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Cuestionario Breve de juego patológico (CBJP)

Responda SÍ o NO a las siguientes preguntas:

1. ¿Cree usted que tiene o a tenido alguna vez problemas con el juego?

2. ¿Se ha sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que le ocurre cuando juega?

3. ¿Ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de ello?

4. ¿Ha cogido alguna vez dinero de casa para jugar o pagar deudas?

Puntuación:
Si ha respondido a más de dos preguntas, es probable que tenga un problema con el juego.

Cuestionario Breve de juego patológico (CBJP)

Responda SÍ o NO a las siguientes preguntas:

1. ¿Cree usted que tiene o a tenido alguna vez problemas con el juego?

2. ¿Se ha sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que le ocurre cuando juega?

3. ¿Ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de ello?

4. ¿Ha cogido alguna vez dinero de casa para jugar o pagar deudas?

Puntuación:
Si ha respondido a más de dos preguntas, es probable que tenga un problema con el juego.

Cuestionario Breve de juego patológico (CBJP)

Responda SÍ o NO a las siguientes preguntas:

1. ¿Cree usted que tiene o a tenido alguna vez problemas con el juego?

2. ¿Se ha sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que le ocurre cuando juega?

3. ¿Ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de ello?

4. ¿Ha cogido alguna vez dinero de casa para jugar o pagar deudas?

Puntuación:
Si ha respondido a más de dos preguntas, es probable que tenga un problema con el juego.

Cuestionario Breve de juego patológico (CBJP)

Responda SÍ o NO a las siguientes preguntas:

1. ¿Cree usted que tiene o a tenido alguna vez problemas con el juego?

2. ¿Se ha sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que le ocurre cuando juega?

3. ¿Ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de ello?

4. ¿Ha cogido alguna vez dinero de casa para jugar o pagar deudas?

Puntuación:
Si ha respondido a más de dos preguntas, es probable que tenga un problema con el juego.
CASOS DE LUDOPATÍA PARA TRABAJAR EN EL TALLER

CASO 1 : El jugador, es una película dirigida por Azucena Rodríguez y la trama del film relata la
historia de Carlos, Miguel Gelabert, quien es un padre de familia que padece esta enfermedad.
Él trabaja en un taller y sus compañeros y amigos lo ven jugar de vez en cuando pero, al
principio, nadie sospecha de que sea adicto al juego. Pasa el tiempo y la enfermedad sigue y se
afianza. Carlos comienza a obsesionarse y su única preocupación es tener dinero para jugar. En
este tiempo, la vida de Carlos comienza a cambiar drásticamente; problemas familiares, de
comunicación, robo de dinero y mentiras… Una historia que muestra la triste cara del juego, pero
mantiene la esperanza en el cambio y la recuperación de las personas adictas al juego.

CASO 2 : Paciente de sexo masculino 56 años, casado, vive con la esposa. Tiene 2 hijos
casados y 2 nietos. Refiere jugar desde los 16 años, antes participaba del juego porque su padre
“levantaba quiniela en un bar donde tenía su oficina nunca trabajo de otra cosa y vivían muy
bien”. Padres fallecidos tiene un hermano varón de 54 años que dejo de jugar hace 5 años
después de un ACV del que quedó cuadripléjico. El paciente trabajaba en el ramo de carnicerías
era distribuidor además de tener un negocio de carnicería, tenia 3 camiones que distribuían a los
minoristas y le traían recaudación en efectivo que debía pagar a los frigoríficos pero que por
supuesto utilizaba para jugar. Así perdió camiones, negocio y se empleo hace 15 años en la
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires como administrativo, donde continúa. En sus
épocas de dinero iba a Mar del Plata con la familia a pasar un mes en su auto, en 3
oportunidades a los 4 días de estar, había vendido el auto y jugado en el casino, además la plata
del veraneo por lo que tenían que volver con plata prestada en tren. Una vez refiere haberse
parado con el auto en las vías del tren y no sabe que lo hizo arrancar, no quería seguir viviendo,
este pensamiento lo torturó mucho tiempo. Al llegar “el maldito barco” como llama al Casino de
Puerto Madero, iba al hipódromo y a la ruleta nunca le interesaron otros juegos. Está en
tratamiento desde hace dos años traído por una persona que lo quería mucho y él se dejó
ayudar. Ahora es él el que trae a todos los que conoce y aceptan asistir. Al llegar al tratamiento
tenía la casa con fecha de remate por el Banco Hipotecario, esto se pudo revertir y negociar
nuevo plan de pago. Su conclusión es que “resucitó después de 40 años de haber esta muerto y
de matar a los suyos a disgustos”. Hoy con más de 16 meses sin recaídas no quiere dejar de
concurrir a los grupos terapéuticos porque se siente más seguro y además quiere participar y dar
confianza a los que pasaron lo mismo que él.

 
CASO 3: Paciente de sexo femenino de 46 años, docente de provincia de Buenos Aires, vive con
sus 2 hijos: un varón de 17 y una mujer de 15 años. El esposo se fue de la casa hace 9 meses
por no poder soportar la situación del juego, él tiene una pequeña industria que armó siendo
obrero de fábrica para brindar mejor bienestar a la familia. Ella comenzó a jugar al Bingo llevada
por las compañeras de la escuela donde trabajaba iban a mediodía almorzaban y jugaban,
después empezó a ir todos los días a cualquier hora. Refirió que en ese momento el marido
trabajaba mucho hasta los fines de semana y ella se sentía sola y deprimida. Se atendía en
forma particular con un psiquiatra, una psicóloga y además iba a los grupos de Jugadores
Anónimos pero decía que no le daba resultado. Estaba con licencia en su trabajo. Concurre al
Servicio acompañada por el esposo, con cuadro depresivo e ideas de suicidio, irritabilidad e
impulsividad. En la entrevista el esposo refiere que se fue por desesperación, que no dejó de
quererla, que había jugado gran cantidad de dinero que él guardo para armar la empresa y otro
dinero que guardó para comprar un vehículo. El sueldo del colegio no lo utilizaba para la casa
sino para ella y tampoco tenía un peso. Cuando él se fue le daba diariamente para la comida,
todos los gastos los pagaba él y un día descubrió que los chicos no comían porque ella se
jugaba ese dinero, hecho que ella reconoció, por eso su idea de desaparecer para no causar
más daño. El esposo se compromete a colaborar, se medica a la paciente. Tiene 3 recaídas en
los 4 meses de iniciado el tratamiento, lo que aumenta la desesperanza de la familia. Pasan 6
meses de tratamiento y se reintegra al trabajo en marzo del corriente año. Si bien la situación
parece controlada no podemos decir que estamos todavía seguros de una recuperación. Mejoró
en cuadro depresivo y su impulsividad. Como antecedentes familiares de adicciones tenía un
hermano jugador de casino, un tío jugador de carrera de caballos y el padre juega “fuerte” a la
quiniela desde que ella era chica.

CASO 4: paciente de sexo masculino de 36 años de edad vive con la madre. Juega desde los 18
años cuando consiguió trabajo y gano buena cantidad de dinero que lo jugaba y manejaba
dinero de la empresa que también jugaba. Actualmente está sin trabajo, lo perdió 5 meses antes
de empezar tratamiento. La madre según refiere, el paciente “es enferma mental ve cosas raras,
delira, tuvo internaciones psiquiátricas”. El paciente fue siempre depresivo, con dificultad para
relacionarse con amigos, tuvo relaciones de pareja, todas terminaron por su problema de juego.
Empeño joyas de la madre y de la abuela y no las puede rescatar por falta de dinero. Tiene
deudas según calcula de más se 100.000 pesos. Hizo 2 intentos de suicidio atendidos en clínicas
privadas por la O.S. cuando trabajaba, en la última fue derivado al Hospital Borda al darle el alta
recurrió al servicio de adicciones del Hospital Álvarez para iniciar tratamiento. Se entrevista a la
madre, se corrobora la patología que refirió su hijo, cuadro psicótico. El paciente presenta un
cuadro de impulsividad y una severa depresión. Se medica y en lo que lleva de tratamiento 6
meses, presentó 1 recaída al mes de iniciado el mismo. No se cuenta con la colaboración
familiar debido a que la participación de su madre por su patología no es referente. La
medicación se la controla y provee desde el servicio. Dice sentir solo apoyo en el tratamiento y
no de su familia que no le esconde el dinero ni las cosas de valor, además le dan dinero para
que les efectúe pagos a pesar que ellos saben que él lo usa para jugar, motivo que utilizan para
agredirlo y despreciarlo según refiere. El abuelo era jugador de poker y el padre también pero en
menor intensidad.

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