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GIMNASIA PARA LA MIRADA 1

Por Istvan Schritter

“(...) Puede ser que el texto sea comprensible por sí mismo y


que las imágenes simplemente lo "ilustren". Ha sido lo más
frecuente en la historia de la literatura infantil y muchos libros
actuales continúan siendo así. Pero puede tratarse de un cuento
en el que una parte de la "información" se halle en el texto y otra
parte esté contenida en las ilustraciones. Y también puede ocurrir
que las ilustraciones que acompañen un texto -autónomo o no-
"vuelen solas" y ofrezcan información extra, no estrictamente
necesaria para comprender la historia (...)”2

Teresa Colomer

Miro una ilustración en un libro para niños: ¿quién la hizo? Buscaré el nombre
¿figura en tapa?, ¿dónde figura? Si no lo encuentro ¿reconozco su estilo y lo
puedo encontrar en otra publicación?, ¿en qué otro lado vi a este ilustrador?, ¿en
otro libro infantil?, ¿en el diario?, ¿en una revista? ¿Qué tipo de ilustración es:
científica, de cuentos, caricaturesca, historietística?

Introducir un tema desde su ABC denota el estado del terreno: la desinformación


sobre ilustración de libros para niños. Muchas veces mis alumnos me dicen que la
ilustración “dice lo mismo que el texto”, “sigue el texto”, “lo transcribe”. Un discurso
no verbal jamás podrá “copiar” a un discurso verbal (y viceversa), la única manera
de copiar un texto será con ese mismo lenguaje hecho de letras y palabras, no
con otro hecho de punto, línea, color, forma, espacio, textura. “Siguiendo” al texto,
“aclarando” un tema, la ilustración “ayuda” a entender mejor... Pero queda
relegada en su poder concreto de enseñar por sí misma.

La pintura, la escultura, el dibujo, los grandes artistas, se estudian en diversas


materias, se ven en la hora de plástica, se conocen a través de las enciclopedias,
los libros especializados, la bibliografía de aula y los manuales. En ninguno de
estos lugares aparece la ilustración de los libros para chicos como objeto de
estudio, pero sí aparece a la par de los cuentos, y también en los manuales y
enciclopedias. Paradojalmente, este género tantas veces olvidado y considerado
menor, resulta ser el más presente en el ámbito cotidiano escolar.

Las siguientes son actividades para entrenar el ojo. No son fórmulas, ni clases
armadas, ni recetarios de fácil aplicación. No son para copiar y hacer al pie de la
letra, son mecanismos y juegos para leer ilustraciones. Posibles de hacer uno
mismo individualmente y, si es docente, pensar estrategias didácticas propias
haciendo actividades nuevas (verá que cada una le exigirá hacerse más preguntas
y recurrir a otros libros que le impedirán tomarlas como recetas).

1
Este artículo fue publicado en la Revista de Educación inicial “Punto de partida”. Año 2. N°11.
Marzo 2005. Editora del Sur, Buenos Aires.
Colomer, Teresa (comp.): “Ver y leer: historias a través de dos códigos”, en Siete llaves para
2

valorar las historias infantiles, Madrid, Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 2002
En ese sentido, quiero salir al cruce de ciertas perversiones didácticas muy
factibles de empezar a operarse al descubrir un nuevo género. El sistema gusta de
alimentarse con temas nuevos para aplicarlos con leyes viejas. Quiero decir: no se
trata de hacer libros de imágenes, álbumes, proyectos gráficos, diseños de
colecciones caseras sin importar, por ejemplo, qué se escribe a la par; tampoco
observar si las ilustraciones están hechas con acuarela, óleo o collage, si son de
corte expresionista, realista o abstraccionista para así usarlas de ancla para ver la
pintura de los impresionistas, los naturalistas o los cubistas, sacándosela de
contexto o empleándosela como señuelo.

Como lector que lee desde una educación más gráfica que letrada y desde mi
práctica como ilustrador, cada uno de los puntos que siguen ayudan a profundizar
la lectura de ilustraciones poniendo en evidencia el nivel de compromiso que el
ilustrador puede llegar a tener con ese objeto que, además de ser libro para niños,
es el signo de su presencia, tan contundente como la del escritor y el lector, sus
pares en el acto creativo de la lectura de un libro que, quizás, sea mucho más que
simplemente ilustrado.

Uno. Ver y leer

Tome un libro para chicos y hojéelo rápidamente. Ciérrelo ¿se hizo una idea más o
menos definida de la historia que encierra? Escríbala aunque sea apenas una
idea. Pregúntese, ¿llegó a leer algo de los textos o algo de las ilustraciones?
Tómelo de nuevo y concéntrese sólo en estas últimas, verá que podrán
aproximarse aún más a una historia. Vuelva a escribir y amplíe su lectura escrita
anterior.
Ahora lea los textos. Vea los puntos de unión entre lo que había entendido a
través de la imagen y lo que resulta del libro como un todo ¿qué función cumple la
ilustración en cuanto lectura? ¿Descubre códigos que lo guíen en la interpretación
del libro?
Para mostrar un ejemplo, haré esta actividad desde una página de Playtime
rhymes for little people3.

La ilustradora Clare Beaton crea con tapices un libro cuyas poesías podrían leerse
sin necesidad de imágenes (un libro donde “las imágenes simplemente lo
‘ilustran’”, como dice el epígrafe de este artículo) pero éstas y el diseño hacen a la
fluidez de la lectura a través de códigos simples y por ende muy claros.
Todo el libro está armado con un poema por página o por doble página, su título
bordado en hilo, el texto de la rima en tipografía de un tamaño mayor a un consejo
señalado con un pequeño botón (que figura a pie de página en letra bastardilla),
sugiriendo cómo narrar el texto rimado. Rima tras rima el código se repite, y la
solidez del mismo guía la lectura, aún cuando varían los colores y formas de los
hilos y botones con que Beaton dibuja. Por ejemplo, con sólo conservar el tamaño
y la disposición de los botones señalizadores de consejo logra que en una página
no se confundan código de diseño con parte de ilustración: el botoncito marcador

3
Beaton, Clare (texto e ilustraciones), Playtime rhymes for little people, Bath (Gran Bretaña),
Barefoot Books, 2001
es tan amarillo y circular como los dos enormes ojos-botón de un búho, pero tan
pequeño y ubicado en la misma zona de la página como el resto de los botoncitos
señalizadores.

Clare Beaton, ilustración de Playtime rhymes for little people

Dos. Leer y agrupar

Vuelvo a remitirlo al epígrafe. Siga interiorizándose en el libro que tiene entre


manos a la luz de esa cita. Concéntrese en el texto: ¿las imágenes simplemente lo
"ilustran"?, ¿una parte de la "información" se halla en el texto y otra parte esté
contenida en las ilustraciones?, ¿las ilustraciones que acompañan al texto –
autónomo o no– "vuelan solas" y ofrecen información extra? Verá cómo la lectura
de lo escrito puede conducirlo a sumergirse cada vez más profundo en las
ilustraciones. Aquí, a diferencia de la actividad anterior, hará una lectura de cada
dibujo individualmente, para pensar luego cómo se relaciona todo entre sí.

Tome más libros de su biblioteca y léalos. Arme grupos. ¿Hay más libros de un
tipo que de otro?, ¿hay libros-álbumes4? ¿Hay alguno donde el ilustrador no hizo
más que transcribir el texto en imágenes? ¿Alguno donde la ilustración diga más
que el texto? Ampliando el espectro de grupos ¿existe algún libro objeto?
Ejercicio que tal vez desencadene una multitud de reflexiones sobre el lugar de la
ilustración, el simple hecho de agrupar libros implicará reflexionar sobre el

4
No es otra cosa que un álbum aquel libro en que “una parte de la "información" se halla en el texto
y otra parte esté contenida en las ilustraciones”.
concepto de autor, la legitimidad de las lecturas múltiples y cómo cada nueva
lectura construye una nueva obra.

Tres. Agrupar y reagrupar

Los grupos de libros que armó hablan sobre una manera de leer. Pero como todo
es relativo, dentro de esos grupos puede encontrarse subgrupos o esos mismos
grupos pueden mezclarse y formar nuevos grupos, demostrando que la lectura
puede variar y ser siempre multívoca.
Estoy en mi casa jugando este juego y en uno de los conjuntos que armé
descubro una versión de El traje nuevo del Emperador y tres de Cenicienta. Puedo
formar un subgrupo que incluiría sólo adaptaciones de clásicos. Pongo entonces al
lado de estos a El gigante amapolas5, Alicia en el país de las maravillas6, Cuentos
en verso para niños perversos7, Caperucita Roja8, dos versiones de Los músicos
de Bremen9, La metamorfosis10, Caperucita Roja tal como se la contaron a
Jorge11, Habla el lobo12.
¿Cómo adapta el texto y cómo la imagen el cuento tradicional en cada uno de
estos ejemplos? ¿Cuáles textos son versiones originales de los textos clásicos,
cuáles son adaptaciones y cuáles versiones libres? (Fíjese que acaban de
formarse tres otros grupos dentro de este subgrupo). A la vez: de cada texto
original, adaptación o versión el ilustrador pudo haber hecho una lectura distinta
¿qué referencias a la época en que se desarrolla la historia se pueden descubrir
en las ilustraciones?, ¿dónde?, ¿en el vestuario?, ¿en las caras de los
personajes?, ¿en sus actitudes?

Sigamos con el ejercicio de lectura de ilustraciones. Piense en Caperucita roja y


en Los Músicos de Bremen (la versión que tiene usted en su memoria). Escriba
estos cuentos dejándose guiar por sus recuerdos. Dibuje aunque sea
esquemáticamente la imagen de los personajes que tiene en su memoria. Ahora
deténgase en algunos de los ejemplos citados. ¿Qué diferencias pueden
establecerse entre la imagen del cuento que usted tenía en su inconsciente y la
que los ilustradores publicaron en sus dibujos? ¿Qué materiales usaron los
ilustradores para poner su lectura en imágenes? ¿Qué nivel de abstracción,
5
Alberdi, Juan Bautista (texto) y Rep (Ilustraciones), El gigante Amapolas, Buenos Aires, Ed. Libros
del Quirquincho, Col. Libros para Nada, 1990.
6
Carroll, Lewis (texto, traducción de Graciela Montes) y Roldán, Gustavo (Ilustraciones), Alicia en el
país de las maravillas, Buenos Aires, Ed. Colihue, Col. Los Libros de Boris, 1996. 7Dahl, Roal (texto)
y Blake, Quentin (ilustraciones), Cuentos en verso para niños perversos, Madrid, Ed. Altea, 1985.
8
Perrault, Charles (texto) y Moon, Sarah (ilustraciones), Caperucita Roja, Madrid, E.G.A./Ratón
Pérez, 1984.
9
Hnos. Grimm (texto, versión de Laura Roldán) y Arroyo, Eleonora (ilustraciones), Los músicos de
Bremen, Buenos Aires, Ed. Colihue, Col. Del Pajarito remendado, 1995 / Hnos. Grimm (texto,
versión de Silvia Schujer) e Istvansch (ilustraciones), Los músicos de Bremen, Buenos Aires, Ed.
Atlántida, Col. Libros de la Valijita, 2004.
10
Kafka, Franz (texto) y Scafati, Luis (ilustraciones), La metamorfosis, Valencia y Barcelona
(España), Ed. Brosquil y Ed. Libros del Zorro Rojo, 2004.
11
Pescetti, Luis María (texto) y O’ Kif (ilustraciones), Caperucita Roja tal como se la contaron a
Jorge, Buenos Aires, Ed. Alfaguara, 1996.
12
Suarez, Patricia (texto) y Pez (ilustraciones), Habla el lobo, Buenos Aires, Ed. Norma, 2003.
caricaturización o realismo? Una de las versiones de Los músicos de Bremen
tiene ilustraciones de mi autoría.

Istvansch, tapa de Los músicos de Bremen

El acto simple de formar grupos de libros implica una mirada atenta y una lectura.
La necesidad de volver a mirar lo ya visto y releer lo leído lleva a ejercitar el ojo y
la atención. La lógica superposición del mismo libro en distintos grupos puede
hacer sacar conclusiones de manera casi automática y darse cuenta de en qué
medida se está viendo el libro como objeto gráfico; por ejemplo Blancanieves13, de
Ángela Barrett, está en nuestro grupo de “adaptaciones”, pero también puede
entrar en “libros de escritor distinto al ilustrador”, “libros con ilustraciones hechas
con algún material líquido”, “libros totalmente ilustrados”, “libros de tonos oscuros”,
“libros con dibujos detallados”, etc. Fíjese que el pensar en estos titulares puede
llevarnos a conceptualizar con mirada gráfica: un libro ilustrado por una ilustradora
que, posiblemente de acuerdo con el escritor o el editor, pinta con pincel y algún
material líquido de manera realista. La paleta usada no es de colores vibrantes, lo
que da oscuridad a un relato de por sí oscuro.

Cuatro. Reagrupar y desarmar

Busque en una biblioteca algún libro sobre pintores expresionistas de principio del
siglo XX. Todo creador tiene inevitables influencias en su arte y eso puede
llevarnos a seguir con las derivaciones del ejercicio anterior y armar el grupo de
los “libros con ilustraciones que remiten a corrientes estéticas de la historia de la
pintura universal”.
A veces éstas son notablemente claras, y resulta valioso ejercitar el ojo
descubriéndolas: las referencias a los incunables iluminados medievales en
Pool, Josephine (adaptación) y Barrett, Ángela (ilustraciones), Snow White, Londres, Red Fox,
13

1993.
Ulrico14; el renacimiento germano de Durero y Cranach en los libros de Olga
Dugina, Andrej Dugin y tantos ilustradores del este de Europa; a Picasso y más
aún Juan Gris en los dibujos del español Miguel Calatayud.

Miguel
Calatayud, ilustración de La casa de Cristal del señor Clin y Juan Gris, Retrato de Picasso

A Matisse en los dibujos de la argentina Eleonora Arroyo15


Eleonora Arroyo, ilustración de La fiesta del Chtzzzz (16) y Henri Matisse, La cabellera.

Schlaen, Carlos (texto e ilustraciones), Ulrico, Buenos Aires, Ediciones del Eclipse, 2012. 15
14

Devetach, laura (texto) y Arroyo, Eleonora (ilustraciones), La fiesta del Chtzzzz, Buenos Aires,
Ed. Colihue, Col. Libros del Monigote, 2001.
A Dubuffet y todo el arte feísta en El señor Medina16 de Gustavo Roldán

Gustavo
Roldán, ilustración de El señor Medina y Jean Dubuffet, Le Vaisseau de barbe.

Las referencias constantes a Magritte en el británico Anthony Browne17 o al


surrealismo todo en Aventuras de una nariz18 de Joel Stewart:
Joel Stewart, tapa de Aventuras de una nariz, y Salvador Dalí, Retrato de Mae West (puede servir
como apartamento surrealista)

16
Rivera, Iris (texto) y Roldán, Gustavo (ilustraciones), El señor Medina, Buenos Aires, Ed. Colihue,
Col. Del Pajarito remendado, 1992.
17
Véase por ejemplo Cambios, Willy el soñador o Voces en el parque (Textos e ilustraciones,
México, Fondo de Cultura Económica, 1993, 1991 y 1999)
18
Schwarz, Viviane (texto) y Stewart, Joel (ilustraciones), Aventuras de una nariz, Barcelona Ed.
Lumen, 2002.
Y a pintores abstraccionistas como Tapies, Kline o Gottlib en Aldo19:
John Burningham, ilustración de Aldo y Kevin Kline, Buttres.

Todo un panorama se abre desde aquí ¿qué otras influencias pueden verse en
estos y otros ilustradores?, ¿el mismo ilustrador mantiene la misma línea a lo largo
de todos los libros que de él ha encontrado?

Ahora reordene los libros vistos hasta ahora desde la factura de lo gráfico. ¿Con
qué materiales puede deducir que fueron hechas las ilustraciones de cada libro?
¿Puede inferir qué ilustradores trabajan con materiales líquidos y cuáles con
materiales sólidos? (por ejemplo: pinceladas y degradées pueden implicar
pinceles, o sea, materiales líquidos; planos de color, sombras entre papeles
pegados y rasgados, pueden implicar collage, o sea, materiales sólidos) ¿Qué
libros demuestran edición lujosa y cuáles edición económica? Compare las
ediciones vernáculas con las extranjeras. ¿Qué conclusiones puede sacar?
¿Cómo están encuadernados los libros? ¿Detecta connotadores de lujo o
rusticidad? Vea que con sólo preguntarse ésto podrá hacerse una idea del
panorama editorial de ambos países, de la capacidad económica de los editores y
quizás aproximarse a su cosmovisión del mundo editorial.

Este trabajo es interesante para reflexionar sobre la arbitrariedad de las


colecciones y la tendencia pedagógica a agrupar por edades o por valores. ¿No es
maravilloso descubrir que armando grupos uno termina dándose cuenta de que la

19
Burningham, John (texto e ilustraciones), Aldo, Londres, Red Fox, 2001.
lectura, precisamente, es tan rica que no hay grupo ni subgrupo que pueda
encorsetarla?

Cinco. Desarmar e identificar

En la introducción de catálogo de la muestra Magic Pencil escribí:

“Noté que muchos británicos tienen en común una línea muy caricaturesca, hecha
de trazos rápidos y vertiginosos, que destaca por sí misma más que el color, en
pos de la búsqueda de humor sardónico, provocación sutil e ironía ¿no es ello muy
british? Fui a nosotros, los argentinos. Viscerales, luminosos, difíciles de pasar
desapercibidos. Caracterizados por una frontal libertad en el tratamiento del color
y la forma, elementos del lenguaje plástico que usamos de manera explosiva y
desinhibida.
Contrasté con los británicos. Una tradición larga en ediciones infantiles, una
presencia en el mercado y en los medios ya afirmada parece darles la calma como
para poner el énfasis en la atmósfera (no es en vano que el clima lluvioso y de
niebla frecuente signe a las islas), aún cuando haya un personaje protagónico y
central.
Volví al Río de la Plata. Los plenos rotundos de color fuerte, expresión
contundente de artistas criados en un país donde el sol brilla la mayor parte del
año, donde el color rutila y vibra. Una historia más corta hecha en presente en las
últimas dos décadas y siguiendo el sino histórico del país formaron un artista
autogestivo, que busca protagonismo y aún cuando pone un solo elemento o
personaje dentro del plano concentra allí toda su atención”20.

Vea las ilustraciones de los libros que estuvo hojeando hasta ahora desde los
rasgos propios de cada nacionalidad: ¿dónde puede ver la identidad cultural?, ¿en
la edición?, ¿en la ilustración?, ¿en cómo el ilustrador aborda su trabajo? Atienda
el uso del color, y note cómo la geografía y el clima influyen en la paleta.
Relacione colores apastelados y vibrantes, personajes centrales y secundarios,
planos escenográficos y protagonistas.

Agrupar y reagrupar. Armar y rearmar. Construir, destruir y reconstruir. Pilas de


libros que se dibujan y desdibujan construyendo lecturas tan distintas como
válidas. La identidad de cada ilustrador está en la diversidad con que se expresa.
La identidad de cada lector en la capacidad para leer sin ataduras.

(…)

El círculo se cerrará cuando los lectores lean y relean, encuentren segundas e


inesperadas lecturas y comiencen a hacerse preguntas ¿Qué función cumple la
ilustración en cuanto lectura? ¿Descubro códigos que me guían en la
interpretación del libro? ¿La ilustración dice algo distinto del texto? ¿Es un libro
álbum? ¿Es un libro objeto?...

Schritter, Istvan: “Miradas”, introducción al Catálogo de la muestra Magic Pencil, Buenos


20

Aires/Rosario, British Council, 2004


Etc.
Etc.
Etc...

Istvan Schritter (Istvansch, Madrid, 1968. Vive en Buenos Aires).


Ilustrador, diseñador y escritor de sus propios libros publicados en varios países. Entre otras
distinciones, fue candidato al premio Andersen y primer premio Octogonal de Honor 2004 (CIELJ
RICOCHET, Francia). Seleccionado para el 1° Catálogo Iberoamericano de Ilustración
(Guadalajara, México, 2010). Es director de las colecciones Libros-álbum del Eclipse, Pequeños del
Eclipse y Tres mosqueteros. Coordinó espacios dedicados al libro ilustrado en TV y radio. Sus
investigaciones en el campo de la ilustración lo han llevado a dar clases y a escribir artículos para
revistas especializadas nacionales e internacionales. Sus reflexiones están reunidas en el libro La
otra lectura. Las ilustraciones en los libros para niños (Buenos Aires, Lugar Editorial). Algunos de
sus libros para niños son El ratón más famoso; Avión que va, avión que llega; ¿Has visto?; Detrás
de él estaba su nariz; Con todas las letras, la historia del libro; Todo el dinero del mundo; Boca de
león; Federica aburrida; Abel regala soles; Ideas claras de Julito enamorado; Todos podemos
dibujar; El hombre más peludo de mundo; Puatucha Rentes, la leyenda olvidada y Obvio.

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