos de traducción hay cinco competencias básicas (traductorial, gramatical,
pragmática comunicativa, textual y cultural) que el autor presenta a lo largo de su texto. Vamos a seguir
brevemente cada una de ellas. 1) El problema principal en el ejercicio de traducción no siempre es la
terminología. Más bien, debido a que el conocimiento implícito que tiene el hablante de una lengua originaria
se hace explícito mediante una teoría que conlleva conceptos metalingüísticos en su propio idioma, se
requiere crear términos para referirse a esos niveles superiores de organización de la lengua. Esos nuevos
vocablos no deben ser comprensibles sólo a los especialistas, sino que han de servir para la comunicación y
comprensión de los hablantes nativos. Una buena traducción requiere no sólo conocer las dos lenguas y el
tema tratado sino también dominar la técnica de la traducción. Esto es especialmente notorio en el caso de
lenguas de tipos diferentes y con distinto grado de desarrollo de una tradición teórica y discursiva. Una teoría
lingüística ayuda al traductor y la investigación del proceso de traducción, en este caso, contribuye a su vez a
construir una teoría general del lenguaje. La traducción es una operación compleja que involucra no
solamente los aspectos gramatical, semántico y pragmático de dos o más lenguas sino también niveles léxicos,
textuales y múltiples elementos culturales. Los diversos tipos de lenguas evidencian todavía más la gran
variedad de problemas traductológicos (v.gr. la posibilidad o no de una traducción palabra por palabra), como
es el caso entre lenguas de tracción sintáctica y de tracción morfológica, o entre lenguas fusionantes y
polisintéticas. La traducción no consiste sólo en generar oraciones bien formadas ni en la mera
correspondencia léxica y gramatical; en este sentido implica también aspectos semánticos y filológicos en los
que la comunicación requiere de competencia en dos o más ámbitos culturales distintos. De ahí pueden
resultar dos tipos para orientar la traducción: hacia el emisor y las formas de su lengua (literal), o hacia el

10
receptor y su respuesta (acorde con el genio del idioma de llegada, que puede resultar en una traducción
acomodativa o una asimilativa). El doctor Iturrioz ilustra cada uno de estos casos con ejemplos tomados de
las traducciones al huichol realizadas en el pasado.
2) Señala también los problemas de competencia gramatical que acompañan a la traducción técnica
y científica, que implica elegir entre varias opciones: a) crear nuevos términos; b) decidir si aceptar
préstamos de otra lengua; c) extender el significado de una palabra ya existente; o d) utilizar un vocablo
con acepción metafórica.
3) En el ejercicio de la traducción es importante también la competencia pragmática, para saber usar
términos o maneras de decir adecuados al área, la distancia y la situación comunicativa o escritural. La
disyuntiva entre orientar la traducción fiel al texto técnico original o adecuada a las necesidades de los
receptores últimos (que no significa olvidar el orden básico de la oración en la lengua de llegada). En última
instancia esto nos refleja una postura epistemológica que privilegia, sea el contenido cognitivo, sea la
pragmática de la comunicación. Son diversas las opciones traductológicas entre una lengua de estilo cognitivo
nominal como el español y una lengua de estilo cognitivo verbal como el huichol. Este sería el caso de la
traducción de la palabra “guerra” en español, debido a que en huichol habría que formar una palabra
compleja para sustituir esta expresión nominal por una verbal.
4) Es sabido que en la traducción no basta con lograr una correspondencia de palabra por palabra o
de oración por oración, sino que se requiere crear una nueva estructura textual utilizando los recursos que la
lengua de llegada ofrece. Se necesita constituir unidades de sentido enlazadas formal y temáticamente que
resulten en una organización global del texto. La unidad que se obtenga debe ser formal, semántica y
pragmáticamente ajustada a las tradiciones discursivas de la lengua de llegada. El problema aquí es que
muchas lenguas de las etnias originarias carecen de tradiciones discursivas correspondientes en diversas áreas,
tales como las técnicas y legales. De allí que la generación de nuevos estilos funcionales implique también un
desarrollo cultural, institucional y cognitivo, que vaya de la mano con la formación de traductores
especializados y grupos determinados de destinatarios. En este sentido, la base para producir un nuevo texto
no es un número determinado de términos. Crear un escrito es el referente primario que regula el proceso de
traducción, desde el cual se produce un conjunto léxico que recoge los vocablos utilizados. La traducción de
un texto técnico implica también que los receptores tienen los conocimientos de la respectiva área de saber
necesario para comprender el nuevo escrito en la lengua de llegada. En el caso de textos destinados al público
en general es conveniente considerar que la convertibilidad es inherente a la concepción funcional del
lenguaje y que como estrategia de comunicación puede haber alternancia entre reglas formales e informales.
5) En tanto que un texto es una construcción cultural, crear alguno está estrechamente ligado al
dominio del tema o área de conocimiento específico del texto por traducir. Habrá conceptos que no tengan
un referente cultural (tales como pecado mortal, muerte del alma, etc., en tiempos de la evangelización
colonial) y, por esto, la competencia cultural es exigida por la traducción. En suma, que ésta sea buena implica
por lo menos el dominio de estas cinco competencias tanto en la lengua origen como en la lengua meta.
Tenemos así un panorama general de las diferentes maneras en que se abordó el tema de la utopía de
la lengua p’urhépecha que, como muchas otras lenguas de etnias originarias, enfrenta el desafío que implica su
uso en la docencia a todos los niveles, en la investigación y en el desempeño profesional de cara al mundo
contemporáneo. Para ello es requisito indispensable que estas lenguas cuenten con un vocabulario socializado
que haga posible realizar la utopía. Esta vez hemos querido enfocar la creación de ese vocabulario desde la
óptica de la traducción.
A menos de un año de realizadas las V Jornadas Gilbertianas, el 7 de septiembre de 2007 se publicó la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que en el inciso 1 del artículo 13 dice a
la letra: “Los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones
futuras sus historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y literaturas, y a atribuir
nombres a sus comunidades, lugares y personas y mantenerlos”.
El inciso 2 hace responsables a los Estados de adoptar medidas eficaces para garantizar la protección
de ese derecho. Todavía más, el inciso 1 del artículo 14 señala: “Los pueblos indígenas tienen derecho a
establecer y controlar sus sistemas e instituciones docentes que impartan educación en sus propios idiomas,
en consonancia con sus métodos culturales de enseñanza y aprendizaje”.

11
Además el inciso 2 de este mismo artículo 14 dice que, “Los Estados adoptarán medidas eficaces,
junto con los pueblos indígenas, para que las personas indígenas, en particular los niños, incluidos los que
viven fuera de sus comunidades, tengan acceso, cuando sea posible, a la educación en su propia cultura y en
su propio idioma”.
Por experiencia propia como primer rector de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán
(UIIM) pude constatar la dificultad de impartir en lengua p’urhépecha aunque fuera sólo una de las materias
curriculares de alguna de las carreras que ofrece esta institución. La falta de vocabulario y el escaso número de
hablantes con posgrado y capaces de enseñar sus propias disciplinas en su lengua materna fueron un
obstáculo insalvable para iniciar algún curso enteramente en lengua p’urhépecha. De lo anterior se me hizo
más evidente la distancia que todavía hay entre lo que en las V Jornadas Gilbertianas denominamos “utopía de
la lengua p’urhépecha” y la puesta en práctica del artículo 14 arriba mencionado.
Ciertamente la UIIM como institución de educación superior abocada a promover la interculturalidad
no tiene el propósito de fomentar únicamente la lengua p’urhépecha sino todas las que se hablan en el ámbito
de su competencia. Pero fue difícil aceptar, tanto para el personal de la UIIM como para el Consejo de
Autoridades Comunales, el hecho de que los cursos debieran impartirse todos en español. En la actualidad,
con la dirección de su segundo rector, la UIIM hace esfuerzos por preparar personal capaz de poner en
práctica los derechos lingüísticos reconocidos por el Estado mexicano y por la Declaración de la ONU antes
citada, pero todavía está en el futuro la utilización de las lenguas originarias en el nivel de educación superior.
Como Centro Público de Investigación, el Colegio de Michoacán ha incidido también en el estudio de
las lenguas originarias, sobre todo mediante su Centro de Estudios Antropológicos (gramática y lexicografía)
y Centro de Estudios de las Tradiciones (proyecto Gilberti).
Para terminar quiero dar las gracias a todos los participantes y debo hacer dos advertencias. La
primera es que no se homogeneizó la representación fonética de las palabras p’urhépecha, pues las variantes
dialectales tienen, cada una, sonidos que se confunden en la normalización de la lengua. La segunda es que las
ponencias seleccionadas para esta publicación han pasado por el proceso de presentación, comentarios,
sugerencias para modificar algo, así como la adopción de las propuestas que han parecido adecuadas a cada
autor y, finalmente, por el proceso de evaluación por pares. Desafortunadamente algunas otras ponencias
quedaron fuera como resultado de éste o por haber sido presentaciones orales de las cuales los autores no
enviaron una versión final escrita. Finalmente debo presentar una disculpa a todos los participantes en las V
Jornadas Gilbertianas por la tardanza en la entrega del texto final para publicación.

12
EL PAPEL DE LA TRADUCCIÓN
EN EL DESARROLLO DE LAS LENGUAS

Herón Pérez Martínez


El Colegio de Michoacán

La traducción, ese arte tan descuidado, es en la literatura un elemento


muchísimo más importante de lo que la mayoría de nosotros cree;
pero a menudo contribuye a la creación de las grandes obras.
Particularmente importante fue en el Renacimiento, época de las obras maestras...
Los niveles intelectuales de cada nación europea han correspondido
muy de cerca a la importancia alcanzada en su educación
por el conocimiento y traducción de alguna lengua cultural extranjera.
Gilbert Highet1

LA LINGÜISTICIDAD DEL CONOCIMIENTO HUMANO

Las lenguas constituyen el centro de la vida social de los pueblos: lo determinan, lo configuran todo. La
traducción, por eso, es un proceso que no sólo afecta al hablar de alguna gente, sino que determina los
horizontes de todos los miembros de una cultura al ensancharlos. La lingüística, por ejemplo, ha evidenciado,
desde W. von Humboldt, la lingüisticidad de todo conocimiento humano: no existe éste si no se encuentra
revestido verbalmente. Von Humboldt, en efecto, es el autor del importante postulado, hoy axioma corriente
en la epistemología, de que cada lengua encierra una peculiar visión del mundo que se interpone entre el ser
humano y la naturaleza, como el cristal con el cual cada uno ve las cosas de la realidad extralingüística en la
medida en que

convive primordialmente y aún exclusivamente con los objetos tal cual el lenguaje se los ofrece, puesto que las
sensaciones y acciones dependen de sus representaciones.
Por medio de este acto, dice, en virtud del cual teje en sí mismo la lengua, se encarcela él en la misma y cada
una traza en torno al pueblo, al cual pertenece, un círculo, del cual sólo es posible salir en la medida en que se
pasa al círculo de otra distinta.2

Sólo mediante el aprendizaje de una lengua extranjera se amplía el círculo lingüístico que circunscribe
nuestra manera de pensar: se entra en el rango de influencia de un círculo distinto. En concreto y para el
asunto que nos ocupa, a Von Humboldt se remonta la tesis de la cual parte nuestra reflexión: “el lenguaje es
el órgano creador del pensamiento”3 no sólo por el simple hecho de que, como dice Lázaro Carreter, “una
lengua natural es el archivo adonde han ido a parar las experiencias, saberes y creencias de una comunidad”, 4
sino porque el hablar recrea el mundo al establecer sus redes de relaciones, sus horizontes, dependencias y
panoramas. La socialización se da, en efecto, mediante el lenguaje.

1 Gilbert Highet, La tradición clásica (dos tomos, segunda reimpresión), México, FCE, 1986, t. I, p. 168ss.
2 Ibid., p. 280.
3 Ibid., p. 282.

4 Fernando Lázaro Carreter, El dardo de la palabra, Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 1998, p. 19.

13
La palabra hablada es siempre la corona del pensamiento. Hablar bien, por ende, ayuda a perfeccionar
éste y hablar mal lo deteriora. Los pensamientos son siempre portadores de una indumentaria verbal. Nada
extraño, entonces, que la antigua retórica, el arte de hablar bien, acostumbrara a construir ya sobre el buen
pensar, ya sobre las cosas hermosas; ese arte bajo supuestos implícitos tales como el de que no se puede
hablar bien de cosas feas o malas o el universo de los pensamientos bellos ha de ser buscado en el magno
santuario de las palabras más bellamente dichas. Para la antigua retórica, en efecto, las ideas susceptibles de
formar parte del buen discurso deben ser ideas susceptibles de ser hermosamente revestidas con el ropaje de
la palabra bella.
De acuerdo con esto, es la lengua la que cuadricula la “realidad” y la construye: nada es “objetivo” en
el sentido positivista del concepto, porque todo está construido por las palabras del individuo que conoce,
pues la totalidad de lo que pasa por el tamiz de la lengua es sólo una posibilidad de “realidad” edificada por el
sujeto que habla de ella. Conforme a lo que dice Barthes, “la lengua es como una naturaleza que se desliza
enteramente a través de la palabra del escritor, sin darle, sin embargo, forma alguna, incluso sin alimentarla: es
como un círculo abstracto de verdades, fuera del cual, solamente comienza a depositarse la densidad de un
verbo solitario”.5 En su calidad de horizonte y de barrera, el idioma pone de manifiesto, por lo demás, un
trasfondo importante de lenguaje que se encuentra más allá de las lenguas y que funciona a pesar de ellas.
Subyaciendo a éstas, funciona en efecto, un lenguaje universal que se ocupa de aquellos tópicos de
comunicación centrados en el ser humano: de aquél, por ejemplo, forma parte la poesía y, en general, todas
aquellas experiencias humanas que, frutos del espíritu, nacen de lo numinoso como el mito, la más primitiva
forma de la historia.
De acuerdo con lo anterior, la lengua es horizonte para el individuo en cuanto funciona para él como una
naturaleza que condiciona su percepción de la realidad: esa es, según Gadamer, la función hermenéutica de las
tradiciones: la lengua es la primera de las tradiciones de un pueblo, en la medida en que el idioma de éste es la
manera a su alcance para organizar la experiencia de las cosas. De este hecho resultan dos consecuencias, entre
otras: la primera de ellas es que toda la experiencia que un individuo tiene de la realidad extralingüística se da
mediante la lengua. Ésta, pues, condiciona el acceso a la realidad: la poesía, las configuraciones del espíritu
propias de cada pueblo tienen que ver con el papel de mediación ejercido por su lengua. La otra consecuencia
proveniente de que las lenguas sean codificaciones de la experiencia y cuadriculaciones de la realidad se relaciona
con la traducción y, desde luego, con la intraductibilidad: aquélla es el ejemplo más a la mano para explorar
cuánto y de qué modo la lengua es un horizonte que condiciona el hablar de los pueblos y su discurso. La
lengua de un pueblo marca las dimensiones de su espíritu, su sensibilidad, el sistema de moldes por los que
configura y ordena el cúmulo de objetos que constituyen su ámbito.

LA TRADUCCIÓN

Desde los orígenes de la cultura, en efecto, la traducción ha sido la ventana no sólo por la cual las lenguas se han
ido forjando y enriqueciendo sino, desde luego, las culturas cultivadas en torno de ellas: después de todo, una
cultura es un complejo sistema de textualidades por las que funciona la vida cotidiana, así sea la más complicada,
de un pueblo. En la medida en que la lengua es un sistema semiótico que funciona dinámicamente en el espacio
denominado por Lotman “semiosfera”. Lotman, en efecto, se acerca a la cultura entendiéndola como un
ambiente en que coexiste y convive una pluralidad de lenguajes. De allí su concepto de “semiosfera”. En efecto,
en la teoría de Lotman la cultura es asumida como semiosfera que, a su vez, es definida por analogía con la
biosfera como “el dominio en el que todo sistema sígnico puede funcionar, el espacio en que se realizan los
procesos comunicativos y se producen nuevas informaciones, el espacio semiótico fuera del cual es imposible la
existencia misma de la semiosis”.6 Si en la lengua funciona, pues, la cuota de sentido de que se nutre un pueblo,
en la traducción encuentra una cultura que tiene a su más poderoso motor por el cual se desarrollan y
enriquecen sus bagajes textuales, discursivos, léxicos, sintácticos, semánticos y aun estilísticos. Habida cuenta del
papel central que para las culturas desempeña la lengua, por principio de cuentas, cada idioma es un sistema de
acceso al conocimiento de las cosas que le interesan a un pueblo.

5 Roland Barthes, El grado cero de la escritura, 4°ed., México, Siglo XXI, 1980, p. 17.
6 Iuri M. Lotman, La semiosfera I. Semiótica de la cultura y del texto, Madrid, Cátedra, 1996, p. 22.

14
POR LA TRADUCCIÓN SE HA ENRIQUECIDO NUESTRA LENGUA

No se requiere mucha tinta para mostrar el papel que la traducción ha desempeñado en la conformación de la
actual cultura mexicana y de las lenguas que la sustentan. Una de las características de lo que llama Robert
Ricard “la conquista espiritual de México”, como se sabe, es la extensa labor de transculturación mediante la
traducción: diccionarios, gramáticas, textos. Por ésta, no sólo el español sino las diferentes lenguas amerindias
vieron crecer su acervo de textos, literarios y no, diccionarios, gramáticas. El mismo Ricard habla de la
“imposibilidad de un apostolado efectivo sin el conocimiento de las lenguas”7 y la consiguiente labor de
traducción, se podría agregar. Es inapropiado dar una lista, así sea somera, de los principales textos con que
se enriqueció, por ejemplo, el español novohispano y algunas de las lenguas nativas por la traducción de
catecismos, gramáticas, sermones o textos literarios. Para una muestra ligerísima de lo que se enriqueció el
español con la traducción de textos americanos bastaría recordar aquí la obra de los franciscanos Jerónimo de
Alcalá, Bernardino de Sahagún y, desde luego, Maturino Gilberti. Y viceversa.
El ámbito del cual proceden los misioneros que ese siglo llegan a estas tierras es humanista. Marcel
Bataillon,8 por ejemplo, da cuenta de las traducciones erasmianas en la España del siglo XVI: para la cultura
hispanohablante es, además, la centuria en que lleva a cabo su trabajo de traductor fray Luis de León; 9 y el
siglo en que el cardenal Cisneros impulsa en Alcalá la Biblia políglota. Esta es la misma centuria, además, en
que tiene lugar una extensa labor de traducciones del italiano al español con las adaptaciones y adopciones de
los nuevos metros en nuestra lengua. Marcel Bataillon, 10 al rastrear los pasos de Erasmo en España logra
pintar vivamente el ambiente políglota y de franca comunicación interlingüística que reina en la Universidad
de Alcalá de Henares del cardenal Cisneros:

el cardenal, dice Bataillon, tenía apasionado interés por las lenguas antiguas, y las consideraba –el griego al
menos– como elemento indispensable de una cultura teológica completa. Esta es la razón de que los estatutos
de Alcalá decreten la erección de una cátedra de griego y prevean otras para el hebreo, el árabe y el siríaco.11

La magna empresa de traducción que fue la Biblia políglota generó en torno suyo un gran
entusiasmo por la traducción. El equipo de traductores y filólogos que reúne Cisneros, por lo demás, es
impresionante. Ya antes había sido convocado el cretense Demetrios Ducas para impulsar el cultivo de la
lengua griega, y allí llegarían el célebre Antonio de Nebrija, experto latinista y buen conocedor tanto de
ésta como del hebreo;12 Diego López de Zúñiga, quien dominaba el griego; Hernán Núñez (el
Comendador Griego) conocedor, además, del latín, del hebreo y del árabe; y Pablo Coronel, entre otros.
Como muy bien lo señala Bataillon, tanto en Salamanca como en Alcalá había un importante “impulso
profano del helenismo italiano”.13
Olas de esos mares vinieron acá. Nada extraño, entonces, que al trasplantarse la cultura castellana en
las recién conquistadas tierras mexicanas llegaran hasta aquí los aires humanistas de los traductores ibéricos,
cuyos representantes fueron especialmente frailes. La magnitud de la labor traductora de los primeros de ellos
en México ha sido descrita de modo magistral en la ya mencionada obra de Robert Ricard, La conquista
espiritual de México. De ésta recojo la siguiente cita sobre la naturaleza de las traducciones en ese primer siglo
novohispano y del enriquecimiento de las lenguas que en estos ámbitos se hablan:

7 Robert Ricard, La conquista espiritual de México, México, Fondo de Cultura Económica, 1986, pp. 109 y sigs.
8 Erasmo y España, traducción de Antonio Alatorre, primera impresión de la segunda edición, México, FCE, 1982.
9 Véase nuestro Lenguaje y tradición en México, pp. 48 y ss.

10 Op. cit.

11 Op. cit., pp. 18 y ss.

12 Cuando, años después, por no estar de acuerdo con la manera como se está haciendo el trabajo, Nebrija se retira del equipo de traductores del

cardenal, le escribe la célebre Epístola a Cisneros que ilustra bien cómo había entendido Nebrija su papel en la políglota. He aquí un fragmento:
“Cuando vine de Salamanca, yo dejé allí publicado que venía a Alcalá para entender en la enmendación del latín, que está comúnmente
corrompido en todas las Biblias latinas, cotejándolo con el hebraico, caldaico y griego” (en Antonio de Nebrija, Gramática de la lengua castellana,
estudio y edición de Antonio Quilis, Madrid, Editora Nacional, 1984, p. 16).
13 Op. cit., p. 19.

15
Dado que había la intención de hispanizar a los indios, y que el trabajo de evangelización tenía que hacerse
completa y exclusivamente en lenguas indígenas, había necesidad de libros que poner entre las manos de los
religiosos, sea para que estudiaran, sea para que se perfeccionaran en las lenguas de sus fieles, tanto como para
ayudarles en la predicación de la doctrina cristiana, en la divulgación de los libros santos y en la administración
de los sacramentos, principalmente el de la penitencia. De allí nacen dos categorías de obras bien definidas:
Artes, como llamaban entonces a las gramáticas, y vocabularios como instrumentos de trabajo eran los que
formaban la primera, y en la segunda habría que colocar las doctrinas, o catecismos, los sermonarios, los
confesionarios, la traducción de secciones del Evangelio, de las Epístolas, de las vidas de los santos, etc. que venían
a ser como manuales del trabajo cotidiano.14

La construcción cultural y lingüística que en el siglo XVI novohispano ocurrió se llevó a cabo por
medio de las muchas y variadas actividades lingüísticas, que se desarrollaron en las dos costas del Atlántico. El
siglo XVI novohispano, ciertamente, es un siglo de traducciones. A lomos de la colonización, tuvo lugar, en
efecto, una vasta labor de éstas. Por un lado, las exigencias de la evangelización las hacían necesarias; por otro,
la siembra, nacimiento y cultivo de la alta cultura europea en tierras americanas hizo precisa una amplia y
compleja labor de traducción desde un principio. Una vasta labor de ésta, en efecto, enriqueció no sólo al
español del siglo XVI sino a las diferentes lenguas nativas: la traducción de obras religiosas básicas a lenguas
indígenas, o al español de textos indígenas de la más variada índole; la elaboración de gramáticas y
diccionarios; los muchos tipos de adaptaciones con fines prácticos de catecismos, confesionarios, etc. Y eso
sólo para referirme a las obras de carácter religioso. En casillero aparte, en efecto, se encuentran las obras de
la antigüedad clásica –autores griegos y latinos– que se traducían ordinariamente en las aulas de los colegios y
la Universidad como medio de aprender esas lenguas y de enriquecer las nuestras. De todo ello aunque
quedaron muchas huellas, las más se han ido perdiendo en la oscuridad de la inedición o yacen empolvadas en
alguna vieja biblioteca hoy arrumbada o desaparecida. El estudio de este vasto programa de traducciones está
ligado a sendas historias, en algunos casos ya hechas, de la trayectoria bibliográfica mexicana y de todo lo
relacionado con la implantación de la imprenta en estas tierras.
Sin embargo, el siglo XVI fue en otro sentido una centuria que persiguió algunas traducciones tanto en
Europa como acá; las de la Biblia, por ejemplo, como consecuencia de los correspondientes decretos
tridentinos, estaban prohibidas o era, en todo caso, muy peligroso hacerlas: fray Luis de León es testigo de
ello. Las restricciones tridentinas sobre la traducción de la Biblia llegarían a afectar a otros tipos de
traducciones.15 Pero no sólo aquéllas bíblicas fueron perseguidas en el siglo XVI, por otras razones,
relacionadas con la Inquisición. Ocurrió también, en este siglo, una especial persecución, por ejemplo, a las
traducciones con otro tipo de contenidos religiosos. De testigo puede servir entre nosotros el personaje en
cuyo nombre se nos convoca a estas jornadas: el fraile franciscano Maturino Gilberti, gran lingüista y
traductor del siglo XVI novohispano, cuyo proceso en la Inquisición es de sobra conocido. Por razones
moralizantes, la invención de la imprenta trajo consigo otro tipo de persecuciones que como reacción
recayeron en la traducción: la lectura en silencio que la multiplicación de los libros impulsó trajo consigo una
serie de persecuciones de quienes veían en la lectura de obras literarias un peligro para la moral.16 De hecho
esa fue la razón de que encarcelaran a fray Luis de León.
Las traducciones que en la circunstancia de la colonización emergen entre nosotros quizá se puedan
reducir a cuatro distintos tipos de traducciones: las de evangelización y catequesis, las escolares, las de textos
nativos al español para informar a las instancias españolas y, finalmente, las literarias y profanas. Entre ellas,
quizá sobresalga el fraile traductor cuyo principal objetivo sea crear materiales tanto de evangelización como
de catequesis; aunque también la escuela produjo excelentes traductores que al igual, cómo no, de la
responsabilidad de informar en la Península, de dondequiera que esta responsabilidad proviniera, produjo
notables traducciones. De éstas, la literaria también florece en estas tierras durante el siglo de la conquista,
aunque en menor cuantía. Por obvias razones de espacio, no podemos proceder aquí sino por paradigmas.

14 Op. cit., pág. 121. En el “Apéndice I”, págs. 423 y sigs. Ricard hace un utilísimo “Ensayo de inventario...” de esas obras. Una historia de la
traducción en México debe acudir, ciertamente, a este trabajo.
15 Para toda esta cuestión, pueden leerse las prohibiciones tridentinas en Denzinger-Schönmetzer, Enchiridion symbolorum definitionum et declarationum

de rebus fidei et morum, edición XXXVI, Barcelona, Herder, 1973, nn. 1854 y ss. Esta obra se citará, en adelante, con las siglas DS seguidas del
número marginal.
16 B. W. Ife, Lectura y ficción en el siglo de oro, Barcelona, Editorial Crítica, 1992, pp. 16 ss.

16
Del primer caso puede servir de ejemplo el ya mencionado fray Maturino Gilberti. La situación de
este último es un poco complicada y no seguiremos las desgracias que tuvo que padecer, por denuncia de
don Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán, debido a la traducción al p’urhépecha de su Diálogo de doctrina
cristiana. 17 Gilberti no sólo fue el más grande experto en la lengua p’urhépecha que hubo en el siglo XVI,
sino un prolífico y gran traductor muy interesado en todo lo relacionado con la catequización de los
indígenas michoacanos. Son tan abundantes las traducciones efectuadas durante el siglo XVI al calor de la
evangelización y son tantos los protagonistas de esta magna empresa al estilo de Gilberti, que para
documentar la historia de la traducción en la Nueva España durante ese siglo XVI, bastaría con consultar el
primer tomo de la Historia de la imprenta en México de José Toribio Medina cuyas páginas, de la primera a la
última, recogen ejemplos abundantes de algunas de las traducciones que se hicieron en ese siglo, sobre
todo a las lenguas indígenas y de éstas.
Hasta dónde un diccionario o una gramática de una lengua extranjera sea una labor
traductológica es señalado tanto por la lingüística aplicada como por la traductología y aun por la
lexicografía18 De la dedicatoria que hace Maturino Gilberti de su Arte a Vasco de Quiroga, por lo demás,
se deduce con claridad la idea que se tenía en la época sobre el valor epistemológico de estas actividades:
hacer gramáticas no es una operación traductológica; elaborar diccionarios, sí: “puse diligencia, en
componer esta arte, y traducir este diccionario de la lengua española en lengua de Michoacán y de la de
Michoacán en la española”.19
Respecto a las traducciones de textos nativos al español para informar a las instancias españolas
el ejemplo más a la mano es La relación de Michoacán debida al franciscano fray Jerónimo de Alcalá. El
fraile lleva a cabo un vasto proceso de compilación, traducción, edición, estructuración y maquillaje,
sobre la información proporcionada por “los viejos de esta Ciudad de Michoacán”. Pero la autoría se le
acredita, sobre todo, por su obra como traductor. El trabajo lo hace a petición del virrey, como dice
Alcalá en su carta-prólogo. Pero él mismo tiene sus propios objetivos que expresa así: “yo porque
aprovechase a los religiosos que entienden en su conversión saqué también dónde vinieron, sus dioses
más principales y las fiestas que les hacían… puse cómo poblaron y conquistaron esta provincia los
antepasados de cazonci”.
Lleva a cabo para ello un vasto proceso de traducción, redaccional, exegético y de síntesis siguiendo
los cánones de retórica, poética, gramática, estilística y teoría de la traducción europeas que aparecen por
doquier en el texto que compuso. La teoría de la traducción de que se sirve es europea, lo mismo que los
términos por él empleados, aunque no la manera como los entiende. Alcalá se asume como intérprete: así
llaman tanto Horacio como San Jerónimo, pilares de la teoría latina de la traducción, a la traducción literal.
Alcalá no es fiel a esto. En el prólogo este último deja constancias de cuántas cosas no le gustaron del
documento que recabó de sus informantes y de la manera como lo corrigió. De este tipo de traducciones con
obligaciones informativas se puede agregar también el caso del célebre Bernardino Ribeira, conocido como
fray Bernardino de Sahagún y autor de la Historia general de las cosas de la Nueva España, correligionario de fray
Jerónimo de Alcalá.20
Por lo que respecta a las traducciones literarias, en este caso de las letras clásicas, cabe decir que fue
Ovidio el primer autor clásico en ser impreso en la Nueva España y él, junto con Persio, el que inicialmente
fue traducido en estas tierras. Gutierre de Cetina, como se sabe, quien pasó el final de su vida en la Nueva
España (1546-1557), tradujo en verso tres epístolas de las Heroidas: la de “Dido a Eneas”, la de “Filis a

17 Véase, para todo esto, J. Benedict Warren, Diccionario grande de la lengua de Michoacán, introducción, paleografía y notas de..., Morelia, Fimax
Publicistas, 1991, pp. XVI y sigs. Finalmente, véase Francisco Fernández del Castillo (comp.), Libros y libreros del siglo XVI, 2a. ed., México, FCE,
1982, pp. 4 y ss. Arte de la lengua de Michuacán compilada por Fray Maturino Gilberti, edición facsimilar, introducción histórica con apéndice documental
y preparación fotográfica del texto, por J. Benedict Warren, Morelia, Fimax Publicistas, 1987, pp. XI-XCII. En lo sucesivo, nos referiremos a esta
obra como Arte.
18 Para lo primero, puede verse, por ejemplo, S. Pit Corder, Introducción a la lingüística aplicada, México, LIMUSA, 1992, p. 76, o bien Charles Bouton,

La lingüística aplicada, México, FCE, breviarios, 336, p. 81 y ss.; para lo segundo, en cambio, véase G. Haensch/L. Wolf/S. Ettinger/R. Werner, La
lexicografía. De la lingüística teórica a la lexicografía práctica, Madrid, Gredos, 1982, pp. 513 y ss.
19 Arte, p. 3.

20 Véase la edición que presenta Francisco Miranda en la Colección Cien de México, México, SEP, 1988. Es opinión aceptada comúnmente entre

los estudiosos de La relación de Michoacán que esta obra es, en buena parte, la traducción de informaciones en lengua purhé recabadas por el fraile,
quien dice de su labor: “esta escritura y relación presentan a Vuestra Señoría los viejos de esta Ciudad de Michoacán y yo también en su nombre,
no como autor sino como intérprete de ellos ... yo sirvo de intérprete de estos viejos...” (p. 44).

17
Demofonte” y la de “Penélope a Ulises”. Dicha traducción se encuentra en la recopilación conocida como
Flores de Baria poesía de la que acaba de aparecer una hermosa edición en 1987.21 En cambio las Sátiras de
Persio fueron traducidas y comentadas por Bartolomé Melgarejo, quien por 1553 era catedrático de cánones
de la Universidad de México. Y de esta manera muchos otros textos.

LAS TRADICIONES LEXICOGRÁFICAS

Por eso es tan cierto el texto de Highet que me sirve de epígrafe: la traducción ha sido el alimento más
importante del que se han nutrido todas las lenguas del mundo: por ésta se han llevado a cabo los múltiples
contactos de los pueblos con otros de éstos, otras culturas, cuotas de sentido y otros textos; la traducción ha
sido el vehículo más a la mano en el que las lenguas del mundo han transportado su alimento. Por eso
recuerdo aquí lo dicho por Highet: “los niveles intelectuales de cada nación europea han correspondido muy
de cerca a la importancia alcanzada en su educación por el conocimiento y traducción de alguna lengua
cultural extranjera”.
Pero, además del cultivo directo de las lenguas por los frailes traductores, como Gilberti, debo
referirme a una poderosa tradición gramatical en Sefarad, como se conoce a la colonia judía en España y de la
que hay constancia al menos en la famosa lápida trilingüe (en hebreo, latín y griego) de Tarragona (hoy en el
Museo Sefardí de Toledo), datable entre los siglos I al VI, que por lo referente al estudio de la gramática
hebrea es remontable a Sa‘adja (muerto en 942), quien escribe en árabe la primera gramática hebrea, en 12
partes, en su mayor parte perdida; la cual contenía, entre otras cosas, un estudio sobre la conformación de las
palabras que distinguía las raíces de los elementos flexionales, además de incluir un vocabulario de 70
términos explicados que significó un importante impulso para la lexicografía hebrea y que fue la base para
otros trabajos similares como la gramática árabe de Yehudáh ben Qurais. A estas tradiciones es posible
remontar un muy antiguo concepto de “morfema” que serviría de inspiración a los gramáticos misioneros del
siglo XVI en su descripción de las lenguas de América.
Surgieron, en este contexto, hábiles lexicógrafos. Cito, a guisa de ejemplo, entre quienes siguieron
la huella de Sa‘adja, al judío, también español, Menahem ben Ya‘aqob ben Sarûq, nacido en Tortosa
entre 910 y 920 d. C. Él es el prototipo del intelectual sefardí: autodidacta, se formó con su padre y su
papel en el nacimiento de la poesía y de la filología hebrea de al-Andalus es decisivo. En Córdoba es
protegido de Yishaq ben Hasday, padre del mecenas Hasday ben Saprut. Este último encarga a
Menahem el primer diccionario (mahberet) de raíces hebreas de la Biblia, propiamente dicho. Lo terminó
hacia 960 d.C. En el diccionario hebreo de Menahem sobresalen sus análisis sobre la composición y
descomposición de los vocablos hebreos, respecto a las funciones de las palabras dentro de la oración y
acerca de los elementos flexionales dentro de ellas. Él se ocupó, sobre todo, del sentido de las palabras y
sus componentes tanto de manera aislada como en sintagmas mediante la contrastación: en algunos
casos se valió del paralelismo.
Esta tradición se continúa con la dinastía española de los Qimhi encabezada. por Yosef Yishaq
Qimhi (1105-1170). Nacido en al-Andalus de donde, por la amenaza almohade22 se instaló con su familia
en el sur de Francia, en Carbona. Yosef Yishaq Qimhi uno de los que expandieron por Europa, sobre
todo en Francia, la cultura de al-Andalus junto a Abraham Ibn “Ezra” y sus dos hijos Moisés y David.
Moisés Qimhi escribió una gramática didáctica titulada El camino del hilo del saber que consistía en el
conjunto de reglas, definiciones y paradigmas necesarios para aprender hebreo. Uno de los textos de
Moisés ben Yosef Qimhi, el Sefer Shekel Tob (El libro del buen entendimiento) es el Ms. 5460 de la Biblioteca
Nacional de Madrid.
Por su parte, David Qimhi (1160-1235), a decir de Angel Sáenz-Badillos y Judit Targarona Borrás David

dejó profunda huella en el terreno de la filología … jugó un papel muy importante en la difusión de los logros
gramaticales y lexicológicos de la gran época andalusí. Su obra principal incluye una sección de gramática,

21 A cargo de Margarita Peña, auspiciada por la SEP con ocasión del quinto centenario.
22 Adjetivo que se aplica a los seguidores de Aben Tumart, jefe musulmán que en el siglo XII agitó una serie de hordas en occidente de África.

18
llamada con el mismo nombre de todo el libro, el Sefer Miklol (editado por primera vez en 1532, en
Constantinopla), y un diccionario, el Sefer ha-Sorasim (impreso antes de 1480). Gracias a su capacidad de síntesis,
a su claridad y a su sencillez didáctica, serán sin duda dos de las obras más leídas y utilizadas por los hebraístas
judíos y cristianos de todos los tiempos.23

Efectivamente la obra filológica de David Qimhi estuvo muy difundida en España. Por ejemplo, el
Sefer Miklol llegó a la Biblioteca Nacional de Madrid en la que está registrado como el manuscrito 4188.
Contiene además de una traducción latina y de otra castellana, un glosario de términos gramaticales,
acompañados de una traducción latina hecha por Alfonso de Zamora (1474-1545). En tanto que el Sefer ha –
Sorasim de David ben Yosef Qimhi (1160-1235), el manuscrito 5454 de la Biblioteca Nacional de Madrid, está
allí identificado como Libro de las raíces o diccionario hebreo bíblico. Como se ve, el arte de la traducción,
emparentado con el de hacer diccionarios, se desarrollan en Europa de manera muy independiente del
humanismo que florece en torno del cardenal Cisneros y su Universidad de Alcalá, a principios del siglo XVI. 24
Pero no solamente en España y Francia estuvo extendido el arte hebreo de la filología léxica. En efecto, según
Albert Labarre,

Los miembros de las comunidades israelitas, florecientes en la región del sur de Europa, se interesaron
rápidamente por la imprenta en la que veían un medio de multiplicar los textos que permitían preservar
su religión y su cultura. Ya en 1446 un judío de Aviñon pedía a Waldvogel preparación de caracteres
hebreos, y fue justamente con impresiones en hebreo como la imprenta hizo su aparición, entre 1475 y
1496, en varias ciudades italianas, portuguesas y españolas y, en el siglo XVI, en Marruecos, Palestina,
Egipto y Turquía.25

No parece, pues, descabellado suponer que Gilberti, un franciscano francés de principios del siglo
XVI, posiblemente de Toulouse, haya conocido estas tradiciones gramaticales y lexicográficas arraigadas en
el sur de Francia en Carbona y Carcassonne, ciudad esta última que por su posición estratégica entre el
Atlántico y el Mediterráneo, entre España y el resto de Europa, fue un centro de irradiación cultural para
sus vecinos.26 El humanismo políglota que evidencia Cisneros y su Universidad de Alcalá de Henares es
retoño del mismo árbol. Es posible, pues, que elementos de esta tradición lingüística, hayan cruzado el mar
en las alforjas de alguno de los muchos misioneros biblistas; los cuales, como consta por el auge que
promovió Cisneros en Alcalá de Henares con su Biblia políglota, conocían el hebreo y regaron estas tierras
con su saber.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

Por tanto, cuando una lengua empieza a ser traducida a otras lenguas no sólo las enriquece sino que
ella misma se beneficia. Y viceversa: cuando una lengua es el punto de llegada del proceso de
traducción se convierte por ello en la desembocadura de un caudal que la enriquece. Ninguna lengua,
decíamos, es perfecta: en su interior, todas las lenguas se han ido gestando al ritmo de los intereses y
de la experiencia del pueblo que las habla; en su exterior, en cambio, todas éstas se han forjado en las
múltiples formas de comunicación con otras lenguas y con otros pueblos. Hoy, por ejemplo, hasta
Pero Grullo sabe que entre más complicadas son las relaciones de un pueblo, más sofisticadas son sus
necesidades concretas de comunicación, más desarrollado será por ende el sistema textual de la lengua
de éste.
Los tipos textuales sólo nacen al calor de las necesidades de comunicación de los pueblos. Todas
las lenguas se han ido perfeccionando a lo largo de la historia no sólo por medio de su realización en
textos sino por el contacto interlingüístico mediante la traducción, por el desarrollo de su textualidad.

23 Diccionario de autores judíos Sefarad. (Siglos X-XV), Córdoba, Ediciones El almendro, 1988, p. 42.
24 Marcel Bataillon, Erasmo y España, México, FCE, 1982. Precioso libro para documentar el humanismo de Cisneros y su Biblia políglota.
25 Albert Labarre, Historia del libro, México, Siglo XXI editores, 2002, p. 67.

26 Paloma Díaz Mas, Los Sefardíes. Historia, lengua y cultura, Barcelona, Ríopiedras Editores, 1997. Véase para una descripción de la naturaleza y

alcances de la cultura sefardí y de lo que significó para España y para Europa.

19
Históricamente, la traducción es un fenómeno relacionado con la comunicación entre los pueblos tan
antiguo como la humanidad misma. Mediante aquélla, en efecto, se ha realizado el desarrollo del código
básico que una determinada lengua usa para comunicar los asuntos elementales de la vida cotidiana. La
traducción es un viejo y tradicional recurso de los pueblos para ampliar sus perspectivas de
comunicación y, por tanto, sus horizontes lingüísticos; debido a eso, es, desde los orígenes de historia,
un ámbito complicado y lleno de antinomias de la reflexión humana.

20
LA CREACIÓN DE VOCABLOS
UN CAMINO PARA RESEMANTIZAR LA TRADICIÓN
EL CASO DE JAPÓN

Agustín Jacinto Zavala


El Colegio de Michoacán

En el desarrollo general de una lengua es la comunidad de hablantes la que poco a poco va creando o
importando las palabras necesarias para la continuidad de la comunicación y para trasmitir significado al
interior de esa comunidad. Este ha sido el caso de la mayor parte de las lenguas que se hablan en Europa.
Sin embargo, cuando el cultivo de las lenguas existentes se ve restringido por el poco uso, la falta
de instrucción de los hablantes, o al hallarse seriamente limitado por las políticas lingüísticas del Estado,
ese desarrollo ordinario y normal no puede ocurrir. Si una lengua sólo tiene como ámbito de uso la vida
diaria o quizá únicamente la vida doméstica, es de esperarse que no se desarrollen nuevos vocablos para
cosas que están más allá de ese ámbito. Si además acontece el fenómeno de que los hablantes de esa
lengua carezcan de acceso a la instrucción formal, el asunto se complica más porque entonces hay
muchas áreas del conocimiento actual que quedan fuera de la vista de los hablantes y su lengua no
requiere de nuevas palabras para esas áreas que resultan vedadas. Si por otra parte, como en el caso de
las lenguas indígenas de la Nueva España, las estrategias de dominación se rigen por la máxima de que
“la lengua es la patria”, y se sigue una política de excluir a las lenguas nativas en asuntos de instrucción
religiosa (como fue el caso de la prohibición de traducir la Biblia a las lenguas indígenas), es de esperar
que éstas se estanquen y no se desarrollen como lo hacen las lenguas aprobadas y promovidas por el
Estado. Esa situación no se restringió a la época colonial, sino que se ha seguido manteniendo de
diversas maneras en el Estado mexicano. 1
No se pudieron desarrollar naturalmente las lenguas nativas, porque las restricciones que se les
impusieron fueron antinaturales. La creación de nuevos vocablos en lenguas indígenas se estancó en la época
colonial y los neologismos que se forman son de existencia efímera porque no se ve la necesidad de crearlos,
debido al ámbito restringido de uso de las lenguas indígenas.
Pero si la utopía de la universidad indígena se ha hecho realidad en algunos estados de la república y se
siguen creando otras instituciones similares; y si además las ideas básicas de esa utopía han sido adoptadas por
diferentes programas de educación formal, tales como México Multicultural de la UNAM; y si se han creado
leyes que favorecen el uso de las lenguas nativas, por ejemplo la enseñanza de lenguas indígenas en las
escuelas de nivel medio, entonces es necesario pensar en que realizar la utopía de la universidad indígena
implica la enseñanza en la lengua de las etnias de cada región. Sólo desde esa perspectiva será posible que una
institución de ese tipo pueda tener algo específico que ofrecer, una vez que sus otros ideales han sido ya
retomados por otras dependencias.
Pero eso implica ante todo un crecimiento de la lengua misma. Aunque se ha tachado de positivista la
expresión de Wittgenstein, en este caso es aplicable: “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi
mundo”, 2 y si somos incapaces de expandir los límites de nuestro lenguaje, los límites del universo que esa
lengua puede describir y comunicar serán estrechos y poco apropiados para la época en que vivimos.

1 Agustín Jacinto Z., “Del proyecto tarasco al proyecto Gilberti: la función del idioma nativo entre los p’urhépecha” en Beatriz Garza Cuarón
(coord.), Políticas lingüísticas en México, México, La Jornada/CIICH-UNAM, 1997, pp. 241-258.
2 Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus, Madrid, Alianza Editorial, 1973, Sec. 5.6, p. 163.

21
Si la retórica de partidos ha dado en destacar, como hacía Vasconcelos, la magra contribución de los
pueblos indígenas a la economía y el bienestar nacional, será necesario que se den las mismas oportunidades
de acceso al conocimiento que tiene el resto de la población. La posibilidad de ingresar a la educación formal
más allá de la preparatoria es un requisito en este mundo contemporáneo para que los pueblos indígenas
puedan valerse por sí mismos e igualmente contribuir a la economía, a la ciencia, a la tecnología y al bienestar
nacional. Pero antes de que esa educación formal pueda darse en las lenguas nativas de cada región, es
necesario que éstas dispongan del vocabulario adecuado.
La creación de vocabulario ocurre en la vida cotidiana durante todas las épocas, pero en el mundo
contemporáneo es especialmente notable en el ejercicio profesional. Por eso tenemos en español barbarismos
creados en la vida profesional tales como bit, byte, drive, modem, clonar, etc. Esa misma necesidad se va
haciendo sentir en las lenguas indígenas conforme los hablantes van teniendo acceso a la educación superior y
se ve el requerimiento de que otros hablantes de lenguas indígenas también puedan acceder a esa educación
sin que deban hacerlo en una segunda lengua. De ahí la utopía de las lenguas indígenas.

NECESIDAD DE NEOLOGISMOS

Si en 400 años de ser idiomas de segunda las lenguas de las comunidades hablantes nativas no han podido
desarrollar un gran número de nuevos vocablos, sería ingenuo esperar que en el lapso de los próximos diez
años logren generarse espontáneamente los tecnicismos necesarios para una educación formal de nivel
universitario. De aquí que el modelo europeo de desarrollo de las lenguas naturales no nos pueda servir
como ejemplo. Esperar una rápida evolución natural de su vocabulario es aguardar contra toda esperanza.
En el desarrollo de lenguas tales como el inglés, el francés, el sueco, el alemán, el gbaya y el hebreo, como
se dice en Les traducteurs dans l’histoire, los traductores han desempeñado un gran papel como constructores
de lenguas nacionales. 3 Es conveniente recordar que por lo menos hasta el siglo XIV en Europa no se
diferenciaron claramente las funciones de traducción, imitación y creación en las nuevas lenguas que
apenas estaban formándose. Nos interesa este modelo de relación entre lenguas ricas y desarrolladas y
aquéllas que por diversas razones están apenas en vías de desarrollo. Ese modelo podemos apreciarlo en las
obras de los misioneros europeos en la Nueva España durante los siglos XVI-XVII, y es posible verlo
también en tiempos más recientes en Japón, durante el siglo XIX. En el caso de este último país, se da el
aprendizaje de las cosas occidentales como empresa de protección nacional y como formación de
ciudadanos independientes.
En Japón la recepción, absorción y subsecuente rechazo de aspectos culturales ajenos ha sido una
pauta recurrente. Se hizo en el siglo VII y en el siglo XI cuando hubo importaciones masivas de la cultura
china. En el siglo XVI Japón absorbe una parte de la cultura occidental traída por los misioneros europeos, y
esto se continúa por medio de Dejima en Nagasaki. En el siglo XVII, al importar y adoptar el
neoconfucianismo recibe otra gran influencia de China. Entre los siglos XVIII y XIX, con los “Estudios
holandeses” y los “Estudios occidentales” le llega la influencia de la cultura europea, sobre todo por medio de
Holanda. En cada una de estas importaciones fue necesario crear nuevo vocabulario. 4 Los misioneros
europeos que llegaron a Japón aprendieron de los que estaban en China la técnica de crear vocabulario
mediante los ideogramas, y a unos cuantos años de arribar a Japón, ayudados por hablantes nativos, hacen
traducciones de obras europeas al japonés. Destacan: la traducción de las fábulas de Esopo y de la Imitación de
Cristo de Tomás de Kempis.
Al hacer un breve recuento de la manera en que se creó el vocabulario técnico en japonés en la época
Meiji (1867-1912), podemos ver que no es del todo descabellada la idea de crear neologismos a toda
velocidad. Cualquier lenguaje, en mayor o menor medida, se presta para ello.

3 Jean Delisle-Judith Woodsworth (eds.), Les traducteurs dans l’histoire, Ottawa, Canada, Les Presses de l’Université d’Ottawa/ Editions UNESCO,
1995, pp. 39-74.
4 Ichikawa Shin’ichi, “Positive and Negative Aspects and Current Consequences of Translation since the Modernization of Japan”, Kiyô (Revista

de la Universidad) 56, Tokio, Waseda Daigaku gogaku kyôiku kenkyû, 2001, Separata, pp. 1-14. El profesor Ichikawa presta poca atención al papel
de los diccionarios.

22
La traducción en la evangelización

Respecto al trabajo de traducción de los jesuitas en lo que se ha llamado “el siglo cristiano en Japón” hay
mucho que decir. 5 Hubo misioneros como Francisco Cabral, superior de los jesuitas durante 13 años,
pensaron que era imposible aprender el idioma japonés. Pero al ser la lengua el acceso a la cultura, hubo otros
misioneros que se dedicaron a su estudio y que confeccionaron artes y vocabularios de la lengua japonesa. De
entre éstos quizá el más famoso sea el Arte da lingoa de Iapam, de João Rodriguez Tçuzzu, que se imprimió en
Nagasaki en tres libros entre 1604 y 1608, y el Vocabulario da lingoa de Iapam com aclaração em Portugues, obra
colectiva publicada en Nagasaki en 1604. Lo notable en este caso es que se reconoce la participación de los
Irmãos japoneses en la elaboración del vocabulario.6 Se hicieron traducciones de catecismos y también de las
Fábulas de Esopo (Isopo monogatari) en 1659.7 En ese mismo año se tradujo la Imitación de Cristo con el título
Contemptvs mundi, quizá con la participación preponderante de Fabian Fucan, monje zen convertido al
cristianismo. Como escribe Elison, “las traducciones de obras europeas tales como la Imitatio Christi sólo
pueden calificarse de sobresalientes, y prueban que por lo menos el lenguaje no era una barrera para la
transmisión espiritual”. 8 No sólo este caso, sino como reconoce Elison, una gran mayoría de la docena de
obras publicadas por la prensa jesuita en Nagasaki muy probablemente tuvieron como colaborador al ex
monje zen, Fabian Fucan que al sufrir discriminación y no ser considerado apto para el sacerdocio, dejó la
Compañía de Jesús y abandonó el cristianismo.9
Después de que llegó Francisco Xavier (1549), el P. Gaspar Vilela fundó una misión en Kioto
(1559). Luego los jesuitas lograron que el daimyô Ômura Sumitada (bautizado en 1563 como Dom
Bartolomeu) les permitiera predicar en sus dominios (1562). El daimyô Oda Nobunaga concedió a los
jesuitas regresar a Kioto (1569) después de que habían sido expulsados (julio de 1565) y éstos construyen
el templo Nambanji (templo de los bárbaros del sur) en esa ciudad (1578). Posteriormente, los jesuitas
lograron que el daimyô cristiano Dom Bartolomeu les cediera el gobierno de Nagasaki (1580). Ya en esa
posición, el viceprovincial Coelho pidió ayuda a Toyotomi Hideyoshi en contra del feudo de Shimazu y a
cambio ofreció apoyo cristiano –quizá europeo– en sus planes de invasión a Corea (1586). Hideyoshi
invadió Kyushu (donde se localiza Nagasaki) después de que efectivamente Shimazu comenzó su ofensiva
a principios de 1587. En junio de ese año Hideyoshi derrotó a Shimazu y, una vez triunfante, el 23 de julio
de ese año expulsó a los jesuitas y restringió la práctica del cristianismo. En 1593 se permitió a los
franciscanos quedarse en Japón, pero éstos entraron en conflicto con los jesuitas (1596). Comenzó la
persecución de los cristianos y el 5 de febrero de 1597 murieron los primeros 26. Los jesuitas regresaron a
su misión en Kioto (1600). Después de que Tokugawa Ieyasu llegó en 1603 a ser shogun, permitió el
ingreso de los dominicos a Japón. La persecución de los cristianos se recrudeció en 1612 y dos años
después ésta se generalizó. Siguieron entrando secretamente los misioneros a Japón, pero el gobierno del
shogun aplicó torturas a todos los cristianos capturados y la pena de muerte a quienes se negaran a
apostatar. Con esto volvemos al tema de la traducción.
Para dar cuenta de esa apostasía, en 1640 se estableció la Oficina de Cambio de Religión (shûmon
aratame yaku). Esta institución se vio en la necesidad de contar con un resumen del cristianismo que tuviera el
vocabulario indispensable para interrogar bajo suplicio a los cristianos japoneses capturados, ya que en
interrogatorios anteriores se había comprobado que parecían renegar de la fe, pero al ser puestos en libertad
volvían a sus prácticas. Fue importante en ese momento conocer la manera en que los misioneros habían
traducido al japonés sus doctrinas.
Para citar un caso concreto, quisiera ver desde el punto de vista de la traducción un texto que según
George Elison habría sido redactado por alguno de los siguientes misioneros “caídos”, es decir, apóstatas:
“los padres Pedro Marquez, Francisco Cassola, Alonzo de Arroyo, y Giuseppe Chiara”. 10 Estos jesuitas

5 C. R. Boxer, The Christian Century in Japan: 1549-1650, Berkeley, University of California Press, 1951.
6 George Elison, Deus Destroyed. The Image of Christianity in Early Modern Japan, Cambridge, MS, Harvard Univerity Press, 1973, p. 20.
7 Elison, op. cit. p. 498.

8 Elison, op. cit. p. 20.

9 Elison, op. cit. p. 148, 155.

10 Elison, op. cit. p. 199.

23
fueron capturados el 27 de junio de 1643 por la ya mencionada Oficina de Cambio de Religión. Entre las
acusaciones en su contra estaban: construir barcos para entrar a Japón, esconderse entre los campesinos, traer
grandes cantidades de dinero, provocar conflictos, hacer cambiar de religión a la gente y luego apoderarse de
su país por indicaciones del Papa e inventar falsedades a su antojo diciendo que eso era la palabra de Dios.
Por eso se les cuestionó, y después de 10 o 15 días de discusión, se les sometió a interrogatorio bajo tortura
(gômon). 11 El texto resultante habría sido el Kirishito-ki, ó Kirisuto-ki (Memorial sobre el cristianismo). De éste,
voy a tomar sólo la sección que quizá por el contenido aunque no por el subtítulo, Elison denomina “An
Outline of the Religion”. En otra ocasión retomaré un texto alternativo en el que este Resumen aparece en
otro contexto. Por ahora voy a presentarlo tal como aparece dentro del Kirisuto-ki. Allí ocupa casi 22 páginas,
a razón de 800 ideogramas, sílabas y puntuación por página.12
Este texto se encuentra todo en japonés y en su representación recurre a dos series de signos:
caracteres chinos y silabario katakana. Trata los principales temas de las doctrinas y organización de la Iglesia.
Entre los temas referentes a la organización están: una lista de las órdenes religiosas que entonces
había en Japón: “Companhia, San Francisco, San Domingosu, Santo Aguschiino”, los grados eclesiásticos
desde el Papa hasta los sacerdotes, los clérigos y los hermanos13 así como la lista de los apóstoles en la cual se
hace notar que el Papa es el sucesor de san Pedro, 14 quien tiene las llaves del paraíso. 15
El texto consta de casi 40 secciones referidas a la doctrina, entre las que están: los diez mandamientos;
las personas de la Trinidad; la creación y Dios creador; la atrición, contrición, la disciplina y el cordón
franciscano; los pecados mortales; el rosario; el juicio final; la obra de la redención, y los 12 apóstoles a los
que se añade san Pablo.16
Lo que quiero hacer notar es que un periodo de escasos 100 años ya hay un vocabulario establecido
para la trasmisión de la doctrina y para describir la estructura eclesiástica. Ese vocabulario no es todo japonés.
Hay muchos términos en latín y en portugués que se representan en el silabario katakana. Entre éstos
encontramos: Adamu, Ibu o Ewa [Eva]; retorika, hiirosohiya [filosofía], teorojia [teología]; pappa, gardearu
[cardenal], aruseisuho [arzobispo], bisuho [obispo], nonchiyo [nuncio], hatere [padre]; furate [frater], kereriko
[clérigo], irman [irmão]; hiites [fides], konhisan [confesión], konsenshiya [conciencia]; mandamento, kontatsu [contas,
rosario]; Zesusu [Jesús], Zuifu [judío], santamariya [santa María]. En relación con el monje zen Fabian Fucan,
antes mencionado, cabe notar que entre los nombres de los santos que aparecen al final del texto está el de
Habian (Fabian).17
Hay también algunas palabras en portugués que se combinan con términos en japonés: morutaru-ka
[pecado mortal], orijinaru-ka [pecado original], heniaru-ka [pecado venial]. En latín encontramos: Deus; persona;
y la mención de que “Isaac genuit Jacobus[.] Esau in utero matris Deus [sic-eius] Esau odio [ohochio]
habuit” (o como dice la Biblia clementina “collidebantur in utero ejus”, Gen. 15: 22).18
Este texto que aquí tomé como ejemplo, es uno de los muchos que estuvieron a disposición oficial,
pero hubo otros que fueron de uso popular. Después de las persecuciones y del cierre del país (sakoku) en el
siglo XVIII, los cristianos tuvieron que ocultarse para no ser exterminados y por eso se les llamó kakure
kirishitan, cristianos escondidos, de los cuales en el sur de Japón por lo menos 1 300 sobrevieron hasta la
llegada de los misioneros en el siglo XIX. Cuando el P. Bernard Th. Petitjean (1828-1884), de las Misiones
extranjeras de París, estuvo al frente de la iglesia de Ôura, en Nagasaki, se presentaron ante él por medio de
Elisabeth Dzuru (también kakure kirishitan) el 17 de marzo de 1865. Los términos introducidos por los
misioneros a Japón formaron parte del vocabulario iniciático de los kakure kirishitan, cristianos escondidos.

11 Zoku-zoku gun shorui-jû. Dai jû’ni. Shûkyô (Continuación de la Segunda parte de la Colección completa de documentos regionales, vol. XII.
Religión), Tokio, Tosho kankô-kai, 1907, vol. XII, p. 656 a-b.
12 Op. cit., pp. 656 b-668 b.

13 Op. cit., pp. 656 b-657 a.

14 Op. cit., pp. 665 a-666 a.

15 Op. cit., p. 660 a.

16 Cf., op. cit., pp. 657-666.

17 Como el estilo en que se escribió este texto no en todos los casos lleva marcas de dakuten, resultan sonidos como aruseisuho en lugar de

aruseisupo, o hatere en vez de patere, Habian en lugar de Fabian. Cabe notar que Fabián es uno de los santos a los que se invoca en la Letanía de
los santos, después de Esteban, Lorenzo y Vicente.
18 Op. cit., p. 658 a.

24
Tres vocablos sirvieron para identificar a los misioneros como sucesores de los padres o bateren: su lealtad al
pappa, su devoción a santamariya, y su fe en Jezus-sama. 19

La traducción en la época Tokugawa

Sugita Genpaku (1733-1817) es famoso porque junto con Hiraga Gennai y Maeno Ryôtaku, hizo la primera
traducción de una obra de medicina occidental: las Tablas Anatómicas de Johan Adam Kulmus. En su libro
Rangaku koto-hajime (Los comienzos de los Estudios holandeses),20 Sugita Genpaku narra las peripecias de
aquélla en cuatro volúmenes de texto y uno de ilustraciones. Para la traducción (hon’yaku) utilizaron tres
modelos: los traslados de intención de lengua a lengua (iyaku), y el de sentido (giyaku), así como la traducción
literal (chokuyaku).
En el caso del traslado de intención, Sugita da como ejemplo la manera en que tradujeron la palabra
holandesa zenuw (inglés sinew; tendón, fibra, nervio) por shinkei (nervio), el cual era un vocablo nuevo.21
Un ejemplo del traslado de sentido lo tenemos en la traducción de thermometer, como kan’on kenki,
literalmente instrumento que prueba calor y frío. Estos dos últimos términos en este caso significan
temperatura. Así que el resultado es instrumento que prueba ésta. Ese fue el caso común en la traducción de
los instrumentos científicos. La mayor parte de esos traslados de sentido resultaron en palabras creadas. Por
ejemplo, telescopio quedó traducido inicialmente como tômegane, literalmente espejo [de] mil millas. 22 Esta
palabra después fue modificada considerando parte de la etimología como bôenkyô, espejo [para ver a]
distancia. La palabra holandesa zonglas (inglés: sunglass) fue traducida como kanjitsugyoku, que de manera
literal es mirar-sol-redondez, o mirar-disco solar. 23
Para poder avanzar en la traducción muchas veces tuvieron que preguntar a los holandeses
información sobre los aparatos, las piedras, las plantas, cosas relacionadas con las partes del cuerpo.
O bien, por sí mismos tenían que deducir el significado y encontrar una palabra adecuada para
traducirlo. Por ejemplo, una vez que tomaron la decisión de traducir las Tablas Anatómicas, un día que estaban
leyendo la sección que trata de la nariz, encontraron la palabra verheffende, pero nadie sabía qué significaba. En
ese tiempo los diccionarios eran escasos. Sugita narra que en un libro de lecturas que habían comprado en
Nagasaki aparecía la palabra verheffende, y allí se explicaba: “cuando se cortan las ramas de un árbol, estas viene
a ser verheffende, y cuando se barre un patio la basura se acumula en la tierra y es verheffende”, mientras
reflexionaba sobre el posible significado, de pronto se le ocurrió que “después de cortar las ramas del árbol,
cuando se cura la herida del corte se hace protuberante o sobresaliente, y cuando se acumula la basura al
barrer, se hace un promontorio. Y la nariz es prominente en el centro de la cara, así que verheffende tendría
que significar protuberante o sobresaliente”.24
Por eso dice Sugita: “deduciendo esto y aquello íbamos decidiendo con qué palabras traducir. El
número de palabras se hizo numeroso y el cuaderno en que [Maeno] Ryôtaku las apuntaba fue aumentando
de tamaño”.25
Tenemos así una idea de las dificultades que encontraron los primeros traductores del holandés.
Estos esfuerzos no fueron vanos, ya que posteriormente mediante los libros importados de Holanda, los
japoneses pudieron acceder a información sobre cuestiones marítimas, militares, médicas, así como
respecto a las costumbres, organización y gobierno de algunos países europeos. Es sabido que los primeros
cañones (ôzutsu) que adquirieron los japoneses los obtuvieron por medio de los misioneros cristianos.
Ôtomo Sôrin es quien primero los consigue. Se les da el nombre de ishibiya (flechas ardientes de piedra). 26

19 Joseph L. van Hecken, The Catholic Church in Japan since 1859, Tokio, Enderle Bookstore, 1963, pp. 3-15.
20 Rangaku koto-hajime (Los comienzos de los estudios holandeses), incluido en Haga Tôru (Ed.), Sugita Genpaku-Hiraga Gennai-Shiba Kôkan, Tokio,
Chûô kôron-sha, 1971.
21 Op. cit., p. 92.

22 Op. cit., p. 98.

23 Ibid.

24 Op. cit., p. 109.

25 Ibid.

26 Kadokawa shoten-hen, Nihon-shi tanpô 11. Kirishitan to teppô denrai (Indagación de la historia de Japón, vol. 11. Los cristianos y la llegada de los

cañones), Tokio, Kadokawa shoten, 1984, p. 87.

25
El proceso que se inicia con la traducción de las Tablas anatómicas se continúa hasta el envío de los primeros
becarios del gobierno a Europa.

IMPORTADORES DE IDEAS Y CREADORES DE VOCABLOS

Cuando las autoridades vieron la necesidad de conocer más acerca de Occidente, seleccionaron a jóvenes
destacados que sabían holandés o inglés para ir como becarios a Europa y Estados Unidos y allí aprender a
fondo los principales conceptos en una ciencia y regresar para aplicarla en la construcción del nuevo Estado.
Voy a mencionar sólo algunos casos.
En los últimos años del Shogunato, mientras las grandes naciones occidentales estaban presionando a
China, hubo la preocupación por conocer mejor a Occidente. En junio de 1862 salieron al extranjero 17
japoneses, entre quienes encontramos a Nishi Amane y a Tsuda Masamichi (1829-1903). Tanto Nishi como
Tsuda, al haber nacido en 1829, tenían 33 años. En 1865, como becario del Han de Shimazu salió a estudiar a
Inglaterra Mori Arinori (1847-1889), quien posteriormente viajó a Rusia y luego a Estados Unidos. Todos
estos esfuerzos para adquirir el saber en las naciones avanzadas de ese tiempo se reflejan en las palabras del
Juramento de los Cinco principios del Emperador Meiji: “Se buscará el conocimiento por todo el mundo para
fortalecer los fundamentos del gobierno imperial”.27
Después de su regreso, Mori Arinori fundó en febrero de 1873 la sociedad cultural llamada Meiroku-
sha, cuyo nombre significa año sexto de la época Meiji. En 1874 se establecieron sus Principios y se empezó a
publicar su revista Meiroku zasshi. Ésta siguió saliendo hasta noviembre de 1875 con un total de 43 números
en los que hubo publicaciones de lo más granado de la intelectualidad japonesa de ese tiempo. A esa sociedad
pertenecieron, además del fundador, Mori Arinori, que fue líder político a principios de Meiji: Nishi Amane,
introductor de ideas occidentales; Fukuzawa Yukichi, educador y promotor de la civilización occidental en
Japón; Nishimura Shigeki, Tsuda Masamichi, Nakamura Masanao, Katô Hiroyuki, Mizukuri Shûhei, Mitsukuri
Rinshô, Sugi Kôji, como miembros fundadores. Cuando se disolvió, en 1875, tenía más de 30 integrantes.28
Este periodo de introducción del pensamiento occidental se caracteriza por la copia casi exacta de lo
visto, oído o estudiado, y sin buscar todavía ser una expresión de la vivencia propiamente japonesa. Sin
embargo, este periodo de importación tuvo una gran influencia e incluyó la creación del vocabulario necesario
para expresar en japonés los nuevos conceptos.
En cuanto a la amplitud de los temas introducidos, ciertamente es motivo de asombro cómo con un
puñado de gente bien elegida, Japón pudo recoger y adaptar en poco tiempo los conocimientos
fundamentales para la reorganización del país, desde su sistema educativo hasta su estructura legal, desde la
ciencia militar hasta la tecnología para industrias ligeras. Los miembros de la sociedad Meiroku-sha
constituyeron un grupo de intelectuales prácticos, si les podemos llamar así, cuya principal preocupación fue
poner al país a la altura de las circunstancias internacionales. Todos ellos, si no cada uno individualmente por
lo menos como grupo, pueden hacer suyas las palabras de Fukuzawa Yukichi:

Aunque mi influencia haya sido pequeña, estoy satisfecho con las reformas, y estoy seguro que la gente me
considerará en parte reformador. Ya teniendo el nombre de reformador y estando en una posición por encima
de lo ordinario, habrá algunos que tomarán mis acciones como su modelo. Si así fuera, mi obligación sería guiar
al pueblo.29

Este hincapié hecho en el conocimiento orientado a formar al espíritu del hombre y hacia la
práctica puede verse en los escritos de Fukuzawa Yukichi que escribió obras que fueron best sellers (Las
condiciones en Occidente, 1866; Recomendación del aprendizaje, 1872-4, etc.). Nos dice: “La ciencia no consiste
esencialmente en estudios imprácticos. ... Tales estudios imprácticos deben quedar relegados a una posición
secundaria. El objeto primario de nuestros esfuerzos debería ser el conocimiento práctico que está más

27 “Meiji Boshin” en De Bary (ed.), Sources of Japanese Tradition, I vol. p. 137.


28 Hashikawa Bunzô et al. (eds.), Kindai Nihon shisô-shi no kiso chishiki (Conocimientos básicos de la historia del pensamiento en el Japón moderno),
Tokio, Yûhikaku, 1971, p. 22.
29 D. Dilworth tr., An Encouragement of Learning, Monumenta Nipponica, Tokyo, 1969, p. x.

26
próximo a las necesidades humanas ordinarias”.30 Esta orientación sigue la tradición de lo llamado jitsugaku
(estudios prácticos) que era parte del ambiente intelectual pragmático en Japón antes de la apertura del país
en 1867 y enraiza en el neoconfucianismo japonés. Según Minamoto Ryôen tres elementos se conjugaron
entonces para hacer posible el desarrollo de un racionalismo experimental: una actitud anímica de libre
indagación como la de Ogyû Sorai; la acumulación del conocimiento, sobre todo desde la formación de la
escuela de Estudios Antiguos (kogaku), y la influencia de las ciencias occidentales por medio de Nagasaki,
como en Kaibara Ekiken. 31
Entre los precursores hay que mencionar también a Nakae Chômin (1847-1901). Estudió los clásicos
chinos, pero asimismo en lenguas como el holandés y el francés. Durante tres años estuvo en Alemania
(1871-1874); regresó, fue secretario del Genrô-in (Consejo privado del Emperador) y director de la escuela de
lenguas extranjeras, pero de pronto renunció para dedicarse a la educación de niños y niñas en el Liceo
Francés. Cuando en 1881 se fundó el Tôyô jiyû shimbun (Periódico liberal de Oriente) de Saionji Kinmochi,
Nakae fue editorialista. En ese mismo año participó en la fundación del Jiyû-tô, partido liberal. Pero dos años
después, por riñas internas en éste, Nakae decidió retirarse del mismo. En 1887 cuando el gobierno pasó la
Ley para el Orden y Paz Social, Nakae tuvo que salir de Tokio y se estableció en Osaka. En las elecciones
generales de 1888 resultó electo representante de este lugar por el Partido Liberal, pero renunció en cuanto
supo que una facción de éste había transado con el gobierno. Tras casi un año de escribir para otro periódico
se trasladó a Sapporo pensando dedicarse a los negocios. Pero fue un rotundo fracaso ahí y vuelve a Osaka en
1898. Retorna a la política con el partido demócrata al año siguiente. Muere en 1901. Lo incluyo aquí porque
se dice que en su juventud Nishida Kitarô tuvo la influencia de su pensamiento especialmente por medio de
la obra Rigaku kôgen (Introducción a la filosofía) de 1801, aunque quizá pudiera decirse que lo reflejado en las
cartas de Nishida de ese periodo es la influencia que tiene el segundo capítulo en la segunda parte de la
popular autobiografía escrita por Chômin Ichinen yûhan (Un año y medio) donde expone su lema: “no Dios,
no alma”. Además Nakae Chômin, influenciado por Rousseau y traductor de El contrato social, es autor de una
obra que tuvo gran repercusión en el pensamiento político de su época: el Diálogo político entre tres borrachos
(Sansui-nin keirin mondô) publicado en 1887.32
Nakae tuvo como principal discípulo a Kôtoku Shûsui (1871-1911), quien luego se hizo socialista,
participó en la formación del partido demócrata social, se opuso a la guerra ruso-japonesa y por su activismo
pasó cinco meses en la cárcel en 1905. Posteriormente se convirtió en anarquista, se declaró partidario de la
acción directa (1907) que pone la prioridad en las elecciones, además de criticar el capitalismo, el imperialismo
y el militarismo japonés.
En 1884 se fundó la primera Sociedad Filosófica del Japón con 29 miembros, entre los que
encontramos a Katô Hiroyuki (1860-1926), Nishi Amane, Nishimura Shigeki (1828-1902), etc., así como a
algunos de los primeros graduados en los nuevos departamentos de filosofía de las universidades. Aunque
éstos ya en la universidad estudiaron y tuvieron la influencia de la filosofía occidental, el confucianismo y el
neoconfucianismo repercutieron intensamente en la formación de su pensamiento. 33
Entre ellos destacan Inoue Enryô (1858-1919) e Inoue Tetsujirô (1855-1944). Este último se graduó
de la Universidad Imperial de Tokyo en 1880 y de inmediato fue nombrado profesor asistente. Inoue
Tetsujirô viajó a Alemania en 1884 donde estuvo hasta 1890 para ser al regresar el primer japonés profesor de
filosofía en su universidad. Era el docente responsable de los cursos de filosofía occidental y de la de India
cuando Nishida Kitarô llegó a la Universidad de Tokio como estudiante especial en 1991. Nishida no
reconoce mucha influencia de Inoue Tetsujirô sobre su pensamiento, pero le queda a uno la duda acerca de si
influyó o no en el concepto metafísico básico en el Ensayo sobre el bien, que puede expresarse como
“fenómeno=realidad”. En 1897 Inoue Tetsujirô publicó en Tetsugaku zasshi (Revista de filosofía, en la que

30 An Encouragement of Learning, p. 2.
31 Minamoto Ryôen, Tokugawa gôri shisô no keifu (La genealogía del pensamiento racionalista <de la época> Tokugawa), Tokio, Chûô kôron-sha, pp.
12, 232-233.
32 Nakae Chômin, A Discourse by Three Dunkards on Government, Nobuko Tsukui (trad.), Tokio, Weatherhill, 1984.

33 Puede verse un aspecto de estas diversas influencias en la obra de Nishi Amane en Saitô Takako, “The Meaning of Heaven according to Nishi

Amane” en James W. Heisig (ed.), Frontiers of Japanese Philosophy, Nagoya, Japón, Nanzan Institute for Religion and Culture, 2006, pp. 1-21. Para
apreciar un enfoque un tanto diferente, véase Lam Wing-keung, “Redifining Philosophy through Assimilation. Nishida Kitarô and Mou Zong-
san” en Heisig (ed.), op. cit. pp. 22-38.

27
poco tiempo después apareció un artículo de Nishida) un texto con el título de “Teoría de la identidad entre
fenómeno y realidad” y en el cual se exponía el Realismo de la Identidad o Identitätsrealismus para encontrar
una vía media entre Haeckel (que identificaba indiscriminadamente a ambos) y Kant (que los separaba). El
doctor Robert Wargo en su disertación doctoral y en la revisión reciente que hizo de ese trabajo, ha explorado
las influencias de los dos Inoue antes mencionados sobre el pensamiento de Nishida.34
Nishi Amane y Tsuda Masamichi fueron becarios en Holanda, donde estudiaron derecho y economía
con Simon Vissering (1818-1888), 35 quien tomaba el concepto de ley natural como base de la enseñanza del
derecho. La misma tendencia puede verse en los Elements of Moral Science (1835) de Francis Wayland
(1796-1865)36 que consideraba el concepto de natural right como base de una teoría ética. Por su parte, Katô
Hiroyuki estudió la teoría organicista del Estado, de la cual derivaba las ideas de libertad y derechos. En todo
caso, la interpretación que esos becarios japoneses hicieron de estas nuevas teorías estuvo fuertemente
influenciada por el confucianismo y el neoconfucianismo japonés. De esta manera, muchas de las nuevas
ideas que llegaron de Occidente pasaron por el filtro del neoconfucianismo, tanto por los esquemas mentales
de los becarios como por las palabras utilizadas para traducir los conceptos. Por ejemplo, al interpretar la ley
natural como “seihô” ya quedaba en el trasfondo el concepto neoconfuciano de que la “naturaleza” del
hombre estaba originalmente provista de moralidad y que ésta implicaba, por una parte, las cinco relaciones
sociales y las normas fundamentales del orden social y, por la otra, quedaba vinculada con el orden natural
cósmico del neoconfuciano Chu Hsi. De esta manera, aunque muchos de los conceptos llevados por los
becarios a Japón recibieron este tipo de interpretación y encajaron con el creciente nacionalismo, el resultado
fue que no se llegó a fondo a comprender las nociones europeas mismas. Después de ese contacto inicial, de
Europa llegaron el liberalismo y el utilitarismo. Cuando esto sucedió, el evolucionismo spenceriano, aquella
manera neoconfuciana de entender la ley natural y otros conceptos que de allí provenían, de pronto fueron
descartados y el proyecto de la sociedad Meiroku-sha quedó descalificado. Una generación de pensadores
japoneses ligados al poder vino a sustituir a la de los primeros becarios. Aquí me interesa señalar lo que éstos
llevaron a cabo.
A su regreso cada uno de los principales becarios, además de los informes de rigor, redactó obras que
sirvieron para dar a conocer en Japón lo que habían aprendido. En su mayoría, éstas eran resumen de lo dicho
por el profesor o los profesores con quienes había estudiado el becario. Aparte de los tres modelos de
traducción ya antes mencionados, se utilizó un cuarto modelo, más cercano al procedimiento chino, llamado
on-yaku (traducción fonética), que no logró sustituir a la representación fonética en el silabario katakana.37

Meiroku-sha (1873-1879)

Recién abierto Japón al contacto con Occidente, a partir de 1867 y durante diez años aproximadamente,
hubo un grupo de académicos, publicistas y oficiales de gobierno que se empeñaron en importar grandes
dosis de costumbres, modas, instituciones, conocimientos, etc., de Occidente y se dieron a la tarea de
lograr que fueran aceptadas por todos los japoneses. A este movimiento de inspiración liberal, que
combinó pensamiento y práctica, se le llamó keimô-shugi, es decir, ilustración. Para lograrlo se basaron en el
lema: “talentos [recibidos del] cielo y derechos humanos”, mediante el cual perseguían la liberación de la
“naturaleza” emotiva del hombre para encaminarlo a la búsqueda optimista de la felicidad terrenal por
medio de promover las ciencias de Occidente. Autores de éste que estaban de moda en aquellos tiempos
fueron: John Stuart Mill, Jeremy Bentham, Guizot, Buckley y hacia finales de ese periodo, Spencer,
Montesquieu y Rousseau.

34 Robert. J. J. Wargo, The Logic of Nothingness. A Study of Nishida Kitarô, Honolulu, Hawai‘i University Press, 2005, pp. 11-30.
35 Seguidor de las doctrinas de Hugo Grotius en cuestiones de derecho. Entre 1879 y 1881 fue ministro de finanzas de Holanda. Entre sus obras
están: Handboek van praktische staathuishoudkund (Manual de la ciencia práctica de la economía); Handleiding tot het statistisch onderzoek (Manual del
trabajo estadístico). Algunos resúmenes de obras de Vissering que Tsuda Masamichi publicó a su regreso son: Taisei kokuhô-ron (Teoría jurídica
occidental); y Bankoku kôhô (Derecho internacional).
36 En 1827 llegó a ser presidente de la Brown University. Entre sus obras se encuentran: Elements of Political Economy (1837); The Limitations of

Human Responsibility (1838); Elements of Intellectual Philosophy (1854), y otras de carácter religioso, tales como Letters on the Ministry of the Gospel (1863).
37 Ôhashi Ryôsuke, Nihon-teki na mono, yo-roppa-teki na mono (Lo japonés y y lo europeo), Tokio, Shinchô-sha, 1992, p. 41.

28
Desde principios del siglo XIX se había planteado en Japón el problema de la resistencia a las potencias
colonialistas occidentales y, al mismo tiempo, del diálogo intercultural. El primero se resolvió por dos
caminos: a) en el nivel del pueblo y de los oficiales, mediante un fuerte nacionalismo inculcado sobre todo
por la Escuela de Mito, la Escuela de Estudios Nacionales y el shinto Suika, con pensadores como Hirata
Atsutane y Fujita Tôkô; b) en el nivel de país, buscando por todos los medios crear un “Estado rico y ejército
poderoso”. La ilustración japonesa buscó hacer hincapié en “la autopercepción del individuo”, que debía ser
independiente y tener autorrespeto para que estas dos virtudes fueran la base de la construcción de la
independencia y soberanía nacionales: “la consciencia del nacionalismo iba precedido de la consciencia
individual”. 38 Aunque los principales conceptos eran de origen confuciano, mediante su nueva interpretación
se buscaba acabar con el predominio del confucianismo en la sociedad y hacer de Japón un país moderno.
Esto implicaba una manera especial de traducir. Como apunta Saitô Takako: “Nishi escribió que la palabra
‘filosofía’ podía traducirse por rigaku riron, que significa el estudio del ri [ri-gaku] y la teoría del ri [ri-ron], pero
que escogió el término tetsugaku para no crear confusión entre los términos técnicos europeos y los términos
técnicos neoconfucianos”. 39
Como ya se dijo, se creó una sociedad de tipo académico para discutir en ella los principales temas de
la modernización. Esta institución se formó en 1873 y se llamó Meiroku-sha. Los miembros iniciales fueron
diez (Mori Arinori, Nishimura Shigeki, Tsuda Masamichi, Nishi Amane, Nakamura Masanao, Katô Hiroyuki,
Mitsukuri Shûhei, Fukuzawa Yukichi, Sugi Kôji, Mitsukuri Rinshô) y en los seis años de su existencia llegó a
tener hasta 30 integrantes. Casi todos los miembros iniciales (a excepción de Fukuzawa Yukichi) eran oficiales
de gobierno. Diseñaron programas gubernamentales encaminados a hacer de Japón un país moderno y
también se esforzaron por despertar en el pueblo el gusto por la vida moderna. Este grupo fue representativo
de la Ilustración estilo occidental en Japón. Por ejemplo, Katô Hiroyuki entendía cuestiones de gobierno y
cooperó activamente en la campaña de modernización; Nishi Amane y Mori Arinori se interesaron por los
problemas morales de la adaptación a las nuevas condiciones de vida de la modernidad; Fukuzawa Yukichi
propagó la imagen del hombre racional entusiasmado en el desarrollo de las fuerzas productivas. En suma,
todos apoyaban fundamentalmente la línea de gobierno de modernizar al país, de construir el “Estado rico y
ejército poderoso”, 40 lema elaborado a partir del Hzün-tzu, en el que había un capítulo titulado “Estado rico”
y otro llamado “Estado poderoso” o Estado fuerte. 41
Esta sociedad publicó una revista de corta vida (1874-1875) con el nombre de Meiroku zasshi. Duró
mientras no criticó las políticas gubernamentales. Conforme creció el grupo se integraron algunos pensadores
que no tenían el punto de vista de los oficiales iniciadores. Sin embargo, todos ellos se preocuparon por difundir
en el pueblo los nuevos conocimientos mediante la publicación de obras especializadas y de divulgación.

LOS VOCABLOS CREADOS

Para esa labor de difusión estos promotores de la modernización se vieron obligados a utilizar vocabulario
que podía tener tres principales orígenes:
1) Palabras ya formadas que coincidían en alguna medida con los significados que se quería trasmitir.
Así tenemos que ya en el confucianismo y en el neocofucianismo se hallaban muchos términos para
cuestiones políticas y que en obras chinas antiguas tales como Han Fei-tzu, Guanzi y otras, había vocablos para
cuestiones legales. Así se superponen términos tales como seitai, que equivaldría a body politic, con kokutai que
es el ente o el egregor nacional, pero que a juzgar sólo por los caracteres que lo forman también equivaldría a
body politic. Sobre todo en el vocabulario que se refería a la sociedad y a la moral, muchas palabras japonesas

38 Uete Michiari, “Meiji keimô shisô no keisei to sono kijaku-sei” (La formación y debilitamiento del pensamiento de la ilustración en la <época>
Meiji), en Uete Michiari (Ed.), Nishi Amane – Katô Hiroyuki, Tokio, Chûô kôron-sha, 1972, p. 8.
39 Saitô Takako, “The Meaning of Heaven according to Nishi Amane”, en James W. Heisig (Ed.), Frontiers of Japanese Philosophy, Nagoya, Nanzan

Institute for Religion and Culture, 2006, p. 1.


40 Véase Hashikawa Bunzô et al., Kindai Nihon shisô-shi no kiso chishiki (Conocimientos básicos de historia del pensamiento japonés moderno), Tokio,

Yûhikaku, 1971, pp. 22-23.


41 Kanaya Osamu (ed.), Soshi (Hsün-tzu) en Shoshi hyakka (Eruditos de las cien escuelas), Tokio, Chûô kôron-sha, 1973, 10ª. ed, libro VI, capítulo

10, pp. 330-334; y libro XI, capítulo 16, pp. 347-349. En ese libro se incluyen sólo selecciones de los textos.

29
fueron mantenidas con su significado original aunque, como veremos después, hubo que crear términos para
muchas de las corrientes de la ética.
2) Palabras ya creadas a las que se les daba un nuevo significado. Así tenemos que el término para
designar los derechos, kenri, existía pero no con el significado de algo referente a lo que el súbdito podía exigir
al gobernante, ni como algo que el Estado debía respetar. Se originan también movimientos populares en los
que aparecen términos clave que tenían una larga tradición de uso con significados un tanto distintos. Por
ejemplo, el movimiento llamado minken undô, en el que se defendían los derechos del ciudadano, significaba
diferentes cosas para distintas gentes. O bien, un término como jiyû, la libertad, existía en la combinación jiyû
jizai, con el significado de estar a sus anchas o de ser completamente sí mismo.
El doctor Ishida Takeshi en su estudio del término jichi, palabra formada con los ideogramas
correspondientes a “sí-mismo” (onore) o “de por sí” (mizukara), y “gobernar”, “controlar”, o
“dominar” (osamaru), explica que la palabra tiene dos tipos de uso nítidamente definidos y uno que no queda
claro. El primero es el significado chino que proviene del Lai-chi (Libro de los ritos; jap. rai-ki) y que significa
“controlar naturalmente”. El segundo es la acepción como palabra que traduce (yakugo) términos occidentales
como el self-government del inglés, o el Selbstverwaltung del alemán. Estos significados son evidentemente
distintos. Pero el doctor Ishida señala un área que queda ambigua: si en Japón existe un precedente anterior a
la época moderna en que hubo algún tipo de decisión de la voluntad grupal, no queda claro por qué no se le
designó con el término jichi. 42 Las palabras antiguas en un idioma van cambiando de sentido dentro de la
sociedad y cuando en alguna etapa esos mismos vocablos son utilizados en contextos multiculturales para
traducir otros términos de un idioma distinto, se origina una multivalencia que hace difícil discernir los
significados. 43 Porque entonces es necesario trazar el camino por el que esa palabra se llegó a utilizar para
traducir, en este caso, un término del inglés o del alemán. Dependiendo de su genealogía, tendrá
connotaciones diversas.
El doctor Ishida señala que en alemán Verwaltung significa ejercicio de gobierno o administración y
corresponde al inglés administration, mientras que Regierung quiere decir dominar o controlar y corresponde al
inglés government. De manera que si jichi es traducción del inglés, entonces es casi sinónimo de gobierno
popular sin distinción de que sea central o local; mientras que si se traduce del alemán está más orientado al
ejercicio de gobierno de un ámbito local y se diferencia del control político nacional. 44 Ya que por primera
vez se produce la traducción, en el proceso de ser aceptada por la sociedad puede llegar a adquirir un
significado diferente del que poseía la palabra que originalmente traducía. A veces ese cambio se produce por
la influencia del significado que el término utilizado tenía antiguamente. Volviendo al caso del
“autogobierno”, sucedió que los promotores del movimiento por la libertad y los derechos humanos (jiyû jichi
gannen) le confirieron un significado completamente distinto del que quería darle la burocracia bajo la
Constitución del Gran Japón en el caso del “autogobierno local”. 45 En el primer caso se destacaba la relación
de oposición entre gobernantes y gobernados, mientras que en el segundo se resaltaban las relaciones de
control o dominio, e incluía un significado normativo direccionado por una voluntad política.46 Por eso, aun
en el caso de no crear una palabra nueva sino de resemantizar una ya existente, la multiplicidad de significados
viene a ser un problema. Por ejemplo, el término jichi puede también significar “autonomía”, como en el caso
de “daigaku jichi, autonomía universitaria”.47 El desarrollo mismo de la sociedad tiende a incrementar esa
variedad de significados. En el caso de palabras utilizadas para traducir términos políticos o de gobierno,
puede apreciarse que la legislación es un factor determinante en la limitación de los posibles significados, pero
que cuando hay cambios en aquélla de pronto emergen nuevos significados. Por ejemplo, en Japón el término
jichi, utilizado en el marco de la Constitución de 1890 y en de la Constitución de 1947, tiene significados
diferentes por el cambio en los ideales que promueven las respectivas constituciones. 48

42 Ishida Takeshi, Hitokoto jiten, Jichi (Diccionario de una palabra: autogobierno), Tokio, Sanshô-dô, 1998, pp. 6-7.
43 Ibid.
44 Op. cit. p. 8.

45 Op. cit. p. 9.

46 Ibid.

47 Op. cit., p. 10.

48 Op. cit., pp. 10-11.

30
Un caso semejante que el doctor Ishida estudia en su libro Nihon no seiji to kotoba (El gobierno de
Japón y la palabra),49 es el de los vocablos que traducen jiyû (libertad, libre) y fukushi (bienestar, bienestar
social), heiwa (paz) y kokka (Estado).
Del mismo tipo es la creación de la palabra “kikan” (órgano), que causó graves malentendidos dentro
del mundo político y jurídico de la época Meiji (1867-1912), al discutirse si era o no aplicable la teoría
orgánica (kikan-setsu) al Tennô o emperador.
3) Palabras nuevas, creadas mediante una nueva combinación de ideogramas chinos, a las que se les
daba un significado distinto (generalmente añadiendo el término en el idioma europeo original). Así se crea,
por ejemplo, la palabra shûkyô, religión en el sentido occidental, ya que en el budismo existían las sectas (shu) o
las escuelas (ha).
Una vez que hemos referido un poco de esta historia, veremos más en concreto qué hicieron los
compiladores de esas palabras recién formadas o resemantizadas.

ALGUNOS VOCABULARIOS Y DICCIONARIOS

Fukuzawa Yukichi, uno de los grandes popularizadores de los requerimientos de la modernización en Japón,
recopiló palabras utilizadas en sus propias publicaciones y que era necesario que sus connacionales
conocieran. Así publicó su diccionario.
Inoue Tetsujirô, filósofo que buscaba resemantizar la tradición confuciana mediante el diálogo con la
filosofía occidental, recopiló también dos léxicos: uno de términos de la ética en un solo volumen y otro de la
filosofía en general en ocho volúmenes.
Nishida Kitarô, filósofo que hizo su reflexión en términos de la filosofía occidental pero con un
trasfondo japonés, resemantizó muchas palabras ya acuñadas y creó algunas otras en los cerca de 2500 vocablos
que en sus Obras completas llevan el término occidental en su idioma original y la palabra con la que él lo tradujo.

Ejemplos

A. Fukuzawa Yukichi (1835-1919)


En el prefacio que Fukuzawa escribió para la edición de 1897 de sus obras, habla del Kaei tsûgo y dice:

En el año 5 de Ansei [1858] llegué a Edo [=Tokio] y por primera vez publiqué el vocabulario Kaei tsûgo, que no
es propiamente traducción sino solamente consistió en poner lectura en silabario japonés a las palabras
[extranjeras] del texto original … me preocupa mucho haber hecho caso omiso de las enseñanzas de varios
maestros y sin reflexionar mucho en que quizá la omisión de caracteres vaya en contra de lo que manda la
gramática nacional; además, al seguir involuntariamente el precedente de la gente [y haber escrito la
introducción en kanbun] haya sido impulsivo y no haya pasado de ser un esclavo de la costumbre, pero he
decidido que el haber utilizado el kanbun [=chino leído a la manera japonesa] será sólo por esta ocasión y lo
evitaré en el futuro …50

Con el apoyo de profesores de habla inglesa que trabajaban en escuela de inglés, Fukuzawa publicó el
vocabulario para facilitar a los alumnos de su escuela [juku] y a la gente en general, el aprendizaje de términos
en ese idioma con sus correspondencias en japonés. En su vocabulario vemos una manera interesante de
clasificar las palabras, por el género de su empleo y que abarcan muchas áreas: astronomía, geografía,
relaciones humanas, oficios y puestos, tesoro nacional, metales y minerales, etcétera.
El lenguaje utilizado para hacer las clasificaciones es, en parte, de estilo confuciano, por ejemplo cuando
alude a jinrin para designar las relaciones humanas, es decir, las cinco relaciones confucianas (soberano/ súbdito,
esposo/ esposa, padre/ hijo, hermano mayor/ hermano menor, amigos), o cuando se refiere a los gokin (cinco
metales) para la categoría de los metales y otros minerales. Al final vienen frases de una, dos, tres, etc., hasta de
siete palabras, luego una serie de frases largas y cuatro formatos relacionados con la contabilidad.

49 Ishida Takeshi, Nihon no seiji to kotoba (El gobierno de Japón y la palabra), Tokio, Tokio daigaku shuppan-kai, 1989, 2 vols.
50 Fukuzawa Yukichi, Fukuzawa Zenshû (Obras completas de Fukuzawa), Tokio, Jiji shimpô-sha, 1925, p. 29.

31
Este vocabulario comienza con un alfabeto en minúsculas y mayúsculas, a la usanza de muchos
vocabularios de siglos anteriores.
Para ver solamente algunas de las palabras que tienen resabios de la tradición y los que son nuevos:

Heaven Ten término confuciano


Celestial spheres tenkyû traducción literal

Los nombres de los planetas tienen su equivalencia dentro del sistema chino, tal como pueden verse
actualmente los nombres de los días de la semana.

Earth chi vocablo japonés


Terrestrial sphere chikyû traducción literal
Chart kaimenzu leído: umi no zumen; lit. carta marina
Continent daishû lit. gran región; posteriormente: tairiku
Península doko lit. pierna de tierra; nueva creación
Isthmus doyô lit. pie de tierra; nueva creación

Official titles shokubun meimoku [myômoku] traducción literal el vocablo


shokubun se refiere al sistema confuciano japonés

Las equivalencias de los títulos de nobleza son con el sistema chino adoptado en Japón.

Emperor kôtei referente del sistema chino; en el sistema japonés


se le llama Tennô
Queen kôgô relativo al sistema chino; en el sistema japonés
designa a la consorte del Tennô

Los términos empleados para traducir las relaciones personales dentro de la familia son los usuales en
el sistema japonés.

Mandarin fukan leído como yakunin


Physician, doctor isen término creado, pero con la lectura de isha
Table boy kozukai nuevo significado para término ya existente
General laws meisô rettsu equivale a okite, norma, mandato, etc., tradicional
Five modes of punishment gokan traducción literal
Ten great offences jû’aku lit. diez males
Common law jôrei lit. perennes precedentes o ejemplos; nueva creación
Affidavit kôkyô nueva creación; todavía en uso
Summons geki leído yobidashi, llamado, apelación
Plea or defense sojô lit. pliego acusatorio; utilizado actualmente en el sentido de petición, queja por escrito

Podemos ver que algunas palabras usuales en inglés no lo eran en japonés y Fukuzawa encuentra sus
equivalentes recurriendo a la tradición china, o a su asimilación japonesa, o bien crea nuevos vocablos. Entre
éstos la traducción de algunos es literal, y la de otros de significado.
Fukuzawa estaba muy interesado en promover la mutua comprensión entre los pueblos, el
conocimiento de las varias culturas y la amistad entre éstos. Igualmente estaba comprometido con la
modernización estilo occidental y en hacer saber a sus compatriotas los cambios requeridos para una vida
moderna. A esto dedicó la mayor parte de sus libros, panfletos y escritos periodísticos.

32
B. Inoue Tetsujirô (1856-1944)

El Vocabulario filosófico que publicó Inoue Tetsujirô en 1884 con la colaboración de Ariga Nagao51 es uno de
los ejemplos de la compilación de vocablos que se estaban empleando en ese momento, y los cuales podían
ser palabras de origen chino con su significado japonés, vocablos que traducían etimológicamente términos
occidentales o nuevas creaciones. Aquí quiero examinar solamente unas cuantas palabras de las primeras
páginas de la letra A en ese diccionario.
La primera página anuncia al lector que el diccionario está hecho tomando como base aquél de
filosofía del inglés Frenck. A éste se hicieron adiciones, que estuvieron a cargo de Wadagaki Kenzô. Se hace la
advertencia de que se reunieron los términos, entre ellos muchos de reciente creación, utilizados por los
profesores y colegas para traducir palabras occidentales. Asimismo se dice que al final se añadió un
vocabulario de términos budistas. Se expone que aunque los mismos términos tienen distintas acepciones
dependiendo de la ciencia en que se utilicen, se ha marcado la diferencia mediante la abreviatura de la ciencia
de que se trate.
En estas abreviaturas podemos ver algunas palabras que se crearon entonces, pero que ya han
cambiado con el uso. De las abreviaturas allí empleadas siguen vigentes:

(rin) Rinrigaku ética


(sei) Seibutsugaku biología
(butsu) Butsurigaku física
(shû) Shûkyô religión
(shin) Shinrigaku psicología
(sû) Sûgaku matemáticas

En cambio sufrieron modificaciones las siguientes:

(ron) Rompô Ronrigaku lógica


(sei) Seirigaku Seijigaku política
(sei) Setaigaku Shakaigaku sociología
(zai) Rizaigaku Keizaigaku economía
(hô) Hôrigaku Hôgaku derecho

Podemos ver que el promedio de defunción de esas nuevas palabras fue casi de 50% y, sin embargo,
ese diccionario se sigue utilizando para entender los textos que fueron producidos en el último cuarto del
siglo XIX. En los términos clasificatorios antes mencionados podemos encontrar el uso del ideograma ri, que
es un “principio fundamental” y que proviene del confucianismo; así entre los términos en desuso está
seirigaku, que literalmente significa la ciencia de los principios políticos; rizaigaku, ciencia de los principios de
los bienes; hôrigaku, ciencia de los principios legales. Aunque traducen el término extranjero, queda el
neoconfucianismo de Chu Hsi como marco de referencia.
En la página que precede al diccionario propiamente se da constancia de la parte que le tocó
desempeñar a cada uno de los participantes, Inoue, Ariga y Wadagaki. Se vuelven a repetir los contenidos
del diccionario.
Al comparar la primera página de este diccionario con los términos que da el Breve diccionario de filosofía
editado por Itô Kichinosuke en 1930,52 marco con un asterisco (*) las palabras que no aparecen en este
último. Sin embargo, cabe notar que en este libro se seleccionaron sólo palabras de uso filosófico, mientras
que en el diccionario de Inoue se incluyeron muchas otras.

51 Inoue Tetsujirô-Ariga Nagao, Tetsugaku jii (Vocabulario filosófico), Tokio, Tôyô-kan, 1884.
52 Itô Kichinosuke (ed.), Tetsugaku shô-jiten (Breve diccionario de filosofía), Tokio, Iwanami shoten, 1930.

33
Abbreviation yakugen lit. palabras contractas *
messhitsu lit. pincel desaparecido. OBS. *
Abduction fumei suisoku-shiki lit. forma de deducción incierta *
Aberration sasaku lit. diferencia confusa *
Ability ryokuryô lit. cantidad de poder o fuerza *
Abnegation kyozetsu, fushotô lit. corte negativo, no reconocer
como adecuado *
Abnormal gyaku-teiki, fujuntô lit. antinormal, no-normal Ijô
Aborigines doban lit. nativo, nacido en la tierra *
Abortive fugôji lit. a destiempo *
Abridgment yôyaku lit. resumen de lo importante *
Abrogation haihô, kakujo lit. desechar una ley, eliminación *
Abscisso-infiniti satsumetsu-hô lit. método exhaustivo, de extinción *
Absolute zettai lit. acabar con la oposición Zettai
junzen lit. todo entero, total
zensai lit. eliminación total
sensei lit. control exclusivo
Absolution kyûzai lit. rescate de una falta Mettzai

Traductores como Nishi Amane53 intentaron evitar la confusión entre términos del
neoconfucianismo, vocablos budistas y aquéllos provenientes de Europa; la precaución no dio los
resultados esperados, ya que muchos vocablos estaban formados con palabras procedentes del
pensamiento chino. Esto mismo implicaba que al crear las palabras para traducir vocablos occidentales
estaban interpretando la cultura europea en términos orientales. En algún sentido hubo muchos
malentendidos acerca de ésta que se originaron por las palabras utilizadas para traducir sus principales
conceptos. Todavía no era tiempo de intentar la interpretación de la cultura japonesa en términos
occidentales. Esta tarea logró realizarla con mucho éxito Nishida Kitarô.54

C. Nishida Kitarô (1870-1945)

Conforme Nishida organizó su pensamiento y encontró nuevas maneras de exponerlo, fue readaptando o
creando una serie de términos que han quedado con poca modificación en la filosofía japonesa. Vamos a ver
algunos de esos vocablos.
En mi texto “Léxico de términos extranjeros en las obras de Nishida Kitarô”55 podemos apreciar con
detalle los vocablos extranjeros y su traducción, tal como aparecen en cada uno de los 19 volúmenes de las
Obras Completas de Nishida Kitarô.
Lo notable en este caso es que en vez de traducir los términos filosóficos occidentales para su mejor
entendimiento en japonés, Nishida lo que busca es expresar conceptos, categorías y otros aspectos del
pensamiento oriental en términos de la filosofía occidental. En este sentido su esfuerzo no es para
perfeccionar los vocabularios anteriores, sino para preparar el camino hacia una mejor comprensión de la
tradición oriental, de tal manera que pueda entrar en diálogo con el pensamiento occidental. Los iniciadores
de aquél fueron sus maestros Inoue Tetsujirô e Inoue Enryô, principalmente el primero. De esta manera, la
traducción misma de los vocablos ya implica una interpretación que hará más fácil ese diálogo. Nishida no
crea todo el vocabulario que utiliza sino retoma muchos de los términos ya en uso en japonés y busca hallar
en esas traducciones caminos hacia el diálogo con el pensamiento occidental.

53 Véase Ôhashi Ryôsuke, op. cit., pp. 35-52.


54 Ôhashi, op. cit., p. 50.
55 Agustín Jacinto Z., Léxico de vocablos extranjeros en las obras de Nishida Kitarô, Zamora, El Colegio de Michoacán, Avances de investigación, serie I,

núm. 9, enero 28, 1998, 3 vols.

34
Antes de Nishida ya había habido la práctica de colocar el término occidental junto con su traducción
al japonés, pero éste la utiliza para hacer posible el diálogo entre las tradiciones del pensamiento oriental y
occidental. Como inicialmente Nishida da mucho por sobrentendido, sus primeras obras tienen una marcada
tendencia a la economía del lenguaje y a privilegiar la unión de las ideas mediante la intuición del lector, más
que a una explicitación silogística. Por eso las primeras obras son sugerentes, aunque se prestan a muy
diversas interpretaciones por falta de una línea razonada en la exposición. Se ha querido comparar esta
manera de escribir con el modo de expresión en el budismo Zen, pero el próposito es claramente diferente.
En alguna medida es justificada esa comparación, ya que Nishida mismo apunta a los límites del lenguaje y al
carácter apofántico de la experiencia pura, término central en su primera obra publicada, la Investigación sobre el
bien.56 Para evitar que su pensamiento sea visto de manera simple como una expresión más de una experiencia
Zen, y que sea propiamente valorado como filosofía, Nishida utiliza términos de la filosofía occidental.
Para citar un caso específico. Aunque en la Escuela de Kioto se ha interpretado la experiencia pura como
manifestación del satori o iluminación Zen, si se apunta a características tales como la inmediatez, podemos ver
que la mayor parte de los atributos que Nishida asigna a la experiencia pura los toma de William James. Así
Nishida escribe: “Por ejemplo, en el instante en que vemos un color o escuchamos un sonido no sólo todavía
no existe el pensamiento de que es la actividad de alguna cosa externa o de que estamos sintiendo algo, sino
[incluso] se refiere a antes de que añadamos el juicio acerca de qué color o qué sonido sean.”57
Pero esta manera de decirlo, que ciertamente parece describir un aspecto del Zen, viene de James, quien
escribe: “El campo instantáneo del presente es siempre experiencia en su estado ‘puro’, simple actualidad sin
cualificación, un simple que, todavía no diferenciado en cosa y pensamiento, es solamente clasificable
virtualmente como hecho objetivo o como la opinión de alguien acerca de un hecho”:58 es un “that which is not
yet any definite what”. 59 William James da el ejemplo de una pluma que es vista y es un that antes de serle
asignada una función y de ser clasificada como un what: como pluma física o como el percepto de una pluma.60
En la época madura de su pensamiento Nishida es más explícito y no deja en la misma medida la
unión de las ideas a la intuición del lector, aunque mantiene a éste consciente de los límites del lenguaje y
apela a una comprensión que en última instancia tiende a ser supralingüística. En la etapa madura de su
pensamiento, con un procedimiento reflexivo lingûísticamente más explícito, Nishida continúa elaborando un
nuevo vocabulario. Por esto resulta singular la creación de vocablos tales como basho (topos), kô’i-teki chokkan
(intuición activa, o intuición conductual), mujun-teki jiko dôitsu (autoidentidad de lo contradictorio, o
autoidentidad de contradictorios), gyaku-tai’ô (correspondencia recíproca), etc., que vienen a ser parte del
vocabulario técnico de su reflexión madura.
En este sentido, la creación de términos en Nishida se mantiene durante toda su vida, pero en la época
tardía busca incorporar horizontes lingüísticos todavía más amplios para dar una dimensión mundial a su
pensamiento, una vez que ha logrado expresar una gran parte de su propia tradición mediante el diálogo con
pensadores occidentales.

TRADUCCIÓN Y CREACIÓN DE NUEVOS VOCABLOS

Como dice Murray en su texto La evolución de la lexicografía inglesa (1900), una de las razones al crear nuevos
vocablos fue el esfuerzo de hallar la palabra adecuada para traducir vocablos latinos encontrados en los textos
llevados a Inglaterra por los evangelizadores cristianos. De esta manera, cuando el lector de un libro en latín
no tenía otra palabra latina equivalente buscaba en el inglés un vocablo que correspondiera. A estas
anotaciones interlineares se les llamó glosas. No siempre se utilizaron palabras ya en uso en su significado

56 Nishida Kitarô, Indagación sobre el bien, traducción del inglés por Alberto L. Bixio, Barcelona, Gedisa editorial, 1995. Véase también Agustín
Jacinto Z., Zen y personalidad, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1984.
57 Nishida, op. cit., p. 41. La traducción fue modificada siguiendo el original japonés.

58 John J. McDermott (ed.), The Writings of William James. A Comprehensive Edition, Chicago, The University of Chicago Press, 1977, pp. 208, 177.

59 Op. cit., p. 215.

60 Op. cit., p. 227.

35
original sino también se modificó su acepción o se crearon nuevos términos. 61 Pero no es solamente la
riqueza de vocabulario lo que marca el desarrollo de una lengua sino también el grado de perfección literaria,
es decir, la excelencia de estilo de su prosa. Esa perfección estilística es también uno de los requisitos que
Dolet menciona en sus reglas para la traducción.

Dolet y sus Reglas para la traducción

En un sentido un poco más restringido, que ve la relación entre el traductor y lo traducido, tenemos las cinco
reglas que Estienne Dolet para traducir bien señaló en 1540:

En primer lugar, es necesario que el traductor entienda perfectamente el sentido y la materia del autor que traduce; porque
al entenderlo jamás será oscuro en su traducción, y si el autor al que traduce, es en alguna medida difícil, podrá hacerlo fácil
y del todo inteligible.
La segunda cosa que se requiere para la traducción es que el traductor tenga un perfecto conocimiento de la lengua del
autor que traduce, y que sea igualmente excelente en la lengua a la cual va a traducir. De esta manera no violará ni
disminuirá la majestad de ninguna de las dos lenguas. Es de dudar que si un hombre no es perfecto en la lengua latina o
francesa, pueda traducir bien al francés.
El tercer punto es que al traducir no es necesario esclavizarse al punto de traducir palabra por palabra. Y si alguien lo hace,
esto tiene su origen en la pobreza o falta de espíritu. Porque si tiene las cualidades antes mencionadas (que son necesarias a
un buen traductor), sin cuidarse del orden de las palabras, se detendrá en las oraciones y hará de manera que la intención
del autor sea expresada, guardando con curiosidad las propiedades de una y otra lenguas. Y de esta manera es una gran
superstición (o tontería o ignorancia le llamaría yo) comenzar la traducción al comienzo de la cláusula: Pero si con un
orden de palabras alterado expresas la intención de aquel a quien traduces, nadie puede reprochártelo. No quiero callar aquí
la locura [Al margen: es una locura querer traducir línea por línea o verso por verso] de algunos traductores: que en lugar
de libertad se someten a esclavitud. Y es que son tan tontos que se esfuerzan por traducir línea por línea, o verso por verso.
Por ese error a menudo distorsionan el significado del autor que traducen, y no expresan la gracia y perfección de una y
otra lenguas. Te cuidarás diligentemente de este vicio que no demuestra otra cosa que la ignorancia del traductor.
La cuarta regla, que he querido mencionar aquí debe observarse más en las lenguas que no tienen arte que en las otras.
Llamo lenguas todavía no reducidas a algún arte aceptado: como la francesa, la italiana, la española, la alemana, la de
Inglaterra, y otras [lenguas] vulgares. Si se da el caso entonces de que traduzcas cualquier libro latino a cualquiera de éstas
(incluyendo la francesa) … deberás cuidarte de usurpar [utilizar] demasiadas palabras muy parecidas al latín y poco
utilizadas en el pasado. Conténtate con lo común, sin innovar algunas dicciones a lo loco y por una curiosidad reprensible.
Hagan lo que hagan los demás, no los sigas en esto, porque su arrogancia no vale nada y es intolerable entre los sabios.
Pero no pienses que quiero decir que el traductor se abstenga totalmente de palabras que están fuera del uso común; …
porque se sabe bien que la lengua griega o latina es mucho más rica en vocablos que la francesa. Lo cual a menudo nos
constriñe a usar palabras poco usuales. Pero esto debe hacerse [sólo] en extrema necesidad. Por otra parte, sé bien que
algunos podrán decir, que la mayor parte de los vocablos de la lengua francesa se derivan de la latina, y que si nuestros
predecesores tuvieron la autoridad para utilizarlos, también los modernos y posteriores pueden hacer otro tanto. Esto
puede debatirse entre bastidores, pero lo mejor es seguir el lenguaje común.
Llegamos ahora a la quinta regla, que debe observar un buen traductor. Se trata de una gran virtud sin la cual toda
composición es pesada y desagradable. Y ¿qué contiene? Nada más que la observación de las piezas de oratoria …, es
decir, la unión y conjunción de vocablos de tal dulzura que no solamente se satisfaga el alma sino también que el oído
quede encantado y nunca se cansen de tal armonía del lenguaje. … Y nuevamente advertiré al traductor que tenga cuidado:
porque sin la observación de esas piezas no puede causar admiración en composición alguna, y sin éstas las oraciones no
pueden ser graves, o tener el peso requerido y legítimo. ¿Por qué piensas acaso que sea suficiente con tener una dicción
propia y elegante, sin una buena ilación de palabras? … En resumen, es poco el esplendor de las palabras si su orden y
colocación no es el que les corresponde.62

Creo que esta larga cita en su mayor parte es todavía aplicable al trabajo del traductor. En su cuarta
regla, Dolet considera la creación de nuevos vocablos como asunto de extrema necesidad, pero quizá
podamos decir que las lenguas se encuentran camino a desaparecer si no sirven para expresar las cosas de la
vida moderna: están en caso de extrema necesidad. Se requiere con urgencia que aquéllas puedan responder a
los requerimientos modernos de sus hablantes.

61 James Augustus Henry Murray, The Evolution of English Lexicography, Guttenberg Project. E-book, #11694.
62 Estienne Dolet, La maniere de bien traduire d’une langue en aultre, Guttenberg Project, EBook #19483.

36
En tiempos de guerra Robert Schinzinger hizo la traducción de tres ensayos de Nishida al alemán.
Cuando ésta todavía se hallaba en trámite, Nishida hace notar que el traductor debía cumplir cuatro
requisitos: 1) ser hablante de la lengua nativa a la que se va a efectuar la traducción; 2) dominar la lengua
desde la que se va hacer aquélla; 3) conocer y entender a fondo el tema de que trata el texto por traducir; y 4)
tener un buen estilo en la lengua de llegada. Considero que estas cuatro condiciones que para Nishida son
indispensables siguen vigentes.

CONCLUSIÓN

Para terminar sólo diré que el esfuerzo de los japoneses entre los años de 1850 a 1890 tiene su base en el
Juramento de los Cinco Artículos del emperador Meiji, de 1868. De ellos aquí quiero mencionar el cuarto y
el quinto. El cuarto dice: “Se abandonarán las viejas costumbres y todo se basará en los principios públicos
justos e imparciales”, y el quinto: “Se buscará el conocimiento en el mundo para fortalecer el fundamento
del gobierno del tenoo [emperador]”.63 En este sentido, el conocimiento adquirido y trasmitido mediante
nuevos vocablos tenía como último motivo fortalecer al gobierno imperial, es decir, estaba en función de
consolidar el país.
En ese sentido hay siete puntos que debemos resaltar en la creación y difusión de nuevos vocablos en
lengua japonesa.
1. El ánimo de conocer otras culturas, que había estado prohibido por más de 250 años bajo pena de
muerte. Sólo por medio de la Dejima en Nagasaki había habido relación con los mercaderes holandeses. Pero
una vez que hubo libertad de ocupación, de libre tránsito, etc., muchos japoneses se interesaron por entrar en
contacto directo con otras culturas. En todo caso, fueron los seleccionados y enviados por el gobierno
quienes se encargaron de conocer, importar y difundir el conocimiento de la cultura occidental en sus
diferentes regiones.
2. El esfuerzo de modernización, es decir, el afán de equipararse a los países occidentales en cuanto al
desarrollo. Se siguió el lema “espíritu japonés y ciencia occidental”, para distinguir entre lo que había de
importarse y lo que se mantendría de dentro. El pueblo se dispuso a hacer el esfuerzo por alcanzar y luego
sobrepasar a los diferentes países europeos.
3. Este empeño por conocer otras culturas y por alcanzar el nivel de modernización de los países
occidentales se hizo con base en la necesidad, sin que ningún país extranjero lo impusiera. Por eso
pudieron emplear su propia lengua para hacer la importación, en lugar de un idioma extranjero que les
hubiera sido impuesto.
4. Era necesario explorar nuevos signos y significados para poder apropiarse de los aspectos nuevos en
otras culturas. De ahí que la actualización, resemantizar vocabulario ya existente y crear vocabulario fuera de
la mayor importancia.
5. En ese proceso de importación de la cultura occidental la lengua japonesa misma alcanzó un
nuevo desarrollo: los importadores de aquella cultura buscaron nuevos modos de decir, de traducir, y de
cosas que expresar.
6. Las razones para ese gran esfuerzo fueron dos. La primera era fomentar el autorrespeto e
independencia individual. Este fue el postulado básico de Fukuzawa Yukichi. El individuo habría de alcanzar
autorrespeto internamente cuando su confianza en sí mismo fuera elevada. A esto había de colaborar el que
su forma de vida, su educación, su modo de trabajar, su manera de comportarse, etc., pudieran manifestarse
incluso frente a los extranjeros sin suscitar desaprobación o menosprecio. La independencia del individuo
habría de depender de su propio esfuerzo y su voluntad de no estar supeditado a otros dentro o fuera del
país, incluso en cuestión de vocabulario para denominar las cosas y los estados de éstas que continuamente
aparecían y que provenían de Occidente.
7. La segunda razón del gran esfuerzo japonés fue, como lo había dicho el emperador, para
fortalecer la soberanía del país y asegurar su independencia. Según Fukuzawa Yukichi, esto sólo se podría
lograr si el individuo tenía autorrespeto e independencia. En el confucianismo y en el neoconfucianismo
que fueron importados de China, el gobierno estaba estrechamente ligado a la denominación apropiada, a

63 Takabatake Michitoshi et al., Política y pensamiento político en Japón. 1868-1925, México, El Colegio de México, 1992, p. 29.

37
la clarificación de los nombres. En materia gubernamenal era indispensable poder llamar a las cosas con
una denominación adecuada para poder asignar los puestos, las distinciones, los honores y las dignidades
jerárquicas. En el ámbito penal era indispensable contar con nombres apropiados para los premios y
castigos, para las ofensas y las penas, así como para designar de manera adecuada a quienes habrían de
juzgar y decidir sobre premio o castigo. En materia legal era necesaria la exactitud en la denominación para
poder determinar el objeto de las leyes y la jurisdicción de quienes habrían de aplicarlas. En muchos otros
campos el confucianismo y el neoconfucianismo consideraron de gran importancia la propiedad de los
vocablos utilizados y la necesidad de crear nuevos en aquellos casos en que los ya existentes no servían
para una clara designación.
8. Podríamos decir que los primeros becarios que fueron a Europa, importaron lo que llegaron a
conocer de la cultura europea al interpretarla desde sus propios patrones culturales, su propia ideología.
Desde esa perspectiva la creación de nuevos vocablos para dar a conocer lo nuevo tuvo una marcada
influencia del pensamiento budista y confuciano que era muy amplio, pero no consideraba cuestiones sociales,
políticas, industriales, científicas, etc., de las culturas avanzadas de Occidente.
9. Por el contrario, con Nishida ocurre el movimiento a la inversa. Este último trata de repensar las
categorías nativas de su cultura mediante las categorías de la filosofía occidental. Ese esfuerzo es característico
de toda la Escuela de Kioto y fue uno de sus mayores éxitos. En este sentido, el esfuerzo de crear nuevos
vocablos tiene una intención de universalizar la cultura japonesa, de hacerla comprensible en términos de la
cultura occidental.
En pocas palabras, el camino hacia la multiculturalidad e interculturalidad pasa por las lenguas. Este
camino se ve obstaculizado si no todas las lenguas del país pueden decir abiertamente las mismas cosas (sea
por razones externas, como la prohibición de utilizar los idiomas indígenas en la escuela o en la iglesia; o por
razones internas, como sería la falta de vocabulario acuñado).

38
ARTEM AC VOCABULARIUM AD USUM INDORUM
GRAMMATICORUM SERMONE LATINO?

Rosa Lucas González


El Colegio de Michoacán

(A partir de la referencia de Johannes de Sancto Antonio (Bibliotheca universa franciscana, Madrid 1772), quiero
abordar dos aspectos que se refieren a la gramática latina de Gilberti: por un lado, su mención de un
vocabulario latino adosado a ésta del que no ha quedado rastro y, por otro, los destinatarios de su gramática.
En 1559, sale de las prensas de Antonio de Espinosa la Grammatica Maturini publicada por fray
Maturino Gilberti. Se trata de la primera gramática latina compuesta y publicada en el Nuevo Mundo. Carece
de licencias y aprobaciones, así como de colofón, por lo que no sabemos la fecha exacta de publicación,
aunque debió producirse entre los meses de septiembre y diciembre de ese mismo año.1 Hasta la fecha sólo se
tiene noticia de tres ejemplares sobrevivientes localizados, dos en bibliotecas estadounidenses y el tercero en
una mexicana. 2 En general, los cronistas franciscanos no hacen mayor referencia a esta obra y mucho menos
nos dan una descripción detallada de la misma. A lo sumo señalan que es “por la que deprenden algunos”,
como dice fray Diego Muñoz, o en palabras de fray Agustín de Vetancurt refiriéndose a Gilberti: “Fue gran
latino y compuso Arte de latinidad muy elegante a los del Colegio de Santiago, que hoy tiene y le estima el
licenciado Carlos de Sigüenza”.3 Contamos solamente con una descripción más detallada en Johannes a
Sancto Antonio en su Bibliotheca universa franciscana, pero su información resulta sorprendente:

Artem, ac Vocabularium ad usum Indorum grammaticorum, sermone Latino. Ars impressa fuit Mexici Anno
1559, apud Antonio de Espinosa [sic], uti narrat fr. Augustinus Ventancurt [sic] in suo Monologio [sic]
Franciscano, subdens scripsisse etian lingua terascana: Dialogum. Scripsit demun plures alios libros eodem
idiomate, Authore mihi laudato Torquemada ibidem lib. 20. cap. 55.4

Los datos del cronista coinciden con la obra, salvo en una cosa, la mención de que la Grammatica
Maturini iba acompañada de un Vocabularium … sermone latino. A pesar de que da como referencia a Vetancurt
y a Torquemada, ninguno de sus predecesores dice nada sobre dicho vocabulario. En el pasaje de
Torquemada, al hablar de Gilberti sólo dice que: compuso en la misma Lengua Tarasca muchos, y elegantes
Libros, y Arte, “con que facilitó la dificultad que havía en aprenderla, y fue tan perfecto en ella, que hasta
ahora no ha havido Ministro ninguno, así Religioso, como Clérigo, que con mucho le iguale ...”.5
Zulaica Gárate recoge también la mención que de ese supuesto vocabulario latino hace Wadding-
Sbaral: “Wadding-Sbaral., l.c. pág. 239, citando, además un Vocabulario latino”. 6 Lo cierto es que, aparte de
estas dos referencias, no he podido encontrar ninguna alusión a este último ni en los cronistas ni en los
catálogos ni en los estudiosos que, hasta la fecha, se han ocupado de Gilberti. Por otro lado, tuve la
oportunidad de poder consultar directamente uno de los ejemplares, el m2, que se encuentra en la

1 Grammatica Maturini. Introducción, edición, traducción y notas por Rosa Lucas González, 2 vols., El Colegio de Michoacán, Zamora, p. 37.
2 Ibid., p. 38-39. Se conserva un ejemplar en la Biblioteca Pública de Nueva York, un segundo en la John Carter Brown, y el tercero en la Biblioteca
Cervantina del Instituto Tecnológico de Monterrey, N.L.
3 Grammatica Maturini. Estudio y edición crítica, por Rosa Lucas González, tesis de doctorado, Universidad de Salamanca, 1999 (inédita), p. 23.

4 Johannes a Sancto Antonio, Bibliotheca universa franciscana, vol. II, Madrid, 1772, pp. 306 y 356.

5 Agustín de Vetancurt, Menologio franciscano, México, Porrúa, 1982, p. 108; Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, III, lib. 20, cap. 55, Miguel León

Portilla (ed.), México, Porrúa 1969, p. 509, col. 2.


6 Ramón Zulaica Gárate, Los franciscanos y la imprenta en México en el siglo XVI, México, UNAM, 1991, pp. 158-159.

39
Biblioteca Cervantina de Monterrey, N.L. y no hay el menor indicio de que alguna vez lo hubiera tenido.
Podría pensarse, entonces, que un cronista tan tardío como Sancto Antonio, 1772, pudo haber sido llevado
a error, puesto que tanto la Grammatica Maturini como el Vocabulario en lengua de Mechuacan se publicaron en
el mismo año, 1559, pero el Vocabulario salió de las prensas de Juan Pablos, mientras que la Grammatica es el
primer trabajo de Antonio de Espinosa. Desde luego, tampoco en Gilberti se encuentra ninguna referencia
a dicho léxico.
La Grammatica Maturini es una obra sumamente interesante, no sólo por ser la primera gramática
latina americana, sino por sus contenidos y fuentes. Ya desde sus prolegómenos podemos enmarcarla en la
gramática renacentista al esgrimir los mismos tópicos que los especialistas en esta materia de finales del XV
y primera mitad del XVI. Su objetivo, en palabras de Francisco Beteta, consiste en “enseñar a la juventud la
elocuencia romana sin dificultades y en el menor tiempo posible, sin perderlos en las ‘tinieblas
Cimerias’”(fol. 1v). Es evidente la alusión a Erasmo en su prólogo a las Annotationes, y sin duda nos
recuerda también al “laberinto de confusión” al que alude Nebrija en la dedicatoria al cardenal Mendoza de
sus Introductiones (1481). 7
Observamos asimismo una velada crítica a los autores anteriores, en este caso parece ser Nebrija,
aunque explícitamente no lo diga, pero sin duda se refiere a aquello en lo que las Introductiones se habían
convertido a la muerte de su autor.8 Otro de los tópicos repetidos se refiere a las posibles críticas que podrían
hacer sus enemigos a su Arte, el cual reconoce que no es una obra terminada, sino un compendio al cual, si
bien se podría añadir algo, sólo sería algo que él al menos hubiera dejado esbozado, e insiste en la brevedad y
claridad de su obra en beneficio tanto de los maestros, a los que puede servir de guía, como de los alumnos
(fol. IIIv). Una vez más nos recuerda las palabras de Nebrija en el prólogo a la edición de 1495: “Ya desde el
inicio de las Introductiones, en seguida nosotros confesamos que no es una Arte acabada, y que puede haberse
omitido alguno de los temas que se consideran pertinentes a la gramática”. 9
La Grammatica Maturini rebasa con mucho una simple gramática latina en lo referente a los
contenidos que aborda, no así en cuanto al tratamiento de dos de sus partes: la segunda, dedicada a las
concordancias y que contiene además un pequeño resumen acerca de los accidentes gramaticales que
correpondería a los erotemata del libro III de Nebrija y al tratamiento de la sílaba. Pero vista en su conjunto,
es un manual para alumnos ya iniciados o avanzados en el conocimiento de la lengua latina. En efecto,
después de los preliminares, la obra se divide en dos grandes apartados: el primero está formado por las
cinco partes que constituyen la gramática en sentido estricto: el tratamiento de las ocho partes de la
oración, las concordancias, el género, el régimen y la prosodia; el segundo apartado se compone a su vez de
otras dos partes, la sexta dedicada al ornato de la lengua, y la última, la séptima, en la que podemos
observar distintos apartados, uno que incluye las Familiarium colloquiorum formulae de Erasmo de Rotterdam,
y otro dedicado a la abundantia de la lengua, tomada de otras obras del humanista holandés.10 Vemos, pues,
que la obra aborda dos grandes aspectos: por un lado una gramática latina donde se tratan los hechos
analógicos de la lengua, esto es, la norma; por otro, un tratado de estilística que tiende a la imitación de los
modelos, es decir, la praxis. Este binomio norma-imitación es la característica fundamental del latín
renacentista, fundamentalmente escolar y que hundía sus raíces en la distinción de Quintiliano entre
grammatice loqui y latine loqui. 11 Lo que me resulta novedoso en la gramática de Gilberti es el haber
conjuntado en un volumen de pequeño formato (in octavo) a ésta, un tratado sobre el estilo y un modelo
para la práctica de los dos primeros. La obra termina en el fol. 168v con el término Finis. Ni rastro, pues,
del vocabulario del que habla Sancto Antonio.

7 Antonio de Nebrija, Introductiones Latinae, Salmanticae MCMLXXXI, Prólogo: … qui cum se in principio suorum operum rudimenta pueris exhibituros
polliceantur post pauculos uersus in eum confussionis labyrinthum incidunt, unde nec ipsi se facile extricare possint.
8 Luis Gil, Panorama social del Humanismo español (1500-1800), Madrid, Tecnos, 1997, pp. 110 y sig.

9 Antonio de Nebrija, Introductiones Latinae, Salmanticae M:ccc.xcv, fol. A.ii.: Introductionum iam ab ipso statim operis initio profitemur nos non artem

grammatices absolutam: et cui nihil addi possit, sed introductiones tantum latinas scribere: ne quisquam possit calumniari nos aliquid omisisse eorum quae ad grammaticem
pertinere existinant.
10 Rosa Lucas González, Grammatica Maturini. Estudio y edición crítica, pp. 61-65.

11 Marco Fabio Quintiliano, Institutio Oratoria liber XII, ed. y trad. por Alfonso Ortega Carmona, Salamanca, Universidad Pontificia de Salamanca-

Caja Salamanca-Soria, 1996, lib. I, cap. VI, 27, p. 104.

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Volviendo al tema del supuesto vocabulario, no sería extraño que Gilberti completara la gramática
latina, tal como, en opinión de Warren, pensaba hacer con su gramática de la lengua tarasca.12 El que las
gramáticas llevaran al final un vocabulario, era práctica normal en los artígrafos latinos medievales y
renacentistas. Tal fue el caso de Nebrija (Introductiones) o de Perottus (Rudimenta grammatices), por citar dos
autores que, sin duda, Gilberti conoció. En el caso de Perottus, al final de su Rudimenta grammatices aparece un
léxico monolingüe con el que se facilita la búsqueda de los términos técnicos usados a lo largo de la gramática
con su referencia al folio correspondiente: Sequitur vocabulorum in Nicolai perotti rudimentis principaliter explicatorum
summaria collectio per quam eorum elegantias et differentias secundum ordine alphabeti facile poterit quisque inuenire, et primum
de incipientibus ab A. 13 Nebrija, por su parte, ya desde la primera edición de las Introductiones (1481) añade dos
léxicos. El primero, con alrededor de 1 590 entradas, sigue inmediatamente al apartado de la Orthographia, y su
finalidad es resolver las dudas ortográficas en cuanto al uso de diptongos, nombres propios y transcripción de
palabras griegas. El segundo, con 938 entradas, se encuentra como un pequeño apéndice al final de la
gramática y en él va registrando los términos que ha utilizado a lo largo de las Introductiones. Pero, como
muestra Codoñer, ha hecho una selección atendiendo al grado de dificultad de comprensión para el alumno.
A diferencia del léxico de Perotto, que es referencial, el de Nebrija supone un verdadero diccionario de
consulta con un evidente valor lexicográfico. 14 Ciertamente en este léxico puede apreciarse que no se sigue de
modo fiel el orden alfabético, pero ello se debe, en opinión de Codoñer, a que “Nebrija lo ha ido formando a
medida que iban apareciendo los términos en la gramática, respetando la ordenación alfabética de la primera
o de las dos primeras letras. Ello explica el que aparezcan uno tras otro los siguientes términos: canon, cadauer,
caudis, callis, chaos, carex, pues ese es el orden en la exposición gramatical”. 15 Con este pequeño diccionario, el
alumno disponía en un solo volumen de los dos elementos necesarios para aprender la lengua. En este caso
aún se ve la relación medieval de dependencia del léxico respecto a la gramática. Este tipo de apéndice léxico
es el que hubiéramos esperado en la Grammatica Maturini.
Sin embargo, no va a ser este pequeño léxico el que hará de Nebrija el iniciador de la lexicografía
moderna tanto en España y sus dominios como en Europa. A su vuelta de Italia e imbuido de las reformas
humanísticas que allí se estaban efectuando respecto a la enseñanza del latín, Nebrija se dispone a
implantarlas en su patria “para así desarraigar la barbarie de los ombres de nuestra nación, [y] no comencé por
otra parte sino por el estudio de Salamanca, el qual como una fortaleza tomado por combate, no dudava io
que todos los otros pueblos de España vernían luego a se me rendir”. 16 Una vez que las dos redacciones de
las Introductiones (1481 y 1485) se habían impuesto sobre las otras gramáticas que circulaban, a partir de 1487,
con el mecenazgo de Juan de Zúñiga, Nebrija se dedica a “preparar una obra de vocablos en que desafío y
provoco a todos los maestros que tienen hábito y profesión de letras”,17 obra que nunca vio la luz. Pero su
dedicación de esos años se concretó en la publicación del Lexicon latino-hispano y de la Gramática de la lengua
castellana en 1542, y la del Vocabulario español-latino en ¿1495?18 A diferencia del léxico que acompaña a las
Introductiones, estos dos diccionarios marcan una ruptura radical con los precedentes medievales.

ANTECEDENTES LEXICOGRÁFICOS MEDIEVALES

Los diccionarios tienen una larga historia. Su aparición está relacionada con el proceso de escisión que, ya
desde la antigüedad tardía (siglos III al VI), sufre el latín. En efecto, éste se divide en dos lenguas diferentes: el
latín clásico, que terminará por desaparecer hacia el siglo VII, y el latín denominado vulgar que era el hablado
en todas las capas sociales y el cual paulatinamente fue evolucionando hasta desembocar en las diferentes

12 Benedict Warren, Arte de la lengua de Mechoacán compilada por fray Maturino Gilberti, Morelia, Fimax Publicistas, 1987, p. XV.
13 N. Perottus, Rudimenta grammatices (léxico final, sin fol.), I/278, Biblioteca General de la Universidad de Salamanca.
14 Carmen Codoñer, “Las Introductiones Latinae de Nebrija: tradición e innovación” en Academia Literaria Renacentista III: Nebrija, Universidad de

Salamanca, pp. 118-119.


15 Ibid., p. 120.

16 Antonio de Nebrija, Vocabulario hispano-latino, prólogo, a.IIJ. col. 1.

17 Francisco Rico, Nebrija frente a los bárbaros, Universidad de Salamanca, 1978, pp. 50-51. p. 50

18 Sobre la denominación de los dos léxicos y la posible fecha de 1495, véase el prólogo de G. Colón y A. Soberanas, Diccionario Latino-Español

(Salamanca, 1492), Barcelona, PUVIL-EDITOR, 1979.

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lenguas romances. Debido a este proceso de diferenciación y, por tanto, al desconocimiento de la lengua
culta, al lado de las gramáticas escolares comienzan a aparecer obras lexicográficas que servirán de apoyo en
el aprendizaje de la lengua y como instrumento para la traducción y composición en latín.
Empiezan a circular entonces una serie de recopilaciones de anotaciones marginales o interlineales que
se denominan Glosarios.19 Se trata de explicaciones que los glosadores hacían a términos que ya no se
entendían y, por ello, fueron un referente importante en la enseñanza de la lengua latina. Estas glosas estaban
escritas en un latín más sencillo y comprensible para los alumnos, o bien se elaboraban en lengua vernácula.
En España destacan las Glosas Emilianenses y las Silenses, datadas entre el siglo X o mediados del XI y que, como
sabemos, suponen el primer testimonio de lo que sería el castellano. 20
Durante la Baja Edad Media comienzan a circular colecciones de palabras clasificadas por materias,
que se conocen con el nombre de Nominalia o Nomenclatura. Pueden ser breves y monotemáticas o bien
extensas y que abarcan varios temas a modo de enciclopedias. Parece ser que estos léxicos se usaron de
manera regular en las escuelas. En muchos casos están redactados en verso como recurso mnemotécnico;
técnica que era frecuentemente utilizada en la docencia. Uno de los más conocidos era el De nominalibus
utensilium de Alexander Neckan. Se trata de un léxico pluritemático, al parecer basado en Isidoro, y en el que
se recogían los términos referentes a instrumentos de trabajo, vestidos, animales, medios de transporte,
cocina, etcétera.
Durante este mismo periodo triunfa otro tipo de colección, los Colloquia, que giran en torno de una
serie de tópicos y se proponen como modelos. Se sabe que su uso fue muy extendido para alcanzar un
rápido aprendizaje de la lengua. Destaca entre ellos los Hermeneumata, atribuida al Pseudo-Dositeo, un autor
del siglo III, y que tuvo un gran éxito. Los Colloquia desaparecieron durante un tiempo, pero en el siglo XVI
reaparecen de nuevo con gran fuerza de mano de los humanistas: Erasmo, Vives, Mathurino Cordier,
Cervantes de Salazar.
Hacia el siglo XII surgen los léxicos alfabéticos que provienen de las antiguas glosas textuales, pero que
ahora se organizan alfabéticamente para facilitar la búsquedas. A diferencia de los Nominalia, parecen estar
dirigidas más a la traducción de los textos latinos que al mero aprendizaje de la lengua. En muchos casos son
bilingües, por lo que serían el precedente inmediato de la lexicografía bilingüe renacentista. 21
Ya en plena Baja Edad Media aparecen una serie de obras de gran formato denominados Compendios o
Summa, en las cuales gramática y vocabulario aparecen juntos. Se trata de auténticas enciclopedias
monolingües que no se limitan a dar el significado del término sin más, sino que, como afirma Codoñer:

Con Papías, a mitad del siglo XI, ya aflora la idea de dar una explicación del origen de los nombres en un
sentido gramatical, es decir, de establecer relaciones de interdependencia entre vocablos de una misma lengua
basándose en las raíces. Pero más importante que esto, es la idea que subyace: el autor de un léxico, autor de
nombre, no se conforma con dar la equivalencia estricta, como se hace en los glosarios, busca explicaciones y
paráfrasis que lo conduzcan a una descripción del objeto. La descripción persigue la mejor comprensión y
cuenta con dos vías: la deriuatio por un lado y la adición de datos que ayuden a identificar el objeto.22

Estos compendios circularon con gran profusión durante la Baja Edad Media e incluso se siguieron
utilizando en el Renacimiento. Todos ellos serán objeto de las críticas de los humanistas y van a formar parte
del “canon nefasto” repetido una y otra vez por ellos.23 Destacan las Magnae deriuationes de Huguccio de Pisa
(finales del XII), el Grecismus de Everardo de Bétune (s. XIII), el Elementarium doctrinae rudimentum de Papias (s.
XI), el Comprehensorium de Johannes (s. XIII), y la summa summorum y más famoso de todos, el Catholicon de
Johannes Balbi (1286), que fue impreso en 1460 por Gutemberg.

19 Tomamos la clasificación de estos léxicos medievales de Dolores Azorín Fernández, Los diccionarios del español en su perspectiva histórica, Alicante,
Universidad de Alicante, 2000, pp. 16-22.
20 Pertenecen a los monasterios de San Millán de la Cogolla y al de Silos.

21 Dolores Azorín Fernández, op. cit., p. 20.

22 Carmen Codoñer Merino, “Evolución en los diccionarios de Antonio de Nebrija 1492-1512”, en Historiographica Lingüística, XXIII, 1996, pp.

271-272, citado por Dolores Azorín, op. cit., p. 20.


23 Francisco Rico, op. cit., pp. 11-27.

42
DICCIONARIOS HUMANÍSTICOS

Al margen de los léxicos que aparecen en el cuerpo de las gramáticas, desde finales del XV en adelante, van a
surgir una serie de diccionarios que se caracterizan por su independencia de la descripción gramatical. Para
este trabajo sólo pretendo mencionar y caracterizar de manera breve algunos de ellos por la importancia e
influencia que tuvieron en su momento y, en algunos casos, posteriormente.
Tanto Perottus como Nebrija, aparte de los léxicos que acompañan a sus gramáticas, publicaron
diccionarios que romperán, en un caso más que en el otro, con la tradición medieval inmediatamente anterior.
Perottus publica en 1489 su Cornucopia, un gran comentario riquísimo en fuentes. Aun en la línea de los grandes
compendios a la manera del Catholicon, se puede considerar un thesaurus de la lengua y de la civilización latinas. 24
Tiene la forma de un gran comentario literal, monolingüe, a los Epigramas de Marcial, donde trata el tema de la
copia o abundantia de la lengua latina. En el comentario, además del significado de la entrada, se extiende en todo
tipo de noticias históricas o mitológicas y en referencias a los autores. Su influencia en los lexicógrafos
posteriores ha sido considerable. Su consulta es muy complicada puesto que no tiene índices desarrollados.
Además de haber podido ser fuente de Nebrija, aunque parece que no es destacable, su influencia sí está
presente en Ambrosio Calepino, Robert Estienne y, más tardíamente, en Forcellini.25
En la misma línea que la Cornucopia de Perotto, se encuentra otro gran diccionario que, junto con los
de Nebrija, tuvo un gran éxito lo mismo en Europa que en el Nuevo Mundo. Es casi impensable una
biblioteca novohispana en la que no se halle un Calepino. Tanta fue su fama, que el nombre del autor se
convirtió en sinónimo de diccionario. El monje agustino Ambrosio Calepino (1540-1510), gran conocedor del
latín, griego y hebreo, dedicó toda su vida a componer esta monumental obra. Lo publicó por primera vez en
Regio, pero sólo de las prensas aldinas se conocen 18 ediciones. Es un diccionario plurilingüe y la edición más
notable es la de Basilea de 1590 en 11 lenguas. La más difundida posteriormente fue la edición de Facciolati
(Pavía, 1718) en siete idiomas. 26 Transcribimos a continuación una entrada, naturalmente sin reproducir las
palabras hebreas, para poder ver la radical diferencia entre estos diccionarios enciclopédicos y los de Nebrija.

[Calepino en siete lenguas, p. 321, col. 1]


Granun, n. 2, grano, granello (a continuación el término hebreo), germ. Korn, Gall. Grain, Hisp.
Grano, KóKKos, proprie semen frugun dicitur, ut tritici, hordei, et hujusmodi Var., l. de Re rustica c. 48,
deducit a gerendo, quia seritur, ut spica gerat frumentum Cic. I De divinatione. Midae illi Prygio, cum puer
esset, dormienti formicae in os tritici grana congesserunt. // Granun etiam generaliter dicitur pro omni eo,
quod minutum est, et similitudinem aliquam habet cum grano frumenti. Une et mali Punici acinos grana,
ipsumque malum granatum dicimus. Fructus quoque cocci, quo panni tinguntur, granum dicitur, quod quia
copiosissime nascitur in Baetica provincia, factum est, ut ea regio ab eo Granata dicatur. // De acinis uvae
usurpat Ovid. 4 Trist. L. 6, v. 10.

Elio Antonio de Nebrija publica el Lexicon latino-español en 1492 en las prensas salmantinas, como
señala en el colofón. Tiene alrededor de unas 29 000 entradas y es bilingüe, latín español. El segundo de ellos,
Vocabulario español-latino, sin colofón, parece que también salió de prensas salmantinas, pero no consta el año
en la obra. Aún se discute éste, pero el comúnmente aceptado es 1495. Consta de unas 20 000 entradas y
también es bilingüe, aunque en este caso las entradas van en castellano y las aceptiones en latín. A él le cupo
el honor de acoger el primer americanismo, el vocablo “canoa”, nave de un madero, al que da como
correspondencia el término griego monosylum. Es de menor envergadura que el Lexicon, pues en él hay menos
nombres propios, de reyes, ciudades, montes, islas, etc, que en el latino-español. La riqueza de lemas es mucho
mayor en el Lexicon, algo normal puesto que se parte de la lengua latina, a diferencia del Vocabulario en el que
ese tipo de términos lógicamente no existen. Por otro lado, es frecuente que a una entrada en castellano le
correspondan varias acepciones latinas. Veamos algún ejemplo para mostrar lo anterior:

24 Jean-Louis Charlet, “Un humaniste trop peu connu, Niccolo Perotti: Prolégomènes a une nouvelle édition du Cornucopia”, en Revue des Études
Latines (1987), París, 1989, pp. 210-227.
25 Para el tema de la posible fuente en Nebrija, véase G. Colón y A. Soberanas, op. cit., p. 20; también Dolores Azorín Fernández, op. cit., p. 40.

26 Gracias a la generosidad del P. Jesús Gómez Fregoso el Colegio de Michoacán cuenta con un ejemplar.

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Lexicon:
Aulis.idis por una ciudad y puerto de Beocia
Aspergo.inis por rociamiento o rocío
Aspersura.ae por aquello mesmo
Aspersus.us por aquello mesmo
Limindis.is por ave cierta no conocida
Chara.ae por una ierva no conocida

Vocabulario:
Acometedor inuassor, aggresor.oris
Acocear calco.as, exculco, conculco, proculco

Mucho se ha escrito respecto a sus fuentes, pero si bien es cierto que su obra no ha salido ex nihilo, los
cotejos de sus diccionarios con sus antecesores medievales (Papias, Catholicon) y renacentistas (Perotto o
Alonso de Palencia) no han arrojado una fuente probada, salvo en el caso de la traducción por Teodoro Gaza
de la Historia de los animales de Aristóteles. De él toma las palabras definidas de manera indeterminada, cuando
no encuentra la correspondencia exacta en castellano. Algunos autores piensan que su gran conocimiento de
los autores le permitió ir atesorando términos para llevar a cabo su obra.
Para terminar este breve apartado, se ha pensado durante mucho tiempo que el Vocabulario no sería
más que una imitación Lexicon. Pero, según los especialistas de su obra, nada más lejos de la realidad. Por una
parte, basta ver el tamaño de uno y otro para darse cuenta que Nebrija no se limitó a hacer un trasvase de
manera mecánica. Por otro lado, parecen responder a objetivos distintos. El Lexicon está pensado a partir de la
lengua latina y es, ante todo, un instrumento para la traducción; por su parte, el Vocabulario parte desde la
óptica de la lengua romance y está dirigido más bien a la composición en lengua latina.

LOS DESTINATARIOS DE LA GRAMMATICA MATURINI

Anteriormente veíamos que Vetancurt, Torquemada y Sancto Antonio coincidían en afirmar que la
Grammatica Maturini fue compuesta para los alumnos del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco. Cuando
Gilberti se refiere a estos últimos lo hace de manera general; en ningún momento hace referencia a los
alumnos de qué colegio o de qué nivel. En su epístola nuncupatoria dirigida al obispo fray Pedro de Ayala,
declara que el fin buscado con su obra consiste “en abrir un camino a los estudiantes para que, sin excesiva
demora, puedan alcanzar un elevado nivel en gramática” (fol. 2r). Sin embargo no sólo los alumnos se
beneficiarán con su texto, gracias a su brevedad y concisión –dice al final del prólogo–, será una excelente
ayuda también para los maestros (fol. 3v).
Ciertamente, la obra, de acuerdo con sus contenidos –una gramática propiamente dicha, un tratado
de estilística y una exercitatio linguae latinae–, da la impresión de estar dirigida no ya a alumnos iniciados en el
manejo de la lengua latina, sino a estudiantes que tienen ya un nivel avanzado. Considero, pues, que los
cronistas están en lo cierto al decir que la compuso pensando en los alumnos del Colegio de Santa Cruz,
que había sido inaugurado en 1536. Los estudiantes eran hijos de la nobleza indígena y procedían de los
colegios franciscanos tanto de México (Texcoco o San José de los Naturales) como de otras regiones. El
proyecto que se llevó a cabo en Tlatelolco tenía como finalidad impartir a los alumnos una educación
superior en Artes y Filosofía, para, posteriormente, acceder a estudios de Teología.27 Los niños ingresaban
en el colegio en régimen interno a la edad de 8 o 10 años y completaban su educación a los 15. La mayoría
de ellos regresaban después a sus respectivas comunidades, pero algunos se quedaban en el colegio aunque
pernoctaban en sus casas. 28

27 Sobre la fundación y desarrollo del Colegio de Tlatelolco, véase Lino Gómez Canedo, La educación de los marginados durante la época colonial. Escuelas
y colegios para indios y mestizos en la Nueva España, México, Porrúa, 1982; José Kobayashi, La educación como conquista, México, Colmex, 1997.
28 Códice Franciscano, p. 20.

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Los frailes, conocedores de las reformas pedagógicas humanistas, las adaptaron a su magisterio en la
Nueva España en la medida en que sus particulares circunstancias se lo permitieron. 29 Según Ignacio Osorio,
la enseñanza de latinidad en la Nueva España abarcaba tres etapas:
Un nivel básico en el que los niños aprendían a leer, escribir y cuentas, o sea, primeras letras. Esta
etapa podía durar uno o dos años.
Después comenzaba un lapso de cinco años en que a los alumnos se les enseñaba en un primer
periodo la gramática y la lengua latina (tal vez tres años), y en una segunda etapa se les impartía el curso de
retórica y la lectura de los autores (tal vez dos años).
Concluidas ambas etapas, los hijos de los españoles y mestizos accedían a la vida religiosa, o bien
comenzaban sus estudios superiores en la Universidad. En el caso de los hijos de los nobles indígenas,
regresaban a sus casas, pero algunos de ellos permanecieron en el Colegio de Tlatelolco para ayudar a los
frailes en la docencia y como colaboradores en la redacción de vocabularios, gramáticas o sermonarios en
lenguas indígenas.30
De acuerdo con este plan de estudios, ciertamente parecería que Gilberti estaba pensando en estos
alumnos. A lo largo de la Grammatica, este autor utiliza los términos pueri, rudis y rudimentarius cuando se refiere
a los alumnos. El término pueri refiere ciertamente a “niño” o “muchacho joven”; rudis, además de su
significado figurado de “inculto, desconocedor o novato”, encontramos en el Glossarium Mediae et infimae
Latinitatis de Du Cange la acepción de “novicio”; en cuanto a la voz rudimentarius es claramente un derivado
tardío, pues no aparece ni en los diccionarios de latín clásico ni en el Du Cange. Formado a partir de
rudimentum, es claro que el significado apunta a “aprendiz, principiante”. Esta pequeña diferenciación de
matices no me llevaría más allá, si no fuera porque Gilberti utiliza indistintamente los términos pueri y rudis
sólo en las tres primeras secciones de la gramática, esto es, en las partes de la oración (declinaciones, flexión
verbal y partes invariables), las concordancias y el género. De nuevo una sola vez lo vuelve a emplear en la
parte dedicada al estudio de la sílaba. En cambio, los términos rudis y rudimentarius observamos que los sigue
usando en la parte referente al régimen, el ornato y, en la séptima, donde además del modelo de composición,
prolonga el tema de la abundancia o variedad de la lengua que ya había tratado en el ornato.
En el nivel elemental, los alumnos eran iniciados en el estudio de las partes de la oración (declinaciones,
flexión verbal y partes invariables de ésta); de las concordancias y de los accidentes gramaticales, y, finalmente,
del género. Esto se corresponde con las tres primeras partes de la Grammatica Maturini. Normalmente, el estudio
de la quinta parte de la gramática, la prosodia, se impartía en un nivel superior en el que se les enseñaba las
cantidades de la sílaba, los pies y los metros. En el caso de Gilberti, y él mismo lo dice al comienzo del estudio
del acento, sólo atiende a la cantidad de la penúltima sílaba porque le es necesaria para que los niños aprendan a
leer y, especialmente, a acentuar las palabras latinas (fol. 93v). Pero no trata la cantidad de las otras sílabas ni la
metrificatura. En este sentido, también esta parte se le impartía a los alumnos de nivel elemental. Por el
contrario, el estudio de la construcción o régimen, es decir, la sintaxis, el ornato de la lengua y el modelo de
imitación sólo se enseñaba en los cursos avanzados. Por ello pienso que si bien la Grammatica Maturini en su
conjunto está dirigida a los niveles superiores, esto no impedía que sirviera también como guía a los maestros en
la enseñanza del latín a los principiantes. Otra cosa es si los alumnos tenían en sus manos el manual.
Considero que los del nivel avanzado lo utilizaban y se servían de los diccionarios para sus ejercicios de
traducción y composición en latín. En cambio, los alumnos principiantes seguramente seguían la recomendación
que los humanistas habían implantado de tener un cuadernillo en el que hacían sus apuntes referente a los
preceptos gramaticales y las explicaciones acerca del léxico, formando así un pequeño diccionario que tenían a
mano a la hora de leer los textos latinos. Además de la utilidad del cuaderno de notas para el aprendizaje, en el
caso de la Nueva España su uso resultaba ser una solución. Ante la escasez de materiales, coincido con Osorio y
con Mathes en que debieron recurrir a la copia manuscrita de resúmenes y léxicos para enseñar. Ello no quiere
decir que en la biblioteca no dispusieran de manuales de gramática, diccionarios y textos de autores para la
enseñanza, pero su uso debía estar reservado a los maestros y los alumnos más aventajados.

29 Para el programa pedagógico propuesto por los humanistas, véase Manuel Breva-Claramonte, La didáctica de las lenguas en el Renacimiento. Juan Luis
Vives y Simón Abril, Bilbao, Universidad de Deusto, 1994, especialmente pp. 27-43.
30 Ignacio Osorio, Historia de las Bibliotecas Novohispanas, México, 1986, pp. 24-25; véase también Pilar Gonzalbo Aizpuru, Historia de la educación

colonial. El mundo indígena, México, Colmex, 2000, pp. 119-120.

45
En efecto, aunque los inventarios de la biblioteca del colegio son tardíos, de la década de los setenta y
no del periodo de auge, aparecen en ellos, de manera sistemática, las Artes de Antonio (en la magnífica edición
de 1540), el Lexicon latino-español y el Vocabulario-español-latino de Antonio de Nebrija, un Catholicon, y en cuanto
a los autores: Catón, Salustio, Oraciones de Cicerón, Quintiliano, Virgilio, por supuesto la Biblia y las
Epístolas de Pablo. Por lo que respecta a autores modernos, Mathes reporta que en un inventario de 1580
aparecen varias obras de Luis Vives, sin especificar, y las siguientes obras de Erasmo: Coloquios, el Enchiridion,
Chilliades, Adagios, Epítomes (suponemos que es el de las Elegantiae de Valla) y el De copia uerborum ac rerum.
Además, la biblioteca particular de Zumárraga contaba con la edición de Basilea (1540-1542) del Opera Omnia
de Erasmo. Si bien no es posible saber la fecha de llegada de esos textos de este último, se podría pensar que
no debió de ser más allá de la década de los años cincuenta, pues la general inclusión de toda su obra en los
índices expurgatorios, sin duda no facilitaría la circulación de este autor.
Junto con Nebrija, Erasmo resulta ser la fuente fundamental de la Grammatica Maturini, por lo cual es
posible que tanto la redacción de la parte cuarta, la sintaxis, como la séptima, fueran redactadas durante la
estancia de Gilberti en México entre 1558 y 1559, pues es evidente que tuvo delante de sus ojos el De octo
orationis partium constructione, las Colloquiorum familiarium formulae, el De conscribendis y el De copia uerborum ac rerum.
El proyecto que los franciscanos llevaron a cabo en Tlatelolco, desde sus inicios debió superar graves
dificultades. Por un lado, la oposición de ciertos sectores que no veían clara la pertinencia de dar educación
superior a los indígenas. Así, nos dice Sahagún en su Relación que

Los españoles y los otros religiosos que supieron esto [la fundación del Colegio] reíanse mucho y hacían burla,
teniendo por muy averiguado que nadie sería poderoso para enseñar gramática a gente tan inhábil; pero
trabajando con ellos dos o tres años, vinieron a entender todas las materias del arte de la gramática, a hablar en
latín, y a entenderlo y a escribir en latín, y aún a hacer versos heroicos.31

Por otro, tuvieron que enfrentarse también a los problemas que les planteaba el idioma de los nativos.
Así, Torquemada relata que

A los principios pasóse trabajo grande y hallaron no poca dificultad los religiosos que eran sus maestros, porque
puesto caso que sabían muy bien su lengua, como en ella no se habían tratado semejantes materias, no hallaban
términos con que explicarles las reglas gramaticales; y así, era muy poco lo que aprovechaban y casi desmayaban
y desconfiaban de los discípulos y aún de los maestros … y hallaron términos de nuevo compuestos por donde
con facilidad se pudieron declarar y dar a entender las reglas gramaticales; y así, en pocos años, salieron tan
buenos latinos que hacían y componían versos muy medidos y largas y congruas oraciones.32

Grandes fueron los esfuerzos que los frailes y los alumnos tuvieron que hacer, pero lograron
excelentes resultados, al menos en la primera etapa en que el Colegio cuenta con el apoyo de Zumárraga y de
Antonio de Mendoza. En sus aulas se formaron y trabajaron destacados alumnos, como fue el caso de
Antonio Valeriano, Alonso Vegerano, Martín Jacobita y Pedro de Buenaventura, expertos conocedores de la
lengua latina castellana e indígena. Del mismo modo, el autor del Códice Badiano, Martín de Santa Cruz, y su
traductor al latín Juan Badiano.
A partir de 1540, Zumárraga retira su apoyo al Colegio porque “los estudiantes indios, los mejores
gramáticos tendunt nuptias [sic] potius quem continentiam”. 33 Con el virrey Velasco tuvo un breve resurgimiento,
pero para la década de setenta había decaído hasta convertirse en una escuela de primeras letras. A pesar de su
breve vida, el esfuerzo y los logros que tanto frailes como alumnos consiguieron fueron extraordinarios. Por
lo que respecta a la Grammatica Maturini, no nos ha quedado noticia ni sobre su difusión ni si sobrevivió a la
caída del Colegio. En lo referente a la enseñanza del latín, los padres de la Compañía y la Universidad
tomaron el relevo.

31 Sahagún, Relación, pasaje citado por Lino Gómez Canedo, op. cit., p. 169.
32 Torquemada, Monarquía indiana, lib. III, cap. 25 y lib. XV, cap. 40.
33 José Kobayashi, op. cit., p. 319.

46
ALGUNOS TÓPICOS CONCERNIENTES
A LA REFUNCIONALIZACIÓN DE LENGUAS MINORITARIAS

Frida Villavicencio
CIESAS México

INTRODUCCIÓN

En el marco de estas V Jornadas Gilbertianas a las que sus organizadores han convocado, proponiendo como
tema “la función de la traducción en la creación de términos técnicos en lengua p’urhépecha” y la reflexión en
torno del “reto que implica el que esta lengua (p’urhépecha) pueda ser de uso en la docencia de todos los
niveles, en investigación y en el desempeño profesional p’urhépecha en el mundo contemporáneo”
permítanme compartir con ustedes algunas experiencias emanadas del trabajo que hemos venido
desarrollando durante los últimos años en el marco del proyecto Lengua, cultura y educación en sociedades
multilingües. Desarrollo de metodologías multimedia en procesos de revitalización y rescate de lenguas minoriarias.

EL PROYECTO

Se trata de un proyecto interinstitucional e interdisciplinario en el que participan el CIESAS, la CGEIB, el ILCE-


Red Escolar y el Sector 02 de la DEI del estado de Michoacán. A partir de reconocer las relaciones existentes
entre lengua, cultura y educación, este proyecto se centra en aprovechar las tecnologías de información y
comunicación (TIC) para apoyar procesos de revitalización y rescate de lenguas y culturas minoritarias en el
ámbito escolar.
Actualmente nos encontramos trabajando en 12 escuelas de 10 comunidades del área
p’urhépecha con niños que cursan quinto y sexto años de educación primaria en escuelas del sistema
de educación indígena.
Este proyecto tiene como finalidad contribuir a desarrollar métodos, instrumentos y materiales
pedagógicos que coadyuven a elevar el nivel educativo de la escuela mexicana, apoyen la educación
intercultural bilingüe y favorezcan el fortalecimiento, así como el desarrollo de las culturas y las lenguas
originarias de nuestro país.
Los objetivos específicos son:
• Desarrollar las habilidades lingüísticas y la reflexión metalingüística en niños bilingües hablantes de
una lengua indígena
• Contribuir a la innovación de prácticas pedagógicas en el marco de una educación intercultural
bilingüe
• Apoyar la apropiación de las TIC para usos pedagógicos en lenguas minoritarias, concibiéndolas como
una herramienta al servicio de los proyectos educativos de los usuarios.

Consideramos que el aprovechamiento de las TIC para usos educativos en lenguas minoritarias propicia
procesos de estandarización, modernizar, prestigio y refuncionalización.
El proyecto se ha desarrollado en tres fases:

47
• Primera etapa (2003-2004). Promover el trabajo con el addizionario1
• Segunda etapa (2004-2005) Diseño y trabajo con uantakua 2
• Tercera etapa (2005-2006) seguimiento y evaluación de uantakua en la zona p’urhépecha. Réplica del
programa en otra lengua indígena.

El proyecto pone al alcance de los maestros programas que se han pensado como herramientas que
apoyan, promueven y facilitan la reflexión lingüística en un ambiente lúdico que acerca al niño al uso de las
TIC. Partimos de reconocer que la lengua materna es un vehículo privilegiado de socialización y cultura;
además subrayamos la importancia que tienen tanto la lengua materna como la segunda lengua en desarrollar
el pensamiento y la capacidad de creación y de imaginar que tiene un hablante bilingüe.
El eje que guía el trabajo es la producción lingüística de los niños, especialmente la que se manifiesta
de manera escrita, a partir del uso de la computadora en el aula. La tarea central que se le pide al niño en el
nuevo desarrollo (UANTAKUA) consiste en generar textos de diverso tipo tanto en lengua materna como en la
segunda lengua. Los niños deben poder trabajar en cualquiera de las estas dos últimas que son parte de su
saber lingüístico y comunicativo.
Una de las metas, por lo tanto, es contar con UANTAKUA en versión bilingüe (p’urhépecha-español).
Esto nos ha conducido a enfrentar un arduo trabajo, más que de traducción, de adaptar el instrumento –
generado originalmente en español– al p’urhépecha. En lo que sigue destaco algunos aspectos de esta
experiencia que, considero, pueden ser pertinentes para el tema que se discute hoy en esta mesa.

LA EXPERIENCIA

Para lograr la versión bilingüe, hemos trabajado en talleres de traducción que se desarrollan cuando las
ocupaciones de los maestros que en éstos colaboran lo permiten. El trabajo de traducción o, mejor dicho, de
adaptación sigue los mismos criterios que guían el proyecto que parte de un enfoque interaccional,
constructivista y comunicativo.
En estos talleres participa un grupo de maestros, todos ellos reconocidos como buenos hablantes del
p’urhépecha procedentes de diversas regiones y pueblos. Hemos insistido en que haya lo mismo hombres que
mujeres y tanto jóvenes como adultos mayores. Los integrantes del grupo muestran habilidades distintas pero
complementarias; algunos de ellos tienen amplia experiencia en la escritura del idioma (los maestros Catarino
y Domingo Santiago, por ejemplo) en tanto que otros –los más jóvenes, generalmente– tienen un buen
manejo de la computadora, lo cual genera un constante intercambio de saberes y experiencias.
El trabajo ha dado pie a una reflexión sobre la lengua y su representación. Al inicio de la labor hubo
una larga discusión sobre la norma ortográfica que se adoptaría para la versión p’urhépecha de uantakua. Al
final los maestros acordaron ajustarse, en principio, a la norma ortográfica propuesta por la DGEI y utilizada
en los libros de texto en lengua indígena. En palabras de los propios participantes, éstos aceptaron un
“acuerdo” con el que “no estaban de acuerdo”.
Los maestros advirtieron que las desavenencias con la norma propuesta por la DGI se podrían discutir
en las reuniones que se están programando en la región y en la que participarán miembros de la Academia de
la Lengua P’urhépecha, investigadores del Colmich y de la UMSNH, así como autoridades de la DGI y de la SEP
del Estado de Michoacán y los integrantes del proyecto de la UIIM. Y vieron nuestra reunión como una
oportunidad para lograr ciertos consensos que pudieran llevarse a aquélla como una propuesta de un grupo
de docentes que realmente están trabajando en lengua p’urhépecha con los niños y se enfrentan a problemas
concretos ante los que deben ofrecer soluciones prácticas.

1 El ADDIZIONARIo es un laboratorio lingüístico desarrollado por el Instituto de Lingüística y Cómputo de Pisa, Italia que involucra a los niños
como autores en la construcción social de un diccionario. El software en cuestión consiste en un libro de actividades que permite a los niños
trabajar en equipos y escribir definiciones, proponer frases que ejemplifiquen el uso de la palabra por definir, sugerir sinónimos y hacer
narraciones cortas en torno de dicho término (Turrini 2001).
2 UANTAKUA es un programa pedagógico en soporte multimedia desarrollado por el CIESAS, la CGEIB y el ILCE Red Escolar. Sustentado en un

enfoque interaccional, constructivista y comunicativo, el software permite y promueve la escritura y la lectura tanto en lengua indígena como en
español; la tarea central que se propone al niño es generar textos de diverso tipo a partir de la observación, la investigación y la reflexión sobre la
cultura propia y de otros grupos.

48
El sentir general es que si la escritura se ajusta demasiado a la propuesta de los especialistas
(lingüistas), se vuelve realmente poco accesible para los niños y deja de ser práctica para los hablantes y
no ayuda en la escuela. Concordaron en que “nadie puede leer el p’urhépecha como lo escriben los
lingüistas”. Aunque también están conscientes de que muchos de estos problemas se tienen porque la
alfabetización de los niños se ha realizado comúnmente hasta ahora en español. Cabe advertir que el
trabajo mismo los ha llevado a reconsiderar la ortografía acordada al inicio; ahora están proponiendo
que se incluya la vocal alta central /ï/, así como la n velar /ŋ/, la cual se representa como nh siguiendo
una tradición ya establecida.
No obstante los continuos –y aún no resueltos del todo– problemas de estandarización, considero que
uno de los principales desafíos que hemos enfrentado para desarrollar la versión p’urhépecha de UANTAKUA
ha estado relacionada con los requerimientos de modernización que implica la versión p’urhépecha.
Hemos podido constatar que los maestros participantes hacen uso, sin ninguna dificultad, de todos los
recursos de creación de nuevas palabras con los que cuenta la lengua (las construcciones de modificación, la
sufijación, la extensión del significado, el calco), así como la incorporación de nuevas palabras; hecho que
habla de una relativa vitalidad de la lengua, al menos entre el grupo de hablantes que colaboran en la
traducción de UANTAKUA.

ÁMBITOS DE USO

La situación social institucionalizada que constituye el ámbito escolar exige un fuerte trabajo de
modernización, si queremos realmente poner en práctica una educación bilingüe. Esta labor comienza con el
simple hecho de nombrar los diversos objetos que encontramos en un salón de clases, como los ejemplos que
aparecen en (1) y (2):

(1) Sacapuntas kararakua uarhamutarakua


Colores atantskuaecha
Clip sïranta jupikatarakua
Gis únharhitarakua
(2) Banca uaxatskua
Mesa parhastakua / pits’ïtakua
Escritorio parhatsitakua karakueri

Este último ejemplo nos muestra las variaciones que se presentan entre los participantes, los vocablos
en (3) constituyen otro caso de esta variación.
Sin embargo, las propuestas que han realizado los maestros muestran variaciones como las que se
observan en (3):

(3) Goma xerenharhitarantskua


ch’amanharhitarakua
Borrador ch’amanharhitarakua

Aunque la raíz utilizada sea la misma, el proceso derivativo propuesto por distintos hablantes puede
diferir, según se muestra en (4) y (5):

(4) Lápiz kararatarakua


kararakua
(5) Cuaderno karanharhikukua
karanharhikuta
karanharikutarakua
karanharhitarakua

49
Como pudimos apreciar en (3) algunas veces se proponen las mismas palabras para diferentes objetos;
en (6) vemos otro ejemplo de este caso.

(6) Cuaderno karanharhikukua


karanharhikuta
karanharikutarakua
karanharhitarakua
Pizarrón karanharhitarakua

Tópicos

Pero, habilitar el p’urhépecha como lengua de instrucción implica algo más que nombrar ciertas cosas. En
este punto es conveniente ejemplificar el tipo de textos que aparecen en uantakua; los fragmentos que se
muestran en (7) y (8) ilustran este punto.

(7) En todas las épocas, los hombres han dado nombre a los lugares que conforman su entorno. El nombrar
una montaña, un río, un pueblo o la ciudad que nos ha visto nacer nos lleva a preguntarnos quién le puso ese
nombre y por qué se llama así.
Ménku ísi k’uiripu jatsikuasti jakankurhikua iápurhu imáni uanontani, juáteri jakankurhikua, ma iurhekuani, ma iretani,
o ma k’éri iretani énka jucha antap’inuka pásintits’ini eratsintani antisi ísi jakankurhinak’i ka ne ísi arhiraski.

(8) Así contamos medimos y pesamos


Ísi miiunhasinti ampe, ka isï ts´éritanhani ka isi k’uetsaperanhani

Para poder contar bien es necesario establecer un orden en las cosas que se van a contar y así estar seguros de
que no se cuenta algo dos veces o que no existe algo que se deja de contar.
K’uanisinti sési péntani ampemankaksi uékaaka miiuni, ka ísiksi sési miiuni ka no jamáni tsimani xanhari miiuni ampe ma,
o ma ampe támu jurakuni jámani ka no miiuni.

Usando monedas de 5 y 10 centavos ¿de cuántas maneras distintas puedes formar 20 centavos?
Iúmu centavu jukanharicha ka témpini centavu jukanharicha jinkoni ¿nanina ka nanina jásiri ua kuntantani ka ma ekuatsi
centavu antankutani?
Naturalmente que también nos enfrentamos a la necesidad de contar con terminología especializada
propia de cada campo de estudio. Así para tratar un tema de geografía debemos tener palabras para identificar
y diferenciar: “montañas”, “sierras” y “volcanes”. Para trabajar un asunto de ciencias sociales necesitamos
hablar del “país”, las “ciudades”, los “pueblos”, las “capitales”, los “municipios” y los “estados”. Cuando
trabajamos con el addizionario hablamos de “definición”, “sinónimo”, “orden alfabético”, “antónimo”, etc.
Como pueden imaginarse, para cada uno de estos términos hemos tenido que discutir, proponer y condensar.

EL CAMPO DE LAS TIC

Otro problema que enfrentamos es la traducción del programa mismo. No cabe duda que las tecnologías de
información y comunicación han creado su propio lenguaje, uno que debemos aprender para hacer uso de
ellas: “navegamos” en internet, no debemos olvidar “salvar” nuestro trabajo y requerimos escoger lo que
necesitamos del “menú” que aparece en cada “ventana de diálogo”.
Las herramientas de trabajo en el ámbito de las TIC son ya un tema para el español; términos como
“computadora” (que en España llaman “ordenador”), “ratón” o “mouse”, “pantalla”, “impresora”, “disco
duro”, “bocinas”, “escaner”, “pantalla”, “tablero”.

50
Los programas mismos nos marcan una serie de actividades y referencias con las que debemos
familiarizarnos: “abrir”, “guardar”, “imprimir”, “insertar”, “formato”, “editar”, “seleccionar”, “fuente”,
“viñetas”, “tabulación” o “macros” son algunas de las palabrejas sin las que hoy estaríamos perdidos. En
uantakua encontramos términos como “correo”, “cuenta”, “clave”, “comentario”, “actividad”,
“modificación”, “registro”, y “equipo”, entre otros.

CONCLUSIONES

Según he intentado mostrar, la refuncionalización de una lengua indígena como el p’urhépecha implica un
trabajo complejo, una profunda reflexión sobre la lengua misma, así como una serie de acciones que rebasan
con mucho la buena voluntad de individuos aislados por muy capaces que éstos sean, o por más
comprometidos que ellos estén con su lengua.
Para poder usar esta última como medio de instrucción hay que avanzar en los procesos de
estandarización y modernización del idioma. En el caso del p’urhépecha podemos aprovechar la relativa
vitalidad lingüística que aún muestra la lengua, así como el hecho de que la variación existente en los
diferentes pueblos no representa un obstáculo para los hablantes, quienes siempre han manifestado una
actitud abierta y conciliadora respecto a la diversidad.
Ante un mundo globalizado como el que nos ha tocado vivir, aprovechar las tecnologías de
información y comunicación en la labor educativa es impostergable. Debemos aprender a sacar provecho de
sus potencialidades; usar la computadora en la escuela permite trabajar con lengua oral y escrita, emplear la
escritura como actividad recurrente en la comunicación a distancia puede propiciar y acelerar la
estandarización de la escritura. El uso de las TIC propicia también la modernización de la lengua en uno de los
ámbitos cada día más generalizado en el mundo moderno. El p’urhépecha enfrenta aquí los mismos
problemas que lenguas como el español o el chino, ante la pauta que marca el inglés en este ámbito.
UANTAKUA constituye sólo una propuesta, como muchas otras; es producto de un esfuerzo colectivo,
que atiende el nivel primario de educación. Si tenemos en cuenta que la adquisición de la lengua materna se
extiende más allá de los primeros 10 años de vida, podemos percatarnos de la importancia que tiene propiciar
su uso, desarrollo y cultivo en la escuela primaria.
En los procesos de cambio lingüístico son tan importantes los innovadores como los difusores. Si bien
instituciones como la Universidad Intercultural Indígena de Michocán y el Instituto Nacional de las Lenguas
Indígenas tienen una labor rectora en la preservación, desarrollo y modernización de lenguas que, como el
p’urhépecha, aún pueden revertir el cada día más acelerado proceso de pérdida a la cual están sujetas, no
deben olvidar que buena parte de su trabajo es escuchar la voz de los depositarios de la lengua; la comunidad
de habla es a fin de cuentas la que sancionará (al aceptar o dejar pasar) sus propuestas.

51
TÉRMINOS GRAMATICALES; UNA PROPUESTA
DIPLOMADO SOBRE GRAMÁTICA P’URHÉPECHA Y PROBLEMAS
DE LA ETNOLINGÜÍSTICA P’URHÉPECHA

Cristina Monzón y Jaime Alejo Campos,


Rosa Guillermina Asencio Mateo, Rosalía Cayetano,
Teresa Chávez, Adelayda Melchor Govea,
Adelina Pascual Márquez, Francisca Prado Elias,
Beatriz Reyes Pascual, Pablo Sebastián Vargas,
Jaime Victoriano Mateo
El Colegio de Michoacán

Queremos agradecer al Dr. Agustín Jacinto la invitación que hizo al Diplomado de gramática p’urhépecha
para participar en estas jornadas Gilbertianas. Su sugerencia fue la de buscar neologismos que diesen cuenta
de conceptos gramaticales. Como responsable de la enseñanza de la gramática p’urhépecha, mi reacción
inicial fue alejarme de tal empresa. Las aportaciones que se pudieran hacer sin duda serían muy limitadas para
el campo de la lingüística en general, de ahí mi reticencia a participar; sin embargo los estudiantes del
diplomado recibieron con entusiasmo la propuesta y expresaron su interés en buscar vocablos que permitan
el análisis gramatical enfocado a la lengua p’urhépecha.
Los términos gramaticales que se traducen al p’urhépecha se circunscriben a aquellas palabras usadas
para clasificar el vocabulario que aparece en un diccionario y el que se utiliza en la conjugación verbal. Aún
cuando en las discusiones en clase tratamos de abarcar todos los elementos de estas dos áreas, teníamos el
límite impuesto por el conocimiento gramatical adquirido por los estudiantes en el Diplomado, puesto que los
vocablos debían haber sido manejados en clase y formar parte del conocimiento gramatical obtenido y la
práctica de análisis llevada a cabo.
El procedimiento que utilizamos para crear las nuevos términos equivalentes fue llevar a las
comunidades las varias opciones propuestas en aula para, tras consulta con hablantes monolingües de
preferencia y en algunos casos con hablantes oriundos de otras comunidades distintas a las de los
alumnos, 1 asegurarse de que el concepto comunicado en p’urhépecha podía utilizarse como término
gramatical correspondiente a la palabra que se buscaba traducir. Así fueron y vinieron las nuevas palabras
acuñadas hasta lograr un consenso. En este sentido queremos agradecer a todos aquellos que directa o
indirectamente participaron en esta labor y esperamos que los presentes se aúnen a este esfuerzo que con
entusiasmo hemos emprendido.
Antes de iniciar con la presentación de los términos que propondremos, nos ocuparemos de la palabra
raíz, sufijo y clítico debido a que son esenciales para el análisis de la palabra p’urhépecha, puesto que todo
término empieza con una raíz a la cual se le añaden morfemas para comunicar un concepto. Podemos
ejemplificar esto con vocablos cuyo tamaño depende de cuántos morfemas pongamos:

1. wantsïta “Da la vuelta” (wantsï-ta)


wantsï-wantsïkuarhipunwastiksï “Ellos de regreso están girando”
(wantsï-wantsï-kuarhi-punwa-s-ti=ksï)

1 La Pacanda, La Cantera, Tarecuato, Tanaco, Tanaquillo, Acachuen, Comachuen.

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Sin duda “raíz” es el término gramatical que, nos dice en su diccionario fray Juan Baptista de Lagunas,
es “como rayzes aptas a produzir ... sobre quien [se] producen ... ramas productiuas de la composicion en los
verbos y nombres verbales y aduerbios”. 2 Nos limitaremos, por lo tanto, a utilizar la palabra ya existente
sïrankua “raíz”.
Al sufijo lo hemos bautizado kutukukua, pues hace referencia a los fragmentos de palabra que se
suceden y permiten que el tamaño se vaya incrementando y los significados cambiando. El término kutukukua
está conformado por la raíz kutu que según el DG de finales del siglo XVI “significa ser la cosa de coyonturas,
de pieças y añediduras, y hazer la cosa de pieças y añediduras, etc”; el sufijo que le sigue, -ku, le da la
posibilidad a la raíz ya sea de conjugarse como en:

2. Rosa arhokusïnti purhuni “Rosa divide la calabaza”


Rosa dividir a.calabaza

O de convertirse en sustantivo; para ello hay que añadir el morfema -kua, el cual señala que el
sustantivo refiere a aquello que ha sido dividido.
El clítico por su parte es un morfema que se adjunta al final de cualquier palabra para dar un matiz
de significado, como sería añadirle al negativo no el clítico =chka, obteniéndose así nóchka “ciertamente no”;
lo mismo podríamos hacer con el afirmativo jo, jóchka “seguro que si”. La presencia del clítico nos permite
entender que la negación y la afirmación son más intensas. Éste en el discurso generalmente se adjunta a la
primera o segunda palabra de la oración. Así el clítico =rini que significa “él a mí” podría ubicarse en
palabras distintas:

4. Juanu íntspikuarhsïnti=rini tsïtsïki “Juan me vende una flor”


Juan él.vende =él.a.mí flor
Juanu=rini íntspikuarhisïnti tsïtsïki
Juan =él.a.mí él.vende flor

Esta característica del clítico nos ha llevado a llamarlo jupikuarhinskua o sea “lo que se agarra de algo”,
puesto que la raíz jupi significa “agarrar” como en:

5. Jupika inte misitu “Agarré ese gato”


yo.agarré ese gato

Si se le agrega el morfema -kuarhi, jupikuarhini se entenderá como “agarrarse”:

6. Pedro jupikuarhisïnti urhikuarhu “Pedro se agarra de un encino”


Pedro él.se.agarra en.encino

Si añadimos otro morfema más -nta o -ntsa, dependiendo de la variante que se hable, no hay
diferencia de significado:

7. Wátsï jupikuarhintasti anhatapu “La muchacha se agarró del árbol”


muchacha él.se.agarró árbol

Lo que el morfema -nta o -ntsa introduce es la implicación de que existió una actividad que crea las
condiciones necesarias para que el enunciado (7) se lleve a cabo. En nuestro ejemplo esto podría ser que la
muchacha se estaba cayendo o que se había soltado previamente.

2 Juan Baptista de Lagunas, Arte y Dictionario: con otras obras, en lengua Michuacana [1574]. Introducciçon histçorica por J. Benedict Warren, Morelia,
Fimax Publicistas Editores, 1983, p. 241.

53
Si recapitulamos, toda palabra o wantakua en la lengua p’urhépecha presenta al principio una raíz o
sïrankua. Raíz que en su caso puede reduplicarse como se aprecia en el ejemplo (1). A ésta le pueden seguir
alrededor de 10 sufijos o kutukukuecha, los cuales tienen un orden determinado y permiten formar nuevos
significados. La palabra así establecida puede además recibir uno o varios clíticos o jupikuarhinskuecha, siempre
y cuando se enuncie entre las primeras palabras de la oración.

CATEGORÍA GRAMATICAL

Plural

Hemos traducido la palabra plural como wánikua (uanikua),3 término que se usa para decir por ejemplo:

8. wánikua achaticha “muchos señores”


muchos señores

Singular

Sugerimos mák’u (májku) debido a que significa “una sola cosa” como en:

9. jík’u k’amachaska kamata “yo solo me terminé el atole”


yo.solo yo.terminé atole

Este neologismo está formado por el número uno, ma, y el clítico =k’u “solo”

Sustantivo

El sustantivo, término que utilizamos para referirnos tanto a los nombres propios como al común, se
nombrará en p’urhépecha arhikuarhikua. La raíz significa “decir”:

10. Juana arhisti pirekua ma “Juana dijo (la letra de) una canción”
Juana ella.dijo canción una

El sufijo -kuarhi señala reflexividad, acción individual o voz media. Su presencia en la palabra verbal se
traduce como llamarse:

11. Ima iréta arhikuarhisïnti T’arhekuato “Ese pueblo se llama Tarecuato”


ese pueblo él.se.llama Tarecuato

El neologismo que proponemos se comprende entonces como “aquello que es nombrado”.


Hemos descartado los neologismos que encontramos en la “Guía práctica para la enseñanza de la
lengua purepecha; aspectos gramaticales”4 por parecernos que limitan el concepto. En la Guía práctica el
sustantivo tiene dos términos, exekua y p’arhikua. El primero podría traducirse como “lo que se ve” y el
segundo “lo que se toca”. El uso de estas dos palabras para referirse a los sustantivos deja de lado aquellos
términos que se utilizan por ejemplo para “olor”, “sabroso”, así como para abstractos “idea”, “pesadilla”,
pues no podrían abarcarlos.

3 Anotaremos entre paréntesis la palabra utilizando una de las ortografías alternas que actualmente se encuentran en uso.
4 Documento de trabajo de clase sin nombre de autor, no publicado que circula entre maestros.

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Verbo

Para este término gramatical se acostumbra usar úkua, niátakua o niátarakua. Los tres son problemáticos,
debido a que consideran sólo el hecho de que un verbo puede referir a una acción, puesto que el primero se
deriva de la raíz del verbo úni “hacer” como en:

12. Tata Jaime ústi porhechi k’éri ma “Don Jaime hizo una olla grande”
Sr. Jaime hizo olla grande una

Por lo que úkua tiene el significado de “aquello que se hace” o sea “la acción”. Pablo Velásquez en su
diccionario nos dice que significa “obligación, ponzoña, quehacer”.
Lo mismo podemos decir de niátakua o niátarakua. El primero se traduce como “lo que se hace”
pues niátani significa “hacer”; el segundo, como “instrumento con el que se hace”, si interpretamos -tara
como el morfema que introduce la idea de un instrumento según lo vemos usado en el contraste entre las
siguientes palabras:

13. Ap’etani “atrapar un animal”


Ap’etatarakua “Trampa”

El concebir el concepto gramatical “verbo” como siempre referente a una acción crea una
contradicción cuando queramos referirnos a un verbo de estado como el siguiente:

14. Sapi yót’arhat’i “el niño está alto”


niño él.es.alto

Dado que “verbo” agrupa palabras que refieren a acción y a estado entre otras, queremos proponer un
neologismo alterno a los ahora en uso. Este es arhip’erakua. En esta palabra el sufijo -p’era introduce la idea de
reciprocidad. En combinación con la raíz arhi significa que fulano le dice algo a sutano y éste le dice algo a
aquél, así como en:

15. Francisca arhip’eraxati Adelaydani jinkoni


Francisca entre.ellos.están.hablando a.Adelaida con
“Francisca y Adelaida se están diciendo (de cosas)”

Por lo tanto el neologismo que proponemos se entiende como “lo que unos a otros se dicen”,
expresión más amplia que nuestro concepto de “verbo” desde el punto de vista gramatical, pero la cual por lo
menos permite englobar tanto acción como estado u otras clasificaciones que se pueden hacer del verbo.

Posposición

Para posposición hemos seleccionado juramutarakua. La raíz jura acompañada siempre del morfema espacial -
mu “boca” significa ordenar como en:

16. Juanu juramuxati éska yámintucha ánchikuarhiaka


Juan él.está.ordenando que todos trabajen
“Juan está ordenando que todos trabajen”

El sufijo -tara, hemos visto que refiere a un instrumento, por lo tanto nuestro neologismo se entiende
como “el instrumento que manda”. Con este término, a diferencia del español que hace referencia a la
posición dentro de la frase, en p’urhépecha se hace hincapié en la función que tienen las posposiciones de
controlar los elementos de la frase que rige: les asigna el caso acusativo cuando se trata de racionales, como en
la oración (15), en la cual se puede observar que el nombre propio Adelaida va acompañado del caso
acusativo -ni debido a la posposición jinkoni.

55
15. Francisca arhip’eraxati Adelaidani jinkoni
Francisca entre.ellos.están.hablando a.Adelaida con
“Francisca y Adelaida se están diciendo (de cosas)”

Conjunción

Para este término proponemos kúntanstarakua. Con ello resaltamos la función que tiene de unir ya sea dos
palabras, dos frases o dos oraciones. La raíz kú significa “juntar” como en

17. Adelina kúxati amampani “Adelina encontró a su mamá”


Adelina está.juntándose a.su.mamá

El morfema que le sigue es uno espacial que señala la forma cilíndrica del maíz, por lo cual en la
oración 18 el hablante sabe que aquél se encuentra en ollas o costales:

18. Sapí kúntasti tsíri


niño él.juntó maíz
“El niño juntó el maíz (éste se encontraba en dos ollas o en dos costales)”

El sufijo -nta o -ntsa que hemos visto en la discusión del ejemplo (7), se encuentra en el
neologismo kúntanstarakua; refiere a la implicación de condiciones anteriores que posibilitan la acción
expresada por el verbo, el cual contiene dicho morfema o sea el hecho de que el maíz se encontraba en
dos ollas o en dos costales. Se presupone entonces que con anterioridad éste fue depositado dentro de
recipientes. Hemos visto igualmente que el sufijo -tara refiere a un instrumento. Toda esta cadena de
sufijos nos permite comprender a kúntanstarakua como “aquel instrumento que junta” y queda la
implicación de la existencia de las condiciones que permitirán que el instrumento junte, en este caso la
existencia de palabras, frases u oraciones.

Adjetivo o adverbio

Ambos términos, adjetivo y adverbio, se utilizan para referir a la palabra que modifica en el primer caso un
sustantivo, en el segundo un verbo. Para el p’urhépecha los hemos agrupado bajo el neologismo
erarhikuarhikua. La raíz significa “ver” como en:

19. Ji eraskakini “yo te vi (a lo lejos)”


yo yo.vi.yo.a.ti

El morfema espacial -rhi refiere a toda la superficie de un cuerpo. En combinación con este morfema
la traducción ofrece varios matices de significado:

20a. Erarhisti xukuparakua jimpani “él le vio una ropa nueva”


él.vio.la.superficie.de ropa nueva
20b. Ji tatsïni erarhiskia “Yo escogí los frijoles”
yo frijoles yo.ya.vi.la.superficie.de
20c. Ji anhatapu erarhiska “Yo revisé el árbol”
yo árbol yo.vi.la.superficie.de

Con base en los ejemplos (20) podemos inferir que el verbo erarhi comunica el ver con cuidado o
detalle, observar sería quizá lo más cercano.
El sufijo -kuarhi, como ya se mencionó arriba, señala entre otras cosas la reflexividad, como en:

21a. Guillermina tsurumu erarhikuarhisïnti


Guillermina espina ella.se.ve.la.superficie
“Guillermina se observa que tiene muchas espinas en la ropa”

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21b. Warhiticha erarhikuarhisïnti ka tátsikua no wantatspirini
señora ellas.se.ven.la.superficie y después no hablar.de.otros.
“Las señoras se miran, se observan para posteriormente no criticar”

El neologismo propuesto podría traducirse entonces como “lo que se observa” con el sentido de “la
forma en que se ve”.
La propuesta de la Guía práctica para los adjetivos es t’antsïrhitakua cuyo significado es “lo que apunta
hacia algo o señala algo”. Con este referente no queda claro qué aspecto del adjetivo quisieron resaltar los
autores, por lo cual lo descartamos.

Pronombre

Para hablar de los pronombres personales nos hemos visto obligados a establecer dos neologismos, uno,
wantapariri (uandapariri), para el pronombre nominativo o sea para ji, t’u, ima, etc. y otro, wantapakata
(uandapakata), para el pronombre acusativo o sea para jinteni, t’únkini, inteni, etcétera.
Ambas nomenclaturas contienen la raíz wanta “hablar” como en:

22. Elvia wantasïnti purhe jimpo “Elvia habla p’urhépecha”


Elvia ella.habla purhé con

Al añadirle a esta raíz el sufijo de trayectoria -pa comunicamos que el hablar se prolonga durante un
tiempo, así:

23. Adelina wantapasïnti xanharapani


Adelina ella.habla.prolongadamente caminar
“Adelina va hablando al caminar”

Para crear el término p’urhépecha que hace referencia al pronombre acusativo hemos añadido el
morfema -kata, el cual permite formar sustantivos que aluden al paciente, en otras palabras a aquel o aquello
que recibe la acción. Por lo tanto wantapakata se puede traducir como “al que se le habló”. Mientras que el
neologismo para el pronombre nominativo, wantapariri, requiere dos sufijos distintos. El primer -ri da a
entender que una acción se lleva a cabo simultáneamente a otra como en:

24. Rosa xanharhani wantaparisïnti “Rosa mientras camina está hablando”


Rosa caminar habla.prolongadamente.simultáneamente

El último sufijo -ri, homófono del anterior, permite formar sustantivos que refieren a seres
racionales como

25. Pireri “Cantante”

Podríamos entonces traducir wantapariri como “el que habla”

CONJUGACIÓN

En el diplomado de gramática p’urhépecha se toma el estudio sobre la inflección del verbo p’urhépecha de
Alan C. Wares para la conjugación verbal. De ahí que la nomenclatura que presentaremos tratará de dar
cuenta del tiempo presente, futuro y pasado, y del aspecto, o sea la forma en que se desarrolla una acción
verbal en los tiempos presente y pretérito. Pero antes de entrar en la propuesta para estos términos hemos de
presentar el neologismo para la palabra conjugar. Mórhukuni cuya raíz significa “cambiar” o como bien lo dice
el Diccionario grande de la lengua tarasca “significa trocar, conmutar y cambiar algo”, hace hincapié en la
sustitución que se tiene al final de palabra cuando se conjuga un verbo, como en:

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26. Ji jorhentaska “yo le enseñé” Jorhentaxaka “yo estoy enseñando”
T’úri jorhentaska “tú le enseñaste” Jorhentaxakari “tú estás enseñando”
Ima jorhentasti “él le enseñó” Jorhentaxati “él está enseñando”

El neologismo propuesto está formado de la raíz dependiente mó. Para conjugarse requiere de la
presencia de por ejemplo un morfema espacial como en la siguiente oración donde el morfema espacial -ts’ï
refiere a la cabeza:

27. Ji móts’ïska káts’ïkua “Yo me cambié de sombrero”


yo yo.cambié.en.cabeza sombrero

El neologismo para conjugar lleva el morfema espacial -rhu que refiere a una protuberancia, la parte
final sobresaliente de un cuerpo como en:

28. Ji mórhuska úrhini “Yo me cambié la nariz”


yo yo.cambié.protuberancia.en.cara a.nariz

Finalmente el morfema -ku permite que el espacio señalado por el morfema espacial se ubique, no en
la entidad enunciada en la frase nominativa, sino en la frase acusativa como en:

29. Tsinapiri mórhukusti Pábloni úrhini


doctor él.le.cambió.protuberancia.en.cara a.Pablo a.nariz
“El doctor le cambió la nariz a Juan”

Los ejemplos anteriores nos permiten interpretar el verbo mórhukuni como “cambiar la punta de algo”,
este algo en este caso es un verbo. Podríamos así decir en clase a un niño: mórhuku arhip’erakua ‘pireni’
“Conjuga el verbo ‘cantar”’.
Para referirse a la conjugación bastará con sustantivar el verbo: mórhukukua.

Presente

Hemos simplemente tomado la expresión yásï anapu que se puede traducir como “ahora”, “en este
momento”, según se puede apreciar en la siguiente oración:

30. Yásï anapu k’uiripu nótero wantasïnti p’urhe jimpo


ahora gente ya.no ella.habla p’urhé con
“La gente de hoy ya no habla p’urhépecha”

Pasado

De manera parecida a la anterior nos referiremos al pasado como yóni anapu, pues con ello comunicamos
“antes”, “tiempo antiguo”, conforme se ve en su uso:

31. Yóni anapu tuminu wáni ukaparasti “El dinero de antes tiene mucho valor”
antes dinero mucho tener.valor

Futuro

Establecimos la nomenclatura janonkukua que significa “lo que viene”, pues está compuesta de la raíz jano:
como en:

32. Chúri janosti wíchu “El perro llegó anoche”


noche él.llegó perro

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El morfema adjunto a la raíz, -nku, incrementa la intensidad de la acción al enfocar al paciente
indicado por el morfema, así como en:

33. Ji karichichani erankuaska “Yo pastoreé los borregos”


Yo a.borregos yo.los.vi.con.cuidado

ASPECTO

Para hablar del aspecto en la conjugación verbal proponemos jáxikua “la apariencia, la forma en que se es”
como en:

34a. Maria sési jáxisti “María es bonita”


34b. Maria atsïmu jáxisti “María se enlodó”

Con esta palabra queremos hacer resaltar que el aspecto señala la manera en que se percibe el devenir
del tiempo.

Durativo

El tiempo presente o pasado puede percibirse con duración, así por ejemplo:

35. Maria pirexati “María está cantando”


Maria pirexapti “María estaba cantando”

La acción de cantar se prolonga en presente o en pasado. A este aspecto lo hemos bautizado como
yóneti, palabra adjetiva cuya raíz comunica que algo es largo, duradero como en:

14. Sapi yót’arhat’i “El niño está alto”


niño él.es.largo

Se entiende como duración en tiempo:

36. Janikua yóneti “La lluvia duró mucho tiempo”


lluvia él.es.largo

Habitual

Pero si se quiere comunicar que la acción realizada en el presente o pasado es habitual se utilizará una
conjugación distinta, por ejemplo en presente:

37. Maria piresïnti “María canta”

Para este aspecto hemos tomado la palabra p’intekua, que significa “costumbre”.

Incoactivo

En p’urhépecha se utiliza otra conjugación cuando se quiere expresar que la acción en presente o pasado está
por iniciarse, como en la siguiente oración en tiempo presente:

38. T’irhintsïxamka “Me voy a columpiar”


yo.cuelgo.de.arriba

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Se utiliza aquí el aspecto incoativo al cual le hemos asignado el neologismo wéenati que da a entender
que la acción expresada por el verbo “está empezando”. La palabra contiene la raíz wé “ir” como en:

39. Yurhiri wéts’ïxaka “Me está saliendo sangre de la cabeza”


sangre sale.en.mi.cabeza

Le sigue el sufijo de trayectoria -ena que señala la existencia de un punto de partida o de origen.

40. Pawani wéenaati k’uinchikua “Mañana empieza la fiesta”


mañana empezará fiesta

La palabra termina con -ti para formar un adjetivo.

Perfectivo

Finalmente cuando en presente o pasado queremos comunicar que la acción del verbo se ha terminado o si se
trata de verbos de estado en los cuales éste existe, se utiliza la conjugación en aspecto perfectivo, como en:

41. activo estado


Maria sési piresti “María cantó bien” Maria sési jáxisti “María es bonita”
Maria sési pirespti “María cantó bien” Maria sési jáxispti “María fue bonita”

Este aspecto lo hemos denominado k’amakuti “concluido, acabado” pues la raíz significa “terminar”
como en:

9. jík’u k’amachaska kamata “yo sola me terminé el atole”


yo.sola yo.terminé.en.garganta atole

El sufijo -ku que sigue a la raíz en el neologismo tiene la función de permitir la formación de un tema
que se puede conjugar o convertirse en adjetivo o sustantivo. En tanto que verbo el tema se puede ilustrar en
la siguiente oración:

42. Rosa k’amakusti kurinta úni “Rosa terminó de hacer tortillas”


Rosa ella.terminó tortilla hacer

PALABRAS FINALES

Al elaborar estos neologismos para su uso en el análisis gramatical del p’urhépecha no perdimos de vista los
cambios de significado que en muchas ocasiones ocurren al interpretar una palabra en distintas comunidades.
En la medida en que teníamos conocimiento de éstos tratamos de seleccionar formas que podrían
comprenderse en cualquier variante. No nos queda más que invitar a todos los presentes a comentar nuestra
propuesta. Las sugerencias que se nos hagan serán bienvenidas.

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BIBLIOGRAFÍA

Anónimo (1991), Diccionario Grande de la lengua de Michuacán, introducción, paleografía y notas de J. Benedict
Warren, t. I español-tarasco, t. II tarasco-español, Morelia, Fimax Publicistas Editores.
LAGUNAS, Juan Baptista de, 1983[1574] Arte y Dictionario: con otras obras, en lengua Michuacana. Co[m]puesto por el
muy. R.P Fray Iuan Baptista de Lagunas, Praedicador, Guardian de Sanct Francisco, de la ciudad de Guayangareo, y
Diffinidor de la prouincia de Mechuacan, y de Xalisco. Introducción histórica con apéndice documental y preparación
fotográfica del texto por, J. Benedict Warren, Morelia, Fimax Publicistas Editores.
MONZÓN, Cristina, 2004, Los morfemas espaciales del p’urhépecha; significado y morfosintaxis, Zamora, El Colegio de
Michoacán.
________ 2005, “Los morfemas p’urhépechas de trayectoria: espacio, tiempo y metáfora”, UniverSOS. Revista
de Lenguas Indígenas y Universos Culturales, núm 2, año 2005, pp. 147-167.
WARES, Alan C., 1974, “Tarascan Verb Inflection”, Workpaper, núm. 1, México, SIL., pp. 93-100.

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HACIA UN VOCABULARIO DE CONCEPTOS JURÍDICOS
EN LENGUA P’URHÉPECHA

Moisés Franco Mendoza


El Colegio de Michoacán

La elaboración de un vocabulario técnico en el campo del derecho indígena, en lengua p’urhépecha (tarasca
o lengua de Michoacán como también se le ha denominado) mediante un acopio de voces ya existentes y si
fuere necesario con la incorporación de nuevos conceptos por medio de neologismos, requiere reflexión
para analizar las palabras y los conceptos. Existe la necesidad de aplicar el derecho indígena como parte de
la identidad de las comunidades, pues en las transacciones entre particulares y en sus gestiones realizadas
ante las autoridades estatales que ejercen la función pública, se han aplicado principios sustentados en la
tradición mediante un procedimiento que resulta más ágil y equitativo que el estatal. En la actualidad se
mantiene un vocabulario apropiado para los actos jurídicos, pero hace falta ampliarlo, ya que las relaciones
van más allá de los límites geográficos de las comunidades cuando se enfrentan a la autoridad federal,
estatal y municipal.
En la formación de este corpus de voces jurídicas he encontrado tres problemas de entrada. El
primero se refiere al modelo por seguir para expresar los conceptos jurídicos en la lengua nativa. El segundo,
hallar el método adecuado para recopilar los términos que conformen el cuerpo del vocabulario jurídico.
Existe la opción de trasladar de otros modelos como de las lenguas: española, latina u otras, la terminología ya
acuñada, que parece lo recomendable; pero no es tan simple, porque en caso de aceptarse esa decisión nos
enfrenta con el tercer problema, que es el de su traducción. En el supuesto de aceptar aquélla de vocablos
tomados de otras lenguas, hay que resolver previamente más cuestiones también, tales como:
Si se hace la traducción literal de un vocablo que pertenece a la lengua que se toma como de origen, en
este caso sería la española, para verterla a la receptora que es la p’urhépecha, ¿sería suficiente este
procedimiento para sostener que se tiene un vocabulario jurídico en esta última lengua?
La experiencia demuestra que no es satisfactoria esta manera de traducir en todos los casos, pongamos
por ejemplo el concepto “derecho”, que algunos colegas hacen equivaler al vocablo jurhímbekua. Ciertamente
el significado puede ser: derecho, como rectitud, pero induce a entender una conducta moralmente recta o
derecha, es decir, que se trata de un comportamiento no torcido. En mi opinión el significado está muy lejos
de sugerir un conjunto de facultades y deberes; en consecuencia, habrá que buscar otro término
correspondiente a lo que entienden por el conjunto de éstos y facultades de quienes pertenecen a la cultura
p’urhépecha. En cuanto a su aplicación, el concepto jurhímbekua trasladado al contexto de la terminología
jurídica que el Estado reconoce como “derecho subjetivo”, resulta difícil de adecuar, porque en p’urhépecha
la expresión equivalente para ese concepto utilizado por la gente, hasta la actualidad en los reclamos, es ésta:
wandakua atzikua, es decir, tener la facultad de usar la palabra, simplemente.

¿SE REQUIERE ENCONTRAR UN VOCABLO EQUIVALENTE?

Pareciera lo apropiado porque sí se puede seguir esta vía, pero con las debidas reservas. Pongamos por caso el
concepto de ofensa o delito que sí encuentra su equivalente en el concepto k’amaŋarhitsïkua, o también en el de
útsïpekua; pero aun en este ejemplo, el primer vocablo puede tener dos sentidos: ofensa en términos generales,
o bien, al ser supremo o falta a un ascendiente: padre, madre, abuelo, etcétera. En cambio la segunda voz se
acerca más al concepto de delincuencia.

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¿TRADUCIR CONFORME AL SENTIDO?

En muchos conceptos se tiene que acudir a la traducción conforme al sentido. Sería el caso del concepto
Constitución política, que es el texto resultante del pacto político de una sociedad. Traducirlo conforme al
sentido en el contexto de la cultura p’urhépecha sería el conjunto de principios fundamentales que dan
sustento a una sociedad a partir de sus valores. La expresión que propongo es la siguiente: pítzekua
aŋátakua jurámukua; su significado literal en español sería “el mandato primordial establecido”, o bien,
otros términos semejantes que ilustren claramente que es el primer principio (pítzekua aŋatakua) del orden
jurídico con carácter obligatorio (jurámukua) del cual dependen las demás normas secundarias participantes
de la jurámukua.

¿HACER UNA TRANSLITERACIÓN? CONSIDEREMOS, POR EJEMPLO,


EXPRESIONES CONCRETAS COMO: DE FACTO, DE JURE (DE HECHO, DE DERECHO)

En realidad el uso de estas expresiones procedentes del latín no ofrecen problema si se consideran tal cual,
siempre y cuando se entienda su significado en el contexto p’urhépecha, es decir, que se trata de un hecho no
sancionado por el derecho, o bien, de un acto que se encuentra conforme a éste. La traducción en la lengua
receptora sería: isïku jangurhikua para la primera y sesikua jingoni jangurhikua, para la segunda.

¿HACER UNA DESCRIPCIÓN?

Se tiene que acudir en determinados conceptos a la descripción, aunque para ello se emplee un solo vocablo.
Sería el caso del concepto de herencia, cuya idea se expresa mediante los términos descriptivos: Jurájkumakua,
los bienes que deja la persona que muere, o bien por este otro: eránutsperaqua, el encargo hecho por el difunto
con el fin de que los descendientes eviten conflictos.

¿HACER UN COMPUESTO DE PALABRAS?

No es tan común pero es posible, como en el caso de: k’eri-ak’uri, el gran maldoso, o en este otro: tzípekua-
atari, o bien, tzípekua-kántsïpiri con el significado de asesino, aunque para este último ejemplo hay otros
vocablos simples que señalan lo mismo: at’ajpiri, wándijpiti.

¿CREAR LA PALABRA?

Para muchos conceptos jurídicos tomados de la cultura occidental es necesario crear nuevas palabras. La
lengua p’urhépecha tiene la aptitud para formar éstas cuando hay necesidad de trasvasar determinados
conceptos de otras lenguas con el significado y sentido que se les da en ellas, mediante la palabra
compleja. En sí ésta es una creación, para la cual no existen reglas precisas predeterminadas porque su
función es conseguir el significado de una idea en la propia lengua, que el creador construye. Los
diccionarios difícilmente pueden registrar todas. Esta particularidad de la lengua va más allá de unir dos
o más términos simples como en el ejemplo de terranova, porque en la palabra compleja se incorporan
elementos en la cantidad y proporción que se necesiten para trasmitir el concepto. Como muestra de ella
tendríamos la siguiente: útatsïpetierkimaeristukua; su significado en español sería: lo que es propio o
facultad del juzgador.
En caso de crear una nueva palabra al tratarse de la lengua española existen los medios para crear los
neologismos, que tal vez no se correspondan idénticamente con las formas que se utilizan en la lengua
p’urhépecha; habrá que encontrar, por lo tanto, el modelo para tener una respuesta satisfactoria en el caso de
la cultura y lengua p’urhépecha.

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Las opciones que se proponen para la lengua española son las siguientes: la composición, unión de
dos o más palabras preexistentes. El préstamo, vocablo tomado de otro idioma y aceptado. La metáfora, una
expresión con significado distinto o en un contexto diferente del habitual. El calco, adopción de una palabra
extranjera traduciendo el significado a la lengua propia. La derivación, al alterar otras palabras ya existentes
añadiendo partículas, como los sufijos. La lexicación, consistente en incorporar elementos gramaticales
complejos que una vez compuestos adquieren valor semántico propio y dejan de ser analizables a partir de
sus formantes, usándose como palabras simples.
Con los antecedentes que he presentado para la formación de un vocabulario técnico jurídico en
lengua p’urhépecha, se evidencia la dificultad, aunque no la imposibilidad de contar con una terminología
propia, con la cual se trasmitan los conceptos que se emplean en el lenguaje jurídico del Derecho, fuera del
ámbito de las comunidades indígenas de Michoacán, en la aplicación del derecho estatal.
No obstante la existencia de dificultades para realizar la tarea, presento un conjunto de palabras como
primer intento de selección que, cabe esperar, puede fortalecerse con la colaboración de los entendidos en la
materia jurídica y, por supuesto, de todos los usuarios de la lengua.

PROCEDIMIENTO PARA EL ACOPIO

Los pasos que seguí para conjuntar los vocablos que pretenden constituir este cuerpo de términos jurídicos
fueron los siguientes:
Por algún tiempo estuve formando mi propia lista de palabras a partir de mi experiencia personal,
auxiliándome del recuerdo para reconstruir las que en algún momento escuché de las personas mayores de mi
pueblo, Pamatácuaro, municipio de Los Reyes, Michoacán, así como de los poblados que forman parte de la
Comunidad, utilizados en asuntos en los cuales tenía cabida la aplicación de las normas jurídicas. Las personas
que manejaban la terminología jurídica local tenían como oficio arbitrar conflictos locales que les fueran
sometidos y ocasionalmente también, gestionar ante las autoridades judiciales y administrativas radicadas en la
cabecera municipal, la ciudad de Los Reyes, la solución de los problemas entre las partes, al ser intermediarias
ante el juez y los litigantes. Huelga decir que ante esas instancias se usaba la lengua oficial, la española. Sin
embargo, su oficio los obligaba a emplear los vocablos adecuados en la lengua p’urhépecha para informar a
los que auxiliaban, el estado de las gestiones encomendadas.
Esa colección resultó muy precaria comparada con la utilizada en las gestiones estatales, aunque
suficiente y útil para la localidad, pero no para el caso de manejar asuntos más allá de ésta.
En las circunstancias actuales, de conformidad con la estructura del Estado de Michoacán, el órgano
encargado de aplicar el derecho en casos conflictivos que le son sometidos para resolverlos es el Poder
Judicial del Estado. Este órgano maneja una terminología jurídica que rebasa mucho a la que se utiliza en las
localidades indígenas en la propia lengua.
Para responder a la estructura jurídica estatal única y uniforme, desde la comunidad, es requisito, se
quiera o no, ajustarse a la terminología acuñada en español. De aquí surge la necesidad de ampliar el
vocabulario p’urhépecha, inicialmente suficiente para la localidad, pero incompleto para gestionar ante las
autoridades del Estado.
Frente a esta realidad opté entonces por consultar un libro que tratara suficientemente la materia
jurídica y busqué una obra sobre introducción al estudio del Derecho, escrita en español, desde luego.
Esta posibilidad fue desechada, porque abordar una obra de esa naturaleza ya supone conocer la
terminología jurídica, así que finalmente decidí tomar como guía un diccionario de derecho, y el que escogí
para ese fin fue el Diccionario Jurídico Mexicano, preparado y editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas,
de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Editorial Porrúa, compuesto de cuatro tomos. Este
diccionario proporciona el número suficiente de palabras para armar nuestra terminología jurídica en lengua
p’urhépecha, ya con el cariz de emplear al derecho a partir de la cultura de esta etnia.
Para mi estudio seguí el orden alfabético de los términos que registra el Diccionario mencionado y para
elaborar en un primer tramo la terminología en lengua p’urhépecha, agoté las palabras que en español empiezan
con la letra “A”, alrededor de 250, cuyos conceptos ya están expresados en p’urhépecha, como propuesta. En el
listado de los conceptos en esta última lengua, según era de esperarse, no todas las palabras comienzan con la

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letra “A”, como en español; sin embargo, hice la propia relación de algunos vocablos ordenándolos en orden
alfabético como podrá verse en el Apéndice de este trabajo que presento como ejemplo.

PRESUPUESTOS PARA LA FORMACIÓN DEL VOCABULARIO

En la tarea jurídica requerimos, desde luego, de la reflexión, pero además necesitamos fuentes, y entre éstas
tenemos, por un lado, los diccionarios elaborados desde el siglo XVI sobre la lengua de Michoacán y los que se
fueron formando hasta nuestros días. Por otro lado, tenemos la tradición oral trasmitida por la voz de aquellos
que han fungido como jueces, abogados, gestores, árbitros, intérpretes y asesores p’urhépecha en conflictos o
juicios judiciales. Es obvio que para encontrar la tradición oral se requiere realizar labores de entrevistas,
revisión de expedientes judiciales y examen de documentos jurídicos tales como testamentos, contratos,
títulos de propiedad, convenios y otros actos de contenido diverso, que por cierto no son abundantes. Es un
hecho que las personas vinculadas con la defensa de los intereses de quienes hablan la lengua p’urhépecha
han manejado un cuerpo de vocablos particulares para explicar a sus defendidos o asesorados en su propia
lengua, los conceptos jurídicos que se utilizan en español en los tribunales, así como para trasmitir las
consecuencias del procedimiento judicial. Sobre esta actividad los abogados bilingües en el ejercicio de la
abogacía, es indudable que han acumulado un acervo de vocablos, pero desafortunadamente no son del
conocimiento público ni de fácil disposición para cualquier interesado.
Ya en el terreno de elaborar y seleccionar los términos jurídicos en lengua p’urhépecha, hasta el
momento me he valido más de la propia reflexión y empleo de los vocablos del habla actual, que de las otras
fuentes, y me he encontrado conceptos que se pueden expresar con una palabra; otros, en cambio, requieren
de dos o más, y finalmente, existen algunos cuya formación es de mayor complejidad. Propongo algunos
ejemplos al respecto, siguiendo el habla de la Comunidad de Pamatácuaro.

a) Conceptos de una sola voz


Jurájkukua Abandono
Jurájperakua Abandono conyugal
Kuájpikua Abogacía
Kúngurhikata Acumulación
Atsíjpakua Acusación
Kúrhpikua Adhesión
Útsïpiti Autor del delito
Jurámuti Autoridad
Kamápeti Aval
Ch’amakua Avería
Mítitajperakua Averiguación
Kúndamakua Agravantes
K’amáŋarhikua Agravio
Kúrhpiti Agregado
Ch’urhúrikua Agresión
Utatsïpeti Juez, juzgador
Wandakata Resolución, sentencia

b) Conceptos de dos vocablos


Puesï sipakua Abigeato
Pítsini kéndarakua Abrogación
Tzámpikua pikuntani Absolución de instancia
Wandákuarhipani mokurhikua Absolución de posiciones
Amárani juramuni Abuso de autoridad / de poder
Mintsíkakua kak’ani Abuso de confianza

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c) Conceptos de dos o más palabras

Jurájkumakua (eránutsperaqua) nu arhukata Ab intestato / Sucesión legítima


Tzámpikuarhu anapu ayáŋperakua Notificación judicial, avisos / medios de comunicación procesal.
Apúndarhu anapu p’urhékuti Armada (militares)
Mimíxekuarhu jurhéndperakuarhu anapu jurámukurhikua Autonomía universitaria
Jurámuti jurámukua kak’ari Autoridad responsable

d) Los conceptos afines y la dificultad de su expresión

Otra modalidad por considerar en la selección de los vocablos es la afinidad y vinculación de unos conceptos
con otros. Si se quiere expresar, por ejemplo, el concepto de delito, también se tiene que considerar al agente del
delito para que el primero pueda existir, y a la vez se debe contemplar la acción de delinquir, cometer el delito, y
finalmente, la actividad delincuencial para conceptualizar lo que es la delincuencia. Tenemos pues en este caso cinco
conceptos afines cuyo número puede ampliarse aún más; por el momento ellos son: delito, delincuente,
delinquir, delincuencia e ilicitud. Naturalmente que éstos tienen vocablos propios en la lengua p’urhépecha
que en mi opinión son los siguientes:

Útsïpetiekua, k’amaŋarhintsïkua = Delito


Útsïpeti = Delincuente
Útsïpeni = Delinquir
Útsïpekuarhikua = Delincuencia
Útsïpekua = Delinquidad o ilicitud
Útsïpetierakua = Instrumento del delito

Otro ejemplo: Juzgar e imponer una pena


Útatsïpeni = Juzgar
Útatsïperi = Juez o juzgador
Útatsïpekua, Wandakata = Sentencia, resolución
Útatspekua at’ani = Pena (ejecutar la sentencia o aplicar la pena decretada en la sentencia)
Útatsïpemengati (utatsïpeti) = Sentenciado

Un ejemplo más: el pueblo y su gente:


Irécani = Habitar, hacer hogar, poblar
Irerti = Habitante, ciudadano
Ireta = Pueblo, asentamiento humano, sujeto de derecho
Ireri = La que hace hogar, jefa de éste (reina, soberana)
Irecha = El jefe de los pueblos (rey, soberano) gobernante supremo
Iréchekua = El conjunto de los pueblos (el estado como entidad política)
P’urhépecha = Población, conjunto de la gente

Aparentemente no hay controversia en la expresión de los conceptos, porque se distinguen mediante


las partículas que se utilizan en las palabras como sufijos e infijos: (ni, ri, kua, menga) al tratar de precisar, pero
la pregunta viene cuándo usar la partícula ri, o la ti, ya que en el habla, el sentido común aplica al significado
de la expresión una u otra partícula, y éste parece ser la regla general y no una norma predeterminada
absolutamente rígida. Ejemplo: útsïpeti es el delincuente, y siguiendo ese mismo modelo, si se aplica ti para el
caso del concepto juzgar tendríamos útatsïpeti el sentenciado; sin embargo, tiene mejor intelección si se
determina utilizando la palabra útatsïpemengati, es decir, al anteponer la partícula menga a la terminación ti, cuyo
significado se refiere a la persona que ha sido declarada delincuente por el juzgador. Entre los hablantes no
parece haber problema, porque al momento de escuchar la palabra que ofrece duda se aclara con un sinónimo
o con una descripción que el propio oyente o receptor proporciona.

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A continuación expondré algunas reflexiones encaminadas a sustentar la necesidad de fortalecer la
cultura indígena en el campo del derecho mediante el uso de la propia lengua.

ALGUNAS IDEAS PARA LA TEORÍA DEL VOCABULARIO JURÍDICO


EN LA LENGUA NATIVA

El derecho creado por el Estado tanto para el ámbito federal como para el de cada entidad federativa, es el
único que en la actualidad es reconocido como positivo y válido por su creador, y el cual tiene vigencia y
aplicación para todos los habitantes del territorio mexicano. ¿Por qué crear entonces un vocabulario jurídico
en lengua p’urhépecha, si ya existe uno en lengua española, llamada nacional? ¿Acaso para crear un derecho
sustraído del poder estatal y que tenga la particularidad de ser p’urhépecha? ¿Qué sentido tiene formar un
vocabulario paralelo al del Estado que es el único utilizado en los tribunales y en los actos jurídicos?
Las respuestas a las preguntas anteriores surgen de la realidad existente, pues es de dominio público
que el derecho estatal es homogéneo y se aplica como tal a todos los grupos sociales de México. Aunque
cabe decir que cada entidad federativa crea su propia normatividad con ciertas particularidades y que en el
caso de Michoacán, aún están pendientes las reformas en materia de derechos indígenas, los grupos de
estos últimos crean diversidad y ello requiere atención en el campo del Derecho que rompa la uniformidad
al adecuarla a la realidad. Cambiar el modelo estatal ha resultado difícil. Sin embargo, la diversidad de
culturas y grupos humanos que cultivan las diferencias, incluido su derecho consuetudinario, son parte de
la población que vive dentro del territorio mexicano que reclama reconocimiento. Ellos practican sus
particularidades al relacionarse con los otros grupos sociales de igual condición. La percepción de ser
diferentes y la voluntad de mantener la propia identidad porque son de igual naturaleza que los otros,
fundamenta su razón de tener sus instituciones (jurídicas, religiosas, éticas y de otro contenido), expresadas
por una lengua propia cuando cuentan con ella. En consecuencia, el derecho de usar ésta es una facultad
que el Estado debe respetar, y eso no implica sustraerse al poder del Estado por parte de quienes usan las
propias lenguas. Y por otro lado, para que el derecho positivo se entienda y su aplicación sea equitativa en
las etnias y culturas aborígenes, se requiere que se comprenda en el contexto de la propia cultura. Ha sido
insuficiente la presencia de un traductor improvisado que desconoce los conceptos y términos jurídicos y
se le llama ante la celebración de un acto jurídico por el solo hecho de conocer la lengua aborigen y la
llamada nacional, porque se necesitan conocimientos específicos en la materia para no distorsionar el
objeto del acto que se celebra.
Si se ha de aceptar que el ser humano es anterior al Estado, con ese supuesto, los derechos que la
persona tiene aun antes de nacer no son una gracia que éste concede. Aunque en la historia haya habido
Estados que se han adjudicado esa facultad, no por eso es aceptable, ya que los derechos son inherentes a la
persona. Es legítimo, pues, realizar las aspiraciones humanas con las particularidades propias de cada cultura y
con las visiones peculiares que se tienen sobre la realidad humana, vegetal y aun de la cósmica. Por
consiguiente, no se violenta al Estado.
En el caso de la sociedad p’urhépecha, cada persona se considera respetable y honorable, y por eso su
existencia es valiosa, pero para que pueda desarrollar la propia respetabilidad y honorabilidad exige del otro,
del no p’urhépecha, el respeto de esa condición; ya que en caso contrario tampoco merece reconocimiento
alguno, pues la fuerza bruta o el poder aniquilante del otro, lo constituye en enemigo, en el sujeto de rechazo,
ya sea por medios violentos o por una resistencia pasiva en última instancia.
Se ha dicho que la conquista española de Michoacán no fue tan cruenta como la de Tenochtitlan
porque se negoció de manera pacífica y su resultado fue el pacto por parte del michoacano con el
conquistador, de aceptar las instituciones de los castellanos como propias; eso sí, con la posibilidad de seguir
practicando sus “usos y costumbres”, algo insignificante por cierto y a manera de respiro, pero en tanto no
lastimaran las reglas del conquistador. Esa gratuidad se mantuvo durante la Colonia y hasta los gobiernos
republicanos se la han adjudicado, vigente aún hoy en día.
No puede hablarse de pactos cuando los sujetos carecen de iguales condiciones, es decir, si se
encuentran en distintas circunstancias, ni tampoco puede hablarse de aquéllos cuando el vencedor
unilateralmente impone las reglas jurídicas, las instituciones políticas, la religión, la lengua y hasta el vestido.

67
Lo que hubo en la conquista, prolongado durante la Colonia y aun frente a los gobiernos republicanos
surgidos desde la separación de España, fue y ha sido una resistencia de los vencidos y sus descendientes. La
mayor parte del tiempo ésta ha sido de manera pacífica o silenciosa, pero ello no significa que ha habido en
los vencidos, hasta donde se sabe, una renuncia a la propia existencia, a la dignidad y a su identidad; a las
propias cultura e instituciones. Esto no quiere decir que se ha rechazado de modo absoluto todo lo llegado de
fuera y lo producido culturalmente con el contacto de otras culturas, pues es natural que haya asimilación de
muchos conocimientos y aun de costumbres. Sin embargo, ha permanecido una tradición indígena que
sustenta sus instituciones que aún perviven. Las instituciones indígenas no se han perdido en su totalidad
aunque sí han evolucionado y más aún, se han enriquecido con el contacto de otras culturas autóctonas y con
las que llegaron de ultramar o de otras latitudes.
La tradición jurídica nativa ha seguido su propio rumbo en ciertas instituciones como en el caso de las
familiares, la propiedad comunal, el trabajo comunitario, la educación familiar, la celebración festiva, el uso de
la lengua propia en actos ceremoniales destacados y en las prácticas sociales, incluidos los actos religiosos.
Tampoco desconoce la cultura nativa las instituciones jurídicas cuyo origen proviene de la llamada
cultura occidental. Es innegable que ésta tiene una larga tradición jurídica, pues desde la antigua Roma, la
sociedad de ésta le dio un gran impulso al derecho romano, el cual heredaron muchas de las naciones
europeas tomando cada una lo que le fue útil. Lo mismo cabe decir del derecho castellano con su propia
tradición que llegó con la conquista y, quiérase o no, modificó, cuando no extinguió, las instituciones
indígenas nativas y, por supuesto, las p’urhépecha.
Tanto las tradiciones jurídicas europeas como las nativas han abrevado de sus propias fuentes y se
han expresado en sus lenguas, tan válidas unas y otras para las respectivas sociedades; pero
desafortunadamente las nativas históricamente han sido desconocidas muchas veces cuando no aniquiladas,
por la sociedad dominante.
En este contexto se justifica la recreación y aun la creación de una herramienta que permita entender
desde dentro y en la propia lengua la tradición recibida en el ámbito de lo jurídico, de lo social, o de otros
campos, que sólo es posible mediante un vocabulario técnico, acorde a la visión cultural indígena. Ello no
obsta para que se adopten como modelos otras estructuras jurídicas procedentes de sociedades no indígenas.
Por ende, para concluir, diré que está ampliamente justificado el esfuerzo de mantener una identidad
particular en lo jurídico, desde la concepción del orden, entendido éste como el instrumento para realizar la
honorabilidad y la respetabilidad del individuo p’urhépecha mientras exista.

UN MÉTODO PARA LA FORMACIÓN DE VOCABLOS JURÍDICOS

En el trabajo de compilar vocablos jurídicos siguiendo el Diccionario Jurídico Mexicano, apenas llevo el primer
paso que es pasar los conceptos del español al p’urhépecha, unas veces utilizando equivalencias; otras,
descripciones, y a veces, haciendo interpretaciones del sentido. De este procedimiento resulta que puede ser
suficiente el uso de un solo vocablo; otras ocasiones se requiere de dos o más, y finalmente, en el caso de las
descripciones, se emplean las palabras que sean necesarias como quedó expuesto en los ejemplos anteriores.
Una vez que se tenga el conjunto de los términos, éste servirá para compactar los conceptos, es decir,
seleccionar aquellos vocablos que resulten de más fácil comprensión, pero que sean precisos y exactos dentro
de la cultura p’urhépecha.
El ideal prefijado es alcanzar que los conceptos jurídicos se expresen con una sola palabra, y para ello
tendremos que sacarle jugo a la lengua empleando los recursos que la misma proporciona. En otras palabras,
propongo el procedimiento para elaborar los términos jurídicos por alguno de estos medios, que no pretendo
agotar sino sólo enunciarlos:
a) El uso de la palabra compleja. Ésta evita el uso de descripciones largas o de circunloquios.
b) La composición de la palabra haciendo alusión al rostro de la persona. Ejemplo: Sïmiŋarhi = El
pertinaz, el reincidente.
c) El empleo de expresiones negativas con sentido afirmativo. Ejemplo: nu k’uiri = El velador, el diligente.
d) La expresión por vía de la metáfora. Ejemplo: ireta, k’umanchikujuramukua, es decir, iretarhu anapu
jurámukua, k’umanchikuarhu anapu juramukua = Derecho local, derecho familiar.

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e) El uso de la palabra compuesta ocasionalmente. Ejemplo: K’erak’uri [k’eri + ak’uri] = El gran maldoso.
f) El auxilio del verbo en modo infinitivo para la formación de la palabra. Ejemplo: kúparhatani
(infinitivo) Accesar, da origen a: kúparhatakua, Accesorio.

LA NECESIDAD DE DEFINIR LOS CONCEPTOS

Una vez que se tenga la selección de las palabras ya compactadas como decía, el siguiente paso será definir
cada concepto en la lengua nativa. Con la definición se podrá ubicar éste dentro de las distintas ramas en las
que se ha dividido el Derecho, es decir, derecho constitucional, procesal, laboral, civil (familiar, sucesorio,
contractual, bienes, propiedad, contratos, etc.), penal, administrativo, medio ambiente, bancario y otros.

PRUEBA DEL VOCABULARIO

Una etapa más consistirá en redactar un texto jurídico utilizando la terminología seleccionada con el fin de
proponerlo como guía a los estudiantes que ya estén cursando la licenciatura de Derecho en alguna Universidad,
para comprobar si realmente es posible entender éste en la propia lengua y desde la cultura p’urhépecha.
Otra vía de comprobación es la experiencia que están acumulando los dos juzgados comunales
para indígenas de Michoacán, en los asuntos que les son sometidos al aplicar el derecho en lengua
p’urhépecha y náhuatl. El procedimiento seguido en ellos retoma la oralidad y en las controversias, el
uso de la lengua hablada tiene la ventaja de aclarar de inmediato los conceptos que resultan imprecisos
utilizando otros vocablos, mientras que la palabra escrita no permite esa ventaja por ser menos ágil. La
aportación de éstos efectuada tanto por las partes en conflicto como por los jueces, sin duda, es una
fuente para enriquecer y acrecentar los conceptos, que posiblemente se depuren con el uso y el tiempo,
pero será como un segundo paso.

EPÍLOGO

A manera de conclusión señalo que las instituciones jurídicas y las de otra naturaleza que las comunidades
indígenas han mantenido hasta la actualidad, a pesar de la hostilidad que muchas veces han enfrentado,
pueden continuar al lado de las procedentes de otras latitudes, si las preservamos mediante la propia lengua
con una terminología sistematizada que permita la universalidad de su aplicación en cada una de las etnias
originarias de Michoacán. Los avances se están presentando porque aumentan los trabajos dedicados al
vocabulario de la lengua p’urhépecha y los estudios lingüísticos respecto a las otras lenguas nativas de
Michoacán se siguen propiciando. La lentitud puede ser factor de retardo, pero no de imposibilidad.

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APÉNDICE

Jurámukurhu anapu wandakua


Vocabulario jurídico

Amárani juramuni Abuso de autoridad / de poder


Anchikurhikua jurajkuni Abandono de trabajo
Ánchikurhita jurajkuni Abandono de empleo
Ánchparakua ukua Acto administrativo
Arhúkukua kurhajkurhikua Acción divisoria
Atsíkurhikua jurajkuni Abandono de bienes
Ch’amántskua kurhajkurhikua Acción rescisoria
Erákparakuarhu anapu karakata Acta electoral
Intsïŋantskua kurhájkurhikua Acción plenaria de posesión
Ireta jimbo wandakua Acción social
Iwájpikuarhinsïkua kurhájkurhikua Acción reivindicatoria
Jiókurhikua Aceptación
Jótakua katsïkukua kurhajkurhikua Acción negatoria
Jurájkukua Abandono
Jurájkumakata kurhajkurhikua Acción de petición de herencia
Jurájkumakua nu arhukata Sucesión legítima / Ab intestato
Jurájperakua Abandono conyugal
Jurámukua jurajkuni Abandonar funciones públicas, no aplicar el Derecho
Juramukua ukua Acto de gobierno
Juramukua ukua Acto jurídico
Juramuti wandari úrakua Acto jurisdiccional
Jurámutiri ukua Acto administrativo
Kámiŋari Acreedor
Karakata k’uiripu inchákuarhu anapu Acta del registro civil
Karakata t’sïrímarari ukata Acta notarial
Karakata útsïpekuarhu anapu Acta judicial
Katsïkukua, (kéndarakua, pikúkakua) Abolición
K’uaŋskukua kurhajkurhikua Acción pauliana
Kuájpikua Abogacía
Kuatsápetarakua intspérakua kurhájkurhikua Acción hipotecaria
Kúndamakua Accesión
Kunguarhikurhu anapu japingua Acciones de sociedades
Kúparhatakua Accesorio
Kurhájkurhikua Acción
Kurhájkurhiri Actor
Kutau (kumánchikua) jarhondakua niatani Abandono de hogar
Mintsíŋarhikucha Activos
Mintsíkakua kak’ani Abuso de confianza
Mójkutperakua jangua Actividad comercial

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Mójkutperakua ukua Acto de comercio
Nu sesikua ambé ukua Acto ilícito
Pitsïkurhikua ukua Acto discrecional
Pítsini kéndarakua Abrogación
Puesï sipakua Abigeato
Sapichani jurajkukua Abandono de menores
Sesi atsiérakua kurhajkurhikua Acción de jactancia
Tángurhikuarhu karakata pak’árakata Acta de asamblea
Tsámpikua jáŋastperakua Aclaración de demanda
Tzámpikua pikuntani Absolución de instancia
Tsïtamakua, (sapini wak’opani) Aborto
Tuminu mojtakuarhu anapu wandakua Acciones cambiarias
Úkurhinchakua ánchikurhikuarhu anapu Accidente de trabajo
Úrahperakua kurhajkurhikua Acción ejecutiva
Útakua kurhajkurhikua Acción penal
Útsïpekua jáŋastperakua Aclaración de sentencia
Xaŋaru tirókukua kurhájkurhikua Acción confesoria
Xérajperakua kurhajkurhikua Acción exhibitoria
Wáchi jurájkokua Abandono de hijos
Wandakua atsini Derecho subjetivo
Wandákuarhipani mokurhikua Absolución de posiciones
Wiŋápikua kurhajkurhikua Acción coercitiva

BIBLIOGRAFÍA

Diccionario Jurídico Mexicano, México, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones


Jurídicas/Porrúa, 1987, 4 vols.
Diccionario Grande de la Lengua de Michoacán, edición, introducción, paleografía y notas de J. Benedict Warren,
Morelia, Fimax Publicistas, 1991, 2 tomos.
FRANCO MENDOZA, Moisés, “Sïkuki. La Tradición entre los p’urépecha” en Relaciones Estudios de Historia y
Sociedad, vol. XV, núm. 59, verano de 1994, Zamora, El Colegio de Michoacán.
GILBERTI, Maturino, Vocabulario en Lengua de Mechuacan, transcripción paleográfica de Agustín Jacinto Zavala,
Zamora, El Colegio de Michoacán/Fideicomiso Teixidor, 1997.
JACINTO ZAVALA, Agustín. “Algunas funciones de la Reduplicación de la radical en la lengua p’urhépecha
según el Vocabulario de Gilberti”, ponencia inédita, presentada en las IV Jornadas Gilbertianas, celebradas
en El Colegio de Michoacán, Zamora, 1997.

71
TÉRMINOS PEDAGÓGICO-LINGÜÍSTICOS
EN P’URHÉPECHA

Pedro Márquez Joaquín


El Colegio de Michoacán

Georges Mounin 1 afirma que a la lingüística “se le critica su vocabulario hermético, su abuso de neologismos
que son perfectamente traducibles al lenguaje corriente” (p. VII). Este autor reconoce que “el problema
terminológico es un problema fundamental. Se vuelve a plantear para cada época, en la medida en que cada
ciencia alcanza el nivel propiamente epistemológico de reflexión acera de sí misma. Y cuando ella no se la
plantea, la historia puede siempre planteárselo” (p. IX). Nos congregamos, por vez primera para hablar
respecto a las posibilidades de traducir la terminología técnica de la lingüística al p’urhépecha, considerando
que con esto inauguramos una nueva etapa en el desarrollo de una lingüística p’urhépecha.
La historia de la lengua p’urhépecha nos señala que en el siglo XVI fueron los misioneros (Maturino
Gilberti, Juan Baptista de Lagunas, etc.) quienes hicieron estudios lingüísticos con la finalidad de conocer el
pensamiento nativo para poder enseñar la religión judeo-cristiana. En los siglos XVII y XVIII no se hicieron
estudios novedosos; sólo fueron copias de investigaciones ya realizadas (D. de Basalenque, J. Crisóstomo
Nájera, etc.). Parte del siglo XIX y en la primera mitad del XX son los extranjeros (Kirchhof, Seler, M. de
Foster, M. Lathrop, A. Warren, etc.) quienes por invitación del gobierno mexicano realizaron investigaciones
sobre la lengua p’urhépecha; la idea era tener un mejor conocimiento de la realidad multicultural del país. Se
efectuaron estudios globales (N. León, J. Corona Núñez, F. Ramírez,). Recientemente los estudiosos de este
idioma son escasos (F. Nava, C. Monzón, C. Chamoreau, A. Capistrán, E. Náncen Díaz, P. de Wolf, etc.). Los
hablantes de éste también han realizado esfuerzos de investigación en la propia lengua. Pablo Velázquez
produjo un Diccionario, 2 Félix C. Ramírez, Semántica.3 En la década de los años ochenta siguen los
etnolingüistas, hablantes del idioma, que dentro de Instituto Nacional de Educación de Adultos (INEA),
Dirección General de Culturas Populares de la SEP y Dirección General de Educación Indígena de la SEP en el
nivel federal y el Departamento (ahora Dirección) de Educación Indígena de la Secretaría de Educación en el
Estado de Michoacán y en el Centro de Investigación de la Cultura P’urhépecha de la UMNSH tratan de hacer
lo suyo (V. Soto, P. Márquez, N. Dimas, S. Elías, L. Gómez, A. Medina). Una generación de jóvenes
estudiosos prometen mucho (Sue Meneses, etc.), además de algunos estudiantes de la Escuela de Letras de la
UMSNH, dos grupos de traductores: los abocados a la Biblia y el equipo de traductores dentro del proyecto de
Universidad Intercultural e Indígena de Michoacán (UIIM). Por eso digo que con esta reunión de terminología
técnica en lengua p’urhépecha inauguramos una nueva etapa.
Reconozco que la tarea que nos propusimos no es fácil; si fuera así, ya se hubiera desarrollado desde
mucho antes. Mounin al hablar de la complejidad dice que “la situación se agrava más cuando se pasa de una
lengua a otra; significantes que parecen ser traducciones literales de un mismo significado (ej., morfema) son en
realidad engañosos” (p. IX). Ya que no se trata sólo de bautizar algo en otro idioma. Tampoco consiste en
crear nuevas palabras sólo porque así se le antoja al escritor. Más bien el fin es racionalizar profundamente el
concepto e intentar proponer algo que sea digno de reconocerse. Estamos conscientes de que hay posturas
frente al fenómeno terminológico “que impulsa a ciertos investigadores a rechazar determinados neologismos

1 Georges Mounin, “Introducción al problema terminológico” en Diccionario de lingüística, Barcelona, Ed. Labor, 1982. (Titulo original Dictionaire de
la linguistique, traductor Ricardo Pochtar).
2 Pablo Velázquez Gallardo, Diccionario de la Lengua Phorhepecha. Español-Phorhepecha, Phorhepecha-español, México, FCE, 1978.

3 Félix C. Ramírez, Semántica y mecanismo de de construcción de la lengua phurhembe, México, Casa Ramírez, 1955.

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para proponer otro –que abarca y nombra la misma realidad lingüística–, no afecta únicamente a los
aprendices de lingüística que tratan de ser originales” (p. XI)
Me pregunto, ¿quiénes están autorizados para acuñar nuevos conceptos? La sociedad en su
conjunto no, pero sí algunos de sus representantes que saben de la materia son los indicados que pueden
hacer esto. Es tarea de unos proponer la terminología, pero será la sociedad de usuarios de aquélla quienes
den validez a las propuestas. Lo anterior, pues puede ser que éstas sean fructíferas, pero que a la larga se
queden en meras sugerencias, que los usuarios no las apliquen y de esas propuestas originales queden sólo
unas cuantas. Esto no nos debe preocupar si estamos de acuerdo que “para que nos comprendamos
correctamente [dentro de cada disciplina] necesitamos ante todo una terminología cuyos términos posean
el mismo sentido para todos”.4
Cuando hablo de una lingüística p’urhépecha lo que pretendo decir es que esta terminología nueva en la
propia lengua debe atender a las principales características del idioma para que sea comprendido desde
adentro, por lo que el vocabulario técnico tiene que entenderse como propone Mounin: “El problema
terminológico es, ante todo y desde el punto de partida, un problema de higiene intelectual y científica
individual, un problema de actitud epistemológica; forma parte de las reglas más esenciales de la constitución
del conocimiento”. 5
Las reglas de higiene epistemológica que propone Georges Mounin son:
- Definir siempre todos los conceptos, o especificar el uso.
- Atenerse unívocamente a tales definiciones a lo largo de un mismo trabajo, o especificar los cambios.
- Cuanto más original es un investigador, o cuanto más convencido está de que lo es, más
extremadamente atento debe estar respecto a la creación terminológica.

Las primeras ideas respecto a la necesidad de una terminología técnica surgieron en la lectura de
Mitología y Modernización de Jacinto, 6 desde entonces llevo tiempo pensando cómo se podría concretar la
creación de un vocabulario técnico. En 2005 tuve oportunidad de plantear las primeras ideas en mi artículo
“Terminología técnica en el p’urhépecha. Algunas estrategias”7 que presenté en el diplomado sobre derecho
dentro de Universidad Indígena Intercultural de Michoacán (UIIM); ahí propuse cinco estrategias: 1.
Correspondencia / equivalencia. 2. Recuperación / rescatar arcaísmos. 3. Revitalización o resignificación. 4.
Recreación/ Creación y definición. 5. Asimilación.
Ahora, para esta presentación puse a prueba mis estrategias; para ello revisé cinco trabajos (Márquez y
Soto, Juchari arhintskueri; 8 Márquez, P’urhépecha jimpo;9 Elías, Jahroatakua;10 Lucas (et al.), Uandakua Michoacán
anapu11 y Hernández y Nava, Jánhasparini. 12 Textos elaborados en p’urhépecha, para hablantes y utilizando la
misma lengua. Se hace metalenguaje. El esfuerzo es de los hablantes por expresar la lengua en ésta misma. Hablan
de las características. Hacen descripciones de la estructura del idioma. Son trabajos surgidos de la necesidad

4 Antoine Meillet, “Sur la terminologie de la morphologie générale” en Linguistique historique et linguistique générale, t. 2, París, Klincksieck, 1961, p. 29.
Citado por Mounin, op. cit. p. xiii.
5 Mounin, Loc cit., p. xvi.

6 Agustín Jacinto Zavala, Mitología y modernización, Zamora, El Colegio de Michoacán/El Gobierno del Estado, 1988.

7 Pedro Márquez Joaquín, “Terminología técnica en el purepecha. Algunas estrategias”, trabajo presentado en la UIIM. El idioma p’urhépecha se

caracteriza por utilizar morfemas para darle el sentido y significado a las nuevas palabras, por lo que se requiere del conocimiento y uso de éstos,
sin descuidar el aspecto cultural. Se espera que el resultado sean nuevas palabras con un sentido ampliado.
8 Pedro Márquez Joaquín y Valente Soto Bravo, Juchari arhintskua P’urhecheri. Tanindarhekua. ma arhukukata, México, SEP, 1991. Además son autores

del Manual para el maestro en lengua purepecha: tercer grado, México, SEP, 1991.
9 Pedro Márquez Joaquín, P’urhepecha jimpo. Lengua purepecha de Michoacán. Parte I y II, México, SEP, 1994.

10 Sinforoso Elías, Jarhuatakua P’orhe Jorhenperakueri. Guía práctica de la lengua purepecha, México, SEP, INI, CIESAS, 1982. A diferencia de Ma.

Guadalupe y Fernando Nava (nota 10) éste sugiere el término nuevo y lo aclara en p’urhépecha poniendo entre paréntesis el concepto.
11 Lucas Gómez Bravo et al., Uandakua Michoacán Anapu (El idioma de Michoacán), Morelia, UMNSH-Centro de Investigación de la Cultura

P’urhepecha, 2002. Véase también Uandakua uenakua p’urhepecha jimbo (Introducción al idioma p’urhepecha), México, 2001, 3a. edición.
12 Ma. Guadalupe Hernández Dimas, y E. Fernando Nava L, Jánhaskaparini Juchari anapu jimpo, Morelia, Centro de Desarrollo de la Mujer

P’urhepecha y Fundación de Apoyo al Proceso Popular (Faprop), 2000. Utiliza primero el español y pone entre paréntesis la propuesta en
p’urhépecha. No siempre aplica los neologismos aunque los propone; en el desarrollo del discurso no invariablemente se ven reflejados éstos,
algunos sí, otros no; sigue con los préstamos técnicos. Trabajos como éstos deberán, en teoría, ser claros y comprensibles primero para los
hablantes motivados e interesados en la materia, y en su caso, para el común de los lectores del p’urhépecha. Además de las nuevas palabras, su
explicación o justificación deberá entenderse a la primera lectura.

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de enseñar éste, por eso priorizan la descripción de la estructura de la lengua p’urhépecha. Esto significa que
la terminología que se propone está relacionada tanto con la lingüística como con la pedagogía.
La necesidad de explicar por escrito en p’urhépecha sobre el p’urhépecha obliga a los autores a proponer
palabras técnicas, ya sea traducciones, neología, calcas o descripciones, etc. Sólo de esta necesidad nace la
inquietud por la neología. De ahí que quienes no escriben en la lengua le encuentran falta de sentido al
esfuerzo. No hay necesidad. Es natural que se deje de percibir ésta, puesto que la pretensión de su
conocimiento es para la distribución hacia fuera. Quienes lo hacen llevan las intenciones de promover que la
lengua se conozca desde la lengua misma y para los hablantes del idioma. Es cuestión de actitud del autor.
Hay dos puntos de vista: de afuera y de dentro. En este sentido los trabajos analizados parten desde el punto
de vista de la lengua; por tanto son perspectivas de dentro. Pensar en la lengua y describirla en esta misma
haciendo uso de conceptos de la ciencia o disciplina que se trate es posible. La tarea es ardua y llevará tiempo
lograr una cabal comprensión, pero se requiere el esfuerzo para analizar la neología.

MECANISMO DE LA NEOLOGÍA

Como resultado de mis reflexiones y de la puesta a prueba de las estrategias, ahora tengo dos resultados. El
primero es de la revisión de libros publicados y el segundo es de mi creación.

Mis estrategias eran:


1. Correspondencia / equivalencia. En la práctica no hay equivalencias estrictamente hablando.
2. Recuperación / rescatar arcaísmos. En los materiales analizados sólo en un caso se aplicó; generalmente los
autores consultados no utilizan los diccionarios antiguos para crear la neología.
3. Revitalización o resignificación. Este es uno de los rasgos más característicos que los autores utilizan en la
descripción y explicación de los fenómenos de la lengua p’urhépecha.
4. Recreación/ Creación definición. El anterior es otro de los recursos que hemos observado en los trabajos
revisados; efectivamente hay creación y recreación, es decir, darle un nuevo sentido a las palabras,
extendiéndolo a los usos más comunes.
5. Asimilación. En los cinco trabajos revisados los que me resultan más sencillos son precisamente los de
este tipo.
Debo reconocer que las estrategias tienen un cierto orden de prioridad, pero ya puestas a prueba
resultan estar invertidas en la práctica. Los criterios cambiaron de orden.

RESULTADOS

Uso de préstamos con terminación morfológica nativa

Es en todo caso un primer nivel de adopción. Lo escuchamos en el habla común de los hablantes. En realidad
no lo había considerado desde un inicio, pero me lo encuentro tanto en el habla como en los trabajos, pues
existe el ejercicio por aplicar este tipo de fenómeno lingüístico. Aunque personalmente no estaría en su
totalidad de acuerdo en esto, porque pareciera una pereza mental.

Préstamo con terminación morfológica nativa y creación

Este es otro tipo de propuestas que se está presentando; sobre todo en los pueblos con mucha influencia del
español se escucha este modo de expresarse. También lo vemos registrado en los trabajos del siglo XVI. Es pues
un mecanismo de no perder el sentido original, pero a su vez darle un matiz similar a la lengua de llegada.

Descripción

En realidad la descripción es también una manera de expresar lo que en la lengua de llegada se intenta decir.
En aquélla se da un redondeo del fenómeno, es el resultado de no poder nombrarlo con una sola palabra.

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Describir el fenómeno o la realidad expresada es ya un primer esfuerzo. Pero habrá que seguir en ello hasta
llegar a crear de nuevas terminologías.

Por su función

Aprovechar las formas y materiales con que están elaborados los objetos (en nuestro caso las palabras) para
identificar su función. Es efectivamente uno de los mecanismos que había pensado y se aplica muy bien en
los textos analizados.

Arcaísmos

Sólo tengo un ejemplo. Había considerado que ésta sería la primera estrategia. En realidad es la menos
utilizada.

Neología o creación desde la cultura

En mis ideas preliminares pensé que solamente que no hubiera en los diccionarios, ni se pudiera adaptar o
ampliar el significado de la palabra sería necesario acuñar la neología, pero los datos me dicen que es
exactamente lo contrario. Hay muchas creaciones novedosas.

Uso de préstamos con terminación morfológica nativa

Acentos, Acento-echa GF
Alfabeto, Alfabet-u GF
Consonantes, Consonanteecha GF
De la raíces, Sïrankweri / Raízini GF
De las cosas de Verbos, Verboeri ampe GF
De los modos, Modoecheri GF
De los números, Númeroeri GF
De los participantes, Participanteri ampe GF
Español, Españoli LBI
Frase nominal, Frase nominale GF
Frase verbal, Frase verbale GF
Gramática, Gramaticale GF
Las frases, Frasecha GF
Sílabas, Sílabaecha GF
Sonidos, Soniduecha GF
Su sonido, Sonidoempa GF
Verbos, verbuechani LBI
Vocales, Vocaleecha GF
Préstamo con terminación morfológica nativa y creación

Sufijo de caso, Casoeri mátantskua GF


Sufijos de persona, Personaeri mátantskua GF
Sustantivo, Kw’iripu, planta, animale, máteru ampe GF

Descripción

Adverbio, Enka uantankutajka ampe enka arhijka verbu GF


Ápico, Katamberi tsiumberhukua SE

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Aspecto: {Na enka jaka ma úkwa = perfecto: .-s; {ma ukwa pawani ka pawuani unhasinka = habituale -sïam, -sïn;
{eska únhasinka ima jantu enka uantanhantani jaka, eki uantanyani jaka = durativo –xa; {wétenani
unhasïnka = inceptivo, -xamaam, (pas) -xam (pres) GF
Aspirada, P’unimuni GF
Caso instrumental <jimpo>, Kwuiripu enki jimpo úkurhijka, /ampé jimpo,/ ampe jimpo [nena jimpo]/, GF
Caso localitico <–rhu>, Naki participante arikuekasini <nani> GF
Caso nominativo, Enki mítetarajka nakiski participante sujeto GF
Caso, Eratsekwa enki jimpo mitetarajka oracionirhu participantechani GF
Cavidad nasal, P’orhorukua SE
Cuaderno, Karanharhikutarakuarhu siranderi SE
Dialecto, Wantakwa mámari járhati úranhasinti GF
Diálogo, Uandontskurhita SE, PV
Dibuja, Kuirunharhiku = PV
Dibujo, Kuirunharikukata SE
Dibujo, Únharhikukata/ Untskata PV
Dientes inferiores, Sini ketsikua anapu SE
Directo ¿?, Enkaksi jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF
Dorso, Katamberi tepakua SE
En el escrito, Karakatarhu GF
En el habla, Wantakuarhu GF
Escritura uniformada/ Estandar, Karani majku jasi GF
Estructura gramatical, Na enka waxatakata jaka p’urhepecha uantakwa GF
Frase, Eratsikua sapichu PV
Gramática, P’urhepecha incharini anapu ampe GF
Indirecto (??), Enkaksi no jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF
Intransitivo, impersonalaecha, {noksi kánkorehisnti pámirini. {mák’u participateni kámasinti <SUJETO> GF
Labio inferior, teiondirakua ketsekua anapu SE
Labio superior, teiondirakua kuinchimukua karhakua anapu SE
Libro, Takukukata LBI

Por su función

Adverbio, Niátakua p’irhikutarakua SE


Aspecto, Nena niátakua SE
Cambiar de entonación, Mojtsintani SE
Cambio de entonación, Móchakua SE
Código, Uandakuechani míteani SE
Diccionario, Uantakua aiankpiri PV
Diccionario, Aiankperakua SE
Duda, Nándi ua SE
Emisor, Uandakua axari SE
Entonación, Uinhachakua SE
Escuela, Jorhenguarhikuarhu SE
Escuela, Jorhentperakuarhu = PV
Frase, Uandakua no andankuti SE
Habitual, Emenka sesi kámarhukukujka SE
Hablante / emisor, Uandaka / enka axaaka uandakua SE
Hablante, Uantari PV
Maestro, Jorhentpiri SE

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Arcaísmos

Bandera, Anhaskukua PV

Neología o creación desde la cultura

Acento, Uinhátsitakua PV
Adjetivo, Na jáxeski PV
Adjetivo, T’antsirhitakua SE
Alfabeto, Mindakua LBI
Alomorfos, Jatsintirakua ¿? GF
Alveolos, Tsitsichakua SE
Argumento, Inchaparhakutini SE
Cadena o lista, Sirikata SE
Caso comitativo <jimpo /jinkuni >, Ekwarhekwarhetini GF
Clítico, Míntaecha / jukarhukua GF
Consonantes, Mintsirakuecha SE
Cuento / Narración, Uantantskua PV
Cuerdas vocales, Kurchakuecha SE
Demostrativos, Juntsíkutaratakwa GF
Demostrativos, T’antsiratarakeucha SE
Ejemplo, Eranhikua SE
Ejercicio, Kuataperakua SE
Emotiva, P’ikuarhinhikua SE
Epiglotis, Anhanchakua SE
Exclamación, Jáakuarhikua SE
Flexión verbal, Mátantskuecha GF
Flexión, Antsirakua SE
Frase verbal, Uandakua niátakua SE
Gramática, Jánhaskakua uaxastakua GF
Gramática, Uandakua kantskata LBI
Laringe, Kunuchakua SE

Últimas palabras

El 30 de septiembre del 2006 en la reunión de Kuaniskwiarani (Grupo de Estudiosos del Pueblo


P’urhépecha) se llegó a la conclusión general de que para que las lenguas nativas tengan el desarrollo pleno
se requiere un proyecto político, social y económico del pueblo p’urhépecha y un plan de acción para
definir el destino histórico en el contexto social macro; en los cuales el desarrollo de la lengua sea una
parte importante en el proceso.
La creación de términos técnicos pedagógico-lingüísticos viene ocurriendo desde hace un cuarto de
siglo. Los libros de texto gratuitos de la SEP, los materiales para la enseñanza de la lengua en la UMSNH y la
gramática p’urhépecha explicada en la misma lengua son evidencia de eso. Los libros p’urhépecha no se han
estudiado; es un primer esfuerzo y muestran la creación del vocabulario técnico en pedagogía y lingüística,
como se presenta a continuación.

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Vocabulario técnico13

Acento, {Uinhapekua Acentu GF


{Uinhátsitakua PV
{Acentoecha GF
Adjetivo, {Na jáxeski PV
{T’antsirhitakua SE
Adverbio, {Enka uantankutajka ampe enka arhijka verbu GF
{Niátakua p’irhikutarakua SE
Alfabeto / Abecedario, {Kararakuecha PV
{Alfabetu GF
{Mindakua LBI
Alomorfos, {Jatsintirakua ¿? GF
Alveolos, {Tsitsichakua SE
Ápico, {Katamberi tsiunmerhukua SE
Argumento, {Inchaparhakutin SE
Aspecto, {Nena niátakua SE
{Na enka jaka ma úkwa = perfecto: .-s;
{ma ukwa pawani ka pawuani unhasinka = habituale -sïam, -sïn;
{eska únhasinka ima jantu enka uantanhantani jaka, eki uantanyani
jaka = durativo –xa;
{wétenani unhasïnka = inceptivo, -xamaam, (pas) -xam (pres) GF
Aspirada, P’unimuni GF
Bandera, Anhaskukua PV
Cadena / lista, Sirikata SE
Cambiar de entonación, Mojtsintani SE
Cambio de entonación, Móchakua SE
Caso cogitativo, <jimpo /jinkuni >, Ekwarhekwarhetini GF
Caso genitivo, <-eri>, Néeriski ampema GF
Caso instrumental, <jimpo>, Kwuiripu enki jimpo úkurhijka, /ampé jimpo,/ ampe jimpo [nena jimpo]/, GF
Caso locativo, <–rhu>, Naki participante arikuekasini <nani> GF
Caso nominativo, Enki mítetarajka nakiski participante sujeto GF
Caso, Eratsewa enki jimpo mitetarajka oracionirhu participantechani GF
Cavidad nasal, P’orhorukua SE
Clítico, Míntaecha / jukarhukua GF
Código, Uandakuechani míteani SE
Complemento, {Andakutakua SE
Conjugará, {Konjugarikuati LBI
Consejo, {Uandajtsikperata SE
Consonantes, {Mintsirakuecha SE
{Consonantes, Consonanteecha GF
Copia, {P’ita PV
Cuaderno, {Karanharhikutarakuarhu siranderi SE

13Con mayúsculas se anota al final de la línea el creador o los creadores del vocablo con las siguientes abreviaturas: SE = Sinforoso Elías Ruiz. GF
= Ma. Guadalupe Hernández y Fernando Nava. LBI = Lucas Gómez Bravo, Benjamín Pérez e Ireneo Rojas. PV = Pedro Márquez y Valente Soto.

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Cuento / Narración, {Uantantskua PV
Cuerdas vocales, {Kurchakuecha SE
De la raíces, {Sïrankweri / Raízini GF
De las cosas de verbos, {Verboeri ampe GF
De los modos, {Modoecheri GF
De los números, {Númeroeri GF
De los participantes, {Participanteri ampe GF
Demostrativos, {Juntsíkutaratakwa GF
{T’antsiratarakeucha SE
Describe, {Uanta PV
Dialecto, {Wantakwa mámari járhati úranhasinti GF
Diálogo, {Uandontskurhita SE
{Uantontskurhita PV
Dibuja, {Kuirunharhiku = PV
{Kuirunharikukata SE
Diccionario, {Uantakua aiankpiri PV
{Aiankperakua SE
Dientes inferiores, {Sini ketsikua anapu SE
Directo ¿?, {Enkaksi jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF
Dorso, {Katamberi tepakua SE
Duda, {Nándi ua SE
Ejemplo, {Eranhikua SE
Ejercicio, {Kuataperakua SE
Emisor, {Uandakua axari SE
{Uandaka / enka axaaka uandakua SE
Emotiva, {P’ikuarhinhikua SE
En el escrito, {Karakatarhu GF
En el habla, {Wantakuarhu GF
Entonación, {Uinhachakua SE
Epiglotis, {Anhanchakua SE
Escritura uniformada/ Estándar, {Karani majku jasi GF
Escuela, {Jorhenguarhikuarhu SE [lugar donde se aprende]
{Jorhentperakuarhu PV [lugar donde se enseña]
Español, {Españoli LBI
Estructura gramatical, {Na enka waxatakata jaka p’urhepecha uantakwa GF
Exclamación, {Jáakuarhikua SE
Exclamativas, {Tsipekua o uandanhiateri SE
Expresiones, {uandaxekeuchani LBI
Flexión verbal, {Mátantskuecha GF
Flexión, {Antsirakua SE
Fonético = fonético ¿? GF
Frase nominal, {Uandakua jakangurhikua SE
{Frase nominale GF
{Uandatakata jakankurhikueri SE

79
Frase verbal, {Uandakua niátakua SE
{Frase verbale GF
Frase, {Uandakua no andankuti SE
{Eratsikua sapichu PV
Función, {Anchikuarhikua SE
Futuro, {Notki niárakua SE
Gramática, {Gramaticale GF
{Jánhaskakua GF
{Jánhaskakua uaxastakua GF
{P’urhepecha incharini anapu ampe GF
{Uandakua kantskata LBI
{Uantakua Sïrutsekata PM
{Uantakueri incharini anapu ampe GF
Habitual, {Emenka sesi kámarhukukujka SE
Hablante, {Uantari PV
Indirecto ¿?, {Enkaksi no jurhumpitku jiókorhek’a modoeri mátantskuani GF
Información, {Aiangukua SE
Interrogación /Pregunta, {Kurhamarhikua PV
{Kurhamarhemperakuecha PV
Intransitivo = intransitivo ¿? GF
Intransitivo impersolaecha, {Noksi kánkorehisnti pámirini.
{mák’u participateni kámasinti <sujeto> GF
Introducción, {Inchajpikua LBI
Iterativos (verbos), {Majkua p’itarani SE
Labio inferior, {Teiondirakua ketsekua anapu SE
Labio superior, {Teiondirakua kuinchimukua karhakua anapu SE
Lápiz, pluma, lapicero, {Kararakua PV
Laringe, {Kunuchakua SE
Las frases, {Frasecha GF
Lengua / idioma, {Uandakua /Katamba LBI
Lengua, {Katamba SE
Uandakua
Libro, {Takukukata LBI
{Takukukata PV
Maestro, {Jorhentpiri SE
Medio dorso, {katamberu taiapekua SE
Mensaje, {Aiangperakua SE
Mesabanco, {Parhatsitakua PV
Medios comunicativos, {Mitetarakuecha PV
Modificadores, {P’irhikutarakuecha SE
Modo imperativo, {Na enka juramujka GF
{Na enka juramukujka GF

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Modo indicativo, {Emenga isika SE
{Na enka uantajka juramunhani jámani ka na enka
uantontskuarhejka GF
{Na enka wantajka juramuni jámani ka na enka
uantontskwarhenhajka GF
Modo interrogativo, {Na enka kurhankorhejka GF
Modo vetativo, {Na enka kwajkutajka GF
Modo, {Isiski o no isiski SE
Modos, {Modoecha: {infinitivo, -ni:
Morfema, {Ampema enka sánteru sapiika wantakwarhu GF
{Kuturhukua SE
Morfema cero, {No ma ampe jukarhokorheni GF
Nombre, {Jakankurhikua SE
Nota aclaratoria, {Janastpekua LBI
Núcleo, {Terúnhikua SE
Número / Cuenta, {Miukua PV
Número, caso, {Mátantskwa participanteri GF
Número, {Namuni enkaksi niátajka SE
Objetivos, {Ambe enka uejka ma SE
Observa, {Exe PV
Oración, {Eratsikua PV
{Uandakua andakuti SE
{Wantakua / Wantakwecha enka arhikwekajka yámentu ma erastekwa GF
Oraciones afirmativas, {Matirku uandakua SE
Oraciones declarativas, {Isi o no isi usti / Menkua uandaricha SE
Oraciones, {Wantakweri kuturhinskuecha GF
{Uandontskurhikuechani LBI
Oyente, {Kurhanti PV
Página, {Kónharhikua SE
{Sïranta GF
Palabra, {Uantakua PV
{Kutumukua LBI
Paladar, {karhachakua SE
Participante, {Pámp’eri GF
Pasado, {Nitamakua SE
Persona gramatical, {enka uantajka,
{enka uantap’ajka,
{enka jimpo wantant’ajka GF
Persona, {Kw’uiripu GF
{Ne emenka niatajka 1, 2, 3 SE
Pide, {Kurhajkorheni GF
Pizarrón, {Karanharhikutarakua SE
Plural, {Uánikua PV
{Wánekuarhu GF
Posesivos, {Minguarhikuecha SE

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Predicado, {Andánkukata SE
Pregunta, {Kurhankorheni GF
Presentación, {Xarhatakua SE
Presente, {Iásï PV
{Jiamindu ukuarhijka SE
Pretérito, {Uskia urhetku PV
{Nitamakua jimpo LBI
Primera (sílaba), {Urheta anapu GF
Progresivo, {Enka ukurhini jaka niatakua SE
Pronombre, {Jakankurhpitarakua = SE
{kwuiripu jakankorhekua GF
{Jakangurhikua LBI
Pronombres posesivos, {Jakankurhpitarakua minguarhikua SE
Punto, {Anhaxurhikua PV
{Anhaxustakua / anhaxurhikua SE
Radio, {Uantakua píkutarakua PV
Raíces {Sírankwecha GF
{T’ununta PV
{Katamberi sirangua SE
{Síramkwa GF
Receptor, {Kurhaati /Xachokuarheaka SE
{Xachokuarhini SE
Responde, {Mókukuntasinti GF
Rima, {Majkueni k’amarhukua SE
Se ensordecen, {Sani isi kurhakorheni GF
Se flexiona, {Antsirasindi SE
Se sufijan, {Mátalorhesinti GF
Semiconsonates, {Semiconsonanteecha GF
Señal, {Minta GF
Señalado, {señalado ¿?, {Míntakata GF
Sufijos de los tiempos, {Tiempoeri mátantskuecha GF
Sílabas, {Kutumukuecha PV
{Sílabaecha GF
Símbolos, {Mijkurhikua SE
{Mínta PV
Singular, {Jantiak’u GF
{Ma PV
Sonidoecha, {Kurhantikwecha GF
{Soniduecha GF
Sonoriza, {sonoriza ¿? , {Mót’akukurhijka GF
Sorpresa, {Xani Jauatani SE
Su sonido, {Sonidoempa GF
Sufijo de caso, {Casoeri mátantskua GF

82
Sufijo, {Kuturhukua SE
{mátantskua GF
{Kuturhuntskua LBI
Sufijos de interrogación, {Kurhankorhekueri mátantskua GF
Sufijos de la persona, {Personaeri mátantskua GF
Sufijos y morfemas del Caso, {Mátantskuecha ka uantakwa sapicha GF
Sujeto, {Uri /Uriijka GF
{Niátati SE
{Uri /Niátati SE
Sustantivo, {Exekua /párhikua /SE
{Jakankurhikua PV
{kw’iripu, planta, animale, máteru ampe GF
Tarea, {Anchikuarhita SE
Tiempo presente, {Jianinindu ukurhijka SE
Tiempo, {ukwa nitamakía = pasado. –p;
{yaasi únhaxaka /utasi p’inteska uni = -o;
{nótki úkorehsinka = futuro
{Na jatini SE
Trabalengua, {Ch’anamukua/ Matochakua PV
Traducción, {Menonhantani PV
{Mónharhitantani LBI
{Mókuntani PV
{Mojtakuni LBI
Transitivo, {tsimani echakua pámpirini GF
Unidades, {Arhikuecha. LBI
Universidad, {Kérenchekuarhu LBI
Úvula, {tirhinchakua SE
Velo del paladar, {Auanchakua SE
Verbo, {Na jarhaski,/
{na enka ukorheni jarhak’a, /
{Na jáxeski ma ampe,
{Na enka ukorheerhajka ma ukwa GF
{Niátakua SE
Verbos indicativos, {Ukuarhekua jimpo LBI
Verbos, {Verbuechani LBI
Vocales, {Kúskakuecha SE
{Vocaleecha GF
Voz, {Niatati o niátaminhani SE

83
BIBLIOGRAFÍA

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VELÁZQUEZ GALLARDO, Pablo, Diccionario de la Lengua Phorhepecha. Español-Phorhepecha, Phorhepecha-español,
México, FCE, 1978.

84
LA COMPOSICIÓN DE LA PALABRA
EN LA LITERATURA DE GILBERTI

Abraham Custodio Lucas


El Colegio de Michoacán

INTRODUCCIÓN

Desde los primeros encuentros entre los frailes misioneros y los antiguos habitantes de Michoacán, en la
época de la conquista, se tuvo conocimiento de que la lengua local contaba con una composición
morfosintáctica diferente de las circundantes.
Los textos producidos entre ambos protagonistas de la época, arrojan mucha información sobre la
estructura de la palabra en esta lengua, una estructura poco estudiada, con seguridad por la falsa
concepción del contenido religioso en esta época cuando sólo lo rigurosamente científico amerita
investigación. Con este argumento esos textos llamaron poca atención y sólo algunos historiadores y
lingüistas fueron atraídos por interés histórico y particularidades lingüísticas. Pero gracias a ellos se conoce
sobre la existencia de esos textos.
En estos documentos se puede apreciar la complejidad y simplicidad del trabajo lingüístico en la
traducción de diversos conceptos a otro idioma, y esa labor siempre ha sido un desafío para aquélla, así como
para la interpretación. La complejidad proviene de las palabras de raíces grecolatinas, que representan
conceptos judeocristianos, los cuales los frailes transliteraron o en el mejor de los casos usaron como
préstamos, adaptando neologismos en la lengua receptora; y la simplicidad proviene del uso de las palabras
nativas que representan con naturalidad los mismos conceptos ya conocidos en la cultural local.
Este estudio trata sobre la composición de la palabra, producto de un diálogo con expresiones
objetivas e impresionantes porque se suscita en un tribunal de la época romana y se sabe que la redacción
original fue poética del género dramático, lo que permite apreciar la capacidad de la lengua receptora para
representar el mismo escenario en la cultura local.
Los conceptos que expresan las palabras compuestas no se pueden analizar de manera aislada; es
necesario conocer su contexto, por lo cual primero se traduce el contenido de esta narración, cuyo origen se
remonta al siglo V, y que Gilberti reproduce en el siglo XVI apoyándose en narradores michoacanos.
En realidad los nativos que participaron en dicha traducción estaban produciendo literatura propia al
utilizar conceptos conocidos en su entorno cultural, de manera que el papel de los misioneros fue introducir
la escritura gráfica que los nativos asimilaron con gran rapidez.
La narración mencionada sólo fue traducida al castellano en el siglo XVII, de manera que la lengua
michoacana le antecedió en su redacción escrita.

MARCO HISTÓRICO DE LA NARRACIÓN

El texto se refiere al martirio de Santa Olalla de Mérida. Olalla es el nombre gallego utilizado por Gilberti del
latín Eulalia, que proviene de Eu = bien, Lal = hablar. Narra la persecución que el emperador Diocleciano
emprendió contra los primeros cristianos en la región de la Emérita Augusta, población fundada para
militares romanos retirados, ubicada en la actual Extremadura, al suroeste de la península Ibérica.
Según la tradición, Eulalia vivió del año 290 al 304 d. C. y a la edad de 13 años se enfrentó de una
manera intrépida al gobernador Calpurniano, quien ordenó su martirio. Esta narración fue redactada en latín
entre 404 y 405 d. C. y por su estilo se reconoce la habilidad literaria del poeta Aurelius Prudentius Clemens, a

85
quien se atribuye la redacción original y que aparece en su obra Peristephanon (Libro de las coronas de los mártires),
célebre colección de 14 himnos a algunos mártires.
La península Ibérica es un territorio cuya lengua ha experimentado diversos cambios; del latín
provienen algunas lenguas romances; a partir de siglo V se mezcló con lenguas germánicas por la presencia
visigoda durante cuatro siglos, y después con el árabe por siete centurias durante la presencia musulmana
hasta el siglo XIV. Así surge la lengua castellana que se perfeccionó en el siglo XII y que finalmente predominó
sobre la mayoría de las lenguas vernáculas de la Península.
La pasión de Olalla fue escrita en latín del siglo V, aunque no se sabe a ciencia cierta lo referente a la
evolución de las reproducciones en el periodo subsiguiente; no se encontraron otras traducciones hasta que
apareció en una Cantilena Francesa del siglo IX; se ignora quién fue el traductor, pero algunos siglos después
el francés Gilberti estaría pasando la historia a una lengua no europea.
El texto de Prudentius menciona a Eulalia en lugar de Olalla y a Maximianus en vez de Diocleciano,
así como al pretor en lugar de Calpurniano. Lo anterior nos dice que existieron diversas versiones que dieron
más nombres a los personajes. Pilar Riesco Chueca encontró cuatro pergaminos que datan de los siglos X, XI,
XII y XIII localizados en el Museo Británico, la Biblioteca Nacional de París y en las Catedrales de Tuy y de
Toledo, 1 respectivamente.

LA TRADUCCIÓN DEL TEXTO A LA LENGUA MICHOACANA

La pasión de Olalla fue publicada en lengua de Michuacan en 1559 por Maturino Gilberti (1508-1585),
quien era de origen francés nacido en Poitiers. Franciscano a partir de 1524, llega al Nuevo Mundo en
1542. El Dr. Benedict Warren se ha dedicado a estudiar la vida y obra de Gilberti y gracias a él se sabe que
en 1553 comienzan sus publicaciones con un breve tratado sobre Doctrina Cristiana en lengua de
Michuacan, que de 1557 a 1559 reside en México y en ese periodo supervisa la publicación de sus obras
entre las cuales destaca: Dialogo de doctrina Christiana en lengua de Mechuacan2 en la que incorpora la pasión de
Santa Olalla como el exemplo 153.
En el colofón de esta obra, su autor reconoce que la Doctrina es una compilación de muchos libros de sana
doctrina; 3 y que el texto fue examinado por fray Alonso de la Veracruz; que se imprimió con la licencia del
virrey Don Luys de Velasco y del obispo Don Alonso de Montufar. La traducción de la pasión de Olalla
sorprende porque la versión castellana fue publicada sólo en 1623 por Vicente Blasco de Lanuza.4
El texto de Prudentius y la versión de CANTILÈNE DE SAINTE ÉULALIE descubierto por Hoffmann von
Fallersleben en 1837, son himnos escritos en latín el primero, y el segundo en un latín regional de Francia. Por
su parte la versión en lengua de Michoacán era desconocida hasta que el Colegio de Michoacán la reedita y
aún no se ha estudiado su estilo literario ni la estructura sintáctica.
En el Michoacán del siglo XVI se sabe que los nativos aprendieron con increíble rapidez a crear
literatura en diversas lenguas además de la propia, lo cual provocó cierto celo en las elites del régimen
centralista de la Colonia e inmediatamente prohibieron que los indígenas fueran alfabetizados y que
escribieran en su lengua, por temor al registro escrito de tradiciones religiosas ajenas a la cristiana.
Ni siquiera las narraciones sobre sucesos europeos prevalecieron, como el caso de Olalla. La
Doctrina con la pasión de esta última terminó en las bodegas de la Inquisición. Aún cuando la historia se
refiere a una mártir española, el idioma en que se publica es michoacano, y su registro permite hoy apreciar
la habilidad de creación literaria de esta lengua para igualar, en estructura, a cualquier idioma europeo en la
producción de literatura.

1 Pilar Pilar Riesco Chueca, Pasionario Hispánico, Sevilla, Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones, 1995, pp. XV-XIX .
2 Maturino Gilberti, Dialogo de Doctrina Christiana en la Lengua de Mechuacan 1559, Moisés Franco, Introducción histórica de Benedict Warren,
Zamora, El Colegio de Michoacán, 2006.
3 Op. cit., fol 22 de la sección: vida de los sanctos.

4 Manuel Alvar, Raíces de la Literatura Aragonesa, publicado por la Universidad Complutense, consultado en http://www.cervantesvirtual.com/servlet.

86
OBJETIVO Y MÉTODO

El objetivo es identificar la composición de la palabra nativa y su uso en la literatura dramática; para ello se
traduce primero el relato al castellano actual para identificar el género literario, así como apreciar la
composición y uso de la palabra en los distintos momentos de un mismo escenario.
El texto de Gilberti es una fuente para ilustrar el espíritu intrépido que puede expresar la palabra
indígena, capaz de reproducir un acontecimiento impresionante y de generar reacciones sentimentales en el
público lector o auditivo. El texto relata un conflicto del ser humano ante un sistema intolerante. El desenlace
ilustra la victoria espiritual de la víctima sobre el victimario terrenal. Y la retórica generada entre los
personajes constantemente provoca expectación, incertidumbre, temor y admiración, según se aprecia en la
siguiente traducción.

EL CUERPO DE LA OBRA

Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca hini Castilla, himahcanchuhca yqui vndaca hacahcungan, himahcanx Allá en Castilla, en aquella época cuando comenzó a propagarse la
hecahtsiquaren hyma yretiecha fe, los habitantes de ahí perseguían a los cristianos porque no les
ahchucharihuahandi christianoechan, no çanx exehuacuecan. agradaban.
Ca hima hapihti ma yuritsqueri temben tani vexurinihco hatiretin, ca hinde Y moraba ahí una doncella de tan sólo trece años de edad, de
hacanguringahandi Olalla. Ca hima maro yretaro Merida, hapihti ma nombre Olalla. Y en la localidad de Mérida, estaba un gobernador
vtatspeti hindequi emperadorni quaninguecunstahanga, representando al emperador, llamado Calpurniano.
hacanguringahandi calpurniano.

Ca hinde axangapihti vamento achaechan hucahuatin, Xristianoechan Y él fue enviado con todo un destacamento de legionarios para dar
vuandicuratangan, ca tzandini hinde vtatspeti ysqui hamahaca ma muerte a los cristianos, y enterado aquel juez de que ahí moraba una
yuritsqueri, hyndequi doncella muy entregada al cristianismo, la mandó traer.
chemento cez hamahaca christianoequa hymbo, ys pitahquareti, ca hima Y en el tribunal ya antes estaban recluidos otros cristianos
vtatspetiyo thuuinx hecahtsiquaren hatzingayapihti xristianoecha condenados a muerte, cuando la joven Olalla fue llevada ante la
vuandicungacuecan, yqui hinde pangaca yuritsqueri Olalla, hin vtatspetin presencia del juez.
andangaritangayaran.

Ca hynde yuritsqueri cauquanihco vecatzeyati hin vtatspetin xucan, noçan çan Y la doncella al momento comenzó a recriminar al juez, sin vacilar
ys yondi ys hayati nohtundihqui ahndanguarepihti hinde vtatspeti çan am y sin darle tiempo al juez de pronunciar palabra alguna, la joven
arin, yqui hinde yuritsqueri vndaca ys ariyaran. comenzó a decirle:

Andire xuqui thu? yxu yretaro ynchanon yquimengari Dios curuhnaquaemba? ¿A qué has venido? ¿A qué llegaste a este pueblo, perverso
Andire vecahaqui nah manatahuacuecan hihchaquix manaracuhaca mahco adversario de Dios? ¿Por qué estás afligiendo a los siervos del
Diosen, hinguire thu no mitetin xamahaca amutanstan, ca thureni Dios único a quien tú, sin saber, repudias sin siquiera conocerle?
pitahquareca himboquireni hurahcutapiringa hinguini manaracuhaca, no Y has ordenado que me traigan con la intención de obligarme a
cezeuati: abandonar a quien yo sirvo. Será injusto, porque en su santa fe
himboquiren hihcheuiremba sancta hacahcuqua chemento tzihuerahaca me fortalezco

Himahcan hinde vtatspeti exeparin, ysqui Entonces viendo el juez, que era muy tierna y de hermoso rostro,
chemento tzitzijeca, ysqui nahmintzin se enterneció y comenzó a decirle:
ambongarica, himbo vndati ys arin chenarin piquaren.

87
Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

A vuache, nahre arasirahaqui? Noreterohco vuatsien nah hangascaxarahaca, Oh niña, ¿qué es lo que dices? Sólo son imaginaciones de niña. Las
cahas yseue vuache, vanambequaesti hinguire xarahaca, ca hacacucheren hinden: cosas no son así niña, tontamente estás hablando, me obedecerás a
care hatzicuhuaua parandi vingacuryriechan: hinguicuhche mí: tú ofrecerás holocausto a las deidades que nosotros veneramos,
quatahuaca, ysqui huramuca acha así lo ordenó el emperador. Por tanto les tendrás ante ti y no les
emperador, ca himahcande çan erahtangauaca: nore amaringauaca. menospreciarás.
Ca yquire arasirahaca tam vndaquarecuecan: manan tucupacha arin, Y si hablas de hacer lo contrario, acusándoles de ser otros dioses y
himahcande am erahtangahmangaua: cauquande nah manatangauaca. negándoles, serás castigada de inmediato.
Ca andindimento vuache, carehchundehco hatzicuhuan parandi, hingui hucha ¿Por qué tiene que ser así niña? Ofrenda a los dioses que
quatahuaca tucupachaechan: care cueraran, thunditero nah yosti hapimbi veneramos, y te salvarás y conservarás por largos días, y
huriata, care amiriras ma picuquaren, cahtsi hingun ys haran hucahperarin sosegadamente te desposarás y juntos planearán su vida, y algún día
camata ayanguhperan, care hyma ma pauan cuiripen piquareran. procrearás.

Himahcan hynde yuritsqueri Olalla, vndati ys arin hin vtatspetin, himboqui Entonces la joven Olalla le dijo lo siguiente al juez, debido a que
sancta hacahcuqua himbo noçan tandahcamahanga, himbo vndati ys arin. por la santa fe estaba bien convencida, comenzó a decirle:

Nahre arasirahaqui thu ambee vandaqua hynguire xarihaca hynden, ¿Qué cósas dices tú, con qué palabras me hablas? Niñerías
hiniyohcoesti solamente estás hablando.
vuachetaquanequa hinguire xarahaca, Porque yo no ando sola, tengo un esposo muy rico, llamado
ca hino am handiyo hamahaca: ca Jesucristo, quien es el redentor de todo el mundo, y él acabará
quahchacutireni ma tepari thipiquareri, contigo junto con tu padre Satanás.
hindequi hacanguringahaca Jesu Xristo,
hindequi euapehpensca yamento
paraquahpen, hindequinchuhca cacanstaua thunguyni tuhcheueti tatate
sathanasni hyngun.

Ca hymahcan hinde vtatspeti calpurniano, vndati cuiquiritahpen, himboqui Entonces el juez Calpurniano ordenó que fuera azotada, para
cheta himbo vndapiringa vanapamunstan, tharesiechan casirehuacuecan, escarmentarla y que se retractara, y accediera a venerar a los dioses.
caru noamu, nahquiaru ychaquatangastahanga cuiquiringan. Pero no lo hizo aunque fue azotada hasta quedar tirada.

Himahcan hucamahandi arin hin vtatspetin xucan ys ariparin. Entonces con más brío increpaba al juez diciéndole:
Haranguenanhate emperador hindequiquini axaca, cathu hingun Maldito sea el emperador que te envió, y maldito seas tú también,
haranguendengate, himboquihtsi mario carauahperanstauaca curini hyni porque juntos uno tras otro serán arrojados al horno del infierno, al
cumiehchuquaro, himaqui nonahcan men vehpohpehaca. fuego que nunca se apaga.

Ys arihandi xucan vtatspetin cuiquiringaparin, himboqui noçan nah Así reprendía al juez, porque no sentía los latigazos que le
piquarerahanga ys çacungaparin cuiquiringan. Himahcan hucamahandi propinaban. Y con mayor denuedo glorificaba con alegría a Dios, y
cuiripehchan diosen por eso le decía:
tzipequareparin, ca himbo ys arihandi meni. Tú sólo logras castigar mi carne, porque hasta ahí llega tu poder,
Ca thureni cuiripetahco nah manatachehaca, xandehco himbo vhcamahaca pero nuestro creador tiene poder de llegar hasta el alma, y el cuerpo.
cezequa: caru hindequihtsin cuerauaca hucarin haty cezequa anima hymbo: ca Y a mí me rescatará de todos los tormentos con los que me
cuiripeta himbo, hinderen euahpenstauati yamento tuhcheueti nah castigas. Porque él me infunde valor, por esto te reto a que hagas
manatahperaqua himbo, hinguiren himbo pamerahaca: himboquiren hinde conmigo lo que te plazca.
chemento tzihuerahaca: hin himbo arisirahacaquini, niyata am hameri
hinguiren vecahaca vchecuecan.

Himahcan vtatspeti ysariti hin yuritsquerin: A vuache, hiquini chen Entonces el juez dice a la doncella: Oh niña, cómo me compadezco
vehcondenstahaca, de ti, tu juventud me inspira lástima
noreterohco vuatsien hangascaxarahaca.

Ca himahcan hinde yuritsqueri Olalla ysariti vtatspetini: Entonces la joven Olalla le dijo al juez:
Acha diosren vehcondenstaue, ca tuhcheueti vehcondehperansqua curucuruxesti. Me compadezca Dios el Señor, porque tu compasión es con saña.

88
Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Himahcan vtatspeti ys curahchatini, mendero huramucuhuati mimiembaechan, Entonces escuchándola el juez, ordenó nuevamente a sus
ysquix macuuaca cuiquirin caras himbo hindequi tzahtzahuaraca. alguaciles, que la azotaran con vara de tejocote endurecido.
Himahcanangua hinde yuritsqueri yscurahchatin vtatspetin, vndati xucan Y entonces la doncella, al escuchar la orden del juez, le reprendió
ysariparin: diciéndole:

Haranguendengate tharepeti, thuquire xarahaca, ca thure piquarerahaca Maldito anciano, tú que afirmas y que quisieras verme atemorizada:
ysquiren cherapiringa: tuhcheueti pameri cuiquirihperata himbo no cezeuati con tus dolorosos azotes no lo lograrás, sólo me haces sentir
curendehcos piquarerahaca, thureni men hucamahaca cez piquazcani, bienaventurada, me has colmado de dicha, mucho me han
candenumento tzihuerasirahaca ys cuiquiritahpeparin. refortalecido tus órdenes de que yo sea azotada.

Himahcan vtatspeti yscurahchatin, nahxan andariquareti yquiuan, ca vndati Entonces al escucharla el juez, mucho se encolerizó, y pidió aceite
azeyte vequaren hureracata, hindequimento quachacharahaca puruuan, hirviendo que estuviera burbujeando, para quemarle los senos.
himboqui ytzuqua aparetamengauaca.

Ca ys azeyte vanangauatangarin noçan nah piquareuati hinde yuritsqueri, ca Y al rociar el aceite sobre ella, la joven no sintió nada y comenzó a
vndati ysarin vtatspetin: reprender al juez:
Y azeyte ynguiren vanangauatatahpeca, noreni nah piquazti, ca yreni El aceite que hiciste rociar sobre mí, ningún daño me causa, y ha
hucamahati can hurepengueran acha diosen pampzcani. refortalecido mi espíritu por amor a Dios el Señor.

Ca himahcan hinde vtatspeti yscurahchatin, hucamati yquiuan, ca vndati Entonces el juez al escucharla, se llenó de ira, y ordenó a sus
arihuan mimiembaechan ysarihuaparin: alguaciles diciéndoles:
Hatzihe vaxarutan pureche: cahtsi ytsi tayacata ytsieranstaua. Ca marongua Pongan la olla en el fuego, y dejen que el plomo se derrita. Y
etzohpahe esparzan brasas y pongan encima una malla de hierro, y a esa niña
chuhpiri, cahtsi hima hatziua ma tiamu cantzacata, cahtsi hima la rodarán encima, pero muéstrenle primero el plomo derretido y la
viruquahtsitaua ynden yuritsquerin: ca vretatihquiru exerahe hin ytsi tayacata malla de hierro sobre el que la pasarán a fuego, tal vez sienta temor
ytsieranscata. Ca hin tiamu cantzacata hinguihtsi himbo ychahtsitauaca de verlos, y comience a bendecir a quienes nosotros veneramos.
chuhpiriro, andiquitero exeparin cheuaca, ca vndaua Y si se niega a retractarse, entonces llévenla al fuego y arrójenla
casirehuan hinguicuhche hucha quatahuaca. encima sobre la malla, y en seguida rocíen el plomo derretido en
Ca yquingua no vecauaca vahnanamanscuecan, himahcanthsi pauaca chuhpiriro todo su cuerpo.
ycharehpaman cantzacata himbo, cahtsingua yyanan xas vanangahchacuraua
ytsi tayacata ytsieeranscata.

Ca hyhcom ys vngati ysqui arihpeca vtaspeti, ca ys yam exerangati ysqui xaporo Y obedeciendo las órdenes del juez, le mostraron todos los terribles
himbo pamerangauaca hinde yuritsqueri olalla, ca exerin hinde yuritsqueri tormentos que deparaban a la joven Olalla, y ella, al verlos,
vndati ysarin hin vtatspetin. comenzó a decirle al juez.
Thu yquimengari, pamerauequini varichaonapu chuhpiri, hindequi nomen Tú, maldito, serás atormentado con el fuego del infierno, que nunca
vehpohpehaca: himboquiremento se apaga, porque te obstinas en atomentarme, queriéndome obligar
handaquarehaca hinden pameracuecan: hurahcutaracuecandeni hucheue yrecha a que renuncie a mi rey, el Dios que mora en los cielos que es mi
diosen auandaro yretin hindequiren hapinga hindeni, tuhcheuety señor.
pamerahperaqua himboren hinden vanambetacuecan: caru no cezeuati hinguire Con tus tormentos pretendes que pierda el juicio, pero tu intención
vecahaca, himboquiren hinde euahpenstauaca tuhcheueti pameri himbo, ca hi no no prosperará, porque él me rescatará de tus tormentos, porque yo
ambe camangarinsca, yqui no hymboquinihco vtas angamexaquarehaca ninguna culpa tengo, a no ser que sigo sosteniendo mi confianza en
hihcheuiremba hacanguriqua mintzican. su nombre.

Ca yqui vndaca pangacuecan chuhpiriro, himahcan vndati vehcovehcomarin acha Cuando era conducida al fuego, la joven Olalla comenzó a clamar a
diosen hinde yuritsqueri olalla, ysariparin: Dios el Señor diciendo:
Queyquiyqui acha dios: thuquiren teruparaca: çanden cuiripen vehcondens Oh Dios mi señor, tú que me has hecho tu sierva, ten misericordia
euahpensparinden, yxuquini pamerangacuecahaca, ca ynscuren çan de mí y sálvame del tomento al que soy conducida, y dame valor
vingatsquarequa, himboquini vingatsquareuaca santa hacahcuqua himbo, ca para soportar, porque debo padecer por la santa fe y por tu santo
tuhcheueti sancto hacanguriqua himboetaqua. nombre.

Ys aririn diosen, cauquan thzirapensti hinde ytsi tayacata ytsieranscata, ca ys Terminando de clamar a Dios, inmediatamente se enfrió el plomo
chuhpiriro ycharehpangamati cantzacata himbo: camen xas yures himbo derretido, y ella fue arrojada con la malla sobre el fuego, y luego le
vanangahchacurangahandi ytsi tayacata ytsieranscata: caru thuin thzirapensti. rociaban con un cucharón el plomo derretido que ya estaba frío.
Camen hihchahco tziruhxquarehandi aparehcuni hihchaquix atahanga, camen Pero los que le rociaban sí se chamuscaban las manos, y aquella
hinde yuritsqueri noçan nah piquarerahandi, himboqui dios angandarunsca. joven no sentía nada, porque Dios la favorecía.

89
Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca himahcan hinde vtatspeti Calpurniano, exerin hin yuritsquerin, ysqui Entonces el juez Calpurniano, viendo a la joven que no se retorcía
noçan aristahaca hin pameri, nahxan yquiuati arihuaparin mimiembaechan: de dolor, se enojó aún más, ordenando así a sus alguaciles: Traigan
Huuahetero caras, cahtsi aua cuiquirin ychaquatanstan, cahtsi men xas erucx nuevamente la vara de tejocote, y azótenla hasta derribarla, y luego
purupuruacata himbo vingam parimacuuaca, hindequimento cherapeca con pedazos de barro cocido le friccionarán duro, busquen que esté
himboquihtsi muy áspero para que levante su carne.
cuiripeta yam ahtombariuaca.

Ca himahcan hinde yuritsqueri yscurahchatin vtatspetin, vndatimenthu Entonces al escuchar la doncella al juez, comenzó a clamar a Dios
vehcovehcomarin diosen ysariparin: diciéndole:
Queyquiyqui acha Jesuxristo, dios tzipeti vuahpa: çanden cuiripen Oh señor Jesucristo, hijo del Dios vivo, por favor protégeme,
angadarunstan, tzihueracheparinden hucheue mintzita, fortaleciendo mi corazón, porque muchos tormentos he de padecer,
himboquini vingatsquareuaca xaporo pameri himbo, ca hy chemento vecahaca y cómo quisiera ser rescatada del fuego del infierno que nunca se
pihpaquarenscuecan varichaonapu chuhpiri himbo: hindequi nonahcan apaga, para ser llevada al cielo, allá donde estás tú junto con el
vehpohpehaca, himboquini ynchancheuaca hini auandaro, hiniquire haca tataten Padre y con el Espíritu Santo. Así sea.
hingun ca spiritu sancto. Yseuengua.

Ca himahcan vtatspeti yscurahchatin hin Entonces escuchando el juez a la doncella, en seguida le dijo:
yuritsquerin, vndati ysarin: ¿Acaso piensas que te daré reposo? No te dejaré descansar, de
Care piquarerahqui ysquiquini cumano muchas maneras te atormentaré, hasta dejarte abatida.
hurandunstauaca? Noquini cez cumano
hurandunstauaca: vaporoquinderomento pamerauaca, hima hameriquiquini
quazcuuaca.

Camenthu yuritsqueri Olalla ysariti hin vtatspetin: Y también la joven Olalla le respondió al juez:
Noreni cez andaparatauaca: hyndequin andaparatauati acha Jesu Xristo, No me vencerás, ya estoy rendida al señor Jesucristo, quien
hindequiren hinden angandarunsparin purecuhpehaca. combate a mi favor.

Ca himahcanthu nahxan andangueyati yquiuan hinde vtatspeti, ca vndati Y entonces aquel juez se llenó más de ira, y ordenó a sus alguaciles
arihuani mimiembaechan candela etscutarahuan, hindequi can thingarahaca, que prendiesen una tea, la que más calienta, para quemarle sus
himboquixtu men hurinxqua aparehtsitacuuaca, rodillas.
ca hihcom ys vngati ysqui huramutspepihca hynde vtatspeti. Y ellos cumplieron la orden del juez.

Ca hymahcan hinde yuritsqueri vndati arin vtatspetin ysarini: Y entonces aquella joven le dijo al juez:
Ya niniti hucheue cuiripeta, ca arihua mimiteechan ysquihtsini etuqua çan Ya está asada mi carne, di a los alguaciles que rocíen algo de sal
atauaca, himboquini aspeuaca. para que sazone.

Himahcanthu men vtatspeti nahxan charapensti yquiuan ystu vndati arihuan Entonces el juez, rojo de cólera, inmediatamente ordenó a sus
men mimiembaechan ysarihuan: alguaciles:
Hatzihe yya huringuequa ma curingan: vahtzauemento hima hameriqui Prendan fuego al horno, dejen que se caliente al rojo vivo, y luego
characharaxenstauaca, cahtsi xas yncharaua yn yuritsquerin: ca has men arrojen a esta niña ahí y nunca la saquen.
petanshe.

Ca ystu vanacurinihco hatzingati huringuequa curingangan, ca yqui vtaca Entonces rápidamente pusieron a calentar el horno y cuando
charapen vahtzan: himahcan yncharangati hinde yuritsqueri, ca cauqua mingati. comenzó a ponerse al rojo vivo, arrojaron en su interior a la
doncella e inmediatamente fue encerrada.

Ca hinde yuritsqueri yncharangarin, vecatzeyati aran piren ysaparin: Y al ser metida aquella joven, comenzó a entonar la siguiente
Yuritsquecha, hihchaqui no ambetaqueca, pangauatix auandaro yrecha diosen melodía:
andangaritangayaran, tepari xaramequareta himbo. Las señoritas que vírgenes se conserven, serán conducidas al cielo,
ante la presencia de Dios el rey, con gran gozo.

90
Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca himacan hinde vtatspeti vanamucurahandi huringuequaro, ca curangatin Como el juez caminaba cerca de la entrada del horno, escuchando
hyngui hinde yuritsqueri que del interior cantaba la joven, comenzó a decirle a sus
pirehanga, vndati arihuan mimiembaechan ysarihuaparin: alguaciles.
Era yyayni piquarerahaca, ysquihtsini andaparatasca yma yuritsqueri: Presiento que esa niña nos ha vencido, porque no escucho sus
himboqui nomento çan maro aristahaca pameri: ca vtas nomento çan lamentos, y para nada pierde su brío. ¿Pero cómo es posible?
tandahcamahati. Camenthu nahmentoepirin? Hengua petanshe, cahtsi paua Sáquenla y llévenla en procesión exhibiendo su desnudez en todas
vanotatan cueranstin, mandan ambocuta himbo ca yamento picuhe las calles, y rápenle toda su cabellera, para que se sienta
quetzuhtsicun, himboqui curatzeuaca: avergonzada: su arrogancia será vana.
mintzin tzihuequareuati.

Ca hihcom ys pangati himasquarohco vanotatangan: yan quetzuhtsicungatin. Y ella fue exhibida desnuda en procesión, toda rapada.
Ca huanganonguatin vndatihtu men arin vtatspeti hin yuritsquerin ysarin: Y al ser vuelta, el juez comenzó a decirle a la joven:
Hendi, vandatzequarehua tucupachaechan, hinguiquini vandatzequaretahuan Mira, adora a los dioses, te conmino a que les adores y les
xuhcanstahaca, hatzicuhua parandi. ofrecezcas ofrenda.

Himahcan ysariti hinde yuritsqueri vtatspetin: Menchuhcani arahaqui Entonces la doncella le respondió al juez: Mi adoración está
vandatzequaren, mahco diosen hindequiren hapinga, hinguini parandi destinada a un solo Dios, quien es mi señor, a él le ofrendo mi
yntsingaritahaca hucheue cuiripeta, ca anima, xaporo pameri cuerpo y alma, en todos los tormentos a que soy sometida.
vingatsquareparin hin himboetaqua.

Ca himahcan vtatspeti nahxan yquiuati nitaxataquareparin: ca huramuti Entonces el juez, desesperándose, se enojó más, y nuevamente
mendero ysqui tiripangauaca, ca hima tzipeti cururingaua. ordenó que fuese colgada y quemada viva ahí.

Himahcan hinde yuritsqueri, vndati ysarin diosen, yqui vndaca hatzingan Entonces aquella joven, cuando era colgada, comenzó a implorar
tiripangan: así a Dios:
Queyquiyqui acha, thuquireni teruparaca: vapororendihqui pameri himbo Oh señor, yo soy tu sierva: en muchos tormentos me has probado,
thzehcuca: ca chuhpiri himborenthu thzehpaca: ca noreni ambe execheca, y por fuego me has pasado, y en mí no has encontrado que yo te
hinguiquindero vahnanchenspiringa. hubiera negado.

Ysaparin nahxan xaramequarehandi, himboqui ambando exehuahanga Con estas palabras se llenó de gozo, porque claramente vio a
angeleechan, hihchaqui hima hapihca xachocuecan hihcheuiremba anima, yqui los ángeles, junto a ella esperando su alma, cuando cesara su
mintzita henauaca. corazón.

Ca ysingua mendero vndati hauiri paracungan, hingui quetzuhtsicungaca, ca Y entonces tejieron la cabellera que le habían arrancado, y como
himbohco cuenchahchatangarin soga la levantaron para llevarla a donde sería ejecutada.
hauatangahendi pangan, himaqui nah manatangauaca vuandicungan: hini Allá en los límites del pueblo, porque en el horno no le pasaba
yreta camaraman, himboqui hima nada cuando la quemaban, al llegar fue amarrada del cuello, y
chuhpiriro no nah vquareca, himaqui cururingahanga, ca hini pangayarin estirada con piernas separadas y brazos extendidos, y luego fue
antzihuaqua himbo ycharehtsitangamati: ca arucuri antzinducungahandi, ca azotada.
arucuri antzihcungahandi, ca xas angahandi cuiquiringan.

Camenthu hima huramuti hinde vtatspeti, ysqui candela etscungauaca, Y el juez ahí ordenó que prendieran la tea más ardiente, para
hindequi can thingarahaca, himboqui himbo quemarle las costillas.
curuhtacungauaca quintsimaraniro.

Ca himahcan hinde yuritsqueri exeparin xan pameri, vndati ysarin Y entonces la joven viendo tal tormento le dice al juez:
vtatspetin: Tú, maldito, ¿por qué me hostigas con tantos tormentos, cada vez
Thu yquimengari, andireni xaporo pameri xaratachehaqui, hindequi más dolorosos?
hinioesca tipandirari? Está bien, que así sea. Y mírame para que no olvides mi rostro,
Hengua yseue: ca eratereni himboquireni no mirungascauaca: himboquiren cez porque me reconocerás bien entonces cuando Jesucristo, nuestro
mitenstauaca: himaqui vtatspeuaca hucheue yrecha Jesu Xristo: himaquire rey, juzgue. Ahí se te pagarán estos tormentos y por la eternidad
mayamunganstauaca pameri, hinguire nitatarerieca pamequaren. serás atormentado.

Ca himahcan yscurahchangaparin: vamento hihchaqui hima hapihca no Entonces siendo escuchada por la multitud, muchos de los
hacahcucha, nahxan eratzengansti, vahnanangamansparin ca ytsi presentes no creyentes, quedaron admirados, arrepentidos y
atahtsicurahquarengaparin. deseaban ser bautizados.

91
Versión de Gilberti, 1559 Traducción actual

Ca xaporo pamerangarin noçan tandahcamahandi, himboqui dios vtas Y no perdía su arresto aunque en todo era atormentada, porque
hucaquarerin hamahanga, himboquixtu angeleecha tzihuerahanga, hihchaqui Dios estaba con ella, y los ángeles que le acompañaban también le
vmbatapihca. Ca yyanan men vecaparatangati ma cruz himbo ca hima infundían valor.
hatzingatin vndati tzipeti mendero cururingan. Entonces fue colgada de una cruz y ahí, viva, fue quemada otra
Ca hinde yuritsqueri hima hatin, aratati chuhpiri acuecan: ca ys amiriras vez.
mintzitahendi: ca erangungati hihcheuiremba anima, hindequi hepungueen Ahí la joven abrió su boca queriendo devorar el fuego, y gimiendo
has en paz, fue vista su alma que, en forma de paloma, salió de su
haramequaro veramorin cauquan nica auandaro.* boca e inmediatamente ascendió al cielo.

* Gilberti, op. cit., folio 19.

COMPOSICIÓN DE LA PALABRA

La fonología de la lengua no necesariamente sigue el patrón silábico castellano; en la lista anterior hay sonidos
de palabras bilíteras, trilíteras, cuatrilíteras y hasta pentalíteras, como la siguiente:

C-VCCV CC/V C/V C/V C/V-C/V


Yntsi nga ri ta haca
Dar pecho frente ante hace (verbo auxiliar)
le ofrezco, le entrego, le concedo

El patrón silábico castellano no concibe este modo de composición, donde la Y juega el papel de
semivocal porque le sigue una consonante N, y la I tiene la función de hacer un sonido sibilante pronunciado
como TSI. En NGA hay un sonido nasal velar que se leeŊA; en TAHACA la H afecta a la AC creando una
preaspiración implosiva en C.
La H no siempre fue muda, en el siglo XVI tenía un sonido aspirado y afecta fonéticamente a la
palabra. En su vasta obra, Gilberti la usa de la siguiente manera.
En Hurendah peri, la H inicial es una aspiración con sonido de J, la segunda vuelve implosiva a la D,
creando un sonido implosivo T’.

Juren thpe ri
Enseñar gente 2ª o 3ª Per. = el que realiza el oficio de la enseñanza

En: Hu ueh tsi n, son aspiraciones con sonido de J, la S se prolonga sin que se pronuncie la I:
Ju uejts n
Venir él nos a = venga a nosotros

En: Hacahcu haca, HA y AHC son aspiradas con sonido de J, y en HACA crea una preaspiración
implosiva en C:
Jacajcu jca
Creer hace = cree

En: Handihera parini la H inicial es aspirada, y la segunda acentúa a la E,


Jandiéra parini
Alcanzar haciendo = alcanzando
En: Herache hecha, la H inicial es aspirada, y en EHE se acentúa a la E
Jerache écha
Hermano los (pluralizante)

92
Cuando se determina la nulidad fonética de la H la lengua resultó afectada de diferentes maneras y esta
palabra se leyó erache.
La presencia de varias vocales como en: macuuaca, puruuan, huuahetero, parimacuuaca,
quazcuuaca, aparehtsitacuuaca, hatzicuhuaua, erahtangauaca, amaringauaca, erahtangahmangaua,
carauahperanstauaca, tuhcheueti, ytsieeranscata; tiene diferentes funciones: la U es una semiconsonante
conectiva cuando le antecede otra U, es futurizante cuando le precede una A, y casi siempre tiende a elevar el
tono de la vocal siguiente. Esto sucede incluso en ytsieeranscata, en la cual TSI lleva un acento prosódico
natural que se traslada a la E.
La lectura de la literatura del siglo XVI cobra vida cuando se aprende a interpretar la combinación de
grafías, y cada palabra adquiere sentido al leerse en oraciones, trasmitiendo información sobre el
conocimiento desarrollado en aquella época.
También es posible encontrar expresiones nativas que a un escritor no hablante se le imposibilita
percibir; en el listado hay palabras nativas que los frailes de la época difícilmente pudieron comprender en su
total dimensión.
El método de composición de vocablos empleada por los frailes, permiten hoy hacer una
interpretación fonética de las grafías y por medio de los textos se pueden encontrar muchos sonidos
aproximantes (vocales no silábicas); eyectivas (glotalizadas) implosivas, palatales, velares, uvulares, así como
sibilantes y africadas retroflejas e interiorizadas, además de las vibrantes, las cuales se van encontrando
conforme se estudia la lengua y que en esta breve exposición no se alcanzaron a describir.
Afortunadamente se están recuperando los textos en lengua indígena del siglo XVI y existen infinidad
de ejemplos como la pasión de Olalla, así como tratados de historia, geografía, filosofía y teología, y demás
información del pensamiento europeo medieval escrito en lengua de Michoacán y conforme se avance en la
lectura de estos textos se puede comprobar la existencia de esas mismas ciencias en el mundo nativo
prehispánico, porque los conceptos quedaron plasmados lingüísticamente.

CONCLUSIONES

Los que escribieron estos textos, tanto nativos como extranjeros supieron utilizar los recursos literarios de la
época para representar a la palabra nativa con el uso de la escritura que llegó con los europeos. Se creó la
palabra escrita y con ello vino la elaboración de obras literarias en lengua nativa. El drama de Olalla
demuestra la absoluta adaptabilidad de la lengua ante cualquier género literario. Si el texto original latino
estaba en forma de canto, hace falta revisar la versión michoacana para estudiar su género; por ahora se puede
concluir que:
1. Las lenguas indígenas de América son idiomas completos y con la capacidad de crear palabras que
comunican los conceptos más abstractos, así como para traducir e interpretar géneros literarios de
cualquier idioma.
2. Los nativos que auxiliaron a Gilberti para redactar esta narración entendieron el estilo literario del
poeta Prudentius, y trasmitieron el mismo estilo dramático.
3. En su tiempo, estas narraciones pudieron personificar a un pueblo oprimido representado en la figura
de Olalla, en un afán de libertad y tolerancia. Este tipo de mensajes no le convenían a la Corona
Española y la obra de Gilberti fue a parar a las bodegas de la Inquisición Española, casi
inmediatamente después de su publicación en 1559.

La información contenida en la composición de cada palabra es más profunda que lo que aquí se
alcanza a exponer. El diálogo que se genera entre los personajes y elementos que participan en el escenario
refleja un conocimiento de la cultura nativa sobre prácticas jurídicas. Y el uso de sustantivos como juez,
acusado, abogado protector, espectador y verdugo; asimismo, algunos conceptos abstractos, entre éstos:
culpabilidad, sentencia, sentimiento, intuición y tormento, abren el abanico de posibilidades de estudio para
este tipo de textos.

93
APÉNDICE

Concepto Traducción

SUSTANTIVOS

Acha Señor
Achaechan A los señores
Ambocuta Calle
Angeleecha Los ángeles
Angeleechan A los ángeles
Antzihuaqua Lazo, cordón (verbo sustantivado)
Auandaro Cielo
Azeyte Neologismo
Calpurniano Nombre propio
Candela Mechero, vela
Cantzacata Malla, enramada, tejido
Caras Tejocote
Castilla Nombre propio
Chuhpiri Fuego
Chuhpiriro En el fuego
Cruz Neologismo
Cuiripeta Carne
Cuiripetahco Sólo la carne
Dios Neologismo
Diosen A Dios
Diosren Dios me
Emperador Neologismo
Emperadorni Al emperador
Erucx Comal de barro
Etuqua Sal
Hacahcuqua Fe, creencia (verbo sustantivado)
Hacanguriqua Nombre propio
Haramequaro En la boca
Hauiri Pelo, cabellera
Hepungueen Como una paloma
Huriata Sol, día
Huringuequa Horno
Huringuequaro En el horno

94
Hurinxqua Rodilla
Jesu Nombre propio
Merida Nombre propio
Mimiembaechan A sus semejantes, a sus soldados
Mimiteechan A los semejantes
Mintzita (sust/verbo) Corazón, gime (verbo)
Olalla Nombre propio
Parandi Ofrenda (verbo sustantivado)
Paraquahpen Mundo, corteza terrestre
Pureche Olla, perol
Quintsimaraniro En la costilla
Sancta, sancto, santa Neologismo
Sathanasni A Satanás
Spiritu Espíritu, neologismo
Tatate Padre
Tataten Al padre
Tayacata Plata
Tharepeti Viejo, anciano
Tiamu Metal
Thipiquareri Poseedor, rico
Tucupacha Dios
Tucupachaechan A los dioses
Vehcondehperansqua Misericordia, piedad (verbo sustantivado)
Vuache Hijo
Vuahpa Su hijo
Xristo Nombre propio
Xristianoecha Los cristianos
Xristianoechan A los cristianos
Yrecha Rey
Yreta Pueblo
Yretaro En el pueblo
Yretiecha Habitantes
Yretin Habitante
Vandaqua Palabra (verbo sustantivado)
Vtaspeti, vtatspeti Juez, gobernador
Vtatspetin, vtatspetini Al juez, al gobernador
Vtatspetiyo En la casa del gobernador
Vuachetaquanequa Mocedad, juventud

95
Ytsi Agua
Ytzuqua Leche, pezón
Yures Cucharón
Yuritsquecha Las doncellas
Yuritsqueri Doncella
Yuritsquerin A la doncella

SUSTANTIVOS ABSTRACTOS

Ahchucharihuahandi Les perseguían


Ambando Claramente
Ambe Ser cosa
Ambee Sea cosa
Ambetaqueca Deshonrada, echada a perder
Ambongarica Belleza facial, de bello rostro
Amiriras Paz, con seguridad
Amutanstan Volver a maldecir
Andangaritangayaran Ser puesto ante, que compadezca ante
Andariquareti Se llenará su cuerpo
Angadarunstan Custodiarle
Angahandi Decía la gente
Angamexaquarehaca Yo me refugio
Angandarunsca Custodia
Angandarunsparin Custodiando
Anima Alma, espíritu, neologismo
Antzihcungahandi Era estirada de las manos
Antzinducungahandi Era estirada de los pies
Aparehcuni Quemarse las manos
Aparehtsitacuuaca Quemarle sus rodillas
Aparetamengauaca Será quemada
Ayanguhperan Planear juntos, acordar juntos
Camaraman Límite externo
Carauahperanstauaca Sea afligida la gente
Casirehuacuecan Quererles adorar
Casirehuan Adorarles
Cezeuati Justo será
Characharaxenstauaca Quede incandescente, rojo se torne
Charapen Rojo
Charapensti Rojo se torna
Cherapeca Esté áspero

96
Cherapiringa Le causaría pavor
Cheta Temor
Cheuaca Tenga temor
Christianoechan A los cristianos
Cuenchahchatangarin Atado del cuello
Cueranstin Despojado(a) de su vestidura
Cueraran Quedar liberado
Cuerauaca Ha creado
Cuiquirihperata Azote de castigo
Cuiquirin Azotarle
Cuiquiringan Ser azotado (a)
Cuiquiringaparin Siendo azotado (a)
Cuiquiritahpen Mandar azotar
Cuiquiritahpeparin Mandándole (a) azotar
Cuiripehchan Agradecer
Cuiripen Misericordia
Cumano Reposo, descanso bajo sombra
Cumiehchuquaro En el infierno, en el inframundo
Curatzeuaca Avergonzaré
Curendehcos Sólo bienaventurado (a)
Curucuruxesti Es con enojo, es con saña
Curuhnaquaemba Su enemigo
Cururingahanga Le quemaban su cuerpo
Cururingan Quemarle su cuerpo
Cururingaua Sea quemado su cuerpo
Erahtangahmangaua Mírales con respeto
Erangungati Fue visto, ellos fueron testigos
Eratereni Tú mírame a mí
Eratzengansti Ellos comprendieron
Etscungauaca Que enciendan el fuego
Etscutarahuan Mandar que enciendan el fuego
Etzohpahe Esparzan las brasas
Euahpensparinden Rescatándome
Euahpenstauaca, euahpenstauati Rescatará a la gente, salvará a la gente
Euapehpensca Rescata a la gente
Execheca Me has encontrado
Exehuacuecan Queriéndoles ver
Exehuahanga Les veía
Exeparin Viendo
Exerahe Muéstrenle

97
Exerangati Le fue mostrado
Exerin Al ver
Hacahcucha, hacahcungan Los de la fe, los que creen
Hacahcucheren Obedéceme, créeme a mí
Hacanguriqua El nombre propio
Hacanguringahaca Se llama
Hacanguringahandi Se llamaba
Hangascaxarahaca Te estás imaginando
Haranguenangate Seas desventurado, maldito seas
Haranguendengate Sea desventurado, maldito sea
Hatzicuhua Ofréceles
Hatzicuhuan Ofrecerles
Hatzicuhuaua Les ofrecerás
Himasquarohco Sin vestuario solamente
Huanganonguatin Después de que la regresaron
Hucahperarin Acompañándose
Hucahuatin Acompañándoles
Hucaquarerin Poseído, arropado
Hurahcutapiringa Debería dejarle
Hurahcutaracuecandeni Obligándome a renunciarle
Huramuca, huramuti Ordenó
Huramucuhuati Les ordenó
Huramutspepihca Les había ordenado
Hurandunstauaca Volveré a permitir
Hurepengueran Alentar interiormente
Hureracata Calentado
Huuahetero Tráiganla nuevamente
Macuuaca Le diga, le haga
Manaracuhaca Le sirvo
Manatachehaca Me atormentas
Manatahuacuecan Queriéndoles atormentar
Manatangauaca Será atormentada
Mayamunganstauaca Sea retribuido, se le pagará
Mintzitahenauaca Él (ella) gima
Mintzitahendi Él (ella) gemía
Mirungascauaca Olvidarás
Mitenstauaca Recordarás
Mitetin Al reconocer
Niniti Se coció, se cocinó
Nitatarerieca Sea digno

98
Nitaxataquareparin Desesperándose
Pamerahaca Martirizas
Pamerahperaqua Castigo
Pamerangacuecahaca Quería que se le atormente
Pamerangarin Al ser atormentado
Pamerangauaca Que le cause dolor
Pamerauaca Que le duela
Pamerauequini Que te duela
Pameri Doloroso
Pangaca Es llevado (a)
Pangacuecan A punto de ser llevado (a)
Pangan Ser llevado (a)
Pangati Fue llevado (a)
Pangauatix Serán llevados (as)
Pangayarin Al ser llevado (a)
Paracungan Ser tejido, ser trenzado
Parimacuuaca Le pase raspando
Pauan Mañana, futuro
Petanshe Sáquenla
Picuhe Quítenle
Pihpaquarenscuecan Queriendo ser salvo (a)
Piquarerahaca, piquarerahqui, piquazti Siente en sí
Piquarerahandi, piquarerahanga Sentía en sí
Piquareuati Sentirá
Piquazcani Hacerla sentir
Pirehanga Cantaba
Pitahquareca, pitahquareti Citar, mandar llamar
Purecuhpehaca Combate por la gente, lucha por otros
Purupuruacata Hervida
Quachacharahaca Burbujea
Quahchacutireni Me protege, es mi esposo
Quaninguecunstahanga Representaba, era su embajador
Quatahuaca Les veneramos
Quazcuuaca Se caiga
Quetzuhtsicun Cortar su cabellera
Quetzuhtsicungaca Se le cortó su cabellera
Quetzuhtsicungatin Al ser cortada su cabellera
Tandahcamahandi, tandahcamahanga Se debilitaba, era abatida
Tandahcamahati Se debilita, se abate
Teruparaca Usa como sirviente

99
Tharesiechan A los ídolos, a los grandes
Thingarahaca Esté caliente
Thzehcuca Has probado
Thzehpaca Has templado
Thzirapensti Vuelto frío, enfriado
Tipandirari Muy doloroso
Tiripangan Ser colgado
Tiripangauaca Será colgado
Tzahtzahuaraca Han calentado
Tzandini Entendiendo, siendo enterado
Tzihuequareuati Se fortalecerá
Tzihueracheparinden Fortaleciéndome
Tzihuerahaca, tzihuerasirahaca Fortalece
Tzihuerahanga Fortalecía
Tzipequareparin Alegrándose
Tzipeti Se alegró
Tziruhxquarehandi Se raspaba
Tzitzijeca Tierno, hermoso
Vahnanamanscuecan Quererse retractar
Vahnanangamansparin Retractándose
Vahnanchenspiringa Hubiera retractado
Vahtzauemento Caliéntese mucho
Vanacurinihco En grupo, juntándose
Vanambequaesti Son tonterías
Vanambetacuecan Queriendo atontar
Vanamucurahandi Caminaba junto a la puerta
Vanangahchacurangahandi Rociaban encima
Vanangahchacuraua Rocíen encima
Vanangauatangarin Rociando encima
Vanangauatatahpeca Mandó rociar encima
Vanapamunstan Pasar junto
Vandatzequarehua Ofreceles plegarias
Vandatzequaretahuan Obligar a hacer plegarias
Vanotatangan Llevado en procesión
Varichaonapu Del infierno
Vaxarutan Sentar a la orilla
Vchecuecan Desear hacerme
Vecaparatangati Fue colgada
Vecatzeyati Comenzó
Vehcondens Ten misericordia

100
Vehcondenstahaca Tiene misericordia
Vehcondenstaue Tenga misericordia
Vehpohpehaca Apaga el horno
Vequaren Mandó traer
Veramorin Llegando a la orilla
Vexurinihco Sólo en el tiempo
Vingacuryriechan Los poderosos, los que protegen
Vingatsquareparin Fortaleciéndose
Vingatsquareuaca Sea fortalecido
Viruquahtsitaua Rodarán encima
Vmbatapihca Le compañaban
Vtatspeuaca Les procese
Vuandicungacuecan Deseando su muerte
Vuandicungan Ser muerto
Vuandicuratangan Para su muerte
Vuatsien Como hijo
Xachocuecan Deseando acordar
Xaratachehaqui Le muestra
Xaramequarehandi Se regocijaba
Xaramequareta Regocijo
Xuhcanstahaca Te conmino
Ychahtsitauaca Pondrán encima
Ychaquatangastahanga Era puesta en el suelo
Ychaquatanstan Volver a tirar
Ycharehpaman Tirar sobre el fuego
Ycharehpangamati Fue puesta sobre el fuego
Ycharehtsitangamati Se le roció en la rodilla
Ynchancheuaca Entrarán al cielo
Ynchanon Llegado
Yncharangarin Cuando llegaron
Yncharangati Fue llevada
Yncharaua Sea llevada
Ynscuren Dame
Yntsingaritahaca Entrega
Yquimengari Maldito, odioso
Ys aparin Diciendo así
Ys arihandi Decía así
Ys arihuan Les decía así
Ys arihuaparin Diciéndoles así
Ys arin, ys arini Decirle así

101
Ys ariparin Diciéndole así
Ys ariti Le dijo así
Ys curahchangaparin Cuando le escucharon así
Ys curahchatin Al escucharle así
Yseue, yseuengua Sea así
Ys çacungaparin Diciendo ellos así, haciendo ellos así
Ytsieeranscata, ytsieranscata Fundido
Ytsieranstaua Sea fundido

ADJETIVOS

Andindimento Por qué necesariamente


Andiquitero Por qué también
Andire Por qué tú
Andireni Por qué me
Camata Límite, término
Camen Sucedió, y luego
Camenthu Y luego también
Hameri, hameriqui Hasta
Hameriquiquini Hasta te
Hatin Desde
Hatiretin Teniendo
Haty Tenga, esté
Hima, hyma, himaqui Allí
Himahcan, hymahcan Entonces
Himahcanangua Y entonces
Himahcanchuhca Entonces pues
Himahcande Entonces tú
Himahcanthsi Entonces ustedes
Himahcanthu Entonces también
Himahcanx Entonces ellos
Himaquire Entonces tú ahí
Himbo, hymbo Por
Himboetaqua Sea por, por favor
Himbohco Sólo por
Hini, hyni Allá
Hinioesca Allá es
Hiniquire Allá tú

102
Hiniyohcoesti Es sólo allá
Hucarin Con, puesto
Men, meni Ocasión, cierta vez
Menchuhcani Yo pues
Mendero Otra vez
Menthu Nuevamente
Nahquiaru Aunque
Çan Algo
Çançan Más bien
Çanden Algo me
Tani Tres
Temben Diez
Thuin Antes
Vamento Mucho
Xaporo Por todo lugar
Xas Como
Ya, yya, yyayni Ahora
Yyanan En seguida
Yam, yan, yamento Todo
Yosti Largo, muy
Ysingua Entonces
Ysqui Como
Ysquihtsini Como nos
Ysquiquini Como te
Ysquiren Como me
Ysquix Como ellos
Ystu También
Yxu Aquí
Yxuquini Aquí te

ARTÍCULOS

Ma Un
Mahco Sólo un
Manan, mandan De a uno

103
VERBOS

Ahndanguarepihti Había logrado


Ahtombariuaca Le friccione
Amarin Maldecir
Amaringauaca Sea maldecido
Andangueyati Alcanzará, logrará
Andaparatasca Venció
Andaparatauaca, andaparatauati Vencerá
Arahaqui, arasirahaca, arasirahaqui, Dice
xarihaca
Aran, arin Decir
Aratati Abrió la boca
Arihpeca Dice a la gente
Arihua, arihuan Decirles
Arihuaparin Diciéndoles
Aririn Al decirle
Arisirahacaquini Te estoy diciendo
Aristahaca Le acontece
Ariyaran Diles
Arucuri Separado
Aspeuaca Sea sazonado
Atahanga Hacían
Atahtsicutahquarengaparin Mandando rociar en la cabeza
Atauaca, Aua Haré, hará, dirá
Axaca Envió
Axangapihti Había enviado
Cacanstaua Destruirá
Camangarinsca Pecó
Curahchatini Al escucharle
Curangatin Al escuchar adentro
Curingan Quemar dentro
Curingangan Queman dentro
Curini Quemar
Era Mira, escucha, pon atención
Hamahaca, xamahaca Anda
Hamahanga Andaba
Handaquarehaca Se esfuerza
Hapihca, hapihti Estaba
Hapimbi, hapinga Tiene, posee
Haran Estar

104
Xarahaca Está, dice, hace
Hatzihe Pongan
Hatzingan, hatzingati Pusieron
Hatzingatin Cuando pusieron
Hatzingayapihti Habían puesto
Hatziua Ponles
Hauatangahendi Era levantada
Hayati Estuvo
Mingati Encerró
Mintzican Confiar
Mintzin Recuerda
Nica Fue
Niyata Haz, realiza
Pampzcani Amar, amarle
Paua Lleve
Pauaca Llevará
Picuquaren, piquaren, piquareran Sentir
Piren Cantar o juntar
Puruuan Hervir
Vandatzequaren Orar, rezar
Vanotatan Hacer procesión
Vahtzan Calentar
Vhca Hace
Vecahaca, vecahaqui Quiere, desea
Vecauaca Quiera, desee
Vehcovehcomarin Clamar, orar, pedir
Xucan Reprender
Xuqui Apareciste
Yquiuan Enojar
Yquiuati Se enojó, montó en cólera

ADVERBIOS

Acuecan Queriendo
Am Algo, cosa, no (de contrario)
Candenumento Cuándo será, mucho muy
Cauqua, cauquan, cauquande Rápido, pronto
Cauquanihco Inmediatamente
Cez Bien

105
Chen Cuán
Has No (restrictivo)
Hecahtsiquaren Muy, gran, cuán
Hucamahaca, hucamahati, hucamati Sobrepasa, es superior, es muy
No, noamu Negación
Noçan Nada
Noçanx Ellos nada
Nocezeuati No será justo
Nohtundihqui No tampoco
Nomen, nonahcan Nunca
Nomento De ninguna manera
Noquini No te
Nore Tú no
Noreni Tú no me
Noreterohco No sólo
Tam Aparte
Tepari Gran
Vaporoquinderomento De muchas maneras te he
Vapororendihqui De muchas maneras
Vingam Fuerte, muy
Xan Tan
Xandehco Tan sólo
Yondi Mucho (de tiempo)

CONJUNCIONES

Ca Y
Cahtsi, cahtsingua Y ustedes
Care Y tú
Carehchundehco Y sólo te
Caru Pero, y en eso
Himboqui Porque
Himboquihtsi Porque ustedes
Himboquini Porque te
Hymboquinihco Porque sólo te
Himboquiremento Porque precisamente te
Himboquiren, himboquireni, himboren Porque me
Himboquixtu Porque ellos también

106
Himborenthu Porque también me
Hingui, hyngui Que
Hinguicuhche Que nos
Hinguihtsi Que les
Hinguini Que le
Hinguiquindero Que también te
Hinguiquini Que te
Hinguire, hynguire Que tú
Hinguiren Que tú me
Hingun, hyngun Con
Yqui, yquingua Cuándo
Ys Así

PRONOMBRES

Handiyo Solo, de individual


Hi, hy Yo
Hihchahco Solo ellos
Hihchaqui, hihchaquix Ellos
Hihcheuiremba Suyo
Hihcom, hyhcom Entonces él
Hin A este
Hinde, hynde Ese, él
Hinden, hindeni, hynden A mí
Hindequi, hyndequi El que
Hindequihtsin El que nos
Hindequimento El que mero
Hyndequin Él te
Hindequinchuhca Él pues te
Hindequiquini El que te
Hindequiren El que me
Hinderen Él me
Hiquini Yo te
Hucha Nosotros
Hucheue Sea nuestro
Mario Juntos
Maro, marongua Algunos
Tuhcheueti, tuhcheuety Tuyo
Thu, thure Tú

107
Thunditero También a ti
Thunguyni A ti
Thuquire Tú que
Thuquiren, thuquireni Tú que me
Thureni Tú me
Y Este
Yma Él, aquel
Yn A este
Ynden A ese
Ynguiren Que me

INTERJECCIONES

Hendi Saludo: salud, hola


Hengua Saludo con admiración ¡¡!!
Queyquiyqui Oh, pero cómo,

GRAFÍAS QUE DENOTAN SIGNO ORTOGRÁFICO

Nah, nahre, nahxan Abre una interrogación


Nahmentoepirin Abre una interrogación imperativa
Nahmintzin Abre una interrogación apreciativa
Thuuinx Una u acentúa a la vocal que le sigue
Thu, thure Una h genera un sonido implosivo a la consonante

FUENTES CONSULTADAS

ALVAR, Manuel, Raíces de la Literatura Aragonesa, Universidad Complutense, http://www.cervantesvirtual.com/


servlet.
GILBERTI, Maturino, Dialogo de doctrina christiana en lengua de Mechuacan, México, Juan Pablos, 1559.
________ Dialogo de doctrina christiana en la lengua de Mechuacan [1559], Moisés Franco (ed.), Zamora, El Colegio
de Michoacán, 2006.
CAMISÓN, Juan José, Santa Eulalia de Mérida, en una cantilena Francesa del siglo IX, http://www.telefonica.net/
web2/juanjosecamison/eulalia.htm.

108
Enciclopedia Wikipedia, Artículo “Aurelius Prudentius Clemens”, Autor del Peristephanon (Libro de las coronas de los
mártires), http://es.wikipedia.org/wiki/Aurelio_Prudencio.
GARCÍA LORCA, Federico, El Romancero Gitano, Santiago de Chile, LOM ediciones, 1999, http://
ejournal.eduprojects.net/Museo15/media/romancero1.
RIESCO CHUECA, Pilar, Pasionario Hispánico, Sevilla, Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones,
1995.
WARREN, J. Benedict, “Presentación, introducción y notas al documento. El siglo XVI de Maturino Gilberti”
en Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, vol. XVI, núm. 60, Zamora, El Colegio de Michoacán, 1994.

109
EL PROCESO DE TRADUCCIÓN
ENTRE ESPAÑOL Y HUICHOL

José Luis Iturrioz Leza


Universidad de Guadalajara

INTRODUCCIÓN

En el Departamento de Estudios de Lenguas Indígenas de la Universidad de Guadalajara hemos efectuado


a lo largo de 20 años numerosas traducciones del huichol al español y en la dirección opuesta. En el primer
caso se trata de textos de la tradición oral: cuentos, conversaciones, canciones etc.; en el segundo, son
textos técnicos de medicina, salud pública, lingüística, legislación. El análisis de los procesos de traducción,
en el que incluimos también traducciones elaboradas con anterioridad, como un catecismo del año 1906,
acompaña a nuestra investigación de la lengua y la cultura huicholas, porque lo consideramos importante
para la descripción contrastiva de las dos lenguas, expandir el léxico a dominios culturales nuevos, formar
cuadros técnicos en las áreas de la traducción y la interpretación, enseñar la lengua materna en la educación
bilingüe-bicultural, y porque de este análisis se pueden obtener puntos de vista destacados para una teoría
general del lenguaje.
El proyecto de traducción más importante que hemos emprendido hasta la fecha es el de la Gramática
Didáctica del Huichol. Ésta, que constará de cuatro o cinco volúmenes, tiene como finalidad principal formar
maestros para la enseñanza del huichol como lengua materna en los diferentes niveles escolares. Elaborar esta
gramática es parte esencial del proceso de formación de cuadros en el área de la lingüística, especialmente en
la enseñanza del huichol como lengua materna y en la redacción de textos.
La versión en español del primer volumen, el único publicado hasta la fecha, tiene 300 páginas y está
dedicado a la estructura fonológica de la lengua huichola en contraste con la del español, así como a proponer
un sistema de escritura adecuado. Incluye además numerosos cuadros informativos sobre los aspectos
históricos, literarios, psicológicos y antropológicos de la escrituralidad, en los cuales se utilizan gran cantidad
de palabras conceptualmente complejas, cuya traducción al huichol ha requerido reflexionar mucho tanto
sobre las técnicas de formación de términos con que cuenta la lengua como respecto a la expresión de tales
conceptos en el marco de la construcción de oraciones y del texto: fonema, rasgo distintivo, normativo, sintaxis,
estilos, géneros, registro, diafásico, diastrático, geolingüístico, sociolingüístico, oralidad y escrituralidad, sociolecto, geolecto y
muchos otros. Al final se complementa con un glosario de casi 1 000 términos importantes utilizados en el
texto. Ha sido empleado ya en numerosos cursos para maestros huicholes y estudiantes de los niveles medio y
superior, y en la actualidad se está preparando una segunda edición en que se aprovechan las experiencias
efectuadas en los mismos acerca de la recepción, comprensión y valoración del texto.
Los hablantes poseen un conocimiento implícito de la lengua que se manifiesta en la capacidad de usar
ésta de manera diferenciada en distintas situaciones comunicativas pero este saber sobre la naturaleza y
organización de los sonidos de la lengua, su gramática, su vocabulario y las reglas de la pragmática
comunicativa sólo se puede hacer consciente mediante el conocimiento explícito, que exige la apropiación de
una teoría compuesta de conceptos metalingüísticos.
La traducción al huichol del primer volumen de la Gramática Didáctica del Huichol va acompañada de un
seguimiento analítico del proceso que pueda hacer comprensibles aspectos destacados tanto para la teoría
sobre la traducción como para el desarrollo de una metodología práctica. Uno de los aspectos de aquélla es
siempre la terminología, en este caso lingüística, aunque, como argumentaré más abajo, no es el central y debe
ser analizado desde la perspectiva de los niveles superiores de organización de la lengua. Hubo que crear

110
centenares de nuevos vocablos y tomar decisiones sobre si aceptar préstamos para los términos centrales de la
teoría (wukari para vocal, punema para fonema, ?aripawetu para alfabeto), dar a una palabra ya existente una
acepción metafórica (teiki kwaxí “cola hacia arriba” para el saltillo) o crear un vocablo nuevo en huichol y en
tal caso decidir si se escoge un término etiqueta o se forma uno más descriptivo que puede equivaler a un
enunciado entero (teiteri memiireti yiki memeuku?anene “personas numerosas diferentes” = grupos sociales). La decisión
no depende solamente de criterios semánticos, sino también de la pragmática comunicativa y de la
comprensión por parte de los destinatarios.
Otra tarea importante ha consistido en traducir la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos
Indígenas, que nos ha permitido desarrollar una primera base de terminología jurídica. En ambos casos hemos
partido de las nociones tradicionales acerca del derecho, la lengua, el pensamiento, la escritura etc. En esta
ponencia comentaré algunos aspectos generales del trabajo, además de contrastar nuestros métodos y
resultados con los que se obtuvieron en la traducción del catecismo.
Maillot plantea que la traducción científica y técnica exige cuatro clases de conocimiento:
el de la lengua original,
el de la lengua terminal
el del tema tratado
la técnica de la traducción.

No es lo mismo traducir entre lenguas tipológicamente similares y las cuales se encuentran en etapas
equiparables de desarrollo que un texto lingüístico complejo a una lengua que se habla en un entorno cultural
carente de una tradición teórica y discursiva en el dominio cognitivo en cuestión, así como de una práctica y
reflexión sobre la traducción, que en el caso del español se remontan hasta la Edad Media. Alguien que
traduce del inglés al español en el área de la lingüística dispone ya no solamente de un acervo conceptual
equiparable que encuentra en los diccionarios especializados, sino además de gramáticas, guías elaboradas a
partir de las experiencias de otros especialistas y por supuesto cursos o estudios del tema. Con ayuda de todos
estos recursos, la traducción entre inglés y español se puede convertir en algo muy mecánico. Por el contrario,
el proceso de traducción del español al huichol tiene que ser más creativo, y por eso más transparente y
accesible a la reflexión en muchos de sus aspectos.
Si la teoría lingüística nos puede ayudar en los procesos de traducción, en contrapartida la
investigación de los procesos de aquélla puede ser importante para construir una teoría general del lenguaje.
El semiólogo Sebeok1 establecía que para conocer bien un sistema de signos como una lengua se
requiere no solamente construir el plano o sistema abstracto, lo cual constituye el objeto de la semiótica de lo
normal, sino también examinar cómo la construye un niño en el proceso de aprendizaje (lingüística de lo
adnormal); cómo se desmonta en los procesos de envejecimiento, afasia y otros trastornos del lenguaje
producidos por el estrés, la distracción (lingüística de lo abnormal). Una visión integradora del lenguaje debe
contemplar varios fenómenos; entre éstos la adquisición y los trastornos, pero también la traducción, la
redacción de textos, etc., como partes integrantes de la actividad del lenguaje de capital importancia para
conocer el sistema de las lenguas.

COMPETENCIA TRADUCTORIAL

La traducción es una compleja operación que involucra todos los sistemas de organización de las lenguas
(gramatical, semántico, pragmático) y los niveles de complejidad (del morfema hasta el texto), así como
aspectos culturales. Además, el análisis de los procesos de traducción propicia una visión del lenguaje no
centrada en una sola lengua. Quien hace aquélla debe adoptar una visión descentrada y contrastiva, porque la
traducción no se puede hacer exclusivamente desde la perspectiva de una sola lengua. La competencia del que
la efectúa no ha de limitarse a conocer la gramática, sino que debe abarcar una competencia comunicativa y
textual para poder elegir entre las variantes diafásicas del idioma; entre la lengua formal y la informal, la
conversacional y la narrativa, la oral y la escritural. Si lo que se traduce es finalmente un texto, la competencia,

1 Thomas A. Sebeok, “Ecumenicalism in Semiotics” en Thomas A. Sebeok (ed.), A Perfusion of Signs, Indiana University Press, 1977.

111
restringida al conocimiento de la gramática y a la capacidad de generar oraciones bien formadas, no puede dar
cuenta de ese proceso. Se impone una visión más abarcadora y dinámica de la traducción como una operación
lingüística compleja que integra e interrelaciona todas estas áreas de la actividad lingüística.
La traducción no es simplemente un problema de correspondencia entre los léxicos y las gramáticas
de dos lenguas. En la traducción son cruciales los aspectos de la semántica, pero ésta no se puede restringir
al significado de las palabras, ya que la oración y el texto son también niveles de formación del de aquél.
Un texto es una operación comunicativa compleja en la que desempeñan un papel importante la semántica,
pero también la pragmática, la tipología de los textos y el contexto cultural. La importancia de la
competencia cultural adquiere mayor evidencia cuanto más distintas son las lenguas en cuestión y las
culturas a las que pertenecen.
También son importantes las consideraciones de orden tipológico. ¿Cómo se traduce de una lengua de
tracción sintáctica como el español a una lengua de tracción morfológica como el huichol, de una fusionante a
una polisintética o viceversa?
Estos aspectos no deben aislarse en módulos o compartimentos inconexos, ya que la sintaxis está
determinada en un sentido por el léxico (sintaxis lexical) y en otro por el texto, la morfología tiene en parte la
función de crear nuevos términos (morfología derivativa) y, en otra, una función sintáctica y textual, etc.
Muchas construcciones sintácticas no son susceptibles de un análisis componencial, sino que reciben en
bloque un significado en el léxico. 2 Una coordinación de todos estos aspectos es lo que debe ocurrir en las
cabezas de los traductores que disponen de una verdadera competencia de traducción.
Pongamos un primer ejemplo aparentemente sencillo, con el cual se puede ilustrar todos los
componentes a los que he venido haciendo referencia, además del lexical. Si queremos traducir del huichol
Wiexu temite’upitiari, título de una colección de cuentos de un autor de este grupo étnico, empezaríamos
descartando una opción demasiado literal como “lo que fuimos dados por Wiexu”, que preserva propiedades
gramaticales del huichol, pero violenta las reglas gramaticales del español, en el cual el beneficiario no es el
candidato preferido para pasar a ser sujeto de la construcción pasiva. Podemos remediar la situación al optar
por una construcción un poco más libre, pero algo renqueante como “Con lo que fuimos dotadas por
Wiexu” o en activa “Lo que Wiexu nos donó”. Otra opción más libre es la frase Los dones de Wiexu. En
huichol no existe una equivalencia para el término “don, regalo”; debe expresarse mediante una estructura
predicativa lo que en español se puede trasmitir mejor con un término nominal, una diferencia tipológica muy
importante. En el primer caso nos tomamos la libertad de introducir el género femenino, que no está
expresado en el enunciado original, pero el traductor ha leído todo el texto antes de interpretar el título y sabe
por eso y tal vez además por un conocimiento de la cultura huichola que va más allá de este texto, que Wiexu
reparte sus dones sólo entre las mujeres, porque se trata de la habilidad para tejer y bordar. Pero debemos
considerar si es una decisión apropiada anunciar eso desde el título o si es mejor dejar que el lector lo
descubra en la lectura del escrito. Además la frase más escueta puede parecer la más adecuada para un título,
una consideración con la que nos embarcarnos en discusiones de pragmática textual. A las reflexiones de
orden gramatical y semántico se han sumado así otras comunicativas y culturales.
No se trata de clasificar los fenómenos lingüísticos de una manera cada vez más fina, sino de mostrar
cómo estos diferentes componentes trabajan en red, de una manera complementaria, cooperativa en toda
actividad lingüística real.

Traducción y adaptación

Hay cuestiones muy importantes relativas a la pragmática, a las estrategias comunicativas que dan estructura a
los textos y al contexto cultural del cual forman parte. Nida distingue dos tipos de equivalencia que se pueden
seguir como principios complementarios orientadores de la traducción:
la formal (FE), básicamente source oriented, orientada hacia las formas de la lengua de partida, hacia el
emisor y
la dinámica (DE), esencialmente target oriented, guiada hacia el receptor y su respuesta.

2 W. Croft, Radical Construction Grammar, Oxford University Press, 2001.

112
A la traducción orientada predominantemente por el primer principio se la ha llamado de manera
tradicional literal o apegada. Si comparamos los dos modos de traducir ch es un sonido palatal,

a) ch yuari tekumaritsie mieme pihiki “ch es un sonido proveniente del paladar”


b) ch wayuyepinati miyuteriwa “ch se pronuncia encorvando la lengua”

el primero resulta tener un mayor grado de apegamiento al original que el segundo, es una construcción
sintáctica casi calcada; este último, por el contrario, expresa el mismo concepto utilizando recursos
morfológicos mucho más acordes con el genio de la lengua: ye señala que ocurre en el interior de un espacio
(la boca) y wa hace referencia a la figura convexa formada por el encorvamiento del dorso de la lengua al
acercarse hacia el paladar; éste no necesita mencionarse mediante un nombre.
La fidelidad al original o la libertad pueden presentarse con mayor o menor rigidez en todos los
niveles, desde la formación de los términos básicos hasta el cultural, tanto en la dimensión semántica como en
la pragmática. En un sentido epistémico, podemos llamar a la primera tendencia acomodativa y a la segunda
asimilativa desde la perspectiva de la lengua meta, que es normalmente la del traductor (desde el punto de
vista de la lengua de partida se invierte la orientación). Son las dos tendencias contrapuestas de toda conducta
adaptativa. Es característico de una traducción asimilativa que los ejemplos ilustrativos utilizados no sean
ajenos a la cultura de la lengua meta, ajustar la redacción al perfil de los lectores: su edad, su estado de
conocimientos; la finalidad formativa, informática o recreativa. En la traducción al huichol del catecismo3
predomina la tendencia acomodativa. Muchos términos centrales quedan sin traducir por los recelos de los
misioneros a que la utilización de “equivalentes” en la lengua meta contaminara los conceptos. La traducción
de la Biblia 60 años después por parte de miembros del ILV se atiene más bien al principio contrario de utilizar
los recursos ya existentes en la lengua y en la cultura metas para de esa manera facilitar la comprensión y
aceptación de los contenidos cristianos. Voy a ilustrar esto con un ejemplo sencillo. En el Ensayo Catequístico se
utiliza para dios la palabra yutsi, resultante de una adaptación fonológica reciente de la palabra española. Su
adaptación gramático-semántica se manifiesta en la formación del plural yutsitsixi, propia de los nombres que
designan grupos sociales y en este caso de una religión politeísta. En la Biblia este término se traduce por el
contrario siguiendo el principio asimilativo como kakaiyari: tiene como título Kakaiyari Niukieya Xapayari
“Libro de la palabra de Dios”. En nuestras traducciones se ha privilegiado el principio asimilativo porque
propicia el desarrollo de la lengua y especialmente de la capacidad para pensar y expresar los contenidos
científicos en el propio idioma.
La razón de que muchos términos del catecismo se dejaran sin traducir, en lugar de utilizar un término
ya existente o formar uno nuevo, no debe haber sido tanto la dificultad para crear un vocablo equivalente en
la lengua meta, sino más bien el desconocimiento de la religión cristiana por parte del traductor huichol y los
recelos del canónigo bajo cuya supervisión se efectuó el trabajo. Para el término trinidad se pudo haber creado
un vocablo como Haikaxaitsiekame a partir de haika “tres” y xaita “único, mismo”, de manera similar a lo que
se hizo en alemán Dreieinigkeit. En el caso de hereje o de cismático, era posible haber obtenido fácilmente
vocablos descriptivos a partir de las definiciones que acompañan a estas palabras en el mismo texto; lo que no
pudieron encontrar son términos etiqueta convencionalizados, que desde el punto de vista del español son los
vocablos por antonomasia:

(1) Kehate mepiherejes. Xeime yuwapame maistia-rika memi?ikita,


kateyupanitsie mieme.
“¿Quiénes son herejes? Los que enseñan otra doctrina diferente de la de la Iglesia.”
(2) ¿Kehate mepicismáticos? Teyupani xeime memiwewieki xaitsie yuwapame.
“¿Quiénes son cismáticos? Los que quieren formar una Iglesia aparte.”

El signo complejo no se toma del léxico, sino que debe ser construido con ayuda del componente
gramatical, a partir de elementos preexistentes en el vocabulario: waparika “cambiar, modificar”, maitsitiarika
“hacer recitar, enseñar”, ‘ikitsika “mostrar, señalar”. Cuando un traductor no encuentra en el diccionario de la

3 Manuel Velasco & Francisco de P. Roble, Ensayo Catequístico en Español y Huichol, Zacatecas, 1906.

113
lengua meta un equivalente lexical, en su lugar construye una expresión compleja. El problema es que los
vocablos descriptivos están más expuestos a la variación semántica e interpretativa que los términos etiqueta
convencionalizados, ya que su significado y sentido dependen no sólo del léxico, sino tanto o más del texto
como del conocimiento de un dominio cultural.

Competencia gramatical

La importancia de la competencia gramatical se hace más evidente cuando falla. Para realizar una buena
traducción, se requiere en primer lugar un dominio pleno tanto de la lengua de partida como de la lengua
meta. A principios del siglo XX se llevó a cabo una traducción del catecismo al huichol publicada bajo el título
Ensayo Catequístico en Español y Huichol por parte de una orden religiosa. Para ello los misioneros recurrieron a
la ayuda de personas que desde niños habían sido alejados de su entorno cultural al ser internados en colegios
donde no aprendían su lengua ni en la suya, eran instruidos en la religión cristiana y no en la propia, por lo
cual no seguían desarrollando su conocimiento.
En la versión huichola detectamos pruebas de su competencia gramatical limitada. En la frase

(3) Yusi niukieya ‘öki-tsikayate me-nitamamatatini. Yu-haikati me-muhaititia


yutsitsie me-mimiemetexi, hipáti ?atahutati ta?iwáma me-te-hetsiena miemetexi.
“Los Mandamientos de la Ley de Dios son diez. Los tres primeros pertenecen al honor
de dios, y los otros siete al provecho del prójimo.”

se trata al sintagma nominal del que esta palabra es núcleo como si tuviera el rasgo [+animado], a juzgar por
las marcas de plural en los predicados verbal y en las adposiciones me- ‘pl/anim’, te- ‘pl.sortal/anim’, y por el
yu- ‘animado’. La frase debería quedar en la forma:

(3a) Yusi niukieya ‘öki-tsikateya kanitamámatatini. Haikáti muhaititia yutsitsie


       mimiemetexi, hipati ?atahutati ta?iwaáma mötiwahetsiena miemetexi.

En el ejemplo (4) se eligió el alternador referencial equivocado, debe ser –me, ya que se trata de una
acción realizada por el mismo sujeto, a saber todos (los humanos):

(4) Hake tukari meye’ani tanaiti tekwi-yu (=> tekwi-me) temiwatiyeixiani te’ayeneniereti.
    “Llegará el día en que todos saldrán vivos.”

El debilitamiento de la competencia gramatical se manifiesta también en las interferencias con el


español al usar por ejemplo la adposición kimana como una conjunción, algo poco conforme con la
estructura sintáctica del huichol de tipo centralizante:

(5) Nematsipitianiki kimana ‘akipuri mitawene ‘a’iyari mitatarire.


“Te voy a absolver para que tu espíritu se libere.”

Muchos usos del clítico ke parecen basarse en la conjunción que:


(6) Ya petikuhiaweti ke-name tatakuri pemihayewa pemika ke tawari ka’iwewieni.
      “Prométele dejar los pecados y no volver a cometerlos.”

En la traducción técnica y científica, uno de los problemas es desde luego el de la terminología


especial. Hay que crear centenares de nuevos vocablos y tomar decisiones sobre si aceptar préstamos para los
términos centrales de la teoría (wukari, punema, ‘aripawetu), extender el significado de una palabra ya existente,
utilizar otra con una acepción metafórica o crear un vocablo nuevo y en tal caso decidir si se escoge un
término etiqueta o se forma uno más descriptivo que puede equivaler a un enunciado entero. La expresión de
un concepto se resuelve a veces en el nivel sintáctico, en ocasiones en la forma de un sintagma nominal
apositivo (combinación de fonemas => punema niiyari “fonema-unión”) o una composición (reglas de combinación =>

114
niiya xekurayari “combinación-regla-comp”), otras veces al recurrir a una predicación secundaria (capas sociales
=> teitéri memiireti yiki memeuku’anene “personas numerosas diferentes” 3pl:suj/anim-sec-glob-disp-pl-ser’) o
también mediante una oración (secuencias de fonemas en una sílaba => mexika punemate ke mireuyukuweiyatika
tsirawa taita “si se combinan fonemas dentro de una sílaba”). Elegir entre las diversas técnicas tiene que ver
también con la organización del texto, la pragmática comunicativa y la recepción por parte de los destinatarios
a los que va dirigido éste. Como veremos más adelante, la cuestión de la terminología no puede plantearse
sólo desde la perspectiva del léxico, con independencia de los niveles superiores de organización y desde la
perspectiva semántica, desligada de la pragmática y la función del texto.

COMPETENCIA PRAGMÁTICA COMUNICATIVA

La pragmática es importante desde el nivel léxico, pero aumenta con la jerarquía de los niveles de
organización. Uno de los términos con que se puede expresar en huichol la idea de traducir, que en español es
pragmáticamente neutral, hace referencia a la lengua en que se ubica quien hace la traducción o el hablante:
para elaborar ésta desde la perspectiva de la lengua del traductor habrá que emplear una construcción cislativa
(con el prefijo ‘ana- “hacia acá”), en caso contrario una construcción translativa (con el prefijo ‘anu- “hacia
allá”): hanutuiya, hanutatuiya “traducir del huichol a otra lengua” (si se está hablando de este idioma), hanatatuiya
“traducir de otra lengua al huichol” (dicho por un intérprete huichol).
La importancia de la competencia pragmática nos resulta también más consciente cuando falla. En el
Ensayo Catequístico, con frecuencia se emplean formas propias de la comunicación oral, informal, cotidiana en
una situación de distancia comunicativa y escritural como es un rezo, por ejemplo palabras donde la marca de
caso se afija directamente a morfemas personales ligados: taki naniukani “ruega por nosotros” en lugar de
taheki naniukani. Estas formas coloquiales, sin núcleo, pueden ser adecuadas en el cuestionario de la confesión,
donde el confesor trata de crear una atmósfera de familiaridad, de cercanía, hasta de intimidad, aunque en su
valoración, en la condena de los pecados y en la imposición de la penitencia adopta un estilo más formal,
severo, de autoridad. En los textos doctrinales como el Credo no son las más apropiadas.
Nida insiste en que la evaluación de una traducción debe antes que nada tomar en cuenta las
necesidades de las personas a las que va destinada ésta. La traducción de los textos bíblicos se ha hecho
pensando más en las necesidades comunicativas de los misioneros y en la fidelidad del original que en los
requerimientos de los receptores últimos. Los misioneros han estado siempre muy preocupados por evitar
que los conversos contaminen los conceptos cristianos con adherencias de las religiones tradicionales
consideradas por ellos como supersticiosas e idolátricas. El principio de adaptación a las necesidades podría
chocar fácilmente con el de preservar el contenido cognitivo. Una de las consecuencias de esta orientación es
que se dejaron sin traducción gran parte de los conceptos centrales del catecismo como Dios, Trinidad, hereje,
cismático y muchos otros. Para el primer término se pudieron tomar en consideración términos de la religión
huichola como Kakaiyari, Takaiye, Tawewiekame, pero el primero conlleva una cosmovisión politeísta y los otros
implican la posibilidad de que el dios cristiano fuera identificado con el sol.
La razón para no traducir un término no es siempre de orden gramatical o semántica; puede ser
también de carácter pragmático. Desde hace un tiempo se ha intensificado la tendencia a llamar a los pueblos
indígenas con los nombres que ellos mismos utilizan. Una razón es que a veces los exónimos con que
tradicionalmente se los ha nombrado son despectivos, por ejemplo chichimeca “perros”, popoluca “tartamudos”.
Estas palabras carecen de algún significado en español, pero éste ha trascendido mediante la enseñanza de la
historia a la población mestiza y a la indígena, por lo que son rechazados como nombres oficiales. En otros
casos se trata de palabras españolas cuyo significado original se desconoce, como tarasco, pero por si acaso se
prefiere el nombre purhépecha, desconociendo que se trata de un plural, se aplica a una persona individual
(plural varado) y para el plural se añade la -s: los purhépechas. Algo parecido ocurre con otros nombres como
tarahumara y el etnónimo propio de la comunidad rarámuri. El endónimo es utilizado también como una señal
de respeto y acercamiento a la comunidad. Las personas que buscan la proximidad o solidaridad suelen
utilizar la palabra wirrárika en lugar de huichol, aunque ésta se deriva de aquélla y no tiene ninguna connotación
despectiva. Si esta opción no ha de ser puramente testimonial, nos enfrenta a ciertos desafíos que sólo pueden

115
ser superados con un conocimiento progresivo de la estructura de la lengua. Si no se habla esta última, no se
pueden entender las mismas palabras en otras variantes dialectales o diafásicas como wisálika; para el plural se
suele usar wirrárikas; sólo los más informados utilizan el plural wixaritari, pero pasan por alto que en huichol
no hay adjetivos y que la palabra es exclusivamente nominal; por eso dicen cosas como los cuadros wixaritari, las
cinco gobernancias Wixaritari.
Guadalupe Ocotán es una comunidad Wixárika enclavada en la sierra nayarita... es una de las cinco
gobernancias Wixaritari (huicholas) ubicadas en la zona del río Chapalagana.
En lugar de chamán prefieren también la palabra huichola mara’akame, pronunciada sin oclusiva velar y
con una sílaba menos marakame y el plural se forma añadiendo –s, marakames en lugar de mara?akáte.
Dificultades insuperables para la mayoría de la población mestiza representan las palabras de las lenguas
tonales de la familia otomangue; la pronunciación de mi2?pha:3 por alguien que no haya aprendido la lengua, la
hará irreconocible para los propios hablantes.
La utilización de la palabra huichol como un término extraño no asimilado al sistema nominal del
español, carente de las categorías de género y número (la cultura huichol, los huichol), no se debe a razones de
orden fonológico o semántico, sino más bien de orden pragmático. Huichol se comporta como las palabras
tuareg, masai, pai-pai, pueblo, etc., las cuales designan grupos étnicos lejanos y desconocidos, que no se perciben
de manera diferenciada e individualizada.
En el caso de los términos religiosos, es innegable la importancia del criterio semántico, pero también
desempeñan un papel el tabú, las actitudes de desprecio hacia figuras simbólicas asociadas a las palabras de la
lengua meta y otros factores subjetivos.
En la traducción del catecismo se presentan algunos errores atribuibles a la falta de competencia
pragmática, relacionados con el orden de palabras y la formación de oraciones interrogativas.

Orden de palabras

El orden básico de los constituyentes centrales de la oración en huichol es SOV, pero es modificado siguiendo
el patrón predominante del español SVO, con el fin de hacer corresponder en lo posible una a una las palabras
en la columna del texto español y del huichol, lo cual sin duda respondía al deseo de facilitar a los misioneros
controlar la equivalencia de la traducción con el original, contraviniendo seguramente las intuiciones del
traductor J. Manuel Velasco, hablante de huichol. Este calco sintáctico enturbia la percepción de las relaciones
sintácticas y sobre todo entorpece los aspectos pragmáticos de la comunicación. El orden modificado de
palabras es correcto, lo que falla es la pragmática. Aunque es acertado el orden de a), es una construcción
marcada, consistente en dislocar el OD, y en el Ensayo Catequístico aparece sin embargo con mayor frecuencia
que la construcción básica b).

(7) ¿Quién hizo el mundo?


a) ¿Kepai p-i-ta-wewi kiekari?
quién sec-3sg:pac-term-hacer:perf mundo
b) Kepai kiekari p-u-ta-wewi

Enunciados interrogativos

Muchas veces las preguntas cerradas (de si/no) son construidas por el traductor sin el prefijo interrogativo y
se señala que es una pregunta sólo por el signo gráfico de interrogación. Es un calco del español que altera
gravemente la pragmática comunicativa. El ejemplo (8a) sólo se puede entender como un enunciado asertivo,
es decir como una afirmación y no como una pregunta. La construcción correcta es (8b), en la que el asertor
primario pi- es sustituido por el afijo (ti/r)/te- en función de interrogativo. Al revés que en castellano, en que
la interrogación se marca mediante la entonación ascendente y sin un morfo segmental, en huichol la
exponencia es la marca segmental (ti/r)/te- (sumada a la ausencia de otros modales) con la entonación no
marcada, es decir la curva melódica descendente.

116
(8) ¿Viven tus padres?
a) ¿’A-ye-yeu-ma me-pi-wikwe? [Construcción del Ensayo]
2sg:pos-pl-padre-pl 3pl:suj:anim-prim-estar.vivo
b) ¿’A-ye-yeu-ma me-te-wikwe? [Construcción interrogativa]
2sg:pos-pl-padre-pl 3pl:suj-suj.pl:preg-estar.vivo

En el texto huichol hay algunas construcciones con el prefijo interrogativo, lo cual muestra que el
traductor sí conocía la construcción interrogativa del tipo b) y que las construcciones sin el prefijo
interrogativo son un efecto de las condiciones en que se lleva a cabo la traducción. En (9) tenemos un
ejemplo en el que se impuso la competencia del hablante:

(9) ¿Cómo se llamaron? (los hijos de Abraham)


¿Ke-me-te-’u-ta-tewa-ri-xi?
q-3pl:suj:anim-preg:suj.pl-exp-unit-nombrar-pas-perf (Lit. “como fueron bautizados”)

La traducción apegada trasmite una imagen de la estructura sintáctica de la lengua fuente, pero altera
el anclaje del enunciado en el contexto comunicativo. Al penitente debe costarle trabajo entender las rotundas
afirmaciones del confesor como preguntas.

ADECUACIÓN TIPOLÓGICA

Una traducción palabra por palabra entre español y huichol es imposible puesto que son lenguas con una
estructura gramatical sumamente diferente; no se puede establecer término por término y en la medida en
que se intenta, la traducción pierde calidad y se vuelve incomprensible.
Jerónimo, traductor de la Biblia al latín en el siglo IV, en una carta a su amigo de juventud Pammaquio,
titulada “Sobre la mejor manera de traducir”, comenta su técnica inspirada en Cicerón, criticando la práctica
de quienes se apegan a la letra y proclamando el principio de que se debe verter el sentido y no las
características formales de la lengua de partida. Si no se observa estrictamente este principio, se puede afectar
incluso el genio de ésta, es decir las características tipológicas generales, que en el caso del huichol son su
carácter polisintético, centralizante, verbalizante y explícito. La tipología puede ayudar mucho a comprender y
evaluar los procesos de traducción. El criterio de conformidad de la tipología es tanto más importante cuanto
más distantes son las lenguas en el espacio tipológico. ¿Cómo se traduce del español, una lengua que es de
manera predominante nominal, flexiva y más implícita, a una lengua como huichol eminentemente verbal y
centralizante, con una tendencia muy marcada a la explicitud, que tiende a hacer coincidir la oración con el
predicado?4 La proporción de ocurrencias de unidades sintácticas por categorías léxicas no corresponde a la
de los textos huicholes, en los cuales generalmente aparecen en promedio cuatro palabras predicativas (casi
siempre verbales) por cada una referencial. Bajo la presión del modelo español, una lengua de tracción
nominal, donde aparecen regularmente tres expresiones referenciales por cada una predicativa, en el
catecismo se presentan 25% más de las primeras que palabras predicativas.
Las lenguas europeas que han participado en el proceso de formación de la cultura técnica occidental,
se caracterizan por un estilo cognitivo que se ha dado en llamar nominal. 5 En la adquisición de éstas los
nombres preceden a los verbos y en los textos se encuentran en una mayor proporción, debido a que cada
predicado abre posiciones para uno o varios argumentos obligatorios. En la adquisición y en el texto huichol,
secuencia y proporción se invierten. El huichol y otras lenguas americanas investigadas son idiomas centrados
más en la acción o en el evento que en los participantes o en los objetos. El estilo literario es una
prolongación de este estilo cognitivo. Mientras algunos escritores en español exageran el estilo nominal para

4 José Luis Iturrioz Leza & Paula Gómez López & Xitakame Ramírez de la Cruz, “La morfología verbal” en Iturrioz (coord.), Lenguas y Literaturas
Indígenas de México, México, Conaculta, 2004, pp. 171-204; y en Gramática Wixarika, vol. I, Lincom, 2006, cap. 3.
5 Véase los trabajos sobre nominalización en: José Luis Iturrioz Leza, “Diversas aproximaciones a la nominalización: de las abstracciones a las

macrooperaciones textuales” en FUNCIÓN, núms. 21-24, Guadalajara, U. de G., 2004, pp. 31-140.

117
simbolizar la falta de movimiento, la detención del tiempo, en huichol la proporción de estructuras
predicativas aumenta a medida que avanza el texto.
La tipología, la cual estudia los principios que regulan la estructuración de las lenguas particulares, es
decir las correspondencias específicas de funciones y estructuras, puede ayudar mucho a comprender y
regular los procesos de traducción. Las lenguas se ajustan a ciertos tipos que son sistemas de preferencias
compatibles. Entre las opciones que se presentan a un traductor para expresar un significado con otras
expresiones, deberá elegir las que se acomodan mejor al tipo, carácter o genio de la lengua meta. Los tipos
lingüísticos deben funcionar en la actividad de traducir como filtros.
Al traducir del español al huichol o viceversa habrá que considerar que este último es una lengua
eminentemente verbal y centralizante, con una tendencia muy marcada a la explicitud, que tiende a hacer
coincidir la oración con el predicado etc., mientras que el español es una lengua predominantemente nominal,
fusionante y menos explícita.

(10) Mi- r- a- yu- ta- kwi -ti - xi.


sec-imps-fig refl-unit-matar-ampl-perf
“(Donde) se mataron.”

El huichol no tiene un término etiqueta especial para guerra, pero dispone de recursos para expresar
ese concepto mediante una palabra compleja que contiene más información que la palabra española. No
solamente se ha sustituido una expresión nominal por una verbal, sino que además contiene mucha
información que desde el punto de vista de la lengua española parece innecesaria. Se trata de un término
oracional, con morfemas modales, temporales y aspectuales, una marca de impersonalidad, reflexivo y un
ampliador de dominios funcionales, etc. Nos dice que consiste en una matanza ocurrida en el pasado, y
esto forma una unidad; adicionalmente nos da una información local sobre el escenario como una figura
espacial delimitada.

Competencia textual

Una buena traducción no se puede obtener sobre la base de una correspondencia palabra por palabra, ni
siquiera oración por oración. El traductor debe recrear una estructura de texto a partir de los recursos
supraoracionales de que la lengua meta dispone para lograrlo. Un texto es mucho más que una cadena o
secuencia de oraciones; éstas deben remitir unas a otras formando unidades más complejas con cohesión
formal y coherencia temática. En el nivel del texto intervienen principios y reglas de organización global. Es
verdad que éste se construye con oraciones particulares, pero también es cierto que cada oración destinada a
formar parte de un texto debe ser construida de manera que quede ligada a éste tanto formal como semántica
y pragmáticamente. El traductor debe además armar en la lengua meta textos ajustados a las características de
las tradiciones discursivas propias. ¿Cómo se traduce al huichol un texto técnico de lingüística o un texto legal
si carece de las correspondientes tradiciones discursivas? Generar estilos funcionales nuevos implica poner en
marcha desarrollos culturales, institucionales y cognitivos a los que las lenguas se tienen que adaptar y esto
debe correr paralelamente a la formación de cuadros especializados.
La traducción y la redacción de texto van de la mano, como la semántica y la pragmática textual. El
estilo debe ser el adecuado para un determinado grupo de destinatarios. La Gramática Didáctica del Huichol está
dirigida a maestros huicholes de los niveles básico y medio. La Ley de Derechos Lingüísticos en su versión original
va destinada a juristas, a quienes no les preocupa lo más mínimo si los indígenas la van a entender o no. Si
uno juzga solamente el producto da la impresión de que aquélla está hecha para que nadie la comprenda.
Aunque los aspectos terminológicos son muy interesantes y suelen ponerse en un primer plano
cuando se habla de la traducción, no son en mi opinión el problema central. La terminología no es el primer
problema por resolver en la traducción. Debido a que no existe un diccionario de lingüística en huichol,
podría parecer que la primera tarea ha de ser elaborarlo antes de emprender la traducción; para ello enlistamos
todos los vocablos que aparecen en la versión castellana, creamos términos equivalentes en huichol para cada
uno de ellos y finalmente hacemos la traducción del texto. Este procedimiento no daría resultados adecuados.
En primer lugar no existe una manera única de traducir un término, sino varias o muchas alternativas de

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expresar lo mismo, dependiendo de la situación, del registro elegido, pero también de la estructura gramatical.
La terminología no la podemos ver en abstracto, sino desde el proceso de la traducción; crear aquélla debe
considerarse desde la perspectiva de los otros niveles: el del enunciado y el del texto. Atenerse estrictamente a
este procedimiento, hasta donde sea posible, sería obligarse a copiar la estructura de la lengua de partida tanto
en el léxico como en la gramática y en el texto, y probablemente los lectores no podrían entender el producto.
A la hora de llevar a cabo la traducción habría que modificar seguramente muchas de las decisiones tomadas
de antemano, entre otras cosas porque la estructura de la oración en huichol es tan diferente que, donde el
español requiere un término técnico nominal, el huichol puede prescindir de él, porque puede expresar lo
mismo dentro de la palabra predicativa.
Como vimos arriba, la frase sonido palatal se puede traducir como yuari tekumaritsiemieme “sonido
paladar-sobre-procedente”, al hacer referencia explícita al paladar, es decir al órgano en que se basa la
clasificación de este sonido. Si concentramos más la información eliminando lo redundante, nos queda el
término tekumaritsiemieme(te), y más condensado todavía tekumarikame(te), que prácticamente es ya una etiqueta
con escaso contenido descriptivo. Si por el contrario queremos disponer de vocablos más descriptivos, por
ejemplo en las explicaciones didácticas, podemos recurrir a alguna de las estructuras siguientes, añadiendo
cada vez más elementos significativos:

wayuyepinati miyuteriwa “que se articula apachurrando dentro encorvando”


neni teiki heutipinati miyuteriwa “que se pronuncia apachurrando la lengua hacia arriba”
temutateriwatsie neni teiki heutitunati “cuando pronunciamos arqueando la lengua hacia arriba”
yuari miyuteriwa neni hixiapa teiki meuyutipinanitsie “sonido que se articula apachurrando la lengua por el centro hacia arriba”

Ninguna de estas traducciones es mejor que las demás, ya que la evaluación debe hacerse no de una
manera absoluta, sino atendiendo a diversos criterios como las funciones de todo acto comunicativo:
Quiénes son los destinatarios: entre otras cosas ¿qué nivel de conocimientos previos se presuponen?
Finalidad: ¿se trata de informar o de formar, o de formar para enseñar, como en este caso?
El medio: si el libro va a ser leído por cada lector o va a servir nada más como herramienta al maestro.
En suma, la terminología no puede considerarse desvinculada de la redacción o elaboración del texto.
De la misma manera que los términos se crean o seleccionan desde la estructura sintáctica de la oración,
también es cierto que los enunciados se forman desde éste. Por tanto, en el proceso de traducción, el texto
debe constituir la perspectiva más general a partir de la cual se regula todo el proceso. La terminología
recogida en el glosario es en realidad un producto y no la base de la traducción. Un léxico debe surgir como
resultado de un proceso de redacción de textos.
Jakobson estableció una conexión interesante entre la traducción de una lengua a otra y los
procesos intralingüísticos de sustitución de unos signos por otros semánticamente equivalentes: “El
significado de un signo lingüístico equivale a su traducción a algún otro tipo de signo alternativo,
especialmente un signo en el que aquel esté más plenamente desarrollado”.6 Estaba pensando en el caso
prototípico de las definiciones. Todos estos términos designan un sonido palatal, pero lo hacen de manera
diferente, concretamente con un grado de mayor o menor descriptividad. Ninguno de ellos es de modo
estricto una etiqueta, es decir un término convencional que no proporcione pista alguna sobre las
propiedades del referente. Tekumarikame es un término derivado de tekumari “paladar duro”; aunque no
identifica una propiedad inherente del sonido, nos remite al paladar, que es el lugar de articulación, lo cual
está causalmente relacionado con sus propiedades inherentes. Tekumaritsiemieme nos dice de manera
explícita que se trata de un sonido originado en el paladar. Wayuyepinati miyuteriwa contiene referencias al
encorvamiento del dorso de la lengua, al espacio bucal y al estrechamiento que se produce entre la lengua y
el paladar. Todavía más descriptivo es el término neni teiki heutitunati miyuteriwa que alude a la misma
situación, pero utilizando la palabra que designa la lengua y describiendo mediante un adverbio la posición
elevada de la misma. En temutateriwatsie neni teiki heutitunati se introduce adicionalmente la categoría de
persona, mientras que el anterior es reflexivo/impersonal. El término más complejo de todos yuari

6Roman Jakobson, “En torno a los aspectos lingüísticos de la traducción” (1959) en Ensayos de Lingüística General, Barcelona, Seix Barral,
1981, p. 68.

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miyuteriwa neni hixiapa teiki meuyutipinanitsie no deja a la imaginación del receptor ni siquiera el hecho de que
se trata de un sonido; además añade la información de que lo que se eleva para producir el estrechamiento
contra la bóveda del paladar es el dorso de la lengua. Todos estos vocablos son buenos, dependiendo de lo
que se quiera obtener con ellos. Los términos etiqueta son más propios de un lenguaje técnico, donde los
receptores tienen los conocimientos previos necesarios que se deben presuponer para la comprensión del
texto, mientras los más descriptivos son más aptos para las explicaciones que se pueden impartir a un
público menos preparado, más adecuados por tanto para la aplicación didáctica. En un texto con
intenciones formativas es conveniente hacer uso de todos ellos, dependiendo de la situación comunicativa
dentro de cada fase del texto, si se trata de una definición o de un ejercicio práctico, etcétera.
El texto en su conjunto y cada frase en particular deben ser reconsiderados conforme a decisiones
globales relacionadas con la pragmática comunicativa. En cada nivel, desde la palabra individual hasta el texto,
las formulaciones pueden ser más o menos coloquiales o formales, lo que puede influir considerablemente en
la comprensión. Pero es posible que la ubicación entre estos dos extremos varíe de una parte a otra del texto;
la alternancia de estilos puede ser muy positiva desde el punto de vista pedagógico. Usar cualquiera de las dos
formas no genera ningún cambio de significado, pero sí determina las condiciones de éxito de la
comunicación. Depende de si se trata de definir un término o de un ejercicio, de una explicación práctica
cercana a las experiencias y conocimientos del lector o destinatario y otras veces el mismo texto exige ser
escrito de manera más formal. En un caso se busca el acercamiento al nivel de conocimientos del lector, y en
otros, se pretende atraer a este último hacia un nivel de conocimientos más elevado. El traductor debe
aprender a alternar inteligentemente los dos estilos, sin rigidez.
La traducción de un catecismo, de una ley y de un texto lingüístico implica recurrir a códigos
diferentes y dentro de un mismo escrito se puede dar una alternancia de éstos mediante un juego de
reformulaciones. Debido a que la sustitución es por lo general una opción múltiple, elegir palabras
alternativas exige un conocimiento de diferentes registros y géneros o tipos de textualidad. La
convertibilidad está ligada de manera inherente a la concepción funcional del lenguaje.7 Todo código verbal
abarca necesariamente un conjunto de subcódigos distintos o variedades funcionales, ordenables en una escala
de transiciones entre ambos extremos de explicitud y elipsis máximas, alternando entre reglas más formales
y reglas más informales. El traductor debe saber si se trata de un texto coloquial, periodístico, técnico,
filosófico, científico y conocer las reglas constitutivas de tales géneros o registros para poderlos reproducir
en la lengua meta de una manera adecuada.
En la alternancia de código o registro intervienen factores pragmáticos, puesto que el uso de las
variantes debe atender también a reglas que corresponden a distintas estrategias de la comunicación. La
competencia gramatical se debe englobar en un concepto más abarcador de competencia comunicativa,8 de la
que depende si las emisiones de cualquier complejidad son o no apropiadas para codificar un mensaje en una
circunstancia definida o en un tipo de texto determinado.

Competencia cultural

Un texto es una construcción cultural tanto desde el punto de vista del contenido organizado en una
configuración de enunciado como desde la perspectiva de las convenciones establecidas para su
organización.9 La competencia cultural trasciende el significado de los signos lingüísticos y las convenciones
comunicativas, y se refiere más bien al dominio de un tema o de un área de conocimiento.
Un ejemplo de falta de competencia cultural lo tenemos en la confusión que al traductor del catecismo
le debieron generar las complicadas explicaciones del canónigo para que entendiera la noción de pecado
mortal como causante de la muerte del alma. El texto original del catecismo dice “¿Dónde van las almas de
los buenos cuerpos cuando mueren?”, pero la frase en huichol significa otra cosa:

7Ibid., p. 67.
8 D. Hymes, “Kommunikative Kompetenz” en U. Ammonn, u.a. (ed.), Soziolinguistik 2, Berlin, u.a., de Gruyter, 1987, pp. 219-229. Véase también
D. Hymes, “The concept of communicative competence revisited” en Martin Pütz (ed.), Thirty Years of Linguistic Evolution, Amsterdam/
Philadelphia, John Benjamins, 1992, pp. 31-58.
9 M. V. Giuliani et al., “Speculations on text as a linguistic and cultural construct” en János S. Petöfi (ed.), Vs Sentence, Basic Questions of Text

Linguistics, Hamburg, Helmut Buske, 1979, pp. 170-180.

120
(11) Hakewa peyeika wakipuri memikaxirikitika, memikatikukuwe.
“¿Dónde van las almas de los que no están sucios, de los que no mueren?”

donde “los que no mueren” se debe interpretar como “los que no han cometido pecado mortal”. La
traducción implica insertar la semántica textual en un dominio cultural y cognitivo que el traductor no
conocía con profundidad.
La capacidad de traducir o competencia traductorial involucra una coordinación de todos los
componentes que actúan en cualquier actividad lingüística, aunque ésta sea monolingüe. La diferencia está en
el hecho de que el traductor debe poder manejar y coordinar todos estos componentes al mismo tiempo en
dos lenguas y en dos culturas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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GIULIANI, M.V. et al., “Speculations on text as a linguistic and cultural construct” en Petöfi (ed.), Vide infra,
1979, pp. 170-180.
HYMES, D., 1987, “Communicative Competence (Kommunikative Kompetenz)” en Ammon, U. u.a. (Hrsg.),
Soziolinguistik 2, Berlin u.a.: de Gruyter, pp. 219-229.
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Years of Linguistic Evolution Amsterdam/Philadelphia, John Benjamins, pp. 31-58.
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textuales” en Función, núms. 21-24, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2004.
________ (coord.), Lenguas y Literaturas Indígenas de México, México, Conaculta, 2004.
________ y Paula GÓMEZ LÓPEZ, Gramática Wixarika, vol. I, Lincom, 2006.
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(coord.), Lenguas y Literaturas Indígenas... Vide infra, 2004, pp. 171-204.
JAKOBSON, Roman, “En torno a los aspectos lingüísticos de la traducción” en Ensayos de Lingüística General,
Barcelona, Seix Barral, 1981 (1959).
________ “Linguistics in relation to other sciences” en Selected Writings, The Hage, Pris: Mouton, 1971.
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MAILLOT, Jean, La traducción científica y técnica, Madrid, Gredos, 1967.
NIDA, E.A., “Principles of translation as exemplified by bible translating”, Brower ed., 1966.
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SEBEOK, Thomas A., “Ecumenicalism in Semiotics” en Thomas A. Sebeok (ed.), A Perfusion of Signs, Indiana
University Press, 1977.

121
ABREVIATURAS

2 segunda persona
3 tercera persona
AMPL ampliador de dominios funcionales
ANIM animado
EXP que pertenece al ámbito de la experiencia
FIG figura
IMPS impersonal
OBJ objeto
PAC paciente
PAS pasiva
PERF perfectivo
PL plural
POS posesión
PREG pregunta
PRIM modalidad primaria, relativa a la primera persona
Q morfema que señala requerimiento: orden o pregunta
REFL reflexivo
SEC modalidad secundaria ligada a la segunda persona
SG singular
SUJ sujeto
TERM terminativo
UNIT unitario

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COLOFÓN

La utopía de la lengua p’urhépecha


de Agustín Jacinto Zavala (editor)

Noviembre de 2010
(edición impresa)

Octubre de 2013
(edición electrónica)

Coordinación:
Patricia Delgado González

Corrección:
Susana Emilia Martínez

Composición tipográfica:
Rosa María Manzo Mora

Portada:
Guadalupe Lemus Alfaro

El Colegio de Michoacán

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