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El documento discute la naturaleza de la libertad y cómo la sociedad limita la libertad individual. Explica que al decidir vivir en sociedad, las personas accedieron voluntariamente a perder cierta libertad, ya que la sociedad requiere que los individuos desempeñen roles funcionales. También señala que la única forma de ser completamente libres sería aislarse del entorno, pero que ni siquiera esto es posible dado que las fuerzas físicas y sociales siempre influyen en los individuos.
El documento discute la naturaleza de la libertad y cómo la sociedad limita la libertad individual. Explica que al decidir vivir en sociedad, las personas accedieron voluntariamente a perder cierta libertad, ya que la sociedad requiere que los individuos desempeñen roles funcionales. También señala que la única forma de ser completamente libres sería aislarse del entorno, pero que ni siquiera esto es posible dado que las fuerzas físicas y sociales siempre influyen en los individuos.
El documento discute la naturaleza de la libertad y cómo la sociedad limita la libertad individual. Explica que al decidir vivir en sociedad, las personas accedieron voluntariamente a perder cierta libertad, ya que la sociedad requiere que los individuos desempeñen roles funcionales. También señala que la única forma de ser completamente libres sería aislarse del entorno, pero que ni siquiera esto es posible dado que las fuerzas físicas y sociales siempre influyen en los individuos.
La libertad es solo una palabra si no absorbemos el
sentimiento que implica
Desde luego que vivimos tiempos convulsos, que de
una forma u otra nos empujan a plantearnos conceptos que el pasado atribuíamos a poetas y filósofos. La sentencia de que solo se aprecia algo cuando se pierde parece que vuelve a cumplirse. Aunque yo pretendo llegar un poco más lejos sobre este tema en concreto, destacando una palabra, que por absurdo que parezca, pierde toda su fuerza desde el mismo momento que intentamos definirla. Irremediablemente vuelvo a recurrir a la pomposa definición de libertad. Por mucho que le duela a la mayoría de la sociedad, sorprendiendo con ello a todos los que ahora hacen acopio injustificado de su significado, aquellas personas que reclaman actualmente por su libertad, jamás lo fueron. Al menos hacen acopio de la forma en la ilusoriamente en mítines y discursos con megáfono en mano. Siento romper con esto una ilusión más de la masa borreguil, pero desde que decidimos vivir en sociedad, accedimos voluntariamente a perder aquello que ahora se reclama, pues el propio concepto de sociedad exige para ser continente, que su contenido adquiera la función de masa, al igual que la célula modifica su estructura para adaptarse al tejido del que se nutre. El proceso simbiótico es una oportunidad que te ofrece la naturaleza para sobrevivir con cierta seguridad, desarrollando una serie de funciones, que como bien nos explicaría Einstein, nos permite derivar una cantidad de energía que sería necesaria para nuestra subsistencia, pero que no se acumula, sino que se dirige hacia otras funciones globales. El resto de energía que en física se denomina entropía, en el circuito social lo podríamos llamar libertad. Estamos condenados por tanto a jugar un papel dinámico en un entorno, que dependiendo de los factores medioambientales, sociales, físicos, etc... nos limitan hasta cierto punto. Y es esa energía que ejercemos en contra o a favor del circuito la que determinará el nivel de entropía o libertad, para actuar bajo el criterio del libre albedrío. No podemos por tanto definirnos como hombres libres, si no somos capaces de aislarnos por completo del entorno, ya que las propias fuerzas que regulan el mundo material ya sea a nivel microscópico o macroscópico nos golpean constantemente, ejerciendo una continua función desestabilizadora, que nos obliga a mantener un desgaste constante de energía para corregir el rumbo que marca nuestra conciencia. ¿Existiría en todo caso algún lugar en el que pudiéramos ser completamente libres? Sin duda existe, y lo podemos encontrar en el mundo de las ideas, las cuales permiten generar reglas contradictorias en un mismo plano, sin producir con ello paradojas. Pero sin llegar a lo irracional o la fantasía, se nos permite desarrollar conceptos e hipótesis que después deben ser probadas empíricamente como sucede con las matemáticas, pero que siempre nacen de la razón y la lógica sin limitaciones ni barreras orgánicas o sociales. La necesidad de actuar ante los eventos que se precipitan en el tiempo hacen de soporte para una percepción subjetiva de la realidad que nos compromete. Lo absurdo sería formar parte de un ecosistema sin tener la percepción de unidad, pues la abstracción de un ente global, como es el caso de los microorganismos, no se justifican en relaciones de objetos de mayor tamaño, como queda demostrado en la relatividad general. La intervención de fuerzas diferentes requiere una visión más autónoma e independiente, aunque solo sea una ilusión, pues las teorías fractales demuestran una serie de patrones en todos los actos que se determinan con unos atractores que dan como resultado los patrones a los que estamos sometidos. La sociedad por tanto, puede ser vista como un cúmulo de algoritmos que generan los patrones de conducta. De ahí que sean necesarios una plétora de personalidades que determinen un resultado final ya previsto. Del mismo modo, acertamos al entender que ese mismo ente global no puede ser modificado a voluntad en contra de unos patrones determinados por la naturaleza. Llevando en todo caso a una quiebra del equilibrio que se presta a tal unión. Podríamos advertir en los tiempos que vivimos, que es precisamente este evento el que estamos experimentando en la actualidad, donde los engranajes sociales se han visto forzados a funciones contrarias a los que fueron creados, generando un rechazo por los mismos agentes que lo componen, lo cual produce en consecuencia lo que determinamos como aspiraciones de libertad. De un modo más simple podríamos definirlo como el deseo de romper el manoseado Contrato social de Rousseau bajo la premisa de la búsqueda de la libertad, o lo que vendría a ser el inicio de un nuevo ciclo social basado en una estructura generada desde los pilares, como defendía en sus hipótesis Hayek, en contra del fracaso de sociedad actual defendido por Keynes.
Términos Relativos Que Construyen El Concepto Final Al Hecho Social: Generalizaciones de Los Hechos Sociales, Diferencia Entre Los Fenómenos Colectivos y El Hecho Social