Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DR. GONZALO
AGUIRRE BELTRÁN
SIGLEMA: ENPE-04
Atención
de enfermería
en el control
Hepatitis B
Sarampión
Meningitis
Rubiola
Tetanos
Tuberculosis
Fiebre amarilla
Valoración médica periódica
La niñez es una época de crecimiento
y cambios rápidos. Los niños tienen
controles pediátricos de niños sanos
con mayor frecuencia cuando son más
jóvenes. Esto se debe a que el
desarrollo es más rápido durante estos
años.
Incluso, si su hijo está saludable, los controles del niño sano son un buen momento
para enfocarse en el bienestar de su hijo. Hablar sobre maneras para mejorar el
cuidado y prevenir problemas ayuda a mantener a su hijo saludable.
Información
Durante las consultas o controles del niño sano, usted recibirá información sobre
temas como:
• Sueño
• Seguridad
• Enfermedades infantiles
Los 4-6 primeros meses de vida se caracterizan por ser un periodo de crecimiento
rápido, especialmente para el cerebro, y como la leche materna contiene
aminoácidos y ácidos grasos, resulta ideal para satisfacer dichas necesidades.
Los cereales son generalmente los primeros alimentos que se incorporan a la dieta
de un lactante, mezclados con leche materna o con preparados, y después se
introducen los purés de verduras y frutas, y la carne. Si se amamanta al bebé
durante los primeros 4 o 6 meses de vida, habrá menos probabilidades de que
desarrolle alergias. Los alimentos más propicios a causar reacciones alérgicas en
niños sensibles son la clara del huevo y el pescado, que se incorporan generalmente
después de los 12 meses.
A partir del sexto mes, se recomienda complementar la lactancia materna con otros
alimentos como:
- Pescados. Por orden, primero los blancos y pasado el año de vida, los azules.
Ricos en ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6, vitaminas del grupo B y
zinc, que colabora en los procesos de obtención de energía, es esencial para el
buen funcionamiento del sistema inmunitario o de defensas del organismo y tiene
acción antioxidante.
HIGIENE
Desde edades bien tempranas los niños no se dan cuenta de lo sucios que llegan a
casa después de jugar en el patio o en la calle. Y en muchos casos, tampoco aceptan
con agrado pasar por la bañera. Debemos concienciarles de que una buena higiene
evita la aparición de infecciones y enfermedades.
Uno de los primeros aspectos a tratar con los más pequeños de la casa debe ser el
lavado de manos. Hay que hacerlo siempre antes de cada comida, al acabar de jugar,
tocar un animal, toser o acudir al baño. Además de enjabonarnos las manos, también
hay que usar una técnica correcta. Invertiremos al menos 15 segundos en el
enjabonamiento y a continuación lavaremos con agua tibia y las secaremos con una
toalla limpia.
Otro aspecto a tratar es la ducha diaria. Puede que no les resulte agradable, pero es
necesario hacerlo. Procura convertir la hora del baño en un rato agradable, así que
procura fijar una rutina para que lo identifique con algo divertido. Desde edades
tempranas les enseñaremos a lavarse cada una de las partes del cuerpo.
El pelo de la cabeza no hace falta lavarlo a diario, aunque sí lo cepillaremos para
acabar con las células muertas y lucir un aspecto más limpio. Los piojos que parecen a
estas edades no se deben a una falta de higiene, sino que se contagian de unos niños a
otros por la proximidad.
En lo referente a la limpieza bucal, hay que mostrarles cómo hacerlo y cuándo. Son al
menos tres veces al día. Uno de los olores más desagradables es el de los pies. Procura
que mantengan el calzado seco y limpio y usar polvos de talco si el sudor es excesivo.
Son algunos de los aspectos a tener en cuenta del aseo personal de los niños.
DESARROLLO Y ESTIMULACIÓN TEMPRANA
La estimulación temprana es una manera de potenciar el desarrollo motriz,
cognitivo, social y emocional de nuestros hijos/as, pero al mismo tiempo se debe
respetar el desarrollo individual y la predisposición del bebé. Al inicio las
actividades se enfocan en reforzar el vínculo emocional, masajes y estímulos
sensoriales, respetando el desarrollo natural del bebé, y el instinto natural de sus
padres. Luego se inician actividades de motricidad gruesa, motricidad fina,
concentración y lenguaje. Es muy importante cuidar y proteger la iniciativa, la
independencia y la autoestima del niño durante todo su proceso de aprendizaje. Al
mismo tiempo vale la pena tomar en cuenta factores importantes para lograr
aprovechar los estímulos adecuados a los cuales nuestros hijos/as pueden estar
expuestos/as.
Todos los niños NO son iguales, cada uno tiene su propio ritmo de desarrollo. Su
desarrollo individual depende de la maduración del sistema nervioso.
• No forzar al niño:
La única forma que el niño aprende durante esta primera etapa es si está
predispuesto a aprender y asimilar nueva información, es decir jugando. El juego es
la mejor manera de estimular a un niño. Además es importante que el niño haya
comido bien, que haya hecho su siesta y se sienta cómodo. Los padres van
aprendiendo a leer el comportamiento de su bebé y a respetar sus necesidades.
SALUD BUCAL
Por ello, a pesar de que parezca “evidente” tener que eliminar los residuos de leche
de la lengua y las encías del bebé, lo cierto es que la leche materna contiene
componentes que regulan la flora bucal e intestinal, básicas en la defensa contra
infecciones durante los primeros meses de vida. Si se remueve esa leche, es posible
que estemos favoreciendo la entrada de otras bacterias o disminuyendo la
protección propia de la saliva.
En lactantes alimentados exclusivamente con leche materna no hay que limpiar los
residuos de leche de la boca, ya que esa leche es buena para su sistema inmune. Si
recibe fórmula, se puede o no remover los excesos de leche de la boca, ya que no
hay estudios que demuestren su efectividad.
Una vez que sale el primer diente, se debe utilizar un cepillo con las características
para esa edad, es decir, que tenga el tamaño adecuado, cabeza pequeña y que
sea suave. Además, se debe realizar el lavado con pasta fluorada de más de 1000
partes por millón de flúor, por lo menos dos veces al día (en la mañana y antes de
acostarse). La cantidad de pasta varía dependiendo de la edad del niño. En
general, los menores de tres años deben utilizar una cantidad de pasta dental
equivalente a un grano de arroz crudo.
Una técnica que puede ayudar con los menores de dos años es ponerse por detrás
del niño o cepillar acostado, en el sofá o el mudador. El cepillado debe ser de
forma circular y con movimientos de arrastre incluyendo la encía. Además, se debe
cepillar suavemente la lengua, que también atrae bacterias.
Lo ideal es tener dos cepillos, uno para que el niño muerda y otro para el cepillado
formal. Complementariamente, se sugiere usar seda dental de manera cuidadosa y
siempre aplicada por un adulto, para limpiar entre los dientes.
6. Evitar que los niños jueguen con cuerdas y cordones; y esté pendiente cuando se
esconden en baúles y armarios.
Para prevenir intoxicaciones:
1. Mantener las sustancias tóxicas como detergentes, fungicidas y demás fuera del
alcance de los niños, preferiblemente en un sitio con llave.
2. Guarde los alimentos separados de las sustancias tóxicas.
3. Estufas, calentadores a gas, petróleo o gasolina no deben estar en cuartos
cerrados.
4. Evite que los niños estén expuestos a fumigantes.
5. Procure que consuman alimentos frescos y recién preparados.
Para prevenir traumas o heridas:
1. Proteja terrazas, ventanas y otros sitios elevados que impliquen algún riesgo.
2. Ponga barandas y pasamanos en las escaleras.
3. Evite que los niños alcancen cerraduras de ventanas. No ponga muebles cerca de
éstas.
4. Vigile que las ventanas, puertas y demás muebles no tengan vidrios rotos.
5. Mantenga los pisos secos y limpios. Evite usar ceras deslizantes.
6. Acompañe a sus hijos mientras juegan y participe de los juegos.
7. Guarde en un lugar seguro objetos cortopunzantes como cuchillos, puntillas, clavos,
tijeras, serruchos, entre otros.
Para prevenir las quemaduras:
1. Los alimentos que van a consumir los niños deben estar a una temperatura
adecuada.
2. Revise que la temperatura del agua para el baño sea agradable.
3. Evite que los niños jueguen en la cocina.
4. Al llevar alimentos calientes a la mesa, póngalos en la mitad de la mesa fuera del
alcance de los niños.
5. Proteja los enchufes para evitar que metan sus dedos u otro objeto.
6. Mantenga los aparatos eléctricos fuera de su alcance.
7. Revise con frecuencia tomas y aparatos eléctricos para evitar cortocircuitos.
8. Mantenga en un lugar seguro fósforos, veladoras, gasolina y petróleo.
9. Evite encender velas y veladoras porque pueden ocasionar quemaduras e incendios
en el hogar.
A lo largo del día se pueden aprovechar las actividades cotidianas para realizar
ejercicio, lo que es mucho mejor para la salud que permanecer sedentario. Por
ejemplo, es mejor caminar y subir por las escaleras que utilizar medios de
transporte, ascensores y escaleras mecánicas. Se puede ir andando o en bicicleta a
la escuela, de esta manera se consigue mejorar la condición física, lo que va a
permitir realizar con más facilidad las actividades de intensidad moderada o intensa
Para estar en forma, lo primero que hay que hacer es combatir el sedentarismo
Si se suman las horas de clase en el colegio, las de sueño nocturno, las que se
emplean en los deberes y viendo la televisión o jugando con pantallas de
ordenador, los niños pasan muchas más horas en un estado de inactividad física que
en movimiento.
Así que, lo primero, es reducir al mínimo las actividades sedentarias a menos de dos
horas diarias. Qué duda cabe que hay un tiempo para realizar los deberes
escolares. Sin embargo, el tiempo dedicado a la televisión y los videojuegos es
recomendable reducirlo al mínimo.
“Los huevos o larvas más comunes son las lombrices intestinales que, al ser
ingeridos, se abren en los intestinos y se transforman en parásitos adultos del
tamaño de un grano de arroz; a los dos meses, las hembras ponen sus huevos en el
recto, durante la noche. Esto provoca irritaciones y escozor, generando que el niño
se rasque, lleve los huevos en las manos y los pase a otros, empezando el ciclo de
nuevo”, explica el experto.
• Diarrea y estreñimiento.
• Dolor abdominal.
• Comezón anal y nasal.
• Rechinar los dientes.
• Cansancio extremo.
• Mareos, náuseas y gases.
Y CONTROL DE
ENFERMEDADES
Evitables por vacunación según lo definido en la
NOM-036-SSA2-2002
Algunas son:
Rotavirus
Fiebre amarilla Rubéola
Haemophilus influenzae tipo b, Hib (en inglés) Sarampión
Hepatitis Tétanos
Influenza Tos Ferina o Coqueluche
Neumococo Virus de papiloma humano, VPH
Polio Otras EPV
DESNUTRICIÓN
La medida de prevención de la
desnutrición más evidente hace referencia
a llevar una alimentación lo más variada,
completa, equilibrada y gratificante
posible. Es fundamental enfocar el
momento de la comida como algo
satisfactorio que nos aporta los nutrientes
necesarios, pero también la excusa
perfecta para reunirnos y pasar ratos
agradables disfrutando de los alimentos.
Ante cualquier sospecha de desnutrición, o duda sobre la dieta diaria, las
necesidades calóricas y, especialmente, cambios injustificados en el peso, hay que
consultar con un especialista en dietética y nutrición. En casos donde el riesgo de
desnutrición sea muy elevado, no debemos dejar pasar el tiempo para poner
remedio. Siempre es más fácil remontar una desnutrición leve que una grave. Estas
recomendaciones y consejos te ayudarán a prevenir una posible desnutrición e
incluso tratarla:
SOBREPESO Y OBESIDAD
1. Lactancia materna prolongada 2-3 años y no sólo los seis primeros meses
de vida. Si la lactancia es artificial mantener la leche de Inicio todo el primer
año y cambiar a vaso a partir del año.
2. Comer en familia sin ver pantallas
3. Dar ejemplo comiendo saludablemente todos los familiares y el entorno del
niño.
4. Consumir más frutas y verduras (mínimo cinco al día).
5. Tener comida saludable siempre a la vista y al alcance (zanahorias cortadas
y peladas, coliflor, tomates, frutos secos con cáscara -recordad que los
frutos secos no deben ser ofrecidos hasta los 4-5 años de edad-, etc.).
6. Porciones adecuadas a la edad, actividad y tamaño del niño. Los platos de
los niños han de ser más pequeños que los de adultos.
7. Hacer la lista de la compra con tiempo y calma, además de programar los
menús varios días antes. La improvisación y las prisas llenan el carro de
comida precocinada, embutidos y, en general, de productos muy
procesados poco saludables.
8. No tener en casa patatas fritas, aperitivos, bebidas azucaradas, bollería
(incluidas las galletas), lácteos azucarados, natillas, etc., aunque en la
familia no haya sobrepeso. Toda la familia debe comer saludablemente,
sino la situación es vivida como un castigo al niño con genética
«ahorradora».
9. Más actividad física diaria: ir al colegio andando, pasear y jugar cada día
al exterior; los fines de semana hacer excursiones a pie en familia, en lugar
de ir a centros comerciales a «pasar la tarde». Estar inscrito en actividades
deportivas, por ejemplo.
Además, hay que tener claros los factores que favorecen la obesidad y el sobrepeso
infantil, para aprender a evitarlos:
• Excesivo aporte de proteínas (carne, pescado, embutido…) en la dieta
diaria.
• Dar papillas azucaradas y galletas ya en el primer año de vida (las galletas
son bollería a cualquier edad).
• Animar a comer al bebé sin respetar/reconocer signos de saciedad: girar la
cara, cerrar la boca, decir «no» con la cabeza, taparse la boca, llorar,
gritar. En los niños de más edad no se debe sobornar o hacer «teatro» para
conseguir que coman más.
• Leches de crecimiento -algunas con cereales, galletas y/o cacao
Incorporados- en dosis excesivas y mantenidas durante largos periodos de
tiempo. El 60% de estas leches lleva azúcares añadidos.
• Tomar cereales azucarados, mal llamados «de desayuno», de manera
habitual.
• Dosis excesivas de comida (que pueden comenzar con sobredosificación de
biberones en el caso de no tomar lactancia materna) y animar a que acabe
el plato.
• Exceso de tiempo con pantallas: tabletas, móviles, televisión ordenador,
consolas.
• Comer fuera de casa con frecuencia, ya que así se eligen pocas hortalizas,
bebidas azucaradas en vez de agua, se comen más cantidades de alimentos
menos saludables y se piden postres azucarados en vez de fruta.
• Consumo habitual de bebidas azucaradas: lácteos y batidos azucarados o
chocolateados, zumos (sean o no caseros), refrescos tipo «deportivo», de
cola, de naranja, sabor té, etc.
• Consumo habitual de bollería: galletas, pan brioche, bollos, cruasanes,
madalenas, donuts, etc.
• Consumo habitual de aperitivos salados (patatas fritas, ganchitos,
triángulos, gusanitos, estrellas, ruedas…) y snacks (barritas de cereales).
• Dormir menos horas de lo aconsejado: de 10 a 15 horas según edades y
«personalidades».
• Comer deprisa, sin masticar o mirando pantallas. Comer por aburrimiento,
comer por diversión, sobre todo fin de semana y festividades que inundan la
vida actual como cumpleaños, carnavales, Navidad, partidos «importantes»
de futbol, etc.
Diarreicas
Asimismo, si se opta por comer en lugares públicos se debe revisar que los
establecimientos cuenten con instalaciones limpias. Los trapos para limpiar, los
utensilios de cocina y la vestimenta de las personas que cocinan también deben
encontrarse limpios, además deben usar cubrepelo, cubrebocas, uñas cortas, sin
anillos, pulseras, etc.
Los baños deben estar limpios y deben contar con agua corriente, jabón (de
preferencia líquido), papel sanitario, toallas desechables, depósito de basura con
bolsa de plástico; y la basura que se almacene debe estar tapada y la recolección
debe ser periódica.
La diarrea suele ser un síntoma de infección del tracto digestivo ocasionada por
virus, bacterias o parásitos que se adquieren al consumir agua o alimentos
contaminados, o bien, de una persona a otra por una higiene inadecuada, por vía
fecal-oral (ano-mano-boca).
Los bebés, los niños, los adultos mayores y los enfermos tienen mayor probabilidad
de deshidratarse al padecer enfermedad diarreica. Los síntomas de deshidratación
son: boca reseca, letargo, ausencia de lágrimas, ojos hundidos, ausencia o
disminución de la orina.
Para evitar la deshidratación se sugiere:
• Beber Vida Suero Oral después de cada evacuación o vómito.
• Acudir a revisión médica ante cualquier síntoma de deshidratación.
• Seguir las recomendaciones del médico y guardar reposo en casa.
• Mantener estrictas normas de higiene, especialmente en la preparación y
consumo de alimentos.
Evita automedicar a los menores, sobre todo con antibióticos, ya que estos
pueden ocasionar que los microorganismos se hagan resistentes y ocasionar
formas graves de las enfermedades. Recuerda que la mayoría de las infecciones
respiratorias agudas, son ocasionadas por virus y se autolimitan
ABC del manejo en el hogar
Existen tres reglas básicas que se deben poner en práctica desde el momento
en el que inician las infecciones respiratorias agudas, se les conoce como
el ABC del manejo en el hogar:
Consulta oportuna: Recuerda que una tos o catarro bien cuidado, no tiene por
qué complicarse. Si tu hija o hijo presenta uno más de los signos de alarma
acude a tu unidad de salud para que lo valores inmediatamente.
Es importante tomar los antibióticos durante el tiempo que el médico los recete,
aunque la persona se sienta bien en unas pocas semanas. Esta es la mejor manera
de matar las bacterias nocivas. Si el tratamiento se interrumpe demasiado rápido o
si se saltean dosis, las bacterias que aún están en el organismo pueden volverse
resistentes al antibiótico. La resistencia a los antibióticos puede provocar tipos más
peligrosos de tuberculosis que son más difíciles de tratar.
Además, los médicos tal vez traten a las personas con una infección latente y sin
síntomas. Esto se conoce como terapia de prevención. Elimina las bacterias para
que no puedan causar problemas de salud más adelante. La terapia de prevención
más común es una dosis diaria de un antibiótico llamado isoniazida, que se toma
durante 6 a 9 meses. En algunos casos, los médicos también le recetan isoniazida a
las personas que están en riesgo de volver a contraer tuberculosis.
ATENCIÓN OPORTUNA
Enfermedades metabólicas congénitas
La detección temprana de
enfermedades metabólicas congénitas
es la segunda, después de la
vacunación, estrategia de salud
pública más importante en los niños,
ya que permite el inició oportuno del
tratamiento médico y nutricional de
forma interdisciplinaria, con el
propósito de reducir al mínimo las
complicaciones en el menor, finalizó.