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CLÍNICAS VETERINARIAS
MEDICINA DE PEQUEÑOS ANIMALES
S AU N D E R S
Tabla 1
Sustratos de citocromo P450 humano y canino
Tabla 1
Sustratos de citocromo P450 humano y canino (Cont.)
dos fármacos tienen afinidad por el mismo CYP, puede producirse una interacción. Un compo-
nente interactivo puede competir por la misma zona catalítica (inhibición competitiva) o puede
unirse a otra zona de la enzima y alterar la estructura de la proteína, y, por tanto, su capacidad
de unir otros fármacos en la zona activa (inhibición no competitiva). Por otro lado, un inhibidor
puede generar un metabolito reactivo que se una irreversiblemente al CYP y finalice su función
(inhibición basada en mecanismo o suicida).
Los fármacos y otras sustancias químicas también pueden afectar a los CYP a través de la
inducción enzimática. Los inductores de CYP se unen a receptores nucleares específicos, que
después se asocian con elementos de respuesta xenobiótica en las regiones promotoras de genes
CYP específicos. Esto conduce a la activación transcripcional del gen, provocando una síntesis
incrementada de enzima y una actividad global más elevada. Ejemplos de inductores CYP
conocidos en el perro son el fenobarbital, la rifampina y el omeprazol (v. tabla 1) [2-4].
[10,11], pero aún no existen informes de una interacción clínica entre la teofilina y las fluo-
roquinolonas en los perros.
Los sustratos humanos para el CYP2C9 incluyen la warfarina, la fenitoína, la glipicida,
y muchos agentes antiinflamatorios no esteroideos, incluyendo el piroxicam, el naproxe-
no, el celecoxib, el meloxicam y el ibuprofeno (v. tabla 1) [12]. Según parece, el naproxeno,
el ibuprofeno y el diclofenaco inhiben la eliminación de warfarina mediada por CYP2C9,
y están asociados con una anticoagulación exagerada (rango internacional normalizado)
en pacientes que también se están tratando con warfarina [12,13]. El fluconazol, otro inhibi-
dor del CYP2C9 [14], provoca una interacción similar con la warfarina, que puede conducir
a hemorragias [15-17].
En el perro, se han identificado dos isoformas de CYP2C: CYP2C21 y CYP2C41 [18]. El
CYP2C21 es el CYP predominante caracterizado hasta la fecha en el hígado canino [3]. Se sabe
que este CYP metaboliza la testosterona y el diclofenaco [19], y está inducido ligeramente por
el fenobarbital [3]. El CYP2C41 sólo está presente en algunos perros [18,20], lo que bien puede
tener implicaciones para los fármacos utilizados clínicamente. Por desgracia, los rangos de sus-
tratos de cada una de estas enzimas aún están poco caracterizados.
Numerosos fármacos clínicamente importantes están metabolizados por el CYP2D6 huma-
no, incluyendo los bloqueadores β (propranolol, timolol, metoprolol), los antiarrítmicos (qui-
nidina, flecainida), los antidepresivos (amitriptilina, clomipramina, fluoxetina, imipramina), los
antieméticos (clorpromazina, metoclopramida) [21], y los derivados opioides (codeína, dextro-
metrofano, tramadol) (v. tabla 1) [22]. Este rango amplio de sustrato conduce a un número de
interacciones de fármacos clínicamente relevantes. Por ejemplo, la codeína ejerce su efecto a
través de la bioactivación a morfina; esta reacción CYP2D6 está inhibida por la quinidina, lo
cual conduce a una eficacia analgésica disminuida de la codeína con la administración conco-
mitante de quinidina en las personas [23]. La inhibición potente del CYP2D6 por parte de la
quinidina se ha explotado por conveniencia farmacéutica. El dextrometorfano, un supresor tra-
dicional de la tos, se está desarrollando para el tratamiento de las alteraciones del humor y el
dolor neuropático en los seres humanos; para esta aplicación, el dextrometorfano se formula
junto con quinidina, que inhibe el metabolismo del dextrometorfano mediado por el CYP2D6
y prolonga la duración de su acción [24].
El ortólogo canino del CYP2D6 es el CYP2D15. Los fármacos metabolizados por el
CYP2D15 incluyen el propranolol [25], el dextrometorfano [19] y la imipramina [25]. El cele-
coxib es un sustrato del CYP2D15 en los perros, aunque también puede estar implicado otro
CYP [26]. Como ejemplo de la dificultad de extrapolar sustratos de CYP entre especies cruza-
das, en las personas la eliminación del celecoxib está mediada por la familia CYP2C más que
por la CYP2D.
En comparación con otros P450, las vías CYP3A4 humanas median la eliminación del
mayor número de fármacos en las personas (v. tabla 1). Las interacciones de los fármacos son
una causa habitual de toxicidad por sustratos de CYP3A. Así, el ketoconazol es un potente inhi-
bidor del metabolismo del CYP3A4, y ha provocado arritmias cardíacas secundarias al meta-
bolismo alterado de la cisaprida en personas [21,27] y sedación atribuible a concentraciones
plasmáticas de midazolam elevadas [28]. El itraconazol también es un inhibidor del CYP3A4
[29], conduciendo a una exposición sistémica incrementada a la budesonida en las personas
[30]; esta interacción incluso ha conducido a signos clínicos de hiperadrenocorticismo en
pacientes tratados de forma concomitante con itraconazol y budesodina [31]. Los constituyen-
Tabla 2
Presuntas interacciones de fármacos, basados en el citocromo P450 en el perro
Fluoroquinolonas Teofilina Concentraciones séricas de teofilina aumentada Estudios in vivo en perros con
Inhibición de la eliminación de la teofilina (presumiblemente enrofloxacina y marbofloxacina
a través de la inhibición del CYP1A2) [10,11]
Cloranfenicol Fenobarbital, fenitoína, Eliminación de la semivida prolongada y sedación prolongada Estudios in vivo en perros [67,68]
pentobarbital Probable inhibición de CYP2B11 Estudios in vivo en gatos [66]
Propofol Eliminación de la semivida prolongada y recuperación prolongada Estudios in vivo en perros [65]
Probable inhibición de CYP2B11
Ketoconazol Ciclosporina: concentraciones Presumible inhibición de CYP3A y/o contribución de la Estudios in vivo en perros [40]
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tes del zumo de uva (bergamotina) son inhibidores suicidas potentes del CYP3A4 [32], y
puede conducir a toxicidad en asociación con amlodipina, ciclosporina, diazepam y muchos
otros sustratos del 3A4 [33].
Los sustratos del CYP3A12, el ortólogo del CYP3A en perros, incluyen el midazolam [4],
el diazepam, el nordiazepam y la testosterona [19]. El CYP3A12 en perros está inducido por el
fenobarbital y la rifampina [4,34,35] y está inhibido por el ketoconazol [36,37]. Además, otra
isoforma, el CYP3A26, está presente en perros, que tiene menor actividad para la testosterona
y otros sustratos esteroideos, en comparación con el CYP3A12 [19,38,39]. Las implicaciones
bioquímicas y clínicas de estas dos variantes 3A en el perro aún no se conocen.
La inhibición del CYP3A por parte del ketoconazol se ha explotado clínicamente para pro-
ducir concentraciones más elevadas de ciclosporina en perros tratados por fístulas perianales
[40] y en gatos que reciben ciclosporina después de un trasplante renal [41]. También se ha
visto que el ketoconazol prolonga la semivida de eliminación del midazolam en el perro [37].
Igual que el ketoconazol, el itraconazol es un inhibidor in vivo del CYP3A en los perros, aun-
que los estudios han utilizado dosis elevadas de itraconazol (100 mg/kg) [42]; el potencial de
interacción de los fármacos en las dosis terapéuticas del itraconazol aún está por determinar,
en perros y gatos.
El derivado del zumo de uva, la bergamotina, es un inhibidor potente del CYP3A12 en el
perro [43] y aumenta las concentraciones plasmáticas de ciclosporina [44] y diazepam en perros
in vivo [43]. Si el extracto de uva puede ser clínicamente útil para aumentar las concentracio-
nes plasmáticas de fármacos, como la ciclosporina o el itraconazol, está aún por determinar en
los perros.
La interpretación de las interacciones de los fármacos que parecen afectar al CYP3A es
complicada por el hecho de que muchos sustratos del CYP3A también son sustratos de la glu-
coproteína P. Ésta es una bomba de flujo externo transmembrana que se expresa junto con el
CYP3A4 en el intestino humano y que contribuye a la eliminación de primer paso (y biodispo-
nibilidad disminuida) de algunos fármacos orales. La glucoproteína P también contribuye a la
eliminación de los fármacos en el epitelio biliar, el epitelio de los túbulos renales, el sistema
nervioso central y otros puntos. Los sustratos conocidos de la glucoproteína P incluyen el keto-
conazol, el itraconazol, la eritromicina, el cortisol, la digoxina, el diltiazem, la ciclosporina y el
ondansetrón [45]. Algunos de estos sustratos pueden competir por el flujo externo de los fár-
macos, y conducir a una eliminación disminuida de un segundo componente. Por ejemplo, en
los seres humanos, la interacción bien conocida entre la quinidina y la digoxina puede atribuir-
se no (sólo) a las interacciones del CYP3A4 sino a la inhibición del flujo externo de la digoxi-
na mediado por la glucoproteína P [46]. Ejemplos de sustratos conocidos y probables de la glu-
coproteína P en los perros incluyen la ivermectina, la loperamida, el ondansetrón, la vincristina,
la vinblastina, la digoxina y la doxorubicina [45,47-49]. La toxicidad del sistema nervioso cen-
tral debida a la combinación de ketoconazol e ivermectina se ha observado anecdóticamente en
el perro (Katrina Mealey, DVM, PhD, DACVIM, DACVCP, comunicación personal, 2005). Es
necesario realizar más estudios para caracterizar las interacciones clínicamente significativas de
los fármacos entre los sustratos de la glucoproteína P en perros y gatos.
[52-54], pero este efecto puede ser clínicamente significativo en sólo un grupo de pacientes
humanos [52,55]. La cimetidina también aumenta el riesgo de sangrado por la warfarina [56],
y de hipoglucemia por la glipizida en los seres humanos [57]. Se ha visto que la cimetidina
incluso interactúa con gotas oftálmicas tópicas de timolol utilizadas para tratar el glaucoma, lo
que conduce a un bloqueo β sistémico aumentado (ritmo cardíaco disminuido, tolerancia al
ejercicio disminuida) [58].
En el perro, la cimetidina retrasa la absorción de la ciclosporina, pero no aumenta significa-
tivamente sus concentraciones sanguíneas [59]. La cimetidina reduce la eliminación del vera-
pamilo en el perro [60], y las dosis intravenosas elevadas (300 mg/kg) de cimetidina empeoran
levemente la eliminación de la teofilina [61]. También hay informes anecdóticos de una inter-
acción entre el metronidazol y la cimetidina en los perros (secundaria a toxicidad neurológica
por el metronidazol; observaciones no publicadas del autor), que puede estar mediada por el
CYP, pero necesita más caracterización.
RESUMEN
Hay muchas oportunidades para la investigación clínicamente relevante en el ámbito de las
interacciones de fármacos en pacientes veterinarios. Existe un largo camino que recorrer para
alcanzar el mismo grado de entendimiento de los CPY y las interacciones de fármacos en
pacientes veterinarios que se ha establecido en los pacientes humanos. Por suerte, hay muchas
similitudes de sustrato entre los CYP humanos y caninos que pueden ayudar a establecer pre-
dicciones razonables sobre posibles o probables interacciones en el perro. Aunque el trabajo
comparativo sobre CYP en humanos y caninos está en proceso en muchas empresas farmacéu-
ticas, el trabajo sobre la biotransformación mediada por CYP y las interacciones fármaco-fár-
maco es muy necesario.
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Bibliografía
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