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POETAS

ARGENTINOS
CONTEMPORÁNEOS
AGUIRRE- ALONSO- AZCONA
CRANWELLBAJARLÍABAYLEY
BLASETTI-CESELLI-ETCHECOPAR-
GIRONDO GIRRI GODINO-
JUARROZLLINÁSMADARIAGA-
MOLINAMOLINARIOROZCO
ORTIZ PAITA PELLEGRI NI-

PIZARNIKSVANASCINITREJO
URIBEVANASCO

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GRÁNEOS
ARGENTINOS
COÑTEMPORANE S

AGUIRRE MADARLAGA
ALONSO MOLINA
AZCONA CRANWELL MOLINARI
BAJARLÍA OROZCO
BAYLEY ORTIZ
BLASETTI
PAITA
CESELLI
PELLEGRINI
ETCHECOPAR
GIRONDO PIZARNIK
GIRRI SVANASCINI
GODINO TREJO
JUARROZ URIBE
LLINÁS VANASCO

F u n d
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a c i 6 n

S Av L E S
Edit iones Papiro
25 poetas argentinos contemporáneos / compilado por
Osvaldo Svanascini - 1a ed. - Buenos Aires Papiro, 2005. :

220 p. 19x14 cm. ;

ISBN 987-22196-0-5

1. Poesía Argentina I. Svanascini, Osvaldo, comp. II. Título


CDD A861

© 2005 Derechos reservados por


Ediciones Papiro / Fundación SALES

Viamonte 2043, 6 g A (C1056ABE)


Ciudad Autónoma de Buenos Aires
República Argentina
(54) 11 4371-9595
sales@sales.org. ar

Primera edición: Junio de 2005

ISBN: 987-22196-0-5

Tirada de esta edición: 1.000 ejemplares.

Impreso en La Casa Gráfica, Junio de 2005.


estudiolacasa@fibertel.com.ar

Prohibida la reproducción total o parcial por


cualquier medio, sin permiso escrito del editor.

Hecho el depósito que establece la Ley 1 1 .723.


Libro editado en la Argentina.
Printed in Argentina.
BRINDIS POR DOS NACIMIENTOS

La Fundación SALES se complace en presentar este libro de poe-


sía, que es también la primera producción de Ediciones PAPIRO. Re-
sonará sin duda en este nombre, para los memoriosos, el de aquella
revista que empezó siendo, en los tiempos primeros de la Funda-
ción, un pliego de papel madera diagramado con refinamiento por
Ricardo Costantino, espíritu y que llegó a convertirse en
tutelar,

publicación de amplia tirada, portadora durante años, en librerías

y quioscos, del pensamiento lúcido y la palabra crítica de muchos y


valiosos colaboradores.

La revista PAPIRO, aunque principalmente dedicada a y reflejar

comentar la actualidad nacional y mundial, también incluyó entre


sus páginas textos de literatura de prestigiosas firmas: Ediciones
PAPIRO, su heredera, se inaugura, en consonancia con ello, con es-

ta selección de poetas argentinos contemporáneos hecha por


Osvaldo Svanascini.

Svanascini no es sólo el poeta admirable que brilla entre los más re-

presentativos de la Vanguardia creacionista y surrealista, lo que sería

ya mérito suficiente; ¡unto a ello, su diversidad de talentos y su larga

trayectoria de labor, al parecer inmune a la fatiga, lo lian convertido


en una personalidad múltiple y sobresaliente de la cultura argentina.

7
Svanascini es también narrador, ensayista, crítico, traductor, con-
ferenciante. Es crítico de arte y ha formado a más de una generación
de artistas plásticos desde la cátedra universitaria. No hace mucho ha
sido incorporado a la Academia Nacional de Bellas Artes, donde
aporta en publicaciones y proyectos diversos. Su condición de estu-
dioso y difusor del arte y la poesía del Extremo Oriente -investigados
durante largas permanencias en los respectivos países- lo llevó a de-
sempeñarse, entre nosotros, como director del Museo de Arte
Oriental, a cuyo desarrollo contribuyó de manera decisiva.

Todo ello lo hizo acreedor a honrosas distinciones de Japón, la

India, China, etc. En la Argentina le acaba de ser otorgado el primer


Premio Nacional de Literatura por un ensayo dedicado al arte delTi-

bet. La revista "Casandra", que fundó y dirige, dedicada a la cultura


contemporánea, es, por su calidad y universalidad, uno de los más
ambiciosos y logrados emprendimientos de su género realizados en
nuestro país. Por último, last but not least, Osvaldo Svanascini es un
hombre que por la vía del Arte llegó a vislumbrar el reino del inefa-

y que por éste se orienta, a despecho de los aturdidores


ble Espíritu

pragmatismos de paso. Dice no profesar ortodoxia alguna. Fue ini-


ciado en enseñanza budista en monasterios de Kioto y Tokio, ha-
la

ce muchos años, y suele afirmar que está orgulloso de dos cosas: ha-
ber conocido personalmente a un artista de genio, Xul Solar, y a una
persona literalmente irradiante de santidad, la Madre Teresa de Cal-
cuta. Su obra publicada, entre poesía, narrativa, ensayo, crítica de ar-

te, estudios orientales, traducciones de haikus, tankas, etc., suma


más de 60 títulos. Esta labor recibió varios premios, entre ellos el ya
mencionado Premio Nacional de Literatura.

S
Con respecto a esta selección de poesía argentina contemporá-
nea, su autor manifiesta que ha querido presentar, con criterio am-
plio, una muestra de poetas renovadores, o acentuadamente perso-
nales, o descollantes por su rigor estilístico, o todo ello reunido. No
se le escapa al veterano crítico que la arbitrariedad es el pecado origi-

nal de toda antología y que, en consecuencia, junto a los poetas aquí


incluidos "podrían estar presentes también otros". Aunque faltaría

agregar que, en cualquiera de las otras selecciones posibles, "ningu-


no de los presentes podrían no estar".

La Fundación SALES cumple, al emprender esta nueva activi-

dad editorial, con otro de sus cometidos estatutarios (aparte del de


contribuir al desarrollo de la ciencia), que es el de fomentar la cul-

tura humanística. Y le complace hacerlo con una muestra de crea-

ción de literatura y no con otro libro más de teoría o crítica litera-

ria. Este discurso secundario, como con propiedad lo denomina


George Steiner, propagándose como tenaz maleza, ha venido usur-
pando la atención del mundo editorial, librero y académico desde
hace ya demasiadas décadas. Y urge poner otra vez en primer pla-
no, su lugar legítimo, el discurso primario, la palabra del creador, co-

mo una señal para buenos entendedores de que, iniciado el siglo

XXI, es buena hora ya de volver a la fuente.

Buenos Aires, Invierno de 2005

Arturo Prins
RAÚL GUSTAVO AGUIRRE

a veces dice me ha perdido el aire

he tenido una cinta de preguntas


una moneda de memoria
absorta entre mis dedos
pero qué transparencia me ha costado

yo me contuve en música
he caminado un mar y así no era

he caminado un miedo hasta la nuca


he sido infiel a sus ejemplos
mis ojos han cambiado

he cubierto de signos la inocencia


la antigua edad de un cielo sobre otro
yo bebedor de anuncios sin memoria

y he subido a los barcos en el fondo


timoneles de lluvia
me han contado sus venas
y he visto algunos mapas
donde nadie está lejos

a veces dice me ha crecido el mármol


yo esperaba delante de un milenio
pero qué piel me vino
yo bebía una música

11
y mi vaso era un eco
caminaba en la lumbre de una llave

iba cavando el alba

y mostraba mi espejo a los cometas

de niño fui juglar

petrifiqué una rosa

AMISTAD CON TU MUERTE

tus años me acercaron en la pregunta de sus dedos


tu amor por donde resbaló la tinta

hacia sus resignados corredores de sombra

hoy que despierto solo


en el silencio de tu sangre
voz en su ejercicio
la

mas ' 1
alto se me •
U
quiebra \
V>o~
^^
en palabras que traen de tu sueño
un hijo desatado ante el azar

tu más allá de madrugada abierta


extenso y devorado por el rostro
del viejo error agazapado en la memoria
hov te confunde en un idioma simultáneo
como un puerto que grita su esperanza
y un mar adelantado a la premura
en el ayer de giros últimos
me muestra indiferente enamorado
la yerma vastedad de tu perfil

12
padre de tantos padres
para quienes mis ojos
se ven en el azogue de los cuerpos
en un día de azules monumentos
que aprietan en el frío sus cisuras

mientras américa de huesos inauditos


imantada y rebelde
deja temblar sus aves de esmeralda
mientras un largo sismo de raíces
desenvuelve su fuerte
cintura zodiacal
has sido condenado a no amar para siempre

y todavía cruzo
esta calle de origen indefenso

y asesinadas hierbas
esta piedra feroz como el letargo
sus fauces separadas
por la hermosura de la víctima

y como nadie ha muerto


la alegría demora suavemente
la milenaria infancia de una puerta
por donde entre planetas
sales conmigo a penetrar el mundo

APOLLINAIRI

si estuvieras aqui pequeño apollinairc


aldabonero de las fábulas

13
qué bien te beberías este largo horizonte
en una mesa expuesta al universo
y tendrías guillermo
apollinaire de orillas
puras y germinales
un río de perfil y una tensa impiedad
para tu cráneo virgen
un vértice seguro de tu cuerpo
el alba donde vibran las cuerdas más profundas
el sueño de los muros

el viaje de las puertas


un obelisco donde estaba el mar
la sed precipitada de las calles

y nuestra juventud más allá más allá

abuelo de la savia
de las hojas sensibles por donde nacen pájaros
estarías mirando tu idioma sagital

estarías mirando cómo de ti nos fuimos


sobre otros caballos domados en invierno
sobre una ebria geometría
y a través de cometas cuya furia

resistimos y usamos

tú nos saludarías desde ojos sin puertos


viejo lobo de mar amotinado
en la curva del cisne

14
PROLONGAR EN EL LIMITE

cerilla con peso de hombre caracol empezado en año inerte


gestos de alcohol grúas de ceño descendente
empecinada espuma desdeño curvo y frío
lima perpetua donde la puerta va cerrándose

sismo del cielo bajo amortecidos brazos


funeral y con plantas sumergiré mi nombre
en polleras de duelo antiguamente rubias

tal era mi color cuando giraba en mis accesos


de sol y en mis canteras de silencio
en el país de la enterrada música y del himno
donde hay ciencia y cabellos gota a día

atravesar encuentros sombras de bronce y despedirse


fruta desengañada de los tallados reyes

yo seré trascendido por bellos diccionarios


y será el ejercicio de crecer
con vértebras que se deslizan y leyes siderales

y húmedas fresas y obsequiadas novias

llueve encima del aire para ir conociendo


quién es persecución con sortijas y pájaros
cuando el caballo cae hervido de campanas

rampa infinita del asombro turbio fin de durar


autocerrados en el plasma de todas las conquistas
ojos más ojos hacen un verdadero niño

"Cuerpo del horizonte"

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PEMBROKE BAY

Allá quedó: recóndita


entre el cielo y el mar y las colinas,

con sus arenas lúcidas, su propia eternidad,


en el azul fosforescente, sola
entre los élitros de la tormenta y el galeón estallado,
entre la piedra del coleóptero y el áspero versículo
del caracol, y el viento que vomita la nieve
y cormorán que eleva sus ojos hechizados
el

en un edén de espumas y asfódelos


donde secretamente avanza el leviatán
hacia el fin de la noche, dios lejano,
hacia los grandes témpanos que han roído las olas

y la aurora boreal.

Reina de los callados pensamientos,


entre los horizontes v las rocas de Príapo,
oh, blanca tumba mía, preferida entre todas.

Port Stanley, Islas Malvinas, 1980.


La Gaceta, Tucumán, 1980.

LA TRINCHERA DEL RIN

Yo, Martin
Heidegger, filósofo
que pensó lo Impensable
y que anunció la pérdida del Ser
en razón de la ciencia v del olvido,

16
fui declarado por mis pares
"persona totalmente prescindible"
y enviado a cavar esta trinchera

a lo largo del Rin.

Bajo mis pies se ahonda la tierra venerable.


Cae el azul crepúsculo de GeorgTrakl. Tengo frío.

Y en el bosque cercano suena otra vez, oscura,


la risa del idiota que asistía a mis clases.

1980.

'La estrella fugaz'

RAULGUSTAVOAGUIRRE

Obras publicadas: El tiempo de la rosa (1945), Cuerpo del horizonte (1951), La danza

nupcial (1954), Poemes (1954), Cuaderno de notas (1957), Rales y violencias (1958),
Alguna memoria (1960), Netze und Gewalten - Nodzbuch (1961), Señales de vida (1962),
I a piedra movediza (1965 68), Antología (1949-1978), I .. estrella luga/ (1984)

17
RODOLFO ALONSO

LA MUCHACHA DE LAS ISLAS CANARIAS

la que yo amo distribuye el tiempo


conserva las raíces de las horas en sus manos
salud en sus campanas
en su muralla convertida en lluvia
en su corazón que está en declive

en la cumbre la muerte en el fondo el amor


amor sus dos pupilas amor cabalga la certeza

y ella convive con los hombres

hoy sus islas habitan mi garganta


la nadadora negra está de pie en la orilla

y hace jirones de pelo con el viento

la que yo amo persiste en el invierno


se da y huye
para luego volver a prosternarse
levántate esperada tu corazón es un crisol

pero aún hay una espada en tu sonrisa

la que yo amo está cerca de mí


nuestra fuerza es la fuerza de los hombres
está en mis venas y en mis músculos
caliente como el pan como la sangre como el vino

'Salud o nada

19
BUENOS VIENTOS

El amor nuestro fue una belleza incandescente, paseada con


dignidad entre sobresaltos y disculpas.

Lo nuestro creció de golpe, auspiciado por la buena voluntad de


algunos vientos que no supieron sino alterar nuestros caminos,
unificar nuestras distancias, darnos una mano.

Fueron los únicos culpables de esta feroz batalla por la aventura,


recientemente concluida.

"Buenos vientos"

N.

Si yo te hubiera dicho: el corazón es una fruta enorme. Si te

hubiera cantado con estas palabras de descontento y de traición,


sihubiera abierto una sola de mis llagas, podrías hoy dormir a
mi costado.

Pero el cansancio espera y esto es mucho. La vida no da más de


lo que se le pide. Las distancias se agrandan o se rompen.

La tierra tiene un ritmo.

"El músico en la máquina

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OJO POR OJO

La mirada de los nuevos mártires no muere limpia.

Es agria y cansada, preñada de resentimientos. Aterradora para


eldelator que verdaderamente crea en la justicia.

"El jardín de la aclimatación

QUERER ES PODER

desnudos
ante la noche o la miseria

la mirada sangrante
hace la luz del día

"Entre dientes

EL ESPEJO DE ORINA

Liviana luz le dora el agua dulce,


la dulce mansedumbre, el dulce ahora.
Días vendrán en que se ponga seria
la luz, la terca
manzana de vivir. Ahora
gira la perra sobre su propio aliento,
tibia olfatea y huye
como la luz ele lodo.
"Hablar Claro

21
DÉJÁVU

Una mujer se desnuda en mi memoria


mientras afuera resplandece la ciudad
o llueve y hace frío

Una mujer lava su pelo negro con el agua de mi infancia


una distancia va formándose

Su piel es lenta y fresca como la mañana que acaricia


su voz se hace lejana

Una mujer me alcanza


el primer seno descubierto
el primer seno acariciado

Mientras adentro resplandece la memoria

"Hago el amor

COMO DOS ASTROS


Como dos astros errantes
que se han unido por su errar
nuestros errores nos acercan
nuestros errores nos separan

Como dos astros errantes


que se deslizan por amor
nuestras miradas nos atraen
nuestras miradas nos rechazan

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Como dos astros errantes
que se separan para ver
la sed el hambre el sol la furia

nuestros caminos encontrados

En lo profundo de los cielos

en el silencio de la luz
como dos astros errantes
morimos renacemos
"Señora Vida

OLOR A LLUVIA
El aire trae de pronto recuerdos del olvido
con sabor a horizonte, hierba húmeda y ausencia.
Color difuso y neto, casi como sin dueño,
máscara o habitante, límpidamente orgánico,
cargadamente etéreo. Espíritus, espíritu;
huellas de una memoria que gira en su vacío
repleto: fuegos, cuerpos, dioses, rastros, palabras.

'Sol o sombra

HORMIGAS SOBRE NARANJA

Lo negro devorando al esplendor,


aullando silencioso,
y silenciosamente devorado
por tanta maravilla.
"AlredecLores

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DESDE LA TIERRA PROMETIDA

Los viejos te soñaban y ya no eras promesa.


Sal sobre las heridas. Y corona de espinas.
No hay primavera fácil en las ciudades tóxicas.
El campo es impotente en manos impotentes.

Los hijos de la tierra, los hijos de la sangre,


abren los mismos ojos a la mañana acida.
¿Quién podría anidar sobre nieblas y espanto,
tanta muerte infecunda, esta vida que mata?

No es el bello desierto ni la selva voraz.

Un reiterado abismo nos ciega y nos atrae.

Quiere hacerse destino, se pretende constante.


Nos engañan y quieren engañarse también.

¿Cuándo terminarás, Saturno, con nosotros?


Tu mirada congela, y tu estrépito encubre
los dolores, los odios, las miserias, las penas.

¿Nunca terminarás de devorarnos, patria?

"Jazmín del país'

TORMENTA DE QUMRÁN
Y tuvo que llegar del desierto
la evidencia salvaje, el aliento

sagrado del viento sin mesura,


del simún, avaro v codicioso,

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fehaciente, veloz, que resucita
el polvo adormilado del archivo,
ese orden púdicamente congelado
por el ávido ojo del poder.

Y tuvo que ser lengua, todavía,


el verbo nuevamente hecho carne,
esa palabra al viento, errante,
empecinada, grave, clamorosa,
atravesando encima de las muertes
las frígidas murallas del silencio.

¡Alegría del habla que se habla


cuando ya nadie habla, patética,
extremada alegría, que estremece

laalfombra del concilio y abre


de un solo golpe, con su feroz
abrazo de aire fresco, las ventanas
del sigilo, el recaudo y la clausura!

Del viento del desierto, saludable,


incómodo, inmortal, sólo podía
esperarse algo santo: el espesor
ácidamente vivo de la verdad,
desnuda.
"Música concreta

COMO RIMBAUD EN HARRAR


;Sm que la poesía me abandone
también vo he frecuentado reyezuelos
.

en acidas comunas suburbanas


Por óbolos pequeños, subsistencias,
en los alrededores del poder?

¿Salvando las distancias, lenguaraz


de caciques menores, jefes siervos,

sustentando retoños vigorosos


con migajas de estruendo, alegorías,
para que la poesía me abandone?

"El arte de callar"

RODOLFO ALONSO
Libros de poesía: Salud o nada (1954), Buenos vientos (1956), El músico en la máquina

(1958), Duro mundo (1959), El jardín de aclimatación (1959), Gran Bebé (1960),
Poémes (1961), Entre dientes (1963), Hablar claro (1964), Relaciones (1968), Hago el
amor (1969), Guitarrón (1975), Señora Vida (1979), Cien poemas escogidos (1980),
Sol o Sombra (1981), Alrededores (1983), Jazmín del país (1988), Poemas escogidos
(1992), 70 poemas de 35 años (1993), Lengua viva (1994), Música concreta (1994),
Poemas (1995), Antología poética (1996), Elle, soudain (1999), El arte de callar (2003),
Antogía pessoal (2003), La otra vida (2003), Canto hondo (2004), A favor del viento
(2004) Antología personal (2004)
,

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ELIZABETH AZCONA CRANWELL

ESTO QUE SUBE Y TOCA TU PALABRA

Es un hablar de nieve
esto que sube y toca tu palabra.
Se dobla el otro extremo del espacio
allá donde el verano compromete
la ciudad en que habitas.

Alejada por la tierra implacable


tu cara es el azar de mi memoria.
Centellean los pájaros servidores del frío

y obedezco a los cóncavos designios


que le anuncian con colores helados en las ramas.

Voz de sol en destierro


manos que denominan cosas
entre huellas y pinos solitarios.

Yo sé mejor de lejos tu nombre de flor cruda


jugada en la inocencia.

Rotan su luz opuesta los solsticios


y hay un cambio secreto que le nace al lenguaje
agazapado en un rincón del mundo.

¿Qué punto del espacio


enlaza como un encuentro grave
tu decir y mi ausencia?
Algo curre en un sitio del alma

27
que desconoce sus predilecciones.
Levanto una mirada de fiesta prohibida
limada de una pérdida.
Ya no descubro rosas, las invento
de las sopladas voces de oscuridad y exilio.

Nunca se empieza a amar sin una chispa


de error en la mirada.

La distancia es a veces

mi mudo espacio de reconocimientos.

"Imposibilidad del lenguaje o Los nombre del amor

DONDE CAMBIA LA LUZ


"Consuela a la luz solitaria
y al sol en su tristeza;
ven, como la noche, pues terrible
como la verdad es el sol"
Edith Sitwell

Vagabundo:

Tuviste vino y sombras bajo un puente de frío


repartiste monedas de pan en tus memorias
(para lograr el fuego, hay que saber los ritos del amor).
Ahora piensas tu infancia
y la noche hace frutas de hielo con tus lágrimas solas.

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Loco:

Era loco y callaba.


No quería gustar, ni ver, ni oír.

Yo descubrí el idioma de los pájaros que se encrespaba jubiloso


cuando el sol o una mano le besaban la piel, enamorados.

Sino:

Yo caeré
(enciérrame con tu palabra)
no escucharé las voces de la luz
(habíame con tu silencio)
he de cantar en la caída
(sitiame con tu gesto)
sea tu mano como el sol a la tierra

como la música a mi canto.

CITA

La amazona de arco iris y muerte se hundió de amor


en el lago sombrío.
Cada noche sin luna su caballo remonta una viudez
de estrellas

para beber del agua que la abriga.

"Anunciación del mal y la inocencia

29

i
DESPEDIDA DE AMANTES

min
a Carlos Ardohai

Palabras húmedas buscan lugar


entre dos vasos.
Un incienso de hierbas
filtradas hace mucho
nutre la moderara biografía.
La mutación está en los árboles

el canto transformó su melopea.


Pero hay acordes que persisten
lugares acosados por una vieja sed
(rases que todavía crispan la memoria
aunque el deseo ya no reine
con su precaria condición
en el cuerpo y las cosas.

Aquél que tantas veces moduló sus inventos


ante el jaque del sol
o se plegó al acento de una vieja cantiga
bajo la cobardía de la luna
hoy es tan sólo un odio delicado
como el contacto entre dos rosas
de colores antípodas.
No hay combate
es apenas la caída de un pétalo
que ningún viento impulsa
salvo el propio corazón de la flor

cansada por lo eterno del día.

30
INVITACIÓN

Toda la luz de octubre meridional


está llamando ahora.
Podernos acomodar el alma bajo el ciprés
darnos la mano humildemente
y esperar la supuesta palabra que nos ligue,
la orden de poseernos con la delicadeza del rocío

hasta en el soslayo asome a la hora de volver


-una copa y Vivaldi-
los arrepentimientos caen al crepúsculo
mientras se va atenuando la llamarada de la piel.

¿Por qué tememos el encuentro


si el poderío de la imaginación hace la luz
en las hojas nacientes,
nos lava del lenguaje encarcelado
en los amores viejos?

Hemos amado hasta la desmesura


pero el amor no pertenece a nadie

y el árbol no cortado morirá solo una vez.

Debes aclimatar a mi dulzura los parlamentos de tu orgullo


aceptar esas prácticas insidiosas del aire
en tus caricias débiles de tanta sorpresa y privilegio.

Y en cu proximidad nada reemplaza


CS un destello novedoso del alma
un nacimiento bajo una rara posición del cielo.
Mezcla en tu copa agua de lluvia y vino
tal será el filtro que marcará el camino de nuestra unión.

••i
De nada sirve tu aspereza si acabaremos solos y desnudos
como una triste canción bajo la luna
Y salmodiando apenas las letanías del amor.

Acaso despertaré contigo en un cuarto dorado por el alba


pero el amor no pertenece a nadie

y la oración no dicha morirá de secreto alguna vez.


Echa al fuego la cascara de los amores viejos
como un abrigo inútil.
Te propongo invitar con la luz
con nuestra voluntad de amar
al que tiembla de sed y no crea sus aguas.

En la ceguera de tu voz, la palabra arderá en calles nuevas


los ropajes antiguos del concepto caerán como ceniza
cuando partamos solos, unidos casi

a una morada más abierta.

'

El mandato

EL ESCRIBA DE MIRADA FIJA

La memoria se obstina

aunque los siglos la hayan despojado


de su respiración, su poder natural.

La memoria se obstina en los huesos, la piel,

el poeta perplejo ante un libro cerrado


pide contar las tierras del retorno.

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Hay palabras mordidas en labios que no dicen
y él marcha abriendo las tinieblas
con un báculo en pos de algunas frases viejas
desnudas de color y ornadas sin embargo por la fe.

En cuanto pasa, vuelve a cerrarse la catedral de voces


quedan ciertas figuras con sus brillantes tonos

y harapos de liturgia.
Y hay allí cosas que existen para el testigo forastero
para que siga modulando frases

y quiera atar rarezas y excelencias,


lujosas vestiduras de palabras
a los ropajes secos del concepto.

Y la memoria, ya sin cadenas, le ilumina el rodar de las

sombras.

El agua se alimenta del pez, el pez bebe del agua que


lo ampara
y las bestias respiran el aire donde crecen
comen los frutos de la tierra, matan para
vivir

y gozan bajo el sol como en la luz primera


del sexto día.

Habla el poeta de la excelencia de las flores y la rareza


del corazón
pregunta por un manojo tenso de células v
venas
por una zona libre donde se cante a los
cuatro elementos:
agua y aire, que nos permiten respirar y nos

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sacian la sed
cuando el fuego le marca su existencia a la
tierra.

Y que él no sea entonces mendigo sólo de la eternidad


sino el escriba de mirada fija tocado
por su asombro
por las sentencias vivas ante las cosas muertas.

Cumpla el escriba su mandato


con el silencio abierto
sólo para las penitencias de la luz.

El escriba de mirada fija"

LA SOLEDAD ES UNA EXCUSA COTIDIANA


Hace un tiempo, recorrió mi mirada el vuelo de un albatros en la costa
de Gales. Dylan estaba cerca, su casa terminaba de cerrarse ante el

ruido constante del mar gris. El albatros describió grandes círculos


para cortar la niebla. ¡Si él tan débil supiera sus argucias, que aspiran
pobremente a un fuego en el lomo de las olas! Gales alegre, triste. La
soledad subía a ramalazos entre conversaciones y excusas cotidianas.
Hoy el recuerdo es sueño. Queda este sueño amigo de mi cuerpo que
baja y se recrea en la piel, la seda del olvido como las lentas aguas de

otro mundo que apenas me separa y me condena.

- Recordemos, ahora, los pinos verdinegros de mis primeros


cuentos. Estaba sola, escucha bien, con esa soledad que se trepa pol-
los días sin árboles.

'El reino intermitente"

34
ELIZABET1 AZ( 1 X )NA IRANWELL
(

( )l>r,is publicadas: De los opuestos (1 971 ), Imposibilidad del lenguaje o los nombres del

amot (197. -5), La vuelta de los equinoccios (1974), Anunciación del mal v la inocencia
(1980), Id mandan» (1985), id escriba de mirada fija (1991) La mordedura (1993), Id

reino intermitente (1 997).

35
JUAN JACOBO BAJARLIA

CONTIGÜIDAD

en las ecuaciones de tu impulso


bajo el viento que trituran las estrellas

cuando la ciudad acerca y detiene sus ocasos en la llama


que jadea su memoria
el fervor acaricia tus acentos
colorea las palabras y tu nombre
llena tu rumbo
y se exalta en el límite que rompe tu mirada

cicatriza las horas en el horizonte que se llaga en nuestra


luz quiebra sus alas en la transparencia
el movimiento de los sueños en la piel
deshiela
permanece en la hoguera que gradúa nuestra voz.

INMORTALIDAD

límite al que no llega el espesor ni la llaga ni el tumulto


que movió nuestras sienes

37
sentimiento coagulado que mira, con sus ojos de piedra
sin regreso
de lluvia sin aguas
de soles sin hoguera

razón quemada ya en una conturbada eternidad.

POEMA SIN FINAL


el hierro desgajado
la voz en la bandera
la vida enredada en una página
henchida en los ojos que cubren nuestra piel

amanecida en la campana de fuego que late en nuestra


sangre
frágil

comunicante
tendida en la mirada
galopando en el ala de los pájaros

cubriéndose de escarcha en las estrellas

he aquí las palabras que no hallaron la red.

PERSISTENCIA

país en la memoria
en la bruma pegada a los lebreles

38
que reúne el infinito bordado de camellos
con la estrella jadeante que arroja sus lámparas azules
y exalta la extensión de lobos y pirámides esclavas
con el tiempo amurallado y las arenas en fuga hacia el

silencio
con el paso quemado en la ecuación de una esperanza
igual a los espectros
siempre idéntica a las columnas que crecen y degluten
el espacio
país reverdecido
memoria hundida en el anhelo
con el pulmón deshecho en el impulso amontonado
y el ojo surcando latitudes de fuego
de cenizas violadas
de colores enhiestos
de plumas hilarantes
de rugidos que ahuecan el deseo y afilan la mirada

país de rutas estranguladas donde se inscriben la pena y la

lujuria

país donde crecieron el fruto y la tiniebla


donde abortó la voz y el polvo se hizo piedra
país en la memoria
con espadas subyugadas que transitan los versículos

país de memoria
de huestes purpurinas que tapiaron los abismos
y de los cuerpos hicieron su líquido
eres el viento que llora y gana espesor
en la noche del sueño innumerable.

39
PROSA DE UN RECUERDO ACUMULADO
los ojos las manos las violetas de tu luz
los números chirriantes la escarcha enronquecida
tu color y mis pájaros
los arcos de un cielo devorado
las cadenas los días los vidrios

mis estandartes anegados


El fuego dividido en el humo de tus pasos
el aliento triturado en la palabra anochecida
tus cifras y mis puertas
el deseo vertido en alquimia alucinante
la imagen aguda en el ruedo de la catarata
tu silencio y mis columnas
encendieron el vino acorralado
ajustaron el aire de mi espera
los dedos los espectros los claveles de su límite
los himnos amarillos la danza encapotada
tu sabor y mis árboles
los hilos del temor en su cuadrante
las algas las arenas los astros
tus ecuaciones tiritantes
el alfabeto enredado en la escala de tus ojos
el ardor almibarado en los tableros de tu ausencia
tus anillos y mis labios
la densidad liberada en los muros de tu llama
la zarza sudorosa en el versículo caldeado
tus uñas y mis horas
reverdecieron las sombras quebradizas
destruyeron las aguas de mi voz.

"Estereopoemas

40
10

Sin embargo, de ese gesto que ya no beberé,


de ese alcohol que consumió mis venas,
tienes aún el latido y la espada,
la brújula que crece en la distancia,

y el rayo y los relámpagos que nacieron de una gota de


tu sangre.
Porque tu gesto se hizo venganza y se cubrió
en la voz de la quimera
para volcar sus llamas
y florecer en los cascos invisibles del signo

abierto que cabalga en la invención.


Se hizo número de fuego y llanto en los cuadrantes,
amapola imprevisible de las anclas,
sudor de vidrio en la noche deglutida en los relojes,
oro de los tallos en la luna que arroja su extensión.

La luz nacida de tu muerte,


coagulada bajo la máscara,
sobre las piedras imprecisas,
fue tu gesto.

Fuimos dos. Acaso uno solo.


Tus labios enredaban la noche que gemía en los relojes.
Iu mirada lanzaba las escalas hacia el deseo crepitante.

En el vértigo, sobre el azul desterrado,


la luna estremecía las constelaciones

41
y las estrellas teñían el cielo de mi ventana.
Mi muerte se amurallaba en la voz.
Acaso no existías. Estaba solo.
Yo v una lámina quebrada que reía en el espejo,
la imasen de azufre.
"La Go gona

SOLO UNA SOMBRA

Llegaste cuando las viejas computadoras


ardían en sus códigos
y la un ovillo para enhebrar planetas
luz era
una fórmula retorcida impresa en una mueca
que caía en el vértigo.
Llevabas la mano de Cibernius
y el «hágase la ciencia»
los libros que Fausto perdió una noche
y la sonrisa de Dios sobre tu frente.

Llegaste un día cuando la quinta generación


se acoplaba con la sexta y las otras

y parían máquinas y depósitos


donde hervían las sombras v los cúmulos

que tú necesitabas para limpiar el cielo

y las horas
los días

de un sarro que, decías, venía del engaño


de una palabra vacía
o de un abismo donde el hombre buscaba sus mandíbulas.

Llegaste y te coronaron

y Cibernius borró la sonrisa que llevabas en la frente

42
puso los libros en el horno
borró tu conciencia y te dio un cúmulo
para limpiar los impulsos.
Y al fin, ya coronado, buscaste una mujer y un hombre
las claves del planeta

Y el antiguo amor que apuntaba el cuerpo.


Sólo hallaste una sombra que transpiraba en una máquina

"El poeta y el exilio"

EL DÉSPOTA
Variante para W. H. Auden

Era el señor de la vida y la muerte.


Le bastara mirar para alimentar el terror.

Cuando sonreía y abría la boca derribaba una muralla.


Un día golpearon a su puerta:
alguien sonreía y abría la boca dibujando una mueca.
Una muralla lo devoró entre sus escombros.

(1991)

JOHN DONNE

Alguna vez dijiste:


Dios nunca se enferma
porque podría morir como los hombres.
I )ios ha conservado en sus manos

43
el poder de Muerte
la

para que nadie pueda sobornarla.

Pero no dijiste:

Dios es el mundo donde todas las noches


el hombre se pierde en el espejo
para huir del exilio.

Dios ha transferido la llave de este mundo,


que acciona sin palabras
para que se cumpla el poder de la Muerte.
(1993)

JUAN JACOBO BAJARL1A

Obras publicadas: Estereopoemas (1950), La Gorgona (1953), Canto a la destrucción


(1968), Nuevos límites del infierno (1972), El poeta y el exilio (1990), Poema de la

creación (1996), Historias de monstruos (1969), Fórmula antimundo (1970), El


al

endemoniado Sr. Rosetti (1977), Sables historias y crímenes (1983), Los números de la
muerte (1972), Notas sobre el barroco (1950), Literatura de vanguardia (1946), El
vanguardismo poético en América y España (1957), Sadismo y masoquismo en la
conducta criminal (1959), La polémica Reverdy-Huidobro (1964), Existencialismo y
abstractismo en César Vallejo (1967), Fijman, poeta entre dos vidas (1983), Drácula, el
vampirismoy BramStoker (1992), Lovecraft, el horror sobrenatural (1996).

44

!W I
EDGARD BAYLEY

lento acero interrumpe el sueño


los ojos abiertos

los labios a que llegamos los dos


un día cualquiera un vínculo cualquiera
el humo empeñoso

el roble y el apoyo más allá de los meses


un día cualquiera y el claro entendimiento
las buenas nuevas de los muros

en el ámbito del roble


en el rostro del alba
en el paso contraído de la lluvia

en la cita secreta
en la cita pública
en el comienzo y ahora
en la hierba húmeda
y en la fría violencia y el arrojo del azar
nuestra libertad futura hace su nombre
y el curso de sus manos

ENCONTRARES DECIR
en el rapto de las estaciones
en las caitas en las palabras vueltas a tejer

en el trigo de toda carne

45
has hablado un idioma muy nuevo todavía
venido de muy cerca
del corazón y los pasos
pero ahora envejecen sus bordes recién creados
v otra vez te hallas en un continente en guardia
puedes hablar
no importa fuera de qué lecho
puedes hablar en los muelles
y en la esfera común de la miseria
cuando todo calla
y no hay brazos ni nombre para tu aurora
puedes hablar de cerca
vivir al borde de los días

oscurecer el árbol de los primeros frutos


como alas de una misma estación
los años entregarán tu aventura
para aprender y errar
en las hierbas de todo nacimiento

"En común"

EL CIELO SE ABRE

el cielo se abre para contener la cabeza y las manos del


hombre
que sueña
él estámuy cerca de los árboles
está muy cerca del silencio y de los días que hablan
constantemente
a veces del aire llegan unas luces violentas
son ríos que obligan a saludar de lejos v a cerrar los

46
postigos
hasta que la noche pase
es demasiado tarde pero la edad ofrece siempre espacios
nuevos que puedes recorrer en todas direcciones
espacios palpables y acompasados como los relojes de
pared
espacios que tú solías hundir en la fuente hasta el fondo
hasta
el lecho donde el agua esconde sus profecías su memoria
de jornadas puras
espacios abiertos a la claridad del deseo

aquí las horas adquieren nuevas costumbres


en el interior de las horas el amor sonríe y arroja al

viento tus
secretos
son episodios desconocidos que la boca de un
adolescente narra
susurrando

cuando abro los brazos es que he llegado a una nueva


provincia del día situada junto al canto del gallo y el

ramaje de los árboles

el día con millones de ríos deja fluir sus manos hacia


todos los

rincones del universo


en cualquier lugar puede encenderse la palabra que nos
permita
ver entrar en el corazón de la madera en el mar de tu

mano
extensión del instante bella confabulada

47
una voz todavía para que el aire deje libres los fuegos del
alba y otra vez para siempre sin nombre la espera
y el sueño se confundan
no diré tu nombre no me importa quedarme vacío
nuevamente
después de haberse visto
deja al sueño subir y que él hable solamente

un país un país adonde llegan las luces del vaso y la

ventana
y todo recomienza en el corazón y en las manos

"La vigilia y el viaje

CANTO DEL ETERNO


con mi nombre vengo con el verano hundido
con la perdida aniquilada faz el horizonte
que sucumbió con fingimiento y sol entre dos cuevas
vengo de ayer rodeado violento tajamar ardido
caída huella helada salmo de la primer hora errante
inmóvil
y aquí aquí en un recodo del pobre domingo de tus ojos
blanqueado de durar solo secreto
camino fiesta de sed cada mañana
con mi nombre vengo y la estación y el rito

el laberinto el cuerpo esclarecido


sin deplorar la ausencia y la aridez y el rito

ciénaga ladrido círculo de fuego que envolviste


el ensueño frutal la despedida
qué muro final contiene la marea

48
y abate la victoria de la isla
con mi hora vengo con mi pasada guerra
a entregar los restos de la fiebre

aves de paso silencios piel del padre río


fantasma erosión de la vertida luz
salpicada de furias y de redes
y comunión de carne un solo vaso
colmado por la lumbre de tu infancia
innumerable fluir serena boca
y cubrirá otra vez mar los labios
el

lamemoria el deseo la presa cotidiana


con mi día vengo con mi fondo
oscuro sin orillas prosiguiendo
en hontanar en noche en alimaña
vengo a tu encuentro la cita ya tan lejos

la cita mujer toda la mano diste


para olvidar así tanto rocío
a cada instante se encienden nuevamente
las naves las estrellas novia mía red incesante
sortija ángel solo orilla helécho tempestad
paso luz espera desconcierto
porque al verano llegan el hijo y el hermano
elextendido brazo y la cuerda del aire
dormir dormir soñar porque no hay gancho
ni espuela ni facón ni llanto ni galope

no hay compostura me retraso me cambio me ilumino


y equivoco mi sombra lo sé me he dado cuenta
equivoco la vez el cauce la herramienta
y voy partiendo te amo tanto que te dejo
y CC tomo de nuevo en otro viaje
o cristal o cuerpo o rama o embeleso

no puedo renunciar pregunto me desnudo

49
y aguardo al sol espero los milagros
del llamado imposible y el puente reconstruido

ME DOY CUENTA
ahora que viví entre dos labios
ahora me doy cuenta que no es nada
que no es nada cantar cuando se han ido
que no es nada tanto ambiguo color tanta pereza
pisar mi ambigüedad mi gallo insomne
equivocar mi bandera y mi osamenta
ahora que viví oculto abajo
ahora me doy cuenta que no es nada
mirar hacia el fondo si ha quedado
la muerte al fin trajeada de ambrosía
ahora que viajé de noche solo
y subí de un salto a la colina
ahora me doy cuenta que no es nada
pensar que mañana o que pasado
me doy cuenta claramente que no es nada
que no es nada el desamparo y la volanta
que no es nada no haber visto
haber quedado en tanto imaginar y no haber sido
ahora me doy cuenta que no es nada
ahora que miré a mi hermano cara a cara
y le vi el perdón y la pobreza
me doy cuenta claramente que su avío
que su modal su lucha su despegue
anuncian por estanques y por cuartos y burbujas
la prenda venidera el duro filamento de ser hombre

50

M
VERDADERA

la verdad que se busca se pierde se hace libre


la máscara la tibia piedra el horizonte el pulso
la abarcadora liana el estallido el festejo

el pasamanos el cauce abierto


el equipo la puerta el aire la marea
la visita la espera la figura de papel

y un compás y la memoria y flores

aquí estoy vuelvo me extiendo soy la mano


y traigo el pan la danza un gorro y un claro día y sombras
en qué lugar está
dónde ubicar la quieta
escolta el año la tormenta
mi verdadera
dónde amanecer y fluir
tomarte y aparecerme
coro maizal
y encuentro y luz

'Celeb raciones

EDGAR BAYLEY

Obna publicadas: En común (1949), La vigilia y el viaje (1949 51)i Ni tazón ni palabra

(1955-60), El día (1960-63), < ^lebtaciones(1968 1 S76), < >bra poétk a (19

51
c I
ALBERTO CLAUDIO BLASETTI

XXII

Tal vez nociones hubo o llantos o delicias


que nos amedrentaron. Eso que conocimos
hacia fines de junio. Eso y los inciertos
dominios del desgano, el personal exilio,
en fin, las vaguedades
con que se cierne el día en el adviento.

XXIII

El gesto parco y el humo,


la lasitud de un parque
con el polen de fin de tarde,
con su mitra húmeda y el eslabón nupcial
del que busca en la abdicación
una puerta imprecisa.

"Arquitrabe y solsticio

Y, nómade, Tadmor,
muestra tus restos,

tu temblor que ha engendrado


la otra Tadmor, la prima en el desmedro,
la antípoda encendida y resurrecta en la memoria.

Nunca mueren estíos germinales; mueren complejidades


translaticias,
alas del movimiento como épocas,
vastas comunidades rotatorias
con su residuo de reminiscencias.

Tadmor:
contemplando los muros
de tus necrópolis rosadas
y sedientas, pensé: la libertad
emerge de nuestras propias ruinas.

¡Pero qué dehiscencia


la yodada manera de tornar
el polvo al polvo! ... ¡Qué polen
el musgo y
del el recuerdo! La liana
de Tadmor ata a Palmyra en una red de vértigos.

O, dicho de otro modo,


hay una estrella doble
en la balanza del tiempo
que no es tiempo. Hay un plumaje
que busca su color en la parábola del eco y los vacíos.

Oh, humo del tabaco fumado en el desierto...

"Tadmor'

UN DRAGÓN JUEGA CON TRES PERLAS

Con molicie
en el tocador del anochecer
- transitorio - Afrodita se empolva

54
ante el espejo.
Del esparcido cisne
de la concepción de una diosa
nacieron los mundos por la ley

de la asociación.

Luego, los mundos estallan


porque ella ha huido en el color
cobalto de su berlina hacia los muelles
de los amarantos y la noche.

Pero volverá,
porque en el declive del goce
ha confundido los mármoles
del plenilunio y el sepulcro.

RECOMENDACIONES PARA HACER UN ICONO

En las maderas claras,

en los crisantemos,
en la cabellera táctil

se advierten esas donaciones


que la naturaleza derrama
en un instante de esplendor.

Hay que celebrarlo en el muelle,


junto al cáliz de la canoa
y los jugos del ananá del buen tiempo.

"Las vetas del ágata"

5S
CASANDRA
El veneno de los ofidios suaviza las ruedas del
anochecer
y entonces la isla, con la glicerina de sus nativas
cae en la ranura del horizonte.

Las calas crecen junto a la glorieta

y los cuerpos de las luciérnagas se prenden como


lentejuelas
a la túnica transparente de la mujer
que tiene contactos con el más allá.

Alumbrada por la luz de sus pómulos


llega hasta el mar y percibe en sus uñas
un débil temblor de fondo que armoniza
con la impregnación del universo.

LILAS AL ATARDECER

Quedan cabelleras despeinadas


cuando las musas menores
abandonan sus cuerdas rotas
entre el follaje

Hay cierto olor a pinos


Y el aire es la navegación del bosque.
Entonces, al salir del agua, los tobillos
de las rientes

parecen pómulos de abolidas deidades.

"El esmalte del ruiseñor'

%
X

Hay una alondra ciega en la música de cámara


que se golpea, como los amantes, buscando una
salida.

Quise ayudarla, tontamente, sin saber que a cierta


altura
del vuelo ya nadie ayuda a nadie.

En fin, quedaron unos ojos color de nicotina


como un tropismo incierto en la penumbra.

LA INTELIGENCIA GENERAL,
COMO HABLAR DE OTRA COSA.
La interrogación de las zancudas
y los espejos convexos, proponen
los beneficios de la deformación

para, después, proceder a la formación


de los cuerpos regulares como el icosaedro.
Cypris se suelta el pelo en los ocasos

venturosos; resplandece, sin aclarar,


el fuego. Los diminutivos a las fuentes
de la infancia acercan: dormita el cedro.

JARDINES CON SILENCIOS PENSATIVOS

El olor a boj en las grietas abandonadas,


la última luz de la tarde

57
en el vitral incurioso...
Pronto llegará la noche de marzo
con sus diálogos en los anaqueles
donde persiste el roble.

Y saldrá la pastora de la altura


para herborizar el jardín
con sus semillas de milenios.

FRATERNIDAD DE LOS RÍOS

Hay un Nilo mental


y son remeros los dioses
del buen tiempo.

CURACIÓN POR LOS ANTEPASADOS

Mis antepasados eran del Lacio,


de las colinas de Roma, confiados
en el añil de las viñas. Para ellos

Júpiter se alimentaba de la carne


dulce de las estrellas fugaces, esas

que abren sus canastas en las tardes

de junio y caen ciruelas sobre vestidos


de organdí, ventilados para desfallecimientos
súbitos.

"Tulipas iluminadas en las terrazas del tiempo"


EN EL DESMAYO REAPARECE
LA ROTACIÓN DE LA TIERRA

Las luciérnagas,
después del esplendor del verano,
terminan perdidas en el borde

de un búcaro oscuro, desmayadas


en el túnel por donde el invierno
entra la oblonga berlina del Bóreas.
Les falta la vara de mimbre
del sotobosque y la arpista de ojos
claros iluminando la noche.

Caen en la fatalidad, sintiendo


que la redondez de la misma
se parece a la redondez de La Tierra.

CAIRELES Y GAMUZAS

Si los dioses son árboles por venir


y el olmo, una deidad tardía,
en la penumbra donde murió

la madre, es posible encontrar


una clave: rocío en la esponja,
cesta de la canéfora. vacía.

59
.

EL BOSQUE ES EL OLIMPO DE LOS DIOSES TARDÍOS

Filamentos acuáticos
en el corazón de la luna.
Futuros ofidios esmaltados

en verde... Los flamencos


descienden un rosado apacible
en la tarde, perpleja

de hiedras que se alargan


hacia el anunciado
desfallecimiento de la luna.

"Luciérnagas en una vara de mimbre"

ALBERTO CLAUDIO BLASETTI

Obras publicadas: 7 azules para una sonrisa (1945), Turno del hombre (1946),
Antigüedad (1953), Diosma (1958), Arquitrabe y solsticio (1970), Ecuación con
alondras (1972), Tadmor (1979), Diálogo de los pájaros en la fuente de los vitraux
(1981), Clinamen (1984), Zigurat (1987), Las vetas del ágata (1990), El esmalte del
ruiseñor ( 1 994), El remero de los ojos azules (2000), La dama de los diosmas (2001 ), Los
ópalos del río (2003), Tulipas encendidas en las terrazas del tiempo (2003), El jaguar de
Nínire (2004) Luciérnagas en una vara de mimbre (2004)
,

60
JUAN JOSÉ CESELLI

AQUÍ ESTOY

Con mis pies de cerco bajo la nave lujosa del sol

Con mis ojos de buey sobre el mar de los días

Con mis manos de arena en las playas del adiós


Con mis huesos de cansancio sobre la carne movida
hacia distantes ventanas que se apagan e iluminan
inexplicablemente
Con mis zapatos de vidrio enrojecido por el fuego
de hogares entrevistos en la infancia
Con mi hoja de sed sumergida en la tinta del espejo
Con mi amor áspero cabalgando los lechos abandonados
en medio de la calle

Con mis ojos movidos por el sentido que orienta a


los ferrocarriles

Con mis uñas en el asfalto que recorren los cometas


Con mis piernas de amianto para incendio de hormigueros
clandestinos
Con mis visceras de relojes amontonados sobre los

cementerios
Con mis cabellos de cintas emplásticas para sostener
las heridas de los vidrios
Con mi corazón de vino para grandes ceremonias
Con mi razón de alas de pájaros enloquecidos por
el vacío
Con mi alma de ramaje de viejas canciones
Y el dedo índice precipitándose por el túnel de
la lejanía


LA ARANA DESNUDA

De las siete teorías sobre lo perfecto


La primera más difícil de sobrellevar
es la

Estrecharse las manos entre desconocidos


Seguir sin fatiga el itinerario de un muñeco que
reparte profecías
El vaivén de las balanzas que se usan para
prometer y no cumplir

Siempre habrá una tolerancia especial para estos


seres tiernamente pecadores
Por la forma elegante de jugar su última estrella

De escamotear los ceniceros

O hacer correr la sangre mientras beben


gentilmente una taza de té

Condenados por sus equivocadas predicciones


Son los que deben esperar los días amables de fiesta
para arrancarse los dedos

OTRAS AMISTADES

Cuando despierto recibo los mensajes del aire


Y el afinador de los truenos
Me hace la señal convenida desparramando las
nubes e instalando las luces de la tormenta
Entonces enciendo la aurora
Sacudo los caminos y cuelgo el sol

De noche abro mi pecho


Y dejo rodar mi placer más profundo
Mi mujer es la que deja caer de sus ojos el rocío

62
nocturno
Le gusta caminar descalza sobre los mares ayudando
a los peces voladores
Y andar por los minúsculos túneles de la tierra

Acompañada por pequeñas lombrices imantadas


De noche me saluda
Cubriendo su garganta con los más sutiles

relámpagos

"De los mitos celestes y de fuego

Pasa el trópico
Con su enorme sombrero de serpientes
Tus pupilas tienen la fatalidad profunda e infinita

De la morada del horizonte

Yo lucho tú te limitas a vencerme


Y te desgarro indefinidamente comprendiendo
Que siempre sería tu esclavo
Aun cuando nunca te hubiera conocido

Con la respiración llena de pecado me acerco


Quiero ser más fuerte que el diablo
Tú me abrazas como si ya en otra vida
Me hubieras así abrazado

Yo me siento extraño
Como si lloviera dentro de mi ropa

63
Enormes agujeros me traspasan
Y el vendaval esparce mis huesos lejos de mí
Las sombras se agrupan sobre tu frente sin límites
Los árboles crecen velozmente
Todas las raíces se cruzan con tus presagios
Pero tú resplandeces de claridad

EL PASAJERO DE PLOMO
Mi deber es correr mientras él gira ami alrededor con sus alas
de látigos. Vuela, ora sobre mi pecho, ora sobre mi
espalda. La música nos enloquece y kilómetros y
kilómetros devoramos sin detenernos jamás, mientras
los golpes de los tambores nos alcanzan marcando el

compás de nuestros latidos.

Yo amaba su cuerpo de fuego, que como un anillo consumaba


las nupcias de su tiempo y mi sangre, agitada por sus

caricias ruidosas.

Pero descubrí que sólo por interés lo hacía. Que sus brazos, sus
ojos, su boca, estaban Fijados más allá de la distancia
donde ambos navegamos.

Un día, cuando más y más estridente la


ligera sea la carrera

música, me detendré un segundo más de lo necesario, lo


suficiente para verlo caer y estrellarse como una bolsa de
arena vieja.

"Violín María'

64
TERCER ENCANTAMIENTO DE LA 9
a
CEREMONIA

días de sol

los halcones vuelan victoriosos


un dios desconocido huye entre el follaje

y esa es nuestra felicidad


los troncos de la angustia han sido derribados
los alegres sembrados centellean
amémonos
el Juicio Final no existe
toda la irrealidad está a nuestro alcance
amémonos no importa cómo
aunque debamos devorar a nuestros hijos
aunque debamos devorarnos a nosotros mismos

liberando nuestros impulsos más suntuosos


hundamos en ellos nuestro yodo privado
hasta hacer saltar de su avaricia
sus artificios más secretos

el gran espejo del sol rodeado de plumas


la lluvia adaptándose a nuestra melancolía
los días grandes y los días pequeños
las partes de tu cuerpo que representan a las flores y a los

narcóticos
todo nos lo ha sido dado para disfrutarlo
para poseerlo ven
desnudemos e) delirio
mientras el Diablo llora por nosotros
el Infinito nos sostiene con la magia de su trono el suelo tiembla
estalla la tormenta
y tus caderas son cada vez más sinuosas que una pantera

65
y tu danza
implacable como las fauces de un tiburón

nuestra arrogancia reclama a Dios


el mundo que nos ha sido dado

SÉPTIMO ENCANTAMIENTO DE LA 13
a

CEREMONIA

yo sentía su cabellera inexplicablemente pesada


arrastrarse lentamente por los túneles incendiados de mi sed
explotar sus labios entre los tentáculos frenéticos de mi
impaciencia
el busto erecto de la danza
la llamarada audaz de la gran batalla
el laberinto azucarado de sus pequeñas orejas pálidas de amar

nunca vi unas ojeras más locas


ni una piel deslizándose más victoriosa bajo su implacable color

moreno
selva vibrante de electricidad negra
sutiles antenas turbulentas
gimnasia sombría de la Vida alquimia voraz y pagana

las venas desembocan sobre mil ríos vertiginosos


y los músculos se pliegan como una gran araña ahita

CUARTA ILUMINACIÓN DE LA 17
a
CEREMONIA
a veces corro hacia ti

para salvarte del miedo


y te descubro caída en una grieta del espejo

66
en medio de una claridad muy vieja
en un área de tiempo lejano y pequeñísimo

socavados nuestros esqueletos


por profundas catástrofes pasionales
tú me apaciguas con una mano muy triste

y la melancolía te conquista
y me besas sombría como un cazador perdido
es la hora en que los pastores

transformándose en lobos devoran sus propias ovejas


es la hora en que los tigres se acercan a los pozos
a beber
la hora en que los sueños se acercan a la Nada
y en lo alto de la montaña
una mujer desnuda nos ilumina

tu busto cobra entonces


el perfume de los países lejanos
del guerrero que está solo en su tienda y sueña
de la soledad que se derrumba
dejando al descubierto algo mucho más terrible aún

acostada a mi lado
con la cara estremecida del enigma
te callas igual que un pueblo vencido

furtivamente
yo exploro tu cuerpo de campo en la madrugada

67
DUODÉCIMA REVELACIÓN DE LA 30 CEREMONIA a

bajo las uvas lívidas del alba


tu espejo borra todas las caras
muy cerca de aquí pasa el perfume de un carruaje
el ruido es agrio con sabor a viaje

y un latigazo chasquea como un relámpago


entre llaveros de musgo y torrentes de paño

probablemente el mar ya lo cubre


con sus anillos de espuma
y otros países calientes
ablandarán los cascos de sus caballos
pero tú estás aquí
plantada en mi existencia
como una montaña en el cielo

yo he puesto mi frente sobre la rosa imantada


de tus pensamientos
y algo quebradizo y sinuoso se arrastra
como un espejo en un bosque

más que un sueño


real

más que la vigilia


irreal

sólo queda el silencio y tu aliento


sólo queda tu pensamiento y mi sueño

y la aventura lejana del carruaje

"
"El paraíso desterrado

JUAN JOSÉ CESELLI

Obras publicadas: La otra cara de la luna (1953), Los poderes melancólicos (1955) De los

mitos celestes y el mego (1955), La sirena violada (1957), Violín María (1961), El paraíso
desterrado (1966), Misatangera (1975), La selva 4040 (1976).

68
DOLORES ETCHECOPAR

EL MILAGRO

Aquí la noche ya no es la torre del Oyente


es sólo una pequeña pensión donde tú cantas
donde tú cantas y cantas
y ardes suavemente
Hace mucho que olvidaste en el lavadero
quiénes somos
y sigues cantando la transparencia
las huidas de la luz por tu leve piel

Hace mucho que también nosotros jugamos


con el aro de tu voz
y llegamos al quiosco
y a la bellísima puerta incendiada
Hace mucho que levantamos tu voz
y callamos con la cara vuelta hacia el universo
(por eso fuimos tan pálidos
por eso nos seguían los animales
como si fuéramos parte del suelo y de la tibieza)

PALABRAS DE MAR
Las ánforas están limpias
para los voceros del mar
de cara ancha y palabras feriadas y buenas
Pequeños cielos como fardos pequeños
para sus barcas vacías
para sus barcas

69
como ojos en viaje y en silencio
Se seca el misterio del sur
su delgado alfabeto de alas
su áspera rodilla de lavandera
El mar ató las patas del sol

y dejó en la ciudad su delantal de piedra


El marino puso la calma de sus cabellos
en dirección del viento

PARA TREPAR POR TU MANO HE NACIDO


La luna siembra la confusión
Su índice destruye el terciopelo de la sala

y a través de los muros


nos envía su cabellera
de hojas veloces
Para trepar por tu mano
y soltar las trenzas de la muerte he nacido
A la tierra partida en dos por el silencio
sólo llegan el relámpago y los labios

NO SE LAS PALABRAS

Yo no sé decir las palabras


No sé decir el mar la olla el sueño
No sé la palabra narcótica
que los días iguales susurran
No sé las palabras que hablan solas y de prisa
No sé decir la luna
ni su rodilla lastimada sobre el cerro

70
No sé decir hoy es un día
una calle
un gemido
una época remota del deseo
En este lugar oscuro y sin noticias
llevomi piedra de lágrimas
unas palabras que nada dicen
y muv lentamente

RUMOR PIADOSO
Lo enterraron en la sombra de su barca
por no haber creído en el peso de las magnolias
ni en la altura de los árboles

ni en el frío de la nieve
Lo enterraron en la sombra de sus manos
por haber creído solamente
en el rumor de no haber sido
en el rumor de encaminarse
piadoso
hacia ninguna parte
Lo enterraron en la sombra de su sombra
por haber vivido sólo de hambre

LAS MANOS PERMANECEN APAGADAS


Más llanto
más llanto para moler esta rosa de piedra
este aletazo en la sangre
esta furia del aire que busca sus heridas

71
en mi pecho
Mi corazón late en un agujero de la noche
entre largas puñaladas de silencio
Necesito todas las hojas en blanco
para clavar mi sombra
Todas las hojas en blanco
para recoger migas de palabras
restos del pan de las leyendas

'La Tañedora

LA MUÑECA DEL VERDUGO


quién mueve la orilla de fuego
quién se detiene a encantar mi lengua
y sopla los fósiles de mi única palabra
que es mi último aroma
oh pintada bajo el resplandor de la mano
cuando intenta consolar el silencio
de la desaparecida

no volveré a subir

por la real memoria del perfume


agitando estas hojas muertas
que alguien arrojó en mi hondo vestido
no quiero volver a estar despeñada y frágil
en el rostro de los sueños
no quiero que besen en la boca
a la ramera que me acompaña

hasta mi cuerpo

72
VACILACIÓN DE LOS ÁRBOLES Y LOS MUERTOS

allí he dormido mientras caía


un árbol lleno de hombres
he dormido llena de fuego
en un jardín
junto a ellos
los patos
y el lodo
las moscas
como oscurísimos alfabetos
recorren el misal del asesino

;qué haré con él y la fisura

que amaba su axila?

duermo en un poema que visitan las gitanas


hendidas donde pasa el resplandor
ellas dicen:
deja que el rey sangre por tu boca
bruscas doncellas del escenario
me acompañan de un lado a otro
adhieren la lengua al terror de estas orillas
;es aquí el mundo?
;son éstos los cabellos las patas del sol?
yo recurro a mi potro
que camina y sufre
yo vuelvoa apoyar el cuerpo
en el fulgor del fin

73
EL QUEBRANTO DE TU REINO
grandes ríos efímeros
han hablado
palabras desalojadas
entran al parque
se arrastran por la nieve
han perdido algo tan leve y desolado
en el vidrio de los árboles
los monos y la luna se abrazan
dónde viven estos párpados
que con un poco de agua se alejan

y para siempre tus cabellos


irradian mi pena
cubren el sol de mi rumbo
estoy perdida en la nieve que cambia de país
las hojas me hacen cantar
tu risa se levanta
cansada de arrodillarse en mi corazón
la mañana golpea con sus remos
la sombra de un caballo
estoy perdida asida al silencio que huye
con su horrible carta

PERFORACIÓN DE LA EXTRAÑA VOZ

mueve esta canción


el taconeo de muertos y vivos
se vuelve veloz al rozar mi cuerpo
tendida madre hablada por extraños
la ciudad esconde un grito

74
la respiración implora
muele vestidos de colores
de navajas como perfumes
una esponja absorbe el alarido
y pide más sangre esta escalera
que subo cubriendo el precipicio
con el hilo de mi rostro

lejos del umbral


me están llevando
las voces y las puertas
me falta un lado de mí
para cruzar sin socorro
el oleaje incesante inalcanzable
las palabras saltan al vacío
y me destierran
en la calma de tu pelo
quiero bajar al pozo donde retumba
el vestido fresco del cielo
nombrándote apoyo mi rostro
arrastrado por la corriente
y las hojas que oyen tu dolor
aquí dentro de la vastedad
con la boca atroz

LA MUÑECA DEL VERDUGO


hachas
hachas
distes
colores pálidos

75
se acicalan

ocultanel telegrama de mi cuerpo

muñecas rapaces obedientes


maquinistas del verdugo
llegan antes que nadie
a ordenar la muerte
en el palacio de la Pequeña Sonrisa

mi rostro recorre las aguas


en el pecho de un muerto
élmueve las sílabas y los vestidos veloces
yo empujo el sol que suprime mi cuerpo

"Canción del precipicio

DOLORES ETCHECOPAR

Obras publicadas: Su voz en la mía (1982), La tañedora (1984). El atavío (1985), Notas-
Canción del precipicio (1994).
salvajes (1989),

76
OLIVERIO GIRONDO

EJECUTORIA DEL MIASMA

Este clima de asfixia que impregna los pulmones


de una anhelante angustia de pez recién pescado.
Este hedor adhesivo y errabundo,
que intoxica la vida
y nos hunde en viscosas pesadillas de lodo.
Este miasma corrupto,
que insufla en nuestros poros
apetencias de pulpo,
deseos de vinchuca,
no surge,
ni ha surgido de estos conglomerados de sucia hemoglobin;
cal viva,

soda cáustica,
hidrógeno,
pis úrico,

que infectan los colchones,

los techos,

las veredas,
con sus almas cariadas,
con sus gestos leprosos.

Este olor homicida,


lastrero,

ineludible,
brota de otras raíces,
arranca de otras fuentes.

77
A través de años muertos,
de atardeceres rancios,
de sepulcros gaseosos,
de cauces subterráneos,
se ha ido aglutinando con los jugos pestíferos,
los detritus hediondos,
las corrosivas visceras,
las esquirlas podridas que dejaron el crimen,
la idiotez purulenta,
la iniquidad sin sexo,
el gangrenoso engaño;
hasta surgir al aire,

expandirse en el viento
y tornarse corpóreo;
para abrir las ventanas,
penetrar en los cuartos,
tomarnos del cogote,
empujarnos al asco,
mientras grita su inquina,
su aversión,
su desprecio,
por todo lo que allana la acritud de las horas,
por todo lo que alivia la angustia de los días.

ES LA BABA

Es la baba.
Su baba.
La efervescente baba.
La baba hedionda,
cáustica;

78
la negra baba rancia
que babea esta especie babosa de alimañas
por sus rumiantes labios carcomidos,
por sus pupilas de ostra putrefacta,
por sus turbias vejigas empedradas de cálculos,
por sus viejos ombligos de regatón gastado,
por sus jorobas llenas de intereses compuestos,
de acciones usurarias;
la pestilente baba,
la baba doctorada,
que avergüenza la felpa de las bancas con dieta
y otras muelles poltronas no menos escupidas.
La baba tartamuda,
adhesiva,
viscosa,
que impregna las paredes tapizadas de corcho
y contempla el desastre a través del bolsillo.
La baba disolvente.
La agria baba oxidada.
La baba.
¡Sí! Es su baba...
lo que herrumbra las horas,
lo que pervierte el aire,

el papel,
los metales;

lo que infecta el cansancio,


los ojos,

la inocencia,
con sus vermes de asco,
con sus virus de hastío,
de idiotez,
de ceguera,

79
de mezquindad,
de muerte.

TÓTEM
¿Merezco su presencia?
¿Me sacaré el sombrero?
Bien plantado en la tierra,

las nubes se enmarañan en sus duros cabellos.


Me detengo y escucho.
Sus millares de manos
rasguean en el aire una canción de lluvia:

"El clamor de lo verde".

ESCRÚPULO

Me parece que vivo,


que estoy entre los ruidos,
que miro las paredes,
que estas manos son mías,
pero quizás me engañe
y paredes y manos
sólo sean recuerdos
de una vida pasada.
He dicho "me parece".
Yo no aseguro nada.

'Persuasión de los días

80
NOCHETÓTEM
Son los trasfondos otros de la inextremis
médium
que es la noche al entreabrir los huesos
las mitoformas otras

aliardidas presencias semimorfas


sotopausas sosoplos
de la enllagada libido posesa
que es la noche sin vendas
son las grislumbres otras tras esmeriles párpados
videntes
los atónitos yesos de lo inmóvil ante el refluido
herido interrogante
que es la noche ya lívida
son las cribadas voces
las suburbanas sangres de la ausencia de
remansos omóplatos
las agrinsomnes dragas hambrientas del ahora
con su limo de nada
los idos pasos otros de la incorpórea ubicua
también otra escarbando lo incierto

que puede ser la muerte con su demente célibe


muleta
y es la noche y deserta

ISLAS SÓLO DE SANGRE

Serán videntes demasiado nadie


colindantes opacos
orígenes del tedio al ritmogota

SI
topes digo que ingieren el desgano con distinta
apetencia

Son borraviva cato descompases tirito de la

sangre
Un poco nubecosa entre sienes de ensayo

y algo mucho por cierto indiscernible esqueleteando el aire


dados ay en derrumbe hacia el Final desvío de
ya herbosos durmientes paralelos
son estertores malacordes óleos espejismos terrenos
milagro intuyo vermes
casi llanto que rema
de la sangre

Sus remordidas grietas


laxas fibras orates en desparpada fiebre musito
por mi doble
son pedales sin olas
huecos intransitivos entre burbujas madres
grifosones infiero aunque me duela
islas sólo de sangre

TRAZUMOS
Las pupilas las órbitas han perdido la tierra

los espejos los brazos los muertos las amarras


el olvido su máscara de tapir no vidente
el gusto el gusto el cauce sus engendros el

humo cada dedo


las fluctuantes paredes donde amanece el vino
las raíces la frente todo canto rodado

82

^m
su corola los muslos los tejidos los vasos el

deseo los zumos que fermenta la espera


las campanas las costas los trasueños los
huéspedes
sus panales lo nubil las praderas las crines la
lluvia las pupilas

su fanal el destino
pero la luna intacta es un lago de senos

que se bañan tomados de la mano

ANTE EL SABOR INMÓVIL

Todos los intermedios pudresienes de espera


de esqueleto de lluvia sin persona
cuando no neutros lapsus micropulpos
engendros del sotedio
pueden antes que cóncavos ausentes en seminal
yacencia
ser otros flujos ácidos del diurno sueño insomne
otros sorbos de páramo
tan viles vivas bilis de nonadas carcomas diametrales
aunque el sabor no cambie
y Ofelia pura costa sea un pescado reflejo de
rocío de esclerosada túnica sin lastre
un fósil loto amóvil entre remansos muslos
puros juncos de espasmo
un maxilar de luna sobre un canto rodado
tierno espectro fluctuante del novilunio
arcaico dromedario
lejos ya de su neuro dubitabundo exnovio
psiquisaucc

83
Aunque el sabor no cambie

y cualquier lacio cuajo invista nuevos huecos


ante los ídem lodos expartos bostezantes
peste con veste huéspedes del macrobarro
grávido de muerte
y hueros logros de horas lagrimales
aunque el sabor no cambie
y el menos yo del uno en el total por nada
beato saldo de excoito apopopoyo
malentetando el asco
por no posverse incuso de daca polen ascua
bramavertido en cópulas averno se
cuadridoble el ámbito sin sino
cada vez menos cráter
aunque el sabor no cambie
cada vez más burbuja de algánima nonáyade
más amplio menos tránsfuga
tras sus estancas sienes de mercurio
o en las finales radas de lo obsceno de marismas
de pelvis bajo el agua
con su nollanto arena y sus mínimas muertes
navegables
aunque el sabor no cambie
y sólo erecto espeso mascaduda insaciado en
progresiva resta
ante el incierto ubicuo muy quizás equis
deifico se malciña la angustia interrogante
aunque el sabor no cambie
"En la masmédula"

OLIVERIO GIRÓN DO

Obras publicadas: Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1 925),
Espantapájaros (1932), Persuasión de los días (1942), En la masmédula (1954), Campo
nuestro (1946).

84
ALBERTO GIRR1

LA SEPARACIÓN

Sobrevive a lo que la necesidad desgarra,


Siente un impávido irreal eclipse
Compartir bajo soles distintos el mensaje
De los amantes fieles, juntos por habernos separado,
Y recuerda que fuera de las ideas y la experiencia
Dio sus frutos la imaginación que nos tuvo sometidos.
Sabremos así con certidumbre insólita
Que sólo considerándonos libres en nuestro apego
Se puede conservar el mandato que tuvimos
Y antes que lamentar las disipadas fuerzas,
Antes de violar la prohibición de juzgarte,
Antes que el enronquecido tiempo de la espera
Vuelva aún más lentamente o acabe deteniéndonos
Yo olvidaré sin odio las malgastadas estaciones
Dejando vivir en esta suerte neutral, indeclinable
La procaz esperanza de descubrir en el amor cumplido
Un perfecto, glacial conocimiento de mí mismo.

LOS MUERTOS

Como el aliviar nuestro estado


En la imagen impasible de la divinidad;
('orno el escondernos de la falta cometida

Mediante el uso y placer del amor propio;


( 'orno el tomaf decisiones durante el insomnio
Y reímos luego de su inutilidad,

ss
También figura en el elenco,
En el abstracto orden cotidiano
La necesidad de visitarlos, irrumpir en ellos

Con la fluencia tutelar del tiempo.

Jamás se acaban, están en nosotros


Y la privación de lo que cambia los hace fuertes.
Aceptaron, no la quieta convención
Del vencido, indiferente acatamiento al pasado
Con que la deslucida tristeza familiar
Los compadece y supone retenerlos,
Sino el imperceptible tejido de la creación

Agregando nuevas capas, más edades


Para el cuidado rosal de sus campos,
Para la sustancial tierra que los nutre.

Jamás se acaban, están en nosotros


Saben su sentido y a qué mundo pertenecen
Y estarán en nosotros, viviendo de nosotros
En medio de lo que expresamos para amar o despedirnos,
Surgiendo del pensar sobre lo que ya nada nos importa,
Prefigurados en el monótono sueño del descanso
Y en el suspiro que desciende del rostro a la emoción.

Jamás se acaban, viviendo de nosotros


Descuentan, justifican la misteriosa culpa
De haber temido la muerte, de haberla aceptado
Como un despojo natural pero lejano,
De haber calculado su presencia eterna
En sucios términos de tiempo,
Pues es falso llamar a lo eterno: futuro ilimitado.

86
Hablo de ellos en general;
A los recordados amigos,
A los medio hermanos que recibí y dejé
Fuera de la bendición o el afecto
Debo apegarme de otro modo.

"El tiempo que destruye'

MASCARILLA EN PENA

Ahora que olfatean,

y como no lo deseo
me ofrecen reverentes órbitas,
y se roban lo que sugiero,
mi blando sol lapidario

inhala rostros idos,


activando el mosquerío,
y escozor en la mandíbula,
porque sólo él conoce
los temblorosos espacios intermedios,
cosa historiada,
en sí misma cosa alguna.

Más cuando el mal, no digerido


desconcierto que me cala,

abandone esta paz como un sobreviviente,


he de ser bajo aquel sol, recién nacido.

'Escátidd Io y soled, irles

87
EL SOÑADOR DIURNO
Cabe su pensamiento
en unos pocos signos y datos,
nociones
del invariable,
vegetativo, inerme
cohabitar con el tiempo,
con los colores

que minan la vista,

los sonidos
que ensordecen,
los sabores

que estragan el gusto.

Más no le hace falta

para cerrarse a la acción,

y sin dar un paso


conoce lo que está lejos,
llega, nombra, encarna,
v en el ínfimo
lapso de un parpadeo
puede ser, sucesivamente,
Hamlet v Macbeth,
identificado con la majestad
y la numinosa cualidad
de brujas y espectros,
propulsado desde un fantasma
y desde un aquelarre.
ENEADA PRIMERA

Ya salmo, ya penitencia,
ya como un apiadarse
de la enfermedad
y de lo que enferma,
ya como placer
que colma y de paso corroe,
¿qué recoge, pues,
ese ojo interior? ¿Qué percibe,
ya como estímulo
dondequiera
la carne
intente elevarse sobre su conducta
y ser extraña
al anhelo de la especie,

a la histeria
que nos hace creernos
mejor realizados que el propio Dios,
por ignorar El su nombre
en tanto que la carne
conoce el suyo?

Ya sucio y débil,
ya limpiando
lo que está opaco
hasta dejarlo brillante, ¿qué ve, pues?

Ve lo que ve
tornándose afín

y parecido a lo visto
en beneficio de la contemplación.

89
Mientras ve el sol es semejante al sol,

y verá la belleza
luego de que el alma
ella misma se hava tornado belleza.

MADRIGAL, ENDECHA

Eterno ahora, absoluto


persiguiendo la virtud
de la fidelidad a la naturaleza,
descender
junto a la que me quema y aprisiona
el corazón de la tierra,

mejillaque mi mejilla aspira

y que mentalmente,
con brazos y patas
de la imaginación, cumple, une,
y también revuelve lo que agrega
de extinto y disecado,
de recompuesto y en quiebra.

Y tamaño amor,
gloriay singular veneno,
rogando que entre rostro y rostro,
el más noble de los dos, señor de la noche,

cara del que ofrenda,


sea el mío, míos
la fosa y el desierto,

y para ella

sea yo su robo, botín


de inextinguible adiós y bienvenida

90
volcado en temblores, una rosa
que dialoga con la almohada.

"
El ojo

SEE HER, SEE HER IN THIS COMMON WORLD

Idiota, Perséfona idiotizada


por lo que las drogas que la calman
guardan de maligno,
ocasionalmente consigue ascender,
deja la subterránea fortaleza del sopor
presumiendo que la esperan
como enviada para desestimar
la pugna entre amor y muerte, una desnudez
en pos del contacto
que da lugar a la sensación,
la sensación que da lugar al ansia,
elansia que da lugar a la aprehensión, rígida boca
marcándose en las sábanas, hocico
que expulsa baba,
el agresivo
y lento fluir de un hilo
como único vínculo, su manera
tenazmente animal de reconocer,
enhebrar el balbuceo de los pactos.

;A instancias de quién
aceptas su demostración, la consideras
amiga en lo absoluto?
¿Por disposición de quién

91
el galante y grotesco espejismo
se propone ser conmovedor, caritativo,
mientras pide que la tomes con cuidado,
que la unión se consuma sin movimientos?

'Casa de la mente'

ALBERTO G I RRI

Obras publicadas: Playa sola (1946), Coronación de la espera (1947), Trece poemas
(1950), El tiempo que destruye (1951), Escándalo y soledades (1952), Línea de la vida
(1955), Examen de nuestra causa (1956), La penitencia y el mérito (1957), Propiedades
de la magia (1959), Elegías italianas (1962), La condición necesaria (1960), El ojo
(1963), Poemas elegidos (1965), Casa de la mente (1968), Árbol de la estirpe humana
(1978), Obra poética I (1970), Obra poética II (1978), Obra poética III (1980), Lo
propio lo de todos (1980), Borradores (1982).

92
RODOLFO GODINO

LA VIDA NUEVA

Al tránsito seguirá el retorno,


lo sabe, en tanto acepta
su pulido descenso
y la culpa, contra natura,
colma el alvéolo donde resiste

lo que vendrá.

¿El cuerpo otra vez,


en una versión glacial y pulcra,
o la mente inserta
en una forma bárbara,
compensatoria y consagrada
a dioses más flexibles?

Los mismos — oye — Los


los mismos,

p ero con alas.

ARTE POÉTICA

El poema busca la mediación:


su móvil aura se anuncia
a la conciencia expandida.
( !uando el desorden refluye,
para encamarse baja, tránsito
que no cambia ni redime:
SÓlo hunde la carga que transfiere.

93
Sin instrucción sobre su curso,
orientado por percepciones,
no circunstancias,
se trama, trastornando todo plan:
ya ha sido fijado por legiones
a lasque su clave se otorgó
y con ella la dilución de la vida.

La vida por un murmullo inmortal,

"Gran cerco de sombras'

LAUDE

Mientras cargo con tu conciencia


y otras maniobras privadas,
tu alma está en el sitio
seguramente ganado, libre

de groseros disfraces.
Allí existes,
ni más bella ni más hábil,
ciega, pero aún con tu poder,
dictando las virtudes
que mi condición de falsario y deudo
vierte en orejas respetuosas
para que el pasado sea digno
de nuestro nombre en la ciudad.

"A la memoria imparcial

94
INTERIOR CON FUEGO, POCIÓN Y CÁNULA

La vena que conduce


no se equivoca, lleva la paz
en su río de vago azul,

la impulsa hasta los pozos de la mente


donde el desorden químico se eriza.

El falso vidente arrastra


su yo disuelto
mientras la borra mágica
filtra lo real:

pero no es éste

el exterminio del mundo,


sólo un cuarto y un susurro de cenizas.

Quizás el espíritu se ahoga al alejarse

de su territorio, de su casa natural.


Quizás algo inocente se quebró
en el viaje, tal vez
las alas de ángel provisorio
con que subía al paraíso.

"Centón"

ASIMISMO
I )urar, guardado por el dios.
Ese improbable ejercicio,
ese alzamiento pules en la nocturna
desaparición.

95
En el poema duras. De su verdad
artificiosa extraes lo mínimo,
loque alcanza para cruzar
de un amanecer a otro.

No amas, no amaste
el salto de la alegría entre luz y sombra.
No entraba en tu carácter. Leal,
el cielo gastó fuerzas horrendas
en rellenar abismos, cambiar rutas,

órganos, estigmas: el dios te preservó


de muchos males, guardándote
en jaula suficiente.

Más cerca que muchos mortales


del halo inocente, al poema
lograste llevar tu furia inmóvil
(literalmente y^/gw rojo contenido).
Y la humillación, la pedrada en la boca,
lució ante los reyes como escudo:
bestia tan débil sólo podía
dar un pelo de sombra.

Pero ese filo hendía


y desgajaba el monte
la tierra

con poder y auxilio asentados


en el sueño. (Lo real pasaba traslúcido,
fugaz). La mente escindida
creó semillas, esperma
para nutrir más adelante a pequeños videntes.

96
Para durar. ¿Hay, se conoce otra huella
probada? Sobre el mundo la mano
arma su prisión, su clave y las palabras
en el papel —personae— arrojan pistas
como trozos cedidos a la noche,
mojones fosforescentes en lo negro, comida
y música: tu experiencia se hunde
en la luz anónima de dobles futuros.

'Elegías breves

SOBRE SU ALMA

Pésimo final mi incertidumbre,


la memoria imparcial
y los peces contrarios de mi signo.

Sospechoso mi beso al mundo,


enmascarados el miedo, la violencia,

el deseo, la caridad desviada:

mis muertos ya no esperan,


no se hacen ilusiones.

"Ver a través

CORRESPONSAL INFELIZ

Quizás cada veinte días,

conmovido, recurro a textos inestables

97
que vuelan cubiertos sobre nubes y pasturas
hasta que el sobre ya rasgado
exhibe, lábil y constante, la adhesión
de mi centro mortal.

Cada vez que ocurre


—después de planes excesivos, de tono
ajustado a lo real, a las circunstancias,
a la ansiedad hija de Piscis—
y la cautelosa criatura intenta
una lectura o versión,
la caligrafía comienza a desprenderse

trocándose en ínfimas esferas oscuras


que ruedan desde el papel al jardín
mientras los sentimientos se recluyen
detrás de máscaras de pía sensatez.

AL VISITAR UN CURSO DE ESCRITURA

Frente a la página desierta,


inducir la nota melancólica
estan lícito y prudente como armarse
para un viaje de furia:
no podemos esperar que el cielo
provea cabalgadura, rumbo, munición,
suerte, raciones, hacha y pavés.

Otra advertencia válida: no tiene vergüenza


recurrir a la llovizna
o a flautas remotas o retroceder
hacia un diálogo con útiles sombras

98
que desde reinos no visibles
logran maravillas con respuestas
que devuelven al pecho, a la memoria
a veces canciones, a veces ojos imborrables.

SOBRE EL PRIMER DESNUDO

La visión consentida de labios


e inmediaciones de ordinario en penumbras
crea -aunque la acción cese allí- dependencias
de fuerza y poder acordes
con la percepción de la belleza.

Diluvios, veranos giran


sobre el hecho destinado
a la levedad del deseo en la memoria,
cuando el azar despierta a los caídos
(en un jardín, frente a una boca,
en el entresueño) y los empuja
al rastreo, al remoto

golpe de ternura,
no importan deberes, cuerdas, lazos
ni el tiempo muerto ni el regido

por la sujeción o la impotencia o el duelo


por la menguante gracia carnal.

DÍA DE PRESAGIOS

Entro en la mañana cargándolos, brasas


v yo una figura sin equilibrio

99
buscando nombre en el futuro
hasta donde el ojo interior concede.

(He sido tantas cosas, pero firmes


ligaduras impidieron que me alejara,

lacomprensión de mí, quiero decir,


negaba la escisión, me sostenía).

El peso de lo que vendrá cambia al portador.


Pero aún creo en ti,

no te olvido, sumo
garante del cuerpo perdurable
disponiendo la transición con infinitos,
raros poderes.

"Hombre de lengua diferente'

RODOLFO GODINO
Obras publicadas: Ensayos (1954-59), El visitante (1961), Una posibilidad, un reino
(1964), La mirada presente (1972), Homenajes (1976), Gran circo de sombras (1982),
A la memoria imparcial (1995), Centón (1997), Elegías breves (1999), Ver a través
(2001) Estado de reverencia (20O2), Tríptico (2003), Hombre de lengua diferente
(2003-04), Viaje favorable 1954-2004(2004).

100
ROBERTO JUARROZ

15

El amor empieza cuando se rompen los dedos


y dan vuelta las solapas del traje,
se
cuando ya no hace falta pero tampoco sobra
la vejez de mirarse,
cuando la torre de los recuerdos, baja o alta,

se agacha hasta la sangre.

El amor empieza cuando Dios termina


y cuando el hombre cae,
mientras las cosas, demasiado eternas,
comienzan a gastarse,

y los signos, las bocas y los signos,


se muerden mutuamente en cualquier parte.

El amor empieza
cuando la luz se agrieta como un muerto disfrazado
sobre la soledad irremediable.

Porque el amor es simplemente eso:


la forma del comienzo
tercamente escondida
detrás de los finales.

101
20

Los muertos empiezan a ponerse


mortajas de papel.
Desde hoy por la mañana no se toca
el aire con la piel.

El signo boquiabierto del zapato


ya no se usa en los pies.

Las fórmulas sedientas de las piedras


no hallan donde caer.

Y mientras tanto empieza desde abajo


lentamente a llover.

Dame la mano para hacer un niño


que juegue sin nacer.
Y mirarme
tus ojos teñidos de
para hacer un paquete con la muerte

y poderlo envolver.
Pero apúrate, apúrate. Los muertos
empiezan a ponerse
mortajas de papel.
La voz ya se da vuelta como un guante
que no tiene derecho ni revés.
El hombre es una flecha con dos puntas

y dios una con tres.


Tu corazón me mira de reojo,
el mío no me ve.
Dame tu mano para hacer la muerte,
lamuerte y ese niño más que muerto.
Lo demás yo lo haré.
Antes de que terminen de ponerse
los muertos sus mortajas de papel.

102
39

Voy a alargar caminos de caricia,

con algo de dulzura entre dos dientes


y un garabato tibio en los cabellos,
para que el poco sueño que aún nos queda
no se nos caiga.

Voy a alumbrar tu rostro mientras duerme


y mirarlo al revés, donde no duerme.

Voy a juntar raíces por el aire,

catálogos de nieves que no caen


y sitios para párpados.

Voy a tomar al hombre por el centro


y tirarlo a rodar, a ver si llega.

Voy a tomarme a mí, ya me he tomado,


para enlazar de nuevo los cristales
con un redondo material sin tiempo.

Voy a cortar las puntas de la vida


como unas uñas demasiado largas.

54

Los ojos abiertos también andan vestidos,


encerrados con aire.

( oí rigen la claridad,
desandan el camino del viento,

103
se caen hacia atrás como fusilados al revés

y derrochan el mundo
como un loco repartiendo barajas.
'Poesía vertical'

14

Fruto de dos mitades,


una creciendo en lo amargo,
otra en lo dulce.
Fruto tal vez de más de dos mitades,

cuya madurez parece estar afuera,


en una boca sin gusto
o en el reencuentro de la savia por abajo,
antes que el tronco la suba.
Fruto que ignora su árbol,
quizá porque no hay árbol
para tan difícil fruto.

La tómbola del aire

lo acierta en la quinta estación,


la que está por debajo de las temperaturas.

15

Posiblemente la claridad esté en la espalda

y gire conmigo
cuando me doy vuelta con rapidez por
sorprenderla.
Posiblemente esta apariencia de juego
constituya la más grave condición fisiológica

104
y la claridad sea una parte mía,
la de atrás.

Posiblemente no haya habido error sino


pureza:
la claridad, sin manos;
los ojos porque sí, junto a otros ojos.

Posiblemente todo tienda a abrir algo,

a ponernos las manos o los ojos

en la única claridad tangible,


en la espalda del otro,
enseñándonos a darnos vuelta en el otro.
Posiblemente la claridad sea un órgano
para multiplicar lo oscuro a través nuestro,
lo oscuro debilitado
por quién sabe qué asunto sin nosotros.

30

De dónde nos viene esta veta de materia


gastada,
esta espiral de cansancio siempre en acecho,
esta zona de pergamino enfermo
que sin aviso nos desabotona el saco,
nos afloja el abrazo,
nos tuerce de repente los ojos

o nos hace callar en la mitad de una palabra.

De dónde nos viene este ariete precursor,


esta Asura ubicua, bautista del agujero eterno.

De dónde esta filiforme anticipación

que se nos cuela como el revés de la ternura

IOS
de una amante
y nos empuja un poco más el párpado,
nos roba lo que íbamos a decir
o nos calca el derroche de los rostros.

De dónde esta humorada, esta espuma de


jabón del abismo,
este rapto ínfimo,
este buche de la muerte,
esta ocasión de meter el dedo en la grieta
que esculpe subrepticiamente la piel interior
de cuanto existe.

Un minúsculo monigote, un dios enano


anda rondando el pecho enfermo
de esta minúscula claridad que llamamos la

vida.
Habría que cortarle las manos.
O habría que clausurar la claridad.

35

Los pájaros más duros de la tarde


solidifican una escala
para bajar al archivo del aire
v volar en la tarde de aver.

42

En la luz lenta de lo más olvidado


hay algunos puntos negros
que dibujan el ciclo más ciego del ardor.

106
Nunca reconquistaremos esos puntos,
ni siquiera los recordaremos,
pero tu mano a veces se intercambia con ellos

en el ímprobo olvido.

59

Las decisiones de las nubes,


las pestañas de la lluvia,

los rieles o tréboles que inician el amanecer,


tienen algo que ver con las caracolas mayores
del olvido.

El nombre también tiene algo que ver


con lo nombrado.
La mirada,
que es más órgano que el ojo,
suele a veces reeresar.
'Segunda poesía vertical"

79

La soledad infinita del pensar


aterra los espacios celestes.

Seres clavados en cápsulas de carne


se ahogan, hacen señas y se mueren.

Desmantelan mientras tanto un planeta


que parecía su casa,

107
Se matan entre ellos
y emiten diferentes sonidos y palabras para todo.

Llevan adentro un acto inverosímil


que llaman pensamiento.

Nadie conoce su objeto.


Es como un espejo
dado vuelta del mundo.

Sólo parece a veces


que ese hacer fantasmal
repara el universo
y desde su soledad ilimitada
y su pobreza efímera
le brinda la abismal compañía
de ser por lo menos pensado.

59

Hay un día escondido en el futuro.


Se va acercando furtivamente
como un animal que se arrastra.
Pareciera un día sin fecha,
pero en algún calendario
debe estar fuertemente marcado.

Y aunque la triste homogeneidad del tiempo


hace que ningún día tenga nombre,
este día guarda en alguna de sus horas
nuestro hombre acorralado.

108
Ignoramos si es mejor esperarlo
u olvidar que se acerca.

No sabemos si pensar que es un día


o quizá un antidía
donde la luz se arremolina en sombra.

Tal vez lo mejor sería imaginarlo


como un día escondido en el pasado.

"Decimocuarta poesía vertical'

ROBERTO JUARROZ

Obras publicadas: Poesía vertical (1958), Seis poemas sueltos (1960), Poésie verticale
(versión de Fernand Vertiesen, 1962), Poésie verticale (versión de Roger Caillois, 1962),
Segunda poesía vertical (1963), Tercera poesía vertical (1965), (uaná poesía vertical
(1969), Quinta poesía vertical (1974), Sexta poesía vertical (1975), incluido en: Poesía
vertical (compilación de los volúmenes anteriores, Caracas, 1976) y Poesía vertical,
antología mayor (1978), Poesía vertical 1958-82 (1993), Poesía vertical 1983-93
(\ 993), Decimocuarta poesía vertical, fragmentos verticales ( 1 997).

109
JULIO LLINÁS

SOMBRERO DE PERRO

No hemos tenido suerte,


amigo mío,
aunque haya quienes digan
que siempre la tuvimos.

Cuando miramos hacia atrás


y recordamos las calles
de ese tiempo que se ha ido
con nosotros,
no sabemos ya
qué hemos tenido,
no sabemos siquiera
si hemos tenido alguna cosa
o si todo ha sido solamente
nuestro disfraz de saltimbanqui,
nuestro sombrero de perro
y nuestras ganas de vivir.

Algo sabemos sin embargo


de los fulgores del mundo:
no nos va bien la bufanda
de seda pelirroja
de los directores de asuntos,
no nos convienen
los parajes idílicos,

las mansiones augustas,


las torpes limusinas.

111
No estamos ya para esa farsa,

viejo perro.
Hemos querido cantar
y sólo hemos gritado.
Hemos enfrentado a Dios
y él ha escapado
brincando por los bosques.
Hemos querido mostrarnos
v nadie nos ha visto.
Hemos querido ser grandes
v sólo fuimos los mismos,
los de siempre.

Acaso hayamos tenido,


únicamente,
la delicada suerte
de no haber sido nadie
ni nada.

LA ALONDRA
a Josefina Lelo IV

El niño rompe sus juguetes


en busca de la alondra.
La oveja con ruedas,
el caballo de lechero,
el oso negro de la tía Blanca,
el tiovivo con música,

112
la locomotora alemana
y hasta el fonógrafo infantil
con aquella marcha espantosa
norteamericana.

Lo rompes todo,
le dice su padre.
Todo lo rompes,
le dice su madre.
Busco la alondra,
dice el niño.

Y, claro está, pasa el tiempo.


Y el niño, que ya está crecido,
busca la alondra en los campos,
en las bestias, en los libros,

en las mujeres.
Y todo lo destruye
en busca de la alondra.

Se ha convertido
en un hombre rodeado
de juguetes rotos,
de libros inútiles,

de mujeres destrozadas.

Hasta que llega el momento


en que se hace viejo
y camina por las calles,

distraídamente,
buscando siempre la alondra.

1 I
Pero una tarde, empuña
su bello Cok 38
y se pega un tiro.

Entonces,
de su cabeza ensangrentada
sale volando la alondra.
Es lástima que no haya
nadie para verlo.

EQUIPAJE

Me llevaré solamente
mis costumbres.

Esto prometo al juez de paz


del país celeste:
allí donde me encuentre
la partida
me entregaré mansamente,
no echaré mano
al cuchillo
ni pelearé con el ángel.

Me llevaré algunas miradas,


los animales de siempre,
un fresco amanecer, un cerro
muy azul,
ciertas palabras susurradas,
el canto de las ranas bajo
las estrellas,

114
el arrebol de una tarde,
mis espuelas.

"Sombrero de perro

L'ANNONCE FAITE A LA VILLE

Desde la cumbre del aire,


suspendido en la barca de los cielos
y viendo arder el mar de la bahía,
sus mórbidas arenas y sus navegaciones,
con la ciudad colosal
entre los labios,
sólo deseo caer desde lo alto,
girando con el tiempo que se va
y el tiempo que retorna.

El estallido solar en la penumbra,


la quemadura natal de la ciudad,
se descomponen en rostros milenarios,
¿habrá algún alma detrás de esas miradas
yertas? ¿habrá algo más que un jergón
para mis huesos? ¿para el amor otro sepulcro?

¿para mis labios otros labios?

Ciudad ciudad, estoy llegando,


gran Capital del mundo del final,
ciudad ciudad,
estoy llegando a tí,

¡escucha!
tienes el alma que te infundió el gran Ezra
cuando cías candida aún,
¡delicadamente con la flauta, eme.
ój/i
del padre,
ciudad ciudad de picaportes de oro,
estoy llegando a tí,

estoy llegando

HUBO UN PAÍS

Un tiempo hubo en que


las bestias

sudaban bajo cielos


cegados por el polvo
azul de las guitarras

y el polvo grana
de los domadores,
mientras la luna bizqueba
en pleno una
día, ¿o era

noche dispersa en la mañana?

Un tiempo hubo
en que la espuela
velaba con los grillos
bajo el alero del mar
de verdes canas.
De esa manera jadeaban
las muchachas hincadas
frente a las braguetas
de un país de compadritos,
de finos cuchilleros,
de apostadores de taba

116
y gordos hacendados,
un país de potros dibujados
en el viento,
;o era tan sólo una balada
marrullera,
un pecho herido entre los mapas
de los gallos,

una promesa incumplida


por los héroes
y sus mandobles de pavor?

Hubo un país de carne y sangre


ventiladas
entre cañadas y lagunas,
entre mujeres de piernas
separadas
y algún varón varado
en sus arenas;
hubo también tanta vergüenza,
tanta miseria y horror,
tanta traición y cobardía,
que ni sus hijos existen

verdaderamente
con sus cobijas rapiñadas
a la muerte,
con sus narices de orgullo
v sus caretas de honor.

'Im kermesse Ce/este

117
JULIO LLINÁS

Obras publicadas: Panta Rhei (1950), La Ciencia Natural (1959), Clorindo Testa (1962), De
eso no se habla (1993), Fiat Lux (1994), Inocente (1995), El fervoroso idiota (1999),
Sombrero de perro (1999), Circus (2000), Crepúsculo en América (2000), Fiat Lux - 2a ed.
(200d), La kermesse celeste (2001), Sonrisa de gato (2003).

118
FRANCISCO MADARIAGA

Oh hospedajes,
oh techos,
oh coches,
oh murciélagos,
oh rapidísimos trenes,
mi color es especial
y armado hasta la suerte.
La suerte dentro del mejor
corazón.
La suerte que no es asesina
y siempre amanecida.

La suerte que se echa


siempre con todo esplendor
y subleva la memoria.
Mi memoria animal desconsolada
por las mejores sombras
y por las auroras.
Mi memoria de rey al ras sanguíneo
y lleno de aguas,
aguas valientes quemadoras
desatadoras de cabellos,
aguas para el sexo tierno coloi-
de corazón,

119
aguas únicas para los ojos de mujeres
no-señoras,
mujeres por los bosques encantadas.

Cualquier cosa...

con ral de barrer de la memoria


el mono errado de la muerte.

Yo no tengo País,

tengo isletas voladas por el agua.

Siempre he sostenido un placer de confesión


violento en el honor de mi memoria.

Islas de patos amarillos


para las mujeres más niñas de la voluntad,
mi sol, mi sol, mi sol,

he resuelto seguir hablando,


seguir bebiendo los juncales de los terrores

le la suerte.

"Los terrores de la suerte'

OTOÑO REQUEMADO
Una muchacha cantaba en una calle con lavanderas
que olían a piraguas.
El perfume de las aguas ardía en el otoño especial

120
y requemado
como un caballo del dolor del planeta.
Cantaba yo para el color de unos cabellos del
cielo y del infierno
que sangraban pidiendo un cancionero más antiguo
que la sangre que partía mi mirada.

VIAJE ESTIVAL CON LUCIO


-Aquí ya empiezan a haber caballos-
me decía.
Y el viento del nordeste comenzaba a ser verde
entre los colores del agua de la infancia.
Estábamos ya muy lejos de los bronces, los
mármoles y los floreros pintados "al gusto de
la familia" en los cementerios municipales.

Todo aquello quedaba atrás, y el sueño del viejo


tren casi fluvial nos envolvía.
Mi pequeño hijo de siete años y yo teníamos en
las manos las ramas de las estrellas
y
el resplandor lentísimo de los ríos rosados,
donde sangraba el sol de los caballos, las

vaquerías y las antiguas guerras.

Era el primer viaje solos en el tren marrón que


no quiere morir.
APARECIÓ VOLANDO

La doncella del brujo se recuesta contra


el árbol del olvido,
y hay un fogonazo de sol aguardando en el

atracadero de los tigres.


Plantando un clavel de los aires en el

agua de la tierra,

miras a una cestera que cruza de largo,


sin detenerse en los templos con cigarras,
hacia la orilla del mar y del estallido
color social del absoluto.
Otra mujer te regaló una naranja y vivió
contigo todas las encrucijadas de la

materia,
pañuelo al cuello del sollozo,
con la amabilidad de las doncellas tigras
ardió en el infortunio de todos los juegos
del destino:
abierta llevaba la camisa,

y el ala abierta en medio del redondel del


patio del cielo.
Era agua y sonrisa,
era pan y sollozo,

y era hierba del reconocimiento de los


panales del sol,

en elamanecer de oro,
a la sombra del terror v del amor del infinito.

a Gianni Si c cardi

122
JUAN SÁNCHEZ PELÁEZ

"Como suena y sueña aquel trueno"

Así sueña mi sueño en el sueño de


un hada,
y en él me escondo y escucho cómo
dando "un paso hacia el jardín

y el desierto"
llega la amistad de un poeta y su
libro AIRE SOBRE EL AIRE.

Qué aire terrestre, qué tierra de

salen de su poesía para remojarse y


sonreír como un fantasma de la
infinitud.

"Y quédense tranquilos nuestra vida


y muerte"

GALLOS DE ORO

Las sombras de mis ojos tienen agua de un


árbol desterrado en un palmar,
y camino aliándome con las señas de las ánimas
vivas del dios infinitud.
Me detengo y observo el horizonte donde cantan
gallos de oro que reclaman ¿qué? a esc
dios.

Soy uno de esos gal 1 os, v mi reclamo le lia sido

123
retransmitido por una radio del sol,

pero aún es implacable para escucharme el dios


de ese dios infinitud.

LA NEGRA DE DIOS

Roja como una tormenta de la muerte,


sangra y es la belleza de la contrabelleza,
el calor del viento desordenado de los
cabellos de la nada,
el color de la arena que entra y sale por
la puerta abierta de la infinitud.
La infinitud, que es el palmeral transparente
de todos los sueños,

y de sus sueños, en especial contacto sexual


con el cielo y el infierno.

Las puertas se abren para que entre el mar de


la locura,
que destrona a las flores del cielo y el infierno
de sus ojos,
en el trono del último sol.

Y yo, pobre diablo, con mi escudo de contradinero,


respirando en los jardines de la nada:
¿la nada de algún dios?

124
SOMBRILLA DE AVELLANAS

El agua en la colina-castillo.

Con sombrilla de avellanas


llegaba el mar a la tierra.

Un automóvil de mirada amarilla


era el invierno.

Una paloma sollozaba frente a una


golondrina de mar.

La vertiente llovía sobre las lilas

del paisaje.

En la suave licorería del otoño


bebían venadillas el color de una
sangre.

Los labios del amor son como los

del coral,
en cuyos arrecifes muere el luto.

a Elida Man se11


i

PELIGROS Y PÁJAROS

El colectivo azul entre lujosos palmerales,

que salen de las aguas.


( irnos lejanos de bandoleros v de guerreros

125
muertos en las antiguas degollaciones
esterales.

¡Oh peligros y pájaros viajeros!, deben saber


qué hacer:
todo, todo con riqueza para todos, cantando
en mi corazón.

a Jorge Traynor
y
Elida de Traynor

"País garza real"

FRANCISCO MADAR1AGA

Obras publicadas: El pequeño patíbulo (1954), Las jaulas del sol (1959/60), El delito
natal (1963), Los terrores de la suerte (1967), El asaltante veraniego (1968),
Tembladerales de oro (1973), Aguatrino (1976), Llegada de un jaguar a la tranquera
(1980), La balsa mariposa (1982), Poemas (1983), Una acuarela móvil (1985),
Resplandor de mis bárbaras (1985), El tren casi fluvial (1988), Antología poética (1996),
País garza real (1997).

126
ENRIQUE MOLINA

EXILIO

Vuélvete, y en la sombra,
tal como torna el pródigo perdido,
regresa hacia ese légamo de fucos
donde vela el recuerdo de tu gente
enterrada en la arena.
Un batido arrecife natal,
la espuma de unos cuerpos que perduran
en susurros de óxido y salitre,
en espesuras entre cuyas ramas
se enganchan los ahogados, como frutos
mecidos por la racha submarina,
luces de misteriosas alas líquidas,
como el oscuro ruego
de una madre de olas que te implora
y gime entre las algas, sin destino,
tras el solemne carro de la luna.

También allí tu nombre polvoriento


grabado está. Desde antaño la piedra lo guarece
y silbó con el viento
en la mojada pluma del pájaro marino.
Porque fuiste la playa
donde tus pies trituran yerbas secas,
aletas, restos de aguas eternas.

¡( )h, sobre cada estría la huella d<

Esa lu/., esa sal, ese olor de verbajos corrompidos

127
que pican las gaviotas,

un día te engendraron,
hálitoque solloza en la calma nocturna,
alma mía, temblando de nostalgia ante el mar.

"Pasiones terrestres

GEOGRAFÍA

¿Es una región seca? Ahí permanezco


Petrificado en el fondo de una laguna de amnesia
Surgen objetos ausentes
Una mujer diminuta al final de una calle larguísima
Unos viejos jugando a las cartas un jinete
Unas lámparas de sótano iluminando el pueblecito disecado
Colchones en ruinas en torno a los cuales
El lugar retrocede incesantemente
desaparece
Como la cola de una rata en su agujero

Tal vez el humo allí es otra cosa:


Tu presencia indestructible en lluvias jamás borradas
En escenas de transfusión de sangre -de una gran palidez
Ya no existen
Los santuarios de la costa las uñas de los ladrones
Los rostros conocidos (Oh, conocidos...)

¿Pero alguien conoce esas bocas que crujen como un postigo


Como una polvorienta escalera de madera que lleva a un lugar
nulo?

128
;Esos ojos con la unidad de un inmenso baldío y luces
de otros siglos... ?

"Las bellas furias

AHORA LLUEVE MUY LEJOS DE ESA NOCHE


Las joyas eternas de la melancolía
Los grandes pájaros de adiós girando sin fin en el azul
de una sonrisa
Lentos como el Océano Pacífico cuando se envuelve la

garganta a la luz de la luna con una cinta blanca


para disimular la herida de su degollación.

Clavan en nuestros pechos sus uñas afiladas por el roce


de la lima con empuñadura de nieve que pule las

grandes cifras del año arrancadas de cuajo en un


claro del alma donde todavía persiste el olor de
sus raíces:
La comarca del viento cuyo rostro es un grito de ebrios

o un camino que se pierde de vista


La soledad en las montañas
Los amantes convenidos en una llamarada inhumana
en la más espléndida de las ceremonias del fuego
A través de sonrisas
A través de estaciones
A través de sollozos
En la caverna de cristal donde se abre las venas el

relámpago

1
l. /)
Pero la tierra pura enamorada
Ríe con risa sorda en las tinieblas

Vierte su dura sangre de hojas secas en otras tumbas


Tras el hilo que cose la herida de los sueños

Deja que el lobo aulle a la intemperie


Déjalo que se abrigue al gran sol de la duda
Poniendo en carne viva el misterio de toda combustión
y de toda ceniza
Entonces el fantasma de hiedras cautivo en tu corazón
se levanta en silencio vestido de seda sangrienta
como un asesino
En un rincón de su pasado hay un arpa de negro plumaje
de golondrina para despertar los besos de ayer
Y a su lado se sienta en actitud melancólica
La mujer pálida en cuyos labios fríos brilla el destello

de lo irrealizable

Belleza defendida por el cristal de otro mundo


Belleza de lámpara inmóvil que siempre espera
Repitiendo con fascinación su llamado
Como el hechizo de la existencia en la ardiente bahía que
resucita en tu memoria amortajada por el viento

LOS HOTELES SECRETOS

El brillo nómade del mundo


Como un ascua en el alma una joya del tiempo
Se abre tan sólo al paso de ciertos lechos tormentosos
Arrastrados por la corriente
Hasta las escaleras cortadas por el mar
En ciertos antros de lujuria de bordes sombríos

130
Poblados por estatuas de reyes
Casi irreconocibles entre el reverberar de las antorchas
cuya luz es la hiedra que cubre los muros
¡Oh corazón corazón orgulloso!
Entrégate al fantasma apostado en la puerta

Ahora que tan bien te conozco


Sin otra sed que tu memoria
Criatura melancólica que tocas mi alma de tan lejos

Invoca en las alcobas el éxtasis y el terror


El lento idioma indomable de la pasión por el infierno
Y veneno de la aventura con sus crímenes
el

¡Oh! invoca una vez más el gran soplo de antaño


En estas cámaras de piedra enlazada a tu amante
Y ambos envueltos en la lona de los días perdidos como el

muerto en el mar
Y prontos a deshacerse en las hogueras instantáneas
Sobre lechos de un metal misterioso que brilla en las

tinieblas bajó la zarpa de los candelabros


Y el coro de pájaros lascivos girando con furia en las

habitaciones selladas por el hierro de otras noches

Pues tales antros solemnes cubiertos de flores carnívoras


Con mármoles que se pudren a la sombra de cabelleras
opulentas
Se balancean labrados pomposamente desde el portal
hasta la cúpula
('orno la nave anclada sobre el abismo
Agitando con lentitud sus espejos para adormecer a la

mujer desmida entre los verdugos que incineran el

corazón de la noche
Y el zaguán donde se cruzan la lluvia y la Frustración

131
Los camareros con el rostro podrido por el tufo de las

flores acumuladas en los pasillos infinitos


El rumor de los suspiros sofocados
Los besos entretejidos en nácar tristísimo
La hierba sin nombre en que se hunden sus huéspedes
Repiten una vez mas entre sombra
la

La leyenda del amor que nunca muere

"Costumbres errantes"

CIRCE

Solo contra la tierra

este sudor de instintos ha deshecho mi rostro de pájaro confuso


extraviado en los restaurantes de los tejados bajo la mañana sin
oficio
convertido de pronto en la bestia inocente que ronca entre las

flores

una mano de adiós un golpe de olas en el alma

Disfrazado de playas y ciudades que pasan


laspromesas se olvidan como en sueños
como un reverbero de moscas sobre tales países sin escrúpulos ni
socorro
en las eternas fogatas del tiempo
entre las plagas de la inconstancia
mientras se coagula al sol un vino de archipiélagos
—oh carne sobrenatural con tu incomprensible gemido celeste

torturado y salvajemente vivo en las venas—


ahora que revisto la piel del cerdo fosforescente
el olfato del camino

132
su relámpago de mujeres dormidas exhalando el perfume
penetrante de la tristeza

de plumas de sexo barridas por el viento

Pero te recobro
oscuro corazón de prisionero y de desafío
ciego corazón humano
con el hechizo de la corriente
vacilaciones éxtasis y terrores

y el musgo de abismo que brilla entre dos bocas que se besan


para ser nuevamente sólo un hombre sin más amparo
que tu furia
que tu aliento
sin otro cielo
como una blasfemia deslumbrante como un lazo demente
tendido a los más puros vampiros de la tierra

"Amantes antípodas

FINAL DE ESTACIÓN

La pálida muerte del verano se consume en el aire,

errantes hojas,
el andén se hundió y nadie vuelve a esas piedras
que ya nadie comprende, sin viajeros, sin viento,
mientras alguien espera
que algo responda a la ansiedad de estar vivo.

Una visión:
hombres semidesnudos van con la larga red tendida
hacia la costa, hacia el griterío
de sus mujeres. Ellas esperan su tesoro:

1 33
escamas brillantes, coletazos, clones

oceánicos, desesperadas bocas de la profundidad

que muerden aire, adioses. ¡Pero es tan bella


el agua dorada sobre el corazón!

Todas las nubes dispuestas para la travesía


en los ritos del sol, más allá de las lágrimas.
¿Y qué esperas recoger de cada escama,
de cada brisa de esas bocas mórbidas donde se
cumplen
los dones terribles de la tierra?

Algo responde siempre al ala que interroga,


a quien se inclina ante el graznido
de un ataúd. Todas las cosas se entreabren
un instante, te desgarran con dientes amados,
en un continente de amnesia, de promesas
en los paraísos de la catástrofe.

ALGÚN VESTIGIO DE TU PASO


La dulzura de recordar el sol en la espiral del sueño
y el vano poder de haber ido tan lejos.

Es tan extraño perdurar, oir aún


la grave letanía de los huesos y el hechizo del mundo.

Déjame ver, déjame ver:

alguien me condujo hasta aquí y se oculta,

cubierto de grandes praderas, de climas,

134
refugios baldíos, luces que brillan
En el faro donde la tierra termina.
Salido de lugares inciertos, de trópicos y lluvias,

voraz como fuego, intruso,


la huella de sus dientes y sus besos en la manzana.

¿De quién es ese rostro desconocido entrevisto


donde se pierde? Es incierto y ansioso

extraviado en la fábula oscura de mi vida.


Adiós, sombra mía.

Hacia una isla incierta

ENRIQUEMOLINA

Obras publicadas: Las cosas y delirio (1941), Prisiones terrestres (1946), Costumbres
errantes o la redondez ele la tierra (1 956), Amantes antípodas 961 ), Fuego libre (1 962), ( 1

Ias bellas furias (1966), Hotel pájaro (1967), Monzón Napalm (1968), Una sombra

donde suena Camila O'Gorman (1 973), )bra poética (1 978), los til timos soles (1 980),
(

Material de lectura (1981), Obras completas (1987), El ala de la gaviota (1989),


Antología poética ( 1 991 ), I lacia una isla incierta ( 1
(
>92).

135
RICARDO MOLINARI

II

Una rosa de llanto que gire sobre un campo bárbaro,


donde cara ya no
la sea cara por haberse quedado
mirando un río de lava,
ni yo sepa hasta dónde llegará el desprecio.
Donde sea inútil mirar una estatua
y un árbol no sea hermoso en la columna del día.
Donde el tiempo vaya entre hojas,
dormido,
y yo no vea nada más que una luz perdida del Verano.
(Difunta sombra de azúcar,
nunca creí que una hoja se aburriera sobre una mesa,
ni que un arfil tuviese un horóscopo de tanta dicha
que lo desviara de los escombros;
que un rey pudiera morir sin una espada en la mano,
sin sentir el mundo ni la mirada de los hombres en

las sienes.

Un rey... Mañana estaré de nuevo solo, sin un amigo


que me acompañe,
sin una persona cerca de mi muerte.
Me cerraré la gabardina,

y me pondré a escuchar
mi reloj, la poesía estéril que me entretiene,
la que no gusta a nadie:

a quién le agrada una fábula de arena,


una cavidad en el agua,
un desierto más. -Una llave en el fondo
de mi bolsillo, al encuentro de mis dedos;

137
el círculo con su serpiente que se muerde,
el humo de mi cigarrillo

que va saliendo por una ventana. Mi soledad,


este atardecer que me trae un traje duro, y un libro
pequeño sobre una tabla.
Imágenes, papel, una botella tirada
en el mar
como un pensamiento indiferente. ¡Ulises
apretado a un álamo!
El lamento de toda mi existencia, lo que a mí solo
me interesa;
el muro violento, la llanura, mi país,

una mujer perdida


en una plaza
llena de pescadoras; el río, el Oeste,
mi malhumor y un sello de correos.
La distancia de hoy, la cercanía de mañana, el vacío,
toda mi vida inútil, presente
como un juego de copas, como un sobretodo
en un día de calor. Cuando vuelvo
obediente a la memoria, al temblor del ser,

a la dicha de vivir,

deseo -siempre— escoger una claridad absoluta, un


cielo transparente
para ofrecerlo a un lugar donde el cansancio ya no
sea cansancio, donde haya una larga estación
de luz... )

138
IV

¡Qué vano es el cielo lleno de nubes, sin una flor

que lo hiera,
sin un delfín que esté jugando en la soledad!

Tenías que vivir así; de otra manera, no hubiera


soñado;
el viento no te habría visto al pie de una escalera
con un junco lleno de barro y agua perdida en las

raíces.

(Si yo pudiera recogerme, iría allá donde una tijera

yace con un lazo rojo, en el suelo.

Donde la voz aún debe estar caliente, pegada


en la pared;
donde se soltó la cabecera, desesperada,

como un páramo ante un viento húmedo. Allí donde


tengo una corona caída
a los pies.

Donde se encuentre la hierba sin crecer,


en ese sitio estará un día que yo viví.

El Sur debe quedar más lejos que la herrumbre,


más allá de una cinta agrietada: en el 19 de abril
de 1903.)

Esta silla parada en medio de este cuarto,


a orillas del Nansa. Mañana cuando esto sea memoria,
hemisferio celoso,
paraíso sin cólera;

139
cuando se haya hundido mi alegría, y mi destino,
en su prisión,
sienta el cielo como un papel de hielo
sobre las venas,
mi pensamiento volverá a un día, al mar,
a un traje morado,

mientras mis manos se entretengan sosteniendo una


flor de yeso.

La Casona de Tudanca, marzo de 1933.


Santander, España.

u
Hostería de la rosa y del clavel"

III

¡Qué muerte tan larga llevan las flores en tu seno;


tu soledad no es parecida a la de nadie;
tu soledad tiene la boca quebrada y el acero
de los pechos fríos, con herrumbre.
No es el mundo lo que gira a tu alrededor
sino tu asco eterno
que lo desalienta y lo desprecia,
con una flor sin aire, con un dolor vacío.

Si yo me viera sumergido en el mar, donde la sal

cubre el átomo y los árboles dan flores

que nadie recoge, y el cielo estrellas


que nadie mira, tal vez encontrara tu sombra
sobre un piso de raíces
y espinas.

140
Si yo volviera al aire, qué almohada de brazos
húmedos
tendría tu sombra,
qué serenidad hallaría tu pie desnudo;
tu canto haría temblar la raíz de las hojas muertas
de los valles.

Pero el amor es el amor, y yo agradezco el tuyo


que me llena de lombrices los oídos.
¡Qué alto pino es la memoria del amor! Debajo
de las hojas
está tu cuerpo con su ángel
muerto.

Pero yo quisiera ser distinto: huir,


huir de la ceniza.
Si yo pudiera, qué viento hermoso movería
tu sueño de aire sin cielo
de agua sin peces, de amor sin recuerdo;
de flores que atraviesan una cuenca triste

dormida sobre el polvo.

"El tabernáculo

Siento tu muerte cuando nace el día,


cuando abre su abanico húmedo el Guadalquivir
y suelan los pájaros con las plumas teñidas por el
llanto de la noche.
A veces voy hacia ti con un tulipán anaranjado,
cruzando la atmósfera densa del sueño,
a buscarte por ávidos jardines; a la sombra de los
mirtos,
del agua que se atropella dulcemente en la boca
almagre de los caños.

Tal vez te cubra el cuerpo una túnica de azúcar


perfumada;
un día que no se resuelve a morir,

v bajes para andar entre los hombres de la tierra,

cantando. La voz con una cenefa blanca.


Dónde andarán las arenas, las lunas bermejas, el

agua inmunda;
tu palabra sustentada como una flor,

hov que se cubre de lágrimas el viento del Guadalquivir.


Y vo te busco, salgo a encontrarte por la tierra

vacía.

La muerte es como el olvido, como la llanura;

igual que el amor cuando lo quema el aire.

Déjame tu muerte para mí, para que yo la cante


sobre el rumor de los abiertos ríos, en las altas

tierras;

déjame que se la quite a los ángeles, al arco iris de


la tarde,

amí que tengo la voz honda


como una herida.

142
Quiero llevarte por las calles porque siempre estov
solo,

y deseo que me acompañe el silencio,

tu muerte.

Dónde andarás jugando. Dicen que el cielo debe ser


igual que un valle con colinas,
con árboles amarillos, cubiertos de flores;

con ángeles azules


volando en la claridad.

Quiero cantar tu huida; yo me quedo aquí,


debajo,mirando cómo una luna fría
anda por las plazas buscando claveles.

'Libro de la paloma'

(Similis factus sum


pellicano solitudinis.)

No es la paciencia de la sangre la que llega a


morir,
ni el sueño ni el mármol de Delfos, sino el polvo
que se calienta entre las uñas.

Qué importa morir, que se borren las paredes como


un río seco;

que no quede una flor en la calle con su borde de


luto en la trente,

ni el viento sobre las piedras podridas.

43
Qué haces allí, tronchado sin humedad,
con tu dicha sin aliento, con tu muerte tendida a
los pies.

Con tu espuma llena de ceniza. Desdeñoso.

Ya vendrán los hombres con el ruido, con los gestos;


pero el odio seguirá intacto.

Todos te habrán estrechado la mano alguna vez,


y tú habrás bebido la cicuta en la soledad,
como un vaso de leche.

Adiós país de nieve, de ventisca agria, sin gentes

que digan mal de ti.

Eterno. Desnudo.

La sangre metida en su canal de hielo


-fuego sin aire- Jordán perdido. Si el tiempo
tuviera sentido
como el Sol v la Luna presos;
si fuera útil vivir,

si fuera necesario,
qué hermoso espanto: tengo la voluntad
avergonzada.

Yo soy menos feliz que tú. Me quedo combatiendo


sin honor,
con un haz de ramas en las manos.
Duerme. Dormir para siempre es bueno, junto al

mar;
los ríos secos debajo de la tierra con su rosa de
sangre muerta.

144
Duerme, lujo triste, en tu desierto solo.
¡Esta palabra inútil!

XII-5-1933.

'Una rosa para Stefan George'

Quiero acordarme de una ciudad deshecha


junto a sus dos ríos sedientos;
quiero acordarme de la muerte de los jardines, del

agua verde que beben las palomas,


ahora que tú bailas, y cantas con una voz áspera de
campamento;
quiero acordarme de la nieve que vuelve con la

lluvia
para humedecer su boca de viento dormido, su luna
abierta entre la yedra.

Quiero acordarme de mis amigos, ay, de cómo


dormirá una mujer
que he querido.

Baila, aliento triste, alarido oscuro. Lleva tus pies

de acero sobre los alacranes

que tiemblan por las hojas de la madera,


golpeando sus tenazas de polvo
cerca de tu piel.
Baila, amanecida; empuja el aire con el calor del
cuello, con la serpiente que conduces rota

45
.

en la mano enamorada y dura.

Yo estoy pendiente de ti, ensombrecido: tu canto


me enfría la cara, me envenena el vello.

Qué haría para poder estar quieto,


abierto en tu garganta llena de barro,
hasta resbalarme por tu pecho, como una llama
de rocío.
Baila sobre el desierto caliente,
Nilo de voz, delta de aire perecible.

"Casida de la bailarina"

RICARDO MOLINARI

Obras publicadas:El imaginero (1927), La tierra y el héroe (1936), Libro de las soledades
del poniente (1939), Mundos de la madrugada (1943), Esta rosa oscura del aire (1949),
Días donde la tarde es un pájaro (1954), Unida noche (1957), Poemas. A un ramo de
tierra purpúrea (1959), El cielo de las alondras y las gaviotas (1963), Un día, el tiempo y

las nubes ( 1 964) , Una sombra antigua canta ( 1 966)

146
OLGA OROZCO

PARA HACER UN TALISMÁN

Se necesita sólo tu corazón


hecho a la viva imagen de tu demonio o de tu dios.
Un corazón apenas, como un crisol de brasas para la

idolatría.

Nada más que un indefenso corazón enamorado.


Déjalo a la intemperie,
donde la hierba aulle sus endechas de nodriza loca
y no pueda dormir,
donde el viento y la lluvia dejen caer su látigo en un golpe
de azul escalofrío
sin convertirlo en mármol y sin partirlo en dos,
donde la oscuridad abra sus madrigueras a todas las jaurías
y no logre olvidar.
Arrójalo después desde lo alto de su amor al hervidero de la
bruma.
Ponió luego a secar en el sordo regazo de la piedra,

y escarba, escarba en él con una aguja fría hasta arrancar el

último grano de esperanza.


Deja que lo sofoquen las fiebres y la ortiga,

que lo sacuda el trote ritual de la alimaña,


que lo envuelva la injuria hecha con los jirones de sus
antiguas glorias.
Y cuando un día un año lo aprisione con la garra de un siglo,
antes que sea larde,
antes que se convierta en momia deslumbrante,
abre de par en par y una por una todas sus heridas:
que las exhiba al sol de la piedad, lo mismo que el mendigo,

147
'

que plaña su delirio en el desierto,


hasta que sólo el eco de un nombre crezca en él con la furia

del hambre:
un incesante golpe de cuchara contra el plato vacío.

Si sobrevive aún,
si ha llegado hasta aquí hecho a la viva imagen de tu
demonio o de tu dios;
he ahí un talismán más inflexible que la ley,

más fuerte que las armas y el mal del enemigo.


Guárdalo en la vigilia de tu pecho igual que a un centinela.
Pero vela con él.

Puede crecer en ti como la mordedura de la lepra;

puede ser tu verdugo.


¡El inocente monstruo, el insaciable comensal de tu muerte!

"Los juegos peligrosos

MI FÓSIL

Guárdame, duro armazón tallado por la muerte en el

polvo de Adán.
Pliégame a la obediencia,
incrústame otra vez en lo visible con esas nervaduras de
terror
que delatan mi número incompleto, mi especie miserable.
Apenas me retienes por un lazo de sombra debajo de los

pies,

apenas por un jirón de luz helada entre los dientes,

y no obstante persevero contigo en el desierto contra la voz


que clama,

148
me aferró como a un mástil contra el ciclón de plumas que
me aspira,
me adhiero como un náufrago al tablón que corre hacia el

abismo.
Porque eres aún la encrucijada,
las gradas hasta el fin y la escalera rota,
ese extraño lugar donde se alian la maldición y el exorcismo.
Te han arrojado aquí
para que me enseñaras con tu duro evangelio la salida.

Te han encerrado a oscuras


para que me acecharas con mi propio fantasma sin remedio.
Te han jugado a perderme.
Te han prometido el sol de mi destierro,
mi feroz horizonte replegado debajo de la hierba,
la sábana de espumas en alguna intemperie en que no estoy.
Y tú en paz con tus huesos,
como momia de perro en el museo donde empieza mi infierno.

mi Acrópolis de sal,
Sí, tú,

mi pregunta de nube sepultada,


mi respuesta de cera,
mi patíbulo errante lavado por las olas de una misma
sentencia.

EN LA RUEDA SOLAR

Cada OJO en el fondo es una cripta donde se exhuma el sol,

donde brilla la luna sobre la piedra roja del altar


erigida entre espejos y entre alucinaciones.
Yo asisto cada día con los ojos abiertos al sacrificio de la

resurrección,

L49
a la alquimia del oro en aguas estancadas.
Es difícil mirar con la sustancia misma de la luz filtrada pol-
la tierra del destierro;
es imposible ver quién y anda entre malezas
se levanta

desde estos dos fragmentos arrancados a la cantera de la


eternidad.
Uno al lado del otro en su prisión de nácar,
en su evasión de nubes y de lágrimas;
uno ajeno del otro,
sometidos a ciegas a la lev de la alianza en la separación,
fabulan la distancia, la envoltura de cada desencuentro, la isla

que no soy.

;Y acaso no me acechan desde el fondo de todo cuanto


miro igual que a una extranjera:
¿No me dejan a solas con su estuche de nieblas,
lomismo que un rehén,
a

contra la trampa abierta en la espalda del mundo?


¡Extraña esta custodia que permite avanzar al enemigo
transparente
y retiene hacia adentro este insondable vacío de caverna!
No tiene explicación esta córnea con piel de escalofrío,
con avaricia de ostra que incuba al mismo tiempo su
misterio v el cuchillo final;
tampoco es razonable este irisque tiembla como una flor
al borde del abismo,

que destella v se apaga lo mismo que un relámpago de tigres,


que se acerca v se aleja semejante a una selva sumergida en
un ala de insecto.
¿Y la pupila, entonces?
;Quién puede descifrar esta pupila cautiva entre cristales,
este túnel contráctil siempre alerta a la inminencia a solas,

esta palpitación a medias con la muerte?

150
¡Basta, mirada de fisura, incesante mirada de pólipo en
tinieblas!

Es otra vez el mismo tembladeral de aguas voraces,

lamisma negra rampa circular que me pierde hacia adentro.


Es otra vez el mismo recinto central adonde caigo
arrastrando un telón sobre la lejanía,
entreabriendo la escena donde los personajes son una
sola
máscara de Dios.
Es otra vez el mismo centinela que dice que no estoy,

a misma luz de espada que me empuja hacia afuera hasta el

revés de mí,
hasta la ciega condena de estos ojos que me impiden mirar

y que sólo atestiguan la división debajo de estos párpados.

"Museo Salvaje'

PRESENTIMIENTOS EN TRAJE DE RITUAL

Llegan como ladrones en la noche.


Fuerzan las cerraduras
y hacen aparecer esas puertas que se abren en un error del
muro
y solamente indican la clausura hacia afuera.
Es un manojo de alas que aturde en el umbral.
Entran con una antorcha para incendiar el bosque
sumergido en la almohada,

para disimular las ramas que encandilan desde el fondo del


ojo,
los pájaros insomnes, eon su brizna de fuego arrebatada al

luego de los dioses.

151
Es una zarza ardiendo entre la lumbre,
un crisol donde vuelcan el oro de mis días para acuñar la

llave que lo encierra.

Me saquean a ciegas,
truecan una comarca al sol más vivo por un puñado impuro
de tinieblas,
arrasan algún trozo del cielo con la historia que se inscribe en
la arena.
Es una bocanada que asciende a borbotones desde el fondo
de todo el porvenir.
Hurgan con frías uñas en el costado abierto por la misma
condena,
despliegan como vendas las membranas del alma,
hasta tocar la piedra que late con el brillo de la profanación.
Es una vibración de insectos prisioneros en el fragor de la
colmena,
un zumbido de luz, unas antenas que raspan las entrañas.
Entonces la insoluble sustancia que no soy,

esa marea a tientas que sube cuando bajan los tigres en el

alba,
tapiza la pared,
me tapia las ventanas,
destapa los disfraces del verdugo que me mata mejor.
Me arrancan de raíz.

Me embalsaman en estatua de sal a las puertas del tiempo.

Soy la momia traslúcida de ayer convertida en oráculo.

"Mutaciones de la realidad'

152
AL PIE DE LA LETRA

El tribunal es alto, final y sin fronteras.


Sensible a las variaciones del azar como la nube o como
el fuego,
registra cada trazo que se inscribe sobre los territorios

insomnes del destino.


De un margen de la noche a otro confín, del permiso a la

culpa,
dibujo con mi propia trayectoria la escritura fatal, el ciego
testimonio.
Retrocesos y avances, inmersiones y vuelos, suspensos y caídas
componen ese texto cuya ilación se anuda y desanuda con
las vacilaciones,
se disimula con la cautela del desvío y del pie sobre el vidrio,
se interrumpe y se pierde con cada sobresalto en sueños
del cochero.
¿Y cuál será el sentido total, el que se escurre como la bestia

de la trampa
y se oculta a morir entre oscuras malezas dejándome la piel
o huye sin detenerse por los blancos de las encrucijadas,
laberinto hacia adentro?
Delación o alegato, no alcanzo a interpretar las intenciones
del esquivo mensaje.
Difícil la lectura desde aquí, donde violo la ley y soy el
instrumento,
donde aciertos y errores se propagan como una ondulación,
un vicio del lenguaje o las disciplinadas maniobras de una
peste,

y cambian el color de todo mi prontuario en adelante y


hacia atrás.

53
Pero hay alguien a quien no logra despistar la ignorancia,
alguien que lee aun bajo las tachaduras y los
desmembramientos de mi caligrafía
mientras se filtra el sol o centellea el mar entre dos líneas.
Impresa está con sangre mi confesión; sellada con ceniza.

"La noche a la deriva

OLGAÜROZCO
Obras publicadas: Desde lejos ( 1 946), Las muertes 95 1 ), Los juegos peligrosos ( 962),
( 1 1

Museo salvaje (1974), Cantos a Berenice (1977), Mutaciones de la realidad (1979), La


noche a la deriva ( 984), En el revés del cielo ( 1 987), Con esta boca, este mundo ( 1 994),
1

La oscuridad es otro sol ( 967), La luz en el abismo 1 995).


1 (

154
JUAN L. ORTIZ

LA MAÑANA PENETRAME...
La mañana penétrame
con su éxtasis
de agua luminosa
y de delicados prados verdes que mueren
en tenue arboleda azul:
éxtasis traspasado de una íntima
cristalería de pájaros...

"Froto sauce

EL PUEBLO BAJO LAS NUBES...

Duerme el pueblo. ¿Es ello cierto bajo esta luz


casi nevada de un jardín algodonoso
que y ciérrase sobre las calles solas
flota, se abre,

en una fantasía toda infantil de pura?

Yo sé, oh, que las cosas, sólo las cosas, sólo,


se iluminan en esta irradiación alada
y candida- ¿Grandes cisnes efímeros
sobre un sueño de cal y de follajes?

155
TODOS AQUÍ...
Todos aquí para mirar arder y consumirse este fuego.
¿Fuego sólo?
¿No es un corazón apasionado que se ilumina en los cielos?
La pasión de la luz antigua abriéndose en flores encendidas para
mirarse en el espejo humano.
El corazón dice: criaturas terrestres, la vida es gloriosa,
alzaos hasta el fuego armonioso como hasta la sangre del
éxtasis para que todas como simientes ardiendo
seáis

para las cosechas sucesivas de la luzcomún que encenderá hasta


la sombra y la estrellará como un jardín.

EL INVIERNO NO SERA...
El invierno no será este sueño oscuro que se parece a la muerte.
Este frío oscuro.
Sí, ya sé; la desnudez delicada, el elegante despojamiento.
¿Pero el hombre deshecho, junto al rancho deshecho?
¿Y las mujeres y los niños que vuelven sin leña hacia la noche
que cae como la agonía?

Veremos todos, todos verán los paisajes finos del invierno,

andando, o a través de las anchas, anchísimas ventanas,


en la gran sala cálida con libros.
Andando, en las mañanas quietas de un rosa permanecido y de
ramas bordadas sobre distancias que ya
son de la música.
Andando, caminando como sobre una alfombra sagrada sobre el

silencio marchito de los pastizales.

156

im r
Veremos todos, todos verán los paisajes finos del invierno,
desde un silencio puro, no ganado a la angustia ni al horror,
o desde la alegría segura, al fin segura, de las manos unidas.

LA NOCHE PÁLIDA TIEMBLA


La noche pálida tiembla con una inquietud secreta.
Tanto jazmín, no obstante, y azahares tantos, en la luna un poco
alejada por los focos eléctricos,
en la sensible soledad del arrabal -oh, los tapiales viejos, oh, las
veredas rotas, noche
en que nuestros pasos parecen pisar un corazón inquieto y
delicado.

¿Alma de los tapiales y de las veredas, quizás?


¿Allá, hacia el hervor plateado del río, será otro el sentimiento?
-soledad de azucenas hacia el vapor celeste de las islas-.

¿Otra será la emoción de las quintas cercanas que descienden


hacia el alba a destiempo de las costas
entre una nieve tímida de flores?

¿Sobre la arena de los patios de los ranchos, tan blanca,


ah, tan blanca,
una memoria, acaso, de rondas sobre el hambre?

Más allá del jazmín, más allá del azahar, más allá de los tapiales

viejos,

más allá de la luna de las islas, más allá de la luna de las quintas,
más allá de la luna de las arenas que alumbró los juegos pobres,
la noche pálida tiembla con una inquietud secreta.

Un viento vago, un vago viento.

157
Un viento fuerte por momentos, y profundo.
En la dirección del viento todo se inclina y huye.
No hay paz perfecta en ninguna noche, no hay luna con
jazmín íntimamente pura.
Un hondo estremecimiento que luego se alza y deshace,
hecho ráfaga, la noche.
El viento de la angustia de los niños lejanos, de las mujeres
lejanas, bajo la muerte brutalmente alada.
El viento más lento, terriblemente lento, y como circular,

de la desesperación cercana.

Alma mía, sobre el viento y la noche, mira, mira el bosque de


brazos que sostendrá el día puro.

LA TARDE DE VERANO...

La tarde de verano es una frescura indecisa, gris, después de las


lluvias.

Pero el jardín, ah, el jardín con la luz de las rosas, frágil y


húmeda,
va dando la dulzura del tiempo, la secreta dulzura, irisada, el

tiempo.

El momento dorado se abre y mira las flores.

¿Amigos, v los otros que no saben de la vida de los jardines,

luego de las lluvias,

ni de los sentimientos de las horas a través de las rosas,

ni menos de las relaciones del cielo último con las criaturas

que se empinan para recogerlo?

¿Amigos, y los otros, entre un agudo mundo de puñales?

158
UN RESPLANDOR ÚLTIMO SOBRE LAS FACHADAS...

Un resplandor último sobre las fachadas.


Recta la calle lodosa.
Soledad de la calle con esta pálida nostalgia amarilla
fija sobre las casas como una aérea mariposa de duelo.
- ¿De duelo?
El cielo tiene una extática sonrisa.

El arrabal de estos pueblos es esto en la tarde.


Espíritus dorados, sólo, sobre las casas,
en un silencio casi de llanto sobre las calles oscuras y llovidas.
- ¿De nuevo, por qué de llanto, si arriba hay un sentimiento, un
sueño, pronto a matizarse?
No es una soledad dura, por lo tanto, amigos míos.
- ¿Angeles inclinados, verdad?, sobre la tierra fúnebre, bajo la

dulzura celeste.
Pero yo veo en la niebla verde de la esperanza manos, manos
fraternas aquí también mañana,
manos, manos, tendido florecimiento del corazón unánime
entre las otras flores,

manos frente y en torno de los hogares de la creación


todos miradas y ligeros en la luz.

que la hubiera dorado, aunque muy ligeramente, en las

laminillas del "valor"


para el cambio conmigo o con eso
que su tristeza veía caer, irremisiblemente caer
debajo mismo de lo que se iba, y se iba, y se iba, para siempre,

por la fatalidad del Chia-ling...

"El álamo y el viento'

159
FUE EN LA LLUVIA DE HUSAN

Se me perdió su sonrisa, ay, por el medio de la lluvia,

y por la rueda, luego,


de la gentileza
que daba, por añadidura, a un celeste y a un azul, finamente
agrisándose
en un lago y en unas islas,
y palideciendo, todavía, en el mariposeo

de unas memorias de linos...

¿Cómo, del capullo de la garúa, cómo esas alitas


por olvidarse, casi?

¿Y de qué llovizna, de cuál, ese sauce y ese puentecillo


de Ma-Yuan?

Se me perdió su sonrisa...
Pero en el anochecer, y unos minutos antes de que el tren
se desgarrase y nos desgarrase:
todos, sí, todos, por nuestra melancolía a la deriva,

todos,
muselinas de la estación:
ella corrió hacia mí,
quemándose, quemándose, en una manera de agonía poco
menos que al blanco...
quemándose
sobre unos brazos que cerraban
unos arcos de acero para ceñirme en vilo
por encima del humo
y de la señal que lo seguiría,

hasta, quizás, una lluvia que nunca oscureciese, nunca,


tras unos cristales que miraran
a Tou-Fou mismo, a Li-Tai-Pé mismo, a Su Tong Po mismo,

160
a Wang Wei mismo,
tal como en ellos mismos, al fin,

los perlara la eternidad...

Y desde los duendes, naturalmente, nosotros, esos duendes,


ésos que les hacían perder,
a menudo, su sombra
bajo la luna...

TODA LA DULZURA DEL MUNDO.


Oyendo una canción pastoril, así titulada,
sin autor y sin fecha precisa, compuesta,
según se dice, en el valle del río amarillo,
casi en seguida de una gran inundación y
frente, ya, a los carros de la guerra.

Toda la dulzura del mundo...


;Por qué esa melodía acariciando así las brumas
que oscurece, ya, el frío?

Toda la dulzura del mundo...


;La voz, entonces, un junco, bajo el viento sin nadie...
y ama a la sombra, aún?

;Y hacia quién el suspiro por encima de la colina que lia

perdido, misteriosamente, la esquila?

;( )lvid0, acaso, él,

olvidó,
1

que en el país no se comía v estaba, ahora, de "luto ,

(.1
de "luto", en seguida,
casi en seguida, ay, de que lo despidiera como un limo el

Amarillo?

¿O se dirige, tal vez,


a lo que, naturalmente, no sabe todavía,
pero siente
en el extremo de sí, o en el lugar, quizás, del ala y del escalofrío,

o en ese azul que resiste


y que no sabe, tampoco, qué es lo que lo sube, qué...

hasta tanto no destila


una gotita sobre la nieve?

'

El junco y la corriente'

QUIÉN DIJO QUE...

¿Quién dijo que el lila

es de duelo?

¿El Jacaranda, acaso, no se parece a una jovencita


sobre la orilla de sus venas?
¿Una jovencita, verdad? que se eterniza y se eterniza,

aunque transpareciendo
muy fluidamente
unos secretos de rosa en unos secretos de azules
hasta la intimidad, apenas,
de un misterio que no llega a posarse,

y que, a pesar de ella,

fugitivamente, la viste...

162
¿Quién que debía sus minutos
dijo
a un hilo que no se conocía,
en un equilibrio que es y que no es, a la vez,
y que se teme algo, así,
por la visita de algo que, repentinamente, es la misma,
la misma de un ángel?

¿Quién dijo eso?


¿No es él una delicadísima, oh delicadísima,
fiebre de criatura
sobre el río que asimila ya su hálito,

y sobre el de las islas

perdiéndose
que por poco también lo asimilan
con esa especie de nimbo
de ella?

¿O no es él

el delicadísimo frenesí
de una elegida que no esperase y buscase por sí misma
el reflejo, aún, de la brisa

que debe iluminarla


desde un momento de su cielo o desde un momento del
cielo del día...?

"La orilla que se abisma

[UANL.ORTIZ

Obras publicadas: El agua y la noche (1933), El alba sube (1937)! El ángel inclinado
( 9 J8),
1 I rama hacia el Este (1940), El álamo y el viento (194
.i aire onmovido'>
I I
<

(1949), La mano infinita ;51), La brisa profunda (1954), El alma y las colinas 1956
(
1 1

I)e las raices y el cielo 958), En el aura del sauce (1970 996).
f 1 1

163
JORGE ANDRÉS PAITA

AD PROFUNDUM
Ante el día por verse,
papel en blanco, silencios,
el vaivén de palabras vanas
ante los ojos,
y uno piensa, uno piensa.
Toda alianza quebrada ya con la altura,

tampoco señales, voces


para el hombre guarde tal vez
el otro reino, el sombrío,
que pisaron plantas mortales
- osados descensos, lujos
desdeñados hoy día por la costumbre.

No soy digno,
perdón, callados señores:
yo quise saber siquiera
si un gran delta sembrado allá

de miembros y rostros yertos,


bajo el frío andar de la luna,
para Sus Tenebrosas Majestades es como nieve
que desde el suelo filtra a estos negros ríos,

si el estrépito del caer


de una Edad con sus viejas torres
aquí sólo es oído como otra hoja
que da al viento un otoño.

"Cuatro puertos

ios
DE UN DIÁLOGO BILINGÜE

Todo el tiempo habló. Las tinieblas


en las curvas cedían ante los faros
y aplastaba estrellas furiosas
la lluvia contra los vidrios.

Yo era todo atención, dudando si habría


despedida o llegada,
y las ganas de que ese instante
doblara el confín del tiempo
ah latían también en su mano intensa.

Molía fuerte la radio


cierto swing, ciertos aires sentimentales,

y el conductor del taxi, perito en almas


como todos los de su oficio,
la apagó con solicitud
abnegada delante de una barrera
(era más ameno escucharla).
Mis respuestas, con todo, no alcanzó a ver,

el pobre, por el espejo.

Todavía frente a su puerta,


en aquellos momentos bajo el paraguas
escaso y estrepitoso,
en cascadas caían las digresiones
de sus labios adivinados,
fragantes. Cuánta elocuencia
cuando ya mi pecho sintió moverse en oleadas
sugerentes su pecho
y en mi brazo fue implícita su cintura.

166
De acuerdo básicamente,
discrepantes en ciertos puntos,
ya sacaba la llave -tras un respiro
que duró la historia completa
de un relámpago con su trueno-
ya, tal vez más que nunca rica en razones,
se abría otra vez su boca,

que fue eléctrica, dulce,

torrencial, sucesiva como esa noche.

'Señales del segundo milenio

EL GENERAL PAZ EN LA ADUANA DE SANTA FE


A Borges por su "Poema conjetural')
modelo en el arte de imaginar los

hechos para hacerlos reales.

El temperado y pulcro
montura
militar que, jinete en inglesa,
de chaquetón, sin poncho,
lo corrió de Córdoba al gran mandón de los Llanos,

le barrió a los cuatro horizontes,


como un viento que arrambla briznas
a sus gauchos (que en la borrasca de tierra y fuego
de la batalla, dicen, se vuelven pumas),
está preso de un López,
está quieto hace años entre paredes.

Entretiene sus tedios


y aflicciones haciendo jaulas
para pájaros, ya leídos los pocos libros

167
que le dieron, pendiente siempre
de la orden que le pondrá la cuchilla al cuello

o en el pecho unitario los cuatro plomos. Van con


paciencia,

y alegría de olvido a veces,


trabajando sus dedos finos y cavilosos
en el arte que un carcelero de bien le explica.

Un buen día le trae el mozo


del monte los coloridos,

aturdidores, trémulos camaradas


de prisión. En la celda entra
con ellos el esplendor del cielo y el campo.
Y el general, mirando los pajaritos, viéndose él,

Entreviendo de súbito —allá en el Fuerte de Buenos Aires-


ai Brigadier de eterno chaleco rojo,
Siente que una ironía
como un lento día de invierno se abre en sus labios.

Eros en Amazonia

EPÍSTOLA A UN ASTRONAUTA
SOBRE LA "GLOBALIZACIÓN"

Argirópolisy otoño de 1999


Fue después de aquel cuadro atroz, infierno en penumbras,
del paredón sangriento y de la furtiva
represión carnicera: sin luz en sala,

sin telón, sin respiro,


tan campante a las candilejas saltó el Mercado,
deportivo caníbal con portafolio,

168
con corbata fosforescente, simplón dibujo
de los Estudios Disney, que luce joven
a fuerza de cirugía.

Fenicia hoy teje


una red de electrónicos dividendos,
de informática usura, tal la tela que apresa
vestigios de humanidad,
consumidores criados por el consumo
en robóticos criaderos
y al vacío envasados,
tal la mortaja en plástico desechable
que toca en suerte al milenio ya en agonía.
¡Y hay que ver cómo crece y tapa la faz del mundo
tan frágil, tan susurrante mundo fantasma!

Un prodigio de economía. ¿Se dan un susto


las Bolsas? ¿Alza las cejas un mal Balance?
Basta un click en Chicago, un fax de Toronto,
un destello allá en London City, que pantallitas
ya titilan por todo el orbe,

y aquí quedan suspendidas, por si los lirios...,

las raciones de Juan y Juana,

o queda Pancho sin Techo a mirar la luna


de Valencia una larga noche.

Y así, mientras desde el Centro -que entró a dar vueltas


descentrado por la legión de computadoras
de Contadores Césares— los molinos
digitales muelen naciones como si fuesen
papilla para hamburguesa, se reacomodan
los de siempre sobre una tersa

169
superficie de "paxromana" con mar de fondo.
La obtusa Diestra, emboscada,
empolla sus guerras santas sacando filo
a la Cruz, a la Estrella, a la Media Luna,
a la Svástika siempre lista.

Y la Siniestra, diestra en enjuagues, rancia


carcelera con aires de transgresora,
es la Reina Vieja, adulada en las academias
y claustros de Alejandría. ¡Mas si lograra
levantar otra vez la Hoz...! ¡Cuántos cortesanos
perderían aún por ella

la cabeza!

Como fue siempre,


los Muy Pocos, de límpidos corazones,
de voluntades libres, de fe sin piras ni espadas: arrinconados.
¡Oh qué eternos arrinconados los que entreabren
en la Tierra una eterna flor oriunda del Cielo!
Pero, ay, sin rincón aparente ahora,
sin rincón, ni exilio, ni perro

que les ladre. Y es esto, Lucio


(y no es poco), la única novedad
en el viejo globo terráqueo que suma y gira.

Revista "Proa" N° 41

170
CINCO ESTUDIOS EN CLAVE DE HAIKU

CORAZONES EN RUEDA

La palabra vuelve a animarlos


entre copas y ceniceros.
Con el día ya en la ventana.

PODERÍO

Paloma oronda en el poste


del semáforo, suspensión
del tráfago en la avenida.

EN LA BRISA DE ABRIL

Platanito de mi ventana,
con qué gracia flexible hoy
sobrellevas toca de herrumbre.

PRESENTE IMPERFECTO

Tu soledad lastimas
en tratos con las sombras
de aquellos dos eternos.

ENTRELINEAS
Calmo rumor de ella

que en la casa discurre


mientras vuelvo otra hoja.

"Selección Lírica

171
JORGE ANDRÉS PAITA

Obras publicadas: Cuatro Puertos (1976), Señales del Segundo Milenio (1983), Eros
en Amazonia (1998), Despliegues (inédito).

172
ALDO PELLEGRINI

MUJER TRANSPARENTE

Tu voz erauna bebida que yo sorbía silencioso


ante las miradas asombradas
un pájaro de luz
salió de tu cuerpo transparente
pájaro de luz

instante que revolotea


a una velocidad vertiginosa
atravesando calles y calles

persiguen tu cuerpo que huye


¿cuándo podrás alejar a la jauría enloquecida?
desamparada
te has destrozado al caer
los restos de tu cuerpo se arrastran por todos los rincones
del mundo
ah un día renacerás tú
la transparente
única, inconfundible
levemente inclinada, nunca caída
rodeada de impenetrable silencio
avanzando tu pie frágil entre la vacilante monotonía
ah un día renacerá tu risa tu risa

de pájaro transparente
tu risa herida.

173
INSECTOS Y RESAGIOS

Siguiendo el rastro de las hormigas


se llega hasta las cabelleras vegetales

con una sonrisa en los labios

encontrarás al profeta sentado


¡cuántos destinos rodeados de obsesionantes melodías!
¡cuánto tumulto por apaciguar!
No hay que torcer el camino
siguiendo el rastro de las hormigas encontrarás una dulce
noche sorprendida
la doncella nocturna de la libertad
apasionada de tu invisible deseo
oh destino sin esfuerzo
resplandor venturoso
de la acariciante palabra dicha en voz baja,
inesperada
después de mil años de soledad
cuando la voz se desvanezca
tus orejas incendiadas
padecerán un ardor inextinguible
pero todo se salvará al acudir el tropel de lúcidos ayunadores
los portadores de la fórmula química
del perfecto tumulto.

'El muro secreto'

174
TARDE

Un océano de fatiga
hace resplandecer al pez ciego del crepúsculo
con el último rayo del sol

en el instante previsto
acude el único rostro
que se resiste al hambre devoradora del olvido
he ahí la calle habitual, siempre desconocida
los paraguas desfilan ante la ceguera complaciente de los
árboles
en esa calle te descubro diariamente
en esa calle aparece tu voz de caracol amarrado
reverbera
la pereza nacarada de tu cuerpo
detrás de las persianas
la fuga de los aposentos
sigilosamente
penetro en el aposento de tus ojos
atravieso el puente imperceptible de tu aliento
me asomo al centro de tu vida
rumor de alas que se despliegan
rumor de gusanos que se agitan
de pronto
a ciegas
en el preciso centro de tu silencio
derramo tus cántaros secretos
para que un líquido de orgullo infinito acaricie la tierra

75
LA PESTE DE TRES COLORES

Se reconoce a los osos blancos


por el crujido de la mano al apretar el cuello de la mujer
que se resiste

el fuego abre la boca


en el instante en que el diente cabalga sobre el rubor
no se puede encontrar el mundo
que han buscado todos los exploradores
se pierden en las tinieblas

de las conversaciones detenidas a flor de labio


busquemos más allá
habrá una morsa
que defiende su corona zoológica del ataque de los humanos
habrá una silla arrojada del paraíso
habrá escolopendras ensayando posiciones obscenas
y un vaso de noble vino que espera al bebedor decapitado
en efecto, señores, todo está en perfecto orden
salvo la virtud
que llega montada en su antiguo cisne tambaleante
seguida de su cohorte de vírgenes petrificadas, de paraguas
sin sexo, de horizontes en edad crítica

en un decorado de mejillas encendidas de adolescentes


pretendiendo apagar la fiebre intolerable
que recorre la sangre, la piel y las entrañas
pretendiendo iluminar la oscuridad de los abismos zoológicos.

No, señores, aún esperamos un último desorden


un día la epidemia de la inocencia
más fuerte que el pecado
—la inmensa peste de tres colores-
destruirá al mundo.

176
ÁRBOL DE LUZ

Ya no veo ante mí sino la luz del árbol


la hoja de la luz que se cierra en el confín
de todo candor
alga que invade la piedra en la cuenca de los ojos

no, ya no veo la luz de hiedra


el tranquilo florecer de las manos desprendidas
del paseante solitario
la luz de hielo
que se resquebraja hasta el último alcance
del impulso de cristalización
hacia el no ser partió la semejanza
del árbol con la niebla
hasta el no ser llegaron todos aquellos

que imaginé existentes


brisa que congela la vegetación sonora
brisa de abarcar el vacío con la mirada
escucha el no existir de la luz
observa atentamente
la danza de la transformación de los sentidos

desnuda tus orejas


de su capa de hiedra
oirás la música de la luz
oirás la voz del árbol
que cristaliza en tu mirada.

"La valija de juego

177
UNA MANERA DE VIVIR
Mendigas felices, huérfanas de suave fascinación
derrotadas por el secreto de la sed y las hormigas a solas
con el sol

la ternura de los galopes a flor de tierra tan lejos de la

atadura del polvo celeste


extranjera derrotada por el fulgor de los relámpagos

Entonces nadie acallaba la melodía de tus labios


que deslizaban su fiebre giratoria de plumaje de espumas
cerca o lejos el espacio siempre oculta su escama de frío
su desolada comarca donde los labradores hacen
germinar la nieve de la tierra

Dura comarca en que las mujeres esperan como leyendas en los


umbrales
condenadas a cumplir el rito del fuego o de la extorsión
inmóviles con sus ornamentos funerarios donde se abre la

puerta del amor


en una ciudad anclada en la tristeza

Faisán de la alabanza, tu corazón extraviado me guía


en tus ojos asoma el prodigio de los relámpagos
la cólera que cierra las puertas y rompe los hechizos

en un camino de fábulas interminables, con la negra cabellera


presidiendo el incendio de los gestos, el calculado delirio
de las estaciones
tan distante de los bosques enardecidos por el verano y su
follaje moviéndose con lentitud de verdugo
en la pesada atmósfera de los sacrilegios

178
Unidas en el asombro
las hijas del verdugo exhiben sus pies de plata y los
espectadores aplauden
los perros husmean las mejillas en busca de los caminos
mentales
la naturaleza imita a la pesadumbre
naturaleza oscura
iluminada a ratos por los relámpagos de tu orgullo
arrastrando briznas de escalofrío
con tu violento eco en el aire, extranjera.

PESADILLA LITÚRGICA

La llama se extingue
la calle sembrada de cenizas

las mujeres comercian con el fuego

los enemigos marchan de la mano

las lágrimas brotan de las puertas


los ciclistas ruedan sobre los principios morales
el gran órgano de la catedral
el humo gris

una canción sorda


una llama sorda
la alegría hace estallar las venas de los ángeles

un gemido alucinante guía los pasos del sacerdote hacia el

deleite
el asombro es rojo

un líquido gotea sobre el altar

la sangre la fugacidad la desnudez


la desnudez la inmortalidad

179
los ojos como relámpagos, las mejillas veloces
las lágrimas no brotan
tormenta de la fugacidad
lo eterno se paraliza
los ciclistas corren tras la indiferencia

el sacerdote acompaña con los ojos la danza


geometría de lo agónico
suspendida en el centro de la mirada
está la desnudez
¿Habrá alguien que pueda comprender nuestra fiesta?

"Construcción de la destrucción

ALDOPELEGRINI
Obras publicadas: El muro secreto (1949), La valija de fuego (1952), Construcción de la

destrucción (1954), Antología de la poesía surrealista en lengua francesa (1961), Teatro de


la inestable realidad (1964), Para contribuir a la confusión general (1965), Nuevas
tendencias en la pintura (1 966), Panorama de la pintura argentina contemporánea (1 967).

180
ALEJANDRA PIZARNIK

PRIVILEGIO

Ya perdido el nombre que me llamaba,


su rostro rueda por mí
como el sonido del agua en la noche,
del agua cayendo en el agua.
Y es su sonrisa la última sobreviviente,
no mi memoria.

II

El más hermoso
en la noche de los que se van,
oh deseado,
es sin Fin tu no volver,

sombra tú hasta el día de los días.

CONTEMPLACIÓN

Murieron las formas despavoridas y no hubo más un


afuera y un adentro. Nadie estaba escuchando el lugar porque el

lugar no existía.

Con el propósito de escuchar están escuchando el lugar.

Adentro de tu máscara relampaguea la noche. Te atraviesan con


graznidos. Te martillean con pájaros negros. Colores enemigos
se unen en la tragedia.

181
EN LA OTRA MADRUGADA

Veo crecer hasta mis ojos figuras de silencio y


desesperadas. Escucho grises, densas voces en el antiguo
lugar del corazón.

DESFUNDACIÓN

Alguien quiso abrir alguna puerta. Duelen sus manos


aferradas a su prisión de huesos demal agüero.
Toda noche ha forcejeado con su nueva sombra.
la

Llovió adentro de la madrugada y martillaban con lloronas.


La infancia implora desde mis noches de cripta.
La música emite colores ingenuos.
Grises pájaros en el amanecer son a la ventana cerrada
que a mis males mi poema.

FIGURAS Y SILENCIOS

Manos crispadas me confinan al exilio.

Ayúdame a no pedir ayuda.


Me quieren anochecer, me van a morir.
Ayúdame a no pedir ayuda.

FRAGMENTOS PARA DOMINAR EL SILENCIO

Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias,

desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos.

182
Y lejos, en la negra arena, yace una niña densa de música
ancestral. ¿Dónde la verdadera muerte? He querido iluminarme
a la luz de mi falta de luz. Los ramos se mueren en la memoria.
La yacente anida en mí con su máscara de loba. La que no pudo
más e imploró llamas y ardimos.

II

Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las

palabras no guarecen, yo hablo.

Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras


aunque regresarán para sollozar entre flores.

No es muda la muerte. Escucho el canto de los


enlutados sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu
dulcísimo llanto florecer mi silencio gris.

III

La muerte ha restituido al silencio su prestigio


hechizante. Y yo no mi poema y yo he de decirlo. Aun
diré si el

poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino.

SORTILEGIOS

Y las damas vestidas de rojo para mi dolor y con mi


dolor insumidas en mi soplo, agazapadas como fetos de
escorpiones en más interno de mi nuca, las madres de
el lado
rojo que me aspiran el único calor que me doy con mi corazón
que apenas pudo nunca huir, a mí que siempre tuve que
aprender sola cómo se hace para beber y comer y respirar y a mí
que nadie me enseñó a llorar v nadie me ensenará ni siquiera las

183
grandes damas adheridas a la mi respiración con
entretela de
babas rojizas y velos flotantes de sangre, mi sangre, la mía sola,
la que yo me procuré y ahora vienen a beber de mí luego de

haber matado al rey que flota en el río y mueve los ojos y sonríe
pero está muerto y cuando alguien está muerto, muerto está por
más que sonría y las grandes, las trágicas damas de rojo han
matado al que se va al río abajo y yo me quedo como rehén en
perpetua posesión.

ESTAR

Vigilas desde este cuarto


donde la sombra temible es la tuya.

No hay silencio aquí


sino frases que evitas oír.

Signos en los muros


narran la bella lejanía.

(Haz que no muera


sin volver a verte.)

LAS PROMESAS DE LA MÚSICA

Detrás de un muro blanco la variedad del arco iris. La


muñeca en su jaula está haciendo el otoño. Es el despertar a las

ofrendas. Un jardín recién creado, un llanto detrás de la música.


Y que suene siempre, así nadie asistirá al movimiento del
nacimiento, a la mímica de las ofrendas, al discurso de aquella

184
que soy anudada a esta silenciosa que también soy. Y que de mí
no quede más que la alegría de quien pidió entrar y le fue
concedido. Es la música, es la muerte, lo que yo quise decir en
noches variadas como los colores del bosque.

CAMINOS DEL ESPEJO

Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara


nada, lo cual es cierto.

II

Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi


miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.

III

Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo


súbitamente borrada por la lluvia.

IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que
no tiene.

V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de
mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.

VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que
serás y asusta a la niña que fuiste.

185
VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la
estación de los alimentos fríos.

VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo,
en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de
revelaciones.

X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca
cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo
cerrado y el viento adentro.

XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y
escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que
Aun
me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.

186
XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me
levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de
mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me
aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi otra cosa que a
mí misma.

XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero
me refería al alba luminosa.

XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El
agua tiembla llena de viento.

XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana.
Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una
ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria
del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender
lo que dice mi voz.

"Extracción de la piedra de la locura'

ALEJANDRA PIZARNIK

I,i cierra más ajena (1955)j La última inocencia (1956), Las aventuras perdidas (1958), Árbol
de Diana (1962), Los trabajos v las noches (1965), Extracción de la piedra de la locura

(1968), Los pequeños cantos (1971), El infierno musical (1971 )•

187
OSVALDO SVANASCINI

EL VIENTO RETENIDO UNA TARDE


Habíamos hallado el resorte del diálogo
Los acentos para colgar recuerdos
Una intimidad que no podía reconocerse fuera de nosotros
El hálito de las ventanas vacías en la noche.
Y de improviso de los dedos nos brotaron alondras
Y los sustos cayeron desde el nido desmembrado
Y cuando temblamos los veleros de algas
Naufragaron en los ojos.

Ocurrió que la tarde se arrodilló para orar


Y nos pegamos palabras alrededor del cuerpo
Aun cuando todo había ya crecido en la memoria.
Después descolgamos los rostros

Vestimos el testimonio para uso de los días sin fecha


Y recreamos nuestras formas en medio del vértigo.
Desde entonces el tiempo es una invención
Que duerme para vigilarnos.

ENCONTRARSE APENAS

El impulso de poner una mano en otras manos


De esperar que el calor ceda al olvido
El juego de sentir que los surcos de otras manos
Acostumbran a marchar por vías destempladas y acaso
restituidas

Elcuidado y la certeza de enderezar el torso y la puntería.


Porque es vital caminar sobre los hombros

189
En homenajes de rostros que saludan y uno saludándose
también
Entre todos los que estamos numerados y puestos a secar
A través de las cosas que se recuerdan entre sábanas solas.
Después hablar hasta la exacerbación hasta que la lluvia se gaste
Hasta que la llaga modifique el destino de los días domingo.
Y un mediodía de nuevo resolvemos que la independencia
Y la defensa de las grandes actitudes y hasta la rebeldía
Caben y se deslíen entre las palmas de aquellas manos
Que necesitamos que necesitamos que volvemos a necesitar

Que se acorralan y se ponen a pensar arrodilladas


Entre los magros saldos de este abrir v cerrar de párpados.

"Libro de amuletos'

PAVANA PARA UNA DEIDAD DE PIEDRA

Con el rostro escondido en lo hondo del espejo

y un itinerario sensual que recorre las sombras


con manos que juzgan una alegría extraviada
v actitudes de espera para contar silencios
la desnuda imagen invade la ciudad del aire
los labios respiran una veneración

de profanos arrepentimientos
v ciertas gasas o tules del amanecer
se duermen en el altar de sus senos.

Llega el sonido de los dones


la consagración del corazón de vidrio
la piel viva
el pelo tieso

190

,.
las áreas sin contorno
la voz que piensa
los frisos sin eternidad.

La imagen sostiene todas las preguntas


inicia el viaje que no tuvo espera

sueña para ahuyentar los goces.

Y cuando dobla el torso para crecer


los duendes pequeños bordan sus ademanes
el halo improvisa guirnaldas
y la cálida fuente de luz
le lava el reflejo que la tarde
muerde en la constancia.

Esta deidad olvida su dureza


porque todas las piedras han renacido
y es capaz de enternecer los rincones

de aquellos árboles amados por las madres


que a veces supieron engendrar un testimonio.

La deidad de piedra también se viste con edades.

ESCASA HISTORIA

Para atrapar al cíclope


tendieron un suspiro de hilo transparente
erigieron un muro con trozos de historietas

v sentaron a los cóndores a la mesa


con la consigna
de elaborar un laberinto de esperas.

i') i
Pero el cíclope era huérfano
y su ojo indagaba a su madre lejana
a su hermano perdido en nuevas latitudes.

De nada valieron los aconteceres


el suspiro enjugado a la distancia
porque el cíclope creía también en el azar

y nunca podría ser juzgado:


sólo es temprano para volar sin pretenderlo.

VIGILIA

Atiendan por favor al dragón

que sube por las enormes gradas del silencio

y tiene la sed de las cuevas del espanto


y el humor de sábanas crispadas
o soslayadas por los designios impares.
El dragón se torna paloma de azar
cuando los moradores se enlazan
a las paredes muertas de la sombra

crece al sostener las huecas visiones


siente que la ternura es bisiesta

y que toda la distancia de la mirada


o de las piedades se tornan alimento
de la pubertad.
Ese dragón para leves nostalgias
ese dragón que testifica todas las oscuridades
ese dragón que duerme en el fondo del pulmón
que es capaz de amar a las orquídeas marchitas
y que cuando se disfraza de sueño

192
pretende inmolar los cánticos
de los artesanos del vacío.

BALADA DE LA MUERTE POSTERGADA

Piedad para los almanaques pintados


que cada mañana hacen bailar sus tiempos
piedad para las huellas que se agitan

en la adversidad de las fechas.

La muerte no puede desvestirse


tampoco responde a los postergados
porque todos los huecos que la tierra grava
sehan teñido de guante para crear
un río que no puede dormirse
ni crecer en la tiniebla.

La muerte tiene una brújula para justificar

su memoria incierta
una linterna de coleópteros ebrios
para intensificar la melancolía
un cuerno de pergamino y salitre
para hacer del sigilo una premisa
una sonrisa pintada en la frente
con la que sentir apenas
que el invierno se escucha sin preverlo.
La muerte quiso llegar sin anunciarse
sin colgar las ojeras del ocaso
sin preservar las alas de contrastes
sin agraviar las tumbas para amantes
sin creer en la virtud como paciencia.
Así que el ángel que custodiaba los diálogos
v el pequeño demonio de los altares ajados

193
'

fueron testigos de todos los perfiles

que se atreven a treparse al esquema


de la duda.

'Crónica del simulacro

BALADA DEL LAGO HELADO

En el centro del agua petrificada


donde hubieron anguilas y balandros de sal

juegan al ajedrez la sibila del campanario

y el huérfano que recuperó su infancia.


El frío no importó demasiado
sino el pretender atisbar las ausencias.

A veces un mono cargado con estrellas

juzga el color de los trebejos


para ordenar el curso del insomnio.
Pero los jugadores han cerrado los oídos
imaginan que la ficción es un deleite
crecido como anticipo del afecto.

Lentamente del lago crecen las vestiduras


con bordados en forma de paloma.
Un antiguo rey de diamantes vigila
los sueños que se dibujan en el hielo
unen con hilo de rocío las palabras

y esperan el arribo del crepúsculo.

Pero los jugadores han vencido


todas las razones y los artificios

194
que pretendían sojuzgarlos
y con una voltereta casi blanca
se hunden en la penumbra del lago
para hacer de su causalidad una entelequia.

SOSLAYO

El tiempo de sonrisa habita en otra muerte


que a veces fue la mía
una ausencia prevista entre trozos de espera
y al final una mirada hacia papeles rotos
para deseos que no pudieron ser dispuestos
o cierto rubor por crecer durante tanto sobresalto.

Hay otro deseo que no tiene seguro


que se incrusta entre las uñas
una alborada oscura que me llama entre líneas

y seduce al presagio que jamás amara.

Es la hora en la que para alentar al ocaso

viajo con las mismas ausencias


en las que la compasión tejió su última soledad.

;Qué juego me espera tras las bambalinas


sino el vaticinio de una plañidera aventura?

Todas las palabras se han tornado paisajes


y el retomo a la tierra y al polvo
es apenas otra forma de balada
que acaso invente sin disimulo.

L95
BITÁCORA

Tengo el mapa marino para mi viaje


a los confines de la nube del presentimiento
en la barca de espinas y lodos antiguos
con el timonel de las barbas postizas.
Llegaré conun alba de almanaque
con meandros para uso de los solos
con velas encendidas de lágrimas
con mares que escriben sus memorias.
Se que nadie encenderá mi partida
que ninguno estará para anunciarme:
maneras de estar borrado
antes de haber crecido en la derrota.
Pero tendré la hierba como mensajera
elhumo de la noche en confidencia
me abrazarán las penas sin deriva
el sabor del tiempo en el agua detenida.
Y luego dormir hasta la mirada sin deseos
pisar la levedad del minutero
tratar de hallar al anciano sin miradas
para entregarle los naipes del hallazgo.

"Habitar un relámpago"

OSVALDO SVANASCINI

Obras de poesía publicadas: Perdurable ausencia (1946), Unilom (1946), Fragmentos de la


muerte (1948), Este misterio transmutado (1948), Vigilia torturada (1952), Ritual para los
días impares (1959), Poemas del Este (1961), Medida de la repulsa (1967). Amuletos para
compartir (1973), Libro de amuletos (1974), Poemas con Asis (1978), Obra poética (1980),
Elegía a Buenos Aires (1981), Mitologías mínimas (1984), Lasóla poesía (1985), Mutaciones
(1987), Morada de un rostro (1990), Poemas disociados (1993), Crónica del simulacro
(1998), Mínimas Memorias (2003), Habitar un relámpago (2005).

196
MARIO TREJO

LA POESÍA

Sí.

Porque sus labios nacen a la luz de mis ojos.

Cuando aparece su voz, su ritmo invulnerable,


las cosas le obedecen.
Sobre las miras adversarias, sobre el tedioso
oficio de temerle, están las voces sin reposo,
las patrullas del tiempo, las olas victoriosas.

Ciudadela de la oscura verdad que desampara al

hombre: yo soy tu prisionero y soy tu fugitivo.

¿Mi contraseña?
Ejercer tu silencio, solicitar tu estruendo.

Porque, ¿qué es entonces la poesía sino una


fanática consigna, una tensión entre los

muertos y las profecías?

SALMO BRAVO

Hablo para los condenados antes del juicio

( Condenación y destierro
para el que depositó su ojo de vidrio

en el plato incorrec to

197
el que tuvo una sola idea y no supo compartirla
el joyero viscoso que hurga las intimidades del
dinero
el que alzó su gesto hacia unos labios implorantes

Aquellos que tocan sin amor y luego huelen


las vemas de los dedos

los que se enamoran ciegamente del poder


y no saben convertir sus palabras en cosas
los que se acarician la lengua en público

e ignoran la soledad las multitudes y la muerte

los que prometen

los que seducen a contraluz y logran ser creídos


los que siempre dicen sí y siempre dicen no
y nunca quién sabe
los salvadores que contraen un destino

los que sobrevivirán sólo en la historia


los que exhiben sus tics en versos o colores
los que desconocen el insomnio
los que salen de noche con un destino fijo
los que no saben atravesar los espejos

Que sus sexos se desgarren y sus bocas emitan


chirridos
que hundan su anestesia en el corazón que su fuego corrupto
nos dé vida y se sometan a la palabra fechoría

De hogueras como éstas se fabrica la vida


De cenizas como éstas será el reino de los cielos

198

i
ALIMENTO PROHIBIDO

Y ahora con ustedes el tema de la devoración


de lo evidente hasta la obscenidad
delhombre arrojado a un mediodía de reptiles

empujado al olor verdadero


las raices del sueño
la sobriedad de la historia

que ayer llamé finura o pestilencia

No
No es una pesadilla
Los tigres tascan su metal
el águila se entreabre hacia su presa
el aire se puebla de espacio
La libertad es la única amenaza

Jungla o museo
la opción yace aquí mismo

Elijo simplemente
el hambre sin mandíbulas

'Orgasmo y otros poemas'

RAZONES PARA SOBREVIVIR

Los monjes comenzaron a pasarse melancólicamente


una bola de fuego. No había alegría alguna en esc delicado
tamas veces repetido. Ll fuego, cuando no purifica,
ejercicio,

99
deviene esclavitud. Pronto llegaría mi turno. ¿Para
que huir? Castigo para los que no practican su pureza
con ferocidad.

Ha llegado por fin el momento propicio. Soy presa de mi


libertad.
Sin profecías ni olvidos predilectos.
Que las palabras sirvan entonces para hacer perdurar
un instante arreciado por otros
- eternos pero irrecuperables -
en cuyas sombras solamente veremos
razones para sobrevivir
objeciones que no serán escuchadas.

PÁNICO EN VALPARAÍSO

Para los invencibles corazones


agua de invierno o acero de verano
para las invencibles convulsiones
del amor en la boca del alba.

Para los deslumhrados por las bellas palabras


y las grandes mentiras
nosotros, los que erramos a la primera oportunidad
y ardimos en lo verdadero y en lo falso
congregados bajo una lluvia sagrada
los ojos obstruidos por la melancolía
y a veces por el sol de otra patria.

200
Para nosotros el cielo transcurre de un día a otro
arrastra un hotel llamado septiembre
multitudes perdidas en los pasos del lobo
incendios entrevistos desde lo alto de la ciudad
muertes, secretos y otras manos solícitas.

En vano amor gestionaba un acuerdo


nuestro
de noche junto al mar de voz sin atenuantes
juntos como cobardes o reyes ateridos de locura
gastando el tiempo
descubriendo el margen de la ley

dándole a nadie el espectáculo de nuestro amor.

Así luchamos y así caeremos


exhaustos como las medusas del anochecer
mientras los jóvenes invictos celebran el alcohol
y conmueven la carne
elegantes mujeres de una edad que tuviste
ricasy jóvenes vencedoras y alegres rivales.
Ellos acaban de ganar el torneo que nosotros perdimos

y hablan a los gritos y es verano


y pronuncian París
y recuerdan la noche de Los Angeles.

Ahora nuestras manos están colmadas por la fiebre

y los kilómetros rendidos a nuestro paso


están otra vez lejos y tal vez para siempre
como las leyes que gobernaron nuestra vida
ese desorden secreto para el que fuimos hechos
como fueron hechos nuestros nombres
en boca de todos y en los ojos de nadie.

20
Bajo las águilas inmensas que devoran mi boca
reclamo tu presencia, tu mirada inmediata
tu cuerpo silencioso construido para residencia de mis
dioses.

'Poesía Buenos Aires, 27"

LABIOS LIBRES

Al cabo de las tierras y los días

de horarios y partidas y llegadas


y aeropuertos comidos por la niebla
enfermo de países y kilómetros

y rápidos hoteles compartidos

Luego de esperas
prisas

y rostros y paisajes diferentes


y seres encandilados por el olvido
o abiertamente besados por la vida

Después de aquella amada


y esa otra apenas entrevista
mujeres cogidas por mi soledad
y ahogadas por las bellas catástrofes

Luego de la violencia y el deseo

de comenzarlo todo nuevamente


y los errores

202
1

y los malentendidos cotidianos


y los hábitos torrenciales del trópico

y noches acariciadas por el alcohol


y tabaco fumado con tanta incertidumbre

Al cabo de un nombre que no me atrevo a decir

y de alguien que yo llamaba Irene


de cierta voz
cierta manera de clavar los ojos
al cabo de mi fe en el entendimiento de los hombres
y en el corazón de ciudades y pueblos
que nunca sabrán de mí

Luego de tanta tentativa de huirme o enfrentarme


y comprender que estoy solo
pero no estoy solo
al cabo de amores corroídos
y límites violados
y de la certidumbre de que toda vida
no es más que los escombros
de otra que debió haber sido

Al cabo del hachazo irreparable del tiempo


sólo puedo blandir estas palabras
esta obstinación de años y distancias
que se llama poesía

MARIOTREJO
( )l)i.is publU adas: ( Celdas de sangre ( 1 946), El uso de la palabra ( 964), No hay piedad para
7
I lamia (1960), Libertad y otras intoxicaciones f ]
(
><v ). ( )rgasmo y otros poemas 1989). (

203
BASILIO URIBE

DIEZ MIL BARCOS SE HICIERON A LA MAR


Masajeada bien con poxipol en las grietas

decíase Helena:
-¿Aquiles?, futut;
¿Odiseo?, maní;
¿Néstor?, cuando mueve el húmero
salen polillas de siete razas distintas
sin contar una rata
con papiros bajo el brazo;
ergo: ¡caro Menelao!
Los helenos, en cambio,
entre sí murmuraban:
-Agamenón, go home!
No era cosa de exclamar: ¡Thalassa!,
con el mar pasado de verde

y dos lustros en los hombros.


Suspiraban por el Epiro, languidecían
por el Helesponto,
los cigarrillos turcos

y el turrón de jaiba,
amén de ciertas calles de Atenas
que hablaban de amor.
junto al fogón plañían vidalas
porque el canto consuela.
Menelao a su vez taciturno y atrida
rumiaba en silencio
sus rumores internos:
-Y pensar que hace diez años
fue mi locura.

8-VIII-67
"Edipo etcétera*

JOS
JOÑAS EL POETA

¿Esa agua, dónde acaba?


¿Dónde comienza la infinitud
que anega, la impalpable espuma
de la luna perdida en el oscuro espacio
que habita el corazón de la luz?
¿Amanecerá el canto que dilata
el silencio?
¿La voz en otra voz en otra voz,
herida la voz en la herida
que navega y tiembla
en el océano inmenso,

se resumirá en la voz

que habla en uno y uno hable?


Las palabras son esa pelambre
de grasas verdes y olas trastornadas
como víboras,
que claman con los ángeles.

17-1-75

TRIVIALIDADES DEL SEÑOR SCHLIEMANN


Y OTROS POETAS

Camina por la calle en la ciudad,


y de pronto al tropezar en la baldosa
como Proust, el tiempo se trastorna.
Al comienzo ve escombros descastados
que provocan desazón,
estupor o desconcierto,

206
toda la baraja de dudas de la duda;
después algún trozo se repite
y con él asoma algún indicio,
la luna gris de la hipótesis precaria,

la presunción cauta, que coloca apenas


un pie sobre la tierra, y adelanta
con prudencia, y luego corre desalada,
como aquel que huye del terror
penetrando hacia lo abierto

por el oscuro túnel a la cueva.

24-IV-75

HERENCIAS Y RECUERDOS DE FAMILIA

Un día, la uña del índice comenzó a crecer


como una pizarra córnea en capas sucesivas,
con el color veteado de jade sucio
de las aspas de los bueyes,
cuyos tonos fue tomando.

No lo dijo; lo unió
al lunar vuelto verruga, donde nace casi
la axila izquierda, en el fondo
del mismo brazo de la uña,
que ahora se ensanchaba.

Recordó a su padre y la leucemia,


como un otoño donde las hojas que caían
eran blancas; después de todo,

207
La uña, el lunar y lo otro, lo pensó,
eran formas de un destino sin formarse.

14-IV-75

LA MAREA DEL SILENCIO

El silencio subió y subió,


primero para salvarla,

hacerla flotar, llevarla


de un lugar a otro;
luego, cuando el mar
entró en su boca,
y no evitó sorberlo,
para atragantarla en la amargura
sorda de la sal que cuarteó
su lengua, endureció sus ojos
con cristales ciegos,

e hizo de su vida esta paja seca


que se quemará con el rastrojo.

23-VIII-75

CONVALECER

Se duerme en el sol, que duerme en la tarde,

como un sueño se duerme en la casa:


se entra en el sueño, que entra en el aire,

como una oreja se entra en la almohada.


14-X-75
'''La ballena

208

,.
CÓMO SE ESCRIBEN LAS LÍNEAS

No podía pretenderse nada; sólo cabía esperar.


Una y otra vez la casualidad se repetía,
volvían las voces, se ordenaban los modos,
y aquí y allá propiciaban el hallazgo.
Y apenas advenía, se debía seguir inexorablemente
tratando de permanecer unido a él. Así,
de pronto, en la veta, parecía tratarse de otra cosa:
un niño, por ejemplo (que era un hombre, y éste,

como quería Pascal, toda la raza humana)


quedaba abandonado en un parque (la vida)
donde a veces se jugaba, y él siempre se perdía,
cerradas ya las verjas, la tarde caída entre los árboles
y el pasto ensombrecido. O bien, el almacén.
El almacén era uno, adentro de uno; y uno,
al mismo tiempo, estaba en su puerta, receloso,
con las llaves que guardaban los frutos de las islas

y otros lotes del imperio.


Sólo cabía esperar: aprender a aguardar con la atención
flotando
en la espera abierta. Porque la ansiedad
siempre roerá la esperanza del hombre.

21-IV-82

MATERIA DEL OLVIDO

Sabían que la vida se colmaría en exceso,


y luego SC abriría en el vacío de la extinción,

y presentir esa pérdida punzaba y exaltaba

209
la plenitud del presente, que vanaba
en cada instante.

Los datos inasibles que preceden el otoño


se habían confundido en aquello que pujaba
hasta madurar, y se hendiría igual
que una granada en el jardín hacia la tarde,
cuando el esplendor ya no puede soportar
la embriaguez de su propio latido.

Todo eso lo miraban sin temor, llevados


por la inmensidad casi abstracta, sabiendo
que ardería hasta encandecer;
ellos, como muchos, materia del olvido.

10-XI-79

LA BALANZA DEL CIELO Y DEL INFIERNO

Hablaban siempre de fantasmas


y de rostros transcurridos,
y la muerte en el café o en el té,

cuando las pequeñas cucharas


revolvían los pocilios,
se instalaba en esas charlas;
y al atardecer, sobre el whisky
apenas apaciguado con el agua
o los dos trozos de hielo.
Una y otra vez amanecía un fantasma diminuto,
que se llevaba elmundo de ella
al perderse mansamente.

210
Una y otra vez tendía un puente
entreambos y el silencio.
Bebían un trago ámbar
con los dedos que apenas se tocaban
al borde del olvido.
En el fondo, una mujer pendía
atónita del aire, la mirada
sin reproches.
Ellos, sin embargo,
desdeñaban las señales de los dioses,
que hablan por los muertos.
Eran tan felices en un cine
u otros cielos recatados.
lo, e questa, che da me mai non fia divisa.

28-IV-71

OBJETO PSICOLÓGICO

Ese era el cuadro: no podría dejar de verse,


vuelto objeto psicológico. El entomólogo
observaría al insecto, puestos electrodos
diminutos en las antenas. Exploraría su psiquis,
esc almacén de productos en sombras
que propondrían una madurez de hongos,
y otros que encogerían, resecos; donde tal vez unos
pocos
aguardaran frescos hasta el momento
de consumirse en la luz de un solo día,

de una hora, de un minuto.


El estaría en la puerta, mirando el cuadro,

211
cuidando los límites y la aduana
que no debían ser traspasados.
Ni siquiera en sueños.

1O-IX-80
"A n to logia in ¿dita

BASILIO URIBE

Obras publicadas: Alba (1934), Primero de los salmos (1940), Libro del homenaje
(1940), Año del amante (1942), Los días (1959), Vida de hombre (1 966) Edipo etcétera
(1971), La ballena (1981), Antología inédita (1984) Lahuelladesu paso (1996).

212
ALBERTO VANASCO

CUANDO ELLA ES MARTHA


Como la vida le reserva sus papeles definitivos
ella está hecha un poco de futuro
y otro poco de infancia

y como ella es alta como las mareas


y su pelo nos preserva a todos del olvido
nunca encontramos la palabra justa para predecirla
ni para alcanzarla

usa su nombre para nombrar las cosas

y su sonrisa para convencer al tiempo


y sus trajes, sus días y sus silencios
son sólo gestos que pone cerca de su mano para
disculpar al mundo.

(1956)

ELLA EN PARTICULAR

te recibo de nuevo como una noticia

te escucho urgir el aire en el centro del día


cavar en lo profundo de ti misma
llevar en ti tus ruidos que la noche exagera

descorrerás las lluvias cuando el ano se incline

213
dispondrás tu presencia
la línea natural de tus pasos
prepararás tu risa como un sitio más

en todo tiempo tus brazos tocarán el fondo


nada podrá librarse de tu gestión diversa
y este día recordarás tu prestancia

te sigue tu contorno servicial y propicio


sabes diferenciar tus actos al caer de la noche

y desnudar temprano una nueva aprensión

es que para ti se hicieron las horas más tardías


tu soledad es el peso con que ruedan las tardes
soledad que te llama y te cae como un traje

por eso te recibo nuevamente


disparado en tus brazos como un arco en el tiempo

LAS TAREAS INVENCIBLES

es cierto que a veces la alta marea de los días

sobrepasa tu nombre
que tu abrazo se pierde en la gran cruzada del alba
que los juegos que hemos iniciado juntos han llevado
tu rostro

pero tanto tiempo


combatimos la lava en regreso de los años
y bloqueamos el circo caliente del olvido
que el empeño liviano de los hechos ha cesado de pronto

214
el golpe acreditado de los meses ha seguido su curso
y nada en el tiempo ha cambiado tu sitio

solamente tus brazos cruzaron la soledad


y nada más que tus pies calzaron el porvenir
y como las amplias grietas que soportan tu peso
y las tardes ligeras que conservan tu apego
vuelvo a encontrarte en las tareas invencibles
en los arranques truncos de lo infinito

en las primeras erupciones de la eternidad

vuelvo a mirarte junto a las agallas tranquilas del universo


en las branquias costosas de los astros que nos respiran
en los acuarios informes donde vigilan las constelaciones.

LA GRAN EXTRANJERA
muchacha de los grandes saltos donde está la verdad
que alimentas una idea calcinada del mundo
guardas en ti la liviandad de tu pueblo
el gran desconcierto de la gente con sus anhelos infinitos

con sus empresas inacabables e imperiosas


con la muerte que acaba de hacer sus bultos para partir
con los errores sumados hasta el odio perfecto
con el gran dolor que cuelga sobre los equivocados

muchacha de los trenes robustos como letreros


yo dejo en mi tiempo mis lágrimas mi ambición
ti

y no quiero esperar si no a ver detenerte de una vez


por todas

215
para empezar de nuevo desde siempre como es necesario
y verte alzar el mundo con una sonrisa
bajo la lluvia de las grandes zonas donde cae la desgracia
muchacha de los dientes crudos como la vida
de redondos y crujientes como el pasado
los brazos

la juventud nos empuja de una manera por demás


disculpable
y la edad nos permite entretener los vehículos infinitos

y viajar por la vida con todo el derecho de hacerlo bien


y solos

muchacha dejada para siempre de la mano del mundo


de la mano de tu mismo sexo que nada ha de pedir
ni podrá darnos
es el tiempo que tanto tiene que ver contigo
el que detiene el paso de tus árboles que emigran
el que te arroja una sombra cuando pasa el primer día
el que recoge tus redes cuando el año se aplaca

y te has ido y te has vuelto como hacen siempre los

lugares remotos
como las grandes preferidas del destino
hasta quedar al margen de este tiempo que persiste

y nos lleva

CARTA DE ESTÍO

hemos debido haber recomenzado

haber salido en fin a los filtros del día

haber abierto el aire los colores

216
ha llegado un olvido en cada golpe de la tarde
el año que descansa su torneo infinito
tus pupilas alzadas en el codo del viento

juntamos para eso diversas campanadas


el trampolín del tiempo donde salta la siesta

los aros del silencio donde cruzan tus rostros

hay una explanada que vuelve más allá:

una mirada tuya que has dejado caer


una nueva manera de esperar los cumplidos
del agua
de tender la mano hacia donde el río nos acecha
bajo los pechos largos de la tarde
se alzaron los árboles hasta tocar sus copas
y caímos como si cada gesto fuera un lado

tu cadera tendida entre el sol y la nada


volcada en la memoria que lo ennoblece todo

LOS VIAJES INFINITOS

la soledad que es carne como una mirada


el jubilo de tu sombra que enardece mis viajes
los días que se abren y te quitan su abrigo

volveré como quien no ha sabido partir


como quien se ha extraviado en la combustión
rezagada de cu existencia
a ver si estás allí apoyada en los días

a ver si es cierto que el mar toca las tierras

217
t

con las cuales sonamos

volveré y es la hora que difunde tu ausencia


lamisma en que terminas de soltar tus formas
de esfumarte y partirte como una rueda
asomada sobre el desastre

sólo el lento resurgir de tus éxitos


sólo un nombre donde eres tú:
la soledad que es carne como una palabra

Y en tanto que te escribo el tren corre en la noche

"Ella en gen era

ALBERTO VANASCO

Obras publicadas: Sonetos absolutos y dos intrascendentes (1945), Sin embargo Juan vivía
(1948), Ella en general (1957), Para ellos la eternidad (1957), Los muchos que no viven
(1957), Canto rodado (1962), Nueva York - Nueva York (1967), Otros verán el mar
(1977).

218
ÍNDICE

Brindis por dos nacimientos 7

Raúl Gustavo Aguirre 11


Rodolfo Alonso 19
Elizabeth Azcona Cranwell 27
Juanjacobo Bajarlía 37
Edgar Bayley 45
Alberto Claudio Blasetti 53
Juan José Ceselli 61
Dolores Etchecopar 69
Oliverio Girondo 77
Alberto Girri 85
Rodolfo Godino 93
Roberto Juarroz 101
Julio Llinás 111
Francisco Madariaga 119
Enrique Molina 127
Ricardo Molinari 137
Olga Orozco 147
Juan L. Ortiz 155
Jorge Andrés Paita 165
Aldo Pellegrini 173
Alejandra Pizarnik 181
Osvaldo Svanascini 189
Mario I rejo 197
Basilio üribc 205
Alberto Vanasco 213
Se terminó de imprimir en junio de 2005.
^-1* La casa gráfica
LA CASALJ Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
e-mail: estudiolacasa@fibertel.com. ar
Una antología de poesía constituye fundamentalmente

un testimonio certero para situar las experiencias de estilo,

concepto y época de la especialidad.

adiciones PAPIRO presenta la obra

25 POETAS ARGENTINOS CONTEMPORÁNEOS,

en una selección de autores de reconocida excelencia y trayectoria,

a trayés de diferentes épocas v particularidades.

Cada poeta se halla representado con yarios poemas y

éstos fueron tomados de yarios libros, con el objeto de que

la eyaluación pueda ser lo más representatiya posible.

La selección fue hecha de libros generalmente agotados o

difíciles de hallar en la actualidad, lo que conyierte a

esta antología en una suerte de documento rescatado.

ISBN 987-22196-0-5

9 789872H2 19604

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