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Módulo 11.

CROMOSOMAS, CICLO CELULAR Y MITOSIS

Todas las células se forman por la división de células preexistentes. Cuando una célula se divide,
su información genética debe ser copiada y transmitida de manera precisa a cada célula hija a través de
una compleja serie de procesos.
Resulta necesario recordar que actualmente el término cromosoma se aplica a la molécula de
ácido nucleico (ADN o ARN) que actúa como depositaria de la información genética en un virus, una
bacteria, una célula eucariótica o un orgánulo . Pero la palabra cromosoma (del griego “cuerpo coloreado”)
se utilizó originalmente en otro sentido, para referirse precisamente a los cuerpos densamente coloreados
que podían visualizarse a través del microscopio óptico en los núcleos de células eucarióticas después de
la tinción de estas últimas, que aparecen claramente definidos en el núcleo durante el período
inmediatamente anterior a la división celular. Quizás por ello algunos biólogos insisten en reservar el
término cromosoma para referirse exclusivamente al ordenamiento altamente estructurado del ADN de las
células eucarióticas en división.

EL ADN DE LAS CÉLULAS EUCARIOTAS


Una célula de levadura (un hongo) tiene cuatro veces más ADN que una célula de Escherichia coli
(una bacteria intestinal). Las células de Drosophila, la mosca de la fruta, sujeto clásico de los estudios
genéticos, tiene 25 veces más ADN que la célula de E. coli. Cada una de las células humanas y de otros
mamíferos contiene alrededor de 600 veces más ADN que una célula de E. coli, y las células de plantas y
de animales anfibios todavía más. Recuérdese que las moléculas de ADN nuclear de todas las células
eucarióticas son lineales, no circulares. La longitud de todo el ADN de una única célula humana es de 2 m,
en comparación con los 1,7 mm del ADN de E. coli 1.
Como ya se ha mencionado, el material genético de las células eucariotas se organiza en
cromosomas, cuyo número diploide depende de la especie a la que pertenezca el organismo: la mosca de
la fruta tiene 8 cromosomas, la abeja 16, el gato 38, el hombre 46 y la gallina 78. Como ya se ha visto,
además del ADN nuclear, las células eucarióticas poseen cantidades muy pequeñas de ADN en el interior
de las mitocondrias y, en el caso de las células fotosintéticas, también en el interior de los cloroplastos. El
ADN mitocondrial es una molécula muy pequeña (16.569 pares de bases en los humanos) y se presenta
como una doble hebra circular. Codifica para los ARNt y ARNr mitocondriales y para unas pocas proteínas
mitocondriales, pero más del 95% de las proteínas de las mitocondrias están codificadas por el ADN
nuclear. Como ya ha sido mencionado, tanto las mitocondrias como los cloroplastos se dividen al dividirse
la célula.

CONDENSACIÓN DE LA CROMATINA. FORMACIÓN DE CROMOSOMAS


En las células eucarióticas que no se hallan en estado de división, el material cromosómico,
denominado cromatina, es amorfo y aparece disperso y desordenado por la totalidad del núcleo. En
algunas zonas la cromatina experimenta un grado de enrollamiento mayor que en otras regiones. Durante
la interfase la cromatina así condensada recibe el nombre de heterocromatina, denominándose
eucromatina a la menos condensada. Existe una relación directa entre el grado de enrollamiento y la
actividad transcripcional del ADN. La cromatina menos compactada es la que posee el ADN
transcripcionalmente activo (aquel a partir del cual puede sintetizarse ARN) y representa alrededor del
10% del genoma. En cambio, la cromatina mas condensada (heterocromatina) está constituida por ADN
inactivo.
Algunas regiones heterocromáticas se encuentran de manera constante de célula a célula, es
decir como componentes estables del genoma que nunca se expresan. Este tipo de heterocromatina se
denomina constitutiva. A esta categoría pertenece la cromatina altamente condensada localizada en la

1
La longitud total del ADN contenido en el cuerpo humano, que consta en promedio de 10 14 células, es entonces de 2.1014 m, o
2.1011 kilómetros, lo que equivale a cinco millones de vueltas a la tierra o quinientos viajes de ida y vuelta al sol (!)
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región del centrómero del cromosoma, formada por ADN altamente repetitivo (ADN satélite). Esta región
no codificante desempeña un papel estructural en el traslado de los cromosomas durante la mitosis.
Por otra parte, se denomina heterocromatina facultativa a la que se detecta en algunas células del
organismo y en determinados momentos del desarrollo embrionario. Pertenece a este grupo la cromatina
sexual del cromosoma X (o corpúsculo de Barr) presente en las células epiteliales de la mujer y que
representa la inactivación de uno de los cromosomas X del par sexual.
Cuando las células se preparan para dividirse,
la cromatina se condensa y se estructura en
cromosomas bien definidos, cuyo número exacto es
específico para cada especie. Los cromosomas
contienen proteína y ADN en cantidades
aproximadamente iguales en términos de masa
En el esquema se representa un cromosoma
mitótico típico en la metafase mitótica. En este etapa de
la división celular la cromatina alcanza el máximo grado
de condensación, permitiendo que los cromosomas
lleguen a observarse como estructuras individuales. En
cada cromosoma, las dos moléculas hermanas
resultantes de la replicación del ADN se organizan en
forma independiente constituyendo las cromátidas
hermanas, las que se mantendrán unidas mediante el
centrómero. De acuerdo a la posición del centrómero,
los cromosomas se clasifican en:
1) Metacéntricos: poseen el centrómero en una
posición central, de modo que las longitudes de los
brazos cromosómicos son equivalentes.
2) Submetacéntricos: el centrómero se encuentra
alejado del punto central, de modo que las cromátidas poseen un brazo corto y uno largo.
3) Acrocéntricos: el centrómero se halla cerca de uno de los extremos del cromosoma, de modo tal que
el brazo corto es muy pequeño.
La siguiente figura representa un cariotipo humano, donde los cromosomas se ordenan de mayor
a menor y se numeran correlativamente.
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Como puede apreciarse, hay cromosomas grandes, medianos y pequeños. Al ordenar los
cromosomas se constituyen 7 grupos, atendiendo no sólo al tamaño sino también a la forma de las parejas
cromosómicas. A continuación se describen los siete de cromosomas detectables en el cariotipo humano.
Cromosomas grandes
Grupo A, (cromosomas 1, 2 y 3), meta y submetacéntricos
Grupo B, (cromosomas 4, 5 y 6), submetacéntricos
Cromosomas medianos
Grupo C, (cromosomas 7, 8, 9, 10, 11, 12 y además el cromosoma X), submetacéntricos
Grupo D, (cromosomas 13, 14 y 15), acrocéntricos
Cromosomas pequeños
Grupo E, (cromosomas 16, 17 y 18), submetacéntricos
Grupo F, (cromosomas 19 y 20), metacéntricos
Grupo G, (cromosomas 21 y 22 e Y), acrocéntricos
Por acuerdo los cromosomas sexuales X e Y se separan de sus grupos correspondientes y se
ponen juntos aparte al final del cariotipo

Compactación de la cromatina en la formación de los cromosomas metafásicos


El enrollamiento del ADN alrededor de un nucleosoma hace que aquél se compacte unas siete
veces. El grado de compactación final en el cromosoma es de aproximadamente 10.000 veces, lo que
prueba que existen órdenes superiores de organización estructural. Si consideramos que toda la cromatina
presente en una única célula humana formaría un filamento de aproximadamente 2 metros de largo, se
hace imprescindible que se compacte a niveles importantes, ya que de lo contrario la segregación del
material genético durante la división celular podría estar sujeta a muchos errores que no permitirían un
reparto exactamente equitativo entre las células hijas. Para ilustrar como se alcanza la compactación de la
hélice de ADN, en el esquema se representa una de las cromátidas hermanas.
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¿CUÁNTOS GENES CONTIENE UN CROMOSOMA?


Puede resultar interesante conocer cuántos genes tiene un cromosoma. En el caso de Escherichia
coli, si un gen promedio tiene 1.050 pares de bases (bp), los 4,7 millones de pares de bases podrían
acomodar a unos 4.400 genes, de los cuales ya se conoce prácticamente la totalidad.
Las bacterias suelen tener tan sólo un cromosoma por célula y en casi todos los casos contiene
únicamente una copia de cualquiera de los genes. Unos pocos genes, como los de los ARNr (ver Módulo
7, nucléolo), están repetidos varias veces. La organización de los genes en el ADN eucariótico es mucho
más compleja, tanto estructural como funcionalmente. Los estudios realizados en ratón dieron un resultado
inesperado: un 10% de ADN del ratón consiste en segmentos cortos de menos de 10 pares de bases que
se repiten millones de veces por célula. Estos son los segmentos conocidos como altamente repetitivos.
Otro 20% son fragmentos de hasta unos pocos centenares de pares de bases y que se repiten un mínimo
de unas mil veces, a los que se denomina moderadamente repetitivos. El resto, aproximadamente el 70%
del ADN consiste en segmentos únicos y segmentos que sólo se repiten unas pocas veces. Las
secuencias únicas de los cromosomas eucarióticos incluyen la mayoría de los genes. Los biólogos
estimaban que en el genoma humano había unos 100.000 genes, pero los resultados anunciados en abril
de 2003 por los responsables del Proyecto Genoma Humano reducen ese número entre 30.000 y 60.000
genes, aunque esto es aún motivo de debate .
Las secuencias altamente repetitivas se denominan ADN satélite, porque su composición de
bases permite separarlo del resto cuando se centrifugan muestras de ADN celular en gradiente de cloruro
de cesio. No se cree que el ADN satélite codifique proteínas o ARN. Una gran parte del ADN altamente
repetitivo está asociado con dos estructuras importantes de los cromosomas eucarióticos: los centrómeros
y los telómeros. Cada cromosoma tiene un sólo centrómero, que fija el cromosoma a los microtúbulos del
huso mitótico, unión que resulta esencial para que se produzca la segregación ordenada de los
cromosomas a las células hijas durante la división celular. En eucariotas superiores se suele encontrar
ADN satélite en la región centromérica, que consiste en miles de copias en tándem (adyacentes y en la
misma orientación) de una o unas pocas secuencias cortas, de 5 a 10 pares de bases. Todavía no se
conoce la función exacta del ADN satélite en el centrómero.
Los telómeros constituyen los extremos de los cromosomas eucarióticos y contienen alrededor de
20 repeticiones de un hexanucleótido (en humanos es GGGTTA).
Como se explicó al ver la replicación del ADN (módulo 7), una de las hebras nuevas se sintetiza
en forma continua hasta el final y la otra (rezagada) lo hace a través de los fragmentos de Okazaki. En
este último caso, al llegar al final de la hebra molde no hay posibilidad de sintetizar un cebador que
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permita fabricar el último fragmento de Okazaki, con lo que no puede finalizar la síntesis de la hebra
rezagada.
Esto se resuelve a través de una enzima especial, la telomerasa, que contiene además de la
proteína enzimática un trozo de ARN con la secuencia repetida del hexanucleótido que se aparea a la
hebra molde. Como la enzima tiene una actividad similar a la transcriptasa inversa, alarga la hebra molde
de ADN a expensas del ARN que trae consigo. Cuando se ha alargado lo suficiente la hebra molde, ya se
dispone de lugar para formar un cebador y la ADN polimerasa puede actuar en forma normal y completar
la replicación.

Actividad telomerásica, envejecimiento y cáncer


Las células germinales (reproductoras) de los vertebrados manifiestan actividad telomerásica, pero
no parece ocurrir lo mismo con la mayoría de las células somáticas, por lo que se ha observado que existe
alguna relación entre la edad de un individuo y la longitud de los telómeros de los cromosomas en las
células somáticas. La hipótesis del envejecimiento o de la inmortalidad celular gobernada por el telómero
postula que la presencia de telomerasa activa en células germinales permite mantener telómeros largos y
estables, pero que la enzima se encuentra reprimida en células somáticas, ocasionando pérdida del
tamaño del telómero en las células en división.
En pacientes aquejados de progeria, el síndrome de envejecimiento prematuro, se observó que
presentan un acortamiento significativo de los telómeros. Este hallazgo ha llevado a la hipótesis de que el
tamaño del telómero sirve como un reloj biológico que regula el tiempo de vida de las células normales ,
siendo pieza fundamental para entender el envejecimiento prematuro. También en portadores del
Síndrome de Down se ha visto un envejecimiento prematuro, calculándose que pierden 133 pares de
bases teloméricas por año, comparado con 41 en los controles normales.
Por el contrario, las células tumorales, que tienen la capacidad de crecer indefinidamente,
expresan telomerasa, y sus telómeros no se encogen progresivamente. De esta manera se ha descrito la
presencia de actividad telomerásica en numerosos tejidos tumorales, pero no en tejidos adyacentes
normales o en neoplasias benignas.
La presencia de telomerasa en diversos tipos de cáncer humanos y su ausencia en muchas
células normales, significa que la enzima puede ser un buen blanco de drogas antineoplásicas. Los
agentes capaces de obstaculizar la telomerasa podrían matar las células tumorales (haciendo que los
telómeros desaparezcan) sin alterar el funcionamiento de muchas células normales. La mayoría de las
terapias anticáncer actuales no solo alteran las células malignas, sino también las normales. Suelen ser,
pues, bastante tóxicas. Además, dado que se detecta telomerasa en muchos tipos de cáncer, tales
agentes podrían intervenir contra tumores muy dispares. Esto está por ahora en el campo teórico y en el
de la investigación básica.

CICLO CELULAR
Las células se reproducen por duplicación de su contenido y su división en dos células hijas, las
cuales a su vez volverán a reproducirse. Estas divisiones celulares cíclicas constituyen el modo
fundamental por el cual todos los organismos vivientes se propagan. En especies unicelulares tales como
las bacterias o las levaduras, cada división celular produce un organismo adicional.
En los procariotas, la distribución de duplicados exactos de la información hereditaria es
relativamente simple. La mayor parte del material genético está en forma de única molécula circular de
ADN, constituyendo el cromosoma de la célula, el cual se duplica antes de la división celular. Cada uno de
los cromosomas hijos se ancla a la membrana celular en polos opuestos. La célula se alarga, separando
los cromosomas. Cuando la célula alcanza aproximadamente el doble de su tamaño original y los
cromosomas están separados, la membrana plasmática se invagina y se forma una nueva pared, que al
estrangularse separa a las dos células hijas.
En las especies multicelulares se requieren muchas divisiones celulares para que se genere un
nuevo individuo y que crezca, y también se necesitan divisiones celulares adicionales en el organismo
adulto para reemplazar a las células que se han perdido por envejecimiento, daño o por muerte celular
programada (apoptosis). En las células eucarióticas, el problema de dividir exactamente el material
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genético es mucho más complejo que en las procarióticas. Una célula eucariótica típica contiene
aproximadamente mil veces más ADN que una procariótica; este ADN es lineal y forma cromosomas
diferentes. Además, como vimos, contienen una variedad de organelas que también deben ser repartidas
entre las células hijas.
Las células eucarióticas que se dividen pasan a través de una secuencia regular y repetitiva de
crecimiento y división denominada ciclo celular. El ciclo celular se divide en dos fases principales: interfase
y división. Esta última su vez esta constituida por la mitosis (o fase M) y la citocinesis. Antes de que una
célula pueda comenzar la mitosis y dividirse efectivamente, la célula debe preparase. Estos procesos
preparatorios ocurren durante la interfase, en la cual se distinguen tres etapas: las fases G1, S y G2.
Los detalles del ciclo pueden cambiar de acuerdo al tipo celular, pero ciertas características son
universales. Primeramente, el ADN debe ser cuidadosamente replicado (duplicado) y los cromosomas así
replicados deben ser segregados en dos células separadas. La mayoría de las células también duplican su
masa y sus organelos citoplasmáticos en cada ciclo celular. Recientes experimentos han revelado que
existe un sistema de control del ciclo celular que lo coordina como un todo. Las proteínas que controlan
este sistema aparecieron hace un millón de años y se han mantenido muy conservadas durante la
evolución, de modo tal que muchas de ellas funcionan perfectamente cuando son transferidas, por
ejemplo, de una célula humana a una célula de levadura.
La duración del ciclo celular varía mucho de un tipo celular a otro. Los ciclos celulares más cortos
de los eucariotas (más cortos aún que los de las bacterias) son los que tienen lugar en las células
embrionarias inmediatamente después de la fertilización, proceso en el que la célula no crece sino que
convierte una célula de dimensiones excepcionales (la gameta femenina y, consecuentemente, también la
cigota) en un conjunto de células cada vez más pequeñas. En estos ciclos no hay crecimiento, las fases
G1 y G2 se han reducido drásticamente y el tiempo total del ciclo es de 8 a 60 minutos, mitad del cual la
célula está en fase M y la otra mitad en fase S. Como contraejemplo tenemos el ciclo de una célula
hepática de mamífero, el cual puede durar un año.

Usualmente, el período más largo del ciclo celular es el que transcurre entre una fase M y la
siguiente: la interfase. Bajo el microscopio la interfase aparece como una etapa sin eventos notables en el
que la célula simplemente crece en tamaño. Pero la aplicación de diferentes técnicas bioquímicas revelan
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que la interfase es un estadio de mucha actividad para la célula, durante el cual está ocurriendo una
elaborada preparación para la división celular. En particular, la replicación del ADN ocurre durante una
etapa específica de la interfase, la denominada fase S, momento en el cual muchas de las histonas y otras
proteínas asociadas al ADN también son sintetizadas. El intervalo entre la finalización de la mitosis y el
comienzo de la fase S se denomina fase G1 (del inglés gap, brecha) y el tiempo que media entre fase S y
el comienzo de la mitosis es denominada fase G2.
La fase G1 es un período de alta actividad bioquímica. La célula aumenta de tamaño e incrementa
la cantidad de proteínas (enzimas y microtúbulos para el huso mitótico), ribosomas, mitocondrias y del
resto de estructuras celulares. Las estructuras membranosas derivarían del retículo endoplásmico, que se
renueva y aumenta de tamaño. En las células que poseen centríolos, estos constituyentes celulares
comienzan a separarse y a duplicarse en esta etapa, originándose a partir de cada miembro del par
original un centríolo hijo más pequeño. Durante la fase G 1 la célula evalúa su ambiente y su tamaño y
cuando las condiciones son adecuadas recién comienza a replicar su ADN (fase S) y completar el ciclo. Si
la célula detecta que las condiciones para la replicación del ADN no están dadas, subsisten en un estado
especializado de descanso, a menudo llamado G 0,en el cual pueden permanecer por días, semanas o aún
años antes de reiniciar la proliferación.
La fase G2, que sigue al período S y precede a la división, provee una brecha de seguridad,
asegurando que la replicación del ADN haya sido completa antes de comenzar la mitosis y además
ocurren los preparativos finales para que esta ocurra. La cromatina recién duplicada y dispersa en el
núcleo comienza a condensarse. La duplicación del par de centríolos se completa y los dos pares maduros
resultantes se ubican justo por fuera de la envoltura nuclear y, en cada par, los centríolos se ubicarán uno
perpendicular al otro. También durante este período comienza el ensamblaje del huso mitótico, necesario
para separación de los cromosomas durante la mitosis.
De las distintas fases del ciclo la más espectacular es la mitosis, que conforma el proceso de
división nuclear. La envoltura nuclear se desorganiza, el contenido del núcleo se condensa en
cromosomas visibles y los microtúbulos se reorganizan para formar el huso mitótico (que intervendrá en la
separación de los cromosomas).

Sistema de control del ciclo celular


El sistema de control del ciclo celular es un dispositivo bioquímico que opera cíclicamente y que
está constituido por un conjunto de proteínas que interactúan entre sí y que inducen y coordinan los
procesos esenciales de avance que duplican y dividen el contenido celular. En el ciclo existen frenos que
detienen el ciclo en puntos específicos de control.
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En ellos la célula evalúa el estado del ciclo, determinando que el proceso continúe o se demore
hasta que el paso previo se haya completado correctamente. Los puntos de control operan generalmente
al finalizar la fase G1 (exactamente antes que se inicie la fase S) o al finalizar la fase G 2 (antes de que se
inicie la mitosis). Al finalizar G 1 la propia célula “revisa” que se haya crecido lo suficiente y que el ambiente
sea favorable, en tanto que en el punto de control al finalizar G 2, lo que importa es evaluar que el ADN esté
totalmente replicado. En la mayoría de las células eucariotas el punto de control más importante se halla al
finalizar G1, y se conoce como punto R. Una vez que las células sobrepasan el punto R, están obligadas a
completar el resto de las etapas del ciclo y dividirse.
El paso a través del punto R depende de la integración del conjunto de señales externas e internas
que la célula recibe. El sistema de control del ciclo celular está basado en dos proteínas: la primera es una
proteína quinasa ciclina-dependiente (Cdk) que desencadena el proceso por fosforilación de residuos
específicos de treonina y serina (aminoácidos con grupos -OH). La segunda es una ciclina, que al unirse a
la Cdk regulan su actividad. Hay varios tipos de ciclinas que pueden agruparse en dos clases principales:
las ciclinas mitóticas, que se une a la Cdk para iniciar el proceso de mitosis, y las ciclinas G1, que se unen
a la Cdk antes de comenzar la fase S. Estudios realizados en levaduras mostraron que la misma clase de
Cdk funciona en los dos puntos de control, pero en las células de mamíferos hay al menos dos proteínas
Cdk diferentes, una para cada uno de los puntos de control.
Los eventos que conducen a
la división de la célula son los
siguientes: la ciclina mitótica se
acumula gradualmente durante la
fase G2 y se une a la Cdk para formar
un complejo Cdk-ciclina conocido
como FPM o factor promotor de la
mitosis. Este complejo es al principio
inactivo, pero a través de la acción de
otras enzimas que lo fosforilan y
defosforilan, es convertido en su
forma activa. Como puede verse en la
figura, la secuencia implica dos
fosforilaciones sucesivas llevadas a
cabo por quinasas: una inhibitoria y
otra activante. Para que el complejo
pueda ser activo hace falta una fosfatasa que separe el fosfato del sitio inhibitorio.
Este complejo fosforila ciertas proteínas específicas, induciendo los cambios que conducen a la
mitosis. Entre ellos pueden mencionarse la condensación de los cromosomas (desencadenada por
fosforilación de las histonas H1), la desorganización de la envoltura nuclear (inducida por la fosforilación de
proteínas de la lámina nuclear) y la organización de los microtúbulos del huso mitótico. El FPM es
desactivado rápidamente por degradación de la ciclina mitótica en el límite entre la metafase y la anafase,
permitiendo a la célula abandonar el ciclo mitótico. Aunque los mecanismos aún no se conocen en detalle,
parece claro que el FMP induce directa o indirectamente la fosforilación de muchas proteínas y que el
escape de la mitosis se producirá como consecuencia de la desfosforilación de las mismas.
Gran parte del conocimiento que se posee acerca del sistema de control del ciclo celular proviene
del estudio del ciclo celular que sufren los estadios iniciales de los embriones de Xenopus, una especie de
rana cuyo óvulo (y la cigota resultante) poseen un tamaño enorme: casi un milímetro de diámetro (100.000
veces más grande que las demás células del cuerpo de un individuo adulto). Así se ha podido comprobar
que la ciclina se acumula durante la interfase y su concentración es máxima durante la mitosis, para
desaparecer bruscamente en la transición metafase-anafase.
Como ya se ha mencionado, en un organismo unicelular cada división celular genera un nuevo
individuo. La selección natural favorecerá a las células que más rápidamente se dividen y crecen y que
mejor sobreviven en circunstancias adversas. Su proliferación estará restringida sólo por la disponibilidad
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de nutrientes y las ocasionales demandas de reproducción sexual. En cambio, en las especies


pluricelulares la selección natural no actuará sobre la célula individual sino sobre el organismo como un
todo.
Para producir y mantener la intrincada organización del cuerpo de un organismo pluricelular, las
células deberán obedecer estrictos controles que limiten su libre proliferación. La mayor parte de las
células del organismo no se dividen todo el tiempo, sino que están en estado de reposo, cumpliendo con
su función específica. A diferencia de los organismos unicelulares, la existencia o no de nutrientes no es
un factor limitante de la división: la célula que debe dividirse o crecer luego de la división recibe señales
específicas de otras células, bajo la forma de factores de crecimiento que se unen a receptores
específicos en la membrana celular y estimulan la proliferación celular 2.
Otro factor que influye sobre el ciclo celular es el número de veces que una célula se ha dividido
anteriormente. Las células provenientes de un tejido embrionario y puestas en cultivo se dividen alrededor
de 50 veces. Luego entran en G 0, fase de la cual nunca salen. Cuanto mayor edad tiene el organismo del
cual se toman las células, menor será el número de veces que las células se dividirán en cultivo. A este
fenómeno se lo conoce como senescencia o envejecimiento. Esta restricción en el número de divisiones
se correlaciona con el acortamiento de los telómeros a lo largo de los sucesivos ciclos celulares. Esto no
ocurre en algunas células como las células germinales, algunas células sanguíneas y en las células
cancerosas, ya que poseen la enzima telomerasa, que como se ha visto, sintetiza las secuencias
teloméricas que se pierden.

MITOSIS: EL MECANISMO DE LA DIVISIÓN CELULAR


A nivel molecular, la fase M (o fase de división del ciclo celular) se inicia a través de una cascada
de fosforilaciones de proteínas desencadenada por la activación del FPM, actuando como inductor de la
mitosis, mientras que finaliza por la desfosforilación de las proteínas. Las fosforilaciones que ocurren
durante la fase M son responsables de los muchos cambios morfológicos que acompañan a la mitosis : los
cromosomas se condensan, la envoltura celular se desorganiza, el retículo endoplásmico y el aparato de
Golgi se fragmentan, la célula pierde su adhesión a otras células y a la matriz extracelular y el
citoesqueleto es transformado para realizar el conjunto de movimientos altamente organizados que
conducen a la segregación de los cromosomas y la partición de la célula.
La primera manifestación visible de una mitosis inminente es la condensación cromosómica, que
es consecuencia de una extensiva fosforilación de las moléculas de histona H1 (hasta seis moléculas de
fosfato por molécula de proteína). La condensación cromosómica es el preludio de dos distintos procesos:
la mitosis (segregación de los cromosomas y la formación de dos núcleos en lugar de uno) y la citocinesis
(la partición de una célula en dos). En cada uno de estos procesos intervienen dos componentes del
citoesqueleto: los microtúbulos constituyen el huso mitótico que ordenará la segregación de los
cromosomas y los filamentos de actina formarán (con la miosina II) el anillo contráctil que determinará la
separación de las dos células hijas.
Como ya se ha visto, el principal centro organizador de los microtúbulos en los animales es el
centrosoma o centro celular, una estructura nubosa pobremente definida, formada por material
pericentriolar (la matriz centrosomal) que está asociado a un par de centríolos. Antes que una célula se
divida debe duplicar su centrosoma para proporcionar uno a cada una de las células hijas. De hecho,
centrosomas duplicados resultan necesarios para crear las dos células hijas, ya que los centrosomas
forman los polos del huso mitótico. En las células animales, los centrosomas están constituidos por un par
de centríolos, mientras que en las células vegetales los centríolos no existen. Dado que en las células
vegetales hay formación del huso, esto indicaría que, más que los centríolos, el verdadero centro
organizador de microtúbulos se encuentra en la matriz pericentriolar del centrosoma.

2
Entre ellos se pueden mencionar el PDGF ( platelet-derived growth factor), una proteína presente en las plaquetas que
estimula la cicatrización de heridas, o el factor de crecimiento epidérmico (EGF, epidermal growth factor); ambos son poco
específicos, ya que actúan sobre distintos tipos celulares, pero hay factores de crecimiento específicos, como la
eritropoyetina, que estimula la producción de precursores de glóbulos rojos. Sin embargo debe tenerse en cuenta que los
resultados mencionados provienen de experiencias en células aisladas (cultivos celulares), ya que en el organismo entero la
proliferación celular depende de la combinación de una serie de factores de crecimiento, más que de uno solo de ellos .
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El proceso de duplicación y separación del centrosoma es conocido como ciclo centrosomal:


durante la interfase los centríolos y otros componentes del centrosoma se dividen pero permanecen
unidos como un sólo componente en un extremo del núcleo; a medida que comienza la mitosis, cada
complejo se separa en dos y cada par de centríolos forma parte de un centro organizador de los
microtúbulos separado, del que irradia un conjunto de microtúbulos que constituyen el áster. Cada áster se
moverá luego hacia los lados opuestos del núcleo para formar los dos polos del huso mitótico. Una vez
que la mitosis termina, cada célula hija recibirá un centrosoma (que proviene de uno de los polos del huso
mitótico) conjuntamente con su juego de cromosomas.

Etapas de la mitosis
La fase M del ciclo celular se acostumbra a dividir en 6 etapas, constituyendo las cinco primeras la
mitosis y la última, que se superpone al fin de la mitosis, la citocinesis. Los cinco estadios de la mitosis:
profase, prometafase, metafase, anafase y telofase, ocurren en un orden secuencial estricto, en tanto que
la citocinesis comienza durante la anafase y se extiende hasta que finaliza el ciclo.

1. PROFASE
La transición de la fase G2 a la fase M del ciclo celular no es un evento netamente establecido. La
cromatina, que es difusa en la interfase, se condensa lentamente, iniciando la formación de cromosomas
bien definidos. Cada cromosoma se ha duplicado durante la fase S precedente, por lo que cada uno estará
formado por dos cromátidas hermanas, las que estarán conectadas por sus centrómeros. Estos últimos se
vuelven claramente visibles debido a que se les asocian dos placas proteicas, ubicadas hacia los lados de
las cromátidas, llamadas cinetocoros. La ubicación correcta de los cinetocoros está dada por la secuencia
de ADN del centrómero; los centrómeros de los cromosomas de mamíferos contienen secuencias de ADN
repetitivas (ADN satélite). Hacia el final de la profase, los microtúbulos citoplasmáticos que durante la
interfase formaban parte del citoesqueleto se desensamblan y comienzan a formar el principal
componente del aparato mitótico: el huso mitótico. Esta es una estructura bipolar compuesta de
microtúbulos y proteínas asociadas. El huso se organiza inicialmente por fuera del núcleo (encerrándolo
en una especie de “jaula” de microtúbulos), a partir de los dos centrosomas que provienen de la división
del centrosoma original. Durante la profase, los pares de centríolos se separan.

2. PROMETAFASE
Esta etapa se inicia abruptamente con la rápida fosforilación de la lámina nuclear, lo que provoca
la desorganización de la envoltura nuclear, con lo que los microtúbulos ganan acceso a los cromosomas.
La envoltura nuclear se desensambla en vesículas membranosas que resultan microscópicamente
indistinguibles de los trozos del retículo endoplásmico; estas vesículas se mantienen visibles alrededor del
huso durante toda la mitosis. El huso
mitótico, que se encontraba a un lado
del núcleo, puede ahora ocupar la
región central de la célula. Algunos
microtúbulos del huso, los
microtúbulos cinetocóricos, se
conectan a los cromosomas uniéndose
a los cinetocoros; regularmente se
unen de 30 a 40 microtúbulos por
cinetocoro. Los microtúbulos que no
se asocien a los cromosomas
constituyen los microtúbulos polares,
en tanto que los que los microtúbulos
más cortos y que quedan fuera del
huso se llaman microtúbulos astrales. Los microtúbulos del cinetocoro ejercen tensión sobre los
cromosomas, que comienzan a moverse buscando su correcta ubicación.
BIOLOGÍA / Módulo 11 / Cromosomas, Ciclo Celular y Mitosis 11

3. METAFASE
Los microtúbulos del cinetocoro alinean a los cromosomas en un plano medio, perpendicular al
huso y a igual distancia de cada uno de los polos . Cada cromosoma es mantenido en tensión ubicándose
en el centro de la célula, formando la placa metafásica. De este modo los cinetocoros de cada cromátida
se ubican apuntado uno a cada polo. A pesar de su aparente estabilidad, los microtúbulos del huso están
intercambiando unidades de tubulina del citoplasma, pero dado que los microtúbulos polares y los del
cinetocoro mantienen un largo constante durante la metafase, existe un exacto equilibrio entre las
unidades de tubulina que se incorporan en los extremos “plus” (la zona de la placa metafásica) y las que
se eliminan en los extremos “minus” (los polos).

4. ANAFASE
La anafase es “gatillada” por el comienzo de la degradación de la ciclina y la consecuente
inactivación del FPM. Esto conduce a la separación de ambas cromátidas hermanas, que se mantenían
unidas por la interacción de proteínas centroméricas, que se supone que son súbitamente alteradas al
comienzo de la anafase, permitiendo que cada cromátida (ahora un cromosoma) sea llevada hacia cada
uno de los polos. En este movimiento de los cromosomas hijos hacia los polos intervienen dos procesos
distintos, a tal punto que se los ha denominado anafase A y anafase B. La anafase A es el producto del
acortamiento de los microtúbulos del cinetocoro, cuya acción provoca la segregación de cada uno de los
cromosomas que llevan unidos hacia el respectivo polo. La anafase B es responsabilidad de los
microtúbulos polares, que al alargarse provocan el alejamiento de ambos polos.
Durante la anafase A los microtúbulos del cinetocoro se van acortando por despolimerización de
las unidades de tubulina, proceso que ocurre fundamentalmente en la proximidad de los polos, aunque
también existe despolimerización (aunque mucho menor) en el extremo cinetocórico. A la anafase B
contribuyen dos fuerzas diferentes, que operan sobre los microtúbulos polares y sobre los microtúbulos
BIOLOGÍA / Módulo 11 / Cromosomas, Ciclo Celular y Mitosis 12

astrales. En el primer caso se ha comprobado que los antibióticos que inhiben las proteínas motor tipo
cinesina hacen que el movimiento de los microtúbulos resulte bloqueado; dado que las proteínas motor
mantenían estables los extremos de microtúbulos polares opuestos. La acción de estas proteínas motor es
probablemente lo que origina que el par de microtúbulos polares unidos por las proteínas motor se
alarguen por la acción de éstas. El otro fenómeno que contribuye a la separación de los polos es que los
microtúbulos astrales serían atraídos hacia la membrana plasmática por proteínas motor asociadas a ella,
lo que daría por resultado que los polos también se alejen entre sí. Al finalizar la anafase, los cromosomas
ya se encuentran en los extremos de las células, vecinos a los polos.

5. TELOFASE
En la etapa final de la mitosis ( telos = fin). Alrededor de cada grupo de cromosomas se tienen que
regenerar sendas membranas nucleares para que se pueden reconstituir los núcleos de cada una de las
células hijas. Para ello se tienen que ordenar los tres componentes de la envoltura nuclear: las
membranas interna y externa (esta última asociada al retículo endoplásmico), la lámina nuclear y los poros
nucleares. Al comienzo de la telofase, las vesículas generadas durante la desorganización de la envoltura
nuclear se asocian con la superficie de los cromosomas individuales y se van fusionando para reconstituir
las membranas nucleares, que parcialmente agrupan algunos cromosomas antes de coalescer en una
única membrana que encierra la totalidad de los cromosomas segregados (ver Módulo 7). Durante este
proceso los poros nucleares se reensamblan y las laminas desfosforiladas se asocian para reconstituir la
lámina nuclear. La descondensación de la cromatina se cree que ocurre como consecuencia de la
desfosforilación de la histona H1.

6. CITOCINESIS
Durante la citocinesis el citoplasma se divide por un proceso de estrangulamiento de la célula,
usualmente en el plano medio, en el lugar que había ocupado la placa metafásica. Aunque la división
nuclear y la citoplasmática están generalmente asociadas, son eventos independientes, ya que en algunas
circunstancias la mitosis no es seguida por la citocinesis. El embrión temprano de la mosca Drosophila,
por ejemplo, lleva a cabo 13 ciclos de divisiones nucleares sin que ocurra la división citoplasmática,
formando una única célula que contiene alrededor de 6.000 núcleos ordenados en una monocapa cercana
a la superficie. Posteriormente se originan células uninucleadas como consecuencia de la condensación
de porciones de citoplasma alrededor de cada núcleo, con la consiguiente formación de una membrana
plasmática individual. La etapa de “núcleos libres” es también frecuente en diversos tipos de especies
vegetales. En una célula típica, sin embargo, la citocinesis acompaña a la mitosis, comenzando en la
anafase, continuando en la telofase y alcanzando su definición a medida que se inicia la interfase.
Normalmente, el huso mitótico determina dónde ocurrirá el estrangulamiento que dará lugar a la
citocinesis. El primer indicio lo da un plegamiento, con la consecuente formación de un surco, en el plano
de la placa metafásica, durante la anafase. Diversas experiencias han demostrado que el plano se forma
aún cuando no esté presente el huso mitótico y que son los microtúbulos del huso los que establecen la
señal para que se inicie la citocinesis, probablemente mediada por el ion Ca 2+ y a través de la cual se
alinean filamentos de actina y de miosina-II para iniciar el proceso.
El estrangulamiento que inicia la citocinesis es llevado a cabo por la contracción de un anillo
formado principalmente de una asociación de filamentos de actina y de miosina-II, que constituyen el anillo
contráctil, dispositivo que se ensambla en la anafase temprana. Durante una división celular normal el
anillo no se engrosa a medida que el surco se profundiza, sugiriendo que progresivamente se va
produciendo una pérdida de ambos tipos de filamentos y finalmente desaparece cuando el
estrangulamiento termina, ya que la membrana plasmática forma el cuerpo medio, que persiste como un
tapón entre las dos células hijas. El cuerpo medio está constituido por un conjunto de microtúbulos polares
densamente empaquetados con material de la matriz extracelular.
El proceso de citocinesis requiere la reorganización de los filamentos de actina y miosina para
permitir la organización del anillo contráctil. También se afectan otras funciones, tales como la adhesión,
ya que las células que se mantenían estiradas y planas durante la interfase tienden a redondearse cuando
BIOLOGÍA / Módulo 11 / Cromosomas, Ciclo Celular y Mitosis 13

entran en la fase M. Se piensa que las proteínas de adhesión transmembrana y/o las que las conectan con
los componentes del citoesqueleto en los contactos celulares son afectadas como consecuencia de
procesos de fosforilación.
Cabe recordar que existen algunos casos (generalmente en los estadios embrionarios iniciales) en
los que la mitosis y la subsiguiente citocinesis no dan lugar a células equivalentes en forma y tamaño. Este
es un hecho frecuente en células embrionales, cuando la división origina células destinadas a formar
diferentes partes del cuerpo (en este caso se considera que las células están “polarizadas” y la distribución
diferencial de los compuestos presentes en el citoplasma define la zona donde tiene lugar la citocinesis).

CITOCINESIS EN CÉLULAS DE PLANTAS SUPERIORES


La mayor parte de las células vegetales están
constituidas por células dotadas de una pared celular
rígida de naturaleza predominantemente celulósica. En
este caso, en lugar de producirse el estrangulamiento
de la célula por formación de un anillo contráctil a nivel
de la superficie celular, el citoplasma de las células
vegetales es particionado por la construcción de una
nueva pared celular en el interior de la célula. La nueva
pared que se forma para dividir los citoplasmas de las
células hijas se denomina placa celular y comienza con
la organización de los microtúbulos polares en el
centro del plano medio, formando una estructura
denominada fragmoplasto.
Las vesículas derivadas del desorganizado
aparato de Golgi comienzan a acercase al
fragmoplasto por transporte a lo largo de los
microtúbulos polares, hasta que llegan a la zona del
fragmoplasto, donde comienzan a coalescer para
formar la placa celular temprana. Los polisacáridos
contenidos en dichas vesículas (pectinas y
hemicelulosas) forman el material de la pared primaria
de ambas células. La placa comienza entonces a
extenderse en todos sus puntos hacia la periferia (de
igual modo que las ondas que se producen cuando se
arroja una piedra a un estanque) hasta que se alcanza
la conexión con la vieja pared celular.
El huso mitótico por sí mismo no parece
suficiente como para determinar la posición de la placa
celular. El primer signo visible de la ubicación de la
misma está dado por un proceso que ocurre en la
interfase, exactamente después de la desorganización
de los microtúbulos en la interfase y previo a la
formación del huso, antes que comience la profase. En
este momento aparece en la zona media de la célula,
exactamente debajo de la membrana plasmática, un
anillo de microtúbulos al que se denomina banda de
preprofase. Esta banda se va estrechando a medida
que avanza la mitosis y desaparece antes que comience la metafase. Se sabe ahora que la banda de
preprofase contiene numerosos filamentos de actina, además de microtúbulos, que parecen disponerse en
la zona media y constituyen una especie de “memoria” de la ubicación que tendrá la placa celular. Durante
la citocinesis, a medida que el fragmoplasto crece centrífugamente, los bordes del mismo están
conectados a los filamentos de actina.
BIOLOGÍA / Módulo 11 / Cromosomas, Ciclo Celular y Mitosis 14

DIVISIÓN CELULAR EN ORGANISMOS POCO EVOLUCIONADOS


En las células procarióticas, la división del ADN y del citoplasma están acoplados en forma directa.
Cuando el ADN se replica, las dos copias del cromosoma se unen a regiones especializadas de la
membrana plasmática, que son gradualmente separadas como consecuencia del crecimiento de la
membrana entre ellas. La fisión (producida por estrangulamiento de la célula) tiene lugar entre los dos
sitios de unión, con lo que cada célula hija recibe un cromosoma.
Con la evolución de los eucariotes el genoma creció en complejidad y aumentó el número y
tamaño de los cromosomas, lo que obligó a elaborar mecanismos más complejos de separación. Sin
embargo, el aparato mitótico pudo no haber evolucionado enseguida, ya que en eucariotes primitivos,
como en el dinoflagelado Cryphtecodinium cohnii, la mitosis aún depende de un mecanismo de unión a la
membrana: la envoltura nuclear no desaparece y los microtúbulos pasan a través de la zona que ocupa el
núcleo porque en la envoltura nuclear se forman varios canales que les permiten atravesarla, pero sin
entrar en contacto con los cromosomas. El cinetocoro en esta especie parece estar integrado con la
membrana nuclear.
Un caso más avanzado de huso mitótico, aunque todavía extranuclear, tiene lugar en
hipermastigotes, protozoos que viven en el intestino de algunos gusanos. Aquí se forma un huso central
único que pasa a través de un túnel, dejando también la envoltura nuclear intacta; los cromosomas están
unidos por sus cinetocoros a distintas partes de la membrana nuclear, la que interactúa con los polos del
huso vía los microtúbulos del cinetocoro.
Un estado más avanzado aún se encuentra en las levaduras y diatomeas (algas unicelulares) que
forman los husos mitóticos en el interior de la membrana nuclear. Aquí ya los cromosomas están unidos
por sus cinetocoros a los microtúbulos del cinetocoro y los cromosomas son segregados de manera similar
a la que ocurre en los mamíferos, excepto que el proceso ocurre totalmente dentro del núcleo celular.

APOPTOSIS
En la formación de un individuo, la muerte celular programada o apoptosis es tan importante como
la división celular. En los vertebrados, por apoptosis se regula el número de neuronas durante el desarrollo
del sistema nervioso, se eliminan linfocitos que no realizan correctamente su función y se moldean las
formas de un órgano en desarrollo, eliminando determinadas células. Como ejemplo, las células de la cola
de los renacuajos durante la metamorfosis se eliminan por este proceso.
Las células sintetizan las proteínas que forman parte de la maquinaria apoptótica, las cuales serán
fundamentalmente proteasas. Estas enzimas normalmente permanecen inactivas en la célula,
respondiendo a mecanismos de control estrictos. Estos son los responsables de activar la apoptosis en
momentos particulares de la vida de la célula, respondiendo a señales internas o externas. Las células que
entran en apoptosis se achican, las membranas se ondulan y se forman burbujas en su superficie; la
cromatina se condensa y se fragmenta; luego las células se dividen en numerosas vesículas, los cuerpos
apoptóticos, los que serán fagocitados por las células vecinas. Cuando una célula muere por daño o
envenenamiento (necrosis), normalmente se hincha y lisa, liberando los contenidos celulares y
desencadenando un proceso inflamatorio. A diferencia de la necrosis, la apoptosis es un tipo de muerte
activa o programada, que requiere un gasto de energía y es un proceso ordenado en el que no se
desarrolla un proceso inflamatorio.

CONTROL DE LA PROLIFERACIÓN CELULAR Y EL CÁNCER


El cáncer se inicia cuando una célula escapa a los controles normales de división y muerte celular
programada y comienza a proliferar en forma descontrolada. Esto puede dar lugar a la formación de una
masa de células denominada tumor. Una característica clave de las células cancerosas es que, a
diferencia de las normales, tienen la capacidad de emigrar, invadir otros tejidos y establecer nuevas
colonias. Este proceso se denomina metástasis y cuando un tumor adquiere esta capacidad para a ser
maligno. El cáncer es el resultado de una serie de modificaciones accidentales en el material genético que
trae como consecuencia una división celular descontrolada.
BIOLOGÍA / Módulo 11 / Cromosomas, Ciclo Celular y Mitosis 15

CUESTIONARIO

1. Defina qué entiende por cromosoma, explique cómo está conformado y describa su morfología vista al
microscopio óptico.
2. ¿Qué diferencias existen entre la heterocromatina y la eucromatina? ¿A qué se denomina
heterocromatina constitutiva y facultativa?
3. ¿Qué diferencias puede señalar entre los cromosomas metacéntricos, submetacéntricos y
acrocéntricos?
4. De acuerdo a los resultados del Proyecto Genoma Humano, ¿cuántos genes existen en el ADN de la
especie humana?
5. ¿Cuáles son las fases del ciclo celular, qué ocurre en cada una de ellas y cómo están reguladas por la
célula?
6. En un mismo organismo, ¿todas las células se dividen al mismo tiempo? ¿Es igual la duración del
ciclo celular en los distintos tipos celulares?
7. ¿En un organismo pluricelular todas las células se dividen al mismo tiempo? Fundamente su
respuesta.
8. ¿Qué es el Factor Promotor de la Mitosis (FPM) y cómo actúa?
9. ¿Existe alguna relación entre el envejecimiento celular (senescencia) y el número de divisiones
celulares que ha sufrido una célula?
10. Las fosforilaciones que ocurren durante la fase M son responsables de los cambios que se producen
durante la mitosis. ¿Podría mencionar algunos de ellos?
11. Qué tipos de división celular conoce? ¿En qué se asemejan y en qué difieren?
12. ¿En qué etapas se divide, para su estudio, a la mitosis y qué sucede en cada una de ellas?
13. ¿Cuál es la posición de los cromosomas en la placa metafásica? ¿Cuál es la trascendencia de este
hecho en el destino final de las cromátidas hermanas de cada cromosoma?
14. ¿Qué función cumplen los distintos elementos del citoesqueleto durante la mitosis? ¿Qué sucede si su
funcionamiento se ve interrumpido?
15. ¿En qué difieren las mitosis de los animales y las plantas?
16. Explique el concepto de proliferación celular y apoptosis. ¿Qué factores pueden inducirlos?

BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA

ALBERTS B., BRAY D., LEWIS J., RAFF M., ROBERTS K., WATSON J.D.:Biología Molecular de La
Célula.Editorial Omega, 3ra Ed. 1996.
ALBERTS, B., D. BRAY, A. JOHNSON, J. LEWIS, M. RAFF, K.ROBERTS Y PETER WALTER (1998)
“Essential Cell Biology”, Garland Publishing, Inc. New York & London.
COOPER, G.M. La Célula. 2ª edición. Marbán Libros, S.L., España. 2002.
CURTIS, H. Y S. BARNES: Biología. Editorial Panamericana, 6ta Edición en Español 2000.
DE ROBERTIS (H), HIB Y PONZIO: Biología Celular y Molecular de De Robertis. Editorial El Ateneo, 13re
Edic. 2000.
LEHNINGER, A.L., D.L. NELSON Y M.M. COX (1993) “Principios de Bioquímica”, 2a edición (traducido de
la segunda edición inglesa. 1993) Ediciones Omega, Barcelona.
LODISH, H., A. BERK, S.L. ZIPURSKY, P. MATSUDAIRA, D. BALTIMORE & J. DARNELL. Biología Celular y
Molecular, Editorial Médica Panamericana, 2002.
BIOLOGÍA / Módulo 11 / Cromosomas, Ciclo Celular y Mitosis 16

Módulo 11. TRABAJO EXPERIMENTAL

Protocolo de Experiencias.

Observación de cromosomas metafásicos en preparaciones de médula ósea de ratón.

Heterocromatina facultativa: cromatina sexual del cromosoma X.


 Observación del corpúsculo de Davidson: en neutrófilos polimorfonucleares de sangre de mujer
coloreados con May Grunwald- Giemsa.
 Observación del corpúsculo de Barr en células descamativas del epitelio bucal de mujer, coloreados
con Feulgen.

Observación de las distintas etapas de la Mitosis en preparaciones fijadas y coloreadas por diversas técnicas.
a) En tejidos vegetales:
Corte longitudinal de raíz de cebolla (Allium cepa) teñido con hematoxilina.
Aplastado (squash) de meristema radicular de cebolla (Allium cepa) y ajo (Allium sativum) teñidos por
coloración de Feulgen.
b) En tejidos animales: cortes de huevos de Ascaris teñidos con Hematoxilina férrica.

Observación de las fases de la mitosis en meristema radicular de cebolla por el método de aplastamiento
(squash):

1. Se colocan bulbos de cebolla en agua hasta que las raíces crezcan a un tamaño adecuado y se corta la
porción terminal de las raíces (trozos de 2,5 cm. de largo).
2. Fijación: colocar las raíces en fijador de Carnoy (tres partes de etanol absoluto y una parte de ácido
acético glacial) durante 3 horas. Renovar el fijador, donde permanecen hasta el momento de ser
utilizadas.
3. Coloración: colorear las raíces en 1ml de carmín-acético a baño maría (sin llegar a ebullición), 3 min.
4. Aplastado (squash): colocar el trozo de raíz sobre una superficie lisa, cortar los 2mm. terminales y
colocarlo sobre un portaobjetos. Agregarle una gota de ácido acético 45% y machacar en ella el material
de la raíz. Cubrir con un cubreobjetos. Aplastar suavemente entre papeles de filtro para eliminar el exceso
de líquido.

Endomitosis:
Observación de cromosomas politénicos en aplastado de glándulas salivales de larva de Drosophila
(mosca de la fruta). Estos cromosomas han sufrido múltiples replicaciones sin que haya habido división celular
y ello da como resultado la disposición colineal de más de mil copias de cada molécula de ADN.
El gran tamaño de estos cromosomas facilita la visibilidad de distintas zonas, que al ser tratados con
distintos colorantes permite teñir selectivamente algunas regiones con mayor intensidad que otras,
produciendo un “bandeo” característico. Aún se desconoce la base molecular de la regularidad de las bandas
cromosómicas, pero son muy útiles para distinguir cromosomas de tamaño y forma similares.

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