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Deuterocanónicos

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Detalle de una página de la Biblia del Oso (Basilea, Suiza, 1569), de Casiodoro de
Reina, reformador protestante español del Siglo XVI, conteniendo el principio y los
encabezados del Libro de Tobías, uno de los libros deuterocanónicos.
Los deuterocanónicos son textos y pasajes del Antiguo Testamento considerados por
la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa como canónicos, que no están incluidos en
la Biblia hebrea. Estos textos y pasajes aparecen en la Septuaginta —una Biblia
griega datada entre los años 280 y 30 a.C.—, el texto utilizado por las comunidades
judías e israelitas de todo el mundo antiguo más allá de Judea, y luego por la
iglesia cristiana primitiva, de habla y cultura griegas.12

Los deuterocanónicos del Antiguo Testamento son:

Deuterocanónicos en la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa:


El Libro de Tobías o Tobit
El Libro de Judit
El Libro de la Sabiduría
El Libro del Eclesiástico, Sirácida o Sirácides
El Libro de Baruc incluida la Carta de Jeremías (Baruc 6)
El Libro I de los Macabeos
El Libro II de los Macabeos
Las «adiciones griegas» al Libro de Ester (Ester 10:4 al 16:24)
Las «adiciones griegas» al Libro de Daniel
La Oración de Azarías (Daniel 3:24-50)
El Himno de los tres jóvenes (Daniel 3:51-90)
La Historia de Susana (Daniel 13)
La Historia de Bel y el Dragón (Daniel 14)
Deuterocanónicos solo en la Iglesia Ortodoxa:
La oración de Manasés
3 Esdras
4 Esdras (como apéndice en algunas iglesias eslavas)
3 Macabeos
4 Macabeos (suele colocarse en forma de apéndice)
Salmo 151
Salmos de Salomón

Por otra parte, también se denominan deuterocanónicos a algunos libros del Nuevo
Testamento que no fueron admitidos en el canon desde el primer momento, sino
después de haberse disipado algunas dudas. Ellos son:3

Epístola a los hebreos


Epístola de Santiago
Segunda epístola de Pedro
Segunda epístola de Juan
Tercera epístola de Juan
Epístola de Judas
Apocalipsis

Índice
1 Etimología del vocablo
2 Septuaginta
3 Entre los judíos del siglo I
3.1 Filón de Alejandría
3.2 Flavio Josefo
3.3 Jamnia
4 Canonicidad
4.1 Siglos II y III
4.2 Siglos IV y V
4.2.1 Concilios
4.2.2 Influencia de Jerónimo
4.3 Siglos VI y VII
4.4 Siglos IX a XVI
4.4.1 Concilios
4.5 Los rollos del mar muerto
4.6 Situación actual en la cristiandad
5 Inclusión en Biblias
6 Notas y referencias
7 Véase también
8 Enlaces externos
Etimología del vocablo
Del griego δευτεροκανονικός (déuteros : “segundo”, “posterior”; y kanonikós:
“perteneciente a una regla o canon”, “canónico”). Nombre dado a ciertos libros, o
adiciones de libros que, a lo largo de la historia, no han sido considerados por
todos como inspirados. Actualmente son rechazados por judíos y por la mayoría de
los protestantes, pero incluidos y aceptados por la Iglesia Católica y por la
Iglesia Ortodoxa.

Los términos protocanónicos y deuterocanónicos no aparecieron nunca antes de


mediados del Siglo XVI. Fueron acuñados en el año de 15564 por Sixto de Siena
(1520–1569),3 teólogo católico de origen judío, para referirse, respectivamente, a
los textos propios del llamado Canon Palestinense del Tanaj judío –por considerarlo
una “primera norma” o prescripción de textos del Antiguo Testamento—, y a los
textos propios del llamado Canon Alejandrino de la Biblia Griega —por considerarlo
una “segunda norma” o prescripción de textos del Antiguo Testamento—.5

La Enciclopedia Espasa define de esta manera este término:

"Nombre que se da a aquellos libros, o parte de libros de la Sagrada Escritura, que


desde su origen no fueron considerados como inspirados por todos, y que hoy son
rechazados del canon de la Sagrada Escritura por los judíos y protestantes. La
Iglesia católica, empero, los considera como verdadera y auténtica palabra de
Dios."
Tomo 18, Pág. 721.
Septuaginta
La gran mayoría de las referencias del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento
están tomadas de la biblia griega Septuaginta (LXX), escrita entre el 280 y 30 a.C,
que incluye los libros deuterocanónicos, así como también los libros apócrifos. La
Septuaginta fue ampliamente aceptada y utilizada por los judíos de habla griega en
el siglo I, incluso en la región de Judea, y por lo tanto, naturalmente se
convirtió en el texto más ampliamente utilizado por los primeros cristianos, que
eran predominantemente de habla griega.

Libros deuterocanónicos y apócrifos incluidos en la Septuaginta

Nombre en griego 678 Transliteración Nombre en español


Libros Deuterocanónicos
Τωβίτ9 Tōbit 10 Tobit or Tobías
Ἰουδίθ Ioudith Judit
Ἐσθήρ Esthēr Ester con las adiciones griegas
Μακκαβαίων Αʹ 1 Makkabaiōn 1 Macabeos
Μακκαβαίων Βʹ 2 Makkabaiōn 2 Macabeos
Σοφία Σαλoμῶντος Sophia Salomōnios Sabiduría o Sabiduría de Salomón
Σοφία Ἰησοῦ Σειράχ Sophia Iēsou Seirach Sirácides o Eclesiástico
Βαρούχ Barouch Baruc
Ἐπιστολὴ Ἰερεμίου Epistolē Ieremiou Epístola de Jeremías
Δανιήλ Daniēl Daniel con las adiciones griegas
Libros Apócrifos
Ἔσδρας Αʹ 1 Esdras 1 Esdras
Μακκαβαίων Γʹ 3 Makkabaiōn 3 Macabeos
Μακκαβαίων Δ' Παράρτημα 4 Makkabaiōn 4 Macabeos
Ψαλμός ΡΝΑʹ Psalmos 151 Salmo 151
Προσευχὴ Μανασσῆ Proseuchē Manassē Oración de Manasés
Ψαλμοί Σαλoμῶντος Psalmoi Salomōnios Salmos de Salomón
Entre los judíos del siglo I
Filón de Alejandría
Filón (15 a.C.– 45 d.C.), contemporáneo de Jesús de Nazaret, que vivió precisamente
en Alejandría, nunca cita ninguno de los libros deuterocanónicos en sus escritos.11

Flavio Josefo
Flavio Josefo menciona (37-101 d.C.) que solo 22 libros eran considerados como
canónicos:

“...porque no tenemos decenas de miles de libros discordantes y en conflicto, sino


sólo veintidós (canon hebreo), conteniendo los registros de todos los tiempos, los
cuales han sido justamente considerados como divinos. Y de estos, cinco son los
libros de Moisés ... Luego, los Profetas que siguieron, compilaron la historia del
período desde Moisés hasta el reino de Artajerjes sucesor de Jerjes, rey de Persia,
en trece libros, [sobre] lo que se hizo en sus tiempos. Los restantes cuatro libros
comprenden himnos a Dios e instrucciones prácticas para los hombres.”12
Flavio Josefo
Jamnia
Tras la caída de Jerusalén y su Templo en el 70, un grupo de rabinos fundó una
escuela en Jamnia. Allí sucedieron varias discusiones sobre los libros del Tanaj.

"El resultado de sus debates [de Yohanan ben Zakkai y otros] fue que, pese a las
objeciones, Proverbios, Eclesiastés, Cantares y Ester fueron reconocidos como
canónicos; Eclesiástico no fue reconocido (Talmud de Babilonia Shabbat 30 b; Mishná
Yadaim 3:5; Talmud de Babilonia Magillah 7 a; Talmud de Jeusalén Megillah 70 d).
Los debates de Jamnia «no tienen que ver con la aceptación de ciertos escritos
dentro del Canon, sino más bien con su derecho a permanecer allí» (A. Bentzen,
Introduction to the Old Testament, i [Copenhagen, 1948], p. 31). Hubo alguna
discusión previa en la escuela de Shammai acerca de Ezequiel, que ya hacía mucho
estaba incluido entre los Profetas, pero cuando un rabino ingenioso mostró que
realmente no contradecía a Moisés, como se había alegado, se allanaron las dudas
(Talmud de Babilonia Shabbat 13 b)."
F.F. Bruce13
Canonicidad
Siglos II y III
El primer autor cristiano del cual tenemos referencia que habló del canon del
Antiguo Testamento fue el obispo de Sardes, Melitón. En una carta, menciona los
libros del canon hebreo a excepción de Ester, mientras que incluye al libro de
Sabiduría.14

A mediados del III siglo, Orígenes afirmaba, citado por Eusebio de Cesárea:

"No se ha de ignorar que los libros testamentarios, tal como los han transmitido
los hebreos, son veintidós, tantos como número de letras hay en entre ellos"
Orígenes
Entre los veintidós libros a los que se refiere Orígenes son citados como canónicos
Macabeos y la Epístola de Jeremías (el último capítulo del libro de Baruc), los
veintidós libros citados por el son:

Génesis; Éxodo; Levítico; Números; Deuteronomio; Josué; Jueces y Ruth en un solo


libro; Reyes I y II (1 Samuel y 2 Samuel) en uno; Reyes III y IV (1 Reyes y 2
Reyes) en uno; Crónicas (1 Crónicas y 2 Crónicas) en uno; Esdras I y II (Esdras-
Nehemías) en uno; Salmos; Proverbios de Salomón; Eclesiastés; el Cantar de
Cantares; Isaías; Jeremías con Lamentaciones y la epístola en uno; Daniel;
Ezequiel; Job; Esther; y además Macabeos.15
Hay que reconocer, sin embargo, que en la práctica, Orígenes se negó a excluir
totalmente los apócrifos, porque se los empleaba en la Iglesia, como él mismo lo
explica en su Carta a Julio Africano.

En el Fragmento Muratoriano también conocido como Canon de Muratori podemos


encontrar que el libro de la Sabiduría de Salomón era aceptado por la iglesia,
aunque se desconoce si algún otro era aceptado debido a que al documento le falta
una parte.

"...Pero la carta de Judas y las dos superscritas con el nombre de Juan han sido
aceptadas por la Iglesia Católica, la Sabiduría también, escrita por los amigos de
Salomón en su honor..."
Fragmento Muratoriano16
Siglos IV y V
Atanasio (367 d.C.) en una de sus cartas pascuales da una lista muy parecida a la
de Orígenes y al canon hebreo, con la diferencia de que incluye Baruc y la Epístola
de Jeremías como canónicos y además omite a Ester.

"Pero para mayor exactitud debo ... añadir esto: hay otros libros fuera de éstos,
que no están ciertamente incluidos en el canon, pero que han sido desde el tiempo
de los padres dispuestos para ser leídos a aquellos que son convertidos recientes a
nuestra comunión y desean ser instruidos en la palabra de la verdadera religión.
Estos son la Sabiduría de Salomón, la Sabiduría de Sirá [Eclesiástico], Ester,
Judit y Tobit ... Pero mientras los primeros están incluidos en el canon y estos
últimos se leen [en la iglesia], no se ha de hacer mención a los libros apócrifos.
Son la invención de herejes que escriben según su propia voluntad ..."
Atanasio17
Cirilo de Jerusalén en su libro Catechetical Lectures cita como libros canónicos a
"Jeremías, Baruc, Lamentaciones y la Epístola de Jeremías".1819

Gregorio Nacianceno da una lista de libros canónicos en verso, en donde reconoce


veintidós libros; omite Ester.20 Anfiloquio sigue la línea de Gregorio, pero añade:
"Junto con éstos, algunos incluyen Ester".

Epifanio (385 d.C.) menciona que "hay 27 libros dados por Dios a los judíos, pero
se cuentan como 22, porque diez libros se duplican y se cuentan como cinco". Él
escribió en su Panarion que los judíos tenían en sus libros como canónicos la
Epístola de Jeremías y Baruc combinado con Jeremías y Lamentaciones en un solo
libro, mientras decía Sabiduría de Sirá y la Sabiduría de Salomón eran libros de
disputada canonicidad.21 22 En otra parte añade como apéndice al Nuevo Testamento a
la Sabiduría de Salomón y a la de Sirá.23

Agustín reconocía la importancia de las lenguas originales, no sabía hebreo, e


instó en su correspondencia con Jerónimo a que éste realizase su nueva versión a
partir de la Septuaginta. Da una lista del canon del Antiguo y Nuevo Testamento en
su libro Sobre la Doctrina Cristiana Libro II Cápítulo 8:13 (397 - 426 d.C.), en el
cual incluye los deuterocanónicos:

Ahora, todo el canon de la Escritura en el cual decimos que este juicio debe ser
ejercido, está contenido en los siguientes libros: - Cinco libros de Moisés, es
decir, Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio; un libro de Josué hijo de
Nun; uno de los Jueces; un breve libro llamado Ruth; a continuación, cuatro libros
de Reyes (los dos libros de Samuel y los dos libros de Reyes), y dos de Crónicas,
Job y Tobías, y Esther, y Judith, y los dos libros de Macabeos, y los dos de Ezra
(Esdras, Nehemiah).. un libro de los Salmos de David; y tres libros de Salomón, es
decir, Proverbios, Cantar de Cantares y Eclesiastés ... Dos libros más, uno llamado
Sabiduría y el otro Eclesiástico ... Doce libros separados de los profetas que
están conectados entre sí, y que nunca han sido separados, se cuentan como un solo
libro; Los nombres de estos profetas son los siguientes: Oseas, Joel, Amos, Abdías,
Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías; Luego están
los cuatro grandes profetas, Isaías, Jeremías, Daniel, Ezequiel.24
Agustín admite que el libro de Macabeos es canónico para la Iglesia pero no es
contado como canónico por los judíos:

"Desde el tiempo de la restauración del templo entre los judíos no hubo ya reyes,
sino príncipes, hasta Aristóbulo. El cálculo del tiempo de éstos no se encuentra en
las Santas Escrituras llamadas canónicas, sino en otros escritos, entre los cuales
están los libros de los Macabeos, que no tienen por canónicos los judíos, sino la
Iglesia..."
Agustín25
Inocencio I en una carta al obispo de Tolosa, Exuperio, da en 405 una lista de
libros del AT que incluye los deuterocanónicos.

"Qué libros realmente son recibidos en el canon, esta breve adición lo muestra.
Estas son, por lo tanto, las cosas de las que deseo seas informado. Cinco libros de
Moisés, es decir, Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y Joshua hijo
de Nun [libro de Josué], y Jueces, y los cuatro libros de Reyes [Samuel I & II y
Reyes I & II] junto con Rut, dieciséis libros de los Profetas, cinco libros de
Salomón [Proverbios, Eclesiastés, Cantar de Cantares, Sabiduría de Salomón y
Eclesiástico], y los salmos. También de los libros históricos, un libro de Job, uno
de Tobías, uno de Esther, uno de Judit, dos de Macabeos, dos de Esdras [Esdras y
Nehemías], dos de Crónicas.
Inocencio26
De acuerdo con el monje Rufino en su Comentario al Credo de los Apóstoles (c. 400
d. C.) los libros deuterocanónicos no eran llamados libros canónicos sino
eclesiásticos:

"Pero debiera saberse que hay también otros libros que nuestros padres no llaman
canónicos, sino eclesiásticos, es decir, Sabiduría, llamado Sabiduría de Salomón, y
otra Sabiduría, llamada la Sabiduría del hijo de Sirá, el último de los cuales los
latinos llaman por el título general de Eclesiástico... A la misma clase pertenecen
el libro de Tobit, y el libro de Judit, y los libros de los Macabeos... todos los
cuales se han leído en las Iglesias, pero no se apela a ellos para la confirmación
de la doctrina. Al resto de escritos les han llamado «apócrifos». Estos no han
admitido que se lean en las Iglesias".
Rufino27
Concilios
El concilio de Laodicea (en 364 d.C.) declaró que Jeremías, Baruc, Lamentaciones y
la Epístola de Jeremías son canónicas en un solo libro.28

En el concilio de Roma del año 382 bajo el papado de Dámaso I se define el canon
completo de la Biblia, en el que se aceptan los 46 libros del Antiguo Testamento,
incluyendo los libros deuterocanónicos, y los 27 de Nuevo Testamento. Desde el año
382 se formó el canon que la Iglesia católica utiliza actualmente, y que fue el
único canon utilizado —tanto por católicos como protestantes— hasta ya avanzado el
siglo XIX, cuando fueron suprimidos definitivamente los libros deuterocanónicos de
las Biblias protestantes. La sección del concilio de Roma del año 382 en que se
decreta el canon definitivo dice:

"Del canon de la sagrada Escritura (1) [Del mismo decreto y de las actas del mismo
Concilio de Roma] D-84 Asimismo se dijo: Ahora hay que tratar de las Escrituras
divinas, qué es lo que ha de recibir la universal Iglesia Católica y qué debe
evitar. Empieza la relación del Antiguo Testamento: un libro del Génesis, un libro
del Éxodo, un libro del Levítico, un libro de los Números, un libro del
Deuteronomio, un libro de Jesús Navé [ Josué ], un libro de los Jueces, un libro de
Rut, cuatro libros de los Reyes [ 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes ], dos
libros de los Paralipómenos [ Crónicas ], un libro de ciento cincuenta Salmos, tres
libros de Salomón: un libro de Proverbios, un libro de Eclesiastés, un libro del
Cantar de los Cantares; igualmente un libro de la Sabiduría, un libro del
Eclesiástico. Sigue la relación de los profetas: un libro de Isaías, un libro de
Jeremías, con Cinoth, es decir, sus Lamentaciones, un libro de Ezequiel, un libro
de Daniel, un libro de Oseas, un libro de Amós, un libro de Miqueas, un libro de
Joel, un libro de Abdías, un libro de Jonás, un libro de Nahúm, un libro de
Habacuc, un libro de Sofonías, un libro de Hageo, un libro de Zacarías, un libro de
Malaquías. Sigue la relación de las historias: un libro de Job, un libro de Tobías,
dos libros de Esdras [ Esdras, Nehemías ], un libro de Ester, un libro de Judit,
dos libros de los Macabeos. Sigue la relación de las Escrituras del Nuevo
Testamento que recibe la santa Iglesia católica: un libro de los Evangelios según
Mateo, un libro según Marcos, un libro según Lucas, un libro según Juan. Epístolas
de Pablo Apóstol, en número de catorce: una a los Romanos, dos a los Corintios, una
a los Efesios, dos a los Tesalonicenses, una a los Gálatas, una a los Filipenses,
una a los Colosenses, dos a Timoteo, una a Tito, una a Filemón, una a los Hebreos.
Asimismo un libro del Apocalipsis de Juan y un libro de Hechos de los Apóstoles.
Asimismo las Epístolas canónicas, en número de siete: dos Epístolas de Pedro
Apóstol, una Epístola de Santiago Apóstol, una Epístola de Juan Apóstol, dos
Epístolas de otro Juan, presbítero, y una Epístola de Judas Zelotes Apóstol [v.
162](2). Acaba el canon del Nuevo Testamento."
Aníbal Ernesto Fosbery29
El Concilio de Hipona (393 d.C.) registra las Escrituras que se consideran
canónicas incluyendo los deuterocanónicos:

Génesis; Éxodo; Levítico; Números; Deuteronomio; Josué; Jueces; Rut; Reyes 4 libros
[1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes] ; Crónicas 2 libros; Job; Salmos; los cinco
libros de Salomón [Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría de
Salomón y Eclesiástico]; los doce libros de los profetas; Isaías; Jeremías;
Ezequiel; Daniel; Tobías; Judit; Esther; Esdras 2 libros [Esdras-Nehemías];
Macabeos 2 libros.30
El Concilio de Cartago (419 AD) en su canon 24 confirmó el canon emitido en Hipona
citando de la misma manera todos los libros deuterocanónicos como Escrituras
canónicas:

Génesis; Éxodo; Levítico; Números; Deuteronomio; Josué; Jueces; Rut; Reyes 4 libros
[1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes] ; Crónicas 2 libros; Job; Salmos; los cinco
libros de Salomón [Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría de
Salomón y Eclesiástico]; los doce libros de los profetas; Isaías; Jeremías;
Ezequiel; Daniel; Tobías; Judit; Esther; Esdras 2 libros [Esdras-Nehemías];
Macabeos 2 libros.31
Influencia de Jerónimo
Jerónimo hizo una revisión de los Salmos y los Evangelios de la Vetus Latina por
petición de Dámaso, obispo de Roma. Al morir el papa, Jerónimo hizo un peregrinaje
a Belén en el 386. Comenzó con una nueva revisión del Salterio en latín conforme a
la Septuaginta (LXX), pero luego decidió trabajar a partir del texto hebreo. En el
405 completo su traducción. En el prólogo escribió:

"Este prólogo a las Escrituras puede servir como un prefacio con yelmo [galeatus]
para todos los libros que hemos vertido del hebreo al latín, para que podamos saber
—mis lectores tanto como yo mismo— que cualquiera [libro] que esté más allá de
estos debe ser reconocido entre los apócrifos. Por tanto, la Sabiduría de Salomón,
como se la titula comúnmente, y el libro del Hijo de Sirá [Eclesiástico] y Judit y
Tobías y el Pastor no están en el Canon."
Jerónimo32
"Como la Iglesia lee los libros de Judit y Tobit y Macabeos, pero no los recibe
entre las Escrituras canónicas, así también lee Sabiduría y Eclesiástico para la
edificación del pueblo, no como autoridad para la confirmación de la doctrina."
Jerónimo32
Sin embargo, Jerónimo escribe más tarde en su Prólogo a Judit que el libro de Judit
era considerado como Escritura por el Primer Concilio de Nicea.

Entre los hebreos, el Libro de Judith se encuentra entre los Hagiographa... Pero
debido a que el Concilio de Nicea encontró que este libro ha sido contado entre el
número de las Sagradas Escrituras, he aceptado tu pedido.33
En su respuesta a Rufino, Jerónimo afirmó que el era consecuente con la elección de
la iglesia con respecto a la versión de las porciones deuterocanónicas de Daniel
que los judíos de su tiempo no incluían:

¿Qué pecado he cometido al seguir el juicio de las iglesias? Pero cuando repito lo
que los judíos dicen contra la historia de Susana y el Himno de los Tres Jóvenes, y
los cuentos de Bel y el Dragón, que no están contenidas en la Biblia hebrea, el
hombre que me acusa se prueba a sí mismo ser un tonto y un calumniador; porque yo
no expliqué lo que pensaba sino lo que comúnmente ellos dicen en nuestra contra.
(Against Rufinus, II:33 [402 d.C.])34
Así, Jerónimo reconoció el principio por el cual el canon se establecería: por el
juicio de la Iglesia (al menos las iglesias locales en este caso) en lugar de su
propio juicio o el juicio de los judíos; aunque referente a la traducción de Daniel
al griego, se preguntó por qué se debería usar la versión de un traductor al que
consideraba hereje y judaizante (Teodoción).34

Numerosos autores posteriores apoyaron la opinión de Jerónimo y el canon hebreo,


tales como Beda, Alcuino, Nicéforo de Constantinopla, Rabano Mauro, Agobardo de
Lyon, Pedro Mauricio, Hugo y Ricardo de San Víctor, Pedro Comestor, Juan Belet,
Juan de Salisbury, el anónimo autor de la Glossa Ordinaria, Juan de Columna,
Nicolás de Lira, William Occam, Alfonso Tostado y el Cardenal Francisco Jiménez de
Cisneros (editor de la famosa Políglota Complutense, el mayor monumento a la
erudición bíblica católica del siglo XVI):

"En la Iglesia latina, a través de toda la Edad Media hallamos evidencia de


vacilación acerca del carácter de los deuterocanónicos. Hay una corriente amistosa
hacia ellos, otra distintamente desfavorable hacia su autoridad y sacralidad,
mientras que oscilando entre ambas hay un número de escritores cuya veneración por
estos libros es atemperada por cierta perplejidad acerca de su posición exacta, y
entre ellos encontramos a Santo Tomás de Aquino. Se encuentran pocos que reconozcan
inequívocamente su canonicidad. La actitud prevalente de los autores occidentales
medievales es substancialmente la de los Padres griegos."35
George J. Reid
Siglos VI y VII
Los cánones apostólicos aprobados por el concilio de Concilio Quinisexto en 692
d.C. (concilio no reconocido por la Iglesia Católica) declara que son venerables y
sagrados los primeros tres libros de Macabeos y Sirácides.36

Gregorio Magno escribió acerca de la distinción entre los libros canónicos y los
deuterocanónicos:

"Con referencia a tal particular no estamos actuando irregularmente, si de los


libros, aunque no canónicos, sin embargo otorgados para la edificación de la
Iglesia, extraemos testimonio. Así, Eleazar en la batalla hirió y derribó al
elefante, pero cayó debajo de la misma bestia que había matado"
Gregorio Magno37
Los obispos africanos Jumilius y Primasius siguen a Jerónimo; Anastasio de
Antioquía y Leoncio reconocen el canon hebreo.

Juan Damasceno, en su Exposición de la Fe Ortodoxa (4:18) defiende asimismo el


canon hebreo, el cual explica con cierto detalle, y agrega:
"Está también el Panaretus, esto es la Sabiduría de Salomón, y la Sabiduría de
Jesús, publicada en hebreo por el padre de Sirá y posteriormente traducido al
griego por su nieto, Jesús hijo de Sirá. Estos son virtuosos y nobles, pero no son
contados ni fueron depositados en el arca."
Juan Damasceno38
Siglos IX a XVI
Concilios
El Concilio de Florencia en 1442 d.C. declaró como canónicos los libros de Judith,
Esther, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc y dos libros de los Macabeos.

Cinco libros de Moisés, es decir Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio;


Josué, Jueces, Rut, cuatro libros de Reyes [1 Reyes, 2 Reyes, 1 Samuel, 2 Samuel] ,
dos de Paralipomenon [1 Crónicas, 2 Crónicas], Esdras, Nehemías, Tobías, Judit,
Ester, Job, Salmos de David, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares,
Sabiduría, Eclesiástico, Isaías, Jeremías, Baruc, Ezequiel, Daniel; los doce
profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc,
Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías; dos libros de los Macabeos.39
El Concilio de Trento en 1546 d.C. apoyó las decisiones sobre qué libros incluir en
el canon que fueron determinados por concilios anteriores:

Del antiguo Testamento, cinco de Moisés: es a saber, el Génesis, el Exodo, el


Levítico, los Números, y el Deuteronomio; el de Josué; el de los Jueces; el de
Ruth; los cuatro de los Reyes [1 Reyes, 2 Reyes, 1 Samuel, 2 Samuel]; dos del
Paralipómenon [1 Crónicas, 2 Crónicas]; el primero de Esdras, y el segundo que
llaman Nehemías; el de Tobías; Judith; Esther; Job; el Salterio de David de 150
salmos; los Proverbios; el Eclesiastés; el Cántico de los cánticos; el de la
Sabiduría; el Eclesiástico; Isaías; Jeremías con Baruch; Ezequiel; Daniel; los doce
Profetas menores, que son; Oseas; Joel; Amos; Abdías; Jonás; Micheas; Nahum;
Habacuc; Sofonías; Aggeo; Zacharías, y Malachías, y los dos de los Macabeos, que
son primero y segundo. 4041
Si bien la mayoría en Trento apoyó esta decisión, hubo participantes en la minoría
que no estuvieron de acuerdo con los libros aceptados en el canon. Entre la minoría
estaban los cardenales Seripando y Cayetano, este último un opositor de Lutero en
Augsburgo.4243 Los Padres en sesión en Trento confirmaron las declaraciones de los
concilios anteriores que también incluían los libros deuterocanónicos, como el
Concilio de Roma (382), el Concilio de Hipona (393), el Concilio de Cartago (397 y
419) y el Concilio de Florencia (1442) y proporcionó "el primer pronunciamiento
infalible y efectivo que se promulgó del canon dirigido a la Iglesia universal".44

Los rollos del mar muerto


Se han encontrado fragmentos de tres libros deuterocanónicos (Sirach, Tobit y
Baruch) entre los Rollos del Mar Muerto encontrados en Qumrán.

Sirácides, cuyo texto hebreo ya se conocía de El Cairo Geniza, se ha encontrado en


dos pergaminos (2QSir o 2Q18, 11QPs_a o 11Q5) en hebreo. Se ha encontrado otro
rollo hebreo de Sirácides en Masada.45 Cinco fragmentos del Libro de Tobías se han
encontrado en Qumrán escritos en arameo y uno escrito en hebreo (papiros 4Q, n.
196-200).4546 La epístola de Jeremías (o capítulo 6 de Baruc) se ha encontrado en
la cueva 7 (papiro 7Q2) en griego.45 Los eruditos recientes47 han teorizado que la
biblioteca del Qumrán (de aproximadamente 1100 manuscritos encontrados en las once
cuevas de Qumrán48) no se produjo por completo en Qumrán, sino que pudo haber
incluido parte de la biblioteca del Templo de Jerusalén, que pudieron haber sidos
escondidos en las cuevas para su custodia en el momento en que el Templo fue
destruido por los romanos en el año 70.

Situación actual en la cristiandad


La canonicidad de los libros deuterocanónicos es distinta para los diversos grupos
que tienen como sagrados a los textos hebreos. La comunidad judía y algunas de las
organizaciones cristianas de origen protestante no aceptan los libros
deuterocanónicos en su canon. La Iglesia católica los consideran de segundo canon;
o sea que no son tomados como parte del primer canon, sin embargo se les reconoce
autoridad.

Las Iglesias ortodoxas no tienen un criterio uniforme sobre la canonicidad de los


deuterocanónicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, que son aceptados por unas y
rechazados por otras.49

Adicionalmente, algunas iglesias orientales incluyen en el canon de la Biblia, en


adición a ellos, algunos otros textos, como el Salmo 151, la Oración de Manasés, 3
y 4 Esdras, y 3 y 4 Macabeos; los cuales aparecen en códices antiguos de la
Septuaginta, así como de otros antiguos textos bíblicos; algunos de los cuales
contenían, asimismo, el Libro de las Odas y el Libro de los Salmos de Salomón. En
adición a ellos, la Iglesia copta también acepta el Libro de Enoc, el Libro de los
Jubileos, y algunos otros más como el Testamento de los Doce Patriarcas.

Los argumentos en contra y a favor de los deuterocanónicos como parte del canon son
muchos, variados y complejos. El mayor argumento de sus opositores, y el único de
fondo,[cita requerida] ha sido su omisión del canon del Tanaj judío palestinense, o
tal vez su posible supresión en el mismo de un canon consensual aún más antiguo,
como algunos autores proponen. Pero algunos autores sostienen que el canon del
Tanaj representa posturas fariseas, y fue elaborado por judíos expresamente
opositores al cristianismo (la escuela de Yabné o Yamnia), mientras que es posible
encontrar referencias a algunos deuterocanónicos como textos sagrados en escritos
judíos de distintas corrientes, y 300 de las 350 referencias al Antiguo Testamento
que se hacen en el Nuevo Testamento son tomadas de la versión alejandrina. Por otra
parte, se debate sobre la lengua de los textos originales de algunos de estos
libros, es decir, el griego; aunque estas cuestiones no afectan a los textos
escritos en hebreo de forma original, como el Eclesiástico[cita requerida].

Inclusión en Biblias
Desde una perspectiva estrictamente histórica, a través de la historia, los
deuterocanónicos han estado presentes en las Biblias de todas las facciones
cristianas anteriores a la reforma protestante del Siglo XVI. También están
presentes en todas las versiones bíblicas protestantes anteriores al año de 1826, y
también en al menos algunas ediciones posteriores de esas mismas Biblias.50 Además
de las Biblias cristianas ortodoxas y católicas, actualmente se siguen incluyendo
en las Biblias luteranas, anabaptistas, anglicanas y episcopalianas.

Notas y referencias
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Londres, Inglaterra, 1958; ISBN 0-8264-5252-3.
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canon de las Escrituras
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Biblia. Buenos Aires: Amico. pp. 57-58. ISBN 978-987-25195-1-3. «Sixto de Siena
(1520-1569) dio el nombre de "deuterocanónicos (=canónicos en segundo lugar)" a los
libros que no fueron recibidos en el canon desde el primer momento [...] En el
Nuevo Testamento: las cartas a los hebreos, de Santiago, segunda de Pedro, segunda
y tercera de Juan, de Judas y el Apocalipsis.»
A. Paul, p. 46; Bruce, p. 105.
Díez Macho, Alejandro; Bartina, Sebastián (1966). Enciclopedia de la Biblia.
Barcelona: Lion Publishing. ISBN 84-7151-351-X.
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6091-5.—The current standard introduction on the NT & LXX.
El canon de la original LXX griega es disputado. Esta tabla refleja el canon del
Antiguo Testamento tal como es usado actualmente en la Ortodoxia.
También llamado Τωβείτ o Τωβίθ en algunas fuentes.
O Tōbeit o Tōbith.
The Works of Philo- Complete and unabridged. Transl. C.D. Yonge; New Updated
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Rivas, Luis H. (2010). «Déutero-canónico». Diccionario para el estudio de la
Biblia. Buenos Aires: Amico. pp. 57-58. ISBN 978-987-25195-1-3. «Las Iglesias
ortodoxas no tienen un criterio uniforme entre ellas. Los déutero-canónicos del
Antiguo y del Nuevo Testamento son admitidos por unas y rechazados por otras.»
Usted puede tener acceso, por ejemplo, a los textos completos de la Biblia de
Casiodoro de Reina, llamada Biblia del Oso (1569), en formato de archivo
escanográfico, en el sitio de Clásicos Digitales de la Universidad Conimbricense.
También puede tener acceso al grueso de los textos de la Biblia de Cipriano de
Valera, llamada Biblia del Cántaro (1602), en formato de archivo PDF, en el sitio
de Libros de Google.es. Los gruesos de los textos de al menos algunas de las
numerosas Biblias protestantes inglesas con “Apocrypha” se encuentran disponibles
para su descarga en los sitios de e-Sword, y de The Unbound Bible, de Biola
University.
Véase también
Biblia
Biblia católica
Septuaginta
Tanaj
Enlaces externos
“Del Antiguo Testamento a la antropología cristiana: la importancia decisiva de los
Libros Deuterocanónicos”Archivado el 24 de enero de 2011 en Wayback Machine. en el
Depósito Académico Digital de la Universidad de Navarra
“¿Qué hay con esos libros ‘extra’ de la Biblia?” en The David MacDonald’s Official
Web Site
El Canon de las Escrituras en Apologética Católica
Historia del Canon Bíblico, Parte 3 de 7 en Biblia Esfera.
Historia del Canon Bíblico, Parte 4 de 7 en Biblia Esfera.
Historia del Canon Bíblico, Parte 5 de 7 en Biblia Esfera.
Historia del Canon Bíblico, Parte 6 de 7 en Biblia Esfera.
Canon of the Old Testament en New Advent
“Defending the Deuterocanonicals” en Eternal Word Television Network

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