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Comunicación

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Para otros usos de este término, véase Comunicación (desambiguación).

Un modelo básico de comunicación humana, en donde una persona, que es el emisor, transmite un mensaje (le habla sobre un árbol) a otra persona, que es el receptor.
La comunicación (del latín communicatio, -ōnis.1) es la acción consciente de intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o recibir información u opiniones distintas. Los pasos básicos de la comunicación son la formación de una intención de comunicar, la composición del mensaje, la codificación del mensaje, la transmisión de la señal, la recepción de la señal, la decodificación del mensaje y finalmente, la interpretación del mensaje por parte de un receptor.
La comunicación en general toma lugar entre tres categorías de sujetos principales: los seres humanos (lenguaje), los organismos vivos (biosemiótica) y los dispositivos de comunicación habilitados (cibernética).
En un sentido general, la comunicación es la interacción verbal, el contacto con otros seres, y se puede definir como el proceso mediante el cual se transmite una información de un punto a otro. 2
Su propósito u objetivo se puede denominar bajo la acción de informar, generar acciones, crear un entendimiento o transmitir cierta idea. Los comunicadores tienen como función entregar información verídica y confirmada por más de tres fuentes.
Elementos básicos de la comunicación[editar]
Los siguientes son los elementos básicos de la comunicación: Modelo de comunicación tipo jakobsoniano con elementos y funciones
Código: Es un conjunto de signos que se combinan siguiendo unas reglas (semántica) y que permiten su interpretación (decodificación), por el cual el emisor elabora el mensaje. El receptor también ha de conocer el código para interpretar el mensaje. Para que se pueda producir la comunicación entre dos personas de distinta lengua se hace uso del  extranjerismo.
Canal: El medio físico a través del cual se transmite el mensaje desde el emisor hasta el receptor.
Emisor: Es la persona que tiene la intención y se encarga de transmitir una información (mensaje), para lo que necesita elaborarla y enviarla al receptor. Esta persona elige y selecciona los signos que le convienen, es decir, realiza un proceso de codificación; codifica el mensaje.
Receptor: Se denomina como receptor a la persona que recibe e interpreta un mensaje, previamente enviado por un emisor. Es decir, es quien se encarga de descodificar los signos del mensaje recibido. Una vez interpretado tal información, el receptor puede responder y, de esta manera, ocupar el lugar del emisor, generando una acción comunicativa.
Mensaje: En el sentido más general, es el objeto de la comunicación. Está definido como la información o secuencia de signos que el emisor elabora y envía al receptor a través de un canal de comunicación o medio de comunicación determinado.
Situación, situación comunicativa o contexto: En el sentido más general, es el espacio donde se desarrolla el acto o situación comunicativo. Es el conjunto de circunstancias que afectan tanto al emisor como al receptor, y además condicionan la interpretación del mensaje. Tanto emisor como receptor deben ser conscientes de las circunstancias de ese acto comunicativo, que en una conversación se da por sabido, para que sea eficaz la comunicación.
Marco de referencia: Es el entorno que enmarca la situación.
Los siguientes son los elementos básicos mecánicos de la comunicación:
Fuente o Emisor (Remitente): Dispositivo que genera los datos a transmitir, por ejemplo teléfonos o computadores personales.
Transmisor: Transforma y codifica la información, generando señales electromagnéticas que pueden ser enviadas a través de algún sistema de transmisión. Por ejemplo, una antena.
Sistema de transmisión: Puede ser desde una sencilla línea de transmisión hasta una compleja red que conecte a la fuente con el destino.
Receptor: Es la persona que recibe, acepta e interpreta la señal (mensaje) proveniente del emisor, y la transforma de tal manera que pueda ser manejada por el destino. Por ejemplo, una radio o un televisor.
Destino, destinatario o destinación: Toma los datos del receptor, por ejemplo la audiencia.
Funciones de la comunicación[editar]

«Este es el enemigo», 1941, propaganda estadounidense destinada a promover el rechazo contra el nazismo.


La comunicación puede tener funciones como informar, persuadir, regular y motivar, entre muchas otras. Las funciones más básicas son cuatro:
Informativa: Tiene que ver con la transmisión y recepción de la información. A través de ella el receptor accede al caudal de la experiencia social e histórica.
Formativa: La formación de hábitos, habilidad intelectual y convicciones. En esta función el emisor influye en el estado mental interno del receptor aportando nueva información.
Persuasiva: El emisor pretende modificar la conducta u opinión del receptor de manera que coopere en determinado propósito. O bien que cree en su mente una percepción sobre una organización, empresa, servicio o producto. 10 Se denomina Comunicación de Marketing y se aplica a todos los ámbitos sociales on y off-line, tales como el político, el social, el medioambiental, el comercial, etc. 10
Entretener: El emisor crea contenidos que el receptor disfruta.
Otras Funciones de la comunicación dentro de un grupo o equipo:
Reguladora: El emisor pretende regular la conducta del receptor, por ejemplo en una norma social determinada.
Control: El emisor pretende controlar el comportamiento del receptor, por ejemplo estableciendo un sistema de premios y sanciones sociales.
Motivación: El emisor pretende motivar al receptor en la realización de determinados actos, por ejemplo el jefe dentro de una empresa.
Expresión emocional: La comunicación se presenta como el medio para expresar ideas, emociones, por ejemplo los empleados pueden comunicar lo que piensan de su empresa.
Cooperación: La comunicación se constituye como una ayuda importante en la solución de problemas.

Juicio
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Para otros usos de este término, véase Juicio (desambiguación).

Galileo frente al Tribunal de la Inquisición


(cuadro de Joseph-Nicolas Robert-Fleury, siglo XIX)

El proceso de Oscar Wilde


(The Illustrated Police News, 1895)
El juicio (que proviene del latín "iudicium") es una discusión judicial y actual entre partes, y sometido al conocimiento de un tribunal de justicia.
Esto presupone la existencia de una controversia o conflicto de interés, es decir, la sustentación de derechos e intereses contradictorios o contrapuestos a lo defendido por la parte contraria, y que la perjudican.
El término juicio, que proviene del latín iudicĭum, tiene diversos usos. Se trata, por ejemplo, de la facultad del alma que permite distinguir entre el bien y el mal o entre lo verdadero y lo falso. El juicio es, por otra parte, una opinión, un dictamen o un parecer. El juicio está formado por un sujeto (el concepto de objeto del juicio), un predicado (el concepto que se aplica al sujeto) y la cópula (lo que establece si lo pensado es propio o no del objeto del juicio). “El ser humano es malo” es un ejemplo de juicio, donde “ser humano” es el sujeto, “malo” es el predicado y “es” la cópula.
El juicio oral es el periodo decisivo del proceso penal civil o politico en que, después de concluido el sumario, se practican directamente las pruebas y alegaciones ante el tribunal sentenciador, son juicios concentrados, de inmediación judicial con actuación pública de todas las partes e intervención directa y constante de juez, que se llevan en forma oral. Reciben este nombre en contraposición a los juicios escritos, y están regidos por una serie de principios propios.
Toda esta gran cantidad de información acerca de procedimientos judiciales es propia de la sociedad moderna, que solo asocia la palabra juicio a sangre y cuatro señores con toga. El juicio es un elemento epistemológico, es decir, es parte de la teoría filosófica que explica cómo conoce el hombre el ser en tanto que es. El juicio es una asociación de conceptos a través de los cuales el sujeto afirma o niega un determinado hecho. El juicio es entonces una manifestación del sujeto, y es un caso claro de supersuma. La afirmación o negación que se hace supera los límites de los conceptos involucrados, ya que el sujeto, a través de él, pasa a modificar la realidad que conoce.

Razonamiento
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Para otros usos de este término, véase Razonamiento (desambiguación).
No debe confundirse con Racionalización.
En sentido amplio, se entiende por razonamiento a la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones y aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones causales y lógicas necesarias entre ellos. En sentido más restringido se puede hablar de diferentes tipos de razonamiento:
El razonamiento argumentativo en tanto actividad mental se corresponde con la actividad lingüística de argumentar. En otras palabras, un argumento es la expresión lingüística de un razonamiento.
El razonamiento lógico o causal es un proceso de lógica mediante el cual, partiendo de uno o más juicios, se deriva la validez, la posibilidad o la falsedad de otro juicio distinto. El estudio de los argumentos corresponde a la lógica, de modo que a ella también le corresponde indirectamente el estudio del razonamiento. Por lo general, los juicios en que se basa un razonamiento expresan conocimientos ya adquiridos o, por lo menos, postulados como hipótesis. 1 Es posible distinguir entre varios tipos de razonamiento lógico. Por ejemplo el razonamiento deductivo (estrictamente lógico), el razonamiento inductivo (donde interviene la probabilidad y la formulación de conjeturas) y razonamiento abductivo, otros.

¿Qué es una argumentación?


Una argumentación es un texto que tiene como fin o bien persuadir al destinatario del punto de vista que se tiene sobre un asunto, o bien convencerlo de la falsedad o veracidad de una teoría, para lo cual debe aportar determinadas razones.  Aparte de esta intención comunicativa, el texto argumentativo se caracteriza por una organización del contenido que lo define como tal: se presentan unas opiniones, que deben ser defendidas o rechazadas con argumentos, y que derivan de forma lógica en una determinada conclusión o tesis.

Tipos de argumentos

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Para conseguir el propósito de convencer o persuadir al receptor de un texto argumentativo existen una serie de argumentos que nos pueden ser de gran ayuda. Entre ellos destacamos:
El argumento de autoridad.
El argumento de autoridad
Se trata de un recurso que se basa en testimonios o citas de personas, célebres en muchos casos, o especialistas en el tema sobre el cual redactamos nuestra argumentación . De esta forma, podemos conseguir adelantarnos a posibles opiniones contrarias, además de reforzar la idea o tesis que queremos defender, apoyándonos en expertos que gozan de un gran respeto o prestigio dentro de la sociedad:
 

Según reconocidos especialistas de nutrición de todo el mundo, la dieta mediterránea basada en el consumo de frutas, verduras, pescado, y el aceite de oliva, es la mejor para llevar una vida sana y equilibrada.

El argumento de la mayoría.
El argumento de la mayoría
Es otro tipo de argumento muy empleado en el que se recurre al sentir de la mayoría de la gente o de la sociedad. Al igual que en el caso anterior, tiene como finalidad reforzar aquello que queremos defender, presentándolo no como una idea propia, sino como algo compartido por la mayoría de personas:
 
Todo el mundo  piensa  que la idea puede funcionar.

El argumento del conocimiento y la experiencia propia: los datos y los ejemplos.


El argumento del conocimiento y la experiencia: los datos y los ejemplos
Un texto argumentativo tiene con frecuencia una parte expositiva, en la cual se incluyen datos diversos, datos en los que nos apoyamos para argumentar.
Las experiencias que hemos vivido, lo que nos ha pasado a nosotros y a los que nos rodean, también son una útil fuente de datos, que podemos incluir en nuestra argumentación, si se relacionan con el tema que estamos tratando.
Es frecuente utilizar los ejemplos para ilustrar lo que se quiere defender o rechazar. Con ellos se hace referencia a situaciones vividas por nosotros mismos o por personas cercanas de las que tenemos conocimiento. Es un recurso muy efectivo para persuadir al receptor o receptores a quienes nos dirigimos:
 
Yo misma,  y algunos de mis amigos, lo hemos probado y funciona.

20Ejemplosde
Viciosdedicción
Los vicios de dicción o de palabra aquellas formas incorrectas de empleo de palabras que pueden generar confusiones. Por ejemplo: dequeísmo, vulgarismo, solecismo. 
Los vicios de dicción refieren a transgresiones al buen uso del lenguaje en cualquiera de sus niveles: fonético, ortográfico, morfológico, sintáctico o semántico. Se incluyen también los vicios de construcción, que no involucran a una palabra sola sino a una estructura mayor, como la oración.

Ver además: Voseo, Yeísmo
Tipos de vicios de dicción

Vulgarismos. Pronunciar mal ciertas palabras por cambio de letras (agregados, supresiones, cambios de orden) o de acentuación. A veces, además de pronunciarse mal una palabra se la escribe mal. Por ejemplo:  diabetis (lo correcto es: diabetes).

Barbarismos o extranjerismos. Usar palabras de otras lenguas cuando existen equivalentes en español. Por ejemplo: guevo, fuistes. (lo correcto es: huevo, fuiste)

Solecismos. Dar lugar a anfibología, es decir, a que existan interpretaciones variables de lo expresado. Por ejemplo, la inadecuada ubicación de los adjetivos dentro de sintagmas nominales complejos, falta de concordancia, la alteración del orden de los pronombres, la alteración del orden lógico de la oración, la inadecuada utilización de preposiciones o adverbios, etc. Por ejemplo:  No me lo recuerdo (lo correcto es: no lo recuerdo)

Arcaísmos. Utilizar palabras antiguas, que ya cayeron en desuso. Por ejemplo: cuasi, empero, agora. 

Queísmo y dequeísmo. Suprimir o agregar innecesariamente la preposición “de” delante de la conjunción “que”. Por ejemplo: Me alegro que estés bien. (lo correcto es: me alegro de que estés bien)

Cacofonías. Generar disonancias durante la pronunciación por causa de sílabas semejantes o idénticas. Por ejemplo: Parece que aparece.

Pleonasmos y redundancias. Utilizar más palabras que las necesarias. Por ejemplo: subir arriba. 

Muletillas. Rellenar los espacios de la conversación con palabras innecesarias. Por ejemplo: este… es que…

Fuente: https://www.ejemplos.co/20-ejemplos-de-vicios-de-diccion/#ixzz75QiZIxrg

Discurso
Te explicamos qué es un discurso, sus tipos y disciplinas que lo estudian. Además, características, funciones y ejemplos.

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Un discurso puede ser oral o escrito.


¿Qué es un discurso?
Un discurso es una forma de comunicación en la que un emisor construye un mensaje y lo transmite a un receptor utilizando un código (que usualmente es el lenguaje) a través de un canal, que puede ser oral o escrito.

Un concepto de discurso más específico hace referencia a la acción que ejecuta una persona cuando habla ante un público y emite un mensaje previamente preparado. Este tipo de discurso busca orientar respecto a un tema y es desarrollado de manera tal que capte el interés del público.

En los actos políticos, económicos o académicos se suelen efectuar discursos y muchos se apoyan en recursos informáticos como presentaciones de diapositivas, vídeos o imágenes.

La palabra discurso también suele relacionarse con la palabra relato, en referencia al contenido cultural e ideológico que profesa una persona o grupo. Por ejemplo: cuando se habla de un discurso liberal, marxista o moderno.

Ver además: Comunicación interpersonal

Discurso directo e indirecto


El término discurso también hace alusión a los postulados que comunican información arrojada por un individuo o grupo. Según sus características, el discurso puede ser:

Discurso directo. Oración que expresa y reproduce de manera textual las palabras de un individuo. Suele expresarse entre comillas, antecedido por guiones o dos puntos. Por ejemplo: “Quiero jugar a orilla del río” o Mateo: Quiero jugar a orilla del río.
Discurso indirecto. Oración que reproduce de manera indirecta las palabras de un individuo adaptando los tiempos verbales, pronombres personales y referencias temporales. Suele introducirse con el verbo decir, expresar, asegurar, entre otros, seguido de la conjunción que. Por ejemplo: Él dice que quiere jugar a orilla del río (tiempo presente si se reproduce en simultáneo con el discurso de Mateo) o Él dijo que quería jugar a orilla del río (tiempo pasado si se reproduce con posterioridad al discurso original).
Sigue en: Discurso directo e indirecto

Características del discurso


Preciso. Debe exponer un tema y sus argumentos de manera que pueda ser comprendido por la audiencia.
Verificable. Debe basarse en hechos comprobables que justifiquen y den validez al discurso, salvo en algunos casos como en el discurso religioso o artístico.
Especializado. Debe hacer foco en un área y estar dirigido a la audiencia idónea que pueda interpretarlo y sea de utilidad.
Original. Debe valerse de sus propios recursos y contar con puntos de vistas creativos, únicos y novedosos
Estructurado. Debe organizar la información de manera clara y ordenada para ser interpretado por los oyentes o lectores.
Atractivo. Debe llamar la atención de la audiencia, mantenerla activa y, en muchos casos, motivar a la acción.
Multi contenido. Puede contar con varios tipos de información y complementarse con recursos audiovisuales.
Multi plataforma. Puede transmitirse a la audiencia de forma oral o escrita.
Partes del discurso
Las partes del discurso clásico fueron establecidas en la Rhetorica ad Herennium, tratado que reúne los principales lineamientos de la oratoria y el discurso escrita en el 90 a. C. (aproximadamente) por autor desconocido.

Exordio. El orador busca captar la atención de la audiencia.


Narratio. El orador presenta el tema a tratar en el discurso.
Divisio. El orador desarrolla su punto de vista y defiende su teoría o argumento sobre la cuestión tratada.
Confirmatio. El orador expone sus argumentos y las pruebas sobre las que se fundamentan.
Refutatio. El orador presenta las pruebas que rechazan los demás argumentos contrarios al suyo.
Conclusio. El orador plantea las conclusiones de lo expuesto y los pasos a seguir.
Además, existe una clasificación ampliamente utilizada que divide al discurso en:

Introducción. Se presenta el tema a tratar.


Desarrollo. Se postulan los argumentos existentes sobre la cuestión.
Desenlace. Se sintetizan las ideas más relevantes y se destaca el aporte del análisis de la argumentación expuesto.
Las disciplinas que estudian el discurso
Al ser un concepto muy amplio varias disciplinas o ciencias estudian y analizan el discurso. En primer lugar, la lingüística estudia el discurso como forma de lenguaje escrito u oral, es decir, el texto o conversación. En cuanto a la comunicación se encargan la antropología y la etnografía.

Para la filosofía, el discurso responde a un sistema social de ideas o pensamientos y dentro de la psicología, en el área del psicoanálisis, el discurso se basa en una cuestión lógica.

Los tipos de discursos


Los tipos de discurso se pueden diferenciar según ciertos criterios:

Según la estructura:

Discurso narrativo. Refiere a hechos que se expresan en un contexto de tiempo y espacio y que pueden ser reales o imaginarios.
Discurso descriptivo. Intenta mostrar las características de lo expresado sin emitir una valoración personal.
Discurso expositivo. Informa acerca de algo de manera objetiva, clara y ordenada.
Discurso argumentativo. Intenta convencer o persuadir acerca de algo.
Según el área:

Discurso político. Comunica las bases y propuestas políticas de un espacio y busca convencer a la audiencia.
Discurso religioso. Comunica las bases de un credo a través de los dogmas de fe que rigen una religión para generar fidelidad y captar seguidores.
Discurso publicitario. Comunica las particularidades de un bien o servicio y tiene como objetivo convencer a la audiencia para que lo adquiera en el mercado.
Discurso empresarial. Comunica las decisiones, planes o proyectos de una organización o empresa y busca motivar a los empleados, clientes y proveedores.
Discurso académico. Comunica novedades o propuestas dentro del ámbito de una escuela o universidad, su función es comunicar y generar comunidad entre los miembros de la organización.
Discurso artístico. Comunica emociones y sentimientos de carácter subjetivo, su función es trasmitir y entretener.
Las funciones del discurso

En el discurso se pueden combinar diversas funciones del lenguaje.


Según la postura que toma el hablante, el lenguaje dentro del discurso toma distintas formas y funciones:

Función expresiva. Cuando el mensaje apela a expresar un sentimiento.


Función apelativa. Cuando el mensaje busca llamar la atención del oyente y provocar una respuesta.
Función poética. Cuando el discurso prioriza la forma del mensaje.
Función informativa o referencial. Cuando el mensaje brinda información objetiva.
Función de convencimiento. Cuando el mensaje busca vender un bien o servicio.
Función de entretenimiento. Cuando el mensaje busca divertir o distender. - Fuente: https://concepto.de/discurso/

LENGUAJE

Idioma: Es la lengua de un pueblo o nación, que la mayoría de sus habitantes utiliza para comunicarse.
Lengua: Es el sistema de comunicación (verbal y escrito) que es propio y general de una nación.
Dialecto: Es la manera de hablar de una comunidad, de un grupo de personas o de los habitantes de una región determinada.
Habla: Es la herramienta que los seres humanos usan para comunicarse, o para intercambiar pensamientos, ideas y emociones.
Diversidad lingüística: Se refiere a la variedad de lenguas existentes en un país o área geográfica.
Lengua, lenguaje, habla y dialecto ¡Todo lo que debes saber sobre ellos!

La diversidad con la que se caracteriza la lengua humana es infinita y el ser humano ha evolucionado tanto su capacidad de comunicar a través de la lengua, que hoy en día la comunicación ya es una herramienta que todo ser humano puede realizar sin ninguna limitación.

Para saber un poco más de la comunicación, es vital que aprendamos a reconocer toda la terminología que la engloba, especialmente a diferenciar entre un término y otro. Dentro de los errores más comunes que se cometen a la hora de utilizar terminologías en la comunicación, tenemos la diferenciación entre lengua y lenguaje. Para que logremos entender mejor, en primero lugar vamos a definir cada uno de estos términos.

¿Qué es la lengua?

Se define como lengua a la manera de expresión propia de una sociedad. Podemos tomar como ejemplo los idiomas, siendo en cada región o país diferente y esa correspondería a la lengua de esa comunidad.

¿Qué es el lenguaje?

Es todo aquello que utilizamos para hablar, como signos o las palabras. En el idioma español, el lenguaje sería como lo decimos o no expresamos, por ejemplo si estamos utilizando palabras técnicas o nos estamos comunicando de forma más coloquial. El lenguaje, en pocas palabras, es la forma de expresión en la que nos comunicaremos.

La diferencia entre lengua y lenguaje podemos darla con un simple ejemplo, si en el idioma español y el inglés la diferencia existe en la forma de escribirse una palabra y como se pronuncia, colocaremos como ejemplo: ‘‘Book’’, que en español sería ‘‘Libro’’ significan lo mismo pero se escriben y se leen diferente, esta es la lengua, el idioma. El lenguaje es aquel que nos indica las normas gramaticales y ortográficas o si utilizamos el lenguaje formal, coloquial o dramático, dependiendo del entorno o situación en el que nos encontremos.

Ya aclarada esta duda, pasaremos a otra de las grandes polémicas: el habla y el dialecto.

¿Qué es el habla?

El habla se puede definir como la particularidad en la que cada persona se comunica. El habla es individual, es decir, cada persona tiene uno único y se caracteriza por ser claro y directo.

¿Qué es el dialecto?

El dialecto es la lingüística que es original de otro, pero que no presenta una diferencia considerable. Los dialectos son denominados como un sistema lingüístico que viene de una sola lengua en general o también que se encuentra en un mismo límite geográfico. Tenemos como ejemplo España, donde existen dos diferentes grupos de dialectos: en la mitad norte se habla con un dialecto diferente a la mitad sur; pero, siguen hablando la lengua española de dicho país (mismo límite geográfico).

Signo lingüístico
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El signo lingüístico es una unidad lingüística que puede ser percibida por el ser humano mediante los sentidos y que permite representar completamente un evento comunicativo en sus propios términos. Es una construcción social que funciona dentro de un sistema lingüístico y que pone un "elemento" en lugar de otro. Como sistema, tiene la capacidad de aplicarse a sí mismo y de explicar los demás sistemas de signos; pero es importante advertir que en la  lingüística y en la semiótica la teoría define al objeto, y por lo tanto el signo es consecuencia de una perspectiva teoría.
El signo lingüístico fue abordado por dos autores diferentes, por un lado Ferdinand de Saussure y por el otro Charles Sanders Peirce, quienes a finales del siglo XIX desarrollaron sus estudios en los cuales abordaron un mismo fenómeno: el signo, pero desde diferentes perspectivas: Saussure utiliza una perspectiva lingüística, mientras que la de Peirce es lógico-pragmática. Y ambos sentaron las bases de lo que hoy se conoce como la "Teoría General de los Signos". Si se tiene en cuenta al signo desde la perspectiva del estudio de F. Saussure este establece un signo biplánico: un significado, que es el  concepto; y un significante, que es la imagen acústica.
El signo se puede definir como la representación de la realidad. Saussure lo demuestra con su teoría, debido a que todo lo que es interpretado como significado (concepto) se debe a algo de la realidad, por eso se dice que el significante es la huella psíquica que deja en la mente. Esto hace posible que los habitantes que hablan una sola lengua, puedan tener una comunicación efectiva al momento de expresar cualquier tema que tenga relación con el contexto en el que se vive, el receptor pueda entender de qué se está hablando. “La lengua es un sistema en donde todos los términos son solidarios y donde el valor de cada uno no resulta más que de la presencia simultánea de los otros.” 1Ferdinand de Saussure plantea el signo
lingüístico como un proceso mental en el cual el significante y significado son biunívocos, es decir, el signo es indivisible y tanto el significante y significado no pueden ser separados; a partir de esto, se dice que el signo es como una moneda de dos caras. El significado es un concepto, mientras que el significante es una imagen acústica. El concepto se encuentra en nuestra mente, dependiendo del contexto y de los referentes adquiridos. En cambio, la imagen acústica no se limita al sonido de la palabra, sino es la huella psíquica que deja en nuestra mente. "El significante lingüístico; en su esencia, de ningún modo es fónico, es incorpóreo, constituido, no por su sustancia material, sino únicamente por las diferencias que
separan su imagen acústica de todas las demás. Este principio es tan esencial, que se aplica a todos los elementos materiales de la lengua, incluidos los fonemas" 2La teoría propuesta por Saussure ha servido como base para la creación de los modelos de comunicación.
Para Saussure el signo lingüístico posee características específicas:
La arbitrariedad del signo lingüístico: hace referencia a que el signo es arbitrario en el sentido que la unión entre el significado y el significante es inmotivada, es decir, convencional. Arbitrario con relación al significado, ya que el enlace que une el significado con el significante es inmotivado, es decir, no existe motivo o razón por el cual exista una relación entre significante y significado. Por ejemplo, en los sinónimos (varios significantes y un solo significado), las lenguas (español: tiza, inglés: chalk), incluso en las onomatopeyas (español:  quiquiriquí, francés: cocorico) y las exclamaciones (español: ¡ay!, alemán: ¡au!).
Carácter lineal del significante: Los elementos del significante lingüístico se presentan uno tras otro formando una cadena ya que el significante se desenvuelve en el tiempo únicamente y tiene los caracteres que toma de este. 3 El signo es lineal porque el significante se desenvuelve sucesivamente en el tiempo, es decir, no pueden ser pronunciados en forma simultánea, sino uno después del otro, en unidades sucesivas que se producen linealmente en el tiempo. Por ejemplo, ¡a-c-a-b-o-d-e-ll-e-g-a-r!.
Por otra parte Saussure hace referencia al concepto de "Mutabilidad e Inmutabilidad del Signo". 4 Lo que Saussure intenta diferenciar, por un lado, es que la Inmutabilidad se refiere a que un significante es elegido libremente con relación a la idea que representa pero impuesto con relación a la comunidad lingüística que lo usa. Por el otro, se refiere a la Mutabilidad del signo, es decir, a un cambio o alteración del mismo ya que este se continúa en el tiempo, la cual siempre conduce a un desplazamiento de la relación entre el significado y el significante.

Signo lingüístico
Te explicamos qué es el signo lingüístico y los diversos elementos que lo componen. Además, sus características y los tipos de signos que existen.

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Todo signo es una representación convencional de la realidad.


¿Qué es el signo lingüístico?
Se llama signo lingüístico a la unidad mínima de la comunicación verbal, parte de un sistema social y psíquico de comunicación entre los seres humanos, que conocemos como lenguaje. Este mecanismo actúa sustituyendo a las cosas de la realidad por signos que las representan, y en el caso del lenguaje verbal, por signos que podemos recibir a través de los sentidos y luego decodificar e interpretar para recuperar un mensaje original.

×
Todo signo es una representación convencional de la realidad, que se enmarca en un sistema convencional, social, de sustituciones: en el caso del lenguaje verbal, se trata de la palabra por la cosa, o mejor dicho: un sonido específico por la impresión que deja la cosa referida en la mente.

Por otro lado, el signo lingüístico aparece como parte de una cadena hablada, en la que un signo sucede a otro, empleando silencios para separar los conjuntos ordenados de signos que componen, por ejemplo, una palabra. Por eso las lenguas poseen una lógica, una secuencia, una manera de organizar la información que denominamos  sintaxis.

El signo lingüístico fue el tema de estudio de Ferdinand de Saussure y Charles Sanders Peirce en el siglo XIX, cuyos estudios sentaron las bases para la posterior lingüística moderna. La obra Curso de lingüística general de Saussure es una referencia obligatoria en la materia.

Ver también: Léxico

Elementos del signo lingüístico

El significado es la imagen mental transmitida por el lenguaje.


Los elementos del signo lingüístico, tal y como lo definió Saussure, son dos:

Significante. Es la parte material del signo, aquella que aporta la forma y que es reconocible mediante los sentidos. En el caso del lenguaje hablado, se trata de la imagen mental (la imagen acústica) de los sonidos articulados y transmitidos por el aire que se necesitan para comunicar el signo.
Significado. Es la parte inmaterial, mental, social y abstracta del signo lingüístico, que forma parte de lo contemplado comunitariamente en la lengua (y que son patrimonio de todos), pero también de las capacidades expresivas del individuo (su léxico individual). El significado vendría a ser la imagen psíquica o el contenido que se transmite mediante el lenguaje.
Tanto el significante como el significado son facetas recíprocas del signo, es decir, que se necesitan la una a la otra como las dos caras de una hoja de papel. Por ello no es posible separarlos, ni manejar uno solo. A este tipo de relación se le conoce como  dicotomía.

Pierce, por su lado, le atribuía al signo lingüístico tres caras, como un triángulo:

Representamen. Se llama así a lo que se encuentra en lugar del objeto real, es decir, eso que se halla representando a la cosa: una palabra, un dibujo, son formas de representamen.
Interpretante. Todo signo requiere de alguien que lo lea o lo escuche y capte los sentidos en el signo, que necesariamente se dirige a alguien. Esto es el interpretante: la visión mental que del  representamen se hacen los individuos que se comunican.
Objeto. Es la realidad concreta que se desea representar, es decir, eso en cuyo lugar se halla el signo lingüístico.
Características del signo lingüístico
Según los estudios de Saussure, el signo lingüístico posee características determinadas:

Arbitrariedad. La relación que hay entre significado y significante es, por lo general, de tipo arbitrario, es decir, convencional, artificial. No hay una relación de semejanza entre los sonidos que componen una palabra determinada (digamos:  cielo) y el significado concreto que buscan transmitir (la idea del cielo). Es por esto que los idiomas deben aprenderse.
Linealidad. Como se dijo antes, los significantes del lenguaje verbal forman parte de una cadena de signos cuyo orden importa para que se puedan entender de manera correcta. Eso se entiende como un carácter lineal: los sonidos que componen una palabra aparecen en línea, o sea, uno delante de otro, no todos a la vez, ni de manera desordenada: cielo no es equivalente a ociel.
Mutabildad e inmutabildad. Esto significa que el signo lingüístico puede mutar: cambiar, adquirir nuevos sentidos, desplazar el nexo específico entre significado y significante, pero siempre que lo haga a lo largo del tiempo. Un ejemplo de ello es la etimología: el origen de las palabras modernas a partir de las antiguas, que van lentamente cambiando. Pero al mismo tiempo tiende a permanecer incambiante:  dentro de una comunidad determinada y en un momento de la historia específico, la relación entre significado y significante tiende a ser estática. Un ejemplo de ello es que no podemos alterar las palabras de nuestro idioma e imponer ese uso al resto de los hablantes del mismo.
Tipos de signos lingüísticos

Los emblemas religiosos son considerados símbolos.


Según Peirce, existen tres tipos distintos de signos, de acuerdo a la relación entre el objeto y su interpretante:

Índices. El signo tiene una relación lógica, causal, de proximidad de algún tipo con su referente real. Por ejemplo: las huellas de un perro en el suelo, remiten a la presencia del animal.
Íconos. En este caso, el signo se asemeja a lo que representa, es decir, tiene una relación mimética o de parecido. Por ejemplo: una onomatopeya del sonido de un animal.
Símbolos. Son los que presentan la relación más compleja entre el objeto y el referente, ya que es totalmente cultural, arbitraria. Por ejemplo: los emblemas religiosos, las banderas, los escudos de armas. - Fuente: https://concepto.de/signo-linguistico/

Comunicación no verbal[editar]
Artículo principal:  Comunicación no verbal
La comunicación no verbal ayuda a que personas de idiomas diferentes puedan alcanzar un grado de comprensión]]
La comunicación no verbal consiste en transmitir significados en la forma de mensajes no verbales. Se utilizan signos no lingüísticos. Ejemplos de comunicación no verbal incluyen los gestos, las expresiones faciales, la expresión corporal, el contacto visual, la manera de vestir, la háptica (comunicación por medio del tacto), la cronémica (significado del tiempo en la comunicación) y la kinésica (lenguaje corporal), entre otros. La misma comunicación oral contiene elementos no verbales como la paralingüística (elementos no verbales que acompañan a la lingüística, por ejemplo tonos de sorpresa, interés, desinterés, miedo, cansancio, insinuaciones, etc.) Según estudios, el 55 % de la comunicación humana se da por medio
de expresiones faciales no verbales y un 38 % por medio del paralenguaje.4 Esto incluye la misma comunicación escrita en la cual es posible determinar sentidos en el estilo de escritura, la distribución de espacios entre palabras y el uso de emoticonos para transmitir emociones. En este sentido, para transmitir un mensaje se emplean colores, como la marca azul y roja de los grifos, sonidos, como la sirena de una ambulancia, y gestos, como el guiño de un ojo.
Algunos de los propósitos de la comunicación no verbal 5incluyen la complementación e ilustración del mensaje para reforzar o enfatizarlo, reemplazar o sustituir, controlar o regular e incluso contradecir. Esto le da una gran importancia a la comunicación no verbal porque contribuye a reforzar las ideas y propósitos del emisor y ayuda al receptor a una mejor decodificación del mensaje que recibe.
Comunicación verbal[editar]
Artículo principal:  Comunicación verbal
La comunicación verbal o comunicación lingüística es aquella que utiliza las palabras como signos. No puede ser aislada de una serie de factores para que sea efectiva, lo que incluye la comunicación no verbal, las habilidades de escucha y la clarificación. El  lenguaje humano puede ser definido como un sistema de símbolos o signos lingüísticos, conocidos como lexemas y reglas gramaticales en los cuales los símbolos son manipulados. La palabra "lenguaje" se refiere además a las propiedades comunes del mismo. Con estos signos se representan los objetos y hechos de la realidad, y uniéndolos mediante las reglas de la  gramática se construyen mensajes complejos, es decir, las oraciones, con las cuales se representan
pensamientos. En el caso de que dos personas hablen el mismo idioma, reconocerán los signos que cada uno pronuncia, y su significado, de tal manera que evocará en la mente un pensamiento o una idea que es la que se querrá transmitir.
El aprendizaje de este ocurre normalmente y de manera intensa durante los años de la niñez humana. La mayoría de los idiomas en el mundo utilizan sonidos y gestos como símbolos que posibilitan la comunicación con otros lenguajes, los que tienden a compartir ciertas propiedades, aunque existen excepciones. No existe una línea definida entre un lenguaje o idioma y un dialecto. Lenguas construidas como el esperanto, el lenguaje de programación y varios formalismos matemáticos, no están necesariamente restringidos por las propiedades compartidas por el lenguaje humano.
Fundamentalmente la comunicación verbal es oral, utilizando palabras pronunciadas con la voz. También puede ser escrita. En la escritura se transforman los sonidos en letras, y las palabras pronunciadas en palabras gráficas.

Signo
Es una unidad capaz de trasmitir contenidos representativos, es decir, es un objeto material, llamado significante, que se percibe gracias a los sentidos y que en el proceso comunicativo es portador de una información llamada significado.
En el signo, el significado es preciso, por ejemplo el sustantivo "araña’’,en el sistema de signos que configuran el idioma castellano, representa un animal concreto, así como los sustantivos "spider’’, "araignée o "ragno’’ designan respectivamente en inglés, francés e italiano, el animal de ocho patas que todos conocemos.
Símbolo
Cuando un signo no sólo informa de un significado, sino que además evoca valores y sentimientos, representando ideas abstractas de una manera metafórica o alegórica, se conoce como símbolo.
Veamos el ejemplo anterior, la araña, ha sido representada visualmente en casi todas las culturas, como la mesopotámica, la egipcia y la maya. Simboliza la creación y la vida, por su capacidad para formar hilos a partir de su propio cuerpo, pero también ha simbolizado  la muerte y la guerra por su aptitud cazadora y lo letal de su veneno.
En las religiones se utilizan símbolos que evocan en sus seguidores los valores y creencias propios de cada una de ellas, por ejemplo la luna creciente simboliza al islamismo; la cruz es el símbolo de los cristianos y la estrella de David representa a la religión hebraica.
Señal
Es un tipo de signo que tiene por finalidad cambiar u originar una acción y actúa de manera directa e inmediata sobre el receptor del mensaje. Cuando vemos una señal, ella nos indica que debemos prestar atención a un hecho en un momento determinado o modificar una actividad prevista.
Las señales deben ser respetadas ya que son de gran ayuda, nos permiten orientarnos. Cuando paseamos por un zoológico o un parque y queremos saber dónde quedan los cafetines, los baños o los animales, observamos señales pertinentes que nos indican su ubicación.
Entre las señales más utilizadas en todo el mundo tenemos las de tránsito.

Los niveles de la lengua


 
Los niveles de la lengua son los registros utilizados para hablar o escribir adecuados a las circunstancias o al emisor: popular, coloquial, formal, vulgar y culto. Estos niveles tienen una estrecha relación con la situación comunicacional y con el nivel de instrucción que tenga el hablante o escritor.
Si se hace referencia a la situación comunicacional, se debe aclarar si se trata de una comunicación oral o escrita, puesto que las exigencias difieren en ambos casos. Pero también se trata de aclarar si se está frente a una situación formal: una clase, una consulta médica, una conferencia, una charla ente amigos, una discusión, etc.

El lenguaje es un sistema formado por signos y símbolos que sirven para la comunicación entre los miembros de una especie. Dentro de un lenguaje pueden existir distintos idiomas y/o dialectos. De hecho, en el mundo se hablan casi 6 mil lenguas distintas, incluidas las lenguas originarias o aborígenes. 
Los diferentes niveles se caracterizan por el uso de determinadas pronunciaciones, construcciones gramaticales y palabras.
Cabe señalar, además, que un hablante de uno de los niveles del lenguaje, puede incluir en su modo de hablar, rasgos del habla de otro nivel, en situaciones de comunicación determinadas.
Índice del artículo [Mostrar]
Los niveles de la lengua
– Nivel subestándar
En este nivel de la lengua se ubican dos sub niveles que son formas de hablar en las que no hay interés por el uso correcto de las palabras.
Lengua popular
El lenguaje popular es utilizado generalmente por personas normales que se comunican sobre temas de la vida diaria. Implica un grado de relajación del nivel coloquial.
Se calcula que incluye unas 2.000 palabras de uso común y otras 5.000 que casi no se utilizan pero que se entienden. Se caracteriza por:
Abundancia de adjetivos.
Hacer énfasis en cantidades imprecisas (muchísimos) o exageraciones (hacer más calor que en un horno).
Uso de metáforas (anoche cayó rendida).
Abundancia de oraciones incompletas (si tú supieras…).
Uso frecuente de refranes y proverbios.
Predomina la función apelativa del lenguaje.
Ejemplo de lenguaje popular
El refrán “Dime con quien andas y te diré quien eres” es muy popular en prácticamente todos los países hispanohablantes. Se aplica para señalar a una persona sobre su condición debido a las amistades que frecuenta. Sin decir mucho, está insinuando que tu comportamiento quizás no sea el adecuado. Y, aunque la cita no es del todo explícita, es muy sencilla de entender por la mayor parte de las personas.
Lengua vulgar
Es el lenguaje utilizado por personas de un bajo nivel de instrucción o con un vocabulario escaso. Por esta razón, se utilizan gestos para complementar el sentido del mensaje.
Es un tipo de lenguaje que no se adapta a las situaciones. Es muy común de las jergas, o tipo de lenguajes circunscrito a determinadas profesiones, oficios, deportes, etc.
Se caracteriza por:
Desconexión de la situación comunicacional.
Abuso de expresiones locales o regionales.
Uso de oraciones cortas.
Abuso de muletillas.
Uso de palabras incorrectas o incompletas.
Inversión de los pronombres personales.
Uso de obscenidades para describir la mayoría de las situaciones.
Ausencia de un orden lógico.
Uso de vulgarismos y barbarismos.
Abundancia de errores fonéticos, sintácticos y léxicos.
Ejemplo de lenguaje vulgar
En Argentina se utilizan vulgarismos como “pelotudo” o expresiones como “flaco, ¿estás chapita?” (para decir que alguien está loco o demente).
– Nivel estándar
Al hablar de nivel estándar se habla de un dialecto que se utiliza en un territorio determinado. Se concibe una forma de hablar y escribir como correcta, y se rechazan otras formas de hacerlo.
Se trata de una lengua común a muchos individuos, pero con normas ortográficas específicas.
Ejemplo de nivel estándar
Sería una conversación propia entre un cliente y el vendedor de una carnicería. El comprador pedirá información sobre el producto, precio y preparación, a lo que el carnicero responderá de manera simple. 
– Nivel coloquial
Es un nivel del lenguaje que se usa en ambientes de suma confianza para el hablante como en su entorno familiar, comunitario o de amistades muy cercanas.
Es el nivel más hablado por las personas en el mundo, independientemente de su idioma. En el lenguaje coloquial se relaja la fonética y se cuida menos la sintaxis.
Se caracteriza por:
Es de uso común y regular en la cotidianidad de la mayoría de las personas.
Es espontáneo.
Admite algunas incorrecciones.
Está colmado de expresiones afectivas, sensitivas y expresivas.
Incluye interjecciones y frases hechas.
Uso de repeticiones.
Uso de diminutivos, aumentativos y despectivos.
Admite improvisaciones
Es efímero.
Ejemplo de nivel coloquial
Es el propio de familiares o amigos. Es desenfadado, ya que su interpretación será reconocida por todos los oyentes. Por ello, es posible cometer errores o hacer uso de palabras poco cultas.
Por ejemplo, un amigo podrá referirse a otro llamándole “gordo”, “tío”, “cuate” o “parcero” o “negro” porque existe suficiente confianza y no supone una ofensa.
– Nivel superestándar
Es un nivel que no es común para muchos hablantes. Se subdivide los lenguajes culto, técnico y científico:
Nivel culto
El nivel culto del lenguaje es uno con mucho apego a las normas gramaticales y fonéticas de una lengua.
Es hablado normalmente por las personas más instruidas de la sociedad o en situaciones de carácter tan formal que no admite errores, como una clase magistral o una conferencia, por ejemplo.
Esta lengua otorga cohesión y unidad a un idioma. Es normal encontrar este tipo de lenguaje en exposiciones científicas, humanísticas y en trabajos literarios.
Se caracteriza por:
Riqueza de vocabulario.
Precisión.
Dicción clara y entonación moderada.
Orden lógico de las ideas.
Tiempos verbales adecuados y precisos.
Abundancia de cultismos (palabras en griego o en latín).
Se cuida la pronunciación en el lenguaje oral.
La sintaxis y la gramática son impecables.
Ejemplo de nivel culto
El lenguaje culto se utiliza en ámbitos académicos o culturales, entre otros contextos. Por ejemplo, es el empleado por un moderador de televisión en un debate sobre el movimiento literario del Modernismo. 
Nivel científico-técnico
Se trata de un lenguaje utilizado para hablar o escribir en un campo específico de la ciencia o la cultura.
Responde a las exigencias de cada disciplina científica y su uso es una convención. Sus rasgos se definen por el uso y se basan en el léxico.
Su característica fundamental es que es compartido por la comunidad que lo usa, casi de forma exclusiva. No obstante, algunos términos se popularizan.
También se caracteriza por:
Ser objetivo.
Ser preciso.
Tener orden lógico.
Apelar a la función referencial del lenguaje.
Poseer un sistema de símbolos propio.
Uso de helenismos, anglicismos y acrónimos.
Ejemplo de nivel científico-técnico
Es el propio de congresos científicos, donde los ponentes y asistentes tienen una formación alta sobre los temas a abordar. Al ser muy técnico o preciso, se deben medir las palabras no dejando lugar a ambigüedades que puedan provocar malinterpretaciones.

LENGUA Y LAS DISCIPLINAS QUE LA ESTUDIAN

GRAMÁTICA
Es la ciencia que estudia una lengua es su aspecto sincrónico o sea, en un momento dado de su evolución y se interesa por la forma, significado y función de las palabras.

MORFOLOGÍA
Es la rama de la gramática que estudia, en especial, la forma de una palabra y sus posibles variaciones (accidentes).  Morpho = forma,  Logía  = estudio o tratado.

SEMÁNTICA
Es aquella disciplina que se interesa por el  significado de las palabras.

SINTAXIS
Es la disciplina que estudia el ordenamiento de las palabras en la expresión y la función que cada una cumple en relación a otras.
En resumen, morfología, semántica y sintaxis se ocupan de estudiar, principalmente el contenido de la lengua.

LA FONÉTICA
Estudia la fisiología y acústica de los sonidos significativos de una lengua, cómo se articula, cómo se combinan, etc. esos sonidos significativos son los llamados fonemas. No debemos identificar fonema con letra. No son la misma cosa. Incluso es muy común que un único fonema se manifieste en la escritura por más de una letra. En castellano,  por ejemplo, el fonema  [K] se manifiesta en diversas representaciones gráficas: kilo; casa; quema, etc.

LA FONOLOGÍA.Estudia los elementos fónicos  ( fonemas, acentos, entonaciones, pausas) en cuanto sirven para diferenciar contenidos. Por ejemplo, la “a” como unidad distinta de la “u” porque no son intercambiables en la cadena sonora sin que se altere el significado. Ejemplo: cana, cuna.

LA ESTILÍSTICA
Estudia los recursos de la expresión lingüística. Ejemplo: Cuando en un poema buscamos  metáforas, imágenes sensoriales, comparaciones, etc., estamos haciendo un análisis estilístico.

Uso de la C, Z, QU y K

    Se escribe C en las sílabas CA, CO, CU, como casa, Paco y cuaderno. Con las vocales E, I, se escribe QUE, QUI, como queso, quitar, quemar.
Se escribe C en las sílabas CE, CI, como ceja, ciervo, cielo. Con las letras A, O, U, se escribe Z, como Zaragoza, zoquete y zumo.
Se escribe Z al final de las palabras cuyo plurales CES, como andaluz, andaluces; perdiz, perdices; luz, luces; lombriz, lombrices; disfraz, disfraces.
Se escribe -CC- cuando en alguna palabra de la familia léxica aparezca el grupo -CT-. Ejemplos: adicción (adicto), reducción (reducto).
Uso de la S y X

    Se escriben con X las palabras que empiezan por la sílaba EX- seguida del grupo -PR-. Ejemplos: expresar, exprimir, exprés, expresamente y expreso.
Llevan X las que empiezan por la sílaba EX- seguida del grupo -PL-. Ejemplos: explanada, explicar, exploración. Pero esplendor y espliego.
Se escriben con X las palabras que empiezan por los prefijos EX- (fuera, más allá) y EXTRA- (fuera de). Ejemplos: excarcelar, extramuros y excursión.
Llevan X las palabras que empiezan por XENO- (extranjero), XERO- (seco, árido) y XILO- (madera). Ejemplos: xenofobia, xerografía y xilófono.

Uso de la B, V y W

    Se escribe B antes de L y R (BLA y BRA) Ejemplos: doble, brazo, abrigo, broma, bruja, amable, broche, brillante, descubrir.
Llevan B los verbos terminados en BIR, menos hervir, servir y vivir. Ejemplos: escribir, subir, prohibir, recibir, descubrir y suscribir.
Se escriben con B los tiempos de los verbos BEBER, DEBER, CABER, SABER Y HABER. Ejemplos: bebimos, deberás, cabía, sabremos, había, ha habido.
Llevan B las terminaciones -ABA, -ABAS, -ÁBAMOS, -ABAIS, -ABAN de los verbos de la primera conjugación. Ejemplos: cantaba, jugabas, amaban, saltabas.
Se escriben con V los adjetivos terminados en -AVO, -AVA, -EVO, -EVA, -EVE, -IVO, IVA. Ejemplos: esclavo, octava, longevo, nueva, decisivo, activa.
Se escribe B cuando va seguida de consonante o está al final de palabra. Ejemplos: obsequio, club, objeto, obstáculo, obtener, Job. Excepto ovni.
Llevan B las palabras que empiezan por las sílabas BU-, BUR- y BUS-. Ejemplos: bueno, Burgos, buscar, burla, buque, bulla, burgalés y buñuelo.
Se escriben con V las formas de los verbos acabados en -OLVER. Ejemplos: absolver, disolver, y volver.
Se escriben con V las formas de los verbos que en infinitivo no tienen B ni V. Ejemplos: de ir, voy, vamos; de estar, estuve; de andar, anduve.
Llevan V las palabras que empiezan por VICE-, VIZ- o VI- ("en lugar de"). Ejemplos: vicealmirante, vizconde, virrey y vicepresidente.
Se escribe con B el pretérito imperfecto de indicativo del verbo IR: iba, ibas, íbamos, ibais e iban. 

Uso de la G, J, GU y GÜ

    El sonido G suave con A, O, U, se escribe GA, GO, GU y con E, I, se escribe GUE, GUI. Ejemplos: goma, galleta, guapa, Miguel, guitarra, gorro, guerra.
El sonido J fuerte, con A, O, U se escribe JA, JO, JU y con E, I se puede escribir G o J. Ejemplos: caja, rojo, Juan, gemelo, gitano, jefe y jirafa.
Cuando la G y la U han de tener sonido independiente ante E, I es forzoso que la U lleve diéresis. Ejemplos: antigüedad, desagüe, vergüenza y cigüeña.
Se escriben con J las palabras que terminan en -AJE, -EJE. Ejemplos: coraje, garaje, hereje y equipaje.
Se escriben con G las palabras que tienen ese sonido de G suave ante una consonante. Ejemplos: grito, gladiador, globo, gracioso, gnomo y maligno.
Se escriben con G los verbos terminados en -IGERAR, -GER y -GIR, como aligerar, coger y fingir. Excepciones: tejer y crujir.
Llevan G las palabras que empiezan por GEO- (tierra). Ejemplos: geografía, geometría y geología.
Se escriben con G las palabras que terminan en -GÉLICO, -GENARIO, -GÉNEO, -GÉNICO, -GENIO, -GÉNITO,-GESIMAL, -GÉSIMO y -GÉTICO: angélico e ingenio.
Llevan J las formas de los verbos que no tienen G ni J en el infinitivo. Ejemplos: de decir, dije, dijeron; de traer, trajimos, trajeron.

Uso de la H

    Se escriben con H todos los tiempos del verbo HACER y no llevan H las formas del verbo ECHAR. Ejemplos: hago, echaban, hacemos y echamos.
Se escriben con H los tiempos del verbo HABER. Se escribe HA y HE si van seguidos de Participio Pasivo: ha salido, he contado, a jugar, a ver.
Llevan H las que empiezan por HIA-, HIE-, HUE- y HUI-. Ejemplos: hiato, hiena, huele, huidizo, hierba, hierro, hueco, huevo. Excepción: iatrogénico.
Llevan H los compuestos y derivados de palabras que tengan esa letra, como honra, deshonra. Menos oquedad, orfandad, osamenta, óvalo, oscense y oler. 

Uso de la R y RR

    El sonido R múltiple se escribe RR, como perro y turrón. El sonido simple se representa con R, como cara, pared, amarillo y arcilla.
Se escriben con R las palabras con sonido simple después de B, C, D, F, G, K, P y T. Ejemplos: brazo, cromo, dromedario, frase, gramo, prado y travieso.
Se escriben con R las palabras con sonido múltiple al principio de palabra. Ejemplos: ratón, regalo, rico, rosa y rubio.
Se escribe R con sonido múltiple cuando va después de L, M, N y S. Ejemplos: alrededor, rumrum, honra, israelita, Enrique y Conrado.

Uso de Y, LL

    Se escribe Y al final de palabra si va precedida de una vocal, como jersey, Paraguay. Excepciones: saharaui y bonsái.
Llevan LL las palabras terminadas en -ILLA e -ILLO. Ejemplos: mesilla, cigarrillo, costilla, amarillo, colmillo y parrilla.
Se escriben con Y los plurales de los nombres que terminan en Y en singular. Ejemplos: rey, reyes; ley, leyes; buey, bueyes.
Se escribe con Y la conjunción copulativa Y. Ejemplos: tú y yo. Esa conjunción es E si la segunda palabra empieza por I: tú e Inés. Excepciones: cinz y hierro.
Llevan Y las formas de los verbos que no tienen Y en su infinitivo. Ejemplos: de caer, cayeron; de leer, leyendo; de poseer, poseyeron.

ORTOGRAFIA

Tipo de signos de puntuación


Los signos de puntuación poseen unas normas generales establecidas para hacer el correcto uso de los mismos. Sin embargo, es posible que cada individuo haga un uso particular de los signos pero considerando siempre las normas generales implantadas.
El punto
El punto (.) indica la pausa que se produce al final de un enunciado. Después de punto siempre se escribirá con mayúscula, salvo en el caso de que aparezca en una abreviatura. Existen tres clases de punto:
El punto y seguido: se emplea para separar los distintos enunciados que forman un párrafo. Después de un punto y seguido se continúa a escribir en la misma línea.
El punto y aparte: separa párrafos distintos. Tras el punto y aparte, la escritura debe de continuar en la línea siguiente, en mayúscula y sangrada.
El punto y final: es el punto que cierra un texto.
Vea también Punto.
La coma
La coma (,) marca una pausa breve dentro de un enunciado.
Se emplea para separar componentes de la oración o sintagma, salvo que este precedido por alguna conjugación como y, e, o, u, ni. Por ejemplo, “Andrea llegó de la escuela, hizo los deberes, tomó baño y se durmió”.
Se usa para encerrar incisos o aclaraciones y para señalar omisiones. Por ejemplo, “Si vienes, te esperamos; si no, nos vamos”.
Separa la parte entera de un número de la parte decimal. Por ejemplo, 3,5 km.
Las locuciones conjuntivas o adverbiales van precedidas y seguidas de coma. Por ejemplo, en efecto, es decir, en fin.
Los dos puntos
Los dos puntos (:) representan una pausa mayor que la coma, pero menor que la del punto. Se usa en los siguientes casos:
Antes de una cita textual y como un llamado de atención. Por ejemplo, “Dice el refrán: más vale tarde que nunca”.
Antes de una enumeración. Por ejemplo, “Las cuatro estaciones del año son: primavera, verano, otoño e invierno”.
Tras las fórmulas de cortesía que encabezan las cartas y documentos. Por ejemplo, "Estimada profesora:"
Entre oraciones relacionadas sin nexo cuando se expresa causa – efecto o una conclusión. Por ejemplo, “Perdió el trabajo, la casa, el carro: todo por el juego”.
El punto y coma
El punto y coma (;) representa una pausa mayor que la coma, pero menor que la del punto y seguido. Se emplea en los siguientes casos:
Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones complejas que incluyen comas. Por ejemplo, “Su pelo es castaño; los ojos, verdes; la nariz, respingona”.
Ante las conjugaciones (pero, aunque y mas), cuando se introduce una frase larga. Por ejemplo, "Hace muchos años deseaba visitar ese lugar; pero hasta el sol de hoy no había tenido oportunidad".
Los puntos suspensivos
Los puntos suspensivos (…) están formados por tres puntos en línea y sin espacio entre ellos. Se emplea en los siguientes casos:
Al final de las enumeraciones abiertas, con el mismo valor que el etcétera. Por ejemplo, “1, 2, 3, …”.
Cuando se deja una expresión incompleta o en suspenso. Por ejemplo, “A pocas palabras…”.
Para expresar dudas, temor o vacilación.
Cuando se reproduce de forma incompleta una cita textual, texto o refrán. Por ejemplo, "Cuando Gregorio Samsa se despertó (...), se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto" (Kafka, La metamorfosis).
Signos de interrogación y de admiración
El uso de los signos de interrogación (¿?) marca el principio y el fin de una pregunta formulada de manera directa. Por ejemplo, “¿Qué quieres?”.
Los signos de admiración o exclamación (¡!) son usados en los enunciados que expresan un sentimiento o emoción intensa. Por ejemplo, “¡qué fracaso!”, “¡fuera de aquí!”. También, en las interjecciones, “¡ay!”, “¡oh!”.
Cabe destacar que el uso de los signos de interrogación y admiración dobles, es decir, abiertos y cerrados, es exclusivo de la lengua castellana.
El uso de los signos de admiración e interrogación dobles se estableció por decisión de la Real Academia de la Lengua en el año 1754. Fue consecuencia de las continuas confusiones de lectura derivadas de la ausencia de elementos gráficos que anunciasen las preguntas o las admiraciones.
Signos de puntuación auxiliares
De igual manera que los signos de puntuación, los signos auxiliares ayudan a interpretar un texto, lo cual genera coherencia y permite al lector obtener una mejor comprensión.
Algunos de los signos auxiliares son guion (-), comillas (“”), asteriscos (*), diéresis (¨), apóstrofo (ʼ), paréntesis () y corchetes ([]).
Guion
El guion corto (-) se utiliza para separar palabras o para unirlas, de modo que permite establecer relación entre sílabas o palabras.
Cuando una palabra no cabe al final de una línea se separan sus sílabas con guion y se continúa en la línea siguiente. Por ejemplo, arma-rio, luce-ro, ra-tonera.
Asimismo, cuando se necesitan más de dos términos para describir un asunto, se usa guion. Por ejemplo, luso-venezolano, socio-económico, anglo-parlante. Cuando un término de este tipo de estandariza, tiende a omitirse el guion y se asimila la primera parte como prefijo. Por ejemplo, grecolatino, abrelatas, malcriado, etc.
Comillas
Las comillas (“”) se usan para dos funciones esenciales:
Destacar una palabra o frase dentro de un texto. Por ejemplo: Cuando digo “democracia” me refiero al poder del pueblo.
Para citar palabras de otra persona. Por ejemplo: El presidente dijo: “Nuestros atletas son un orgullo”.
Diéresis
En la lengua española, la diéresis (¨) es un signo gráfico que permite leer la letra u cuando, a pesar de estar entre la consonante g y las vocales semi-abiertas i y e, debe sonar. Por ejemplo: ungüento, cigüeñal, güiro, lingüística.
En otras lenguas como el alemán o el francés, la diéresis modifica la sonoridad de las vocales de acuerdo a sus propias normas gramaticales.
Apóstrofo
El apóstrofo (ʼ) en español tiene varios usos. Podemos enumerar los siguientes:
Elidir una letra en la escritura antigua. Por ejemplo, "D' ellos".
Representar gráficamente la omisión de una sílaba que no se pronuncia en el lenguaje coloquial de determinada región. Por ejemplo "¿Pa' qué tú quieres ese dinero?"; "Ahora sí que quiero nada' en el río".
Paréntesis
Los paréntesis () sirven para delimitar. A través de ellos, pueden aislarse palabras, frases o párrafos incluso. Esto permite aclarar o aportar alguna información complementaria al texto principal.
Por ejemplo, "La metamorfosis de Kafka (publicada en 1915) es una obra fundamental de la literatura contemporánea". "De no haber sido por José (que había estado presente), nunca hubiera descubierto la verdad".
Corchetes
Los corchetes ([]) se usan de una forma similar a los paréntesis, pero son menos frecuentes y se ajustan a determinadas salvedades.
Se usa corchete para introducir información adicional a un texto que ya está entre paréntesis. Por ejemplo, "El último disco de Violeta Parra (llamado Las últimas composiciones [1966]) fue su obra mejor lograda".
Cuando durante la trascripción de un párrafo, el que escribe desea introducir alguna nota o aclaratoria.
Cuando, durante una cita, se omite una sección del texto referido.
Se usa también en poesía para señalar la continuidad de una palabra o segmento que no cabe en la línea anterior. Por ejemplo,

¿Qué es y cuáles son las clases de acentuación?


30 mar. 2020 En: Palabras en OrdenTiempo de lectura: 1 minuto
 

Se le llama acentuación a la fuerza mayor que se le hace a determinada sílaba dentro de una palabra, diferenciándola así de las demás, por su alta duración, intensidad y tono. En el idioma español existen tres clases de acentos: Ortográfico o gráfico, prosódico y diacrítico.
Acento prosódico
Es el que se les marca a las palabras de forma oral por medio de una silaba tónica (donde va la fuerza) y de una o unas sílabas átonas (donde no va la fuerza). Este acento lo cumplen todas las palabras, excepto los monosílabos.
Ejemplo:
Es-cri-to-rio
Sílabas átonas: Es-cri-rio
Sílaba tónica: to
U-ni-ver-si-dad
Sílabas átonas: U-ni-ver-si
Sílaba tónica: dad
Acento gráfico u ortográfico
 

Este acento es el que predomina en el idioma español y es el que se les marca a las palabras de forma escrita por medio de la tilde. Para ello se necesita las normas de clasificación de palabras y las reglas de reunión de vocales, en cuanto a la formación de diptongos, triptongos  y hiatos. Pero para marcar este acento se debe tener en cuenta la clasificación de las vocales.   

Clasificación de las vocales


Las vocales, según la forma como se abre la boca para pronunciarlas, se clasifican en:
 
Vocales abiertas
Que son la a, la e y la o
Vocales cerradas
Que son la i y la u

Cuando estas vocales se reúnen suelen formar: diptongos, triptongos y hiatos. 


 
 
Dato curioso: ¿Sabías que la mayoría de las palabras que manejamos en el idioma español son graves? Luego, le siguen las agudas, después las esdrújulas y, en menor proporción, las sobresdrújulas.
 
Para recordar

Tipo de palabra ¿Cuándo se marca la tilde?

Sobresdrújula A todas se les marca la tilde

Esdrújula A todas se les marca la tilde

Graves Tilde cuando terminan en consonante diferente a n, s y vocal

Agudas Tilde cuando terminan n, s y vocal

reglas generales de acentuación

LAS PALABRAS AGUDAS


Las palabras agudas son las que llevan acento (la intensidad de la voz) en la última sílaba.
Importante destacar que no todas las palabras agudas llevan acento ortográfico (tilde).
Las palabras agudas llevan tilde si terminan en vocal:
Perú - sofá - café - rubí - menú - marroquí - bebé
Las palabras agudas llevan tilde si terminan en N o S:
también - algún - jamás - según - sillón - además - organización - capitán - alemán - anís - canción
Hay palabras agudas que tienen tilde a pesar de NO terminar en vocal, N o S. Esto es por la ruptura del diptongo:
Raúl, baúl, raíz, maíz
Ejemplos de palabras agudas CON tilde:
Perú - acción - sofá - café - organización - vudú - capitán - rubí - francés - sillón - camarón - país - japonés
Ejemplos de palabras agudas SIN tilde:
amor - cantidad - papel - reloj - capaz - pared - estoy - avestruz - virtud - fatal - contador
Las palabras agudas también se llaman oxítonas.
LAS PALABRAS GRAVES (PALABRAS LLANAS)
Las palabras graves (o palabras llanas) son la que llevan la intensidad de la voz en la penúltima sílaba.
Cabe recalcar que no todas la palabras graves llevan acento ortográfico (tilde).
Las palabras graves NO llevan tilde si terminan en VOCAL o en N o S:
Ejemplos de palabras graves CON tilde:
árbol - cárcel - ángel - difícil - túnel - azúcar - lápiz - césped - fácil - útil - carácter - débil
Ejemplos de palabras graves SIN tilde:
problema - adulto - martes - zapato - volumen - pesca - amazonas - tasa - piso - corazones*
* Corazón (con tilde - palabra aguda) - Corazones (sin tilde - palabra grave)
La palabra corazón lleva acento cuando es singular porque la intensidad de la voz está en la última sílaba y termina en N. Pero cuando se convierte en plural, la intensidad de la voz pasa a la penúltima sílaba y como termina en S, ya no lleva tilde. Corazón es una palabra aguda, Corazones es una palabra grave.
Algunos otros ejemplos de palabras con el mismo cambio:
organización - organizaciones
nación - naciones
objeción - objeciones
declaración - declaraciones
explicación - explicaciones
guión - guiones
Palabras graves y el diptongo IA
Hay palabras graves que se acentúan a pesar de terminar en vocal, rompiendo de esta forma el diptongo (ia).
María - antropología - biología - oftalmología.
Las palabras graves (o palabras llanas) también se llaman paroxítonas.
LAS PALABRAS ESDRÚJULAS
Las palabras esdrújulas son las que llevan la intensidad de la voz en la antepenúltima sílaba.
Importantísimo destacar que en este caso todas las palabras se acentúan con el acento ortográfico (tilde) siempre.
Ejemplos de palabras esdrújulas:
América - Bélgica - Sudáfrica - música - miércoles - sílaba - máquina - gramática - económico - pájaro - séptimo - cuídate - brújula - gótico - hígado - ejército - características - cállate - dámelo - fósforo - cáscara - cerámica - oxígeno - didáctico - válido
Las palabras esdrújulas también se llaman proparoxítonas.
LAS PALABRAS SOBRESDRÚJULAS
Las palabras sobresdrújulas son las que llevan la intensidad de la voz en la sílaba anterior a la antepenúltima sílaba. Todas llevan tilde.
Estas palabras sobresdrújulas que llevan tilde generalmente son verbos que van unidos a los complementos indirecto y directo o son adverbios.
Ejemplos de palabras sobresdrújulas:
cuéntamelo - devuélveselo - éticamente - fácilmente - explícaselo - rápidamente - juégatela - véndemelo - repíteselo - frívolamente - ágilmente - ábremelo - dígaselo - cálidamente - difícilmente - dibújamelo - dócilmente - gánatela
Adverbios que terminan en -MENTE
De acuerdo a lo que dice la RAE, si el adjetivo lleva tilde, el adverbio conserva la tilde. Pero en caso contrario, si el adjetivo no lleva tilde el adverbio tampoco.
Adjetivo CON tilde -> Adverbio CON tilde
Difícil - Difícilmente
Fácil - Fácilmente
Cortés - Cortésmente
Adjetivo SIN tilde -> Adverbio SIN tilde
Constante - Constantemente
Tonto - Tontamente
Resumen

Sílaba Tónica y Átona

Fabián Coelho 
Lingüista
Las sílabas de una palabra pueden dividirse en función de la intensidad con que sean pronunciadas en sílabas tónicas y átonas.
La tonicidad o atonicidad de una sílaba es fonológicamente relevante en español, pues la posición del acento en una palabra tiene un valor léxico distintivo. Son las sílabas tónicas y átonas lo que nos permite diferenciar “revolver” de “revólver”, o “ánimo” de “animo” o “animó”.
Sílaba tónica
La sílaba tónica, también llamada sílaba acentuada, es aquella que presenta mayor prominencia fonética en una palabra. En este sentido, coincide siempre con el acento prosódico de la palabra.
En todas las palabras, salvo algunas excepciones, existe solamente una sílaba tónica, siendo el resto sílabas átonas, como en los siguientes vocablos, donde podemos ver la sílaba tónica destacada en negritas.
Ejemplos de sílabas tónicas:
Buscar
Ideal
Acné
Nevera
Independencia
Fénix
Legítimo
Brújula
Máximo
Como podemos observar, de los componentes que forman la sílaba tónica, el elemento más afectado es la vocal o vocales que constituyen el núcleo silábico, no así las consonantes.
De allí que la tilde, que es el signo gráfico que en español sirve para indicar, conforme a las reglas de acentuación, que una sílaba es tónica, vaya siempre sobre la vocal nuclear de la sílaba tónica.
Por ejemplo:
Canción
Busqué
Amílcar
Árbol
Súbito
Terráqueo
Sílaba átona
La sílaba átona, también conocida como sílaba inacentuada, es toda aquella sílaba sobre la que no recae el acento prosódico de una palabra, es decir, toda aquella sílaba distinta a la sílaba tónica de una palabra. Así, en las siguientes palabras, son sílabas atonas aquellas destacadas en negritas.
Ejemplos de sílabas átonas:
Amistad
Enfrentar
Expansión
Relevo
Detrimento
Apuro
Andrógino
Impertérrito
Lógico
Hay palabras consideradas enteramente como átonas, como ciertos monosílabos y pronombres, como, por ejemplo, de, mi, tu, el, mas, te, si, tu, etc.

Tilde diacrítica
Consiste en que mediante una tilde poder diferenciar palabras que se escriben y pronuncian igual, pero tienen distinto significado.
En esta categoría caen, por ejemplo, las palabras monosílabas, que por regla conocemos que no se tildan.
Vamos entonces a ejemplificar el caso de los monosílabos uno a uno:
La tilde diacrítica sirve para diferenciar palabras que se escriben de la misma forma pero tienen significados diferentes.

Ejemplos de tilde diacrítica

Él Pronombre personal Él llegó primero.

La tilde Enfática
Se llama acento enfático a aquellos acentos que enfatizan el sonido en las estructuras exclamativas e interrogativas sin excepción; éstos pueden colocarse en forma escrita o solo pronunciarse. El acento enfático por lo general se coloca en las palabras “Qué” interrogativas iniciales, y puede ser escrita o solo pronunciada. Su misión es denotar claramente que se está haciendo una pregunta o se hace énfasis.

Caso contrario no se atildan:


El Artículo El premio será importante. Ejemplos de tilde enfática

1. ¡Cuánto lo siento!
2. Qué miedo tienes.
3. Qué hambre tengo.
 4. Qué suerte la mía.
Tú Pronombre personal Tú tendrás futuro. 5. Qué ¿no tienes miedo?
 6. Oye, ¿Qué paso ayer en tu casa?.
 7. Qué pasó aquí.
8. ¡Oh, qué niña tan bonita!
9. ¿Dónde ocurrieron los hechos? ¿Cómo dijo usted que se llama?
10. ¿Quién me habló esta mañana?
Tu Adjetivo posesivo Tu regla es de plástico. 11. ¿Cuál casa es la de Pedro?
12. ¿Cómo vamos a llegar si no sabes la dirección?
13. ¡Qué buen gol!
14. ¡Qué susto me acabas de sacar!
 15. ¡Qué miedo!
 16. ¿Qué tienes en las manos?
17. Qué trabajo me costo terminar.
Mí Pronombre personal A mí me importas mucho. 18. ¡Valla! ¿Qué sueño me dio?
19. Qué quieres tú aquí.
20. ¿Qué tanto te falta para terminar
21. ¿Qué le fallo al Refrigerador?
22. ¿Cuánto costó en total.
 23. Qué lindo perrito 24.
Mi Adjetivo posesivo Mi nota es alta. ¿Es tu gatito?, pero qué mono está.
25.  Sé lo que hiciste el verano pasado.
26. quiénes fueron a la fiesta
27. ¿Cuándo regresas?
 28. ¿Dónde estás?
29. ¡Cómo estás!
Sé Verbo ser o saber Ya sé que vendrás. 30. No sabes qué alegría me da verte.

Hiato y diptongo

Se Pronombre Se marchó al atardecer.

Un hiato es una secuencia compuesta por dos vocales consecutivas que generan dos sílabas.
Sí Afirmación Sí, eso es verdad. Un diptongo es una secuencia compuesta por dos vocales consecutivas que generan una sílaba.
La diferencia entre hiato y diptongo es que el hiato genera dos sílabas a partir de ciertas secuencias de vocales, mientras que el diptongo genera una sílaba.
El hiato y el diptongo tienen varias normas, pero en términos generales puede decirse que:
Si la secuencia tiene dos vocales abiertas diferentes o una secuencia de vocal abierta y vocal cerrada y esta última se acentúa, se trata de un hiato.
Si la secuencia tiene dos vocales cerradas distintas o una vocal abierta y otra cerrada y esta última no se acentúa, se trata de un diptongo.

Si Condicional Si vienes, te veré.

Dé Verbo dar Espero que nos dé a todos.

De Preposición Llegó el hijo de mi vecina.

Té Planta para infusiones Tomamos un té.

Te Pronombre Te dije que te ayudaría.

Más Adverbio de cantidad Todos pedían más.

Mas Equivale a "pero" Llegamos, mas había terminado.

Aún Equivale a "todavía" Aún no había llegado.

Aun Equivale a "incluso" Aun sin tu permiso, iré.

Interrogativo o ¿Por qué te callas? ¡Por qué hablas


Por qué
exclamativo tanto!

Porque Responde o afirma Porque quiero destacar.

Porqué Cuando es nombre Ignoraba el porqué.

Qué, cuál, quién, cuánto, cuándo, cómo, Interrogativos o


¿Qué quieres? No sé dónde vives.
dónde exclamativos

Hiato Diptongo

Definición Secuencia de dos vocales consecutivas que forman dos sílabas. Secuencia de dos vocales consecutivas que forman una sílaba.

Combinaciones de vocales Dos vocales abiertas diferentes. Dos vocales cerradas distintas.
Dos vocales iguales. Vocal abierta con vocal cerrada y átona.
Vocal abierta con vocal cerrada y tónica. Vocal cerrada y átona con vocal abierta.
Vocal cerrada y tónica con vocal abierta.

Ejemplos Ma-íz. Tie-rra.


Ci-ru-gí-a. Rei-na.
Pe-rí-o-do. Jui-cio.
E-tí-o-pe. Cir-cui-to.
E-ó-li-co.

¿Qué es hiato?
Es una secuencia que se forma cuando hay dos vocales consecutivas que forman dos sílabas en una misma palabra.
Para que una palabra forme un hiato, debe cumplir con alguna de estas tres combinaciones de vocales:
Dos vocales abiertas diferentes.
Dos vocales iguales.
Una vocal abierta y una vocal cerrada y tónica (con acento).
Una vocal cerrada y tónica (con acento) y una vocal abierta.
Ejemplos de hiato
Según las normas anteriores, estos serían algunos ejemplos de hiato:
Po-e-ma: dos vocales abiertas diferentes (o, e).
Le-er: dos vocales iguales (e,e).
Ra-íz:una vocal abierta (a) y otra cerrada y tónica (í).
Frí-o: una vocal cerrada y tónica y una vocal abierta (í, o)
Co-á-gu-lo: dos vocales abiertas diferentes (o, a).
A-or-ta: dos vocales abiertas diferentes (a,o).
Po-se-er: dos vocales iguales (e,e).
Abs-tra-í-do: una vocal abierta y otra cerrada y tónica (a,í).
Bio-lo-gí-a: una vocal cerrada y tónica y una vocal abierta (í,a).
¿Qué es diptongo?
Es una secuencia que se forma cuando en una misma palabra hay dos vocales consecutivas que forman una sílaba.
En una palabra hay un diptongo si se cumple alguna de estas combinaciones de vocales:
Dos vocales cerradas distintas.
Una vocal abierta y una vocal cerrada.
Una vocal cerrada y átona y una vocal abierta (es la misma norma anterior, pero con el orden de las vocales invertido).
Ejemplos de diptongo
Estos son algunos ejemplos de palabras que forman diptongos según las normas vistas anteriormente:
Rui-do: dos vocales cerradas (u,i).
Eu-ro-pa: una vocal abierta y una cerrada (e,u).
In-te-lec-tual: una vocal cerrada y una vocal abierta (u,a).
Triun-fo: dos vocales cerradas (i,u).
Pai-sa-je: vocal abierta y vocal cerrada (a,i)
Fo-bia: una vocal cerrada y una vocal abierta (i,a)

Uso de mayúsculas y minúsculas - Según la RAE

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Por Marina Maza. 8 mayo 2017

En español, la escritura más habitual se realiza en letra minúscula. Sin embargo, en algunos contextos, como la pausa después de un punto o bien la primera letra de un nombre propio, se escriben siempre con letra mayúscula. En algunas ocasiones, una palabra, una frase o un texto pueden aparecer escritos completamente en mayúsculas, como por ejemplo ONG o ESTÁ PROHIBIDO FUMAR en carteles de oficinas o restaurantes, por ejemplo.
En esta lección de unPROFESOR vamos a explicar cuál es el principal uso de mayúsculas y minúsculas según la RAE (Real Academia Española).
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Índice
Introducción al uso de las mayúsculas
Uso de las mayúsculas según los signos de puntuación
Uso de las mayúsculas sin tener en cuenta los signos de puntuación
Uso de las minúsculas
Introducción al uso de las mayúsculas
Antes de explicar los usos de las letras mayúsculas, es importante tener en cuenta algunas cuestiones generales relativas al empleo de este tipo de letra. En primer lugar, al igual que las letras minúsculas, las letras mayúsculas se acentúan siguiendo lo establecido por las reglaste acentuación.
Por ejemplo, "ánima" es una palabra que, cuando se escribe en letras minúsculas se acentúa porque es esdrújula. Entonces, cuando escribimos la misma palabra con letra mayúscula, "Ánima", debemos escribirla con tilde en la letra inicial. Sin embargo,  las siglas, que son palabras que se escriben siempre en mayúscula, nunca llevan tilde: "CIA", que procede del inglés Central Intelligence Agency) no se acentúa en español.
Otro dato de interés en relación al uso de la letra mayúscula inicial es el hecho de que las letras "i" y "j", cuando se escriben en forma mayúscula, no llevan el punto, como en las palabras "India" o "José".

Imagen: Una casa de palabras - blogger


Uso de las mayúsculas según los signos de puntuación
Dependiendo de la posición de los puntos a lo largo del discurso o del texto escrito, el uso de mayúsculas cambia o no, puesto que la puntuación condiciona de forma directa la aparición de las mayúsculas, tal y como veremos a continuación, en los siguientes contextos:
Después de un punto y seguido: Esta noche he dormido mal. Estaré cansado todo el día.
Detrás de los puntos suspensivos siempre que la frase no continúe después de ellos; es decir, siempre que los puntos suspensivos dividan dos frases independientes la una de la otra: Así, Tú tienes que comprar pan, cerveza, chocolate, lechuga, mermelada... y yo me encargo de hacer la cena es un enunciado que continúa después de los tres puntos, por lo que no lleva mayúscula, frente al siguiente ejemplo: Fuimos al cine y después a pasear... Hacía una noche fría de invierno como las de antes.
Cuando escribimos una carta, después de los dos puntos del saludo inicial, utilizamos la letra mayúscula para iniciar la carta: Querida Miriam: Te escribo porque...
De igual forma, después de los dos puntos que utilizamos para reproducir un discurso en estilo directo: Alicia me dijo: "Te querré siempre".
Uso de las mayúsculas sin tener en cuenta los signos de puntuación
Por otro lado, además de los signos de puntuación, las mayúsculas también se rigen por otro tipo de normas independientes de la puntuación de un texto. Por ejemplo, siempre se escriben con mayúscula inicial todos los nombres propios.
En general, los nombres comunes se escriben siempre en letra minúscula, pero, en determinados contextos, cuando este nombre común se recategoriza y se emplea para nombrar una realidad distinta del resto, también se puede escribir con letra mayúscula.
A continuación, veremos algunos ejemplos de sustantivos que se escriben con mayúscula:
Los nombres propios de personas, animales y cosas singularizadas: Isabel, Pedro, Rocinante, Tizona.
Los apellidos: Ramirez, Martínez, García, Moreno, Molina, Ruiz.
Los nombres de dioses: Dios, Alá, Júpiter, Marte, Atenea, Isis, Jehová.
Los sobrenombres o apodos: Alfonso X el Sabio, Manuel Benítez el Cordobés.
Los topónimos: América, Italia, Toledo, México, la Mancha, el Ebro, los Pirineos, Sevilla, Madrid, Sierra Nevada, los Picos de Europa, Río de la Plata.
Los nombres de las calles y los espacio públicos de las ciudades se escriben con mayúscula, pero se escriben con minúscula los nombres comunes que les acompañen: Así, escribimos "calle" con minúscula" pero "Sierpes" con mayúscula porque es el nombre propio de la calle: "calle Sierpes". Lo mismo ocurre con:  calle Alcalá, plaza Mayor, plaza de España, paseo de Recoletos, avenida de la Constitución.
Se escriben también con mayúsculas los nombre de los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste,  así como los nombres y adjetivos que dan título a publicaciones periódicas o colecciones: La Vanguardia, el Marca, la Biblioteca de Autores Españoles.
También se escriben con letra mayúscula los nombres de las festividades: Navidad, Corpus, Día de la Constitución, Feria de Abril, Día del Trabajador.

Imagen: Youtube
Uso de las minúsculas
La letra mayúscula se utiliza para la escritura genérica en español. Por ejemplo, los días, meses y estaciones del año se escriben con minúscula en nuestra lengua, salvo que formen parte de un nombre propio como por ejemplo  Jueves Santo, en cuyo caso se escribiría con mayúscula.
Por otra parte, todos los nombres comunes se escriben, por norma general, en letra minúscula, salvo las excepciones antes mencionadas. De igual forma, los nombres propios que se recategorizan y se utilizan como comunes, se deben escribir con letra minúscula. También se escriben en minúsculas las fórmulas de tratamiento como  usted, señor(a), santo(a) o don(ña).
En esta otra lección de unPROFESOR te descubrimos la diferencia entre sustantivos comunes y propios.

Apl i c aci ón ade c uada de abre vi at ur as y s i gl as .

EDITAR
:La concientizacion del reciclaje de las botellas de plastico

Abreviaturas'
Letra o conjunto de letras que se emplean en la escritura, en la imprenta y el coloquio para representar de forma breve una palabra o una frase. Las abreviaturas sirven para economizar tiempo y espacio. Las más corrientes son signos arbitrarios o las propias letras iniciales de las palabras que se abrevian.
Se han empleado desde la antigüedad y muchas abreviaturas corrientes proceden del latín. La mayoría de la
1) emplear la primera sílaba o la primera letra unida a la sílaba final, por ejemplo, izda. por izquierda, lda. por licenciada;
2) emplear las letras claves que identifiquen la palabra con facilidad, por ejemplo, km por kilómetro, adj. por adjetivo;
3) usar sílabas completas, por ejemplo, tele por televisión;
4) puede llevar una parte voladita, D.ª, doña;
5) debe llevar una s final cuando signifique plural: ptas; por pesetas.
6) todas las abreviaturas han de terminar en punto: s. por siglo.
7) las abreviaciones que sean de tratamiento a personas: Ud., por usted; Sr., por señor, siempre llevan punto al final: etc., Dra.; salvo en el caso de abreviaturas que están reglamentadas por normas internacionales (usos técnicos): gr, por gramo; km, por kilómetros (por convención, se usan sin punto).
Abreviaturas más frecuentes:
1) Bibliográficas
art.: artículo
cap.: capítulo
l.c., loc. cit.: (loco citato), en el lugar citado
n.: nota
p., pág.: página
vol.: volumen
2) Comerciales
C/, cta.: cuenta
c/c: cuenta corriente
Cía.: Compañía
P.O.: Por orden
S.A.: Sociedad Anónima
S.L.: Sociedad Limitada
3) Cronológicas
a.C.: antes de Cristo
d.C.: después de Cristo
A.R.: (anno regni) año del reinado
E.C.: Era cristiana
s.: siglo.
Sigla'
Sigla es, entonces, una abreviatura a partir de la inicial de las palabras claves que forman el título o el nombre completo de algo, por ejemplo, SA por Sociedad Anónima, ONU por Organización de las Naciones Unidas, ovni por ‘objeto volante no identificado’.
Muchas de las siglas, aunque no todas, aparecen escritas con letras mayúsculas y generalmente sin puntos ni espacios entre las letras que la forman. Algunas de ellas, como la NATO, se han formado sobre términos extranjeros, North Atlantic Treaty Organization; otras lo han hecho sobre su traducción al castellano, OTAN por Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Las siglas se leen como una sola palabra: onu, y no ‘organización de naciones unidas’; éste es el rasgo fundamental que las diferencia de las abreviaturas en las que se lee la palabra completa: a.C. se lee antes de Cristo.
Las siglas no se pueden dividir al final de un renglón, porque se toman como una palabra indivisible. Su utilización es muy frecuente en la actualidad en todo tipo de lenguaje, ya sea culto o coloquial, así como en las publicaciones de carácter científico o cultural, en las que se incluyen al principio o al final como base de la documentación que se brinda al lector por si quiere profundizar en esos temas o para nombrar instituciones: RAE, Real Academia Española; MOMA, Museum of Modern Art (Museo de Arte Moderno).
En la escritura actual se acepta escribir solo con mayúscula inicial una sigla cuando ésta conforma una palabra completa y además legible como tal. Por ejemplo: Otán, Sename, Corfo, Onu, etc.
No olvidar que sigla se llama también cada una de las letras que conforman la nueva palabra abreviada

¿Quésonlosnúmerosnaturales?
Para negociar y ordenar cosas, el hombre tuvo la necesidad de representar las cantidades de lo que tenía para saber con qué contaba exactamente. De ahí surgió la necesidad de crear símbolos que representaran esas cantidades.
Por ejemplo, si alguien sabía cuántas gallinas tenía, podría establecer del mismo modo la cantidad de días que podría alimentar a su familia.

A partir de esta necesidad el hombre crea lo que hoy conocemos como números naturales. Estos son los primeros que surgen en las distintas civilizaciones debido a que contar y ordenar elementos son las tareas más elementales en el tratamiento de las cantidades.
Los números naturales son aquellos símbolos que nos permiten representar la cantidad de elementos que tiene un conjunto.

Debido a la importancia de este conjunto de números se creó un símbolo especial para identificarlo, usaremos la letra ℕ para representar el conjunto de los números naturales; así, cuando veas esta ℕ en un libro de matemáticas, o en alguna clase, sabrás a qué se refiere.
¿Te has preguntado cuál es el último número natural?  No hay, sencillamente no existe un número natural que sea más grande que todos los demás, cada vez que pienses en uno, podrás encontrar muchos que sean mayores que él.  Como no terminan nunca, decimos que ℕ es un conjunto infinito.

Los números cardinales


Cuando usamos los números naturales para contar los elementos de un determinado conjunto los llamamos números cardinales.  Imagina que tienes un conjunto de galletas como el que se muestra en la imagen de abajo.  Si realizas el proceso de contar encontrarás que hay ocho galletas en total.  Decimos entonces que el cardinal del conjunto es ocho, ya que este número representa la cantidad de elementos que tiene el conjunto.

Números ordinales
En muchas ocasiones es necesario dar un orden a las cosas: las posiciones finales de una carrera o los pisos de un edificio son algunos ejemplos.  Cuando usamos los números naturales para este ordenar los llamamos ordinales.
Piensa en un edificio de varios pisos.  Empezando de abajo para arriba asignamos un número a cada piso para contarlos:

Al expresar el orden de los pisos, lo hacemos de la siguiente manera: al piso que corresponde el número , lo llamamos primer piso; al que le corresponde el  lo llamamos segundo piso; al que le corresponde el número  lo llamamos tercero, etc.
Existen unas reglas para saber como mencionar cada uno de los números ordinales:
Notación de los números ordinales
Para representar los números ordinales usamos los números naturales acompañados por una pequeña letra así: , ,, etc.  Cuando acompañamos el número por la letra a es para femenino, y con la letra o es para masculino.  Así, si queremos decir que Anita es la número uno de la clase decimos que es la primera: ; y si queremos decir que Pablo ocupó el lugar número uno en la carrera decimos que fue el primero: .
En la siguiente tabla se muestran los símbolos y lectura de las unidades y decenas ordinales.

De esta forma, si queremos mencionar la posición , debemos unir el ordinal noventa con el ordinal dos y obtendremos: “nonagésimo segundo” o “nonagésima segunda”.  Para la posición  decimos: “septuagésimo octavo” o “septuagésima octava”.
Las posiciones once y doce pueden ser mencionadas también así: “undécimo” y “duodécimo”, respectivamente.  Aunque también pueden ser mencionadas igual que las otras: “décimo primero” y “décimo segundo”.

Sistema Vigesimal de Numeración maya[editar]

Numeración maya en una página del Códice Dresde.


Los mayas crearon un sistema de numeración como un instrumento para medir el tiempo y no para hacer cálculos matemáticos. Por eso, los números mayas tienen que ver con los días, meses y años, y con la manera en que organizaban el calendario.
Los mayas tenían tres modalidades para representar gráficamente los números, del 1 al 20 , así como del cero: un sistema numérico de puntos y rayas; una numeración cefalomorfa «variantes de cabeza»; y una numeración zoomorfa "figuras de animales", mediante figuras completas. 6
En el sistema de numeración maya las cantidades son agrupadas de 20 en 20; por esa razón en cada nivel puede ponerse cualquier número del 0 al 19. Al llegar al veinte hay que poner un punto en el siguiente nivel; de este modo, en el primer nivel se escriben las unidades, en el segundo nivel se tienen los grupos de 20 (veintenas), en el tercer nivel se tiene los grupos de 20×20 y en el cuarto nivel se tienen los grupos de 20×20×20.
Los tres símbolos básicos son el punto, cuyo valor es 1; la raya, cuyo valor es 5 (llamado también barra); y el caracol (algunos autores lo describen como concha o semilla), cuyo valor es 0.
El sistema de numeración maya, aun siendo vigesimal, tiene el 5 como base auxiliar. La unidad se representa por un punto. Dos, tres, y cuatro puntos sirven para 2, 3 y 4. El 5 era una raya horizontal, a la que se añaden los puntos necesarios para representar 6, 7, 8 y 9. Para el 10 se usaban dos rayas, y de la misma forma se continúa hasta el 19 (con tres rayas y cuatro puntos) que es el máximo valor que se puede representar en cada nivel del sistema vigesimal. Este sistema de numeración es  aditivo, porque se suman los valores de los símbolos para conocer un número.
Reglas para utilizar los símbolos de la numeración maya[editar]
El punto no se repite más de 4 veces. Si se necesitan 5 puntos, entonces se sustituyen por una raya. La raya no aparece más de 3 veces. Si se necesitan 4 rayas, entonces quiere decir que se quiere escribir un número igual o mayor que 20 necesitándose así emplear otro nivel de mayor orden.
Para escribir un número más grande que veinte se usan los mismos símbolos, pero cambian su valor dependiendo de la posición en la que se pongan. Los números mayas se escriben de abajo hacia arriba. En el primer orden (el de abajo) se escriben las unidades (del 0 al 19), en el segundo se representan grupos de 20 elementos. Por esto se dice que el sistema de numeración maya es vigesimal.

Niv Multiplica
Ejemplo A Ejemplo B Ejemplo C
el dor

3.º × 400

2.º × 20

1.º ×1

32 429 5125

En el segundo orden cada punto vale 20 unidades y cada raya vale 100 unidades. Por lo tanto, el 9 del segundo orden vale 9×20=180. Esas 180 unidades se suman con las 6 del primer orden y se obtiene el número 186.
El tercer orden tendría que estar formado por grupos de 20 unidades (20×20×1); o sea, cada punto tendría que valer 400 unidades. Sin embargo, el sistema de numeración maya tiene una irregularidad: los símbolos que se escriben en este orden valen  18×20×1 para el sistema calendárico.78 Esto quiere decir que cada punto vale 360 unidades. Esta irregularidad tiene que ver con que los años mayas (tunes) están formados por 360 días, el múltiplo de 20 más cercano a 365. Por lo que el punto en el tercer nivel vale 360 únicamente en el cómputo de fechas y 400 en los demás casos. 9
En el cuarto nivel se multiplica por 8000.
Los mayas vinculaban los números del primer orden con los días (kines, en maya k'ino'ob), los del segundo orden con los meses (uinales, en maya uinalo'ob) y los del tercer orden con los años (tunes, en maya tuno'ob). En el primer número, el valor de la raya del tercer orden es 1800 (5×360), el valor del 9 del segundo orden es 180 (9×20) y el valor del 8 del primer orden es 8 (8×1); por lo tanto, el número es 1988.
El sistema de numeración maya tiene cuatro niveles, que se utilizaban para escribir grandes cantidades.
Cero[editar]
Artículo principal:  Cero

Símbolo maya para el cero, año 36 a. C.  Es el primer uso documentado del cero en América.
Los mayas preclásicos desarrollaron, con autonomía cultural, el concepto y uso del cero alrededor del año 36 a. C. 10 Este es el primer uso documentado del cero en América, aunque con algunas peculiaridades que le privaron la posibilidad operatoria. 11 Las inscripciones los muestran en ocasiones trabajando con sumas de hasta cientos de millones y fechas tan extensas que su escritura cabía en espacios largos.
El cero era necesario para su numeración porque los mayas tenían un sistema posicional, es decir, un sistema de numeración en el que cada símbolo tiene un valor diferente según la posición que ocupa. El símbolo del cero es representado por un caracol (concha o semilla de café), una media cruz de Malta, una mano bajo una espiral o una cara cubierta por una mano.6
Por ejemplo, para saber qué número es este hay que obtener el valor de los símbolos. El cero indica que no hay unidades. Los dos puntos del segundo orden representan 2 grupos de 20 unidades; o sea, 40. El número del tercer orden es un 8, pero su valor real se obtiene al multiplicarlo por 360. Por lo tanto, el número es 2880+40+0=2920. Es más fácil leer un número cuando se representa con puntos, rayas y conchas, porque es una representación sencilla que no deja lugar a dudas del valor de cada símbolo, de acuerdo con la posición en la que se escribe. En las representaciones antropomorfas, es más complejo entender el número escrito.
Numeración astronómica[editar]
El año lo consideraban dividido en 18 unidades; cada una constaba de 20 días. Se añadían algunos festivos (uayeb) y de esta forma se conseguía que durara justo lo que una de las unidades de tercer orden del sistema numérico. Además de este calendario solar usaron otro de carácter religioso en el que cada año se divide en 20 ciclos de 13 días. Al romperse la unidad del sistema, este se hace poco práctico para el cálculo. Y, aunque los conocimientos astronómicos y de otro tipo fueron notables, los mayas no desarrollaron una matemática astronómica más allá del calendario. Fue así como ellos empezaron a crear su simbolización a esto se le llama sistema de numeración maya.
Numeración comercial[editar]
Al tener cada cifra un valor relativo según el lugar que ocupa, la presencia de un signo para el cero con el que indicar la ausencia de unidades de algún orden se hace imprescindible. Los mayas lo usaron, aunque no parece haberles interesado el concepto de cantidad nula. Como los  babilonios, lo usaron simplemente para indicar la ausencia de otro número. Pero los científicos mayas eran a la vez sacerdotes ocupados en la observación astronómica, y para expresar los números correspondientes a las fechas usaron unas unidades de tercer orden irregulares para la base 20. Así, la cifra que ocupaba el tercer lugar desde abajo se multiplicaba por 20×18=360, para completar una cifra muy próxima a la duración de un año. Su
numeración limita en el número 50. Este es una variante del sistema convencional maya.
Sistema Vigesimal de Numeración maya[editar]
Numeración maya en una página del Códice Dresde.
Los mayas crearon un sistema de numeración como un instrumento para medir el tiempo y no para hacer cálculos matemáticos. Por eso, los números mayas tienen que ver con los días, meses y años, y con la manera en que organizaban el calendario.
Los mayas tenían tres modalidades para representar gráficamente los números, del 1 al 20 , así como del cero: un sistema numérico de puntos y rayas; una numeración cefalomorfa «variantes de cabeza»; y una numeración zoomorfa "figuras de animales", mediante figuras completas. 6
En el sistema de numeración maya las cantidades son agrupadas de 20 en 20; por esa razón en cada nivel puede ponerse cualquier número del 0 al 19. Al llegar al veinte hay que poner un punto en el siguiente nivel; de este modo, en el primer nivel se escriben las unidades, en el segundo nivel se tienen los grupos de 20 (veintenas), en el tercer nivel se tiene los grupos de 20×20 y en el cuarto nivel se tienen los grupos de 20×20×20.
Los tres símbolos básicos son el punto, cuyo valor es 1; la raya, cuyo valor es 5 (llamado también barra); y el caracol (algunos autores lo describen como concha o semilla), cuyo valor es 0.
El sistema de numeración maya, aun siendo vigesimal, tiene el 5 como base auxiliar. La unidad se representa por un punto. Dos, tres, y cuatro puntos sirven para 2, 3 y 4. El 5 era una raya horizontal, a la que se añaden los puntos necesarios para representar 6, 7, 8 y 9. Para el 10 se usaban dos rayas, y de la misma forma se continúa hasta el 19 (con tres rayas y cuatro puntos) que es el máximo valor que se puede representar en cada nivel del sistema vigesimal. Este sistema de numeración es  aditivo, porque se suman los valores de los símbolos para conocer un número.
Reglas para utilizar los símbolos de la numeración maya[editar]
El punto no se repite más de 4 veces. Si se necesitan 5 puntos, entonces se sustituyen por una raya. La raya no aparece más de 3 veces. Si se necesitan 4 rayas, entonces quiere decir que se quiere escribir un número igual o mayor que 20 necesitándose así emplear otro nivel de mayor orden.
Para escribir un número más grande que veinte se usan los mismos símbolos, pero cambian su valor dependiendo de la posición en la que se pongan. Los números mayas se escriben de abajo hacia arriba. En el primer orden (el de abajo) se escriben las unidades (del 0 al 19), en el segundo se representan grupos de 20 elementos. Por esto se dice que el sistema de numeración maya es vigesimal.

Niv Multiplica
Ejemplo A Ejemplo B Ejemplo C
el dor

3.º × 400

2.º × 20

1.º ×1

32 429 5125

En el segundo orden cada punto vale 20 unidades y cada raya vale 100 unidades. Por lo tanto, el 9 del segundo orden vale 9×20=180. Esas 180 unidades se suman con las 6 del primer orden y se obtiene el número 186.
El tercer orden tendría que estar formado por grupos de 20 unidades (20×20×1); o sea, cada punto tendría que valer 400 unidades. Sin embargo, el sistema de numeración maya tiene una irregularidad: los símbolos que se escriben en este orden valen  18×20×1 para el sistema calendárico.78 Esto quiere decir que cada punto vale 360 unidades. Esta irregularidad tiene que ver con que los años mayas (tunes) están formados por 360 días, el múltiplo de 20 más cercano a 365. Por lo que el punto en el tercer nivel vale 360 únicamente en el cómputo de fechas y 400 en los demás casos. 9
En el cuarto nivel se multiplica por 8000.
Los mayas vinculaban los números del primer orden con los días (kines, en maya k'ino'ob), los del segundo orden con los meses (uinales, en maya uinalo'ob) y los del tercer orden con los años (tunes, en maya tuno'ob). En el primer número, el valor de la raya del tercer orden es 1800 (5×360), el valor del 9 del segundo orden es 180 (9×20) y el valor del 8 del primer orden es 8 (8×1); por lo tanto, el número es 1988.
El sistema de numeración maya tiene cuatro niveles, que se utilizaban para escribir grandes cantidades.
Cero[editar]
Artículo principal:  Cero

Símbolo maya para el cero, año 36 a. C.  Es el primer uso documentado del cero en América.
Los mayas preclásicos desarrollaron, con autonomía cultural, el concepto y uso del cero alrededor del año 36 a. C. 10 Este es el primer uso documentado del cero en América, aunque con algunas peculiaridades que le privaron la posibilidad operatoria. 11 Las inscripciones los muestran en ocasiones trabajando con sumas de hasta cientos de millones y fechas tan extensas que su escritura cabía en espacios largos.
El cero era necesario para su numeración porque los mayas tenían un sistema posicional, es decir, un sistema de numeración en el que cada símbolo tiene un valor diferente según la posición que ocupa. El símbolo del cero es representado por un caracol (concha o semilla de café), una media cruz de Malta, una mano bajo una espiral o una cara cubierta por una mano.6
Por ejemplo, para saber qué número es este hay que obtener el valor de los símbolos. El cero indica que no hay unidades. Los dos puntos del segundo orden representan 2 grupos de 20 unidades; o sea, 40. El número del tercer orden es un 8, pero su valor real se obtiene al multiplicarlo por 360. Por lo tanto, el número es 2880+40+0=2920. Es más fácil leer un número cuando se representa con puntos, rayas y conchas, porque es una representación sencilla que no deja lugar a dudas del valor de cada símbolo, de acuerdo con la posición en la que se escribe. En las representaciones antropomorfas, es más complejo entender el número escrito.
Numeración astronómica[editar]
El año lo consideraban dividido en 18 unidades; cada una constaba de 20 días. Se añadían algunos festivos (uayeb) y de esta forma se conseguía que durara justo lo que una de las unidades de tercer orden del sistema numérico. Además de este calendario solar usaron otro de carácter religioso en el que cada año se divide en 20 ciclos de 13 días. Al romperse la unidad del sistema, este se hace poco práctico para el cálculo. Y, aunque los conocimientos astronómicos y de otro tipo fueron notables, los mayas no desarrollaron una matemática astronómica más allá del calendario. Fue así como ellos empezaron a crear su simbolización a esto se le llama sistema de numeración maya.
Numeración comercial[editar]
Al tener cada cifra un valor relativo según el lugar que ocupa, la presencia de un signo para el cero con el que indicar la ausencia de unidades de algún orden se hace imprescindible. Los mayas lo usaron, aunque no parece haberles interesado el concepto de cantidad nula. Como los  babilonios, lo usaron simplemente para indicar la ausencia de otro número. Pero los científicos mayas eran a la vez sacerdotes ocupados en la observación astronómica, y para expresar los números correspondientes a las fechas usaron unas unidades de tercer orden irregulares para la base 20. Así, la cifra que ocupaba el tercer lugar desde abajo se multiplicaba por 20×18=360, para completar una cifra muy próxima a la duración de un año. Su
numeración limita en el número 50. Este es una variante del sistema convencional maya.
Número natural
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Los números naturales pueden usarse para contar (una manzana, dos manzanas, tres manzanas, …).
En matemáticas, un número natural es cualquiera de los números que se usan para contar los elementos de ciertos conjuntos,12 como también en operaciones elementales de cálculo. Son aquellos números naturales los que sirven para contar elementos por lo que son naturales por ejemplo: 5,7,8,9… Por definición convencional se dirá que cualquier elemento del siguiente conjunto, ℕ = {1, 2, 3, 4, …}, es un número natural.2 En obras más modernas, aparece también como ℕ = {0, 1, 2, 3, 4, …}.3 De dos números vecinos cualesquiera, el que se encuentra a la derecha se llama siguiente o sucesivo,4 por lo que el conjunto de los números naturales es ordenado e infinito.
El conjunto de todos los números naturales iguales o menores que cierto número natural , es decir, el conjunto , se llama segmento de una sucesión natural y se denota  o bien .4

Índice
1Convenios de notación
2Historia
3Construcciones axiomáticas
3.1Axiomas de Peano
4Versión de Bush-Obreanu
4.1Definición en teoría de conjuntos
5Operaciones con los números naturales
6Propiedades de los números naturales
6.1Conceptos globales y de estructura
7Uso de los números naturales
8Sustracción o resta con números naturales
8.1Proposiciones
8.2Observación
9Topologización de N
10Principio de permanencia
11Véase también
12Referencias
13Bibliografía
14Enlaces externos
Convenios de notación[editar]
Puesto que los números naturales se utilizan para contar elementos, el cero puede considerarse el número que corresponde a la ausencia de los mismos; dependiendo del área de la ciencia, el conjunto de los números naturales puede presentarse entonces de dos maneras distintas:
Definición sin el cero:
Definición con el cero:
donde la ℕ de natural se suele escribir en "negrita de pizarra".
Históricamente el uso del cero como numeral fue introducido en Europa en el siglo XII. Esto no quiere decir que antes no se utilizara el número cero como numeral, ya que con la invención del sistema de numeración Hindi (en la India) se incluyó el número cero como numeral, y también se usaba en la numeración maya. Con el tiempo, el sistema de numeración Hindi también fue usado por los árabes; de este hecho viene que pasara de llamarse sistema de numeración Hindi a denominarse sistema de numeración arábigo-índico. Con la conquista musulmana de la península ibérica en el siglo XII, el sistema de numeración arábigo-índico empezó a usarse en Europa y pasó a llamarse sistema de numeración arábigo-índico
occidental o sistema de numeración decimal, el cual incluye el cero como numeral, pero aun así no se consideraba a este como un número natural.
Sin embargo, con el desarrollo de la teoría de conjuntos en el siglo XIX, el cero se incluyó en las definiciones conjuntistas de los números naturales. Esta convención prevalece en dicha disciplina, 5 y otras, como la teoría de la computación.6 En particular, el estándar DIN 5473 adopta esta definición.6 Sin embargo, en la actualidad ambos convenios conviven.7
Para distinguir ambas definiciones a veces se introducen símbolos distintos. Por ejemplo, si no se incluye el cero en los naturales, al conjunto de los números naturales sin el cero se lo llama conjunto de los enteros positivos y se lo denota como , , o .8
Por el contrario, cuando el 0 se considera un número natural (cosa que es conveniente, por ejemplo, en divisibilidad y teoría de números), al conjunto de los naturales con el cero se lo llama conjunto de los números cardinales y se lo denota .
Historia[editar]

El Hueso de Ishango (actualmente exhibido en el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales 9 se cree que fue usado hace más de 20 000 años para aritmética natural.
Antes de que surgieran los números naturales para la representación de cantidades, las personas usaban otros métodos para contar, utilizando para ello objetos como piedras, palitos de madera, nudos de cuerdas, o simplemente los dedos (ver sistema de numeración unario). Más adelante comenzaron a aparecer los símbolos gráficos como señales para contar, por ejemplo marcas en una vara o simplemente trazos específicos sobre la arena (véase hueso de Ishango). Pero fue en Mesopotamia alrededor del año 400 a. C. donde aparecen los primeros vestigios de los números que consistieron en grabados de señales en forma de cuñas sobre pequeños tableros de arcilla empleando para ello un palito aguzado. De aquí el nombre
de escritura cuneiforme. Este sistema de numeración fue adoptado más tarde, aunque con símbolos gráficos diferentes, en la Grecia Antigua y en la Antigua Roma. En la Grecia antigua se empleaban simplemente las letras de su alfabeto, mientras que en la antigua Roma, además de las letras, se utilizaron algunos símbolos.
Quien colocó al conjunto de los números naturales sobre lo que comenzaba a ser una base sólida, fue Richard Dedekind en el siglo XIX. Este los derivó de una serie de postulados (lo que implicaba que la existencia del conjunto de números naturales se daba por cierta), que después precisó Peano dentro de una lógica de segundo orden, resultando así los famosos cinco postulados que llevan su nombre. Frege fue superior a ambos, demostrando la existencia del sistema de números naturales partiendo de principios más fuertes. Lamentablemente la teoría de Frege perdió, por así decirlo, su credibilidad, y hubo que buscar un nuevo método. Fue  Zermelo quien demostró la existencia del conjunto de los naturales, dentro de su
teoría de conjuntos y principalmente mediante el uso del axioma de infinitud, que, con una modificación de este hecha por Adolf Fraenkel, permite construir el conjunto de números naturales como ordinales según von Neumann.
Algunas características de los números naturales son:
Todo número mayor que 1 (o mayor que 0 en caso de considerar el 0 como natural) va después de otro número natural.
Entre dos números naturales siempre hay un número finito de naturales (interpretación de conjunto no denso).
Dado un número natural cualquiera, siempre existe otro natural mayor que este (interpretación de conjunto infinito).
Entre el número natural  y su sucesor  no existe ningún número natural.
Construcciones axiomáticas[editar]
Históricamente, se han realizado propuestas para axiomatizar la noción habitual de números naturales, de entre las que destacan las de Peano y la construcción a partir de la teoría de conjuntos.
Axiomas de Peano[editar]
Artículo principal:  Axiomas de Peano
Si n es un número natural, entonces el sucesor de n también es un número natural.
El 1 no es el sucesor de ningún número natural.
Si hay dos números naturales n y m con el mismo sucesor, entonces n y m son el mismo número natural.
Versión de Bush-Obreanu[editar]
El sistema de Peano ha sido simplificado.10
Definición en teoría de conjuntos[editar]
En teoría de conjuntos se define al conjunto de los números naturales como el mínimo conjunto que es inductivo. La idea es que se pueda contar haciendo una biyección desde un número natural hasta el conjunto de objetos que se quiere contar. Es decir, para dar la definición de número 2, se requiere dar un ejemplo de un conjunto que contenga precisamente dos elementos. Esta definición fue proporcionada por Bertrand Russell, y más tarde simplificada por Von Neumann quien propuso que el candidato para 2 fuera el conjunto que contiene solo a 1 y a 0.
Formalmente, un conjunto x se dice que es un número natural si cumple
Para cada y ∈ x, y ⊆ x
La relación ∈x = {(a, b) ∈ x • x | a ∈ b} es un orden total estricto en x
Todo subconjunto no vacío de x tiene elementos mínimo y máximo en el orden ∈x
Se intenta pues, definir un conjunto de números naturales donde cada elemento respete las convenciones anteriores. Primero se busca un conjunto que sea el representante del  0, lo cual es fácil ya que sabemos que ∅ no contiene elementos. Luego se definen los siguientes elementos de una manera ingeniosa con el uso del concepto de sucesor.
Se define -según Halmos- entonces que el conjunto vacío es un número natural que se denota por 0 y que cada número natural n tiene un sucesor denotado como n+. Estas ideas quedan formalizadas mediante las siguientes expresiones:
0=∅
n+ = n ∪ {n}
De esta manera, cada elemento de algún número natural es un número natural; a saber, un antecesor de él. Por ejemplo:
Por definición 0 = {} (lo cual refuerza el hecho de que 0 no tiene antecesores)
1 es el sucesor de 0, entonces 1 = 0+ = ∅ ∪ {0} = {0}
2 es el sucesor de 1, pero 1 es {0}, entonces 2 = 1+ = {0} ∪ {1} = {0, 1} .
y en general
3 = {0, 1, 2}
4 = {0, 1, 2, 3}
5 = {0, 1, 2, 3, 4}

Esto permite establecer una relación de orden entre los elementos del conjunto a pesar de que un conjunto es por naturaleza un agregado de elementos desordenados. Se define esta relación mediante la expresión:
a ≤ b ⇔ a ⊆ b
es decir que un número a es menor o igual que b si y solo si b contiene a todos los elementos de a.
También se puede usar otra definición más inmediata a partir del hecho de que cada número natural consta de sus antecesores. Así a < b si y solo si a ∈ b.
Esa es la construcción formal de los naturales que garantiza su existencia como conjunto a la luz del desarrollo axiomático Zermelo-Fraenkel. El postulado de los conjuntos infinitos asegura la validez de la técnica de demostración conocida como inducción matemática.
Un teorema demuestra que cualquier conjunto que sea inductivo contiene a todos los números naturales, es decir que si A es un conjunto inductivo, entonces ℕ ⊆ A. Esto significa que, en efecto, ℕ es el mínimo conjunto inductivo.
Se define la suma por inducción mediante:
a + 0 = a
a + b+ = (a + b) +
Lo que convierte a los números naturales (ℕ, +) en un monoide conmutativo con elemento neutro 0, el llamado Monoide Libre con un generador. Este monoide satisface la propiedad cancelativa y por lo tanto puede incluirse en un grupo matemático. El menor grupo que contiene a los naturales es el de los números enteros.
De manera análoga, la multiplicación × se define mediante las expresiones:
a × 0 = 0
a × b+ = (a × b) + a
Esto convierte (ℕ, ×) (esto es, ℕ con esta nueva operación), en un monoide conmutativo.
Otra forma de construcción de ℕ es la siguiente: Sea ℱ la clase de todos los conjuntos y definiremos una relación binaria R "ser equipotente" de la siguiente manera: Dados A y B ∈ ℱ se dice que A R B ↔ Existe una aplicación biyectiva de A sobre B, es decir, existe f : A → B biyectiva. Claramente se puede demostrar que esta relación verifica las propiedades reflexiva, simétrica y transitiva luego es una relación de equivalencia al conjunto cociente ℱ/R = {[A]/A ∈ ℱ} los llamaremos cardinales y a los cardinales finitos se les llamará números naturales.Las operaciones de suma y producto de cardinales se definen como el cardinal de la unión y el producto cartesiano de los conjuntos representantes y verifica todas las
propiedades para que (ℕ, +, ×) sea un semianillo conmutativo y unitario.
Operaciones con los números naturales[editar]
Las operaciones matemáticas que se definen en el conjunto de los números naturales son la suma y la multiplicación.
La suma y la multiplicación de números naturales son operaciones conmutativas y asociativas, es decir:
El orden de los números no altera el resultado (propiedad conmutativa), a + b = b + a, y a × b = b × a.
Para sumar —o multiplicar— tres o más números naturales, no hace falta agrupar los números de una manera específica ya que (a + b) + c = a + (b + c) (propiedad asociativa). Esto es lo que da sentido a expresiones como a + b + c.
Al construir la operación de multiplicación de números naturales, se puede observar claramente que la adición o suma y la multiplicación son operaciones compatibles, pues la multiplicación sería una adición de cantidades iguales y gracias a esta compatibilidad se puede desarrollar la  propiedad distributiva, que se expresa de la forma:
a × (b + c) = (a × b) + (a × c)
Aparte, estas dos operaciones cumplen con las propiedades de:
Clausura de ambas operaciones para todos los números naturales a y b, ya que a + b y a × b son siempre números naturales.
Existencia de elementos neutros para ambas operaciones, es decir, para cada número a, a + 0 = a y a × 1 = a.
No existencia de divisores de cero para la operación de multiplicación: si a y b son números naturales tales que a × b = 0, entonces a = 0 o b = 0.
Propiedades de los números naturales[editar]
Los números naturales están totalmente ordenados. La relación de orden ≤ se puede redefinir así: a ≤ b si y solo si existe otro número natural c que cumple a + c = b. Este orden es compatible con todas las operaciones aritméticas puesto que si a, b y c son números naturales y a ≤ b, entonces se cumple:
a + c ≤ b + c
a × c ≤ b × c
Una propiedad importante del conjunto de los números naturales es que es un conjunto bien ordenado
Para cualquier elemento a de A existe b en A tal que a < b
En los números naturales existe el algoritmo de la división. Dados dos números naturales a y b, si b ≠ 0, podemos encontrar otros dos números naturales q y r, denominados cociente y resto respectivamente, tales que:
a = (b × q) + r y r < b
Los números q y r están unívocamente determinados por a y b.
Otras propiedades más complejas de los números naturales, como la distribución de los números primos por ejemplo, son estudiadas por la teoría de números.
Relación de orden
La relación sucesor le da una estructura de orden.11
Conceptos globales y de estructura[editar]
Algebraicamente, el conjunto ℕ = {0, 1, 2, ... n, ...} es un semigrupo aditivo asociativo con elemento neutro 0 y semigrupo multiplicativo asociativo con elemento neutro 1.12
Topológicamente, ℕ tiene la topología cofinita.13
El cardinal de ℕ es menor que el cardinal de ℝ.14
Uso de los números naturales[editar]
Los números naturales, son usados para dos propósitos fundamentalmente: para describir la posición de un elemento en una secuencia ordenada, como se generaliza con el concepto de número ordinal, y para especificar el tamaño de un conjunto infinito, que a su vez se generaliza en el concepto de número cardinal. En el mundo de lo finito, ambos conceptos son coincidentes: los ordinales infinitos son iguales a N así como los cardinales infinitos. Cuando nos movemos más allá de lo infinito, ambos conceptos son diferentes.
Otro uso de gran importancia, desde el punto de vista matemático, es en la construcción de los números enteros, para lo cual en N × N se establece una relación de equivalencia, para dos pares ordenados de N × N:
(a, b) ~ (c, d) ↔ a + d = b + c.
Sustracción o resta con números naturales[editar]
Asúmase que ℕ = {0, 1, 2, 3, ...} y sea H = {(m, n) / m, n ∈ ℕ; m ≥ n}, sea g una aplicación de H en ℕ, tal que g(m, n) = m - n = d ↔ m = d + n, donde m, n están en H y d está en ℕ. A la aplicación g de H sobre ℕ se llama sustracción o resta en ℕ. La diferencia d = m - n, solo es posible en el caso que m ≥ n.
Proposiciones[editar]
Si m - n = p, entonces m - p = n
Si m - n = p, entonces (m + r) - (n + r) = p
Para cualquier m ∈ ℕ, m - m = 0;
como m - 0 = m, 0 hace el papel de elemento neutro por la derecha.
La resta no es conmutativa ni asociativa.
Si se da m - n = p, existe una infinidad de números naturales m´ y n´ tal que m´ - n´ = p; de modo tal que en ℕ × ℕ la relación (m, n) ≈ (m´ ,n´) ↔ m + n´ = n + m´ define una relación de equivalencia, punto de partida para la construcción del ℤ de los números enteros.15
Observación[editar]
Una operación en A definen algunos matemáticos como una aplicación de A × A en A. Si se acepta esto, la sustracción no es una operación en el conjunto de los naturales.16
Si se define una aplicación en H, parte propia de A × A, en A tal aplicación se llama operación parcialmente definida en A. Admitido lo anterior, la sustracción es una operación parcialmente definida en los números naturales.17
Topologización de N[editar]
En el conjunto ℕ de los naturales cabe la topología discreta y la cofinita, también alguna topología de orden. 18
Principio de permanencia[editar]
Es un teorema vinculado al sistema de los números naturales y sus ampliaciones aplicativas. Esta proposición expresa que las propiedades de cálculo usuales para los números naturales, también son legítimas para los números estructurados mediante operaciones inversas. Como ejemplo: según el principio de permanencia, las propiedades de la potenciación siguen válidas aun en el caso de números con exponentes fraccionarios.
(ab)5 = a5b5 ⇒ (ab)2/3 = a2/3 b2/3 entre otras leyes de la potenciación.19

Número primo
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Este artículo trata sobre primos en los números enteros. Para la generalización a anillos, véanse elemento primo y elemento irreducible.

Números naturales de cero a cien. Los números primos están marcados en rojo.

La distribución de los números primos (línea azul) hasta el 400


En matemáticas, un número primo es un número natural mayor que 1 que tiene únicamente dos divisores positivos distintos: él mismo y el 1.12 Por el contrario, los números compuestos son los números naturales que tienen algún divisor natural aparte de sí mismos y del 1, y, por lo tanto, pueden factorizarse. El número 1, por convenio, no se considera ni primo ni compuesto.

Los 168 números primos menores que 1000 son:

2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, 31, 37, 41, 43, 47, 53, 59, 61, 67, 71, 73, 79, 83, 89, 97, 101, 103, 107, 109, 113, 127, 131, 137, 139, 149, 151, 157, 163, 167, 173, 179, 181, 191, 193, 197, 199, 211, 223, 227, 229, 233, 239, 241, 251, 257, 263, 269, 271, 277, 281, 283, 293, 307, 311, 313, 317, 331, 337, 347, 349, 353, 359, 367, 373, 379, 383, 389, 397, 401, 409, 419, 421, 431, 433, 439, 443, 449, 457, 461, 463, 467, 479, 487, 491, 499, 503, 509, 521, 523, 541, 547, 557, 563, 569, 571, 577, 587, 593, 599, 601, 607, 613, 617, 619, 631, 641, 643, 647, 653, 659, 661, 673, 677, 683, 691, 701, 709, 719, 727, 733, 739, 743, 751, 757, 761, 769, 773, 787, 797, 809, 811, 821, 823, 827, 829, 839, 853, 857, 859, 863, 877, 881, 883,
887, 907, 911, 919, 929, 937, 941, 947, 953, 967, 971, 977, 983, 991 y 997 (sucesión A000040 en OEIS).

El primer número primo a partir del número mil es el 1009, luego de diez mil es el 10 007, a partir de cien mil es el 100 003, inmediatamente después de un millón es el 1 000 003.

La propiedad de ser número primo se denomina primalidad.

En la teoría algebraica de números, a los números primos se les conoce como números racionales primos para distinguirlos de los números gaussianos primos.3 La primalidad no depende del sistema de numeración, pero sí del anillo donde se estudia la primalidad. Dos es primo racional; sin embargo tiene factores como entero gaussiano: 2 = (1+i)*(1-i).

El estudio de los números primos es una parte importante de la teoría de números, rama de las matemáticas que trata las propiedades, básicamente aritméticas,4 de los números enteros.

Los números primos están presentes en algunas conjeturas centenarias tales como la hipótesis de Riemann y la conjetura de Goldbach, resuelta por Harald Helfgott en su forma débil.

La distribución de los números primos es un asunto reiterativo de investigación en la teoría de números: si se consideran números aisladamente, los primos parecieran estar distribuidos de modo probabilístico, pero la distribución «global» de los números primos se ajusta a leyes bien definidas.

Índice
1 Historia de los números primos
1.1 El Oriente prehelénico
1.2 Antigua Grecia
1.3 Desde la época del Renacimiento
2 El número 1 no se considera primo
3 Propiedades de los números primos
3.1 Teorema fundamental de la aritmética
3.2 Otras propiedades
3.3 Números primos y funciones aritméticas
4 Características del conjunto de los números primos
4.1 Infinitud de los números primos
4.1.1 Otros enunciados que implican la infinitud de los números primos
4.2 Frecuencia de los números primos
4.3 Diferencia entre dos primos consecutivos
4.4 Conclusión
5 Encontrar números primos
5.1 Tests de primalidad
5.2 Algoritmos de factorización
5.3 Fórmulas que solo generasen números primos
6 Clases de números primos
6.1 Primos primoriales y primos factoriales
6.2 Números primos de Fermat
6.3 Números primos de Mersenne
6.4 Otras clases de números primos
6.5 Cuadro resumen
7 Conjeturas
7.1 Hipótesis de Riemann
7.2 Otras conjeturas
7.2.1 Infinitud de ciertos tipos de números primos
7.2.2 Distribución de los números primos
7.2.3 Teoría aditiva de números
7.3 Los cuatro problemas de Landau
8 Generalización del concepto de número primo
8.1 Elementos primos en un anillo
8.2 Ideales primos
8.3 Primos en teoría de la valoración
8.4 Nudos primos
9 Aplicaciones en la matemática
10 Aplicaciones en la computación
11 Números primos en el arte y la literatura
12 Véase también
13 Referencias
14 Enlaces externos
Historia de los números primos
El Oriente prehelénico

Imagen del hueso de Ishango expuesto en el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales.
Las muescas presentes en el hueso de Ishango, que data de hace más de 20 000 años (anterior por tanto a la aparición de la escritura) y que fue hallado por el arqueólogo Jean de Heinzelin de Braucourt,5 parecen aislar cuatro números primos: 11, 13, 17 y 19. Algunos arqueólogos interpretan este hecho como la prueba del conocimiento de los números primos. Con todo, existen muy pocos hallazgos que permitan discernir los conocimientos que tenía realmente el hombre de aquella época.6

Numerosas tablillas de arcilla seca atribuidas a las civilizaciones que se fueron sucediendo en Mesopotamia a lo largo del II milenio a.C. muestran la resolución de problemas aritméticos y atestiguan los conocimientos de la época. Los cálculos requerían conocer los inversos de los naturales, que también se han hallado en tablillas.7 En el sistema sexagesimal que empleaban los babilonios para escribir los números, los inversos de los divisores de potencias de 60 (números regulares) se calculan fácilmente; por ejemplo, dividir entre 24 equivale a multiplicar por 150 (2·60+30) y correr la coma sexagesimal dos lugares. El conocimiento matemático de los babilonios necesitaba una sólida comprensión de la multiplicación, la
división y la factorización de los naturales.

En las matemáticas egipcias, el cálculo de fracciones requería conocimientos sobre las operaciones, la división de naturales y la factorización. Los egipcios solo operaban con las llamadas fracciones egipcias, suma de fracciones unitarias, es decir, aquellas cuyo numerador es 1, como {\displaystyle {\tfrac {1}{2}},{\tfrac {1}{3}},{\tfrac {1}{4}},{\tfrac {1}{5}},\dots }\tfrac{1}{2}, \tfrac{1}{3}, \tfrac{1}{4}, \tfrac{1}{5}, \dots, por lo que las fracciones de numerador distinto de 1 se escribían como suma de inversos de naturales, a ser posible sin repetición {\displaystyle \left({\tfrac {2}{3}}={\tfrac {1}{2}}+{\tfrac {1}{6}}\right.}{\displaystyle \left({\tfrac {2}{3}}={\tfrac {1}{2}}+{\tfrac {1}{6}}\right.} en lugar de {\
displaystyle \left.{\tfrac {1}{3}}+{\tfrac {1}{3}}\right)}\left . \tfrac{1}{3}+\tfrac{1}{3} \right).8 Es por ello que, en cierta manera, tenían que conocer o intuir los números primos.9

Antigua Grecia

Un fragmento de los Elementos de Euclides encontrado en Oxirrinco


La primera prueba indiscutible del conocimiento de los números primos se remonta a alrededor del año 300 a. C. y se encuentra en los Elementos de Euclides (tomos VII a IX). Euclides define los números primos, demuestra que hay infinitos de ellos, define el máximo común divisor y el mínimo común múltiplo y proporciona un método para determinarlos que hoy en día se conoce como el algoritmo de Euclides. Los Elementos contienen asimismo el teorema fundamental de la aritmética y la manera de construir un número perfecto a partir de un número primo de Mersenne.

La criba de Eratóstenes, atribuida a Eratóstenes de Cirene, es un método sencillo que permite encontrar números primos. Hoy en día, empero, los mayores números primos que se encuentran con la ayuda de ordenadores emplean otros algoritmos más rápidos y complejos.

Desde la época del Renacimiento

Pierre de Fermat
Después de las matemáticas griegas hubo pocos avances en el estudio de los números primos hasta el siglo xvii. En 1640 Pierre de Fermat estableció (aunque sin demostración) el pequeño teorema de Fermat, posteriormente demostrado por Leibniz y Euler. Es posible que mucho antes se conociera un caso especial de dicho teorema en China.

Fermat conjeturó que todos los números de la forma 22n+1 eran primos (debido a lo cual se los conoce como números de Fermat) y verificó esta propiedad hasta n = 4 (es decir, 216 + 1). Sin embargo, el número de Fermat 232 + 1 es compuesto (uno de sus factores primos es 641), como demostró Euler. De hecho, hasta nuestros días no se conoce ningún número de Fermat que sea primo aparte de los que ya conocía el propio Fermat.

El monje francés Marin Mersenne investigó los números primos de la forma 2p − 1, con p primo. En su honor, se los conoce como números de Mersenne.

En el trabajo de Euler en teoría de números se encuentran muchos resultados que conciernen a los números primos. Demostró la divergencia de la serie {\displaystyle {\tfrac {1}{2}}+{\tfrac {1}{3}}+{\tfrac {1}{5}}+{\tfrac {1}{7}}+\dots }\tfrac{1}{2}+\tfrac{1}{3}+\tfrac{1}{5}+\tfrac{1}{7}+\dots, y en 1747 demostró que todos los números perfectos pares son de la forma 2p-1(2p - 1), donde el segundo factor es un número primo de Mersenne. Se cree que no existen números perfectos impares, pero todavía es una cuestión abierta.

A comienzos del siglo xix, Legendre y Gauss conjeturaron de forma independiente que, cuando n tiende a infinito, el número de primos menores o iguales que n es asintótico a {\displaystyle {\tfrac {n}{\ln(n)}}}\tfrac{n}{\ln (n)}, donde ln(n) es el logaritmo natural de n. Las ideas que Bernhard Riemann plasmó en un trabajo de 1859 sobre la función zeta describieron el camino que conduciría a la demostración del teorema de los números primos. Hadamard y De la Vallée-Poussin, cada uno por separado, dieron forma a este esquema y consiguieron demostrar el teorema en 1896.

Actualmente no se comprueba la primalidad de un número por divisiones sucesivas, al menos no si el número es relativamente grande.

Durante el siglo xix se desarrollaron algoritmos para saber si un número es primo o no factorizando completamente el número siguiente (p+1) o el anterior (p-1). Dentro del primer caso se encuentra el test de Lucas-Lehmer, desarrollado a partir de 1856. Dentro del segundo caso se encuentra el test de Pépin para los números de Fermat (1877). El caso general de test de primalidad cuando el número inmediatamente anterior se encuentra completamente factorizado se denomina test de Lucas.

Posteriormente se encontraron algoritmos de primalidad con solo obtener una factorización parcial de p+1 o p-1. Ejemplos de estos algoritmos son el test de Proth (desarrollado alrededor de 1878) y el test de Pocklington (1914). En estos algoritmos se requiere que el producto de los factores primos conocidos de p-1 sea mayor que la raíz cuadrada de p. Más recientemente, en 1975, Brillhart, Lehmer y Selfridge desarrollaron el test BLS de primalidad que solo requiere que dicho producto sea mayor que la raíz cúbica de p. El mejor método conocido de esta clase es el test de Konyagin y Pomerance del año 1997, que requiere que dicho producto sea mayor que p3/10.10 11

A partir de la década de 1970 varios investigadores descubrieron algoritmos para determinar si cualquier número es primo o no con complejidad subexponencial, lo que permite realizar tests en números de miles de dígitos, aunque son mucho más lentos que los métodos anteriores. Ejemplos de estos algoritmos son el test APRT-CL (desarrollado en 1979 por Adleman, Pomerance y Rumely, con mejoras introducidas por Cohen y Lenstra en 1984), donde se usan los factores de pm-1, donde el exponente m depende del tamaño del número cuya primalidad se desea verificar, el test de primalidad por curvas elípticas (desarrollado en 1986 por S. Goldwasser, J. Kilian y mejorado por A. O. L. Atkin), que entrega un certificado
consistente en una serie de números que permite después confirmar rápidamente si el número es primo o no. El desarrollo más reciente es el test de primalidad AKS (2002), que si bien su complejidad es polinómica, para los números que puede manejar la tecnología actual es el más lento de los tres.

Durante mucho tiempo, se pensaba que la aplicación de los números primos era muy limitada fuera de la matemática pura.1213 Esto cambió en los años 1970 con el desarrollo de la criptografía de clave pública, en la que los números primos formaban la base de los primeros algoritmos, tales como el algoritmo RSA.

Desde 1951, el mayor número primo conocido siempre ha sido descubierto con la ayuda de ordenadores. La búsqueda de números primos cada vez mayores ha suscitado interés incluso fuera de la comunidad matemática. En los últimos años han ganado popularidad proyectos de computación distribuida tales como el GIMPS, mientras los matemáticos siguen investigando las propiedades de los números primos.

El número 1 no se considera primo


La cuestión acerca de si el número 1 debe o no considerarse primo está basada en la convención. Ambas posturas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. De hecho, hasta el siglo xix, los matemáticos en su mayoría lo consideraban primo. Muchos trabajos matemáticos siguen siendo válidos a pesar de considerar el 1 como un número primo, como, por ejemplo, el de Stern y Zeisel. La lista de Derrick Norman Lehmer de números primos hasta el 10.006.721, reimpresa hasta el año 195614 empezaba con el 1 como primer número primo.15

Actualmente, la comunidad matemática se inclina por no considerar al 1 en la lista de los números primos. Esta convención, por ejemplo, permite una formulación muy económica del teorema fundamental de la aritmética: «todo número natural tiene una representación única como producto de factores primos, salvo el orden».16 17 Además, los números primos tienen numerosas propiedades de las que carece el 1, tales como la relación del número con el valor correspondiente de la función φ de Euler o la función divisor.18 Cabe también la igualdad para todo {\displaystyle n} n entero positivo, {\displaystyle 1=1^{n}}1= 1^n , lo que permitiría decir que tiene {\displaystyle n} n factores.19

Propiedades de los números primos


Teorema fundamental de la aritmética
Artículo principal: Teorema fundamental de la aritmética

Esta ilustración muestra que el 11 es un número primo, pero el 12 no lo es.


El teorema fundamental de la aritmética establece que todo número natural tiene una representación única como producto de factores primos, salvo el orden. Un mismo factor primo puede aparecer varias veces. El 1 se representa entonces como un producto vacío.

Se puede considerar que los números primos son los «ladrillos» con los que se construye cualquier número natural. Por ejemplo, se puede escribir el número 23.244 como producto de 22·3·13·149, y cualquier otra factorización del 23.244 como producto de números primos será idéntica excepto por el orden de los factores.

La importancia de este teorema es una de las razones para excluir el 1 del conjunto de los números primos. Si se admitiera el 1 como número primo, el enunciado del teorema requeriría aclaraciones adicionales.

A partir de esta unicidad en la factorización en factores primos se desarrollan otros conceptos muy utilizados en matemáticas, tales como el mínimo común múltiplo, el máximo común divisor y la coprimalidad de dos o más números. Así,

El mínimo común múltiplo de dos o más números es el menor de los múltiplos comunes de todos ellos. Para calcularlo, se descomponen los números en factores primos y se toman los factores comunes y no comunes con su máximo exponente. Por ejemplo, el mínimo común múltiplo de 10=2·5 y 12=22·3 es 60=22·3·5.
El máximo común divisor de dos o más números es el mayor de los divisores comunes de todos ellos. Es igual al producto de los factores comunes con su mínimo exponente. En el ejemplo anterior, el máximo común divisor de 10 y 12 es 2.
Finalmente, dos o más números son coprimos, o primos entre sí, si no tienen ningún factor primo común; es decir, si su máximo común divisor es 1. Un número primo es, así, coprimo con cualquier número natural que no sea múltiplo de él mismo.
Otras propiedades
En su escritura en el sistema de numeración decimal, todos los números primos, salvo el 2 y el 5, tiene como el guarismo de las unidades uno de estos: 1, 3, 7 o 9. En general, en cualquier sistema de numeración, todos los números primos salvo un número finito acaban en una cifra que es coprima con la base.
De lo anterior se deduce que todos los números primos salvo el 2 son de la forma 4n + 1 o bien 4n + 3. Igualmente, todos los números primos salvo el 2 y el 3 son de la forma 6n + 1 o 6n - 1.
En la progresión aritmética 3, 7, 11, 15, 19, 23, 27, 31, …, hay una cantidad infinita de números primos de la forma 4n-1, n entero.20
En la progresión aritmética 7, 13, 19, 25, 31, 37, 43, 49, 55, 61, 67, …, hay una cantidad infinita de números primos de la forma 6k+1, k entero21
Lema de Euclides: Si p es un número primo y divisor del producto de números enteros ab, entonces p es divisor de a o de b.
Pequeño teorema de Fermat: Si p es primo y a es algún número natural diferente de 1, entonces ap - a es divisible por p.
Si un número p no divide al número m, entonces (p; m) =122
Si p es primo distinto de 2 y 5, {\displaystyle {\tfrac {1}{p}}}\tfrac{1}{p} siempre es un número periódico en su representación decimal, de periodo p − 1 o un divisor de p − 1. Esto se puede deducir directamente a partir del pequeño teorema de Fermat. {\displaystyle {\tfrac {1}{p}}}\tfrac{1}{p} expresado en base q (en lugar de en base 10) tiene propiedades similares, siempre que p no sea un factor primo de q.
Teorema de Wilson: Un número natural n > 1 es primo si y solo si el factorial (n - 1)! + 1 es divisible por n. Asimismo, un número natural n > 4 es compuesto si y solo si (n - 1)! es divisible por n.
La característica de todo cuerpo es, o bien cero, o bien un número primo.
Primer teorema de Sylow: Si G es un grupo finito, p primo y pn es la mayor potencia de p que divide el orden de G. Entonces, existe un subgrupo de G de orden pn.
Teorema de Cauchy: Si G es un grupo finito y p es un número primo que divide al orden de G, entonces G contiene un elemento de orden p.
La constante de Copeland-Erdős 0,235711131719232931374143…, obtenida por concatenación de los números primos en el sistema decimal, es un número irracional.
El valor de la función zeta de Riemann en cada punto del plano complejo se da como una continuación meromorfa de una función definida por un producto sobre el conjunto de todos los primos para Re(s) > 1:
{\displaystyle \zeta (s)=\sum _{n=1}^{\infty }{\frac {1}{n^{s}}}=\prod _{p}{\frac {1}{1-p^{-s}}}.}\zeta(s)=
\sum_{n=1}^\infin \frac{1}{n^s} = \prod_{p} \frac{1}{1-p^{-s}}.
En la región donde es convergente, este producto indexado por los números primos se puede calcular, obteniéndose diversos valores, algunos de ellos importantes en teoría de números. Los dos primeros son:
{\displaystyle \prod _{p}{\frac {1}{1-p^{-1}}}=\infty }\prod_{p} \frac{1}{1-p^{-1}} = \infty (Correspondiente a la serie armónica, relacionado con la infinitud de números primos).
{\displaystyle \prod _{p}{\frac {1}{1-p^{-2}}}={\frac {\pi ^{2}}{6}}.}\prod_{p} \frac{1}{1-p^{-2}}= \frac{\pi^2}{6}. (Correspondiente al problema de Basilea).
En general {\displaystyle {\frac {1}{\pi ^{n}}}\prod _{p}{\frac {1}{1-p^{-n}}}}\frac{1}{\pi^n}\prod_{p} \frac{1}{1-p^{-n}} es un número racional cuando n es un número entero positivo par.
El anillo {\displaystyle \mathbb {Z} /p\mathbb {Z} }\mathbb{Z}/p\mathbb{Z} es un cuerpo si y solo si p es primo. Equivalentemente: p es primo si y solo si φ(p) = p − 1.
Si p > 1, el polinomio x p-1+x p-2+ ··· + 1 es irreducible sobre {\displaystyle \mathbb {Z} /p\mathbb {Z} }\mathbb{Z}/p\mathbb{Z} si y solo si p es primo.
Un número natural n es primo si y solo si el n-ésimo polinomio de Chebyshov de la primera especie Tn(x), dividido entre x, es {\displaystyle 2=i(1-i)^{2}} 2 = i(1-i)^2 irreducible en {\displaystyle \mathbb {Z} [x]}\mathbb{Z}[x]. Además, Tn(x) ≡ xn si y solo si n es primo.
No todo número primo es un número gaussiano primo; tal el caso de 2, que como entero gaussiano admite la descomposición {\displaystyle 2=i(1-i)^{2}} 2 = i(1-i)^2 don de la norma de {\displaystyle 1-i} 1-i es 2, por lo tanto no es unidad en Z[i].
Los números primos de la forma {\displaystyle 4n+1} 4n+1 son igual a la suma de dos cuadrados perfectos; por lo que no son números gaussianos primos. En tanto que los números primos de la forma {\displaystyle 4n+3} 4n+3 sí son números gaussianos primos.
Todo número racional primo es un número gaussiano entero, sin ser necesariamente número gaussiano primo.23
Números primos y funciones aritméticas
Las funciones aritméticas, es decir, funciones reales o complejas, definidas sobre un conjunto de números naturales, desempeñan un papel crucial en la teoría de números. Las más importantes son las funciones multiplicativas, que son aquellas funciones f en las cuales, para cada par de números coprimos (a,b) se tiene

{\displaystyle f(ab)=f(a)f(b)\,\!}f(ab)=f(a)f(b) \,\!.


Algunos ejemplos de funciones multiplicativas son la función φ de Euler, que a cada n asocia el número de enteros positivos menores y coprimos con n, y las funciones τ y σ, que a cada n asocian respectivamente el número de divisores de n y la suma de todos ellos. El valor de estas funciones en las potencias de números primos es

{\displaystyle \operatorname {\varphi } (p^{m})=p^{m}-p^{m-1}}\operatorname{\varphi}(p^m)=p^m-p^{m-1},


{\displaystyle \operatorname {\tau } (p^{m})=m+1}\operatorname{\tau}(p^m)=m+1,
{\displaystyle \operatorname {\sigma } (p^{m})=1+p^{2}+p^{3}+\cdots +p^{m}}\operatorname{\sigma}(p^m)=1+p^2+p^3+\cdots+p^m.
Gracias a la propiedad que las define, las funciones aritméticas pueden calcularse fácilmente a partir del valor que toman en las potencias de números primos. De hecho, dado un número natural n de factorización

{\displaystyle n=p_{1}^{q_{1}}\cdots p_{a}^{q_{a}}}n=p_1^{q_1}\cdots p_a^{q_a}


se tiene que

{\displaystyle f(n)=f(p_{1}^{q_{1}})\cdots f(p_{a}^{q_{a}})}f(n)=f(p_1^{q_1})\cdots f(p_a^{q_a})


con lo que se ha reconducido el problema de calcular f(n) al de calcular f sobre las potencias de los números primos que dividen n, valores que son generalmente más fáciles de obtener mediante una fórmula general. Por ejemplo, para conocer el valor de la función φ sobre n=450=2·32·52 basta con calcular

{\displaystyle \operatorname {\varphi } (450)=\operatorname {\varphi } (2)\cdot \operatorname {\varphi } (3^{2})\cdot \operatorname {\varphi } (5^{2})=(2-1)\cdot (9-3)\cdot (25-5)=120}\operatorname{\varphi}(450)=\operatorname{\varphi}(2)\cdot\operatorname{\varphi}(3^2)\cdot\operatorname{\varphi}(5^2)=(2-1)\cdot(9-3)\cdot(25-5)=120.
Características del conjunto de los números primos
Infinitud de los números primos
Véase también: Infinitud de los números primos
Existen infinitos números primos. Euclides realizó la primera demostración alrededor del año 300 a. C. en el libro IX de su obra Elementos24 Una adaptación común de esta demostración original sigue así: Se toma un conjunto arbitrario pero finito de números primos p1, p2, p3, ···, pn, y se considera el producto de todos ellos más uno, {\displaystyle q=p_{1}\times p_{2}\times p_{3}\ldots \times p_{n}+1} q=p_1\times p_2\times p_3 \ldots \times p_n + 1. Este número es obviamente mayor que 1 y distinto de todos los primos pi de la lista. El número q puede ser primo o compuesto. Si es primo tendremos un número primo que no está en el conjunto original. Si, por el contrario, es compuesto, entonces existirá algún
factor p que divida a q. Suponiendo que p es alguno de los pi, se deduce entonces que p divide a la diferencia {\displaystyle q-p_{1}\times p_{2}\times p_{3}\ldots \times p_{n}=1}q - p_1 \times p_2 \times p_3 \ldots \times p_n = 1, pero ningún número primo divide a 1, es decir, se ha llegado a un absurdo por suponer que p está en el conjunto original. La consecuencia es que el conjunto que se escogió no es exhaustivo, ya que existen números primos que no pertenecen a él, y esto es independiente del conjunto finito que se tome.

Por tanto, el conjunto de los números primos es infinito.

Si se toma como conjunto el de los n primeros números primos, entonces {\displaystyle q=p_{1}\times p_{2}\times p_{3}\ldots \times p_{n}+1=p_{n}\sharp +1} q=p_1\times p_2\times p_3 \ldots \times p_n+1 = p_n\sharp +1, donde pn# es lo que se llama primorial de pn. Un número primo de la forma pn# +1 se denomina número primo de Euclides en honor al matemático griego. También se puede elaborar una demostración similar a la de Euclides tomando el producto de un número dado de números primos menos uno, el lugar del producto de esos números primos más uno. En ese sentido, se denomina número primo primorial a un número primo de la forma pn# ± 1.

No todos los números de la forma pn# +1 son primos. En este caso, como se sigue de la demostración anterior, todos los factores primos deberán ser mayores que n. Por ejemplo: 2·3·5·7·11·13+1=30031=59·509

Otros matemáticos han demostrado la infinitud de los números primos con diversos métodos procedentes de áreas de las matemáticas tales como al álgebra conmutativa y la topología.25Algunas de estas demostraciones se basan en el uso de sucesiones infinitas con la propiedad de que cada uno de sus términos es coprimo con todos los demás, por lo que se crea una biyección entre los términos de la sucesión y un subconjunto (infinito) del conjunto de los primos.

Una sucesión que cumple dicha propiedad es la sucesión de Euclides-Mullin, que deriva de la demostración euclídea de la infinitud de los números primos, ya que cada uno de sus términos se define como el factor primo más pequeño de uno más el producto de todos los términos anteriores. La sucesión de Sylvester se define de forma similar, puesto que cada uno de sus términos es igual a uno más el producto de todos los anteriores. Aunque los términos de esta última sucesión no son necesariamente todos primos, cada uno de ellos es coprimo con todos los demás, por lo que se puede escoger cualquiera de sus factores primos, por ejemplo, el menor de ellos, y el conjunto resultante será un conjunto infinito cuyos términos
son todos primos.

Otros enunciados que implican la infinitud de los números primos


Un resultado aún más fuerte, y que implica directamente la infinitud de los números primos, fue descubierto por Euler en el siglo xviii. Establece que la serie {\displaystyle {\tfrac {1}{2}}+{\tfrac {1}{3}}+{\tfrac {1}{5}}+{\tfrac {1}{7}}+\dots }\tfrac{1}{2}+\tfrac{1}{3}+\tfrac{1}{5}+\tfrac{1}{7}+\dots es divergente. Uno de los teoremas de Mertens concreta más, estableciendo que

{\displaystyle \sum _{p\leq n}{\frac {1}{p}}=\ln \ln n+O(1)}\sum_{p\leq n} \frac{1}{p}=\ln \ln n+O(1)26
donde la expresión O(1) indica que ese término está acotado entre -C y C para n mayor que n0, donde los valores de C y n0 no están especificados.27

Otro resultado es el teorema de Dirichlet, que dice así:

En toda progresión aritmética an = a + n·q, donde los enteros positivos a, q ≥ 1 son primos entre sí, existen infinitos términos que son primos.

El postulado de Bertrand enuncia así:

Si n es un número natural mayor que 3, entonces siempre existe un número primo p tal que n < p < 2n- 2.

Una manera más débil pero elegante de formularlo es que, si n es un número natural mayor que 1, entonces siempre existe un número primo p tal que n < p < 2n. Esto supone que, en una progresión geométrica de primer término entero mayor que 3 y razón igual a 2, entre cada término de la progresión y el siguiente, se tiene al menos un número primo.

Frecuencia de los números primos


Véase también: Teorema de los números primos
{\displaystyle n}n {\displaystyle \pi (n)}\pi (n) {\displaystyle \pi (n)-{\tfrac {n}{\ln n}}}\pi (n) - \tfrac{n}{\ln n} {\displaystyle \mathrm {Li} (n)-\pi (n)}\mathrm{Li} (n) - \pi (n) {\displaystyle {\tfrac {n}{\pi (n)}}}\tfrac{n}{\pi(n)}
10 4 −0,3 2,2 2,500
102 25 3,3 5,1 4,000
103 168 23 10 5,952
104 1.229 143 17 8,137
105 9.592 906 38 10,425
106 78.498 6.116 130 12,740
107 664.579 44.158 339 15,047
108 5.761.455 332.774 754 17,357
109 50.847.534 2.592.592 1.701 19,667
1010 455.052.511 20.758.029 3.104 21,975
1011 4.118.054.813 169.923.159 11.586 24,283
… … … … …

Comparación entre las funciones π(n) (azul), n / ln n (verde) y Li(n) (rojo); se puede ver que la aproximación de π(n) con Li(n) es mejor que la que hay con {\displaystyle {\tfrac {n}{\ln n}}}\tfrac{n}{\ln n}
Una vez demostrado la infinitud de los números primos, cabe preguntarse cómo se distribuyen los primos entre los números naturales, es decir, cuán frecuentes son y dónde se espera encontrar el n-ésimo número primo. Este estudio lo iniciaron Gauss y Legendre de forma independiente a finales del siglo xviii, para el cual introdujeron la función enumerativa de los números primos π(n), y conjeturaron que su valor fuese aproximadamente

{\displaystyle \pi (n)\sim {\frac {n}{\ln n}}}\pi(n)\sim\frac{n}{\ln n}.28


El empeño de demostrar esta conjetura abarcó todo el siglo xix. Los primeros resultados fueron obtenidos entre 1848 y 1859 por Chebyshov, quien demostró utilizando métodos puramente aritméticos la existencia de dos constantes A y B tales que

{\displaystyle A\leq {\frac {\pi (n)}{\frac {n}{\ln n}}}\leq B}A\leq \frac{\pi(n)}{\frac{n}{\ln n}} \leq B
para n suficientemente grande. Consiguió demostrar que, si existía el límite del cociente de aquellas expresiones, este debía ser 1.

Hadamard y De la Vallée-Poussin elaboraron una demostración en 1896, independientemente el uno del otro, usando métodos similares, basados en el uso de la función zeta de Riemann, que había sido introducida por Bernhard Riemann en 1859. Hubo que esperar hasta 1949 para encontrar una demostración que usara solo métodos elementales (es decir, sin usar el análisis complejo). Esta demostración fue ideada por Selberg y Erd ős. Actualmente, se conoce el teorema como teorema de los números primos.

El mismo Gauss introdujo una estimación más precisa, utilizando la función logaritmo integral:

{\displaystyle \pi (n)\approx \mathrm {Li} (n)=\int _{2}^{n}{\frac {1}{\ln x}}\mathrm {d} x}\pi(n)\approx \mathrm{Li}(n)=\int_2^n \frac{1}{\ln x}\mathrm{d}x.
En 1899 De la Vallée-Poussin demostró que el error que se comete aproximando {\displaystyle \pi (n)}\pi(n) de esta forma es

{\displaystyle \pi (n)-\mathrm {Li} (n)=O\left(n\mathrm {e} ^{-a{\sqrt {\ln n}}}\right)=O\left({\frac {n}{(\ln n)^{m}}}\right)} \pi(n)-\mathrm{Li}(n) = O \left(n \mathrm{e}^{-a\sqrt{\ln n}}\right)=O\left(\frac{n}{(\ln n)^m}\right)
para una constante positiva a y para cada entero m. Este resultado fue ligeramente mejorado a lo largo de los años. Por otra parte, en 1901 Von Koch mostró que si la hipótesis de Riemann era cierta, se tenía la siguiente estimación, más precisa:29

{\displaystyle \left|\pi (n)-\mathrm {Li} (n)\right|=O\left({\sqrt {n}}\ln n\right).} \left | \pi(n) - \mathrm{Li}(n) \right | = O\left(\sqrt n \ln n\right).
Una forma equivalente al teorema de los números primos es que pn, el n-ésimo número primo, queda bien aproximado por nln(n). En efecto, pn es estrictamente mayor que este valor.

Diferencia entre dos primos consecutivos


Artículo principal: Diferencia entre dos números primos consecutivos
Ligado a la distribución de los números primos se encuentra el estudio de los intervalos entre dos primos consecutivos. Este intervalo, con la única salvedad del que hay entre el 2 y el 3, debe ser siempre igual o mayor que 2, ya que entre dos números primos consecutivos al menos hay un número par y por tanto compuesto. Si dos números primos tienen por diferencia 2, se dice que son gemelos, y con la salvedad del «triplete» formado por los números 3, 5 y 7, los números gemelos se presentan siempre de dos en dos. Esto también es fácil de demostrar: entre tres números impares consecutivos mayores que 3 siempre hay uno que es múltiplo de 3, y por tanto compuesto. Los primeros pares de números primos gemelos son
(3,5), (5,7), (11, 13), (17, 19) y (29, 31).

Por otra parte, la diferencia entre primos consecutivos puede ser tan grande como se quiera. La demostración es relativamente sencilla:

Sea un número natural {\displaystyle n}n. Entonces, todos los números de la forma

{\textstyle (n+1)!+i}{\textstyle (n+1)!+i}

son números compuestos si {\displaystyle 2\leq i\leq n+1}{\displaystyle 2\leq i\leq n+1}, pues {\displaystyle 1<i<(n+1)+i}{\displaystyle 1<i<(n+1)+i} y {\displaystyle {\frac {(n+1)!+i}{i}}=(i-1)!\cdot (i+1)(i+2)...(n)(n+1)+1\in \mathbb {N} }{\displaystyle {\frac {(n+1)!+i}{i}}=(i-1)!\cdot (i+1)(i+2)...(n)(n+1)+1\in \mathbb {N} }.

Se puede construir así una lista con {\displaystyle n}n números compuestos, y dado que {\displaystyle n}n es un número natural arbitrario, entonces el intervalo puede hacerse tan grande como se desee.

Por ejemplo, si se requiere construir un intervalo de cinco números consecutivos donde ninguno sea un número primo, se hace {\displaystyle n=5}n=5. Estos valores corresponden a:

{\displaystyle 6!+2=722=2\cdot 361}6!+2=722=2 \cdot 361


{\displaystyle 6!+3=723=3\cdot 241}6!+3=723=3 \cdot 241
{\displaystyle 6!+4=724=4\cdot 181}6!+4=724=4 \cdot 181
{\displaystyle 6!+5=725=5\cdot 145}6!+5=725=5 \cdot 145
{\displaystyle 6!+6=726=6\cdot 121}6!+6=726=6 \cdot 121
El siguiente valor, 6!+7=727, es primo.30 De todas formas, el menor número primo que dista del siguiente en n es generalmente mucho menor que el factorial, por ejemplo, el caso más pequeño de dos primos consecutivos separados de ocho unidades es (89, 97), mientras que 8! es igual a 40.320.

La sucesión de las diferencias entre primos consecutivos31 ha sido profusamente estudiada en matemáticas, y alrededor de este concepto se han establecido muchas conjeturas que permanecen sin resolver.

Conclusión

La distribución de todos los números primos comprendidos entre 1 y 76 800, de izquierda a derecha y de arriba abajo. Cada pixel representa un número. Los píxeles negros representan números primos; los blancos representan números no primos.

Imagen con 2310 columnas que conserva múltiplos de 2, 3, 5, 7 y 11 en las columnas respectivas. Como cabe esperar, los números primos caerán en columnas concretas si los números están ordenados de izquierda a derecha y el ancho es un múltiplo de un número primo. Sin embargo, los números primos también quedan distribuidos de manera ordenada en construcciones espirales como la espiral de Ulam, ya que tienden a concentrarse en algunas diagonales concretas y no en otras.
El modelado de la distribución de los números primos es un tema de investigación recurrente entre los teóricos de números. La primalidad de un número concreto es (hasta ahora) impredecible a pesar de que existen leyes, como el teorema de los números primos y el postulado de Bertrand, que gobiernan su distribución a gran escala. Leonhard Euler comentó:

Hasta el día de hoy, los matemáticos han intentado en vano encontrar algún orden en la sucesión de los números primos, y tenemos motivos para creer que es un misterio en el que la mente jamás penetrará.32
En una conferencia de 1975, Don Zagier comentó:

Hay dos hechos sobre la distribución de los números primos de los que espero convencerles de forma tan incontestable que quedarán permanentemente grabados en sus corazones. El primero es que, a pesar de su definición simple y del papel que desempeñan como ladrillos con los que se construyen los números naturales, los números primos crecen como malas hierbas entre los números naturales, y no parecen obedecer ninguna otra ley que la del azar, y nadie puede predecir dónde brotará el siguiente. El segundo hecho es aún más asombroso, ya que dice justo lo contrario: que los números primos muestran una regularidad pasmosa, que hay leyes que gobiernan su comportamiento, y que obedecen estas leyes con
precisión casi militar.33
Encontrar números primos
Tests de primalidad
Artículo principal: Test de primalidad

La criba de Eratóstenes fue concebida por Eratóstenes de Cirene, un matemático griego del siglo iii a. C. Es un algoritmo sencillo que permite encontrar todos los números primos menores o iguales que un número dado.
La criba de Eratóstenes es una manera sencilla de hallar todos los números primos menores o iguales que un número dado. Se basa en confeccionar una lista de todos los números naturales desde el 2 hasta ese número y tachar repetidamente los múltiplos de los números primos ya descubiertos. La criba de Atkin, más moderna, tiene una mayor complejidad, pero si se optimiza apropiadamente también es más rápida. También existe una reciente criba de Sundaram que genera únicamente números compuestos, siendo los primos los números faltantes.

En la práctica, lo que se desea es determinar si un número dado es primo sin tener que confeccionar una lista de números primos. Un método para determinar la primalidad de un número es la división por tentativa, que consiste en dividir sucesivamente ese número entre los números primos menores o iguales a su raíz cuadrada. Si alguna de las divisiones es exacta, entonces el número no es primo; en caso contrario, es primo. Por ejemplo, dado n menor o igual que 120, para determinar su primalidad basta comprobar si es divisible entre 2, 3, 5 y 7, ya que el siguiente número primo, 11, ya es mayor que √120. Es el test de primalidad más sencillo, y rápidamente pierde su utilidad a la hora de comprobar la primalidad de
números grandes, ya que el número de factores posibles crece demasiado rápido a medida que crece el número potencialmente primo.

En efecto, el número de números primos menores que n es aproximadamente

{\displaystyle {\frac {n}{\ln n-1}}}\frac {n}{\ln n - 1}.


De esta forma, para determinar la primalidad de n, el mayor factor primo que se necesita no es mayor que √n, dejando el número de candidatos a factor primo en cerca de

{\displaystyle {\frac {\sqrt {n}}{\ln {\sqrt {n}}-1}}}\frac {\sqrt{n}}{\ln\sqrt{n} - 1}.


Esta expresión crece cada vez más lentamente en función de n, pero, como los n grandes son de interés, el número de candidatos también se hace grande: por ejemplo, para n = 1020 se tienen 450 millones de candidatos.

Asimismo, existen otros muchos tests de primalidad deterministas que se basan en propiedades que caracterizan a los números primos, pero su utilidad computacional depende mucho del test usado. Por ejemplo, se podría emplear el teorema de Wilson para calcular la primalidad de un número, pero tiene el inconveniente de requerir el cálculo de un factorial, una operación computacionalmente prohibitiva cuando se manejan números grandes. Aquí entra en juego el tiempo de ejecución del algoritmo empleado, que se expresa en la notación de Landau. Para poder determinar la primalidad de números cada vez más grandes (de miles de cifras) se buscan aquellos algoritmos cuyo tiempo de ejecución crezca lo más lentamente
posible, a ser posible, que se pueda expresar como un polinomio. Si bien el test de primalidad AKS cumple con esta condición, para el rango de números que se usa en la práctica este algoritmo es extremadamente lento.

Por otra parte, a menudo basta con tener una respuesta más rápida con una alta probabilidad (aunque no segura) de ser cierta. Se puede comprobar rápidamente la primalidad de un número relativamente grande mediante tests de primalidad probabilísticos. Estos tests suelen tomar un número aleatorio llamado "testigo" e introducirlo en una fórmula junto con el número potencialmente primo n. Después de varias iteraciones, se resuelve que n es "definitivamente compuesto" o bien "probablemente primo". Estos últimos números pueden ser primos o bien pseudoprimos (números compuestos que pasan el test de primalidad). Algunos de estos tests no son perfectos: puede haber números compuestos que el test considere
"probablemente primos" independientemente del testigo utilizado. Esos números reciben el nombre de pseudoprimos absolutos para ese test. Por ejemplo, los números de Carmichael son números compuestos, pero el test de Fermat los evalúa como probablemente primos. Sin embargo, los tests probabilísticos más utilizados, como el test de Miller-Rabin o el obsoleto test de Solovay-Strassen, superado por el anterior, no tienen este inconveniente, aun siendo igualmente tests probabilísticos.

Algunos tests probabilísticos podrían pasar a ser determinísticos y algunos tests pueden mejorar su tiempo de ejecución si se verifican algunas hipótesis matemáticas. Por ejemplo, si se verifica la hipótesis generalizada de Riemann, se puede emplear una versión determinística del test de Miller-Rabin, y el test de primalidad por curvas elípticas podría mejorar notablemente su tiempo de ejecución si se verificaran algunas hipótesis de teoría analítica de números.

Algoritmos de factorización
Un algoritmo de factorización es un algoritmo que separa uno a uno los factores primos de un número. Los algoritmos de factorización pueden funcionar también a modo de tests de primalidad, pero en general tienen un tiempo de ejecución menos ventajoso. Por ejemplo, se puede modificar el algoritmo de división por tentativa de forma que no se detenga cuando se obtenga una división exacta, sino que siga realizando nuevas divisiones, y no sobre el número original, sino sobre el cociente obtenido. Después de la división por tentativa, los métodos más antiguos que se conocen son el método de Fermat, que se basa en las diferencias entre cuadrados y que es especialmente eficaz cuando n es el producto de dos números
primos próximos entre sí, y el método de Euler, que se basa en la representación de n como suma de dos cuadrados de dos formas distintas.

Más recientemente, se han elaborado algoritmos basados en una gran variedad de técnicas, como las fracciones continuas o las curvas elípticas, aunque algunos son mejoras de métodos anteriores (la criba cuadrática, por ejemplo, se basa en una mejora del método de Fermat y posee complejidad computacional subexponencial sobre el número de cifras de n). Otros, como el método rho de Pollard, son probabilísticos, y no garantizan hallar los divisores de un número compuesto.

Hoy por hoy, el algoritmo determinístico más rápido de uso general es el general number field sieve, que también posee complejidad computacional subexponencial sobre el número de cifras de n.34 Se ha propuesto un algoritmo cuyo tiempo de ejecución es polinómico sobre el número de cifras de n (el algoritmo de Shor), pero requiere ser ejecutado en un ordenador cuántico, ya que su simulación en un ordenador normal requiere un tiempo exponencial. No se conocen algoritmos para factorizar en una computadora tradicional en tiempo polinómico y tampoco se demostró que esto sea imposible.

Fórmulas que solo generasen números primos


Véase también: Fórmula de los números primos
A lo largo de la historia, se han buscado numerosas fórmulas para generar los números primos. El nivel más alto de exigencia para una fórmula así sería que asociara a cada número natural n el n-ésimo número primo. De forma más indulgente, se puede pedir una función f inyectiva que asocie a cada número natural n un número primo de tal forma que cada uno de los valores tomados aparezca solo una vez.

Además, se exige que la función se pueda aplicar, efectiva y eficazmente, en la práctica.35 Por ejemplo, el teorema de Wilson asegura que p es un número primo si y solo si (p-1)!≡-1 (mod p). Otro ejemplo: la función f(n) = 2 + ( 2(n!) mod (n+1)) genera todos los números primos, solo los números primos, y solo el valor 2 se toma más de una vez. Sin embargo, ambas fórmulas se basan en el cálculo de un factorial, lo que las hace computacionalmente inviables.

En la búsqueda de estas funciones, se han investigado, notablemente, las funciones polinómicas. Cabe subrayar que ningún polinomio, aun en varias variables, devuelve solo valores primos.36 Por ejemplo, el polinomio en una variable f(n) = n² + n + 41, estudiada por Leonardo Euler, devuelve valores primos para n = 0, …, 39, sin embargo para n= 40, resulta {\displaystyle 40^{2}+40+41=41^{2}} 40^2 +40 +41 = 41^2 un número compuesto.37 Si el término constante vale cero, entonces el polinomio es múltiplo de n, por lo que el polinomio es compuesto para valores compuestos de n. En caso contrario, si c es el término constante, entonces f(cn) es múltiplo de c, por lo que si el polinomio no es constante,
necesariamente deberá incluir valores compuestos.

Sin embargo, hay polinomios en varias variables cuyos valores positivos (cuando las variables recorren números naturales) son precisamente números primos. Un ejemplo, es este polinomio descubierto por Jones, Sato, Wada y Wiens en 1976:36

{\displaystyle (1-(w\cdot z+h+j-q)^{2}-(2\cdot n+p+q+z-e)^{2}-(a^{2}\cdot y^{2}-y^{2}+1-x^{2})^{2}\dots }(1 - (w \cdot z + h + j - q)^2 - (2 \cdot n + p + q + z - e)^2 - (a^2 \cdot y^2 - y^2 + 1 - x^2)^2 \dots
{\displaystyle -(e^{3}\cdot (e+2)\cdot (a+1)^{2}+1-o^{2})^{2}-(16\cdot (k+1)^{3}\cdot (k+2)\cdot (n+1)^{2}+1-f^{2})^{2}\dots } - (e^3 \cdot (e + 2) \cdot (a + 1)^2 + 1 - o^2)^2 - (16 \cdot (k + 1)^3 \cdot (k + 2) \cdot (n + 1)^2 + 1 - f^2)^2 \dots
{\displaystyle -(((a+u^{2}\cdot (u^{2}-a))^{2}-1)\cdot (n+4\cdot d\cdot y)^{2}+1-(x+c\cdot u)^{2})^{2}-(a\cdot i+k+1-l-i)^{2}\dots } - (((a + u^2 \cdot (u^2 - a))^2 - 1) \cdot (n + 4 \cdot d \cdot y)^2 + 1 - (x + c \cdot u)^2)^2 - (a \cdot i + k + 1 - l - i)^2 \dots
{\displaystyle -((g\cdot k+2\cdot g+k+1)\cdot (h+j)+h-z)^{2}-(16\cdot r^{2}\cdot y^{4}\cdot (a^{2}-1)+1-u^{2})^{2}\dots } - ((g \cdot k + 2 \cdot g + k + 1) \cdot (h + j) + h - z)^2 - (16 \cdot r^2 \cdot y^4 \cdot (a^2 - 1) + 1 - u^2)^2 \dots
{\displaystyle -(p-m+l\cdot (a-n-1)+b\cdot (2\cdot a\cdot n+2\cdot a-n^{2}-2\cdot n-2))^{2}-(z-p\cdot m+p\cdot l\cdot a-p^{2}l+t\cdot (2\cdot a\cdot p-p^{2}-1))^{2}\dots } - (p - m + l \cdot (a - n - 1) + b \cdot (2 \cdot a \cdot n + 2 \cdot a - n^2 - 2 \cdot n - 2))^2 - (z - p \cdot m + p \cdot l \cdot a - p^2l + t \cdot (2 \cdot a \cdot p - p^2 - 1))^2 \dots
{\displaystyle -(q-x+y\cdot (a-p-1)+s\cdot (2\cdot a\cdot p+2\cdot a-p^{2}-2\cdot p-2))^{2}-(a^{2}\cdot l^{2}-l^{2}+1-m^{2})^{2}-(n+l+v-y)^{2})\cdot (k+2)}{\displaystyle -(q-x+y\cdot (a-p-1)+s\cdot (2\cdot a\cdot p+2\cdot a-p^{2}-2\cdot p-2))^{2}-(a^{2}\cdot l^{2}-l^{2}+1-m^{2})^{2}-(n+l+v-y)^{2})\cdot (k+2)}
Al igual que ocurre con las fórmulas con factoriales, este polinomio no es práctico de calcular, ya que, aunque los valores positivos que toma son todos primos, prácticamente no devuelve otra cosa que valores negativos cuando se hacen variar las variables a a z de 0 a infinito.

Otro enfoque al problema de encontrar una función que solo genere números primos viene dado a partir del teorema de Mills, que indica que existe una constante θ tal que

{\displaystyle \lfloor \theta ^{3^{n}}\rfloor }\lfloor \theta^{3^n}\rfloor


es siempre un número primo, donde {\displaystyle \lfloor \rfloor }\lfloor \rfloor es la función piso.38 Todavía no se conoce ninguna fórmula para calcular la constante de Mills, y las aproximaciones que se emplean en la actualidad se basa en la sucesión de los así llamados números primos de Mills (los números primos generados mediante esta fórmula), que no pueden ser obtenidos rigurosamente, sino solo de manera probabilística, suponiendo cierta la hipótesis de Riemann.

Clases de números primos


De mayor interés son otras fórmulas que, aunque no solo generen números primos, son más rápidas de implementar, sobre todo si existe un algoritmo especializado que permita calcular rápidamente la primalidad de los valores que van tomando. A partir de estas fórmulas se obtienen subconjuntos relativamente pequeños del conjunto de los números primos, que suelen recibir un nombre colectivo.

Primos primoriales y primos factoriales


Véanse también: Número primo primorial y Número primo factorial.
Los números primos primoriales, directamente relacionados con la demostración euclidiana de la infinitud de los números primos, son los de la forma p = n# ± 1 para algún número natural n, donde n# es igual al producto 2 · 3 · 5 · 7 · 11 · … de todos los primos ≤ n. Asimismo, un número primo se dice primo factorial si es de la forma n! ± 1. Los primeros primos factoriales son:

n! − 1 es primo para n = 3, 4, 6, 7, 12, 14, 30, 32, 33, 38, 94, 166, 324, …39
n! + 1 es primo para n = 0, 1, 2, 3, 11, 27, 37, 41, 73, 77, 116, 154, 320, …40
Números primos de Fermat
Véase también: Número de Fermat

Construcción de un pentágono regular. 5 es un número primo de Fermat.


Los números de Fermat, ligados a la construcción de polígonos regulares con regla y compás, son los números de la forma {\displaystyle F_{n}=2^{2^{n}}+1}F_n=2^{2^n} + 1, con n natural. Los únicos números primos de Fermat que se conocen hasta la fecha son los cinco que ya conocía el propio Fermat, correspondientes a n = 0, 1, 2, 3 y 4, mientras que para valores de n entre 5 y 32 estos números son compuestos.41
Para determinar su primalidad, existe un test especializado cuyo tiempo de ejecución es polinómico: el test de Pépin. Sin embargo, los propios números de Fermat crecen tan rápidamente que solo se lo ha podido aplicar para valores de n pequeños. En 1999 se lo aplicó para n = 24. Para determinar el carácter de otros números de Fermat mayores se utiliza el método de divisiones sucesivas y de esa manera a fecha de junio de 2009 se conocen 241 números de Fermat compuestos, aunque en la mayoría de los casos se desconozca su factorización completa.41

Números primos de Mersenne


Véase también: Número primo de Mersenne
Los números de Mersenne son los de forma Mp = 2p – 1, donde p es primo.42 Los mayores números primos conocidos son generalmente de esta forma, ya que existe un test de primalidad muy eficaz, el test de Lucas-Lehmer, para determinar si un número de Mersenne es primo o no.

Actualmente, el mayor número primo que se conoce es M82 589 933 = 282 589 933 - 1, que tiene 24 862 048 cifras en el sistema decimal. Se trata cronológicamente del 51º número primo de Mersenne conocido y su descubrimiento se anunció el 7 de diciembre de 201843 gracias al proyecto de computación distribuida «Great Internet Mersenne Prime Search» (GIMPS).

Otras clases de números primos


Existen literalmente decenas de apellidos que se pueden añadir al concepto de número primo para referirse a un subconjunto que cumple alguna propiedad concreta. Por ejemplo, los números primos pitagóricos son los que se pueden expresar en la forma 4n+1. Dicho de otra forma, se trata de los números primos cuyo resto al dividirlos entre 4 es 1. Otro ejemplo es el de los números primos de Wieferich, que son aquellos números primos p tales que p2 divide a 2p-1 - 1.

Algunas de estas propiedades se refieren a una relación concreta con otro número primo:

Números primos gemelos: p y p+2 lo son si son los dos primos.


Número primo de Sophie Germain: dado p primo, es de Sophie Germain si 2p + 1 también es primo. Una sucesión de números p1,p2,p3,··· ,pn todos ellos primos, tales que pi+1=2pi+1 para todo i ∈ {1,2,···,n-1 }, se denomina cadena (completa) de Cunningham de primera especie, y cumple por definición que cada uno de los términos, salvo el último, es un número primo de Sophie Germain. Se cree que para todo n natural existen infinitas cadenas de Cunningham de longitud n,44 aunque hasta la fecha nadie ha proporcionado prueba de que dicha afirmación sea cierta.
Número primo de Wagstaff: p lo es si {\displaystyle \textstyle p={{2^{q}+1} \over 3}}\textstyle p={{2^q+1}\over 3}, donde q es otro número primo.4546
También se les da nombres especiales a algunas clases de primos que dependen de la base de numeración empleada o de la forma de escribir los dígitos, y no de una fórmula matemática. Es el caso de los números somirp (primos al revés), que son aquellos números primos tales que el número obtenido al invertir el orden de sus cifras también es primo. También es el caso de los números primos repunit, que son aquellos números primos que son concatenación de unos. Si, en lugar de considerarse el sistema de numeración decimal se considera el binario, se obtiene otro conjunto distinto de números primos repunit que, además, coincide con el de los números primos de Mersenne. Finalmente, los números primos triádicos
son aquellos números que son primos, capicúas y simétricos respecto de una recta horizontal.

El que se le dé un nombre a una clase de números primos con una definición precisa no significa que se conozca algún número primo que sea de esa clase. Por ejemplo, no se conoce hasta el momento ningún número primo de Wall-Sun-Sun, pero su relevancia radica en que en 1992, antes de la demostración de Wiles del último teorema de Fermat, se descubrió que la falsedad del teorema para un número primo p dado implicaba que p era un número primo de Wall-Sun-Sun. Esto hizo que, durante un tiempo, la búsqueda de números primos de esta clase fuera también la búsqueda de un contraejemplo del último teorema de Fermat.47

Cuadro resumen
Clases de números primos
Por fórmula • Fermat (22n + 1) • Mersenne (2p − 1) • Mersenne doble (22p-1 - 1) • Wagstaff (2p + 1)/3 • Proth (k·2n + 1) • Factorial (n! ± 1) • Primorial (pn# ± 1) • Euclides (pn# + 1) • Pitagórico (4n + 1) • Pierpont (2m·3n + 1) • Cuártico (x4 + y4) • Solinas (2m ± 2n ± 1) • Cullen (n·2n + 1) • Woodall (n·2n - 1) • Cúbico (x3 - y3)/(x - y) • Carol (2n - 1)2 - 2 • Kynea (2n + 1)2 - 2 • Leyland (xy + yx) • Thabit (3·2n - 1) • Williams ((b-1)·bn - 1) • Mills (?A3n?)
En series de enteros • Fibonacci • Lucas • Pell • Newman-Shanks-Williams • Perrin • Particiones • Bell • Motzkin
Por sus propiedades • Wieferich (par) • Wall-Sun-Sun • Wolstenholme • Wilson • De la suerte • Afortunado • Ramanujan • Pillai • Regular • Fuerte • Stern • Supersingular (curva elíptica) • Supersingular (teoría de la luz de luna) • Bueno • Superprimo • Higgs • Altamente coindicador
Base-dependiente • Palindrómico • Omirp • Repunit (10n - 1)/9 • Permutable • Circular • Truncable • Mínimo • Débil • Primitivo • Largo • Único • Feliz • Autonúmero • Smarandache-Wellin • Estrobogramático • Diedral • Tetrádico
Por patrones de aparición • Gemelos (p, p + 2) • Cadena bigemela (n - 1, n + 1, 2n - 1, 2n + 1, …) • Triplete (p, p + 2 or p + 4, p + 6) • Cuadruplete (p, p + 2, p + 6, p + 8) • k-tupla • Primo primo (p, p + 4) • Sexy (p, p + 6) • Chen • Sophie Germain/seguro (p, 2p + 1) • Cunningham (p, 2p ± 1, 4p ± 3, 8p ± 7, ...) • Progresión aritmética (p + a·n, n = 0, 1, 2, 3, ...) • Equilibrado (p - n, p, p + n consecutivos)
Por tamaño • Titánico (1000+ dígitos) • Gigante (10.000+ dígitos) • Megaprimo (1.000.000+ dígitos) • Mayor conocido
Números complejos • Eisenstein • Gaussiano
Números compuestos • Número pseudoprimo • Catalan • Elíptico • Euler • Euler-Jacobi • Fermat • Frobenius • Lucas • Somer-Lucas • Fuerte • Carmichael • Casi primo • Semiprimo • Interprimo • Pernicioso
Conjeturas
Existen numerosas preguntas abiertas acerca de los números primos. Muchas de ellas son problemas bien antiguos, y una de las más significativas es la hipótesis de Riemann, varias veces mencionada en este artículo como una conjetura que, de ser cierta, permitiría conocer numerosos resultados relevantes en diversos campos de las matemáticas.

Hipótesis de Riemann
Véase también: Hipótesis de Riemann
Para entender la hipótesis de Riemann, una conjetura enunciada en 1859 pero que, hasta la fecha (2021), sigue sin resolverse, es necesario entender la función zeta de Riemann. Sea {\displaystyle s}s un número complejo con parte real mayor que 1. Entonces,

{\displaystyle \zeta (s)=\sum _{n=1}^{\infty }{\frac {1}{n^{s}}}=\prod _{p}{\frac {1}{1-p^{-s}}}.}\zeta(s)=\sum_{n=1}^\infin \frac{1}{n^s} = \prod_{p} \frac{1}{1-p^{-s}}.

La segunda igualdad es una consecuencia del teorema fundamental de la aritmética, y muestra que la función zeta está íntimamente relacionada con los números primos.

Existen dos tipos de ceros de la función zeta, es decir, valores s para los cuales ζ(s) = 0: los triviales, que son s=-2, s=-4, s=-6, etc., (los enteros pares negativos) y los no triviales, que son aquellos ceros que no se encuentran en el eje real. Lo que indica la hipótesis de Riemann es que la parte real de todos los ceros no triviales es igual a 1/2.

La veracidad de la hipótesis implica una profunda conexión con los números primos, en esencia, en el caso de verificarse, dice que los números primos están distribuidos de la forma más regular posible. Desde un punto de vista «físico», dice grosso modo que las irregularidades en la distribución de los números primos solo proceden de ruido aleatorio. Desde un punto de vista matemático, dice que la distribución asintótica de los números primos (según el teorema de los números primos, la proporción de primos menores que n es {\displaystyle {\tfrac {1}{\ln(n)}}}\tfrac{1}{\ln(n)}) también es cierta para intervalos mucho menores, con un error de aproximadamente la raíz cuadrada de n (para intervalos próximos a n). Está
ampliamente extendido en la comunidad matemática que la hipótesis sea cierta. En concreto, la presunción más simple es que los números primos no deberían tener irregularidades significativas en su distribución sin una buena razón.48

Otras conjeturas
Infinitud de ciertos tipos de números primos
Muchas conjeturas tratan sobre si hay infinitos números primos de una determinada forma. Así, se conjetura que hay infinitos números primos de Fibonacci49 e infinitos primos de Mersenne, pero solo un número finito de primos de Fermat.50 No se sabe si hay infinitos números primos de Euclides.

Distribución de los números primos


También hay numerosas conjeturas que se ocupan de determinadas propiedades de la distribución de los números primos. Así, la conjetura de los números primos gemelos enuncia que hay infinitos números primos gemelos, que son pares de primos cuya diferencia es de 2. La conjetura de Polignac es una versión más general y más fuerte de la anterior, ya que enuncia que, para cada entero positivo n, hay infinitos pares de primos consecutivos que difieren en 2n. A su vez, una versión más débil de la conjetura de Polignac dice que todo número par es la diferencia de dos números primos.

Asimismo, se conjetura la infinidad de los primos de la forma n2 + 1. Según la conjetura de Brocard, entre los cuadrados de primos consecutivos mayores que 2 existen siempre al menos cuatro números primos. La conjetura de Legendre establece que, para cada n natural, existe un número primo entre n2 y (n+1)2. Finalmente, la conjetura de Cramér, cuya veracidad implicaría la de Legendre, dice que:

{\displaystyle \limsup _{n\rightarrow \infty }{\frac {p_{n+1}-p_{n}}{(\log p_{n})^{2}}}=1}\limsup_{n\rightarrow\infty} \frac{p_{n+1}-p_n}{(\log p_n)^2} = 1

Teoría aditiva de números


Otras conjeturas relacionan algunas propiedades aditivas de los números con los números primos. Así, la conjetura de Goldbach dice que todo número par mayor que 2 se puede escribir como suma de dos números primos, aunque también existe una versión más débil de la misma conjetura según la cual todo número impar mayor que 5 se puede escribir como suma de tres números primos. El matemático chino Chen Jingrun demostró, en 1966, que en efecto, todo número par suficientemente grande puede expresarse como suma de dos primos o como la suma de un primo y de un número que es el producto de dos primos. ("semi-primo").51

Los cuatro problemas de Landau


En 1912, Landau estableció en el Quinto Congreso Internacional de Matemáticos de Cambridge una lista de cuatro de los problemas ya mencionados sobre números primos, que se conocen como los problemas de Landau. Ninguno de ellos está resuelto hasta la fecha. Se trata de la conjetura de Goldbach, la de los números primos gemelos, la de Legendre y la de los primos de la forma n2 + 1.52

Generalización del concepto de número primo


El concepto de número primo es tan importante que se ha visto generalizado de varias maneras en diversas ramas de las matemáticas.

Elementos primos en un anillo

Representación de los primos gaussianos de norma menor o igual a 500. Los primos gaussianos son, por definición, los enteros gaussianos que son primos.
Se pueden definir los elementos primos y los elementos irreducibles en cualquier dominio de integridad.53En cualquier dominio de factorización única, como por ejemplo, el anillo {\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z} de los enteros, el conjunto de elementos primos equivale al conjunto de los elementos irreducibles, que en {\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z} es {…, −11, −7, −5, −3, −2, 2, 3, 5, 7, 11, …}.

Considérense por ejemplo los enteros gaussianos {\displaystyle \mathbb {Z} [i]}\mathbb{Z}[i], es decir, los números complejos de la forma a+bi con a, b ∈ {\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z}. Este es un dominio de integridad, y sus elementos primos son los primos gaussianos. Cabe destacar que el 2 no es un primo gaussiano, porque admite factorización como producto de los primos gaussianos (1+i) y (1-i). Sin embargo, el elemento 3 sí es primo en los enteros gaussianos, pero no lo es en otro dominio entero. En general, los primos racionales (es decir, los elementos primos del anillo {\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z}) de la forma 4k+3 son primos gaussianos, pero no lo son aquellos de la forma 4k+1.

Ideales primos
En teoría de anillos, un ideal I es un subconjunto de un anillo A tal que

si i, j ∈ I, entonces la suma i + j pertenece a I


y si x ∈ A, i ∈ I, entonces los productos a × i, i × a pertenecen a I.
Un ideal primo se define entonces como un ideal que cumple también que:

para cualquier par de elementos a, b del anillo A tales que su producto a × b pertenece a I, entonces, al menos uno de los dos elementos, a o b, está en I.
I no es el anillo A entero.
Los ideales primos son una herramienta relevante en álgebra conmutativa, teoría algebraica de números y geometría algebraica. Los ideales primos del anillo de enteros son los ideales (0), (2), (3), (5), (7), (11), …

Un problema central en teoría algebraica de números es la manera en que se factorizan los ideales primos cuando se ven sometidos a una extensión de cuerpos. En el ejemplo de los enteros gaussianos, (2) se ramifica en potencia de un primo (ya que {\displaystyle 1+i}1+i y {\displaystyle 1-i}1-i generan el mismo ideal primo), los ideales primos de la forma {\displaystyle 4k+3}4k+3 son inertes (mantienen su primalidad) y los de la forma {\displaystyle 4k+1}4k+1 pasan a ser producto de dos ideales primos distintos.

Primos en teoría de la valoración


En teoría algebraica de números surge otra generalización más. Dado un cuerpo {\displaystyle \mathbb {K} }{\mathbb {K}}, reciben el nombre de valoraciones sobre {\displaystyle \mathbb {K} }{\mathbb {K}} determinadas funciones de {\displaystyle \mathbb {K} }{\mathbb {K}} en {\displaystyle \mathbb {R} }\mathbb{R}. Cada una de estas valoraciones genera una topología sobre {\displaystyle \mathbb {K} }{\mathbb {K}}, y se dice que dos valoraciones son equivalentes si generan la misma topología. Un primo de {\displaystyle \mathbb {K} }{\mathbb {K}} es una clase de equivalencia de valoraciones. Con esta definición, los primos del cuerpo {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} de los números
racionales quedan representados por la función valor absoluto así como por las valoraciones p-ádicas sobre {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} para cada número primo p.

Nudos primos
Trefoil Figure-8 knot Cinquefoil PrimeKnot-5-2.png
Algunos nudos primos.
En teoría de nudos, un nudo primo es un nudo no trivial que no se puede descomponer en dos nudos más pequeños. De forma más precisa, se trata de un nudo que no se puede escribir como suma conexa de dos nudos no triviales.

En 1949 Horst Schubert demostró un teorema de factorización análogo al teorema fundamental de la aritmética, que asegura que cada nudo se puede obtener de forma única como suma conexa de nudos primos.54 Por este motivo, los nudos primos desempeñan un papel central en la teoría de nudos: una clasificación de los nudos ha sido desde finales del siglo xix el tema central de la teoría.

Aplicaciones en la matemática
En el estudio de los números complejos, se acude al concepto de "primos relativos" para definir raíces primitivas de la unidad .55 Si n es un número primo todas las raíces enésimas de 1 son raíces primitivas, salvo la raíz 1.
En la definición de un cuerpo finito, se exige que el número de elementos de un anillo sea entero primo. En tal caso, eliminando el cero, cada elemento tiene inverso multiplicativo y se obtiene la estructura de un cuerpo.56
En la definición de un polígono estrellado de n lados, para tomar los puntos de m en m, se exige que m sea menor que n/2 y primo con n.57
Al definir el representante canónico de un número racional, usando clases de equivalencia de pares ordenados de números enteros, necesariamente, el par ordenado definente tiene que involucrar dos enteros primos relativos. A fortiori, por lo menos uno de ellos, un primo absoluto.58
Aplicaciones en la computación
Artículo principal: Algoritmo RSA
El algoritmo RSA se basa en la obtención de la clave pública mediante la multiplicación de dos números grandes (mayores que 10100) que sean primos. La seguridad de este algoritmo radica en que no se conocen maneras rápidas de factorizar un número grande en sus factores primos utilizando computadoras tradicionales.

Números primos en el arte y la literatura


Los números primos han influido en numerosos artistas y escritores. El compositor francés Olivier Messiaen se valió de ellos para crear música no métrica. En obras tales como La Nativité du Seigneur (1935) o Quatre études de rythme (1949-50) emplea simultáneamente motivos cuya duración es un número primo para crear ritmos impredecibles. Según Messiaen, esta forma de componer fue «inspirada por los movimientos de la naturaleza, movimientos de duraciones libres y desiguales».59

En la novela escrita en 1968 2001: Una Odisea Espacial, Arthur C. Clarke menciona que el monolito de origen extraterrestre tiene la proporción del cuadrado de los primeros tres números primos: 1,4,9.

En su novela de ciencia ficción Contact, posteriormente adaptada al cine, Carl Sagan sugiere que los números primos podrían ser empleados para comunicarse con inteligencias extraterrestres, una idea que había desarrollado de manera informal con el astrónomo estadounidense Frank Drake en 1975.60

El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon, que describe en primera persona la vida de un joven autista muy dotado en matemáticas y cálculo mental, utiliza únicamente los números primos para numerar los capítulos.

En la novela PopCo de Scarlett Thomas, la abuela de Alice Butler trabaja en la demostración de la hipótesis de Riemann. El libro ilustra una tabla de los mil primeros números primos.61

La soledad de los números primos, novela escrita por Paolo Giordano, ganó el premio Strega en 2008.

También son muchas las películas que reflejan la fascinación popular hacia los misterios de los números primos y la criptografía, por ejemplo, Cube, Sneakers, El amor tiene dos caras y Una mente maravillosa. Esta última se basa en la biografía del matemático y premio Nobel John Forbes Nash, escrita por Sylvia Nasar.62

El escritor griego Apostolos Doxiadis, escribió El tío Petros y la conjetura de Goldbach, que narra cómo un ficticio matemático prodigio de principios del siglo xx se sumerge en el mundo de las matemáticas de una forma apasionante. Tratando de resolver uno de los problemas más difíciles y aún no resueltos de la matemática, la conjetura de Goldbach, la cual reza: «Todo número par puede expresarse como la suma de dos números primos».

Número compuesto
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Números naturales de cero a cien. Los números compuestos está caducados en verde.
Número compuesto es cualquier número natural no primo, a excepción del 1. Es decir, tiene uno o más divisores distintos a 1 y a sí mismo. También se utiliza el término divisible para referirse a estos números.
Los treinta primeros números compuestos son: 4, 6, 8, 9, 10, 12, 14, 15, 16, 18, 20, 21, 22, 24, 25, 26, 27, 28, 30, 32, 33, 34, 35, 36, 38, 39, 40, 42, 44 y 45.
Características[editar]
Artículo principal:  Teorema fundamental de la aritmética
Una característica es que cada uno puede escribirse como producto de dos números naturales menores que él. Así, el número 20 es compuesto porque puede expresarse como 4×5; y también el 87 ya que se expresa como 3×29. Sin embargo, no es posible hacer lo mismo con el 17 o el 23 porque son números primos. Cada número compuesto se puede expresar como multiplicación de dos (o más) números primos específicos, cuyo proceso se conoce como factorización. El número compuesto más pequeño es el 4.
La forma más sencilla para probar que un número n es compuesto, es encontrar un divisor d comprendido entre 1 y n (1 < d < n). Por ejemplo, 219 es compuesto porque tiene a 3 por divisor. Y también 371 porque tiene a 7 por divisor. Una buena alternativa es utilizar entonces el pequeño teorema de Fermat, o mejor la generalización de este teorema debida al matemático suizo Leonhard Euler.
Como los números primos y compuestos están entremezclados unos con otros es lógico preguntarse si existirán secuencias de números compuestos consecutivos de longitud arbitraria. La secuencia 32, 33, 34, 35 y 36 es un ejemplo de longitud 5, y 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125 y 126 un ejemplo de longitud 13. La respuesta es que podemos conseguir una secuencia de números compuestos tan larga como se desee. Si deseamos una secuencia de longitud 20, basta tomar los números 21!+2, 21!+3, 21!+4, ... , 21!+21, ya que el primero es divisible por 2, el segundo por 3, etcétera.
Un teorema de Fermat afirma que si p es primo de la forma 4n+1, entonces se da un caso de exclusión simple, que puede expresarse de forma única como suma de dos cuadrados. Si un número de la forma 4n+1 puede expresarse como suma de dos cuadrados de dos formas diferentes al menos, entonces el número es compuesto.  Euler halló un método de factorización a partir de este hecho. Por ejemplo, si 221 = 112 + 102 = 142 + 52, entonces, 142 - 112 = 102 - 52. Tomando mcd(14+11, 10+5) = mcd(25,15) = 5, y después 25/5 = 5 y 15/5 = 3, y por último 52 + 32 = 25 + 9 = 34, entonces mcd(221, 34) = 17 nos da el factor que buscamos. El 1 y el 0 son casos especiales y no se consideran ni primos ni compuestos.

Número perfecto
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Ilustrando, mediante las regletas de Cuisenaire, que el 6 tiene las propiedades de un número perfecto.
Un número perfecto es un número entero positivo que es igual a la suma de sus divisores propios positivos. Dicho de otra forma, un número perfecto es aquel que es amigo de sí mismo.
Así, 6 es un número perfecto porque sus divisores propios son 1, 2 y 3; y 6 = 1 + 2 + 3. Los siguientes números perfectos son 28, 496 y 8128.
28 = 1 + 2 + 4 + 7 + 14
496 = 1 + 2 + 4 + 8 + 16 + 31 + 62 + 124 + 248
8128 = 1 + 2 + 4 + 8 + 16 + 32 + 64 + 127 + 254 + 508 + 1016 + 2032 + 4064

Índice
1Historia
2Otras propiedades de los números perfectos pares
2.1Son números triangulares
2.2Son números combinatorios o coeficientes del binomio
2.3Son números hexagonales
3Cuestiones abiertas
4Conceptos relacionados
5Véase también
6Referencias
7Enlaces externos
Historia[editar]
El matemático Euclides descubrió que los cuatro primeros números perfectos vienen dados por la fórmula :
n = 2:   21 × (22 – 1) = 6
n = 3:   22 × (23 – 1) = 28
n = 5:   24 × (25 – 1) = 496
n = 7:   26 × (27 – 1) = 8128
Al darse cuenta de que 2n – 1 es un número primo en cada caso, Euclides demostró que la fórmula 2n–1(2n – 1) genera un número perfecto par siempre que 2n – 1 es primo.
Los matemáticos de la Antigüedad hicieron muchas suposiciones sobre los números perfectos basándose en los cuatro que ya conocían. Muchas de estas suposiciones han resultado ser falsas. Una de ellas era que, como 2, 3, 5 y 7 eran precisamente los cuatro primeros números primos, el quinto número perfecto se obtendría con  n = 11, el quinto número primo. Sin embargo, 211 – 1 = 2047 = 23 × 89 no es primo y por tanto n = 11 no genera un número perfecto. Dos de las otras suposiciones equivocadas eran:
El quinto número perfecto tendría cinco dígitos, ya que los cuatro primeros tienen 1, 2, 3 y 4, respectivamente.
Los números perfectos terminarían alternativamente en 6 y en 8.
El quinto número perfecto (33 550 336) tiene 8 dígitos, contradiciendo así la primera suposición. En cuanto a la segunda, el quinto número perfecto acaba en 6, pero también el sexto (8 589 869 056) termina en 6. (El que la última cifra de un número perfecto par expresado en  base 10 siempre sea 6 u 8 no es difícil de demostrar).
Fue en 1603 cuando Pietro Cataldi halló los números perfectos sexto y séptimo, 216(217 – 1) = 8 589 869 056 y 218(219 – 1)= 137 438 691 328.1
Es verdad que si 2n – 1 es un número primo, entonces n también debe ser primo, pero el recíproco no es necesariamente cierto. Hoy en día, a los números primos generados por la fórmula 2 n – 1 se los conoce como números primos de Mersenne, en honor al monje del siglo XVII Marin Mersenne, quien estudió teoría de números y números perfectos.
Posteriormente, Leonhard Euler demostró en el siglo XVIII que todos los números perfectos pares se generan a partir de la fórmula que ya descubrió Euclides.
No se conoce la existencia de números perfectos impares. Sin embargo, existen algunos resultados parciales al respecto. Si existe un número perfecto impar debe ser mayor que 10 300, debe tener al menos 8 factores primos distintos (y al menos 11 si no es divisible por 3). Uno de esos factores debe ser mayor que 10 7, dos de ellos deben ser mayores que 10 000 y tres factores deben ser mayores que 100.
El 7 de diciembre de 2018, al descubrirse el número primo más grande 282 589 933 − 1 ( o M82 589 933 en la notación usual), se obtuvo entonces el mayor número perfecto encontrado hasta esa fecha, número 51 de la lista, con 49.724.095 dígitos:
282 589 932 (282 589 933 − 1)
El primo mencionado fue descubierto por Patrick Laroche como parte del proyecto Great Internet Mersenne Prime Search (GIMPS).2
Otras propiedades de los números perfectos pares[editar]
Son números triangulares[editar]
Un número triangular es de la forma , donde «n» es un número entero positivo cualquiera distinto de cero. Si partimos de la identidad  y distribuimos el producto del segundo miembro obtenemos:
.
La expresión  es un número primo de Mersenne y vemos que el término derecho de la identidad adopta la forma correspondiente a la definición de número triangular. Podemos afirmar que un número perfecto par es un número triangular y su orden es un número primo de Mersenne.
Son números combinatorios o coeficientes del binomio[editar]
Como todos los números triangulares están en la tercera columna del triángulo de Pascal y acabamos de ver que todo número perfecto par es un número triangular, los números perfectos son también números combinatorios. , donde  es la potencia correspondiente a un número primo de Mersenne aumentado en una unidad.
Son números hexagonales[editar]
Un número hexagonal es de la forma , para «n» un número entero positivo cualquiera distinto de cero. Surge inmediatamente de la identidad , llamando «n» al número .
Cuestiones abiertas[editar]
Por cuestión abierta se entiende una propiedad de la que todavía no se tiene una demostración, tanto de su afirmación como de su negación. Son cuestiones abiertas:
Determinar si existen infinitos números perfectos. Hasta diciembre del año 2018 se conocen 51 números perfectos.
Demostrar la imposibilidad de un número perfecto impar o encontrar uno.
Conceptos relacionados[editar]
Aparte, y considerando la suma de los divisores propios, existen otros tipos de números.
Números defectivos: la suma de los divisores propios es menor que el número.
Números abundantes: la suma es mayor que el número.
Números amigos: a y b tales que a es la suma de los divisores propios de b y viceversa.
Números sociables: como los amigos, pero con un ciclo mayor de números.
Números semiperfectos: la suma de todos o algunos de los divisores propios es igual al número.

Número entero
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Un número entero es un elemento del conjunto numérico que contiene los números naturales; que son 1 o ; dependiendo de cómo se definan, sus opuestos, y en la segunda definición, además el cero.2 Los enteros negativos, como −1 o −13 (se leen «menos uno», «menos trece», etc.), son menores que cero y también son menores que todos los enteros positivos. Para resaltar la diferencia entre positivos y negativos, se puede escribir un signo «menos» delante de los negativos: -1, -5, etc. Y si no se escribe signo al número se asume que es positivo.
El conjunto de todos los números enteros se representa por la letra  letra inicial del vocablo alemán Zah/en («números», pronunciado [ˈtsaːlən]).
En la recta numérica los números negativos se encuentran a la izquierda del cero y los positivos a su derecha.
Los números enteros pueden sumarse, restarse, multiplicarse y dividirse, siguiendo el modelo de los números naturales añadiendo unas normas para el uso del signo.
Los números enteros extienden la utilidad de los números naturales para contar cosas. Pueden utilizarse para contabilizar pérdidas: si en un colegio entran 80 alumnos nuevos de primer curso un cierto año, pero hay 100 alumnos de último curso que pasaron a  educación secundaria, en total habrá 100 − 80 = 20 alumnos menos; pero también puede decirse que dicho número ha aumentado en 80 − 100 = −20 alumnos.
Ciertas magnitudes como la temperatura o la altura usan valores por debajo del cero. La altura del Everest es 8848 metros por encima del nivel del mar, y por el contrario, la orilla del mar Muerto está 423 metros por debajo del nivel del mar; es decir, su altura se puede expresar como −423 m.

Índice
1Introducción
1.1Números con signo
1.2La recta numérica
2Operaciones con números enteros
2.1Suma
2.2Resta
2.3Multiplicación y División
3Propiedades algebraicas
4Véase también
5Referencias
6Bibliografía
7Enlaces externos
Introducción[editar]
Los números negativos son necesarios para realizar operaciones como:
3 − 5 = ?
Cuando el minuendo es más pequeño que el sustraendo, la resta no puede realizarse con números naturales. Sin embargo, hay situaciones en las que es útil el concepto de números negativos, como por ejemplo al hablar de ganancias y pérdidas:
Ejemplo: Un hombre juega a la ruleta dos días seguidos. Si el primero gana 2000 pesos y al día siguiente pierde 1000, el hombre ganó en total 2000 − 1000 = $ 1000. Sin embargo, si el primer día gana 500 y al siguiente pierde 2000, se dice que perdió en total 2000 − 500 = $ 1500. La expresión usada cambia en cada caso: ganó en total o perdió en total, dependiendo de si las ganancias fueron mayores que las pérdidas o viceversa. Estas dos posibilidades se pueden expresar utilizando el signo de los números negativos (o positivos): en el primer caso ganó en total 2000 − 1000 = + $ 1000 y en el segundo ganó en total 500 − 2000 = − $ 1500. Así, se entiende que una pérdida es una  ganancia negativa.
Números con signo[editar]
Artículo principal:  Signo (matemáticas)
Los números naturales 0, 1, 2, 3,... son los números ordinarios que se utilizan para contar. Al añadirles un signo menos («−») delante se obtienen los números negativos:
Un número entero negativo es un número natural como 1, 2, 3, etc. precedido de un signo menos, «−». Por ejemplo −1, −2, −3, etcétera. Se leen «menos 1», «menos 2», «menos 3»,...
Además, para diferenciarlos mejor, a los números naturales se les añade un signo más («+») delante y se les llama números positivos.
Un número entero positivo es un número natural como 1, 2, 3,... precedido de un signo más. «+».
El cero no es positivo ni negativo, y puede escribirse con signo más o menos o sin signo indistintamente, ya que sumar o restar cero es igual a no hacer nada. Toda esta colección de números son los llamados «enteros».
Los números enteros son el conjunto de todos los números enteros con signo (positivos y negativos) junto con el 0. Se les representa por la letra Z, también
escrita en «negrita de pizarra» como ℤ :
La recta numérica[editar]
Artículo principal:  Recta numérica
Los números enteros negativos son menores que todos los positivos y que el cero. Es decir, todo número que se encuentra ubicado a la derecha es mayor que el número que se encuentra ubicado a la izquierda. Para entender como están ordenados se utiliza la  recta numérica:

Se ve con esta representación que los números negativos son más pequeños cuanto más a la izquierda, es decir, cuanto mayor es el número tras el signo. A este número se le llama el  valor absoluto:
El valor absoluto de un número entero es la distancia que hay del origen (cero) hasta un punto dado. El valor absoluto de 0 es simplemente 0. Se representa por dos barras verticales «||».
Ejemplos. |+5| = 5 , |−2| = 2 , |0| = 0.
El orden de los números enteros puede resumirse en:
El orden de los números enteros se define como:
Dados dos números enteros de signos distintos, +a y −b, el negativo es menor que
el positivo: −b < +a.
Dados dos números enteros con el mismo signo, el menor de los dos números es:
El de menor valor absoluto, si el signo común es «+».
El de mayor valor absoluto, si el signo común es «−».
El cero, 0, es menor que todos los positivos y mayor que todos los negativos.
Ejemplos. +23 > −56 , +31 < +47 , −15 < −9 , 0 > −36
Operaciones con números enteros[editar]
Los números enteros pueden sumarse, restarse, multiplicarse y dividirse, igual que puede hacerse con los números naturales.
Suma[editar]
En esta figura, el valor absoluto y el signo de un número se representan por el tamaño del círculo y su color.
En la suma de dos números enteros, se determina por separado el signo y el valor absoluto del resultado.
Para sumar dos números enteros, se determina el signo y el valor absoluto del resultado del siguiente modo:
Si ambos sumandos tienen el mismo signo: ese es también el signo del resultado, y su valor absoluto es la suma de los
valores absolutos de los sumandos.
Si ambos sumandos tienen distinto signo:
El signo del resultado es el signo del sumando con mayor valor absoluto.
El valor absoluto del resultado es la diferencia entre el mayor valor absoluto y el menor valor absoluto, de entre los dos
sumandos.
Ejemplos. (+21) + (−13) = +8 , (+17) + (+26) = +43 , (−41) + (+19) = −22 , (−33) + (−28) = −61
La suma de números enteros se comporta de manera similar a la suma de números naturales:
La suma de números enteros cumple las siguientes propiedades:
Propiedad asociativa. Dados tres números enteros a, b y c, las sumas (a + b) + c y a +
(b + c) son iguales.
Propiedad conmutativa. Dados dos números enteros a y b, las sumas a + b y b + a son
iguales.
Elemento neutro. Todos los números enteros a quedan inalterados al sumarles 0: a + 0
= a.
Ejemplo.
Propiedad asociativa:
[ (−13) + (+25) ] + (+32) = (+12) + (+32) = (+44)
(−13) + [ (+25) + (+32) ] = (−13) + (+57) = (+44)
Propiedad conmutativa:
(+9) + (−17) = −8
(−17) + (+9) = −8
Además, la suma de números enteros posee una propiedad adicional que no tienen los números naturales:
Elemento opuesto o simétrico: Para cada número entero a, existe otro entero −a, que sumado al primero resulta en cero: a + (−a) = 0.
Resta[editar]
La resta de números enteros es muy sencilla, ya que ahora es un caso particular de la suma.
La resta de dos números enteros (minuendo menos sustraendo) se realiza sumando el minuendo más el sustraendo cambiando de signo.
Ejemplos
(+10) − (−5) = (+10) + (+5) = +15
(−7) − (+6) = (−7) + (−6) = −13
(−4) − (−8) = (−4) + (+8) = + 4
(+2) − (+9) = (+2) + (−9) = −7
Multiplicación y División[editar]
La multiplicación y división de números enteros, al igual que la suma, requiere determinar por separado el signo y valor absoluto del resultado.
En la multiplicación y en la división de dos números enteros se determinan el valor absoluto y el signo del
resultado de la siguiente manera:
El valor absoluto es el producto (o cociente) de los valores absolutos de los factores (o del dividendo y divisor).
El signo es «+» si los signos de los factores (o del dividendo y divisor) son iguales, y «−» si son distintos.
Para recordar el signo del resultado, también se utiliza la regla de los signos:
Regla de los signos - Multiplicación
(+) × (+)=(+) Más por más igual a
más.
(+) × (−)=(−) Más por menos igual a
menos.
(−) × (+)=(−) Menos por más igual a
menos.
(−) × (−)=(+) Menos por menos igual
a más.
Regla de los signos - División
(+) : (+)=(+) Más entre más igual a
más.
(+) : (−)=(−) Más entre menos igual a
menos.
(−) : (+)=(−) Menos entre más igual a
menos.
(−) : (−)=(+) Menos entre menos
igual a más.
Ejemplos multiplicación. (+5) × (+3) = +15 , (+4) × (-6) = -24 , (−7) × (+8) = −56 , (−9) × (−2) = +18.
Ejemplos división. (+15) : (+3) = +5 , (+12) : (-6) = -2 , (−16) : (+4) = −4 , (−18) : (−2) = +9.

La multiplicación de números enteros tiene también propiedades similares a la de números naturales:


La multiplicación de números enteros cumple las siguientes propiedades:
Propiedad asociativa. Dados tres números enteros a, b y c, los productos (a × b) × c y a ×
(b × c) son iguales.
Propiedad conmutativa. Dados dos números enteros a y b, los
productos a × b y b × a son iguales.
Elemento neutro. Todos los números enteros a quedan inalterados al multiplicarlos por
1: a × 1 = a.
Ejemplo.
Propiedad asociativa:
[ (−7) × (+4) ] × (+5) = (−28) × (+5) = −140
(−7) × [ (+4) × (+5) ] = (−7) × (+20) = −140
Propiedad conmutativa:
(−6) × (+9) = −54
(+9) × (−6) = −54
La suma y multiplicación de números enteros están relacionadas, al igual que los números naturales, por la propiedad distributiva:
Propiedad distributiva. Dados tres números enteros a, b y c, el producto a × (b + c) y la suma de productos (a × b) + (a × c) son idénticos.
Ejemplo.
(−7) × [ (−2) + (+5) ] = (−7) × (+3) = −21
[ (−7) × (−2) ] + [ (−7) × (+5) ] = (+14) + (−35) = −21

La división de números enteros no tiene las propiedades asociativa, conmutativa ni la distributiva.


Propiedades algebraicas[editar]
Artículo principal:  Propiedades de los números enteros
El conjunto de los números enteros, considerado junto con sus operaciones de adición y multiplicación, tiene una estructura que en matemáticas se denomina anillo; y posee una relación de orden. Los números enteros pueden además construirse a partir de los números naturales mediante clases de equivalencia.

Número negativo
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Temperaturas negativas, 'Termómetro marcando una temperatura positive'. Si la temperatura a la que el agua se congela es 0 °C, las temperaturas más bajas se representan con números negativos y las más altas con positivos.
Un número negativo es cualquier número cuyo valor es menor que cero y, por tanto, que los demás números positivos, como 7, 49/22 o π. Se utilizan para representar pérdidas, deudas, disminuciones o decrecimientos, entre otras cosas. Los números negativos son una generalización útil de los números positivos, cuando una magnitud o cantidad puede variar incrementalmente por encima o por debajo de un punto de referencia, usualmente representado por el cero.
Se representan igual que los positivos, pero añadiendo un signo menos «−» delante de ellos: −4, −2,5, −√8, etc. (estos números se leen: "menos cuatro", "menos dos coma cinco", etc.). A veces, se añade un signo más «+» a los números positivos para distinguirlos mejor: +3, +9/12, +4√22, etc. (más tres, más 9 doceavos, etc.).
Uno de los usos de los números negativos es representar pérdidas: si una persona en un año gana 20 000 pesos, pero gasta 25 000, al final del año ha perdido 25 000 − 20 000 = $ 5000; pero también puede decirse que sus ahorros han aumentado 20 000−25 000 = − $ 5000.
También se utilizan para representar temperaturas y otras magnitudes por debajo del cero. Cuando la temperatura es de 0 °C (cero grados Celsius) el agua se congela. Si el ambiente se calienta, la temperatura crece, pero si se enfría aún más, desciende por debajo de cero: por ejemplo, el mercurio, un metal líquido, se congela a 39 grados bajo cero, o sea a −39 °C (aproximadamente).

Índice
1Introducción
1.1Números con signo
1.2La recta numérica
2Operaciones con números negativos
2.1Suma
2.2Resta
2.3Multiplicación
2.4División
2.5Potencias
3Véase también
4Referencias
Introducción[editar]
Los números negativos son necesarios para realizar operaciones, por ejemplo:
Cuando el minuendo es más pequeño que el sustraendo, la resta no puede realizarse. Sin embargo, hay situaciones en las que es útil el concepto de números negativos, como en el ejemplo de la introducción sobre ganancias y pérdidas:
Ejemplo: Una persona juega a la ruleta dos días seguidos. Si el primero gana 200 euros y al día siguiente pierde 100, diremos que la persona ganó en total 200 − 100 = 100€. Sin embargo, si el primer día gana 50 y al siguiente pierde 200, decimos que perdió en total 200 − 50 = 150 €. La expresión que usamos cambia en cada caso: ganó en total o perdió en total, dependiendo de si las ganancias fueron mayores que las pérdidas o viceversa. Podemos expresar estas dos posibilidades utilizando el signo de los números negativos (o positivos): en el primer caso ganó en total 200 − 100 = +100 € y en el segundo ganó en total 50 − 200 = −150 €. Entendemos así que una pérdida es una  ganancia negativa.

Números con signo[editar]


Artículo principal:  Signo (matemáticas)
Los números naturales 1, 2, 3,... son los números ordinarios que se utilizan para contar. Si les añadimos un signo menos «−» delante, obtenemos los números enteros negativos:
Un número entero negativo es un número natural como 1, 2, 3, etc. precedido de un signo menos «−». Por ejemplo −1, −2, −3, etcétera. Se leen "menos 1", "menos 2", "menos 3",...
De este modo, a todos los números positivos como los números racionales positivos o los números reales positivos tienen su contrapartida negativa, anteponiendo el signo «−». Para distinguirlos mejor, en ocasiones se añade a los números positivos un signo más «+», enfatizando la diferencia con los negativos:
En ausencia de signo, se entiende que un número es positivo. El cero puede escribirse con signo más o menos indistintamente, porque sumar o restar cero es igual a no hacer nada, y por lo general se deja sin signo.
La recta numérica[editar]
Artículo principal:  Recta numérica
Los números negativos son más pequeños que todos los positivos y que el cero. Para entender cómo están ordenados se utiliza la recta numérica:

Se ve con esta representación que los números negativos son más pequeños cuanto mayor es el número tras el signo «−». A este número se le llama el valor absoluto:
El valor absoluto de un número es el número (positivo) que resulta de quitarle el signo, «+» o «−». El valor absoluto de ±0 es simplemente 0. Se representa por dos barras verticales "| |".
Ejemplo. 
Ahora puede entenderse como están ordenados los números negativos:
Para comparar dos números distintos con signo:
Si tienen distintos signos, el que tiene el signo menos «−» es menor que el que tenga el signo más «+».
Si tienen el mismo signo:
Si el signo común es más «+», el que tiene el menor valor absoluto es el menor.
Si el signo común es menos «−», el que tiene el mayor valor absoluto es el menor.
El cero es un caso especial: puede elegirse con signo «+» o «−» y el resultado no depende de ello. En resumen, el cero es menor que los números positivos
y mayor que los números negativos.
Ejemplo.
Comparemos +4 y −5: tienen signo distinto, por lo que el que tiene el signo «−» es el menor. Por tanto: −5 < +4.
Comparemos +3 y +1: tienen el mismo signo, y este es «+», por lo que el que tiene el menor valor absoluto es el menor: +1 < +3.
Comparemos −2 y −5: tienen el mismo signo, y este es «−», así que el que tiene el mayor valor absoluto es el menor: −5 < −2.
Comparemos 0 y +3. Sabemos que el resultado es 0<+3, porque 0 es menor que todos los números positivos, pero podemos aplicar las reglas anteriores poniéndole signo al cero y el resultado será idéntico:
Si escribimos el 0 como +0, ambos tienen el mismo signo, y el que tiene menor valor absoluto es el menor: +0 < +3.
Si escribimos el 0 como −0, tienen signo distinto, y el que tiene el signo «−» es el menor: −0 < +3.
Operaciones con números negativos[editar]
Los números con signo pueden sumarse, restarse, multiplicarse y dividirse. También pueden tomarse potencias con números negativos en la base o el exponente. En general se ha de determinar por separado el signo y el valor absoluto del resultado. Para realizar operaciones con número con signo, han de utilizarse paréntesis para facilitar la lectura de los cálculos y evitar errores. Por ejemplo, si queremos sumar los números −4 y +3, no escribiremos
,
sino
Suma[editar]
Suma de números con signo

La suma de dos números con signo puede realizarse desplazándose a lo largo de la recta numérica:


-Los sumandos se representan por flechas que van desde el cero hasta el número correspondiente. Las que corresponden a números positivos apuntan hacia la derecha, y hacia la izquierda para los negativos.
-Uniendo el extremo final de una con el extremo inicial de otra, se obtiene la suma de los dos sumandos.

En esta figura, el valor absoluto y el signo de un número se representan por el tamaño del círculo y su color. Se ve que:
-El signo del resultado es el signo del sumando con mayor valor absoluto.
-El valor absoluto del resultado crece si ambos sumandos son del mismo signo (se suman sus valores absolutos) y decrece si son distintos (al mayor se le resta el menor).
La suma de dos números negativos es muy similar a la de los números positivos. Por ejemplo, si una persona tiene dos deudas con dos bancos distintos, por valores de 1000 y 2000 pesos respectivamente, entonces debe pagar en total 3000 pesos. Por esta razón se dice
Para sumar dos números de distinto signo, se puede pensar en la combinación de una deuda y una ganancia. Una persona con una deuda de 200 euros que recibe una paga puede saldar parte o toda la deuda. Si la paga es de 50 euros, podrá reducir su deuda a 150 euros; mientras que si la paga es de 500, puede saldar por completo la deuda y aún le sobran 300 euros. Esto se representa como:
Estas sumas también pueden entenderse de otras maneras, como desplazamientos a izquierda o derecha en la recta numérica. En resumen, la suma de números con signo se separa en dos pasos, para determinar las dos características del resultado, su valor absoluto y su signo:
Para sumar dos números con signo, determinamos el signo y el valor absoluto del resultado del siguiente modo:
Si ambos sumandos tienen el mismo signo: ese es también el signo del resultado, y su valor absoluto es la suma de los
valores absolutos de los sumandos.
Si ambos sumandos tienen distinto signo:
El signo del resultado es el signo del sumando con mayor valor absoluto.
El valor absoluto del resultado es la diferencia entre el mayor valor absoluto y el menor valor absoluto, de entre los dos
sumandos.
Ejemplo.
(+4,5) + (−2,3). Tienen distinto signo, y +4,5 es el que tiene mayor valor absoluto. El signo del resultado es entonces «+», y su valor absoluto es la diferencia 4,5 − 2,3 = 2,2. O sea: (+4,5) + (−2,3) = +2,2.
(+1) + (+5). Tienen el mismo signo («+»), así que el signo del resultado es «+» y el valor absoluto es la suma de los valores absolutos 1+5 = 6. O sea: (+1) + (+5) = +6
(−6) + (+3/4). Tienen distinto signo, y es −6 el que tiene mayor valor absoluto, así que el signo del resultado es «−» y el valor absoluto es la diferencia 6 − 3/4 = 21/4. O sea: (−6) + (+3/4) = −21/4.
(−4) + (−7). Tienen el mismo signo («−»), luego el signo del resultado es también «−» y su valor absoluto es la suma de ambos 4 + 7 = 11. O sea: (−4) + (−7) = −11.
−(−36) + (−5). −(−36)= +36, + (−5) = −5, 36−5 = 31.
Resta[editar]
La resta de números con signo es muy sencilla, ya que ahora la tratamos como un caso particular de la suma.
La resta de dos números con signo (minuendo menos sustraendo) se realiza sumando el minuendo más el sustraendo cambiado de signo.
Ejemplo.
Multiplicación[editar]

Regla de los signos. Dos cargas eléctricas se repelen si son del mismo signo y se atraen si son de signos distintos. La fuerza que ejerce la carga grande sobre la pequeña es entonces es positiva (empuja) o negativa (tira). La fuerza depende pues del producto de dos números con signo, las dos cargas.
La multiplicación de un número positivo por otro número, positivo o negativo es sencilla de entender, como repetición de una suma:
En otras palabras: el triple de un ingreso de 1000 pesos es un ingreso de 3000 pesos; y el doble de una deuda de 2000 pesos es una deuda de 4000 pesos. El producto de un número negativo por otro número con signo puede entenderse como resultado de las propiedades  conmutativa y distributiva de la multiplicación:
Entonces, el producto de un número negativo por otro número con signo es:
Puesto que , la única posibilidad es que .
En resumen, la multiplicación de números con signo, al igual que la suma, requiere determinar por separado el signo y valor absoluto del resultado:
En la multiplicación de dos números con signo se determinan el valor absoluto y el signo del resultado
de la siguiente manera:
El valor absoluto es el producto de los valores absolutos de los factores.
El signo es «+» si los signos de los factores son iguales, y «−» si son distintos.
Para recordar el signo del resultado, también se utiliza la regla de los signos:
Regla de los signos
(+) × (+)=(+) Más por más igual a
más.
(+) × (−)=(−) Más por menos igual a
menos.
(−) × (+)=(−) Menos por más igual a
menos.
(−) × (−)=(+) Menos por menos igual
a más.
Ejemplo.
(+4,5) × (−6). El signo de los factores es distinto, así que el signo del resultado es «−». El producto de los valores absolutos es 4,5 × 6 = 27. O sea: (+4,5) × (−6) = −27.
(+5) × (+3). El signo de los factores es idéntico, así que el signo del resultado es «+». El producto de los valores absolutos es 5×3 = 15. O sea: (+5) × (+3) = +15.
(−7/5) × (+8/3). El signo de los factores es distinto, luego el signo del resultado es «−». El producto de los valores absolutos es 7/5 × 8/3 = 56/15. O sea: (−7/5) × (+8/3) = −56/15.
(−9) × (−2). El signo de los factores es el mismo, así que el signo del resultado es «+». El producto de los valores absolutos es 9×2 = 18. O sea: (−9) × (−2) = +18.
División[editar]
La división de números con signo es similar a la multiplicación, puesto que también respeta la regla de los signos:
En la división de dos números con signo (dividendo entre divisor) el resultado se determina como
sigue:
El valor absoluto del resultado es el cociente entre los valores absolutos del dividendo y el
divisor.
El signo del resultado se determina por la regla de los signos: signo «+» si los signos son iguales
y «−» si son distintos.
Ejemplo.
Potencias[editar]
Una potencia de un número negativo elevado a un número entero es sencilla de entender, puesto que puede descomponerse en repetidas multiplicaciones:
No siempre es posible calcular la potencia de un número negativo elevado a un exponente que no sea entero:
No existe (−7)1/2 , ya que el cuadrado de un número real es siempre positivo: (+) × (+) = (−) × (−) = (+)
Si el exponente es un número negativo, como 3−2, esta operación puede entenderse debido a las propiedades usuales de las potencias cuando son multiplicadas:
Sabiendo que: ,
entonces: ,
y puesto que , ha de ser , ya que .
Resumiendo, las potencias se definen como:
La potencia de números con signo se definen en los siguientes casos:
Base positiva: el signo del resultado es siempre «+» y su valor absoluto es
Exponente positivo: el valor absoluto de la base elevada al valor absoluto del exponente.
Exponente negativo: 1 partido por el caso anterior (valor absoluto de la base elevado al valor absoluto del exponente).
Base negativa:
Si el exponente es un número entero, el signo del resultado es «+» si este es par, y «−» si es impar.
Si el exponente no es un número entero, en general la potencia no existe (ver más abajo). En particular, sólo existe si es una fracción (irreducible) con denominador impar. En tal caso, el signo
es «+» si el numerador es par y «−» si es impar.
El valor absoluto del resultado es:
Exponente positivo: el valor absoluto de la base elevada al valor absoluto del exponente.
Exponente negativo: 1 partido por el caso anterior (valor absoluto de la base elevado al valor absoluto del exponente).
Nótese que los números enteros son también fracciones de denominador impar: 5 = 5/1 , −3 = −3/1. La potencia (−7) 1/2 no existe porque no existen números positivos o negativos cuyo cuadrado sea negativo. Por ello dichas potencias requieren la introducción de los llamados números imaginarios.
Ejemplo.
(+4)+(1/3). El signo es «+» porque +4 es positivo, y el valor absoluto es 41/3, porque el exponente es positivo: (+4) +(1/3) = + (41/3) = +1,587...
(−5)+(2/7). La base es negativa, y el exponente es una fracción con denominador impar y numerador par, por lo que la potencia existe y el signo es «+». El valor absoluto es 5 2/7, porque el exponente es positivo: (−5) +(2/7) = + (52/7) = +1,583...
(+6)−3. El signo es «+» porque +6 es positivo, y el valor absoluto es 1/(63), porque el exponente es negativo: (+6) −3 = + 1/(63) = +1/216.
(−9)+(1/6). La base es negativa y el exponente es una fracción de denominador par. La potencia no existe.
(−2,3)−10/2. La base es negativa y el exponente un número entero impar (es una fracción con denominador par, pero no es irreducible, sino que puede simplificarse a 5/1, que tiene denominador impar), por lo que el signo del resultado es «−». Como el exponente es negativo, el valor absoluto es 1/(2,3 5), por lo que: (−2,3)−10/2 = − 1/(2,35) = −0,0155...
Números pares e impares
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En matemáticas, un número par es un número entero que es divisible entre dos.1 Se trata de un número entero que se puede escribir de la forma: 2k (es decir, divisible de manera entera entre 2), donde k es un entero (los números pares son los múltiplos del número 2). Los números enteros que no son pares se llaman números impares (o números menores), y pueden escribirse como 2k+1. 2
Los números pares son:
y los impares:
La paridad de un número entero se refiere a su atributo de ser par o impar.3 Comparativamente, dos números son «de la misma paridad» si al dividirlos entre 2, el resto es el mismo, por ejemplo: "2" y "4", o "3" y "7"; son «de la misma paridad». Por el contrario los números "23" y "44" son «de distinta paridad».
Esta se complementa por una fácil fórmula:
par + par = par | par + impar = impar | impar + impar = par

Índice
1Reconocimiento
2Paridad del cero
3Propiedades con respecto a la divisibilidad
3.1Tipos especiales de números pares
3.2Tipos especiales de números impares
3.3Definiciones en desuso
4Divisibilidad par
4.1Máximo común divisor parmente
5Álgebra
6Paridad de potencias
7Véase también
8Referencias
Reconocimiento[editar]
Si la base de numeración utilizada es un número par (por ejemplo, base 10 o base 8), un número par podrá reconocerse si su último dígito también es par. Por ejemplo, el siguiente número en base 10:
es par ya que su último dígito: 6, también es par. Lo mismo sucede con el siguiente número en base 6:
Si la base del sistema de numeración es impar (3, 5, etc), el número será par si el número de dígitos con cifra impar es par, en cualquier otro caso el número será impar. Por ejemplo, en base 3:
es impar, dado que el uno es la única cifra impar, mientras que:
Como el 3 y el 1 son impares, hay un número par de cifras impares y el número es par.
Paridad del cero[editar]
Artículo principal:  Paridad del cero
El cero es un número par, cumple con la definición así como con todas las propiedades de los números pares.
La potencias de base par son pares y recíprocamente si una potencia es par su base es par 4
El resto de la división de un número par entre un número par es par; nada se colige del cociente que puede tener cualquier paridad.
Propiedades con respecto a la divisibilidad[editar]
Dos números enteros consecutivos tienen paridad diferente.
Dados tres enteros consecutivos, dos serán de la misma paridad y uno de ellos será necesariamente de paridad distinta de los otros dos.
Tipos especiales de números pares[editar]
Los números perfectos son pares.
Los factoriales de un natural diferente de 1 y de 0 y los números primoriales son pares.
Los números congruentes de Fibonacci son todos pares. Según la definición del mismo Fibonacci (Leonardo de Pisa, Filius Bonacci), que aparece en su libro Liber Quadratorum (1225), un número congruente es de la forma m·n (m² - n²), con m y n enteros positivos impares y m > n.
Tipos especiales de números impares[editar]
Los números primos, con la única salvedad del 2, que es par. Se trata de aquellos números naturales que no tienen otros divisores más que ellos mismos y el 1.
Los números primos de la forma , con n un número natural cualquiera, se descomponen de una única manera en suma de dos cuadrados de números enteros. Esto fue estudiado por Fermat y permite que ese primo sea la hipotenusa de un triángulo rectángulo diofántico o triángulo rectángulo diofantino. Estas últimas dos palabras se refieren a triángulos con lados enteros positivos en honor a Diofanto de Alejandría, quien estudió los problemas en los que interesa obtener soluciones enteras.
Los primos de la forma  no pueden expresarse como suma de dos cuadrados enteros, pero sí como diferencia de cuadrados. La raíz cuadrada del cuadrado mayor, o minuendo de la diferencia, es igual a , donde n es el mismo natural que aparece en la expresión del número primo.
Definiciones en desuso[editar]
En el libro 7 de los Elementos de Euclides5 (definiciones 8 a 10), vienen definidas unas clases de números que, aunque hoy en desuso, han sido citadas de forma recurrente en libros históricos de matemáticas.
Número parmente par, pariter par o propiamente par «es el medido por un número par según un número par». Sería, por tanto, el producto de dos números pares (todos son múltiplos de 4).
Número parmente impar o pariter impar «es el medido por un número par según un número impar», es decir, el producto de un número par por un número impar.
Número imparmente impar, impariter impar o propiamente impar «es el medido por un número impar según un número impar», es decir, el producto de dos números impares.
Observaciones:
En estas definiciones, el 1 no cuenta como número,67 por lo que los números imparmente impares son exactamente los números impares compuestos. Estos son los números que se emplean en la criba de Sundaram para hallar números primos: un número primo será todo número impar (con la consabida excepción del 2) que no esté en la criba de Sundaram.
Algunos números se consideran tanto parmente pares como parmente impares. Por ejemplo, 24 es igual a 6 por 4, así que es parmente par; pero también es igual a 3 por 8, con lo que es parmente impar.
Algunas fuentes, tales como Dorado contador. Aritmética especulativa y práctica (1794)8 y el más reciente, Enjambre matemático,9 utilizan otra definición para los números parmente pares: no se trata de los que son productos de dos pares, sino de los que sólo se pueden expresar como producto de dos pares (exceptuando, por supuesto, el producto de sí mismos por uno). Según esta definición, los números parmente pares son exactamente las  potencias de 2. Asimismo, definen el número parmente impar como el múltiplo de una potencia de 2 por un número impar e introducen el concepto, ausente en la obra de Euclides, 9 de número imparmente par como un número que es doble de un número impar. La definición del
número imparmente impar no sufre variación.
El libro Llave aritmética y algebrayca10 utiliza las primeras definiciones y explica el caso de que haya números que son simultáneamente parmente pares y parmente impares. Esta definición, además, queda reforzada en la proposición 32 del libro 9 de los  Elementos,5 que explica así: «Cada uno de los números (que es continuamente) duplicado a partir de una díada es solamente un (número) parmente par.»
Divisibilidad par[editar]
Sea el conjunto de los pares  = {0, 2, 4, 6, 8, 10,...2n..., n cualquier natural}.11
Sean a b, c elementos de , se dirá que a|p b si existe c tal que b = ac. También se dice que b es divisible parmente12
Por ejemplo 8 | 16 pues 16 = 2·8
Primo en 
el elemento a es primo en 2Z si no existe un elemento de 2Z que lo divida.
Por ejemplo, 6, 10, pues no hay elemento de 2Z que lo dividan parmente.
Los primos de  son el producto de los impares por 2 únicamente.
Divisores de un número
Fuera de los primos en sentido par, los otros números tienen más de dos divisores
para el caso de 24, tiene como divisores 2, 4, 6, 12, y 8 no es divisor parmente de 24.
Divisores comunes
48 y 32 tienen como divisores comunes 2, 4, 8, y 16 no, porque no divide parmente a 4813
Máximo común divisor parmente[editar]
El mayor de los divisores comunes de dos elementos de  se llama máximo común divisor (m.c.d.).
Por ejemplo, m.c.d.(32,48) = 8
Álgebra[editar]
la suma de números naturales pares es par y cabe la propiedad asociativa, el conjunto de los números pares es un semigrupo conmutativo con la adición; si se admite 0 como natural, sería el elemento neutro aditivo par.
El conjunto de los números enteros pares con la adición es un grupo abeliano, pues se cumplen: la clausura, asociatividad, existe el elemento neutro par el cero y para cada par existe su opuesto.
El conjunto de los números naturales impares con la multiplicación es un semigrupo asociativo, con unidad.
Paridad de potencias[editar]
Si a2 es un número par entonces a es un número par. Esta propiedad se usa en la demostración de la irracionalidad de 14

Números pares e impares


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En matemáticas, un número par es un número entero que es divisible entre dos.1 Se trata de un número entero que se puede escribir de la forma: 2k (es decir, divisible de manera entera entre 2), donde k es un entero (los números pares son los múltiplos del número 2). Los números enteros que no son pares se llaman números impares (o números menores), y pueden escribirse como 2k+1. 2
Los números pares son:
y los impares:
La paridad de un número entero se refiere a su atributo de ser par o impar.3 Comparativamente, dos números son «de la misma paridad» si al dividirlos entre 2, el resto es el mismo, por ejemplo: "2" y "4", o "3" y "7"; son «de la misma paridad». Por el contrario los números "23" y "44" son «de distinta paridad».
Esta se complementa por una fácil fórmula:
par + par = par | par + impar = impar | impar + impar = par

Índice
1Reconocimiento
2Paridad del cero
3Propiedades con respecto a la divisibilidad
3.1Tipos especiales de números pares
3.2Tipos especiales de números impares
3.3Definiciones en desuso
4Divisibilidad par
4.1Máximo común divisor parmente
5Álgebra
6Paridad de potencias
7Véase también
8Referencias
Reconocimiento[editar]
Si la base de numeración utilizada es un número par (por ejemplo, base 10 o base 8), un número par podrá reconocerse si su último dígito también es par. Por ejemplo, el siguiente número en base 10:
es par ya que su último dígito: 6, también es par. Lo mismo sucede con el siguiente número en base 6:
Si la base del sistema de numeración es impar (3, 5, etc), el número será par si el número de dígitos con cifra impar es par, en cualquier otro caso el número será impar. Por ejemplo, en base 3:
es impar, dado que el uno es la única cifra impar, mientras que:
Como el 3 y el 1 son impares, hay un número par de cifras impares y el número es par.
Paridad del cero[editar]
Artículo principal:  Paridad del cero
El cero es un número par, cumple con la definición así como con todas las propiedades de los números pares.
La potencias de base par son pares y recíprocamente si una potencia es par su base es par 4
El resto de la división de un número par entre un número par es par; nada se colige del cociente que puede tener cualquier paridad.
Propiedades con respecto a la divisibilidad[editar]
Dos números enteros consecutivos tienen paridad diferente.
Dados tres enteros consecutivos, dos serán de la misma paridad y uno de ellos será necesariamente de paridad distinta de los otros dos.
Tipos especiales de números pares[editar]
Los números perfectos son pares.
Los factoriales de un natural diferente de 1 y de 0 y los números primoriales son pares.
Los números congruentes de Fibonacci son todos pares. Según la definición del mismo Fibonacci (Leonardo de Pisa, Filius Bonacci), que aparece en su libro Liber Quadratorum (1225), un número congruente es de la forma m·n (m² - n²), con m y n enteros positivos impares y m > n.
Tipos especiales de números impares[editar]
Los números primos, con la única salvedad del 2, que es par. Se trata de aquellos números naturales que no tienen otros divisores más que ellos mismos y el 1.
Los números primos de la forma , con n un número natural cualquiera, se descomponen de una única manera en suma de dos cuadrados de números enteros. Esto fue estudiado por Fermat y permite que ese primo sea la hipotenusa de un triángulo rectángulo diofántico o triángulo rectángulo diofantino. Estas últimas dos palabras se refieren a triángulos con lados enteros positivos en honor a Diofanto de Alejandría, quien estudió los problemas en los que interesa obtener soluciones enteras.
Los primos de la forma  no pueden expresarse como suma de dos cuadrados enteros, pero sí como diferencia de cuadrados. La raíz cuadrada del cuadrado mayor, o minuendo de la diferencia, es igual a , donde n es el mismo natural que aparece en la expresión del número primo.
Definiciones en desuso[editar]
En el libro 7 de los Elementos de Euclides5 (definiciones 8 a 10), vienen definidas unas clases de números que, aunque hoy en desuso, han sido citadas de forma recurrente en libros históricos de matemáticas.
Número parmente par, pariter par o propiamente par «es el medido por un número par según un número par». Sería, por tanto, el producto de dos números pares (todos son múltiplos de 4).
Número parmente impar o pariter impar «es el medido por un número par según un número impar», es decir, el producto de un número par por un número impar.
Número imparmente impar, impariter impar o propiamente impar «es el medido por un número impar según un número impar», es decir, el producto de dos números impares.
Observaciones:
En estas definiciones, el 1 no cuenta como número,67 por lo que los números imparmente impares son exactamente los números impares compuestos. Estos son los números que se emplean en la criba de Sundaram para hallar números primos: un número primo será todo número impar (con la consabida excepción del 2) que no esté en la criba de Sundaram.
Algunos números se consideran tanto parmente pares como parmente impares. Por ejemplo, 24 es igual a 6 por 4, así que es parmente par; pero también es igual a 3 por 8, con lo que es parmente impar.
Algunas fuentes, tales como Dorado contador. Aritmética especulativa y práctica (1794)8 y el más reciente, Enjambre matemático,9 utilizan otra definición para los números parmente pares: no se trata de los que son productos de dos pares, sino de los que sólo se pueden expresar como producto de dos pares (exceptuando, por supuesto, el producto de sí mismos por uno). Según esta definición, los números parmente pares son exactamente las  potencias de 2. Asimismo, definen el número parmente impar como el múltiplo de una potencia de 2 por un número impar e introducen el concepto, ausente en la obra de Euclides, 9 de número imparmente par como un número que es doble de un número impar. La definición del
número imparmente impar no sufre variación.
El libro Llave aritmética y algebrayca10 utiliza las primeras definiciones y explica el caso de que haya números que son simultáneamente parmente pares y parmente impares. Esta definición, además, queda reforzada en la proposición 32 del libro 9 de los  Elementos,5 que explica así: «Cada uno de los números (que es continuamente) duplicado a partir de una díada es solamente un (número) parmente par.»
Divisibilidad par[editar]
Sea el conjunto de los pares  = {0, 2, 4, 6, 8, 10,...2n..., n cualquier natural}.11
Sean a b, c elementos de , se dirá que a|p b si existe c tal que b = ac. También se dice que b es divisible parmente12
Por ejemplo 8 | 16 pues 16 = 2·8
Primo en 
el elemento a es primo en 2Z si no existe un elemento de 2Z que lo divida.
Por ejemplo, 6, 10, pues no hay elemento de 2Z que lo dividan parmente.
Los primos de  son el producto de los impares por 2 únicamente.
Divisores de un número
Fuera de los primos en sentido par, los otros números tienen más de dos divisores
para el caso de 24, tiene como divisores 2, 4, 6, 12, y 8 no es divisor parmente de 24.
Divisores comunes
48 y 32 tienen como divisores comunes 2, 4, 8, y 16 no, porque no divide parmente a 4813
Máximo común divisor parmente[editar]
El mayor de los divisores comunes de dos elementos de  se llama máximo común divisor (m.c.d.).
Por ejemplo, m.c.d.(32,48) = 8
Álgebra[editar]
la suma de números naturales pares es par y cabe la propiedad asociativa, el conjunto de los números pares es un semigrupo conmutativo con la adición; si se admite 0 como natural, sería el elemento neutro aditivo par.
El conjunto de los números enteros pares con la adición es un grupo abeliano, pues se cumplen: la clausura, asociatividad, existe el elemento neutro par el cero y para cada par existe su opuesto.
El conjunto de los números naturales impares con la multiplicación es un semigrupo asociativo, con unidad.
Paridad de potencias[editar]
Si a2 es un número par entonces a es un número par. Esta propiedad se usa en la demostración de la irracionalidad de 14

Número racional
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Representación gráfica de las fracciones cuyo divisor es 4. Estas cuatro fracciones son números racionales.
Los números racionales son todos los números que pueden representarse como el cociente de dos números enteros o, más exactamente, un entero y un natural positivo;1 es decir, una fracción común {\displaystyle a/b}a/b con numerador {\displaystyle a}a y denominador {\displaystyle b}b distinto de cero. El término «racional» alude a una fracción o parte de un todo. El conjunto de los números racionales se denota por Q (o bien {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q}, en negrita de pizarra) que deriva de «cociente» (Quotient en varios idiomas europeos). Este conjunto de números incluye a los números enteros ({\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z}) y a los números fraccionarios y es un subconjunto de los
números reales ({\displaystyle \mathbb {R} }\mathbb{R}).

La escritura decimal de un número racional es, o bien un número decimal finito, o bien semiperiódico. Esto es cierto no solo para números escritos en base 10 (sistema decimal); también lo es en base binaria, hexadecimal o cualquier otra base entera. Recíprocamente, todo número que admite una expansión finita o periódica (en cualquier base entera) es un número racional.

Un número real que no es racional se llama número irracional; la expresión decimal de los números irracionales, a diferencia de los racionales, es infinita aperiódica.2

En sentido estricto, número racional es el conjunto de todas las fracciones equivalentes a una dada; de todas ellas, se toma como representante canónico de dicho número racional a la fracción irreducible. Las fracciones equivalentes entre sí –número racional– son una clase de equivalencia, resultado de la aplicación de una relación de equivalencia sobre {\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z}.

Índice
1 Historia
2 Aritmética de los números racionales
2.1 Relaciones de equivalencia y orden
2.1.1 Inmersión de enteros
2.2 Equivalencia
2.2.1 Orden
2.3 Operaciones Racionales
2.3.1 Suma
2.3.2 Resta
2.3.3 Multiplicación
2.3.4 División
2.4 Inversos
3 Escritura decimal
3.1 Número racional en base decimal
3.2 Número racional en otras bases
4 Construcción formal
5 Propiedades
5.1 Algebraicas
5.2 Conjuntistas
5.3 Topológicas
6 Número p-ádico
7 Véase también
8 Notas y referencias
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Historia
Los egipcios calculaban la resolución de problemas prácticos utilizando fracciones cuyos denominadores son enteros positivos; son los primeros números racionales utilizados para representar las «partes de un entero», por medio del concepto de recíproco de un número entero.3

Los matemáticos de la antigua Grecia consideraban que dos magnitudes eran conmensurables si era posible encontrar una tercera tal que las dos primeras fueran múltiplos de la última, es decir, era posible encontrar una unidad común para la que las dos magnitudes tuvieran una medida entera. El principio pitagórico de que todo número es un cociente de enteros, expresaba en esta forma que cualesquiera dos magnitudes deben ser conmensurables, luego números racionales.4

Etimológicamente, el hecho de que estos números se llamen racionales corresponde a que son la razón de dos números enteros, palabra cuya raíz proviene del latín ratio,56 y esta a su vez del griego λόγος (razón), que es como llamaban los matemáticos de la antigua Grecia a estos números.7 La notación {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} empleada para nombrar el conjunto de los números racionales proviene de la palabra italiana quoziente, derivada del trabajo de Giuseppe Peano en 1895.8

Aritmética de los números racionales


Véase también: Fracción § Aritmética con fracciones
Relaciones de equivalencia y orden
Inmersión de enteros
Cualquier entero n se puede expresar como el número racional n/1 debido a eso se escribe frecuentemente {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {Z} \subset \mathbb {Q} }{\displaystyle \scriptstyle \mathbb {Z} \subset \mathbb {Q} } (técnicamente, se dice que los racionales contienen un subanillo isomorfo al anillo de los números enteros).

Equivalencia
Si se cumple:

{\displaystyle {\frac {a}{b}}={\frac {c}{d}}\quad \longleftrightarrow \quad ad=bc}{\displaystyle {\frac {a}{b}}={\frac {c}{d}}\quad \longleftrightarrow \quad ad=bc}
Orden
Cuando ambos denominadores son positivos:

{\displaystyle {\frac {a}{b}}<{\frac {c}{d}}\quad \longleftrightarrow \quad ad<bc}{\displaystyle {\frac {a}{b}}<{\frac {c}{d}}\quad \longleftrightarrow \quad ad<bc}
Si cualquiera de los denominadores es negativo, las fracciones primero deben convertirse en otras equivalentes con denominadores positivos, siguiendo las ecuaciones:

{\displaystyle {\frac {-a}{-b}}={\frac {a}{b}}}{\displaystyle {\frac {-a}{-b}}={\frac {a}{b}}}


y

{\displaystyle {\frac {a}{-b}}={\frac {-a}{b}}}{\displaystyle {\frac {a}{-b}}={\frac {-a}{b}}}


Operaciones Racionales
A las operaciones de suma, resta, multiplicación y división se las llama operaciones racionales.9

Suma
Se define la suma o adición de dos números racionales a la operación que a todo par de números racionales le hace corresponder su suma:

{\displaystyle {\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}={\cfrac {ad}{bd}}+{\cfrac {bc}{bd}}={\frac {ad+bc}{bd}}}{\displaystyle {\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}={\cfrac {ad}{bd}}+{\cfrac {bc}{bd}}={\frac {ad+bc}{bd}}}
Resta
La operación que a todo par de números racionales le hace corresponder su diferencia se llama resta o diferencia y se la considera operación inversa de la suma.9

{\displaystyle {\frac {c}{d}}-{\frac {a}{b}}={\frac {c}{d}}+\left(-{\frac {a}{b}}\right)}{\displaystyle {\frac {c}{d}}-{\frac {a}{b}}={\frac {c}{d}}+\left(-{\frac {a}{b}}\right)}.
Multiplicación
La multiplicación o producto de dos números racionales:

{\displaystyle {\frac {a}{b}}\cdot {\frac {c}{d}}={\frac {a\cdot c}{b\cdot d}}}{\displaystyle {\frac {a}{b}}\cdot {\frac {c}{d}}={\frac {a\cdot c}{b\cdot d}}}.
División
Se define la división o cociente de dos racionales r entre s distinto de 0, al producto {\displaystyle r\times s^{-1}}{\displaystyle r\times s^{-1}}. En otra notación,

{\displaystyle {\frac {a}{b}}\div {\frac {c}{d}}={\frac {a}{b}}\cdot {\frac {d}{c}}}{\displaystyle {\frac {a}{b}}\div {\frac {c}{d}}={\frac {a}{b}}\cdot {\frac {d}{c}}}.
Es una operación totalmente definida, pero se asume que es una operación inversa de la multiplicación que resuelve la ecuación s·x=r, s≠0.

Inversos
Los inversos aditivo y multiplicativo existen en los números racionales:

{\displaystyle -\left({\frac {a}{b}}\right)={\frac {-a}{b}}={\frac {a}{-b}}\quad {\mbox{y}}\quad \left({\frac {a}{b}}\right)^{-1}={\frac {b}{a}}{\mbox{ si }}a\neq 0.}{\displaystyle -\left({\frac {a}{b}}\right)={\frac {-a}{b}}={\frac {a}{-b}}\quad {\mbox{y}}\quad \left({\frac {a}{b}}\right)^{-1}={\frac {b}{a}}{\mbox{ si }}a\neq 0.}
Escritura decimal
Número racional en base decimal
Véanse también: Representación decimal, Número decimal y Número decimal periódico.
Todo número real admite una representación decimal ilimitada, esta representación es única si se excluyen secuencias infinitas de 9 (como por ejemplo el 0,9 periódico). Utilizando la representación decimal, todo número racional puede expresarse como un número decimal finito (exacto) o periódico y viceversa. De esta manera, el valor decimal de un número racional, es simplemente el resultado de dividir el numerador entre el denominador.

Los números racionales se caracterizan por tener una escritura decimal que solo puede ser de tres tipos:

Exacta: la parte decimal tiene un número finito de cifras. Al no ser significativos, los ceros a la derecha del separador decimal pueden omitirse, lo que da por resultado una expresión «finita» o «terminal». Por ejemplo:
{\displaystyle {\frac {8}{5}}=1,6}\frac 8 5 = 1,6
Periódica pura: toda la parte decimal se repite indefinidamente. Ejemplo:
{\displaystyle {\begin{array}{rcl}{\cfrac {1}{7}}&=&0,142857142857\dots \\&=&0,{\overline {142857}}\end{array}}}\begin{array}{rcl}\cfrac 1 7&=&0,142857142857\dots\\&=&0,\overline{142857}\end{array}
Periódica mixta: no toda la parte decimal se repite. Ejemplo:

{\displaystyle {\begin{array}{rcl}{\cfrac {1}{60}}&=&0,01666\dots \\&=&0,01{\overline {6}}\end{array}}}\begin{array}{rcl}\cfrac 1 {60}&=&0,01666\dots\\&=&0,01\overline{6}\end{array}


De la misma manera se aplica la representación de un número racional en un sistema de numeración posicional en bases distintas de diez.

Número racional en otras bases


En un sistema de numeración posicional de base racional, las fracciones irreducibles cuyo denominador contiene factores primos distintos de aquellos que factorizan la base no tienen representación finita.

Por ejemplo, en base 10, un racional tendrá un desarrollo finito si y solo si el denominador de su fracción irreducible es de la forma {\displaystyle 2^{n}\cdot 5^{p}}{\displaystyle 2^{n}\cdot 5^{p}} ({\displaystyle n}n y {\displaystyle p}p enteros), así como en base duodecimal es infinita y recurrente la representación de todas aquellas fracciones cuyo denominador contiene factores primos distintos de 2 y 3.

Construcción formal
Véanse también: Dominio de integridad y Cuerpo de cocientes.

Construcción formal de los números racionales como pares ordenados.


El conjunto de los números racionales puede construirse a partir del conjunto de fracciones cuyo numerador y cuyo denominador son números enteros. El conjunto de los números racionales no es directamente identificable con el conjunto de fracciones, porque a veces un número racional puede representarse por más de una fracción, por ejemplo:

{\displaystyle 2,5={\frac {25}{10}}={\frac {10}{4}}={\frac {5}{2}}}2,5 = \frac{25}{10} = \frac{10}{4} = \frac{5}{2}

Para poder definir los números racionales debe definirse cuando dos fracciones diferentes son equivalentes y por tanto representan el mismo número racional.

Formalmente cada número racional puede representarse como la clase de equivalencia de un par ordenado de enteros (a,b), con b≠0, con la siguiente relación de equivalencia:

{\displaystyle \left(a,b\right)\sim (c,d){\text{ si y solo si }}ad=bc}{\displaystyle \left(a,b\right)\sim (c,d){\text{ si y solo si }}ad=bc},


donde el espacio de equivalencia de clases es el espacio cociente {\displaystyle (\mathbb {Z} \times \mathbb {Z} \setminus \left\{0\right\})/\sim }{\displaystyle (\mathbb {Z} \times \mathbb {Z} \setminus \left\{0\right\})/\sim }. Las operaciones de suma y multiplicación se definen como

{\displaystyle {\begin{aligned}\left(a,b\right)+(c,d)&=(ad+bc,bd)\\\left(a,b\right)\times (c,d)&=(ac,bd)\end{aligned}}}{\displaystyle {\begin{aligned}\left(a,b\right)+(c,d)&=(ad+bc,bd)\\\left(a,b\right)\times (c,d)&=(ac,bd)\end{aligned}}}


Se verifica que las dos operaciones definidas son compatibles con la relación de equivalencia, indicando de manera que {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} se puede definir como el conjunto cociente {\displaystyle (\mathbb {Z} \times \mathbb {Z} \setminus \left\{0\right\})/\sim }{\displaystyle (\mathbb {Z} \times \mathbb {Z} \setminus \left\{0\right\})/\sim }, con la relación de equivalencia descrita antes.

Téngase en cuenta que las operaciones definidas no son más que la formalización de las operaciones habituales entre fracciones:

{\displaystyle {\begin{aligned}{\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}&={\frac {ad+bc}{bd}}\\{\frac {a}{b}}\cdot {\frac {c}{d}}&={\frac {ac}{bd}}\end{aligned}}}{\displaystyle {\begin{aligned}{\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}&={\frac {ad+bc}{bd}}\\{\frac {a}{b}}\cdot {\frac {c}{d}}&={\frac {ac}{bd}}\end{aligned}}}
Se denota como [(a,b)] a la clase de equivalencias que corresponde con las distintas representaciones de un mismo número racional {\displaystyle {\tfrac {a}{b}}={\tfrac {ka}{kb}}}{\displaystyle {\tfrac {a}{b}}={\tfrac {ka}{kb}}}, con k≠0, en forma de fracción. Es decir :

{\displaystyle [(a,b)]=\{\cdots ,(-2a,-2b),(-a,-b),(a,b),(2a,2b),\cdots \}.}{\displaystyle [(a,b)]=\{\cdots ,(-2a,-2b),(-a,-b),(a,b),(2a,2b),\cdots \}.}


Se toma como representante canónico el par (a,b) tal que mcd(a,b)= 1. Cualquier otro par se puede usar en el caso de operaciones.9 Por ejemplo, {\displaystyle [(1,2)]=\{(1,2),(2,4)(3,6)...\}}{\displaystyle [(1,2)]=\{(1,2),(2,4)(3,6)...\}} es la clase de equivalencia del número racional {\displaystyle {\tfrac {1}{2}}}{\displaystyle {\tfrac {1}{2}}}.

Con las operaciones anteriores, {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} es un cuerpo, donde la clase (0,1) desempeña el papel de cero, y la clase (1,1) de uno. El elemento opuesto de la clase (a,b) es la clase (-a,b). Además, si a≠0, la clase (a,b) es distinta de cero, luego (a,b) es invertible (inverso multiplicativo) y su inverso corresponde a la clase (b,a).

También se puede definir una orden total en {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} de la siguiente manera:

{\displaystyle (a,b)\leq (c,d){\text{ si y solo si }}(bd>0{\text{ y }}ad\leq bc){\text{ ó }}(bd<0{\text{ y }}ad\geq bc)}{\displaystyle (a,b)\leq (c,d){\text{ si y solo si }}(bd>0{\text{ y }}ad\leq bc){\text{ ó }}(bd<0{\text{ y }}ad\geq bc)}.
El conjunto de los números racionales puede también construirse como el cuerpo de cocientes de los números enteros, esto es,

{\displaystyle \mathbb {Q} =\mathrm {Frac} (\mathbb {Z} ).}{\displaystyle \mathbb {Q} =\mathrm {Frac} (\mathbb {Z} ).}
Propiedades
Algebraicas
El conjunto de los números racionales {\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q} equipado con las operaciones de suma y producto cumple las propiedades conmutativa, asociativa y distributiva, es decir:

{\displaystyle {\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}={\frac {c}{d}}+{\frac {a}{b}}}{\displaystyle {\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}={\frac {c}{d}}+{\frac {a}{b}}} (conmutativa)
{\displaystyle \left({\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}\right)+{\frac {e}{f}}={\frac {a}{b}}+\left({\frac {c}{d}}+{\frac {e}{f}}\right)}{\displaystyle \left({\frac {a}{b}}+{\frac {c}{d}}\right)+{\frac {e}{f}}={\frac {a}{b}}+\left({\frac {c}{d}}+{\frac {e}{f}}\right)} (asociativa)
{\displaystyle {\frac {a}{b}}\times \left({\frac {c}{d}}+{\frac {e}{f}}\right)={\frac {a}{b}}\times {\frac {c}{d}}+{\frac {a}{b}}\times {\frac {e}{f}}}{\displaystyle {\frac {a}{b}}\times \left({\frac {c}{d}}+{\frac {e}{f}}\right)={\frac {a}{b}}\times {\frac {c}{d}}+{\frac {a}{b}}\times {\frac {e}{f}}} (distributiva).9
Existen los elementos neutros para la suma y producto. Para la suma, el cero, denotado por 0, ya que {\displaystyle {\tfrac {a}{b}}+0={\tfrac {a}{b}}}{\displaystyle {\tfrac {a}{b}}+0={\tfrac {a}{b}}} para cualquier {\displaystyle {\tfrac {a}{b}}}{\displaystyle {\tfrac {a}{b}}}. Para el producto es el 1, que puede ser representado por {\displaystyle {\tfrac {n}{n}}=1}{\displaystyle {\tfrac {n}{n}}=1}, con n distinto de 0, ya que {\displaystyle {\tfrac {a}{b}}\times 1={\tfrac {a}{b}}}{\displaystyle {\tfrac {a}{b}}\times 1={\tfrac {a}{b}}}.

Posee elementos simétricos para las operaciones de suma y producto. Así, el elemento simétrico respecto de la suma para cualquier número racional {\displaystyle {\tfrac {a}{b}}}{\displaystyle {\tfrac {a}{b}}} es {\displaystyle -{\tfrac {a}{b}}}{\displaystyle -{\tfrac {a}{b}}}, llamado elemento opuesto, puesto que {\displaystyle {\tfrac {a}{b}}+(-{\tfrac {a}{b}})=0}{\displaystyle {\tfrac {a}{b}}+(-{\tfrac {a}{b}})=0}. Lo mismo ocurre en el caso del elemento simétrico respecto del producto, para todo número racional {\displaystyle q={\tfrac {a}{b}}}{\displaystyle q={\tfrac {a}{b}}}, distinto de 0, existe {\displaystyle q^{-1}={\tfrac {b}{a}}}{\displaystyle q^{-1}={\tfrac {b}{a}}}, llamado inverso multiplicativo
tal que {\displaystyle q\times q^{-1}={\tfrac {a}{b}}\times {\tfrac {b}{a}}=1}{\displaystyle q\times q^{-1}={\tfrac {a}{b}}\times {\tfrac {b}{a}}=1}.

El conjunto {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q, con las operaciones de adición y multiplicación definidas más arriba, conforma un cuerpo conmutativo, el cuerpo de cocientes de los enteros {\displaystyle \mathbb {Z} }\Z.

Los racionales son el menor cuerpo con característica nula. Cualquier otro cuerpo de característica nula contiene una copia de {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q.

La clausura algebraica de {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q, es el conjunto de los números algebraicos.

Los racionales forman un dominio de factorización única ya que todo racional diferente de cero puede descomponerse en la forma: {\displaystyle q=up_{1}^{\alpha _{1}}\dots p_{n}^{\alpha _{n}}}q = u p_1^{\alpha_1}\dots p_n^{\alpha_n} donde {\displaystyle p_{i}\in \mathbb {N} }p_i\in \mathbb{N} son números enteros primos, {\displaystyle \alpha _{i}\in \mathbb {Z} }\alpha_i\in \mathbb{Z} (siendo algunos de ellos negativos si q no es entero) y {\displaystyle u\in \{1,-1\}}u\in\{1,-1\}. Por ejemplo {\displaystyle 260/693=2^{2}3^{-2}5^{1}7^{-1}11^{-1}13^{1}\,}260/693= 2^2 3^{-2}5^1 7^{-1}11^{-1}13^1\,.

Conjuntistas

Diagrama usado en la demostración de que los racionales son numerables (Georg Cantor).
El conjunto de los números racionales es numerable, es decir que existe una biyección entre {\displaystyle \mathbb {N} }\N y {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q (tienen la misma cantidad de elementos). El conjunto de los números reales no es numerable (la parte no-denombrable de los reales, la constituyen los números irracionales).

Topológicas
El conjunto {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q forma un subconjunto denso de los números reales {\displaystyle \mathbb {R} }\R por construcción misma de {\displaystyle \mathbb {R} }\R (propiedad arquimediana): todo número real tiene racionales arbitrariamente cerca.
Poseen una expansión finita como fracción continua regular.
Con la topología del orden, forman un anillo topológico, o de grupo parcialmente ordenado; presentan una topología inducida; también forman un espacio métrico con la métrica {\displaystyle d(x,y)=|x-y|} d(x,y) = |x -y|.
Los racionales son un ejemplo de espacio que no es localmente compacto.
Se caracterizan topológicamente por ser el único espacio metrizable numerable sin puntos aislados (también es totalmente discontinuo). Los números racionales no forman un espacio métrico completo.
Número p-ádico
Artículo principal: Número p-ádico
Sea {\displaystyle p}p un número primo y para todo entero no nulo {\displaystyle a}a, sea {\displaystyle |a|_{p}=p^{-n}}|a|_p=p^{-n} donde {\displaystyle p^{n}}p^n es la mayor potencia de {\displaystyle p}p que divide a {\displaystyle a}a.

Si {\displaystyle |0|_{p}=0}|0|_p=0 y para cada número racional {\displaystyle {\frac {a}{b}}}\frac{a}{b} , {\displaystyle \left|{\frac {a}{b}}\right|_{p}={\frac {|a|_{p}}{|b|_{p}}}}{\displaystyle \left|{\frac {a}{b}}\right|_{p}={\frac {|a|_{p}}{|b|_{p}}}} entonces la función multiplicativa {\displaystyle d_{p}\left(x,y\right)=|x-y|_{p}}d_p\left(x, y\right) = |x - y|_p define una métrica sobre {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q.

El espacio métrico {\displaystyle \left(\mathbb {Q} ,d_{p}\right)}\left(\Q,d_p\right) no es completo, su completitud es el cuerpo de los números p-ádicos {\displaystyle \mathbb {Q} _{p}}\Q_p. El teorema de Ostrowski asegura que todo valor absoluto no-trivial sobre {\displaystyle \mathbb {Q} }\Q es equivalente ya sea al valor absoluto usual, o al valor absoluto p-ádico.10

Esto en representaciones algebraicas y no en representaciones aritméticas.

Número real
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Diferentes clases de números reales

Recta real
En matemáticas, el conjunto de los números reales (denotado por ) incluye tanto a los números racionales, (positivos, negativos y el cero) como a los números irracionales;1 y en otro enfoque, trascendentes y algebraicos. Los irracionales y los trascendentes2 (1970) no se pueden expresar mediante una fracción de dos enteros con denominador no nulo; tienen infinitas cifras decimales aperiódicas, tales como: , π, o el número real: , cuya trascendencia fue enunciada por Euler en el siglo XVIII.2
Los números reales pueden ser descritos y construidos de varias formas, algunas simples aunque carentes del rigor necesario para los propósitos formales de matemáticas y otras más complejas pero con el rigor necesario para el trabajo matemático formal.
Durante los siglos XVI y XVII el cálculo avanzó mucho aunque carecía de una base rigurosa, puesto que en el momento prescindían del rigor y fundamento lógico, tan exigente en los enfoques teóricos de la actualidad, y se usaban expresiones como «pequeño», «límite», «se acerca» sin una definición precisa. Esto llevó a una serie de paradojas y problemas lógicos que hicieron evidente la necesidad de crear una base rigurosa para la matemática, la cual consistió de  definiciones formales y rigurosas (aunque ciertamente técnicas) del concepto de número real. 3 En una sección posterior se describirán dos de las definiciones precisas más usuales actualmente: clases de equivalencia de sucesiones de Cauchy de números
racionales y cortaduras de Dedekind.

Índice
1Historia
1.1Evolución del concepto de número
2Notación
3Tipos de números reales
3.1Racionales e irracionales
3.2Algebraicos y trascendentes
3.3Computables e irreductibles
4Construcciones del conjunto de números reales
4.1Presentación axiomática
4.2Construcción por números decimales
4.3Construcción por cortaduras de Dedekind
4.3.1Cortaduras en el conjunto R de reales
4.4Construcción por sucesiones de Cauchy
4.4.1Definición de los números reales mediante sucesiones de Cauchy
4.4.2Axioma de Arquímedes
5Operaciones con números reales
6Dos particiones
7Véase también
7.1Dos clasificaciones
8Notas y referencias
9Enlaces externos
Historia[editar]

Los egipcios dieron origen por primera vez a las fracciones comunes alrededor del año 1000 a. C. ; alrededor del 500 a. C. un grupo de matemáticos griegos liderados por Pitágoras se dio cuenta de la necesidad de los números irracionales. Los números negativos fueron ideados por matemáticos indios cerca del 600, posiblemente reinventados en China poco después, pero no se utilizaron en Europa hasta el siglo XVII, si bien a finales del XVIII Leonhard Euler descartó las soluciones negativas de las ecuaciones porque las consideraba irreales. En ese siglo, en el cálculo se utilizaban números reales sin una definición precisa, cosa que finalmente sucedió con la definición rigurosa hecha por Georg Cantor en 1871.
En realidad, el estudio riguroso de la construcción total de los números reales exige tener amplios antecedentes de teoría de conjuntos y lógica matemática. Fue lograda la construcción y sistematización de los números reales en el siglo XIX por dos grandes matemáticos europeos utilizando vías distintas: la teoría de conjuntos de Georg Cantor (encajamientos sucesivos, cardinales finitos e infinitos), por un lado, y el análisis matemático de  Richard Dedekind (vecindades, entornos y cortaduras de Dedekind). Ambos matemáticos lograron la sistematización de los números reales en la historia, no de manera espontánea, sino utilizando todos los avances previos en la materia: desde la antigua Grecia y pasando por matemáticos
como Descartes, Newton, Leibniz, Euler, Lagrange, Gauss, Riemann, Cauchy y Weierstrass.
Evolución del concepto de número[editar]
Se sabe que los egipcios y babilónicos hacían uso de fracciones (números racionales) en la resolución de problemas prácticos. Sin embargo, fue con el desarrollo de la matemática griega cuando se consideró el aspecto filosófico de número. Los pitagóricos descubrieron que las relaciones armónicas entre las notas musicales correspondían a cocientes de números enteros, lo que les inspiró a buscar proporciones numéricas en todas las demás cosas, y lo expresaron con la máxima « todo es número».
En la matemática griega, dos magnitudes son conmensurables si es posible encontrar una tercera tal que las primeras dos sean múltiplos de la última, es decir, es posible encontrar una unidad común para que las dos magnitudes tengan una medida entera. El principio pitagórico de que todo número es un cociente de enteros, expresaba en esta forma que cualesquiera dos magnitudes deben ser conmensurables.
Sin embargo, el ambicioso proyecto pitagórico se tambaleó ante el problema de medir la diagonal de un cuadrado, o la hipotenusa de un triángulo rectángulo, pues no es conmensurable respecto de los catetos. En notación moderna, un triángulo rectángulo cuyos catetos miden 1, tiene una hipotenusa que mide  raíz cuadrada de dos, :
Si por hipótesis  es un número racional  y está reducido, entonces  de donde .
Si se supone que  o  tienen un dos en su descomposición entonces estaría al cuadrado y por tanto sería una cantidad par en un lado de la igualdad cuando al otro lado es impar.
Por tanto, la suposición que  es un número racional debe ser falsa.
Surgió entonces un dilema, ya que de acuerdo al principio pitagórico: todo número era racional, mas la hipotenusa de un triángulo rectángulo isósceles no era conmensurable con los catetos, lo cual implicó que en adelante las magnitudes geométricas y las cantidades numéricas tendrían que tratarse por separado, hecho que tuvo consecuencias en el desarrollo de la matemática durante los dos milenios siguientes. 4
Los griegos desarrollaron una geometría basada en comparaciones (proporciones) de segmentos sin hacer referencia a valores numéricos, usando diversas teorías para manejar el caso de medidas inconmensurables, como la  teoría de proporciones de Eudoxo. Así, los números irracionales permanecieron a partir de entonces excluidos de la aritmética puesto que solo podían ser tratados mediante el método de infinitas aproximaciones. Por ejemplo, los pitagóricos encontraron (en notación moderna) que si  a⁄b es una aproximación a √ 2  entonces p = a + 2b y q = a + b son tales que p⁄ q es una aproximación más precisa. Repitiendo el proceso nuevamente se obtienen mayores números que dan una mejor aproximación. 5Dado que
las longitudes que expresan los números irracionales podían ser obtenidas mediante procesos geométricos sencillos pero, aritméticamente, solo mediante procesos de infinitas aproximaciones, originó que durante 2000 años la teoría de los números reales fuese esencialmente geométrica, identificando los números reales con los puntos de una línea recta.
Nuevos avances en el concepto de número real esperaron hasta los siglos XVI y XVII, con el desarrollo de la notación algebraica, lo que permitió la manipulación y operación de cantidades sin hacer referencia a segmentos y longitudes. Por ejemplo, se encontraron fórmulas para resolver ecuaciones de segundo y tercer grado de forma mecánica mediante  algoritmos, los cuales incluían raíces e incluso, en ocasiones, «números no reales» (lo que ahora conocemos como números complejos). Sin embargo, no existía aún un concepto formal de número y se seguía dando primacía a la geometría como fundamento de toda la matemática. Incluso con el desarrollo de la geometría analítica este punto de vista se mantenía vigente,
pues Descartes rechazaba la idea que la geometría pudiera fundamentarse en números, puesto que para él la nueva área era simplemente una herramienta para resolver problemas geométricos.
Posteriormente, la invención del cálculo abrió un período de grandes avances matemáticos, con nuevos y poderosos métodos que permitieron por vez primera atacar los problemas relacionados con lo infinito mediante el concepto de límite. Así, un número irracional pudo ser entendido como el límite de una suma infinita de números racionales (por ejemplo, su expansión decimal). Como muestra, el número π puede estudiarse de forma algebraica (sin apelar a la intuición geométrica) mediante la serie:
entre muchas otras expresiones similares. Para entonces, el concepto intuitivo de número real era ya el moderno, identificando sin problema un segmento con la medida de su longitud (racional o no). El cálculo abrió el paso al  análisis matemático, que estudia conceptos como continuidad, convergencia, etc. Pero el análisis no contaba con definiciones rigurosas y muchas de las demostraciones apelaban aún a la intuición geométrica. Esto conllevó a una serie de paradojas e imprecisiones.
Notación[editar]

Los números reales se expresan con decimales que tienen una secuencia infinita de dígitos a la derecha de la coma decimal, como por ejemplo 324,8232. Frecuentemente también se subrepresentan con tres puntos consecutivos al final (324,823211247…), lo que significaría que aún faltan más dígitos decimales, pero que se consideran sin importancia.
Las medidas en las ciencias físicas son siempre una aproximación a un número real. No solo es más conciso escribirlos con forma de fracción decimal (es decir, números racionales que pueden ser escritos como proporciones, con un denominador exacto) sino que, en cualquier caso, cunde íntegramente el concepto y significado del número real. En el análisis matemático los números reales son objeto principal de estudio. Puede decirse que los números reales son la herramienta de trabajo de las matemáticas de la continuidad, como el cálculo y el análisis matemático, mientras que los números enteros lo son de las  matemáticas discretas, en las que está ausente la continuidad.
Se dice que un número real es recursivo si sus dígitos se pueden expresar por un algoritmo recursivo. Un número no recursivo es aquel que es imposible de especificar explícitamente. Aun así, la escuela rusa de constructivismo supone que todos los números reales son recursivos.
Los ordenadores solo pueden aproximarse a los números reales por números racionales; de todas maneras, algunos programas de ordenador pueden tratar un número real de manera exacta usando su definición algebraica (por ejemplo, "") en vez de su respectiva aproximación decimal.
Los matemáticos usan el símbolo  (o, de otra forma, , la letra "R" en negrita) para representar el conjunto de todos los números reales. La notación matemática  se refiere a un espacio de  dimensiones de los números reales; por ejemplo, un valor  consiste de tres números reales y determina un lugar en un espacio de tres dimensiones.
En matemática, la palabra «real» se usa como adjetivo, con el significado de que el campo subyacente es el campo de los números reales. Por ejemplo, matriz  real, función real, y Álgebra de Lie real.
Tipos de números reales[editar]
Racionales e irracionales[editar]
Un número real puede ser un número racional o un número irracional. Los números racionales son aquellos que pueden expresarse como el cociente de dos números enteros, tal como 3/4, -21/3, 5, 0, 1/2, mientras que los irracionales son todos los demás. Los números racionales también pueden describirse como aquellos cuya representación decimal es eventualmente periódica, mientras que los irracionales tienen una expansión decimal aperiódica:
Ejemplos
 es un número racional puesto que es periódico a partir del tercer número decimal .
 es racional y tiene un período de longitud 6 (repite 714285) .
 es irracional y su expansión decimal es aperiódica .
El conjunto de los números racionales se designa mediante .
Algebraicos y trascendentes[editar]
Otra forma de clasificar los números reales es en algebraicos y trascendentes. Un número es algebraico si existe un polinomio de coeficientes racionales que lo tiene por raíz y es trascendente en caso contrario. Obviamente, todos los números racionales son algebraicos: si  es un número racional, con p entero y q natural, entonces es raíz de la ecuación . Sin embargo, no todos los números algebraicos son racionales.
Ejemplos
El número  es algebraico puesto que es una raíz del polinomio 
Un ejemplo de número trascendente es 
El conjunto de los números algebraicos se designa mediante .
Computables e irreductibles[editar]
Un número real se dice computable si tiene una complejidad de Kolmogórov finita, es decir, si puede escribirse un programa informático de extensión finita que genere los dígitos de dicho número. Si un número real no es computable se dice irreductible. Una definición de número irreductible es:
El conjunto de números reales computables se designa por . Obviamente los racionales y los algebraicos son números computables. De hecho se tiene la siguiente inclusión:
Además se tiene que todos estos conjuntos son numerables:
Esto implica que el conjunto de todos los números computables es un conjunto de medida nula.
Construcciones del conjunto de números reales[editar]
Presentación axiomática[editar]
Fue propuesto por el matemático alemán David Hilbert. En textos actuales de cálculo y análisis matemático aparecen enunciados equivalentes al de Hilbert. 6
Artículo principal:  Axiomas de los números reales
Existen diferentes formas de construir el conjunto de los números reales a partir de axiomas, siendo la caracterización más común, el conocido como método directo que introduce el sistema (ℝ, +,., ≤), donde los elementos de ℝ se llaman números reales, + y. son dos operaciones en ℝ, ≤ es una relación de orden en ℝ.7 Se presenta una variante axiomática, mediante las siguientes tres propiedades:
Un conjunto  es el conjunto de los números reales si satisface las siguientes tres condiciones:
 es un campo.
 es un conjunto totalmente ordenado y el orden es compatible con las operaciones del campo:
Si  entonces ;
Si  y  entonces .
El conjunto K es completo: satisface el axioma del supremo:
Todo conjunto no vacío y acotado superiormente tiene un supremo.
El axioma del supremo es una variante del Principio de Weierstrass, que dice que toda sucesión de números reales acotada superiormente tiene supremo
Las primeras dos condiciones definen el concepto de campo ordenado, mientras que la tercera propiedad es de naturaleza topológica y es la que diferencia al conjunto de los números reales de todos los demás campos ordenados. Hay que hacer notar que, en principio pueden existir diferentes conjuntos que satisfagan las mismas condiciones y que podrían ser diferentes al conjunto de los números reales, pero un teorema establece que si eso sucediera, ambas estructuras serían esencialmente la misma.
Cualquier campo ordenado que cumpla las tres propiedades mencionadas es isomorfo al conjunto de los números reales.
En vista de lo anterior podemos hablar de el conjunto de los números reales (y no de un conjunto de números reales) y estableciendo su unicidad se puede usar el símbolo ℝ para representarlo.
Al enunciar la tercera propiedad en ocasiones se especifica que ℝ es completo en el sentido de Dedekind, pues existen otros axiomas que se pueden usar y que, asumiendo las primeras dos condiciones, todos son lógicamente equivalentes. Algunos de estos son:
(Cauchy) El conjunto K cumple que cualquier sucesión de Cauchy es convergente.
(Bolzano-Weierstrass) El conjunto K cumple que cualquier sucesión acotada tiene una subsucesión convergente.
Cualquier sucesión decreciente de intervalos cerrados  tiene intersección no vacía.
Cada una de las primeras dos propiedades mencionadas al inicio de la sección corresponden a su vez a otra serie de axiomas, de modo que si se hace un desglose, puede caracterizarse el conjunto de los números reales como un conjunto que satisfaga la siguiente lista de axiomas.
Si , entonces  (Cerradura en la suma)
Si , entonces  (Conmutatividad en la suma)
Si , entonces  (Asociatividad en la suma)
Existe  de manera que  para todo  (Neutro aditivo)
Para cada  existe un elemento  tal que  (Inverso aditivo)
Si , entonces  (Cerradura en la multiplicación)
Si , entonces  (Conmutatividad en la multiplicación)
Si , entonces  (Asociatividad en la multiplicación)
Existe ,  de manera que  para cualquier  (Neutro multiplicativo)
Para cada  existe un elemento  tal que  (Inverso multiplicativo)
Si , entonces  (Distributividad de la multiplicación en la suma)
Si , entonces se cumple solo una de estas: (Tricotomía)
Si ,  y  entonces  (Transitividad)
Si  y , entonces  (Monotonía en la suma)
Si ,  y , entonces  (Monotonía en la multiplicación)
Si  es un conjunto no vacío acotado superiormente en , entonces  tiene supremo en  (Axioma del supremo)
Los axiomas del 1 al 15 corresponden a la estructura más general de cuerpo ordenado. El último axioma es el que distingue  de otros cuerpos ordenados como . Debe señalarse que los axiomas 1 a 15 no constituyen una teoría categórica ya que puede demostrarse que admiten al menos un modelo no estándar diferente de los números reales, que es precisamente el modelo en el que se basa la construcción de los números hiperreales
Construcción por números decimales[editar]
Consideramos los números decimales como los conocemos intuitivamente. Sabemos que , es decir, el número π se expresa como el número entero 3 y una secuencia infinita de dígitos 1, 4, 1, 5, 9, 2, etc.
Un número decimal se expresa entonces como  donde  es un número entero y cada  es un elemento del conjunto . Además, consideramos que no existen las colas de 9.
Al conjunto de todos los números decimales donde  es un número entero positivo se le denota por  y se le llama el conjunto de los números reales positivos.
Al conjunto de todos los números decimales donde  es un número entero negativo se le denota por  y se le llama el conjunto de los números reales negativos.
Al número decimal  se le llama cero.
Al conjunto  se le denota por  y se le llama conjunto de números reales.
Se define la relación de orden total de los números decimales como
 para todo 
 siempre que  y 
 para todo 
Dados dos números reales cualesquiera  y ,  en cualquiera de los casos siguientes:
 y además existe  tal que  para todo  y 
Construcción por cortaduras de Dedekind[editar]
Artículo principal:  Cortaduras de Dedekind
Hay valores que no se pueden expresar como números racionales, tal es el caso de . Sin embargo es claro que se puede aproximar  con números racionales tanto como se desee. Podemos entonces partir al conjunto de los números racionales en dos subconjuntos  y  de manera que en el conjunto  se encuentran todos los números racionales  y en  todos los números racionales tales que .
Una cortadura de dedekind es un par ordenado  que hace precisamente esto. Conceptualmente, la cortadura es el "espacio" que hay entre  y . De esta manera es posible definir a  como  tal que  y .
Es posible demostrar que  queda unívocamente definido por , de esta manera la cortadura  se reduce simplemente a .
También es demostrable que el conjunto de todas las cortaduras cumple con los axiomas de los números reales, de esta manera  es el conjunto de todas las cortaduras de Dedekind. Esta es la primera construcción formal de los números reales bajo la teoría de conjuntos.
Cortaduras en el conjunto R de reales[editar]
Un número real  determina sobre la recta real una cortadura cuyas clases son  y .8
Construcción por sucesiones de Cauchy[editar]
Artículo principal:  Sucesión de Cauchy
Las sucesiones de Cauchy retoman la idea de aproximar con números racionales un número real. [cita  requerida] Tómese por ejemplo, la igualdad
Es claro que esta suma opera solo con los números racionales de la forma:
sin embargo, el resultado final es el número irracional . Cada vez que se añade un término, la expresión se aproxima más y más a .
Las sucesiones de Cauchy generalizan este concepto para definir a los números reales. Primero se define una sucesión de números racionales como una función  en la que se usa la notación .
Una sucesión de Cauchy es una sucesión de números racionales donde sus elementos cada vez son menos diferentes. Más formalmente, se define una sucesión de Cauchy como una sucesión de números racionales tales que para todo  existe un  tal que para todo  se cumple .
De esta manera es posible definir al número real  como la sucesión de números racionales:
Definición de los números reales mediante sucesiones de Cauchy[editar]
Sea  el conjunto de las sucesiones de Cauchy en . Sea la relación  definida en  por
Esta relación  es una relación de equivalencia en el conjunto  de sucesiones de Cauchy definidas en . Llamamos conjunto de los números reales al conjunto cociente , en el que se puede definir una relación de orden y una topología. Se demuestra que  es isomorfo a un subconjunto de .9
Axioma de Arquímedes[editar]
Sean  cualesquiera. Entonces existe un número natural  tal que ; esto expresa a su vez que .10
Operaciones con números reales[editar]
Con números reales pueden realizarse todo tipo de operaciones básicas con diversas excepciones importantes:
No existen raíces de orden par (cuadradas, cuartas, sextas, etc.) de números negativos en números reales, (aunque sí existen en el conjunto de los números complejos donde dichas operaciones sí están definidas).
La división entre cero no está definida (pues cero no posee inverso multiplicativo, es decir, no existe número x tal que 0·x=1).
No se puede hallar el logaritmo de un número real negativo, cualquiera sea la base de logaritmos, un número positivo distinto de 1. 11
Estas restricciones tienen repercusiones en otras áreas de las matemáticas como el cálculo: existen asíntotas verticales en los lugares donde el denominador de una función racional tiende a cero, es decir, en aquellos valores de la variable en los que se presentaría una división entre cero, o no existe gráfica real en aquellos valores de la variable en que resulten números negativos para raíces de orden par, por mencionar un ejemplo de construcción de gráficas en geometría analítica.
Dos particiones[editar]
El conjunto de los reales es la unión disjunta de los racionales y de los irracionales
El conjunto R es la unión de A y T, A el conjunto de los reales algebraicos y T el conjunto de los trascendentes 12 es la ciencia

Número irracional
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La constante matemática , expresada en su forma decimal.

Diez mil primeras cifras decimales del número .


En matemáticas, un número irracional es un valor que no puede ser expresado como una fracción , donde  y .1 Es cualquier número real que no es racional, y su expresión decimal no es ni exacta ni periódica.1
Un decimal infinito (es decir, con infinitas cifras) aperiódico, como √ 7  = 2,64575131106459059050161... no puede representar un número racional. A tales números se les nombra "números irracionales". Esta denominación significa la imposibilidad de representar dicho número como razón de dos números enteros.2 El número pi (), número e y el número áureo () son otros ejemplos de números irracionales.1

Índice
1Historia
2Notación
3Clasificación
4Propiedades
5Véase también
6Notas
7Referencias
8Bibliografía
9Enlaces externos
Historia[editar]
Dado que en la práctica de medir la longitud de un segmento de recta solo puede producir como resultado un número fraccionario, en un inicio, los griegos identificaron los números con las longitudes de los segmentos de recta. 3Al identificar del modo mencionado, surge la necesidad de considerar una clase de números más amplia que la de los números fraccionarios. Se atribuye a Hípaso de Metaponto perteneciente a un grupo de matemáticos pitagóricos de la existencia de segmentos de recta inconmensurables con respecto a un segmento que se toma como unidad en un sistema de medición. Pues, existen segmentos de recta cuya longitud medida en este sistema no es un número fraccionario. 3
Por ejemplo, en un cuadrado, la diagonal de este es inconmensurable con respecto a sus lados. Este hecho ocasionó una convulsión en el mundo científico antiguo. Provocó una ruptura entre la geometría y la aritmética de aquella época, ya que esta última, por entonces, se sustentaba en la  teoría de la proporcionalidad, la cual solo se aplica a magnitudes conmensurables.
Intentaron salvar el obstáculo distinguiendo entre el concepto de número y el de longitud de un segmento de recta, y tomaron estos últimos como elementos básicos para sus cálculos. De tal modo, a los segmentos inconmensurables con respecto a la unidad tomada como patrón de medida les asignaron un nuevo tipo de magnitud:  los números irracionales, los cuales por largo tiempo no se reconocieron como verdaderos números. 3
Notación[editar]
No existe una notación universal para indicarlos, como , que sea generalmente aceptada. Las razones son que el conjunto de Números Irracionales no constituye alguna estructura algebraica, como sí lo son los naturales (), los enteros (), los racionales (), los reales () y los complejos (), por un lado, y que la  es tan apropiada para designar al conjunto de números irracionales como al conjunto de números imaginarios, lo cual puede crear confusión. Fuera de ello,
Clasificación[editar]
Los números irracionales son los elementos de la recta real que cubren los vacíos que dejan los números racionales, ya que muchas sucesiones de racionales tienen como límite un número que no es un número racional.
Los números irracionales son los elementos de la recta real que no pueden expresarse mediante el cociente de dos enteros y se caracterizan por poseer infinitas cifras decimales no periódicas. Puede definirse al número irracional como una fracción decimal no periódica infinita. 4 En general, toda expresión en números decimales es solo una aproximación en números racionales al número irracional referido, y se dice con toda propiedad que el número √ 2  es aproximadamente igual a 1,4142135 en 7 decimales, o bien es igual a 1,4142135… donde los tres puntos hacen referencia a los decimales que faltan. Debido a ello, los números irracionales más conocidos son identificados mediante símbolos:
 (Número "pi" 3,14159...): razón entre la longitud de una circunferencia y su diámetro.
e (Número "e" 2,7182...): 
 (Número "áureo" 1,6180...): 
las soluciones reales de x2 - 3 = 0; de x5 -7 = 0; de x3 = 11; 3x = 5; sen 7º, etc4
Los números irracionales se clasifican en dos tipos:
Número algebraico: Son la solución de alguna ecuación algebraica y se representan por un número finito de radicales libres o anidados en algunos casos n. 1; si "x" representa ese número, al eliminar radicales del segundo miembro mediante operaciones inversas, queda una ecuación algebraica de cierto grado. Todas las raíces no exactas de cualquier orden son irracionales algebraicos. Por ejemplo, el número áureo es una de las raíces de la ecuación algebraica  , por lo que es un número irracional algebraico.
Número trascendente: No pueden representarse mediante un número finito de radicales libres o anidadas; provienen de las llamadas funciones trascendentes (trigonométricas, logarítmicas y exponenciales, etc.) También surgen al escribir números decimales no periódicos al azar o con un patrón que no lleva periodo definido, respectivamente, como los dos siguientes:
...
...
Los llamados números trascendentes tienen especial relevancia ya que no pueden ser solución de ninguna ecuación algebraica. Los números pi y e son irracionales trascendentes, puesto que no pueden expresarse mediante radicales.
Los números irracionales no son numerables, es decir, no pueden ponerse en biyección con el conjunto de los números naturales. Por extensión, los números reales tampoco son numerables ya que incluyen el conjunto de los irracionales.

Número algebraico
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Números algebraicos del plano complejo coloreados según su grado (azul=4, cyan=3, rojo=2, verde=1). La circunferencia unitaria en color negro.
Un número algebraico es cualquier número real o complejo que es solución de una ecuación algebraica1 de la forma:
Donde:
, es el grado del polinomio.
, los coeficientes del polinomio son todos números racionales.
0 ≠ 

Índice
1Ejemplos
2Generalidades
2.1Grado de un número algebraico
2.2Clasificación
2.3Propiedades del conjunto de los números algebraicos
3Enteros algebraicos
4Extensiones algebraicas
5Historia
6Véase también
7Referencias
8Enlaces externos
Ejemplos[editar]
Todos los números racionales son algebraicos porque toda fracción de la forma a / b es solución de , donde a ∈ ℤ y b ∈ ℤ .
Todos los números construibles son algebraicos.
Algunos números irracionales como: y  también son algebraicos porque son soluciones de x2 - 2 = 0 y 8x3 - 3 = 0, respectivamente.
Otros irracionales no son algebraicos, como π (Lindemann, 1882) y e (Hermite, 1873). Son, en consecuencia, trascendentes.2
i es algebraico, siendo raíz de .
Generalidades[editar]
Grado de un número algebraico[editar]
Se dice que un número algebraico es de grado n si es raíz de una ecuación algebraica de grado n, pero no lo es de una ecuación algebraica de grado n-1.
1 -  es de grado dos o irracionalidad cuadrática, porque es raíz de una ecuación de segundo grado, pero no es raíz de una ecuación de primer grado
5 - +  es de cuarto grado (grado 4), pues es raíz de una ecuación de cuarto grado, pero no de una de tercer grado. 3
Clasificación[editar]
Si un número real o complejo no es algebraico, se dice que es trascendente.
Si un número algebraico es solución de una ecuación polinómica de grado n, y no es solución de una ecuación polinómica de grado menor m < n, entonces se dice que es un número algebraico de grado n (n > 0).
Los números racionales son números algebraicos de primer grado, pues para todo racional , siempre podemos escribir una ecuación polinómica de grado uno con coeficientes enteros  cuya solución es precisamente .
En cambio, los irracionales — aunque pueden ser números algebraicos — nunca pueden ser números algebraicos de grado 1.
Propiedades del conjunto de los números algebraicos[editar]
El conjunto de los números algebraicos es contable, i.e. puede establecerse una biyección con el conjunto de los números naturales.
La suma, la diferencia, el producto o el cociente de dos números algebraicos resulta ser número algebraico, y, por lo tanto, los números algebraicos constituyen un grupo aditivo abeliano, un anillo con unidad y un cuerpo matemático. Por lo tanto, el conjunto de los números algebraicos es un subcuerpo del cuerpo matemático los números complejos. 4 Ciertamente la suma de un número racional y un radical es un número algebraico; por ejemplo .
De modo si s y t son números algebraicos lo son también s+t y st; para s existe el número algebraico -s tal que s + (-s) = 0; para s≠0 existe s' tal que ss' = 1. 0 es la identidad aditiva, 1 la identidad multiplicativa.5 El teorema fundamental del álgebra asegura que toda ecuación polinómica, con coeficientes enteros, tiene solución en ℂ, tiene tantas raíces como indica el grado, tomando en cuenta que algunas raíces pueden repetirse, 6 no se dice el formato del número algebraico, de hecho calculables por procedimiento de análisis numérico. 7
Como consecuencia de lo anterior, todos los números que pueden escribirse a partir de los racionales empleando solamente las operaciones aritméticas +, -, *, /, potencias y raíces son algebraicos. Sin embargo, existen números algebraicos que no pueden, en todos los casos, escribirse de esta forma, y son todos de grado mayor o igual 5. Esta es una consecuencia de la  Teoría de Galois.
Puede demostrarse que si los coeficientes ai son números algebraicos cualesquiera, la solución de la ecuación volverá a ser un número algebraico. En otras palabras, el cuerpo de los números algebraicos es algebraicamente cerrado. De hecho, los números algebraicos son el cuerpo algebraicamente cerrado más pequeño que contiene los racionales (su clausura algebraica). El conjunto de los números algebraicos, a veces denotado como , forma un cuerpo con la adición y multiplicación heredadas de los complejos . A diferencia de los números complejos los números algebraicos son un conjunto numerable.8 y por tanto su cardinal es alef 0). Esto es una consecuencia de que el conjunto de polinomios con coeficientes enteros
es numerable.
Enteros algebraicos[editar]
Artículo principal:  Número entero algebraico
Un número algebraico que satisface una ecuación polinómica de grado n con an = 1 se denomina entero algebraico. Algunos ejemplos de enteros algebraicos son: 3×21/2 + 5, 6i - 2. La suma, diferencia y producto de enteros algebraicos vuelve a ser un entero algebraico, lo que significa que los enteros algebraicos forman un anillo. El nombre de entero algebraico proviene del hecho de que los únicos números racionales que son enteros algebraicos son los propios enteros.
Extensiones algebraicas[editar]
Artículo principal:  Extensión algebraica
Las nociones de número algebraico y de entero algebraico pueden ser generalizadas a otros cuerpos, no sólo aplican al de los complejos; véase extensión algebraica.
En general, si tenemos dos cuerpos  y  de forma que el segundo es extensión del primero, diremos que  es algebraico sobre  si existe un polinomio  del que  es raíz ().

Número trascendente
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Un número trascendente, también número trascendental, es un número que no es raíz de ninguna ecuación algebraica1 con coeficientes enteros no todos nulos.2Un número real trascendente no es un número algebraico, pues no es solución de ninguna ecuación algebraica con coeficientes racionales. Tampoco es número racional, ya que estos resuelven ecuaciones algebraicas de primer grado, al ser real y no ser racional, necesariamente, es un número irracional. 3En este sentido, número trascendente es antónimo de número algebraico. La definición no proviene de una simple relación algebraica, sino que se define como una propiedad fundamental de las matemáticas. 2 Los números trascendentes más conocidos son π y e.
En general, si tenemos dos cuerpos  y  de forma que el segundo es extensión del primero, diremos que  es trascendente sobre  si no existe ningún polinomio  del que  es raíz ().4
El conjunto de números algebraicos es numerable, mientras el conjunto de números reales es no numerable; por lo tanto, el conjunto de números trascendentes es también no numerable. 5 O tiene la potencia del continuo.
Sin embargo, existen muy pocos números trascendentes conocidos, y demostrar que un número es trascendente puede ser extremadamente difícil. Por ejemplo, todavía no se sabe si la constante de Euler () lo es, siendo
  cuando .
De hecho, ni siquiera se sabe si  es racional o irracional.
Los logaritmos naturales de reales positivos, salvo potencias del número  son números trascendentes, de la misma manera los valores de funciones trigonométricas, excepto en algunos casos; hay forma de dar un número trascendente a través de fracciones continuadas, como el caso del número de Arquímedes o π. 6La dificultad estriba en probar si el número propuesto es o no trascendente.
La propiedad de normalidad de un número puede contribuir a demostrar si es trascendente o no.

Índice
1Historia
2Ejemplos
3Véase también
4Referencias
5Enlaces externos
Historia[editar]
La denominación «trascendental» la acuñó Leibniz cuando en un artículo de 1682 demostró que la función  no es una función algebraica de ,78posteriormente Euler definió los números trascendentes en el sentido moderno.9 La existencia de los números trascendentes fue finalmente probada en 1844 por Joseph Liouville,10 en 1851 mostró algunos ejemplos entre los que estaba la «constante de Liouville»:
donde el enésimo dígito después de la coma decimal es 1 si n es un factorial (es decir, 1, 2, 6, 24, 120, 720, etc.) y 0 en cualquier otro caso. El primer número del que se demostró que era trascendente sin haber sido específicamente construido para ello fue e, por Charles Hermite en 1873. En 1882, Carl Louis Ferdinand von Lindemann publicó una demostración de que π es trascendente. En 1874, Georg Cantor encontró el argumento descrito anteriormente estableciendo la ubicuidad de los números trascendentes.
El descubrimiento de estos números ha permitido la demostración de la imposibilidad de resolver varios antiguos problemas de geometría que sólo permiten utilizar regla y compás. El más conocido de ellos es el de la cuadratura del círculo, y su imposibilidad radica en que π es trascendente. No ocurre lo mismo con los otros dos "problemas griegos" más famosos, la duplicación del cubo y la trisección del ángulo, que se deben a la imposibilidad de construir con regla y compás números derivados de polinomios de grado superior a dos (véase Número construible) es significativo que estos otros dos problemas puedan resolverse con modificaciones relativamente simples del método (permitiendo marcar la regla, acción que
la geometría euclídea no toleraba) o con métodos similares a la regla y compás, como el origami, en tanto que la cuadratura del círculo, al depender de la trascendencia de π, tampoco es resoluble con esos métodos.
Ejemplos[editar]
Una lista de los números trascendentes más comunes:
e
π
 o, de forma más general,  donde  es algebraico y b es algebraico pero irracional. El caso general del séptimo problema de Hilbert, es decir, la determinación de si  es trascendental cuando  es algebraico y b es irracional, queda demostrado parcialmente como cierto según el teorema de Gelfond-Schneider.
 si a es positivo, racional y diferente de 1. Véase logaritmo natural
 y  (véase función Gamma).
número de Champernowne: C10 = 0.123456789101112131415161718192021...
, constante de Chaitin.
donde  es la función parte entera. Por ejemplo, si β = 2 el número resultan
 número de Liouville

Número complejo
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Ilustración del plano complejo. Los números reales se encuentran en el eje de coordenadas horizontal y los imaginarios en el eje vertical.
Los números complejos son una extensión de los números reales y forman un cuerpo algebraicamente cerrado.1 El conjunto de los números complejos se designa con la notación {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {C} }{\displaystyle \scriptstyle \mathbb {C} }, siendo {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {R} }\scriptstyle {\mathbb {R}} el conjunto de los números reales se cumple que {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {R} \subset \mathbb {C} }{\displaystyle \scriptstyle \mathbb {R} \subset \mathbb {C} } ({\displaystyle \scriptstyle \mathbb {R} }\scriptstyle {\mathbb {R}} está estrictamente contenido en {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {C} }\scriptstyle {\mathbb {C}}). Los números complejos incluyen todas las
raíces de los polinomios, a diferencia de los reales. Todo número complejo puede representarse como la suma de un número real y un número imaginario (que es un múltiplo real de la unidad imaginaria, que se indica con la letra i, o en forma polar).

Los números complejos son la herramienta de trabajo del álgebra, análisis, así como de ramas de las matemáticas puras y aplicadas como variable compleja, ecuaciones diferenciales, facilita el cálculo de integrales, en aerodinámica, hidrodinámica y electromagnetismo entre otras de gran importancia. Además, los números complejos se utilizan por doquier en matemáticas, en muchos campos de la física (notoriamente en la mecánica cuántica) y en ingeniería, especialmente en la electrónica y las telecomunicaciones, por su utilidad para representar las ondas electromagnéticas y la corriente eléctrica.

En matemáticas, estos números constituyen un cuerpo y, en general, se consideran como puntos del plano: el plano complejo. Este cuerpo contiene a los números reales y los imaginarios puros.

Índice
1 Historia
2 Definición
2.1 Operaciones racionales
2.2 Unidad imaginaria
3 Valor absoluto o módulo, argumento y conjugado
3.1 Valor absoluto o módulo de un número complejo
3.2 Argumento o fase
3.3 Conjugado de un número complejo
4 Representaciones
4.1 Representación binómica
4.2 Representación polar
4.2.1 Operaciones en forma polar
4.3 Raíz enésima de un número complejo
4.4 Representación en forma de matrices de orden 2
5 Plano de los números complejos o Diagrama de Argand
6 Propiedades
6.1 Cuerpo de los números complejos
6.2 Espacio vectorial
7 Aplicaciones
7.1 En matemáticas
7.1.1 Soluciones de ecuaciones polinómicas
7.1.2 Variable compleja o análisis complejo
7.1.3 Ecuaciones diferenciales
7.1.4 Fractales
7.2 En física
8 Generalizaciones
9 Véase también
10 Notas
11 Referencias
11.1 Bibliografía
11.2 Enlaces externos
Historia
La fórmula general de la solución de las raíces (sin utilizar funciones trigonométricas) de una ecuación de tercer grado contiene las raíces cuadradas de un número negativo cuando las tres raíces son números reales, una situación que no puede rectificarse factorizando con la ayuda de teorema de la raíz racional si el polinomio cúbico es irreducible (el llamado casus irreducibilis). Este enigma llevó al matemático italiano Gerolamo Cardano a concebir los números complejos alrededor de 1545,2 aunque su comprensión era rudimentaria.

El trabajo sobre el problema de los polinomios generales finalmente condujo al teorema fundamental del álgebra, que muestra que en el dominio de los números complejos, existe una solución para cada ecuación polinomio de grado uno o superior. Los números complejos forman un cuerpo algebraicamente cerrado, donde cualquier ecuación polinómica tiene una raíz.

Numerosos matemáticos contribuyeron al desarrollo de los números complejos. Las reglas para la suma, resta, multiplicación y extracción de raíces de números complejos fueron desarrolladas por el matemático italiano Rafael Bombelli,3 y fue el matemático irlandés William Rowan Hamilton quien desarrolló un formalismo más abstracto para los números complejos, extendiendo esta abstracción a la teoría de los cuaterniones.

Quizás se pueda decir que la referencia fugaz más temprana a raíz cuadrada de número negativo aparece en el trabajo del matemático griego del siglo I Herón de Alejandría. En su Stereometrica considera, aparentemente por error, el volumen de un tronco de pirámide con una solución imposible, llegando al término {\displaystyle {\sqrt {81-144}}=3i{\sqrt {7}}}{\displaystyle {\sqrt {81-144}}=3i{\sqrt {7}}} en sus cálculos, aunque no se concebían cantidades negativas en la matemática helénica y Herón simplemente lo reemplazó por el mismo valor positivo ({\displaystyle {\sqrt {144-81}}=3{\sqrt {7}}}{\displaystyle {\sqrt {144-81}}=3{\sqrt {7}}}).4

El interés por estudiar los números complejos como un tema en sí mismo surgió por primera vez en el siglo XVI, cuando los matemáticos italianos descubrieron soluciones algebraicas para las raíces de los polinomios cúbicos y cuárticos (véase Niccolò Fontana Tartaglia y Gerolamo Cardano). Pronto se dieron cuenta de que estas fórmulas, incluso si solo se estaba interesado en soluciones reales, a veces requerían la manipulación de raíces cuadradas de números negativos. Como por ejemplo, en la fórmula de Tartaglia para una ecuación cúbica de la forma {\displaystyle x^{3}=px+q}{\displaystyle x^{3}=px+q}nota 1 da la solución a la ecuación x3 = x en la forma

{\displaystyle {\tfrac {1}{\sqrt {3}}}\left(\left({\sqrt {-1}}\right)^{1/3}+\left({\sqrt {-1}}\right)^{-1/3}\right).}{\displaystyle {\tfrac {1}{\sqrt {3}}}\left(\left({\sqrt {-1}}\right)^{1/3}+\left({\sqrt {-1}}\right)^{-1/3}\right).}
A primera vista, esto parece un sinsentido. Sin embargo, los cálculos formales con números complejos muestran que la ecuación z3 = i tiene soluciones −i, {\displaystyle {\tfrac {\sqrt {3}}{2}}+{\tfrac {1}{2}}i}{\displaystyle {\tfrac {\sqrt {3}}{2}}+{\tfrac {1}{2}}i} y {\displaystyle {\tfrac {-{\sqrt {3}}}{2}}+{\tfrac {1}{2}}i}{\displaystyle {\tfrac {-{\sqrt {3}}}{2}}+{\tfrac {1}{2}}i}. Sustituyendo estos a su vez por {\displaystyle {{\sqrt {-1}}^{1/3}}}{\displaystyle {{\sqrt {-1}}^{1/3}}} en la fórmula cúbica de Tartaglia y simplificando, se obtienen 0, 1 y -1 como las soluciones de x3 − x = 0. Por supuesto, esta ecuación en particular se puede resolver a simple vista, pero ilustra que cuando se usan fórmulas
generales para resolver ecuaciones cúbicas con raíces reales, entonces, como demostraron rigurosamente los matemáticos posteriores, el uso de números complejos es inevitable. Rafael Bombelli fue el primero en abordar explícitamente estas soluciones aparentemente paradójicas de las ecuaciones cúbicas, y desarrolló las reglas para la aritmética compleja que intenta resolver estos problemas.

El término "imaginario" para estas cantidades fue acuñado por René Descartes en 1637, esforzándose precisamente por enfatizar su naturaleza imaginaria5
[...] a veces solo imaginario, es decir, uno puede imaginar tantos como ya se dijo en cada ecuación, pero a veces no existe una cantidad que coincida con lo que imaginamos. ([...] quelquefois seulement imaginaires c'est-à-dire que l'on peut toujours en imaginer autant que j'ai dit en chaque équation, mais qu'il n'y a quelquefois aucune quantité qui corresponde à celle qu'on imagine.)
Otra fuente de confusión fue que la ecuación {\displaystyle {\sqrt {-1}}^{2}={\sqrt {-1}}{\sqrt {-1}}=-1}{\displaystyle {\sqrt {-1}}^{2}={\sqrt {-1}}{\sqrt {-1}}=-1} parecía ser caprichosamente inconsistente con la identidad algebraica {\displaystyle {\sqrt {a}}{\sqrt {b}}={\sqrt {ab}}}{\displaystyle {\sqrt {a}}{\sqrt {b}}={\sqrt {ab}}}, que es válida para números reales no negativos a y b, y que también se usó en cálculos de números complejos con alguno de a o b positivo y el otro negativo. El uso incorrecto de esta identidad (y la identidad relacionada {\displaystyle {\tfrac {1}{\sqrt {a}}}={\sqrt {\tfrac {1}{a}}}}{\displaystyle {\tfrac {1}{\sqrt {a}}}={\sqrt {\tfrac {1}{a}}}}) en el caso de que a y b sean negativos,
preocupó incluso a Euler. Esta dificultad finalmente llevó a la convención de usar el símbolo especial i en lugar de √−1 para protegerse contra este error. Aun así, Euler consideró natural presentar a los estudiantes números complejos mucho antes de lo que se hace hoy en día. En su libro de texto de álgebra elemental, Elementos de Álgebra, introducía estos números casi de inmediato y luego los usaba de forma natural.

En el siglo XVIII, los números complejos obtuvieron un uso más amplio, ya que se notó que la manipulación formal de expresiones complejas podría usarse para simplificar los cálculos que implican funciones trigonométricas. Por ejemplo, en 1730 Abraham de Moivre observó que las complicadas identidades que relacionan las funciones trigonométricas de un múltiplo entero de un ángulo con las potencias de las funciones trigonométricas de ese ángulo podrían simplemente reexpresarse mediante la siguiente conocida fórmula que lleva su nombre, la fórmula de De Moivre:

{\displaystyle (\cos \theta +i\operatorname {sen} \theta )^{n}=\cos n\theta +i\operatorname {sen} n\theta .}{\displaystyle (\cos \theta +i\operatorname {sen} \theta )^{n}=\cos n\theta +i\operatorname {sen} n\theta .}
En 1748 Leonhard Euler fue más allá y obtuvo Fórmula de Euler de análisis complejo:

{\displaystyle \cos \theta +i\operatorname {sen} \theta =e^{i\theta }}{\displaystyle \cos \theta +i\operatorname {sen} \theta =e^{i\theta }}
manipulando formalmente series de potencias complejas, y observó que esta fórmula podría usarse para reducir cualquier identidad trigonométrica a identidades exponenciales mucho más simples.

La idea de un número complejo como un punto en el plano complejo, fue descrita por primera vez por Caspar Wessel en 1799, aunque se había anticipado ya en 1685 en la obra De Algebra tractatus de John Wallis.

Las Memorias de Wessel aparecieron en las Actas de la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca, pero pasaron desapercibidas. En 1806, Jean-Robert Argand emitió independientemente un cuadernillo sobre números complejos y proporcionó una demostración rigurosa del teorema fundamental del álgebra. Carl Friedrich Gauss había publicado anteriormente una prueba esencialmente topológica del teorema en 1797, pero expresó sus dudas en ese momento sobre "la verdadera metafísica de la raíz cuadrada de −1". No fue sino hasta 1831 cuando superó estas dudas y publicó su tratado sobre números complejos como puntos en el plano, estableciendo en gran medida la notación y la terminología modernas. A principios
del siglo XIX, otros matemáticos descubrieron independientemente la representación geométrica de los números complejos: Buée, Mourey, Warren, Français y su hermano, Bellavitis.6

El matemático inglés Godfrey Harold Hardy comentó que Gauss fue el primer matemático en usar números complejos "de una manera realmente segura y científica", aunque matemáticos como Niels Henrik Abel y Carl Gustav Jakob Jacobi los usaban necesariamente de forma rutinaria antes de que Gauss publicara su tratado de 1831.7

“Si este tema ha sido considerado hasta ahora desde el punto de vista equivocado y, por lo tanto, envuelto en misterio y rodeado de oscuridad, es en gran parte debido a una terminología inadecuada que debe ser culpada. Si a +1, -1 y √−1, en lugar de ser llamados unidad positiva, negativa e imaginaria (o peor aún, imposible), se les hubieran dado los nombres de unidad directa, inversa y lateral, difícilmente se habría extendido tal oscuridad.” - Gauss8
Augustin Louis Cauchy y Bernhard Riemann aportaron ideas fundamentales sobre el análisis complejo, elevándolo a un alto estado de terminación, comenzando alrededor de 1825 en el caso de Cauchy.

Los términos comunes utilizados en la teoría se deben principalmente a sus fundadores. Argand llamó "factor de dirección" a {\displaystyle \cos \phi +i\sin \phi }{\displaystyle \cos \phi +i\sin \phi }; y "módulo" a {\displaystyle r={\sqrt {a^{2}+b^{2}}}}{\displaystyle r={\sqrt {a^{2}+b^{2}}}}; Cauchy (1828) llamó a {\displaystyle \cos \phi +i\sin \phi }{\displaystyle \cos \phi +i\sin \phi } la "forma reducida" (l'expression réduite) y aparentemente introdujo el término "argumento"; Gauss usó i para {\displaystyle {\sqrt {-1}}}\sqrt{-1}, introdujo el término "número complejo" para a + bi y llamó a a2 + b2 la "norma". La expresión coeficiente de dirección, utilizada a menudo para {\displaystyle \cos \theta +i\operatorname
{sen} \theta }{\displaystyle \cos \theta +i\operatorname {sen} \theta }, se debe a Hankel (1867), y valor absoluto para módulo se debe a Weierstrass.

Entre los escritores clásicos sobre la teoría general posteriores, se incluyen Richard Dedekind, Otto Hölder, Felix Klein, Henri Poincaré, Hermann Amandus Schwarz, Karl Weierstrass y muchos otros.

Los números complejos ligados a las funciones analíticas o de variable compleja, han permitido extender el concepto del cálculo al plano complejo. El cálculo de variable compleja posee diversas propiedades notables que conllevan propiedades que pueden usarse para obtener diversos resultados útiles en matemática aplicada.9

Definición
Se define cada número complejo z como un par ordenado de números reales: z = (a, b). A su vez el primer elemento a se define como parte real de z, se denota {\displaystyle a={\text{Re}}(z)}{\displaystyle a={\text{Re}}(z)}; el segundo elemento b se define como parte imaginaria de z, se denota {\displaystyle b={\text{Im}}(z)}{\displaystyle b={\text{Im}}(z)}. Luego en el conjunto ℂ de los números complejos, se definen tres operaciones y la relación de igualdad:

Igualdad
{\displaystyle (a,b)=(c,d)\iff a=c\land b=d}(a,b)=(c,d)\iff a=c\land b=d
Al número {\displaystyle (a,0)} (a,0) se denomina número complejo real y como entre el conjunto de estos y el conjunto ℝ de los números reales se establece un isomorfismo , se asume que todo número real es un número complejo. Al número complejo {\displaystyle (0,b)} (0,b) se denomina número imaginario puro. Puesto que {\displaystyle (a,0)+(0,b)=(a,b)} (a,0) + (0,b) = (a, b) se dice que un número complejo es la suma de un número real con un número imaginario puro.10

Operaciones racionales
Adición
{\displaystyle (a,b)+(c,d)=(a+c,\,b+d)}(a,b)+(c,d)=(a+c,\,b+d)
Producto por escalar
{\displaystyle r(a,b)=(ra,\,rb)}r(a,b)=(ra,\,rb)
Multiplicación
{\displaystyle (a,b)\cdot (c,d)=(ac-bd,ad+bc)}(a,b)\cdot (c,d)=(ac-bd,ad+bc)
A partir de estas operaciones podemos deducir otras como las siguientes:

Resta
{\displaystyle (a,b)-(c,d)=(a-c,\,b-d)}(a,b)-(c,d)=(a-c,\,b-d)
División
{\displaystyle {\frac {(a,b)}{(c,d)}}={(ac+bd,\,bc-ad) \over c^{2}+d^{2}}=\left({ac+bd \over c^{2}+d^{2}},{bc-ad \over c^{2}+d^{2}}\right)}{\displaystyle {\frac {(a,b)}{(c,d)}}={(ac+bd,\,bc-ad) \over c^{2}+d^{2}}=\left({ac+bd \over c^{2}+d^{2}},{bc-ad \over c^{2}+d^{2}}\right)}
Unidad imaginaria
Se define un número complejo especial, sobre todo en el álgebra, de suma relevancia, el número i ( j en física), llamado unidad imaginaria, definido como

{\displaystyle \mathrm {i} =(0,1)\,\!}{\mathrm {i}}=(0,1)\,\!


Que satisface la siguiente igualdad:

{\displaystyle \mathrm {i} ^{2}=\mathrm {i} \cdot \mathrm {i} =(0,1)\cdot (0,1)=(-1,0)=-1}{\mathrm {i}}^{2}={\mathrm {i}}\cdot {\mathrm {i}}=(0,1)\cdot (0,1)=(-1,0)=-1
Tomando en cuenta que {\displaystyle (a,0)\cdot (0,1)=(0,a)}(a,0)\cdot (0,1)=(0,a), cabe la identificación

{\displaystyle (a,0)\cdot (0,1)=a\mathrm {i} =(0,a)}(a, 0) \cdot (0, 1) = a\mathrm{i} = (0, a)


En textos elementales se define que i 2 es igual a -1. Además es una de las raíces de la ecuación x 2 + 1 = 0. 11
Valor absoluto o módulo, argumento y conjugado
Valor absoluto o módulo de un número complejo

La fórmula de Euler ilustrada en el plano complejo.


El valor absoluto, módulo o magnitud de un número complejo z viene dado por la siguiente expresión:

{\displaystyle |z|={\sqrt {zz^{*}}}={\sqrt {{\hbox{Re}}^{2}(z)+{\hbox{Im}}^{2}(z)}}}|z|={\sqrt {zz^{*}}}={\sqrt {{\hbox{Re}}^{2}(z)+{\hbox{Im}}^{2}(z)}}

Si pensamos en las coordenadas cartesianas del número complejo z como algún punto en el plano; podemos ver, por el teorema de Pitágoras, que el valor absoluto de un número complejo coincide con la distancia euclídea desde el origen del plano a dicho punto.

Si el complejo está escrito en forma exponencial z = r eiφ, entonces |z| = r. Se puede expresar en forma trigonométrica como z = r (cosφ + isenφ), donde cosφ + isenφ = eiφ es la conocida fórmula de Euler.
Podemos comprobar con facilidad estas cuatro importantes propiedades del valor absoluto

{\displaystyle \left|z\right|=0\Longleftrightarrow z=0}\left|z\right|=0\Longleftrightarrow z=0


{\displaystyle \left|z+w\right|\leq |z|+|w|}\left|z+w\right|\leq |z|+|w|
{\displaystyle \left|zw\right|=|z||w|}\left|zw\right|=|z||w|
{\displaystyle \left|z-w\right|\geq ||z|-|w||}{\displaystyle \left|z-w\right|\geq ||z|-|w||}
para cualquier complejo z y w.

Por definición, la función distancia queda como sigue d(z, w) = |z - w| y nos provee de un espacio métrico con los complejos gracias al que se puede hablar de límites y continuidad. La suma, la resta, la multiplicación y la división de complejos son operaciones continuas. Si no se dice lo contrario, se asume que ésta es la métrica usada en los números complejos.

Argumento o fase
Artículo principal: Argumento (análisis complejo)
El argumento principal o fase de un número complejo genérico {\displaystyle z=x+yi\,}z=x+yi\,, donde {\displaystyle x=Re(z)}{\displaystyle x=Re(z)} e {\displaystyle y=Im(z)}{\displaystyle y=Im(z)}, es el ángulo {\displaystyle \phi } \phi que forman el eje de abscisas OX y el vector OM, con M(x,y). Viene dado por la siguiente expresión:

{\displaystyle \phi =\operatorname {Arg} (z)=\operatorname {atan2} (y,x)}\phi =\operatorname {Arg}(z)=\operatorname {atan2}(y,x)

donde atan2(y,x) es la función arcotangente definida para los cuatro cuadrantes:

{\displaystyle \operatorname {atan2} (y,x)={\begin{cases}\arctan \left({\frac {y}{x}}\right)&\qquad x>0\\\arctan \left({\frac {y}{x}}\right)+\pi &\qquad y\geq 0,x<0\\\arctan \left({\frac {y}{x}}\right)-\pi &\qquad y<0,x<0\\+{\frac {\pi }{2}}&\qquad y>0,x=0\\-{\frac {\pi }{2}}&\qquad y<0,x=0\\{\text{indefinido}}&\qquad y=0,x=0\end{cases}}}\operatorname {atan2}(y,x)={\begin{cases}\arctan \left({\frac yx}\right)&\qquad x>0\\\arctan \left({\frac yx}\right)+\pi &\qquad y\geq 0,x<0\\\arctan \left({\frac yx}\right)-\pi &\qquad y<0,x<0\\+{\frac {\pi }{2}}&\qquad y>0,x=0\\-{\frac {\pi }{2}}&\qquad y<0,x=0\\{\text{indefinido}}&\qquad y=0,x=0\end{cases}}
O también: {\displaystyle \operatorname {atan2} (y,x)={\frac {\pi }{2}}\operatorname {sgn}(y)-\arctan \left({\frac {x}{y}}\right)\quad \forall x,y\in \mathbb {R} }\operatorname {atan2}(y,x)={\frac \pi 2}\operatorname{sgn}(y)-\arctan \left({\frac xy}\right)\quad \forall x,y\in {\mathbb R} Siendo:

{\displaystyle \operatorname {sgn}(y)={\begin{cases}1\qquad y\geq 0\\-1\qquad y<0\\\end{cases}}}\operatorname{sgn}(y)={\begin{cases}1\qquad y\geq 0\\-1\qquad y<0\\\end{cases}}12


la función signo.

El argumento tiene periodicidad 2π, con lo que {\displaystyle \arg z=\operatorname {arg} z+2k\pi }{\displaystyle \arg z=\operatorname {arg} z+2k\pi } siendo {\displaystyle k}k cualquier número entero. El ángulo Arg z es el valor principal de arg z que verifica las condiciones -π < Arg z <= π descritas antes.13

Conjugado de un número complejo


Dos binomios se llaman conjugados si solo difieren en su signo central. De esta manera, el conjugado de un complejo z (denotado como {\displaystyle {\bar {z}}}{\bar {z}} o {\displaystyle z^{*}\,\!}z^{*}\,\!) es un nuevo número complejo, definido así:

{\displaystyle {\bar {z}}=a-b\mathrm {i} \Longleftrightarrow z=a+b\mathrm {i} }{\displaystyle {\bar {z}}=a-b\mathrm {i} \Longleftrightarrow z=a+b\mathrm {i} }
Se observa que ambos difieren en el signo de la parte imaginaria. Con este número se cumplen las propiedades:

{\displaystyle {\overline {z+w}}={\bar {z}}+{\bar {w}}}\overline {z+w}={\bar {z}}+{\bar {w}}


{\displaystyle z+{\overline {z}}=2\cdot {\hbox{Re}}(z)}z+\overline {z}=2\cdot {\hbox{Re}}(z)
{\displaystyle z-{\overline {z}}=2i\cdot {\hbox{Im}}(z)}z-\overline {z}=2i\cdot {\hbox{Im}}(z)
{\displaystyle {\overline {zw}}={\bar {z}}{\bar {w}}}\overline {zw}={\bar {z}}{\bar {w}}
{\displaystyle z\in \mathbb {R} \Longleftrightarrow {\bar {z}}=z}z\in {\mathbb {R}}\Longleftrightarrow {\bar {z}}=z
{\displaystyle |z|^{2}=z{\bar {z}}\geq 0}{\displaystyle |z|^{2}=z{\bar {z}}\geq 0}
{\displaystyle z\neq 0\Rightarrow {\frac {1}{z}}={\frac {\bar {z}}{|z|^{2}}}}z\neq 0\Rightarrow {\frac {1}{z}}={\frac {{\bar {z}}}{|z|^{2}}}
Esta última fórmula es el método elegido para calcular el inverso de un número complejo si viene dado en coordenadas rectangulares.

Representaciones
Representación binómica

Un número complejo representado como un punto (en rojo) y un vector de posición (azul) en un diagrama de Argand; {\displaystyle a+bi}a+bi es la expresión binomial del punto.
Un número complejo se representa en forma binomial como:

{\displaystyle z=a+bi\,}z=a+bi\,
La parte real del número complejo y la parte imaginaria, se pueden expresar de varias maneras, como se muestra a continuación:

{\displaystyle a={\hbox{Re}}(z)=\Re (z)}a={\hbox{Re}}(z)=\Re (z)


{\displaystyle b={\hbox{Im}}(z)=\Im (z)}b={\hbox{Im}}(z)=\Im (z)
Representación polar

El argumento φ y módulo r localizan un punto en un diagrama de Argand; {\displaystyle r(\cos \phi +i\sin \phi )}r(\cos \phi +i\sin \phi ) o {\displaystyle re^{i\phi }}re^{{i\phi }} es la expresión polar del punto.
En esta representación, {\displaystyle \textstyle {r}}\textstyle {r} es el módulo del número complejo y el ángulo {\displaystyle \textstyle {\phi }}\textstyle {\phi } es el argumento del número complejo.

{\displaystyle \textstyle {\phi }=\arctan \left({\frac {b}{a}}\right)=\arctan \left({\frac {{\hbox{Im}}(z)}{{\hbox{Re}}(z)}}\right)=-\arctan \left(-{\frac {{\hbox{Im}}(z)}{{\hbox{Re}}(z)}}\right)}\textstyle {\phi }=\arctan \left({\frac {b}{a}}\right)=\arctan \left({\frac {{\hbox{Im}}(z)}{{\hbox{Re}}(z)}}\right)=-\arctan \left(-{\frac {{\hbox{Im}}(z)}{{\hbox{Re}}(z)}}\right)
{\displaystyle \cos \phi ={\frac {a}{r}}\ ,\ \sin \phi ={\frac {b}{r}}}\cos \phi ={\frac {a}{r}}\ ,\ \sin \phi ={\frac {b}{r}}
Despejándose a y b en las expresiones anteriores y, utilizando la representación binomial, resulta:

{\displaystyle z=a+\mathrm {i} b;\;z=r\cos {\phi }+\mathrm {i} r\operatorname {sen} {\phi }}{\displaystyle z=a+\mathrm {i} b;\;z=r\cos {\phi }+\mathrm {i} r\operatorname {sen} {\phi }}
Sacando factor común r:

{\displaystyle z=r\left(\cos {\phi }+\mathrm {i} \sin {\phi }\right)}z=r\left(\cos {\phi }+{\mathrm {i}}\sin {\phi }\right)
Frecuentemente, esta expresión se abrevia convenientemente de la siguiente manera:

{\displaystyle \ z=r\;\operatorname {cis} \;{\phi }}\ z=r\;\operatorname {cis}\;{\phi }


la cual solo contiene las abreviaturas de las razones trigonométricas coseno, la unidad imaginaria y la razón seno del argumento respectivamente.

Según esta expresión, puede observarse que para definir un número complejo tanto de esta forma como con la representación binomial se requieren dos parámetros, que pueden ser parte real e imaginaria o bien módulo y argumento, respectivamente.

Según la Fórmula de Euler:

{\displaystyle \cos {\phi }+i\operatorname {sen} {\phi }=e^{\mathrm {i} \phi };\;z=re^{i\phi }}{\displaystyle \cos {\phi }+i\operatorname {sen} {\phi }=e^{\mathrm {i} \phi };\;z=re^{i\phi }}
En notación angular, a menudo usada en Electrotecnia se representa al fasor de módulo {\displaystyle r}r y argumento {\displaystyle \phi }\phi como:

{\displaystyle z=r\angle \phi .}{\displaystyle z=r\angle \phi .}


No obstante, el ángulo {\displaystyle \phi }\phi no está unívocamente determinado por z, pues pueden existir infinitos números complejos que tienen el mismo valor representado en el plano, que se diferencian por el número de revoluciones, ya sean de sentido antihorario (positivas) u horario (negativas) las cuales se representan por números enteros {\displaystyle k\in \mathbb {Z} }k\in {\mathbb {Z}}, como implica la fórmula de Euler:

{\displaystyle \forall {k}{\in }\mathbb {Z} \quad z=re^{\mathrm {i} (\phi +2\pi {}k)}}{\displaystyle \forall {k}{\in }\mathbb {Z} \quad z=re^{\mathrm {i} (\phi +2\pi {}k)}}
Por esto, generalmente {\displaystyle \phi }\phi está restringido al intervalo [-π, π) y a este {\displaystyle \phi }\phi restringido se le llama argumento principal de z y se denota φ=Arg(z). Con este convenio, las coordenadas están unívocamente determinadas por z.

Operaciones en forma polar


La multiplicación de números complejos es especialmente sencilla con la notación polar:

{\displaystyle z_{1}z_{2}=rse^{\mathrm {i} (\phi +\psi )}\Leftrightarrow z_{1}z_{2}=re^{\mathrm {i} \phi }se^{\mathrm {i} \psi }}z_{1}z_{2}=rse^{{{\mathrm {i}}(\phi +\psi )}}\Leftrightarrow z_{1}z_{2}=re^{{{\mathrm {i}}\phi }}se^{{{\mathrm {i}}\psi }}
División:

{\displaystyle {\frac {z_{1}}{z_{2}}}={\frac {r}{s}}e^{\mathrm {i} (\phi -\psi )}}{\frac {z_{1}}{z_{2}}}={\frac {r}{s}}e^{{{\mathrm {i}}(\phi -\psi )}}
Potenciación:

{\displaystyle z^{n}=r^{n}e^{\mathrm {i} \phi n}\Leftrightarrow z^{n}=\left(re^{i\phi }\right)^{n}}z^{n}=r^{n}e^{{{\mathrm {i}}\phi n}}\Leftrightarrow z^{n}=\left(re^{{i\phi }}\right)^{{n}}
{\displaystyle z^{n}=(a+b\mathrm {i} )^{n}={n \choose 0}a^{n}+{n \choose 1}a^{n-1}b\mathrm {i} +{n \choose 2}a^{n-2}\left(b\mathrm {i} \right)^{2}+\ldots +{n \choose {n-1}}a\left(b\mathrm {i} \right)^{n-1}+{n \choose n}\left(b\mathrm {i} \right)^{n}}z^{n}=(a+b{\mathrm {i}})^{n}={n \choose 0}a^{n}+{n \choose 1}a^{{n-1}}b{\mathrm {i}}+{n \choose 2}a^{{n-2}}\left(b{\mathrm {i}}\right)^{2}+\ldots +{n \choose {n-1}}a\left(b{\mathrm {i}}\right)^{{n-1}}+{n \choose n}\left(b{\mathrm {i}}\right)^{n}
Raíz enésima de un número complejo
Raíz cuadrada
Dado el número complejo z diremos {\displaystyle {\sqrt {z}}=\{w_{1},w_{2}\}}{\displaystyle {\sqrt {z}}=\{w_{1},w_{2}\}} y se cumple que {\displaystyle z=w_{i}^{2},\,i=1,2}{\displaystyle z=w_{i}^{2},\,i=1,2}

Ejemplo {\displaystyle {\sqrt {i}}=\{cos{\frac {\pi }{4}}+sen{\frac {\pi }{4}},\,cos{\frac {3\pi }{4}}+sen{\frac {3\pi }{4}}\}}{\displaystyle {\sqrt {i}}=\{cos{\frac {\pi }{4}}+sen{\frac {\pi }{4}},\,cos{\frac {3\pi }{4}}+sen{\frac {3\pi }{4}}\}}
Representación en forma de matrices de orden 2
En el anillo de las matrices de segundo orden sobre el campo de números reales, se puede hallar un subconjunto que es isomorfo al cuerpo de los números complejos. Pues, se establece una correspondencia entre cada número complejo a+bi con la matriz

{\displaystyle {\begin{pmatrix}a&-b\\b&a\\\end{pmatrix}}.}{\displaystyle {\begin{pmatrix}a&-b\\b&a\\\end{pmatrix}}.}


De tal manera se obtiene una correspondencia biunívoca. La suma y el producto de dos de esta matrices tiene de nuevo esta forma, y la suma y producto de números complejos corresponde a la suma y producto de tales matrices. En particular la matriz {\displaystyle {\bigl (}{\begin{smallmatrix}0&-1\\1&0\end{smallmatrix}}{\bigr )}}{\displaystyle {\bigl (}{\begin{smallmatrix}0&-1\\1&0\end{smallmatrix}}{\bigr )}} cumple el rol de unidad imaginaria.14

Plano de los números complejos o Diagrama de Argand


Artículo principal: Plano complejo
El concepto de plano complejo permite interpretar geométricamente los números complejos. La suma de números complejos se puede relacionar con la suma con vectores, y la multiplicación de números complejos puede expresarse simplemente usando coordenadas polares, donde la magnitud del producto es el producto de las magnitudes de los términos, y el ángulo contado desde el eje real del producto es la suma de los ángulos de los términos pudiendo ser vista como la transformación del vector que rota y cambia su tamaño simultáneamente.

Multiplicar cualquier complejo por i corresponde con una rotación de 90º en dirección contraria a las agujas del reloj. Asimismo el que (-1)·(-1)=+1 puede ser entendido geométricamente como la combinación de dos rotaciones de 90°, obteniendo una rotación de 180º (i al cuadrado = -1), dando como resultado un cambio de signo al completar una vuelta.

Los diagramas de Argand se usan frecuentemente para mostrar las posiciones de los polos y los ceros de una función en el plano complejo.

El análisis complejo, la teoría de las funciones complejas, es una de las áreas más ricas de la matemática, que encuentra aplicación en muchas otras áreas de la matemática así como en física, electrónica y muchos otros campos.

Propiedades
Cuerpo de los números complejos
El conjunto ℂ de los números complejos satisface las leyes de la axiomática que define un cuerpo:

Propiedad conmutativa: z+w = w+z; zw= wz.


Propiedad asociativa: v+(w+z)= (v+w)+ z; v(wz)= (vw)z
Propiedad distributiva: v(w+z) = vw+vz; (w+z)v = wv+zv
Existencia de identidades:
La identidad aditiva, el cero: z+ 0 = 0+z = z; la identidad multiplicativa, el 1: {\displaystyle z\cdot 1=1\cdot z=z}{\displaystyle z\cdot 1=1\cdot z=z}
Inversos: cada número complejo tiene su inverso aditivo -z tal que z +(-z) = 0 y cada número complejo, distinto de cero, tiene su inverso multiplicativo z-1, tal que z·z-1 = 1.15
Si identificamos el número real a con el complejo (a, 0), el cuerpo de los números reales R aparece como un subcuerpo de C. Más aún, C forma un espacio vectorial de dimensión 2 sobre los reales. Los complejos no pueden ser ordenados como, por ejemplo, los números reales, por lo que C no puede ser convertido de ninguna manera en un cuerpo ordenado.

Espacio vectorial
El conjunto ℂ con la adición de números complejos y considerando como escalares los números reales, se puede definir ℂ como un espacio vectorial. Esto es:

Si z,w son números complejos, entonces z+w es un número complejo. Esta operación interna define una estructura de grupo aditivo.
Si r es número real y z es un número complejo, entonces rz, llamado múltiplo escalar de z, es también un número complejo. Las dos operaciones satisfacen la axiomática de un espacio vectorial o lineal.16
Aplicaciones
En matemáticas
Soluciones de ecuaciones polinómicas
Una raíz o un cero17 del polinomio p es un complejo z tal que p(z)=0. Un resultado importante de esta definición es que todas las ecuaciones polinómicas (algebraicas) de grado n tienen exactamente n soluciones en el cuerpo de los números complejos, esto es, tiene exactamente n complejos z que cumplen la igualdad p(z)=0, contados con sus respectivas multiplicidades. A esto se lo conoce como Teorema Fundamental del Álgebra, y demuestra que los complejos son un cuerpo algebraicamente cerrado; por esto los matemáticos consideran a los números complejos unos números más naturales[cita requerida] que los números reales a la hora de resolver ecuaciones.

También se cumple que si z es una raíz de un polinomio p con coeficientes reales, entonces el complejo conjugado de z también es una raíz de p.

Variable compleja o análisis complejo


Artículo principal: Análisis complejo
Al estudio de las funciones de variable compleja se lo conoce como el Análisis complejo. Tiene una gran cantidad de usos como herramienta de matemáticas aplicadas así como en otras ramas de las matemáticas. El análisis complejo provee algunas importantes herramientas para la demostración de teoremas incluso en teoría de números; mientras que las funciones reales de variable real, necesitan de un plano cartesiano para ser representadas; las funciones de variable compleja necesitan un espacio de cuatro dimensiones, lo que las hace especialmente difíciles de representar. Se suelen utilizar ilustraciones coloreadas en un espacio de tres dimensiones para sugerir la cuarta coordenada o animaciones en 3D para
representar las cuatro.

Ecuaciones diferenciales
En ecuaciones diferenciales, cuando se estudian las soluciones de las ecuaciones diferenciales lineales con coeficientes constantes, es habitual encontrar primero las raíces (en general complejas) {\displaystyle \lambda \,}\lambda \, del polinomio característico, lo que permite expresar la solución general del sistema en términos de funciones de base de la forma: {\displaystyle f(x)=e^{\lambda x}\,}f(x)=e^{{\lambda x}}\,.

Fractales
Artículo principal: Fractal
Muchos objetos fractales, como el conjunto de Mandelbrot, pueden obtenerse a partir de propiedades de convergencia de una sucesión de números complejos. El análisis del dominio de convergencia revela que dichos conjuntos pueden tener una enorme complejidad autosimilar.

En física
Los números complejos se usan en ingeniería electrónica y en otros campos para una descripción adecuada de las señales periódicas variables (ver Análisis de Fourier). En una expresión del tipo {\displaystyle z=re^{i\phi }\,}z=re^{{i\phi }}\, podemos pensar en {\displaystyle r\,}r\, como la amplitud y en {\displaystyle \phi \,}\phi \, como la fase de una onda sinusoidal de una frecuencia dada. Cuando representamos una corriente o un voltaje de corriente alterna (y por tanto con comportamiento sinusoidal) como la parte real de una función de variable compleja de la forma {\displaystyle f(t)=ze^{i\omega t}\,}f(t)=ze^{{i\omega t}}\, donde ω representa la frecuencia angular y el número complejo z nos da la fase y la
amplitud, el tratamiento de todas las fórmulas que rigen las resistencias, capacidades e inductores pueden ser unificadas introduciendo resistencias imaginarias para las dos últimas (ver redes eléctricas). Ingenieros eléctricos y físicos usan la letra j para la unidad imaginaria en vez de i que está típicamente destinada a la intensidad de corriente.

El campo complejo es igualmente importante en mecánica cuántica cuya matemática subyacente utiliza Espacios de Hilbert de dimensión infinita sobre C (ℂ).[cita requerida]

En la relatividad especial y la relatividad general, algunas fórmulas para la métrica del espacio-tiempo son mucho más simples si tomamos el tiempo como una variable imaginaria.[cita requerida]

Generalizaciones
Los números complejos pueden generalizarse dando lugar a los números hipercomplejos. El cuerpo de los números complejos es un subcuerpo conmutativo del álgebra cuaterniónica {\displaystyle \scriptstyle \mathbb {H} }\scriptstyle {\mathbb {H}}, que a su vez es una subálgebra de otras álgebras más extensas (octoniones, sedeniones):
{\displaystyle \mathbb {C} \subset \mathbb {H} \subset \mathbb {O} \subset \mathbb {S} }{\mathbb {C}}\subset {\mathbb {H}}\subset {\mathbb {O}}\subset {\mathbb {S}}

Otra posible generalización es considerar la complejificación de los números hiperreales:


{\displaystyle \mathbb {C} \subset {}^{*}\mathbb {R} (i)}{\mathbb {C}}\subset {}^{*}\mathbb{R} (i)

Número hipercomplejo
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En matemática, los números hipercomplejos son una extensión de los números complejos construidos mediante herramientas del álgebra abstracta, tales como terniones, cuaterniones, tesarines, cocuaterniones, octoniones, bicuaterniones y sedeniones.

Índice
1Estructura algebraica
2Representaciones geométricas
2.1Módulo de un número hipercomplejo
3Referencias
3.1Bibliografía
Estructura algebraica[editar]
Para ser más precisos, forman álgebras n-dimensionales sobre los números reales. Pero ninguna de estas extensiones forma un cuerpo conmutativo, principalmente porque el cuerpo de los números complejos está algebraicamente cerrado (ver Teorema Fundamental del Álgebra).
Los cuaterniones, octoniones y sedeniones pueden generarse aplicando la construcción de Cayley-Dickson. Las álgebras de Clifford son otra familia de números hipercomplejos.
Representaciones geométricas[editar]
Así como los números complejos pueden ser vistos como puntos en un plano, los números hipercomplejos se pueden ver como puntos en algún espacio euclídeo de más dimensiones (4 dimensiones para los cuaterniones, tessarines y cocuaterniones, 8 para los octoniones y bicuaterniones, 16 para los sedeniones). Multiplicación de cuaterniones
Otro caso interesante es el de los números hipercomplejos unitarios, que tienen módulo unidad, estos pueden ser representados como n-esferas:
Los cuaterniones unitarios pueden ser representados como .
Los octoniones unitarios pueden ser representados como . × 1 i j k
Estas representaciones están muy ligadas a la posibilidad de caracterizar una n-esfera  como fibrado de Hopf sobre un espacio base  con m < n donde cada fibra sea .
Módulo de un número hipercomplejo[editar]
Si como se ha explicado antes los números hipercomplejos se representan por vectores de un espacio euclídeo. Para los números hipercomplejos que lo admiten (todos menos los sedeniones de Cayley-Dickson), el módulo de un número hipercomplejo no es otra cosa que el  módulo del vector que los representa. El módulo de un número hipercomplejo |Z| puede calcularse como la raíz del producto del número hipercomplejo por su hipercomplejo conjugado:
Cuaternión 1 1 i j k
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Los cuaterniones (también llamados cuaternios) son una extensión de los números reales, similar a la de los números complejos. Mientras que los números complejos son una extensión de los reales por la adición de la unidad imaginaria i, tal que , los cuaterniones son una extensión generada de manera análoga añadiendo las unidades imaginarias i, j y k a los números reales tal que: − −
i i k
, 1 j
como se muestra mediante la tabla de multiplicación de Cayley.
Los elementos 1, i, j y k son los componentes de la base de los cuaterniones considerado como un ℝ-espacio vectorial de dimensión 4.
− −
j j i
k 1

− −
k k j
i 1
Índice
1Etimología
2Representaciones de los cuaterniones
2.1Vectorial
2.2Matricial
3Aritmética básica de cuaterniones
3.1Parte real e imaginaria de un cuaternión
3.2Adición
3.3Producto
3.4Conjugación
3.5Cocientes
3.6Exponenciación
3.7Comparación con matrices
4Detalles algebraicos
4.1Clasificación en el álgebra abstracta
5Aplicaciones
6Historia
7Generalizaciones
8Véase también
9Referencias
9.1Bibliografía
10Enlaces externos y monografías
10.1Software
Etimología[editar]
Cuaternión proviene del latín quaterni (por cuatro), su significado literal es "número de cuatro componentes". El vocablo fue propuesto por su creador William Rowan Hamilton.1
Representaciones de los cuaterniones[editar]
Vectorial[editar]
El conjunto de los cuaterniones puede expresarse como:
o equivalentemente:
Entonces un cuaternión es un número de la forma a + bi + cj + dk, donde a, b, c, y d son números reales unívocamente determinados por cada cuaternión.
Análogamente, un cuaternión puede expresarse como el producto interno (componente a componente) de dos vectores, de los cuales uno es el de las componentes , y el otro el de las "bases": . En este caso, el elemento a1 que forma la componente real se anota aparte, y para el producto interno se consideran solamente las tres bases i, j, k:
Esta representación tiene algunas ventajas que pueden ser vistas en algunas operaciones como el producto de cuaterniones.
Matricial[editar]
Además hay, al menos, dos formas, isomorfismos, para representar cuaterniones con matrices. Así el cuaternión  se puede representar:
Usando matrices complejas de 2x2:
Donde el conjunto de todas las matrices anteriores se designa mediante . Cuyo subconjunto SU(2), los cuatenios unitarios, juegan un papel importante en la teoría de gauge y de donde es fácil ver que el determinante es igual a  Una propiedad interesante de esta representación es que todos los números complejos son matrices que sólo tienen componentes reales.
Usando matrices reales de 4x4:
En este caso el determinante de la matriz resulta igual a 
Aritmética básica de cuaterniones[editar]
Parte real e imaginaria de un cuaternión[editar]
Un cuaternión a se convierte en un número real  si todas las otras coordenadas son iguales a cero. De modo tal que el eje real ℝ está contenido en el conjunto H de todos los cuaterniones. 2 El número real  se considera la parte real del cuaternión . Todos los cuaterniones  para los cuales  igual a cero, se consideran imaginarios puros. Ellos constituyen un subespacio tridimensional  del espacio de todos los cuaterniones. Los espacios  e  son complementos ortogonales el uno del otro. .2 De modo tal que el cuaternión se puede escribir como la suma de la parte real y de la parte imaginaria.
Definimos la suma y producto entre cuaternios mediante la aritmética usual de las matrices y de los números complejos. Puede comprobarse que el conjunto , junto con estas operaciones, satisface todas las propiedades de un campo con excepción del producto que no es conmutativo.
Adición[editar]
La adición se realiza análogamente a como se hace con los complejos, es decir: término a término:
Producto[editar]
El producto se realiza componente a componente, y está dado en su forma completa por:
Una forma ligeramente más reducida puede ser:
El producto entre cuaterniones es asociativo y no es conmutativo.
Conjugación[editar]
El conjugado de un cuaternión  está dado por . En otras palabras, el conjugado invierte el signo de los componentes "agregados" del cuaternión. Matricialmente esto corresponderá a la operación de trasposición de cualquiera de sus representaciones matriciales.
La medida o valor absoluto de un cuaternión x está dado por:
Matricialmente, esta medida coincide con la raíz cuadrada del determinante de la matriz compleja 2 por 2 que representa al cuaternión. Esta medida cumple una propiedad similar al módulo de un número complejo: |zw| = |w| |z| para cualquier cuaterniones z y w.
Usando como norma el valor absoluto, los cuaterniones conforman un álgebra de Banach real.
Cocientes[editar]
El inverso multiplicativo de un cuaternión x, distinto de cero, está dado por:
. El cual es mismo patrón que cumplen los números complejos.
Usando la forma del inverso, es posible escribir dos cocientes de cuaterniones como:
Exponenciación[editar]
La exponenciación de números cuaterniónicos, al igual que sucede con los números complejos, está relacionada con funciones trigonométricas. Dado un cuaternión escrito en forma canónica q = a + bi + cj + dk su exponenciación resulta ser:
Comparación con matrices[editar]
La multiplicación de matrices no es, en general, conmutativa al igual que en el caso de los cuaterniones. Sin embargo, tampoco todas las matrices poseen un inverso multiplicativo mientras que todos los cuaternios diferentes del cero son invertibles.
Detalles algebraicos[editar]
Los cuaterniones son un ejemplo de cuerpo asimétrico (a veces llamado anillo con división), una estructura algebraica parecida a un cuerpo pero no conmutativo en la multiplicación, es decir: satisfacen todas las propiedades de un cuerpo con excepción de que el producto no es conmutativo. La multiplicación es asociativa y todo cuaternión no nulo posee un único inverso. Forman una -álgebra asociativa 4-dimensional sobre los reales y los complejos forman un subconjunto de ella, los cuaterniones no forman un álgebra asociativa sobre los complejos.
Usando la función distancia definida como  = |z - w|, los cuaterniones forman un espacio métrico y todas las operaciones aritméticas son continuas.
El conjunto de los cuaterniones de valor absoluto 1 forman una esfera 3-dimensional  y un grupo (incluso grupo de Lie) con la multiplicación. Este grupo actúa, mediante conjugación, sobre la copia de  constituida por los cuaterniones cuya parte real es cero. No es difícil comprobar que la conjugación por un cuaternión unidad de parte real cos t es una rotación de ángulo 2t con el eje de giro en la dirección de la parte imaginaria.
Así,  constituye un recubrimiento doble del grupo SO(3) de matrices ortogonales 3x3 de determinante 1; es isomorfo a SU(2), el grupo de matrices 2 x 2 complejas unitarias y de determinante unidad.
Sea A el conjunto de cuaterniones de la forma a + bi + cj + dk donde a, b, c y d son, o todos enteros o todos racionales con numerador impar y denominador 2. El conjunto A es un anillo y un retículo. Hay 24 cuaterniones unitarios en este anillo y son los vértices de un politopo regular, llamado {3,4,3} en la notación de Schlafli.
Clasificación en el álgebra abstracta[editar]
Un conjunto que posee todas las propiedades de un campo excepto por  se conoce como un anillo con división o un campo asimétrico. La construcción de los cuaternios por Hamilton fue el primer ejemplo de este tipo de estructura. La existencia del inverso multiplicativo de un cuaternión no nulo puede comprobarse de manera semejante a como se realiza para los complejos como sigue. Recordemos que para cualquier número complejo z = a + bi se define su norma como la raíz cuadrada de   y su conjugado como z = a - bi. Tenemos entonces que recordemos que el cuaternión h = a + bI + cJ + dK puede pensarse como la matriz compleja.
El conjunto de los cuaternios, con la adición y la multiplicación, constituyen un cuerpo no conmutativo, comportamiento diferente a los conocidos cuerpos conmutativos de los números racionales, reales y complejos.
El conjunto de los cuaterniones constituye un espacio lineal tetradimensional con base 1, i, j, k.
Aplicaciones[editar]
Los cuaterniones no son únicamente una curiosidad algebraica. Tienen diversas aplicaciones que van desde la teoría de números, en donde pueden utilizarse para probar resultados como el teorema de los cuatro cuadrados dado por Lagrange, que dice que todo número natural n puede expresarse como la suma de cuatro cuadrados perfectos, hasta aplicaciones físicas dentro del electromagnetismo, teoría de la relatividad y mecánica cuántica, entre otras.
Los cuaterniones en física representan rotaciones en el espacio, véase cuaterniones y rotación en el espacio. Además tienen aplicaciones en el electromagnetismo y la mecánica cuántica.
Los cuaterniones se utilizan a menudo en gráficos por computadora (y en el análisis geométrico asociado) para representar la orientación de un objeto en un espacio tridimensional. Las ventajas son: conforman una representación no singular (comparada con, por ejemplo, los  ángulos de Euler), más compacta y más rápida que las matrices, en términos computacionales. Debido a lo expuesto, es común el uso de esta notación en el campo de la robótica, debido a que permite en ciertas situaciones, mediante cuaterniones unitarios, abstraer rotaciones y traslaciones con cierta simplicidad, permitiendo la obtención de la orientación relativa entre sistemas de coordenadas. 3

Octonión
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Los octoniones son la extensión no asociativa de los cuaterniones. Fueron descubiertos por John T. Graves en 1843, e independientemente por Arthur Cayley, quien lo publicó por primera vez en 1845. Son llamados, a veces números de Cayley.
Los octoniones forman un álgebra 8-dimensional sobre los números reales y pueden ser comprendidos como un octeto ordenado de números reales. Cada octonión forma una combinación lineal de la base: 1, e1, e2, e3, e4, e5, e6, e7. La forma de multiplicar octoniones está dada en la tabla siguiente:

· 1 e1 e2 e3 e4 e5 e6 e7

1 1 e1 e2 e3 e4 e5 e6 e7

e e - - -
-1 e4 e7 e6
1 1 e2 e5 e3

e e - - -
-1 e5 e1 e7
2 2 e4 e3 e6

e e - - -
-1 e6 e2 e1
3 3 e7 e5 e4

e e - - -
e2 -1 e7 e3
4 4 e1 e6 e5

e e - - -
e3 -1 e1 e4
5 5 e6 e2 e7
e e - - -
e5 e4 -1 e2
6 6 e7 e3 e1

e e - - -
e3 e6 e5 -1
7 7 e1 e4 e2

Este producto no es conmutativo ni asociativo. A causa de esta no asociatividad, los octoniones, a diferencia de los cuaterniones, no admiten una representación matricial.

Número hiperreal
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Los números hiperreales son una extensión del conjunto de los números reales que permiten entre otros formalizar algunas operaciones con infinitésimos, y probar algunos resultados clásicos del análisis real de manera más sencilla.
El sistema de números hiperreales es una manera de tratar cantidades infinitas e infinitesimales. Los hiperreales o reales no estándar, , son una extensión de los números reales  que contienen números mayores que
 (para cualquier número finito de términos).
Tal número es infinito, y su recíproco infinitesimal. El término "hiper-real" fue presentado por Edwin Hewitt en 1948. 1
Como estructura algebraica son un cuerpo no arquimediano y métricamente incompleto que contiene al conjunto arquimediano y completo identificable con los números reales. Formalmente pueden construirse de manera totalmente rigurosa a partir de una axiomatización de primer orden de los números reales. Dicha axiomatización es una teoría no categórica y por tanto admite varios modelos no isomorfos, uno de ellos los números reales estándar y otro de ellos identificable con los hiperreales. Además si se pretende evitar la teoría de modelos puede ampliarse la teoría de los números reales mediante un predicado abstracto (semánticamente interpretable como "x es un número real estándar") y tres axiomas adicionales
que describen dicho predicado (estos predicados permiten caracterizar la diferencia entre un número real estándar y uno hiperreal no convencional).

Índice
1Historia
2Construcción
2.1Representación intuitiva
2.2Construcción directa
2.3Extensión a partir de la teoría de los reales
2.3.1Axiomas de transferencia e idealización
2.4Hiperreales como modelo no estándar
3Aplicaciones
3.1Continuidad y continuidad uniforme
3.2Límites
4Propiedades
5Generalización
6Véase también
7Referencias
8Bibliografía
Historia[editar]
El concepto de número hiperreal proviene del análisis no estándar, dominio que fue desarrollado en los años 1970 por Abraham Robinson. El análisis no estándar pretende, y logra, justificar rigurosamente el empleo de números infinitos e infinitesimales. El conjunto de los reales más estos nuevos elementos se denominan números hiperreales y se designan por , cumpliéndose que .
De alguna manera, los antiguos matemáticos griegos emplearon una aproximación intuitiva a los números hiperreales, aunque de un modo totalmente intuitivo y no riguroso. Para estos matemáticos, una longitud a era infinitesimal comparada con b si multiplicándola por cualquier entero nunca se lograría superar a b: 2a, 3a, 4a... 1000a...n·a... son todos inferiores a b (con n un entero cualquiera). Esta definición es la negación misma de la propiedad fundamental que dice que el conjunto de los números reales es arquimediano.
Entre el renacimiento y el siglo XVIII se volvió a utilizar los infinitesimales y Gottfried Leibniz propuso una teoría, construida a partir de un número infinito «mayor que todos los enteros existentes». Esta teoría no tenía fundamentos lógicos sólidos, pero permitía hacer los cálculos que necesitaban los físicos, sobre todo en las ecuaciones diferenciales. El análisis no estándar formaliza las nociones de la aritmética de infinitesimales e infinitos de Leibniz como números hiperreales no estándar. Además de infinitesimales e ilimitados (infinitos), se definen los limitados (complemento del conjunto anterior) y apreciables (ni infinitésimos, ni ilimitados). A partir de estos cuatro conjuntos se tienen las siguientes reglas de
Leibniz para las operaciones aritméticas de estos conjuntos:

infinitesi limita aprecia ilimita


+/-
mal do ble do

infinitesi infinitesi limita apreciab ilimita


mal mal do le do

limita ilimita
limitado limitado limitado
do do

apreciabl limita ilimita


apreciable limitado
e do do

ilimita ilimitad
ilimitado ilimitado ?
do o

Para la multiplicación las reglas de Leibniz son las siguientes:

infinitesi apreciab ilimita


x limitado
mal le do

infinitesi infinitesi infinitesi infinitesi


?
mal mal mal mal

infinitesi
limitado limitado limitado ?
mal

apreciabl infinitesi apreciabl ilimita


limitado
e mal e do

ilimita
ilimitado ? ? ilimitado
do

Estas reglas heurísticas se siguieron empleando hasta bien entrado el siglo XVIII, cuando se inventó y perfeccionó la teoría de los límites, que las hizo inútiles. Cauchy, Dedekind, Cantor, Weierstrass, Bolzano y Heine entre otros matemáticos se habían ocupado de precisar de una manera totalmente rigurosa los conceptos de continuidad y límite. Estos matemáticos desarrollaron un formalismo riguroso que permitía eliminar numerosas  aporías y paradojas del análisis (ver por ejemplo 1 − 2 + 3 − 4 + · · ·). El precio de este rigor fue un formalismo pesado y poco intuitivo, aunque más productivo y libre de contradicciones. Se soñó en los siglos XIX y XX con inventar unas matemáticas que darían cabida a los añorados
números infinitos (grandes o pequeños).
La tentación era siempre añadir estas cantidades mal definidas al conjunto de los números reales, pero el problema era que se tenía entonces que averiguar si los teoremas vigentes en los reales eran o no válidos para los hiperreales. Naturalmente, nunca se logró, porque no era el método adecuado.
Construcción[editar]
Existen tres maneras concebibles de llegar a construir un conjunto como el de los números hiperreales:
La construcción directa añadiendo un número de números hiperreales a los reales y postulando reglas ad hoc específicas para las operaciones aritméticas (históricamente este es la vía por la que se introdujeron los infinitésimos). Los infinitésimos serían números más pequeños que cualquier número real convencional, y sus respectivos inversos corresponderían a números "infinitos" o "no acotados").
Como extensión de la teoría de los reales, este enfoque el que posiblemente permite manejar más fácilmente los números hiperreales y demostrar resultados consiste en introducir un nuevo predicado  y tres axiomas nuevos llamados de "principio de transferencia", "principio de idealización" y "principio de estandarización".
Como modelo no estándar de la teoría de los números reales.
Representación intuitiva[editar]
El modelo de construcción directa es el menos formal de los procedimientos de construcción, y por tanto formalmente es el más endeble. Sin embargo, muchas de las intuiciones que llevaron a las otras construcciones formales partieron de generalizar las propiedades posibles de los infinitesimales. La representación intuitiva de esta sección ilustra las propiedades de los sistemas formalmente construibles por otros métodos y a los que se podrían llegar generalizando la adición directa.
En la figura siguiente se ha representado la recta de los hiperreales a tres escalas distintas: ω es un número infinito cualquiera (como los que puede demostrarse que existen en un modelo no estándar de la teoría de los reales) y ε es un infinitesimal, también cualquiera. Ambos son positivos.
Para pasar de una línea a la siguiente agrandamos la escala de un factor infinito. En la primera línea, los números finitos no se pueden distinguir porque están todos infinitamente próximos al cero, como pegados. En la segunda son los infinitesimales que no se pueden vislumbrar, y los infinitos están lógicamente a una distancia infinita del cero.

Los infinitos de esta teoría no tienen nada que ver con los inventados por Georg Cantor, en el contexto de los ordinales y los cardinales. (ver números infinitos). En efecto Cantor, que inventó (en Occidente) la noción de número infinito sólo se interesó en los enteros, mientras que el análisis no estándar se ocupa de los reales. Si ω designa el primer infinito de Cantor, entonces  y
simplemente no tienen significado en su teoría.
Construcción directa[editar]
Los números hiperreales pueden ser concebidos como un conjunto infinito y estratificado de copias de un conjunto de los números hiperreales limitados . Nótese que este conjunto contiene a todos los números reales ordinarios  además de sus respectivos "halos" (ver más adelante). El halo o mónada de un número real x es un conjunto de números hiperreales infinitesimalmente cercanos a x:2
La noción de infinitesimal puede definirse rigurosamente en el lenguaje de la teoría de los números reales extendidas con el predicado "estándar" (ver más adelante). De hecho todos los números infinitesimales resultan ser todos los números hiperreales no nulos que configuran la mónada del número real 0:
El conjunto de los números reales junto con sus mónadas satisface la relación:
Para cualquier número infinitesimal  defínase el número hiperreal no limitado , y una "copia trasladada" de :
Finalmente el conjunto de los hiperreales puede concebirse como el conjunto reunión de todas las copias trasladadas con la anterior:
Extensión a partir de la teoría de los reales[editar]
Otra posibilidad lógica ofrecida por la lógica matemática. Los números reales convencionales son una realización posible de la llamada teoría de primer orden de los números reales. Dicha teoría consiste en un conjunto de axiomas expresables en un lenguaje formal de primer orden. Los números reales usados comúnmente en la resolución de problemas de análisis matemáticos satisfacen dichos axiomas, así como todos los teoremas lógicamente deducibles a partir de dichos teoremas mediante las reglas de deducción de dicho lenguaje formal. Si se modifican ligeramente los axiomas o se introducen algunos símbolos nuevos en el alfabeto básico del lenguaje formal original puede obtenerse un modelo que incluya números
con las propiedades tradicionalmente atribuibles a los números infinitesimales.
Para construir el sistema de los números los hiperreales según este enfoque, no hay que tocar la construcción de los conjuntos de números, sino el lenguaje lógico-formal que sirve de fundamento para esa construcción (es decir, los axiomas que el modelo buscado debe satisfacer). Esto puede hacerse a partir de una formalización axiomática la  teoría de los conjuntos numéricos como la que puede obtenerse a partir de los axiomas de Zermelo-Fraenkel. A partir de dicha teoría puede usarse el teorema de compacidad de la lógica de primer orden para obtener un modelo con las propiedades deseadas. Ese modelo permitía además añadir a los viejos axiomas nuevos axiomas a la teoría consistentes con los anteriores.
Concretamente, A. Robinson inventó un nuevo predicado unario: "estándar" y de ahí se presenta dos casos: un número x es estándar o no lo es, en relación a esto, es muy importante la siguiente distinción entre propiedad interna y externa:
Una propiedad o proposición es interna si se puede expresar en la teoría de Zermelo-Fraenkel, es decir si no requiere la palabra estándar  o una de sus derivadas para definirse. Se emplea también la palabra estándar para cualificar a una fórmula  interna lo que puede provocar confusión: una fórmula es estándar  si  no contiene la palabra estándar...
Una fórmula es externa cuando no se puede escribir sin emplear la palabra estándar  o una de sus derivadas.
Luego se impuso tres condiciones a este predicado (llamadas transferencia, idealización y estandarización) para asegurarse de la existencia de nuevos números, no estándares, con las propiedades adecuadas, dignas de infinitesimales e infinitos, más concretamente se formuló la propiedad de transferencia.
Axiomas de transferencia e idealización[editar]
Esta propiedad de transferencia es la siguiente:
Si para cualquier x estándar, P (x) es cierto (P es una proposición interna) entonces P (x) es cierto para cualquier x (sea o no estándar):
Esta propiedad significa que todas las reglas clásicas, que son ciertas en las matemáticas usuales se generalizan sin cambio alguno a los objetos no estándares. O sea, no hay que demostrarlas de nuevo. Por ejemplo, sea P (x) la proposición: si x > 0 entonces existe y tal que 0 < y < x. Sabemos que P (x) es siempre cierta en los reales usuales (para y basta con tomar x/2). P es además una proposición interna. En consecuencia, P es válida también para todos los reales no estándares. La transferencia se emplea a menudo bajo su forma contrapuesta:
Lo que se puede parafrasear así: si existe un elemento que verifique una propiedad interna, entonces existe un elemento estándar que también lo verifique. La propiedad de idealización es la siguiente (con P una proposición interna):
Si para todo x estándar existe un y tal que P (x, y) sea cierta, entonces existe un y tal que para todo x estándar, P (x, y) sea cierta:
Se ha permutado los x y los y, y el nuevo y es ideal en el sentido que funciona con todos los x. Por ejemplo, tomemos el P anterior: P (x, y) significa: 0 < y < x. Sabemos que para cualquier x>0 estándar, existe un y entre él y 0, por lo tanto debe existir un y ideal que sea siempre entre 0 y cualquier x > 0 estándar. En otras palabras, existe un número distinto de cero pero inferior a cualquier real positivo. Este número es por definición un infinitesimal, y se denota su naturaleza así:  
De la misma manera se demuestra que existen números infinitos (que no tienen nada que ver con los ordinales infinitos o los cardinales infinitos): Para todo x estándar existe un y mayor (por ejemplo x + 1 ), luego existe un y ideal mayor que todos los x estándares: es por definición un número infinito, lo que se denota . La propiedad de la estandarización es técnica, y de poco interés de momento.
Hiperreales como modelo no estándar[editar]
El conjunto de los hiperreales constituye un modelo en el sentido de la teoría de modelos de los axiomas de la teoría de primer orden que define axiomaticamente los números reales. Dicha teoría no es lógicamente completa por lo que admite diversos modelos no isomorfos. Los números reales ordinarios son un modelo para dicha teoría, otro modelo posible son los números hiperreales, que satisfacen los axiomas de la teoría axiomática de los números reales pero algunas propiedades válidas en el modelo estándar no son válidas en el modelo no estándar (aunque ambos modelos satisfacen todos los teoremas deducibles de la teoría axiomática).
Una manera natural de construir el modelo no estándar de los números hiperreales a partir del modelo estándar (números reales ordinarios) es definir un lenguaje de primer orden  donde además de signos para cuantificadores, relaciones/predicados y funciones se incluyan un número infinito de constantes ca (una para cada número real construible en la teoría). Ese lenguaje puede formalizar los números reales ordinarios que constituyen un modelo posible de dicho lenguaje. Ahora considérese el conjunto Σ de sentencias expresables en dicho lenguaje dado por:
Nótese que este conjunto es infinito, dado que existe un número infinito de constantes y donde las partes que lo definen son:
 es una variable cualquiera del lenguaje .
, es el conjunto de sentencias expresables en  que son válidas en el modelo de los números reales ordinarios. Dado cualquier subconjunto finito del anterior  es satisfactible sin más que asignar a la variable x1 un valor b suficientemente alto dentro de  (el modelo estándar) dada la finitud del subconjunto siempre es posible satisfacer esta condición:
Además el teorema de compacidad garantiza la existencia de un modelo que contiene al anterior donde se satisface que:
Puede comprobarse que este modelo contiene elementos no acotados como H, y por tanto, este modelo puede interpretarse como el conjunto de los números hiperreales en el que se satisfacen los mismos teoremas que satisfacían los reales ordinarios.
Aplicaciones[editar]
Continuidad y continuidad uniforme[editar]
Para ver el beneficio que se puede sacar del análisis no estándar, comparemos la expresión de la continuidad en el punto x:
(1)
(2)
La fórmula no estándar resulta mucho más intuitiva y práctica. En general, los números hiperreales permiten suprimir muchos cuantificadores, es decir bajar la complejidad de las fórmulas.
Prueba de la equivalencia:
La expresión clásica es de la forma  con P una proposición estándar (con tal de que f sea una función estándar también). Entonces, por transferencia equivale a .
P(ε) es de la forma α Q(α, ε). Por transferencia también, equivale a α Q(α, ε).
Hasta aquí se ha obtenido la equivalencia entre (1) y:
(1')
Ahora, por definición cualquier infinitesimal es inferior a α y ε que son estándares estrictamente positivos. Luego si x  y entonces |y - x |  0 luego |y - x | < α.
Por la implicación de (1') se obtiene |f (y) - f (x)| < ε. Como esto es cierto para cualquier ε >0 estándar, entonces |f (y) - f (x)| es infinitesimal, lo que significa que f (y)f(x) Acabamos de probar que (1') implica (2):
La recíproca es muy parecida: Supongamos (2), y escojamos ε > 0 estándar. Entonces cualquier infinitesimal α conviene en (1):
Si |y - x| < α  0 entonces y  x luego por (2): f (y)  f (x) entonces |f (y) - f (x)|  0 y por tanto |f (y) - f (x)| < ε.
Por transferencia también existe un α estándar que conviene, lo que da (1').
La continuidad en todo  equivale (por transferencia) a la continuidad en todos su s estándares:
(3)
La continuidad uniforme sobre el intervalo I = R se expresa así:
expresión en análisis no estándar:
La única diferencia entre (3) y (5) es que en la continuidad uniforme x no tiene que ser estándar. No son equivalentes porque no se puede aplicar la transferencia aquí: los  hacen que no se trata de una fórmula estándar.
Consideremos la función f: 
Para mostrar su continuidad, tomemos x estándar, y por lo tanto finito, e y = x + ε con  infinitesimal. (luego ).
Entonces  porque 2x + ε es un número finito que, multiplicado por un infinitesimal, ε da un infinitesimal. Esto demuestra la continuidad.
Pero f no es uniformemente continua: si tomemos esta vez un x infinito: x = ω y  infinitesimal, entonces:
. No existe prueba más sencilla.
Límites[editar]
El límite de una sucesión corresponde a un valor de rango infinito de esta. Más precisamente, sea  una sucesión (estándar) convergente hacia l eventualmente infinito. Entonces, para todo 
Las nociones de continuidad y de límites son formalmente muy parecidas, de hecho un límite se puede interpretar como una continuidad en un punto infinito. Por eso las pruebas son esencialmente las mismas.
La expresión clásica de  es, para l finito:
Número superreal
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En análisis matemático y álgebra abstracta, los números superreales son una extensión de los números reales, introducida por H. Garth Dales y W. Hugh Woodin como generalización de los números hiperreales cuyo interés fundamental aparece en análisis no estándar, teoría de modelos y el estudio de las álgebras de Banach. Algebraicamente constituyen un cuerpo que de hecho es un subcuerpo de los números surreales:
Los superreales de Dales y Woodin se diferencia de los super-reales de David O. Tall, que no son otra cosa que el cuerpo fracciones de las series de potencias formales con coeficientes den los reales dotadas de un orden lexicográfico1
Definición formal[editar]
Supóngase que X es un espacio de Tikhonov, también llamado un espacio T3.5, y sea C(X) el álgebra de funciones reales definidas sobre X. Dentro de esta álgebra búsquese un ideal primo , y búsquese el álgebra cociente A = C(X)/P que por definición es un dominio de integridad y un álgebra sobre los reales que además puede ser considerada un conjunto totalmente ordenado. El cuerpo de fracciones F de esta álgebra A es precisamente el cuerpo de los números superreales, si dicho cuerpo de fracciones contiene estrictamente un conjunto identificable con los números reales , de tal manera que F no es isomorfo en orden a . Si el ideal P es además un ideal primo y por tanto un ideal maximal, entonces F coincide con el
cuerpo de los números hiperreales de A. Robinson. Por lo cual los números hiperreales pueden considerarse un caso particular de números superreales.

Número surreal
(Redirigido desde «Números surreales»)
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Árbol para visualizar un número surreal.


En matemática, los números surreales son una clase de números que incluyen a todos los números reales, "infinitos" (mayores o menores que cualquier número real) e "infinitesimales", aquellos que están más próximos a cero que cualquier número real. Todos los números reales están rodeados de números surreales, que están más próximos de sí mismos que cualquier otro número real.
Los números surreales tienen estructura de cuerpo ordenado, lo que significa que sobre ellos están definidas las cuatro operaciones aritméticas básicas (adición, substracción, multiplicación y división) y que estas se comportan según lo esperado. El inverso multiplicativo de un número infinito es un infinitesimal no nulo, y vice-versa.
Fueron inicialmente propuestos por John H. Conway en 1970, y más tarde desarrollados por Donald Knuth en su libro de 1974 Surreal Numbers: How Two Ex-Students Turned on to Pure Mathematics and Found Total Happiness.
Relaciones con otros campos numéricos[editar]
Los números hiperreales, superreales y surreales generalizan a los números reales ordinarios. Puede demostrarse la existencia de una cadena de inclusiones como la siguiente:

Número ordinal (teoría de conjuntos)


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Representación del ordinal ω ω. Cada vuelta alrededor de esta espiral representa una potencia entera de ω: la primera contiene a los números naturales 0, 1, 2, ... La segunda llega hasta ω2 pasando por cada ordinal ω·m + n, con m, n naturales; la tercera llega hasta ω3 pasando por cada ordinal ω2·m + ω·n + p; etc.
En teoría de conjuntos, un número ordinal, o simplemente ordinal, es un representante del tipo de orden de un conjunto bien ordenado. De este modo, los ordinales clasifican todos los posibles conjuntos bien ordenados. Fueron introducidos por Georg Cantor en 1897.
Los ordinales finitos (así como los cardinales finitos) son los números naturales 0, 1, 2,..., puesto que dos órdenes totales de un conjunto finito son isomorfos en cuanto al orden. Al primer ordinal infinito se le denota ω.
En el caso infinito, los ordinales ofrecen una distinción más fina que los cardinales, que sólo representan la cantidad de elementos. Así, mientras sólo existe un cardinal infinito numerable ℵ0, existen infinitos ordinales infinitos y numerables:
que se corresponden con distintas maneras de ordenar el conjunto de los números naturales.

Definición[editar]
Conjuntos bien ordenados[editar]
Artículo principal:  Conjunto bien ordenado
Un conjunto bien ordenado es un conjunto con una relación de orden entre sus elementos que verifica que dada cualquier subcolección no vacía de sus elementos, esta posee un elemento mínimo. La importancia de los conjuntos bien ordenados reside en la inducción transfinita, que afirma que en un conjunto A de estas características, las propiedades que un elemento hereda de sus predecesores son poseídas por la totalidad de los elementos de A.
Un ordinal es un objeto matemático que clasifica todos los distintos conjuntos bien ordenados posibles. Por supuesto, ha de evitarse la posibilidad de clasificar con ordinales diferentes dos conjuntos bien ordenados distintos que en el fondo constituyan un «reetiquetado» el uno del otro.

ocultarEjemplo

Las dos maneras de ordenar el conjunto de los números naturales mostradas abajo no son esencialmente distintas (se sobreentiende que la serie sigue con normalidad tras los puntos suspensivos):
El único cambio es que al primer elemento se le llama «0» o «5», al segundo se le llama «1» o «0» , etc. Sin embargo, si comparamos los números naturales ordenados como sigue:
esto sí representa un cambio esencial, puesto que esta ordenación difiere en un hecho fundamental: a diferencia de las primeras, posee un elemento maximal.

Número cardinal (teoría de conjuntos)


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Comparación de los cardinales numerable y continuo. Cada sucesión binaria, compuesta por una cantidad numerable de «decimales binarios», corresponde a un punto del segmento entre 0 y 1. El «número» de decimales en cada sucesión es ℵ0. El «número» de puntos en el segmento es 2ℵ0: dos posibilidades (0 o 1) para cada decimal de cada sucesión.
En teoría de conjuntos, un número cardinal o cardinal es una generalización de los números naturales para contar el número de elementos, la cardinalidad, de cualquier conjunto, finito o infinito. El cardinal de un conjunto finito es un número natural ordinario. El cardinal de un conjunto infinito es un número transfinito. Los cardinales clasifican los conjuntos de manera más «tosca» que los números ordinales, que distinguen no solo el número de elementos de un conjunto sino también la manera en la que están ordenados.
Los cardinales se definen mediante la noción de equipotencia, que relaciona dos conjuntos si «tienen el mismo número de elementos». Establecida esta relación, los cardinales son representantes de todos los tamaños posibles para un conjunto.  Puede demostrarse que existen conjuntos infinitos con distinto tamaño. Por ejemplo, los conjuntos de los números naturales y de los números reales no tienen el mismo cardinal. De hecho es necesaria una colección infinita de números transfinitos para clasificar todos los conjuntos infinitos.
Existe una sucesión infinita de cardinales:
que empieza con los números naturales (con cero), y continúa con los números alef, que son cardinales de conjuntos bien ordenados. Cada alef tiene un índice, un cierto número ordinal, que indica su posición dentro de la serie. Dependiendo de si se asume el axioma de elección o no, los alefs agotan todos los cardinales posibles o no.

Índice
1Introducción
2Historia
3Equipotencia
4Definiciones
4.1Cardinales de Von Neumann
4.1.1La función alef
4.2Definición general
4.3Diferencias
5Aritmética cardinal
5.1Suma
5.2Producto
5.3Exponenciación
6Tipos de cardinales
6.1Cardinales sucesores y límites
6.2Cardinales regulares y singulares
6.3Cardinales accesibles e inaccesibles
7Hipótesis del continuo
8Referencias
9Enlaces externos
Introducción[editar]
Para comparar el tamaño de dos conjuntos finitos basta con contar sus elementos y contrastar el resultado. En el siglo XIX, Georg Cantor halló una manera de efectuar esta comparación aun cuando los conjuntos involucrados sean infinitos. Para ello, propuso poner los elementos de ambos conjuntos en parejas (estableciendo una correspondencia): de este modo, si todos quedan emparejados sin que sobre ni falte ninguno se dice que son equipotentes.
Por ejemplo, los números naturales N = {0, 1, 2, ...} y los números enteros Z = {..., −2, −1, 0, +1, +2, ...} son ambos conjuntos infinitos. En particular, los naturales son un subconjunto de los enteros, N ⊆ Z. Esto podría sugerir que el tamaño del conjunto de los naturales es menor que el de los enteros. Sin embargo, ambos conjuntos son equipotentes ya que pueden emparejarse como sigue:
A cada natural n le corresponde el entero −n/2 si n es par, y el entero (n + 1)/2 si n es impar.
Sin embargo, Cantor descubrió que no todos los conjuntos infinitos son equipotentes. Por ejemplo, el conjunto de los números reales R (o el conjunto de puntos en una recta) es infinito y no numerable, por lo que no es equipotente al conjunto de los números naturales y es de mayor tamaño.
Cantor asignó entonces un número cardinal a cada conjunto infinito, un cierto objeto que representaba su tamaño, de modo que dos conjuntos serían equipotentes cuando les correspondiera el mismo cardinal. De este modo, extendió los números naturales como representantes de la cardinalidad de los conjuntos finitos.
Historia[editar]
En 1876, Cantor probó la no equipotencia de naturales y reales. En su obra Fundamentos para una teoría general de conjuntos, introdujo la noción de número transfinito, como una generalización de los números naturales, que va más allá de ellos formando una serie ordenada e ilimitada:
 
Cantor descubrió que cada número transfinito se correspondía con un número ordinal, que representa la posición de un elemento en un cierto conjunto bien ordenado, y también que los transfinitos se organizaban en lo que llamó «clases numéricas».
Así, clasificaba a los números naturales en la clase numérica (I), que es mayor que todos ellos. Los números de la clase numérica (II) son todos los que tienen la misma potencia que la clase numérica (I), esto es, que sean numerables (como todos los transfinitos mostrados arriba), etc. También demostró que en la serie transfinita se dan infinitas clases numéricas cada vez más grandes.
Mediante estas clases numéricas estableció la clasificación de las potencias infinitas, e introdujo la notación de los álefs, en la que ℵn representa la clase numérica n + 1 (donde n en general era un transfinito u ordinal), que formaban otra serie transfinita de todas las posibles cardinalidades infinitas.
Equipotencia[editar]
El concepto de cardinalidad se apoya en el concepto de equipotencia, y este en el de relación biunívoca o de biyectividad. Una relación biunívoca entre dos conjuntos A y B es un criterio por el cual se empareja cada elemento de A con un elemento de B, de forma que todos los elementos de B sean pareja de un elemento de A y solo de uno. Dos conjuntos en correspondencia biunívoca tienen, intuitivamente, el mismo tamaño:
Dos conjuntos A y B se dicen equipotentes (o con el mismo cardinal, la misma cardinalidad, el mismo número de elementos, la misma potencia, etc.) si existe una función biyectiva f  : A → B entre ellos. Se denota como A ≈ B.
La relación de equipotencia es una relación de equivalencia, y captura la noción de tener el mismo cardinal, a pesar de no ser una definición de qué es un número cardinal. También puede definirse una relación de minuspotencia, que represente la noción de que un conjunto tenga menor tamaño:
Un conjunto A es minuspotente a otro conjunto B si existe una función
inyectiva f: A → B entre ello. Se denota como:
Es decir, la potencia de un conjunto A es menor o igual que la de otro B si se puede emparejar cada elemento de A con algún elemento de B sin repetir ninguna pareja en B, sin exigir que todo elemento de B necesariamente sea pareja de algún elemento de A. La relación de minuspotencia es una relación de orden:
Todo conjunto es minuspotente a sí mismo.
Si A es minuspotente a B y B es minuspotente a C, entonces A es
minuspotente a C:
Si dos conjuntos son minuspotentes entre sí, entonces ambos son
equipotentes:
Definiciones[editar]
La definición de número cardinal escoge un representante canónico de cada cardinalidad. Por ejemplo, la construcción usual de los números naturales en teoría de conjuntos los define como unos conjuntos concretos:
0 ≡ ∅, 1 ≡ {0}, 2 ≡ {0, 1}, ...
De este modo, «el cardinal de X = {a, b} es 2» es equivalente a decir «X y {0, 1} son equipotentes». Al definir número cardinal de manera general se extiende este razonamiento a cualquier conjunto, finito o infinito.
Al definir número cardinal se construye una asignación en la que a cada conjunto X le corresponde otro conjunto |X| (único), el cardinal de X, de forma que se cumpla la siguiente propiedad básica:
Dos conjuntos tienen el mismo cardinal si y solo si son
equipotentes:
Al cardinal de un conjunto X se le denota entonces por , card(X), |X| o #X.1
Existen diversas formas de construir esta asignación, dependiendo de los axiomas que se asuman para la teoría de conjuntos. Una manera particularmente formal de definir las posibles clases de equivalencia de cardinalidad es recurrir a una definición de Von Neumann un poco más abstracta de cardinal que se trata a continuación.
Cardinales de Von Neumann[editar]
La definición de cardinal de Von Neumann parte de la noción de conjunto bien ordenable. Un conjunto bien ordenable es isomorfo bajo orden (y equipotente en particular) a algún ordinal. Sin embargo, en general, dos ordinales infinitos distintos pueden ser equipotentes: por ejemplo, todos los ordinales de la forma ω·n + m con m y n ≥ 1 naturales son numerables, esto es, equipotentes a los números naturales ω. Una vez definida la noción de ordinal se define la cardinalidad de un ordinal como:
Como cualquier conjunto de ordinales es siempre un conjunto bien ordenado, siempre existirá un mínimo con esa definición un cardinal es un ordinal que cumple que:
Todos los cardinales forman una clase dentro de los ordinales. De hecho, en cierta manera la clase de todos los cardinales es una clase de "ordinales iniciales" en el sentido de que un cardinal es un ordinal tal que no existe ningún otro ordinal del mismo tamaño. En particular todos los  ordinales regulares son cardinales.
Es muy sencillo escoger un único ordinal de entre todos los que son equipotentes entre sí:
Los cardinales de Von Neumann κ son aquellos ordinales no equipotentes a
ninguno de sus anteriores:
 ,
es decir, un cardinal de Von Neumann es un ordinal inicial, el primer ordinal de cada «clase numérica» de Cantor. Se tiene entonces que:
Todo conjunto bien ordenable es equipotente a un único cardinal de Von
Neumann.
Dos conjuntos bien ordenables son equipotentes si y solo si les corresponde el
mismo cardinal.
Los cardinales de Von Neumann se suelen denotar por letras griegas de entre la mitad del alfabeto: κ, μ, ν, etc.
De este modo, un ordinal cualquiera α está comprendido entre dos cardinales de Von Neumann, y al mayor de ellos se le llama cardinal siguiente a α, α +. Asumiendo el axioma de elección como cierto, entonces todo conjunto es bien ordenable y equipotente a un único cardinal de Von Neumann.
La función alef[editar]
Artículo principal:  Álef (cardinales)
La serie de los alefs asigna un cardinal de Von Neumann infinito ℵα a cada ordinal α mediante recursión transfinita:
El alef asociado a un ordinal viene
dado por:
y por esto se denota habitualmente al cardinal de los números naturales como ℵ0. Puede demostrarse que todo cardinal de Von Neumann infinito es un alef.
Definición general[editar]
El axioma de elección es independiente del resto de axiomas de la teoría de conjuntos. Por tanto, si no se asume (o se postula su negación), no todo conjunto es bien ordenable, ni equipotente a un cardinal de Von Neumann. Sin embargo, es posible definir una noción distinta y más general de número cardinal que se extienda para todos los conjuntos.
La idea original para escoger un representante de cada cardinalidad de manera única era definir un cardinal como una clase de equivalencia de todos los conjuntos equipotentes a uno dado. Esta noción sencilla, que prevaleció en la literatura hasta los años 50, es inapropiada dado que esta clase de equivalencia no es un conjunto. Sin embargo, recurriendo al concepto de  rango, puede demostrarse que la colección de todos los conjuntos equipotentes a uno dado de rango mínimo es un conjunto. Mediante esta herramienta —debida originalmente a Dana Scott— se puede definir número cardinal en general: 2
Un cardinal  es un conjunto que verifica:
Todos sus elementos son equipotentes entre sí.
Todos sus elementos tienen el mismo rango.
No existen conjuntos equipotentes a los elementos de  de rango menor al rango común de estos.
Cualquier conjunto equipotente a los elementos de  y con el mismo rango es un elemento de .
Los número cardinales así definidos (generales) se suelen denotar por letras góticas: , , etc. De esta definición se puede demostrar la generalización del teorema anterior:
Todo conjunto es equipotente a los elementos de un único cardinal
(su cardinal).
Dos conjuntos son equipotentes si y solo si tienen el mismo
cardinal.
Diferencias[editar]
En general, los cardinales de Von Neumman son un subconjunto de la totalidad de los cardinales generales, 3 que en particular contiene todos los cardinales finitos. Si se asume el axioma de elección, todo cardinal infinito es un alef, y además los cardinales están bien ordenados, en el sentido de que dados dos conjuntos, uno de ellos es biyectable con un subconjunto del otro. Puede demostrarse que estas propiedades son de hecho equivalentes al axioma de elección:
Son equivalentes:
El axioma de elección.
Todo cardinal infinito es un alef.
Ley de la tricotomía: dados dos conjuntos, uno de ellos es biyectable con un
subconjunto del otro.
Además, los cardinales de Von Neumman tienen el cardinal que representan: para todo κ, |κ| = κ. Los cardinales según la construcción general no tienen esta propiedad, y de hecho puede demostrarse que, en la teoría de Zermelo-Fraenkel sin el axioma de elección, no existe ninguna definición de cardinal que la tenga.
Aritmética cardinal[editar]
Es posible definir unas suma, multiplicación y exponenciación de cardinales, de forma similar al caso de la aritmética ordinal, aunque las propiedades de la primera son más parecidas a la aritmética ordinaria.
Suma[editar]
Dados dos conjuntos finitos y disjuntos, el número de elementos de su unión es la suma del número de elementos de ambos. En la suma de dos cardinales se generaliza esta idea, al demostrarse:
El cardinal de la unión de dos conjuntos disjuntos solo depende del cardinal
dichos conjuntos:
De este modo puede definirse:
En esta definición no se toma la unión de los dos cardinales directamente para evitar un posible solapamiento de sus elementos. De este modo se demuestra:
Dados dos conjuntos disjuntos generales X e Y, card(X ∪ Y) = card(X) + card(Y).
La suma cardinal es conmutativa —a diferencia de la aritmética ordinal—, asociativa y con elemento neutro (, donde 0 ≡ ∅).
La suma de ordinales y de cardinales son compatibles: card(α + β)=card(α) + card(β), donde α y β son ordinales, y el signo «+» del miembro izquierdo se refiere a la suma de ordinales.

ocultarEjemplo

Sean los conjuntos:


A = {♠, ◊}
B = {Δ, ♦, Z}
N = {0, 1, 2, 3, ...} (los números naturales)
Es obvio que card(A ∪ B) = card(A) + card(B) =2 + 3 = 5. Para calcular card(A ∪ N) se ha de observar que A ∪ N = {♠, ◊, 0, 1, 2, 3, ...} tiene el mismo número de elementos que N:
{♠ ↔ 0, ◊ ↔ 1, 0 ↔ 2, 1 ↔ 3, 2 ↔ 4, 3 ↔ 5, ...}
En otras palabras, card(N) + card(A) = ℵ0 + 2 = ℵ0. En general se tiene ℵ0 + n = ℵ0 para cualquier número natural n.

Producto[editar]
De igual modo, al tomar el producto cartesiano de dos conjuntos finitos, el número de los elementos de este producto es igual al producto del número de elementos de ambos conjuntos. De nuevo, se generaliza esta idea para definir el producto de dos cardinales, donde se demuestra:
El cardinal del producto cartesiano de dos conjuntos solo depende del cardinal de
dichos conjuntos:
Y entonces se define:
De este modo, se demuestra:
Dados dos conjuntos X e Y, card(X × Y) = card(X)·card(Y).
La multiplicación cardinal es conmutativa —a diferencia de la aritmética ordinal—, asociativa, distributiva respecto de la suma, con elemento neutro (, donde 1 ≡ {0}) y elemento absorbente ().
El producto de ordinales y de cardinales son compatibles: card(α·β) = card(α)·card(β), donde α y β son ordinales, y el signo «·» del miembro izquierdo se refiere al producto de ordinales.

ocultarEjemplo

Utilizando los mismos conjuntos del ejemplo anterior, el producto de A y B es:


A × B = {(♠,Δ), (♠,♦), (♠,Z), (◊,Δ), (◊,♦), (◊,Z)} y obviamente card(A × B) = card(A) × card(B) = 2 × 3 = 6. Para calcular card(A × N) se ha de observar que el conjunto:
A×N = {(♠,0), (◊,0), (♠,1), (◊,1), (♠,2), (◊,2), ...}
tiene el mismo número de elementos que N:
{(♠,0) ↔ 0, (◊,0) ↔ 1, (♠,1) ↔ 2, (◊,1) ↔ 3, (♠,2) ↔ 4, (◊,2) ↔ 5, ...}
de modo que en general (♠,n) ↔ 2n y (◊,n) ↔ 2n + 1. Así, card(A × N) = card(A) × card(N) = 2 × ℵ0 = ℵ0, y en general se tiene n × ℵ0 = ℵ0 para todo número natural no nulo.

Exponenciación[editar]
Por último, a la hora de tomar potencias de cardinales, se generaliza el hecho de que dados dos conjuntos finitos X e Y, existen exactamente #Y#X funciones posibles cuyo dominio es X y cuyo codominio es Y. Denotando por B A el conjunto de todas las aplicaciones f  : A → B, se tiene la siguiente propiedad:
El cardinal del conjunto de funciones entre dos conjuntos solo depende del cardinal
de dichos conjuntos:
Aprovechando esta propiedad puede definirse:
Con esta definición puede entonces demostrarse:
Dados dos conjuntos cualesquiera X e Y, card(YX) = card(Y)card(X).
Varias propiedades básicas de la exponenciación de números se mantienen:
.
La exponenciación de ordinales y de cardinales no son compatibles. Por ejemplo, en la exponenciación ordinal se tiene 2ω = ω. Sin embargo, card(2ω) = card(ω) = ℵ0 ≠ 2card(ω) = 2ℵ0, donde la segunda exponenciación es cardinal.

ocultarEjemplo

Utilizando los mismos conjuntos de los ejemplos anteriores, la potencia A B es el conjunto de todas las funciones con dominio B y codominio A. Una función f : B → A viene especificada por las imágenes f(Δ), f(♦) y f(Z). Para los tres casos, estas imágenes pueden ser ♠ ó ◊, sin ninguna restricción, Por tanto, hay dos posibilidades para cada imagen y 3 imágenes a determinar, con lo que hay 2×2×2 posibilidades. Por tanto card(B A) = card(B)card(A) = 23 = 8.
En el caso NA, se han de encontrar todas las funciones f : A → N, especificando las imágenes f(♠) y f(◊), que pueden valer ambas cualquier número natural. Así, una función queda especificada por un par ordenado de números (m,n). Pero es conocido que hay tantos pares ordenados de números como números. Por tanto NA es equipotente a N y card(NA) = card(N)card(A) = ℵ02 = ℵ0. En general, para todo número natural no nulo n, ℵ0n = ℵ0.
El caso AN es distinto, pues se han de encontrar todas las funciones f : N → A, especificando las imágenes de cada número natural f(n), que pueden valer ♠ o ◊. Si se adopta el convenio de que ♠ significa SI y ◊ significa NO, puede entenderse que cada f equivale a un subconjunto de N: aquel que contiene solo los elementos cuya imagen es SI. Es obvio pues que A N es equipotente a la colección de todos los subconjuntos de N. Puede demostrarse que card(AN) = 2ℵ0 es estrictamente mayor que ℵ0, y que de hecho es el cardinal de
los números reales.

Tipos de cardinales[editar]
Cardinales sucesores y límites[editar]
Artículo principal:  Cardinal límite
Dado un cardinal α solo una de las siguiente afirmaciones es cierta:
α = 0.
α ≠ 0 y α es un cardinal sucesor, es decir, existe un cardinal máximo menor que α, más concretamente existe otro cardinal estrictamente menor que α que a su vez es mayor o igual que cualquier cardinal estrictamente inferior a α.
α ≠ 0 y α es un cardinal límite, es decir, no existe un cardinal máximo menor que α.
Cardinales regulares y singulares[editar]
Artículo principal:  Cardinal regular
Cardinales accesibles e inaccesibles[editar]
Artículo principal:  Cardinal inaccesible
Hipótesis del continuo[editar]
Artículo principal:  Hipótesis del continuo
La hipótesis del continuo es la cuestión de la existencia o no existencia de un cardinal entre los números naturales y los números reales. El conjunto de los números reales es equipotente al conjunto de todos los conjuntos de números naturales, cuya potencia es c ≡ 2ℵ0.
Hipótesis del continuo
No existe un cardinal
entre ℵ0 y c.
Si se asume el axioma de elección, existe un mínimo cardinal mayor que ℵ0, ℵ1. La hipótesis del continuo puede formularse entonces como «c es igual a ℵ1».
Puede demostrarse que en las teorías estándar de conjuntos, este enunciado es independiente: tanto él como su negación son compatibles con los axiomas de la teoría de conjuntos

Número transfinito
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En teoría de conjuntos, número transfinito es el término original que el matemático alemán Georg Cantor introdujo para referirse a los ordinales infinitos, que son mayores que cualquier número natural.
En la terminología moderna, al referirse a ordinales o cardinales, «transfinito» e «infinito» son sinónimos.1

Índice
1Primeros números transfinitos
2Aritmética de cardinales transfinitos
3Historia y desarrollo
4Véase también
5Referencias
6Enlaces externos
Primeros números transfinitos[editar]
Al igual que con los números naturales, puede pensarse en los números transfinitos como cardinales u ordinales:
ω (omega): es el menor ordinal transfinito. Sus elementos son los números naturales, tal y como son construidos en teoría de conjuntos, y representa el tipo de orden de estos.
ℵ0, alef-0: es el primer número alef, y el primer cardinal transfinito (asumiendo el axioma de elección). Es conjuntísticamente idéntico a ω, pero se utilizan notaciones diferentes para resaltar el aspecto ordinal o cardinal de los conjuntos numerables.
ℵ1, alef-1: es el segundo número alef, y el cardinal siguiente a ℵ0 (asumiendo el axioma de elección).
c = 2ℵ0: es el cardinal del continuo, el número cardinal de los puntos de una recta o de los números reales.
Asumiendo el axioma de elección, todo lo que puede demostrarse con los axiomas de Zermelo-Fraenkel es:
La hipótesis del continuo afirma que de hecho c = ℵ1. Sin embargo, el trabajo de Gödel y Paul Cohen demuestra que la hipótesis es independiente de dichos axiomas: no puede ser refutada o demostrada a partir de ellos. Es decir, usando los axiomas de Zermelo-Fraenkel (ZF) puede comprobarse que los tres cardinales anteriores cumplen . La hipótesis del continuo afirma que de hecho . Gödel probó en 1938 que esta hipótesis es consistente con los axiomas ZF, y por tanto puede ser tomado como un axioma nuevo para la teoría de conjuntos. Sin embargo, en 1963 Paul Cohen probó que la negación de la hipótesis del continuo también es consistente con los axiomas ZF, lo cual prueba que dicha hipótesis es totalmente
independiente de los axiomas ZF. Es decir, pueden construirse tanto "teorías de conjuntos cantorianas" (en las que la hipótesis del continuo es una afirmación cierta), como "teorías de conjuntos no cantorianas" (en las que la hipótesis del continuo sea falsa). Esta situación es similar a la de las  geometrías no euclidianas.
Aritmética de cardinales transfinitos[editar]
Para los números transfinitos se pueden extender sin ambigüedad la suma, la multiplicación y la potenciación. Sean por ejemplo dos conjuntos disjuntos  y , la suma y la multiplicación puede construirse a partir del cardinal de la unión y del producto cartesiano de estos dos conjuntos:
Es sencillo comprobar que estas operaciones están bien definidas ya que:
Aunque la suma y la multiplicación no presentan problemas, la resta y la división no están definidas. A diferencia de lo que sucede con los cardinales finitos no pueden definirse sin ambigüedad operaciones equivalentes a la resta o la división. La resta y la división pueden introducirse entre los cardinales finitos gracias a que a partir del conjunto de los cardinales finitos, que coinciden con los  números naturales , pueden construirse el conjunto de los enteros y de los racionales. La construcción de los enteros y los racionales es posible debido a que todo cardinal finito es regular respecto a la suma, es decir, para cualesquiera cardinales a, b y c > 0, finitos se cumple:
Esas dos últimas propiedades de hecho no se cumplen nunca cuando uno de los cardinales es transfinito, si  tenemos las siguientes igualdades:
Los cardinales transfinitos dotados de la suma o la multiplicación constituyen un monoide conmutativo. Debido a la falta de regularidad de los cardinales transfinitos no es aplicable el teorema de simetrización de un monoide que permitiría definir la resta y la división.
La potenciación requiere construir un conjunto más complicado, pero resulta igualmente bien definida. Si A y B son dos conjuntos cualesquiera y  y  se puede definir la exponenciación  como el cardinal del conjunto de funciones de B en A:
Un caso particular interesante se da cuando a = 2, en este caso podemos por ejemplo A = {0,1}, y el conjunto A B se puede identificar naturalmente con el conjunto de partes de B o conjunto potencia.
La potenciación también tiene propiedades de saturación curiosas, así para cardinales de tipo alef se tiene:
Gramatica

O r de nami e nt o de los e l em e nt os que c ons t it uye n l a or aci ón bás i c a e n e s pañol

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La oración consta de dos elementos: el sujeto (aquello de lo cual se habla) y el predicado (lo que se dice del sujeto). De ellos, es esencial el predicado, ya que el sujeto puede estar sobrentendido o no existir gramaticalmente (como en el caso de las oraciones impersonales).
El sujeto tiene su núcleo (sustantivo o función equivalente), constituido por la palabra o las palabras que contienen la idea principal. Además, puede tener complementos, o sea palabras que determinen o limiten la extensión del núcleo (complemento determinativo), que indiquen sus cualidades (complemento calificativo) o que expliquen algo de él, de modo incidental, y vayan entre comas (complemento explicativo).
El predicado también tiene su núcleo (que es el verbo predicativo, o el verbo copulativo con su atributo), sede de la idea fundamental de la predicación. A su vez, puede tener complementos: el que recibe directamente la acción indicada por el verbo y que ha ejecutado el sujeto (complemento directo); el que indica el fin, daño o provecho de la acción verbal (complemento indirecto); y el que señala las circunstancias de tiempo, lugar, modo, compañía, cantidad, instrumento, causa, argumento, etcétera, en que se ejecuta lo indicado por el verbo (complemento circunstancial).
Síntesis y ejemplificación:
Oración: Este buen estudiante, mi amigo, escribe una carta para su maestro, cuidadosamente.

SUJETO Y PREDICADO

SUJETO:
Es el elemento de la oraci�n del cual se dice algo. Por ejemplo:
Juan juega al f�tbol.
Se dice "juega al f�tbol", �de qui�n se dice eso? De Juan, entonces "Juan" es el sujeto.
La mejor f�rmula para averiguar el sujeto es preguntarnos interiormente �qui�n?

PREDICADO:
Aquello que se afirma del sujeto en una oraci�n. En la oraci�n Juan juega al f�tbol, el predicado es lo que se dice del sujeto, o sea �juega al f�tbol�.
Hay dos tipos de predicado:
Predicado nominal. El constituido por un verbo copulativo, como ser o estar, y por un nombre, un adjetivo, un sintagma o una proposici�n en funci�n nominal. El verbo, que en ocasiones puede faltar, sirve de nexo con el sujeto, de tal modo que se establece concordancia entre los tres componentes de la oraci�n.
�Predicado verbal. El formado por un verbo que, por s� solo o acompa�ado de complementos, constituye el predicado de una oraci�n gramatical.
Debes saber lo siguiente:
�      Denominamos sintagma nominal al nombre y a las palabras que lo acompa�an y complementan en la oraci�n. Ese nombre es el n�cleo del sintagma nominal. As�, son sintagmas nominales.
Ejemplo: Elena (estudia).
Los pronombres y otras palabras equivalentes al nombre pueden ser tambi�n n�cleo del sintagma nominal.
Ejemplo: Elena (estudia mucho)
�      Sintagma verbal es el verbo y las palabras que lo complementan en la oraci�n. El verbo es el n�cleo del sintagma verbal. Son sintagmas verbales
Para que pueda formarse una oraci�n (de cualquier tipo) son necesarios dos sintagmas que desempe�en las dos funciones esenciales de la oraci�n: la funci�n de sujeto y la funci�n de predicado.
El sujeto es la funci�n que desempe�a un sintagma nominal a prop�sito del cual se dice algo (afirmando, negando, preguntando, etc.). El sujeto a veces puede no aparecer en la misma oraci�n aunque exista, se puede pensar en �l. Ejemplo: Venga, trae el az�car. Aqu� el sujeto ser�a �t��.
El predicado es la funci�n que desempe�a un sintagma verbal, que dice algo del sujeto (esto es, afirma, niega, pregunta, etc., acerca de �l).
�         El sintagma verbal s�lo puede funcionar como predicado de la oraci�n.
�         El sintagma nominal, en cambio, puede desempe�ar otas funciones (la del complemento directo, por ejemplo), adem�s de la del sujeto.
Aunque los sintagmas que desempe�an el oficio o funci�n de sujeto y predicado son tan diferentes (uno es nominal y el otro verbal), han de mantener una relaci�n gramatical estrecha para que pueda constituirse la oraci�n.
Ello se logra mediante la concordancia en persona y n�mero que mantienen sus respectivos n�cleos, esto es, el nombre del sintagma nominal sujeto y el verbo del sintagma verbal predicado. Adem�s, no puede haber oraciones sin predicado, pero s� existen las que carecen de sujeto. Son las llamadas oraciones impersonales. Son las que tienen como predicado un verbo impersonal (llover, amanecer etc.) o tambi�n las que llevan el verbo �haber� y �hacer�.

E LEMENTOS DE LA ORACIÓN
Claudia Alfaro Morales[a]
RESUMEN
Las oraciones están constituidas por una serie de elementos, mismos que deben ser conocidos y analizados para lograr una comunicación correcta.

Palabras clave: oración, sujeto, predicado, núcleos, modificador directo e indirecto, aposición, objeto directo e indirecto y complemento circunstancial.
ABSTRACT
Sentences are constituted by several elements, which must be know and analyzed to achieve a right communication.

Keywords: sentence, subject, predicate, cores, direct and indirect modifier, apposition, direct and indirect object, circumstantial complement ( adverbial complement)
DESARROLLO DEL TEMA
La oración es la unidad que expresa un sentido completo y que está constituida por dos elementos que son: sujeto y predicado.

Sujeto Predicado

¿Qué es? Es quien realiza la acción. Se localiza mediante la pregunta ¿Quién? Es lo que se dice sobre el sujeto. Se localiza con la pregunta ¿Qué hace?
Núcleo nominal Núcleo verbal
Modificador directo Objeto directo
¿Cuáles son sus principales elementos?<
Modificador indirecto Objeto indirecto
Aposición Complemento circunstancial

Análisis del sujeto

Modificadores del núcleo del sujeto


  Núcleo nominal o núcleo del sujeto Modificador directo Modificador indirecto Aposición
¿Qué es? y/o ¿Cómo lo identifico? Es la palabra más importante del sujeto. Generalmente es un sustantivo o un pronombre. Son sintagmas que van junto al núcleo. Siempre es un artículo o un adjetivo. Son sintagmas que requieren una preposición o elemento de unión para relacionarse con el núcleo. También se llama complemento adnominal Es otro modificador indirecto que explica o aclara algo respecto al núcleo del sujeto. Se caracteriza porque va entre comas.
El celular  de Luis es nuevo. El auto de Juan es lujoso. Los alumnos de la Prepa 2 son muy cumplidos. Pedro, mi sobrino, ganó el primer lugar en la olimpiada.
Ejemplos
Ellos decidieron hacerlo. El nuevo auto de Juan es lujoso La comida con verduras es muy nutritiva. Mis mejores alumnos, Erick y Arturo, obtendrán una beca.

Análisis del predicado

Modificadores del núcleo del predicado


  Núcleo verbal o n Objeto directo Objeto indirecto Complemento circunstancial
¿Qué es? y/o ¿Cómo lo identifico? Es la palabra más importante del predicado y es siempre un verbo conjugado. Es la palabra o frase que recibe directamente la acción del verbo. Se reconoce con la pregunta ¿Qué? A veces se puede sustituir por una forma pronominal (lo, los, la, las) Es la palabra que recibe el daño o provecho de la acción. Se localiza con la pregunta ¿A quién? O ¿Para quién? A veces es sustituido  por una forma pronominal (le,les) Expresa situaciones de modo, tiempo, lugar, causa, finalidad, compañía o cantidad.
Ejemplos Los alumnos regresaron de vacaciones el lunes. Andrea comió pastel ayer. Luis Miguel lo grabó. Max explicó el tema a sus compañeros. Alejandro dará un concierto para los universitarios. Max les explicó. Erick caminó mucho ayer . Los alumnos entraron rápidamente al aula. Gris aprobó la materia porque estudió mucho.

Los Sintagmas
Un sintagma es una palabra o un grupo de palabras que constituyen una unidad dotada de sentido y desempeñan la misma función sintáctica en la oración.
Las palabras en el enunciado: los sintagmas
En los enunciados, las palabras se agrupan unas con otras formando grupos homogéneos, denominados grupos o sintagmas.
Un sintagma es un grupo de palabras que desempeña en el enunciado una función determinada (sujeto, predicado, complemento directo…). Los sintagmas son unidades complejas que pueden contener otros sintagmas.

          
Además, varios sintagmas del mismo tipo pueden aparecer unidos realizando la misma función
         

Características de los sintagmas


Los sintagmas se pueden reconocer por las siguientes características:
Constituyen unidades de función, es decir, el sintagma como grupo realiza una función en el enunciado.
Tienen unidad de significado.
Las palabras que forman un sintagma se desplazan juntas si se altera su posición en el enunciado: Mi perro salió a recibirme. Salió a recibirme mi perro.
Con frecuencia los sintagmas se pueden sustituir por un pronombre o un adverbio: Mi mejor amiga viene hoy. Ella viene hoy.
Estructura de los sintagmas: el núcleo
Los sintagmas se organizan alrededor de una palabra que funciona como núcleo.
Según la palabra que funciona como núcleo, se pueden establecer las siguientes clases de sintagmas: nominales, verbales, adjetivos y adverbiales.
Clases de sintagmas
Sintagma Su núcleo es el castillo mediev
nominal un sustantivo. al
Sintagma verbal Su núcleo es un verbo. no grites
Sintagma Su núcleo es
más estudioso
adjetival un adjetivo.
Sintagma Su núcleo es
muy lejos
adverbial un adverbio.
El orden sintáctico de la oración en español

En el sistema de la lengua española, la construcción de una oración no está sometida a reglas rígidas. No obstante, el orden lógico (sintagma nominal sujeto y sintagma verbal) determina la ubicación de los componentes de una oración.
Según su función gramatical, los elementos de una oración  deben estar organizados de forma lógica lo cual evidencia, a su vez, una organización clara y exacta de las ideas  y  el pensamiento.
Por lo tanto, los circunstanciales son complementos que, si bien modifican al verbo y solo le aportan información accidental (circunstancias de tiempo, lugar, causa, compañía, modo, compañía, etc.), no se aíslan por comas cuando se posponen al verbo: Viajé a Brasil con mi hermana y unas amigas; Te estuve esperando durante todo el día.
Sin embargo, solo si quien escribe pretende presentar ese complemento como incidental o accesorio, puede aparecer aislado por comas: “Me llamó después de mucho tiempo, exactamente en mi cumpleaños”; “Me llamó, exactamente en mi cumpleaños, después de mucho tiempo”.
No obstante, todos, sin exclusión, alteramos el orden lógico de la construcción oracional tanto en el plano oral como en el escrito. Esta modificación responde a necesidades expresivas y, en la mayoría de los casos, a razones estilísticas.
Al respecto, Martín Alonso Pedraz, (Valdunciel, Salamanca, 1903 – Madrid, 1986)  filólogo, lexicógrafo, gramático, periodista y poeta español, afirma que “no es solo la lógica de la frase, ni siquiera la claridad de los conceptos, lo que determina el orden constructivo de un período o de una cláusula. Intervienen otros elementos ajenos a las leyes del juicio lógico, relacionados estrechamente con la psicología del lenguaje”. Por esta razón es que, con frecuencia, construimos oraciones en las que el complemento circunstancial precede al verbo; además, la gran libertad de estos circunstanciales, es decir, su poca dependencia del verbo, permite invertir el orden lógico de la estructura oracional sin que se altere el sentido de la
frase.
Por ejemplo, la expresión “A plena luz del día, los delincuentes asaltaron a los cambistas” tiene tanto sentido como “Los delincuentes asaltaron a los cambistas a plena luz del día”. Sin embargo, en estos casos, cuando los complementos circunstanciales anteceden al verbo, van seguidos de una coma: “Pese a todas las medidas de prevención, los daños fueron considerables”; A plena luz del día, los delincuentes asaltaron a los cambistas”. Cabe añadir, no obstante, que es aquí donde aparece una interrogante: ¿Es imprescindible la coma?

Categoría gramatical
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Este aviso fue puesto el 19 de julio de 2021.

Categoría gramatical (parte de la oración, categoría morfosintáctica o clase de palabra) es una antigua clasificación de las palabras según su tipo. Modernamente el término «categoría gramatical» se refiere a una variable lingüística que puede tomar diferentes valores que condicionan la  forma morfológica concreta de una palabra.

Índice
1Categorías en la gramática tradicional
1.1Clasificaciones
2Categorías en la gramática moderna
3Véase también
4Referencias
4.1Bibliografía
Categorías en la gramática tradicional[editar]
Las categorías que reconoce y la clasificación que propone la gramática tradicional se basan sobre todo en la morfología, aunque también tienen relevancia para la sintaxis.
En el mundo de habla castellana, la gramática tradicional distingue nueve partes de la oración:
Sustantivo (o nombre)
Adjetivo
Artículo
Pronombre
Verbo
Adverbio
Interjección
Preposición
Conjunción
Las cinco primeras (sustantivo, adjetivo, artículo, pronombre y verbo) son las llamadas partes variables de la oración, pues pueden presentar varias formas; y las otras cuatro (adverbio, preposición, conjunción e interjección) son las partes invariables, porque solo presentan una forma.
Por ejemplo, en castellano, el sustantivo o el adjetivo pueden variar en género y número sin dejar de ser la misma palabra, y el verbo, que es la categoría más variable, puede presentarse en cualquiera de las formas de su conjugación, variando en número, persona, tiempo, modo, voz y aspecto. Esta variación de formas mediante la adición de morfemas se denomina flexión, y es propia de las lenguas flexivas.
Por otra parte, palabras invariables como los adverbios así o después, o como las preposiciones en, a o de, como la conjunción pero o como la interjección ¡ea! solo presentan una forma que carece de variantes relevantes (tanto da, por ejemplo, decir quizá como quizás; y las variantes y/e, o/u son meramente eufónicas).
Esta clasificación de la gramática tradicional no es perfectamente aplicable a todas las lenguas, especialmente a las lenguas no flexivas (lenguas aislantes como el chino mandarín), o a muchas lenguas amerindias, ya sea por carecer de flexión, por carecer de preposiciones, porque verbos y adjetivos forman una clase única, etcétera.
Clasificaciones[editar]
En gramática generativa, las categorías gramaticales se dividen en dos grandes clases:
Categorías léxicas. Incluyen las clases de palabras que pueden ser seguidas por un complemento con significado nocional y que pueden ser precedidas de otro elemento que las especifique o las modifique gramaticalmente:
Verbo. Posee los rasgos [+V] (predicativo) y [-N] (no-denominativo). Selecciona complementos verbales y es especificado gramaticalmente por elementos como la negación y los verbos auxiliares. Forma Sintagmas Verbales.
Sustantivo. Posee los rasgos [-V] (no-predicativo) y [+N] (denominativo). Puede seleccionar complementos del nombre y ser especificado gramaticalmente por determinantes y cuantificadores. Forma Sintagmas Nominales
Adjetivo. Posee los rasgos [+V] y [+N]. Admite complementos del adjetivo y especificadores gramaticales de 'grado'. Forma Sintagmas Adjetivos o Adjetivales
Preposición. Caracterizada como [-N] y [-V]. Selecciona obligatoriamente un complemento (el elemento conocido por la tradición gramatical como 'término de la preposición'). Es raro que lleve especificadores de carácter gramatical, pero sí se dan algunos casos: suelen ser especificadores de grado o la negación, como en  Juan es [muy de su pueblo]; no tan hacia abajo. Forma Sintagmas Preposicionales
Adverbio. Categoría con problemas de adscripción de acuerdo con los parámetros [+/-N] y [+/-V]. Hay propuestas que lo asimilan a la preposición con la diferencia de que carecería de un complemento obligado. Actualmente, no hay unanimidad. Admite complementos del adverbio y especificadores gramaticales de 'grado'. Forma Sintagmas Adverbiales.
Categorías funcionales. Incluyen las palabras que no pueden ser modificadas y que forman parte de una clase cerrada (o sea, que no es habitual aumentar su número por creación léxica):
Determinante
Cuantificador
Auxiliar
Conjunción
Complementador
Negación
Los estudios modernos de teoría lingüística han propuesto otras muchas categorías funcionales, cuyo inventario y caracterización no es aceptado de manera unánime.
Las categorías léxicas poseen contenido o significado nocional, del mundo extralingüístico: en este sentido, enlazan con las categorías mayores, de acuerdo a la clasificación de las clases de palabras por la naturaleza de su significado. Las categorías funcionales poseen significado gramatical, es por ello que se las llame categorías menores.
Por otro lado, las categorías léxicas mantienen importantes paralelismos con las clases abiertas de palabras, en tanto que los nombres, adjetivos y verbos se ajustan a patrones de productividad léxica. Como se ha dicho arriba, y aunque no puede postularse una total identificación, las categorías funcionales enlazan con las  clases cerradas de palabras.
Esto se podrá entender mejor con el siguiente ejemplo. Nótese que es posible crear nuevos verbos o nombres (alguien puede inventar, si no se ha hecho ya, por ejemplo, wikipedizar o wikiadicto, y estas voces ser entendidas por los hablantes de español y, además, pueden acabarse extendiendo en el idioma), pero nadie puede sacarse de la manga un "nuevo pronombre" o una "nueva preposición".
Categorías en la gramática moderna[editar]
Artículo principal:  Rasgo gramatical
En teoría lingüística moderna, el término categoría gramatical incluye muchos más aspectos que el término tradicional, que en general sólo se refiere a clases semánticas de palabras. En términos generales una categoría gramatical es una variable morfológica que puede tomar diversos valores para una clase de palabras a la que se aplica, por ejemplo, la clase de los verbos presentan variaciones o realizaciones diferentes según su  tiempo, modo, persona, etc., y cada una de estas variables puede tomar diferentes valores, por ejemplo en español la variable "tiempo" puede tomar los valores de pasado, presente o futuro. Normalmente las categorías gramaticales están sujetas a restricciones de  concordancia gramatical. Algunas
de las categorías gramaticales más frecuentes entre las lenguas de mundo son:
En los elementos predicativos (verbos):
Aspecto gramatical
Modo gramatical
Tiempo gramatical
Voz gramatical
Valencia (intrasitividad, transitividad, ditransitividad).
Animacidad
Evidencialidad
Intencionalidad (control)
En los elementos designativos (nombre, adjetivo):
Caso gramatical
Género gramatical
Número gramatical
Definición gramatical
Deixis
En elementos designativos y predicativos:
Género gramatical (en las lenguas semíticas).
Número gramatical
Animacidad

Sustantivo
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Este aviso fue puesto el 13 de diciembre de 2016.

Los sustantivos son palabras cuyos referentes son clases de entidades fijas (a diferencia de los pronombres cuyos referentes son contextuales), no estados de hechos o relaciones gramaticales. Los pronombres personales en cada contexto tienen un referente pero este cambia de contexto a contexto, por ejemplo: "yo" no tiene referente fijo sino que depende de quien habla. Por su parte los verbos designan estados de hechos, procesos o relaciones entre entidades, mientras que las preposiciones generalmente indican relaciones abstractas. Sintácticamente los sustantivos funcionan como núcleos de sintagma nominal, es decir, como argumentos del verbo o complementos del nombre.
En español, al igual que en las demás lenguas romances, los sustantivos son variables en género y número, mientras que en otras lenguas, el chino por ejemplo, los sustantivos son invariantes. La mayoría de las lenguas conocidas distinguen sistemáticamente entre sustantivos y verbos, teniendo propiedades formales diferentes. Sin embargo, esta distinción tampoco es universal, ya que algunas lenguas como el  náhuatl o lenguas salish como el lummi o el kalispel no parecen distinguir consistentemente entre ambas categorías y las formas que funcionan como sustantivo también aceptan flexión verbal.

Índice
1Significado
1.1Nombres comunes y nombres propios
1.2Nombres concretos y nombres abstractos
1.3Sustantivos contables y sustantivos incontables
1.4Nombres individuales y nombres colectivos
2Flexión del sustantivo
2.1Género
2.1.1Clasificación por género
2.1.2Género y sexo
2.1.3Género del nombre en castellano
2.2Número
2.2.1Número del sustantivo en español
3Otras formas de clasificación de los sustantivos
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Significado[editar]
Los sustantivos son palabras con las que se designan y clasifican los seres y las entidades de la realidad o de la ficción. Los sustantivos se clasifican en:
Nombres comunes y nombres propios[editar]
Véase también: Nombre propio
Los nombres comunes permiten nombrar a las personas, animales o cosas de la misma clase o especie, sin particularizar su significado como hombre, caballo, casa, auto. Agrupan los objetos que denominan por sus características, sin expresar rasgos distintivos. Por eso, se consideran sustantivos genéricos.
Los nombres propios identifican e individualizan a un ser para diferenciarlo de otros de una misma clase. Dentro de los nombres propios se encuentran los antropónimos, que son los nombres y los apodos de las personas, como por ejemplo Ramón, Carmen y Lola, y los topónimos, que son los nombres de lugares geográficos, como por ejemplo Buenos Aires o Almería. Tienen referencia única y carecen de significado lingüístico. En idioma español, los nombres propios se escriben con letra inicial mayúscula.
Nombres concretos y nombres abstractos[editar]
Véanse también: Sustantivo concreto y Sustantivo abstracto.
Los nombres concretos designan seres que se perciben por los sentidos, pero no quiere decir que existan en la realidad, como sucede por ejemplo con las hadas o los unicornios, que son seres imaginarios representados mediante imágenes.
Los nombres abstractos designan conceptos que se puede percibir solamente por la mente y no por los sentidos, en forma de ideas, como ocurre por ejemplo con el miedo y la belleza. En idioma español, estas palabras generalmente no tienen plural, y cuando pluralizan suelen estar recategorizados como sustantivos concretos: por ejemplo "Tienes que superar tus miedos" (las situaciones que te provocan miedo).
Abstractos de fenómeno: Están relacionados con sustantivos que designan acciones, estados o sus efectos, por ejemplo lectura, caminata, causa.
Abstractos de cualidad: Están relacionados con adjetivos y designan cualidades o propiedades de los objetos o de los seres, por ejemplo belleza, maldad, pureza.
Abstractos de números o cuantitativos: Cuantifican tanto de forma precisa como de forma imprecisa, por ejemplo cantidad, longitud.
Sustantivos contables y sustantivos incontables[editar]
Los sustantivos contables: Se pueden contar, por ejemplo cinco niños, tres rocas, trece euros. Los sustantivos contables se combinan con cuantificadores plurales sin alterarse semánticamente.
Los sustantivos no contables señalan realidades que no se pueden contar salvo al referirse a clases o variedades distintas, por ejemplo leche, humor, aire, humo, basura. Los sustantivos incontables solamente pueden combinarse con cuantificadores en singular sin modificar su significado. Solo admiten numerales cardinales o cuantificadores plurales cuando indican una clase o modalidad. Por ejemplo: "Tres vasos de leche", "Muchos vasos de leche", "Mucha leche", "Los humos emitidos por los ácidos suelen ser nocivos", "Mucho aire". Ellos se clasifican por mitades de acuerdo con el pronombre personal.
Nombres individuales y nombres colectivos[editar]
Los nombres individuales designan en singular un ser contable de un conjunto de seres, como por ejemplo perro y cerdo. Designan a un único ser, pero en idiomas con plural gramatical admiten el morfema del plural para designar a más de uno.
Los nombres colectivos designan en singular un conjunto de seres contables que presentan una semejanza, como por ejemplo jauría y piara. Tienen inherente la idea de pluralidad sin necesitar un morfema que lo exprese, pero no en el sentido de uno más uno, sino en cuanto a conjunto colectivo formado por varias unidades de la misma cosa designada.
Flexión del sustantivo[editar]
En las lenguas sintéticas, el sustantivo puede adoptar diversas formas morfológicas dependiendo de una serie de categorías gramaticales. Entre las más comunes están:
El número gramatical es bastante común la distinción entre el número singular y el plural, aunque también hay lenguas sintéticas sin número, como el idioma japonés. Menos corriente es el número dual, y aún menos otros, como el trial y el paucal.
El caso gramatical.
El género gramatical, que normalmente flexiona entre masculino y femenino para personas y animales.
En las lenguas analíticas, como el chino mandarín o el idioma vietnamita, por definición ni el nombre ni otras partes de la oración flexionan.
Género[editar]
El género es una propiedad gramatical que permite agrupar los sustantivos en masculinos y femeninos.
En el caso de los animales y las personas, el género del sustantivo diferencia el sexo (macho o hembra, hombre o mujer). En la mayoría de los casos el sustantivo no diferencia esta característica, como ocurre por ejemplo en calculadora, que el artículo que le acompañaría, la, ni la terminación en -a, no justifica que sea femenino, o por ejemplo en poeta, el artículo que le acompañaría, el, no justifica que sea masculino.
En los casos donde el sustantivo se refiere a un ser que tenga sexo, hay diferentes procedimientos que marcan la diferencia entre lo masculino de lo femenino.
Morfemas flexivos: Los morfemas flexivos para el género masculino son -o, -e o ninguno, y para el género femenino -a.
Sufijos especiales: Los sufijos especiales se utilizan solamente para el género femenino, como ocurre con -esa, -isa, -ina y -triz.
Palabras diferentes: Existen sustantivos que se utilizan para cada tipo de género, que se denominan heterónimos, como sucede en madre y padre.
Concordancia con determinantes y adjetivos: Existen sustantivos que no varían de forma para distinguir entre hombre y mujer, por lo que para diferenciarlos se utilizan determinantes y adjetivos. Estos sustantivos se denominan nombres de género común, y un ejemplo sería el futbolista y la futbolista.
Clasificación por género[editar]
Aproximadamente un 20 % de las lenguas del mundo tiene distinción de género en el sustantivo, lo cual significa que los sustantivos en clases nominales o géneros (que pueden ser clases formales o clases semánticamente motivadas). En las lenguas indoeuropeas existen generalmente dos o tres géneros gramaticales estrictos (masculino, femenino y a veces también neutro), en las lenguas semíticas lo común es distinguir entre dos géneros (masculino/femenino). Paralelamente algunas lenguas como el inglés además de género, reflejado solo en la substitución pronominal, los sustantivos pueden clasificarse en contables e incontables. Otras lenguas distinguen un gran número de géneros o clases nominales como las  lenguas
bantúes, y en el otro extremo el chino o las lenguas urálicas y altaicas no distinguen género.
Género y sexo[editar]
Existe una diferencia entre el género gramatical y el sexo (género semántico): el género es un rasgo gramatical de la palabra y el sexo (género semántico) es un rasgo biológico de los seres vivos a los que hace referencia algunos sustantivos. Normalmente el género gramatical concuerda con el género semántico cuando se habla de los seres vivos, pero no cuando se trata de objetos inanimados o abstractos. Ejemplo:  soltero es un sustantivo de género gramatical masculino, que además, hace referencia a un ser vivo de sexo masculino (género semántico masculino); luz es un sustantivo de género gramatical femenino, el cual por ser inanimado (sucede lo mismo con los seres, objetos y conceptos abstractos) carece de sexo
(género semántico nulo).
Puede darse el caso de que no haya correspondencia entre ambos tipos de género, como en las palabras del idioma alemán Mädchen ("muchacha") y Fräulein ("señorita"), que son de género neutro. (Además, en alemán los sustantivos van con mayúscula.)
Género del nombre en castellano[editar]
Según el género, en español, los sustantivos se clasifican en:
Sustantivos masculinos: El género masculino de un nombre frecuentemente lleva el morfema de género –o al final de la forma de singular (libro, niño, sombrero), aunque existen algunas excepciones ya que palabras que acaban en –o son femeninas como la foto(grafía), la mano, la moto(cicleta). También existen nombres masculinos acabados en consonante alveolar (árbol, ataúd, alias, armazón, ...). La mejor prueba para determinar el género de cualquier sustantivo es comprobar si la palabra requiere un artículo masculino (el, un, etc.). Por lo demás, los días de la semana, los meses del año, los puntos cardinales y los números son masculinos.
Sustantivos femeninos: El género femenino de un sustantivo se determina añadiendo el morfema de género –a (niña, vaca, mesa, ventana, ...). Anteponiendo un artículo femenino (la, una, etc.) a una palabra y viendo si es gramaticalmente aceptable la expresión se conoce el género. Las letras del alfabeto son femeninas. Existen unas pocas palabras acabadas en -a que son masculinas el día, el mapa, el clima, el cometa, el planeta. Y las palabras en -ista pueden ser masculinas o femeninas según el contexto.
Sustantivos ambiguos: Son los nombres referidos a cosas que se usan, sin cambiar de significado, tanto en femenino como en masculino: "el" mar (culto), "la" mar (coloquial); arte "moderno", artes "plásticas"; "el" vodka, "la" vodka; "el" calor, "la" calor. No deben confundirse con los sustantivos para personas que cambian según el género de estas, como el/la artista, que son llamados  sustantivos comunes en cuanto al género.
Cuando el género gramatical del sustantivo sirve para diferenciar el sexo (género semántico) se manifiesta:
Con la terminación -o, -e o consonante para el masculino y -a, -esa, -ina, -isa, -triz para el femenino
Heterónimo: Cuando no admiten una flexión de género usual a pesar de que por el referente debería admitir flexión de género. Esto sucede frecuentemente en los nombres de numerosos animales domésticos:  caballo - yegua, toro - vaca.
Cuando se cambia el género gramatical del determinante y se mantiene el del sustantivo. Ejemplo: el joven/la joven. Estos sustantivos son denominados comunes en cuanto al género gramatical.
Epiceno: A algunos sustantivos que se refieren a animales pero que mantienen la misma forma para el masculino y el femenino, se les añaden términos como "macho" o "hembra" para diferenciar el sexo (género semántico).Por ejemplo: pez macho o delfín hembra
Cuando el género gramatical del sustantivo no sirve para diferenciar el sexo (género semántico) se manifiesta:
Con las terminaciones -o para el masculino y la -a para el femenino, determinan diferencia de tamaño, forma o diferenciación árbol-fruta. Ejemplo: huerto/huerta (tamaño), jarra/jarro (forma), naranja/naranjo (fruta-árbol).
Homónimo: Cambiando el género gramatical del determinativo que lo acompaña, varia el significado del sustantivo. Ejemplo: el capital/la capital.

Adjetivo
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El adjetivo (del lat. adiectīvus1 'que se agrega') es una parte de la oración o clase de palabra que complementa un sustantivo para calificarlo; expresa características o propiedades atribuidas a un sustantivo, ya sean concretas (perceptible por los sentidos, como en el libro grande o the big book) o abstractas (cognoscible por la mente, como en el libro difícil). Estos adjetivos acompañan al sustantivo (libro, book) y cumplen la función de especificar o resaltar alguna de sus características.
En gramática tradicional se solía distinguir entre adjetivos calificativos y adjetivos determinativos; sin embargo actualmente para estos últimos se suele usar la palabra determinante mientras que la palabra adjetivo se reserva para los adjetivos calificativos.
Se distinguen dos funciones de un adjetivo respecto a un nombre: de unos se dice que lo determinan, pues, al añadir un adjetivo por ejemplo ya no se habla de cualquier libro, sino precisamente de un libro verde; estos son los adjetivos especificativos o restrictivos. Por otro lado el adjetivo puede utilizarse para describir al sustantivo pero sin distinguirlo de otros, por ejemplo la verde hierba (si no se contrasta con hierbas de otros colores); se habla en este caso de adjetivo explicativo o no restrictivo; este tipo es más común en literatura y poesía.
En las lenguas fusionantes, es común que el adjetivo tenga las mismas flexiones que el sustantivo, tales como género, número o caso; pero no siempre es así, por ejemplo en inglés el nombre tiene número (singular o plural) pero el adjetivo no.

Índice
1El adjetivo en el idioma español
1.1Morfología
1.2Forma
1.3Apócope
1.4Sintaxis
1.5Tipos
1.5.1Los adjetivos según su función sintáctica
1.5.2Adjetivos explicativos y especificativos
1.5.3Adjetivos calificativos, relacionales y determinativos
1.5.3.1Adjetivo actualizador
1.5.3.2Adjetivo cuantificador
1.5.3.3Adjetivo interrogativo
1.6Gradación del adjetivo
1.7Posición
1.7.1Criterio lógico
1.7.2Criterio psicológico
1.7.3Criterio rítmico
1.7.4Criterio distribucional
2Referencias
3Bibliografía
4Enlaces externos
El adjetivo en el idioma español[editar]
Morfología[editar]
El adjetivo es, en español, una clase de palabra que funciona ordinariamente como adyacente del nombre sustantivo, esto es, como complemento nominal adjunto que se sitúa delante o después del sustantivo al que se refiere, con el cual concierta en género y número.
En cuanto a su morfología, el adjetivo posee un accidente de género y de número para concordar con el sustantivo del cual es adyacente. Existen adjetivos de una terminación (fuerte, falaz, hábil, débil...) que no experimentan variación de género, aunque sí de número, y de dos terminaciones (bueno/buena, malo/mala, etc.).
Dentro de los adjetivos de una terminación, el caso más común es el de los adjetivos finalizados en E, como grande, fuerte, triste, insomne, alegre, inmutable, etc. También existen adjetivos que terminan en L (débil, fácil, sutil, fútil, personal, frágil); en R (peor, mejor, ulterior, particular, singular); en Z (sagaz, veloz, atroz); pocos en N (común, ruin). Por último también existen adjetivos terminados en I (sefardí).
En cierto modo un adjetivo denota una condición, precediendo al sustantivo indica cuál es esa condición.
Forma[editar]
El adjetivo es una palabra variable que expresa el género y número por efecto de la concordancia con el sustantivo al que acompaña, aunque existen adjetivos que no marcan la diferencia en el género, como por ejemplo feliz, y pueden referirse a la vez a sustantivos masculinos o femeninos, como por ejemplo Un hombre feliz y Una mujer feliz.
La concordancia varía el número del adjetivo, como por ejemplo feliz/felices. Los adjetivos que acaban en -s y no son agudos mantienen la misma forma para el singular que para el plural.
Apócope[editar]
En posición antepuesta a un sustantivo algunos adjetivos se apocopan, es decir, pierden algunos de sus elementos finales. Por ejemplo:
un hombre bueno → un buen hombre
un territorio grande → un gran territorio.
La gramática tradicional clasificaba a los posesivos y otras clases de determinantes como adjetivos apocopados:
a) en masculino y femenino, plural y singular:
1) adjetivos posesivos:
- mío → mi,
- tuyo → tu,
- suyo → su;
2) adjetivo indefinido cualquiera:
- cualquiera → cualquier hombre / mujer,
- cualesquiera → cualesquiera hombres / mujeres;
b) en masculino y singular solamente:
1) adjetivos determinativos:
- alguno → algún hombre,
- ninguno → ningún hombre,
- primero → primer hombre,
- tercero → tercer hombre.
Sin embargo, nótese que muchos de estos elementos son incompatibles con el determinante en español moderno (aunque sí fueron compatibles con él en español medieval):
la mi muger (en Mío Cid)
*la mi mujer / mi mujer (español moderno)
Eso apunta a que la gramática generativa del español moderno los considere como determinantes, dado que el núcleo del sintagma determinante solo puede tener un núcleo se sigue que cuando estos elementos aparecen el artículo definido no pueda aparecer.
También se apocopa el numeral ciento/cien. Algunos adjetivos como tercero, grande o ciento también son usados sin su forma apocopada antes de un sustantivo, aunque generalmente la apócope es el uso más común.
Sintaxis[editar]
En cuanto a su sintaxis, el adjetivo desempeña habitualmente seis funciones diferentes:
Adyacente de un sustantivo ("Un buen libro grande".)
Atributo de un sustantivo a través de un verbo copulativo ("Pedro es, está o parece sano".)
Complemento predicativo ("La mujer llegó cansada".)
Núcleo de un sintagma adjetivo. ("Muy próximo al barrio".)
Núcleo de un sintagma preposicional. ("Lo acusaron por tonto".)
Adjetivo en posición o función incidental: "Tristes por los malos presagios, los dos chicos siguieron su camino".
El adjetivo en español también es tónico y por tanto una de sus sílabas se pronuncia con mayor intensidad que las otras.
Tipos[editar]
Los adjetivos según su función sintáctica[editar]
Se puede distinguir entre las siguientes funciones sintácticas:
adjetivos adjuntos, que van unidos al nombre, como en noche oscura u oscura noche;
adjetivos atributivos, ligados al nombre mediante un verbo copulativo (ser o estar), como la noche era oscura;
adjetivos en función de complemento predicativo, cuando entre el adjetivo y el sustantivo hay un verbo no copulativo (aquí entra parecer, pues no es un verbo copulativo puro), como en La casa parece verde, el niño llegó feliz;
adjetivos en función de aposición, cuando van coordinados al sustantivo sin ir unidos, como en la casa, grande.
Adjetivos explicativos y especificativos[editar]
Cuando un adjetivo acompaña a un sustantivo, este puede tener dos distintos valores:
Adjetivo con valor explicativo: Expresa una cualidad abstracta o concreta de la cual el sustantivo ya informa, subrayando dicha cualidad. En otras palabras, expresa una cualidad de un ser sin la pretensión de distinguirlo de los demás. Por ejemplo:  Dulce azúcar, manso cordero, fiero león, azul cielo. Este adjetivo, que se denomina epíteto, suele ir antes del sustantivo, y es más común en el lenguaje literario o poético.
Adjetivo con valor especificativo: Los adjetivos con valor especificativo expresan una cualidad necesaria de un nombre que sirve para diferenciarlo entre los demás, entre un conjunto al que pertenece; por ejemplo coche grande, fría tarde. Es el más corriente en la lengua hablada.
Adjetivos calificativos, relacionales y determinativos[editar]
Los adjetivos calificativos son los adjetivos más propiamente dichos, que se limitan a señalar una cualidad o característica del sustantivo al que modifican, como en hombre alto, perro hermoso.
Los adjetivos relacionales son aquellos que, pese a limitar la extensión del sustantivo al que acompañan como los calificativos, carecen de grado. Es decir, no pueden aparecer en grado comparativo ni superlativo. Así, podemos decir, que un coche es "policial", pero no que es *muy policial o *policialísimo. Por tanto, adscriben al sustantivo dentro de una clase pero no lo califican en determinado grado.
La gramática tradicional considera a los determinantes, que en español preceden siempre al nombre al que determinan, como adjetivos determinativos. Actualmente, algunos consideran que en un sintagma en el que existe un nombre determinado por un adjetivo determinante, es este último el núcleo de un hipotético  sintagma determinante.
De acuerdo con este enfoque, los determinantes actualizan, presentan, cuantifican (miden) o preguntan por el sustantivo núcleo del sintagma nominal, generalmente, aunque no siempre, situándose en posición anterior a estos. Existen tres clases de determinantes: los actualizadores, los cuantificadores y los interrogativos (que incluyen a los adjetivos indefinidos, numerales, demostrativos y posesivos). Sin embargo, las propiedades de sustitución del sintagma por un pronombre dependen más del tipo de determinante que del nombre. Por eso se considera que el núcleo es el determinante ya que es quien fija los rasgos en relación con la  rección o régimen.
Adjetivo actualizador[editar]
Los actualizadores presentan al sustantivo núcleo del sintagma nominal, esto es, lo transforman de desconocido en conocido, lo ubican en el espacio y en el tiempo. Los determinantes cuantificadores, por el contrario, miden al sustantivo núcleo del sintagma nominal. Los determinantes interrogativos o interrogadores preguntan por el sustantivo núcleo del sintagma nominal.
Los actualizadores son cuatro; el predeterminante todo-a-s, que puede preceder a los demás determinantes y delimita la integridad del sustantivo núcleo del sintagma nominal; el artículo, que presenta al sustantivo en un espacio y un tiempo concreto (el, la, lo, los, las); el posesivo, que señala la pertenencia del sustantivo a un elemento de la situación o contexto (mi, tu, su, nuestro, vuestro, su y sus femeninos y plurales); y el demostrativo, que sitúa al sustantivo en un lugar más o menos próximo o lejano (este, ese, aquel y sus femeninos y plurales).
Adjetivo cuantificador[editar]
Los cuantificadores se agrupan en dos grandes clases, los numerales, que miden de forma precisa el sustantivo núcleo del sintagma nominal, y los extensivos o indefinidos, que lo miden o evalúan de forma imprecisa.
Los numerales pueden ser cardinales (correspondientes a la serie de los números reales: un, dos, tres, cuatro…); ordinales (que señalan precedencia o seguimiento en una lista: primer, segundo, tercer, cuarto...); multiplicativos (que multiplican el número del núcleo del sintagma nominal: doble, triple, cuádruple, quíntuple/quíntuplo, séxtuplo, séptuplo, óctuple, nónuple, décuplo, undécuplo...), divisores o partitivos, que dividen el núcleo del sintagma nominal (medio), y distributivos, que reparten el núcleo del sintagma nominal (ambos, sendos).
Adjetivo interrogativo[editar]
Son los que se emplean en la oración interrogativa o exclamativa, siempre se antepone al sustantivo y se acentúan. Los adjetivos interrogativos son: Cuál(es), cuánto(s), cuánta(s), qué, quién(es).
Adjetivo sustantivado o absoluto: es el que desempeña en la frase la función de sustantivo mediante metábasis de adjetivación.
Adjetivo verbal: es el participio en función adjetiva cuando no ha perdido aún su naturaleza verbal.
Gradación del adjetivo[editar]
Las cualidades expresadas por los adjetivos son graduables, se pueden presentar siguiendo una intensidad. La gradación se refiere a la posibilidad de expresar grados en la cualidad. Los grados del adjetivo son los siguientes:
Positivo: El adjetivo no modifica su significado, como por ejemplo niño simpático.
Comparativo: El adjetivo expresa la intensidad mediante una comparación de la cualidad con la de otro término. Dicho elemento se denomina primer término de la comparación, y el otro término se denomina segundo término de la comparación. Existen tres clases del adjetivo comparativo: comparativo de superioridad, comparativo de inferioridad y comparativo de igualdad.
Superlativo: Admite afijos y morfemas de grado superlativo (los sufijos -ísimo, -érrimo). Es determinado asimismo por adverbios cuantificadores que le confieren los otros grados, el comparativo de igualdad (tan), de superioridad (más) y de inferioridad (menos), así como el grado superlativo analítico (muy bueno). Expresa la cualidad en el grado más alto, intenso. Hay dos tipos: superlativo absoluto y superlativo relativo.
Posición[editar]
Un adjetivo puede ir tanto delante como detrás del núcleo al cual se refiere. Existen cuatro criterios para la posición de este: criterio lógico, criterio psicológico, criterio rítmico y un criterio distribucional.
Criterio lógico[editar]
Si el adjetivo es especificativo se coloca después del núcleo. Ejemplo: tiza blanca, mesa verde (pero se puede decir también blanca tiza, verde mesa).
Si el adjetivo es explicativo se coloca antes del núcleo. Ejemplo: mal estado.
Criterio psicológico[editar]
Si el adjetivo es subjetivo, es decir, el adjetivo es opinión del emisor, se coloca antes del núcleo. Ejemplo: buena jugada.
Criterio rítmico[editar]
Si el adjetivo tiene una longitud superior al núcleo, se escribe después de este. Ejemplo: chico asustadizo o también la casa deshabitada.
Criterio distribucional[editar]
Si el adjetivo tiene escaso contenido informativo se escribe antes que el núcleo. Ejemplo: buen golpe.
Si el adjetivo tiene mayor grado de información se pospone. Ejemplo: Calor solar y no solar calor.
Se llama epíteto al adjetivo que tiene mero carácter estético, ya que no adjetiva ninguna cualidad del sustantivo al que acompaña (normalmente precediéndole), puesto que dicha cualidad está implícita en él. Ejemplo:  roja sangre

Artículo (gramática)
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Artículos en las lenguas europeas       artículo definido e indefinido       solo artículos definidos       artículo definido postpuesto e indefinido       solo artículos definidos postpuestos       sin artículos
El artículo, en morfología lingüística, es un tipo de determinante actualizador, una categoría morfológica que emplean algunas lenguas para actualizar o precisar la referencia de un sustantivo, transformándolo de desconocido y abstracto («un libro») a conocido y concreto («el libro»). Es un indicador que sitúa lo que se dice en el campo en que se dice, común al que lo dice y al que lo oye, o sea, en el mutuo acuerdo de los interlocutores.
En gramática tradicional, se llama artículo tanto a los determinantes definidos como al determinante indefinido relacionado con el significado de '1'. En gramática generativa en general se considera que el artículo es el núcleo sintáctico del sintagma determinante.

Índice
1Lenguas con artículos
2Los artículos en el idioma español
2.1Artículos definidos o determinados
2.1.1Concordancia de género
2.2Artículos indefinidos o indeterminados
3Artículos en otras lenguas
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Lenguas con artículos[editar]
Las lenguas indoeuropeas antiguas carecían de artículos, a excepción del griego clásico. Sin embargo, en varias ramas de la familia se han desarrollado a partir de elementos deícticos, así todas las lenguas románicas tienen artículos, también las lenguas germánicas más importantes, las lenguas celtas modernas y algunas lenguas eslavas.
Las lenguas semíticas por lo general carecen de artículo aunque las dos más notorias, el hebreo y el árabe, poseen artículos.
Los artículos en el idioma español[editar]
Los artículos pertenecen a una clase de palabra de significado gramatical que precede al sustantivo, y concuerda en género y número.1 Los artículos indican si a lo que se refieren el sustantivo es determinado (conocido) o indeterminado (desconocido).
En el idioma español hay 11 artículos diferentes en singular y plural. Se clasifican así:

Artículos gramaticales variables en el idioma español

masculi Femeni
Mascul femeni
no no
ino no
singula singula
plural plural
r r

determinado
el la los las
s

indetermina
un/uno una unos unas
dos2

En ocasiones, el artículo el puede formar una sola palabra con las preposiciones a y de, dando lugar a las contracciones al y del,1 tal y como se muestra en la siguiente tabla:

Artículos gramaticales invariables en el idioma


español

neutro lo

contracci al (a + del (de +


ón el) el).

Artículos definidos o determinados[editar]


En el idioma español hay cuatro artículos determinados: masculino singular (el), masculino plural (los), femenino singular (la) y femenino plural (las), aunque algunos autores incluyen un neutro singular (lo).34
Ejemplos
el perro (masculino singular).
los perros (masculino plural).
la gallina come maíz (femenino singular).
las gallinas comen maíz (femenino plural).
En español, el uso del artículo ante un nombre propio no es habitual en los registros formales, sin embargo es bastante común en registros informales en muchas zonas. Ejemplos: "Al Daniel le gusta hacer ejercicio." "La Cristina Estudia Sociales."
Concordancia de género[editar]
Los sustantivos femeninos en singular que empiezan con una "a" tónica deben llevar el artículo masculino (a menos que entre el artículo y el sustantivo haya un adjetivo):
El agua limpia, un agua clara, la limpia agua, las aguas limpias, esa agua limpia.
El agua amplia, la amplia agua (a pesar de que el adjetivo empieza con "a" tónica, no se dice "el amplia agua"), esa agua
El águila guerrera, la guerrera águila, las águilas guerreras, esa águila.
El ánade majestuosa, la majestuosa ánade, las ánades majestuosas, esa ánade.
El área árida, la árida área, las áreas áridas, esa área.
El área árida, la árida área (a pesar de que el adjetivo empieza con "a" tónica, no se dice "el árida área"), esa área.
El arma disparada, la disparada arma, las armas disparadas, esa arma.
El hacha rota, la rota hacha, esa hacha.
El hada buena, la buena hada, esa hada.
Artículos indefinidos o indeterminados[editar]
El idioma español posee además artículos indefinidos:
Un perro (masculino singular).
Unos perros (masculino plural).
Una gallina come maíz (femenino singular).
Unas gallinas comen maíz (femenino plural).
Un ventilador está en oferta (masculino singular).
Ustedes son unos hombres trabajadores (masculino plural).
Eres una mujer muy educada (femenino singular).
Unas niñas se dirigen directo a la escuela (femenino plural).

Verbo
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Para otros usos de este término, véase Verbo (desambiguación).
El verbo es la parte de la oración o categoría léxica que expresa una acción, movimiento, existencia, consecución, condición o estado del sujeto. Sintácticamente representa una predicación. En la oración, el verbo conjugado funciona como el núcleo sintáctico del predicado (si el verbo está en una forma conjugada ocupará en general la posición del núcleo del sintagma de tiempo, y si no de un sintagma verbal simple).

Los verbos, según su valencia o gramática, pueden ser clasificados en intransitivos, transitivos, ditransitivos, etc. Son transitivos cuando el verbo requiere más de un argumento obligatorio. Los intransitivos tienen un solo argumento obligatorio.

Índice
1 Introducción
1.1 Accidentes gramaticales
1.2 Constituyentes morfológicos
1.2.1 Variación de número y persona
1.2.2 Tiempo, aspecto y modo (TAM)
1.2.2.1 Aspecto
1.2.2.2 Modo
1.2.3 Otras categorías
1.3 Argumentos verbales
1.4 Diátesis
1.5 Sintaxis
2 El verbo en las lenguas del mundo
2.1 El verbo en español
2.2 Francés e inglés
2.3 Chino y japonés
2.4 Lenguas africanas
2.5 Lenguas amerindias
3 Clases de verbos
3.1 Verbos transitivos e intransitivos
3.2 Verbos regulares e irregulares
3.2.1 Verbos irregulares en español
3.3 Verbos impersonales en español
3.4 Verbos terciopersonales en español
3.5 Verbos defectivos en español
3.6 Verbos copulativos en español
3.7 Tiempos y modos verbales en español
3.8 Tipo de proceso (Aktionsart)
4 Referencias
4.1 Bibliografía
5 Enlaces externos
Introducción
Los verbos son palabras variables que indican acción, proceso o estado. En Ramón sube las escaleras, sube supone una acción que está realizando, en Ramón ha crecido un montón, ha crecido supone un proceso que ha experimentado, y en Ramón está cansado, está supone un estado.

Accidentes gramaticales
En la inmensa mayoría de lenguas del mundo el verbo es la clase de palabra más compleja en el sentido de que puede reflejar muchas más categorías gramaticales que otras palabras. Es frecuente que exprese una o varias personas gramaticales (en lenguas como el español solo marca la persona gramatical asociada al sujeto; en otras lenguas también puede marcar el objeto), número gramatical, tiempo-modo-aspecto y más raramente en algunas lenguas puede llevar género gramatical, evidenciales, direccionales, clasificadores de forma, intencionales, etc. En gramática tradicional las categorías expresadas en el verbo se denominan "accidentes gramaticales".

En la mayoría de lenguas flexivas existen tres categorías gramaticales típicas del verbo.

La categoría verbal de tiempo gramatical asume diferentes formas en diferentes lenguas. En muchas lenguas europeas existen tres posibles valores del tiempo: presente, pasado y futuro; en otras lenguas la diferencia es entre pasado y no-pasado (presente o futuro). Incluso existen lenguas como el chino que no tienen tiempo gramatical, y la noción semántica de tiempo se realiza mediante adverbios explícitos (hoy, ayer…) o bien contextualmente.
La categoría de modo puede incluir diversas variantes, tales como condicional, imperativo, indicativo, negativo, optativo, potencial, subjuntivo, etc.
El aspecto gramatical se refiere a la noción semántica de acción acabada (perfecto), acción inacabada (imperfecto), acción continuada, etc.
En muchas lenguas indoeuropeas el tiempo, el aspecto y el modo gramatical frecuentemente se expresan fusionadamente mediante un único morfema que expresa simultáneamente los diversos valores de esas categorías. Por ejemplo en español, en la forma amaste el morfema -ste expresa simultáneamente el modo indicativo, el tiempo pasado y el aspecto perfecto (además de expresar segunda persona y singular).

Constituyentes morfológicos
Los verbos constituyen una clase de palabras con gran variación formal entre las lenguas del mundo; transmiten acción, proceso, estado, número, persona, tiempo, etc. Se pueden distinguir los siguientes constituyentes morfológicos de las formas verbales:

Raíz: La raíz aporta la información léxica. Un verbo puede estar compuesto por varias raíces, por ejemplo malcriar tiene dos, está formado por mal-cri-ar.
Morfemas derivativos: Los morfemas derivativos se concatenan a la raíz; pueden ser tanto prefijos como sufijos; por ejemplo reconstruir tiene el prefijo derivativo re-.
Las lenguas flexivas y en particular las lenguas indoeuropeas frecuentemente incluyen además otros tipos de constituyentes:

Desinencias o morfemas flexivos que aportan informaciones gramaticales:


Desinencia de número y persona: En cantábamos, el morfema -mos indica número plural y primera persona.
Desinencia de tiempo, aspecto y modo: En cantábamos, -ba- indica tiempo pasado, aspecto imperfectivo y modo indicativo.
Vocal temática: La vocal temática es un elemento característico de las lenguas romances que carece de significado y permite clasificar los verbos en conjugaciones. En español, los verbos de la primera conjugación presentan la vocal temática -a-, los de la segunda la -e-, y los de la tercera la -i-.
En muchas lenguas romances y germánicas existen formas verbales compuestas. En las formas compuestas aparece un verbo auxiliar (en español haber), que acompaña al participio del verbo conjugado, carece de significado y solo transmite información gramatical. Por ejemplo, en Hemos cantado la acción la expresa el participio de cantar. Otros verbos auxiliares del español son ser en su construcción pasiva y los verbos empleados en las perífrasis verbales.

Variación de número y persona


En lenguas como el chino o el inglés el verbo tiene muy pocas marcas y apenas existe flexión verbal. Sin embargo, esa situación no es la más común entre las lenguas del mundo y muchas lenguas no aislantes presentan una gran cantidad de variación morfológica en las formas verbales. Dos de las categorías más comúnmente expresadas son el número gramatical y la persona gramatical. El número señala si la forma verbal es singular, plural, dual, etc., y la persona típicamente indica si el verbo corresponde a la primera persona, la segunda o la tercera.

En español, las formas verbales que distinguen la persona son formas personales, y las formas verbales que no la expresan son formas no personales, es decir, el infinitivo, el gerundio y el participio. En español, latín, las lenguas romances y otras lenguas indoeuropeas, tanto el infinitivo como el gerundio poseen formas compuestas. Pero en las lenguas del mundo existe una gran variación sobre las formas marcadas.

Tiempo, aspecto y modo (TAM)


El tiempo gramatical es una categoría que se refiere a la referencia temporal (relativa o absoluta según las lenguas), que permite ubicar el orden cronológico de los eventos y acciones. En las lenguas flexivas el tiempo gramatical se refleja usualmente en un conjunto de paradigmas asociados a un conjunto de desinencias, que en conjunto se denominan tiempos verbales.

El tiempo gramatical indica si la acción es pasada (anterior a otra), presente (habitual o simultánea a otra) o futura (posterior a otra) en relación con el momento del habla (presente). En las lenguas indoeuropeas, por ejemplo, los tiempos verbales además de expresar el tiempo gramatical, propiamente dicho, también indican el aspecto gramatical y a veces el modo gramatical y otros aspectos relacionados pero que no se refieren estrictamente a la cronología de los sucesos.

Aspecto
El aspecto informa de la perspectiva del hablante ante el desarrollo de la acción verbal.

El aspecto es perfectivo cuando las formas de la conjugación verbal expresan el final de la acción, como por ejemplo Roberto vivió en Almería, ya que la acción de vivir es considerada pasada y terminada. En español, todas las formas compuestas y el pretérito perfecto simple tienen aspecto perfectivo.
El aspecto es imperfectivo cuando las formas verbales no expresan el final de la acción, como por ejemplo Roberto vivía en Almería, ya que la acción de vivir es considerada pasada, pero no terminada respecto al resto de lo que se está diciendo.
Modo
El modo informa sobre la actitud del hablante ante la acción verbal. En español, la acción verbal es vista de tres formas:

Real: La acción verbal existe. Corresponde al modo indicativo.


Posible o virtual: La acción verbal existen en la imaginación del hablante, que manifiesta una actitud de duda, deseo, temor, etc. sobre la acción. Corresponde al modo subjuntivo.
Orden o exhortación: Corresponde al modo imperativo.
Otras categorías
Además de las categorías comúnmente expresadas en lenguas como el español, otras lenguas expresan en el verbo un número mayor de categorías. Por ejemplo en náhuatl el verbo expresa no solamente la persona gramatical del sujeto o agente, sino también incluye formas para expresar el objeto o tema de la acción verbal. En lenguas semíticas muchas formas verbales expresan el género gramatical del sujeto. Muchas lenguas indígenas de América y otros lugares expresan categorías ausentes de las lenguas europeas como son la inclusividad o la evidencialidad.

Argumentos verbales
Los argumentos requeridos por el verbo incluyen el sujeto y los complementos verbales. En diversas lenguas se denominan de manera diferente pero en términos generales un verbo transitivo requiere un complemento directo (ocasionalmente complemento de régimen); algunos ditransitivos requieren también complemento indirecto. El llamado "complemento" circunstancial no es obligatorio en ningún caso, por lo que sintácticamente es un adjunto del sintagma verbal.

Semánticamente el complemento directo suele asumir un papel temático de paciente o tema, mientras que el complemento indirecto suele recibir un papel temático de beneficiario o recipiente. En español y otras lenguas, algunos verbos requieren complementos obligatorios con papeles temáticos diferentes o expresan ese complemento mediante un complemento de régimen.

Los complementos circunstanciales no son argumentos verbales ya que pueden omitirse, pero cuando están presentes completan el significado de la predicación expresando modo, lugar, tiempo, etc. Estos son adjuntos frecuentemente introducidos por adposiciones o son realizados por adverbios de modo, tiempo y lugar.

Diátesis
Artículo principal: Diátesis (gramática)
La diátesis gramatical tiene que ver con el número de argumentos requeridos por el verbo o valencia del verbo. Muchos verbos requieren solo un argumento (intransitivos) cuyo papel temático frecuentemente es un experimentador. Otros verbos que requieren entre sus argumentos un agente frecuentemente son transitivos y requieren además un paciente o tema.

En español algunos de los verbos que requieren un agente como uno de sus argumentos pueden aparecer en diátesis transitivas o intransitivas:

me comí el pollo (DT)


estabas comiendo (DI)
Otros verbos transitivos del español son rígidamente intransitivos y no admiten esta duplicidad de diátesis:

Juan devoró el pollo (DT)


*Juan devoró (DI)
La segunda oración no es directamente interpretable sin inferencias pragmáticas adicionales, ya que devorar no admite aquí una diátesis intransitiva.

Las lenguas del mundo presentan procedimientos morfológicos que pueden alterar la valencia del verbo entre ellos:

La pasivación consiste en la formación de un intransitivo a partir de un transitivo. Obsérvese que por ejemplo en español el "complemento agente" introducido por la preposición en una oración pasiva es omitible, y por tanto es un adjunto sintáctico: Fue elegido presidente es gramatical al igual que Fue elegido presidente por la mayoría de la cámara. En las lenguas nominativo-acusativas este proceso de intransitivización se llama formación de voz pasiva, mientras que en las lenguas ergativo-absolutivas este proceso se llama formación de voz antipasiva.
La voz causativa.
La voz aplicativa.
Sintaxis
Además de requerimientos de orden sintáctico, la aparición de un verbo en una frase puede estar ligada por concordancia gramatical. Esto significa que en muchas lenguas se requiere que el verbo tenga una u otra forma en función de otros constituyentes sintácticos que le preceden o le siguen.

En español el verbo concuerda con el sujeto:

El niño corrió mucho


Los niños corrieron mucho
En cambio en otras lenguas como el euskera hay concordancia con el "sujeto" y "objeto":

ditut 'los tengo' / dut 'lo tengo'


ditugu 'los tenemos' / dugu 'lo tenemos'
El verbo en las lenguas del mundo
En gramática tradicional se concibe el verbo como la palabra principal del predicado en la oración. Como designar y predicar son funciones básicas de toda lengua humana, todas las lenguas poseen verbos. Típicamente muchas lenguas diferencian entre dos grandes clases de categorías léxicas: en la primera estarían básicamente los nombres y en la segunda los verbos, aunque en algunas pocas lenguas estas clases no son disjuntas. Los adjetivos en algunas lenguas son tratados de manera similar a los nombres y en otras de manera más similar a verbos estativos. La predicación verbal típicamente incluye un conjunto de categorías primarias como la persona gramatical, el tiempo gramatical, el aspecto gramatical, y en
muchas lenguas también categorías secundarias como género y número, aunque algunas de estas categorías pueden faltar en cada lengua concreta. Por ejemplo en las lenguas indoeuropeas, a diferencia de lo que pasa en lenguas semíticas, el verbo no incluye distinciones de género.

El verbo en español

Representación gráfica de los tiempos verbales del indicativo


En español constituye la clase de palabra flexivamente más variable y está constituido por un lexema, así como morfemas de número y persona en su periferia, y de modo, voz (activa o pasiva), aspecto e infijo de vocal temática entre el lexema y aquellos. Admite morfemas derivativos (afijos) de distintas significaciones.

Dependiendo del tipo de lengua de que se trate, los verbos pueden variar de forma. Además, el verbo puede concordar en género, persona y número con algunos de sus argumentos o complementos (a los que normalmente se conoce como sujeto, objeto, etc.). En español concuerda con el sujeto siempre en número y casi siempre en persona (la excepción es el caso del llamado sujeto inclusivo: Los españoles somos así), y bastantes veces con el atributo de los verbos copulativos.

Las lenguas en las que los verbos son conjugados se denominan flexivas y cada una determina un patrón específico de conjugación, difiriendo notablemente de un sistema lingüístico a otro. En el caso de la lengua española, que es flexiva, la mayoría de los verbos se conjugan de forma regular según tres patrones únicos (conjugaciones) definidos según la vocal temática (1.ª o en -ar, 2.ª o en -er; 3.ª o en -ir):

1.ª conjugación: saltar, caminar, amar, arrastrar, etc.


2.ª conjugación: correr, comer, temer, suceder, querer, etc.
3.ª conjugación: vivir, morir, sacudir, ir, existir, etc.
Las formas verbales además varían según su voz, según si son formas personales o no personales, según el tiempo-modo-aspecto, según número y persona (en español estas dos categorías están a sujetas a concordancia con el sujeto). Otros patrones de conjugación menos generales son denominados de verbos irregulares. Junto a este tipo de conjugación, existe además otro tipo de conjugación regular mediante estructuras analíticas llamadas perífrasis verbales, que expresan modos y aspectos más precisos y concretos que no aparecen recogidos en la conjugación regular, que es más general. Como la terminación es distinta para cada persona, el uso de pronombres sujeto se considera a menudo redundante.

Francés e inglés
El verbo presenta rasgos razonablemente comunes en todas las lenguas indoeuropeas: conjugación basada en la persona, el número y el tiempo-modo-aspecto, pero no en el género, la evidencialidad o la existencia de derivación que cambia la valencia de tipo causativo, aplicativo, etc. Sin embargo, a pesar de estas características extendidas existen diferencias no desdeñables en los sistemas verbales de las lenguas indoeuropeas.

En otros idiomas, como por ejemplo el francés, los verbos tienen terminaciones distintas para cada persona, pero debido a su particular ortografía, muchas de ellas son homófonas, por lo que el pronombre sí se considera necesario. En inglés se presenta una situación similar por lo que en general se requiere sujeto explícito.

Chino y japonés
En chino el verbo tiene siempre la misma forma y no tiene variación según persona, número, aspecto, tiempo o voz. Tanto el aspecto (perfecto o imperfecto), el tiempo (futuro) como la voz (pasiva) se expresan mediante partículas auxiliares sin afectar a la forma del verbo. La ausencia de marcas de persona o de concordancia en el verbo obligan a que en toda oración sin sujeto léxico deba aparecer un pronombre tónico para indicar la persona.

Los verbos del japonés, por otra parte, no se conjugan con la persona ni el número, por lo que expresiones como nihongo no hon wo yondeimasu pueden interpretarse como "Estoy leyendo un libro de japonés", "Están leyendo un libro de japonés" o cualquier persona o número, dependiendo del contexto.

Además en chino, japonés y otras lenguas, los adjetivos son de hecho verbos estativos.1

Lenguas africanas
Un número significativo de lenguas africanas de la familia Níger-Congo fuera del grupo bantú son altamente analíticas[cita requerida] por lo que de manera similar a lo que sucede en chino, la conjugación de los verbos se realiza mediante partículas que pueden entenderse como auxiliares. Esto sucede tanto en las lenguas mandé como en el yoruba.

Lenguas amerindias
Algunas lenguas amerindias como el náhuatl (familia utoazteca) o el Xwlemi (familia salish) no presentan diferencia formal entre nombres y verbos, pudiendo cualquier raíz que funciona como nombre conjugarse según la persona gramatical. Esta situación es similar a la del chino donde los adjetivos son de hecho verbos estativos, solo que en varias lenguas amerindias también los nombres comunes pueden ser considerados verbos estativos.

Clases de verbos
Verbos transitivos e intransitivos
Artículos principales: Transitividad (gramática) y Diátesis (gramática).
Desde el punto de vista sintáctico, un verbo con diátesis transitiva o verbo transitivo requiere dos participantes: un sujeto y un objeto. Por el contrario, los verbos intransitivos requieren un único participante que en las lenguas nominativo-acusativas se caracteriza igual que el sujeto de las transitivas, con caso nominativo, mientras que en las lenguas ergativas se caracteriza igual que el objeto de las transitivas, con caso absolutivo. Una misma raíz verbal puede ser en algunas oraciones intransitiva y en otras oraciones transitiva. Los siguiente son ejemplos en español:

Estoy comiendo (intransitivo)


Estoy comiendo nueces (transitivo)
Los verbos transitivos son aquellos que exigen la presencia de un objeto directo (también llamado "complemento directo") para tener un significado completo; esto es, que se refieren a acciones que transitan desde el actor al objeto (véase transitividad). Un ejemplo de esta categoría en español es:

He conseguido dos entradas para la ópera.


Aquí, el grupo compuesto por "dos entradas para la ópera" representa el objeto directo. La construcción "He conseguido..." no tiene sentido por sí misma, y requiere que se aporte información sobre lo que se consigue. Por regla general, los verbos transitivos son de la forma "alguien hace algo a algo".

Los verbos intransitivos se dividen entre inacusativos e inergativos en función de que el argumento que toman sea de tipo agente o de tipo paciente. En muchas lenguas, incluido el español antiguo, esta división se manifiesta muy claramente en el auxiliar. Así, los verbos inergativos utilizan en las formas perfectas el verbo haber, mientras que los inacusativos utilizan el verbo ser:

Desque fueron llegados los mensajeros de Montezuma a la orilla de la mar, entráronse en las canoas (Bernardino de Sahagún)
Aunque esta distinción ya no está activa en español, la diferencia entre inacusativos e inergativos se manifiesta en la derivación morfológica, en las alternancias de transitividad o en ciertas construcciones sintácticas como las construcciones absolutas. En este último caso, sólo los verbos inacusativos son compatibles con esta construcción: una vez llegado el tren frente a *una vez ladrado el perro.

Verbos regulares e irregulares


Los verbos irregulares son aquellos que poseen conjugaciones particulares. Las irregularidades morfológicas de cualquier tipo son más comunes en los idiomas fusionales, menos en los aglutinantes y prácticamente no existen en los aislantes.

Los verbos regulares son, por el contrario, aquellos que se atienen estrechamente a los paradigmas o modelos de conjugación más usados en la lengua.

Verbos irregulares en español


En español las irregularidades se presentan diferenciadas en los llamados tiempos verbales primitivos, que son el presente del modo indicativo ("Yo quepo"), el pretérito perfecto simple del indicativo ("Yo cupe") y el futuro simple del mismo modo ("Yo cabré"); es posible determinar si un verbo es o no irregular conjugándolo en esos tres tiempos y viendo si se atiene a las reglas de conjugación a las que se adaptan los demás verbos.

En español, la irregularidad de un verbo simple cualquiera generalmente se mantienen en la conjugación de los verbos que de él se deriven, aunque hay excepciones. Ejemplos:

Hacer: deshacer, satisfacer, rehacer, etc.


Poner: componer, descomponer, reponer, etc.
Entre las excepciones, la más común es la que se aprecia en los derivados del verbo "decir" ("maldecir" y "bendecir"), que en el futuro del modo indicativo no se conjugan como "maldiré" y "bendiré" (que es lo que se supondría según la regla) sino "maldeciré" y "bendeciré".

Los verbos regulares son aquellos que se atienen estrechamente a los modelos de conjugación. En español hay tres de esos paradigmas: la primera conjugación, cuyos infinitivos terminan en -ar; la segunda, en la que terminan en -er y la tercera, en la que terminan en -ir. Dentro de la conjugación regular puede considerarse también una conjugación extendida por medio de perífrasis verbales que señalan distintos tipos de aspecto y modo verbal.

Verbos impersonales en español


En español se distingue entre verbos impersonales propios (también llamados unipersonales), y los impropios.

Los verbos impersonales propios son verbos que, en su sentido original (es decir, no-metafórico) se conjugan solo en la 3.ª persona. Dicha categoría está compuesta por los llamados "verbos meteorológicos"2 o "climáticos" (llueve, nieva, etc.). Estos verbos son intransitivos.
Los verbos impersonales impropios, por el contrario, son verbos que si bien en algunos contextos poseen una conjugación normal, pueden ser usados como impersonales (de ahí su categoría de impropios). Por ejemplo: el verbo "hacer" puede ser usado en contextos como:
"Espartaco hace sus tareas".
o en frases como

"Hace calor"; "hace años", en singular.


En este segundo ejemplo está siendo usado como verbo impersonal. Los verbos impersonales impropios del español son:

Haber: "Hay cosas que hacer". "Hay héroes para todos los gustos"3
Hacer: "Hace muchísimo calor".
Bastar (en su forma "bastar + preposición"): "Basta de palabrería".
Ser: "Es de noche".
Ir: "Me fue bien en el examen" o Me fue bien en el partido.
Verbos terciopersonales en español
Son verbos que por lo general solamente se conjugan en tercera persona del singular o del plural, como acaecer (algo acaece, las cosas acaecen, pero normalmente ni yo ni nosotros ni tú ni vosotros realizan esa acción). La mayoría de estos verbos, por razones lógicas, se refieren a fenómenos meteorológicos.

Ejemplos: llover, tronar, granizar, relampaguear, diluviar, nevar.

→ Las oraciones con verbos meteorológicos carecen de sujeto. Ejemplo: Anoche llovió muy fuerte.

Verbos defectivos en español


Los verbos defectivos son aquellos en los que no se cumple el paradigma de conjugación completo. Para estos verbos no existen conjugaciones en algunos tiempos y personas, principalmente debido a razones de eufonía o de uso.

Algunos ejemplos de verbos defectivos en español son:

Algunos verbos son defectivos porque necesitan por su significado un sujeto de cosa y, por tanto, solo tienen formas de tercera persona. Este es el caso de los verbos ocurrir o suceder: no podemos decir *ocurro *sucedes, sino solamente ocurre o sucede
Otros verbos son defectivos porque nombran fenómenos propios de la naturaleza y normalmente no llevan sujeto. Es el caso de llover, nevar, atardecer y otros, que solo tienen formas de tercera persona: llueve, ha nevado, atardecerá.
En latín los verbos meteorológicos (pluit 'llueve', tonat 'truena', fulgurat 'relampaguea', ninguit 'nieva', son defectivos; aunque también lo son verbos que expresan deber o necesidad (libet 'agrada', licet 'es lícito', decet 'es adecuado', dedecet 'no es adecuado', oportet 'es necesario', refert 'importa', etc.) y otros que expresan sentimiento (piget 'tener pena', poenitet 'arrepentir', miseret 'tener compasión', etc.).

Verbos copulativos en español


En español los verbos copulativos son ser, estar, parecer, además de otros verbos que en ciertos contextos son copulativos, como resultar, seguir, semejar, asemejar, permanecer, continuar.

Son los verbos que no aportan un significado pleno, solo se emplean para unir el sujeto y el predicado. Son aquellos verbos que poseen un significado mínimo, de forma que su presencia o su ausencia no cambian el significado al sujeto y por ello son casi prescindibles (diciendo "la casa es azul" diríamos prácticamente lo mismo que diciendo "La casa azul"); por ello, en vez de seleccionar objetos directos afectados por el verbo, rigen un tipo de complementos diferentes llamados atributos oracionales, que son mutables o sustituibles por el pronombre átono "lo". Los atributos oracionales pueden ser de dos tipos:

Sujetivos, es decir, que determinen al núcleo del sujeto;


Predicativos, es decir, que determinan a algún miembro del predicado. También se les llama a estos complementos predicativos.
En el análisis morfosintáctico, los atributos se marcan como determinantes tanto del verbo que lo rige como de aquello que determina, esté esto en el sujeto o en el predicado. Es importante hacer notar que no solo los verbos copulativos exigen atributos.

Tiempos y modos verbales en español


En español, las formas verbales se agrupan en diferentes tiempos verbales y tres modos. Además de tres formas impersonales, las cuales no tienen tiempo o modo: el infinitivo, el participio y el gerundio. Los tres modos existentes son modo indicativo, el modo subjuntivo y el modo imperativo, en los cuales hay diferentes formas verbales:

(Usando de ejemplo el verbo «amar»)

Personales
Modo indicativo:
Presente (amo, amas, ama, amamos …) / Pretérito Perfecto Compuesto (he amado, has amado, ha amado, …)
Pretérito Imperfecto (Amaba) / Pretérito Pluscuamperfecto (Había amado)
Pretérito Perfecto Simple (Amé) / Pretérito Anterior (Hube amado)
Futuro Imperfecto (Amaré) / Futuro Perfecto (Habré amado)
Condicional Imperfecto (Amaría) / Condicional Perfecto (Habría amado)
Modo subjuntivo:
Presente (Ame) / Pretérito Perfecto (Haya amado)
Pretérito Imperfecto (Amara o amase) / Pretérito Pluscuamperfecto (Hubiera, [o hubiese] amado)
Futuro Imperfecto (Amare) / Futuro Perfecto (Hubiere amado)
Modo imperativo
Tú (Ama)
Vos (Amá)
Usted (Ame)
Nosotros (Amemos)
Vosotros (Amad)
Ustedes (Amen)
No Personales
Infinitivo Simple (Amar) / Infinitivo Compuesto (Haber amado)
Participio (Amado)
Gerundio Simple (Amando) / Gerundio Compuesto (Habiendo amado)

Adverbio
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Un adverbio es una parte de la oración que complementa a un verbo, un adjetivo, otros adverbios e incluso oraciones. Los adverbios expresan circunstancias, como pueden ser modo, lugar, tiempo, cantidad, afirmación, duda, etc., respondiendo a preguntas como ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿de qué manera?, entre otras. Esta función es llamada función adverbial, y puede ser llevada a cabo por palabras aisladas (adverbios) o por grupos de dos o más palabras (locuciones adverbiales).
Algunas de las palabras consideradas por la gramática tradicional precientífica como adverbios pueden considerarse en categorías independientes. Por ejemplo, los adverbios de ubicación, modo y cantidad parecen formar una clase natural, pero otros adverbios («epistémicos», «adverbios de negación») parecen formar desde el punto de vista sintáctico una clase aparte.

Índice
1Definición
2Funciones
2.1Adverbios epistémicos
3Adverbios en español
3.1Clases de adverbios en español
3.2Acentuación en español
4Véase también
5Referencias
6Bibliografía
7Enlaces externos
Definición[editar]
Es un tipo de palabra invariable que actúa como núcleo del sintagma adverbial, complementando a un verbo, un adjetivo u otro adverbio. Las funciones sintácticas del adverbio son, aparte de la de núcleo del sintagma adverbial, las de complemento circunstancial del verbo, la de cuantificador, grado o complemento del adjetivo («muy bueno», «recién hecho») y las de cuantificador de otro adverbio («bastante lejos»). Algunos adverbios pueden funcionar como predicado dirigido hacia un sujeto y junto a una cópula verbal («está divinamente»).
Funciones[editar]
La palabra adverbio viene del latín adverbium, construida con el prefijo ad- («hacia», «junto»), verbum («palabra», «verbo») y el sufijo nominal -ium. El término implica que la función principal de los adverbios es actuar como modificadores o complementos de un verbo o frase verbal. Un adverbio usado de esta manera puede dar información acerca del modo, lugar, tiempo, certeza, u otras circunstancias de la actividad expresada por el verbo o frase verbal. A continuación algunos ejemplos:
Lo dejamos aquí (aquí modifica el verbo dejamos, indicando lugar)
Yo trabajé ayer (ayer modifica el verbo trabajé, indicando tiempo)
Tú cometes errores frecuentemente (frecuentemente modifica la frase verbal cometes errores, indicando modo)
Indudablemente él lo hizo (indudablemente modifica el verbo hizo, indicando certeza)
Los adverbios también se usan como modificadores de adjetivos, y de otros adverbios, generalmente para indicar grado. Ejemplos:
Esta paella está muy sabrosa (el adverbio muy modifica al adjetivo sabrosa)
Mi casa está bastante lejos (el adverbio bastante modifica otro adverbio – lejos)
Adverbios epistémicos[editar]
Los «adverbios» epistémicos parecen tener restricciones diferentes de los adverbios de ubicación, modo y cantidad. De hecho sintácticamente muchos de ellos parecen requerir posiciones sintácticas diferentes de la de un  adjunto verbal (como es el caso de los de ubicación, modo y cantidad).
Por ejemplo, el complejo comportamiento sintáctico de las palabras con polaridad negativa no puede explicarse adecuadamente tratándolas simplemente como adverbios. Por esa razón algunos lingüistas han conjeturado que forman una clase especial de epistémicos negativos que ocupan la posición de núcleo sintáctico de un hipotético sintagma de negación.
Algo similar sucede con muchos epistémicos afirmativos (tradicionalmente llamados «adverbios afirmativos») cuya posición sintáctica podría estar situada en alguno de los sintagmas de tipo pragmático que integran la  periferia izquierda de la oración o sintagma que formas.
Adverbios en español[editar]
En la morfología española suelen ser invariables en ciertos morfemas. Suele añadir información circunstancial al verbo, y algunos incluso a toda la oración, ya sea de tiempo, de modo, de lugar, de duda, de afirmación o de negación. En esos casos se considera que funciona como modificador a nivel de sintagma verbal («lo hice fácilmente») o nivel causal («sinceramente,...») por lo que algunos adverbios pueden funcionar como marcadores del discurso.
Los adverbios de lugar son palabras que sirven para indicar el sitio donde se encuentra algún ser u objeto. Y estos pueden ser: adelante, atrás, adonde, ahí, aquí, allí, allá, arriba, cerca, delante, detrás, donde, encima, lejos, etc.
El adverbio de modo puede formarse mediante la colocación del sufijo -mente al final de algunos adjetivos. Por ejemplo: rápido (adjetivo) >> rápidamente (adverbio). También pueden formarse compuestos parasintéticos adverbiales agregando el prefijo a- y el sufijo -as: A gatas, a escondidas, a ciegas... Algunos sintagmas preposicionales asimismo han sido lexicalizados como adverbios: a posta > aposta, a penas > apenas, etc.
Ambos, tanto el adverbio como el adjetivo pueden ser precedidos por cuantificadores como:
«muy» + adj //adv = «muy rápido» // «muy rápidamente» son adverbios superlativos.
Clases de adverbios en español[editar]
Tradicionalmente los adverbios se han dividido en las siguientes categorías:
Adverbios de ubicación, tiempo y espacio, modo y cantidad.
Adverbios de lugar: aquí, allí, ahí, allá, acá, arriba, abajo, cerca, lejos, adelante, delante, detrás, encima, debajo, enfrente, atrás, alrededor.
Adverbios de tiempo: antes, después, luego, pronto, tarde, temprano, todavía, aún, ya, ayer, hoy, mañana, anteayer, siempre, nunca, jamás, próximamente, prontamente, anoche, enseguida, ahora, mientras, anteriormente.
Adverbios de modo: bien, mal, regular, despacio, deprisa, así, tal, como, aprisa, adrede, peor, mejor, fielmente, estupendamente, fácilmente, negativamente, responsablemente, rápidamente —todas las que se formen con las terminaciones «mente»—.
Adverbios de cantidad o grado: muy, poco, mucho, bastante, más, menos, algo, demasiado, casi, solo, solamente, tan, tanto, todo, nada, aproximadamente. 1
Adverbios que cumplen la función de epistémicos:
Adverbios de afirmación: sí, también, cierto, ciertamente, efectivamente, claro, exacto, obvio, verdaderamente, seguramente, asimismo, etc.
Adverbios de negación: no, jamás, nunca, tampoco.
Adverbios de orden: primeramente, últimamente.
Adverbios de duda o dubitativos: quizá(s), acaso, probablemente, posiblemente, seguramente, tal vez, puede, puede ser, a lo mejor.
Adverbios interrogativos/exclamativos y relativos, las formas usadas ortográficamente en oraciones interrogativas y exclamativas son cuándo, cómo, cuánto y dónde (las formas relativas son idénticas aunque se escriben sin tilde).
Otros adverbios: solo/solamente, aún, inclusive, además, únicamente, incluso; mismamente, propiamente, precisamente, concretamente; viceversa, contrariamente, siquiera, consecuentemente.
Acentuación en español[editar]
Los adverbios terminados en -mente conservan la tilde si el adjetivo al que procedía lleva tilde.2 Como por ejemplo ágilmente, que lleva tilde porque el adjetivo ágil lo lleva.
Según la Ortografía (2010) de la Real Academia Española, el adverbio solo no debe llevar tilde, ya que es una palabra llana y acaba en vocal; 2 no obstante, el Diccionario de la misma institución (publicado en 2014) sigue indicando que «cuando hay riesgo de ambigüedad con el adj[etivo] solo, puede escribirse sólo».3 El adverbio aún lleva tilde si se emplea como significado de todavía,2 pero no lleva tilde si se emplea como significado de hasta, también o incluso

Verboide
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Los verboides son las formas no finitas del verbo, es decir, aquellas que carecen de algunos de los rasgos morfológicos de las formas verbales prototípicas, como son los que expresan tiempo, modo, voz, persona y número. El tipo de verboides varía mucho de una lengua a otra y hay algunas que carecen de ellos completamente. Generalmente se reconocen cuatro tipos principales, siguiendo la tradición de la gramática latina (infinitivo, participio, gerundio y gerundivo) pero hay lenguas que poseen otros tipos de verboides, y los rasgos de un mismo tipo pueden variar mucho de una lengua a otra, incluso dentro de la misma familia. En general se denomina  infinitivo al verboide que comparte más rasgos con
un sustantivo, participio al que comparte más rasgos con un adjetivo y gerundio al que presenta más rasgos típicos de un adverbio. Generalmente los verboides no pueden ser el núcleo de una oración principal.

Índice
1Denominación
2Clases
2.1Infinitivo
2.1.1Infinitivo en castellano
2.2Gerundio
2.2.1Gerundio en castellano
2.3Participio
2.3.1Participio en castellano
3Véase también
4Referencia
4.1Bibliografía
Denominación[editar]
El término “verboide” (‘con forma de verbo’) alude al hecho de que estas formas comparten muchos, pero no todos los elementos característicos de los verbos. Frecuentemente se les llama también “formas no finitas” o “formas indefinidas” del verbo: al carecer de ciertas categorías gramaticales se considera que no están delimitados por ellas y que son por tanto “indefinidas” o más exactamente “infinitas” (en el sentido de ‘no definido’).
Clases[editar]
Infinitivo[editar]
Artículo principal:  Infinitivo
El infinitivo es un derivado verbal que muestra sintáctica y semánticamente rasgos típicos de un sustantivo, como son el poder funcionar como sujeto u objeto, admitir artículo o preposición, etc. Como es una forma variable a la que puede afectar cualquier cambio circunstancial, tradicionalmente, y desde un punto de vista nocional, se le ha asignado el significado potencial de la acción, expresada por el  lexema verbal. Así, para muchas lenguas, aunque no todas, es costumbre usar el infinitivo como lema o palabra de entrada de los verbos en un diccionario.
Infinitivo en castellano[editar]
El infinitivo en castellano adopta tres posibles sufijos que permiten conocer el modelo de conjugación del verbo: la terminación -ar para los verbos de la primera conjugación que siguen el modelo de amar; la segunda conjugación es la de los verbos cuyo infinitivo acaba en -er (temer); finalmente, la terminación en -ir (partir) señala los verbos de la tercera conjugación. Presenta dos formas: la simple (amar, ser, salir) y la compuesta (haber amado, haber sido, haber salido).
El infinitivo puede presentarse formando parte de una perífrasis verbal. En ese caso es el que aporta el significado y los valores sintácticos de la perífrasis. Por ejemplo, en la oración Tenéis que estudiar la lección, el verbo estudiar es transitivo y lleva objeto directo la lección. Pero en Tenéis que ser puntuales: el viernes nos encontramos a las diez, el verboide ser lleva atributo puntuales.
En los casos que no forma una perífrasis, el infinitivo suele funcionar como un sustantivo o bien como verbo en determinadas oraciones subordinadas. Puede llevar artículo: El saber no ocupa lugar. En algunos casos su uso ha dado lugar a que adquiera el morfema de número: el deber, los deberes. Y realiza las funciones propias del sustantivo: No me gusta romper las bolas; en este caso, las bolas es el sujeto de romper. En Desean verlo, verlo es el objeto directo de desean. Con preposición puede ser complemento circunstancial, complemento de régimen verbal o complemento del nombre. Hay que considerar que aunque se comporte sintácticamente como un sustantivo, no puede aparecer con complementos propios del
verbo.
En oraciones subordinadas, generalmente cuando el verbo coincide con el de la proposición principal, puede apararecer funcionando como verbo. En Venimos para verte, supone el mismo sujeto para verte que para venimos, ya que si cambiamos el sujeto de la subordinada tenemos: Venimos para que nos vean.
A veces encontramos un infinitivo con un pronombre sujeto: El apoyar tú la propuesta me satisface (ejemplo de la Gramática de la Lengua Española de Emilio Alarcos Llorach). En este caso, tú solo puede ser sujeto de apoyar.
Gerundio[editar]
Esta sección es un extracto de  Gerundio[editar]
El gerundio es, en diversas lenguas, una de las formas no finitas del verbo, es decir, una forma verbal que no se define por rasgos tales como el tiempo, ni el modo, ni el número, ni la persona. Su definición más concreta puede variar de una lengua a otra; en castellano se suele definir como la forma verbal no finita que tiene características comparables a las de un adverbio.
En castellano deriva del gerundium latino que, inicialmente, era el caso ablativo del gerundivum (participio de futuro pasivo).
Junto con el participio, el infinitivo, y otras, el gerundio es una de las formas no personales del verbo, también llamadas verboides.
Gerundio en castellano[editar]
El gerundio tiene valor adverbial. Se forma con la raíz -ando (verbos -ar) y -iendo (verbos -er e -ir). Los dos usos principales son:
Con el verbo "estar" para expresar una acción simultánea con otra: "Está lloviendo", "En ese momento me estaba bañando", "¿Sabes en qué estoy pensando?".
Con verbos de acción para expresar modo: "Voy corriendo", "Entró gritando", "Estudia leyendo en voz alta".
En suma, las unidades derivadas verbales están constituidas por el signo léxico y un derivativo que les confiere otras posibilidades funcionales y la capacidad de aceptar morfemas de tipo nominal.
Participio[editar]
Esta sección es un extracto de  Participio[editar]

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Este aviso fue puesto el 23 de julio de 2014.

El participio es, en gramática, la forma no personal del verbo que este toma para funcionar como adjetivo sin perder del todo su naturaleza verbal. Esta condición de participar de ambas naturalezas es la que da origen a su nombre, tal como afirma el Diccionario de la lengua española de la RAE en algunas de sus ediciones anteriores. En algunas lenguas, como el latín, existe más de un participio.
Participio en castellano[editar]
El participio viene a cumplir la función de adjetivo.
La forma verbal de participio en castellano procede del participio de pasado latino; se perdieron como formas verbales las correspondientes al participio de presente y de futuro, aunque hubo algún intento de introducir el de presente en la lengua culta del siglo X. Actualmente el participio es siempre pasivo en castellano y no posee formas compuestas; como es pasivo, puede llevar complementos agentes (amado por alguien, por ejemplo). En castellano denota siempre tiempo pasado y aspecto perfectivo, y sirve para formar los tiempos compuestos o perfectos de la conjugación regular (he cantado una canción, había venido, habré temido...), para conjugar la voz pasiva (la canción ha sido cantada por mí), para formar
oraciones subordinadas (dicho esto, se murió, por ejemplo) absolutas o no, y para calificar a sustantivos (el libro prestado era bueno).
Los regulares se construyen de la siguiente manera: lexema del verbo + vocal inductora + vocal temática + morfema de participio + morfema de género + morfema de número. Los de la primera conjugación terminan en -ado/a, y los de la segunda y tercera, en -ido/a: de cantar, cantado; de temer, temido; de partir, partido.
Los participios irregulares ven desfigurado el lexema y pierden el morfema de participio: de ver, visto; de escribir, escrito; de bendecir, bendito. Existen verbos que tienen ambas formas: una para formar los tiempos compuestos (he freído la carne; ojalá haya imprimido el trabajo, por ejemplo), y otra que tiene función adjetiva (el huevo frito; el libro impreso).

Pronombre
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Este aviso fue puesto el 4 de septiembre de 2018.

Los pronombres son palabras o morfemas cuyo referente no es fijo, sino que se determina en relación con otras que normalmente ya se han nombrado. Pragmáticamente se refieren con frecuencia a personas o cosas reales extralingüísticas más que a sustantivos del contexto. A esta propiedad de referirse a otros elementos tanto lingüísticos como extralingüísticos se le denomina deixis (por ejemplo: Pedro no es tan listo como él pensaba. Ellos comen mucho). Todas las lenguas humanas tienen pronombres; además, todas ellas tienen pronombres personales y posesivos que obligatoriamente expresan persona. También es frecuente entre las lenguas del mundo que los pronombres expresen número e incluso género. En
las lenguas flexivas generalmente expresan también caso. De hecho, es habitual en las lenguas del mundo que en el pronombre se expresen más categorías gramaticales que las que se expresan en el verbo o el nombre. Por ejemplo, en inglés los pronombres personales admiten género, pero los nombres no; en español admiten caso morfológico, a diferencia de los nombres; en chino mandarín expresan número, pero en el nombre esa categoría usualmente no se expresa.

Índice
1El pronombre
1.1Pronombres y determinantes
1.2Pronombres y anáforas
2Pronombres en las lenguas del mundo
3El pronombre en español
4Referencias
5Enlaces externos
El pronombre[editar]
Técnicamente, un pronombre o elemento pronominal, al igual que un elemento anafórico, es una palabra cuyo referente depende del contexto lingüístico, al carecer de significado léxico. La diferencia entre las anáforas y los pronombres es que las primeras requieren un antecedente en su dominio sintáctico local, que lo «rija» propiamente de acuerdo con la teoría de rección y ligamiento dentro del marco generativista. Los pronombres por el contrario no requieren la presencia de un antecedente sintáctico, aunque generalmente sí de un antecedente discursivo.
La gramática tradicional caracterizó imperfectamente el pronombre como una «palabra que sustituye al nombre», aunque en el análisis moderno este análisis no es correcto. El punto de vista moderno considera que los pronombres son el  núcleo sintáctico de un sintagma determinante, mientras que un nombre es el núcleo de un sintagma nominal. Los pronombres son una categoría universal y todas las lenguas poseen algún tipo de pronombres, como los personales/posesivos y los deícticos. En los pronombres posesivos, y generalmente también en los personales, todas las lenguas distinguen al menos tres formas o personas: primera persona (exclusiva) [+hablante][-oyente], segunda persona [-hablante][+oyente] y tercera
persona [-hablante][-oyente]. Algunas lenguas distinguen además otras personas correspondientes a [+hablante][+oyente] (1.ª persona inclusiva) y también varias terceras personas obviativas.
Finalmente, desde el punto de vista de las categorías gramaticales es frecuente que los pronombres expresen como mínimo tantas categorías como los sustantivos, frecuentemente más. Por ejemplo en inglés solo los pronombres expresan género gramatical, que está ausente en los nombres. En chino mandarín los pronombres personales frecuentemente expresan número gramatical, que generalmente no es expresado en el nombre.
Pronombres y determinantes[editar]
Los pronombres y los determinantes están estrechamente relacionados y tienen propiedades de distribución en la oración curiosas. De hecho se piensa que todos los pronombres pueden considerarse como un determinante que no acompaña a un nombre. 1 De ahí que se haya propuesto que el núcleo sintáctico de un sintagma con determinante no sea el nombre sino el determinante, ya que esta parece la parte obligatoria de los sintagmas siendo el nombre el complemento de dicho núcleo. Esta es una de las razones básicas por lo cual se propuso el sintagma determinante como constituyente diferente del sintagma nominal. La siguiente tabla muestra algunas de las relaciones existentes entre pronombres y determinantes:

Función Función
pronominal determinante

Personal (1.ª/2.ª) yo yo desayuno

Personal (3.ª) /
agárrala agarra  la  silla
Artículo

Posesivo Este es mío Este es mi lápiz

Quiero  este lápi
Demostrativo Quiero  este
z

¿Has ¿Has
Indefinido
visto alguno? visto algún  pez?

Interrogativo ¿Quién fue? ¿Qué  persona?

Pronombres y anáforas[editar]
Artículo principal:  Anáfora (gramática)
Tanto las anáforas como los pronombres son elementos cuyo referente no es fijo sino que depende del contexto lingüístico. La diferencia sintáctica entre ellos es que las anáforas requieren un antecedente en su dominio local, mientras que los pronombres no tienen antecedente en su dominio local (aunque pueden tener antecedente discursivo).
El ejemplo más claro de anáforas son los reflexivos, indebidamente llamados «pronombres» reflexivos. Estos reflexivos requieren estar regidos por su antecedente de acuerdo con los principios de rección y ligamiento.
Pronombres en las lenguas del mundo[editar]
Los pronombres personales son los pronombres que expresan la categoría de persona gramatical. Los sistemas más comunes de pronombres personales distinguen tres personas, que la gramática tradicional llama primera persona, segunda persona y tercera persona. Estas tres formas se analizan usualmente con respecto a la referencia posible como:
[+hablante] (1.ª persona)
[+oyente] (2.ª persona)
[+-hablante][-+oyente] (3.ª persona).
En algunas lenguas, como las lenguas algonquinas, por ejemplo, pueden existir 4.as personas (que realmente son formas adicionales para 3.as personas obviativas).
Algunas lenguas además distinguen en el plural (y a veces el dual) entre 1.ª persona no-singular inclusiva ([+hablante][+oyente]) y 1.ª persona no-singular exclusiva ([+hablante][-oyente]). Esta distinción inclusivo/exclusivo en la primera persona a veces se llama  inclusividad, alrededor de un tercio de las lenguas del mundo tienen clusividad.
En cuanto al número, la inmensa mayoría de lenguas del mundo distinguen en los pronombres personales formas de plural y formas de singular, aunque en algunos casos los pronombres son invariantes respecto al número. Menos frecuente es que también existan formas diferentes que expresan  número dual, que podría estar presente en alrededor de una quinta parte de las lenguas del mundo. Las distinciones de número a veces no alcanzan a todas las personas. Si una lengua no distingue algunas formas de número en alguna persona, es más probable que sea la tercera.
El género gramatical es otra categoría que frecuentemente interviene en los pronombres personales. Alrededor de una quinta parte de las lenguas del mundo expresan género en alguna de las personas. Las distinciones de género de todas maneras son más frecuentes en las terceras y segundas personas que no en la primera.
El pronombre en español[editar]
Artículo principal:  Pronombres en español
En español, los pronombres personales expresan obligatoriamente persona, género, número y caso. Los pronombres posesivos expresan lo anterior excepto el caso, y el resto de pronombres generalmente solo expresan género y número. Los pronombres del español pueden ser clasificados en:
personales
tónicos (no-clíticos) (de casos nominativo-vocativo y preposicional) (yo, tú, él, ... mí, ti, sí, ...)
átonos (clíticos) (de casos acusativo y dativo) (me, te, se; lo, le, la; nos, os; ...)
reflexivos y recíprocos (me, te, se, nos, os)
posesivos
demostrativos
relativos
interrogativos o exclamativos (enfáticos)
indefinidos
numerales
Una característica notable del español y las lenguas romances es que los pronombres de objeto (directo o indirecto) coinciden con los pronombres reflexivos y recíprocos, a diferencia de lo que sucede en muchas otras lenguas donde existen formas que diferencian los pronombres de objeto.

Conjunción (gramática)
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Este aviso fue puesto el 23 de febrero de 2018.

Una conjunción es una palabra o conjunto de ellas que enlaza proposiciones, sintagmas o palabras. Constituye una de las clases de nexos. No debe confundirse con los marcadores del discurso, nexos de orden superior que unen textos, y no palabras, sintagmas ni oraciones.

Índice
1La conjunción en español
1.1Tipología
1.2Otros nexos
1.2.1Giros conjuntivos
1.2.2Adverbios conjuntivos
1.2.3Pronombres relativos
1.2.4Locuciones conjuntivas
1.2.5Conjunciones discontinuas o correlativas
1.3Conjunciones coordinantes o coordinativas
1.3.1Conjunciones copulativas
1.3.2Conjunciones disyuntivas
1.3.3Conjunciones adversativas
1.3.4Conjunciones explicativas
1.3.5Conjunciones distributivas
1.4Conjunciones subordinantes o subordinativas
1.4.1Conjunciones de las subordinadas sustantivas
1.4.2Pronombres relativos de las proposiciones subordinadas adjetivas
1.4.3Conjunciones y otros nexos de las proposiciones subordinadas adverbiales
1.4.3.1Conjunciones y otros nexos de las proposiciones subordinadas adverbiales circunstanciales
1.4.3.2Conjunciones y otros nexos de las proposiciones subordinadas adverbiales lógicas
2Véase también
3Enlaces externos
4Referencias
La conjunción en español[editar]
La conjunción es una clase invariable (y generalmente átona) de palabras cuya función es establecer relaciones entre palabras, sintagmas, frases u oraciones. Estas relaciones entre ellas son de jerarquía sintáctica y de tipo semántico (de significado). Por ejemplo, en «Laura va a trabajar y Samuel se queda en casa», se enlazan dos oraciones para construir una mayor; el tipo de relación que hay entre ambas es de igualdad, de forma que se pueden intercambiar, y se suman los significados de ambas.
La conjunción solo tiene un significado gramatical meramente operativo y no posee significado léxico o extralingüístico. Su significado puede variar sin embargo por las relaciones oracionales que puede presentar al enclavarse en un contexto comunicativo. Así,  y tiene valor aditivo en «Laura compra y vende objetos», pero valor de oposición equivalente a pero en «Samuel trabaja y no todos los días».
Tipología[editar]
La gramática tradicional suele distinguir entre conjunciones coordinantes o propias y conjunciones subordinantes o impropias.
Las conjunciones coordinantes o propias son las que unen palabras, sintagmas y oraciones del mismo nivel sintáctico, de forma que sus elementos son intercambiables sin que se altere el significado conjunto: "Luis caminaba triste y pensativo" = "Luis caminaba pensativo y triste".
Las conjunciones subordinantes o impropias no enlazan tanto palabras o sintagmas como proposiciones que no son intercambiables entre sí (si se intercambian, el significado aparece distinto o agramatical). Esto se debe a que una posee mayor jerarquía que la otra. Al menos una de esas oraciones no tiene sentido completo sin la otra. Algunos de sus nexos son  como, cuando, que, porque, para que... Las conjunciones subordinantes degradan la oración en que se insertan y la transponen funcionalmente a una unidad de rango inferior que cumple alguna de las funciones propias del sustantivo, del adjetivo o del adverbio: «Dijo que vendría», «El libro que me prestaste es bueno», «Lo hice cuando me dijiste».
Modernamente esta división tradicional se ha concretado y formalizado más: se distinguen conectores (conjunciones coordinantes y que no ejercen función alguna en las proposiciones que unen), transpositores (conjunciones subordinantes que no ejercen función dentro de la proposición que introducen) y relatores (pronombres relativos y adverbios relativos que ejercen función dentro de la proposición subordinada que introducen). 12
Otros nexos[editar]
Algunas construcciones son equivalentes a conjunciones: son los giros conjuntivos, los pronombres relativos, los adverbios conjuntivos y las locuciones conjuntivas.
Giros conjuntivos[editar]
Hay muchos nexos, en su origen preposiciones, que encabezan oraciones y que adquieren valor de conjunción, aunque no tengan forma conjuntiva, cuando se suman a un infintivo. A estas construcciones se les llama giros conjuntivos. Por ejemplo:
Al + inf. = Cuando + verbo conjugado: Al cantar  el gallo, San Pedro lloró = Cuando cantó el gallo... +
Por + inf. = Porque + verbo conjugado: Por venir tarde, no entró = Porque vino tarde... +
Con + inf. = Aunque + verbo conjugado: Con ser  tan listo, no aprobó = Aunque era  tan listo... +
De + inf. = Si + verbo conjugado: De llover  hoy, nos refugiaremos en el kiosco = Si llueve hoy, nos refugiaremos... +
Para + inf. = Para que + verbo conjugado: Hemos venido para cantar = Hemos venido para que cantemos +
Adverbios conjuntivos[editar]
Igualmente, existen algunos adverbios y pronombres que pueden funcionar como conjunciones. Si son adverbios, se denominan adverbios conjuntivos: cuando, mientras, donde, como, así, etc.
Pronombres relativos[editar]
Entre los pronombres, están los llamados pronombres relativos (que, quien-es, el-la-los-las cual-es, cuyo y cuanto-a-s). A diferencia de las conjunciones, poseen función sintáctica dentro de la proposición subordinada adjetiva que introducen y un significado que toman de una palabra, sintagma, oración o texto anterior (y más raramente posterior) mediante deíxis.
Locuciones conjuntivas[editar]
Por otra parte, existen determinadas construcciones que agrupan diversas preposiciones, sustantivos, adverbios, conjunciones y otros elementos a fin de formar las llamadas locuciones conjuntivas, funcionalmente equivalentes a nexos o conjunciones; forman un vasto repertorio que expresa los más curiosos matices: de manera que, así que, a fin de [+ infinitivo], por más que, pese a que, a pesar de, a pesar de que, habida cuenta de que, antes de que, después de que, a pesar de, etc.
Conjunciones discontinuas o correlativas[editar]
Existe además un grupo de conjunciones discontinuas o correlativas que aparecen en dos partes, de forma correlativa, una parte en la primera proposición unida y otra parte por lo general encabezando la segunda: «"Hasta tal punto le tenía antipatía, que vino para matarlo».
Conjunciones coordinantes o coordinativas[editar]
Artículo principal:  Oración coordinada
Las conjunciones coordinantes o coordinativas son las que unen palabras, sintagmas u oraciones del mismo nivel sintáctico de forma que sean intercambiables entre sí sin que el sentido general de la oración compuesta varíe: "Pedro y Juan lo hicieron" = "Juan y Pedro lo hicieron". "Los libros y el cine me gustan mucho" = "El cine y los libros me gustan mucho". "Pedro plancha y María barre" = "María barre y Pedro plancha".
Entre las conjunciones coordinantes se agrupan las copulativas, disyuntivas y adversativas. Las antiguas explicativas y distributivas se consideran hoy, según la Nueva Gramática de la Lengua Española (2011), casos particulares de las disyuntivas y las yuxtapuestas, respectivamente. Se discute si deben entrar en este capítulo también las llamadas ilativas, identificadas por lo común con las conjunciones subordinantes consecutivas.
Conjunciones copulativas[editar]
Las conjunciones copulativas sirven para reunir en una sola unidad funcional dos o más elementos homogéneos; indican adición o suma. Son y, e (delante de palabras que empiecen por -i, por eufonía), ni (equivalente a y no) y que (en expresiones como "dale que dale" o "vuela que vuela").
La conjunción más usada en la lengua coloquial es y: «Sergio y Daniel pasean». Se repite frecuentemente en el lenguaje infantil, como expresión sucesiva de enunciados: El perro es mi amigo y lo quiero mucho y juega conmigo. Este uso pleonástico se mantiene en la lengua popular de las narraciones, y como recurso expresivo intensificador. Se emplea e cuando la palabra siguiente empieza por i o hi, para evitar la cacofonía: «Se reunieron e hicieron los trabajos». «Vinieron padres e hijos». Pero, en caso de que la combinación hi forme parte de un diptongo, se usa la conjunción común y: «nieve y hielo», «diptongos  y hiatos». También se emplea para darle mayor énfasis a una acción en particular: «No hago más que
trabajar y trabajar». Cuando se usa en forma interrogativa se emplea para preguntarle a una persona sobre otra en ausencia de la misma «¿Y tu hermano?» (en cuyo caso equivale a qué es de la vida de) o por algún objeto que no se encuentra (equivalente a dónde está) «¿Y mis zapatos?». Acompañado del condicional si se ubica en el contexto de una situación extrema que podría ocurrir potencialmente «¿Y si llueve hoy?».
La conjunción ni equivale a y no y señala la adición de dos términos, pero implica que sean negativos: «No hizo los trabajos ni estudió». A fin de marcar la expresividad, se antepone a veces a todos los términos unidos: «Ni tengo trabajo ni dinero». A veces se emplea de forma prepositiva, en cuyo caso equivale a ni siquiera «Ni salir se puede». Cuando se acompaña de la preposición qué en forma exclamativa denota una manera de negar rotundamente o desmentir «¡Qué explicación ni qué explicación!».
La conjunción copulativa que es de uso arcaizante, aunque también figura en locuciones con valor intensificador: «Y tú, llora que llora». «Lo mismo da que da lo mismo».
Conjunciones disyuntivas[editar]
Sus nexos son o y u (ante palabras que empiezan por "o-" u "ho-"). Las conjunciones disyuntivas indican alternancia entre opciones. Dicha alternancia puede ser:
Exclusiva o excluyente ("¿Vienes o te quedas?"). En el caso de una disyunción excluyente evidente se emplea la forma "o... o..." ("o te quedas o te vas"). Esta última forma también se suele usar en el caso de un ultimátum.
Abierta, inclusiva o incluyente (¿"Estudias o  trabajas?", en el sentido de que pueden hacerse las dos cosas)
De equivalencia denominativa, cuando se unen dos expresiones con idéntico valor denominativo: "Los médicos estudian la dispepsia  o digestión lenta". "Cervantes o El manco de Lepanto". "Don Álvaro o La fuerza del sino".
Aunque se sitúa entre los términos que indican la alternancia, también puede anteponerse a cada uno de ellos: "¿Llamó Pablo o Carlos?" "O llamó Pablo o Carlos". Se emplea u cuando precede a una palabra que empieza por o u ho: Lo hará uno u otro, también para evitar la cacofonía. Otras veces, o indica que los términos unidos son equivalentes y sirven para designar una misma realidad: "Todo ocurrió o sucedió en un momento determinado".
Conjunciones adversativas[editar]
Las conjunciones adversativas son las que contraponen dos proposiciones o términos sintácticos de forma que cada uno corrige al otro. Sus nexos llevan siempre una pausa delante expresada con coma, punto y coma o punto y son " pero", "aunque" (cuando equivale a "pero"), mas (más suave que "pero" y que se emplea solo en la lengua escrita), sin embargo, no obstante y empero (arcaica, solo de uso en lengua escrita y equivalente a "sin embargo". Por ejemplo: "Llueve, pero no me mojo". También se emplea "sino" o "sino que" cuando una de las proposiciones está negada: "No lo hizo Pedro, sino Juan / sino que Juan lo realizó"). Giros conjuntivos también empleados y gramaticalizados en todo o en parte como
conjunciones adversativas son con todo, más bien, excepto, salvo y menos.
La corrección o contrariedad puede ser total o parcial, según lo cual las oraciones coordinadas adversativas pueden ser restrictivas o exclusivas.
Las conjunciones adversativas restrictivas presentan una contrariedad parcial entre enunciados no incompatibles: “No había estudiado, pero logré responder a casi todo”, “El equipo jugó muy mal, mas logró imponerse en el marcador”. Suelen usar sobre todo el nexo “pero” y en los casos en que la primera coordinada es negativa la segunda suele incluir el adverbio “sí” como refuerzo: “Miguel no entiende la teoría, pero sí entiende el funcionamiento del sistema”.
Las conjunciones adversativas exclusivas, expresan enunciados incompatibles en que uno excluye al otro: “Eso no es lo que ofrecisteis, sino lo que os conviene”, “No es un político, sino que es un mafioso”. Su nexo más acostumbrado es “sino”, pero también puede emplear “sin embargo”, “no obstante”, “al menos” y “con todo”, entre otros. A veces pueden omitir el verbo en la segunda coordinada: “No lo cometió mi hermano, sí mi primo“. Sus nexos más usados son  sino que, antes bien, al contrario.
Conjunciones explicativas[editar]
Son aquellas que unen proposiciones que expresan lo mismo, pero de distinta forma, a fin de explicarse mutuamente. Son por lo general giros aislados entre comas como: o sea, esto es, es decir, mejor dicho. Ejemplo: Se fue al otro mundo, es decir, se murió. En realidad se trata de casos particulares de disyuntivas o copulativas.
Conjunciones distributivas[editar]
Las conjunciones distributivas distribuyen elementos: Ora... ora... - Ora fregaba, ora barría... ya... ya... - Ya fregaba, ya barría... bien... bien... - Bien fregaba, bien barría... Sea... sea... - Sea Juan, sea Pepe Siquiera... siquiera... - Siquiera venga, siquiera no venga.
En realidad no son verdaderos nexos porque tienen función sintáctica dentro de la proposición que introducen y se trata de casos de yuxtaposición o bien de nexos discontinuos disyuntivos en casos como "vendrá, sea hoy, sea mañana".
Conjunciones subordinantes o subordinativas[editar]
Artículo principal:  Oración subordinada
Las conjunciones subordinantes o subordinativas se caracterizan porque:
Unen solo proposiciones.
Las proposiciones que unen no son intercambiables.
Al menos una de las proposiciones que se unen no tiene sentido completo sin la otra, y a veces incluso ninguna.
Una de las proposiciones unidas tiene mayor jerarquía sintáctica que la otra, y se denomina principal de la otra, que es llamada su subordinada.
Se dividen en tres grandes grupos:
Las que introducen subordinadas sustantivas;
Las que introducen subordinadas adjetivas, también llamadas de relativo (que en vez de conjunciones son en realidad relatores, esto es, pronombres relativos);
Las que introducen subordinadas adverbiales, tanto si introducen proposiciones circunstanciales como si introducen proposiciones lógicas.
Conjunciones de las subordinadas sustantivas[editar]
Artículo principal:  Subordinación sustantiva
Las conjunciones subordinantes o subordinativas que introducen subordinadas sustantivas introducen oraciones que desempeñan las funciones propias de un sintagma nominal (sujeto, atributo, complemento directo, complemento indirecto, suplemento, complemento del nombre). Las conjunciones sustantivas se clasifican según la función que la oración sustantiva desempeñe dentro de la oración principal. Se utiliza que, conjunción completiva, para la función de sujeto y de complemento directo: Me molestó ‘que’ no me lo dijeras; Dijo ‘que’ lo haría. A veces, se emplea que con alguna preposición, por ejemplo en función de suplemento: Él se convenció ‘de que’ era importante. También se emplea si para las
interrogativas indirectas: "Me pregunto si vendrá". También pueden utilizarse pronombres y adverbios interrogativos: "Me preguntó cómo vendrían". "Me preguntó cuántos vendrían".
Pronombres relativos de las proposiciones subordinadas adjetivas[editar]
Artículo principal:  Subordinación adjetiva
Las proposiciones subordinadas adjetivas no utilizan conjunciones, sino que van introducidas por pronombres relativos que actúan como nexos (que, quien, el cual, cuyo y sus variantes). Dichos pronombres relativos o relatores desempeñan al mismo tiempo una función sintáctica dentro de la proposición subordinada que introducen. Estos pronombres relativos pueden ir precedidos de preposición o no. "El libro  que me prestaste era muy bueno". "El libro del que me hablabas era bueno".
Conjunciones y otros nexos de las proposiciones subordinadas adverbiales[editar]
Dentro de las adverbiales existen generalmente dos grupos de conjunciones que introducen proposiciones subordinadas: las que introducen proposiciones circunstanciales de tiempo, modo, lugar y comparación, y las que indican operaciones o relaciones lógicas entre la proposición subordinada y la proposición principal como son, la causa, la consecuencia, la consecuencia inesperada o no deseada llamada concesión, la finalidad y la condición.
Conjunciones y otros nexos de las proposiciones subordinadas adverbiales circunstanciales[editar]
Las que introducen proposiciones subordinadas adverbiales circunstanciales pueden ser meras conjunciones, adverbios conjuntivos, giros conjuntivos o locuciones conjuntivas y pueden indicar
Tiempo (cuando, al + inf., mientras, después de que, antes de que, no bien, así que, de que, en cuanto, apenas, luego, luego que, antes que, después que, mientras que, en tanto, siempre que, ahora que, desde que, hasta que, una vez que...).
Lugar (donde, adonde, por donde, en donde, desde donde...).
Modo (como, según, conforme, como si, de la forma, manera, suerte, modo que). También es posible emplear la forma ni que... en sentido negativo, extremo o peyorativo.
Comparación (tan... como; más... que; menos... que). En este último caso se utilizan nexos discontinuos o correlativos.
Conjunciones y otros nexos de las proposiciones subordinadas adverbiales lógicas[editar]
Las que introducen proposiciones subordinadas adverbiales lógicas pueden indicar:
Causa (porque, ya que, por + inf., etc.).
Consecuencia, esto es, implicación o seguimiento lógico (así que, por tanto, pues, conque, así pues, de forma, manera, modo o suerte que).
Concesión, esto es, un impedimento o complicación insuficiente para la realización de la acción (aunque, por más que, a pesar de que, con todo, bien que, con + inf., pese a que, etc.).
Finalidad, aplicación (para que, a fin de que, con el cometido, intención o propósito de que, a fin de + inf., etc.).
Condición (si, caso que, en el caso de que, de + inf., como, con tal que, puesto caso que, supuesto que, a menos que, siempre y cuando, etc.).

Preposición
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La preposición es un tipo de adposición que se caracteriza por anteceder a su complemento. Introduce el llamado sintagma preposicional. Las preposiciones generalmente tienen la función de introducir adjuntos, y en ocasiones también complementos obligatorios ligando el nombre o sintagma nominal al que preceden inmediatamente con un verbo u otro nombre que las antecede. En algunas lenguas las preposiciones pueden no encabezar un sintagma preposicional. Es el caso de las lenguas germánicas, como el inglés y el alemán, donde incluso pueden aparecer al final de la frase.
Considerando las distintas lenguas del mundo, la preposición es un tipo de adposición que se caracteriza por aparecer típicamente al principio del constituyente sintáctico al que afecta; así por ejemplo, la palabra equivalente que aparece detrás y no delante se llama posposición.
Tradicionalmente, la gramática del español la ha definido como la parte invariable de la oración que une palabras denotando la relación que tienen entre sí.

Índice
1Preposiciones en español
1.1Locuciones preposicionales
1.2Contracción con el artículo
1.3Metábasis de la preposición
1.4Las preposiciones en las perífrasis verbales
1.5Lista de preposiciones
1.6Clasificación
2Preposiciones en otras lenguas
2.1Preposiciones en inglés
2.2Preposiciones en latín
2.3Lenguas con postposiciones
3Véase también
4Referencias
5Bibliografía
Preposiciones en español[editar]
La lista tradicional de preposiciones del idioma español es: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras.[¿según quién?] La lista oficial de la RAE y ASALE para el español actual es: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras, versus, vía.
Debido a que la RAE se ha percatado de que la preposición so se utiliza en raras ocasiones y que tiene el mismo significado que bajo, debajo de, se ha eliminado del listado, haciendo que la lista sea la siguiente: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, sobre, tras, versus, vía.1
Algunas precisiones de la gramática de la RAE y ASALE publicada en 2009, y en su versión básica en 2011, acerca de la lista de preposiciones del español actual, son:
Versus es preposición latina y se ha incorporado al español desde el inglés. Puede significar, en función del contexto, 'contra' o 'frente a', preposición y locución prepositiva que están consideradas preferibles a versus.2
Vía, procedente de un sustantivo, indica el lugar por el que se pasa o el medio: Fue a Varsovia vía Berlín o Será emitido vía satélite.2
Los adverbios relativos donde y cuando pueden usarse como preposiciones o cuasipreposiciones cuando preceden a determinados sintagmas nominales: donde su madre, cuando la guerra.2
Aunque excepto, menos y salvo se han considerado en ocasiones también preposiciones, actualmente se clasifican como conjunciones. 3
Incluso, sin embargo y no obstante se consideran pertenecientes a la categoría de los adverbios. 3
Pro se considera un prefijo separable, puesto que no se usa con un grupo nominal definido: se dice manifestaciones a favor de la defensa de los animales, no *manifestaciones pro la defensa de los animales. El comportamiento gramatical de pro cuando precede a un adjetivo es el de un prefijo que forma una sola palabra con él: Algunos congresistas progubernamentales...4
Otras consideraciones sobre las preposiciones del español:
De estas series, las únicas preposiciones tónicas son según y vía; el resto son átonas (cuando se hacen fonéticamente clíticas de un nombre tienen acento tónico secundario).
En español moderno han caído en desuso 2 preposiciones: cabe, cuyo significado ha sido sustituido por el de la locución conjuntiva junto a, y so, proveniente de la preposición latina sub, que se limita a frases fijas en locuciones conjuntivas como so color de, so capa de, so especie de, so pretexto de, so pena de, etc.
A estas se pueden agregar también allende, con el significado de "al otro lado de", como en "allende el océano"; aquende, con el significado de "a este lado de", como en "aquende los Pirineos".
Se discute si pueden considerarse preposiciones pospuestas los adverbios arriba y abajo en sintagmas como "boca arriba" o "boca abajo", aunque sintácticamente esas formas no cumplen diversos de los criterios usuales para considerar una palabra invariante como una adposición.
Todas las preposiciones son invariables desde el punto de vista morfológico.
Locuciones preposicionales[editar]
Las llamadas locuciones preposicionales son dos o más palabras que equivalen a una preposición. Precisan algunos aspectos de espacio, tiempo y modo que las preposiciones existentes matizan mal: acerca de, al lado de, alrededor de, antes de, a pesar de, cerca de, con arreglo a, con objeto de, con tal de que, con tal que, debajo de, delante de, dentro de, después de, detrás de, encima de, en cuanto a, enfrente de, en orden a, en pos de, en virtud de, frente a, fuera de, gracias a, a merced de, junto a, lejos de, por culpa de, respecto a, etc.
Contracción con el artículo[editar]
Estas preposiciones preceden necesariamente a un sintagma nominal. En el caso de las preposiciones "a" y "de", ante el artículo determinado masculino singular [el] forman los artículos contractos "al" y "del", respectivamente. No se suele hacer esta contracción por escrito si el artículo "el" forma parte de un sustantivo propio; por ejemplo: «Este platillo es típico de El Salvador», «Varios periodistas de El País», «La ciudad de El Cairo».
Metábasis de la preposición[editar]
Por otro lado, las preposiciones pueden sufrir metábasis, es decir, cambio de función, y volverse conjunciones formando locuciones conjuntivas; en español suele ocurrir algunas veces cuando la preposición va seguida de un verbo en infinitivo:
= Cuando + verbo Al cantar el = Cuando cante el
Al + inf. -
conjugado: gallo... gallo...
De + inf. = Si + verbo conjugado: - De venir Pedro... = Si viene Pedro...
Con + = Aunque + verbo Con ser tan = Aunque era tan
-
inf. conjugado: guapo... guapo...
= Porque + verbo
Por + inf. - Por venir tarde... = Porque vino tarde...
conjugado:
Las preposiciones en las perífrasis verbales[editar]
Por otra parte, las preposiciones actúan algunas veces como nexos que unen los verbos auxiliares con los verbos en forma no personal en el caso de las perífrasis verbales: "Voy a cantar", "He de volver"...
Lista de preposiciones[editar]

Preposici
Ejemplo Notas
ón

a Visitó a la tía Antonia por su cumpleaños.  

ante Dijo ante todos que era cierto.  


bajo Escondió la carta bajo los libros.  

cabe5 El banco está cabe la farmacia. En desuso. Significa "junto a" o "cerca de".

con El café con leche ya estaba frío cuando llegaste.  

contra Las olas chocan contra las rocas del espigón.  

Según la RAE, es válido también el uso del artículo al lado de esta preposición, al expresar fechas, sobre todo a partir del
de Compró un kilo de limones.
año dos mil: "23 de enero del 2012".6

desde Desde octubre no había vuelto a ver a su padre. Denota principio de tiempo o lugar.

Durante su visita al museo, Juan se maravilló de la belleza de las


durante  
pinturas exhibidas.

en Entró en la cárcel por tráfico de drogas.  

entre Dijo que el secreto debería quedar entre nosotros.  

hacia Embarcó en el vuelo hacia Asia.  

La fiesta duró hasta las ocho.


hasta Puede denotar límite o ser equivalente a incluso o también.  
Le toca trabajar hasta los fines de semana.

mediante Resolvió el caso mediante pistas encontradas. Intercambiable con la preposición con en la mayoría de los casos.

para Tengo un libro para Juan. (En coloquial lengua) Variantes: pa/pa’ (para delante => para alante => p’alante => pa’lante)  

por Tengo un libro firmado por el autor.  

según Cocinó la carne según las indicaciones de su abuela.  

sin Llegamos a una calle sin salida.  

7
so Volvió a su país so pena de ser arrestado. Significa "debajo de". En desuso, salvo en algunas expresiones fijas.  

sobre Juan puso la manzana sobre el escritorio.  

tras Lo enterró en el árbol que se encuentra tras el edificio.  

El próximo partido es el que enfrenta al equipo de aquí versus el


versus  
de allí.

vía8 Voló de Texas hasta Australia, vía Londres.  

Clasificación[editar]
Las preposiciones pueden clasificarse semánticamente:
espaciales
ubicación (en, sobre, bajo, a través de)
desplazamiento (desde, hacia)
tiempo (durante, después de haber, antes de estar)
comparación (en cambio, también)
material o composición (hecho de madera, compuesto por tubos)
posesión (la casa de la señora)
instrumento (por medio de una herramienta, escrito a lápiz)
agente (hecho por)
propósito (para conseguir, por lograr)
causa (a causa de, por su culpa)
referencia (acerca de, en referencia a, hablando de ti)
Preposiciones en otras lenguas[editar]
Aunque generalmente algunas de las palabras identificadas como preposiciones en otras lenguas tienen propiedades similares a las preposiciones del español, algunas lenguas tienen preposiciones con funciones inexistentes en español.
Preposiciones en inglés[editar]
En inglés las preposiciones tienen como función, al igual que en español, introducir algunos tipos de complementos indirectos y los adjuntos circunstanciales.
Michael is in the kitchen.
I sent a letter to Mary = I sent Mary a letter.
También pueden funcionar como nexos subordinantes para oraciones con verbo no conjugado:
This is useful for painting the windows.
Además de estas funciones, pueden aparecer como elementos clíticos de un verbo, llamados verbos preposicionales (en inglés, phrasal verbs). En esta posición pueden aparecer incluso al final de la frase:
Please, get in!
What are you waiting for?
Entre algunas de las preposiciones, las de lugar en este caso, son in, on, under, next to, behind y between.9
Preposiciones en latín[editar]
Las preposiciones latinas funcionan básicamente como en español. Y aunque en español muchos de los prefijos verbales son preposiciones (pre-, con-, de-, a-, en-,...) al igual que en latín, en esta lengua existe un mayor número de formas y parece haber sido un proceso productivo frente al español, donde la mayoría de formas verbales obtenidas por derivación prefijando una preposición están fosilizadas y ya no son productivas para algunas preposiciones.
Lenguas con postposiciones[editar]
Artículo principal:  Postposición
Algunas lenguas no tienen preposiciones propiamente dichas, y en ellas los elementos que realizan la misma función, en lugar de preceder a un nombre, se colocan detrás de él. En ese caso, se llaman postposiciones. El euskera, el turco, el húngaro, el finés, el japonés o el quechua son casos de lenguas con postposiciones o con sufijos añadidos: por ejemplo, el equivalente de en (la) casa en vasco es etxean (etxe = casa; -an = caso inesivo, determinado singular), evde en turco (ev = casa; -de = caso inesivo), a házban en húngaro (a = artículo definido; haz = casa; -ban = caso inesivo), talossa en finés (talo = casa; -ssa = caso inesivo singular), 家で (uchi de) o 家に (uchi ni) en japonés (家 = casa; で o に = postposiciones
inesivas); wasipi en quechua (wasi = casa; -pi = caso inesivo).
En general, las postposiciones se dan en lenguas donde el núcleo de un sintagma tiene tendencia a colocarse al final de dicho sintagma

Interjección
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«Oh» redirige aquí. Para otras acepciones, véase OH (desambiguación).
«Ajó» redirige aquí. Para la localidad balnearia argentina, véase Mar de Ajó.
La interjección es una clase de palabra de las lenguas naturales que no constituye una parte de la oración. Equivalen a oraciones que expresan un sentimiento vivo (¡ay!), una llamada enérgica (¡eh!) o describen elementalmente una acción (¡zas!, zigzag) sin ser léxica y gramaticalmente organizadas. Son signos pregramaticales que desempeñan las tres funciones elementales del lenguaje: expresiva, conativa o representativa.

Índice
1Concepto
2Otras características
3Clasificación de interjecciones en español
3.1Clasificación gramatical
3.1.1Interjecciones propias
3.1.2Interjecciones impropias
3.1.3Locuciones interjectivas
3.1.4Sintagmas interjectivos
3.2Clasificación mixta
3.2.1Interjecciones imitativas
3.2.2Interjecciones expresivas
3.2.3Interjecciones apelativas
3.2.4Interjecciones por traslación
3.3Clasificación semántica
3.3.1Interjecciones apelativas o directivas
3.3.2Interjecciones expresivas o sintomáticas
4Véase también
5Referencias
6Enlaces externos
Concepto[editar]
Se cree que constituyen restos de la forma más antigua, primitiva o sintética de lenguaje. Algunas de sus funciones, fuera de la de expresar o desahogar un sentimiento, son apelar al interlocutor, saludarlo, despedirlo, darle conformidad o agradecimiento, etc.; por ejemplo, en español:
¡Alto!: se usa como llamada de pausa imperativa.
¡Ay!: se emplea para expresar un sentimiento vivo.
¡Eh!: se usa para preguntar, llamar, despreciar, reprender o advertir.
¡Hola!: se usa como salutación de apertura de conversación.
¡Ey!: se usa como expresión de apertura de llamar a una persona.
Por lo tanto, son pragmáticamente equivalentes a una oración completa, y expresan o describen elementalmente una acción sin estar sintácticamente organizados, por ello puede considerarse que no son una parte de la oración (aunque algunos gramáticos las incluyen en el inventario de clases de palabras), sino que son signos lingüísticos pregramaticales que desempeñan las tres funciones del lenguaje según Karl Bühler: expresiva, conativa y representativa. Generalmente se escriben con signos de admiración en aquellos sistemas de escritura que los tienen, aunque existen algunas interjecciones de sentido interrogativo o confirmativo de lo antes expresado que ocasionalmente se intercalan en una oración y se escriben si es
posible con signos de interrogación.
Otras características[editar]
Las interjecciones presentan algunas peculiaridades en su empleo idiomático; por ejemplo, su fonética y fonología son más abiertas y menos sistematizadas que las de otro tipo de palabras del mismo idioma (¡psé!, ¡brrr!, ¡shhh!, ¡uau!, ¡uf!, ¡aaj!, ¡puaj!).
Generalmente se emplean en forma aislada, como una expresión de entonación independiente, pero cuando se incorporan en una oración lo común es que aparezcan localizadas al principio: «¡Ay!», «¡Qué dolor!» y si se insertan en una oración quedan estrictamente fuera de su secuencia, como si fueran oraciones parentéticas o incisos: «Lloró la niña, ¡ay!, ¡cómo sufría!». Otras veces constituyen grupos interjectivos incluso bastante amplios en los cuales van seguidas de elementos como:
Grupos nominales (¡Vaya, qué sorpresa!)
Grupos preposicionales (¡Adiós a las vacaciones!, ¡Lástima de comida desperdiciada! ¡Caray con la mosquita muerta! ¡Ay del que se anime a contrariarlo! ¡Guay con los que se le acerquen!)
Oraciones (¡Ojalá (que) gane el partido! ¡Así se muera! ¡Mira que eres bobo!).
A veces se unen, en virtud de la función fática del lenguaje, a nombres propios que actúan como vocativos o expresiones que se emplean para llamar o atraer la atención: «¡Eh, Ernesto!» y algunas asumen la forma de expresiones no idiomáticas u onomatopéyicas al imitar sonidos: «¡chit!», «¡plash!», «¡paf!», «¡pif!» «¡muu!». 123
Clasificación de interjecciones en español[editar]
Clasificación gramatical[editar]
Desde un punto de vista gramatical las interjecciones se clasifican en propias e impropias.
Interjecciones propias[editar]
Las interjecciones propias, o propiamente dichas se emplean únicamente como interjecciones y constituyen una sola palabra, comprendida entre signos de admiración o de interrogación. Ejemplos:
¡abur!: sirve para despedirse.
¡agur!: sirve para despedirse.
¡ah!: sirve para expresar asombro, comprensión de lo oído, sorpresa, placer.
¡ar!: sirve para que los mandos militares indiquen el momento de hacer la orden que se dio 4
¡arre!: para azuzar a un caballo, indicando que se desea avanzar, en el español mexicano del Norte para afirmar, y también se usa en el español rioplatense para representar algo irónico
«¡Arre, caballo!» (para azuzar un caballo) «Arre, dijiste eso y te pasó» (ironía) «Arre, vamos a la plaza.»
¡aúpa!: sirve para animar a alguien a levantarse o a levantar algo. La usan especialmente los niños cuando quieren que los cojan en brazos.
¡bah!: sirve para expresar desprecio, desinterés.
¡chao!: coloquial, adiós o hasta luego.
¡chitón!: para pedir silencio.
¡ea!1: usada en parte de España para llamar la atención.
¡eh!: sirve para expresar rechazo, desaprobación de lo excesivo, sorpresa.
¿eh?: siendo una forma interrogativa, expresa duda de haber comprendido lo oído, o una solicitud de que se repita algo que no fue atentamente escuchado; también se emplea en el contexto de un discurso, como una suerte de consulta acerca de si se ha comprendido lo expresado, o si se está de acuerdo con ello. Es una de las pocas interjecciones que eventualmente pueden intercalarse en una oración, con ese sentido:
―Camina con cuidado para no caerte.
―¿Eh?
¡epa!: expresión usada en América Latina como advertencia o para llamar la atención. En Venezuela es común usarla como saludo informal (especialmente entre los hombres).
«¡Guay, que se nos vienen encima!»
¡hala!: para infundir aliento, meter prisa, mostrar sorpresa, llamar o denotar la persistencia en una marcha.. Por ejemplo: «¡Hala, hala, no os detengáis que se nos hace tarde!». Se utiliza en parte de España.
¡hale!: para infundir aliento, meter prisa, mostrar sorpresa, llamar o denotar la persistencia en una marcha.
¡hola!: expresa bienvenida, saludo, satisfacción por el encuentro con la persona a quien es dirigido.
¡huy!: expresa asombro, sorpresa por algo insólito. Según la RAE se puede escribir con hache o sin ella. 5
¡oh!: expresa asombro, admiración.
¡ole!: sirve para animar y aplaudir.
¡olé!1: sirve para animar y aplaudir.
¡ojalá!: expresa un deseo de que algo se realice. Sería una palabra de origen árabe, proveniente de los tiempos históricos en que el sur de la península ibérica estaba ocupada por los moros, siendo contracción de inch Alá (‘quiera Dios’). Es una palabra que frecuentemente no es empleada como interjección, incorporándose a una oración: «Ojalá que no llueva».
―Quizá mañana no llueva.
―¡Ojalá!
¡órale!: para exhortar o para manifestar asombro o aceptación. Coloquial en El Salvador, Guatemala, Honduras y México.
¡uf!1 sirve para denotar cansancio, fastidio o sofocación.
¡uh!: para denotar desilusión o desdén.
¡uy!: expresa asombro, sorpresa por algo insólito. Según la RAE se puede escribir con hache o sin ella. 5
Interjecciones impropias[editar]
Las interjecciones impropias son formas creadas a partir de sustantivos o sintagmas nominales (¡cielos!, ¡hombre!, ¡Virgen santa!), verbos (¡arrea! ¡venga!), adverbios (¡adelante! ¡fuera!) o adjetivos (¡bravo!), de forma que no son interjecciones idiomáticamente puras. Se emplean como interjecciones por su significación usual: «¡Socorro!», «¡caracoles!», «¡diablos!», «¡rayos y centellas!» Algunas expresiones de este tipo son consideradas palabras de  lenguaje soez.
Locuciones interjectivas[editar]
Son aquellas locuciones equivalentes a una interjección que constan de dos o más elementos y forman habitualmente sintagmas: «¡Mi madre!», «Madre mía», «¡Dios santo!».
Sintagmas interjectivos[editar]
Son aquellos cuyo núcleo es una interjección propia o impropia y sus complementos, pero no pueden sustituirse por una interjección: «¡Ay de mí!»; «¡Ay de los vencidos!» «¡Cuidado con el perro!»
Clasificación mixta[editar]
Los gramáticos Manuel Seco, Leonardo Gómez Torrego y José Martínez de Sousa clasifican las interjecciones con criterios mixtos: por sus funciones comunicativas y por su morfología o estructura.
Interjecciones imitativas[editar]
Se han formado como onomatopeyas con la intención de imitar ruidos de la realidad: ¡Zas! ¡Pum! ¡Chas! ¡Miau! Este carácter icónico las asociaría a la función representativa del lenguaje.
Interjecciones expresivas[editar]
En otros casos las interjecciones no tratan de imitar, sino de expresar sensaciones o emociones del hablante: ¡Ah! ¡Oh! ¡Qué gusto! ¡Uf! ¡Qué descanso!. Por ello pertenecerían a la función expresiva del lenguaje.
Interjecciones apelativas[editar]
Este grupo se utiliza para iniciar o concluir la comunicación, establecer contacto con el oyente antes de emitir el mensaje o para actuar sobre la voluntad del receptor; pertenecerían así a la  función conativa o apelativa del lenguaje: ¡Chist!, vengan ustedes por este lado ¡Aúpa!, que tú puedes. ¡Hola! ¡Hasta pronto!
Interjecciones por traslación[editar]
Ciertas palabras tónicas o grupos de palabras que en sí no son interjecciones pueden tomar una entonación exclamativa y se hacen valer por interjecciones: ¡Hombre!, ¡Hay que jorobarse!, ¡Anda ya! 6
Clasificación semántica[editar]
Por su significado, la Nueva gramática básica de la lengua española (2011) distingue entre interjecciones apelativas o directivas e interjecciones expresivas o sintomáticas.
Interjecciones apelativas o directivas[editar]
Están orientadas hacia el oyente, es decir, se dirigen a un destinatario con la intención de moverlo a la acción o provocar alguna reacción emocional en él: "¡Ah del barco!". Un grupo de ellas poseen alguna función social, como saludar, despedirse, brindar etcétera:  ¡hola, adiós, chao, gracias, de nada, ojo, cuidado, órale, ánimo...! Otro se dirige a animales: ¡zape, arre, pitas, so...!'
Interjecciones expresivas o sintomáticas[editar]
Se orientan hacia el hablante manifestando o desahogando sus sensaciones, sentimientos y otros estados de ánimo: ¡ajá, ay, caramba, lástima, maldición...

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