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Ectoplasma

una antología
de poesía
mendocina
contemporánea

Ediciones
Del Gorila
Agosto 2020
Mendoza, Argentina

Este artefacto queda totalmente liberado al frenesí de quien lo lea,


quienes editan sus libros en esta editorial no tienen derechos.
Reprodúzcase, contrabandéese o abórtese cuantas veces sea necesario.

Ediciones del Gorila


edicionesdelgorila@gmail.com

URL: t.ly/a2QC
Antología de poesía a mendoza
ante mendoza
bajo mendoza
cabe mendoza
con mendoza
contra mendoza
de mendoza
desde mendoza
durante mendoza
en mendoza
entre mendoza
hacia mendoza
hasta mendoza
mediante mendoza
para mendoza
por mendoza
según mendoza
sin mendoza
so mendoza
sobre mendoza
tras mendoza
versus mendoza
vía mendoza
una antología de poesía mendocina.
Prólogo

Hace unos meses leíamos en un prólogo: un prólogo es una


puerta de entrada. Un prólogo que habla sobre qué es un
prólogo y escrito por las personas que eligieron los textos es,
como mínimo, lamentable. Y nosotros que, bueno, en la de-
sesperación retórica de no caer en el lugar común, no hare-
mos otra cosa que caer.
Esta es una antología asimétrica, caótica, un poco despro-
lija, guiada por un deseo caprichoso y por nuestras innega-
bles limitaciones de perspectiva. Trató de no ser un club de
amigos iniciados por las musas en una manera particular y
endogámica de hacer poesía; trató de no ser un recorte ge-
neracional dudoso —¿Qué es lo contemporáneo? ¿Se escribe
poesía joven si se tiene menos de 30 años? ¿Existe la poesía
joven? A estas preguntas la respuesta es: qué sé yo—; trató
de no ensimismarse con la idea inexistente de lo mendoci-
no (usado como excusa y riesgo; el criterio podría haber sido
cualquiera: ¿poetas beisbolistas?); tratará de no delimitar
ningún rancio canon. Trató, tratará y no hará más que tratar.
Frente a la necesidad de que esto no sea un pegote de tex-
tos más, determinado por la soberbia y el criterio de unos
pocos, es que la antología va a tener, además de esta, una
versión editable en línea. Para que todas las personas que de-
seen intervenirla puedan hacerlo. En un tiempo volveremos a
ver qué pasó, a ver si hay intenciones de construir algo colec-
tivo, lúdico, de dialogar; o si simplemente, no. La isla propia
cada uno la conoce: escribe y lee para su círculo inmediato;
para lo que sabe que, más o menos, anda: casi siempre las
mismas palabras, el mismo tono, la misma tranquilidad fren-
te a la caricia en el lomo. Es entendible: hay que sobrevivir en
una época de ansiedad y cantidad de seguidores.
En fin, cuando uno se pone a bajar línea es momento de ir
terminando. No queremos ocupar mucho espacio, ni quere-
mos que este “prólogo” determine ningún recorrido de lectura.
Hagan lo que quieran con esta antología. Nosotros recomen-
damos destruirla, que no salga bien parada, que no sea un:
mirá mamá, me publicaron.
La redacción de este comité imaginario está abierta todo el
año. Pasen cuando quieran.

EDICIONES DEL GORILA


Este código lleva a una carpeta en la que
se encuentra esta versión de la antología
junto con un documento editable. La invita-
ción es para que este texto sea intervenido.

URL: t.ly/qWBI
Abandonar toda esperanza,
ustedes que entran.
Índice
Prólogo 5
Débora Benacot 10
Alfredo Marón 16
Rainer Hals 21
Gustavo Zonana 23
Soledad Muñoz 28
Agustina Randis 33
Andrea Marone 38
Sabrina Usach 44
Manuela Interlandi 48
Vera Jereb 53
Florencia Tucci 56
Darío Zangrandi 60
Gastón Ortíz Bandes 63
Claudio Rosales 71
Luciana García 81
Leandro Poquet 83
Gregorio Linares Rodríguez 91
Carla Prado 97
Carla Ferrer 101
Tobías Jorge 105
Andrés de la Rosa 109
Ana Suárez 114
Melissa Carrasco 117
Natalí Arias 126
Román Astorga 128
Colectivo Write Like a Girl 130
Eliana Drajer 134
Epílogo 137
Débora Benacot

Débora Benacot (Mendoza, 1976). Ha publicado los libros Ácaros al sol


(Fundíbulo Ediciones, 2011), Pirsin (Premio Literario Vendimia, Ediciones
Culturales de Mendoza, 2012), Texturas (X Certamen Literario Provincial
Eduardo Gregorio 2016), En las fotos todavía corre el viento (Fundíbulo
Ediciones, 2017), La esperatriz (elandamio ediciones, 2018) [poesía] y Es-
crito en un grano de arroz (2014) [microficciones].
Como integrante de la Cofradía del Cuento Corto (Triple C) ha participado
en publicaciones colectivas: Con la literatura no se juega (2013) y Beber
para contarla; cosecha tardía (Macedonia Ediciones, 2017). Sus textos
han aparecido en revistas nacionales e internacionales, además de diversas
antologías. Fue traducida al francés en el marco de Lectures d’ailleurs y ac-
tualmente al inglés, por la poeta Margaret Young.
Es mentira que un escritor
que se precie
deba fumar
beber alcohol con frecuencia
posar frente a su biblioteca
mientras acaricia un gato.

Es una quimera
una campaña del mercadeo
cultural más bajo
que han inventado
y sostenido exitosamente
por años

Tabacaleras
destilerías
libreros
y descendientes de egipcios.

11
Prendo la hornalla
pongo la yerba en el mate
mientras espero que el agua
empiece a temblar

me gustan las cosas


que requieren tiempo, paciencia
y fuego

son demasiados los atajos


de la vida posmoderna
y ya cansa un poco lo instantáneo.

Es casi una declaración de principios:


no tengo pava eléctrica

elijo no tenerla.

12
Piedra

Me pregunto si la carne se entrega sin más o se resiste


y en ese caso, cuánto tarda la piel
en darse por vencida

si duele más al fin o en el principio


si el alma aniquila su latir
o sostiene tenaz alguna esperanza inútil

si las llagas alcanzan a tajear las ideas


si la tela que cubre ese cuerpo
también era culpable

cuánto puede un organismo jugar esta payana


antes de desangrarse por completo

quién designa la cohorte de verdugos


cómo orquestan la secuencia de cada lanzamiento

si odio y honor
no estarán hechos, acaso, de la misma sustancia

me intriga conocer la forma apropiada de la piedra


y sobre todo
quién habrá sido ese ser tan puro
que tuvo el descaro de tomar la primera
y arrojarla.

13
Mensa viruso

El juego es que no pienses en el juego


el poema es que no hables del poema

pero ahí estás de nuevo


pensando y escribiendo
jugás a resbalarte en las palabras
partís en dos la lengua
soplás más fuerte en mitad del incendio

¿no hacemos eso siempre?


ratón en la ruedita
corriendo hacia la nada
con la tenacidad de un niño
que cuenta en la playa
los granos de la arena.

El juego es que no pienses, no escribas


el juego es que no hables del poema

el poema es que entiendas el silencio


el poema es que no escribas el poema

no has llegado
ni llegarás
ni siquiera podrás asomarte

la victoria no sabe tu nombre

otra vez has perdido.

14
Memento

Si despertás otra vez / siendo nena / y viene una


señora / que dice ser / tu yo del futuro / no la
dejés / seguir hablando // sacale la lengua / y
después / sacale la lengua / de nuevo / pero esta
vez / con un cuchillo / o alguna herramienta /
de buen filo // y si sos / esa señora / que llega
atontada / por el jet lag de un viaje / en el
tiempo / no le hagás caso / a esa nena que se
parece mucho a vos / cuando eras chica // no
confíes / en que es inofensiva / corré mientras
se pueda / no creas sus mentiras.

15
Alfredo Marón

Alfredo Marón (San Martín, Mendoza, 1980). Artista visual, poeta, in-
tegrante de Muerde la Letra en Mendoza, cofundador de ANTENA POLAR
espacio de producción artística, abogado.
48,8 por ciento de desempleo
48,8 por ciento de desocupación
48,8 por ciento de
inflación y deuda externa
El alma pesa 48,8 gramos/m2
Como el papel prensa.

Nº1

El señor actúa
De forma misteriosa
Lejos de aquí
Fuera de esta Tierra
Inalcanzable
Intocable
OF SHORE.

17
1

Extraña es la pasión
Que irrumpe del canto
Desesperado
loco
romántico y tierno
Que estalla brota y al salir se decepciona
buscando un orden
El porqué
un equilibrio
La pasión nace pura
Y después
Roza la piel
La seda
El oro
Y se evapora
Como el perfecto sudor
Entre dos canciones
De Leo Mattioli.

18
2

PENSAMIENTOS DE UN FOSFORO SOBRE LA MESADA DE


LA COCINA

Un fósforo rojo de madera permanece


quieto como el tronco seco
de un árbol caído sobre la mesada de la cocina
como un cadáver sin pies ni manos
pero con vida
Pude decirse que así como está
Inmóvil recto con todo el peso del mundo

sobre su cuerpo
el ser alcanzó su limite
Él es todo su universo recostado mirando al cielo
Y piensa que un día
alguien podría encenderlo
y el rojo compacto estallará en llamas
tan diferentes unas de otras tan cambiantes
tan inestables sus movimientos
que de una vida en reposo
pronto será muerte
mientras
habrá luz acción temblor carcajadas
y llanto
desintegrará las sombras que lo persiguen
la noche dejará de acariciar sus costados
pero su luz su explosión
lo será todo
un instante muy corto quizás
después solo quedará un cuerpo enroscado
tiznado
y sus restos esparcidos sobre la mesada
El fósforo piensa y no deja de pensar
19
sigue ahí
recostado en la mesada de la cocina mirando hacia arriba
siendo quien él cree que es
y en potencia
quien podría ser.

(02:00 de la mañana, 17/04/2018)

Ser popular
y extravagante
Todo junto /a la vez
Esa es la cuestión
Como el champú Suave
de arándanos y té rojo

20
Rainer Hals

Rainer Hals (Münster, Renania del Norte-Westfalia 2000). Última vez


visto en Panquehua, Las Heras, en 2018. En una breve semblanza del autor
puede leerse: “cuando nuestro amigo llegó a la mayoría de edad, su madre,
Uta Trockenbeerenauslese, le regaló un pasaje para que conociese la región
montañosa de este país, es decir, Mendoza. El entusiasmo que profirió este
suceso en el ánimo del joven-adulto Hals no puede medirse; por fin iba a
poder conocer esa tierra en la cual el vino fluye por las cañerías de las ca-
sas y, en épocas de bonanza y calor, es materia de los ejercicios de ‘challa’
entre sus ciudadanos. El tema es que nuestro aventurado amigo se quedó
dormido y tuvo que bajarse ‘de prepo’ en el departamento de Las Heras;
aquella boutade lo instalaría más de lo que hubiese añorado en estos com-
plejos lares. No obstante, perdido en esa comuna que recuerda lo peor que
tienen los Balcanes y la India, se percató de que se trataba de la patria de
las panaderías; allí encontraría su refugio y su fortaleza espiritual. Decidió
instalarse como ayudante de panadero en una pequeña boulangerie de la
calle San Miguel, en la city lasherina. Su madre lo había hecho entrar en ese
magnífico mundo mostrándole videos del canal El Gourmet, específicamente
en un show en el que dos franceses (Bruno Guillot y Olivier Hanocq) hacían
de las suyas. En aquellas largas tardes frente al televisor, Rainer aprendería
a amasar los mejores Mitronettes de las sierras cordobesas; ni hablar de las
competencias que sostenían con Uta por lograr la noble esponjosidad de una
Brioche, comme il faut”.
Tomar distancia

Tiene veinte-
luego pensé que le falta vivir toda su vida
de nuevo;
a mí en cambio sólo me queda un tercio
para llegar a los cuarenta.
Es interesante lo que ocurre
cuando analizamos las cosas
bajo cierto rigor matemático.

A twitter is a twitter is a twitter is a twitter

Capaz de una hazaña desdentada


de engolada fuerza evanescente
traza un mensaje indiferente
a conciencias levemente inmoderadas.
Red veloz y artera
sintomática del tiempo,
el nuestro por supuesto
pero también de cualquiera.
A falta ya de caracteres
me despido, seres.

22
Gustavo Zonana

Gustavo Zonana (Mendoza, 1963). Profesor en la Facultad de Filosofía


y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Ha participado como jurado en
el certamen “Vendimia” de poesía. Ha publicado en las revistas Hablar de
Poesía, Fénix. Poesía - Crítica y Gramma. Ha publicado Síndrome (El Anda-
mio, 2016), Series (El Andamio, 2017) y Sueños Emblemas (Ediciones Luna
Roja, 2019).
Ridículo
He pensado
– últimamente se me da por pensar ridiculeces –
cómo se puede,
después de haber caminado siete mil trescientos setenta y
ocho kilómetros,
hablar.

Decir, por ejemplo,


civilizadamente
“buen día”,
disimulando el agujerito en la media,
en el estómago,
en la memoria.

24

…through the looking glass

En un momento,
– apenas el tiempo imperceptible de un guiño involuntario –
una ramita seca
se cae
un aire entra por la ventana
un conejo, asustado, cruza el jardín
y se atraviesa el espejo.

Desde el otro lado


se ve
(uno se ve)
raro:
el señor que empuja una silla de ruedas
la señora que narra con detalle los pasos a seguir
la abuela que escucha con atención las indicaciones de la
/fonoaudióloga
el chofer de los lunes a las siete de la tarde.

Algo,
la costumbre tal vez,
ha dejado estas voces en sordina,
sin dramatismo,
posiblemente,
con el solo aliento
saludable
de la resignación
o incluso,
se podría pensar,
desde el lugar heroico de las convicciones,

25
con la aceptación
muda
del propio destino.

Y así,
se ha vivido
se vive
naturalmente,
se podría decir.

Desde el otro lado del espejo


parece
que algo suena mal
o un color sobresale
y distorsiona la escena.

El que mira
(quise decir uno)
se reconoce y desconoce
porque la herida
(la de uno, ¿se entiende?)
se abre nuevamente
y al edificio inexpugnable de argumentos
se le cae una carta de abajo.

Eventualmente,
se vuelve a guiñar
y uno (es obvio)

regresa
al otro lado
al lado
que corresponde.

26
cv abreviado

Tiene una manera un poco rara de expresarse, cuyos


efectos son imprevisibles. Por ejemplo, en vez de decir “pe-
lotudo de mierda”, dice “problema estructural”.

Apuntes encontrados en un cuaderno apócrifo


de Amanda K. Coomaraswamy (1877 –1947)

En el inicio del Génesis, Dios enumera las criaturas del


primero al sexto día y en el séptimo descansa. En el segun-
do canto de la Ilíada, Homero pasa revista a las naves de
Grecia para vencer a Troya. Las listas seducen. Dan forma
al tiempo y al espacio. (Esbozo estos apuntes y repaso mi
agenda de hoy, antes de ir al museo…)

Soy mi lista
y las listas que heredé de mis padres
y las listas que imagino
y las listas que escribo con quienes convivo
y las que entregaré a mi descendencia.

27
Soledad Muñoz

Soledad Muñoz (Mendoza, 1979). Nací en Mendoza en enero de 1979.


En el 2012 publiqué de manera independiente el libro de poemas Movimien-
tos; en el 2014, la plaqueta Veinte y una velocidades (Proyecto Editorial
Itinerante), también participé en la antología Lo oscuro trabaja (Carbónico
Ediciones 2015). En el 2017, el libro de poemas Desplazamientos (Colec-
ción Parcial III, Babeuf). He participado de diversas lecturas en Mendoza,
Córdoba, Rosario y Chile. Actualmente publico en fanzines.
En la siesta

aparecen
las mejores imágenes
de todas las ideas olvidadas
salgo en la bici
en el tiempo de descanso
del trabajo
a dar una vuelta
por las calles
empedradas
de Perdriel
adentro
todos están en sus casas
almorzando quizás
un puchero
o hablando
o mirando
algún programa de TV
y los niños chillan
yo los escucho
desde afuera
el volumen está alto
la calle está silenciosa
mientras pedaleo
silbando por lo bajo una canción
que nadie conoce
porque los espacios
se hacen largos
y las nubes
flotan errantes
y los pájaros
hacen más grandes sus nidos
entonces paro un rato

29
contemplando el cielo
y me siento en un banco
frente a unas viñas
a esperar que el momento llegue
la tibieza del sol acaricia mis manos
sosteniendo la calma
de esa mansa siesta
y entonces un niño llora
probablemente
no quiere comer
y su cara esté pegoteada
de comida que no le gustó
tomo un sorbo de agua
lo retengo en mi boca
y vuelvo a pedalear
todavía queda un espacio de tiempo
entre vos y yo
acaso para seguir
pedaleo lento
acaso para no llegar
pedaleo lento
y pienso en los trabajadores
que continúan su jornada
como yo
que en mi tiempo de descanso
busco una imagen
que me estremezca
y las retroexcavadoras
no paran
la tierra
se ve húmeda
removida hasta lo más profundo
y el silencio del comienzo
se desvanece cuando me acerco
a lo más oscuro
de esa tierra
de ese recuerdo
y mi cuerpo vibra
y me paro sobre los pedales
que también tiemblan
empujando suave lento

30
los motores se escuchan
cada vez más bajos
un hombre cruza el alambrado
un niño junto a un naranjo
parado está
y espera a su madre
con una pelota en la mano
dos vecinas se han sentado en
la puerta a tomar coca cola
bajo el sol
de este invierno amarillo
y pienso en que todo podría ser
más sencillo
en la vida de cada uno
en mi espera
en mis gestos
como ese niño
que ata con paciencia
los cordones de sus zapatillas
y me dice hola
y siento
cómo un aire fresco
atraviesa mi cuerpo
y me conmueve
por la calle de la plaza
hay una casa color rosa
con malvones en la entrada
un perro duerme junto a la puerta
otro perro
levanta la pata
en el último árbol
que olió
y ladra a las ruedas de
las bicis de unas niñas que cruzan
y yo me quedo
debajo del cielo
mirando las nubes
bajo el cambio
la bajada es suave
la pedaleada lenta
el viento apenas se siente

31
helar mis dedos
el viento apenas mueve
las últimas hojas
y pienso
en el chico que me gusta
y su campera de cuero
en sus ojos negros
desparramándose
por mi espalda
y cuando pienso en eso
parada frente a la escuela
en el chico que me gusta
y su campera de cuero
siento que
no hay nada más bonito
que la siesta
y sus efectos
permanecer en silencio
bajo este sol salvaje
bajo la grandeza
de esta naturaleza
con sus casas
sus familias
sus perros
sus maestras
vuelvo al trabajo
de regreso
pedaleando lento
cantando bajito
una canción que nadie conoce.

32
Agustina Randis

Agustina Randis (Mendoza, 1986). Ingeniera en Recursos Naturales. Ac-


tivista, ecofeminista, escritora y buscavida. Ha publicado varios libros que
reverberan por ahí. Actualmente migrante en Valencia (España), donde entre
otras cosas, hace radio.
¿Qué tiene la noche oculta del sol?

caminamos con la Ale


por la Patricias
bajamos
y entramos a un bar
es martes
no está ni el gato
tenemos sed
que no saciaremos
con ningún trago
igual tomamos
para ver qué onda
y picamos algo
una ensalada con un condimento raro
el mozo-dueño
nos conversa
como si le interesaran
los libros que dejamos en la mesa
pero lo que quiere
es levantarse a la Ale
que es linda aunque sombría
me dice que la cambié
por el Claudio
cuando le digo que me voy
se me pasa el último bondi
-no es eso boluda
la noche no da para más
me tomo el 87 y mando un sms:
andá a buscarme a la parada amore
prefiero tenerlo adentro
gemir
sacarme la sed.

34
Directamente proporcional

a mayor cantidad de palabras


sos más groso

la poesía aún se lee


con pensamiento gótico

escribir poesía es fácil


lo mojado se oscurece

antes
la noche extraordinaria

¿repetir ad infinitum?
dejar claro tres puntos

aplicar una lógica


lo que está en juego

es cómo se usa el lenguaje


estructura y ruptura

reconocimiento y ostracismo
personajes incómodos

pisar las grandes obras


nadie se acuerda
de carlo gozzi y carlos goldoni

guglealo
aparecen con
peluca.

35
Críticos

desea que el esposo muera


dios castiga esos pensamientos
el año nuevo no está marcado
por ningún cambio
los gregorianos son superficiales
la deformación no es superficial
despertarse a las 5 am cada madrugada
y pensar
esos pensamientos dios los castiga
el pájaro que canta a las 6 de la mañana
es un gallo urbano
la vida es fragmentaria
no se puede argumentar cada cosa
algunos pensamientos
son fragmentarios
la poesía es fragmentaria
dios va a castigar la pereza lectora
la pereza lectora no es
de buen poeta
sentir no es de poeta
hay que leer y leer
aunque nadie diga nada y
no se encuentre nada
aunque muchos sean insuperables
aunque todos lo sean
aunque sean repetitivos
y sean buenos y sean malos
y sean viejos
y sean tan jóvenes
y vayan a morir
tan rápido
y sean tan automáticos

36
y sean máquinas de escribir
que usan máquinas de escribir
eso si es de poeta
escribir en el celular
no es de poeta
el teclado es un problema
decir algunas cosas
cortar las frases y ponerlas
sin más en un libro
y hacer copias
dios castigará estos actos
dios no escribe poesía
los críticos de poesía
seguro no escriben poesía
no se debería hablar
de los críticos
que los críticos
coman en restoranes y eso
críticos
¿quién inventó a los críticos?

37
Andrea Marone

Andrea Marone (Mendoza, 1994). Vive en Buenos Aires y estudia Li-


cenciatura en Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes.
Estudió Licenciatura en Letras en la UNCuyo. Publicó Vampirización del
ego (Mar Adentro, 2017) y el fanzin La conspiración de los damascos
(2020). Recita regularmente en ciclos de poesía. Antologada en Cuerpos Ur-
gentes, Vote Poesía (Grito Manso), Cuchillos afilados en la plaza (Es-
pejo de mundo), Lo oscuro trabaja (Carbónico ediciones), La mirada del
cóndor (Ediciones culturales), Juntadxs 2018 (Baldíos en la lengua), El
café de los encuentros (Dunken). Participó de las revistas: Revista Ophelia,
Mienten Mucho, Palabras Macabras, Revista Panero, Revista Zero, diario El
Otro, El viajero Indeciso, Revista Vómito, Liberoamérica. En la plataforma de
Más Poesía, la revista mexicana Tercera Vía, la revista de Costa Rica, “más
allá de la cortina”. Asistió al Slam Federal en la ciudad de Rosario (2015),
al Festival La Juntada en la ciudad de Buenos Aires (2018), al Primer Con-
trafestival de Literatura y otras Artes en la ciudad de Mendoza (2019), al
Festival Letras con Arena en Chile (2020). Representante del Slam poético
Mendoza en Slam Argentina (2020). Actualmente lleva adelante un proyecto
de difusión de poetas en formato fanzine y coordina Postales Federales.
Editora del dossier El jardín de Ophelia de la Revista Ophelia.
La conspiración de los damáscos

Las cortinas deslizándose


por las tangentes tibias
amanece la luz de otoño
en casa
el cajón de damascos
está sobre la mesa
tan pelusita la piel
que antes de pelar

los pienso
sin desmenuzar la cáscara
los cortes como cintas
limpia va saliendo
endulza mis manos

cuchillo de cincel cubista

donde más profundo es el corte


mana de la pulpa
un enjambre de flores
zumba con sus pétalos
hasta el dolor dulce

calma mi plexo solar

fibras de carne natal masticando el cascarón.

39
En la olla mamá revuelve
la espesura sube
un hilo de sabia
desprendido de mi nuca
hasta el núcleo
de un sol
las fibras de almíbar
enhebrando el cosmos
salen del fruto
hirviente
es el punto
la ebullición
entre el jugo y la cáscara
sostengo el cucharón de madera
pienso sobrevivir al invierno
los cuises han cavado
sus madrigueras
hay ramas
en el hornero
mientras se deshojan
los árboles
y en casa la gotera
se agranda
cada día
un poquito más
como diciendo
es hora de
es hora de
sigo revuelvo insisto
damasco azúcar
azúcar damasco
con el cucharón

40
va trasmutando
el brebaje naranja
amarillo por momentos
rojo fértil
de herida abierta
algunos núcleos
aun sin disolverse
están sumergidos
en la miel
dales tiempo
agarran
con el movimiento
un dulce sabor a infinito.

41
Tras saborear el dulce todavía tibio
entro en trance soy poseída
en mis párpados cerrados
conspiran las flores por nacernos
hablan con la trayectoria del caer de sus pétalos,
fértiles por saldar la herida
ensayan partos mudos
su semilla engrosada con el barro
todavía se fragmenta entre las raíces
cascarón de huevo,
es que hay un dolor silencioso
desde donde ocurre lo vivo
y agonizan hojas tallos
conjuran cantos para alivianar la quemazón
cae la melodía que es agua espesa
entre las piedras del arroyo
cae cada nota por mi sumergida piel de manzana.
Bebe del río y remonta la calandria
su vuelo repite una coreografía
que es un himno de la vida nacida a la intemperie
el ritmo es invisible
dibuja en el cielo figuras trágicas
bocanada de piedad que consigue sublimar
el equilibrio frágil del instante irrepetible.

42
Siento el peso del lenguaje
enhebrándose entre mis huesos
en un rito quisiera deshacer mi cuerpo
convertirlo en fibra vegetal
y ser un árbol
subiendo es músculo
por la fértil acidez del cerámico

en un rito quisiera que la naturaleza


implosione desde mi
hasta derrumbar edificios
con los troncos las ramas
de las acacias los álamos
ladrillo a ladrillo
descortezándose
con la presión del choque

y que el mundo expulse


al jardinero
que en cada cepa
hunde las tijeras
podando hasta el anhelo
para que el brote no transforme
sea de otro el ciclo natural.

43
Sabrina Usach

Sabrina Usach (Mendoza, 1985). Profesora Especialista en Escritura y


Literatura. Coordinó La Juntada- Festival Internacional de Poesía Joven, las
Olimpíadas Colegiales de Poesía y el Café Literario Último Infierno (APOA,
en el período 2016-2018). Participó en el IV Festival Internacional de Poesía
de la Ciudad de México (2015), en el VI Festival de Poesía Contemporánea
Sumergible (Jujuy, Argentina, 2017), en el I Festival Internacional de Poesía
Joven “Jauría de palabras” (Sta. Cruz de la Sierra, Bolivia, 2019) y en el
XIV FIP- Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires (CABA, Argentina,
2019). Fue invitada por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)
a la XXVII Feria Internacional del Libro de la Provincia de Las Tunas (Cuba,
2018). Publicó Versos para beber hasta (edición autogestiva, 2012), Mue-
cas de una voz pájara (Baldíos en la Lengua, 2015) y Magnética (Edicio-
nes Culturales Mendoza, 2018). Es correctora de la editorial independiente
Baldíos en la Lengua y coordina junto a la sanjuanina Lilia Parisí “Cordillera,
ciclo de poesía”, en la Provincia de Buenos Aires.
Concepto de sopa (magnética)

la sopa que la lengua tibiamente se traga


es la casona renegrida de años
son los restos de apio papa cebolla
y zanahoria disecados en las orillas
de azulejos zócalos tenedores
o de esos platos de porcelana
con dibujos perfectos
son los centavos juntados con suerte
es el fiado el después se lo pago
es la olla gigante revuelta con ansias
con amor con ganas es esperar
el llamado a la mesa y dejar la payana
es lavarse las manos
el cuidado con el cólera
es mirar a la hermana
y seguir jugando
es agradecer
saborear la verdura
sacar la hilacha de apio
porque no me gusta
es meter la cuchara
en el medio de la vida y saber
que este vapor dulzón
que me calienta la ñata
se va se diluye
en formas raras
y no vuelve

45
Inédtos

*
ruidos en el techo de la casa a la intemperie
del barrio del desierto que significaba nunca
estar segurxs que corríamos peligro
que hagan silencio que la próxima vez inventen
una contraseña como afuera cantan pájaros de frío
para no levantar la perdiz y a meterse al dormitorio
esa era quizá tu única ocupación: hacernos sobrevivir
a la sequedad de las huellas sordas de enemigxs
más hambrientos aún que nosotrxs pero igual
la 9mm entre tus manos anchas y firmes
el track track del cargador las estampidas a quemarropa
directas al cielo entreverado en el ramaje de los álamos
la prolongación del sonido en las noches -en esta noche-
mi sueño cumplido de tomarla un día porque había que
/saber
en caso de apuro que a pesar del silbido del viento
acá adentro siguen cantando pájaros de frío y creo
que vos también me imaginaste grande y lejos
mientras la guardabas y apretabas la mandíbula
como masticando pólvora -digo yo tu humilde gesto de
/sola-

46
*
¿miraste una sala turbia gorriones sobrevolando
las ventanas de cualquier hospital y pensaste
también estoy atardeciendo?
quisiera saber si alguna vez cerraste los ojos
después de un golpe y declinó el anaranjado
en tu retina profunda ¿viste que no es vano
el intento de encontrar la luz? de reverso adentro
quedará un vestigio donde acalorarnos las entrañas
no importa si el gorjeo de aquellos pájaros
-los últimos del día- griten que tu piel recién remendada
es signo de la parte que te faltará siempre
seguí tendida y escuchá la música del jardín interno
¿te diste cuenta? nutrirás un pedacito
de barro que pisarán otros talones pero antes
tocate la cara la blandura de los párpados
la boca templada podrás palpar también
las palabras que tus muertos se llevaron
meter las manos en ese río y derramarlas ahí
en el hueco desnudo de tu cuerpo

47
Manuela Interlandi

Manuela Interlandi (Mendoza, 1998). Trans no binarie. Ha publicado


dos poemarios de libre acceso en Issuu La destrucción de las casas en
2017 y Miedo a la velocidad en 2019. Participa en espacios de construcción
colectiva (Colectiva PAP, Slam Poético, Contrafestival, Mutancia).
I

Les contaremos como crecían las flores


La fundición encadenada del invierno al verano
Esa desconocida transición extinta
Irreproducible
Donde no quemaba ni el sol ni el frío
Donde las flores crecían en exteriores
Estaremos rendidxs ante la belleza abismal de los invena-
/deros
Los jardines serán
La unión vecinal marchita en la que mi papá jugaba de
/niño y no hacía falta encadenar la
bici o volver antes de la noche a casa.

49
II
Poema para el cerezo de un jardín

Busque mi nombre en los avisos fúnebres


Porque es domingo
Y hay diario
Porque visité a mi papá el tiempo justo para no odiarlo
En esos cinco minutos que lo mire
Y me dijo lo feo que tenía el pelo
Me acordé de cómo luce la soledad
De ese diálogo tan monologado
De esos ojos secos
Del olor a perro mojado que se queda del lado de afuera
/aunque llueva

Tenía que escribir sobre la soledad


Y vi medallas de torneos ganados en clubes barriales en
/los 90s
La grasa de la fuente donde hubo un cadáver de animal
El televisor de pantalla plana sobre dos mesas de un bar
/de mi abuelo muerto desconocido

Esa casa que albergó mi infancia


Y tantos golpes
Esa casa a la que caí después de afters a almorzar cuan-
/do me había pasado toda la noche
meta tarjeta y baño
Y ahora cómo borro los nudillos que me marcaron la piel
Y ahora le niego a mi cuello la cruz
Y ahora dejo
Que esa mano me acaricie

A veces creo
Que he perdido la ternura
El gesto
50
A veces lloro
Porque
Llueve
Y sé que no se nota tanto

A veces quisiera
Destruir cada casa que urbaniza mi memoria
Aunque me atrase el sueño
Pensar si la vegetación
Ya cubrió esos barrios fantasmas
En donde antes había
Cemento
Y ahora me gustaría creer
Que hay matas
sobre la play station.

51
III

Yo quería unas manos que limpien las heridas como se


/limpia la parte pasada de
los duraznos
Pero en cambio mis manos teclearán textos innecesarios
Quería que penetren la pelusa que cubre los gusanos y
/los arranque con las uñas
Yo quería que todo estuviese a punto de quebrarse
Para impedirlo con esta ilusión
Que devuelve la fruta podrida a la tierra y no al plástico
Y en cambio me amputaron la fascinación
Me dijeron que igual ya se había fundado en el océano
Islas de polietileno
y que habrá que helar los campos
contaminar el agua
quemarles la gorra a poemas
para quitar la hostilidad
como se extermina la maleza
tengo el cuerpo tan agotado
y no tendré casa ni biblioteca ni patria
ni el don del perdón o del olvido
para descansar
solo esta pulsión compulsiva
que recuerda
que me encantaba
Dejar que me cuentes las historias de nuevo
Solo para mirar cómo se te ponían los ojos.

52
Vera Jereb

Vera Jereb (Mendoza, primavera de 1998). Además de hacerse la que


escribe poesía-recitar-performatear, estudia Comunicación Social, saca fotos,
está en la organización del Slam Poético Mendoza y del Contrafestival Inter-
nacional de Literatura y otras Artes. Es una anfibia que no puede dejar sus
cuadernos pero hace videopoemas con el celular. Escribe en tercera persona
sus presentaciones.
Considero fértil
no a mi útero como órgano vacío
ni mis pechos como lactancia en potencia.
Considero fértil
mi cuerpo como territorio político
donde cultivo el deseo.
Embarazo mis órganos de placer,
mi piel es frontera y roza el abismo de la naturaleza.
Transito un goce expansivo
que ensancha mis caderas.
Me alimento de la pulpa de frutos prohibidos.
Considero fértil
este alimentarme pecaminoso
donde retorno sin miedo al erotismo.
Emerjo carne de lo subterráneo,
desciendo néctar al barro.
Conecto mi vientre al instinto,
me pueblo de flores,
soy desierto fértil.
Invento rituales para crecer
y nadie puede detener
mi sagrado ciclo de lo vivo.

54
En la casa sin espejos
las selfies son de cuerpo entero
con temporizador de 5 segundos
en el patio porque en la casa no entro.
En la casa sin espejos
me fragmento
y las hormigas juegan
al rompecabezas conmigo.
Dicen que los espejos
roban almas
son portales
tienen magia
esconden algo.
En la casa de mi papá
no hacen falta espejos
porque nos agarramos del piso
y nos cosemos las partes
como podemos
como nos sale.
Yo no tengo miedo
a mi me mataron la inocencia
a cuchillazos
y después en la bombacha
había una sola gota de sangre.
Desde ese día
le tuve pánico
a los espejos
como cuando era chiquita
y veía a la chica de La Llamada en el reflejo.
Mis traumas
viven en los espejos,
en una tridimensión
oculta en lo plano.
55
Florencia Tucci

Florencia Tucci (Mendoza) 26 años. Ex estudiante de comunicación so-


cial. Escribe poesía. Publicó dos fanzines en 2019 “Flores para mosaicos”,
junto a Eva Díaz y Soledad del Rosario y “Poemas para plantas de bal-
cón” junto a Ana Suárez
Asíntota

No salvarse
legítimamente
Estirar el momento
En el que todo está a punto de pasar
para que nos queden grandes
los finales
Frenar antes del precipicio
Para permanecer intactos
Mientras le pertenecemos
enteros
a la caída

57
después de tanto ayuno
cómo comer despacio
después de tanta cuesta arriba
cómo no ceder la resistencia
cómo desaprovechar el envión
de la bajada
sin que la velocidad me desintegre
después de haber tirado
tanta manteca al techo
hacer economía de guerra:
ya no será gratis sentir
de la misma manera que
calculo la cantidad de arroz

58
mientras el
aire de la pieza me ablandaba
pensé para no pensar
imaginé que pelaban mi mente como una mandarina
diseccionaban mi razón
pude ver mi materia gris
y es naranja
sentí manos
dedos
yendo y viniendo entre entre mis gajos
tocar la pulpa
un enchastre de palabras y palabras y palabras ypala-
/brasypalabrasypalabr
pegote de néctar amargo
que se secaba en otra piel
escupí lejos las semillas
quedé sólo cuerpo
descubrí la cosquilla

me reí

fui por mi antigua cáscara a envolverme


ya ningún espejo
fue capaz de
copiarme

59
Darío Zangrandi

Darío Zangrandi (Chapanay, Mendoza). Poeta y Artista Visual. Publicó


Grandes éxitos (deespaldased, Mendoza, 2006), Nunca seremos cuen-
tachistes (Zediciones, Mendoza, 2008), El beso, barroso (deespaldased,
2009), Su manera blanda de karateca forzudo (carbónico ediciones;mza,
Mendoza, 2010) y La cosecha en 1991, el cotipeto y la manera (Itine-
rante, Bs. As., 2013; Ediciones Culturales Mendoza, 2019). Algunos poemas
suyos forman parte de la antología 53/70, Poesía argentina del siglo XX
(ES, EMR y CCPE/AECID, Rosario, 2015). Coantologó la muestra de literatu-
ra contemporánea mendocina Desertikón (Eloísa Cartonera, Bs. As., 2009).
En 2001 participó en la revista de humor anarquista A vuelo chanfleado y
en 2006 formó parte del colectivo poético Carne Fresca. Desde 2010 realiza
junto a Pablo Grasso el programa de radio Contemporáneos. En 2017 fue uno
de los invitados al Festival Internacional de Poesía de Rosario.
escalador petiso o Tupper

Esta es la canción tan sin gracia de la conciencia de un


/error
la tonta manera de pensar dentro de un poema
qué pensamiento o fuerza me condujo
desde el baño a pasar por enfrente de la casucha de
/guardaparques
y luego más abajo
hasta el sistema de vías y transporte público
no lo sé
Brian, te juro, no lo sé
no sé qué pasó

Brian,
los rubios no sé si saben
la Yenny, no sé si sabe
qué se sabe sobre el error en un poema
Carlitos la Chancha no sé si sabe

Con la planilla exhaustiva de los ciclos de mi ánimo en


/una mano
y la vista disipada del que simula estar
en el mundo de los paquetes y las transacciones
bursátiles
así
o no Brian…

apaña un montón esta manera

61
El matayuyo

Renegridas crenchas grasosas se desmoldan


al sacarse la chupaya el hombre esta curtido
con un palo Cubillos revuelve el matayuyo
en el callejón.

El señorío,
el tema del señorío.

Flash

Señores

62
Gastón Ortíz Bandes

Gastón Ortíz Bandes (Mendoza 1977). Publicó Misiones (Carbónico,


2010), El guanaco (Babeuf, 2015) y artículos y ensayos para distintos me-
dios de su provincia; co-editó también las antologías 13 (Protocultura, 2005)
y Desertikón (Eloísa Cartonera, 2009). Es docente, organiza ciclos de lectu-
ras y talleres y ha participado en algunas performances. Desde 2020, gestio-
na la editorial Laboratorio Oscuro.
El Padrino

Ustedes
vienen a mi casa,
me fuman el porro,
me toman los vinos,
se llevan los libros,
me dejan
un sorete, un dron
de los vecinos en el patio,
un comentario haciéndose los malos
en facebook.
Qué antigüedad, muchachos,
cuando saben que desde siempre
lo moderno fui yo.
La vieja lección del maestro
que los espera en bata con todas
las drogas, las chicas, las ediciones críticas,
sigue quitándoles el sueño,
ese poblado de demonitos que tienen.
Jódanse, por pelotudos.
Prefirieron jugar al traica,
al gordo pijón de la CGT
con la cola fláccida.
Ayer me he comprado una nueva mansión
llena de hermosas poetas amazonas
e intrépidos jóvenes guerreros.
Y no los voy a invitar.

64
Chacha warmi

Estoy melanculeado.
Ha venido
el chongo de la Muerte
y me ha dejado
el sol negro del culo
hecho una roja flor azul.

Estoy melanculeado.
La oscura bilis del otoño
me ha estreñido
con imágenes de alguna
ajena juventud
y esta yerta y grande verga,
única con hueso,
me las deja bien impresas,
bien adentro.

Estoy melanculeado.
Me adjudico lo que cuentan
las canciones del fogón
y me esperanzo
cuando un pedo huye gracioso,
como si un soplo del sabat
me pudiera revivir
de esta costilla malparida.

Estoy melanculeado.
El narciso de la nuca
mira atónito el futuro
y mis huevos se hunden lejos
y mi pija se bifurca
como un puente circular.

65
El guanaco
En saliva te di mi descendencia
Popol Vuh, II.3

Estoy feliz.
Estoy embarazado y no de un bebé
humano sino de un guanaco
que tras breve, suficiente, veterinaria crianza
arrojaré de mi seno a la cordillera.
Después de tantos y tantas que murieron
en los experimentos incontrolables del amor,
aprendí por fin a dar vida conmigo mismo,
a repoblar la naturaleza yo solo.

Por eso mi cesárea será un harakiri,


con nomás la luna llena y la intemperie,
para que nazca mi guanaco de varón,
hijo del dolor que ya camina
sobre un charco amniótico de sangre,
por un corte de helada soledad,
un balido indemne.

Me cosí mal, con viento


que traía disparos de caza
y arroyos con veneno de la técnica del siglo.
Pero unos yuyos se acercaron
y entre cantos me ayudaron.
Y así, después de la teta lo vi
ir a jugar con los otros guanacos del valle,
divinos, igualitos a él.

66
He venido a Mazunte a morirme

La luna estaba vertical a los cuerpos, de nosotros


que salíamos del mar mirándonos las sombras.
-He venido a Mazunte a morirme- dije.
-Y vos ya no sos vos- me contestaste-.
Recién eras la muerte, tenés su cara-.
Y entonces te conté el sueño
De las dos mujeres, conocidas de otros tiempos,
Cuyas iniciales coincidían con las de tus nombres,
Ambas embarazadas por segunda vez, pesadillas
luego de noches llenas de símbolos
Y enseguida venía la secuencia
de una pancarta con ese anuncio enarbolado:

GASTÓN ORTIZ BANDES HA MUERTO

-He venido a Mazunte a morirme- dije-.


-Porque el Oeste es la tierra de la muerte- dijiste-.
La bajada de serpiente por la ruta,
a semejanza de la tripa fue limpiando
a puro vómito, tres, cuatro, siete veces
“pare, por favor” en las infinitas curvas
de la trafic: “No hay más drammamine, señor”.
Y en Pochutla siguieron los errores,
aceptar el taxi de tinieblas, desmayarme,
y vos güerita, sola, con espanto.
La descompostura, la descomposición,
la carta del I Ching la noche que sacamos el pasaje,
dejarnos abandonados en la playa, todo oscuro,
un táper de humedad el pueblo entero,
una presión del cielo hacia la horizontalidad.
Golpear todas las casas, “no hay lugar”,
“no hay vacantes”, “no molesten”,
vomitar bilis en la noche tropical, el achanchamiento
67
que nos va acostumbrando a la idea
de que he venido a Mazunte a morirme.

-No, Gastón, la Muerte no se muere…


Los nativos son distantes, miran mal.
Los varones tratan con sobra
y ganas de pelear, las mujeres
con rechazo, como a hijo de patrón:

mande? mande?

Entonces empezamos a discutir…


Un enredo de palabras deshilvanable, intejereteable.
Y los chamacos se pusieron, claro, de tu parte
cuando rompí la botella con la mesa
y volaron las tortillas, los tamales.
Yo ya estaba a pata, sin remera,
mentándoles la madre a todos,
otro argentino haciéndose el macho
en el país de los más machos,
inventando ahí mismo un estribillo
que tendría cierta fama entre bandas sinaloenses:

Ayayay
que se me está haciendo costumbre
matar cada noche a dos o tres…

Y quizá hubiera aun así salido airoso


de mi débil consistencia, mi autoestima
en baja, mi miedo ingénito,
si no hubiera hecho, tonto de mí, quizá
esa asociación puramente literaria:
Mazunte… Mazorca… y zas,
ahí fue la distracción, el juego
marihuanero de las palabras, que derivó
en que en vez de haberme cagado a piñas yo
a cada chaparrito de esa cantina, me dieran
ellos de a palos a mí, brutal, todos contra uno.

-He venido a Mazunte a morirme-


te dije después, con curitas, lastimado,
en la sofocación de un cuarto
con dos mosquiteros celestes como medusas gigantes,

68
con todos los bolsos abiertos, con toda la ropa tirada,
pateando fanzines y alebrijes en bolsas de regalo.
Yo tenía la cara de las máscaras
vistas en el Museo Nacional de Antropología,
las que revelan mutilación genital por cuchillo de obsidiana.
-No, Gastón, vos tenés la cara de la Muerte-
Y nos tiramos bajo un ventilador de asfixia a llorar.
Jamás habíamos sentido antes
un apachamamiento semejante, una evidencia
más espantosa de que México no es joda.
-Por eso bajamos por la víbora a Occidente,
a la tierra de la Muerte, lo dijo el Indio- dije.
-Cihuatampla, Imiquian Tonatiuh…
Ya no debe ser posible
subir de nuevo al otro lado, es necesario
huir hacia el Este ahora mismo,
Tulún, playa del Carmen, la gilada, cero iniciación.
-Yo ya no tengo fuerzas para nada- dijiste.

Y ahí fue cuando a mí


me salió por el culo la doble pija.
Al principio creí que me cagaba.
“Qué le vamos a decir a la señora…”, pensé.
Pero vos ya te estabas empezando a desnudar
de la piel y debajo tenías un bordado hermosísimo.
-Tengo mucho miedo- dijiste.
Y las aletas de la iguana ya te se empinachaban
sobre tu gran ceja de jaguar y te chorreaba
leche verde de los pezones.
Sin duda había llegado el momento.
En una noche previa de Oaxaca
ya habíamos hablado entre mezcales de D.H Lawrence,
Graham Greene, Malcolm Lowry y otros iniciados
mientras pasaba la procesión de la Candelaria
por debajo de los techos y, a los besos,
recordamos, bolañoños, a los tarahumaras, Kerouac,
los testimonios de compatriotas exiliados en los ‘70…
porque no valían libros de mexicanos
sino sólo de extranjeros como nosotros.
Pero la literatura y las fotos son gilada.
Un relato caga siempre la experiencia.
Si no fuera por ese par de contactos para hacer negocios…
69
Me busqué los huevos cortados en el bolsillo.
Los colchones se escalonaron pidiendo sangre.
Empezaban los preparativos para el acto mágico.

La luna seguía vertical a la hora


de la sombra, a pesar de las redes en las olas…

…unte, Mazorca, Mazunte, Maz…

Ese esquite con jitomate y chile, ese matadero…


Pero ahora las palabras brotaban de las piedras,
y la forma de ponerlas, de las hojas.
Entonces con los dedos sacaste unas cuentas.
-Debería haber nacido hoy- dijiste.
Y yo, que había chupado llanto y lamido
cada hueco, puerta tuya e intersticios,
como el coyote más flaco y aullante del Anáhuac,
los infinitos pliegues del placer, las inacabables
superficies del deseo y el horror, dije:
-Entonces no soy yo el que tenía que morir, buey-.
-Son los signos de nuestro hijo, el Mojarrito- dijiste-
que hoy nació allá arriba, brillante,
y acá de contrasigno muerto, oscuro.
-Pero eso es de buena suerte, mamacita- dije.
Porque los signos del amor son siempre
el reverso de los de la muerte.
Y el acto mágico ya estaba hecho,
desovillada la urdimbre de las signaturas paranoicas,
de las admoniciones con que un sueño consteló escrito
este “recuerdo” de Mazunte, que espera
mientras nadamos hasta la boya, en la arena
junto a las ojotas, los lentes y el revólver
zapatista que compré en el frishop del aeropuerto.

70
Claudio Rosales

Claudio Rosales (Mendoza, 1972). Integró las redacciones de las revis-


tas de arte y literatura Bichobolita y La Leónidas. Entre los años 2006 y
2013 fue el editor y artista visual de la colección de poesía carbónico edic.
Publicó córner (2005), las heras (2008), wachi (2013) y los poemas de
Tecnotrónic (2015).
Cortos

Irremediablemente
tarde para pedir
una pizza.

Agobiada
llora en el baño,
la cajera del market.

enfrento el hecho
con paciencia:
no hay manteca, ni pan.

imprevisto corte
de la luz, me deja
sin ventilador.

72
velorio del Maicol

árbol oyente del desintegrarse de las nubes.


Ale, Lucho, el culo de Patri,
más dos del barrio.
fuman cerca de los coches.

pasa un vago y saluda.

sol silenciero del frío de la madrugada.


abomino el ablande
y a los perros
del Luis Mampato;
echados en el comedor.

pasa un viejo y estornuda.

73
visión en Panquehua

en la siesta curada,
sobre el techo de un valiant III
las hojas estacionan la caída;

sombra huraña de arañas


filitos de la luz en la tela,
risotadas de pendejos.

en la caja celestona
del camión desmantelado
andan pajaritos, sapos,
multitud de insectos
y niños
aguaitando al heladero.
a la orilla de yertos macetones
asomados a nimbos de luz,
madres echadas en reposeras

cadencia de chompi:
trucha copado
a los estacionantes
pete tras el chopo o
la combi blanca
de su amigo:
el rey del salero.
y cantos de oropéndola;
de adular al polen por su ligereza y
brillitos del santito del pimiento o pavor
de la pava que hierve
empañando el espejo al deliciante border.

74
me doy cuenta y no sufro más
por lo que parece:
-vos, de día sos uno
y a la noche te olvidas no?

75
escenas de la vida kirchnerista

no es sino hasta esta hora


–algo gris con palomos en los cables–
que desentendidos; con zapatillas blancas
pisan, cruzan el día por la calle del kiosquito
llevando un vértigo de hojas secas;
que cualquier airecito chupa.

encima de la vereda se comban un largo rato


el fan del metal, junto al mellizo grande.

--**--

el otro pibe se soltó y agarró la pelota


y la Mirtita y el Omar se rieron sin dientes casi
la noche de año nuevo
en la puerta de tu casa
mirábamos
al nuevo novio de tu hermana
que abrazaba al nene y a Mirtita.
fotos de la pantalla líquida del celular,
vos con Omar; al lado de los yogures
y las bolsas de harina, las legumbres,
me miras hablar.
y un perro lame la escarchilla
y un pájaro feo silbó en lo seco
y las hormigas pasaban por los palos;
cerca a unos nailon.

****-

entre los myface, los rojonegro


agobiado por calores blancos en la piecita en el fondo
escurridos de la muerte provincial en los cables
y animales de ojos encendidos; merodean.
76
el perro ladra por ciego; corre marzo
la luna es blanca afuera
como la cara de las pibas de la nocturna,
que pasan riendo.
junto a la oscura ventanita del quiosco cerrado.
la infancia anda a las risas, desde los peldaños
en las escaleras del monoblock, todo el día
ante los desenlaces, devenires,
mirándole el auto al Carlos
los nuevos , los chivatos.

***-*

mamá vendió todos los días


hasta los domingos
pan y tortitas y pastelitos
cerca del lago
íbamos
desde la casa hasta el parque
entre los árboles
al costado
de mamá, que rabiaba
con Danielito y el Neto.

una vuelta
al caballo
gordo y gris
del carro de Gusmán
le miré un ojo y ahí estaba mamá
pasando en los ojos del matungo
los perros la toreaban
pleno día
mamá con la garrafa
los otros dos con botellas
y yo con los banquitos.

***-*

la gente en fila
frente al mesón
de la rotisería
al mediodía.

77
el fan del metal
habla con el Dedo,
hijo del Caballo Negro,
y hermanito del Panca.
la gente encarga
pollo, empanadas
en el gacebo suda
la cajerita.

el sol no afloja
la ilusión gasta
en el asfalto se derrite
un perro atropellado.
la gente compra
se va a su casa, prende
la tele, y ahí empieza
el descansito

78
la toma

este lote aún sin nombre


que no sabe si será asentamiento
y que unos ojos aguaitan con
las patas en la carretela
y la cabeza al aire
y las luces de la patrulla
allá en el puente.

las mujeres descansan


en una sombrita
que dan los nailons
y se callan las bocas
como fotos
que salen en los diarios
de la propaganda oficial.

saca la sopa de la olla


poco arroz, poco fideo
algo de carne, y sirve
en platos, en tazas, en
envases plásticos de agua mineral
no es humilde, es orgullosa
de ser cocinera.

en el amanecer: la tierra
que ha sido por un rato
como un paisaje lunar con
carros y chatas y autos
y camiones;
vemos que entre otras cosas
todavía no sabe.

79
pronto llegarán los gendarmes
y como un atado de trapos
más lejos todavía, las nubes
de la tarde y el viento que
se escabulle entre los autos
de la fiscalía y del ministerio
de bienestar social.

80
Luciana García

Luciana García (Mendoza, 1994). Realizadora audiovisual y guionista.


En una relación libre con la poesía desde 2014.
Gastritis verbal

Todo lo que quiera


vomitar en un papel
juega un rol predominante
en todas las cosas que callo
por miedo
o escozor
o respeto
a ese guetto de poetas
que mira de reojo
y apunta el fuego
justo al centro
de todas mis palabras.
Parada en la línea de fuego,
antes de que me fusilen,
les pido
encarecidamente
que me chupen bien la concha.

82
Leandro Poquet

Leandro Poquet (Mendoza).

83
Los pezones de la tarde

Los pezones de la tarde


se hincharon de repente y
arrojaron sobre mis manos
su sexo crepuscular

los pájaros gimen pintura de distinto color


las etéreas hojas
suspendidas en los árboles
se masturban con el viento
frotando su verde orgasmo
con el lengüeteo pasajero
de la brisa al pasar

el óxido franelea con


la camioneta vieja de mi papá
acabando en la chapa
un gran charco de semen
mineral

Desde su Áurea calentura


la luz somete a las sombras
arrojándolas
detrás de las cosas
sumisas de placer

los postes eléctricos


vouyeuristas del movimiento
descargan sus fantasías eróticas
a través del cableado telefónico
y de vez en cuando
son ellos los que llaman
por teléfono a nuestras casas
haciéndose pasar por personas

84
proponiendo encuentros causales
en alguna esquina de la ciudad.

Cada ladrido de perro


representa un orgasmo
en su desierto sonoro
se abre una flor amarilla entonces
entre los labios de un cactus
su perfume
ecológicamente porno
dilata las porosidades
del sonido
invitando a quienes encuentre
a su orgía musical.

Todo coge
y se abre de piernas
sudando imágenes

la humedad de las piedras


el silencio
los mormones
la calle húmeda
la plaza inundada
las conchas erectas
que abanican su pelambre
en la palma de su deseo
y los colectivos
y sus dramáticas Paradas…

…siento la sangre viajar


entre cien mil porongas
celestiales…

Soy un ángel

85
Un voto por un pete

Compañero
con todo mi agrado
voy el domingo
a la interna de su partido.
No me acuerdo a quién tengo que votar
ni su carrera política
pero vos me dijiste que es compañero
un joven peronista posta
y con eso me basta
si total es de onda.
Me prometiste pasar a buscar
y traerme de vuelta a casa
en auto
todo bien con eso
igual en micro me manejo
pero lo que sí me gustaría
a cambio del voto
en justo intercambio
es hacerle un pete
a alguno de los cumpas del partido

Una buena mamada compañera


con bombos y gemidos

Una rica chupada de pija dominguera


entre asado y vino tinto

Una lamida políticamente correcta


con trajes de oficina
detrás de las escalinatas
de la casa de gobierno

Un rápido chupetón de verga

86
a modo de trueque
que combata al dinero
forjando nuevas economías locales

Yo te digo
allí seguro va a haber algún chongo
con una linda verga
deseosa de justicia social
que con coraje patriótico
enarbole los estandartes del nuevo estado
y decida romper con tantos modelos neoliberales del coger
para acariciar una linda marica latina
y construir y construir
un modelo de país
que desafíe la garganta de los dirigentes
y acomode pelucones en las banquillas del senado

Un pacto genuino
de amor entre compañeros

Una política que no margine al deseo

Yo te voto compañero
vos gestioname un chongo

87
Revancha Marica

Me gustas
OK
Te lo dije
Ahora podes rajarme el cuello con tu indiferencia
Y utilizar mi hígado como saco de box
Así funciona esto ¿no?
Desnudarme las muñecas
Y esperar tus ganas
Que se comportan como un cana
Manteniendo todo bajo control
Quizá te burles de mí
Con tus amigos
Reafirmando tu impronta
De macho argentino
Y seguro sentirás lástima
Y pondrás una mano en mi hombro
Cuando desangre mi dignidad
Frente a tus ojos
Un día ya no me saludarás
Yo habré gastado tu rostro
Tendrás tu anécdota
Les dirás a tus nietos que un puto se enamoró de vos
Y el deseo flameará victorioso
Desde lo alto de tu sonrisa patria

Entonces ahí golpearé tu puerta


Entraré armado con un martillo entre mis manos
Te golpearé el rostro hasta sacarte la mandíbula
Y me iré victorioso con lo que nos pertenece en las manos

88
Carlos Pereira

triste
derrotadx
al fin se quebró mi cuna
en manos policiales
me quieren volver
neuropsiquiátrico a dos bondis por huecas calles empapela-
/das con un aliento de alquitrán
de plumaje carbonizado
me quieren callar
donde los locos gimen
tres veces por semana
clonazepam intravenoso
para no vomitar
el efecto
zombie
retardado
andar
en búsqueda
del sino
cigarro
alado
una pitada
de independencia psíquica
guardapolvos titulados
bajando lentísimos los espejos de los corredores
cubriendo la vitalidad de la fuga
con su indiferencia química
aullido
tras los efectos
del desamor
lágrima que no existe
todo se piensa en el pecho

89
¿a quién llorar?

el personal médico
junto a los padres
y la denuncia en mano
forman el triunvirato
carcelario perfecto
de la normada
sanidad mental
donde abusivos doctores
experimentan
con almas económicamente
dementes su
macabro juego
de enfermar
con lo que medican tengo miedo
paralizante dolor
pánico en la angustia vaporizadx
busco entre mis brumas
la carne compacta y latiente
pero vientres a un lado de la acequia
aguardan el feto de un amor grande
que no nacerá
muros parlantes
existencialismo hospitalario
una vieja muy zorra
me guiña la respuesta práctica:
siempre solx
no encontrarás huida
a los trámites judiciales

90
Gregorio Linares Rodríguez

Gregorio Linares Rodríguez (Mendoza, 1996). Escribo letras de can-


ciones y poemas desde que tengo memoria, aunque empecé a leer literatura
e interesarme a conciencia tardíamente. Al menos lo suficientemente tarde.
1

César Complejo
poeta mayor
ignoto y pajero
filoso y curtido
empieza su primer
poemario diciendo:

“A los pocos que me odian, les digo:


están equivocados.

Se equivocan en ser pocos”.

César Complejo
justo después de salir de su casa
y cerrar la cerradura
abre una coca en lata
y en el mismo momento
en que escucha el
psss del gasss que sssale
le dan ganas de mear.

Pobre César Complejo


tiene que volver a entrar.

En el último verso del número 3


volveré sobre Complejo
mas ahora quiero
92
hablarte a vos
hablar de vos.
mbappé a los 19 años ganó un mundial.
Y vos?
No te sientas mal: mbappé nunca tendrá el placer
ni a los 19 ni a los 83
de leer a Complejo.

Los complejos de Complejo


son cuatro:
1
2
3
4

César Complejo
ahora decidió escribir
un verso por cuadra
y así le quedó:
caminó solo cinco.

Nota mental de César Complejo:


no seas como Cortázar.

Complejo es uno de los mejores


poetas que leí
aunque he leído pocos.

93
Con vino tinto, en una pared escribió:
“Las paredes no se manchan”.

8 son les amantes


de César Complejo
en el wasap, les tiene agendades así:
1
2
3
4
5
6
7
8

Como ya les dije


cuatro son los complejos de Complejo
pero cuál es el más complejo
de esos cuatro complejos?
el más complejo complejo
es aceptar que
siendo borracho y mendocino
siente asco por el vino.

10

Le preguntaron a Cece
digámosle Cece
cuál era el mejor 10 que vio jugar.
Riquelme? No
Bochini? No
Maradona? No
Messi? Tampoco

94
A mi viejo
respondió Cece
viéraslo vos, parecía
entenderlo todo, ser poeta
leer el futuro, las jugadas
era un tiempista
un relojito
nunca se equivocó al decidir
cuándo y a quién gambetear

y eso que nunca tocó una pelota.

11

Vanguardia es
escribe Cece
apagar el televisor
antes de enseñar.

12

Cuando era chico


Cece

o sea, César Complejo


metió una hormiga en el freezer.
Dos días después la sacó.
Al cabo de unos minutos
el bicho empezó a caminar.

En ese momento
cuenta Cece
aprendió a vivir.

95
13

Solo un enemigo
tiene César Complejo.
Al oído
le dice mi amor.

14

Qué es la belleza, Cece?


todo es bello
cuando se está seguro.

15

César Complejo
termina su primer
poemario diciendo:

“A los pocos que me admiran, les digo:


están equivocados.

Se equivocan en ser pocos”.

96
Carla Prado

Carla Prado (Entre Ríos, 1995) devenide Carli, por afán de hablar las
lenguas del cariño. Entrerriana devenide menduque, por la aventura de ha-
bitar nuevos territorios. 1995 devenido ahora porque ¿qué es mi pasado sin
mí?
Oralísima

Tengo la luna en pentecostés y el sol en pascua; la mix-


tura de los relieves cósmicos y la etimología de la palabra
religión.

Tengo una fe que mueve montañas y un marketing que


hace ganar a Macri.

No hay ying ni yang en esto, es un eclipse de billetera. Lo


retrógrado se expande por todos lados: no habrá milagro
esta noche, ni ninguna.

Tengo el primer mandamiento en cumbia y los restantes


en reguetón, dale.

Tengo dos mejillas y no voy a poner nada más que el


culo.

Seremos zarza que arde eterna, pero nada de sísifos ni


infiernos de la bendita meritocracia, tan bien aliada de
cristianismos y capitalismos.

Tengo la cuaresma en escorpio y el celibato en libra. Ten-


go más de treinta mil cuatrocientes desaparecides.

Tengo el caliz de la alianza nueva y eterna y no lo vamos


a derramar porque está todo muy caro.

Tengo hambre por cosas reales sin verdad,

por el caos de un universo escondido,

por los mundos que vamos a crear más acá de dios.

La cena no acabó: la mesa está servida.

98
Cuerpa con cuerpa

La doncella pasó
a jugar
de volante izquierdo

y yo estoy

del otro lado

de la cancha

quiero decirle que estoy escribiendo


el grito acertado de su nombre
es otra forma del cuento de hadas atisbar
un ensayo que
mencione de ripio pedregoso el pavimento rozando tu
/suela de juguete

el filo de mi lápiz traza las aristas del córner


apunto cada detalle que va a ser borrado
me sorprende mi cuerpo sentado que pregunta por qué
/no estamos jugando.

99
Logicoéscato

Siempre me están mirando cuando me saco los mocos


y no puedo evitar mentir cuando soy yo la que se tiró el
pedo.

Quiero contarme con un palo las costillas en el espejo


/pero no
vivir es una excusa para algo más.
Repliego mis tropas de guerra civil intestina mientras la
/inundación me pudre
el dique del diafragma se quebró con un cepillo de dientes

Anoche hubo una bomba clandestina


el cerebro dio la orden mientras el cuerpo de infantería
/administraba el encargo
no una sino cuatro pastillas al hilo
(la ansiedad no persevera)
Mi ciudad interna se hizo cierva de la cloaca intensiva
el blanco trono fue coronado, winter is coming.
Parirse a sí misma por el culo, reinventarse
hacerse mierda, hacerse cagar
cargar la herida de un cuerpo endeble, gordo y prematuro
hacer la herida rasguñando el espejo que de este lado de
/la batalla se retuerce
desconocer que el reflejo no es nunca la cosa
desconocer que muero sólo de este lado
y que aquella enemiga, la de enfrente, no muere conmigo.

100
Carla Ferrer

Carla Ferrer (Mendoza, 1994) Artista visual y una laburante de changas


más.
No entiendo nada

Acá sentada,
no entiendo nada,
la vida me juega una mala pasada,
estoy pesada, cansada,
desquiciada de tanta dureza
pero no quiero delicadeza,
ya no me como esa,
mi viveza está en mi franqueza.

Tengo pelos en todo el cuerpo.


Preocupados en inversionistas, sube el verde
y con él Argentina pierde.
¡Parece un chiste! La explotación colona no cesa
pero vos no entendés nada nena bohemia.

Me basta con mirar en suelo vasto,


regalado, expropiado, saqueado, mordisqueado y mano-
/seado
para entender que sus políticas ya no tienen vigencia
y a la crisis la resisto con carcajadas,
amistad sincera y
un poco escaviada.

Siempre me tocó poner el culo,


me calaron profundo,
floto pero no me hundo,
espero mi turno,
vas a quedar moribundo.

Pero tranquilo
no quiero tu ano,
no respondo con la misma violencia.
Te voy a soltar la mano,

102
hacerte perder la paciencia,
molestarte tanto que ni una bala me va a bajar de esta
/contienda.

Sigo sin entender nada,


la vida me juega una mala pasada,
sigo pesada, cansada, desquiciada de tanta dureza
pero no quiero delicadeza,
ya no me como esa,
mi viveza está en mi franqueza.
Tengo pelos en todo el cuerpo
¡menos mal que no en la lengua!

103
La fonética del dígrafo

Por muchacha, por morocha, por mis pechos, por tener


chocho y usar bombacha cargo mi racha. ¡Cachala!

Si la guacha es chica chantajeala. ¡Cachorra! agachá la


mocha por chota. Poné el cachete para el chirlo que si-
gue el buche de leche. Chapala, chiflale, garchala, da igual
chata o chancha, rocha o cheta, pero no la dejes chorrear
¡que chille, que chirree! si total hay bocha y ellas chochas.
Si te ficha no rechaces, chabona agarrá el gancho, no im-
portan cachos, bichos, si en el hecho te da techo sacate el
corcho. Pucha, si achicás estás chapa o sos marimacha.
Ya te han dicho chula, a la calocha dale pichula.

En tu cucha tenés chance, un bache estrecho pero en-


tre poncho o nicho, la covacha. Dale mecha al churro y
seguilo con un pucho, que la lucha es mucha, ponete en
marcha que la chala no es la que achaca. Su abucheo es
el que choca, el acecho con su brocha, su cartucho como
flecha que pincha sin dicha.

Che, ni a vos tincho, ni al facho, ni al macho, ni al facha,


ni al rocho, ni al chorro, ni al borracho, ni al chanta, ni al
cochino, ni al chueco, ni al chico, ni al chulo, ni al chamu-
yo, ni al garche ¡no es chiste! ¿Escuchaste? Chau.

104
Tobías Jorge

Tobías Leo Jorge (Mendoza, 1997). Amante de la poesía, estudia Letras


en la universidad de cuyo.
Sísifo

El frío y la rugosidad de tu elemento


no hieren más que esta pampa sin horizontes
donde el ganado me mira como a otra vaca
sobre un bólido de piedra.

Estoy harto, inhalo, exhalo y golpe tras golpe


solo me dejan un humor por corona
y un bordó en los nudillos que insulta a todo el verde del
/tapizado infinito.
Dame en esta tarde encontrar tu corte fino.
En la yema aún guardo la creación que no dió Prometeo
Dame en esta tarde tu corte fino.
voy a construir entre tanta planicie una montaña.
Símbolo y elevación, palabra: mi sentido.

106
Desamor a fragmentos

Te vas a morir con el olor de la savia.


Nunca nos dijimos nuestros verdaderos nombres
y mis manos,
con su voluntad en amapolas coronarte,
se hicieron fango esta víspera.
Y esta boca, la misma que te llamaba entre acequias en
/abstinencia
la cosió Lilith en una noche de no hace poco.

No hay giros libres en la tierra de lo palpable.


Desconozco cada día más
las ramas en que sueñan dormir los hombres.

Desde mi cuarto azul,


las últimas tramas de esta imaginación
se van con el viento que no perdona.
Te vas a morir con el olor de la savia

107
Estigia

Estepa camino al coágulo,


por la carótida de la cabra se abre un río
de otro claro curso reflejo.

Mirame emerger en sustancia,


por los dones de la parábola
cobro la forma de la existencia.

Ya me encontraste,
en una abstracción blanca e infinita
tengo vegetadas las corneas
El ángel solo grabó un signo
sobreviví dijo trazando el signo con pulpa de Adán.

Y pan picotean de mis yemas


los patos verdes, los bagres negros.

Así flota en su útero mi otro intacto.


Solo un botón tapa mi pecho hundido
tropa de caracoles al grito de ¡ensalada!
saben morfar todo mi hechizo.

Un melumbo engarza mi vista.


Para que a su danza vuelvan extrañados
los gusarapos frente a los ojos
nunca más mancos.

¡Éfata!¡Éfata!
Quiero poder sentarme juntos a los hombres
en la rama que en contorsiones dará a luz mi paladar
Solo mi nombre verdadero tenés que decirme.

108
Andrés de la Rosa

Andrés de la Rosa (Mendoza, 1996). Actualmente estudio el profesorado


de lengua y literatura en la universidad de cuyo. Me gustan todos los tipos
de ficciones.
Jardín
“ Jardín”

Zanjones,
sierras ásperas,
médanos,
sitiados por jadeantes singladuras
y por leguas de temporal y de arena
que desde el fondo del desierto se agolpan.
En un declive está el jardín.
Cada arbolito es una selva de hojas
lo asedian vanamente
los estériles cerros silenciosos.
Todo el jardín es una luz apacible
que ilumina la tarde.
El jardincito es como un día de fiesta
en la pobreza de la tierra.
J.L.B.

Álamos,
lagos verdes,
rosedales,
envueltos por flotantes pelusitas
y aguas de harina y de arenaque entre las palmeras del
/parque serpentean.
Sobre una roca está el gato.
Cada llaga es una cueva de costras,
le rezan vanamente
las estériles estatuas silenciosas.
El gato es una luz permanente
que pudre las tardes.
El gatito es un vómito floreado
en la pupila de un ahogado.

110
Tamara en el circo

Tamara camina blindada por cortinas rosadas


caminará por
torcidos
callejones
asombrada por el crujido de las luces
en los charcos de agua
cristalizada
por el invierno de la noche, caminada
por espantapájaros que parecen hombres
descamisados, con cabezas circenses retumbantes,
rodeada
de malabaristas tambaleantes y elefantes
de ojos enrojecidos de furia
de ver
caras engordadas masticando, intentando tragar
comida regurgitada que sus ojos vomitan.

111
Re-construcción

Dejé atrás el campo yermo


a mis espaldas grita el campo yerto
el aliento ocre de sus grietas
templa esta nuca que se escapa.

La carne de mis uñas todavía palpita y expulsa piedras


no ha perdonado el frío a mis pies hinchados
la maraca que traquetea en mis rodillas sigue traquetean-
/do
a cada paso quebrado sobre la tierra seca.

Mis manos,
cerradas como magnolias inmaduras
aprietan
fragmentos de cristales recogidos
que reflejan mi aliento, calientan mi única espiga,
sostengo pedazos del mundo abandonado. Dejé caer la
/espiga
la cubrí de fragmentos de cristales
y la entibié con mi aliento.

¡He aquí mi mundo nuevo


de esta espiga podrida nacerá
una nueva vida!

112
II

Construí un frágil mundo


a pesar del viento,
tengo ya un jardincito
de rosedales y pensamientos
tengo ahora una endeble casita
hecha de canciones
de poemas
escritos en las cuatro estaciones
sobre papel picado

113
Ana Suárez

Ana Suárez (Mendoza). Transitó sus estudios en la facultad de filosofía y


letras de la UNCuyo y en la facultad de educación de la misma universidad.
Se desempeña como dramaturga, escritora, teatrera, educadora y tallerista
en constante devenir y formación dialéctica y rizomática.
Hay un agujero

Decidí decir que fue la luna y sin embargo fueron mis


/manos

Estas uñas que desgarran la baldosa, el cemento y la


/tierra
Toda, toda, la tierra
Estoy aullando al silencio de la noche
Se que se acercan
Desgarro el deseo
Miro los ojos que ella me devuelve
Sube por la garganta el reflujo del veneno
He de expulsarlo
Vomito a los ojos felinos del espejo
Mis piernas sienten correr la lava caliente
Me inunda la ponzoña que me enferma y me va a sanar
Me va a sanar
Es la luna, me digo
Es la luna y la lengua de gata que crece adentro y raja la
/piel
Estoy maullando con piel de loba
Sáquenme, destrúyanme
El sol aviene y se que debo correr
Pero abriré la jaula
Dejaré a la purga
bañarme entera

Todo está en constante movimiento


Capas y capas de organismos vivos
De tejido latente

115
Fascinante muerte y creación
Fascinante danza
Círculos dentro de círculos
Desde el centro hasta todas mis dimensiones
Tejidos, entreselvas, entrebrotes
Fluyen, pulsan
Se siente todo
Todo se siente
Abajo, abajo
Adentro
Un sol palpita
Rojo sangre
Atardece y un sol palpita
Se entreveran, se despiden de sus ojos
La materia
Se conecta
Es un pulmón

116
Melissa Carrasco

Melissa Carrasco (Mendoza) Poeta. Profesora en Lengua y Literatura.


Licenciada en Educación. Ha publicado el libro Las Plantas (edición de au-
torx), las plaquettes La última cena de los desempleados (Editorial Mar
Adentro) y Mortiferia o La sed es de los muertos (Fractura Ediciones).
Ha participado en distintos festivales de poesía en Argentina y Chile, entre
ellos el Festival Internacional de Poesía Joven de APOA, 2017 (Asociación de
Poetas Argentinos). Dicta Talleres de Poesía y Edición, coordina el movimien-
to cultural “Indeseables/ Poesía Itinerante” y dirige “Fractura Ediciones”,
editorial independiente. Recibe mención honorífica en el Certamen Vendimia
de Poesía de Mendoza 2018 y Beca Formadores del FNA 2019 por su taller
“Origami. Proyecto de obra”. Publica La teta negada en 2019 (Ediciones
Culturales Mdza).
Mis poemas no te servirán de nada

Yo hice la sentencia
cuando vi morir mi última planta
yo
supe
que la maceta no contendría a la muerte
no es capaz de irrigar fertilidad
a la matriz del durazno
no somos duraznos ni macetas
y nos comportamos como si pudiéramos
bastarnos con el rocío
que ocasionalmente nos mira despiertos
en la parada de micro.
Mis poemas nunca servirán de algo
primero fueron cartitas de amor primero
primero fueron escondidas bajo un colchón primero
primero fueron escritos para ser leídos primero
luego no hubo plan, todo
se redujo a la excrecencia
de la que me alimento.
Yo fui mi propio submarino
y me intoxiqué tanto, tanto de mí
que me agarré la bronca del mal trago
de mala mezcla
fui fractura memoriosa allí
donde no supe mantener una conversación
no supe de coherencia ni de humanidad
se me escapó la historia y nunca la busqué
dejé que el tiempo se fuese solito
como mañana de amor torcido
intenté calentar mis manos
en convicciones desesperadas
que me buscaron por las piernas

118
diremos que la fe no es para todos
diremos como ya dijimos lo mismo de antes
y esperaremos que nos crean
ajustaremos la rosita de raso
y otra vez repetiremos el sonido
las fugas interminables
el desdoblamiento.
Mis poemas son hielo bajo la mesa
yo digo que los amo pero los uso
yo digo que hubo esfuerzo y no me cansé
no
lo suficiente
pude lamer más de su labio idéntico
pude
mirar su cíclope y nombrar al universo y su granada
/cayendo sobre mi cabeza
pude inventarle utilidades
pude pude
besar al cíclope sabor granada
y no
porque
mis poemas no servirán
ni a mi persona
ni a mi generación
ni a los posibles sucesores de la nada
diremos que nuestras ideas de prolongación
no son más que un espejo largo
donde nos vemos como no somos.

119
De ”La teta negada”:

Negar la teta es
negar la sangre.
Hubo una patria que nunca fue padre.
Hubo flancos donde entraba el frío
con tufo de asesinato callejero.
Nos niegan los altos mandos
porque somos la figura dolorosa
que bebe de lápices a medianoche
los que después del laburo
lamen sus manos para alimentarse de sí mismos.
Le llamarán tráfico.
Le llamarán soberbia.
Pero no importa cuánto escondan la teta.
¿No saben que el hambre engendra una locura temible?
No saben nada.
No saben nada.
No conocen el extranjerismo crónico
oxígenos prestados del inquilino:
hoy crucé la puerta de fin de mes
con más vergüenza que siglos
mañana cruzaré la puerta en calma
con más vacío que vergüenza.
Nos niegan la teta de la cordura
luego nos culpan por amanecer iracundos y desconfiados
felinos que rehúsan saltar por el aro de fuego de las for-
/malidades.
Seremos siempre fauna de las plazas
gorra vacía
soliloquio enfermo del desaforado

120
la particularidad
sangre que irriga los cauces de teta universal.
Nunca la teta.
Nunca la leche.

121
Perder es adictivo

Un hambre que excede lo continental.


Quiero hacer de mí una multinacional
que carcoma al universo. Rumiarlo años
y expulsarlo ordenadamente. Instalarlo
menos decolorado.
Fabricaré la tierra
del después. Entonces nutrirlo con jeringa.
Aquí regenerar pulmones. Allá hidratar al riñón
y curar el reuma de sus ciclovías
en el extremo
corazoncitos
beberán de mis rodillas
el flujo de su circuito.
Develaré los senos para la sed de mi jauría.

122
No vine a contar pasos de astros
por agujeros sin tiempo. Vine
a contar las pelusas que condecoran
mi chaleco. No vine a hacer las paces
entre mi primera hora y la alegría
de vivir. Vine a hermanar migas reunidas
y dispersas en un solo muñequito de borrar.
No vine a cambiar de ánimo a pájaros inoportunos.
Vine a resucitar lechugas en aguas de fe.
No vine a beber el óleo sacro
de médulas místicas. Vine a apretar el fruto y sorber
por estos codos su derrame. No vine a tantear terreno
para la siembra de asteroides. Vine a revolcarme
entre matas de cebolla antes de eclipsar mi fiesta.
No vine.

123
Miro todas las cosas
que no hice, su desfile
por casa reloj en cuello.
Yo no te he llorado, le dije
a una y sonrió con dos agujas.

Me sobrecoge
la ambición del trueno.

En mi centro hay túneles. Allí estiran sus brazos


los zapatos de antes, despiertan porque yo los miro.

El sentimentalismo
es un islote fácil.

Yo no quiero colonizar. No me importan tus ojos de perro


/solar

y paseo a la plaza. No estoy. No estoy. Llamen al mueble


y responderá desde su veta. Llamen al ojo del ventanal
y responderá el universo: todo lo importante se halla en
/lo infinito.

El afuera. El afuera calcula meteoritos para los que espe-


/ran en sus esquinas
El afuera tiene fabulosas puntas. El afuera escribe listas
/de gente feliz.
El afuera tiene olor a ruido y destrucción, acordes de vida
/moderna.
Canta, el afuera, los réquiems de su crimen. Envía cuca-
/rachas espías
a nuestro asentamiento, toman nota de indolencias
toman muestras de las sobras y reparten nuestras mise-
/rias
124
en las facultades de cada galaxia.
Humillación. Humillación. Pulverización.
Hacer nada es una eterna persuasión.

125
Natalí Arias

Natalí Arias (Mendoza, 1997). Actualmente cursa Letras en la Universi-


dad Nacional de Cuyo, teniendo como preferencia la Literatura Comparada,
Alemana y Austríaca.
Corazón

Tengo la teoría de que un corazón roto no se siente en


el pecho.
Se siente en el abdomen.
Es un puñal invisible que se expande desde el intestino
hasta los riñones y los omoplatos,
Y el piso se sacude y tus brazos tiemblan,
Pero nadie alrededor parece notarlo.
El mantel rojo se aproxima a una velocidad alarmante
Y se te viene a la mente un sauce llorón
Un caballo encabritado
Un pedazo de obsidiana negra
Un abrazo desesperado
Y una taza de chocolate caliente.
Y te puteas por esa puta esperanza de algo,
Cuando en la realidad,
Sos un pañuelo desechado
Un escalón más
Un espíritu quebrado
Que ya no tiene superficie sana.
Y aguantas

127
Román Astorga

Román Astorga (Mendoza, 1998). Estudiante de Historia y escritor.


La Troya eterna

Compañera, un día escribirán una épica del choripán, de


la birra tibia y del bondi que pasa a las 5:37 am por la Ca-
lle Salta. Tendrá tantas páginas como colillas de Red Point
nuestros recuerdos; tantas palabras como veces tuvimos
los labios morados de tanto damajuanero y de tanto beso
mal dado.

No tendrá tapa ni contratapa, solo un prólogo mal escrito


por la vieja que me espiaba desde su submundo cuando
jugaba a la pelota contra su pared. En él, ella contará,
entre otras cosas, mi habilidad para pifiarle a la redonda;
y mi estrategia de desaparecer del plano para salir desde
abajo de la venta para asustarla.

Lo venderán los ferreteros y tendrán descuentos aquellos


que sepan cómo se llama el pendorcho del coso mocho o el
ese que pones así-mueve las manitos-y después lo enros-
cas así-gesto sublime de pelotudo-.

Por último, hablará de nuestro amor sin hablar del amor,


tu nombre y el mío serán cambiados en cada página, y los
espacios en blancos serán para que, quien lo compre, o
robe, pueda escribir una parte, un fragmento, de la épica
de los héroes de la red bus.

129
Colectivo Write Like a Girl

Colectivo Write Like a Girl (Mendoza) Colectivo conformado por Cons-


tanza Correa Lust, Marinés Scelta, Noelia Agüero, Leticia Brondo y Victoria
Urquiza. Surgió con el objetivo de abrir espacios y generar lugares para mu-
jeres y disidencias. Trabaja a partir de la escritura colectiva como forma
contracultural y contrahegemónica, con la idea de borrar la noción de autoría
y experimentar nuevas maneras de nombrar. Ha incursionado en el diálogo
con otras ramas artísticas y realizado búsquedas a través de la performance.
Write like a girl! (Peces de Ciudad), su primera publicación, apareció en
2017; le siguieron las plaquetas Flor de Cactus en 2018 y Muñeca perver-
sa en 2019.
Tengo barquitos en lugar de neuronas
“¿Quién nos enseñó que para arreglar
algo había que golpearlo?”
Upunto, María de la Victoria (1887)
Odas Sacramentales.

“Mendoza: Pescado de Pueblo.


Pelo peluca pelambre pelada peluda
Depilada deprimida
Prímula primor prima primeriza primera vez
Pronta posmoderna posporno posmopolitana
Potuda papuda proteica pepona
Petera pechugona
Pendeja
senos tetas pechos chichis chiquitas chichón
chocho chocho
Chucha chucho chiruza cochina
Conchuda sinchuda
Hinchada Encinchada chinchuda
Enchida chachachá
cholita re chula cholula
Chiflada chancluda
Fletada mofletuda inflada
desenfadada
desenfalada
Ensamblada desalmada destetada desterrada desestima-
/da
Burlada brumosa brava burlona burlesca burda
Burra Boluda boba volada
Tragona estragón trabada tremebunda
taimada traga Tramada
torpe tarada Retardada tardía
tardanza
media falta
131
Flatulenta flagelada flaca flaquísma inflamada inflamable
Pesada pasada postrada probada probable potable
Pública púbis publicada imputada inimputable
Innegociable
gozada gastada gatuna ganada
Regocijada gostosa gomosa goma
garota gitana
guacha gauchita gila yirada
Jironeada re manija
manejada manuela manivela
nuerótica neumática neurálgica negada
negociada ninguneada nivelada
neutral nociva noelia natural
normal
anormal
histérica
histriónica histórica ibérica insulada insultada
insulsa
ensalada
rusa
romántica ramera revolucionada revolucionaria
rallada rayada rajada recapitulada rearmada ranqueada
rebelde revelada
renunciada resarcida zurcida.
careta cajetuda cajeta cajita encajonada
Cogida recogida colgada
Constante constanza colmada
Constipada cagada cagona
Cabrona calcada recalcinada recauchutada
Ñoña teñida aniñada añorada aseñorada
Doña señorita señalada soñadora soñada
Ñoqui alfeñique al ñudo
Que la fajen
Fabulosa fácil facilonga felina fajina fachistoide
Femenina feminazi afeminada afamada fabulosa
Fantástica farofa falopeada afelpada
Fosforita fosforescente fulminada fumigada
Fusilada fusilante
Fibromálgica
Mágíca maga madreselva malcogida mansa
Mamita madrecita madraza

132
Mantenida máscarita mascarilla masticada
Masturbada malamada malhablada melindrosa
Megusteada angustiada
Mirada remirada revirada
Contagiada consumada consumida consumista
Con su madre consolada
Culeada culera fulera
Filibustera embustera embaucada
Manipulada, manipuladora
Conchipelada conchaetumadre
Consentida
Sobrestimada
Desestimada
Subestimada

133
Eliana Drajer

Eliana Drajer (San Martín, Mendoza, 1979). Es profesora y licenciada


en Comunicación Social (UNCuyo). Sus textos han sido seleccionados desde
2004 para integrar diversas antologías de Argentina, México y España, ade-
más de ser merecedores de premios individuales. Trabajó como periodista en
medios gráficos y electrónicos de Mendoza y en prensa institucional. Partici-
pó en el grupo de poetas mendocinos “Carne Fresca” y “Faltan 2” y actual-
mente es integrante del grupo “La moledora de carne” y de la Red Nacional
Itinerante de Escritores. En 2008 residió en el Instituto Rural de Artes de
Casas del Cerro (España) gracias a una beca concedida por la UNESCO para
concluir su primer libro. Fue becaria del Fondo Nacional de las Artes para
capacitarse en poesía con Alicia Genovese. Su primer libro Muñequitacho-
cadora (Buenos Aires, El Suri Porfiado, 2009) fue seleccionado y subsidiado
por el Fondo Provincial de la Cultura de Mendoza. Actualmente trabaja como
profesora en nivel secundario, universitario y educación no formal.
Trátame suavemente
A Johana Chacón, desaparecida en 2012, a los 13 años,
en la localidad de Tres de Mayo, Lavalle, Provincia de Mendoza. Y atodos
los hombres y mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia.

Yo soy Johana
y vengo a decirte que no descanso en paz.
Me hicieron lamento soga y ceniza
piedra mentira y trata y más violencia y más y más.
Yo soy Johana
y ahora me levanto y pido palabra para esta injusticia.
Hay mujeres arriba y abajo y niñas y más niñas
que juegan y desaparecen y desaparecen jugando
y chau ya no están más.
No hay sombra registro huella paso que las vuelva
no hay vestigio ni eco ni señal cerca de esta mentira.
Yo soy Johana
y vengo a decirte que estoy acá.
Pido justicia palabra un espejo para mostrar dónde está
/mi vida.
Todos lo saben: no hay refugio para la incertidumbre.
Y ese hombrelobo hombrefuria hombrediablo
duerme como si los días siguieran pasando.
No quiero lástima ni compasión
quiero palabra y justicia justicia y justicia.
Yo soy Johana
y ahora soy tierra agua y viento
colorabrazo niñamemoria.
Ahora canto palabra y pienso una infancia distinta para
/los infantes
quiero el futuro libre de ellos y mi paz y perdón.
Yo soy Johana
y vengo a decirte que no descanso en paz
Vengan ustedes.
135
Todas las Johanas.
Ahora.
Vengan.
Sepan que la mano se levanta una vez
que el fuego es eterno hasta que lo apagan
que la piedra no vuelve al mismo sitio.
Yo soy Johana
todas las Johanas
y vengo a decirles que esta nueva palabra
las cuidará hasta que decidan apagar el fuego
tirar la piedra
aparecerme
y decir conmigo
basta.

136
Epílogo

Hacer una antología fue toparse con la propia estupidez y


con los prejuicios que viven latentes bajo la cortesía. Discu-
timos mucho y, al principio, quisimos hacer algo bastante
pretencioso. El tiempo templa y enseña; el contexto, también.
Esta antología, como casi todas las cosas que hace cualquier
persona, es el resultado del híbrido entre las expectativas y la
realidad.
Las diferencias estéticas, bien debatidas, fortalecen la
amistad; ayudan a formarse de una manera que nada tiene
que ver con los grandes divagues teóricos; exponen la propia
ridiculez y su infinita fuente de risa; ayudan a comprender
los silencios; a perdonarse los errores; entre otras varias co-
sas recomendables de hacer. Una antología, pensamos ahora,
es más sus silencios, lo no dicho, lo que no está. Otro lugar
común.
Íbamos a dedicar un aparato de prólogos para discutir en
torno a qué es o qué no es la literatura mendocina, la ya sa-
bida y certera cantaleta de su inexistencia. Después nos arre-
pentimos: cuando se habla mucho de una cosa lo único que
se evidencia es su falta; la cosa está donde menos se habla
de ella.
Dicho esto y sin más palabrerío que agregar, un abrazo
grande.

EDICIONES DEL GORILA


Este libro se terminó de editar
en estado de pandemia.
Agosto 2020.

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