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Revista de Estudios Andaluces, n. 0 9 (1987), pp.

41-54
https://doi.org/10.12795/rea.1987.i09.02

APORTACION DE LA GEOMORFOLOGIA
APLICADA A LA ORDENACION DEL
TERRITORIO Y EL MEDIO AMBIENTE
EN EL OCCIDENTE ANDALUZ

Joaquín RODRIGUEZ VID AL*

1. INTRODUCCION

La Geomorfología es la ciencia que estudia las formas del terreno, las clasifica
y explica su génesis. Esta aparente simplicidad de objetivos se complica enorme-
mente cuando analizamos en profundidad el relieve de una región y estudiamos
la interrelación de los modelados funcionales con los paleomodelados, genera-
dos en otras épocas geológicas y bajo distintas circunstancias.
El carácter actualista de la geomorfología es el que confiere a esta ciencia su
mayor aplicabilidad. La interferencia de los procesos y de los agentes de la diná-
mica externa con las actividades y actuaciones humanas, y sus consecuencias, en
algunas ocasiones catastróficas (inundaciones, maremotos, desertización, etc.),
ponen de relieve el interés de estos estudios. Recientemente, GUTIERREZ
ELORZA y PEREZ GONZALEZ (1984), en un estudio estadístico sobre los
trabajos de Geomorfología y Cuaternario publicados en España entre 1975 y
1982, evidencian la escasez de los de carácter aplicado (2,7 % del total consulta-
do) y la necesidad, sobre todo , de profundizar en la cartografía geomorfológica
y de riesgos , evaluación de terrenos y en la geomorfología aplicada a la Agricul-
tura, Urbanismo y Obras Públicas.

( *) Profesor Titular de Geodinámica. Universidad de Sevilla.


Presidente de AEQUA-Grupo Andaluz de Cuaternario.

(11
42 JoaqufnRodrfguez Vida/

La relativa juventud de la geomorfología, como ciencia aplicada, ha sido el


mayor impedimento para su correcta utilización. El enorme esfuerzo que supone
el poner a punto un equipo de geomorfólogos bien formados, con material ade-
cuado y utilizando técnicas depuradas, ha limitado las posibilidades de desarrollo
de la geomorfología en casi todos los países. Sólo en estas dos últimas décadas,
algunos buenos ejemplos de desastres ingenieriles o de planificación territorial,
han permitido a la geomorfología jugar el papel que le corresponde, sobre todo
en el ámbito de cartografía de riesgos.
La investigación aplicada que España realiza en este campo de las Ciencias de
la Tierra es escasa y mal planificada, tanto desde la Universidad como en otros
entes estatales o autonómicos, ya que aún no se han fijado con seguridad las lí-
neas de trabajo a seguir. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC), en su programación sectorial para 1988-92, prevee un subprograma cuyo
título es "Dinámica de sistemas naturales y bases para la gestión de recursos y
medio ambiente" , una de cuyas lineas principales es la relativa a la dinámica geo-
morfológica. El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) es otro orga-
nismo que también dedicará recursos económicos a la investigación de geología
ambiental, como la protección del medio ambiente, riesgos geológicos y ordena-
ción territorial , en los que los estudios geomorfológicos serán bien valorados.
Dentro del contexto nacional, la Comunidad Autónoma de Andalucía ocupa
un lugar destacado en la búsqueda de soluciones humanizables a la política me-
dioambiental y ordenación del territorio. La Agencia de Medio Ambiente está
desarrollando varios programas, modélicos en su concepción (S. I. N.A.M .B. A.,
Recursos Naturales, Inventario permanente de litorales, ... ), que en un futuro
próximo supondrán la mayor base de datos sobre medio físico, disponibles para
los estudios de geomorfología aplicada, sobre todo de carácter preventivo. De
igual manera, la geomorfología tiene un gran futuro en los estudios de Impacto
Ambiental, donde las características estáticas y dinámicas del relieve juegan un
papel primordial, al ayudar a predecir y valorar los tipos de impactos existentes
en una zona y, consecuentemente, tomar las medidas correctoras oportunas.
Para poder iniciarnos en los estudios geomorfológicos de esta región, se hace
preciso un amplio conocimiento plurisdiciplinar de materias básicas referentes al
medio físico, como son la geología de procesos externos, la geografía física, la hi-
drología, etc. Al mismo tiempo, es necesario realizar observaciones a varias es-
calas ( de espacio y de tiempo), puesto que tanto los modelados como los proce-
sos que los generan actúan de distinta forma a escalas diferentes.
Dentro de este contexto múltiple, en el que la geomorfología se desenvuelve,
vamos a realizar un recorrido por entre aquellas problemáticas más evidentes en
las que esta ciencia puede aportar soluciones, al mismo tiempo que se enumeran
algunos ejemplos aplicados.

[2]
Aportación de la geomorfología aplicada a la ordenación del territorio
y el medio ambiente en el occidente andaluz 43

2. SISTEMAS MORFOCLIMATICOS Y PROCESOS


MORFOGENETICOS

Una de las ramas más importantes en la geomorfología, sujeta a profundos y


rápidos cambios, es la climática; es decir, el clima como generador de relieve.
Los estudios meteorológicos y climáticos en Andalucía Occidental han sido
hasta ahora abundantes y precisos, analizando las variaciones espaciales y tem-
porales de la precipitación, temperatura, evapotranspiración, etc. y orientando
su carácter aplicado, en algunas ocasiones, hacia el control de las inundaciones
del río Guadalquivir (VANNEY, 1970) y la génesis de las avenidas fluviales
(DURAN y LAMAS, 1985), o hacia los medios periglaciales de montaña (D IAZ
DEL OLMO y RUBIO, 1984).
La importancia creciente que los procesos de la dinámica externa ejercen so-
bre la actividad humana, sobre todo los de tipo catastrófico, y su estrecha vincu-
lación climática, obliga al geomorfólogo a realizar un estudio morfoclimático de
la región, donde se contemple una distribución cartográfica de aquellos procesos
que actúan dominántemente en cada zona y sus consecuencias en la transforma-
ción del relieve y evolución del paisaje (RODRIGUEZ VIDAL, 1982).
En este marco morfoclimático deben enmarcarse las variaciones reales obser-
vadas, respecto del modelo teórico cartográfico, buscando las circunstancias cli-
máticas, litológicas, antrópicas, etc., que han provocado dichas desviaciones. De
igual manera, es de gran importancia conocer los umbrales que controlan la efec-
tividad morfogenética de cada proceso físico-químico y establecer sus curvas de
variación.
El establecimiento de este complejo rompecabezas, que relaciona la morfocli-
matología teórica con la morfogénesis real, va a ser la base adecuada que nos
ayudará a comprender mejor la dinámica de los procesos externos, el por qué de
su existencia en ese lugar y momento y los cambios morfológicos presentes y fu-
turos del relieve. Cambios, en algunas ocasiones, débiles e imperceptibles; rápi-
dos y catastróficos en otras.

3. CARTOGRAFIA GEOMORFOLOGICA Y DE RIESGOS

Las técnicas instrumentales en fotogrametría y teledetección han sufrido una


verdadera revolución en estos últimos años, sobre todo a partir de la información
aportada por los satélites de recursos naturales, como el Landsat o el reciente
Spot. El tratamiento informatizado de las imágenes obtenidas por dichos satéli-
tes, y su posterior contraste con los datos de campo, está suponiendo en la actua-
lidad una total innovación en las cartografías de dinámicas de procesos y en la

[3]
44 Joaquín Rodríguez Vida/

predicción de riesgos naturales. Todo ello sin olvidar, por supuesto, la cartogra-
fía geomorfológica, a diferentes escalas, obtenidas con fotointerpretación y la-
boriosos trabajos de campo.
La cartografía geomorfológica supone un compromiso gráfico, al representar
en el espacio y en el tiempo una serie de modelados, generados por varios proce-
sos. La elaboración de este trabajo permite un detallado conocimiento morfodi-
námico de la región y localizar así, con más precisión, los problemas de tipo apli-
cado y su distribución areal.
Los trabajos cartográficos realizados hasta ahora por la Agencia de Medio
Ambiente de la Junta de Andalucía, permiten disponer de una base de datos su-
ficiente a pequeña escala, como para empezar a situar objetivos de mayor interés
a media escala (VANNEY y MENANTEAU, 1985) y, más adelante, resolver
problemas a escalas mayores (menor de 1:10.000) en áreas de interés preferente;
como núcleos urbanos, zonas rurales o costeras. Estos últimos tipos de escala de
mapas geomorfológicos, a los que se superponen los procesos que actúan y sus
impactos areales presentes y previsibles en un futuro próximo, constituyen las
cartografías de riesgos naturales que de tanta utilidad son en la planificación terri-
torial y que aún no se utilizan, con la suficiente asiduidad, como herramienta de
trabajo.
A la vista de este planteamiento se hace evidente, por tanto, la necesidad de
que los organismos oficiales competentes dispongan de una cartografía geomor-
fológica regional, a escala media (1:50.000 ó 1:25.000), capaz de ser utilizada en
problemas de carácter amplio y, a su vez, ser reconvertida en otra cartografía
aplicada, a mayor escala, en aquellas zonas propensas a riesgos naturales o don-
de sean previsibles determinados impactos ambientales.

4. GEOMORFOLOGIA E HIDROLOGIA

Desde el momento en que el agua de lluvia cae sobre la superficie terrestre, co-
mienza su viaje hasta encontrar un nivel de base estable. Dependiendo de lamo-
dalidad del transporte, el agua puede penetrar en el suelo y favorecer la actividad
vegetal, junto con un desarrollo de los procesos de meteorización química, o
bien escurrir por su superficie y establecer una permanente dinámica erosivo-
acumulativa capaz de transformar el aspecto del relieve.
La irregularidad de las precipitaciones es una característica fundamental en el
clima de esta región, aunque los casos más extremos se localizan en la provincia
de Almería. El análisis estadístico de estas variaciones, a lo largo de todos los
años de los que disponemos de registro, permiten encontrar una posible periodi-
cidad en su ritmo y, tal vez, predecir su comportamiento futuro.

14]
Aportación de la geomorfología aplicada a la ordenación del territorio
y el medio ambiente en el occidente andaluz 45

Las características del medio físico (geología, suelos, orografía, etc.) y, en


gran medida, el régimen de las precipitaciones, condicionan la potencial erosio-
nabilidad de los terrenos y las repercusiones del agua transportada hacia zonas
distantes (crecidas e inundaciones). De esta manera, la hidrología de una cuenca
incide directamente sobre aspectos geomorfológicos locales, como los desliza-
mientos de vertiente, acarcavamientos y fenómenos de colapso; o bien sobre
otros de carácter más general, como la desertización o las inundaciones.
Los estudios geomorfológicos deben orientarse, por tanto, en dos direcciones:
los que afectan al comportamiento de cuencas hidrográficas y los relativos a pro-
cesos locales. La magnitud del impacto ambiental va en relación directa con la
del fenómeno y las medidas previsoras a tomar deben de guardar la misma pro-
porción.
El análisis de cuencas debe tener en cuenta la realización de mapas geoam-
bientales, la repoblación con especies adecuadas de la cubierta vegetal en las ver-
tientes, una agricultura y pastoreo en consonancia con los caracteres físicos del
medio y una localización de obras públicas (presas, carreteras, puentes, ... ) en los
lugares y con las características idóneas. En este sentido habría que decir: el in-
geniero diseña y construye, el geomorfólogo ubica. Ninguna administración
debe olvidar los errores cometidos en este sentido y tiene la obligación de evitar
que sus actuaciones sean la causa de males mayores.
Deben estudiarse con decisión la pérdida de suelo agrícola por el acarcava-
miento (badland) o sufosión (piping) en materiales limo-arcilloso; las areas pre-
ferentes de acumulación aluvial rápida, como son los conos de deyección; el ate-
rramiento de presas; la estabilidad de márgenes fluviales y su dinámica de ver-
tientes asociada. En general, todos aquellos fenómenos ligados a la hidrología y
que son capaces, en ocasiones, de ser reproducidos en modelos a escala, tanto en
el campo como en el laboratorio.

5. DINAMICA DE VERTIENTES

Las vertientes son unidades morfológicas en las que se verifica un trasiego de


materia y energía, desde sus partes más elevadas hasta el fondo de los thalveg co-
rrespondientes. Los mecanismos de esta dinámica y su velocidad de desplaza-
miento están vinculados sobre todo a las pendientes, naturaleza litológica y dis-
ponibilidad de agua (precipitación o arroyada).
El equilibrio alcanzado por una vertiente, a lo largo de centenares o miles de
años, puede romperse por causas naturales (socavamiento fluvial, sismicidad,
karstificación) o antropogénicas (vías de comunicación, minería, desforesta-
ción) y la respuesta suele ser casi siempre rápida o, incluso, inmediata.

(5]
46 Joaquín Rodríguez Vida{

Los movimientos a lo largo de una vertiente son estudios relativamente fáciles


de realizar, muy vinculados con la Mecánica de suelos y de rocas, y aunque se
realizan sólo en aquellos casos más llamativos, como por ejemplo el deslizamien-
to de Olivares en Granada (DURAN, 1986), no existe en nuestra región una car-
tografía que plasme aquellas vertientes con mayor riesgo potencial al desplaza-
miento.
La inestabilidad de laderas supone una amplia gama de tipos de movimientos
(COROMINAS y ALONSO, 1984), que implican tanto a formaciones superfi-
ciales como a substrato rocoso y con mecanismos muy variados: desprendimien-
tos, vuelcos, deslizamientos rotacional y traslacional, flujos (coladas de barro,
solifluxión) y movimientos complejos.
Entre las áreas más propensas a estos movimientos en laderas figura la zona
Subbética (DIAZ DEL OLMO, 1981), donde las arcillas y margas del Trías, al
pié de elevaciones calizas, provocan una gran inestabilidad; y la amplia extensión
de margas y arcillas terciarias en el Bajo Guadalquivir. En esta última zona, por
ser asiento de la ciudad de Sevilla y su área de influencia, junto con el previsible
desarrollo que experimentará de cara a la próxima Exposición Universal de
1992, se deben realizar todos los estudios geomorfológicos necesarios para pre-
venir la gran interferencia que la actividad antrópica ejercerá sobre el medio fí-
sico y sus posibles repercusiones.
Varios ejemplos de esta dinámica de proceso-respuesta en vertientes las tene-
mos en las edificaciones de los diversos pueblos asentados en el borde de la mar-
gen oriental de los Alcores (Carmona, El Viso, Mairena, Alcalá de Guadaira)
(DRAIN et al., 1971), donde se observan numerosos deslizamientos históricos
de paquetes de calcarenitas y de antiguos depósitos de vertientes a favor de mar-
gas miocenas (margas azules). Las orientaciones de las fracturas en la formación
calcarenítica (RODRIGUEZ VIDAL y GONZALEZ DIEZ, 1987) condicio-
nan la morfología del frente del escarpe y su paulatino retroceso por desprendi-
mientos de grandes bloques que, como indicó BONSOR (1918), pudieron ini-
ciarse por actividad sísmica. La funcionalidad de estos fenómenos aún puede
comprobarse en algunas de las edificaciones que se localizan en el mismo borde
del escarpe, como ocurre con el Parador Nacional de Carmona, cuya fachada
meridional se asienta sobre una amplia fractura de dirección ENE-OSO (figura
1) que correspondería con la cicatriz de despegue de un deslizamiento histórico
(año 1504, según BONSOR), aún no estabilizado, que está provocando grietas
con desplazamiento hacia el S en el edificio.
La construcción en estas zonas inestables de cabecera de vertiente, comportan
un riesgo que debe ser prevenido o evitado; tanto por las pérdidas económicas en
el Patrimonio histórico o, incluso, humanas que puedan suponer.

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Aportación de la geomorfo/ogía aplicada a la ordenación del territorio
y el medio ambiente en el occidente andaluz 47

Figura 1. Corte esquemático, sin escala, de los sucesivos deslizamientos rotacionales que configuran la
vertiente S. y SE. de los Alcores en Carmona. El deslizamiento más reciente, aún funcional, afecta a la
estructura del Parador con grietas sintéticas y antitéticas.

6. KARSTIFICACION

La meteorización química de las rocas carbonatadas origina modelados super-


ficiales y subterráneos muy típicos y bien diferenciados. Estas circunstancias han
atraido, desde los inicios de la geomorfología, a un gran número de investigado-
res que se ocupaban de estas zonas denominadas kársticas.
La disolución de las calizas es un proceso muy lento a nivel humano pero, en
ocasiones, puede ser motivo de impactos ambientales o de acarrear riesgos a la
actividad humana; como son los hundimientos en el fondo de dolinas, inunda-
ción de poljes utilizados con fines agrícolas, inutilización de presas por escapes
subterráneos de agua, grandes deslizamientos de ladera, etc.
El fenómeno de la karstificación no es exclusivo de las rocas calizas, sino que
afecta a todas aquellas que son capaces de ser disueltas; produciéndose, en mu-
chos casos, una convergencia de formas. Si la roca es fácilmente soluble, como su-
cede con el yeso, la morfología kárstica es más efímera y su evolución puede ser
contemplada a lo largo de la vida del hombre. Es por ello, que las regiones con
karst yesífero aflorante o con cubierta aluvial, son tan poco recomendables para
la actividad humana; ya que la ubicación de cualquier edificio, vía de comunica-
ción o labor agrícola, por ejemplo, va a estar sometida a asentamientos paulati-
nos del terreno.

[7J
48 Joaquín Rodríguez Vida!

Los afloramientos de yeso en Andalucía son muy amplios y están siendo re-
cientemente estudiados (DURAN y MOLINO, 1986), sobre todo en aquellas
zonas donde ocupan una mayor superficie. En Andalucía Occcidental hay bue-
nos afloramientos en Coripe-Pruna (Sevilla), Morón de la Frontera (Sevilla),
Puente Genil-Ecija (Córdoba-Sevilla) y Medina Sidonia (Cádiz), pertenecientes
al Trías en facies germano-andaluz. En estas zonas, la karstificación está bien de-
sarrollada, con profusión de morfologías superficiales (cañones, dolinas, torcas,
lagunas, ... ) y subterráneas (cuevas y simas).
Desde el punto de vista aplicado, la problemática más frecuente de la disolu-
ción de los yesos es la relacionada con sus aspectos geotécnicos; sobre todo en In-
geniería Civil. La cartografía geomorfológica de estas regiones se hace necesaria
para localizar los focos actuales de mayor actividad, estudiar su génesis y prede-
cir su comportamiento y, a partir de esa información, elaborar mapas a mayor es-
cala (1 :1.000 a 1:5.000) que permiten delimitar áreas de riesgo y sus tipos.

7. GE OMORFOLOGIA COSTERA

La costa ha supuesto para la humanidad , desde tiempos remotos, una fuente


inagotable de recursos y un lugar de asentamiento para su industria, comercio,
etc . La importancia de este hecho viene marcada por la ocupación actual que la
humanidad ejerce sobre estas zonas, del orden de los dos tercios del total de ha-
bitantes del planeta.
La vocación marina de muchos pueblos y naciones ha estado condicionada por
la longitud de sus costas y el uso ha dependido de sus características morfológicas
(acantilados , playas , ensenadas, ... ). Los 7.880 km. que España posee, son un
buen ejemplo de estas circunstancias y así lo demuestran los numerosos avatares
históricos de nuestro país. La Comunidad de Andalucía también es representati-
va de estos hechos y añade la bipolaridad que marca su contacto con dos mares
bien distintos , el Mediterráneo y el Atlántico.
Desde el punto de vista del medio físico, las zonas costeras son dinámicamente
complejas. El continuo trasvase de materia y energía entre los medios marino y
continental, junto con el amplio abanico de agentes y procesos actuantes a lo lar-
go del espacio y del tiempo, motivan la profunda sensibilidad de los litorales a
cualquier variación natural o antrópica de su equilibrio dinámico (DABRIO et
al., 1980). Desde esta perspectiva, los estudios de geomorfología costera deben
de plasmar la ordenación de sectores bien localizados dentro de un espacio geo-
gráfico mucho más amplio (p.e. litoral atlántico andaluz), donde la dualidad pro-
ceso-respuesta es evidente y, además, repercute a lo largo de prolongadas distan-
cias y con efectos no previsibles en magnitud.

(8)
Aportación de la geomorfología aplicada a la ordenación del territorio
y el medio ambiente en el occidente andaluz 49

Si nos centramos en la fachada atlántica del litoral andaluz, existen algunos


problemas actuales o previsibles que deben ser tenidos en cuenta de cara a una
ordenación general y a su marco legal correspondiente (ley de Costas):

Variaciones del nivel del mar.


Actividad sísmica.
Corrientes marinas.

Las variaciones experimentadas por el nivel del mar en tiempos recientes son
fundamentales en este tipo de litorales , donde el relieve es muy suavizado y
abundan las áreas inundadas (estuarios, marismas, lagunas). Las evidencias
morfológicas de esta historia evolutiva proveen al investigador de una herra-
mienta útil para predecir tendencias futuras y así ayudar a una mejor ordenación
territorial. A este respecto, sería conveniente el hacernos algunas preguntas:
¿cual es la tendencia natural de las principales áreas inundables (marismas del
Odiel y Doñana) frente a una elevación o descenso del nivel del mar? ¿qué áreas
de localización preferente serían las adecuadas para el futuro desarrollo turístico
de la costa atlántica (RUBIO, 1987)? ¿cómo debería ser la planificación urbana
e industrial (Huelva y Bahía de Cádiz) frente a estas oscilaciones marinas? Las
contestaciones adecuadas son por ahora difíciles de responder, aunque no por
ello deben dejar de buscarse, ya que el fenómeno de ascenso o descenso del nivel
del mar es históricamente comprobable y podría, a largo plazo, tener unas conse-
cuencias muy graves.
La actividad sísmica, dentro del marco costero de este sector atlántico, es un
riesgo igualmente constatado por varios autores (UDIAS et al., 1976), quepo-
nen de manifiesto la posibilidad de que algún terremoto de elevada intensidad,
que se produzca a lo largo de la falla Azores-Gibraltar, provoque maremotos ca-
paces de causar importantes daños en aquellos puntos donde la morfología coste-
ra los facilite.
Las corrientes marinas son agentes de transporte cuyos efectos, a lo largo del
litoral, provocan un continuo cambio en su morfología, debido al variable traza-
do de su circulación en superficie o en profundidad. Aunque se conocen las pau-
tas generales de las corrientes atlánticas en el Golfo de Cádiz o la circulación ma-
real en los estuarios, muchos fenómenos detectados en la actualidad que afectan
a la actividad humana (contaminación, acuicultura, enarenado de puertos), pa-
recen no poder explicarse con los modelos propuestos, sino que serían necesarios
nuevos estudios de carácter oceanográfico y de teledetección.

[9)
50 Joaquín Rodríguez Vida/

8. GEOMORFOLOGIA APLICADA A LA NEOTECTONICA

Los estudios de sismicidad y de tectónica reciente han demostrado que ciertas


zonas de la corteza terrestre se encuentran sometidas a esfuerzos y en permanen-
te desequilibrio interno. La manera en que dichos esfuerzos se liberan varía en
el espacio y el tiempo, al igual que el aspecto que adopta el relieve trás la defor-
mación.
La Sismotectónica trata de estudiar estos movimientos actuales, busca su gé-
nesis y se orienta hacia una predicción de la intensidad y localización de los sis-
mos. Los movimientos algo más antiguos se estudian por referencias históricas y
los de mayor antigüedad por medio de criterios tectónicos ( análisis estructural).
Sin embargo ciertas áreas corticales no son factibles de ser estudiadas por méto-
dos convencionales y si necesitamos conocer su tradición sísmica, en épocas geo-
lógicas recientes (Plioceno-Cuaternario), es necesario utilizar otros criterios que
puedan sernos de utilidad.
La cartografía geomorfológica regional y los caracteres morfométricos de de-
terminados modelados ayudan a descubrir deformaciones en el relieve, tanto si
afectan a formas erosivas o deposicionales, y a situarlas de manera relativa en el
tiempo (G UTIERREZ ELORZA et al., 1984). Los métodos de datación radio-
métricos, arqueológicos y paleontológicos contribuyen a la elaboración de un
cuadro cronológico más preciso de dichas deformaciones. En casos concretos,
que así lo requieran, se realizan cartografías de procesos y modelados en áreas
más reducidas, que suelen ser de gran utilidad a la hora de predecir inestabilida-
des en el relieve y elaboración de nuevos modelados sismogenerados (mapas de
riesgos geológicos).

La actividad tectónica en Andalucía Occidental ha sido esbozada por VI-


GUIER (1974), que definió un conjunto de posibles alineaciones tectónicas y de-
formaciones domáticas (figura 2) que habrían actuado durante el Neógeno y
Cuaternario. Futuros trabajos geomorfológicos más precisos podrán confirmar
este modelo o cambiarlo parcialmente.

Se hace igualmente necesario el conocer la incidencia que tendría la sismicidad


como iniciadora de procesos morfogenéticos; sobre todo en una zona, como la
nuestra, con numerosos antecedentes de sismos históricos (UDIAS et al., 1976)
y algunos tan intensos como el de Carmona en el año 1504.

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Figura 2. Principales elementos estructurales de la cuenca del Guadalquivir occidental (según VIGUIER.
1974). 1: Límite de los olitostromas hacia el N. 2: Falla. 3: Falla probable. 4: Flexión. 5: Inflexión del zó-
~ calo. 6: Eje anticlinal. 7: Límite de la zona interna-zona externa de las Béticas. u,
......
52 J oaqu(n Rodríguez Vida/

9. GEOMORFOLOGIA ANTROPICA

La incidencia de la actividad humana sobre el medio físico tuvo sus inicios du-
rante el Neolítico. La importancia de la humanización del paisaje en la actuali-
dad llega a tales extremos, que se evalúa la actividad antrópica como el principal
agente morfogenético sobre el planeta, debido principalmente a la brusca ruptu-
ra de equilibrios que desencadena en los sistemas naturales y a la amplitud de ac-
tuación sobre cualquier tipo de medio. Además, hay que considerar que las acti-
vidades humanas sirven de catalizadores para que se acelere la dinámica de de-
terminados procesos erosivos o, incluso, para que aparezcan otros nuevos.
La permanente desidia del hombre respecto del medio que le rodea y su conti-
nua e incontrolada actuación , ha acarreado la transformación de un paisaje equi-
librado en otro en permanente inestabilidad. La climatología mediterránea que
existe en nuestro territorio andaluz, con una estacionalidad bien marcada, cam-
bios bruscos de temperatura y precipitaciones intensas e irregularmente reparti-
das, favorecen el fenómeno de la desertización, tan acentuado en la región de Al-
mería, pero que es un problema igualmente grave en toda la Comunidad.
Aunque la actividad antrópica se ejerce en cualquier territorio, existen algu-
nos medios naturales y determinados relieves que son más propensos, por sus ca-
racteres dinámicos, a modificarse por la intervención humana. En este sector oc-
cidental se podrían citar: la modificación del perfil costero (diques y puertos),
desforestación y prácticas agrícolas inadecuadas, edificaciones y vías de comuni-
cación en vertientes y actividad minera o en canteras.

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Figura 3. Impactos principales de la actividad humana en la costa de Huelva (según DABRI0 y POLO,
1987). Y: erosión costera. K: sedimentación de limos. G: contaminación urbana. W: descenso de la carga
fluvial. O: contaminación química. X: movimiento de arena por actividad pesquera.

(12]
Aportación de la geomorfo/ogía aplicada a la ordenación del territorio
y el medio ambiente en el occidente andaluz 52

10. CONCLUSIONES

Los estudios geomorfológicos de una región son elementos indispensables de


cualquier planificación territorial, puesto que ponen en evidencia la movilidad
del medio físico, los agentes que la provocan y el origen de los mismos.
La aparente inmovilidad del relieve, por medirse su dinámica en tiempos geo-
lógicos, se vuelve en repentina inestabilidad si concurren las circunstancias ade-
cuadas para ello; es decir, si se supera un determinado umbral morfogenético.
No deben escatirmarse, por tanto, los necesarios recursos económicos para rea-
lizar esta labor de infraestructura, que es capaz de prevenir y evaluar la actuación
catastrófica de los agentes naturales y de ordenar un territorio cada vez más po-
blado y utilizado.
La aplicación de estos estudios en la actividad humana de nuestro territorio se
hace evidente, incidiendo directamente en los emplazamientos urbanos e indus-
triales, en la ordenación rural, en el trazado de vías de comunicación, en instala-
ciones y obras hidráulicas, en los recuros mineros, en la ordenación del litoral o
en la conservación de Parques Naturales.

BIBLIOGRAFIA

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