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Los Libros Apócrifos

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Otro atículo: ¿Qué son los evangelios apócrifos?

 
Se denominan Libros apócrifos (en griego apokryphos,"oculto") a los
escritos de tema bíblico aparecidos en los primeros siglos de la era
cristiana, pero que no se consideran inspirados y, en consecuencia, no
se incluyeron en el canon de la Biblia. Dentro de toda esta literatura,
los católicos y los ortodoxos distinguen ciertos libros, que
denominan deuterocanónicos (1). Los protestantes distinguen a su vez
otros libros, los denominados pseudoepígrafos (2), que para los
católicos son libros apócrifos.

Con la ampliación de los horizontes históricos en los estudios


bíblicos que se produjo en el siglo XIX, comenzó a
reconocerse el valor de los Apócrifos como fuentes
históricas. Escritos entre el 300 a.C. hasta el Nuevo
Testamento, los Apócrifos arrojaron una valiosa luz sobre el
periodo que comprende desde el final de las narraciones
del Antiguo Testamento hasta el inicio del Nuevo Testamento.
Son además importantes fuentes de información acerca del
desarrollo de la creencia en la inmortalidad, la resurrección y
otros temas escatológicos, así como de la creciente influencia
de las ideas helenistas sobre el judaísmo.

Los escritos apócrifos, como La ascensión de Isaías, El libro


de Enoc, los Evangelios de la infancia de Jesús, entre otros,
imitan o pretenden completar los otros libros de la Biblia. Hay
que tener en cuenta que protestantes y judíos llaman
apócrifos a algunos libros (como elLibro de los macabeos) de
la versión griega de los Setenta que no se encuentran en
la Biblia hebraica. Esos mismos libros, en cambio, son
llamados por los católicos deuterocanónicos.

(1) Libros deuterocanónicos, escritos incluidos en el canon


bíblico de la Iglesia católica y también, con algunas
excepciones, en el de la ortodoxa, aunque no en el canon
hebreo. Fueron incorporados al canon católico por el Concilio
de Trento, celebrado en 1546. Su inclusión en la Biblia había
sido objeto de disputas durante los 12 siglos precedentes (de
ahí procede el término deuterocanónico, derivado de las
palabras griegas que significan "segundo canon").

El Concilio de Trento decretó que el canon auténtico se


determinaría por lo que se había incluido en la traducción al
latín del Antiguo Testamento, la Vulgata (1b), que hasta esa
época había sido la Biblia común de la Iglesia occidental. Se
trata de la traducción que hizo san Jerónimo de la versión
griega que se realizó en la judería de Alejandría y que se
denominó Septuaginta (1c). Ésta incluyó los textos canónicos
de la Biblia hebrea, así como determinados libros reconocidos
como canónicos por los judíos alejandrinos. Estos son los
denominados deuterocanónicos por católicos y ortodoxos, si
bien los protestantes los incluyen entre los apócrifos (se
enumeran al final de esta nota). Según queda en evidencia a
partir de las actas del Concilio, el prefijo deutero no tenía por
objeto indicar que esta literatura tuviese un carácter canónico
secundario, sino más bien denotar la controversia que se
produjo en relación a este material durante el proceso
de canonización de la Iglesia.

Los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento son


Judit, Sabiduría de Salomón, Tobías, Eclesiástico (Sirá),
Baruc, 1 y 2 Macabeos y algunas secciones de Ester y Daniel.
La iglesia ortodoxa tiene un canon similar, aunque rechaza el
Libro de Baruc y tiende a incluir un tercer libro de Macabeos y
un salmo, el 151, que aparece en algunos manuscritos de la
traducción griega del Antiguo Testamento.

(1b) Vulgata (en latín vulgata editio, "edición popular"),


edición de la Biblia latina calificada de "auténtica" por el
Concilio de Trento. En su acepción original, el nombre se
atribuyó a la "edición común" de la Septuaginta
griega utilizada por los primeros Padres de la Iglesia. Más
tarde se trasladó a la antigua versión latina (la Ítala) del
Antiguo y del Nuevo Testamento utilizada con gran frecuencia
durante los primeros siglos de la Iglesia occidental. La actual
composición de la Vulgata es en esencia obra de san
Jerónimo, doctor de la Iglesia.

En principio, san Jerónimo


recurrió a la Septuaginta griega para realizar su traducción
del Antiguo Testamento, incluyendo partes de los
deuterocanónicos; más tarde consultó los textos hebreos
originales. Elaboró tres versiones de los Salmos, llamados
Romanos, Galos y Hebreos. El Salterio Galo, basado en
una transliteración griega de un texto hebreo, es el que hoy
puede leerse en la Vulgata. A petición del papa Dámaso I, en
382, Jerónimo se había encargado con anterioridad de una
revisión del Nuevo Testamento. Corrigió de forma exhaustiva
los Evangelios; pero los especialistas no se ponen de acuerdo
acerca de si las ligeras verificaciones realizadas en el Nuevo
Testamento son o no obra suya.

Durante los 12 siglos siguientes, el texto de la Vulgata fue


transmitido cada vez con menor precisión. El Concilio de
Trento reconoció la necesidad de un texto latino auténtico, y
autorizó el examen de las versiones corruptas que habían
perdurado. En 1546, se decretó que la Vulgata sería el único
texto latino autorizado para la Biblia. Esta revisión es el texto
en latín básico que todavía utilizan los especialistas. Una
moderna reelaboración del mismo, a instancias del papa Pablo
VI como resultado del Concilio Vaticano II, fue completada en
su mayor parte en 1977. Se utilizó para elaborar los nuevos
textos litúrgicos en latín que representaban el fundamento de
las liturgias vernáculas decretadas por el Concilio.

(1c) Septuaginta, denominación que recibe la antigua


traducción griega del Antiguo Testamento hebreo. El término
se deriva de la palabra latina septuaginta ("setenta", de ahí
su acostumbrada abreviatura LXX), que se refiere a
los 70 (quizás 72) traductores que se consideró habían sido
nombrados por el sumo sacerdote hebreo de aquellos tiempos
para traducir al griego la Biblia hebrea a instancias del rey de
Egipto Tolomeo II Filadelfo (285-246 a.C.).

La leyenda de los 70 traductores contiene elementos de


verdad, ya que la Torá (los cinco libros
de Moisés: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomi
o) tal vez fuera traducida a la lengua griega en el siglo III
a.C. para atender a las necesidades espirituales de los judíos
que vivían fuera de Palestina y que, al hablar griego, habían
perdido la posibilidad de leer susSagradas Escrituras en el
original hebreo. La traducción de los demás libros del Antiguo
Testamento hebreo, la adición al mismo de libros y otros
capítulos (los libros deuterocanónicos) y la producción final
del Antiguo Testamento griego como Biblia de la primera
Iglesia cristiana, constituye una historia muy compleja. Por
cuanto la Septuaginta, en lugar del texto hebreo, se convirtió
en la Biblia de la Iglesia primitiva, hacia el siglo III se
realizaron otras traducciones judías al griego de la Biblia
hebrea; de éstas sobreviven sólo algunos fragmentos, y su
historia es aún más oscura que la de la Septuaginta.
(2) Pseudoepígrafos (del
griego pseudepigraphos, "falsamente atribuidos"), escritos
judíos y cristianos que aparecieron en los últimos días del
Antiguo Testamento y continuaron hasta bien entrada la era
cristiana. Fueron atribuidos por sus autores a grandes figuras
y autoridades religiosas del pasado.

Protestantes y judíos suelen utilizar el término


pseudoepígrafos para denominar aquellas escrituras que los
católicos denominan Apócrifos; es decir, escritos judíos
tardíos que todos los especialistas consideran extracanónicos.
Entre dichas obras se cuentan el Libro de Jubileos, los Salmos
de Salomón, el cuarto Libro de Macabeos, el Libro de Enoc,
el cuarto Libro de Esdras, el Apocalipsis de Baruc y
los Testamentos de  los Doce Patriarcas, todos los cuales se
atribuyen a personalidades canónicas del Antiguo
Testamento, datan de la época intertestamental y no se han
conservado en sus versiones hebrea o aramea originales.
Fragmentos de otros pseudoepígrafos, hasta el momento
desconocidos, conservados en hebreo o en arameo, han
aparecido entre el material descubierto en Qumran (También
conocidos como  Manuscritos del Mar Muerto. Incorporo,
como comentario, el artículo sobre los mismos de la
Enciclopedia Encarta 2002).

Este artítulo está relacionado con Herejía y Herejes y


pretente aclarar que el que una religión oficial declare
apócrifo tal o cual libro o texto no quiere decir nada,
científicamente hablando, en contra del mismo... de hecho, lo
que una considera apócrifo, otra lo considera inspirado por
Dios, etcétera. De otro lado, señalar que Apócrifo no es
sinónimo de hereje, pese a que la iglesia católica suele usar
el término como sinónimo de hereje y/o de falso. Podrá no
ser de su agrado un texto, pero eso no quiere decir que el tal
texto sea falso. Por mucho que los católicos quisieron que
Galileo se retractara de su afirmación de que la Tierra no era
el centro del Universo y que, por tanto, el hombre no era el
centro de la Creación... por mucho que anatemizaran dicho
testimonio y por mucha condena que sobre semejante
afirmación echaran, no por eso dejaba de ser absolutamente
cierto lo que el vapuleado científico afirmaba.
 

Manuscritos del Mar Muerto

1 INTRODUCCIÓN 

Manuscritos del Mar Muerto, colección de manuscritos en


hebreo y arameo, que fueron descubiertos a partir de 1947
en una serie de cuevas de Jordania, en el extremo
noroccidental del Mar Muerto, en la región de Qirbet Qumran.
Los manuscritos, escritos en su origen sobre cuero o papiro,
suman más de 600 en distintos estados de conservación. Han
sido atribuidos a los miembros de una congregación judía
desconocida. Los manuscritos incluyen manuales de
disciplina, libros de himnos, comentarios bíblicos y textos
apocalípticos; dos de las copias más antiguas conocidas del
Libro de Isaías casi intactas y fragmentos de todos los libros
del Antiguo Testamento, a excepción del de Ester. Entre estos
fragmentos se encuentra una fantástica paráfrasis del Libro
del Génesis. Asimismo se descubrieron textos, en sus idiomas
originales, de varios libros de los apócrifos, deuterocanónicos
y pseudoepígrafos. Estos textos, ninguno de los cuales fue
incluido en el canon hebreo de la Biblia, son Tobías,
Eclesiástico, Jubileos, partes de Enoc y el Testamento de Leví,
conocido hasta entonces sólo en sus antiguas versiones
griega, siríaca, latina y etíope.

2 DESCUBRIMIENTO Y EXPLORACIÓN 

Los siete rollos principales fueron


descubiertos por beduinos y adquiridos en parte por la
Universidad Hebrea de Jerusalén, y en parte por el
monasterio siríaco de San Marcos de Jerusalén. Los rollos
comprados por el monasterio siríaco fueron adquiridos más
tarde por el Gobierno de Israel.

El descubrimiento inicial de los rollos fue seguido de una


exploración científica de las cuevas vecinas bajo el patrocinio
del Departamento de Antigüedades de Jordania, la École
Biblique et Archéologique dominicana de Jerusalén y el Museo
Arqueológico de Palestina (hoy Museo Rockefeller). Estas
exploraciones y ulteriores compras a los beduinos dieron
como resultado decenas de miles de fragmentos adicionales,
así como un registro de un tesoro enterrado y grabado en
caracteres hebreos sobre tiras de cobre.

Al parecer, los manuscritos fueron parte de la biblioteca de la


comunidad, cuya sede se encontraba en lo que hoy se conoce
como Qirbet Qumran, cercana al lugar de su descubrimiento.
Las pruebas paleográficas indican que la mayoría de los
documentos fueron escritos en distintas fechas, al parecer
desde el 200 a.C. hasta el 68 d.C. Las pruebas arqueológicas
han resaltado la fecha más tardía, ya que las excavaciones en
el lugar demuestran que fue saqueado en el 68 d.C. Es
posible que un ejército bajo las órdenes del general romano
Vespasiano saqueara la comunidad cuando marchaba a
sofocar la rebelión judía que estalló en el 66 d.C. Lo más
probable es que los documentos fueran ocultados entre el 66
y el 68 d.C.

3 CONTENIDO DE LOS ROLLOS 

La comunidad de Qumran aparece descrita en los manuales


de disciplina como una especie de Casa de Israel modelo,
organizada con el objeto de preparar el camino para la
inminente llegada del reino de Dios y el día del juicio. La
congregación estaba constituida sobre bases comunales,
imitando la organización de Israel bajo Moisés. Los miembros
debían someterse a un periodo de dos o tres años de prueba,
y eran clasificados en grados ascendentes de pureza.
Ascensos y destituciones se votaban en una asamblea anual.
La dirección espiritual estaba en manos de tres sacerdotes,
ayudados por 12 presbíteros laicos (ancianos) y cada una de
las varias sedes era administrada por un supervisor cuyas
funciones semejaban las de un obispo. A su vez los
supervisores dependían de un "arzobispo" o "príncipe", de la
orden íntegra. El estudio de la Ley, la primera sección de la
Biblia hebrea, era obligatorio y se ha afirmado que la
interpretación correcta de la misma era obra de una serie de
maestros espirituales, conocidos como "comentaristas
correctos" o "maestros de rectitud". Estaba previsto que la
era en que vivió la congregación concluiría con la aparición de
un nuevo comentarista y profeta (Dt. 18,18). Uno de los
rollos contiene detalles de una guerra final entre los "hijos de
la luz" y los "hijos de las tinieblas".

Las similitudes entre las creencias y prácticas descritas en los


rollos con las que el filósofo judío helenista Filón de Alejandría
y el historiador judío Flavio Josefo atribuyeron a los esenios
han sugerido a numerosos especialistas que la comunidad de
Qumran estaba relacionada con dicha secta. Otras pruebas
para esta identificación pueden hallarse en las obras del
escritor romano Plinio el Viejo, quien escribe que en su época
los esenios vivían en la región de Qirbet Qumran. Con todo,
otros estudiosos destacan la diferencia entre la cofradía de
Qumran y los esenios, dando a entender una afinidad
genérica en lugar de una identidad específica.
 

4 IMPORTANCIA HISTÓRICA 

En los rollos se han encontrado alusiones a personas y


acontecimientos de los periodos helenista y romano primitivo
de la historia judía. Así, un comentario del Libro de Nahum
menciona a un tal Demetrio y parece referirse a un incidente
registrado por Josefo, que tuvo lugar en el 88 a.C. En él
estuvieron implicados Demetrio III, rey de Siria, y Alejandro
Janeo, el rey asmoneo (Macabeos). De forma similar se
piensa que las repetidas alusiones a un "maestro de justicia"
perseguido aluden a figuras religiosas tales como el último
sumo sacerdote judío legítimo, Onías III, destituido en el 175
a.C.; a los líderes Macabeos Matatías, el sumo sacerdote, y a
su hijo, el líder militar Judas Macabeo; y a Menahem, líder de
los zelotas en el 66 d.C. También se han realizado tentativas
para vincular ciertas referencias, en concreto las que
mencionan a un "sacerdote perverso" y "hombre de falsedad",
a determinadas figuras de triste fama como al sacrílego sumo
sacerdote judío Menelao; a Antíoco IV, rey de Siria; al líder
Macabeo Juan Hircán (o Hircano), y a Alejandro Janeo. No
obstante, todas estas identificaciones son ensayos y
elucubraciones teóricas, y las opiniones académicas sobre la
cuestión son objeto de fuertes polémicas. Veáse también
Macabeos (familia).

Los diversos manuscritos bíblicos hallados entre los rollos han


proporcionado un texto varios siglos más antiguo que los de
la Masora tradicional y hasta cierto punto corroboran lecturas
conservadas en la Septuaginta griega y en otras versiones
arcaicas. Por ello, constituyen una ayuda inestimable para
determinar el texto original de las escrituras hebreas.
5 IMPORTANCIA PARA LA CIENCIA BÍBLICA 

Numerosas ideas halladas en los Manuscritos del Mar Muerto


se repiten en los apócrifos, deuterocanónicos y
pseudoepígrafos del Antiguo Testamento y en las primeras
partes del Talmud. Además, numerosos paralelismos respecto
a conceptos iraníes sirven como prueba de la medida en que
el pensamiento judío bebió de esa fuente durante el periodo
intertestamental.

De especial interés son los numerosos vínculos entre el


pensamiento y los modismos de los Manuscritos con los del
Nuevo Testamento. En unos y otros se hace hincapié en la
inminencia del reino de Dios, en la necesidad del
arrepentimiento inmediato y en la esperada derrota de Belial,
el Malo. En unos y otros aparecen referencias similares en
relación con el bautismo en el Espíritu Santo y se encuentran
caracterizaciones semejantes de los fieles como "los elegidos"
e "hijos de la luz"; pueden consultarse referencias bíblicas en,
por ejemplo, Tit. 1,1; 1 Pe. 1,2; Ef. 5,8. Estos paralelismos
son los más llamativos, ya que la congregación de Qumran
vivió en la misma época y en la misma región que Juan el
Bautista, quien fuera un precursor de las ideas cristianas.
Aunque contienen diversas nociones que son evocadoras de la
teología cristiana, los Manuscritos del Mar Muerto no ofrecen
similitudes con doctrinas cristianas tan definitorias como el
dios encarnado, la expiación interpuesta y la redención por la
cruz.

El material descubierto entre los Manuscritos del Mar Muerto


ha sido publicado por la American School of Oriental
Research, la Universidad Hebrea y el Servicio de
Antigüedades de Jordania. La mayoría de los Manuscritos se
encuentran hoy en el Templo del Libro y en el Museo
Rockefeller de Jerusalén, así como en el Museo del
Departamento de Antigüedades en Ammán. Desde su
descubrimiento se han publicado varias traducciones de los
manuscritos y numerosos comentarios sobre los mismos.
Entre 1951 y 2002, la Oxford University Press ha editado la
trasncripción de la totalidad de los manuscritos bajo el título
Discoveries in the Judaean Desert.
 

 (con permiso de: http://www.salonhogar.net/)

http://www.mscperu.org/biblia/apocrifos/apocrifosqueson.htm

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