LECCIÓN 1.

'
EL DERECHO CIVIL

1. CONCEPTO DE DERECHO CIV[. LADIVISION TRADICIONALDEL

DERECHO EN PÚBLICO Y PRIVADO

a) La distinción entre DerechO!fubHco y privado

Se suele dividir el ámbito de lo jurídico en dos ramas fundamentales, el Derecho

público y el privado, distinción conocida ya en Roma, pero sobre la que se ha hecho
especial hincapié a partir del siglo XVIII como medio de poner freno al poder públi-
co frente a la actividad particular del ciudadano. Cada uno de tales sectores se ha
intentado presentar a veces como un conjunto normativo completo que responde a
principios totalmente diferentes.
Desde luego, cualquiera ve intuitivamente y por experiencia que existen normas
de muy distinto tipo en el ordenamiento jurídico. No es lo mismo el deber de apar-
car sólo en lugares autorizados que el de pagar el precio en una compraventa, y su
infracción se regula por normas distintas; y, a su vez, estas normas son distintas de
las que castigan el homicidio con la pena de prisión.
La doctrina ha propuesto muy distintos criterios para distinguir las normas por
su pertenencia al Derecho público o al privado. De entre ellos podemos destacarr:
- criterio del interés o utilidad, según el que sería Derecho privado Io referido
al interés particular, y Derecho público lo que afecta al interés general2. Sin
embargo,la distinción se presta a objeciones: existen normas de Derecho pri-
vado que afectan al interés general, como p. ej.,las que disciplinan la libertad

1 Se sigue parcialmente aDínz-Ptc¡zolGullóN, Sistema de Derecho civil,I,l1." ed., Tecnos,

Madrid (2003), pgs. 45 a 47 .
2 Criterio que ya formuló el jurista romano Ulpiano, recogido en D. 1,1,12: <publicum ius est
quod ad statum rei romanae spectat, privatum quod ad singulorum utilitatem>.
 18 Martín Garc ía- Ripo Il Mo ntij ano
contractual, porque ello contribuye al desarrollo de la economía y al interés
general; y existe un interés particular en muchas nofinas de Derecho público
como las que regulan la exención de un impuesto, ia concesión de una beca
para estudiar en la Universidad, etc.
- criterio de la intervención del Estado en Ia formación de las normas. Serían
de Derecho público las normas que proceden del Estado, y Derecho privado
las que proceden de los particulares (ej., la costumbre, los contratos y demás
negocios juídicos). A eilo se opone el que la mayor parte del Derecho privado
está integrado por normas provenientes del Estado.
- por el carácter imperativo o dispositivo de las normas. Las normas de Dere-
cho público serían imperativas (irs cogens), sin posibilidad de derogación
por acuerdo privado, mientras que las de Derecho privado serían dispositivas
(derogables por la voluntad particular). Esto es falso en el campo del Derecho
privado, donde hay muchísimos preceptos imperativos (ejs., arrendamienros
especiales, Iegítima, capacidad de obrar, Derecho de familia, etc.).
- A nuestro juicio, el criterio de distinción más útil desde el punto de vista prác-
tico y pedagógico es el que combina el sujeto interviniente en Ia relación junto
con la posición de preponderancia o igualdad de cada una de las partes. Así,
serían normas de Derecho público las que regulan laorganízación del Estado
y de las distintas Administraciones públicas y sus relaciones entre sí, y las
relaciones de éstas con ios particulares cuando actúan dotadas de una potestad
especial o imperíum. Derecho privado, el que regula las relaciones entre los
particulares entre sí o de éstos con el Estado o Administración cuando actúa
como tal particular, sin especiales prerrogativas (p. ej., cuando Ia Universidad
compra libros para Ia biblioteca, o mobiliario, o arrienda un locai)3.
Conforme a este criterio, sería Derecho privado el civil, el mercantil, la parte del
Derecho del trabajo referida al contrato de trabajoa y el internacional privado. Sería
Derecho público el constitucional, el internacional público, el administrativo, el fis-
cal y tributario, el penal, el procesal y el de la Seguridad Social.
3 LaLey de Contratos del Sector Público dispone en su art.4.1 que <Están excluidos del ámbito
de la presente Ley los siguientes negocios y relaciones jurídicas:... p) Los contratos de compraventa,
donación, permuta, arrendamiento y demás negocios jurídicos análogos sobre bienes inmuebles, valo-
res negociabies y propiedades incorporales. ..o.
4 La doctrina laboralista gusta de calificar al Derecho del trabajo como un tercer género, a medias
entre el Derecho privado y el público. MoNroy¡, Derecho del trabajo,2S_" ed,.,Tecnos, Madrid (200?),
pg.43, opina que <debe afirmarse que el Derecho del Trabajo se integra de instituciones de Derecho
privado y, además, de instituciones estrictamente públicas. A las primeras pefenece básicamente... el
contrato de trabajo (típica vinculación de Derecho privado, si bien enmarcada en un sistema de orden
público y de inenunciabilidad de los derechos); a las segundas pertenecen el Derecho administrativo
sancionador del trabajo, el Derecho de los procesos laborales, el Derecho de la Seguridad Social, el de
inmigración, emigración y promoción social, etc.>.
I¿cciones de Derecl'to Civil. Parte generaly derecho de la persona t9
Con todo, los límites entre unos y otros sectores nunca estarán claros (en parte,
por meras pugnas y discusiones académicas), porque, en última instancia, el orde-
namiento jurídico es una unidad. No siempre las relaciones que se consideran de
Derecho privado regulan situaciones de igualdad: así sucede con la patria potestad
o Ia tutela; con las relaciones de los asociados, socios o partícipes con la asociación
o sociedad a ia que pertenecen; en materia de contratos, la igualdad de las partes es
en muchos casos meramente formal, y de ahí que hayan aparecido nonnas de protec-
ción de los consumidores, etc.
En el campo del Derecho público las relaciones entre los diversos organismos
administrativos entre sí es de igualdad. El Derecho penal se considera Derecho
público porque la potestad de perseguir delitos e imponer penas conesponde en
exclusiva al Estado, pero existen delitos que sólo son perseguidos previa denuncia o
querella del agraviado, como las agresiones, acoso o abuso sexuales (aÍ. 191 C.p.),
el descubrimiento y revelación de secretos (arf .201 C.p.), o la calumnia o injuria
(ant.2l.5.l C.p.), y además <El culpable de calumnia o injuria quedará exento de
responsabilidad criminal mediante el perdón de la persona ofendida por el delito>
(art.215.3 C.p.)s; etc.
En este sentido, señalaba DE CAsrRo (1903-1983) que <No existen dos sistemas
de Derecho, ni un Derecho con principios o caracteres exclusivos o esencialmente
opuestos a los de otro Derecho>; ahora bien,la función que realiza el Derecho <<se
expresa en dos principios: el de personalidad y el de la comunidad, ambos dirigidos
a un mismo fin común (realización social de Ia Justicia) y en constante y necesa-
ria colaboración; los dos se reflejan en cada norma, aunque uno de ellos quede en
segundo término respecto al otro>>6.
De ahí que a veces se planteen problemas interpretativos sobre qué carácter tie-
nen las normas, si de Derecho público o privado. Así, cada vez es más importante
la distinción entre normas civiles y administrativas en materia de protección de los
consumidores y contratación bancaria. Si una norma tiene sólo relevancia adminis-
trativa, su infracción dará lugar solo a una sanción administrativa; por el contrario,
si tiene (también) naturaleza civil puede dar lugar a una reclamación entre las partes
contratantes ante el orden jurisdiccional civil.
Dos ejemplos. Existen noÍnas sobre precios máximos en las Viviendas de Pro-
tección Ohcial, estableciendo las normas correspondientes sanciones administra-
tivas al promotor que las incumpia. Hasta 1991 (v. S. 24-VI-1991, Ar. 4577) el TS
consideraba que tales normas tenían también eficacia civil, de manera que eI venta
5 Se puede añadir que la Lecr prevé en distintos preceptos una sentencia de conformidad del
acusado con la petición máxima del fiscal, sin celebración dejuicio, Io que puede conllevar incluso una
reducción de la pena (v. arts.655,787 y 801).
6 Derecho civil de España, I, lib¡o preliminar, 2." ed., Madrid, Instituto de Estudios Políticos
(1949), pgs. 90 y 91. Con lo que, al final, el criterio de la utilidad sería el más acertado.
20 Martín García- Ripo I I Mo nt
acordada por precio superior al permitido era parcialmente nula. Sin embargo, en
la actualidad su criterio es que aquellas norrnas sólo tienen eficacia administrativa
y que el contrato pactado por precio superior es plenamente válido y eficaz enlre
las partes contratantes (SSTS 4-VI-1993,4r.4418;21-lI-1994,Ar. 1106; 15-III-
1996, Ar. 21811, I9-Xll-2002, Ar. 9'77I;12-XII-2007, Ar. 8923; no obstante, pare-
ce volver a cambiar de criterio la reciente sentencia l4-V-2009)
Elarr.4 de la OM de 12-XII-1989 dispone: <Las Entidades de crédito deter-
minarán las fechas de valoración de los cargos y abonos de sus cuentas activas
y pasivas, dentro de los límites que pueda establecer el Banco de España./ Las
Entidades de crédito establecerán y harán públicas, previo registro en ei Banco de
España, unas reglas sobre fechas de valoración, en las que se fijarán, en función
de las circunstancias objetivas que cada Entidad estime relevantes, los desfases
máximos posibles en los asientos a favo¡ de la clientela, así como los desfases
mínimos en los asientos en contra de elia>; esta norna sólo puede tener eficacia
administrativa, porque contradiría el art. 1170 Cc.
Como se ha visto en los ejemplos anteriores, Ia distinción Derecho público-priva-
do no sólo tiene un valor escolástico o pedagógico, sino también importantes reper-
cusiones prácticas. Pero, además, ia principal de ellas es que en España hay distintos
órdenes jurisdiccionales, especialmente civil, penal, contencioso-administrativo y
social, cuya competencia se determina por la LOPJ (arts. 22 a 25) y otras leyes pro-
cesales. En la práctica, los problemas se plantean sobre todo a la hora de determinar
si corresponde al orden civil o contencioso una determinada cuestión. Y, de hecho,
a veces las normas deciden por un orden jurisdiccional aunque en puros principios
no ie correspondería- P. ej., en el proceso penal se puede decidir Ia cuestión de la
responsabilidad civil del delincuente, aunque éste es claramente un asunto civil (arts.
100 y ss. Lecr); la intervención del médico de urgencias en un hospital público -a
una persona que no está afiliada a Ia Seguridad Social- y que causa negligente-
mente daños al paciente debería corresponder al orden jurisdiccional civil (relación
con la Administración cuando no está dotada de especial potestad), pero la Ley de Ia
Jurisdicción Contencioso-Administrativa la asigna a este orden jurisdiccional?.
Las cuestiones pueden ser en ocasiones tan complejas que los arts.42 y ss. LOPJ
regulan los conflictos de competencia entre distintos órdenes jurisdiccionales, que
han de ser resueltos por una Sala Especial del TS.
Además, téngase en cuenta que sobre un mismo hecho pueden incidir no¡mas de
distintos sectores del ordenamiento. Así, si una persona mata a otra, pueden ser de
aplicación, entre otras: en primer lugar, el Derecho penal, para castigar al delincuen-
1 Arf.2 LJCA: <El orden jurisdiccional contencioso-administrativo conocerá de las cuestiones
que se susciten en relación con:. . . e) La responsabilidad patrimonial de las Administraciones públicas,
cualquiera que sea la naturaleza de la actividad o el tipo de relación de que derive, no pudiendo ser
demandadas aquéllas por este motivo ante los órdenes jurisdiccionales civil o social, aun cuando en la
producción del daño concurran con particulares o cuenten con un seguro de responsabilidad>.
ijano kcciones de Derecho Civil. Parte generaly derecho de la persona 2T
te; el Derecho civil, que reconoce el derecho a una indemnización pecuniaria a los
allegados que sufren económica o moralmente la muerte; el de la Seguridad Social,
que regula la pensión al cónyuge viudo; hasta el Derecho administrativo, que regula
las normas sobre recogida de cadáveres y enterramiento; a lo anterior añádanse ias
normas procesales que regulan el ejercicio de estas pretensiones ante los distintos
ribunales; etc.
b) Concepto de Derecho Civil
Definir cualquier disciplina científica es siempre difícil, y Io mismo sucede con
el Derecho civil. En realidad, el Derecho es una realidad histórica y cultural, y para
conocer qué sea el Derecho civil es necesario echar un vistazo a su evolución.
En Roma se llamó ius civile (de civil-is, ciudadano) principalmente a lo que hoy
llamaíamos Derecho privado y procesal, en tanto propio del ciudadano romano. A las
relaciones con extranjeros o de éstos entre sí, los romanos apiicaron lo que se llamó
ius gentium.Y lo referente alaorganización política de la ciudad se llamó ius civitatis.
En el siglo VI ei emperador de Oriente Justiniano recogió lo principal de ese lzs
civile en lo que posteriormente se llamaría eI Corpus iuris civilis. En él se contenía
el tratamiento de cuestiones jurídico-privadas, pero también procesales, y, en menor
medida, administrativas y penales.
Desde el s. XII, con la Recepción, se comenzó a estudiar científicamente la Com-
pilación justinianea, pero, como las circunstancias sociales y políticas habían cam-
biado en gran medida, los juristas se centraron únicamente en la parte de De¡echo
privado, de manera que el término Derecho civil se equiparó ai de Derecho privado.
Por otra parte, a partir del s. XIII, el desanollo del comercio ocasionó nuevos
problemas jurídicos que requerían nuevas soluciones, de manera que fue surgiendo
un cuerpo de normas especiales para las relaciones jurídicas entre comerciantes (e
incluso un orden jurisdiccional especial), lo que dio lugar a la aparición del Derecho
mercantil. Hoy día existe un Código de Comercio, de 1885 (aparte de otras muchas
normas que se consideran exclusivamente mercantiles).
Por último, a finales del s. XIX y principios de XX aparecieron nuevas disposi-
ciones para proteger a los trabajadores de los excesos que habían surgido durante la
segunda revolución industrial. Parte fundamental de estas nuevas noÍnas era la regu-
Iación del contrato de trabajo (compárese con la regulación del Cc del arrendamiento
de servicios, especialmente el art. 1584),lo que motivó su desgajamiento del Derecho
civil, y el surgimiento del Derecho del trabajo (y luego dei de la Seguridad Social),
cuyas conflictos son atribuidos a un orden jurisdiccional propio. El contrato de traba-
jo se regula fundamentalmente en el Estatuto de los Trabajadores, TR de 1995.
Por tanto, el Derecho civil suele ser definido como el Derecho privado general.
General implica que sus disposiciones son supletorias a las de Ios Derechos privados
especiales: mercantil y trabajo.
 22 Martín Garc ía-
Clasíficación y exposición. Los romanos clasificaron la materia propia del Derecho
civilenpersonas,cosasyacciones,éstaúltimapartese refeíaalDerechoprocesal.
Durante la evolución en la Edad Media y Moderna, el Derecho procesal se con-
virtió en disciplina independiente, y el cc francés de 1g04 se sistematizó disrin_
guiendo personas, cosas y modos de adquirir la propiedad; en ésta última parte se
incluía el Derecho de la sucesión mortis causa y todas las obligaciones y contratos.
Nuestro cc siguió el sistema latino o francés, pero las obhlacionesy conrratos
las separó de los modos de adquirir la propiedad.
No obstante, el plan de estudios vigente en Murcia (y en todas las universidades
españolas), sigue el plan germánico de exposición. El Derecho romano fue objeto
de profundo estudio por juristas germánicos especialmente a partir del s. XVIII, y
el más grande de todos ellos, SevrcNv (1779-1861), clasificó la mareria civil de la
siguiente forma: una parte general, donde se contenían los principios básicos del
Derecho civil, una serie de conceptos d,e carácter general y el Derecho de la persona;
y una parte especial, subdivida a su vez en Derechos reales, obligaciones y con-
tratos, familia y sucesioness. Finalmente, el cc alemán (Bürgerliches Gesetzbuch,
BGB) recogió esta sistemática, pero adelantó las obligaciones y contraros a los dere-
chos reales, y éste es el sistema de exposición que se utiliza en la actualidad en las
Facultades de Derecho de España.
2. LA,FORMACIÓN HISTÓRICA DEL DERECHO CIVIL ESPAÑOL
La raíz y origen del Derecho civil españoi actual se encuentra en el Derecho
romano, que se aplicó en España durante su conquista, y especialmente a partir
del año 212 d.C., en que Caracalla concedió Ia ciudadanía romana a todos los
homb¡es libres del Imperio.
A partir del s. v se fue desmembrando er poder romano en Hispania, que fue
sustituido por el de los visigodos, los cuales apiicaron un Derecho romano vulga-
rizado. La principal de sus obras jurídicas fue el Liber ludiciorum (Libro de los
Juicios), promulgado por Recaredo en el año 654. La influencia de esta obra fue
muy grande en los distintos reinos peninsulares durante la Reconquista, traducién-
dose al romance con el nombre de Fuero Juzgo.
Desde finales del siglo pasado uno de los tópicos de ia cienciajurídica española
ha sido considerar que los visigodos conservaron gran parte de sus costumbres
8 Para¡ SnvrcNv, como veremos en Ia lección 6.u, la persona era sólo un elemento de la relación
juídica. concepto éste último considerado como fundamental. En la parte especial se estudiaban los
de las relaciones jurídicas, en particulai, de los derechos. El poder sobre el mundo exterior podía
sobre cosas (deiechos reales) o sobre la conducta de personas (obligaciones). Por su parte,
que hay dentro de las relaciones familia¡es son de naturaleza muy particular, y, además,
en el Derecho de
familia hay relaciones reales y obligaciones, por lo que colocó esta materia después de las ya mencionadas-
Por último, el Derecho de sucesiones se coloca al final porque necesita conocimientos p.áuios
y además se refiere a la sucesión universal de un conjunto patrimonial de características muy especiales
[System des lzeutigen Rómischen Rechts, l,yeit,BerJin (1g40), gg 53 y ss., pgs. 334 y ss.].
Ripoll Mo nt ij ano
lzcciones de Derecho Civil. Parte generaL y derecho de la persona 23
ancestrales, que se manifestaron durante la Alta Edad Media. por ello, el Derecho
español sería una mezcla de un eiemento romano y otro <germánico>. En gran
medida, esta visión se debe al germanismo que vivió gran pafe de la intelectua-
lidad española durante el final del siglo XIX y las primeras décadas del XX. sin
embargo, entre los historiadores tal elemento germánico de nuestro Derecho es
cada vez más discutido, cuando no simplemente negado. Así, cuando se propone
la organización familia¡ de la propiedad en la Alta Edad Media como ejemplo de
<germanismo>, habría que decir más bien que, en momentos de regresión política
y cultural, Ia sociedad se articula siempre en tomo a su núcleo más elemental, la
familia. En todo caso, algunos de los casos de costumbres <germánicas> aparecidas
en la Edad Media no serían reflejo de una subsistencia del espíritu visigodo, sino
fruto de la posterior inmigración de francos (camino de Santiago, Cluny, etc.)e.
A partir del s. XII se produce un renacimiento jurídico motivado principal-
mente por el descubrimiento en Italia del corpus iuris civilis (Recepción). Tal
autoridad adquirió esta recopilación que se tlegó a considerar Derecho aplicable
en los distintos reinos, aunque no hubiera sido formalmente promulgado. Además,
el Derecho romano suministraba un adecuado armazón ideológico para afirmar el
poder real frente a la nobleza.
Junto al Derecho romano (o civil por antonomasia) también adquirió un gran
desarrollo en esta época el Derecho canónico. La Iglesia ostentaba una parte del
poder público en cuanto teníajurisdicción sobre cuestiones matrimoniales y de filia-
ción. Pero además los canonistas se ocuparon de múltiples cuestiones de Derecho
privado, al tratar de las relaciones de los entes eclesiásticos y del clero entre sí; así
en materia de contratos, de propiedad o de sucesión hereditaria. Especial importan-
cia tiene su defensa de Ia lealtad a la palabra dada, frente el formalismo romano, y
la exigencia de buena fe en todas las relaciones (p ej ., en materia de usucapión) .
El Derecho romano y canónico formaron el llamado Derecho comúno utrumqLre
lzs, y se estudió en toda Europa en tanto ordenamiento del llamado sacro Imperio
Romano-Germánico. Por ello, al menos en principio, las disposiciones de cada uno
de los reinos se consideraban secunda¡ias y de interpretación restrictiva.
También España se insertó en esta corriente, que influyó poderosamente en la
legislación de los distintos reinos peninsulares. centrándonos en castilla, el más
importante signo de la influencia del Derecho común fueron Las partidas, de hnales
del s. XI[, y tradicionalmente at¡ibuidas a Alfonso X el Sabio. Suponen una reco-
pilación del Derecho romano traducido al castellano, con algunas matizaciones- En
principio, esta obra no fue promulgada ni, por tanto, aplicada en la práctica.
Hito fundamentai en Ia evolución de nuestro Derecho fue el ordenamiento
de Alcalá de 1348. En este se hjó el orden de prelación de fuentes del Derecho
objetos
castellano. Según la ley primera del título XXVUI, se aplicaba en primer lugar el
recaer
los poderes propio Ordenamiento y demás disposiciones reales; en segundo lugar, los fueros
municipales, aunque sometidos a fuertes restricciones; en tercer lugar, las parti-
das, que adquirieron así carácter de Derecho aplicable.
de familia,
9 En este sentido, Arveneno PtlN¡,s, El problema del germanismo en el Derecho español.
Siglos V-XI,Marcial Pons, Madrid ( 1997).
all
Mart ú't García- Ripo ll Montij ano
Posteriormente, son de destacar las Leyes de Toro, de r505, que f,ijaron
ros prin-
cipios básicos dei régimen económico-matrimonial de gananciales y la regulación
de la legítima y ra mejora (ambos aspectos eran fundamentares para la
economía y
la sociedad de aquer tiempo). Mas tarde, la Nueva Recopilación áe
las leyes de cas-
tilla, de 1567' recogió las leyes hasta entonces vigentes, exceptuando las pa¡tidas.
Durante el siglo XVIII España vivió una profunda crisis cultural y política
que
afectó también al mundo del Derecho- Las obras jurídicas que ,"
eran de
muy escasa altura técnica o incluso me¡os resúmenes y traducciones "...ibíun
al castellano
de obras de juristas anteriores, especialmente del siglo XVI. En
1805 se redactó la
Novísima Recopilación, que era simplemente una reunión bastante desordenada
de las disposiciones regares entonces vigente; mientras tanto,
sin embargo, Francia
promulgaba su Código civil (1g04).
3. EL CÓDIGO CIVIL ESPAÑOL
a) La codificación en general
Al final del Antiguo Régimen, la situación regisrativa en todos ros países de
Europa era extremadamente confusa. por una parte, en muchos países
seguía
rigiendo, de iure o de facto,el corpus ittris civilis; por otra, la determinación
de las
leyes aplicables era muy difícil. pa¡a solucionar este problema, los distintos
reinos
promulgaron recopilaciones de leyes, pero que tenían carácter poco sistemático.
Fl primer cuerpo legislativo modemo de Derecho civil fue el <código civil de
ios franceses> de 1804, o <código de Napoleón>, por haber sido éste ei principal
impulsor de su elaboración, llegando a intervenir en las discusiones de la iomision
técnica que lo redactaba. La nueva legislación obedece a los principios del
raciona-
lismo y de la Escuela protestante del Derecho natural, que rechazaba el anticuado
sistema romano, y que aspiraba a unas leyes basadas exclusivamente
enlarazón.
Por otro lado, las nuevas bases econórnicas y sociales favorecidas por la Revolución
francesa reclamaban una nueva ordenación de las relaciones civiles; en este
sentido,
la burguesía emergente necesitaba eliminar las trabas que, conforme ai Antiguo
Régimen, impedían la libre circulación de los bienes, afirmar Ia total libertad-del
individuo para contratar, y el carácter absoluto del derecho de propiedad.
Técnicamente, lo característico del nuevo código es que reúne de modo
siste-
mático y armónico todas las normas de Derecho civil, normas que son promulgadas
simultiíneamente y que proceden del mismo legislador (todo el Derecho anterilor
s"
deroga) Ademrás, se expresan estas normas en un estilo nuevo, sintético y más
preciso.
Por último, la configuración técnica de las instituciones se basa, cómo no
podía ser de otro modo, en Ia tradición romanista, sobre todo, tal como la
inter-
pretaron los principales juristas franceses del XVII y XVIII: Jean Dolrnr (1625-
1696) y Robert PorHr¡n (1699-1772).
El cc francés tuvo una enorme repercusión en toda Europa. primeramente,
porque suscitó en otros países la necesidad de redacta¡ un cuelpo legal
de simi-
lares caracteres; en segundo lugar, porque fue la fuente inspiraáora principar
de
kcciones de Derecho Civil. Parte generaL y derecho de Ia persona 25
otros muchos Códigos decimonónicos (entre ellos, el español); y en tercer lugar,
porque en algún país se traspuso directamente como Derecho aplicable (Bélgica,
algunos Estados alemanes).
Por su parte, Alemania también elaboró un Código civil (BGB), pero muy
posteriormente (en 1896, para entrar en vigor en 1900)10. Este Código civil difie-
re técnicamente bastante del francés y de todos los de origen latino. La razón es
que el Derecho romano, vigente todavía en muchos territorios, fue objeto de un
estudio muy particular y conceptual en Alemania durante los siglos XVIII y XIX.
Esla corriente de estudio se suele llamar pandectismo, tomado del nombre griego
(Pandectas) del Digesto, y sus principaies exponentes fueron SlvlcNu (1779-
1861), IuenrNc (1818-1892) y WrNtscuero (1817-1892). Se t¡ara de un Código
de gran perfección técnica, superior en este sentido al francés, aunque su excesivo
conceptualismo es fuente también de no pocos problemas. Desde finales del s.
XIX la influencia de la doctrina alemana ha sido muy grande en España, hasta tal
punto que se explica nuestro Código siguiendo en buena medida las categorías
alemanas. También ha influido en la doctrina de muchos países, e incluso en otros
Códigos (japonés, que lo traduce íntegramente del alemán; portugués de 1966;
italiano de 1942; brasileño; etc.).
En cambio, en ei mundo anglosajón no existen (salvo algún Estado norteame-
ricano) códigos al estilo de los europeos. Se trata de un Derecho privado basado,
liir más que en la 1ey, en ia creaciónjurisprudencial y en la técnica del precedente.
b) La codificación en España
Durante todo el siglo XIX también en España, fruto de la influencia francesa,
se dejó sentir la necesidad de realizar un Código civil. Ya la Constitució n de Cádiz
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de 1812 imponía la elaboración de unos mismos Códigos para toda la Monarquía.
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Sin embargo, la promulgación de dicho Código se dilató mucho en el tiempo por
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varias razones: a) Durante los momentos de vuelta al absolutismo, las tendencias
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más conservadoras rechazaron la elaboración del Código, por oposición al libera-
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t:, lismo francés y a todo lo que supusiera pérdida de sus privilegios; b) en segundo
1¡
Iugar, la falta de desarrollo en España de una clase social capitalista y burguesa
l.
hacía esa necesidad menos acuciante; c) Ia falta de estabilidad política que se
li vivió en el país hasta la Restauración (1876); d) el rechazo de la unificación legis-
a' lativa por las regiones con Derecho civil propio.
I A lo largo del siglo citado hubo varios intentos de elaboración de un Código civil.
t.
El más importante con mucho fue el Proyecto de Código civil de 1851. Era éste un
Código bastante afrancesado desde el punto de vista técnico (ej., transmisión de la
propiedad nudo consensu, Consejo de Familia en materia de tutela, etc.) y toda-
10 Aunque,ciertamente,algunosEstadosalemaneshabíanpromulgadoCódigoscivilesantesdela
unifrcación; además, Austria tiene un Código civil desde 18ll: AlLgemeines Bürgerliclzes Gesetzbuclt,
ABGB.
'i,.
 26 Martín Garc ía-Ripo ll Mo ntijano general y derecho de la persona
kcciones de Derecho Civil. Parte 27

vía bastante beligerante en las cuestiones clásicas revolucionarias (supresión

de los las sustituciones fideicomisarias). La llamada cuestión social, que ya aparecía
censos, de los fideicomisos, legítima muy amplia, etc.); además, no hacía práctica-
en toda Europa, es prácticamente desconocida (v. art. 1584).
mente concesiones al Derecho foral, Io que motivó que, por razones de prudencia,
En el aspecto técnico, sigue estando muy influenciado por el Derecho francés
el Gobierno no ilegara a presentarlo a las cortes. El proyecto se realizó por una
sec_ en materia de obligaciones y contratos y también, parcialmente, en materia de
ción de Ia comisión General de codificación, creada en 1g43, y formada por
unos Derechos reales; no obstante, se apartó en algún punto del afrancesamiento
pocos juristas. De entre eilos destacan por su labor claudio Antón de
Luzunr¡.c¡. del Proyecto, volviendo a la tradición del Derecho Común (p. ej., teoría del
(1810-1874) y Florencio G.A.ncíe GovpN¿. (17g3-1955). Este último publicó
en el título y el modo, art. 609). En materia de familia y sucesiones se sigue mayor-
año siguiente, 1852, unas Concordancias, motivos y comentarios det código
civit mente la tradición española o criterios propios.
español, en cuatro tomos, donde comenta el proyecto art. por art. Dado que
el Códi_ Sistemáticamente, el Código, que sigue el plan francés con algunas modifica-
go actualmente vigente sigue en buena medida el proyecto de lg5l, ros
comentarios llf
ciones, se divide en un Títuio Preliminar y cuatro libros: de las personas; de
son obra fundamental para su comprensión.
los bienes, de la propiedad y sus modificaciones; de los diferentes modos de
A ia vista de las dificultades para promulgar el nuevo código, el Gobierno se
adquirir ia propiedad; de las obligaciones y contratos. Esta estructuración es
decidió por aprobar algunas leyes civires sobre temas concretos que no admitían
en aigunos casos bastante criticable, porque no dedica un tratamiento unitario
demora. Así, la Ley Hipotecaria de 186r, ra Ley del Registro civil de 1g70,
la Ley al Derecho de familia (repartido entre el iibro I, relativo a las personas, y el
de Aguas (leyes de 1866 y 1879),y alguna orra.
libro IV, dedicado a las obligaciones y contratos). ni tampoco un tratamiento
En 1880, un RD ordena a la comisión de Codificación que inicie Ia elaboración
autónomo al Derecho de Sucesiones (integrado en el libro II, relativo a los
de un código civil. Después de diversas vicisitudes, se decidió que lo
mejor era que modos de adquirir Ia propiedad). En total son 1976 arts., 13 disposiciones
las cortes aprobaran una Ley de Bases, donde se establecieran sus directrices, y que
transitorias y 3 adicionales; en la última de éstas se preveía un sistema de
luego el Gobierno concretara las bases en el código, lo que parecía más adecuado
reforma periódica del Código que en la práctica nunca se ha utilizado.
por ser una materia eminentemente técnica. LaLey de Bases se aprobó el
11 de mayo
de 1888, y el 6 de octubre de 1888 se ordena ra publicación del cc en la Gaceta de
Durante los primeros cincuenta años de su vigencia, el Código fue muy criticado
Madrid, siendo en ambas ocasiones ministro de justicia Manuel AroNso M¡.nríNEz
por toda Ia doct¡ina española. Sin embargo, a partir de los años 40 del s. XX, merced
(1821-1891).Larazón de tan corro espacio de tiempo es que la comisión de
codifi- a Ia autoridad de or Cesrno, se tiene de ella un juicio más benevolente. Decía este
cación venía trabajando desde 1880 en la redacción del nuevo código. No obstante,
autor que, si bien <No es el Código la obra cumbre que coffespondía a nuestra glo-
presentado el texto a las cortes, hubo fuertes protestas por la falta de respeto
del riosa tradición jurídica española>, es, al menos <<una buena obra españolurl'
Gobierno a alguna de las bases, lo que dio lugar a una Ley de26 demayo de iaao po,
La cláusula derogatoria. El último art. del Código contiene una disposición dero-
la que se ordenaba corregir et código para subsanar los defectos denunciados.
Esta gatoria de todo el Derecho anterior: es decir, las Partidas, Ia Novísima Recopilación,
segunda edición se publicó en la Gaceta entre los días25 y 27 dejulio de lgg9, y
es el usos y costumbres hasta entonces vigentes.
Código actualmente en vigor (con muchas modificaciones, lógicamente).
Como excepciones a Ia eficacia general derogatoria del Código cabe señalar:
Juicio crítico. En el análisis de nuestro código civil podemos distinguir varios
aspectos:
- los Derechos forales, cuya subsistencia declaraban los antiguos arts. 12 y 13.
' Desde el punto de vista ideológico, se puede considerar como un código
- Ios cuerpos legales referidos a otras materias, como C.co., Lec, etc.
latino tardío, propio ya no de una burguesía revolucionaria que deseaba alte- - las leyes especiales en materia civil que el propio código declara subsistentes,
como la Lh, la de aguas o la del Registro civil.
rar un orden previamente establecido (el estamentat), sino de una burguesía
conservadora que deseaba mantener lo conseguido a lo largo del siglo. En
No obstante, a pesar de lo terminante de la expresión del art. 1976, todavía se
materia patrimonial es bastante liberal, con una concepción casi absoluta del
piantea la vigencia de la legislación anterior en alguna materia no regulada expre-
derecho de propiedad (art. 348),y el reconocimiento de la libertad contractual
samente por el código, como el interdicto de obra nueva, la acción de jactancia o la
y de su vinculación para las partes (arts. 1091 y 1255). Bastante conservador
sucesión en los títulos nobiliarios. Se estudiarán en su momento.
en materia de familia, y más flexible que el proyecto de lg51 en materia de
derechos reales (admisión limitada de los censos, servidumbres personales) y
sucesiones (disminución de la cuota legitimaria, aceptación condicionada de
11 Cit.(1949),pg.zr0
28 Mar t ín Garc ía- Ripo Il Montijarzo
4. EI DERECHO CIVILY SU ACTUAL EVOLUCION
La promulgación de la Constitución española de 1978 ha tenido, como no podía
ser menos, una gran incidencia sobre algunos aspectos del Derecho civil, porque la
constitución actual, a diferencia de Ias decimonónicas, no tiene un valor meramente
programático, sino que es una norma con eficacia jurídica directa.
La Constitución deroga en su disp. derog.,3 <<cuantas disposiciones se opongan
a Io establecido en esta Constitución>. Por tanto, cualquier juez ordinario puede
apreciar la derogación de una norma preconstitucional y declararla inaplicabie. Si la
norma es posterior a la Constitución y se opone a ella, sólo el TC puede, en su fun-
ción de <legislador negativo>, dejarla sin efecto. Además, el art. 5 LOPJ establece
que <1. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico, y vincula a
todos los Jueces y Tribunales, quienes interpretarán y aplicarán las leyes y los regla,
mentos según los principios constitucionales, conforme a ia interpretación de los
mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el TC en todo tipo de procesos...
3. Procederá el planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad cuando por vía
interpretativa no sea posible la acomodación de Ia norma al ordenamiento consti-
tucional>>. Todos estos principios son aplicables no sólo a las normas de Derecho
público, sino, por supuesto, también a las de Derecho privado.
Dentro de las materias clásicas de Derecho civil que regula la constitución se
encuentran especialmente las que se refieren a Ia protección de los derechos de la
persona individual, como la dignidad (art. l0), no discriminación por razón alguna
(art. L4), y los recogidos entre los Derechos Fundamentales y Libertades Públicas
(arts. 15 y ss.); así, entre estos últimos, el honor, la intimidad o la propia imagen
(art. 18), o el derecho de asociación (art.22). Fuera de esta sección, cabe destacar
también la regulación del matrimonio y de la filiación (arts.32 y 39), el derecho a
la propiedad privada y a la herencia (art.33), la libertad de empresa (art. 38), etc.
Como consecuencia de lo anterio¡, han tenido que ser modificadas algunas leyes
civiles anteriores. Especialmente destaca la reforma del Cc por dos leyes de l98l
que modificaron ampliamente el Derecho de Familia y en parte el de Sucesiones-
Asimismo, Ia incidencia de la Constitución ha sido también decisiva en lo que se
refiere a la relación entre los llamados Derecho civil común y foral. A ella dedicare-
mos la próxíma lección.
Por otra parte, no se puede dejar de llamar la atención sobre lo que se ha llamado fenó-
meno de Ia descodificación, que supone que cada vez existen más leyes civiles fuera del
Cc,lo que hace que éste pierda ese canícter de piedra simpie y angular dei Derecho civil.
Finalmente, la Unión Europea está dictando múltiples normas sobre materias
civiles, lo que está provocando una cierta armonización del Derecho civil (y mer-
cantil) en el seno de la Unión. Además, existen distintas comisiones más o menos
privadas que promueven la existencia de un Derecho privado común para todos los
Estados integrantes. Que se consiga parece, hoy por hoy, muy poco probable.
LECCION 2."
LOS DERECHOS CIVILES FORALES O BSPECIALES
1. EL ORIGEN HISTÓRICO DE I,A LLAMADA CUESTIÓX TONAT,
Hasta la llegada de Felipe V al poder (principios del s. XV[i), España estaba
articulada como una unión de reinos independientes en torno a un rey común. Tras
de la Guerra de Sucesión, España empezó a organizarse como un solo Estado nacio-
nal. En materia de Derecho privado, Felipe v dictó diversas normas que modificaron
el status hasta entonces vigente.
Merced a los llamados Decretos de Nueva Planta, por los que se reorganiza-
ban los Tribunales en los distintos territorios, respeta el Derecho civil de Mallorca
( 1715) y Cataluña (17 16) , y restablece el de Aragón ( l7 I 1
), que anteriormenre había
derogado en 1107 . Por el contrario, el Derecho de valencia, derogado conjuntamente
con el de Aragón en ll0l , nunca fue restablecido. En cualquier caso, eliminadas las
cortes en cada una de aquellas regiones, su Derecho civiles quedaron, por decirlo
así, <petrificados>r.
Por el contrario, la nueva situación no afectó a Navarra ni a los territorios forales
vascos, que se habían mantenido leales al rey triunfante en aquella guerra civil. Sin
embargo, tras las guerras carlistas, se limitó de manera definitiva Ia facultad de estos
territorios de dictarse normas de Derecho privado.
Como ya se dijo en su momento, el Proyecto de 1 85 1 no se convirtió en ley, entre
otras razones, por su propósito derogador de los Derechos forales, unido al hecho de
que apenas los tuvo en cuenta en la elaboración de sus disposiciones. Era, en defini-
tiva, una codificación del Derecho casteilano.
Para superar estos problemas, la Ley de Bases de 1888 estableció en su art. 5 la
subsistencia <<por ahora> de los Derechos forales en las materias que le eran propias,
I LtcpvzlDsrc¡,oo, Elemen¡os de Derecho civil,I,vol.1.",4." ed., Dykinson, Madrid (2006)
$ 4, n. 19, pg.49.