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“Lo confieso: todavía me consagro con agrado al sonido, que viste y anima Tu

palabra cuando se canta con voz dúctil y armoniosa”.


San Agustín

El conocer de la música del medioevo, en especial la sacra, que su base era la idea
de fomentar la idea del cristianismo es lo que daremos a conocer hoy en día a través
de este ensayo, el cual buscará entregar las herramientas necesarias para conocer,
analizar, y opinar sobre la base de nuestra música actual contemporánea.
Los conocimientos previos sobre la rama de la música sacra medieval, hace tomar
en cuenta el principal recurso fomentado por el Papa San Gregorio I (o San Gregorio
Magno), que era la colección de melodías recogidas y ordenadas por el mismo, que es uno
de los estilos eclesiásticos más conocidos dentro de este periodo encontrados en el siglo IX.
Conocido también como Cantus Planus, fue este la de mayor repercusión en la historia de
la música en general. Siendo enriquecida durante todo el transcurso de la Edad Media que
posteriormente fueron arregladas las bases de la tonalidad que se le llamaba “Antigua” y
que eran ejecutadas convenientemente. Aunque esta tiene sus inicios desde la música
litúrgica judía, cada una de estas ramas, como el canto gregoriano, iba generando su propia
esencia según la posición geográfica en la que se iba fomentando.
Su procedencia nativa fue bajo la visión de variadas fuentes como:
➤Canto psalmódico de los judíos, que hace parte de una práctica asiática muy extendida.
➤Himnodia, del círculo cultural helénico de la parte oriental del imperio romano.
➤Canciones populares latinas procedentes de Milán.
Pues bien, al iniciarse la separación entre los cristianos y los judíos, los seguidores
de la palabra de Dios iniciaron la predicación de su enseñanzas a través de la recitación de
salmos y otros textos bíblicos. A modo de tratar de conciliarse con el pueblo al cual iban a
dar a conocer sus ideales, cambian los textos escritos en hebreo a griego, siendo esta
última el idioma universal de los países ribereños del mar mediterráneo, aunque existen las
excepciones en el que se utilizaba idioma arameo, entre otras. Al ya empezar a expandirse
este recurso de proclamación, esta genera distintos tipos de canto según la zona geográfica
( como el canto antiguo, el canto romano, el canto ambrosiano, el canto mozárabe, el canto
galicano). En el proceso de los siglos, pasando por varios cambios dentro de la entidad
católica, y gracias a las significativas reformas como la promulgada por Pipino el breve (h.
750-760) instaura la liturgia y el canto romano como proyecto de unificación político-
religiosa, y cuando Carlomagno logró hacerse depositario de la legitimidad del Imperio, se
asume la liturgia y el canto de la curia papal de Roma, para extenderlo y unificarlo a todo
occidente.

Dentro de los distintos tipos de canto propagados en la antigüedad, el ambroziano


es uno de los más importantes, ya que se encuentra relacionado con el repertorio litúrgico
de canto llano de la Iglesia católica, que se desarrolló en la zona de la actual Milán (Italia)
en torno al siglo IV, y es asociado con San Ambrosio, el cual fue obispo del mismo lugar, y
prueba de que de él proviene este estilo es El Liber Notitiæ Sanctorum Mediolani, que
menciona a dos obispos milaneses de los siglos IV-V, Simpliciano y Eusebio, que
desarrollan elementos litúrgicos siguiendo el estilo de San Ambrosio (c. 340-397) el cual
pertenecería al rito de liturgia Ambrosiano. Se dice que San Ambrosio de Milán es el que ha
sentando ya las bases para la reforma al introducir en las iglesias de Occidente el canto
antifonal (establecimiento de dos semicoros) y los himnos.
El canto ambrosiano es música vocal monódica, sin ningún tipo de acompañamiento
instrumental. La rítmica del canto viene determinada por el texto, no existe un ritmo
determinado que sea escrito independientemente para su melodía, ya que el ritmo se
ajustaba al texto en modo recitativo, y poseía una estructura rítmica relativamente marcada.
Los himnos ambrosianos se fijarían en una estructura básica que se ha mantenido a lo largo
de los siglos: ocho estrofas de cuatro versos cada una, normalmente en tetrámeros
yámbicos. El yambo, metro o pie rítmico cuya duración silábica corresponde a la secuencia
breve-larga, se agrupaba en cuatro para formar un verso y la unión de cuatro de ellos daba
lugar al tetrámero. En la interpretación de los salmos cantados se aplicaba la estructura
antifonal propia con una entonación melódica, un tenor (nota repetida sobre la que se recita)
y una cláusula (cadencia que cierra la frase o un inciso de la misma). Esta liturgia se
difundió especialmente por el norte de Italia.

A partir del siglo IX, los clérigos carolingios copiaron su música a través de códices,
utilizando lo que conocemos como notación neumática que fueron los primeros vestigios de
figuras musicales. Un pneuma (espíritu) podría componerse de cuatro elementos: la
introducción del pautado; la diferencia en las modalidades de ejecución; la creciente
generalización del canto a varias voces y la imposición del compás regular, expuestos
únicamente con el ánimo de distinguirlos más no de segmentarlos: una nota, sumada al
espíritu o esencia de lo expresado a través de la música, más la voz que la interpreta y sus
silencios, utilizados mayormente para la respiración. Estos cuatro elementos conforman un
todo lineal, en el que pueden encontrarse, en suma, muchas y constantes similitudes entre
las estructuras musicales de las culturas humanas.
Esto implica algunos aspectos fundamentales:
1. El canto gregoriano, por ser la liturgia misma y no un componente adyacente a
ella, se convierte en la oración cantada.
2. El coro, su presencia y homogeneidad. Una comunidad en la que no sobresale
ninguna persona de otra, que imprime una necesidad de igualdad en la
interpretación, que se basa en la escucha mutua entre los miembros integrantes del
gran coro, transporta, a través de la música al nivel comunitario de una
interpretación melódica gregoriana.
3. La música está al servicio del texto.
4. El conocimiento de su significado, de su interpretación (exegética teológica), de
su dinámica y fraseo (teniendo en cuenta las ligaduras necesarias), la escritura
neumática y los valores de cada uno de los neumas, así como las pausas que
requiere la pieza para completar la estructura musical con sonidos y silencio (orante
y espiritual), son vitales a la hora de un análisis y experiencia de acercamiento de
gran valía con respecto a la música gregoriana.
5. El conocimiento y dominio de los modos, de forma tal que el ethos y el
sentimiento interior, la experiencia interiorizada de Dios a través de un texto, sea
puesta en el carácter particular que requiera cada pieza en determinado momento
del contexto litúrgico ritual.
Las características que sobresale del canto gregoriano es su forma en la que se
ejecuta la obra, ya que esta consiste más que nada en la recitación de salmos o versos que
aluden a la biblia, además su ejecución es acapella. Otra de sus características es su
ejecución unísona en las voces dentro del canto, sin embargo, teniendo en cuenta que tanto
hombres, como mujeres, como niños deben tener igual oportunidad de participar en la
liturgia, recomiendan que, para no romper este principio de la monodia, lo hagan en forma
alternada. Además, se canta con ritmo libre, según el desarrollo del texto literario y no con
esquemas medidos, como podrían ser los de una marcha, una danza o una sinfonía.
También esta es un estilo en la que se basa en la música modal escrita en escalas de
sonidos muy particulares, que sirven para despertar variados sentimientos, como
recogimiento, alegría, tristeza, serenidad. Otro aspecto por tomar en cuenta en las
características del “Canto Gregoriano” es que la melodía es silábica si a cada sílaba del
texto corresponde un sonido y es melismática cuando a una sílaba corresponden varios
sonidos. Hay melismas que contienen más de 50 de ellos para una sola sílaba. Se agrega
además , que la lengua que se utilizaba en las monodias era el latín, que fue extendida por
el Imperio romano por Europa (aún no existían las lenguas romances). Los textos fueron
tomados de los salmos y otros libros del antiguo testamento; algunos provenían de los
evangelios y otros eran de inspiración propia, generalmente anónima. Sin embargo existen
algunas piezas litúrgicas en lengua griega: Agios o Theos (liturgia del viernes santo). Y por
último, la escritura estaba en sobre tetragramas, es decir sobre 4 líneas, a diferencia del
pentagrama de la música actual. Sus notas se denominan punto cuadrado (punctum
quadratum), o virgas si aparecen individualmente, o neumas si aparecen agrupadas; tienen
igual valor en cuanto a su duración, a excepción de: las que tienen epicema horizontal, la
nota precedente al quilisma y la segunda nota del sálicus cuya duración se prolonga
ligeramente más con un sentido expresivo y las notas que llevan punto el cual tiene la
duración de una nota simple.

El escenario en que se utiliza la música gregoriana sin duda sabemos todos que fue
la liturgia, pero no era simplemente la liturgia del rito de la santa misa, sino tambien el oficio
divino, y otros cantos para situaciones especiales.

1)La misa: En la celebración de la Eucaristía existen dos grupos principales de piezas:

a) El ordinario: está compuesto por textos que se repiten en todas las misas.
● Kyrie eleison
● Gloria in excelsis Deo
● Credo
● Santo y Benedictus
● Agnus Dei
b) El propio: está constituido por piezas que se cantan según el tiempo
litúrgico o según la fiesta que se celebra.
● Introito: canto de entrada para iniciar la celebración
● Gradual, aleluya o tracto: después de las lecturas
● Ofertorio para acompañar la procesión de las ofrendas
● Comunión

2. El oficio divino: En los monasterios, los monjes hacían una pausa en sus labores y se
reunían regularmente a determinadas horas del día para hacer su oración. El repertorio de
cantos para el oficio divino consta de canto de los salmos era Simples recitativos —
cantillatio— de lecturas y oraciones, Antífonas de invitatorio, Himnos, Antífonas cantadas
antes y después de los salmos, Responsorios, Te Deum, Cantos del antiguo y del nuevo
Testamento (Benedictus, Magnificat, Nunc dimittis). Las horas de oracion eran las
siguientes:
● Maitines: plegaria de vigilia
● Laudes: plegaria de la mañana
● Prima
● Tertia: 9 AM
● Sexta: 12 M
● Nona: 3 PM
● Vísperas: 6 PM
● Completas: antes de ir al descanso

3.- Otros cantos:


● Tropos: textos intercalados a plegarias oficiales
● Algunas melodías adornadas con variados melismas que se añadieron al
aleluya
● Secuencias: secuencia de pascua, secuencia de difuntos...
● Cantos procesionales: procesión de ramos, procesión al sepulcro, procesión
con el Santísimo Sacramento, etc.

Con esta breve cronología nos bastará para apuntalar el devenir histórico de esta
expresión musical de la Iglesia:
-Año 313. Los primeros cristianos, para profesar su fe, llevan a las catacumbas melodías
sencillas para el canto de los salmos tal y como se hacía en las comunidades de Jerusalén.

-Año 396. San Agustín llora escuchando los cantos que los fieles de Milán entonan a Dios
en la catedral.

-Años 400-500. El repertorio latino o canto romano se diversifica en los textos y en las
formas de cantar según las áreas geográficas: Roma, Galia o la España visigoda, cuna de
importantes liturgistas y legisladores eclesiásticos (aquí se desarrolló, por ejemplo, el
denominado canto visigótico que con el tiempo recibiría el nombre de mozárabe).

-Año 600 ca. El Papa Gregorio I Magno comienza un proceso de unificación de las liturgias
occidentales. El nuevo repertorio litúrgico-melódico que surge se llamará canto gregoriano.
En esta época comienza también a establecerse el rito de la Liturgia Romana con repertorio
propio para la Misa –como acto más representativo del culto– y para las Horas del Oficio.
Con Gregorio I se recogen ya dichos repertorios en dos libros fundamentales: el Gradual,
con el Propio de la Misa (textos variables según el contenido de la fiesta del día, frente a los
textos invariables de las secciones del Ordinario) y el Antifonario, con las Horas del Oficio.

-Años 600-800. Apogeo del canto gregoriano. Es una época intensa en composiciones
gregorianas. Los compositores amplían las melodías de los salmos dando lugar a las
antífonas (de entrada y comunión), los aleluyas y los Graduales… Los fieles, los monjes y
los cantores lo aprenden de memoria creando una vía de transmisión oral del canto. La vida
musical religiosa de la Edad Media se organizaba en torno a dos estructuras importantes: la
Misa y las Horas. En los monasterios y catedrales los días transcurrían en orden a la
sucesión de las horas mayores y menores. Cada hora canónica tenía su estructura y
repertorio propio siendo las mayores (Maitines, Laudas y Vísperas) las de mayor
importancia. Las Vísperas, que cerraban el ciclo para volver a empezar con los Maitines,
tenían gran riqueza musical por la interpretación de salmos, himnos y el magnificat.

-Año 850 ca. Se fijan las primeras notaciones musicales. Los pneuma, es decir, los signos
escritos, permiten anotar de forma precisa el ritmo y la expresión del canto.

-Año 1050 ca. El monje Guido d’Arezzo precisa la escritura para definir los intervalos entre
las notas dando a cada una un nombre: ut(do)-re-mi-fa-sol-la-si (los nombres de las notas
se originan de las primeras sílabas de un himno en honor a San Juan Bautista: UT queant
laxis / REsonare fibris / MIra gestorum / FAmuli tuorum / SOLve polluti / LAbii reatum /
Sancte Ioannes) y organizando el sistema del tetragrama (cuatro líneas). Esta
“modernización” será sin embargo el comienzo de la decadencia del canto gregoriano ya
que al sustituir la memoria por la lectura de las notas el canto se hace más matemático
perdiendo frescura. En este periodo nacen las primeras polifonías basadas en el canto
gregoriano.

-Años 154-1563. El Concilio de Trento recomienda por primera vez una edición oficiosa del
repertorio conocida como Edición Medicea (impresa en la tipografía de los Médici). Esta
edición debe mucho a la época en que se realizó en la que se consideraban bárbaras la
mayoría de las creaciones medievales. A partir de entonces, el canto continuará con su
papel litúrgico pero cada vez más encerrado en sí mismo, musical y socialmente
descontextualizado (no litúrgicamente, claro).

-Año 1840. El canto gregoriano pasa a denominarse cantus planus (canto llano). Se hace
aburrido, lento, sin vida. Los monjes benedictinos de la Abadía de Solesmes, dentro de un
movimiento general de recuperación de la liturgia romana en Francia, ponen en marcha un
arduo trabajo de investigación científica basada en la recopilación de los manuscritos que
los monjes han ido copiando pacientemente. Intentan devolver al canto gregoriano su
autenticidad y su uso en la oración. Este trabajo se vio reforzado con la creación de una
escuela de organistas y maestros cantores laicos. Poco a poco, el canto gregoriano se ha
ido recuperando y, desde la citada abadía se ha ido extendiendo a otras, como Sankt
Gallen (Suiza), Silos (España), Montserrat (España) o María Laach (Alemania),
recuperándose gran número de manuscritos de los siglos X al XIII. En las abadías, el monje
se identifica con la vida monástica a través de la oración, recitada siempre según el canto
gregoriano, siete veces al día: maitines, laudes, tercia, sexta, nona, vísperas y completas

-Año 1903. El Papa Pio X define el canto gregoriano como el canto propio de la Iglesia
romana y propone al pueblo rezar desde la belleza del canto y de la música.

-Año 1962. El Concilio Vaticano II confirma con su autoridad el uso de este canto como el
propio de la liturgia romana aunque abre ésta a otras formas musicales, especialmente al
canto religioso popular. A partir de entonces, su aplicación litúrgica cae en desuso dando
primacía al canto popular religioso, más comprensible y cercano al pueblo. El canto
gregoriano se recluye en algunos monasterios, en los conservatorios profesionales de
música y en las universidades.

El canto gregoriano antes del concilio del vaticano II, era muy usado, pero después
de dicho concilio se marginó netamente a usos litúrgicos solo de precepto en el vaticano
(misas importantes como semana santa o natividad del señor), llamadas también como
misas tridentinas. Por motivo de que se consideraba que al estar estas misas en latín,el
pueblo mucha veces sentía que no entendía qué es lo que le hablaba Dios y también por un
sentido de personalidad individual, ya que “Como en ciertas regiones, principalmente en las
misiones, hay pueblos con tradición musical propia que tiene mucha importancia en su vida
religiosa y social, desea esta música la debida estima y el lugar correspondiente, no sólo al
fomentar su sentido religioso, sino también al acomodar el culto a su idiosincrasia”
(Sacrosanctum Concilium, 119), es que se suprimió las misas tridentinas del culto romano,
pero eso no quiere decir que esté prohibido, ya que si un laico pide a un sacerdote que
formalice una misa tridentina, este se ve en la obligación de realizarla, ya que aunque no
sea tan utilizado este tipo de canto, sigue siendo el más importante: “La Iglesia reconoce el
canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en igualdad de circunstancias, por
tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones litúrgicas. Los demás géneros de
música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna manera han de excluirse en la
celebración de los oficios divinos, con tal que respondan al espíritu de la acción litúrgica”
(Sacrosanctum Concilium, 116), siendo por esto que se promueve la formación musical en
ciertos lugares, “Dése mucha importancia a la enseñanza y a la práctica musical en los
seminarios, en los noviciados de religiosos de ambos sexos y en las casas de estudios, así
como también en los demás institutos y escuelas católicas; para que se pueda impartir esta
enseñanza, fórmense con esmero profesores encargados de la música sacra. Se
recomienda, además, que según las circunstancias se erijan Institutos superiores de Música
sacra” (Sacrosanctum Concilium, 115).

A modo de conclusión queremos mencionar la trascendencia de la música


gregoriana, la cual ha marcado a muchas generaciones, y ha sobrevivido por alrededor de
dos milenio, siendo esto un punto favorable a la transcripción de estas escrituras que se
basaba en las ideas religiosas. Se puede mencionar además que sus inicios, siendo algo
complejos pues la notación musical primitiva no estaba aún concebida, siendo la tradición
oral como recurso importante para la transmisión de estos salmos que eran utilizados para
la predicación de la palabra de Dios. El trabajo de por medio de la tradición oral de lograr
mantener viva la riqueza del contenido de cada obra tuvo su recompensa con el paso del
tiempo, siendo esta la base principal de la creacion y formacion de la monodia en si.
Además se puede agregar que la trascendencia musical que logró el “cantus planus”, hizo
que durante la edad media se lograse el mejoramiento de cada estructura, además de
generar nuevas formas de implementar la estructura al cual se adjudicaba la obra sacra.
Tomaremos en cuenta también, el método de recoger y ordenar cada salmo o cántico
melódico que hizo San Gregorio Magno, y la generación de neumas, hechas por Guido
D'arezzo para el establecimientos de nuevos componentes en las obras monódicas. El
proceso que involucró la obra sacra en la iglesia se logró gracias a los tratados y concilios
fomentados por la institución católica, siendo esta la mayor estructuración que hace que el
canto gregoriano se mantuviera en la presencia de la historia musical.
Otra conclusión adicional que se le puede dar a esta, es el como la zona geográfica,
el país o reino lograba ser influencia potencial en la línea de formación del canto sacro
siendo que esta se iniciara una rama musical enorme donde los estilos abarcan desde las
bases vocales hasta las notas que se utilizaban en el momento de la ejecución de la obra.
Ha esto mencionamos a los estilos que nacieron a través de este proceso como el canto
ambrosiano, el canto mozárabe, entre otras. Se puede lograr captar que la esencia cultural-
geográfica se hacen traslucir en el momento en el que se presentaba. Notamos además que
cada estilo es más primitivo que el otro o quizás tiene más influencia que la otra, siendo el
estilo carolingio el que se llevaba la mayor trascendencia y uso en el proceso de los años en
la edad media, siendo la iglesia con los tratados de la música eclesiásticas los que hacen
que se mantuviese en la palestra musical católica muchos siglos, a pesar de sus cambios a
lo largo del proceso de esta. Los cambios que se le adhirieron a este ultimo, fue parte del
ejemplo de la transportación de estos salmos que iban de boca en boca durante el proceso
de los siglos, haciendo que se lograse la estructura que ahora conocemos actualmente de
la monodia sacra medieval.

La evolución de la iglesia católica, apostólica, y romana es sin duda lo que ha


llevado el periodo de la edad media el desarrollo de la música, ya que por ella ocurrían
todas las decisiones relacionadas con este, pasando por sínodos diocesanos, y concilios,
todo en busca de lo sublime, la belleza y la perfección para acercarse más a Dios, lo que
provocó visiones locales y generales distintas, que incluso trajo consigo algunas divisiones
en algunas épocas por entidades distintas (como el gran cisma de Oriente y Occidente), lo
que significó un cambio al rumbo de la historia, y eso a su vez que nos hace pensar que
nada está escrito, y que no sabemos qué rumbo tomará la música que conocemos hoy en
dia como puntos de riqueza y conocimientos humano, junto con el desarrollo de este,
debemos detenernos a pensar si somos parte de la música, o nosotros somos la música, ya
sea desde su concepción o su recreación, ya que buscamos lo bello que se encuentra en un
ideal que muchas veces es personal o social. Esta necesidad de superación se encuentra
muy arraigado a nivel cognitivo, mostrando a la vez que los creadores e impulsores de estas
reformas a la música son no solo modelos musicales, sino también modelos de
perseverancia, cambios, valentía y confianza, por ir en busca de lo que creemos y
queremos.

http://recursos.march.es/culturales/documentos/conferencias/resumenes-bif/628.pdf?
v=22891983

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http://interletras.com/canticum/historia.html

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