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INTRODUCCIÓN

Durante el último tiempo hemos sido testigos de diversas


manifestaciones de la
naturaleza, propias de ella, pero que al afectar las zonas pobladas
causan destrucción.
Son eventos o fenómenos naturales, que siempre han ocurrido, pero
que al suceder en
territorios ocupados por el hombre se vuelven en ocasiones
incontrolables o simplemente
no pueden ser pronosticados o advertidos. Esto es lo que ocurre con
los terremotos, los
cuales se manifiestan súbitamente en las zonas denominadas
sísmicas, como es el caso
de Chile.
Como consecuencia de un fenómeno de este tipo, cuya magnitud sea
superior a 7
en la escala de Richter, no sólo genera efectos sociales, económicos,
ecológicos y
culturales, entre otros, sino además de producirse su epicentro en el
fondo oceánico, es
capaz de generar otro evento de devastadoras consecuencias y
alcances inimaginables,
como es un tsunami.
Esto fue lo que sucedió en el sur de Chile el 22 de mayo de 1960,
entre la VIII y XI
regiones; se produjo el terremoto más grande hasta ahora en la
historia, de magnitud 9.5
y provocó veinte minutos más tarde un devastador tsunami, que no
sólo devastó las
costas de nuestro país, sino que alcanzó lugares tan lejanos como
Japón, Hawaii, Rusia y
Nueva Zelanda.
El interés por estudiar este tema y en particular este fenómeno que
sucedió hace
más de cuarenta años, surgió de la curiosidad de conocer más sobre
un evento que
cambió toda la geografía del sur de Chile, haciendo desaparecer y
surgir islas; cambiando
el nivel de las costas; cambiando el curso y desembocaduras de ríos;
provocando
grandes deslizamientos de tierras; alterando las mareas e incluso
desencadenando
erupciones volcánicas, todos procesos que requieren de tiempo y de
varios factores para
ser desatados, fueron provocados de manera repentina y en corto
tiempo.
Simultáneamente, surgieron otras interrogantes respecto a que esta
secuencia de
acontecimientos no sucedieron en un espacio vacío, sino que en un
territorio ocupado por
pueblos y ciudades donde sus habitantes desarrollaban sus
actividades, por lo que debía
abarcar más que el mero conocimiento científico de los hechos aquél
día y debía estudiar
sobre las personas que habitan esos espacios, ya sea conocer sobre
las percepciones de
quines vivieron dicha situación y de conocer quienes se asientan en
los mismo lugares
que fueron afectados por la catástrofe, para ver que piensan ellos de
su espacio y de que
ocurra una situación similar.
Si bien el superficie afectada por los eventos de mayo de 1960 fue
extensa, se
consideró como área de estudio la ciudad de Ancud, por ser una de
las más importantes
del sistema urbano de la isla de Chiloé, territorio por mucho tiempo
olvidado e ignorado,
no sólo por las autoridades, sino también por el resto de la población
del país; razón por la
cual los chilotes se sienten aislados respectos a todo lo que ocurra “al
norte”, lo que los
hace pensar que para los chilenos el país llega hasta Puerto Montt.
Otra justificación
respecto a la elección de Ancud como zona de estudio, se refiere más
bien a una
atracción personal respecto al paisaje y a la curiosidad de conocer
más a su gente, sin
saber en un principio que fue una de las ciudades más afectadas con
el tsunami y que
eso determinó el porvenir de la ciudad y su gente.
En consecuencia, las motivaciones que llevaron a la realización de la
presente
investigación, hacen confluir diversas perspectivas geográficas. Por un
lado, el análisis
físico de los eventos como causa de cambios de carácter morfológico,
cultural y urbano; y
por otro un análisis de tipo temporal a esos cambios, ya sea en el
paisaje, en la ciudad.
OBJETIVO GENERAL

Se busca que el estudiante pueda aplicar las leyes de la física a todos los
fenómenos que afectan a la Tierra, apuntando a la comprensión de las fuerzas
tectónicas que dan origen a los sismos y el vulcanismo, el conocimiento del interior
terrestre, el campo magnético y sus anomalías, la forma de la Tierra y su campo
gravitatorio. En base a los conceptos teóricos que sustentan dicha comprensión
física de estos procesos y estructuras, se pretende que el estudiante pueda
analizar e interpretar los diferentes datos geofísicos, sean éstos sismológicos,
gravimétricos, geomagnéticos, de pozo, geo eléctricos, etc. Se busca que la
interpretación de dichos datos se complemente con el análisis y estudio del
problema geológico en cuestión.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Preservar al hombre y a sus propiedades, de los efectos nocivos del terremoto.


 Proporcionar criterios que ayuden a mejorar la seguridad de las obras de
infraestructura de carácter especial y a prever la respuesta que éstas deben
presentar en caso de terremoto.
 Concientizar a la población sobre la aplicación de las normas de construcción
sismo resistentes, a aplicarse en las regiones donde existe actividad sísmica.
 Recomendar pautas de comportamiento a seguir por las personas y la
comunidad, ante un terremoto.
MARCO TEÓRICO
Las relaciones e interacciones hombre-naturaleza generan variados atributos

espaciales (localización, extensión, forma geométrica: punto, línea, área; estructura y

proceso) los que se traducen en organización u ordenación del espacio. Esta noción de

organización espacial, se traduce en la disposición de infraestructuras físicas creadas por

un grupo social y en asignaciones o usos de la superficie terrestre acorde con las ofertas

de recursos desde la naturaleza y demandas desde el colectivo humano.

Consecuentemente, la ocupación del territorio por parte del ser humano, se ha llevado a

cabo desde sus orígenes de acuerdo con las necesidades de residencia y subsistencia,

utilizando zonas cercanas a cursos de aguas, suelos productivos de características

volcánicas o áreas costeras. De esta manera, la intervención humana en el espacio

terrestre le proporciona la condición de espacio geográfico o de espacio humanamente

organizado (SANTIS, 1992).

Según OLIVARES y NARANJO (2001), el concepto de territorio involucra la idea

de identificación y de pertenencia con un espacio, que se traduce en el compromiso de

sus actores involucrados para lograr un desarrollo armónico. Esta noción, requiere una

perspectiva global que incorpore la interrelación entre los ámbitos naturales, económicos,

sociales, políticos y culturales. De este modo, el territorio deja de ser sólo el soporte físico

de las actividades humanas, para transformarse en un sistema complejo interactuante de

múltiples factores. Los autores, consideran que el territorio se define por cinco

características particulares: que es multidimensional, proyectivo, dinámico, construido

social y culturalmente, y es un espacio del que sus habitantes se apropian colectivamente,

a través de representaciones físicas como la arquitectura, construcciones, disposición de

vías, y culturales como fiestas y manifestaciones tradicionales.

De lo anterior se desprende que en un mismo espacio convergen aspectos

naturales y sociales, pudiendo confundir el concepto territorio con la acepción de medio

ambiente. Sin embargo, son términos diferentes, ya que la noción jurídico-administrativa

presente en el concepto de territorio está ausente en el de medio ambiente. De esta

manera, y desde un punto de vista científico, se puede definir medio ambiente como el
conjunto interactuante de los sistemas naturales, construidos, económicos y

socioculturales que se están modificando constantemente por la acción humana, y que

rige y condiciona todas las posibilidades de vida en la tierra.

Por ello se puede decir que existen dos grandes medios que posibilitan la vida

humana y su desarrollo: el medio ambiente natural (MAN) y el medio ambiente sociocultural


(MASC). El primero, aporta el sustrato físico de apoyo para el hábitat y los

recursos para la existencia; además tiene sus propios ciclos ecológicos de transformación

natural que lo hacen dinámico y cambiante. El segundo, aporta la población con sus

necesidades, aspiraciones, organización, estructuras socioeconómicas, administrativas y

culturales que intervienen el MAN, para satisfacer sus necesidades básicas de residencia

y subsistencia que se plasman en la construcción de un hábitat humano. Asimismo, este

proceso de intervención del MASC en el MAN, genera nuevos procesos constituyendo

una nueva realidad, identificada como medio ambiente construido (MAC); el cual

representa la infraestructura artificializada por el hombre, para el manejo económico del

espacio físico y responde a la satisfacción de complejas y variadas necesidades sociales

como asentamientos humanos, zonas agrícolas, pecuarias e industriales (OLIVARES y


MEGATERREMOTO DE VALDIVIA 1960 EN CHILE

De 9.5, (9.6) en potencia de magnitud de momento.


Tuvo una magnitud de 9,6 (escala de Richter).

 GRADO XI - XII
 FECHA: 22 de mayo de 1960 a las 15:11:17 utc-4
 TIPO: falla inversa interplacas (nazca contra las placas de Chiloé y
sudamericana)
 PROFUNDIDAD: 35km
 DURACION: 10 minutos aproximados
 COORDENADAS DEL EPICENTRO: 38̊24′00″s 73̊05′00″
 ZONAS AFECTADAS: región del balbio, región de la Araucanía, región de
los ríos, región de los lagos.

El megaterremoto de Valdivia de 1960, conocido también como el Gran terremoto


de Chile, fue un sismo ocurrido el domingo 22 de mayo de 1960 a las 15:11 hora
local (UTC-4).48 Su epicentro se localizó en las cercanías de Traiguén,4 provincia
de Malleco, Región de La Araucanía, y tuvo una magnitud de 9,5 MW,1 el más
potente registrado instrumentalmente en la historia de la humanidad.19 Junto con el
evento principal, se produjo una serie de movimientos telúricos de importancia
entre el 21 de mayo y el 6 de junio que afectó a gran parte del sur de Chile.
El sismo fue percibido a nivel planetario y produjo una serie de maremotos —cuyo
alcance se extendió a diversas localidades a lo largo del océano Pacífico,
incluyendo Hawái y las costas de Japón— y la erupción del volcán Puyehue, que
cubrió de cenizas el lago homónimo. Se estima que esta catástrofe natural costó la
vida de entre 16556 y 21907 personas, y dejó damnificados a más de 2 millones.

TERREMOTO DE CONCEPCIÓN DE 1960


A las 6:02 del sábado 21 de mayo de 1960, un fuerte sismo sacudió gran parte del
sur de Chile. Se registraron 12 epicentros en la costa de la península de Arauco,
actual Región del Biobío. El movimiento tuvo una magnitud 7,310-7,511Ms y la
intensidad máxima fue X en la escala de Mercalli. Produjo graves daños en
diversos edificios y obras viales; afectó principalmente las ciudades
de Concepción, Talcahuano, Lebu, Chillán, Cañete, Los Ángeles y Angol, y fue
percibido entre el Norte Chico y la zona de Llanquihue.
A las 6:33 del día siguiente, un segundo movimiento telúrico, similar al anterior,
sacudió la zona y derrumbó las construcciones deterioradas por el primer sismo.
Sin embargo, no hubo víctimas fatales puesto que gran parte de la población
había evacuado sus hogares por miedo a derrumbes. Las comunicaciones
telefónicas desde Santiago al sur estaban interrumpidas y las primeras noticias se
obtuvieron por informes del periodista Enrique Folch, quien había captado señales
de radioaficionados desde la zona de la tragedia. El presidente Jorge
Alessandri suspendió inmediatamente las ceremonias en honor al Día de las
Glorias Navales y el tradicional mensaje presidencial a la nación desde
el Congreso Nacional. A continuación, el gobierno procedió a solicitar ayuda a las
zonas no afectadas del país y a la comunidad internacional, mientras la lluvia caía
con fuerza.
A las 14:55 un tercer terremoto azotaba las ciudades afectadas. Los cortes
en tendidos eléctricos produjeron diversos incendios y también hubo ruptura de
cañerías de agua potable. Pese a que muchas edificaciones estaban destruidas
en su interior, sus fachadas se mantenían prácticamente intactas.
Mientras Chile organizaba la estrategia para ayudar a los habitantes de
Concepción y las ciudades aledañas, un terremoto aún peor estaba por ocurrir.

TERREMOTO DE VALDIVIA
El terremoto era como un gigantesco cíclope que con un enorme mazo iba
aplastando todo con furiosa ira. Un solo golpe y abajo la torre del cuartel de
Bombas... Impuestos Internos, el Centro Español, la Catedral, la Iglesia
Evangélica y tantos otros. De pronto el gigante enloqueció y empezó a repartir
mazazos a diestra y siniestra, dejando brutalmente herida a toda la ciudad.
Hernán Olave describiendo el terremoto en el libro Horas de tragedia12

Mapa del epicentro del terremoto del 22 de mayo de 1960 según la USGS.


Vista de una calle en el centro de Valdivia tras el maremoto del 22 de mayo de
1960.

Recorrido del maremoto desde Valdivia a lo largo del océano Pacífico.


A las 15:11 del domingo 22 de mayo de 1960, comenzó a producirse una
ruptura tectónica de proporciones nunca antes registradas en la historia de la
humanidad. El epicentro de este gran sismo comenzó en la zona cercana a
Temuco y poco a poco se expandió hacia el sur en una sucesión de rupturas
epicentrales a todo lo largo de la costa meridional de Chile. El masivo evento
fracturó toda la zona de subducción entre la península de Arauco (Región del
Biobío) y la península de Taitao (Región de Aysén). Finalmente alcanzó los
9,5 MW1 y tuvo una duración aproximada de 10 minutos, debido principalmente a la
gran extensión geográfica —casi 1000 km de norte a sur—. Estudios posteriores
sostienen que en realidad se trató de una sucesión de 37 o más terremotos cuyos
epicentros abarcaron una superficie total de 1350 km. En suma, el cataclismo
devastó todo el territorio chileno entre Talca y Chiloé, es decir más de 400
000 km².
La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores. En dicha ciudad el terremoto
alcanzó una intensidad de entre XI y XII grados en la escala sismológica de
Mercalli. Gran parte de las edificaciones se derrumbaron inmediatamente,
mientras el río Calle-Calle inundaba las calles del centro urbano.
El maremoto provocado por semejante ruptura fue devastador, afectando a la
costa chilena entre Concepción y Chiloé. En el puerto de Corral, cercano a
Valdivia, el nivel del mar se elevó sobre 4 m antes de comenzar a retraerse
rápidamente (cerca de las 16:10), arrastrando barcos ubicados en la bahía —
principalmente los navíos Santiago, San Carlos y Canelos—. A las 16:20, una ola
de 8 m de altura azotó la costa entre Concepción y Chiloé a más de 150 km/h,
ocasionando la muerte de cientos de habitantes de diversas localidades. Diez
minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando ruinas de pueblos
costeros para impactar nuevamente con una ola superior a 10 m de altura. Varios
navíos resultaron completamente destruidos, salvo el Canelos, que encalló tras
ser arrastrado por más de 1,5 km tierra adentro.
Posteriormente, la onda expansiva comenzó a recorrer el océano Pacífico. Casi
quince horas después del evento en Valdivia, un maremoto de 10 m de altura
azotó la ciudad de Hilo, en el archipiélago de Hawái, a más de 10 000 km de
distancia del epicentro, provocando la muerte de 61 personas. Similares eventos
se registraron en Japón, las Filipinas, Rapa Nui, la zona oeste de Estados
Unidos, Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas.
Dos días después del terremoto, el volcán Puyehue, a 200 km del epicentro, hizo
erupción.
Mientras la noticia del terremoto más fuerte registrado en la historia recorría el
mundo y reporteros internacionales, políticos y militares se dirigían a las ciudades
afectadas, una posible catástrofe aún mayor era analizada por organismos
gubernamentales. Debido al terremoto, diversos cerros se habían derrumbado
bloqueando el desagüe del lago riñihue ( 39°46′43″s 72°27′03″o). el riñihue es el
último de los siete lagos, una serie de lagos interconectados, y desagua por el río
san pedro que recorre diversas localidades hasta llegar a Valdivia antes de
desembocar en el pacífico.
antecedentes del tipo de desastre que se podía producir, ya se conocían; ya que
está descrito que en el terremoto del 16 de diciembre de 1575, en el que la
«fuerza del sismo fue tan grande, que un derrumbe cerró el desaguadero del lago
riñihue, dique que cedió en abril del año siguiente, inundando en forma desastrosa
una extensa región».14
Al bloquearse el río san pedro, el nivel de las aguas comenzó a crecer
rápidamente. cada metro que subía el nivel del lago correspondía a 20 millones
de m³ por lo que cuando el lago se rebasase al superar el tercer y último tapón de
24 m de altura, tendría más de 4800 millones de metros cúbicos que bajarían por
el río san pedro con un caudal de más de 3000 m³/s (durante sus crecidas, el san
pedro no superaba los 400 m³/s) destruyendo todos los pueblos en su ribera en
menos de 5 horas. Dicho caudal podría haber aumentado a cifras incalculables en
caso de que el tapón formado hubiese colapsado.

para evitar la destrucción definitiva de Valdivia y corral, diversos batallones


del ejército de chile y cientos de obreros y constructores de endesa, corfo y
el ministerio de obras públicas participaron en la tarea de controlar el vaciado del
lago de tal forma que su cauce no arrasara lo que quedaba de aquellas ciudades.
para esto, se intentó con 27 topadoras, trabajar para bajar el nivel del tapón de 24
a 15 m y permitir que el lago comenzara a vaciar lentamente 3000 millones de m³,
mientras otros detenían el flujo de los ríos que conectan el riñihue con los
lagos panguipulli, calafquén, neltume y pirihueico. Sin embargo la maquinaria, a
pesar de ser cotidianamente utilizada en movimiento de tierras, no tuvo mayor
avance debido a que las orugas se pegaban en el barro haciendo imposible la
movilidad. De esta forma, la única posibilidad de eliminar el tapón, quedo en
manos de cientos de obreros llegados de distintos rincones del país, los
verdaderos héroes, que armados con una simple pala, consiguieron lo que la
maquinaria no pudo. El día 23, tras agotadoras horas de trabajo, el lago comenzó
lentamente a vaciarse desvaneciendo el potencial peligro a los 100 000 habitantes
que vivían en la zona afectada. Los trabajos, liderados por el ingeniero Raúl Sáez,
acabaron solamente dos meses después del inicio de las maniobras.
todos estos eventos son conocidos como la «hazaña» o «epopeya del riñihue»,
producto de la gravedad de la situación y la forma en que se desarrolló la
respuesta por parte de los integrantes de los organismos del estado chileno, las
empresas privadas y públicas, el ejército y miles de voluntarios que colaboraron
directa e indirectamente en la faena.15 todos estos hechos quedaron registrados
en un documental llamado la respuesta (hazaña del riñihue) realizado por el
historiador chileno-español Leopoldo castedo, en el cual se narra la respuesta
para desactivar el potencial destructivo de la naturaleza.
Grandes terremotos ocurridos entre 1906 y 2005. Abajo a la izquierda, el gráfico
muestra que casi el 25 % de la energía sísmica del planeta de todo un siglo se
concentró en el terremoto de Valdivia.
Chile se ubica a lo largo de una zona de alta sismicidad conocida como el
«Cinturón de fuego del Pacífico». Esto es producto del choque tectónico entre
la placa de Nazca y las placas Sudamericana y de Chiloé. Al mismo tiempo ocurre
la subducción de la primera bajo ambas placas continentales. El movimiento y la
fricción entre estas placas tectónicas convierte a Chile en una zona con frecuentes
terremotos y alto vulcanismo.
La energía que se produce debido a la tensión entre estas placas se puede
acumular para manifestarse en grandes movimientos telúricos como fue en el caso
de Valdivia. Estudios actuales han demostrado que terremotos similares,
denominados «gigantes», tienen un patrón de ocurrencia cercano a los 300 años;
y han provocado cambios drásticos en la estructura de la Tierra. El eje terrestre se
movió 3 cm, mientras las placas de Nazca y de Chiloé se acercaron bruscamente
cerca de 40 metros, cuando normalmente lo hacen entre 8 y 9 cm anuales. Dicha
energía equivale a aproximadamente el 22,2 % de la energía liberada por todos
los movimientos sísmicos entre enero de 1906 y diciembre de 2005 (100 años
exactos).
EFECTOS

Vapor hundido Carlos Haverbeck y Canelos - Chile, otoño de 1960.

Un barco fue arrojado por la ola del tsunami en una casa - Corral, otoño de 1960.
Gran parte del sur de Chile fue destruida por los dos terremotos y el maremoto; el
periódico La Cruz del Sur informaba el 28 de mayo de 1960 la existencia
preliminar de 962 muertos, 1410 desaparecidos y 160 heridos de diversa
consideración.7
Chillán, la ciudad más austral que mantenía contacto con Santiago tras el
terremoto, tuvo un 20 % de sus edificios dañados gravemente. Talcahuano quedó
con el 65 % de sus viviendas destruidas y un 20 % de las que se mantenían
estaban inhabitables, mientras la vecina ciudad de Concepción contaba con más
de 125 muertos y 2000 hogares arrasados. El puente sobre el río Biobío se
derrumbó en tres secciones, mientras la usina de la Siderúrgica Huachipato estuvo
a punto de quedar inutilizable, después de que la mezcla de hierro comenzara a
enfriarse tras el corte de la energía eléctrica. El agua inundó las minas
subterráneas de carbón de la península de Arauco. Los Ángeles fue destruida en
un 60 % y Angol en alrededor de un 82 %, quedando 6000 personas en dicha
ciudad sin hogar. El lago Villarrica se desbordó, mientras un alud de tierra sepultó
a los 300 habitantes de la comunidad mapuche de Peihueco.
Valdivia y sus alrededores fueron las zonas más afectadas con el desastre natural
de 1960. El 40 % de los hogares fueron destruidos por el movimiento telúrico,
dejando a más de 20 000 personas damnificadas. El río Calle-Calle se desbordó,
inundando gran parte del centro de la ciudad, lo que obligó a la evacuación de los
barrios de Collico, Las Ánimas e Isla Teja. Los principales edificios, como el
del Cuerpo de Bomberos y el Hospital, quedaron inutilizables. El cercano puerto
de Corral sufrió el azote del maremoto que arrastró a gran parte de su población,
dejando centenares de muertos y desaparecidos. La bahía en que desemboca
el río Valdivia recibió a diversos barcos arrastrados por las olas: el Carlos
Haverbeck y Canelos, los vapores Prat y Santiago, los
remolcadores Pacífico y Chanchorro y el buque de dragado Covadonga, muchos
de los cuales se hundieron principalmente. El Canelos varó en un sector del río
Valdivia, mientras que el Santiago recaló en las cercanías de Niebla y
la Covadonga, sobre una escuela en las cercanías del río Cutipay.
Al igual que en Corral, en toda la costa el maremoto provocó más daños que el
terremoto mismo. En la zona de Cautín, los pueblos de Toltén —el cual fue
trasladado a un nuevo emplazamiento—, Puerto Saavedra y Queule fueron
prácticamente borrados del mapa. Mientras en Puerto Saavedra, su población de
2500 habitantes alcanzó a huir a tierras altas antes de presenciar como las olas
arrastraban las casas mar adentro —a excepción de una—, lo mismo ocurrió con
los otros dos pueblos que fueron completamente asolados. Situaciones
semejantes ocurrieron en poblados de la costa de Valdivia (como Los Morros, San
Carlos, Amargos, Camino Amargos, Corral Bajo, La Aguada, San Juan,
Ensenada, Niebla, Mehuín y Los Molinos); y la costa de la provincia de
Osorno (Bahía Mansa, Pucatrihue, Maicolpué y Choroy Traiguén).
Puerto Montt sufrió la destrucción del 80 % de sus construcciones, tanto por el
terremoto como por el maremoto y los posteriores incendios, desapareciendo el
mercado de Angelmó, entre otras localidades. En Chiloé, gran parte de los
pueblos costeros también sufrieron el embate de las aguas, con cifras
aproximadas de 800 muertos,7 destruyéndose además la mayor parte de los
palafitos en lugares como Chonchi o Dalcahue; los pequeños poblados de la costa
occidental quedaron aislados y Rahue fue completamente arrasado y destruido
por completo.
EL TERREMOTO DE 1960, EN CIFRAS
Los efectos del terremoto fueron devastadores. Valdivia y sus alrededores fueron
los más afectados pero no los únicos: la zona de ruptura fue de unos 1.000
kilómetros de largo y fueron numerosas las poblaciones que quedaron reducidas a
escombros. Si deseas saber más sobre las ciudades afectadas, aquí puedes
leer un informe por ciudades. Algunas estimaciones cifran los fallecidos en 1900
personas, incluyendo también los producidos por el tsunami posterior. El número
no fue mayor porque, unos minutos antes, un temblor menos intenso había
hecho que muchos salieran de sus casas y recibieran el gran terremoto en la calle.

El
pueblo pesquero de Queule, antes y después de sufrir el terremoto y posterior
tsunami
Todavía más devastador fue el maremoto que vino después, inundando calles y
arrasando con lo poco que había quedado en pie. Éste llegó a sufrirse incluso
en otros países del Pacífico. Después de 15 horas del terremoto, olas de hasta
diez metros llegaron a Hawái y acababan con la vida de 61 personas. Algo similar
ocurrió en Honshu, Japón, donde 185 personas fallecieron o desaparecieron, y en
Filipinas, con 32 fallecidos. En el caso de Chile, y además de los fallecidos, 2
millones de personas llegaron a perder sus casas.
"Yo vivía más o menos a 300 metros de la calle San Martín cerca del mar. El
maremoto comenzó tipo 17 hrs. El mar entró lento soltando la mayoría de las
casas del barrio "La Arena". Muchas fueron llevadas por el mar con sus moradores
y otras quedaron en seco. Luego muchas personas se embarcaban en lanchas o
botes y se hacían a la mar....llegó la segunda entrada del mar con las mismas
características de la primera. Después de un rato, tipo 18 hrs., vimos que venía
entrando una gran masa de agua, la tercera ola más o menos de unos 30 metros
de altura... Arrasó con todo. Las casas eran verdaderos botes a la deriva"
(testimonio de un superviviente en Chile)
La simulación que podéis ver en el siguiente vídeo muestra los efectos del
terremoto sobre el mar, generando un importante tsunami en el Pacífico:

Además del maremoto, el terremoto provocó el bloqueo del río San Pedro, por el
que desagua el lago Riñihue. A todos los problemas que estaban sufriendo los
chilenos tras el movimiento de tierra había que sumar entonces un lago que no
dejaba de subir de nivel y que, de llegar a superar el límite o a desbloquearse de
pronto, podría significar la crecida incontrolable del río San Pedro y la destrucción
de todas las poblaciones a su paso. Afortunadamente, y tras días de trabajo sin
descanso, consiguieron que el lago se vaciara poco a poco.

CHILE, ZONA SÍSMICA

La placa de Nazca (azul claro) y la placa Sudamericana (morado) convergen en


Chile
A lo largo de la costa de Chile se juntan dos placas tectónicas: la placa de Nazca y
la placa Sudamericana. Se forma así una "zona de subducción", tal y como
explican en el informe Sismicidad y terremotos en Chile, donde es habitual que
ocurran terremotos bastante importantes. A fin de cuentas, así se libera la energía
que se produce por la fricción y el movimiento entre placas.

"Una zona de subducción ocurre en bordes de placas convergentes. La placa más


densa o más pesada penetra bajo la menos densa, debido al peso de la placa
subductada. En estas zonas ocurren todo tipo de sismos o terremotos tectónicos
(Fig. 2). En el caso de las placas de Nazca y Sudamérica en Chile, la placa
oceánica de Nazca, más densa que la placa continental de Sudamérica, penetra
bajo el continente, formando una zona de subducción. El primer contacto entre las
placa produce un valle profundo, llamado fosa o trinchera (“trench”), que ocurre
bajo el océano costa afuera del continente." (Sismicidad y terremotos en Chile)

El 27 de febrero de 2010, Chile volvía a sufrir otro terremoto, en este caso de


escala 8,8 cerca de esa misma zona, causando 525 fallecidos y dando lugar de
nuevo a un tsunami que arrasó varias ciudades costeras. No ha sido el
único: desde hace décadas se llevan registrando terremotos de gran magnitud a lo
largo de la costa del país. En la página web del Centro Sismológico
Nacional pueden verse los últimos (el día 18 de mayo, por ejemplo, se detectaron
13 terremotos de entre 3,0 y 4,3 de magnitud), aunque no esperan que vuelva a
repetirse un terremoto tan importante a corto plazo:

"Este gran terremoto (Mw=8,8) ha permitido liberar la mayor parte de la energía


acumulada entre Concepción y Constitución y por lo tanto, la ocurrencia de un
terremoto de subducción como el del 27 de febrero de 2010, en esa misma zona,
es altamente improbable durante las próximas décadas. Los estudios señalan que
la recurrencia de este tipo de terremotos es de 90 a 6 años (Barrientos, 19NN)"
(Centro Sismólogo Nacional de Chile).

LA CONSTRUCCIÓN ADAPTADA A TERREMOTOS


El 12 de enero de 2010 se producía en Haití un terremoto de magnitud 7,0, que
dejaba a su paso 316.000 fallecidos. Un mes y medio después, el terremoto al que
antes hacíamos referencia, de 8,8 de magnitud (el segundo más fuerte que el país
había sufrido, después de Valdivia), azotaba Chile y dejaba a su paso 500
muertos. De esa cifra, 156 personas fallecieron causa del tsunami posterior.
Comparar Haití con Chile no tiene mucho sentido dada la realidad de cada país,
pero aun así llama la atención la gran diferencia entre las consecuencias de estos
dos terremotos. Os recomiendo este otro artículo de Oscar Ercilla, geólogo, donde
compara con España.

¿Por qué estas diferencias? Una respuesta la tiene la excelente construcción


antisísmica que se está desarrollando en Chile desde hace décadas. Jaime Díaz,
profesor de la Universidad de Chile y arquitecto, explicaba a BBC cómo por
normativa se exige que se utilicen ciertos materiales específicos que ayudan a
"sobrevivir" a los movimientos de tierra. Además de estructuras de hormigón
armado y acero, que proporcionan flexibilidad para que un edificio se mueva pero
no se caiga, se incorporan "aisladores y disipadores sísmicos" que evitan que la
energía del terremoto se transmita al edificio o, si lo hace, ayuda a que ésta sea
absorbida.

TECNOLOGÍA ANTISÍSMICA DE CHILE


A todo esto se suman estudios exhaustivos del suelo donde se levanta cada
construcción, con el fin de que cada edificio tenga unos cimientos que se adecuen
a él. Sebastián Gray, presidente del Colegio de Arquitectos de Chile, explicaba
también en la anterior entrevista que "a cada tipo de suelo corresponde un cálculo
específico para el tamaño, forma, profundidad y resistencia de las fundaciones".
En Chile la normativa establece el uso de materiales flexibles y resistentes,

aisladores y disipadores sísmicos, y estudios en detalle del suelo para

personalizar los cimientos


Desde Xataka hemos hablado con Miguel Fuentes, Ingeniero Estructural de la
Universidad de Chile, que nos explica cómo desde 1931, con la publicación de la
primera Ordenanza General de Construcciones, el país lleva regulando la
construcción de edificios para adaptarlos a los terremotos. En el caso de esa
primera normativa, "adopta el exitoso sistema de albañilería reforzada con
cadenas y pilares de hormigón armado desarrollado por ingenieros italianos a raíz
del terremoto de Sicilia en 1908". Cuando llegó el gran terremoto de 1960,
Chile ya estaba algo preparada para este tipo de temblores.

"Hacia el año 1960 en Chile se construían edificios de hormigón armado de hasta


15 pisos basados en la escuela japonesa de dar rigidez mediante muros de corte,
a diferencia de los grandes rascacielos norteamericanos basados en marcos
estructurales dúctiles. El terremoto de 1960 validó esta estructuración y la norma
NCh433 fomentó estas estructuras rígidas, las que posteriormente demostraron
ser exitosas en los terremotos de Valparaíso en 1985 (Mw=7.8, grado VIII Escala
Richter, 177 muertos, 2.575 heridos) y en el terremoto del Maule e 2010 (Mw=8.8,
grado IX Escala Mercalli, 432 muertos)" (Miguel Fuentes, Ingeniero Estructural)
De hecho, hay algo que Chile hace muy bien: va aprendiendo de pasados
terremotos y la normativa va evolucionando. En el caso del terremoto de 2010, los
edificios dañados se estudiaron individualmente para determinar los motivos.
Miguel Fuentes cita una afirmación de Rodrigo Flores, al que califica como uno de
los padres de la ingeniería estructural de Chile: “Nuestra experiencia radica en la
observación de estructuras dañadas o no dañadas en el gran laboratorio de la
naturaleza, y por ello no debe sorprender la considerable importancia que los
diversos sismos nacionales han tenido sobre el desarrollo de la disciplina”.

¿Qué se aprendió del terremoto de 2010? Miguel Fuentes nos hace un resumen:

"Entre las conclusiones más importantes se encuentran requerimientos de


confinamiento de los extremos de muros de hormigón armado, el efecto de las
aceleraciones sísmicas verticales sobre las estructuras y la necesidad de incluir
los efectos de suelos blandos en estructuras de gran altura, así como la limitación
de las deformaciones sísmicas, las cuales produjeron importantes daños en
elementos no estructurales" (Miguel Fuentes, Ingeniero Estructural)
¿Y qué ocurre con los tsunamis? A fin de cuentas, en algunos terremotos han
terminado siendo tan letales o incluso más que el propio movimiento de tierra que
los produce. "Hasta el terremoto del 2010 no existía normativa al respecto.
Después del gran tsunami del Maule el 2010 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo
de Chile ha promulgado el 2014 la Norma Técnica Minvu NTM007 “Diseño
estructural para edificaciones en áreas de riesgo de inundación por tsunami o
seiche” que regula a las construcciones en zonas expuestas a este fenómeno",
explica Miguel.

Otro aspecto importante: la normativa se cumple en la mayoría de casos, aunque


signifique que la construcción se encarezca. "Chile ha sufrido terremotos tan
devastadores que también eso, de alguna manera, impacta en la conciencia
colectiva en el sentido de que más vale cumplir ciertas normas", según afirma
Gray en la entrevista a BBC. Además, el detallado estudio de cada edificio dañado
tras los terremotos permite exigir responsabilidades si es necesario.

Además de que exista normativa, es importante que ésta se cumpla y en Chile se

cumple, tal y como han demostrado los numerosos terremotos hasta la fecha
El mejor ejemplo para ver la construcción con tecnología antisísmica de Chile en
acción es el de la Torre Titanium, de 200 metros de altura y 55 plantas. Bajo estas
líneas podéis ver el vídeo de una simulación del terremoto de 2010. La torre de la
derecha es la que se construyó, con 45 disipadores de energía metálicos, y la
izquierda sería una torre normal. La deformación relativa entre pisos disminuye un
40% con este sistema. Se utiliza además un aislamiento "made in Chile" entre el
edificio y el suelo. En conjunto, es una de las grandes referencias de la
construcción antisísmica el Chile y no es para menos: el terremoto de 2010 llegó
justo tres meses antes de su inauguración y lo resistió sin sufrir daños.

LA ALERTA TEMPRANA, ASIGNATURA PENDIENTE


Si bien Chile es toda una referencia en construcción antisísmica, existe un
apartado donde por ahora flojea más: la detección de este tipo de catástrofes. "En
cuanto a la detección sísmica es nuestro próximo desafío, pues si bien somos
capaces de detectar zonas de subducción con acumulación de energía, aún no
implementamos métodos de detección de onda sísmica que permitirían alertar a la
población un par de minutos antes de la ocurrencia de un megasismo", se lamenta
Miguel Fuentes.

El propio Centro Sismológico de Chile reconoce esto mismo en sus preguntas


frecuentes: "la investigación sismológica en el país es de primer nivel. Sin
embargo, falta una red de instrumentos más densa y profesionales que analicen
los datos". Sergio Barrientos, Director Científico del Servicio Sismológico de la
Universidad de Chile, defendía hace tiempo que "es necesario establecer un
sistema de observación que permita detectar los temblores iniciales más
pequeños, y sobre todo, establecer una red de mediciones que nos dé información
suficiente para determinar las fuerzas que están actuando".
Por las propias características de la zona, la mayor parte de terremotos se
originan a 50km de profundidad, tal cual explicaba el profesor Barrientos. Esto
hace que la detección directa del hipocentro sea casi imposible ya que no es
posible perforar tanto. ¿La alternativa? Extender una gran red de sismógrafos que
sepan capaces de detectar las ondas de profundidad, las que viajan más rápido y
no es tan destructivas. De esta forma se sabe qué va a venir después: las ondas
S, de superficie, que son las verdaderamente destructivas. El funcionamiento de
este tipo de detectores explicamos hace un tiempo.

Sistema de detección de Japón: la onda P (azul) llega a una estación y notifica de


que la onda S (rojo) está de camino. Todo es cuestión de segundos o pocos
minutos.

Tras el terremoto de 2010, Chile anunció su intención de reforzar su sistema de


sismógrafos con la idea de poder detectar con precisión terremotos que superen
de más de 8 de magnitud y que son los que más riesgo tienen de producir un
tsunami. En el terremoto de 2012, cuando el sistema todavía estaba en plena
instalación, el sistema del momento se equivocó y atribuyó al temblor una
magnitud de 5,8, una cifra significativamente menor que la magnitud 7,2 que tuvo
en la realidad. Desde entonces, y alrededor de esta red de detectores, ha habido
un montón de culebrones.

Por todo ello es difícil saber en qué punto se encuentra la Red Sismológica
Nacional de Chile. En un informe publicado por el ONEMI aseguran que
actualmente existen 91 estaciones conectadas y reciben información de 10
estaciones argentinas y 5 peruanas. A éstas hay que añadir 208 estaciones de
acelerógrafos (de las que sólo 122 están conectadas), aunque en total y desde
2011 estaba previsto instalar 297. Tanto el sistema como la propia ONEMI han
recibido numerosas críticas.
Buque desplegando un sismógrafo submarino en Chile
A finales de 2014, la Universidad de Chile volvía a aparecer en los titulares
tras instalar una red de 15 sismógrafos submarinos a una profundidad media que
oscila entre 1 y 5 km, dependiendo del dispositivo. El objetivo es monitorizar la
actividad sísmica entre Arica y Tocopilla y conseguir más detalles e imágenes 3D
de la zona donde se juntan las dos placas tectónicas causantes de la mayoría de
terremotos que sufre el país.
CONCLUSION

El objetivo del Sistema de Alerta sísmica es


proporcionar un aviso anticipado de sismos fuertes para
mitigar los efectos destructivos que generalmente
producen sobre los habitantes y los servicios vitales de
la Ciudad de México. Para cumplir con dicho objetivo se
concibió un sistema compuesto de tres subsistemas:
uno capaz de detectar los sismos que se generen en la
costa; otro que avisa a la ciudad de México en el mismo
momento que está ocurriendo el sismo; y un tercero que
recoge esta información y la difunde oportunamente en
el Valle de México. El sistema cubre la brecha de
Guerrero con estaciones detectoras distribuidas más o
menos uniformemente a lo largo de la costa entre
Papanoa en Guerrero y Punta Maldonado, en Oaxaca.
Funcionan como sensores y además trasmiten
información a México, vía un concentrador desde la
costa de guerrero, mediante un enlace de
comunicaciones. En la ciudad de México se encuentra
la computadora central que analiza los datos recién
llegados de la costa y está en posibilidad de retransmitir
una señal de alerta a toda la ciudad. Las estaciones
están ubicadas cerca de la costa sobre terreno duro y
hay una distancia entre ellas de aproximadamente 25 a
30 kilómetros. Pues no tendría sentido que estuvieran
más próximas entre sí dado que los focos sísmicos
están a no más de 25 kilómetros de profundidad. La
ciudad de México se encuentra a 320 kilómetros de la
zona del probable epicentro en línea recta, por lo que
un sismo desde ahí tardaría en llegar aproximadamente
40 segundos. En menos de 20 segundos es posible
obtener la confirmación de estaciones adyacentes, o de
algunas de las estaciones locales, de la necesidad de
poner en alerta a la ciudad de México. La tolerancia en
tiempo se hizo suponiendo que la velocidad de las
ondas del sismo es de 8 kilómetros por segundo; es
decir, a los 40 segundos empieza a entrar la primera
fase del sismo a la ciudad; por otra parte, el sistema
localmente está evaluando la evolución del sismo y
antes de los 16 segundos informa sobre lo que está
ocurriendo. De esta suerte se conocería con,
aproximadamente.

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