Está en la página 1de 9

El Cuaternario en los mapas geológicos

Tema del día


The Quaternary in the geological maps

Ángel Salazar1
1
Instituto Geológico y Minero de España. C/ La Calera, 1, 28760 – Tres Cantos (Madrid, España). a.salazar@igme.es


Resumen La cartografía geológica tiene una especial relevancia en el estudio del Cuaternario en
dos aspectos diferentes. Por un lado, los mapas geológicos detallados del Cuaternario
son necesarios en diversos campos de la ingeniería y el medioambiente. Por otro lado,
la investigación del Cuaternario también necesita el apoyo del mapa geológico como
herramienta básica de análisis, clasificación y ordenamiento temporal relativo de las
unidades estratigráficas. Ambas cosas se relacionan directamente con el hecho de
que los materiales geológicos del Cuaternario casi siempre son también formaciones
superficiales. En este artículo se explica, a través de una aproximación histórica, que
tipos de mapas del Cuaternario existen, que es exactamente una formación superficial
y por qué la cartografía geológica es una herramienta básica y, en muchas ocasiones,
imprescindible para la estratigrafía del Cuaternario. Por último, se resalta que la casi
ubicuidad del Cuaternario, unido a su carácter de formación superficial, hacen que su
examen en el campo, junto con el análisis de información cartográfica adecuada, sea
una herramienta didáctica a tener en cuenta en cualquier actividad de campo con el
alumnado.

Palabras clave: Cartografía geológica, Cuaternario, formaciones superficiales, geomorfología,


morfogénesis.

Abstract Geological mapping has strong relevance in the study of the Quaternary in two
different ways. On the one hand, detailed geological maps of the Quaternary
are needed in various fields of engineering and environmental research. On the
other hand, Quaternary research also needs the support of geological maps as a
basic tool for analysis, classification and for the relative temporal arrangement of
stratigraphic units. Both are directly related to the fact that geological materials from
the Quaternary are almost always surface formations. This article takes a historical
approach to explain about the different types of Quaternary geological maps; to see
what exactly a superficial formation is; and why geological mapping is an essential
tool for Quaternary stratigraphy. Finally, we emphasize that the near-ubiquity of
the Quaternary materials together with their properties as surface formations, lend
themselves easily to be used, together with appropriate cartographic information, as
an educational tool for any field activity with students.

Keywords: Geological mapping, geomorphology, morphogenesis, Quaternary, superficial


deposits.

INTRODUCCIÓN materiales cuaternarios es el mejor punto de partida


para cualquier estudio de ingeniería, hidrogeológico
Los sedimentos y rocas del Cuaternario tienen o edafológico, y cuyos resultados permitirán plani-
gran importancia en diversas facetas de la ingenie- ficar obras, evaluar adecuadamente los recursos y
ría civil y medioambiental, bien sea como materiales los ecosistemas, determinar la capacidad agrícola
para la construcción o como cimiento de todo tipo y forestal del territorio y el posible impacto de las
de obras o, en otras ocasiones, por constituir el actuaciones antrópicas. Además, mediante la rever-
medio receptor de los residuos. Pero también son sión del principio del actualismo, puede afirmarse
el soporte físico-químico de buena parte del agua que el pasado reciente es la clave para entender
subterránea y de los suelos, dos de los recursos el presente y predecir el futuro (Elias, 2007a). Los
naturales más importantes de nuestro planeta por materiales geológicos cuaternarios, han sido gene-
el papel esencial que juegan en los ecosistemas te- rados mediante procesos geológicos que actúan o
rrestres. Por ello, una cartografía geológica de los han actuado recientemente en el territorio, y están

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1) – 5


ISSN (edición impresa): 1132-9157 - (edición electrónica): 2385-3484 – Pags. 5-13
dotados de una componente ambiental singular, nuo, llegando a cubrir más del 90 % del territorio y
íntimamente ligada a la dinámica interna y externa alcanzando espesores que llegan a superar el cente-
actual o subactual, e informan más allá del registro nar de metros. En otros lugares del globo, como por
histórico sobre el clima, la hidrología, la tectónica ejemplo la meseta de Huangtu (China), las llanuras
activa, el vulcanismo reciente, etc. Desde esta pers- del sur de Rusia y Ucrania o en Salta y Chaco (Ar-
pectiva, el estudio y la cartografía del Cuaternario gentina), el Cuaternario conforma un manto conti-
también aportan datos imprescindibles para enten- núo de limos eólicos o loess, cuyo espesor también
der los procesos actuales que afectan a nuestro am- llega a alcanzar varias decenas de metros, cubrien-
biente y que más preocupan a la sociedad, lo que do al completo el substrato. Otro tanto ocurre con
facilita poder afrontar retos relativos a los riesgos los mantos de arena o erg de los grandes desiertos
naturales, el cambio climático o la degradación y re- de Sahara, Arabia, Australia, Kalajari o Mojave (Fig.
siliencia de los ecosistemas. 2). En estos casos, un mapa geológico que incluya
Pero además de todos estos motivos extrínse- el Cuaternario no informará adecuadamente sobre
cos, existen otros motivos de carácter intrínseco por la geología regional y, por tanto, será de muy poca
los cuales los mapas geológicos tienen una especial o ninguna ayuda para la localización de recursos
relevancia en el estudio del Cuaternario, y que serán geológicos del subsuelo; por el contrario, un mapa
el objetivo principal de este artículo. Los materiales geológico sin información sobre los depósitos cua-
cuaternarios están casi siempre muy relacionados ternarios sería de nulo interés para la edafología, la
con determinados condicionantes geográficos, to- ingeniería civil o la hidrogeología. Sin embargo, en
pográficos y climáticos y, por ello, su estudio está otros lugares de la Tierra, en especial en las latitu-
muy vinculado al análisis de aspectos tales como des medias, el espesor y extensión del Cuaternario
localización y forma. De hecho, cuando el ingeniero es muy limitado, y el paisaje está dominado por el
de minas Giovanni Arduino (1714–1795) utilizó por substrato rocoso aflorante o subaflorante. Este he-
primera vez el término quarto ordine o Cuaternario cho, ha dado lugar a que existan diversas escuelas
(Elias, 2007b; Bardají y Zazo, 2009), lo hizo para re- o modos de representar el Cuaternario en los mapas
ferirse a los sedimentos no consolidados que encon- geológicos. Los planteamientos de dichos mapas
tró en la llanura aluvial del río Po y que se apoyaban son diferentes porque tratan de dar una respuesta
discordantes sobre los sedimentos más consolida- adecuada a problemas geológicos diferentes. Trata-
dos y antiguos, localizados en el piedemonte alpino remos de explicar este tema brevemente a través de
y que consideró del Terciario (Fig. 1). una primera aproximación historicista a la cartogra-
El papel que juegan los materiales del Cuaterna- fía geológica del Cuaternario.
rio en la geología regional varía enormemente de un Aunque en principio un mapa geológico del Cua-
territorio a otro. Como resultado de la actividad gla- ternario debería ser aquel en el que se representan
ciar durante el Pleistoceno en lugares tales como el aquellos materiales geológicos de cualquier clase
norte de Europa o Canadá, los materiales geológicos (sedimentos no consolidados, rocas sedimentarias
del Cuaternario constituyen un depósito casi conti- y rocas volcánicas) cuya edad es inferior a 2,6 Ma,

Fig.1. Corte geológico del


valle de Agno (Prealpes
Vénetos) dibujado por
Giovanni Arduino (1714–
1795). Fuente: Wikimedia
Commons.

6 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1)


Fig. 2. Dos ejemplos de
territorios cubiertos por
materiales Cuaternarios.
Izquierda, campo de
drumlins en el norte de
Canadá (U.S. Geological
Survey, a partir de
imagen Landsat, 21 de
junio de 2014). Derecha,
campo de dunas o erg en
el suroeste de Libia (20
de diciembre de 2008).
Fuente: Earth Science and
Remote Sensing Unit,
NASA Johnson Space
Center.

el alcance concreto que tienen estos mapas suele can a partir del análisis de su morfología, litología y
ser algo más amplio. De hecho, lo que se espera de génesis (Lee y Booth, 2006; Hughes, 2010). Por otro
un mapa geológico del Cuaternario es que también lado, las relaciones estratigráficas que permiten es-
nos informe sobre los procesos geológicos que han tablecer una cronología relativa entre unidades con-
actuado, o siguen actuando, durante ese periodo tiguas, también suelen seguir patrones singulares,
de tiempo en el territorio, e indique los resultados que rara vez se basan en la simple superposición de
de dichos procesos (Bargel, 2003). Además, ese lí- estratos. Este será el tercer asunto que trataremos
mite temporal, que fue modificado hace pocos años en este artículo, pues la cartografía geológica se
(Head et al., 2008; Bardají y Zazo, 2009; Cohen convierte aquí en una herramienta casi imprescindi-
y Gibbard, 2011), no suele ser fácil de determinar, ble para definir las unidades y establecer las relacio-
siendo muchas veces necesario agrupar unidades nes cronológicas relativas.
de edad indeterminada bajo denominaciones tales
como Plio-Pleistoceno o Plio-Cuaternario. En otros
casos, por razones prácticas, se incluyen también en MAPAS DEL CUATERNARIO: UN POCO DE
los mapas del Cuaternario materiales resultantes de HISTORIA
la alteración de la roca, el regolito autóctono, cuyos
límites temporales no son sencillos de determinar. Según algunos autores (Heringman, 2004),
La cartografía geológica del Cuaternario aparece existió una estrecha conexión intelectual y estética
entonces bajo diversas denominaciones tales como entre el romanticismo y los orígenes de la Geología
mapas de depósitos o formaciones superficiales como ciencia. Sin embargo, el desarrollo de la car-
(superficial deposits maps en el Reino Unido, anti- tografía geológica tuvo unos comienzos más prag-
guamente llamados drift maps), mapas de geología máticos y prosaicos, en estrecha conexión con las
superficial (surficial geology maps en los Estados necesidades de materias primas minerales de la pri-
Unidos de América) o mapas geológicos del Cuater- mera revolución industrial e, indirectamente, como
nario (Quaternary Geological Maps en países como una consecuencia de las excavaciones realizadas
Canadá, Irlanda, etc.). El objeto cartográfico que para transportar dichas materias a través de canales
representan muchos de los mapas del Cuaternario y ferrocarriles, y que en los albores del siglo XIX de-
está constituido, en realidad, por formaciones su- jaron al descubierto amplios afloramientos de rocas,
perficiales, un concepto un tanto impreciso, que no hasta entonces ocultos a la vista de los geólogos
tiene una definición sencilla, y cuyo significado va- (Veneer, 2006). Es por ello que, cuando el Ordnance
mos a tratar de exponer a los lectores de Enseñanza Geological Survey (actualmente British Geological
de las Ciencias de la Tierra. Survey) inició hacia 1835 la primera serie de mapas
El análisis y clasificación de la sucesión estrati- geológicos sistemáticos a escala 1:63.000 de Ingla-
gráfica local del Cuaternario se ha basado casi siem- terra y Gales, solamente se representaba en dichos
pre en criterios estratigráficos un tanto atípicos. En mapas la geología del substrato y, puntualmente,
lugar de utilizarse unidades litoestratigráficas defi- los principales depósitos aluviales, pero se ignora-
nidas formal o informalmente a través de los proce- ban los depósitos de origen glaciar o drift, puesto
dimientos estratigráficos estándares, las unidades que estos últimos carecían de interés minero, ocul-
cartográficas del Cuaternario se delimitan y clasifi- taban la geología subyacente y, además, no tenían

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1) – 7


interés científico alguno por no existir en aquellos cia de al menos dos ciclos glaciares e interglaciares
momentos una teoría capaz de interpretarlos. Este principales durante el Cuaternario en Europa (Mila-
tipo de mapas formarán a partir de entonces las se- novsky, 2000).
ries cartográficas denominadas solid maps, hoy en La International Union for Quaternary Science
día llamados bedrock maps o mapas del substrato. (INQUA) se fundó en 1928 mediante la celebración
Los trabajos realizados a partir de 1840 por de un primer congreso internacional en Copenha-
Louis Agassiz (1807-1873) sobre los efectos de los gue, incluyendo desde su fundación como una de
glaciares en los paisajes británicos, dio lugar a que las tareas a desarrollar en el futuro la publicación
en el British Geological Survey iniciase una nueva de mapas geológicos del Cuaternario. Durante la
serie cartográfica en la que sí se incorporaban los celebración del II Congreso de INQUA (1932, San Pe-
sedimentos cuaternarios al completo, diferenciando tersburgo - Leningrado), se presentó a los asistentes
distintas unidades de depósitos glaciares y post- el Mapa Geológico de Depósitos Cuaternarios de la
glaciares, y apareciendo el substrato rocoso repre- parte europea de la Unión de Repúblicas Socialistas
sentado allí donde realmente llegaba a aflorar en la Soviéticas, y se creó una comisión internacional, li-
superficie (Bristow et al., 1871). Este tipo de mapas derada por la delegación alemana, para preparar un
formarán las series cartográficas llamadas indebida- mapa similar de toda Europa (Alexandrowicz, 2006).
mente solid and drift maps; pero que hoy en día se A diferencia de los mapas británicos, los mapas geo-
denominan como bedrock and superficial deposit lógicos del Cuaternario que se elaborarán a partir
maps o mapas de depósitos superficiales y subs- de ese momento en Escandinavia, Europa central y
trato. En la actualidad, el British Geological Survey oriental seguirán el patrón de los mapas rusos, que
continúa produciendo y editando ambos tipos de no incluyen información geológica del substrato ro-
mapas, como puede observarse en su servidor web coso, pero que suelen mostrar con mayor detalle la
de cartografía (http://mapapps.bgs.ac.uk/geolog- composición del regolito autóctono y para-autócto-
yofbritain/home.html?). no (ver siguiente apartado).
Otros países del sur de Europa iniciaron por esas La II Guerra Mundial retrasó el proyecto del
mismas fechas series de cartografía geológica simi- International Quaternary Map of Europe escala
lares. Por ejemplo, en España, la Comisión para la 1:2.500.000 (IQUAME-2500), que no se finalizó has-
Carta Geológica de Madrid y General del Reino, crea- ta seis décadas más tarde, mediante la publicación
da en 1849, fue el organismo encargado de llevar a de las 14 hojas y la leyenda que componen el citado
cabo la cartografía geológica de todo el territorio na- mapa (Voges, 1967-1995). La aportación correspon-
cional. Esta tarea, que iniciaría el ingeniero de minas diente al territorio español fue realizada por Caridad
Casiano de Prado (1797 – 1866) en 1853 con el Mapa Zazo y José Luis Goy entre 1979 (Hoja de Rabat) y
Geológico en bosquejo de la Provincia de Madrid, se 1990 (Hoja de Madrid). En el XIII Congreso de INQUA
concluyó en 1889 con la publicación del Mapa Geo- (2011, Berna), se planteó la realización de una nue-
lógico de España a escala 1:400.000 (Rábano, 2015). va versión del IQUAME-2500, revisada y en formato
Pero a diferencia de Gran Bretaña, la ausencia de digital (Asch, 2011), cuya finalización está prevista
una cubierta de depósitos cuaternarios importante para 2019.
sobre el substrato, hizo completamente innecesa- El desarrollo de la cartografía geológica en los
rio plantear una serie cartográfica específica para Estados Unidos de Norteamérica fue muy diferente
representar dichos materiales, quedando el Cuater- y más pragmático, en consonancia con su historia
nario incluido en la cartografía geológica ordinaria. y organización política. En sus inicios, la cartografía
Durante el II Congreso Geológico Internacional geológica realizada por parte del gobierno federal
de Bolonia, celebrado 1881, se acordó la realización estuvo ligada a la exploración y el levantamiento
de un primer mapa geológico internacional de Euro- topográfico, ejecutándose los trabajos en el trans-
pa a escala 1:1.500.000, del cual se exhibe una copia curso de expediciones militares y en territorios inex-
en la biblioteca de la Facultad de Ciencias Geológi- plorados o de nueva incorporación. Mientras tanto,
cas de la Universidad Complutense. Este hecho su- muchos de los estados de la Unión realizaban le-
puso un impulso definitivo a la cartografía geológica vantamientos topográficos y geológicos según sus
en Europa, y dio lugar a que en 1882 se iniciaran propias necesidades y criterios. En 1879 se crea el
programas de cartografía geológica sistemática en United States Geological Survey (USGS), que será el
los países que aún no los habían iniciado, creándo- organismo encargado de homogenizar las cartogra-
se para ello instituciones tales como el Comité de fías, tanto topográficas como geológicas. El USGS
Geología del Imperio Ruso o el Instituto Geológico siguió realizando cartografías geológicas para aten-
de Rumania. Los estudios publicados pocos años der necesidades estratégicas del gobierno federal y
antes de esa fecha por el príncipe y anarquista revo- también en los territorios en los que la jurisdicción
lucionario Piotr Alekséyevich Kropotkin (1842-1921) estatal estaba limitada, tales como reservas indias y
pusieron de manifiesto que los glaciares habían cu- parques nacionales, dejando los trabajos cartográfi-
bierto al completo buena parte del este de Europa, cos sistemáticos y más detallados en manos de los
Siberia y Escandinavia (Kropotkin, 1876) y causaron Geological Survey de cada estado. De este modo, en
un fuerte impacto en la comunidad científica del 1945 tan solo el 10 % del país contaba con una carto-
este y norte de Europa. Por este motivo, el Comité grafía geológica realmente útil para la evaluación de
de Geología incluyó, además de la cartografía geo- recursos (Rabbitt, 1989). Aunque existen diversos
lógica del substrato, la cartografía del Cuaternario antecedentes previos, la primera serie cartográfica
entre las tareas a realizar desde sus inicios. Dichos especifica del Cuaternario (denominados general-
trabajos cartográficos del Cuaternario dieron lugar mente surficial geology maps en los Estados Unidos)
a que entre 1888 y 1890 se descubriera la existen- a una escala de detalle se realizó en el estado de

8 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1)


Illinois en los años cuarenta del pasado siglo (Bretz, isovolumétrica de la roca madre, y que conserva
1939 y 1955). Pero no será hasta la guerra fría y, en su fábrica y estructura, y presenta una alteración
especial a partir de la crisis ambiental de finales de importante inter e intra-cristalina. Es por lo tanto la
los años sesenta, cuando la cartografía geológica parte del regolito debida a la meteorización, pero
del Cuaternario alcanza un desarrollo realmente im- que todavía mantiene la estructura de la roca madre.
portante en USA. Los mapas de geología superficial Pedolito o suelo (pedolith) es la parte superior
a escalas detalladas no se realizan de modo siste- del regolito, que ha sufrido a una cierta reducción
mático en todos los estados, sino en función de las de volumen debido a la intensa meteorización, ha
características geológicas y socioeconómicas del te- perdido la fábrica y estructura del material original y
rritorio y sus contenidos son variables, según estén está potencialmente enriquecido en materia orgáni-
orientados a resolver determinadas necesidades o ca o inorgánica, homogeneizado o estructurado en
problemas, como por ejemplo riesgos asociados a horizontes.
las erupciones volcánicas (Crandell, 1969). A esca- Otro término de uso muy frecuente entre los
la continental, existe el Quaternary Geologic Atlas geólogos británicos es el de drift, cuya traducción
of the United States a 1:1.000.000, que se elabora al castellano podría ser acarreos. Es un término que
mediante la colaboración de los Geological Surveys comenzó a usarse en el siglo XIX, en sustitución al de
estatales de USA y provinciales de Canadá, universi- diluvium (Murchison, 1836). Se usó originariamente
dades, Geological Survey of Canada, U.S. Geological para designar depósitos supuestamente transpor-
Survey y empresas privadas, y del que se han publi- tados por la deriva o drift de un iceberg, pero pos-
cado trece mapas. Todos estos mapas suelen incluir teriormente se generalizó su uso para denominar a
información del regolito autóctono y para-autócto- toda clase de materia mineral transportada por un
no, pero no del substrato aflorante, siendo así más glaciar y depositada directamente por el hielo o por
similares al modelo de mapas del Cuaternario rusos corrientes de agua emanadas del hielo. Este término
que a los británicos. se refiere siempre a depósitos de edad Pleistoceno
y localizados en áreas en las que actualmente ya no
existen glaciares.
SUBSTRATO ROCOSO, REGOLITO, SAPROLITO, El concepto de formación superficial es menos
PEDOLITO Y FORMACIONES SUPERFICIALES restrictivo que los anteriores y, quizás por esto mis-
mo, más confuso, pues implica cuatro aspectos prin-
Como se ha visto en el apartado anterior, existen cipales en su definición: posición espacial, relación
diversos estilos de cartografía geológica del Cuater- con el substrato, contexto geomorfológico y litolo-
nario y aunque el objeto representado en ellas es gía, que analizaremos de manera individualizada.
similar (las formaciones superficiales de edad Cua- La posición espacial de una formación superfi-
ternario), los contenidos no son idénticos y a veces cial siempre debe ser aflorante, localizándose sobre
se emplean denominaciones diferentes, cuyo signi- los continentes, bien sea bajo la interfase litosfe-
ficado concreto no es fácil de comprender. Vamos ra – atmósfera o, en el caso de tener origen litoral
a tratar de aclarar seguidamente estos conceptos. o lacustre, bajo la interfase litosfera – hidrosfera.
Substrato rocoso, roca madre o bedrock es un Consecuentemente, al ser materiales aflorantes,
término general para designar la roca sólida que pueden sufrir procesos de alteración importantes
subyace a un suelo u otro material no consolidado y sobre ellos se puede generar un suelo, quedando
expuesto en la superficie terrestre. El concepto de expuestos a los procesos biológicos y antrópicos.
formaciones, depósitos o materiales superficiales En cuanto a su relación con el substrato, las
(surficial o superficial deposits) se contrapone así al formaciones superficiales pueden ser tanto el re-
de substrato rocoso, y, de un modo general, son por sultado directo de una meteorización in situ de la
tanto todos aquellos materiales de origen diverso roca madre, denominándose en este caso forma-
que afloran en la superficie terrestre y que recubren ciones superficiales autóctonas o alteritas; como
parcial o totalmente el substrato. Pero también exis- el resultado de procesos de sedimentación o vol-
ten otros términos habituales en geología, relacio- cánicos, denominándose entonces formaciones
nados con el concepto de formaciones superficiales, superficiales alóctonas. En el primer caso, el límite
y cuyas definiciones son las siguientes. entre formación superficial y substrato suele ser
Regolito (regolith) es la capa de materiales no difuso, existiendo una gradación transicional en el
consolidados ni cementados, alterados, que incluyen grado de alteración y composición entre ambos; en
fragmentos de rocas y granos minerales, que des- el segundo caso el límite suele ser neto. Cuando
cansa sobre la roca sólida inalterada. Incluye el ma- la formación superficial es una mezcla de materia-
terial alterado in situ, procedente de cualquier clase les autóctonos, que incorpora cantidades variables
de roca (regolitos autóctonos), depósitos aluviales, de material transportado por el viento, caído de la
depósitos glaciares, eólicos y lacustres, así como los parte superior de la misma ladera (coluviones), se
materiales piroclásticos sueltos (regolitos alóctonos). suelen denominar formaciones superficiales para-
Es un concepto muy próximo al de formación super- autóctonas.
ficial, pero estas últimas pueden incluir también ma- Una de las características más importantes y
teriales rocosos, cementados o consolidados tales distintivas de las formaciones superficiales es que
como las tobas calcáreas, coladas volcánicas, cal- conservan rasgos morfológicos primarios. Esto
cretas, ferricretas, etc. que no pueden considerarse es, su forma es el resultado directo de los proce-
estrictamente como parte del regolito. sos que la han originado y, a diferencia de otras
Saprolito (saprolith, residual deposits) es el ma- unidades geológicas, el contexto geomorfológico
terial blando y friable que procede de la alteración del depósito tiene valor diagnóstico, pues ayuda

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1) – 9


Fig. 3. La morfología
de las formaciones
superficiales del
Cuaternario de este
mapa (en diversas
tonalidades de gris y
con diferentes tramas)
tiene valor diagnóstico
puesto que la forma y
localización ayudan a
identificar las terrazas,
la llanura de inundación,
los fondos de valles,
conos de deyección,
etc. Algo que no ocurre
con las formaciones del
Mioceno (color rojo y
naranja). Fuente: Mapa
Geológico 1:50.000, Hoja
nº 357 Sariñena (Salazar
y Hernández, 1998).

a determinar la génesis, o lo que es lo mismo, los Una definición completa de las formaciones
depósitos conservan rasgos morfogenéticos distin- superficiales debe incluir todos estos aspectos y
tivos (Fig. 3). podría ser: sedimentos, rocas sedimentarias, pi-
En cuanto a su litología, las formaciones super- roclastos y rocas volcánicas formadas y situadas
ficiales incluyen tanto materiales de origen exógeno en la interfase atmósfera-litosfera, incluyendo am-
(sedimentos recientes y alteritas) como endógeno bientes subacuáticos someros, con espesor métri-
(volcánicos). Pueden ser por lo tanto materiales de co a decamétrico, con o sin relación genética con el
carácter muy diverso, incluyendo toda clase de ma- substrato, pero estrechamente asociadas a la evo-
teriales detríticos, desde bloques a arcillas, depó- lución del relieve actual del que son su expresión
sitos organógenos (turbas), rocas de precipitación litológica. Las formaciones superficiales, además
química (costras carbonatadas, travertinos, costras de incluir siempre el regolito, incluyen cualquier
salinas, etc.), materiales residuales resultantes de material geológico consolidado que quede situado
la alteración de las rocas, y rocas eruptivas efusivas sobre el substrato y esté relacionado con los proce-
(lávicas) y explosivas (piroclásticas). sos superficiales (Fig. 4).

Fig. 4. Ejemplos de diferentes tipos de formaciones superficiales. 1) Ejemplo de formación superficial autóctona, alterita con desarrollo de un Cambisol
(horizontes edáficos A/Bw/BC/Cox/R). 2) Ejemplo de formación superficial alóctona, deposito aluvial con desarrollo de un Luvisol (horizontes edáficos A/E/
Bt/Cox/C/R). 3) Ejemplo de una formación superficial para-autóctona, alterita inhumada por un coluvión en el que se desarrollan niveles de Regosoles
sepultados sucesivamente (horizontes edáficos A/Cox/C; 2Cox/2C; 3A/3Cox/3C). 4). Ejemplo de formación superficial compleja, deposito aluvial cubierto
por coladas y brechas volcánicas con desarrollo de Leptosol (horizontes edáficos A/R). Fuente: elaboración propia.

10 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1)


El que un material geológico sea o no una for- blecer una estratigrafía local, que implica un modelo
mación superficial depende por lo tanto de su con- genético conceptual, y que posteriormente deberá
texto geológico y relación con el substrato, y no ser contextualizado con respecto a la estratigrafía y
de su edad. Aunque la mayoría de las formaciones modelos regionales. Los aspectos geomorfológicos,
superficiales son del Cuaternario, algunas pueden forma y localización, son así un aspecto tan impor-
tener edades más antiguas. Por el contrario, en de- tante en cualquier estudio del Cuaternario como
terminados contextos, un material de edad Cuater- puede ser la litofacies y biofacies, y el mejor método
nario puede no ser una formación superficial. Como de establecer esas relaciones morfo-lito-genéticas
veremos en el siguiente apartado, la subdivisión y es a través de la cartografía, pues el mapa, además
ordenación estratigráfica de los materiales del Cua- de indicar la ubicación de los materiales, permite
ternario se suele realizar según una metodología analizar la morfología de los depósitos. Desde esta
peculiar (Hughes, 2010), directamente relacionada perspectiva, la cartografía geológica juega un papel
con el carácter de formación superficial de dichos fundamental como metodología científica básica del
materiales. estudio del Cuaternario.
Por otro lado, el carácter de formación super-
ficial de muchos materiales del Cuaternario hace
ESTRATIGRAFÍA DEL CUATERNARIO Y que las relaciones temporales relativas entre las
CARTOGRAFÍA GEOLÓGICA unidades contiguas sigan también patrones pecu-
liares, que sin la ayuda de una cartografía resultan
Los geólogos del Cuaternario basan casi siem- muy difíciles de establecer (Fig. 6). Aunque en todos
pre su trabajo en la observación de las formas del re- los casos el principio general de superposición de
lieve, la morfología o landforms, mediante imágenes estratos se cumple en una misma vertical de cual-
aéreas, mapas topográficos y modelos digitales del quier afloramiento, las relaciones entre unidades
relieve, así como en la descripción en el campo de la próximas pueden seguir otros patrones, que a veces
litología (Fig. 5). A partir de dichos datos, es preciso pueden llegar a ser bastante complejos.
inferir los procesos genéticos de los materiales, lo Las relaciones de superposición entre unida-
que permite su división en unidades homogéneas en des del Cuaternario tan solo son habituales en los
cuanto a su lito-morfo-génesis (Lee y Booth, 2006). ambientes sedimentarios más o menos cerrados,
Una vez establecidas las interrelaciones entre las como por ejemplo en los lagos y en las cuencas
diferentes unidades consideradas, es posible esta- subsidentes. En estos casos, el empleo de técni-

Fig. 6. Las relaciones


Fig. 5. El método cartográfico para el Cuaternario (o forma- espacio-temporales
ciones superficiales) parte de la observación de las formas entre las unidades del
del terreno (landforms) y la litología y progresa mediante Cuaternario puede
la interpretación de los procesos y la génesis hacia la de- seguir tres patrones
finición de unidades morfo-lito-genéticas, lo que permite básicos: superposición,
establecer una estratigrafía local y un modelo conceptual. yuxtaposición y
Fuente: Lee y Booth (2006), con algunas simplificaciones. encajamiento.

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1) – 11


cas clásicas de correlación estratigráfica a par- En mayor o menor medida, existen materiales del
tir de secciones levantadas en afloramientos, o Cuaternario en las proximidades de cualquier centro
procedentes de testigos de sondeos, puede ser docente, quizás incluso con su agente creador aun
factible, y la cartografía geológica juega un papel activo (arroyo, río, ladera inestable, etc.). Por ello,
secundario. Esto se debe a que en realidad casi es casi seguro que cualquier escapada al campo
todos los materiales del Cuaternario acumulados puede ser una buena ocasión para visitar algún
en la cuenca no tienen el carácter de formaciones afloramiento de materiales geológicos recientes. La
superficiales, tan solo los últimos depósitos lo son. observación de la litología, debe ir acompañada de
Un ejemplo de esta situación puede ser la cuenca un análisis de la morfología y localización mediante
intramontana de Guadix - Baza, situada en la cordi- mapas topográficos o geológicos, lo que permitirá
llera Bética (Pla-Pueyo et al., 2011). discutir la relación existente entre los tres elemen-
Por el contrario, en otros contextos geológicos, tos imprescindibles en el análisis de una formación
con sistemas sedimentarios más abiertos y cam- superficial: forma, litología y agente genético.
biantes, el medio de depósito se desplaza en el
tiempo y las relaciones entre unidades siguen patro-
nes más complejos. La yuxtaposición de los depó- BIBLIOGRAFÍA
sitos sucesivos suele ser habitual en los ambientes
glaciares, cuyos frentes están en retroceso. Un buen Alexandrowicz, S.W. (2006). The Polish initiative in
ejemplo sería el conjunto de depósitos glaciares y creation of the International Union for Quaternary Re-
glacio-lacustres de los valles de Escarra y Lana Ma- search (INQUA). En: The Global and the Local: The History
of Science and the Cultural Integration of Europe, Procee-
yor, en la margen derecha del alto valle del Gállego
dings of the 2nd ICESHS (Ed.: M. Kokowski). European So-
(Pirineo oscense), cuyo ordenamiento en el tiempo ciety for the History of Science, Cracovia (Polonia), 194-197
necesita necesariamente del apoyo de una cartogra-
Asch, K. (2011). The Earth Beneath Our Feet: Start of
fía geomorfológica detallada que ayude a identificar
the International GIS and Map of Quaternary Geology of
y ordenar los sucesivos arcos morrénicos (García Europe. En: Proceedings of the 17th Meeting of the Asso-
Ruiz et al., 2001). ciation of European Geological Societies – MAEGS (Eds. N.
En los valles fluviales es muy frecuente que las Banjac , L. Savic´, A. Maran, M. Cukavac, M. Ganic´, Z. Nikic´).
relaciones entre unidades se organicen a partir del Serbian Geological Society, Belgrado (República de Ser-
encajamiento sucesivo, dando lugar a los típicos sis- bia), 47-48.
temas de terrazas fluviales escalonadas, en los que Bardají, T. y Zazo, C. 2009. El Cuaternario: un “nuevo”
las unidades situadas a mayor altura relativa son período en la escala Geocronológica global. Enseñanza de
más antiguas. La geografía de la península Ibérica las Ciencias de la Tierra, 17(1), 37-43.
está plagada de magníficos ejemplos de sistemas de Bargel, T.H. (2003). Quaternary geological mapping of
terrazas, en especial junto a las grandes arterias flu- Central Fennoscandia and Nordland: Deglaciation, deposi-
viales del Duero, Ebro, Tajo y Guadalquivir. Un buen tion, stratigraphy and applications. Doktor Ingeniør Thesis.
ejemplo lo constituye el sistema de terrazas del río Department of Geology and Mineral Resources Enginee-
Cinca (Peña y Sancho, 1988), cuyas relaciones tem- ring, NTNU, 324 p.
porales relativas pueden ser analizadas con el apo- Bretz, J.H. (1939). Geology of the Chicago region: Part I
yo de la cartografía. General. Illinois State Geological Survey, Bulletin B65, Par-
En otros casos, las relaciones entre unidades se te I, 118 p. y 1 mapa.
establecen mediante una combinación de los tres Bretz, J.H. (1955). Geology of the Chicago region: Part
patrones básicos. Así es en el caso de los sistemas II The Pleistocene. Illinois State Geological Survey, Bulletin
de abanicos aluviales, en que las unidades más re- B65, Parte II, 132 p. y 24 mapas.
cientes se encajan con respecto a las anteriores en Bristow, H.W., Dawkins, W.B., Woodward, H.B., y
la zona apical y, por medio de su yuxtaposición, se Penning, W.H. (1871). Geological map series Drift, Sheet
superponen a las anteriores aguas abajo. 1NE, Chelmsford, Maldon, Ingatestone, Billericay, scale
1:63360. Geological Survey of England and Wales.
Cohen, K.M. y Gibbard, P. (2011). Global chronostra-
CONCLUSIONES: CUATERNARIO Y tigraphical correlation table for the last 2.7 million years.
Subcommission on Quaternary Stratigraphy (International
CARTOGRAFÍA EN LA EXCURSIÓN DIDÁCTICA
Commission on Stratigraphy), Cambridge, England.

Como hemos tratado de explicar en este artícu- Crandell, D.R. (1969). Surficial Geology of Mount Ra-
inier National Park, Washington. U.S. Geological Survey
lo, los materiales geológicos del Cuaternario gozan
Bulletin 1288. 41 p. y 1 mapa.
casi siempre de las cualidades que permiten afirmar
que son formaciones superficiales y, por ello, su es- Elias, S.A. (2007a). Societal relevance of Quaternary
research. En: Encyclopedia of Quaternary Science (Ed.: S.A.
tudio necesita del apoyo del mapa geológico como
Elias). Elsevier, Oxford, 17-25.
herramienta básica para su análisis, clasificación
y ordenamiento temporal relativo. Esto se debe al Elias, S.A. (2007b). Introduction, History of Quaternary
hecho de que su morfología contiene información Science. En: Encyclopedia of Quaternary Science (Ed.: S.A.
Elias). Elsevier, Oxford, 10-18.
diagnóstica necesaria para determinar su origen,
esto es, conservan rasgos morfogenéticos origina- García Ruiz, J.M., Martí Bono, C., Valero Garcés, B. y
les. Así mismo, las relaciones espacio - temporales González Sampériz, P. (2001). La evolución de los glacia-
res del Pleistoceno Superior en el Pirineo Central español.
existentes entre unidades sucesivas siguen patro-
El ejemplo de los glaciares de Escarra y Lana Mayor, Alto
nes de yuxtaposición o encajamiento, que necesitan Valle del Gállego. Cuaternario y Geomorfología, 15 (1-2),
de la cartografía geológica como herramienta de 103-119.
correlación.

12 – Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1)


Head, M.J., Gibbard, P. y Salvador, A. (2008). The Qua- Pla-Pueyo, S., Viseras, C., Soria, J.M., Tent-Manclús,
ternary: its character and definition. Episodes, 31(2), 234- J.E. y Arribas, A. (2011). A stratigraphic framework for the
238. Pliocene-Pleistocene continental sediments of the Guadix
Hughes, P.D. (2010). Geomorphology and Quaternary Basin (Betic Cordillera, S. Spain). Quaternary International,
stratigraphy: The roles of morpho-, litho-, and allostratigra- 243 (1):16–32.
phy. Geomorphology, 123 (3–4), 189-199. Rabano, I. (2015). Los Cimientos de la Geología: La Co-
Kropotkin, P.A. (1876). Research on the Glacial Period. misión del Mapa Geológico de España (1849-1910). IGME,
Memorias de la Sociedad Geográfica del Imperio Ruso, Madrid, 329 p.
Sección de Geografía física y matemática (original en ruso). Rabbitt, M.C., (1989). The United States Geological
San Petersburg, dos volumnes. Survey: 1879-1989. U.S. Geological Survey Circular 1050,
Lee, J.R. y Booth S.J. (2006). Quaternary Field Map- 52 p.
ping: Lowland Britain. British Geological Survey Keyworth, Salazar Rincón, A. y Hernández Samaniego, A. (1998).
Nottingham. BGS Internal Report, IR/06/099. 78 p. Mapa Geológico. En: Mapa Geológico de España Escala
Milanovsky, E.E. (2000). The Plio-Pleistocene glacia- 1:50.000, Hoja nº 357 Sariñena (Ed.: ITGE). ITGE, Madrid.
tion in Eastern Europe, Siberia, and the Caucasus: Evolu- Vener, L. (2006). Provincial Geology and the Industrial
tion of thoughts. Eclogae Geologicae Helvetiae, 93, 379- Revolution. Endeavour, 30, 76-80.
394.
Voges, A. (Ed.) (1967-1995). International Quaternary
Murchison, R.I. (1836). The gravel and alluvia of S. Wa- Map of Europe scale 1:2,500,000. BGR-UNESCO, Hannover
les and Siluria, as distinguished from a northern drift cove- (Alemania), 14 mapas y 1 leyenda. n
ring Lancanshire, Cheshire, N. Salop, and parts of Worces-
ter and Gloucester. Proceedings of the Geological Society
of London, 2 (43), 230-336.
Peña, J.L. y Sancho, C. (1988). Correlación y evolución Este artículo fue solicitado desde E.C.T. el día 10 de octubre
cuaternaria del sistema fluvial Segre-Cinca. Cuaternario y de 2016 y aceptado definitivamente para su publicación el
Geomorfología, 2, 77-83. 25 de diciembre de 2016

Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 2017 (25.1) – 13

También podría gustarte