Está en la página 1de 101

PRIMIIRA fiDICIÓN, 2005 VIRGILIO PIÑERA

LA VIDA ENTERA
(1937-1977)
EJEMPLAR
NÚMERO
ANTOLOGfA POéTICA

EDICIÓN DE JOAQU(N JUAN PENALVA


SIGNOS
DISEif'IO DEl ÁNOIL LUIS VIOA&AY
HUER.GA Y PIBRRO EDITORES
1 i

COLBCCIÓ.N FUND,ADA Y DIRIGIDA PRÓLOGO


POR

ÁNGEL LUIS VIGARAY Y LBOPOLDO ALAS

O HBREDDROS DO VIRGILIO PI~ERA, 2005


O JOAQU(N JÚAN PDNALVA, 2005
O JIUERGA Y I'IDilllO EDITORES, S. L., 2005
C/ VIZCAYA, 4 - 2BO•t5 MADRID
I.S.b.N.: 84·8374-503·8 D.L.: M-1.896·2005
BDITADO BN BSPA~A
,,
1
LA hiJtoria de la literatura es caprichosa y eso ~plica q11e,
en determbzadas ocasiones, haga coincidir en un mismo tiem-
po y lt1gar a autores capaces de llenar por si solos épocas ente-
ras. \Vtlliam Shaktspeare vio cómo ms estrenos palidedan
ante el éxito de las obras de Christopher iUarlowe; Lope de
Vega fue mz gran novelista en tiempos en q11e las pautas
• 1 tzarrativas las dictaba Cervantes, q11ien, por sr1 parte, quedó
eclipsado como dramaturgo aliado del Fénix de los Ingenios;
)'Quevedo persiguió a Góngora aun después de que éste diera
con sus huesos en tierra. Y es q11e las relaciones qm se esta-
blecen entre los escritores no siempre se cirmnscriben al espacio
de lo literario, sino que a menudo trascienden al ámbito de lo
persona/,. y presentan, además, numerosas posibilidades de
ttzaterialización, que van desde la admiración mutua hasta el
odio acerbo, pasando por los recelos y envidias tan habituales
en los gremios artfstiros.
1 Algo de todo esto hay en el caso de Virgilio Piñera
1
1 1 ( 1912-.1979), el autor al que hemos invocado etz estas pági-
nas, a quien Fortuna colocó al lado y, casi siempre, a la som-
bra de]osé Lezama Lima, pope del gmpo imelectual articu-
lado en torno a la revista Orígenes, que dirigta jumo ajosé
Rodrtguez Feo. Los nombres de Pitiera y Lezama han cami-
nado juntos hasta conformar una pareja literaria que se
explica por oposición. De este modo, la poesla de Piñera se
interpretarla en clave .de ataque fromal a la estética leza-
9
miatza, )'el poeta vendría a ser el doble, pero en negativo, del sonalidad creativa en todos ellos. Aunque no me atreverfa a
fundador de Orígenes, algo asf como su partiCIIIar Hyde, decir que fue principalmente poeta, es en su poesfa donde
incluso flsicamente: el Gordo Lezama fretlle al Flaco Pitiera, encontramos al Piñera más personal y atormentado, al más
que en 1943 llegaron a las manos etl el Lyceum de La dubitativo, osmro y desilusionado y, en detenninados momen-
Habana.· tos, al más frft,olo, mperficial y gamberro.
Esta oposición ha sido más rentable desde el punto de Hasta que en 1969 se decide a publicar, tras gran insis-
vista anecdótico que desde la perspectiva puramente literaria, tencia por parte de Roddg1tez Feo, La vida encera, recopila-
'

1
1

pues sendas obras tienen entidad mficiente como para susten- ción de srt poesla escrita entre 1941 y 1968, Pitiera era sobre
tarse sin la apoyatura de s11s respectivas contrarias. Aunque todo el autor de «La isla en.peso» 1 el poema que tanto dis-
una lectura confrotJtada de esta.s prodll«ionespernlite estudiar gustó a Cintio Vitier. En él, el poeta se transfigltraba en el
a SIIS autores por contraste, lo cierto es que, al final, le hace Virgilio de Dante y, tomando de la mano al lector como 1111
1111 flaco favor a los implicados, especialmente a Piñera, Cll)'as peroliar cicerone, lo conducfa par mza Cuba apocalíptica e
osmridades han acabado armmbadas por los brillos áureos infenzal presidida par «la 11zaldita ciscmutancia del ag11a por
lezamianos. Una anécdota ejemplifica muy bien el enfrenta- todas partes», donde «los últimos glóbulos rojos de un dragón
miento natural que existfa elltre ambos. Se ha reproducido en 1 tiñen con imperial dignidad el11zanto de una decadencia».
diferentes versiones, pero Reina/do Arenas, en Antes que A partir de «La isla etz peso», la poesfa de Pitiera se llena de
anochezca, la relata como sigue: «En cierta ocasión Lezama imágenes violentas, asociaciones imposibles )' paisajes desola-
j¡ y Virgilio coincidieron en una especie de prostfbulo para hom-. dos y espectrales en los que todo resulta desquiciado y deli-
bres que habla en La Habana Vieja y Lezama le dijo a rante. En ciertas composiciones hay mucho de pesadilla, de
¡; alucinación producida por la fiebre alta. Piñera, que tanto le
Virgilio: uAsf que vienes tras la caza del jaba/('. Y Virgilio
le contestó: uNo, he venido, simplemente, a singar con un debla a Lezama en sus primeras composiciones, se habla deci..
negro"». dido a dinamitar ese universo paradisiaco ofreciéndonos una
Un primer problema que se plantea a la hora de abordar visión de la realidad también distorsionada, aunque en sen-
la obra de Piñera es el de si estamos fundamentalmente ante tido contrario, como si los poemas del maestro hubieran ido a
un poeta, rm dramaturgo o un narrador. El reconocimiento mirarse en los espejos del callejón del Gato.
público lo alcanzó con sus obras de teatro, pero ms primeros En el prólogo a La vida encera, Piñera había expuesto
flirteos con la literatura fueron poéticos. Las furias ( 1941), un auténtico programa de creación que es, al mismo tiempo, un
el libro que lo convirtió en un autor édito, era 1ma colección de proyecto de vida: «hacer en vida lo que muerto no podrfa
paet11as. Por entonces empezó también a publicar algunos cuen- hacer: ordenar. Dejemos n11estra casa en orden antes de cerrar,
tos, y srt primera novela, La carne de René, se dio a las por ríltima vez, ms p11ertas». En ese mismo texto, no sabemos
prensas en1952, cuatro años después de su bautismo sobre las si retu"iendo capciosamente. a. la capeado benevolenciae o
tablas con el estreno de Eleccra Garrig6. No puedé, en fin, haciendo un examen sincero de conciencia, llegaba a renegar,
adscribirse a Pitiera a un único género, pues desplegó sr/. per- hasta. cierto punto, de su labor poética: «si bien no estimo que

1 o l 1

1
11
1

este libro sea peso mr1erto en mi obra de escritor, no obstante 27 del barrio de El Vedado. Lejos de todo fetichismo por el
quiero dejar sentado qr1e siempre me consideré rm poeta oca- libro como objeto, etl una actitud no sé si sólo aparentemente
sional». Esto, que aptrrentemente se percibe como rm ejercicio desdeñosa con la obra publicada, Virgilio Piñera lefa e inte-
de falsa modestia, plantea una de las cuestiones de má.s dificil riorizaba los voltímmes que después prestaba sine die o rega-
resolución en la trayectf»·ia. literaria de Pitiera: la desapari- laba sin más.
cióll, en u~1 determinado momento, de su dimensión p1íblica de Para]osé Aiiguel Oviedo, Pitiera es «lino de los escrito-
poeta, pero no as{ la de narrador y dramaturgo. Desde media- res más desconcertantes y extraños que ha producido Cuba».
dos de la década del cuaretJta, Pit1era ya tJO se presenta ante El juicio es del todo razonable, y s11 poesfa se encarga de
sus amigos intelectuales como poeta, reservando esa faceta, que demostrarlo, pues basCIIIa entre la premo~lición de la muerte
no abandonarla m tlingtín momemo de s11 existmcia, para temprana en «Despedida» -«Mi boca te dirá que en tiernos
la más rigurosa intimidad. Ese silmcio poético sólo se rof!Jpió atios 1 el dolor comenzó a hacer su /ec_ho 1 en esta carne que
más de veime años después con la publicación de La vida ahora se despide 1 del escenario donde se improvisan 1 nuestros
entera, j~ ya tras su muerte, con la aparición de Una broma actos ... • - y el juego neovang11ardista de «Si muero en la
colosal, donde el poeta habla reunido, unos meses antes· de carretera», 11n poema en Cllatro tiempos escrito sobre la plan-
morir, los poemas escritos durante los diez tí/timos años. tilla del primer ·r1erso, «Si muero en la carretera tzo me pon-
Esas dos recopilaciones no dan Cllenta de toda la produc- gan flores». Estas composiciones pueden mmarcar 1111a poética
ción poética del autor, limitándose a presentar únicamente en que aflora el desmoronamiento barroco en «La isla en peso»
1, una selección personal que, dada la estricta exigencia de y el desgarramiento existencial y creativo en los tí/timos ·versos
Piñera para con su obra, confinaba cientos de poemas manm- de «Poema para la poesfa»: «¡Oh, perro, perro mfo, arílla, 1
critos a unas cajas que sólo ahora han empezado a despertar ofréceme un poema de aullidos, concédeme esta gracia extrema,
del letargo del tiempo. Ni siquiera sus amigos más Intimas 1 ttí mismo lo leerás, 1 mientras yo quemo los demás poemas! •·
sabfan de la existencia de aquellas composiciones que amue- El tema de la 11egritud, fundamental en las letras cu.banas,
blan taciturnamente el silencio de 1111 creador. Es posible que tampoco es ajeno a esta poesfa, que cobra aliento cósmico en
detrás de todo esto planeara el fantasma del propio fracaso, «Yo estallo» -«Mira atentamente el 'eSpectáculo 1 que
que, sin duda, persiguió a Piñera a lo largo de toda su vida. empieza y n11nca termina, 1 porque Cllando yo estallo 1 el
Resulta mriosa la figura de ese poeta compulsivo que, casi con Inflamable se junta con el lgneo»-, pero también desciende
la misma rapidez con que componfa, arrojaba lo escrito a un a la ironfa, amarga m «Los muertos de la patria» -«muer-
rincón de su estudio. Hay en este Virgilio contemporáneo to tirado en esa zanja, 1 con 1111 zapato como casco guerrero en
mucho de s1t homónimo clásico, quien dispuso que los versos de tu cabeza»-, y distanciadora en «Si ya tan sólo esperamos»
la Ene ida /iteran entregad.os a la pira, lo qrte, para fortrtna -«Como decfatJ los románticos menores, 1 el sol se ·va a poner:
de la literatura, impidió Augusto. A sus amigos siempre les 1 la tarde muere lentamente, 1 los pájaros cantan sus postreros
extrañó que 1111 hombre tan leido conservara tan pocos libros trinos»-, «casi poema» dedicado a Marfa Luisa Bautista,
en Slt pequeño apartamento de La Habana, en la calle N y esposa de .Lezama Lima.

12 1 3
Fue Pitiera rm empedernido cultivador de sonetos, que, a LA VIDA ENTERA
tleces, se revestlatl de los más lujosos ropajes de la //rica amo- (1937-1977)
rosa, como ocurre en «Como ayer no viniste me morfa», «En
materia de amor utz imposible» y «Ahora te quiero definiti-
vametlle». Con todo, el tema de la muerte se fue abriendo
camino en algmzas de las composiciones rmnidas en U na
broma colosal; es el caso de «Aioc11ción contra los necrófi-
los», «Un cbistoso túmulo».)' «Un teológico atracón». Otra
presencia inevitable t11 su quehacer poético era)osé Lezama
Lima~ sr1 más Intimo enet~Jigo, a quim dedicó «Bueno, diga-
mos», «Un duque de Alba».)' el soneto «El hechizado», es-
crito a rafz de st1 deceso: «Por 1111 plazo que no puedo setialar
1 me llevas la ventaja de tu mrterte: 1 lo flZismo que en la ·r1ida,
fue lit suerte 1 llegar primero. Yo, etJ segundo lugar».
En una ép«a en que, para existir, los poetas deben publicar,
Virgilio Piñera se hizo invisible, imitando etl esto a muchos
autores del Siglo de Oro, que sólo tras su muerte verlan rert-
nidas sus composiciones poéticas en formato de libro. Dos fl'eCes
accedió el arttor a seleccionar sus poemas mejores. El Pitiera
que aquf presentamos procede de un nuevo ejercicio de alllolo-
gfa, quintaesencia y alambique, practicado sobre la vida
encera y Una broma colosal, con algunas concesiones a
«Otros poemas» descartados por el autor pero recuperados gra-
cias a la arqueo/orla literaria. Si todo lector tiene algo de
voyeur, ello es partimlarmente evidente cuando se lee a Vir-
;1 gilio Pbiera.
1

JOAQUÍN )UAN PENALV.A


1
1
1

14

l
LA VIDA ENTERA

~1
11

1 i
' ,¡

1 1

LAS FURIAS

ESTE helado cristal de la persona


entre 'Furias cayendo se divierte.
Solemniza los apagados cirios el sueño de su risa
y .los dientes que inician el destino.
A un viento de cadáveres
el borde de su túnica interroga:
Es la aplomada pluma de las Furias
la que en la frence de dos dioses bate,
más allá de la piel, en sordo vuelo,
solicitando el río envenenado.

Necesito las Furias


--flor de ira ladrando entre las tumbas.
Cruel Narciso,
¡. 1
necesito las Furias desatadas.
Hasta ahora he asistido a los santuarios
con rodillas de perro ajusticiado,
con un golpe de sangre entre los labios,
vestido de cadáveres.
Y tú, perro que velas,
si en noche de caricias
bajas al agua y su rumor trenzado
para beber de la ternura agria,
a las Furias ce entrego destripádo.
¡Oh, tu remordimiento como un sapo!

Solicito las Furias


que por la noche olvidan

il 9

" :-,. '~'


·--~~~----------------------~----------------------------.
la feroz existencia del recuerdo
pero el cadáver de .la soledad,
y este remordimiento de morirnos
pero el ojo podrido del espejo,
con la cuerda de mimbre del pecado.
pero la lengua del envenenado,
pero el conocimiento sollozando.
1\Hs que una salvación administrada,
quiero vuestro engrasado vuelo, Furias,
Acaso, Furias, ¿vendéis sangrientas plumas?
cautas mirn.das sobre mansos brutos,
Pero después del goce lo gozado,
amar.illa locura fulminando
pero después del agua .la frescura
las refinadas artes del fiel perro
pero después del sueño las visiones,
y su lengua que lame las miradas.
pero después del inocente la inocencia,
pero después del perfumado espejo
No he conocido, Furias, el secreto
perfumados cadáveres sonando,
del pez alegre sin modestia alzada,
pero después de las combinaciones
ni el envés de las hojas soñolientas,
los números sumando los cadáveres,
ni aún los siseros de sones iniciados.
pero después del dios comunicado
Nada tengo sabido, alegres Furias:
siempre el conocimiento sollozando.
esas islas por aguas ataviadas
donde hombres sombríos y suntuosos
¿No es así, Furias mías?
furiosamente sobre dioses ríen.
¿No es que el río divido cayendo entre vosotras?
Esas islas y luz furiosa unidas
¿No es que el garzón de las melancolías
pasan con ramas y consagrn,c10nes
odia furiosamente esas islas de las consagraciones?
reclinadas en tenues soledades.
U na amarilla rabia,
Todo es conocimiento, alegres Furias.
una amarilla tela,
Soy el garzón de las melancolías
un amarillo espejo,
distribuyendo aires amarillos.
una amarilla lluv.ia,
es todo cuanto queda;
Amor, amor, vende tu roja pluma,
alegres Furias.
pero el remordimiento como un sapo,
pero el perro que lame las miradas, (1941)
pero las rodillas del santuario,
pero el aire amarillo entre las manos,
pero la salvación administrada,

20
21
11 r

ELEGÍA ASÍ que perfora la vida y los espejos


y el eco de su imagen dividido.
Todo es triste.
Un juego de palabras con ladridos.
INVITO a la palabra Todo es triste.
que pasea entre perros su desierto ladrido. Un venablo con veloz viento vuela
Todo es triste. en variaciones viriles.
Si con lustrosas hojas corona frente y senos Todo es triste.
una fría sonrisa florecerá en la luna. Media copa de cierra enmudeció aJa música.
Todo es triste. Todo es triste.
Después los perros tristes comerán las hojas Después la tierra se bebió a ella misma.
y ladrarán palabras de lustroso sonido. Todo es triste.
Todo es triste. Y cuando llegue el tiempo de la muerte
Un perro invita a los jacintos en el río. ponedme ante el espejo para verme.
Todo es triste. Todo es triste.
Con tunadas palabras, con aperradas flechas,
con dentadas hojuelas (1941)
hieren a las mudas doncellas los jacintos.
'1
Todo es triste.
1
1
Crece la negra yerba con un rumor cranqui.lo,
pero lustrosos filos acarician el ritmo.
Todo es triste.
Detrás de las palabras las serpientes se ríen,
la sorda cierra no permite sonidos.
Todo es triste.
Ladra un ave celeste por el, cielo
para alejar la muerte.
Con flores de la noche la descubre,
con palabras de perro la seduce,
con una copa de cierra la sepulta.
Todo es triste.
Invito a la terrosa palabra
22 23
,....,

LA ISLA EN PESO de que tus dientes han crecido,


de que tu corazón te saldrá por la boca.
Aún flota en los arrecifes el uniforme del marinero
ahogado.
LA maldita circunstancia del agua por todas partes Hay que. saltar del lecho y buscar la vena mayor del
me obliga a sentarme en la mesa del café. mar para. desangrarlo.
Si no pensara que el agua me rodea como un cáncer Me he puesto a pescar esponjas frenéticamente,
hubiera podido dormir a pierna suelta.. esos seres milagrosos que pueden desalojar hasta la
Mi eneros los muchachos se despojaban de sus ropas última gota de agua
para nadar y vivir secámence.
doce personas morían en un cuarto por compresión. Esta noche he llorado al conocer a una anciana
Cuando a la madrugada la pordiosera. resbala en el que ha vivido ciento ocho años rodeada de agua
agua por todas parees.
en el preciso momento en que se lava uno de sus Hay que morder, hay que gritar, hay que arañar.
pezones, He dado las últimas instrucciones.
me acostumbro al hedor del puerto, El perfume de la piña puede detener a un pájaro.
me acostumbro a la misma mujer que invariablemente Los once mulatos se disputaban el fruto,
masturba, los once mulatos fálicos murieron en la orilla de la
noche a noche, al soldado de guardia en medio playa.
del sueño de los peces. He dado las últimas instrucciones.
U na taza de café no puede alejar mi idea fija, Todos nos hemos desnudado.
en otro tiempo yo vivía adánicamente.
¿Qué trajo la metamorfosis? Llegué cuando daban un vaso de aguardiente a la
virgen bárbara,
1 1
La eterna miseria que es el acto de recordar. cuando regaban ron por el. suelo y los pies parecían
Si tú. pudieras formar de nuevo aquellas combinaciones, lanzas,
devolviéndome el país sin el agua, justamente cuando un cuerpo en el lecho podrfa
me la bebería toda para escupir al cielo. parecer impúdico,
Pero he visco la música detenida en las caderas, justamente en el momento en que nadie cree en Dios.
he visto a las negros bailando con vasos de ron en sus Los primeros acordes y la antigüedad de este mundo:
cabezas. hierácicamente una negra y una blanca y el líquido al
Hay que salear del lecho con la firme convicción saltar.

24 25

l
,.
1

.-~~----------~----------------~--- -- llfl: .
Para ponerme triste me huelo debajo de los b_~os. ¿Quién se tiene a sí mismo cuando las claves chocan?
Es en este país donde no hay animales salvajes. ¿Quién desdeña ahogarse en la indefinible llamarada
Pienso en los caballos de los conquistadores cubriendo del flamboyán'?
La sangre adolescente bebemos en las pulidas
a las yeguas,
pienso en el .desconocido son del areíto jícaras.
desaparecido para coda la eternidad, Ahora no pasa un tigre sino su descripción.
ciertamente debo esforzarme a fin de poner en claro
el primer contacto carnal en este país, y el primer Las blancas dentaduras perforando la noche,
y también. los famélicos dientes de los chinos esperando
muerto.
Todos se ponen serios cuando el timbal abre la danza. el desayuno
Solamente el europeo leía las medicaciones cartesianas. después de la doctrina cristiana.
El baile y la isla rodeada de agua por todas parees: Todavía puede esta gente salvarse del cielo,
plumas de flamencos, espinas de pargo, ramos de pues al. compás de los himnos las doncellas agitan
albahaca, semillas de aguacate. diestramente
La nueva solemnidad de esta isla. los falos de los hombres.
¡País mío., can joven, no sabes definir! La impetuosa ola invade el extenso salón de las
genuflexiones.
¿Quién puede reír sobre esta roca fúnebre .de los Nadie piensa en implorar, en dar gracias, en agradecer,
sacrificios de gallos? en testimoniar.
Los dulces ñáñigos bajan sus puñales acompasadamente. La santidad se desinfla en una carcajada.
Como una guanábana un corazón puede ser traspasado Sean los caóticos símbolos del amor los primeros
sin cometer crimen. objetos que palpe,
U na mano e~ el tres puede eraer el siniestro color de afortunadamente desconocemos la voluptuosidad y la
los caimitos caricia francesa,
más lustrosos que un espejo en el relente, desconocemos el perfecto gozador y la mujer pulpo,
sin embargo el bello aire se aleja de los palmares. desconocemos los espejos estratégicos,
Si hundieras los dedos en su pulpa creerías en la música. no sabemos llevar la sífilis con la reposada. elegancia
Mi madre .fue picada por un alacrán cuando estaba de un cisne,
embarazada. desconocemos que muy pronto vamos a practicar estas
mortales elegancias.
¿Quién puede reír sobre esta roca de los sacrificios de
Los cuerpos en la misteriosa llovizna tropical,
gallos?
26 27
los estrangulares viajando en las franjaS del iris.
en la llovizna diurna, en la llovizna nocturna, siempre
No sabría poblar de miradas el solitario curso del
en la llovizna,
amor.
los cuerpos abriendo sus millones de ojos,
los cuerpos, dominados por la luz, se repliegan
Me detengo en ciertas palabras tradicionales:
ante el asesinato de la piel, el. aguacero, la siesta, el cañaveral, el tabaco,
los cuerpos, devorando oleadas de luz, revientan como
con simple ademán, apenas si onomatopéyicamente,
girasoles de fuego tiránicamente paso por encima de su música,
encima de las aguas estáticas, y digo: el agua, el mediodía, el azúcar, el humo.
los. cuetpos, en las aguas, como carbones apagados
derivan hacia el mar.
Yo combino:
el aguacero pega en el lomo de los caballos,
Es la confusión, es el terror, es la abundancia,
la siesta atada a la cola de un caballo,
es la virginidad que comienza a perderse.
el. cañaveral devorando a los caballos,
Los mangos podridos en el lecho del do ofuscan mi
los caballos perdiéndose sigilosamente
razón, en la tenebrosa emanación del tabaco,
1 • y escalo el árbol más alto para caer como un fruto.
el último gesto de los siboneyes mientras el humo
Nada podría detener este cuerpo destinado a los
pasa por la horquilla
cascos de los caballos,
1 1 como la carreta de la muerte,
1 1 turbadoromence cogido entre la poesía y el sol.
1 el último ademán de los siboneyes,
1 1 y cavo es ca tierra para .encontrar los ídolos y hacerme
1 : Escol co bravamente el corazón traspasado,
una historia.
clavo el estilete más agudo en la nuca de los
\ durmientes. Los pueblos y sus historias en boca de codo el pueblo.
El trópico salea y su chorro invade mi cabeza
pegada duramente contra la casera de la noche.
De pronto, el galeón cargado de oro se mete en la boca
La piedad original de las auríferas arenas
de uno de los narradores,
ahoga sonoramente las yeguas españolas,
y Cadmo, desdentado, se pcme a cocar el bongó.
la tromba desordena las crines más oblicuas.
La vieja tristeza de Cadmo y su perdido prestigio:
en una isla tropical los últimos glóbulos rojos de un
No puedo mirar con estos ojos dilatados.
dragón
Nadie sabe mirar, contemplar, desnudar un cuerpo.
ciñen con imperial dignidad el manto de una decadencia.
Es la espantosa confusión de una mano en lo verde,

28
29

;. :,,~

~~~~--------~---------------------------
Las historias eternas frente a la historia de una_ ve~ y «nadie puede salir» termina espantosamente en el
del sol, choque de las claves.
1' las eternas historias de estas tierras paridoras de bufones
• 1

y cotorras, Cada -hombre comiendo fragmentos de la isla,


•1
1
las eternas historias de los negros que fueron, cada hombre devorando los frutos, las piedras y el
1
y de los blancos que no fueron, excremento nutridor,
o al revés o como os parezca mejor, cada hombre mordiendo el sitio dejado por su sombra,
las eternas historias blancas, negras, amarillas, rojas, azules, cada hombre lanzando dentelladas en el vacío donde el
-toda la gama cromática reventando encima de mi sol se acostumbra,
cabeza en llamas-, cnda hombre, abriendo su boca como una cisterna,
la eterna historia de la cínica sonrisa del europeo embalsa el agua
llegado para apretar las tetas de mi madre. del mar, ·pero como el caballo del barón de Munchausen,
la arroja patéticamente por su cuarto trasero,
El. horroroso paseo circular, cada hombre en el rencoroso trabajo de recortar
'1 el tenebroso juego de los pies sobre la arena circular, los bordes de la isla más bella del mundo
ji el envenenado movimiento del talón que rehúye el abanico
'
cada hombre tratando de echar a andar aJa bestia cruzada
1 1
del. erizo, de cocuyos.
1
los siniestros manglares, corno un cinturón canc;:eroso,
1
dan la vuelta a la isla, La bestia es perezosa como un bello macho
l.
los manglares y la fétida arena y tercn como una hembra. primitiva.
11
aprietan los riñones de los moradores de la isla. Verdad es que la bestia atraviesa diariamente los cuatro
momentos caóticos,
Sólo se eleva un flamenco absolutamente. los cuatro momentos en que. se .la puede contemplar
-con la cabeza metida e9tre sus paras- escrutando el
1

1.
¡Nadie puede salir, nadie puede salir! horizonte con ojo atroz,
1 1

La vida del embudo y encima la nata de la rabia. los cuatro momentos en que se abre el cáncer:
1 1
Nadie puede salir: madrugada, mediodía, crepúsculo y noche.
el tiburón más diminuto rehusaría transportar un cuerpo
intacto. Las primeras gotas de una lluvia. áspera golpean su
Nadie puede salir: espalda
una uva caleta en la frente de la criolla hasta que la piel coma la resonancia de dos maracas
que se abanica lánguida en una mecedora, pulsadas diestramente.

30 3l
En este momento, como una sábána o como un pabellón Con un lujo mortal los macheteros abren grandes claros
de tregua, podría en el monte,
desplegarse un agradable misterio, la tristísima iguana salta barrocamente en un aúio de sangre,
pero la avalancha de verdes lujuriosos ahoga los mojados los macheteros, introduciendo cargas de claridad, se van
sones, ensombreciendo
y la monotonía invade el envolvente túnel de las hojas. hasta adquirir el tinte de un subterráneo egipcio.
¿Quién puede esperar demencia en esta hora?
El rastro luminoso de un süeño mal parido,
un carnaval que empieza con el Cánto del gallo, Confusamente un pueblo escapa de su propia piel
la neblina cubriendo con su helado ·disfraz el escándalo de adormeciéndose con la claridad,
la sábana, la fulminante droga que puede iniciar un sueño mortal
cada palma derramándose .insolente en lin verde juego de en los bellos ojos de hombres y mujeres,
aguas, en los inmensos y tenebrosos ojos de estaS gentes
perfornn, con un triángulo incandescente, el pecho de los por los cuales la. piel entra a no sé qué extraños ritos.
primeros aguadores,
y .la columna de agua lanza sus vapores a la cara del sol La piel, en esta hora, se extiende como un arrecife
cosida por un gallo. y muerde su propia limitación,
Es la hora terrible. la piel se pone a gritar como una loca, como una puerca
Los devomclores de neblina se evapornn cebada,
hacia la parte más baja de la ciénaga, la piel trata de, tapar su claridad con pencas de palma,
y un caimán los pasa dulcemente a ojo. con yaguas traídas distraídamente por el viento,
Es la hora terrible. la piel se tapa furiosamente con cotorras y pitahayas,
La última salida de la luz de Yara absurdamente se tapa con sombrías hojas de tabaco
empuja los caballos contra el fango. y con restos de leyendas tenebrosas,
Es la hora terrible. y cuando la piel no es sino una bola oscura,
Como un bólido la espantosa galiina cae, la espantosa gallina pone un huevo blanquísimo.
y todo el mundo toma su café.
¡Hay que tápar! ¡Hay que tapar!
¿Qué puede el sol en un pueblo tan triste? Pero la claridad avanzada, .invade
Las faenas del día se enroscan al cuello de los hombres perversamente, oblicuamente, perpendicularmente,
mientras la leche cae desesperadamente. la claridad es una enorme ventosa que chupa la sombra,
¿Qué puede el sol en un pueblo tan triste? y las manos van lentamente hacia.los ojos.

32 33
·1

los secretos más inconfesables son dichos: cuyo estampido raje, de arriba a abajo, el tímpano de los
la claridad mueve las lenguas, durmientes?
la claridad mueve los brazos, ¿Qué concha paleolítica reventaría con su bronco cuerno
la claridad se precipita sobre un frutero de guayabas, el tímpano de los durmientes?
la claridad se precipita sobre los negros y los blancos,. los hombres<onchas, los hombres-macaos,
1
la claridad se golpea a sí misma, los hombres-túneles.
11
va de uno a otro lado convulsivamente, ¡Pueblo mío, can joven, no sabes ordenar!
1' empieza a estallar, a reventar, a rajarse, ¡Pueblo mío, divinamente retórico, no sabes relatar!
1
la claridad empieza el alumbramiento más horroroso, Como la luz o la infancia aún no tienes un rostro.
1
la claridad empieza a parir claridad.
Son las doce del día. De pronto el mediodía se pone en marcha,
se pone en marcha dentro de sí mismo,
Todo un pueblo puede morir de .luz como morir de el mediodía estático se mueve, se balancea,
peste. el mediodía empieza a elevarse flatulentamente,
Al mediodía el monte se puebla de hamacas invisibles, sus costuras amenazan reventar,
y, echados, los hombres semejan hojas a la deriva sobre el mediodía sin cultura, sin gravedad, sin tragedia,.
aguas metálicas. el mediodía orinando hacia arriba,
En esta hora nadie sabría pronunciar el nombre más orinando en sentido inverso a la gran or.inada
querido, de Gargantúa en las torres de Notre Dame,
ni levantar uha mano para acariciar un seno; y todas esas historias, leídas por un isleño que no sabe
en esta hora del cáncer un extranjero llegado de playas lo que es un cosmos ~:esuelto.
remotas
preguntaría inútilmente qué proyectos tenemos Pero el mediodía se resuelve en crepúsculo y el mundo
o cuántos hombres mueren de enfermedades tropicales se perfila.
en esta isla. A la luz del crepúsculo una hoja de yagruma ordena su,
Nadie lo escucharía: las palmas de las manos vueltas terciopelo,
hacia arriba, su color plateado del envés es el primer espejo.
los oídos obturados por el tapón de la somnolencia, la bestia lo mira con su ojo atroz.
los poros tapiados con la tero de un fustidio elegante En este trance .la pupilá se dilata, se extiende
y de la mortal deglución de las glorias pasadas. hasta aprehender la hoja.
Entonces la bestia recorre con su ojo las formas sembradas
¿Dónde encontrar en este cielo sin nubes el trueno en su lomo

34 35
y los hombres tirados contra su pecho. En esta isla lo primero que la noche hace es despertar el
Es la hora única para mirar la realidad en esta tierra. olfato:
Todas las aletas de todas las narices azoran el aire
No una mujer y un hombre frente a frente, buscando una flor invisible;
sino el concomo de una mujer y un hombre. frente a frente, la noche se pone a moler millares de pétalos,
entran ingrávidos en el amor, la noche se cruza de paralelos y meridianos de olor,
de cal modo que Newton huye avergonzado. los cuerpos se encuentran en el olor,
se reconocen en este olor único que nuestra noche sabe
Una guinea. chilla para indicar el ángelus:· provocar;
abrus precatorious, anona myristica, anona palustris. el olor lleva la batuta de las cosas que pasan por la noche,
el olor entra en el baile, se aprieta contra el güiro,
Una letanía vegetal sin trasmundo se eleva el olor sale por la boca de los instrumentos musicales,
frente a los arcos floridos del ·amor: se posa en el. pie de los bailadores,
Eugenia aromática, eugenia fragrans, eugenia plicarula. el corro de los presentes devora cantidades de olor,
El paraíso y el infierno estallan y sólo queda la tierm: abre la puerca y las parejas se .suman a la noche.
Ficus religiosa, ficus nítida, ficus suffocans.
La noche es un mango, es una piña, es un jazmín,
La tierra produciendo por los siglos de los siglos: la noche es un árbol frente a otro árbol sin mover sus
Panicum colonum, panicum sanguinale, panicum ramas,
maximum. la noche es un insulto perfumado en la mejilla de la bestia;
El recuerdo de una poesía natural, no codificada, me una noche esterilizada, una noche sin almas en pena,
viene a los labios: sin memoria, sin historia, una noche antillana;
Árbol de poeta, árbol del amor, árbol del seso. un noche interrumpida por el europeo,
el. inevitable personaje de paso que deja su cagada ilustre,
Una poesía exclusivamente de la boca como la saliva: a lo sumo, quinientos años, lm suspiro en el rodar de la
Flor de calentura, flor de cera, flor de la Y noche antillana,
una excrecencia vencida por el. olor de la noche antillana.
Una poesía microscópica:
lágrimas de Job, lágrimas de júpiter, lágrimas de amor. No importa que sea una procesión, una conga,
una comparsa, un desfile.
Pero la noche se cierra. sobre la poesía y las formas ·se La noche invade con su olor y todos quieren copular.
esfuman. El olor sabe arrancar las máscaras de la civilización,

36 37

~--~--------~----------~------------- - - -.
sabe que el hombre y la mujer se encontrarán sin falta en VIDA DE FLORA
el platanal.
¡Musa paradisíaca, ampara a los amantes!

No hay que ganar el cielo para gozarlo, Tú tenías grandes pies y un tacón jorobado.
dos cuerpos en el plamnal- valen tanto como la primera Ponte la flor. Espérame, que vamos juntos de viaje.
pareja,
la odiosa pareja que sirvió para marcar la separación. Tú tenías grandes pies. ¡Qué tristeza en el aire!
¡Musa paradisíaca, ampara a los amantes! ¿Quién se mordía la cola? ¿Quién cantaba ese aire?

No queremos potencias celestiales .sino presencias Tú tenías grandes pies, mi amiga en seco parada.
terrestres, Una gran luz te brotaba. De los pies, digo, te
que la tierra nos ampare, que nos ampare el. deseo, brotaba,
felizmente no llevamos el cielo en la masa de la sangre, y sin que nadie lo supiera te fue sorbiendo la nada.
sólo sentimos su realidad física
por la comuniOlción de la lluvia al golpear nuestras cabezas. Un gran ruido se sentía en tu cuarto. ¿A Flora qué le
pasa?
Bajo la lluvia, bajo el. olor, bajo todo lo que es una realidad, Nada, que sus grandes pies ocupan todo el espacio.
un pueblo se hace y se deshace dejando los testimonios: Sí, tú tenías, tenías la imponderable amargura de un
un velorio, un guateque, una mano, un crimen, zapato.
revueltos, confundidos, fundidos en la resaca perpetua,
haciendo leves saludos, enseñando los dientes, golpeando Ibas y venías entre dos calientes planchas:
sus riñones, Flora, mucho cuidado, que tus pies son muy grandes,
un pueblo desciende resuelto en enormes postas de abono, y la peletería te contrata paro exhibir sus hormas
sintiendo cómo el agua lo rodea por todas partes, g•gantes.
más abajo, más abajo, y el mar picando en sus espaldas;
un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir, Floro, cuántas veces recorrías el barrio
aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales, pidiendo un poco de aceite y el brillo de la luna te
siempre más abajo, hasrn saber el peso de su isla; encantaba.
el peso de una isla en el amor de un pueblo. De pronto subían tus dos monstruos a la cama,
tus monstruos horrorizados por una cucaracha.
1
(1943)

38 39
Flora, tus medias rojas cuelgan como lenguas de RUDO M.ANTEL
ahorcados.
¿En qué pies poner estas huérfanas? ¿Adónde tus
últimos zapatos?
Runo mantel,
Oye, Flora: tus pies no caben en el. río que ce ha de no puedes sino maravillarte,
conducir a la nada, dispón tu omóplato
al país en que no hay grandes pies ni pe~queñas manos que el ángel de .las calabazas
ni ahorcados. quiere emprender el viaje.
Tú querías que cocaran el tambor para que las aves
bajaran, Rudo mantel.
las aves cancandó entre tUS dedos mientras el tambor Nada sino esta ruda melancolía. que es un ave.
repicaba. Quizá si ella ordenaba el pico entre dos nubes
cuando para no ver el cielo los negros se lanzaban al!
Un aire feroz ondulando por la rigidez de rus plantas, agua.
codo eso que tú pensabas cuando la. plancha te
doblegaba. Rudo mantel,
más blanco que el pañuelo de las garzas.
Flora, ce voy a acompañar hasta tu última morada. Hoy nacieron cinco monstruos con sonido de arpa.
Tú tenías grandes pies y un tacón jorobado. Si alguien está cdsce puede sentarse en el estrado.

(1944) Rudo mantel,


me persigue el borde de tu vestido ferozmente desvelado
me persigue la risa de la negra ·in. excremis, '
el olor de la calle donde un caballo no llevaba a nadie.

Rudo mantel,
este zapato podría interrumpir cu soledad,
pero yo estoy vigilando la luz
desde el pecho de una dama acostumbrada a los halagos.

40 4 1
~-- - --------- -~~~~~-------------

"'
Rudo mantel, CARGA
furioso y con un golpe sabías
toda la cantidad de lepra que traes
para obsequiar a los vendedores de estampas.
PARADO frente a la ventana,
Tu pobre espinazo haciendo reverencias feroz, inconcluso, morado.
a los frutos podridos en el suelo ¿El viento? No, el murciélago
que jamás osarán subir hasta el pecho del rudo mantel. abriendo con sus patas el aire.
Penosamente intento la maroma
Rudo mantel, de la libertad levando el ancla.
casi un sollozo ahoga esta hora solemne En el barrio voces de esas mujeres
de los pedos y la soledad que aprieta. chillando ante la aparición de la sangre
Ni la más ligera brisa perdonaría este cuello de cisne de la doncella que vive en el piso bajo.
o fa trompa de elefante Su madre testaferro de planchas calientes,
que nocturnamente se enrosca al cuello de una este ombligo que me obliga a mimrlo,
orquídea. el corbatín de todos los días y las aguas lustrales.
¿Lustrales en esta miseria de alegría de cocó
Rudo mantel, y de rodajas de plátano?
la tristeza de un casco suspendido en el aire ¡Ah, la piel amarilla!
puede desatar una guerra entre los girasoles La bodega de la esquina- repleta de cadáveres,
e instaurar el tremendo reino de la luna. la bodega soltando las admirables barcas del alcohol.
Una desaprobada emoción en la noche ,
Rudo mantel, una lluvia de orine cayendo del tejado.
estalla blanquecinamente para olvidar los místicos. Vas a morir, sí, vas a morir en breves segundos;
Otra cosa no puedo ofrecerte, devora tu último plátano,
mantel con garras. apresúrate, englútelo, devóralo pronto.
Y el espantoso seno de la negra La mitad del plátano cae pesadamente en el pavimento
manche eternamente ru purificada dimensión, aterrado.
mientras yo río después de arrojar mi boca al fango. Dispara tus últimos cartuchos.
Un dolor de estómago. ¡Salve!
(1944) Cómo vengarse, cómo hundir la lengua,
y todas las familias planchando sus corbatas,

42 43

-~------~------- -- -----
sin saber si hacia arriba, sin saber si hacia abajo. MUCHAS ALABANZAS
Una patada.
Que salga ese automóvil con la dama enjoyada y el seno
perforado,
muchas enfermedades bajo la seda que cruje, LAs mejores alabanzas, el tornillo de mayores vueltas
las pústulas espiando y el detente 01gado. para este mercado con doce mil gallinas degolladas;
¡Al quimo piso, al quimo piso! las mejores alabanzas porque puede ese saco de azúcar
Voy a recoger las lágrimas. hacer de un normal testículo una .fiesta agradable.
No, usted no puede venir, Y las ruinosas risas para los doce mil hepáticos.
antes debe saber qué es un quinto piso,
un quimo piso lleno de cuadros, Muchas alabanzas para el canceroso,
un quinto piso con su pintor en el centro, los usos de la música en la boca del cáncer,
el pintor dando patadas y sa01ndo sus ángeles. las intestinales vueltas de las trompas son refrigerantes
¡Al quimo piso, al. quinto piso! bálsamos,
¡Oh, mar, que estás enfrente! al fondo del jardín alegremente putrefacto.
Son extrañas señales, nadie puede saber sin antes
desnudarse. Muchas alabanzas para la gran ciudad,
¡Al quimo piso, al quimo piso! sus hombres ríen ante el cadáver;
El pintor va a morir despedazado El polvo puede aguar esos ojos.
mientras mi m a cmvés de un espejo sus paisajes. En el falo de un negro la Creación se muestra
¡Una gmn lengua que sale del sol! y aplasta la mosca en la boca del muerto.

(1944) Mucha alegría, muchas alabanzas.


Todos nos quedaremos aquí sin mirar hacia arriba,
muchas alabanzas, copulaciones múltiples,
se hacen libaciones matemáticamente.
Nos vamos a quedar.
¿Sabéis morder el polvo?

Las vendedoras de tristeza junto a las alegres


muchachas,
las portadoras de sífilis gritando su mercancía,
44 45
:¡,
L 1

1i'

los progenitores dando fuerces abrazos, AH, DEL HOTEL ...


pero codos con la dignidad de su papel.
Al ser degolladas las gallinas cacarearon
fisiológicamente.
Muchas alabanzas. 1

Ya se adelantan los cargadores de risa, ¿Es una cadena?


bellos frascos de risa muestran en el mercado, Por la carde empieza el tribunal
los múltiples métodos a las parees del. cuerpo: y las acometidas del león son cada vez más furiosas.
sanguijuelas, emplastos, embrocaciones de risa, ¿.Es realmente una cadena?
la viuda devora rápidamente una bandeja de El túnel pasa y vuelve a pasar ante el tribunal
carcajadas. con sus picazos envueltos en un tapiz amarillo.
Mucha alegría, muchas alabanzas. ¿Una cadena con sus eslabones?
Hoy van a juzgar al león.
Mucha alegría en la espina de pescado, Tú, el girón del brazo derecho, ve y proscérnace
mucha alegría en la hernia estrangulada. hasta que el manicomio en pleno haya entrado en el
Todos morderemos el polvo. túnel.
¿Acaso insinúo la melancolía?
La muerte no podrá morirse, ¿Pasaba una muchacha de falsa doncellez?
he ahí nuestro triunfo. ¿Pasaban las espantosas viejas del salón verde?
Y mucha alegría, muchas alabanzas. Y tú, tribunal, agita la campanilla,
tribunal mío, agícala con furia
(1944) que acaba de bajar el ascensor.
¿Quiere subir conmigo?
Es que realmente tengo canco valor
que desearía acompañar a los que saldrán esta
noche.
Pero no acaban de decirnos dónde seremos juzgados,
sí, el león sabe dónde serán ofdos sus descargos,
pero es él ciertamente el rey de los animales
y yo digo, nosotros, los moradores de este hotel
con su túnel circulando sin la menor piedad.
46 47
i 1

Es notable, las voces no logran subir más arriba del Todos saben. que soy un recienllegado.
primer piso, Ni siquiera conozco el corredor que lleva a la cocina,
y yo sé que hay gente aguardando ciertas llamadas ... ni las dos paredes altas que se unen a las doce del día.
Dicen ,que el león saldrá absuelto. para que mueran las ratas que infectan el patio de las
Entretanto demos una vuelta por la barriada. aguas pluviales. ·
1 Sabes, alma mía, que soy un simple mortal,
~1
¿Te fijas acaso en los árboles o más bien en la lengua que me gusta ser el mat3$ellos de la gran ciudad
del túnel y me gusta la banda de música en el parque.
que sale por esa ventana?
No sé si realmente es una cadena. Pero sí, he de protestar,
De pronto anuncian con voz estentórea: hablaré con el homúnculo del ascensor,
¡Absuelto el león! Todos se estremecen. voy a gritar.
1'

11
Alma mía, será mejor que entres en el túnel. ¡Oh, qué extraño!,
Con gran estupefacción del tribunal el león acaba de cada vez que lanzo un grito el túnel palidece,
suicidarse. se pone una rosa fúnebre y dice:
¡Ay de mí!

11
111
No, si yo circulo, si hago leves inclinaciones a derecha
e izquierda, DEL hotel una dorada rodilla empieza la genuflexión,
si me abro la camisa y muestro el pecho, atrayendo todo lo que es heladó documento a las seis
no, no es esa la verdadera causa, de la tarde,
es, más bien, mi resistencia, mi horror magnífico a no todo cuanto puede ser más tarde o antes ardiente,
ser juzgado pero que en ese momepto de las seis es la congelación
a las seis de la tarde. del sol. ·
De cualquier modo seré emplazado,
bajaré entre grandes calores hasta el piso bajo. ¿Puede aún afirmarse que ·es una cadena?
Entonces no podrás invitarme porque el interrogatorio Veo cómo el gran animal salta,
será muy largo. sus eslabones se refugian en el seno de las damas,
Hay muchos casos, veo cómo las túnicas del tribunal se mueven al compás
y no sé por qué motivo se me quiere juzgar precisamente de sus resoplidos,
a las seis de la tarde. su lengua exige la saliva de todos,

48 49
,. '¡

su lengua, muy dignamente, asperja aquí y allá. POEMA PARA LA POESÍA

Contra paredes amarillas, contra epitafios que no se


ven, repta,
descifra los mensajes dejados por el polvo de los AvANZA el mar y quiere el blondo pez ensimismarse
zapatos en los mosaicos, lentamente,
nadie escapa al brillo de su lengua, ensimismarse sin la menor espuma en medio de estos
nadie resiste su perfecta movilidad, peces agrupados
unos a otros se observan con la mirada propia de los junto a una estatua combatida ferozmente por la
actores en escena única ola
para comunicarse que todos son al fin la gran lengua. que viene de noche a morder su .rostro .impasible.
Y yo también, sí, yo ahora me muevo por el salón con No, yo no quiero entrar por esa puerta:
velocidad pasmosa, pequeñas conchas y fúnebres caballos haciendo la
soy la gran lengua, vida,
todo cuanto choca contra mi pórpura se hace púrpura sin la menor ondulación, sin el menor simulacro de
cruzada de férreas astas, mascarada,
pero ya no es la seis de la tarde. He sido sentenciado. todo claramente como si un sueño fuera a producirse.

Alguien me precede en este salón que es como un Así vamos en la deteriorada vértebra a salir al mar,
plato de sangre, notablemente arrugado sin mi amoroso deseo,
un placo de sangre con una cabeza de buey sin los castillos donde lame un perro.
sobrenadando, Estos animales venían de muy lejos,
una cabeza de buey para alimentar cu lengua, para sin traer en sus patas el postrer deseo de las damas.
apagar tu sed. Entra el cartero y me entrega la carca recibida en el
¡Qué dsa, mi lengua sobre el mismo bocado! sueño,
El giro eterno y esas aves que salen de sus papilas, esas tarjetas con la pálida Rosamunda parada sobre
esas grandes aves remontando el vuelo hasta perderse sus senos.
en la cola del sol, Imposible pensar la vida a través de una lluvia
esas grandes aves encima del silencio. matemática.

(1944) Leves pisadas en el fango espeso de la copa del gigante.


No me detengo, no me asombro,

5o 51

------------------------------------------·- --·
la sorpresa llega en el vientre de un .Pez·. ¡Qué furia, qué dolor! Estas espumas y el punzante
Tu paz y las desesperadas llamadas del amor, recuerdo
violar las túnicas dejando el cuerpo intacto. de aquellos pies cercenados en lo mejor de la danza.
Dioses, dioses, palabras siempre yacentes Un viaje indescriptible de la soledad de los danzantes,
para que nadie interrumpa su alea majestad. con la soledad y la .melodía extraviada de una orquesta.
Estoy impulsando este poema y esto puede matarme. Puedo perecer y encontrar un amigo.

Perro, ven perro, perro sin un ladrido, desoladamente Esta cabeza, sus llamas, sus cabellos empapados de
canino. melancolía,
Qué flores arrojar o qué gavetas. las prime.ras venas y el hueso donde llamo para
Todo va a comenzar. Tengo una cáscara. distraerme.
El pantano del espíritu ...
No, yo no quiero, no quiero.
Los pergaminos, los rollos y las indefinibles céc'1icas
del hombre, ¡Oh, perro mío, orina más y más con tu pata le,:.lntada!
como si envolver, plegar fuera el objeto de esa guerra. El frío mortal de estos pafses cálidos:
No salen por la ventana las llamas y el humo no indica usted llama, nadie responde,
que el Papa se llamará. Impiedad. las bocas apretadas, la sangre en la planea de los pies
y el corazón como un antiguo salón abandonado.
Las mujeres avanzan con un pie en la boca, Necesito el amor, las roallas, los monumentos.
mi caracol resonador revienta la cabeza de la Vanas lamentaciones. Un pulpo suelta su tinta y se
comedianta. pone a llorar.
Todo el mundo ha olvidado su papel: No, yo no quiero entrar,
¡Qué alegría no representar esta noche! y el mundo me basca.
El público protesta y comienza el coito de las sirenas.
¿Para qué todo ese vano aparato? ¿Para qué ese juez?
No, yo no quiero entrar,
Ese seno ..• qué indescriptible viaje me ha contado, cejo las últimas guirnaldas y tiendo la vista al
era algo así como si un caballo y la creación poética horizonte.
se reuniesen en un jardín. ¿Y si de pronto me quedo muerto en medio de la
¡Oh qué fu.tia!, yerbas pisoteadas, y· la. mejor flor calle?
interrumpiendo su perfume. ¿Y si de prontó comprendo el amor?
S2
S3
¿Y si súbitamente me dibujo? No, no hay juez,
¡Oh, no, qué hiriente melodía, qué ladrido! el pelotón de fusilamiento ofrece al reo una merienda.
¿Concretamente puedo enumerarme? El mundo como hechos sin calificativos.
Pero de súbito me quedo sin los símbolos: ¿Y aquella frase?:
sabe usted, un mundo enteramente inerte: «Un corcho en medio de las hirv.ientes aguas» ...
me presentan un cuadro. Nada. No queda una sola fotografía del Parten6n ni tampoco
Me entregan a la música. Nada. del Vaticano,
Me leen un poema. Nada. nada queda sino el Amor.
¿Quién irá a perecer? ¡Oh, perro, perro mío, aúlla,
ofréceme un poema de aullidos, concédeme esta gracia
¡Oh, piedras, muchas piedras, rocas, cubridme! extrema,
Un dedo en el agua puede comunicar el frío a todo el tú mismo lo leerás,
cuerpo. mientras yo quemo los demás poemas!
Sería inútil saber que Filem6n y Baucis ...
Inútilmente llegas a decirme que Leonardo ... (1944)
No -te digo- y casi me sonrío.
¡Qué miseria!: pájaro, oiseau, bird, uccello ...
Es para golpearse la cabeza,
es para no existir.
Babel, Babel, Babel, pero nadie responde.

El viento acompaña esta amarga costumbre que es


hablar,
su médula corriendo enloquecida por las cámaras de
la flauta
como si la última palabra fuera a ser pronunciada
o como si el gato frente a mí dijera:
«Hoy hará un hermoso día ... ».
Usted se inclina, yo me inclino, no hablamos media
palabra,
usted me clava un puñal, yo robo un reloj de oro.

54
55
' ''

EN ESTOS PÁRAMOS chocando con las últimas costillas de sus aventuras


nocturnas,
junco a estas damas yo vivo.

EN estos páramos, Yo vivo junto a ellas, día a día,


en estos sombríos lugares de estupro, aguardando el ángel que venga a llamarme,
junto a escas damas corroídas con el cáncer deJa el ángel todo sulfurado,
indiferencia, sin pies, sin cabeza, sin alas,
-damas muertas que ni siquiera podrían bajo el sol -disco murmurador, asombro cálido. , mi
atravesar la línea del horizonte- padre-
1'
yo vivo. mientras la luna sepulta en sus lagos .de horror
1'
estos paisajes de una lenta expiación.
En estas guaridas de lobas ululánces,
'1 con los pechos fláccidos, (1945)
en estas guaridas donde no pasa una hiena ni un
pájaro,
en las que sus dientes desafían la belleza del
cuerpo,
guaridas entregadas a colmillos que se destacan sobre
un rojo feroz,
damas putrefactas que temen a la muerte,
despojadas del canto y de las túnicas de la memoria,
junco a ellas yo vivo.

Ellas, las bestias de zapatos acolchados que oigo con


terror,
pisadas que pueden aturdir el ritmo del mundo,
aldeanas sin un brazado de yerba,
garras afelpadas,
con la taza de café y girando melancólicamente,
los ojos embotonados mirándose los riñones
entre celas empapadas en sangre,

.56 57

---------------------------------- --
EL ORO DE LOS DÍAS en el incontenible río de la disolución.
las negras en la pesada atmósfera con sus muslos
abiertos,
paisaje de una luz cenital,
¿No es por esas ventanas que entran el aire y la rombos, poliedros, conos y dodecaedros haciendo el
música y las algas amor,
del sueño próximo a fundirse en los ojos del caballo? todo cuanto hace no pensar sino ver
¿No es por esas ventanas que podemos asomarnos para que el hombre reja .la molicie del mundo.
para que la vida verdadera ahuyente la desdicha de
esas salas desiertas, En estos balcones, en esas terrazas,
para que en ellas se deposite el impalpable oro de los asomado a esas ventanas vibrátiles,
días? me acostumbro sin una vaciladón, ~in l,In suspiro,
los falos cabalgan los enormes globos de .la carne,
las negras acostadas esperando por el olor de las y la geometría del deseo, divinamente,
bestias, dispara sus flechas,
mirando por las ventanas sin arcos los riñones azulados, sin una mitología, sin un tribunal.
esperando la poderosa luz que defina sus contornos
y su lentitud de madréporas entrelazadas, (1945)
esperando por el vértigo de los días.

Paramos,
tejes con los juncos que están al borde de las aguas
las cabezas sembradas de senos acribillados a lanzadas.
Incansable diosa de los parajes con una púrpura en tus
costillas,
diosa perpetua con el ojo colmado de avispas,
bajo las aguas atraviesas la tierra
regando el oro impalpable de los días.
Hund~da entre actinias y poliedros amargos del
último relato,
precipitas el derrumbe del castillo de naipes,
como si la existencia cristalizara sus modos

58 59
YO LO VEO .EXHORTACIÓN

MEJOR sería que la muerte alzara Asf,


esa corona de tu vida, velado,
así la pesaría, fúnebre,
y en la frente donde la luna mete sus reflejos descalzo,
esplendería hasta vencer su propia rigidez. entre la vida y la !indecisión,
bajo la luz dorada de las palmas
Estás desnudo al fin reposas desde tu propia vida.
como si los días resbalaran sin horas por tu cuerpo,
como si un veloz animal interpusiera su carrera Mírate,
entre el reposo y los recuerdos. ya sin ojos,
y levanta tu losa.
Ya el día empieza su ascensión, Deja que los vapores entren
y tú. terminas en el abrupto pico de la inercia. en la circunstancial mansión
Me estás llamando como si en mi oído que ce preparan las mujeres de la tribu
cayeran una a una las mortajas impenetrables de la para que sobre la noche se alce tu cadáver.
destrucción. Y si en la invernal atmósfera
de los días muertos
Y yo también te llamo destruido, sigue su curso el sol que va más bajo que esa nieve
alcanzo tus contornos, -espectadora blanca
te inflamo con esos soles de mi condolencia, de lo que en vida se llamó el orgullo-,
te meto en tu caja de lamentos, aparca el pie, disipa el homenaje,
me alcanza tu pavor y rompo el aire pues serán tus lamentos humo lejano.
con vibraciones de su impedimento,
te veo por los aires como un aStro muerto Como las caras de los niños en sus cunas
deshaciéndose en lunas enfriadas, muestra la cuya entrando en la mañana
L!
' '
te veo con tus zapatos y tu perfección. de los adioses que se dan sin manos.
Ven, desciende a tu sepulcro,
1 :
1 ! ( 1945) rompe la vida,
60 61
pues la muerte toma tu forma DESPEDIDA
hasta entrada en el. laberinto
donde nada se pierde ni se encuentra.

Aunque parezca el día vano heraldo SI quieres confesarme yo te dejo


a los vivos llamando a sus ruidos, y tanto te diré que suplicante
no vuelvas la cabeza; pedirás no prosiga tanto horror.
son tus ojos Jos que en el tiempo Mi boca te dirá que en tiernos años
verán por ti las plúmbeas madrugadas. el dolor comenzó a hacer su lecho
Acepta y reverdece tu mortaja en esta carne que ahora se despide
como si a un esplendor te dirigieras. del escenario donde se improvisan
nuestros actos, escritos en el libro
(1945) indescifrable y vacuo de unos sueños
cuyas pesadas páginas un dedo,
lento y glacial vuelve implacable,
hasta que náusea y tiempo nos consumen.

( 1945)

62 63
TESIS DEL GABINETE AZUL Entonces al dejarlo desplomado en sus mármoles
puede el gabinete azul salir y abandonarme
como si hubiera entrado en mí a fin de horrorizarme.

PUEDE el gabinete azul brindarme su espacio (1945)


y sus pausas enguantadas brindarme puede;
puede también brindarme su lecho-,
reducido por el horror que provoca. el visitante de las
dos en punto.

Puede revolverse y abatir sus columnas


y hacer pasar el terremoto del canalla. por sus
mármoles.
Esto y más puede por su_ existencia .de gabinete azul,
{ ligeramente pintado de azul por el guardabosques.

Pero no podrá jamás hacer de mí un gabinete azul


enclavado en el. césped del señor del castillo,
con su cordón de seda estrangulando los días,
mientras camina hacia atrás para no penetrar en su
fastuoso recinto.

Jamás el gabinete azul podrá entrar en mi espacio


ni yo le brindaré mis mortales esperas
de gabinete azul dispuesto a todo.
No podrá jamás, y esto lo conmueve de tal modo
que me exige transformarme en gabinete azul
y aguantar sus entradas de rey que lleva un ave.

No siendo esto posible entonces entro en él,


entonces a sus pausas enguantadas me entrego,
y lo estrangulo con el cordón de seda de los días.

64 65
LA OSCURA U.N H.O.MBRE ES ASÍ

VIENE por ti la oscura, la intratable. POR los brazos, y también por las piernas
Una risa te ciñe a su dibujo y, si no, por la cabeza,
comenzado en la máscara. El influjo la cámara capta el momento.
sobre la ruina así. Gris miserable ¿Qué te pasa que ya no me miras?
Con golpes y audacias
en lo que se diluye. Y fin morado cae en lo que te pasa, cae y arrástrame.
tiñe la arena antigua. Era su lujo Desde este ángulo,
mejor, su despedida. No condujo en la encantadora superficie,
el amarillo hueso al. coronado siguiendo el contorno cruel, cae y pasa.

osario navegable. Río entrado La cara es el espejo de la cara,


entre sus dedos. Y su cabellera cara con cara hasta caer en la cara.
pasando a ojo al pez vertiginoso. No por cuidar lo improbable se hace el día,
los pies se te enredan en la cara
Y aún más oscuro, menos asomado y golpes de cara entre los ojos
en la violenta luz de su gorguera. se encaminan tumultuosos,
Así se hundió en el agua. Era su modo. a la gran carrera del premio universal.
Siempre, en esta tarde sangrienta, tiembla y cae:
( 1945) tu retrato se aproxima a pasos agigantados
hasta meter por la nariz tu cara indescifrable.
Golpea y raja ..
Dale en la cara
-sin un tajo no sería perfecta:
la muerte no podría ajusticiar lo que la vida no paga-.
Por los brazos y hasta por los oídos se ejecuta
entre gritos y maldiciones que la cara desata.
Da la cara entre tantas caras estrujadas,
pon la luna de tu. cara en el sol de tu cara,

67
Jos muerros én sus tumbas sin caras ennegrecen, YO ESTALLO
aproxímate con lemas pasos del universal delirio.

Ahora mira tu cara en la perfección del retrato,


míralo dando la nota aguda de tu malentendido, MIRA cómo se pierde. en el sol ...
pero no apoyes la cara en la mirad de tu alma, Mira y mira,
pásala a ojo, pfnchala y descárala. no dejes de mirar,
Así estarás perfecto en la gran desolación, mira cómo va en el humo de mi acre olor,
con gestos de caras, con caras estiradas, mira dónde se pierde el cadáver.
con muecas de recuerdos, con caras acopladas en lo Mira cómo se pierde estallando en el sol,
atroz, mirando caer la dorada nostalgia,
con las caras cayendo entre una lluvia de gr.itos en la calle desierta
que llevan por delante tu cara retratada. donde no se defiende dinero,
sino el alma que cae hasta perderse en el. hielo.
(1961) Es mi estallido que recuerda los crímenes
de los días uno tras otro,
de las horas enfilando el dolor,
si no miras salvarás la mentira.
j Mira y mira el estallido de mis gritos.
1
No es fácil estallar en plena vida,
no es fácil agarrarse la cabeza
y rayar el fósforo del espanto.
.lvfira atentamente el espectáculo
1

1
1
que empieza y nunca termina,
porque cuando yo estallo
1 el Inflamable se junta con el Ígneo.
Mírame convertido en pirotecnia,
lejos de mi parte de amianto,
lejos de mis lágrimas incombustibles,
lejos de mis fuentes, ya perdido,
ni alto ni bajo, estrecho o ancho,
tan sólo espanto.
68 69
Mira ese fuego facuo LOS MUERTOS DE .LA PATRIA
que me acerca y me lleva
a la pía conflagración.

( 1961) VAMOS a ver los muertos de la Patria.


En la pradera del silencio los árboles,
las aves, los saludos
son también muertos que a muertos corresponden.
Fusiles, metralletas y las manos empuñadoras
son sueños arrugados que soñara
un muerto nacido al mundo de los muertos.

Vamos a ver los muertos de la Patria.

En el montón ilustre nadie espera


recompensas, cículos, ni siquiera cierra;
podrían recabar monumentos, mármoles, honores,
pero eligieron ser muertos de la Patria.

Vamos a ver los muertos de la Patria.


1 1

1 Verlos con nuestros ojos dilatados por la vida.


Hay que cocarlos con nuestras manos.
Están como aves posadas en el árbol terrible,
donde el viento no suena,
y en donde la noche misma
se aleja vencida por la Nada.

Vamos a ver los muertos de la Patria.

¡Ay! --diría yo a ese muerco


en quien quedó un asomo
70 7 l
de sonrisa indestructible-: ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
·Cómo se muere en el momento
~n que la bala se funde con la risa?
Y tú
-muerto tirado .en esa zanja, ENTRE la espada y la pared
con un zapato coino casco guerrero en cu cabeza-, a nadie le gusta situarse;
·qué mago consultaste para estar ahora cuando se está en ese trance
( . . ad )
de cara al Tiempo y con la Patna enero. la vida sabe a vinagre;
cuando cocas a una puerca
Vamos a ver los muertos de la .Patria. es la espada quien ce abre,
si la palabra socorro profieres
(1962) su filo la despedaza,
formando con sus fragmentos
un monstruo incalificable.
Estás vivo y estás muerto,
estás despierto y soñando,
tiras para el lado vivo,
y el lado muerto te arrastra;
miras a tu antagonista.
-que es el fiel de tu balanza--,
clamas por que no ce pese,
pero él te pone en el plato.
Ya tu corazón es. polvo
y tus entrañas espanto,
y mientras :el cielo brilla
se oscurece tu retrato.
Después la pared se éierra
como un telón de teatro.
Ya tu acto se acabó.
Me voy a tomar un trago.

(1962)

72 73
Estos juegos infantiles
JUEGOS INFANTILES son sueños blancos que espantan;
empiezan en la inocencia,
terminan en la mortaja.

(1962)
CUANDO una bala sale
de un revólver de palo,
cuando no se oye el estallido
ni se ve un cuerpo agujereado;
cuando el niño que esgrime el arma
dice: ce macé, cáete,
el tiempo, proféticamente,
pone los charcos de sangre.

Pone también el destino


de matar o ser matado;
persigues o te acorralan,
gritas: ¡ríndete!
o gritas: ¡sálvame!

En esta gran confusión


que la vida te prepara,
llevas un tigre amarrado
que está loco por soltarse;
tú lo sabes, tienes miedo,
pretendes embalsamarlo,
pero él escapa al cuchillo
y ce lo pone en las manos.

75
74
EL RESULTADO · MIENTRAS MORÍA

CuANDO me arrepienta MIENTRAS moría imaginaba un hoyo,


de mis crímenes paletadas de tierra, agua estancada,
re enviaré un telegrama. ruidos confusos, bocas apretadas,
Vendrás vestido de blanco, y yo, cayendo de cabeza al hoyo.'
darás lechada a mi alma.
Mientras moría imaginé mi imagen
Lloraré sobre tu hombro de ;turbios ojos y erizado pelo
para constelar tu traje; contemplando el supremo desconsuelo:
negros diamantes en tu pecho la muerte disfrazada con mi imagen.
y negro de humo en tus entrañas.
Así me iba muriendo, con hartazgo
Enfundaremos el puñal de flores y gusanos. Expirando
en un sueño desorbitado: encima de mi boca desbocada;
tomará la forma del cordero
que surge del tigre desatado. ordenando mi escoria, mi contraria,
colocando mis huesos en la nada
Con las heridas haremos rimas y vomitando mi imagen funeraria.
y con los gritos charadas;
la expiación será un pasatiempo (1963)
en la eternidad que me aguarda.

Después me sentaré a la mesa


para comer del pan sagrado:
yo lo· partiré negro,
tú me lo darás blanco.

(1962)

76 77
POEMA PARA SER DICHO ¿Te acuerdas de ese instante en que alma siendo me
EN lviEDIO DE UN GRAN SILENCIO adoraste,
y entonces tu propio monstruo sobrevino
paro llevarte al donde siendo fuiste?
¿Será que después que no seas,
¿SERÁ que van a matar? cuando no ser es s6lo mont6n de besos disecados,
¿Será que con el cuchillo más grande traspasarán el serás no siendo, pero siendo amor?
coraz6n?
(1967)
¿Y con el bisturf más afilado vaciarán los ojos?
¿Y con el cortahierrbs más hierros romperán el cráneo?
¿Y con el martillo más martillo machacarán los
huesos?

¿Será que en la mesa er6tica


-mesa carnal y mesa-amor-,
amor mío, tú y yo
en el ser sobrecogidos,
una noche tu coraz6n habl6 cuando estabas bajo mi
sangre?
¿Será lo mismo que fue cuando siendo,
cuando siendo un juramento, y más que eso,
tu palabra, tu palabra sangr6,
empapada en el perfume tenue de los besos,
paro no negar, para ser uno en lo indiviso?
¿Y se cree tan ciegamente,
tan ciegamente que todos los soles se apagan paro
siempre
mientras el alma navega por lo oscuro?
¿Será que nunca hubo alma a pesar de las músicas que
oíamos?
¿Alma que no fue aunque alma fueras tan s6lo un
instante?
78 79
UNA BROMA COLOSAL
LO DE ME.NOS

lo de menos:
que cú no me ames,
y lo de más:
que soy el que ce ama.
Es mi hermosa vencaja,
y no como piensan los bobos,
mi crisce vencaja.
Soy cu cosa,
el piano que estás tocando,
y mientras tocas, te dices:
«Un piano es sólo un piano».
Pero también,
casi con amargura:
«¡Qué enamorado escá de mí!».
Quisieras arañarme
-y comprendo tu rabia-:
no estás en disposición de acariciarme,
en tanto que yo,
con la soberanía del amor,
te acaricio con la mirada.
Y tu alma, como un vampiro
bebe la sangre de mi alma:
cada goca es la copa del lento veneno
que se administran los indiferentes.
Roca, exangüe,
incorpóreo, expirante
puedo decirce:
No me ames.

(1967)

83
MI HERMANA,
SI MUERO EN LA CARRETERA

MI hermana, en su trono del dolor,


I
echa hacia delante sus cabellos,
para capar la humillación de los días.
SI muero en la carretera no me pongan flores.
Cuando mi madre nos mostraba su retrato,
Si en la carretera muero no me pongan flores.
en la sonrisa de mi hermana
En la carretera no me pongan flores si muero.
se reflejaba la esperanza de la salvación.
No me pongan si muero flores en la carretera.
En esos días hermosos
No me pongan en la carretera flores si muero~
ayudaba. a bien morir.
No flores en la carretera si muero me ·pongan.
Su sonrisa bañaba al. moribundo,
No flores en la carretera me pongan si muero.
y en los últimos fulgores
Si muero no flores en la carretera me pongan.
la cara de la muerte transfiguraba.
Si flores me muero en la carretera no me pongan.
Ahora en su trono del dolor,
.Flores si muero no en la carretera me pongan.
mi hermana es una muerta que sabe,
Si flores muero pongan en me la no carretera.
entre quejidos y palideces,
Flores si pongan muero me en no la carretera.
que nadie podría cambiar su cara.
Muero si pongan flores la en me en carretera.
La muero en si pongan no me carretera.
(1969)
Si flores muero pongan en me la no carretera.
Flores si pongan muero me en no la carretera.
Si muero en las flores no me pongan en la: carretera.
Si flores muero no me pongan en la carretera.
Si en la carretera flores no me pongan si mu~ro.
Si en el muero no me pongan en la carretera flores.

II

VOY en cacharrito, en una cafetera,


yo voy por la carretera;
84
85
yo voy, voy yendo por la carretera.
[COI\10 AYER NO VINISTE l\1E !YfOR[A}
Yo voy a un jardín de flores que está por la carretera,
yo voy en un cacharrico, en una cafetera,
voy a comprarle flores a mis muertos,
pero no me pongan flores si muero en la carretera.
COMO ayer no viniste me moría
como tus ojos no vieron los míos,
como tus ,pasos no sentí en el día,
III como el calor se convertía en frío ...
SI muero en la carretera me encierran en el jardín A soñarte empecé por no perderte:
que está por la carretera, pero no me pongan flores, y soñé que cus ojos me veían,
cuando uno tiene su fin yendo por la carretera
soñé tus pasos y alejé· mi muerte,
a uno no le ponen flores de ese ni. de otro jardín. y soñando soñé que ce veía.

En ese sueño tus labios me decían


IV
mis ojos a los cuyos están viendo,
mis pasos son los que tú estás sintiendo,
SI muero, si no muero, y cus ojos en mis ojos se confían.
si muero porque no muero
si no muero porque muero.
Fue entonces que soñé que despertaba,
Si muero en la carretera.
fue entonces que tus ojos me veían,
Si no muero pero en la carretera si muero.
fue entonces que tus pasos yo sencía
Si muero porque no muero en la carretera
y entonces fue que tú te aproximabas.
Si no muero porque muero en la carretera,
no me pongan f, no me pongan l, no me pongan o, (1972)
no me pongan r, no me pongan e, no me pongan s,
no me pongan flo, no me pongan res,
si muero en la c.

(1970)

86 87
[EN i\1ATERIA DE AA10R UN IMPOSIBLE} {AHORA TE QUIERO DEFINITIVA!vfENTE}

EN materia de amor un imposible AHORA te quiero definitivamente.


me tocó en suerte ... Y es como un dibujo Antes ~e quise por intermitencias
que al hacerlo se borra, y a su influjo y antes del antes por evanescencias
se vuelve a dibujar. Ya no es posible y en un principio conjeruralmenre.

parar la mano hasta encontrar la muerte, Como una posesión te vi al inicio,


uno dice que no y la mano sigue después, como si fueras poseída
borrando los dibujos de la, suerte, y después del después como perdida.
mientras que el corazón dice: ¡Prosigue! ¿Y ahora ... ? ¡Pues ya he perdido el juicio!

Cuando el dibujo sale de tu mano, Perdí el de la razón por el amor,


con un gesto te invita a que lo cojas, y no razono ahora sino siento
obedeces, se borra, tú te enojas: '
no discurro, no arguyo, pero aliento.
¿cómo ese rostro puede ser tan inhumano? ¡Esa luz le faltaba a mi esplendor!

1
Habrá que convenir que es loco empeño Ahora te quiero definitivamente.
1
1
esto de dibujar tu propio engaño: Y ahora mismo, al instante, en este tris
: 1
de amor sólo tendrás los desengaños. te estoy queriendo. ¡Ya me convertí!
!
Vuelve a tu infierno. ApártaJe del sueño. Ahora soy el que ama eternamente.
!~

'.1
¡1
(1972) (1972)

j •

i '
j

88 89
SI YA TAON SÓLO ESPERAMOS Pero estamos tristes, tanto,
nosotros de carne y hueso,
inútilmente. tratando de ascender,
A MI ADMIRADA AMIGA de elevarnos al cenit
MARfA LUISA BAUTISTA,
y que nuestros ojos traspasen lo visible:
DEDICO ESTE CASI POEMA,
ESCRITO EN UNA TARDE
y entonces, tan tristes, María Luisa,
PARTICULARMiiNTE TRISTE vamos cayendo con .la tarde, como niños
que salen del vientre de su madre.

(1972)
MARiA Luisa,
si ya tan sólo esperamos el Juicio Final,
y sólo nuestra certeza es
de acuerdo con la Biblia
reunirnos en el valle de Josafat,
entonces, Mar.ía Luisa,
contemplemos la vida terrenal
frente a esta puesta de sol.

Como decían los románticos menores,


el sol se va a poner:
la tarde muere lentamente,
los pájaros cantan sus postreros trinos.
Y como Hugo en La oración por todos
el labrador vuelve de su dura labor en el campo
a tomar la sopa y quedarse junto al fuego.

La tarde y las tardes parecidas


como cendales nos envuelven y tratan
de llevarnos a otra orilla. ¿Cuál, María Luisa?
La tarde y las tardes nos observan
con la mirada acariciadora de los justos.

90 91
BUENO, DIGAMOS No encima de las ruinas, sino del recuerdo,
porque fíjate: son ingrávidos
y nosotros ahora empezamos.
A LEZAMA

(1972)

BUENO, digamos que hemos vivido,


no ciertamente -aunque sería elegante-
como los griegos de la polis radiante,
sino parecidos a estatuas kriselefantinas,
y con un asomo de esteatopigia.
Hemos vivido en una isla,
quizá no como quisimos,
pero como pudimos.
Aun así derribamos algunos templos,
y levantamos otros
que tal vez perduren
o sean a su tiempo derribados.
Hemos escrito infatigablemente,
soñado lo suficiente
para penetrar la realidad.
Alzamos diques
contra la idolatría y lo crepuscular.
Hemos rendido culto al sol
y, algo aún más esplendoroso,
luchamos para ser esplendentes.
Ahora, callados por un rato,
oímos ciudades deshechas en polvo,
arder en pavesas insignes manuscritos,
y el lento, cotidiano gotear del odio.
Mas, es sólo una pausa en nuestro devenir.
Pronto nos pondremos a conversar.
92 93
UN DUQUE DE ALBA
ZAIDA
A LnZAMA

PARA hablar de Zaida


PoR más de veinte años hay que disparar una. salva
un duque de Alba de veintiún cañonazos en su honor,
permaneció echado en su cama. porque un amor infortunado
Entre la mugre de sus detritus la hizo alcanzar las cumbres del deshonor,
y la lepra de un amor desdichado, y la cambió en cosa
veía salir el sol y ponerse, y perdió el don de pensar,
veía, como una tumba más, la noche.
la maravilla de apiadarse de sí misma,
El aire mefítico que respiraba
de asomarse a una ventana y decir:
mezclado venía con la fragancia
Sí, soy yo, Zaida.
de los azahares de su amada.
Por eso ella merece
A este duque de Alba, tan feliz, el homenaje del estruendo vano,
lo envidiamos noblemente, la pólvora en salvas, y el humo ..
nosotros, en edad asolada
por la tecnocracia y la desconfianza. ¿A quién eligió el Amor
Este duque de Alba tenía un solo para hacerce amorosa?
pensamiento, una idea, pero suya. ¿O no fue engendro del Amor,
Lo iba gastanto, sino de ti,
y al mismo tiempo enriquecía. madre alacranada,
Pero nosotros, en varias camas, secreta ponzoña que tu corazón exige
con mugres y millones de lepras, para darse la muerte inmortal?
entre tecnologías dictatoriales,
planes y simulaciones, (1972)
ya no sufrimos nada.
Nos permiten tomar pastillas,
y callar.

(1972)

94
ANTÓ·N EN SU CUMPLEAÑOS EN LA BIBLIOTECA

PARA ANTÓN ARRUPAT

DISPERSOS a lo largo
de una playa imaginaria, PERDIDO mdo,
el. día que naciste le quedaron ciertos libros.
y los que vas viviendo, Cerrados, semejan ataúdes,
son monumentos funerarios. y abiertos, cunas propicias.
Si los miras atento verás En esos libros
la verdadera imagen de tu imagen terrenal. -que siempre lee como empezándolos---:-
Escapada del Jiempo los fantasmas que los habitan
-hazaña portentosa-..-. le dicen que están vivos,
eternizándote, i:e salva del. fluir: y que si quiere vivir de tal modo,
No vives, pero duras, aparentemente fantasmal,
no hablas, pero escuchas la duración se deslice raudo entre sus páginas,
que vuela como un pájaro sin alas, elija un capítulo, repose
un pájaro al que ninguna flecha puede herir. de todo cuidado humano
Eres más que la Esfinge: -incluso de la esperanza-,
no necesitas compartir y verá claro entonces:
el paisaje con el viajero, verá por ejemplo
ni escuchar sus preguntas. que ya no está leyendo el que leía,
Rescatado de la otra ribera, verá. tan s61o una apariencia de lector,
intocable que insistente le pide descifrar
-moneda sin valor, objeto despreciado--.-, enigmas nunca aclarados.
aquello terminaste para comenzar esto. Pero ya es tarde
para el de afuera,
(1972) y el que está adentro ya no puede hablar.
Detenido en su página, sentado
en su capítulo, es un inmortal.

(1972)

96 97
ALOCUCIÓN CONTRA LOS NECRÓFlLOS sin derramar una lágrima,
Tenemos que reservarlas
para cuando nos duelan las muelas.
DE una vez y por todas: ¡a la mierda la muerte! Y si digo la muerte natural
Mientras más me acerco a ella o ella a mí,
es porque las provocadas
ni yo sé quién soy ni qué soy, le digo,
por .la mano del hombre contra otro,
pero tú tampoco sabes quién ni qué eres.
no hM de ser lloradas por muerte
El hombre te inventó o te dio nombre al menos,
sino por vida. que la vida
tan sólo eso, que apenas si es algo, no segó a su hora.
una manera como tantas de infundir terroJ:.
No practiquemos el culeo de los muertos
Pero conmigo eso no va, mi hermana. '
¿acaso podemos pedirles
Y menos, hacerle el juego a tus ritos.
que practiquen el culto de los vivos?
Con los miles de millones de muertos
La comunicación se ha coreado:
que conocemos, nuestra visión de ti.
ni nos hablan ni nos oyen.
tendría que ser más bien risueña
Hablemos pues con los vivos,
o tan mecánica como la que ponemos hasta que podamos.
por ejemplo en el papel higiénico. •
Si alguien osara en una noche (1974)
poblada de relámpagos, ululante el viento,
y todo el decorado de muerte chopiniana, .
si alguien osara, digo, en medio de los suspiros,
coger al muerto por los cabellos
igual que a una peluca inservible,
y ·decir, con voz muy natural:
ya no es como nosotros, y aquí, señores,
no ha pasado nada, ¡y siga la fiesta!
De modo que en vista de la muerte,
de la muerte natural por supuesto,
mucha naturalidad, tanta
que hasta el muerto se vuelva natural,
tan natural que se entierre o se queme

98
99
Y CUANDO ME CONTÓ ... la puse en la máquina y escribí:
Y cuando me contó que el asesino ...

1: II

Y CUANDO me contó que· el asesino, QUÉ extraño


sus manos en la funda de mi almohada, levantarse, .tomar café,
de la almohada en que mi cabeza se encabrita ponerse a la .máquina, escribir.
víctima de los vaivenes del sueño, Pero el día tiene que marchar
me dijo:«¿nunca pensaste, Virgilio, y yo con él, y con el asesino,
en el. poco tiempo de vida que te queda?». hasta que llegue .la noche
Me cagué en los pantalones, y ponga la cabeza en la almohada,
puse un disco de alegría en conserva, mi cabeza, víctima de los espasmos del sueño,
y me tomé un diazepán. del sueño donde el asesino me dice
Me habían despertado los gatos el poco tiempo de vida que me queda.
en su templeta homérica.
Todo normal: (1974)
temperatura entre veinticinco y treinta grados,
algunos chubascos, marejadas por la noche.
El día monótonamente programado
en su inevitable desarrollo hacia la noche,
que pese a su tan alabado misterio
no es otra cosa que una duración del tiempo.
Me había lavado los dientes
con esa holgazanería con que enfrentamos
al. nuevo día en su terror creciente,
como si la muerte llegara de golpe
en mitad de una claridad deslumbrante.
Pasé entonces a la cocina,
hice café, lo tomé a sorbos,
prendí un cigarro, cogí una hoja de papel,

100 1 o1
UN CHISTOSO TÚMULO como autómatas castrados que salieran de paseo
por una calle torcida, erizada de miradas
PARA ÜLGA ln}.~nz
de estatuas, que allí apostadas, humanas se van
haciendo
para sumarse a la ronda de las aves y lamentos.
ÉSTA es la carde perdida en que las gentes se borran Pues el hombre en cuyos ojos la luz no tenía asiento
como empañados cristales frotados por una mano fue atravesando negruras recargadas de pavuras,
que sale de un río negro, donde un profundo silencio cocó animales viscosos con sus dedos temblorosos
'
va apagando los recuerdos y engendrando los olvidos. oyó ~1 vagido de un niño acabado de nacer
No bien se borran las caras, el silencio se persona y el suspiro de un amor en trance de perecer.
en lo alto de una colina, allá por el cementerio Allá, en un plano inclinado, resbalaba sin caerse
donde dicen que hay misterios, cuando sólo hay una mujer degollada en cuyos ojos había canea luz
que se podía iluminar la opacidad del planeta,
podredumbre.
Mas a la visea cegada le vienen bien los derrumbes, una luz con que se haría la oscuridad del poeta,
pues un tigre que pasara por sus ojos descerrados en fin, una luz can luz que nadie pudiera verse
de la luz, le pareciera que pasa un tigre mareado ... alma dentro de los pechos, calabozo can estrecho
Ésta es la historia de un hombre que ahora se fue para que un sollozo que cayera derramaría su llaneo
más allá de esas paredes labradas por el espanto.
siempre
de este mundo singular que nadie ha logrado ver, Al final de un corredor el hombre palpó una fruta
porque codos somos ciegos chocando entre sus paredes, -dicen que fruta, cosa dice el hombre que es-
dando voces, ciegos que piden la luz hasta perecer. que al caceo se le antojó como la piel de una fiera
Pues una noche de esa excácica noche de la vida, en acecho, una piel electrizada por la presa
ese ciego cuya visea traspasaba las estrellas cuya presencia en la jungla de la vida
hiriéndolas en la frente hasta dejarlas extintas, se anuncia por la sorpresa de un estático terror;
ese ciego cuya luz era de un pulpo la negra cinca en fin, una cosa que al cocarla se siente un escalofrío
cuvo la osada intención de mirarse el corazón y esa cosa es nada menos que la fiera del amor.
para saber el secreto del corazón de la vida, A su visea la piel del hombre en cera se fue mudando,
mas lo que pudo no ver sino cocar fue una herida en sus venas, dando gritos, la sangre se congelaba
por la que navegaban sus dos ojos de carbón y su lugar ocupaba la pálida luz de un cirio:
y una voz que le decía: «tÚ. no tienes salvación>>. indubitable señal de que empezaba el delirio.
Entretanto una guitarra deja oír en un rasgueo «Ahora soy cosa --decía-, ¿qué cosa quieres que sea?
el comienzo de esa fiesta donde la gente se mueve Si en copa me convirtiera, ¿con qué tú. me llenarías?

l o2 lo 3
y si en metal me fundiera, ¿caer.ía en la pelea ... ?. SIMPÁTICO AQUELARRE
Cortado estoy eri segmentos como cuerpo de serp1ente:
son mis piernas y mis brazos y mi cuello y mi cabe~a
monumentos convulsivos de un hombre que PARA FINA IBÁ~EZ
gentilmente
buscó el amor de la gente con sus ojos vaciados
POR los montes y los mares deambulando inmovilizo
y fue burlado, burlado hasta parar en la huesa.
las personas y las cosas que desatan los destinos;
La cosa que soy ahora, esa, cosa que la suerte
cavo fosas insondables ,-son refugios para locos-,
me mandó ser, esta inerte transfiguración,
con la mariC> paralítica, que mirada en un espejo,
·fue en verdad un ser humano o, fue mixtificación?
~qué fue este engendro que fui dentro de mi piel de es la mano apocalíptica de un noctámbulo cuatrero
apostado en uná esquina donde matan a mansalva
hombre?
noche y día, ahora y siempre mis ángeles de la guarda.
Pero déjenme así, por favor, no me nombren, np me
Por un trillo que se pierde en el fondo de una sala
nombren ...
va montado en un caballo un piano negro de cola;
Ahora no soy, no respiro, no vivo: tal es mi suerte,
haciendo eses de borracho me dirige un gran saludo,
y créanlo o no, ésta es la muerte, la muerte.»
con las alas desplegadas se arrodilia en el umbral,
a su encuentro salen sueños que lo duermen al instante,
(1975)
los ronquidos de sus notas tne dan en el corazón.
Le abro el vientre donde surgen en maléfico concierto
las palabras que en mi vida proferí inconscientemente;
todas vuelven a mi boca con verdes espumarajos
y me dicen que yo soy el que fue de todo siendo ...
Con la lengua tumefacta me las saco de la boca,
los paisajes de la tarde se pierden entre la bruma,
las puestas de sol, enfermas, van cayendo una por una
en el piano aletargado devorado por la luna,
por la luna que en la sala parece un maestresala:
anunciando los conciertos tocados por éuac.ro muertos
en el piano en que mataban mis ángeles de la guarda
noche y día ahora y siempre, noche y día eternamente.
Ahora surge de una esquina de la sala sepulcral
una mujer de cristal con una copa en la mano,
104 1 OS
es una copa de tierra donde hay un niño sembrado. de modo que no las nombres porque la iluminación
r.>ice mi. nombre, lo dice vociferado, ya va a ser de tal calibre que se incendiará el salón.
lo dice a los cuatro vientos, y ese piano aletargado De pronto el piano de cola despierta sobresaltado,
sigue dormido, dormido ... ¡y ya no hay quien me salve! y todos sin excepción se preguntan: ¿Qué ha pasado,
Pero va a empezar el baile de los que bailan sentados: qué ha pasado?
inmóviles en sus sillas se van haciendo de piedra, Se instaura la confusión en la sala sepulcral,
y como cantos rodados que bajaran a un abismo ahora la vida se ve como una luz espectral;
e inclinando sus cabezas hasta topar con el piso los vinos se escapan de las copas y las copas de las manos,
se van perdiendo en la sombra de una pantera de Java los zapatos de los pies y los pies del pavimento,
que allí en la sala, a las diez, una madriguera cava. y nada más que se escucha el ulular de los vientos;
No es extraña la ocasión, sino ~xtraño el corazón. y, ¡sorpresa de sorpresas!, hasta los más graves
Lo digo porque en la sala, se van oyendo sollozos, pensamientos
sollozos que son fuertes como suspiros de osos; se van como alocados colegiales eri un arremolinamiento.
un caballero de frac a una dama con diadema ¿Qué ha pasado, qué ha pasado? ¡El piano se ha
le muestra su corazón como un. colgajo de carne despertado!
y la dama le responde exhibiendo sus dos tetas Y está tocando a rebato porque hay fuego allá en la
como si fueras las ruedas de una aplastada carreta. sala de juego,
Ríanse todos con risas verdes, moradas risas de en el. juego de la vida ... ¡Pero hagan juego, señores!,
manicomio háganlo para que podáis comprar los grandes ramos de
para que en la sala, en la sala sobrehumana flores,
más tarde, cuando lleguen las cinco horrendas hermanas, de flores para las tumbas como palomas dormidas,
el llanto inunde la sala donde en un piano de cola y, créanlo o no, ésa es la vida, la vida ...
a la velocidad de la luz yo metí mi alm~ sola
para escuchar esa nota que ando buscando por vida (Stptitmlm de 1975)
con el triste resultado de ir abriendo más mi herida.
Las cinco hermanas son ésas que tú sabes de memoria.
Anda, nómbralas. Si te atreves a nombrarlas
yo mandaré a ejecutarlas cuando termine la danza
y a todas las clavaré en la punta de una lanza.
Pero hermano mío, mi hermano, ya tú sabes que hay
secretos
que son más duros que los más graves decretos;

106 1 o7
DESCANSA, DESCANSA ¿Cómo ... ? ¿Pero cómo? Si lo supieras ...
Como se puede en la. vida. para poder en la nada.
Más tarde, entre. cendales de gasa y abruptas
A CéSAR BERMÚDEZ
confesiones,
el cómo de cu vida. reirá a carcajadas.
DILACERADO, desunido, roco,
No, no ce dejo, no ce suelto, no ce desato.
no puedes más, y yo siempre puedo.
Como un perro tendrás que ... ¿Aceptar?
Si das al tiempo una oportunidad, una sola,
Entre melocotones podri~os y un guante caído de la
sembrará ortigas en tu sangre:
mano
Ahora, en la vasta extensión de esa pradera,
van cayendo uno a uno los recuerdos inmortales. de la vieja dama, el cómo ce dará un lanzazo.
Una leona ayuncándose con un río
de estrellas negras. Por él navegan Labial, palacalfricaciva, gutural sonora,
los seres que nada esperan sueña con tu lengua, sueña que es un misterio
, '
en este mundo ni en el otro. y moraráS en esas alturas de focas desoladas.
La nieve empie.za o va a empezar a caer, ..
Nadie recuerda ya la forma a caer como el cadáver morado de un vigésimo piso.
en que el sol se asomaba, Dale a tu lengua, hazla bífida, de serpiente,
sólo la negrura en la cara. acérala, témplala en la ortodoncia de tus dientes.
Vamos donde nada existe, Menos y más, en la lengua, es el crucificado que
vamos, tierra dorada, esperamos.
de copas fúnebres Cuenta y narra, relata y expón los sortilegios
y cascos de caballos sin relincho, de la evidencia de una lengua en la palma de la mano.
vamos, a una velocidad funcáscica, Impetuoso relata hasta desintegrarte
hacia los arrozales de ese hombre en la dorada bruma de los días de cu dispersión.
cuya gorra amarilla es como una declaración de amor.
La noche entra, dama enlutada y proscicuca,
¡Ay! Pero un ay que haga explotar de coitos can negros como sus celas.
las cuatro paredes de ti mismo, Sus orgasmos traspasan la piel de los rinocerontes.
un ay capaz de engendrar Allá, donde yo pongo el dedo, ¿no lo ves?
la sonrisa en tus labios marchitos
Allá es quien tiende la visea,
y puedas encaminarte hacia el templo de champán,
ese amigo lejano que ce roe el corazón
forrado de marcas zibelinas y duendes verdes.

1 o8 1 o9
cuando en las mañanas te lavas la boca. se sumerja entre las ruedas veloces,
En el allá que conoces nada hay que sembrar. determinará para todos el peso exacto del amor.
Unos cuantos insultos y unas medias rotas.
Allá y el cuándo entretanto se alejan
¿Cuándo? ¿Cuándo? En el mismo instante y atruenan el espacio con voces de piojos.
en que lo piensas, todos los cuando Han hurgado en las cabezas
se alejan, vagones de un ferrocarril -infinito, y se echan a dormir en una cuna de tripas,
trepidando, desolados, mordiendo el polvo. emocionados por haber entrevisto un reflejo de la vida.
Y tú en la estación del olvido, parado como una garza Blandamente, acolchados,
real, algodón en rama, vientre deshilachado,
gritas cuándo, cuándo, y la voz se te hace excremento. mineral fundido y goce obruso, van a recoger a lo sumo
De qué entraña maldita a la recíproca unidad del latido un grano de olvido-en la suela de rus zapatos.
vas explorando ese camino incrustado entre muercos
al alcance de la mano. Todo se esfuma, obnubila y expande
Pero la loba de la casa amarilla en un gigantesco crustáceo tirado en esa playa de
te entrega sus colmillos para que la devores: esqueletos-.
ahora comienza el aquelarre de lo insustancial. Déjalo, no lo coques.
Río de agua sin agua, de palabras sin palabras, Sigue tu camino hacia la concha que resbala
inextinguible sed que aspira a convertirse en agua en una espléndida mañana y decapítala.
helada La sangre de su cuello brota como una liberación
y derramarse entre los vericuetos de tus vísceras. anticipada.
Insustancialmente docto en un saber purulento, Pasa un trineo conducido por un caballero astuto.
letras semejantes a albaricoques hendidos por la Suban, suban --dice-, y todos .suben.
espada, Cómo, cuándo, allá pasan.
irás a ocupar el infierno de los mudos. la madrépora se va mudando en mariposa,
¿Ángel caído? No, estercolero entrando en la gracia, y todos caen abruptamente en la nada.
mística sangre pasada por diez millones ele hectolitros Hasta mañana, amor mío.
de asombro, verdeando en los girasoles del no ser.
(1975)

La muy ilustre tonta se mece en una cuna de odio.


Se lamenta del hígado que le cuelga entre los senos.
Cuando en ese tren ilusorio

1 1o 111
UNA BROMA COLOSAL de esas voces que tan sólo en los sueños escucharnos,
y que cuando despertamos llevamos en el oído,
hasta que el día las dispersa en el mundo del olvido,
supe que infinitas penas al polvo los redujeron,
CoN una mano enjoyada voy dispersando la niebla, que sollozando en sus fosas tres mil años transcurrieron
con la otra -descarnada- destapo ansioso el sepulcro que cautivos de sí mismos en palabras se perdían,
en que antiguos paladines yacen en su eterno sueño. que un sí era un no y un no sí en un quidprocuo eterno
Es una noche distinta por la que mis pies caminan, con el que sus .roncas voces instauraban un Averno,
de tal modo diferente que mis pasos los alumbran en donde unos belcebues sus palabras asentaban
unas luces con ayes fosforescentes y palabras en la piel de los porfiantes y después los condenaban.
luminosas. Dije qué noche distinta fue esa noche sepulcral,
Un caballo se encabrita ah te la revelación: ¡y cómo no iba a ser distinta si era del Juicio Final
con sus cascos, que echan chispas, me golpea el el día tan esperado en el. que nadie creyó
corazón. pues por siglos y más siglos la gente se descreyó
Por mi pecho -constelado de cabalísticos signos- de tal realidad futura anunciada por un loco,
pasa, en un rapto de plumas, una bandada de cisnes, por un loco que de tanto enloquecer su locurn
de cisnes negros y blancos que me muestran sus heridas. sólo les dejó a los hombres la herencia de la amargura!
Ahora no sé si son cisnes o si son esas medidas Pero en la noche final de los tiempos humanales
con que la muerte nos mide en el momento final, -esa noche en que las almas ya no serían eriales-
ese momento en que el vivo se refleja en el cristal el loco de la noticia transmutado en mariposa
que hasta la hora de morir empañado se mostró, -por decir que es mariposa, porque más bien era cosa
·porque saber cómo somos antes de decir adiós antes nunca vista por nuestros ojos sin luz-,
nos vedaría esos juegos en que transcurren los días, el loco digo, no volando, pero tampoco reptando,
los días como zarpazos adornados de mil flores, con un ala -por decir que lo era, porque más bien era
de flores como ventosas que nos inundan de olores, cosa
en que se ven los colores de la desesperación antes nunca vista por nuestros ojos sin luz-,
entrando por las narices y dando en el corazón. los sepulcros de este mundo fue destapando con pausa,
Pues con mi mano enjoyada y mi mano descarnada como lo hace un juez deseoso de no dejar pendiente una
sepulcros yo destapé de esforzados paladines, causa.
y fue como si en el cine empezaran a moverse Y la entera humanidad de los sepulcros surgía,
unas caras maquilladas con la cal de los sepulcros. viva como en la vida que en este mundo viviera
Por el tono de sus voces -ya lentas o ya veloces- -una batalla, un amor, una traición, un dulzor-

112 113
para llegar a vivir en la otra dimensión: EL HECHIZADO
¡esa en que inmortales somos por la fuerza del amor!
Y todos se sonreían con sonrisa angelical,
A LEZAMA, EN SU MUERTE
y ahora la Tierra era como un cántico triunfal,
y ahora ya todos creían en la vida verdadera,
y miraban a la falsa que como abatida fiera
POR un plazo que no puedo señalar
a sus pies yacía exánime, sin la hermosa luz del día
me llevas la ventaja de tu muerte:
de la gran revelación que brotaba por los poros
lo mismo que en la vida, fue tu suerte
de todos los hombres nuevos eh un sobrehumano coro.
llegar primero. Yo, en segundo lugar.
Y justo en ese momento de inefable encanmmienro
otro loco del espacio, de un espacio sin fronteras,
Estaba escrito. ¿Dónde? En esa mar
gritó con voz nocturnal, con la voz de cien mil fieras:
encrespada y terrible que es la vida.
«¡Ya no habrá Juicio Final, sólo habrá la madriguera!
A ti primero re cerró la herida:
La madriguera del mundo pará. que el mundo se tnera
mortal combate del ser y del estar.
en ella,
y ni el consuelo se dé de cónremplar una estrella. Es tu inmortalidad haber macado
A vuestras nuiibas volved, esforzados paladines,
a ese que re hacía respirar
allí tendréis para ver un ineluctable cine, para que el otro respire eternamente.
ese cine de la Nada que entré Nadas se eterniza,
como si vida y si muerte fueran asunto de risa».
Lo hiciste con el arma ParadiJo.
-Golpe maestro, jaque mate al hado-.
(17 de t/U1ntJ de 1976)
Ahora respira en paz. Vive cu hechizo.

(9 de agoJro de 1976)

1 l 4 1 15
UN TEOLÓGICO ATRACÓN Con sus malignos ojillos me miran aviesamente,
pues ya saben de antemano lo que se fragua en mi
PARA JUANITA GóMBZ
mente,
y con una voz de Esténtor que al cuerpo le da pavura
me hacen esa pJ."eguma que es nuestra eterna tortura:
VoY pasando poi." la bruma que el olvido nos procura: Dinos ¿qué paraíso prefieres? ¿El del Bosco o el del
con mis pies hollo lamentos, con ,ni,s manos la tersura Dante?
de esos días en que preso de las horas, sus garfios Te advertimos que si no tienes una respuesta al
se van hundiendo en mis carnes hasta dejarlas colgadas instante
entre el cantar de las aves y los ojos de la Nada. perderás toda. noción de ese jardín de delicias
Ahora no soy el que fui ahora soy el que han pintado en donde al aparecer todo no es sino caricias,
en el lienzo del futuro con nomhre. d~ Iluminado; caricias que van tomando las almas en esferas
ahora no soy, para ser, y de este modo haber sido, musicales
puesto que ser ahora o d~pués,, es en el tiempo un latido que es el sonido recóndito de sus pretéritos males.
que echa andar el corazón por un oscuro sendero Suspenso entre cielo y tierra y con la mente suspensa
donde trabaja inc:;msable ese colosal partero. como aquel. ante lo ignoto ignora si en algo piensa,
Pues digo que ya olvidado de mí hasta no conQcerme o si piensa en el cruel pensar de una mente
voy pasando por la bruma del olvido, y sin detenerme sobrehumana,
como la corza que huye del leopardo voraz emito sonidos roncos de animal de muerte herido
--el leopardo del mundo con sus saltos de titán- cuyo hilo de la vida la Parca a cortar se apresta
hago que mi. nueva forma se deslice en un desván: para sumirse de golpe en la insondable floresta
ahí veo que me esperan dos signos de .interrogación, del eterno dudar si vivos o muertos estamos
para que dé cumplimiento a un examen de admisión en ese ignoto país del que nunca regresamos.
a ese inefable vergel que paraíso lo llaman Entre tanto los malditos signos con airados aspavientos
y que con gritos de angustia todos los hombres me instan a que conteste tan colosal argumento.
reclaman. Tal un muñeco que habla merced a ingenioso
Rodeando a mi nueva forma ambos signos, misteriosos mecanismo
y fatales se abre mi boca -ahora tornada en horrendo abismo
se echan plácidamente como esos animales de las infinitas falanges con que nos mata la duda-
que en ciertos cuadros famosos aparecen contemplando y como aquel que a punto de ahogarse pide ayuda,
con miradas que de mansas se nos antojan caricias mi voz de muñeco hueco exclama: ¡Prefiero el del
esas copas de cicuta que unos hombres van tomando. Dante!

l 16 1 17
y no bien hablo, una carcajada. homérica se deja oír al
instante, OTROS POEMAS
y acto seguido, sin tregua, una voz atronadora
me grira: ¡Mísero de ci!, pues sabe ahora
que el paraíso del Dance o el paraíso del Bosco
es tan sólo una quimera surgida de un quehacer fosco
en que un pintor y un poeta la vida eterna quisieron
hacer con los pobres recursos que en esta vida le dieron.
Sal de este desván -estrecha antesala de la muerte-
y vuel.ve, engendro irredento, a tu ineluctable súerte:
y una vez allí pinta o describe cu mentido paraíso,
para que un buen atracón se den codos con tu guiso.

(1976)

1 18
BALADA DE TU MUERTE

QUÉ júbilo en tu cara


al llegar la quietud del soplo grave.
La casa, las vidrieras, las pi~curas ...
No hacían falca los ojos.
Las luces eran tintas negras
que no alumbraban nada.
Caneaba la alegría su canto ancho.
En escala de risa
el viento nos besaba el alma.

Lo que es y será siempre;


final que torna a ser principio
de un final que se nutre de muerte,
vino hecho de luz
a plegar dulcemente su armonía
ofrecimiento inmenso de mensajes lejanos.

Qué alborozo de voces


en tu muerte jocunda y diáfana,
sin convulsión de lágrimas
ni gentes aspirando tu aliento.

Ahora corremos en la ola que canea,


en un vuelo de alas, espiga en flor,
candor de niño y suavidad de nardos.

La única oración lanzada a la noche


en misterio, es ésta del retorno
al barro y a la arcilla, en forma humana.
(1937)

12 1
A DANTE (IN SELVA SELVAGGIA) PERFECTA SOLEDAD

AQUÍ está sin las manos ni la risa, AHORA nadie vendrá con su destino
con fija angustia en fuga del camino a imponerme la carne de martirio,
la inerte sombra alada de tu sino, ni nadie impulsará esca ala dormida
ya sólo sueño gris de ala indecisa. vestida con un sueño de cenizas.

Yo estoy solo en un día sin palabras


Ahora gesto de piedra en tu divisa
amándome en gozo estremecido;
hará luz de canciones en un trino navegando en el barco de mi sangre
y aérea ruta de oro al peregrino sin presencia de mar reconocido.
señalarán los pasos, ya sin prisa.
Estoy en una soledad que me encamina
Alegría de azul adolescencia al perfil de la estrella conseguida.
tomó amargura hostil. rudo oleaje. Estoy, ya sin estar, en la remota
Que cautivar la luz fuera inclemencia. luz de mi sombra sola frutecida.

Por eso ahora, al emprender el viaje Yo no estoy como ustedes con un día
rodando entre las manos y la risa.
eternamente llorará a .Florencia
Yo no soy un niño estático mirando
en la eterna y cruel selva salvaje. a su niño de vidrio que lo mira.

(' dt mano dt 1938) Yo estoy solo soñando todavía


la cuerda de mi carne, bien tendida.
Dejadme como estoy, con mi destiempo,
en este dulce ayuno sumergido.

Estoy solo en la hora sin fronteras,


sin la ansiedad nutriéndose de olvido.
Estoy sobre la sombra de mi sangre
deshojándome el alma con un lirio.

(1939)

122 l 23
LA GRACIA [AlvfOR CONDUCE 1\11 SILENCIO GRAVE}

PARA EUGENIO FLORIT

AMOR conduce mi silencio grave


¿QUÉ curva suspendida de los cielos en casta soledad por fino espacio.
-órbita, espejo, gozo de cristales- Me ofrece amor de celestial palacio
se abate aquí en mi frente con un vuelo austera trinidad en giro suave.
de encendidas estrellas musicales?
Viajan dolidos cuerpos las esferas
¿Qué sustancia evadida de la tierra donde la hondura de la luna inflama,
viene en ángel, en luz, en hermosura, fría palabra que la sangre llama,
en escala perfecta de locura capaz palabra que la vida espera.
a darme la canción, el verso, el•vienco?
Metales sueñan árboles sonoros
A darme, sí, la gracia en fina herida: abatiendo sus ramas de cristales,
hilo sutil. de miel que pone gusto con un rumor de lluvia diligente.
de .cosa sideral a mi desvelo.
Homenaje de alas, lengua de oro;
Por .fijos ojos de dibujo adusto toda la vasta voz desordenada
asea de luz, serena al desconsuelo sosiega sus potencias en mi frence.
que mana de la fuente de la vida.
( 1939)
( 1939)

124 12 S
MI SILENCIO SONETO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

POR la alea
. muerte mi silencio escucho.
.
SI muerte olvidas de n~vada mano
¡Oh muda carne, vivo mausoleo! por serenada vida adolescente,
donde habita mi ser sin el deseo, presente muerte su figura. ausente
y el deseo sin ser donde yo lucho. dibujará tu corazón anciano.

Por alea muerce mi silencio vela Si vida olvidas de invitado juego


la sombra horizontal de mi figura;. por convocada muerte adolescente,
sin danza conducida hacia. la oscura presente vida su figura ausente
presencia sustancial que me revela: dibujará cu corazón de fuego.

perpetuo vigilante de mi espejo, Si muerte y vida grave solicitas,


espejo cauteloso de los ojos, si adivinando una perfecta suerte
ofendido mirar de su reflejo; de orientada república invisible,

elástico animal indefinible, del tiempo vences duración maldita,


ser que piel distiende en la impasible enamoradas voces vida y muerte
figura silenciosa de su enojo. pronunciarán secreto indefinible.

(1940) (1940)

126 l 27
PASEO DEL CABALLO VUELTO AL REV.ÉS

ENCANTA el caballo viniendo de flanco, ESTOY sin corazón, estoy exangüe.


el. caballo con sus cuatro cascos provocando la tierra; Estoy sin huesos, estoy fanatizado.
encanta en las mañanas con descargas de fusilería. Estoy lejos de mí, estoy marcado.
Pero advertid que el caballo no comparte nuestra Estoy vacío, y estoy desesperado.
admiración.
Los pies en la cabeza encaramados,
El caballo es llevado por su carne las lágrimas metidas en el sueño,
y lo que de él se mueve en un espacio es su forma: la boca desbocada por hallarte
su forma que podr.ía ser o una flor o un guante. y las manos pugnando por hablarte.
El caballo ocupa un espacio más su relincho.
Estoy vuelto al revés, estoy restado.
Encanta el caballo cuando caracolea. Vuelo sin aire, sin agua nado,
Estas suenes gentiles son la desesperación de sí mismas; sin pies camino, sin sentidos vivo,
si el caballo quisiera caracolear nada más que para sí y sin ojos me miro enamorado.
tendr.ía que no caracolear y· permanecer cosido al suelo.
(19.51)

Pero el pueblo es cruel y le encanta el caballo


en las mañanas con el asfalto mojado por el rocío.
Un latigazo, y el caballo avanza piafando.
Pero el pueblo ignorará siempre que el caballo
no sabe que él es un espectáculo matinal.

¡Mirad cómo avanza un caballo llevado por su forma!

(194.5)

128 129
EL VIEJO DEL BOSQUE NOCHE A NOCHE

CUALQUIER flffiOr, EL tiempo fue colmando mi medida:


el más abrasadqr, inflamadas sus velas una a una ,
el que quema y reduce a cenizas me fue gastando en sus heladas lunas
el cuerpo de los amanees; y fue restando sumas de mi vida.
ése hecho de lágrimas can ardientes
que fecundan la cierra de la desesperación Huyendo a su mirada, di en sus ojos;
en la que brota. la rosa del. amante feliz, evadiendo su boca, oí sus voces.
ése y el que tiembla y el que mata, Por hurtarme a su fuego, di en sus hoces,
o se detiene al borde del abismo, y por no someterme, caí de hinojos.
tiene en su fondo hielo.
El tiempo me hizo lunas enfriadas.
Ahom que las músicas resuenan alegremente en la carde; Me hizo temblor, tristeza, impedimentos;
ahora que el amor nos quema me vació en su mármol noche a noche.
mientras los regimientos se encaminan a la batalla
con sonoras fanfarrias; Hizo de mi parálisis, reproche,
ahora que con su coraza de llamas los amantes
flautas mis huesos, donde los lamentos
empiezan sus deliquios entre las ramas
se disolvían entre puras nadas.
y estalla con enorme detonación el canto de la esperanza
ahora, no después ni antes,
Uunio de 1960)
en este momento
surge compacto, terso, reluciente
el hielo del fondo del amor.
Un grito ahogado con chillidos de pájaros acompañantes
se deja oír entre las frondas prometedoras,
en tanto que el viejo del bosque
arrastra lentamente la ilusión de los enamorados.

(Buenos Airo, 1954)

13 o 13 1
LA SUSTITUCIÓN PARA TI

No quiero me despierten de este sueño. PARA ti ya no habrá formas ni concornos. Esperas por
donde yo puedo amar correspondido; un sol que no ha de salir. Sin estar ciego, aún ignoras
en el mundo, despierto, estoy vencido, -en tu casa todavía hay luz-, que todo se volverá
en el sueño, dormido, estoy .despierto. negrura en un instante, y en un instante nunca más te
verás como eres.
Si en este mundo no puedo tener dueño ¿Qué dices ... ? .El genio del hombre, la tecnología, los
porque mi cara espanta a los despiertos, adelantos de la ciencia ...
me. ponen a vivir que yo te sueño Amigo mío, esa mano que busca otra mano, tus ojos
en ese mundo de los casi muertos. que pugnan por insertarse en otros, pronto sabrán que
no son ojos ni mano. De modo que asómate, y disfruta
En otro mundo te sueño de este mundo, el último paisaje.
con otra boca a la tuya correspondo,
con otro corazón el tuyo inflamo; (1977)

con ojos de soñar tus ojos hundo,


con palabras dormidas te respondo,
y mientras más te sueño más te amo.

(1963)

132 13 3
HOMENAJE
VIRGILIO PIÑERA CUMPLE 60 AÑOS

COMO un pistoletazo en el violáceo azufre


los ángeles pactan con los demonios,
buscando el gran ojo primigenio.
Vuelven los demonios a pactar con los ángeles,
buscando la sabiduría
de las ondas del pífano
al penetrar en la ciudad.
Un ruidillo en la nada,
innato o con prestaciones vergonzantes
precipita el coro de los diablillos
que van a sostener el manto del niño de Praga .
.Llega entonces el inalcanzable
paraje de la nieve,
la pequeña luna caída
en la profundidad infantil del tazón
o en el ballenato tedioso de los mares,
allí la silla destrozada, la del obispo encadenado,
allí se vuelven a ver los demonios y los ángeles
correr hacia un punto, volcarse en la laguna,
peinarse más las plumas que los cabellos.
Sus pequeños rostros sonríen con dientes de leche.
Sabemos, qué carcajada, que lo lúdico es lo agónico.
Como sólo existen el bien y la ausencia,
los demonios y los ángeles se esconden sonriendo.
Su mano madura, como decimos las uvas maduras,
han dado un fuerte manotón sobre el tablero.
El ángel avanza rápido como el alfil.
El demonio salta como el caballo oblicuo.
Sus manos cruzadas golpean los sesenta
l 37
golpes de la cábala, CRONOLOGÍA
el hierofante y la emperatriz duermen ya DE VIRGILIO PIÑERA
en la cámara de la reina.
El ojo y el mar se abren en círculos concéntricos.
Sobre un tablón,
jugando lo terrible·,
el. bien y la ausencia.

)OSÉ LEZAMA. LIMA

1912 Nace en Cárdenas (Matanzas) el 4 de


agosto.
1921-1925 Residencia de la familia Piñera en G~a­
nabacoa.
1925-1940 La familia Piñera se traslada a Camagüey,
donde Virgilio cursó el Bachillerato.
1935 Funda en Camagüey, con Luis Martínez y
Aníbal Vega, la «Hermandad de Jóvenes
Cubanos», una asociación cultural.
1937 Se matricula en la Facultad de Filosofía y
Letras de La Habana.
1939 Publica algunos de sus poemas en Es-
puela de Plata.
1941 Se autopublica su primer cuaderno de
poesía, Las furias. Primeras desavenencias
con Lezama.
1942 Se autopublica «La isla en peso», una de
sus composiciones más representativas.
De la fragmentación de Espuela de Plata
surgen las revistas Nadie paree/a, Clavilet1o
y Poeta, esta última fundada y dirigida
por Piñera.
1943 Sale el segundo y último número de Poeta.

138 139
Publica Poesla. y Prosa, una recopilación 1958 Aparecen reseñas suyas en Sur. En sep-
1944
de su obra. Comienza la andadura de la tiembre. regresa a La Habana.
revista Orlgenes bajo la dirección de José 1959 Colabora en el diario Revolución y en su
Rodríguez Feo y José Lezama Lima. En suplemenJo cultural, Lrmes de Revolución.
sus doce años de existencia, Orlgenes dio a 1960 Se réeStrena Electra Garrigó en La Habana.
las prensas alrededor de cuarenta núme- Publica su Teatro completo a instancias de
ros. Guillermo Cabrera Infante.
Desde febrero ele 1946 hasta diciembre 1961-1964 Sustituye a Cabrera Infante en la direc-
1946
del año siguiente vive en Buenos Aires, ción de Ediciones Revolucionarias.
donde fue becario de la Comisión Nacio- 1964 Cesa en su cargo de director de Ediciones
nal de C!J,ltura. Durante aquella estancia, R., y se le encomienda un trabajo de rra-
participó en la traducción de la novela ductor en la Imprenta Nacional.
Ferd;•dur/;!e, con cuyo autor, el polaco· Wirold 1967 Publica en la UNEAC (Unión Nacional
Gombrowicz, mantuvo una estrecha re la- de Escritores y Artistas Cubanos) la no-
ción. vela Presiones y diamantes, que poco des-
En mayo se publica la traducción de Fer- pués sería retirada de la. venta.
1947
d;:durke. 1968 Es galardonado con el premio Casa de las
Estreno ·en La Habana de Electra Garrigó. Américas por el drama Dos viejos pátricos,
1948
Entre abril de 1950 y mayo de 1954 vive publicado en Argentina.
1950
en Buenos Aires, donde trabaja como ad- 1969 Publica La vida entera, donde se reúnen
ministrativo del consulado cubano. poemas escritos entre 1941 y 1967. Estrena
Publicación en Buenos Air:es de La canze la obra musical El Encame. Participa en las
1952
áe René, su primera novela. tertulias secretas que organiza Carilda
Funda, junto a Rodríguez Feo, la revista Oliver Labra en su casa de Matanzas. La
1955
Ciclón, de la que es corresponsal en Buenos revista Pa11orama publica un adelanto del
Aires desde enero de 1955 hasta noviero- libro de relatos E/ q11e vino a salvarme.
bre de 1958. 1970 Aparece El que vino a salvarme.
Publicación en Buenos Aires de Cuentos 1971 Piñera cae en desgracia, sus libros son
1956
fríos gracias a la financiación de José Ro- secuestrados en Cuba, y se le prohíbe aban-
dríguez Feo. donar el país y publicar su obra, tanto en
La revista Les temps mpdertres publica tres la isla como en el extranjero.
1957
cuentos de Piñera bajo el título común 1974 Participa en las tertulias de Abelardo Es-
de «Goyesques». tornino y Oiga Andreu.

140 14 1
1979 Muere el 19 de octubre. OBRAS DE VIRGILIO PIÑERA
1988 Se publica Vt1a broma ro/osa!, colección
que Piñera había dejado preparada poco
antes de su muerte, donde se recogen poe-
mas escritos entre 1970 y 1979.

Po ES fA
La.s furia.s, La Habana, Ucar García 1 Cuadernos de Es-
PIIela de Plata, 1941.
La isla en peso, La Habana, Tipografía García, 1943.
Poesía y prosa, la Habana, Serafín García, 1944.
La vida entera, La Habana, UNEAC, 1969.
Una broma colosal, .La Habana, UNEAC, 1988.
Poesía y crítica, México, Consejo Nacional para la Cul-
tura y las Arces, 1994.
La isla en peso, La Habana, Unión, 1998; Barcelona,
Tusquets, 2000.

NOVELA
La came de René, Buenos Aires, Siglo XX, 195 2; Madrid,
Alfaguara, 1985; la Habana, Unión, 1995.
Pequeñas maniobras, La Habana, Ediciones R., 1963.
Presiones y diamantes, la Habana, Unión, 1967.

CUENTO
El conflicto, La Habana, Cuadernos de Espuela de Plata,
1942.
Cuet1tos /rfos, Buenos Aires, losada, 1956.
Cuentos, la. Habana, Unión, 1964; Madrid, Alfaguara,
1983; Madrid, Alfaguara, 1990.

l 42 143
El que vino a salvarme, Buenos Aires, Sudamericana, 1970. ÍNDICE
Un fogonazo, La Habana, Letras Cubanas, 1987.
J'\¡fuecas para escribientes, La Habana, Letras Cubanas, 1987;
Madrid, Alfaguara, 1990; México, Diana, 1995.
Algunas verdades sospechosas, La Habana, Abril, 1992.
El viaje, La Habana, Unión, 1992.
Cuentos de la risa del horror, Bogotá, Norma, 1994.
El caso Va/ero, Bogotá, Norma, 1996.
Cuentos completos, Madrid, Alfaguara, 1999.

TEATRO
Electra Garrigó, 1948.
]esríJ, 1950.
Aire frlo, l.a Habana; Pagrárt, 1959.
Teatro completQ; La Habana, .Ediciones R., 1960.
Dos viejos pánicos, La Habat)a, Cása de. las Américas, 1968;
Buenos .Aires, Cenero Editor: de América Latina,
1968.
UtJa {aja de-zapatos vada, Miami, Universall 1986.
Teatro inconclmo, La Habana, UNEAC, 1990.
Teatro inédito, La Habana, Letras Cubanas, 1993.
El no, Coyoacán, Vuelta, 1994.

OTRos TExros
La pintura de Portocarrero, La Habaña, Guerrero, 1942.
Poetas africanos contemporáneos, Gijón, Júcar, 1974.

144
PRÓLOGO • • • • 7

LA VIDA ENTERA • 17

LAS FURIAS. • 19
ELEG(A AS(. • 22
LA ISLA EN PESO 24
VIDA DE FLORA 39
RUDO MANTEL 41
CARGA • • • 43
MUCHAS ALABANZAS. 45
AH, DEL HOTEL ••• 47
POEMA PARA LA POES(A. 51
.EN ESTOS PÁRAMOS • 56
EL ORO DE LOS D(AS • 58
Yo LO veo. . 60
EXHORTACIÓN. 61
DESPEDIDA. • 63
TESIS DEL GABINETE AZUL • 64
LA OSCURA. • • 66
UN HOMBRE ES AS( • • • 67
Yo ESTALLO 69
LOS MUERTOS DE LA PATRIA 71

147
ENTRB LA ESPADA Y LA PARBD
73 PERfECTA SOLBDAD • • • • • • 123
jUEGOS INfANTILES
74 LA GRACIA. • • • • • • • • 124
EL RESULTADO. •
76 {AitlOR CONDUCE ltll Sll.l!NCIO GRt\VE/ 12 5
MIENTRAS MORfA.
77 MI SILBNCIO • • • • • • • • 126
POEMA PARA SE& DICHO llN MEDIO DE UN GRAN SILENCIO • 78 SONETO DE LA VIDA Y DB LA MUHRTE 127
PASEO DEL CABALLO • 128

8l VUELTO AL .RBVI'lS. • 129


UNA BROMA COLOSAL.
EL VIEJO DEL BOSQUE 13o
LO DE MENOS • • • •
83 NOCHB A NOCHB • 13 1
MI HBRMANA • • • •
84 LA SUSTITUCIÓN 132
SI MUBRO EN LA CARRBTBRA
85 PARA TI. 1 33
{COMO t\ YER NO VINISTB ME loiOR(t\/ •
87
{EN MI\TERII\ DE t\<UOR UN 1•\IPOSIBI.B/ '• . 88 .HOMENAJE •• 135
{AIIORA TE QUIERO DEPINITIVI\1\IENTE/ 89
josa LEZAMA LIMA: VIRGILJO Pl~ERA CUMPUl 60 A~OS • 13 7
SI YA TAN SÓLO ESPERAMOS
90
92
BUENO, DIGAMOS. • CRONOLOGfA DE VIRGILIO PIÑERA 139
UN DUQUE DB ALBA.
94
ZAIDA •••••
95 OBRAS DE VIRGILIO PIÑERA • • • 14 3
ANTÓN BN SU CUMPLBA~OS
96
EN LA BIDLIOTBCA • • •
97
ALOCUCIÓN CONTRA LOS NECRÓPILOS 98
Y CUANDO MB CONTÓ •••
lOO
UN CHISTOSO TÚMULO •
102
SIMPÁTICO AQUELARRB •
1 o5
DBSCANSA, DBSCANSA
108
1 12
UNA OROMA COLOSAL
1l 5
EL HBCHIZADO
UN TEOLÓGICO ATRACÓN
1 16

t 19
OTROS POEMAS

12 1
BALADA DB TU MUERTE.
A DANTB (IN SELVA SBLVAGGIA) • 12 2

149
LA EDICIÓN DE ESTE LIBRO CONSTA DE MIL
EJEMPLARES, LOS 200 PRIMEROS NUMERADOS EN
ARÁBIGO PARA LOS SUSCRIPTORES DE LA COLECCIÓN.
SE ACABÓ DE IMPRIMIR, EN GRÁFICAS 8~. S.A., DE
MADRID, EL DfA 28 DE ENERO DE 200~
UEAT·RO 'SJAY

~ONTEMPORANEO
ANTOLOGÍA
socio:
solar: '
que e
solavay~
saber d{
solibio: so

tarugo:
manual
taréco! trnst
,tarrudo: cor
tener un coco
tibieza: duda
timbiriche: p
tipango: tipo,
titing6: pelea,
tocado del que
tocarse: darse u
tocoloro: ave ca FONDO DE
toque: celebrad CULTURA
ECONOMICA
r an.iiidiljf"r!j
tambores sa
TEATRO CUBANO CONTEMPORÁNEO
YAlr! • ANTOLOGfA

~
VtRClUO f>ISERA
~PCZl .~~S Ekctra Gatrig6

~~~t:, X
CARLOS FEUPE
Réquinn por l'arini
ROLANDO FERRER.
J 9q7-, Lila, la mariposa
ABELAROO 'f:.sTORINO
1:.0 dolorosa llistoria del amor secreto
Primera edición, 1992 de don ]osé Jacinto Milanés
Director de. liJ colf:ccT6n: JostR DRENE
Moisés f>ércz Coterillo Santa Camita de la llabarl4 Vieja
Discrio de la maqueta y cubiertas.· 1\tANUI:!.l. Rf.CUER.A SAUMD.l.
Amonio Fcmándcz Rcboiro Recuerdos de Tulipa
Coordi11ador de este volumen: MA'rfAs :-.·rmrn:s-Humon~to
Culos Espinosa Domingucz Su cara mitad
Edición: jost TRIANA
Centro de Documentación Teatral La noche ·de los asesinos
Capitán Haya, 41. 28020 r.bdrid. España
MAS UEL MARTIN j r.
Fondo de Cultura Económica, Sucursal Espafia, Sanguivin en Ur1ion City
V!a de los Poblados (Edificio lndubuilding·Goico, 40.J5).
2803!1 Madrid ANTON ARRUFAT
o De esta edición: Los siete. contra Tebas
Centro de Documentación Tealrnl liUCE~IO HF.RNANOEZ Esi•INOSA
Sociedad Estatal Quimo Ccmenario Maria 1fntor1ia
Fondo de Cultura Económica, S. A. de C. V., Sucursal España.
H(CTOR QUI,NTERO
Esta colección de Amologlas se edita gradas al acuerdo suscrito F..l premio flaco
enuc el Ministerio de Culturn de Espai\a y la Sociedad Estatal ABRAIIAN ROORICUEZ
Quinto Centenario (Espai\a). 1fndoba
RENt R. ALO~tA
ISBN: M-375-0314.0 Alguna cosita que alivie el sufrir
l>c.-pósito legal: ~f. 10220-1!1'.12
ARIUO Esr!tva
I.a verdadera culpa de Juan Clemente Zenea
Impreso en &paria
Jou. CA.-.o
Timeball
VIRGILIO P.I~F.~A

N;¡ció en Cárdenas, en 1912, y murió en 'La Úabana, m '1979. R~liz.ó


es-tudios univcrsilarlos en ,La Habana" y en 19-1~ oínuvo una beCa que le·
~nnitió viajar a Argenuna. Sé vindi'lo ~1 mo,-tmiento ieafral de la.
cnpital y estrenó en l!HS Electra Gamg6. Se dedicó además a la
traducción y la animación de ~cvisw literarias como Podo )" Ciclón. Su
obm ¡¡barcn g~ncros como la poesla (l..a isla trt pdo, l..aJ furias~ lA vida
ent~a), el <:U~m() ((;uentos jrlos¡ El que vino,"' salvarme))' la novela (lA
carne d( llen'i. PreJio'les y diamantes, Ptq'!eñas manía,~ ras)~ D,espu~ d~
su muerte se han publicado El jogontJZD, Muecas para e.Si:ribientuy Una
broma colosal. Eh 1969 ganó el .Premio Qua de :las Áméricas ,de ;rc:iuo
con Dos-viejos ·pdnicos. En 1990, Ediciones Unión publicó un tomo de ELEafRA GARRIGÚ
su Teatro inconcl~o. Entre sus principales obr.!S riguran:

VIRGIUO Pl~ERA
TEATRO
Eltctra Garlig6. Estrenada por -Pro~c:lCO• en ·1918. l'ubiÍcnda en .su
Tcatr~ completo, Ediciones R, L..1 llab:ma, 1960:
Falsa aúzrma..Estrenada en el 'Lya:uin de L1 l-lab:m.1 en 1957.. PubliClda en
la revista Origene.s, no 21, primavera I!H9, e incluida en su rcatro cpmpleto,
lA bodá. Estñ.mda en L1.S.1L1 ALCiier en 1958. Incluida m su Teatro compkto.
jr:_sú,s, ~ymada cn Í!l59.lncluida cn su Teatro completo.
·Elfloco y el gordo. Estrenada en 1959. InCluida en su _Tea,ro cornpltto.
Aire Jrfo. Estrenada en 1002. Publicub. por l.a Milagrosa, t., Habana, 1959,
incluida cn su· T~atro rompkw y cdit:1da por la Asoc:iación.de _DirectortS de
.Esa:n:a, Serie U.tcr.uura Dramática Iberoamericana, t.ladrid, 1990.
Dos viejos pdnicos. Estrenada por el grupo l.a Mama, de Bogotá, en
1969. Publicada por Ediciones Casa de las Américas, L.1 Habana, 1968,
y por el Centro Editor de AmériCl Latina, Buenos Aires, 1968.
Una ~aja dt Zllpatos vacfa •. Esucnadá por el Te:~uo Avante, de Miami 1 en
1987. Publicada por Eclicioncs Unh"C!:sal, 1\liamí, 1986.
Un arropamiento sartori4l en la cavtma plát6mica. Sin estrenar.
PubliClda en la revisl:l Tablas, no 1, enero-mano l!J88.
lAs eJCapatorias de Laura y Osear. Sí'n esucnar. Publicada en la revista
158 Primer Acto, no 228, :iliri1·mato 1989.
1 '

AGrO PRIMERO

PERSONAJES

CoRo
ELECT&A CARRICO
ProXcoco
ECISTODO!II
• ACMIENÓN GARRJCO
Q.rn:MNISTllA PLA
CORO. En la ciudad de. la Habana,
ORESTES G~~RICÓ
la .perla más refulgente '
MIMOS
de Cuba pauia fulgente
·1a desgrada se cebó ~ 1 ~ ~ , •
en Elccua· Garrigó,
mujer .hetmosa y bravla,
que en sti casa dla a dla
ton un problema profundo
tan grande como este mundo
la ·suerte le deparó
Elcctr;t era inte,l.igcnte,
sensitwa y puqorosa,
luciente botón de ,rosa
dei jardin de ~us mayores:
merecedora de honores,
de tacto fino y humano,
mas la suerte mano a mano
como un sol que se derrumba
abrió en su casa dos tumbas
con esfuerzo sobrehumano.
Ella salió a la palestra
con frialdad .de qiamante,
}' a su hermano Orestes amante
en quien también la tormenta
140 r con sordo ruido revienta,
'le anima a qüc no permita. 141
1

L
VIRCILIO Pl~E:RA EL.ECl"RJ\, CARRICO

un sacrificio bapal :eEDAGOGO. Si, son las mujeres sabias. Son 1mi terror. Me ..,
por una madre fatal, persigu~ri:con sus disertaciones, me piden una discusión abier-
que en su casa provocó ·~a .. , (Con burla.) Y yo, Electra, :nada tengó que dc;cir)~.
lo que Electra Garrigó
con voz dolorosa cuenta. I;l.ECTR:A. ¿Noncccdcrfan ellas a senus amahtes una por una?
'PEDAGOGO. 'r'iencn horror del. hombre y del caballo..
Portal con s~is columnas qu~ sigue la lin~a de las antiguas casas
colonial~s. Piso ~ losas blancas y negras. Ningún mueble. El 'EL~G'DY\•.Eh'tonces hay que exterminarlas. Son ·llJPY ~
Coro (en este caso la Guantanamera) hará sus apariciones junto cosa.
al proscmio. l~uz amarillá violenta. lA acción pasa durante la PEDAGOGO: Te-alarmas fácilmente, El~cti'a. Elfas.no son s·ino
noch~. Tras la declaración del Coro, apar~ce Eltctra, ve.stidat~ esas-plagas·qué tOda· ciudad debe padccenic cuando e11 cuando.
n~gro
(Pausa.) El mal no estii en las langostas de paso. Y tOda la ciudad
ELECTRA. (Sale por entre las dos colurrú1as fmt,rales. s~ tiene siempre un monstruo perpetuo..
d~tim~ junto a ~llas, Apoya sus manos en u~a .df!. las dos
ELECT~.A. Por eso invocaba a la luz. Hace fálta mH~ha. ).u~ para.
columnas.) ¡Qué furia me sigue, qué aryi,maf,. flue ,yo no puedo que los ojos puedan considerar y medir al monstruo que ofende
ver, entra en mi sueño e intenta éll"qlstrarme hacia .una ~gión de a la ciudad.
la luz adonde todavía mis ojos. r;~,o .~brían: usar su .desqnol (Se
adelanta al centro de la tSf~na,) ¡Oh, luz!. ¿~crás t4 misma ese Entra Egislo llevando t'71 la mano ~recita una bandeja de plala
animal extraño? ¿Eres tú lo que ilumina el 9bjc~o o el objeto con una papaya _morme. Cuarenta mios, muy bello yfuerte, vist~
mismo? (Pausa.) Pero... ¿Cómo se atreve con la luz una pobre todo ~ b1anco, como lo ClmloS' tubánóJ.
muchacha de veime años? Ayer lcf q)Je las doncellas que
EGISTO. (A Elecira.) Busco urgentemente a Cliu;¡nn~stra, ¿La,
meditan demasiado el tema de la luz áca'ban· por quedarse ciegas.
(Pausa.) Sin embargo, en pleno campo, he' pasado 'infiftiias veces has visto?
a un metro del sol. Ei~ÉC:fRA. (Sin mirarlo.)' No..
Entra el P~dagogo vestido de centauro y se coloca ~trás de PEDAGOGO. La luz le molesta.
El~ctra. Ll~a frac, cola de caballo. y: cascos.
EGISTO. En efecto, hay .mucha .luz aqu!, (Se mira la •ropa.) Casi
PEDAGOGO. ¿Declamas... ? no se me. ve la ropa. 1-J:.abrá, que ;poner pantallas muy pronto.
ELECTRA. (Sin moverse.) Declamo. ELECTRA. (Sin mirarlo.) Yo prefiero toda la luz.
PEDAGOGO. Sigues la tradición, ·y eso hO' me·gusta. ¿No te he ;1
EGISTO. Como gustes. (Caminando hacia las columas de la
dicho que hay que hacer la reVolución? (Pausa.)' ¿Por qué no izquierda.) En ese caso me voy ar cuarto de tu madre. Asf no
clamas? sa1Jré de la l,l~da, del, dia•.Estarán Jas cortinas echadas. (Sale:)
ELECTRA. Ya clamaré (Pausa.),Pcro ~cqcha, se.habla de que PEDAGOGO. Los monstruos se ~encuentran.;. (tf Eltttra.J.
142 la ciudad está llena de una clase de~ mujeres.. ¿Las conoces? Di.nlt; El~tra. llU padre no está en la ciudad? 143,
ELECTRA GARRIGO
VIRCIUO P~ERA

ACAMENÓN. Te· quiero demasiado para. ·perderte, Elcctra


ELECTRA. Sf. (Pausa.) Uno de sus criados me dijo llilicé un Garrigó.
momento .que Ag:unenón qucria hablarme, aquf en el panal.
El,:.ECTRA. Me quiero demasiado p<!JLl perderme. Te opones: te
PEDAGOGO. Entonces me voy. (Se da vuelta, de tal modo que aparto, Agamenón Garrigó. Es cosa muy simple.
pon# su ~ola entre las manos de. Elutra~) Querida·. Elec.trrt¡
¿querrfas alisarme Ja cola un tanto? (Saca del bol.fillp de_lfrac u~ AGAMENÓI':'l. Tú blasfc:m~. Elcctra Garrigó, (Pa~a.) Es_tá
gr(ln peine y se lo da a Electr'a.) bien . .Pero me deqes obedienqa.

ELEC'fRA. (Empleiil alisar los. pelos de la cola. De 'Pronto se ELECTRA. Nada te debo. F:l' tema de la libertad no es un asunto
detiene; con la mano en, alto.) Escucha, Pedagogo: si te aliso la doméstico.
cola es sólo un hecho;· si tc.asesinara c;on este puñal (Esgrime el 1\GAMENÓN. ¿Y la familia? Si esta ciudad ha resistido dumnte
P,eíne a modo de purial.) seria nada más que otro hecho. ( P.ausa.), milenios a ·Jos enemigos, ha sido a causa de la unión entre las
¿He comprendido, Pedágógo? familias; las familias formando una inmens.'l_ familia.
PEDAGOGO. (Saliendo de escena con el paso que se supone ELECTRA. ¡Pura. retórica! Además, .llamas familia a tu propia
tenian los ce71tauros.) Has comprendido, Electr.t.• 1~ has com-. persona multiplicada. Somos parte de, tu mecanismo, debemos
preridi'do tbdo. funcionar scg(m tus movimientos.
Entra 1Jgamcnón. Tiene' sesenta años, pero aspecto robusto: Alto AGAI\,lENCN. <..Y la voz de la sanwe?
y majestuoso. Está en mangas de caml.sa.
ÉI.:ECT:RA. Frases, nada más que frases. Al final deberé oponer
AGAMENÓN. (Mirando hacia las columnas de la deru~ta por mi sangre a la tuya. j\>li sangre es un asunto mfo.
las que acaba de d~saparecer el Pedagogo.) Todavía. el Pedago-
go... AGAMENÓN. Electm.Garrigó: te repito que estás blasfemando.
De .mi s.'lngrc .saliste}~ a, mi s.'lngre tienes que volver.
ELECTRÁ..Por maestro me lo diste. Además, me complace. ELECTRA. Yo ten~ el valor.
AGAMENÓN. Está bien. Dejemos el Pcda~go. (Pa~a.) ¿~os-· AGAMENÓN. Sería inútil. Te hemos dado· una educación
pechas cuál puede ser el objeto de mi llamada?
ctisÚ~Jla..A~~más, ~u,i~.res 111á~ a tu p;t~re q1,1e ¡:t t!l~ t~qrl,a~.
ELECTRA. SI, Jos rumores de que el pretendiente te amenaza ELEcyRA. N.o _seas tan conriado. Se ,puede cambiar. A .v~cs
c;,cm raptarme. siento qu~ mí sangre corre más 9ue la ,tuya. Eníonccs...
ACAMENÓN. Ert efecto, no quiero que te rapte; no quiero que ~\GAMENÓN. (Persuasivo.) Tengo fe en tu cariño.
se case contigo.
ELEQTRA. (tlgitada.) .Pero puedo rcbelamlé.
ELEG''fRA. Si, no quieres que me c:;t$e, si no quieres que me
rapten, dim~ ¿qué quieres entonces ~~ mi? AGÁMENÓN. No lo hariis. (Pausa.) 1'Mira: ie digo: clsate con el
prctcndicrue, abandona el hogarl No lo harás, me quieres
AGAl\fENÓN. Quiero tu felicidad, Electra Gartigó. demasiado.
ELEC'fRA. Ño, Agamenón. Carrigó, quieres tu seguridad: ELEqTRA. (Volviirzdose al públic.o,) ¡Qh. o:ueldadl H5
144, (Pausa.) Adefuás, seria muy divertido.que me rnptaran. (Rle.)
\'IRCIUO PISER.A. ELECJ"R.A. CARRJCO

AGAMENÓN. (Volvibtdostt- hacia las columnas;) ¡Oh; riéccii• CLITEMNESTRA. (Confundida~) -¡Qqé dice51'... ¿Salvar a
dad! Orestes? Pero... ¿sah'arlo de qué? ¿Comra quién?
Entra· por la derecha Clitemt~CJtra Pl6. Cuarenta culos, hennosa ELECTRA. (Enigmática.) f:se es-mi secreto.
y alta. fliste ut1a bata morada.
CLITE~lNESTRA. (Furio~q. se, lanza cont~a El~ctra.) ¡,Mic;ptesl
GUTEMNESTRA. (Muy-agitádá.)·(Han visto a Orcste's? Tú no uencs secreto alguno. Orestcs est:i hbre·de todo peligro.
ELEétR.A. No. (Pausa.) ¿Has visto a Eg.isto? (Pausa, dubitativa.) ·si... Yo me •pregunto: ¿qué .le podrfu
succd~r? ¿Qqé... ? (Pausa.) ¡Ah, Orestes... l
AGAI\IENÓN'. Estás agitada, Clitcmncstrn Pla.
AGAMENÓN. Nada, ClitcmncstJn.Pia; nada le podrfa suceder.
CUTEMNESTRA~ Acabo dc.·prcsenciar desde mi ventana la Electm sólo quiere· decir que algo imprevisto, el azar... Por
muerte de un joven. ejemplo, un au,tolJI.óvil que pasa en 'd momento ·que Orcstcs
AGAMENÓN. ¿Cómo sucedió? cruza la calle. ·
CLITEMNF.STRA. (Rttton:imdo sus manos· llistéritamentc.)
CLITEMNES:l:"RA. Lo mató un sold.-1do de un b:llazo en la
¡Ah, Orcstcs, no cruces 1;¡ Q!)le... l
nuca. Dio un salto como buscando a'lgo en el aire, y cayó
sordamente de espaldas. (Pausa; suspirando.) Er.nnuthermoso. ELECIRA .. Orcstcs acabará por matarte.
ELECTRA. (Irónica.) No mC' explica tti terror. Siemprt· Cuiste CLITEMN~RA. Primero morirá tu padre..
una mujer valiente.· ¿No me has educado en el culto de la AGAl\JENÓN. ¿Sah~s mi destino?
sangre... ?
CLITEMNESTRA. No, pero conozco a tu hija.'Té'mñUirá dé un
CLUEMNESl:RA. ~Pensé en Orcs.le5•. ¡l)h, Qrestcsl dis&Usto, A¡pmcnón Garrigó,
AGAMENÓN. ¿Te imaginas a Orcstcs' con úna bala en la nuca? AGAMENÓN. (A Elcctra, ansiosamente.) ¿Me harlas .sufrir' al
CLITEMNESTRA. (Tapát~dole la boca.) ¡Calla! Cómo puedes punto de matarme, Electrn Garrigó?-
pensar tales cosas... ELEcTRA. (Elusiva.) Yo no me expondré nunca a las ruedas ~e
AGAMENÓN. Las pcnsastcs tü yti, ClitcmnéStrn Plá. un automóvil...
CLIT'EMNf~RA. Es verdad. Pero ml cariño me hace ver los CLITEMNESTRA. Pero te casarás con ese hombre qué tu padre
cuadros m:is sombríos: O restes expuesio al viento, Ores tés a ia detesta.
merced de las olas, O restes azotado por un ciclón, Orcstcs picado tJ.;ECTRA. (A Agamen6n, con burla.) ¿f:.sp te)1arla morir?
por los mosquitos...
AG,~MI;NÓN. (lngenuammtt.) Sf, eso me haria .morir.
ELECTRA. (Con soma.) Yo creo que una plandta de.ae:tro en la
nuca de Orestcs... · CLJT:EMNESTRA. (A Electra;) ¿Lo oyes; Electrn Garrigó? Si no
quieres ser .Ja causa del fullccinllcnto de tu ·padre, deberás
CUTEMNESTRA. Eres monstruosa. permanecer bajo cs~c tecllo,por el resto de tus dlas.
146 F.LF.CTRA. (Ambigua.) Trato de salvar a Orestes. Esoeuodo. Entra OrcstCJ. f'eit~ticinco atlo,s, muy llennoso .. En -camisa. '147
VlRCIUO PI~ERA ELECTRA CAIUUCO

ORESTF..S. (Medio oculto entre las columnas del ctntro.) ¡Y )'O


CLITEMNESTRA. ¡Basta de slmbol~sl Me abruman eón tan
parüré por el resto de mis dfasl
negros presagios. (A Ortstes.) No parurás, Orestes.
CLITEJ\INESTRA. (Volvihzdose rápid.amen.te.) ¡Ah, Orestesl
(Anllelantc, lo abra:zn.) Pero, ¿qué extraña p~labra ~cal>~ d~ AGAMENÓN. El hómbre siempre debe viajar.
pronunciar! ¿Quién habla de panir? CUTEI\'INESTRA. ;\~ la mujer: quedarse en casa,. ~no es asf?
EI.;E<;I'RA~ Ores~ Garrigó, tu hijo, mi hermano. Debe. p:mir. Parece que el t~ma dCI destino sólo m~ af~a a m(. CJ:ees
rechazar et· tuyo obligando a El('Ctra a Jl:Crma~~r c.n esta casa·
CLITEMNESTRA.
'
Mas no se iei he exigido
. }'O, su madre. ',, (Pausa.) J>ero, oye, si estoy sujclll al desuno tu tambtén lo estás.
ELECTRA., Sé lo exige su de5tino. AG'Al\IENÓN. Elecira Garrigó jamás abandonará a su padre.
AGAMENÓN. Escucha, Clitcmnestra. Pla: ¿qué· piensas que sea CLITEI\'INEsTRA. Electro Garrigq se casará con el pretcndien·
el destino, el pez o el anzuelo?.
te.
CLITEMNESTRA. (P.erualiva.) Pienso:que. es el anzuelo.
AGAMENÓN. (Irónico.) ¿Te inícrcs:i mud1o que se rilah:hc de
AGAMENÓN. ¡Mortal error! Es el pez. la casa?
ELECTRA. El hombre lanza s~ anzuelo y atrapará un pez: ese ELECTRA. C)itei'nnestrn Pla quictc para' ml lo que .Ita tenido.
pez será su destino. ella: un marido.
AGAJ\IENÓN. Pargo o tiburón ... AGAMENÓN. y yo deseo para Orcstes lo que hice en mi.
ELECFRA.· Dicha. o desgracia. juventud: un viaje a tierras lejanas. .
CLITEMNESTRA. (Nt:TViosa, a Orestes.) No partii:is, a pesar CLITEMNESTR.t\. ¡Calla, pájarp agorero, C::lllal O¡:estes e~ m1
del destino. hijo, exclusivamente mio. (Pausa.) ¡Oh, Dt?s mlol ¿Q~~ me
succdcrfa si una mañana me levantase cop la mfausta nouaa de
ORESTES. (Con temor.) ¿Y mi porvenir?
la· lxtrtidá. de Orestes?
CLITEMNESI'RA. ¿Y tu madre?
ELEC'fRA. Te clavarlas un puñal.
AGAMENÓN. (A Clitemnestra.) Nada podrá detene.r ~! cm:sp p~
su destino. ORESTES. En ese caso no me irfa. No debo atormentar a
Cliténínestra Pta.
ELECTRA. Cuando el pez surja del agua, serás devorado .por él
o lo verás servido en tu mesa. ' ' AG \MENÓN. (Burlonammte). ¿J,.o oyes, F.lectr;l. Ganigóa
¿O;es a tu he~mano? Rechaza una posición brillante en ~ras de
CLITEMNESTRA. (Con ridicuia ajcctacilm.) Pero un buen la tranqpilidad de su madre.
hijo nunca desearía •que el inofensivo. pargo se convierta en
furioso tibúr6n para su madre. CLlTEMNESTRA. Escucha, i\gamenón Garrigó': tó ves \:'1 i?aj.a
el ojo ajeno pero no ves ,la viga en el tuyo ... l\le rccnm.mas
148
ELECTRA. ¿Ignoras, Clitemnestm í>la, que io \'mico que puede
tu hijo es. pescar ciegamente su pez?.
;~t; mi terilot a~te.la partida de Ores~es, ¿y tú? ¿Pbdrfas :soportar·
que F.lectra se casara con el pretendiente? 149
ELECTRA CAIUllCO
VJRCIUO Ph~ERs\

<;>RESTES. (Se abre la camisa.) ¿Verdad que hace un ealor


AGAl\IENÓN. No lo' soportarla. Ese· pretendiente no es digno de ~ofoc;ame?
la mano de .Elecua.
ELECTRA.· Eso·se llama un rodeo. No te cono1.co, Oresies. ¿Qué
CL,ITEMNESTRA. Vamc;;s. •• El·prctcndicnte es sólo un. recurso hacer. pa~ cncontrnrte?
1 rc~~.rico d.~ q~e te vales, A~menón Carrigó. Lo cierto es. que
qtem~ la panufu de Electrnmnto oomo yo la de 0restcs. . CLITEMNESTRi\. Si, amad.;> Orestes: hace, en efecto, un calor
~Te,_pido una limonaiia?
ELECTRA. ,Ai1a~e. a eso, .CJitemnes.u;¡ ._,Já, qu~ .qJJic.res verme. s<>rocamc.
casada parn,scr tu la .reina de esta casa. ORESTES.. No la deseo ahorn mismo~ (Pausa.) Dime, .en
O RESTES. Y tú deseas ardientemente, Agamenón .Garrigó, que. cambio: ¿no soportarlas vetdadcrnmente mi .a,usencia?
yo partá para ser tú el rey de la casa. .CLITEMNESl:RJ\, "Morirfa de pesar, amado O~c:;stes. (Pausa.)
CLITEMNEsTÍÜ. ¡Ah, no... l iHorrible consortei ¡l\~~. a tal punto 'Jictr.Lmi <;xal~ción, con tanta fuerza pa4~c;o,
que bJJSCO · ~esespcrnda poa; todos lq~ 9nes de barrio esas
ACAMENÓN. ¡Jamás! Una reina que me ,Sacarla los ojos. pelfculas que cue111fu.t la.mucrtc de una madre por la. partida de
ORESJ'ES. ¿Quién debe, pues, ser el rey? su hijo.
'CLITEMNESTR.A. ¡Tú, .amado~Orestes·, tu el rey de. mi ·vida! ELECTRA. Pero. tienes do~ hijos, Clitemnestrn Pt:t En ausencia
,del hijo. te quedarfa la, hija,
ELECTRA, (Ir(mica.) ¿Nada más que Orcstcs?
CLITEMNES:rn.A. Quise. d~jr; 1-1n .úníco hijo varón. (Pa1!4a .
.CLIT'EMNESTRA. (~lcercándose a Electra cor~ gesto de feroci-
Drutal~net}~~.) 1\dctnas ,no me su·iódaQa. pof tu partida.
dad.) Si, Electrn Garngó, nada más que Orestes.
A<:;AMEN(>I;l. (A Elcctra.) Hija, no va5 a suponér· que yo... Ya 'ÉLECTRA. Y durnnte la noche reproducirás en tus sueños esas
fu¡ una vez rey. pelfcuias, ¿no es. asf?
ELEC!fRA. Que! importa ... Mirn a Clitemnestra .que· persiste, en CLITEMNESTRA. (Con vclaemencia~) ¡Sf, lo,reproduzco todo,
ser rema. y mucho más! :rodas las combinaciones son pocas .para üna
pobre.1J1adre.runenazada de perder su· únicó hijo·varón. (Uorosa
ACAMENÓN. ¿J\ ~u edad? ¿Es posible. .. ? y ridiC1,.lla.) l)i, amenazada de perderte, Orest~, ¡ali, Orestes... l
CL~TEMNESTRA. No soy una vieja, Agamenón Garrigó. U.na, .ÉLECT~\. Yo, en cambio, soi'lé anoche que uria yegua asesina·-
mt~Jer de ~uarenta afios· es joven todavía. Me casé contigo hace ba a su semental dánpp)e a oler un. perfume chino ...
qumce. S1 entonces tenias cuarenta, eso no me :interesa.
ORESTF.S: fO.h, lps rclihéhos... l Siempre· quise ser un·ga'rafión.
ACAMENÓN. Es cierto, me siento cansado.
¿Porqué no pedimos sercofl~ttid95 en una tropilia de·ca~all'ós?
CLITEMNES'~RA. (Cota acmto fúrlcbre.) Uno deb~ dormir
cuando ya se Siente cansado. ELECfRA. Tienes ~n- Me gústar[a. ser una yegua para
sentarme en. mi palco de la ópern. dándome aire lentamente. con
ELECTR.i\. CJitemncstrn se emociona ante :el brillo• de la un enorme abanico de·plumas. }51
150 regencia.
VIRGJLIO PISERA '1
E.LECTRA GARRJGO

ORESTES.l\lientras yo galoparfa·por el escenario pisoteando la


Clbcza enjoyada de la primadona. (Grito muy agudo.) ¡Ay, Orestcees, Orestceesl Uamadme a.
Oresu.:s. ¡Pronto, llamadlot
CLlTEI\'INESTRA. ¡Basta de I.ocurasl Somos humanos, y no
podremos, no, no podremos despojamos de las palabras ni de .los 'Las camaristas se ponen a dar 'VUeltas alrededor del leclao
nombres. simulando burlonamt'tJ/t: el juego de la gallit¡a ciega. Lo.
anunciadora se pone m movim'iento remedando la llegada
En ese momento se escuchata, .desqe un alt()parlante, situado precipitada de un mmsajero. ·se detiroe jumo a la cama. Sata.fin
fuera de escena, los taombres de Electra y de Orestes. &tos, al papel del bolsillo. .Finge leerlo.
escuchar sus nombres, :salen lentamrote de escena; Coincidiendo
cott esta salida, aparecen; ·por -d cmtro de las columnas, cuatro CLITEMNE.STRA. tA)·cr por la mañana, a la salida del. sql,.
actrices negras, En el sigulente.orden: prim~o dos, y carga11 unJJ murió despedazado por la~ fieras ?restes Garri~q>~l~~nte. J
cama lujosamente vestida. &tas son las camaristas. Inmediata- in~nicro de la Ausl!!'lmn lr.Q!l. !AmJP.nyl (Doble pausa.)
mente aparece la anunciadora de noticaas; por ulta~mo, aparece la ¡Mentira! Ese ,telegrama es Ull;l .impos~ura. Orestes no puede;
que remedará a Clitemne:srra:- Las tres prim~ras visten lfe haber muerto despCdazado .POI: 'as ficr,as. f:t mismo era un león,
"Sírvíeiítñ..s, 1aruarta amata nmaüCíosamente·el·vestido de Clitem- un .tigre, una pantera... Lo digo, lo afirmo, yo~ su. madre,
nestra. Clitcmnestra Pla. (Doble. pausa.) Sea1or;a, et tc.xto del tel~grama
es lo que menosjmportancia tiene. Orestes ya no cxiste.. (D~bl~
El movimiento escénico es como ;sigue: las· camaristas se sitúan paúsa.) En es~·<;aso, moriré Jo también. (El. doble de Clit~mt1estra.
a la izquierda. del actor. La anunciadora pennanece. entre las dos se acuesta en la cama. A las camaristas.) Me voy a cubnr con el.
columnas aludidas. La que hace de Clit!mne,stra se ,sitúa junto a manto. C~~·nien én· Voz alt~ hasta. di~, levanten el manto, m_e
la cama. En el momento en que las cuatro actrices negras acaban contemplarán ·a))solutamemc muerta.
de. realizar su movimiento, aparecen de nuevo Electra y O restes.
.La primera por la columna de la extrema derecha; el segundo Las camaristas hacen ge~tos mii:ntras 'Clitemnestra cuenta enfá·
por la columa de la extrema izquierda. Se sitt'lan de espaldas al ticamentc 11asta diez. 'Las camaristas letlantan el manto y aparece
público. Clitemnestra se coloca m el centro del escenario y muy el r;Ioble de Clitcmnestra en aCtitud yacente.
cerca de ·145 candilejaS. t1gamén6n hace Id mismo. Se liará una
·doble pausa. Clitemnestra da dos palmadas.-Una pausa. Glitem- ELEé'rRA. (Volviéndose hacia ef público, aplaudimdo.) ¡Bra-
nestra ' Y A~amenón también se colocan de espaldas al público. vo, bra\'ol ¡Clitcmricstrn Pla acaba de inorirl
, En la pequelia farsa, que seguirá inmediatamente, Clitcmn.estra CUTEMN ESTRA. (También se vue~w.ci[!..d público. Pausa ..
hará las voces de. .1~ cuatro actrices negras. &tas realizarán la Llega junto a Electra.) Sf, mediantGn ·doblc;):n taino, qúe esa
mlmica. Clilemnestr:l se mantiene itgúta, mirn a 6ta que se mueve y
circula como una corriente de aire amenazadora.
CLITEMNESTRA. (Completamente rigida.) ¿Por qué me de-
tengo? ¿Por qué no avamo? ¿Por qué a\'anzo? ¿Por qu~ abro Ei.ÉCTRA. Bato palmas por la que muen: en escena. La otra
tanto la boca? ¡Ah, se me doblan las piernas... Dcsfallezco... I¡Eh, moñcl en él momento oportuno.
1mi lecho... ! (Pausa.) ¿Qué hacen ustedes que no me llevan al ORESTES. (St! vuelve hacia el p1~biic~, a E.lcctra.) Querida
lecho? ¡Ah, lecho mfol (Pausa.) Yo, .la infeliz Clit~ncstra Pla~ Elcctrn: ¿muero yo despedazado por las fieras?
152 mujer de Agamenón Garrigó, madre d~ Elcctra y de Orestcs.•.
E.U;:CTRA. Antes deberás partir parn Australia. 153
VIRGIUO l'lSI:!RA I:!LECTRA GARRJGO

CLITEMNJ;:STRA. Tus augurios son letra muerta. Serás tú: la pingüé, cúcam mácam útere Cuel (El doble se adelanta y pone su
que abandonarás muy ,pronto la casa )da. ciudad.. dedo bidice sobre el pecho del segundo mensajero.).¡Ah, t,riunfq
AGAMENON. Será Orestes, no Elcctra. tu versión! .Electro ha muerto de pa.Sión de áiti'mo. {Doble
pausa.) ¡V qué hago yo en el mundo, misero mortal, privado. de
(Se e.s(ucha el, raombre de Electra pdr el altopiu'lit'r1te.) la presencia de mi amada Electrai¡No, muera. yo al. puntoi¡Oh,
CLITEMN~. Digp Elec_tra, no Orestes. vida ·cruel, imploro de lamuerte el remedio a· todas mis"
desdichas! (Pausa.) Mas si: moriré yo también de pasión de
(Se escucha el nombre de O restes por el altoparlante.) ánimo. (El doble de Agarr¡enón s~ tiemk afec.tadamept~ .ett f.l
EU:CTRA. órestes. suelo.) ¡Va ~tál Un padre se dispone a .morir. (el doble de
Ag~m~6n :reriala a los 11J,~nsaj~ro~.) Contad hasta; cinco, Quiero'
ORESTES. Electra. dernostrilr a Cliteriu1ci~ ql_lé sólo ~ontan~o l1a~ta pnc;o, y qo
Salida de ·ambas hermanas; Eratr:an cuatro actores negras en ·e[ hasta diez; u·n padre jmédé mótir pcrfectarheiné.
#gt{lmte orden: las tres prinieras · trmfiáleroslk-Lt tnütil't' de La voz .de tfgamenó.n cue~Jta cada número lentamente. Los
Electra- se SJtuan 1unto aLa.s COfuiñnas (# &eclUJ..t.úslgüi~l m~n.spjeros hacen la. mímica. E.l doble. de.,fgo,!"et_J,Órl se po~e el.
iiüe "hará las vtces ele Agammón. Los nmuajeras' visten· de manto sobre la cabeza y adopta una actitud yacente.
sin>ientes. El que' ·hace de Agamm6n viste comil éste. Los
m:t:nsajeros llt:van largos rollos de papel. Agamen6rJ hace sucesiva- CLrÍ'EI\•INESTRA. (Camit~atuio hacia el cerltro de la escena.
mente la.s Ctiatro Voces. Los aétbrti negros la mímica. En el Po.seida de furor.) ¡El. desuno! ¡Todavfa el desúnol ¿Quién "a a
momento en que las attdres negros acaban de ocupar• sus sitios~ ganar? ¿Quién va a perder? ¡El destino lo dirá, el espantoso destino!
salm de nuevo Electra y Oresíes. La primera por ·1a columna de la ORESTES. (Se acerca a Clitemnestra.) ¿Qué quiere el destino
extrema. derecha; el segundo por la columna de la extrema contigo, Climnestra?
izql,lierda. Se colocan de espaldas al. jJúbli(o ..Agamenón da dos
palmada.s, Clitemnestra VJ.tt:lve a situarse de espaldas al. ptí.blico. ELECTRA. (Se acerca a Clitemnestra.) El destino quiere su
parte, pero niego que sea espantoso. El'desúno es sólo él déstihb.
AGAMENÓN. (Hacimdo la voz del primer mensajero.) ¡Se ha
recibido por radio ía noticia, dCJ, asesinato de ·la bella Electro AGAMENÓN. (Se acerca y se sitúa de espaldas a Clite11mestra.¡
Garrigó a manos del pretendiente!' ¿Quién de nosotTQs e~ el d~tino?
~ ÁGAME~ÓN. (Haciendo la voz del segundo mensajero.) A Desde este momento ha.sta el final del acto los cuatro actores
causa. de, la negativa de su padre a desposarla con el pf~:tendfeme, permanecerán completammte rfgídos, con 1a.s mar~os hacia
hoy murió de pasión de ánimo .la bella Electra Garrigó. abajo :v los purlos cerradas~
~GAMENÓN. (Haciendo la voz del tcrc~ m,~jero.) ;¡Por CLITEMNF..STRA. Yo.
abandono del pretendiente hoy se suicidó lá bel~ ·mcetra
Garpgól ELECI'RA. ¡Mentira!
AGAMENÓN. (Haciendo la voz qel doble, que tiene la mano AGAMENÓN. ¿Quién de nosotro.s cs. el Destino?
apoyada· en la sien.) Tres versiones de la muerte de Electm..
(Pausa.) Lo echaré a la suerte. (t.'Té!oble seriala con el dedo a los ORESTES. ¿Eiectm es el. Destino?,
154 mensajeros mientraN1gamcnón"va diciendo.) ¡Tin m:irfn de dos CLITEI\lNESTRA. ¡Atrás, perral 155·
1
1

l
ELECTRA CARRICO
VIRCIUO PIRERA

AGAMENÓN. ¡Destino, oh Destino!


ELEC"I:RA. ¡Perra, adelamel
ORESTES. ¿Morirá Clitemnestra Pla?
AGAl\IENÓN. ¡Des~ino, o.h Destino!
CLITEMNESTRA. ¿Morirá Agamenón Garrigó?
ORESTES. Es viscoso.
ELECTRA. ¿1\·lorirá Agamenón Garrigó?
CLITEMNESTRA. ¡PerQ tan s~gurol
AGAMENÓN. ¡Destino, oh Destino!
EI:.EOTRA. ¡SI•, ·sc·acercal
O RESTES. ¿Morirá_ Agamenón Garrigó?
AGAl\IENÓN. ,IDesr,ino, oh Destino! CLITEMNESTRA. ¿Morirá Agamenón Garrigó?
O RESTES. ,¿Hacia quién, ClitemnesLrn? ELECTRA. Morirá Agamenón Garrigó.
CLITEI\INESTRA. Hacia Electro Garrigq. AGAI\•IENÓN. ¡Destino, oh Destinof
ELEGJ:"RA. Portador de la justicia. nompe a cantar el Coro. Los cuafro personajes• se m_antienen
AGAMENÓN. ¡Destino, .oh Déstinol rigidos. La, luz va desapareciendo graduqlmmte. Cortma lenta.
O RESTES. ¿Por qué provocar al Destino? CORO. En las olas de ·la mar,
en las aguas del arroyo,
CLil'EMNESTRA. Tu Oesljl\o-es el pretendiente. en los bravios escollos,
ELECI'RA. Tu Destino es la partida de Orestcs. en el aire del palmar;
en el doliente pinar,
AGAMENÓN. ¡Destino, oh Destino! en el canto del canario,
ORETES. MateJT\OS al Destino. en el afán temerario
se mues.uaJa p:¡sión loca
CLITEMNESTRA. Matarfas al pretendjente. que cQrre c:le.l)oc;a en boca
ELECfRA. El pretendiente. no .es el >Destino. co9 :1cento funerario.
AGAMENÓN. ¡Destino, oh Dc5tinbl Sigue, Electm, sin desmayo,
tu obra llena de acechanzas
O RESTES. ¿Soy yo el Destino acaso? -mujet. V<J.SO de fragancias,
CLIMNESTRA. ¡No, no, no eres tú-el Destino! pUiiSi!lla flor·de mayo.
Rosa gentil que en un tallo
ELECI'RA. ¡SI, sf, sf eres tú el Destino! de espinas ficms te asientas,
AGAMENÓN. ¡Destino, oh Destino! rompe esa prisión y cuenta
al mundo tus sinsabores:
ORESTES. ¿Quién me baria partir? revéianos íus temores,
CLITEMNESTRA. ¡Nadiel No lo quiere el Destino. Electm de las. tormentas.
157
156: ELECTRA. Entonces morii:is tú, Clitemnestm Plá.
'1
[U:CTRA GARRIGO

ACTO· SEGUNDO mucné de los dioses, el nuevo panteón de los no-dioses no


confiere ni premio ni castigo! (Se adelanta al centro de la
escbla.) No castigaréis a Electra. Tampoco vais a recompersarla.
Sois. de tan grandiosa apatfa que puede Ele«;tra segar una vida
sin el temor a un reproche. Solamcn.t~ !o tqmaríais como el
ruido sordo de unJruto.que cae, de un_ frut,a que cae en medio de
\'Osotros-frutos que giran esrallando.cn la vioMéca dilatación del
olvido. (Doble pausa.) ¿Sois pane. ~e liJlil selva o la estftis
.U~p~do con esas fon-nas hinchada!i g_c; ll~os sin castigo o
\recompensa? (1-Jace un gesto.co.mo apreh~diendo.) ¿Sois sola·
CORO. Ya una ciudad se dispone wente este brazo, este,seno, o esta cabellc!-1? (Pausa~). Un camino
a presenciar un ejemplo, me conduce al ,sitio ap.-\tico, al centrO de la in(Ji[crcntia: alll las
a ver derribar el templo grnndes hojas se hunden en un agua qÚ.:; 'procura 'In apariencia
en que un tirano se impone. de senos chocando sus pezones, de.~ y. picos atravesando las
Nolo consienta, y corone espinaS hasta caer: del ladode.una m,uj,er:.olvi~da encima de una
de Electra el triunfo la frente, mésh. (Pausa.) Ningún tribunal, nin~n juez pod.rfa formarse
no lo consienta el potente con. estas presencias. ¿Oye algujen la campanilla del ujier
ánimo de tal doncella:· apelando a un juicio final que 119 se producirá? (Doble pausa.)
roca en la que se estrella ,¡Ah, Electra.•. l Asciende más y más y siempre. Es hacia la
un egolsmo demente. residencia de la luz donde debes encam,i~..tus pasos, a fin de
El mismo decorado del acto primero. Aparece Electra vestida de procurar las armas que necesitas. (Cpmienw a iluminarse. .la
rojo. Luz muy débil. escena.) ¡Elcctral ¡Eiectra giratoria! ¡En acecho! rEn acecho,
Electnil (Pausa.)-No avanzo, giro, siempre ctt el sentido de la lut.
ELEC'fRA. (Saliendp lentamente por las columnas de la ¡Formas dé. ella, ·procuradme ·el camino y· la [rente' que debo
extrema izquierda. Se detiene.) ¿Dónde esmis, vosotros Jos no· :iniqúilarl Preciosos animales cabalgando en la vertiginos."l
d~o~~? ¿Dónde estái~, repito, redondas negaciones 'de toda modulación· de sus ápices;,·Jineas que no van a encontrnrsc paro
d.1V1mdad, d.: tpda ml_tología, de toda r:e~erencia. mu.!!l'ta para que el espanto no se apodere de .los ojos~ (Pausa.) ¡Adelante;
\ s1empre? Qu1ero ver, siquiera sea, a uno de .entre Ustedes. Pido Electral Siempre envolviendo más y más tu cuerpo en la luz. Sus
la aparición de un no-!liós que caig:i en medio c1e este páramo. dientes penetran ya .tu carne, ~rp no ~cRs despedazada, serás
(Pausa.) SI, ?S conmmo, extcns:;¡.s criatums que· n9 exisús; exaltada. (Doble pausa.) N:o, Elccu:a•. l}.Í premió lii álStigo. Una
formas no reg¡stradas en libro alguno, o pueStas sobre la infamia violenta ondulación no ,perf11it~ q,ue ~~~ fóimás lleiDJen a ser
de la t~la del pintor. Electni:os·oonmina, no-dioses, que nunca objeto de veneración. ¡F..stais, oh, f~rmas, rodeadas de indivini·
naceréis para no haceros tampoco nunea·divinos .. ¡Qué inmensa dadl 'Puedo suprimir este cu~rpo, pronto in 'Juz'lo devolverá a su
ato~fa os cubre de~c este pecho queJarua sus cargas de soledad
sitio. '(La lru se hace mceguec~dorp.) ¡Aqui la linea divisoria!
Y cvna los santuanos y las posternncionesl (Pausa.) No vosotros Pero la interrumpiré, para que el ccntto apáticó recobre su
no tendréis santuarios ni sacrificios. ¿Ante quién de v~sotros se imperio. (Pausa.) rAtr.is, fanr.asmás de nntigítos·diosesi¡Dioscs
'158 prostemarfa un humano? ¡Oh, ellos no saben que después de la 159
de nada con ojos, de nada! Vais n caer en el cmtro. de esta luz, y
VIRGIUO PltilE.RA ELECTRA_ GI\RRIGO

giraréis eternamente como la parte de un todo que no se CLIIEMNESTRA. (Con afecuui6n.) No por el momento,
• 1 uerido Egisto, (icl amigo de esta casa. No, no \'engo a efectuar·
compadece· nunca de si mismo. IAqul, venid: más l}ojas, y
rambién troncos, C:lbczas, plumas, lianas, ralees de la luz! La r~elación alguna. Vengo sencillamente a informa( a Electra de
sangre que va a derramarse producirá un sonido frio al chocar lo que ya sabe toda la ciudad.
con las últimas resisiencias-·dc la piedad. (Pausa.) Electrn \":1 a ELECTRA. (Sin curiosidad:) ¿Qué sabe tooa la'.ciudad?
suprimir la linea divisoria. ¡Hecho! No ha)' que nbrir los ojos,
las formas son· ahora millones de ojos emrelazados que se CLITEMNESTRA. (Fingimdo indiJere11cia.) El pretendiente se
contemplan ·unas n las otras.. ¿Tiené la luz necesidad de verse? suicidó esta tarde a las. tres. T®os Jos vendedores de periódicos de la
¿Ve· la luz a algo, ·a alguien? Sus consecuencias se vuelcan, ·tomó edición nocturna lo pregonan por las calles. ¿No Jos CSOldl:lStes?
las inútiles 'Erinnias, eri Clitemnesun Pla y ·en Agamcnóñ ELECTRA. (Ensimismada.) Es· el primero que parte. (A :Cliltm·
Garrigó. (Doble pausa.) ¡Oh, por fin sé que me llátnó 'Eiécttal nestra.) No tengo necesidad de los vendedores de periódicos para.
Soy la que conoce la cantidad exacta de los nombréS. Yo, la que saber la definitiva suerte del ;pretendiente. Además, no me importa
·procede friamente con hechos. ¿Qué ine pódría penetrar?' ¿Qué esa muL'TtC. Es el primero Clue parteí le· ~ir'.m algunos máS.
podría henderme o atravesarme? La misma mano que enlram
C~rrEl\.INESTRA~ Tu padre celebro esa muerte ruidosamente.
por el lado derecho l;ncoqtraria su mano en· el lado izquierdo.
Nadie me toque, porque se engañaria:·no dejaré la mejor huella·, El patio ~~tra.l está pobl¡¡do de botellas rotas.
ni el rastro rn:is poético, porque no compongo clegfas ni ·veo ELECTRA. Pero, Agamenón, ¿está borrad10?
pasar a los amantes. (Pausa.) Es a vosotros, no-dioses que os
~CISTO. Se h¡¡ t9ma~o dqs cajas de cerveza. Sabes que es de
digo:. ¡yo soy la indivinidad, abridmc p.1.sol (Al concluir el
gener9sa garganta,
t!10n6logo UtJ golpe de'vimto !lace ondular el vestido ae El tetra.
Electra Per:mar~cce rfgida.) ELECTRA. (Pmsativa.) Asi. sufrirla menos ...
:~C{$TO. (entra st:guido de Clitemnestra.) 1Abridle. paso, siy CLITEMNFSTRA. (Agarrárufola·por los brazosJ ¿Qué quieres decir?
abrid paso a la diyina Electral (l.e toma la matlo a Elcctra y-se la ELECTRA. Nada.
besa.) ¿Hablas terminado ya, Electra? ¿Es con esa frase -¡Abrid·
me paso!-. que lo dedas todo? (Pausa.) ¡Vamos, ánimo... ! La ECISTO. Y ahora, ¿qué vas a h~cer, pobre Elf!c;ir;l? iNo cm el
próxima: vez lC s::\ldn'l mejor. (ti Clitemnestra.) Scr.i una gran pretendiente tu suprema espcmnza?
actriz. ELECTRA. Nunca hay una su¡?rcma esperanza. En cambio, me
CLJTEMNESTRA. (Cogier1do la ba~biila de Eiccira.) Es ya una quedaré en esta casa por el·resto de mis d[as.
gran actriz. VIve en ,el mundo sóto· para representar. Tengo lá CU'f.El\!N~~~- (Mirandp a.Egisto.) ~o qo te a~il;n!a. 'Eres
certeza de que nada siente. Lo que ella. nos presenta es su vaciado muy joven y otros te preten4erán. El mundo. está lleno de
en yeso. (Pausa.) ¡En cuanto a mi 1 confieso que prefiero la vida hombres hermosos.
misma! ¡Todo lo tengo en la. punta dé los senos! ¿No sóy yo,
Clitemnestrn Pla, la de sibilinos senos? EL~CTRA. Nada me interesan.
:ECISTO. Querida amiga, ¿van tus senos a comunicarnos ECISTO. ¿Qué maquina tu padre? .El pretendiente acaba de
160 alguna .revelación? suicidarse, porque Agamenón se negaba obsúnadamente,a darle 161
\'IRGlUO Pl~ERA EU:CTRA. GARRJGO.

tu mano. ¿Es que pretenderá que estés con él tcidá lá ''idá?'.(A AGAME.!"':ÓN. Eres de reducido humorismo, Clitcmneslrn Pla. ¿Es
Clitemne.stra.) ¿No piensas como yd; Clitemnc:sr.rn Pla? que nunca podrás comemplanne.cn el papeJ de Agaroenón; rey cJe.
ELECTRA. Ya dije que mi desti"nq es quedann~aqul. Creo que Micenas)' Argos; de la. familia de los Atridas, hermano de Merielao,
no lu¡.y necesidad de la socorrida metáfora del capitán que se sacrifícador de lfigmia, jefe de'los Aqueos? (Doble pausa, dirige la.
hunde con su barco... Y yo, mc.!)undiré con esta casa. Me quedo,. viJm a lo alto.) He querido oscuramente una vida heroica, y soy
sólo un Inugués bien alimenutdo.: (St~plicante.) ¡Pero, dt'Cidmc, os
y esto debe ba,star.
EGISTO, (A Clitemnestra.) ¿Te agrada, .Clitemnc:sr.rn Pla, .la
suplico, dccidinel ¿Cuál es.rni.,-erdadcm trn~'dia? ¡Porque yo debo
lCiler una tragedia como todos 'los humanos, una trage-dia. que
j
idea de una. vestal bajo tu techo? cumplir, y se me escapa su conOCÍmientol
CLITE.J\tNESTRA. Confieso que. no•. (A Electra.) No cejaré EGISTO. (Irónico.) Parece que la cen·eza le ot~nga el. tono épico.
hasta cnconr.rnrtc. otio prétendict'ue.. (A Agamt'716'1.) No tienes tragedia que cumplir. Eres Uf! padre
feliz que se diviene ·improvisando placenteras· comedias; un•
Entra Agamtm6tl, remetúmdd con sábann.s y una palangana él
padre· .fun feliz que -se aiavia con sábanas Y' palanganas...
traje y el casco de un jefe griego. Está boTTacho, pero :Se comporta
(Dándole golp~citQ~ en la espalcJ4.) tAnda, Vf-!, Agamenón de.
dignamente.
Cuba; anda: ve, y échate or.rn caja de ~rv~J. Quiw ¡¡s( descif~cs
AGAMENÓN. (t!van.umdo hacia los tus personajes.) La cruel· el secreto·de lu vida.
dad de un dios es infinita. Si agrado a Mcr¡;urio con libaciones,
J~GA_M'~N,óN. (ttlf]ándose majes,tuosam.er1t~.) JÜna uag~ial
desagrado ti Júpiter con mis caba.llos. Mercurio m.e reco~pcnsa, Yo vtvo una r.rngedm f'Se me escapa ~1J.cqn.~tmtcntq. (tl rmtt~d
con ·uná nueva feliz: la muerte del' pretcndieníe. (A El,utra.J de camino se detiene; a Electra.) Adiós, amada Electra, voy a
¿Sabes ya, querida Elecr.rn, que tu pretendieníc marchó al' sumetgitm<; en el suei}b. (.Llega á ·(qs ~olumna.S.) YO' Vivo· úna·
Averno?
r.rn~dia, ~~1.uerrfa alguno hacérmela ~qnc;x:c.r? (l)esal?areceJ
CLITEMNESTRA. (.Y qué' te-ofrece Júpiter, Agamenón Garri_,, EGISTO~·(A Glitemnestra, ci'licamcnle.)Casta' Clitenmcstrn, te
gó? demaJ;tdo: ¿s0~tenemqs ilegales relaciones, vi:vimos alguna adúl-
AGAMENÓN. (Golpeándose la frente.) ¡Los cuernos de su toro! tera p;¡sión? ·
Me eres infiel, Clitemnesr.rn Pla. CLITEMNEs~tRA. Tal cosa te iba a. preguntar, cabalieroso
EGIS"I:'P, (At~TToriwdo, pero fitlgimdo.) ¿Y por quién. te. Eg'i~io·, fiel amigo de todos los maridos, leal compafiero de todas·
abandona Clitemnestrn, valiente Agamenón? · las casadas: ¿sostienes illcitas relaciones?
AGAMENÓN. (Poniendo su fndice m el pecho de ~gisto.) ¡P~r ELECTRA. (Darrdo la vuella a Clitemni:stra.) No·vco el pcca'do,·
ti, Egistol Sé que duermes con Clitcmnestrn, mi mujer, hija ~e, Clitemnestra Pla. Te· gusta Egisto· Don, te acuestas: c:on Egisto
Tíndaro y de Leda, esposa de Agamcnón, madre de Elecr.rn y Don. Es muy sencillo.
Orcstcs, de lfigcnia y Crisotemis. CLITEI\·JNESTR:t\. ¿Cómo pUedes süponer: .. ? ¿Esuís borr.tdta
CLITEMNESTRA. Nos ofendes, Agamenón Garrigó. Mas te lo como tu :padre?
pérdonamos en obsequió a tu ~or:rachera. Soy Clitemncstrn Pla,. ELECTRA. Lb sé todo; rio comprendo· tu simulación. SCHa
162 la siempre C3$ta. inútil. Sabes qüe &oy valerosa. f63'
VIRGILIO PI~ERA
ELECTRA CARRIGO

EGISTO; Nos ofendes con presumir; ..


Escucha, Pedagogo, ¿es que la necesidad va. a ser, por ejemplo,
ELEerRA. Querido Egisto: nada te reprocho..Ere$ él amante ~e que el gnllo viejo de mi madre, muera hoy mismo picoteado par
mi madre, tratas de suprimir a mi padre, 'pretendes súS riquezas, las f;UIIinas?
Clitemnest.rn te secunda, ¿qué cspcrnS?
:PEDAGOGO. Parece que sf, ,parque se lo o[ ordenar a .tu madre
CLITEMNES':ntA. ¿Qué oráPJlo vieQes de c~msuhar, :EI~tra?
hace un momer'uo. ·r.c dccfa al mayordomo: "Acabe usted cuanto
ELECTRA. La suerte de ·mi pad~ cscl echada. Tenéis manos antes· con ese gallo, está íieno de Viruelas, mis gallinas lo
libres para obrar. .remalarfan a. picotazos de mui buen grado".· (A Cliiromdtrq.)
Se oye desde adentro la voz del Pedagogo, que se aproxima. ~No es as[, di'Vina Clitem.~estra? ··
Entra seguido de Orestes. CLITEMNESTRA. {t1bsórta.) Sf, Pedagogo, he dado esa orden.
P,EDAGOGO. (A los tres personajes.) ... No quiere comprcmJer ORESTES. (,Tóma al .Pedagogo del brazq.) Vamos, Pedagogo.
que en el reino animal sólo. hay. hechos, nada .más que hechos. Uq ~qifiqo es tan sólo un purq hecho. (Empiezan a caminar
ELECTRA. Pero también, l,edagogo: hechos, nada más c¡ue hacia. las columnas.)
hechos en el reino humanó.
EG"ISTO. (Aicanzáttdolos.) Voy con ustedes. 1\te pierdo por las
PEDAGOGO. De acuerdo, pero estás más adelantada que tu peleas de gallos. Aunque en este caso sean las gallin~s el
l,1ermano. Yo, por el momento, sólo pretendo que Orcstcs verdugri. Dé toqos m6<Jqs, si ellas n9 lq .¡¡caban 'prqnto, lo
compre'ncla qt¡~ en el reinq animal... ~strangularé yo con estas manos. (!..as muestra. Salen.)
ELEcrRA. (t1 O restes.) Sf, Orcs1es, nada más que hechos... CLITEMNESTRA. (A Electra, con tono grave.) ¿Ofste, Elcctra?
PEDAGOGO. Sien el rcino animal un hecho aebc·protluéirlic, no La muerte de mi gnllo viejo... ¿Sabes a cuál me refiero? Al qüe
habrá justicia que lo detenga, poder divino ni hunmno que lo impid;i. me regaló tu padre hace dos áños.
ELEC1'RA. (Dimdo una palmada.) ¡La ley de la necesidad! ELEC'IRA. Sé perfectamente a qué gallo te reJiere.s. Debe morir
EGiSTO. ¡Bravo, Elcct.rn, bravo! ¡Viva Ja necesidad! ,hoy mismo.

CLITEI\INESTRA. (Palmoteando.) .¡Si, que vi val (P(Jusa.) Perq, CLITEI\INESTRA, pe~q. Elec.tra ... ¿debe morir realmente hoy
decidme: ¿cuál de nosotros es la necesidad? mismo~

ELECTltA. Tú, Clitcmnesua, J.>la. 1;ú eres por ahora la necesi- ELECTRA. Si, Glitcnmestra, •hoy mismo. Sus Jlag-.ts amenazan
dad. No pierdas la ocasión. con una epidemia. Además, es Ceo. Debe mórir lioy mismo.
CLITEMNESTRA. (Apoyándose en Egisto, con la mano m la CL(TEMNESTRA. No, te engañas, Electra. No está tan .enfer·
frente.) ¿Soy yo ahora la f!Cccsidad? tAh, Orcs~r::s. amado hijo• mo, Podría tirar todavh:i algún tiempo...
mfol, ¿soy yo la necesidad?
ELECI'RA. Debe morir hoy mismo.
QRES':(ES~ ¿CQmo puedo saberlo, Clitemnestra, si:yo no sé qué•
164 cosa. es esa necesidad que usted~ propalan? (Al Pedagogo.) CLITEMNESTRA,. (Mirando a Ele~tt.a con insistencia.)• Pon me
el: manto, Elect.rn. 165
ELF.CTRA CARRICO
VIRCILIO PlRERA.

ELECTRA. Obrar.
ELEGTRA~ (Quitándose d c!Jal' se lo coloca eu la cabeza a
C#le.1J1.uc.stxa.) ¡Adelame, Clitemnestral CLITEMNESTRA. (Girando de nuevo.) SI, obrar, obrar rápida·
~ente. (Gritando.) 1Egisto, Egistol (Aparece eratre las dos
CLITEMNESTRA. (EmpiWJ. a dar vueltas con las manos columnas cmtrales la sombra gigantesca de ura gallo.) ¡Hermoso
: extmdicfas, como en el juego Q(! la g4/li11a ciega. La luz. .,se va gallo blanco, hermoso gallo madto: acude! ¡Hoy 71 el día de la
11 .apagar1do.) ¡Sf. no hay dudhl El g;JI,Io yiejR de,be morir hO)• sangrel (La sombra se mueve grotescar!Jente. Clztemraesl~a. se
mism9, Una mano fuerte debe estrangularlo; uen~ el cuello qllita el chal. Corre hacia la. sombra.) ¡Egmo, a él, al gallo vteJol
duro, tem~ que .mis ¡:,rallinas no puedan rcn:tflt~ul9 RJ).icotazos. ¡Al gallo negro! ¡IJoy debe ptorirl ¡Si, Egisto, rcmátalo con tus
¿Fui yo sibila al bautizar a mi gallo con el JlOmbre .de espolon~l (Golpe~ l(J. sombra.) ¡Al gallo viejo, al gallo negro!
Agameríón? (Pausa.) Agamenón, g<tllo viejo, debes mori'r hoy (I:A so11fbr~ d¡;saparue. Clitem~eslra sale por las colllmraas
mismo. Aca~afill$ sabiendo mis. amores con. Egisto. Don. (Rfe a gritando.) ¡Al gallo viejo. Al gallo negro!
carcajadas.) Pcro,,¿qué diablos estoy diciendo? ¿Cómo puede un
J:,rallo saber de relaciones ilicitas emre humanos? ¿Ni qué CORO. la muerte su fuerte rayp 1
•importa? ·(Vuelve a ·reír.) Pero, es tan celoso... ·Con la madre)' hacia Agamenón djrige,.
con la hija. (Pausa, comienza a subir la voz.) Yo lo comprendo: y ya Clitemnestra inflige
'ha sidp dura me aiios, rey del gallinero, y aJtpra se ye desplar.ado con su amfmte destrili:tot,
.por u.~;~ gallo magnifico. (]>alisa.) ¿Será este gallc;> magnifico el de sábanas el rumor
'verdugo que necesitan mis gallinas? ¡Oh, dejadme declararlo: es sobre su ruello envolviendo,
ün gnllo de noble estampa'! Cuando me besa, siento gue como serpiente cayendo
desfallezcó de embriaguez. (Rfe convulsitiam·ente.) ¡Que tonterías en medio de tanto horror.
'estoy diciendo! (CQIJ\O PL!ede un. pico besar unos 'ªbios? Ya una muerte sobrevino,
Además, comparado conmigq, un gallo. es tan pequeño... ¿y ya un ejemplo. se propone,.
cómo podrfan sus plumas pegarse a. mi carne? (Pausa. Muy ya un padre no se interpone,
seria.) Y toda la razón está de mi parte. Me refiero, claro está, al de una hija en elcmnino.
gallo viejo. Es intolerante, abüsador, me ha her.ho sufrir. Por El espantoso destino
otra parte, sabréis que con este maldito designio de guardar a su echÓ en la noche su suerte,
hija perpetuamente en el corral entorpe~ l:;t ~t.¡e_na ma~dta de y la. blanqufsíma muerte
inis amores con Egisto. (Parl.Sa.) Si, corí Egisfo: no tengo por qué entre sábana!! advinQ.
ocultarlo. (Sube más la voz.) ¡Aquí hace falta una limpieza de
sangre! Es p~ciso que este gallo viejo muera hoy misnto. Soy Óyc~ Clitcmnestra infiel, \
una .infeliz mujer gue no pJ.le.dC disfrulllr .de su amante, a ca4sa esta ·canción·agorera,
de un gallo viejo, paticojo, encorvado, picado de virue.las, por,quc tam'bién a tÍ, ,ar\era,
renegrido, ronco y maloliente. (Da dos vtteltas.) Asi, este girar en tu. egofsmo de madre
me anima. Lo veo todo rojo. Me da fuerzas.¡Fuerzas, venid! Una le pasará lo que a,l padre .
pobre mujer pide solamente que aparu;p d~ s.us .hermosos ojps de una, hijá ftlá y .certcrá.
ese horrpr que es un gallo viejo. (Con voz atronadora.) ¡El gallo
joven,. el gallo·~macho: que venga en socorro de ·una hermosa 167
,166 mujerl (A Electra.) ¿Qué debo hacer, Elcctra, qué debo hacer?
ELECTRA GARRIGO

AcrO TERCERO
ORESTES. (Como hablando cons,igo mismo.) ¡Tenia dura la
vida el l?llo viejol
PEDAGOGO. Yo mismo estaba asombrado. Según mis cálculos,
el terror le producirla· un colapso. 1>eto no fúe asi. (Pat'Lsa.) A
propósito: ¿obser\'aste qué habillsimo juegó de dedos tiene:
Egisto para estrangular?
ORF.ste5. Estoy contigo. Parúó el' ctiello del ave con sólo doS'
dedos. Aunque, te confieso, el C!Jetlo de un ave nunca. ofrece, esto
CORO. Ya contemplaste, ¡oh, ciudad! creo, la resistencia de un cuello hurrtano.
de In muerte el ala oscura, PED~\GOCO,(Lt'Vanlando una mano.).¡ Pero no, Orestes, no se
cubrir con su sombra dura trata, en este caso, de una Iúerza mayofl que ·opone una
de un padre la honda iinpi~~. resistencia igualmente ¡páx.ima. No se trata, repito, del material
Asunto de sanidad, resistente que Informa. a ~sa fuerza. A t'o güe me refiero~ muy
salvación de dos hermanos, concretamente, es a la habilidad ae lós dedos de' Egisto. No
rápido juego de manos habrla requerido mayor cantidad de fuerza pa.rtJ. esU'angúlar a u1i
.libertando a una ciudad. hombre; por ejemplo, a tu padre, que úene cuello de :toro.
Mas todavla la muerte ORES,fES. ~(e confieso, fcd.~gogo, que. me sentl; fascinadq
no ha cesado en sus clamores, cuando Égisto partió tan delicadamente el cuello del a\'e.
la muerte quiere fulgores¡ PEDJ~GOCO. ¡Y qué decir del elegante movimiento del pañueJo
luces, rayos en su pé~ho, sobre )a.cabeza qel ~11irrtall Para evitar una larga.agonla puso su
y a Clitemnestra en su lecho pañuelo, y la yida se extinguió dC un golpe. (Pausa.) Tengo la
pronto verá entre dolo~. absoluta certeza de que el pobre; gallo se lo agradeció.
La misma dccor(lci6n de los actos anteriores. Onico cambio: O RESTES. He oido decir a c;litemnestra que Egisto viajó'por la
puerta cerrada izquierda. Marco de puerta derecha; Luz amarilla :India en .su jiJYCIJJ!~d.
intensa. Acción por la noche. Salen, Ore~lt;s. y d, Pedagogo. PEDAGOGO. ¡No, no, no, Orestesl Nada de pesqufsas, ·ni una
ORESTES. (Riendo.) Perdona la insistencia, Pedagogo, pero la. gota qé Scontland Yard. Egisto es un consumado estrangulador.
nocturna muerte del gallo viejo me ha dejado en una situación Eso es todo.
bastante maravillosa. ORESTES. ¡Pues si por eso mismo te lo digo, Heda:gogol 1\lc
PEDAGOGO. Nada te reprocho, Orestes. Me complace \'ertc gustarla conocer tal arte. Quizás Clitemnes~ me. ~eje partir si
saúsfecho. Además, compruebo, que al menos; algo te ha. sabe que me atrae la India )' sus estranguladores. '
168 maravillado. Es un !Juen slntoma. PEDAGOGO. Y qué, ¿Glitcmnesun Pla eonoce las artes de la
estrangulación, ha viajado, ella timibién, por la India? ·169
VIRGIUQ I'I~F.RJ\ EU:CTRA GARRIGO

ORESTES.¡Oh, no, en_modo:algunol Pero tiene ral admiración es [ecunda autora de tragedias, no. oses contradccir\a; si un
por Egisto... Egisto es para ella la suma de todos
LOS,
los
conóclmien,
- .... ,
hombre te afirma .que ~ consumado. a;ítico, secúndalo en, su
mentira, Se traía, no lo olvides, de llna dudad en la que. tooo el
! mundo quiere ser engañ'ado. r
P.I!.qAGOGO. Y de.t~os Jos trucos. ~ por eso f:IUC jam:is)1~
pqq_1po saber lo que p1ensa. Es. un consum¡¡do ~of.~ra d,e sal~n. ORESTES. La palabra es panir. Pero, ¿cómc;> paitir? (Pau'Sa.
Mira su reloj.) L.·u once. Me voy a la cama: Me espeta -el
O RESTES. Igual me sucede a mf. No importa lo que dice, sino
gimnasio a las seis.
cómo:lo dice. Es el mejor "dccor:;¡dqr" d.~ tpda Ja ciudad.
PEDAGOGO. -¿El gimnasio... , Orestes?
PEDAGOGO: ¡Y Clitémnestra Pla es tan dccorati\'al
'O RESTES. (Desde la$ columnas.) Es cierto, Pedagogo, pero la
ORESTES. ¡Pues claro! No sé ya por qué medios arrancar a mi ·costumbre es la niás feroz de las diosas. Y'yo, Pedagogo, ~podré
ma:dte el. corisemimicnto'dc mi viaje. Y tengo la seguridad que si reb3.5<1r algún dia estas hostiles columnas en busca del mar
E~isto me enseña su ciencia, Clitemnestm cedería.
océano?
rEDAGOGO. jamás té .la enseñará. Los ilusioni'sias nunca
a
descubren sus. ilusiones. Primero te cnsciiárfa i!stranguiar:
En el momeiltó'quti Ortstes vá á salir, es dettnido por Clitemn~·
tra que entra acompariada de Egisto. Viste una bata. negra con
ORESTiES. .Algo que .tú. no me; has.enscilado,. y lo que es pcar1 .adornos de plata en la cintura y en la, cabeza. Sobre el smq un
que no podrás enseñarme. (Paus~.) En nuestra .dudad. Jos marpacífiéo rojo. Egisto viste. de blar~co.
~mnast;as y los J>;trlanchines forman la casta supenor. '( no
cu:rEMNE,STRA. (Acercándose.al Pedagogo.) l:fe abru~aba1
cu.cn'to las ~~1_11as disimuladas bajd la ropa. Cori tu ciencia •. ni yo no CeS cjertó, Pedagogo, ron SÜ eterna canúnela de la partitL-.? {tl
m1smo podria estrangularme.
Ore.Stes.) EYc5 úii miiclmclio malcriado.- (Pausa.) Oye: ¿ignoras
P'f:DAGóCO. !Uno mana virtud y nQ sa.ngre, como la fuente ·que la vida empieza de esas columnas hacia. acá? Lo que hay
mana ·agua y no vino, aunque los Egistos digan otra cosa. detrás de ellas es- la muerte y la descomposición.
{Pausa.) Esta noble ciudad úene dos piojos enormes en su
PEDACOCO. (A drt!Stes, con intimci6n.J Tu madre dice la
cabeza: el matriarcado de sus mujeres y• el machismo de' ·sus verdad; Oresíes. Detrás·de·esas columas .esutclocéano, y, p<>r el
hombres.
mo'mentó;, ;se. m~estra tan ,incierto como aquel que -esirelíó a
O RESTES. P.ero, al menos, puedes,. cuando· ofenden tu panc•de Ódi~~o Ó>ntra las playas de la divin~ C.-.lipso. (Volviérttiose .a
In¡ mano, meterte. bajo ,tu caballo... Egisto, alzn una. mano como salu(umdo.) ¡Salud a ti, estrang_ula·
dor de gallos! No te digo que Esculapio te esté reconocido, pues
.PEDAGOGO: Entonces ~e apalean la parte de caballo~ (Pausa.)
No, no hay salida posible. ;le' sacrificaste un gallo enfermo.
CLITEMNESTRA. (Riendo a carcajadas.) ¡Vic}o, p:ukojp,
ORESTES. Queda el sofisma...
ronco y rnalolientel U.na mcm cuestión sanitaria, como nos dijo
PEDAGdGO. Es cieno. En ciudad tá-n cnvánécida como ésta, de Electra. (Redoblancio·la.s carcajadas.) ¡Una·mcra cuestión sanita•
hazañ;,~s que• nunca se realizaron, de monumentos que jamás se riai¡Ahom somos, tan felices ... ! (Caminando por la escena.) Que
erigieron, de virJudes que nadie pracúca, el sofisma es :~1_ atma este ·palacio se ilene dc!'felicidad y de flores rojas, cbmo.ésta que
170 por e.xcclcnci~ Si alguna de las mujeres .sabias te dijera qu~ e Ha 1
mi pecho exalta. La sanidad ha tomado posesión de esta casa, y 171

L
EU:Cl'RA CARRICO

todo lo reo. todo lo raro, debe desaparecer. (Pardndose junto a ORESI:ES. {St:r1alando a Clittmtnestrn.) ¡Ahf la tienen: ahf
Orestes.) ¿Sabes que Agamenón partió anoche? tienen a la gallina madre! (Pon~ stt.S dedos Ptllgar e Sndice en~~
cuello de Clittmtn~stra.) ¿Es qu~ no puedo cstmngular, Clitem-
ORI::s"n:s. ¿Por esas columnas, rumbo al cx:éano... ? nestra Pla, tu cuello con estos dos d(-dos?
CLITE!VINt:STRA. Rumbo al océano ... Ningún morll;l! po<.IJ:ia CLITEMNESTRJ~ •. (Un,1a ~ ~or:, se q!Jilª los d~dos d~l
decir sj regresará o no. cuello.) ¡Apartai¡No moriré estranguladai¡No mQriré estrangu-
O RESTES. l\le parece exceleme la decisión de mi padre. ¿No es lada! ·
el más imponante de los dos miembros de tal .ccuacióJl, e.J PEDAGOGO. ¿Quién habla de morir, scí\ora?
primero, esto ~. la partida?
CI.ITEM~ESTRA. (R~fug~dndos~ en los ~rtUOs de Egisto.)
CLITEMNESTRA. Pero~ partida signifimla mucnc. (Pausa.) Orestes, hijo mio, ¿proyectás estrangularme?
No pa.rtirás.
ORESTES. No, Clitemncstra, aían no he viajado por la India ...
ORESTES. (Fit~gimdo.) Nadie habla de partir, Clitemnestra (Pausa.) En todo caso seria Egisto el indicado..(Pausa.) (.~O has
Pla. Y si se hablara de partir seria, cxclusivameme, hacia la reparado que su brazo rodea tu cuello?
India ...
cu;r,El\tNES':r~ . .(Aparta fOn violtmcia el brazo de Egisto al.
CLITEMNESTRA. No veo que la India te evite los peligros de rnisr~10 #c~npp q,ue se protege el cuello. con ambas. manos. Mira
Australia. fijamente a Egisto, quien s~ h~ quedado con la mano tm alto
formando ar1illo con d pulgar y el índic~.) ¿Tú también, Egisto?
ORESTES. Nq, 1>9"9 m~ enseiiaria.a estrangular. (A Eglstq.)¿f'Jo No soy una muchacha de Marsella, no soy una gallina ·vieja .•.
aprendiste tú, 'Egist(), .~1 arte dt; la c.mangulación en· la ~~~ia? Soy tu ... (Pausa.) Perdonad, ya estoy completamente histérica.
EGISTO., .M u)' cierto: hace años, •vientos adversos empujaron Contáis tales cp~. (Se actrr~~~ ~1, Pedagogo.) Dccidles, Pedagogo,
mis naves hacia Calcula. Un mes me bastó para aprender ñ que morir.é en !lli l~cl.w.
estrangular elegantemente con los diez dedos de la mano. PEDAGOGO. No soy augur,. Clitemncstra: Pla, (Mostrando la
fEDAGOGO. Asf· es: ·se procedé ·según la escala ascedente. Dos cola.) Esta cola tlice muy por lo claro ·que soy un Cenmuro. Mi
dedos para aves de torral·-'"por ejemplo, gallos; cinco dedos para oficio es cnseiiar, no profetizar. 'Me pagas, )' meto mi ciencia en
un conejo o 'un majá; fiil<)lrfientc, diez dedos para un set la cabeza de tus hijos.
humano. CLITEMNESTRA. Entonces, ¿quién va a profetizar mi suerte?
ORES:fES. ¡Un momento, Pedagogo, uq momento! Niego que CORO. No prcgiintes, ClitemncsliCI,
para el cuello afinado de una mujer se requieran los diez dedos por tu muerte o por tu vida,
de la mano. tu cuello no tendrá herida
EGISTO. Orcstes tiene razón. He visto citrimgular eh. Marsella de la vida en la palcslr.l.
a: 1,1na mujer con sólo dos dedos. Verdad que la yugular de No preguntes, Clitemneslr.l,
aq).lella muchacha no cm mayor que la yugulaJ"de.una gallina qué te reserva el destino:
172 IJl:ldrc. tu vida tiene un camino 173
VIRGILIO Pl~ERA
EllC'J'RA CARRJC()·

'hacia
Mujer~
una inuctte espantosa.
es negra
tu rosa:
la que a tu maldad convirl'o.
) para la lección de apatfa. (Ya en las tolumñás.) i.Véndf4s a
reunirte con nosotros? Electro te busca ruiliemememe. (Sale.)·
Ores(e~. du,rant~ ~! parl(l.",l,ento ,Jt:IJ?~dagogo, se ha. recot~centra­
PEDAGOGO. Divina Clitcrnncsua: yo, como siempre, me lam do arin más..De pronto corre i~11fJ.ul.sivatnmte /lacia la p{imera
ías manos ... (/-late el gesto de lavarse 'las manos.) cp1~Jmn~ d,e la dere.cl~a,.Qe.al(lllarna .atlgust~osamet!tf! p.Eiectra.
CLITE.MNESTRA. Con tal que no las pongas sobre mi cuello... Repít~ ~/llamamiento f!" el resto .de lOf colunmas. En la última,
($e vuelve a tapar' d hit:llo con las manos.) quedq ret;ostado <o~ ltJ.S' manos' atrds. La luz. se~ hace muy tenue.
Doble pq~a.
ECISTO. (Quita a Ciltmme.stra las manos dt:l cuello.) ¡Cuidado,
divina 'CIÍtemnestrnl Podrl~s esuangtllatte ci,m tus propias· O RESTES. Electro no \'endrá El problema es és'te: 'Eiect.rtr rió
manos. vendrá. (Pat~Sa.) Pero analicemos: primero láS parteS, Electra no
\~ndrá, yo no partiré, el 'pi'etendiente.'lía m'ucrto, Aganfcnóñ.lta
ORESTES. (Como profetizando.) Clitemncstra Pla h9 morl'rá muerto, Clitemnestra teme morir. (Pausa.) AHora él todo;
estrangulada. · (A banciot1a la columna 1 da dos o tres /fáSos·por la ~scmá.}'Es eJ
todo lo que se me escapa... (Parisa,) ¿Qúé reládón existe entre la
CLITEI\•INESTRA. (Abrazando a Orestes.) ¡Ah, hij 0 mio, Ores-
muerte de Agamcnón }' el 'temor de Clitemnesua? Y a su· vez:
les, pasión de mi vídal ü'l)a madre atríbulada té agradece tal
¿qué tiene que ver Clitcmnestra' con la muerte de Agám~nón? Y
declaración. (Pawti a todos.? ¿Lo habéis oido? Mi amado·Orcs'tes. en directa relación con esto 't'tltimo, ¿a causa de qué, Clitemnes-
asegura que rio moriré estrangulada.
tra, que siente ese i'ndecibJe· horror por Electta, propicia lá
ORESTES. No te. regocijes coh excc5ó, Cliíemnestra Pla. Quedan muerte de Agamenón? Esto ser[a dejar a Electra dticña de sil
funías muertes todav[a.. ~ voluntad. (Pausa.) Pero, consccuememente, ¿qué tfen·e que 'vet
Electra con la muerte de Agamenón?· ¿Acn.so el pretendiente? No,
CLITEMNESTRA. (Furiosa.} ¡Escuchad: quiero vivir eterna- .Eicctra no formarfa laboriosas intrigas por pretendientes más o
mente, quiero ser inmortal! No acepto ninguna muerte, trágii:a menos.•• (Patua.) I·Iagamos combinaciones: ¿un odio éxi:ésivo dé
o. no. (Pawa.) Bueno, a lo .sumo aceP.tarla morirme, .pero muy Electro a causa de lln amor excesivo de Ag:1mcnón? ¿Un a·mór
vieja, y en mi lecho. (..1.Egist0 .) ¡Vamos Eglstol Mi bfl!jo me dirá excesivo de Electro a causa de uri odio excesivo de Agamertón?
lo que ninguno de-ustcdc;s pu~e predecirme. (Empieza a salir, (Pausa.)' En. cambos casos, un amor excesivo otorga, al a:nior o ál.
:ya m las .columnas,_ se detiene, a O restes.) ¡Orestes, no ~ces ... odio excesivo·que provoca, annas de exterminio. (Pausa¡) J>ero,
No cruces... (Salen.) Elcctra, ¿amaba u odiaba a Agamen·ón Garrigó? ¿Y si: Elct:tra ni
ORESTES. (..tbsorto en sw pensamientos, al Pedagogo.) ¿Qué. amaba ni odiaba a Agamenón Garrigó? ( Pausa.)'Pero en ton tes...
dijo? ¿qué objeto tendtla su ¡xmicipación en ln· muerte de nuestro
padre? ¿Socorrer a Clitemncstr.i Pla? Esto me lleva a una nueva
PEDAGOGO. Que no cruzaras... cuestión: si Agamcnón G:migó ·era un• perfecto marido par.i·
O RESTES. ¿Que no cru~ ... ? _¿Q.ué? Clitemncstra Pla( ¿qué interés podia mover a mi madre eri
propiciar la muerte de mi padre? ¿Estimarla que con ello
PEDAGOGO. Parece que las columnas... (Camina. hacia las cnlutarla el alma de Electra?· ¿O pensarla que la muerte de
174 columnas.) Yo, por mi parte, voy a cruzarlas. Me espero Electra ;\gamenón iba -a facilitar a Electra el abandono del hogar?· 175
VlRCIUO l'l,SI;:RI\
ELECTRA' CARRJCO

(Pausa.) Pero CJhcmnestra,nunca facilitarla la partida de Electra


por Electrn t:Qisma. Ella odia a Electm corilialmentc. Mas, ¿por Seguidamente, derribar las columnas, y entonces, sólo emontcs,
qué la odia? No por hermosura -Clitcmnestra se cree la más partir.
bella dc-las tnuj~s-. N.o por mundanismo. -tlit6nnestra s<: órestes ha quedado ck espaldas a las coiumt~as. Doble fJausa.
cree la más m!Jnd:ma de las mujeres-. No por sabiduria Entra: Electra por la columna· central. La luz muy tenue.
-Ciitemnestrn se cree la más sabia de las'mujeres--'. ¡No, no po.r
nada de esto! CJitemneslJ;l no odiarla jamás por vagu~des: ELECTI~J. (Detenida en la colunJna.) Bta es la. O<AI~ión, y ahl
Debe haber nlgó n:íuy preciso. '(Pausa.) ¿Porque yo amo riuis ;t está el extranjero. Ciertas seitales me dicen que es mi a:rnado
Electra que a ella? No, en ese caso Clitemnestm la habria hennano Orestes. El Peililgogo me ha contado que puso sus
asesinado. ClitemnestJ:a no puede concebir que yo pué<h amar dedos alrededor dd ctiello de Clitemnestm, pero, ¿bastaria ello
otm cosa, que nq sc;t la persona de Clitemnestm. ¡Está ell;¡ tan para reconocer a un hermano? 'Por otra par:te, es de s~ma
segura de este,. amor! (l)o/J.le pausa.)· Reflexionemos: Clitemnes- impbrtantia que ha)'a osado decir a Clitemlie5tm que extsteh
tra, se ve esto· myy oaro, queria eliminar a Electra y a otras ·muchas muertes violentas. Pero, ¿y si le interrogo y
Agamenón¡ mas... ¿a ~~ de qué? (Pausa.) Veamos las prefe- Compruebo que no.es Orcstes, que estan sólo ún e.xtrnnjero?, En
rencias de.Ciitcmnestra: Yo; en. primer lugar. (Pausa.) Después...
ese caso, tendrla que asesinarlo. Electra no permitiría que .un
(Iluminado de Súbito.) ¡EgistoJ El favorito del palacio, cl
"partenaire"' de Clitemnestra, el confesor de Clitcmnestra, el extraño sepa que Electrn ,no puede encontrar ~ su hermano.
criado de Clitemnestrq, el ~co de Clitemnestm, el criado .de (Pausa.) Sin embargo, debo intérrogarle. Esprccis~ que escuche
Clitemnestm, ¡el' amante de Clitcmnestral (Doble. pausa.) La de sus propios labios si es Orestes ? no. Sólo ~iendo ~":stes
suerte de Agamenón estaba echada. Tres personas se interesaban podrá asesinar a Clitemnestra y parur. (Pausa.) ¡Está dccJdJdol
en su muerte. Tal muerte me tiene si o c;uidado. Si Agamenón no Le irí(erroga:ré. (Se acera á Orc'stes y lo tocd é1i el hombro.)
podfa arreglar por sf mismo sus asuntos, peor para: él. Entre Escucha, extranjero: ¿cómo te··namas?
Agamcnón y yo no existía el mCJJor vinculo. Y lo que importa,
es que habla tres personas int~r~dasJuertemcnte en su muerte. ORESTES. (Volviéndokcon·dcsgano.) Orestcs.
(Pausa.) Pero, Agamenón ... ¿q!leria realmente morir? En modo ELECl~RA. Vuclvé á es~char, dtrnnjero, ·y perdohá l'::js pre-
alguno. Algo más fuerte qu~ éJ !o venció, (Pausa.) En cambio yo; guntas de una mujcr.curios.."\. De ese nombre tuve un hermano,
quiero partir, pero una fuer.za se <monea mi p:u.tida. ¿Qué es esa al qué muy pequeño pcrdi; por las inuigas .señtimentales de
fuerza? ¡Clitemnestrn;I>Jal ~t!lS 11\mbién otra fuerza, igualmeO[e
nuestros padres. Muy pequcflos éramos Orcstcs }' yo cuando
poderosa, quiere que yo par@_,.¡!i:kctral (Pausa.) Pero sucede con
Electra algo- contradictorio: desea, según dice ,el Pedagogo, fuimos separados. Mi padre me tomó, y a O~!!.lile~ su m~dre. Con
veiJlle ardientemente. Clamo PQJ' ella, ¡la .llamo desde .estas el correr de los alios he tratado de conocer a mi hermano en
columnas, y no acude. Veo que ll:\5 ban:eras son las columnas. muchos Ores tes que a este palacio lían llegado. Ninguno tle·ellos
(~ausa.) t~retextos las columnas! ¡O_h, pretextos! Alma débil; cm el verdadero Orcstes.
¿no d.1rás jamás en el blanco? (Pausa.) Las cosas se plantean asl: ORESTES. ¿Cómo lo sabias?'
yo,·Clilemncstra, las.columnas, la partida, .. Tengo que derribar

176
es.ta parte, de. mi que se ·me opone, y "na vez. consc.."guida esta
meta, procurar la otra_, es decir; suprjroir .a Clitemnestra Pla.
E~~C]'RA. Los somctla. a una prueba que no puede fallár.

ORESTES. ¿Cuál.cs la prueba? 177


VlRClt.JO P.~ERA

ELEC'1"RA. Como la esfinge, propon(a yo a1 presunto Orestes ORESTES. (Con ansit'dad.) ¿Dchn '"· Elcctra, .estrangular a
una ~estión. Su recta respuesta era la prueba del ver'dádcro Clitcmnestra?
Orestes; ~11~ Tf!Spues~ equivocada valla la muc;rtc al impostor.
.ELEcrkr\. No, tal cosa seria i111u.u a Egisto. Clitemnestra
ORESTES. En verdad; una prueba acerba. (Pausa.) ¿Y se morirá envenenada
_,J¡...i-;"="
_ _r"f"' ____
con su fruta éa\'orita. ..,...._......_ .....,.._
arriesgaban a ella?
O RESTES • .JLa frutabombal
ELECTRA. Si,, extranjero. ( ..-. curiosi(l'id pued~ m:is que ia . ..... --·
ELECTRA. E~acto: en el momcmo oportuno .le .brindanfs una
muerte. Y en verdad, ¿no sent(an ellos oscuramente que a'lgo les
tajada. La comerá sin vacilar. Tiene ciega confianza en ·ti.
tocaba del. verdadero Orestes? ¿Algo que, ron extraña obstina~
ción, permaneda sin revelarse? ORES'.fES. Entonces~. no perdamos un momento. S:;¡~ q1,1c:
Clitemnestra acostui'Jlbr'á aOtoinai el fresco a esta hora.
O RESTES. (1h1helar~te.) ¿Y ninguno de e~os. extranjeros r:esistió
la prueba? ELECTRA. (Tomando a Orestes por1el bra:o y setialar~dotlas
columnas.) Vamos a- ·írasponer esas. columnas, porque en un
ELECTR,A. ¡Ay, no, ningurwi¡Ni(l(Wno·cra ni fin e! vc¡-dadero ·instante la mu~te· y Ja·.aescomposición estarán del lado de ·acá.
Orj!Sicsl .(Sa.leTJ.)
O RESTES. (Cruuir~do sus mar~ os sobre el pl'cho y ci1adrándose CORO. Ya se cncúentran dos 'hermanos,
ante Electra.) Si presumes qué sóy el Oreste que 'buscas, ~qué sepa'raitos por' un núlro,
esperas pa~ sqi'Jl~termc; a esa prueba? hecho por padres impuros
.ELECTRA. (Dubitativa.) Un fracaso significarla tu muerte. Y contra secretos' arcanos .
ya he matado a tantos Orcstes ..- Y eres tú tan hermoso. Pero la potente manb
de .un destino· inexorable,
ORESTES. Ni una palabra. más. F..'<ijo la prueba., pone su ley .inmutable
~r,.I;:CTRA. Sea. He ahf la ~estión: ¿q1,1é deberá hacer el én una madre siniestra,
vcrdadCJ;!) Ores~es? · y Orestes a Clitcmncstra
la juz~r.i responsable.
ORESTES. (Prontínciando. lmtamcnte.) El verdadero Orcstes
asesinarla a su madre, partirla después, Aparece Clitenmestra. Lleva al cuello una pieza de píata. Ofrece
el as pulo de una persona 'derrotada y- aterrorizada. Se -sitúa al
.La iuz se hace iníema. cmtro de la escena y exploro: el, terrmo.
EL.EC'f~. 1!\h, eres Q.r!!StC,SI (Pausa.) Te ili!ré el prma q_1,1e CLITEMNESTRA. Veo Elcctras por todas partes; Elcctras que
necesitas. me asaltan como esos copos de una nii!Ve ciúel qtie .iluntri hé
ORESTES. La espero ardientemente. visto. Si veo· una silla:cs Elcctra. Si un peine, Elcctta; 'Ún espejo,
el sol que se .pone¡ ·estas losas, aquellas columnas: ( P.ausa.)Todo
ELÉCTRA. D.ebemos ser c:tutelosos. Clitemncstra ve enemigos es Electra. He ah( lo terrible. Esa mujer me persigtic. (Vuelve a
por todas partes. Se ha echo recubrir el cuello con una pieza de espiar con la. mirada.) Quiere mi ·muerte~ Adema~. su~ horribles
178 plata' maciza. Tiene un infinito horror de ser estrangulad.."\. sortilegios... Después que.ella ha mirndo.cualquiet objeto üc este 179
i'

El.t::C'rRA CARI\ICÓ
VIRCIUO PI~ERA

Las críadas tres veces asimten burlonammte con la cabeza. Salm


palacio, ya no puedo mirarlo. Lo que me mirn, es Electra; lo que por las columnas centrales, .seguid4s por los criados negros que
miro, es Electi'a; lo que se sichte mirado por mi, se hace Electra. haceu una reverencia afectada.
¡Yo misma ,acabaré por volvcrp]~ Elec~l (P(J.U.fa.) Pero, no¡
antes la muerre. Esa mujer: viscosa, esa. mujer objeto, esa ll}uj~ PEDAGOGO. (tlcercátadose a Clitenmesira.) Divina Clitemncs-
que es sólo un personajé de tragedia. (Pausa.) ¿Se P,uede matar a tnt: ha terminado mi misión. Ya tus hijos tienen manos propias.
un personaje de tragedia? ¿Se puede envenenar 'a una sombra? 'Y Yo parto. '
ella e.s ~Q<!9 esq ... (Pausa.) l\le tiene desesperada, no puedo CUTEMNESTRA. Pero, Pcda~ogo. Agu~rda. No te echo de mj
disfrutar mi. crimep tr;mqui.l~m«;nt,e. i\'!e' mira, y con esos
ca5<1. futa. es la casa de la alegria. ¿Y qué mejor cosa que la
bovil1os ojos que tiene me dice: "No te cargo de remordill)ient9,
aíegrla para un filósofo?
pero morirás como el muerto que· produjiste". rse toca el CUI!llo.)
He ahh:l motivo de esta pieza de plata. Sin embargo, no me cae PEDAGOGO. Si .a Ja, alegria la llaman, Electrn, convenido.
mal,"rne hace el cuelló más flexible. Pero O restes me aseguró que (Pausa.. ) Agamenón se fue ... Sc,van ahora sus criados; tus criadas
no moriré estrangulada. (Pausa.) ¡Ah, dulce sorpresa, te muerdo: se van; <)restes partirá; Egi~to aguarda para dC;Spedirse. Final-
Orcstes, Orestcs es cl·amldoto contra Elcctral ¿Cómo no habla mente, tú misma partirás.
caldo en ello? ¡Pues claro, la cosa es muy sencilla! Dejaré partir.
CLJTEMNESTRJ\. (Dolorosametate.) ¿Deberé partir, Pedago-
a O restes bajo una condición. ,¿Cuál? La muerte de. Electro. Pc~;o 1
¿he dicho que Ores tes partirá? Primero mi muerte. Prefiero ver a go?
Electra por todas partes. (1\!ira fijammte m direcei6n de las PEDÁGOGO. Si, porque este palacio va a llenarse con un fluido
colunmas.) nuevo que se.llaíná Elcctra. Todó aqcui sé cónvcrtir.i en Elécu:a.
Salen de las columnas cmtrales laS triadns de Clitemriestra. Le ¿Formarlas ~~ p;m~:: de ~ infinita multiplicación de Elecíra?
siguen los criados de tJgamcn6n. Después el Pedagogo; ·Cierra la CLITEMNESTRA. (Absorta en sus pmsamrmtos.) Una Ínfinita
marcha Egisto. La prin~ra actriz: negra llroa un ·espejo de mano; mulliplicación de Elccuns... Eso es: una infinita multiplicación
la segunda tm peine de plata¡ la tercera una mesita; la cuarta una de Electras... (Pausa.) Aqui todo es Electra. El colm: Eléctia; e)
bandeja de plata con una tajada de friltabómba. sonido Elci:tra, el Odio Electra, el i.lla Electra, la noche Elcctra~ la
CLITEMNESTRA. ¿Qué significa esta procesión? venganza .Electra, (Gritartdo erute sollows.) ¡Eiectrn, Electra,
Electro, Electra, Elcctrnl
l..a primera actriz negra. entr.ega, el espejo a. Clitemu~tra, la
segunda el peine, la tercera pone la mesita m el suelo, la cuarta PEDAGOGO. (ttlejándose.) Pronto·descansará.s de Electra.
coloca la bandeja sobre la mesa. CLn:tMNESTRA. (Anilelanie.) ¿Que acabas de decir?
CLITEMNESTRA.· ¿Qué significa todo esto? (Divisando a los PEDA'COGO"(Desde las columnas.) Que muy pronto descansa-
criados de t1gamen6n.) ¿Todav[a están bajo este tcch9? ¿Qué rás... (Sale.)
hace el mayordomo? ¡Ni un minuto más en mi casal
EGISTO. (Acercándose a Clitemnestra.) Clitemnestra P,la...
Las criadas empiezan a dar vueltas alrededor .de Clitemnestra.
CI.. ITEMNESTRA. ¿Tú también Egisto? 181
180 OXtEMNF..STRA. ,¿También me abandonan ustedes?
VIRCIUO Pl:'II!..RA
ELECTRA CARRJCO

ECISTO. (Cínico.)' Yo también, divina Clitemnema. No me· Sale Orestes cq_ut~lo.fptn_en(e, se tJC.erca. por la espalda de
conviene tu casa, no rile conviene tu dinero, tu casa es Elct:tra, Clir~mnc,s.tra y potze las mar~os en sus ojos.
Electra tu dinero. Esta casa cruje, amenaza volverse un re\'oltijo
de material Electra. Y yo, C)itemn~tra, no quieto perecer .CLITEMNESTR.A. (Critlmdo.) tElcctml
aplastado bajo un material -tan_ oscuro. '\'a sabes que rríe encinta
ORESTES. (Quitattdo las ma11os.) No, Orestes.
la ·ropa blanca.
Cl:.ITEMNESTRA. No, tú no eres Orestcs,,eres Elcctrn. Yo no
CLITEMNESTRA. Pero tienes manos de estrangulador, podrlas
soy Clltemnestra, soy Electro. ¿Ignoras que aqul: todo es EJectra?
librarme de ese oscuro ~~o. (Pa~a.) Si áC:abáste ton el padre
puedes acabar con la hija. Scilas entóri~ el dueño absoluto de O RESTES. Te veo muy nerviosa, Clitemnestril. Debes descan-
mi casa. sar.
ECISTO. (Ríe.) ¿Crees-que se puede estrangular· a un fluido? CLITEMNESTR:A. (Mirando d Ore.stes fijamente.) Voy a- creer
¿N~ cscuch~ste al Pedagogo? Prefiero irme. ¿No te vas tú? cruc estás en el j"uegp.
CLITEMNESTRA. (Furiosa.) Todo el mundo me dice que O RESTES. ¿Qué juego, CJ.it:emnestra?
parúré, y yo no he dispuesto tal viaje.
CLITEMNESTRA. Ese que dice que debo descansar... (Se mira
ECISTO. ¿Se.rá que vas a viajar contra tu voluntad? al espejo.} Después de todo puede que tengan razón. Ltizé:ó·un
CLITEMNESTRA. ~o lo hago todo según mi. voluntad. N,.o poco cansada. (Pone eí espe]o sobre ltí mesa.) Maiiari~ volveré a
~') •'

estar· esplénilida. (Porie él peine en la mesa~) ¡Áh, ·b'restes; los


) ' ' " ••• l 1 1 • ' • •

qui!!fo ese vtaJe. Wa~a.) ~n camb10, qt.ueró que supnmas a


Electra. objétós: .. l Jam,ás t~ enf~yúcs con cilos. Cuando los objetos se
oponen a los humanos son 'máS que fctbces qüc lqs !'Jiismp~
EClSTO. Electra no será suprimida. Mete bien eso. en tu. humanos'. ·
hermosa cábeza.
ORESTES. ¿Te·odian los objetos, Clite~_nestm Pla?
CLITEMN.ESTRA. (Dándole la espalda.) Está bien. Vete, Me
queda Orestes.. CLITEMNESTRA. Elcctra les ha ordenado odiarme. (Pausa.)
ECISTO. (Empieza a salir.) No·quisieJ':! yó éontai con Orest:es. ¿También les hnbro ordenado que me obliguen.a abandonar mi
propia .casa?
(Se detiene.) Escucha, Clitemn~tra Pla: soy egolsta, soy asesinó,
pero no deseo tu muerte. Guárdate de Orestes. ORES"f~. ¿¡\t>;mdqnar tu casa.,.?
CLITEMNESTRA. (F~riqsa.) ¡Vctel¡Miscrable difamador, vete CLITEMNESTRA. También dicen eso, dicen que·debo parút...
de esta casal Orestes es parte de m( t:nisma, es mi corazón, y estos
ojos, y estas manos. Si yo muriera, Orcstes morirl:i. O RESTES. ¿Sabes que soy el encargad~ de ,haterte pa'rúr?
ECISTO. Si as( lo piensas... (Sale.) CLITEMNESTRA. ¿Tú?
CLITEMNESTRA. (Mirando atentameme el peitte.) ¡Qué ho- ORESTES. S~, pero c;IÍsp~me_mos de bastante tiempo aún.
182: rrorl Peine Electro. (Pausa, mira el espejo.) Espejo Elcdro .. CLITEMNESTRA. (Horrorizada.) ¿Tú, pero tú mismo? ¡)83
~/

VIRGIIJO I'J~ERJ\ E~Cl'RA GARRJCO


1
ORESTES. Sf, }'O mismo. (Pausa.) Comerás tu fruta favorita. ORESTES. Ya :no es ,necesario tu ~nscntimiento. Prutir4
(Seria/a la frutabomba.) Confieso que en esto el tribunar ha después de tu viaje.
estado muy acertado, y parúrás hacia lo dcscon9cido. CLITEMN.ESTR.A. (Riendo.) Eres incansabl~. Orcstcs, con tus
CLITEMNF..sTRA. (Riendo.) ¡Ah, gracias, hijo mfq, gracias bromas. (Seria.) Pero más incansablt: es Electra con sus designios.
por alegrar a tu afligida madre con humoradas tan deliciosas! TÓ sabes... (Se interrumpe, se por~e las manos eh la frente.)Todo
(Pausa.) ¡Y qué distrafdacsoyl He mirado la mc5a y no he visto la me da 'vueltas... Se me va la cabet.a ... Debe ser el calor... Sí, ha)'
mata .. ¿Quién puso esa .margnrrica tajada ahf? ¿Tú, Orcstes? mucho calor, aun nqul en el portal (Pausó.) T~ decía qüc
Efcctra es incansable en sus designios, me pcrsis.ue... (Pawa,
OJ~ESTES. La unjo una de tus criadas. La compré én la calle. habla con esfuerw,.) ¡Qué extraño, me zumban los oídos.... (S~
Pesa diez libras. ¿No es de un color deslumbrante? aprieta el vientre.) Ahorn el citómago... Te decl~, Orcstcs:·· (S~
interrumpe sofocada.) Podrías estrangularla fáalmentc. Ella es
CLITEMNESTRA. Sf, sic un glorioso color. (Coge lajrutabom-
como la mu~:hncl\a· ele Marsella... (P(Jusa.) ¡t\}·, es en el cstóma·
ba y la observa.) Es de pureza tan absoluta, .que nada. malo pue(Je
go.. .l no puedo conúnuar... Me voy a la cama ... (Se aleja.)
haber en su delicada pulpa. (Empit!Za a comerla.) ¡Soberbia!
Mañana conúnuaremos discutiendo este asunto... (Pausa.) Pero
(Llorosa.) F.stoy muy quejosa de Electra. (Pausa.) Es dé un sabor
no me mires asf, soy tu madre... Me siento morir... Te rcpeúa,
exquisito... Gracias, Ores tes, por este obsequio supremp. (Pausa,
por milésima vez, que Electra... (Pausa, llega a .las_ columnas
.llorosa.) Electra, sabes, es la causa. de. tcqos los males. de este centrales.) Te decfa que Elcctra proyecta supnmarme... (De
hogar... (Rfe.).¿'Í dices que pesa diez libras? (Pausa, de nu~o pronto se encuentra con Electra !lue se apoya en la columa d~l
llorosa.) Escucha, 110 te lo qucria decir. pero me han amenazado ..,. centro. Clilemnestra cae a sus p1es. Electra le echa el chal TOJO
. de mu.e,-re .. (Pausa.) ¡~lagnifia~ fruta, Orcs~esl (Pausa.) }lizo sobre la cab~.)
asesinar, sf, hizo nsesirar a tu pa,<Ire. (Pausa, histérica.)' ¡Y ahqra,
Orestes, intenta asesinarme! (Deja caer la tajada y se echa e~ los ELECTRA. (Con ferocidad.) ¡Ya estás suprimida, Clitemnestra
brazos de Orestes.) Plal
O RESTES. (La aparta suavemente.) Nada temas, CÍitemnestra CLITEl\INESTRA. (Dando un grito ahogado.) ¡Electral (Se
Pla, antes que :Eicctrn pueda poner en ejecución sus sombríos arrastra hasta colocarse detrás de la.s columnas de tal modo que
proyectos, estarás muy lejos de su alcan'cc, te lo aseguro. s6lo se ve su cabeza tapada con el chal.)
CLITEMNESTRA. ¿Cómo, hijo núo? ELEC:fRA. (Aproximándose a Orestes qu.e se ma!'ti~ne rígido.)
¡Una cuestión sanitaria! ¡Una mera cucsuón samta.nal
ORESTES. Yo te pondré a saivo. ¿No soy el encargado de
hacerte partir? ORES'fES. ¿Qué debo hacer, Elcctra?
CUTEMNESTRA:. Oye: si asesinas a tu hermana consentiré esa ELECTRA. ¡Partirl (Serlalando la punta que está cerrada.) He
partida que deseas tanto. ahí tu puerta de partir. (l.lnJando a Orestes junto a la puerta.)
Siempre se debe partir... {t1briendo la puerta, por .la que enl!a
ORESTES. ¿Pedir yo tu partida, Clitemncstrn? una viva claridad.) 1Vamos! (Con alegria trág1ca.) 1Parur,
CU1J~MN~TRA. No, la tuya. La que me pides desde hace Orestcs partir! (Orestcs sale, Electra vuelve a cerrar la puerta. Se
184 tanto tiempo. tmfrenl~ a la otra pun-ta.) He ahf mi puerta, la PU?"ta de no 185
VIRGIUO PIRERA

partir; ¡La puertá mcctrnl (Camina al centro dt: la eSCt:l14. Mira


atentamente a lo alto.) ¿Y esas Erinnias? No las veo, no acuden.
¡.Vamos, acudid! (Rit:.) No, no hay Erinnj<\S, n9 Jrny.
remordimientos. Yo esperaba ·un batir de alas ... No. ha)' ¡¡ll;ls
porque no :hay E.rinnias. (Pausa.) Ha)' esta puerta, la puerta
Elccua. No abre ningún camino, tampoco lo cierra. ¡Con.Siücrad,
inexistemes Erinnlas, In poderosa realidad de esta puerta! No os CARLOS FELIPE
alegréis, incxist~llles Erinnias, no sois vosomts_ ese na mor que yo
sól9 percibo. ~1 rum9r Electra, el ruido Electra, el truerio
Elcctta, el true,no El.ectra... (Sale ,por la puerta y la cierra
pesadament~.) ·

RÉQUIEI\JI POR YARJNI

También podría gustarte