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Vida Del Chacho Hernández
Vida Del Chacho Hernández
~---SUMARIO~---------.;
DESAGRAVIO AL LENGUAJE
DE MARTfN FIERRO
por VICENTE ROSSI 1 .................... . . . 23
LO GAUCHESCO
por EZEQUIEL MARTfN~Z ESTRADA 39
MARTIN FIERRO
• Este segundo Cuaderno dedicado a Martín fie·
ES UN POEMA EPICO
rro y su autor, lo compon en diversos juicios crÍ·
ticos que pertenecen a Ricardo Rojas, leopoldo Lu- Losgr.tcejo
nombres de la ciudad, no vieron sino
inherente en aquella parla indócil
ridículo: es decir, enteramente distinto del tfpo
verdadero. Las salidas oportunas que le atribu-
gones y Ezequiel Martínez Estrada. A esos textos se y pintoresca. Ignoraron enteramente su evolu- yó, fueron remoques de comadre bachillera.
agrega otro, menos conocido aún: uno d e los "Folletos ción profunda, su valor expresivo de Ja índole Las descripciones que le puso en boca, ineptaq
nacional. La risa superficial del urbano, ante mimesis, en las cuales no escasea la literatura
lenguaraces", que el oriental Vicehte Rossi escribiera los tropezones de la gente campesina extravia- presunh1osa cuyo anacronismo caracteriza la
en "Desagravio al lenguaje de Martín Fierro". da por las aceras, inspiró, exclusiva, aquel pro-· impotencia. El gaucho es, así, un pobre diablo,
Completa el volumen, "La vida del Chacho" fuso coplerío con que empezó a explotarse el mezcla de filosofastro y de zumbón, como en
también de difícil hallazgo y de los pocos libros e~ género desde los comienzos de la revolución. las caricaturas del rapabarbas modelo. \las
P-rosa de José Hernández. Aunque parece que D. Juan Gualberto Go- este último, tenía, al menos, la facilidad <l~
doy, antecedido todavía por algún otro, fue el su verso flojo. La estrofa de Ascasubi es in-
primer autor en la materia, aplicada al panfle- dócil y torpe. Revela con afligente pertinacia
to político 1 su verdadera difusión corresponde su adaptación al precepto; y en su afán ope·
al barbero Hidalgo, quien hubo de imprimirle, roso de expresar lo que no puede, causa una
como es natural, la descosida verba del oficio. impresión de grima y de fastidio.
Mísero comienzo, que recuerda la iniciativa se- Véase, por ejemplo, cómo describen la ma·
mejante del "colega" Jazmín, precursor de los ñana campestre, el poeta verdadero y el falso.
felibres. As{ como de esto provino al fin Mi- Hernández lo hará fácilmente en media estrofa
reille, la vasta égloga provenzal, aquello iba a de la.11 suyas: treinta y dos sílabas por todo :
engendrar a poco uno de los más grandes poe-
mas nacionales. Apenas la madrugada
Entretanto, y para no citar sino los precur- Empezaba a coloriar,
sores más renombrados, Ascasubi hizo poesía Los pájaros a cantar
política con el mismo instrumento. Su verso Y las gallinas a apiarse
áspero, su rima pobrísima, su absoluta falta
de comprensión del tipo en quien encarnab1: Los dos versos metafórkos, coloriar, que e..
las pasiones del localismo porteño, hostil a la propiamente, enrojecer como la sangre. y .,, j. 1 -
Confederación, no tenía de gaucho sino el vo- se, condensan toda la expresión bu:Je11d,1. :~~
cabulario, con frecuencia absurdo. Aquello fue casubi divaga en términos triviales pani c:-
más bien una poesía (si tal nombre merece) pr~ar lo primero:
aldeana o arrabalera; y su éxito no consilti6
sino en un pasajero aplauso polftico. Su gau- V snfa clariando el cielo
cho resultó, así, corrompido, vil, y sobre todo, La lw;. de la madmgada,
JlllMEBQ 11 l QCTU•as l l l l a
dicói y .m donde ~ otro empleó cuatro pa- del over(.l, 1a de que podía 111ser del recao de forma octos11aba, sin contar la violenta inversión ~ontró la fuente espontánea de la r-isa, a tftn lo
labras, é] necesita tres versos, un ripio y un alguna moza -y, para peor- pueblera... Ade- de sus tres primeros versos. 2 El asunto de am- de expansión sana y natural, no de cosqu <l.
pl«>nHmo: más, en la misma estrofa habíalo declarado bos poemas, es, asimismo, falso. Los dos ex- forzada, y con aquella utilidad magistral d<J
"'medio bagual"; lo aial no obsta para que presan pasiones de hombres urbanos emigra- la sátira que corrige riendo.
Y lM gallinas, ·a1. welo, inmediatamente pueda creerlo arrocinado, es dos a la campaña. Hasta los nombres de sus Por otra parte, esa reunión de elementos
Se de;aban cair al suelo decir, manso y pasivo. Por último, para no 1·especlivos protagonistas, Lázaro y Brián, per- que hasta entonces formaban dos miembru:.:
·De encima" de la ramada. salir de las dos primeras décimas, que cierta- tenecen al romanticismo .. . distintos de la épica, tipificados bajo l!L faz;
mente caracterizan toda la composición, nin- Como todo poema épico, el nuestro expre- burlesca por la Batmcomiomaquia y el Q.¡.'1',,_
ll'acHidad, y hasta algún colorido superfi- gún gaucho sujeta su caballo sofrenándolo, sa la vida heroica de la raza: su lucha por la
eial, tenía Del Campo: otro ensayista infortu- do Furiosp, dio a su creación una origin~l~«d
aunque lo lleve hasta la luna. Esta es una lib~rtad, conb·a las adversidades y la injusticia. sin precedentes. La malicia y el en~~'"'•
nado que, desde luego, insistió en e] mismo criollada falsa de gringo fanfarrón, que anda Martín Fierro es un campeón del derecho
g6nero. Su conocida composición es una paro- el llanto y la risa mezclados en ella, c~~ti.u.
jineteando la yegua de su jardinera. que le han arrebatado: el campeador del ciclo yenla el más acabado modelo de vida in_!eg;ral.
dia, género de suyo pnsajero y vil. Lo que se Ya veremos cómo expresa la poesía de · la heroico que las leyendas españolas inmortali-
propuso, fue reírse y hacer reír a costa de cier- También bajo este concepto, resulta una <.:0sa
pampa el gaucho Martín Fierro, pues no tengo zaron siete u ocho siglos antes: un paladín al definitiva. Y es que ese juego desprec.i,a~vo
to gaucho imposible, que comenta una ópera la intención de comparar. Lo que quiern de- cual no falta ni el bello episodio de la mujer
trascendental cuyo argumento es un poema fi- con la suerte infausta, ese comentario iró11.wo
cir es que el poema no tuvo esa procedencia. afligida cuya salvación efectúa peleando con de los propios dolores, forman el pudor de' Ja
losófico. Nada más disparatado, efectivamente, Precisamente, cada vez que Hernández quie- el indio bravo y haciendo gala del más noble pena viril. El rictus del llanto, transfórmas()
<!orno invención. Ni el gaucho habría entendi- Te hacer literatura, empequeñece su mérito. desinterés. Su emigración a las tierras del ene- en sonrisa, el sollozo prefiere estallar en car·
do una palabra, ni habría aguantado sin dor- Así, cuando en la pay*\da con el protagonista, migo, cuando en la suya le persiguen, es otro cajada. Esto es de suyo una obra de arte.
mirse o sin salir, aquella música para él atroz; el negro canta: rasgo fundamental. Y esto no por imitación, puesto que convierte en filosofía amable y
ni siquiera es concebible que se le antojara a siquiera lejana, sino porque así sucedía en placentera el elemento deprimente y vil. Así
un gauc}Jo meterse por su cuenta a un teatro Bajo la frente más negra efecto, siendo muchos los gauchos que iban a es como el fuerte ahorra a sus semejantes la
lírico. El pobre Hidalgo, más lógico, porque Hay pensamiento y hay vida. buscar el amparo de las tribus, contra la jni- mortificación del dolor que le roe, y en tal
estaba más cerca del pueblo, da por guía a La gente escuche tranquila quidad de las autoridades campesinas. procedimiento consiste aquel arte de la vida.
tus protagonistas, tal cual amigo de la ciudad. No me haga ningún reproche, De ahí procede por inclinación de raza, por practicado por los griegos antiguos y por los
Por lo demás, todas esas cosas ofrecen un También es negra la noche índole de idioma y por estructura mental. Su japoneses modernos. Precepto fundamental ele
cariz aldeano bien perceptible en su manera Y tiene estrellas que br'lllan. mismo lenguaje representa para el futuro cas- esa filosofía estoica que instituyó el heroísmo
burlesca. Fueron, por decirlo así, jácaras fa- tellano de los argentinos, lo que el del Ro- en deber cotidiano, es Ja fibra excelente, reve-
miliares, análogas a las coplas de los juegos mancero para el actual idioma de España. Es lada por el pulimento artístico en la madera
de prendas; y es insigne fruslería empeñarse
en darle i"-1portancia clásica como literatura
Payador la corrupción fecunda de una lengua clásica, del héroe.
la germinación que empieza desorganizando la Todavía este mismo personaje, resulta en·
nacional. El pasquín en verso y los romances El primer concepto, no es gaucho. El ter- simiente.
de circunstancias, fueron . en todo tiempo el teramente peculiar en nuestro poema. No es
cero y cuarto versos, son ripios para acomo- Ése es uno de sus orígenes. El otro, está el caballero insigne, ni el jefe de alta alcurnia
regocijo de las tertulias lugareñas; pero su im- dar el consonante en oche. Los dos siguientes. en la novela picaresca, aquella creación espa-
portancia no pasó de aquí. que figuran en el Romancero o en la Ilíacla;
expresan una vulgaridad literaria. ñola que constituye, junto con los romances sino un valiente oscuro, exaltado a la vida su·
Ahorn, por lo que respecta a la poesía mis- O cuando dice de las mujeres: de caballería, la doble fuente genuina de la
ma, ella es trivial. Limítase a versificar los perior por su resistencia heroica contra la in·
lengua. El viejo Vizcacha y Picardía caracte- justicia. Con ello, tórnase más simpático y
lugares comunes de la literatura al menudeo. Alabo al Eterno Padre, rizan las mañas y la filosofía del pícaro. Son
No porque las hizo bellas,
más influyente sobre el alma popular a la
Las descripciones más celebradas, como el Sancho y el Pablillos de nuestra campaña, cual lleva el estímulo de la acción viril en el
aquella del río, pertenecen a este género y son Sino porque a todas ell<U bien que su originalidad resulte tan grande; y
Les dio coraz6n de madre.
bien de la esperanza.
inadecuadas en boca de gaucho. El barqui- así como el Quijote refundió los dos gérmenes,
chuelo a vela, resulta "una paloma blanca"'. hasta convertirse en la expresión sintética de La originalidad de la eje<;uci6n, es, asimis·
La espuma refleja '1os colores de la aurora". Rima y concepto son de la mayor pobreza, idealismo y de realidad que define todo el mo, completa dentro del lenguaje habitual de
El mar "duerme" en "ancha cama de arena"'. como el sentimentalismo cursi que lo inspira. proceso de la vida humana, nuesb·o Martín la épica; pues aquella cualidad, como ya lo
El rocío ,es "un bautismo del cielo". Los gau- Fierro hizo lo propio con sus tipos, ganando tengo dicho, no consiste en la invenc!i6n ex·
chos 110 hablan con esa literatura. Quandoque bonus, dcrmitat Homerus . .. nihilo, absurda de suyo como pretensión <lis·
todavía en naturalidad, puesto que suprimió
el recurso literario de Ja oposición simétrica. corde con toda ley de vida, sino en la crea·
Después, si el vocabulario del famoso Faus- Las tentativas de índole más literaria, co- ción de nuevas formas vitales que resultan de
to, está formado regularmente por palabras mo el Lázaro de Ricardo Gutiérrez y 1a Cau~ Como no se propuso sino describir la vida con
sujeción a la sola norma de Ja verdad y del un orden, nuevo también, impuesto por la in·
gauchas, no lo son sus conceptos. Así puede tiva de Esteban Echeverría, pecan por el lado teligencia a los elementos preexistentes. El jú·
observarse desde el primer verso. Ningún crio- de su tendencia romántica. Son meros ensayos bien, aquélla ·dióle su fórmula sin esfuerzo.
Tomado el camino de belleza, tales éxitos fue- hilo de los tiempos futuros, proviene según el
llo jinete y rumboso como el protagonista, de "color local", en los cuales bril)a por su famoso concepto virgiliano, del nuevo orden
monta en caballo overo rosado: animal siem- ausencia el alma gaucha. El prime~o adoptó ron episodios naturales de su marcha. Salié-
ronle al paso, como la aurora y la noche, la que va a nacer: novum nascitur ordo.
pre despreciable cuyo destino es tirar el bal- para expresarse la octava real, enteramente
de en las estancias, o servir de cabalgadura inadecuada, al ser una artificiosa y pesada alimaña y el árbol al pasajero de la llanura. Por esto, son precisamente los grandes épi·
a los muchachos mandaderos; ni menos lo ha- combinación de gabinete; el segundo, una dé- Y allá donde los otros habían hecho gracejo cos quienes han señalado con mayor franque-
rá en bestia destinada a silla de mujer, como cima de su invención, tan destartalada como falso, situando arbitraria o aisladamente su za su filiación.
está dicho en la segunda décima, por alabanza ingrata al oído. Recuérdese la primera, verda- gaucho en un medio discordante, que es decir, Homero empezó su Ilíada con un verso d1t
absurda, al enumerarse entre las excelencias dero párrafo de prosa forzada a amoldarse en produciendo con artificio Ja comedia, él en- Orfeo ("Canta oh Musa, la cólera do Ceres'"),
t'GUú>UN08 DE''·laaCHA-"
alma hasta darse patria por doquier, con la mo, la abolición de la esclavitud la absolutft. como la~ estrofas antes mencionadas sobre Ja
apenas moamcado. Nevio y Enio, .los pa~es tole~ancia religiosa y las instituci~nes socialis-
tierra que, de pisar, ya poseen: frente del negro y sobre la maternidad· o la
de la poesía lalina, inspiráro~e c:is1 excl~ISly~ tas de la pensión a los ancianos, de la adop- filosofía de cargazón que inspira los c;nsejos
mente en los escr.itores ale1andrmos. Vrrgiho
En el peligro ¡qué Cristo! ción de los huérfanos por el estado, de la en- finales de Martín Fierro; o el aburrido y po-
imit6 a Homern en la Eneida, y de tal modo,
que dicho poema es en ~ucbas p~~es una
El coraz6n se me enancha, fiteusis, de las aguas y los graneros públicos y bre cuadro de la Penitenciaría, donde, por mo-
Pues toda la tie1'ra es cancha gratuitos . •. ralizar, descuidaba sencillamente su empresa.
1apsodia. Las MetamorfoSt.s de OVId1~, que
constituyen, quizá, el mejor poema épico de Y de esto nadies se asombre: El autogobierno de cada uno, que ha de Quien tenga la paciencia de leer esos jui-
la poesía latina, son imitaciones de los sen- El que se tiene por hombre suprim~ la obediencia al poder autoritario, te- cios, coleccionados a guisa de prólogo para
dos poemas epónimos de Partenio y de Ni- Ande quiera hace pata ancha. nía por corifeos a los emperadores filósofos. Y mengua de nuestra literatura, hallará citadas
c:andro. Contienen muchas leyendas de poetas entonces, cuando uno de esos héroes de la como bellezas todas las ti·ivialidades de la
Y el otro: épica personifica aquel supremo ideal humano composición. No falta una. Hay quien ve en
más antiguos, hasta en detalles característicos
como el cabello purpúreo del rey Niso. Suidas Desterraisme de mi tierra, de la libertad por cuenta propia, reivindicando ella, y por esto la elogia, "un pequeñ\) curso
lo atribuye a un griego más antiguo cuyos ver- Desto non me finca saña, con esto el jmperio de la razón que no tiene de moral administrativa para los comandan-
tos transcribe. El Dante, a su vez, es un hijo Ca el hombre bueno fidalgo límites como el progreso por ella encaminado, tes militares y comisarios pagadores" ( !). Otro
!ISPiritual de Virgilio: De tierra ajena hace patria. su caso viene a constituir el prototipo de vida se extasía ante la igualdad de la ley, como un
superior cuya constrncción es el ohjeto de la borrico electoral. Otro encuentra que Martíu
Tu se' lo mio maest1'0 e il mio autore: Más lejos en los tiempos, otro desrerrado, obra de arte. Fierro es "el Prometeo de la campaña" ( !! ) .
Tu se' solo colui da cui io tolse el sapiente de Jos Fastos, había expresado e11 Llevamos en nuestro ser el germen de ese Otro le descubre '"primo hermano ( no se atre-
Lo bello stilo che ni lui fatto onore. un concepto lapidario esa fórmula del heroís· prototipo, como el de todas las belJezas que ve a decir hermano) de Celiar", aquella luen-
mo: Omne solum forti patria est. aquélla sensibiliza en nosotros, mejorándonos ga pamplina romántica con que el doctor Ma-
(Inf. l. 85-87.)
Fuerte y solo: he ahí la situación del ca· con tal operación, puesto que así nos hace gariños Cervantes, poeta del Uruguay, dio pa-
Y luego, en el Purgatorio, atl'ibuye a Es- ballero andante. Así aquellas palabras fueron vivir nna vida más amable. Cuando el artista .reja a nuestra gemebunda Cautiva. Otro aun,
tacio, con elogio, la núsma filiación, puesto divisa en varios blasones. consigue realizarlo, su obra ha alcanzado el y éste es el más delicioso, encuentra imposible
que ella había salvado al poeta pagano de la Verdad es que ambos héroes son vengati- ápice ya divino, donde la verdad, la belleza hacer el juicio crítico de Martín Fie1•ro, por-
4;ondenaci6n eterna: vos; pero la venganza es la única forma posi· y el bien confunden su triple rayo en una que no · siendo, di~e, una obra de arte, no
ble de justicia para el paladín, puesto que se sola luz que es la vida eterna. podrá aplicarle las reglas lit~rarias. He aqu{
I'er te poeta fui, per te cristiane halla obligado a ser tribunal y ejecutor. Sólo Fue una obra benéfica lo que el poeta de el Finibusterre de la crítica, diremos así, na-
ante los agravios, con el padre abofeteado o Martín Fierro propúsose realizar. . Paladín él cional. Y el pobre l10mbre, amilanado sin du-
(XXII-73.) las hijas 1;1iltrajadas, el uno; con la familia des- da con su propic, genio, que éste no es carga
también, quiso que su poema empezara la re-
hecha y deshonrada, la casa en ruinas, los bie- dención de la raza perseguida. Y este móvil, dé flores, sino tronco potísimo al hombro de
El Tasso, en su prólogo a las dos ]emsa- nes robados, el otro: ¿habrá quién no sienta J fércnles laborioso, dejábase prologar as.Í, to-
lenes, se vanaglol'ia de la filiación homél'ica, que es el inspirador de toda grandeza humana,
en su corazón de hombre la justificación del a brióle, a pesar 8llyo, Ja vía de . perfección. A davía agradecido, y que le colgaran sus erlí-
enumerando los caracteres que ha imitado de rencor que los posee? Lejos de ser antisocia- lores indoctos lamafio fárrago; y hasta expli-
la Díada, y que soa los de todos los héroes pesar suyo, porque en ninguna obra es más
les sus actos, restablecen el imperio de la jus- perceptible el ft>nómeno de la creación in- caba conlricto su buena fotención, su inferio-
principales. En cuanto a lo patético, me he ticia que es el fundamento de toda constitu- ridad para él indiscutible ante tamaños lite-
aproximado a Homero y a Virgilio. El comíep- consciente.
ción social. Y como el estado de libertad y ratos, en· una carta infeliz, dedicada casi por
zo del canto tercero, imita, en efecto, al pri- de justicia resulta del trabajo interno que to-
11:1 ignoró siempre su importancia, y no tu- entero al estímulo de Ja ganadería. Sólo por
mero de la Eneida. El ataque de la flota cris- vo genio sino en a¡:¡uella ocasión. Sus escritos
do hombre debe efectuar en su conciencia, no un momento, la conciencia profunda de su
tjana por los sarracenos en Jafa (cantos XVII del imperio de las leyes que lo formulan, su anteriores y sucesivos, son páginas sensatas e
genio se le impone, magi.ier ellos los sabios,
y XVIII) es una rapsodia del que los troya- reintegración en el alma del ofendido es, por incoloras de fábulas baladíes, o artículos de
y entonces, humilde, hace decir con sus edi-
nos llevan a los griegos en la Ilíada. Lo cual excelencia, un acto de dignidad humana. La economía rural. El poema compone toda su tores: "El sefior Hernández persiste en no ha-
nada quita, por cierto, a la originalidad de plenitud de la libertad y de ]a justicia, es el vida; y fuera de él, no queda sino el hombre
cer alteraciones a su trabajo". La crítica ha-
la expresión, que constituye el principal ele- resultado de una doctrina personal que da re- enteramente común, con las ideas medianas
bíalo tachado de versificador incorrecto, aun-
mento. glas a la conducta, al constituir por definición de su época: aquel criollo de cabeza serena
que él dijera con toda verdad y raz6n, que
el docto de la vida; y ese sistema viene a re- y fuerte, de barba ahierta sobre el tórax for-
Venganza de agravios es el móvil inicial así construye e] gaucho sus coplas, demostran-
sultar el mejor, cuando basado en la norma midable, de andar Msculo y de estar despa-
en nuestro poema como en el Romancero, y do, por Jo demás, gran desembarazo en su
cio con el peso de su vasto corpachón.
aquéllos provienen, en uno y otro, de la ini- de justicia que todo hombre lleva en sí, y idioma poético.
quidad autoritaria. Obligados ambos héroes a que estriba en considerar inevitables las con- Hay que vet sus respuestas a los críticos
Existe, sobre este particular, un documen-
buscarse la propia libertad con el acero, sus secuencias de sus actos, prescribe la práctica de lance que comentaron el poema. Ignora
to interesante: en el autógrafo de Ja segunda
hazañas constituyen el i·esultado de esta deci- del bien como el mejor de los ejercicios hu- tanto como ellos la trascendencia de su obra.
parte del poema, la primera estrofa dice como
sión; y justificándola con belleza, forman la manos. Pídeles disculpa, el infeliz, para su deficiente ~igtte, sin ninguna enmienda:
trama de las sendas creaciones. Los dos son Veinte siglos ha retru:dado el cristianismo literatura. Y füera cosa de sublevarse con to-
dechado de esposos, padres excelentes, castos la victoria de este principio moral, que con da el alma ante aquella miseria, si la misma .Atenci6n pido al sllenclü
~omo buenos paladines, hasta no tener en sus el imperio de la filosofía estoica, su código ignorancia del autor no justificara la extrema Y silencio a la atenci6n.
vidas un solo amor irregular; fieles con ello; sublime, había llegado a producir en el mun- Inopia de sus protectores. Que voy en esta ocasi6n,
reposados en el consejo, prontos en el ingenio, do antiguo, cuando dicha religión vino a tras• Porque se dieron a protegerlo, los men- Si me ayuda la memoria,
leales a la amistad, fanáticos por la justicia tornarlo todo, fenómenos tan significativos co- guados, desde su cátedra magistral. Todo lo A contarles de mi historia
eual todos los hambrientos de ella; grandes d6 mo Ja pu romana, la supresión del militaris- que le elogiaban, era lo efectista y Jo cursi, La triste continuación,
Le perfecta d0 los dos dltimos versos.
MitUI& haciendo favor con la mtser..a. que les dis:imu-
~ mcorrectamente modifica.d a en el texto lan y pretendiendo que el astro brilla porque- de vino con sus padres en busca de mejor suer-
1-llos lu \'CTI con sus ojos importantes. fón en una pulperia donde se baHaba, pelea
Sq>íe<.o <lon<le s e lee: te; su bárbaro martirio; Ja imagen original r con él y le hiere gravemente·
Hay que decirlo sin contemplaciones, nu pintoresca de los ojos, tan conmovedores en el
..t 111ostrarle.~
que o 11ti ti.;.w,of'i.a solamente por ser esto un acto de justicia, abogado; la dulzura infantil del potsillito qne Pa1'a prest.ar 1111 socorro
J.,e faltaba lo me¡or. ~ino pal'a sacar la obra magnífica de la pe- /,as mu¡eres no son lerdm·;
revela con tan tierna compasión la inocencia
numbra vergonzante donde permanece a pesar del niño y el alma del héroe. Así se enternece Antes q11e ln sangre 71ierdn,
y esto demnesh·a, una vez por todas, que de su inmensa popularidad; porque de creer-
lit inconección criticada era voluntaria, cuan- el hombre valeroso, y así brota natural la poe- /.,n 01Ti11wro11 a unas pipa-~.
la, así, deficiente o inferior, los mismos que Ahí lo de¡é con las tripas
do así Jo pedían la precisión del conc~pto y sía en esa comparación de verdadero gaucho.
~e regocijan con ella aparentan desdeñarla y r:nmo 71a que hiciera GllPl'das.
la verdad da la expresión. Los versos 1mper- Lo que f!1ás debía .llamar su atención, y con
ahogan el impulso de sus almas en el respeto ella la imagen, eran los ojos celestes del eu-
lectos son efectivamente, más vigorosos que de la 'l iteratura convencional. Tanto valdría
lo& ob:os, por su construcción más ~:i.rec~a y hacerlo con el Romancero congénere, porque
rnpeo. De la primera rima, no h ay sino sPis sus-
»atura], así como por su mayor conformidad El tono heroico y la onomatopeya que es t.uitivos en castellano . .De Ja segunda, dos su-
41:00 Ja índole del lenguaje gau cho. Pero la
sn castellano es torpe y se halla mal versi-
don excelso de poeta cuando le sale natural, lamente; los mismos qne usa el autor con i:;:-
ficado. f!'eta natnralidad. El sitio d e las pipas, es e:~~·
t.:rítica no entenderá nunca, que en la vida, co- como a Homero y como a Virgilio, resaltan en
En nu estro poema, ello proviene especial livamente, eJ único donde resulta posible ~11,
1.tlO etl el anoyo inquieto, la belleza resulta esta otra estrofa de rima difícil, aun cuando sra
mente de la contracción silábica peculiar al provisar sobre ellas mismas un lecho, separn -
4dt' La in·egularidad, engendrada por el ejer- defectuosa por la mezcla de asonantes ~· con-
gaucho, así como de la mezcla de asonantes d0 del suelo y apartarlo del b·aiín habitual;
o.·icia de la libertad en el sentido de la índole sonantes:
y consonantes que él empleaba en sus coplas pue~ se trata de
9 de la pendiente. La preceptiva d e los reló-
.11kos y las leyes de los políticos, han suprimido
y que era necesario reproducir, al ser nn gau - fo me le senté al del pampa .
l'ho quien narraba. Un rancho de mala. mue1te:
•.quel bien, pretendiendo reglamentarlo. ?' d.e Era un escuro tapao .
.-so andan padeciendo los hombre.~. lea lda<l. ¡i,Pero, acaso el mismo poema español uu Cuando me veo bien m ontao
11os presenta versos como éste en la versió11 t'S decir, sumamente estrecho. He visto 111l1s
j,Qiqwidad, necedad, miseria. De mw casillas me salgo· de una Yez heridos acomodados en esa forma.
de Sepúlveda e11 el H Romance de la segun- r era im pingo como galgo.
¡La crítica! ¿C6mo dijo la muy estulta, y da parte: El defecto del pl'osaísmo ofrece analogía~
trnfalmeia, y amiga del bien ajenó? ¿Que eso Que sabía r:nrre1· boliao.
\ corroboraciones no menos evidentes. Como
J.10 e1•a obra <le arte? ¿,Pero, ignoraba, enton- Rt1y Dioz ·vofoeos en Paz?
Las palabras pingo y galgo sugieren el a 1 Í·o do verdadero artista, el autor de Martín. J.f.ie-
~. su preceptiva, y no sabía lo que era una
~.No encontramos eu el Dante endecasíll:l to elástico del ananque. El cambio de ace11- r·ro no rehuyó el detalle verdadero, áU~gl1e fue-
verso octosílabo, o en qué, si no en descrip- luaci6n del último verso, todavía reforzado por se ingrato, cnando .llegó a encontrarlo en r l
~iones y pintma dr caracteres, consiste la poe- bos C'Ontraídos hasta la dureza, a semejanz¡¡
del siguiente qm" nos da o·nce palabras fm on la violenta diptongación de su primer ver bo. desarrollo de s11 plan. Comprendió que en la
lMa épica? ¡·ecuerda el galo11e a remesones del animal b·a - belleza del conjnnto, así seá éste un carácler
No, pues. Lo que exb:añaba eran sus ha- re sílabas:
bado. Adviértase, también, ctne sin la tenni- .1 un paisaje, la Yerdad artística no es siempre
bituales perendengues, sus '1icencias" ineptas. Pi1í rH·io fo per lo suo. tutti. i m:iei. pri.eghi? 1
naci6n defectuosa de la 1.Íltima voz -boliao- bella. Que si la frente del hombre se alza cu
Jin dialecto académico, su policía d e las bne- el efecto no se produciría. Y de esta sueri-e. la luz, es 'porgue la planta humana le da c;-
11as costumbres literarias. Aquella creación Y en cuanto a la rima, si es verdad que ~ también, resulta ennoblecid o el lenguaje gan- miento en el polvo. ú nicamente la rnt6l'ica C''ll1
Anancada a las entrañas vivas del idioma, veces resulta pobre y mezclada como en Lope cho. sus rc>cetas, ha prescrito que el arte, como rl
aquella poes.ía nueva, y siu embargo habitual v en Calderón,~ también su fácil riqueza nos trabajo de los confiteros, consiste en maniobra1
Otras veces, la metáfora es tan natural v
((.Orno el alba d e cada día, aquellos caracteres sorprende con estrofas no superadas en nnes azí1car. Cuando se hace ohra de vida, es q;.ra
al propio tiempo tan novedosa, que el descon-
tan vigorosos y exactos, aquel sentimiento tan lra lengua. cosa. Y el prodigio de crear e.striba, precisa-
cierto causado por aquellas dos cuaJidade~.
profundo de la naturaleza y del alma humana, Los indios diezmados por la viruela, bus nos induce a apreciarla como nn ripio. Así, en mente, en la inferioridad de los elementos qne,
resultaban incomprensibles a esos contadorr\ can entre los cristianos cautivos la causa de cierta pelea con la pa1iida policial. el gaucho ordenados por la inteligencia, prodncen 1m re-
de sílabas y acon1odadores de clichés precep- la epidemia y las víctimas propiciatorias al ge- acaba de echar tierra a los ojos de uno de Jos s11 l1 ad o superior.
111ados: Prncustos de la cuarteta - para devol- nio malé.fico cuyo azote creen padecer· ePemigos, para atacarle indefenso: I
verles su mitología cursi- no habían de en- Prosaísmo y grosería, hermosura y delica-
tender a buen seguro aquella libertad del gran
Había. tm gringuito cauti-vo deza, tod o concm:re al r esultado eficaz, c~n~o
Qi1e siempre hablaba del. barco. Y mient1'0s se sacudía. en la hehra de seda el zumo de Ja flor )· .::i.
jinete pampeano, iimada en octosílabos natu- Refregandosé la vista,
.1-.ales como el trnte dos veces c11ádrnple <lrl r lo ahogaron en 1.tn charco baha del gnsano. E l capullo es mortaja do~1ue
Por causante de la peste. ro me le juí como lista la adipocira ele la oruga t6rnase ala de c_91Q, d;
..;oroel. Y ahí no más me le afirmé
'fenía, los ojos celeste.~ y así nosotros mismos somos. según el símil in··
En la modestia de los grandes, fiuca el e 11 - Como potri.llo za.reo. Dicie11dolé - Dios te asista. mortal d el poef'a, lar vas y mariposas:
'Mmo de los necios; y cuando aquéllos se disi- Y de un 1·e1>és lo voltié
Jnulan en la afabilidad o en llaneza, pade- .Rimas en arco, no posee el idioma ~ino . .. noi siam. verm'Í
••iendo el pudol' de sentirse demasiado evi- ~ iete de buena ley. Las otras son palabras de La comparación describe el acto de ten- Nati a. formar Cmig,ef.ica farfalln.
dente.& con la luz que ll~van, cuando su bon- susadas, nombre~ propios, verbos o término'> derse a fondo, en una sola línea; es decir, como
c.lad. se aflige de ver desiguales a los demá~ compuestos. En éste, nueve tan sólo, y toda~ la lista de una tela; y así explicada, ya no nos Propóngome tomar a este propósito algu-
etl la b:radiaci611 de la p 1· o pi a gloria, dlas resultan de aproximación muy difícil L:t resta sino que admirar la agilidad descriptin , nos ejemplos del Dante, porque éste es. en mi
..,uando las alas rnplegadas manifiestan )a estl'Ofa es, sin embargo, de una perfecta flui- el vigor magnífico de Ja estrofa. opinión, el épico más grande que hava produ-
W:nidei: de la tierra, pues parn aba1i dez, y en su nítida sobriedad, condensa uu Veamos reunidos en esta otrn los dos ele.- cido Ja civilización cristiana.
~ ha.u nacido. Jos mentecatos se en~ríen poema : J.a criatura que recuerda ~1 barco do11- mentas.
Tmágenes y conceptos de esos que Jlam~
El gaucho Crnz, provocado por cierto bur- prosaico~ Ja retórica, almndau en su poema.
1 CU.l..DEJlNO& nE lUllClil.
•
Lois condenados que veían pasar a loi <,lo~ E questo ua d'un altro ctrcumcinto persona¡es tan erntnentes como el blondo, be- Narrando el gaucho Cruz su ya mencionada
poetas. E qual d.al terzo, e'l terzo poi dal qu~rto, llo y gentil Manfredo de la ceja partida: trapatiesta en el baile de la pulperfa, recuerda
Dal quinto il qunrto, e poi dal sesto il quinto. este detalle de apariencia trivial :
... " ' noi aguzzavan le cíglia
CC>t'M vecchio aartor fa nella cruna. (Par. XXVIII-28 al 30. ) Vizcacha Yo tenía unas medias bot<J$
Con tamaiíos verdugones;
(Inf. XV-20, 21.)
O la inmundicia de los castigos infernales: Me pusieron los talones
Después, aquella comparación con la rana las moscas y los gusanos de la sangre corrom- Come le pecorelle escon del chiuso Con crestas como los gallos;
pida en el canto III del Infierno; los excre- Ad una, a due, a tre, e l'oltre stanno Sí viera mis afliciones
que croa en el charco : mentos en el XVIII; el famoso verso final del Timidette atterando l'occhio e' l muso· Pensando yo que eran callos.
E come a grecidar si sta ki rana XXI; el verso 129 del canto XVII del Paraíso ..• E ció che fa la prima, e l'altre fanno, '
Col muso fuar dell'acqua ... Addossandosi a leí, s'ella s'arresta La bota era una prenda cara y difícil de ob-
O las frases sin sentido: tener, puesto que sólo podían apararla obreros
Semplicie e quite. • • '
( Inf. XXXIT-:n . 32. ) Papf Satan. pape Sntnn aleppe. muy escasos. Ya he dicho que en la época co-
\ Purg. III.) loni~l, no los había; por lo cual los gauchos
O bíens ( fnf. VIT-l.) hubieron de calzarse con el cuero crudo del
Y ciertamente, no es mi intención compa-
.E mangla • bee t: dorme • veste panni. rar; pero la "Divina Comedia" fue también jarrete caballar, o con los retales transformados
Rafe/ mai amech izabi alm! en sandalias. Después, aquella mortificación
(Inf. XXXIII-141.) escrita en un lenguaje de formación reciente,
( Inf. :XXXI-67.) y bajo el mismo concepto de vida integral, que del pie, particularmente desagradable para
11. m1 ver constituye su excelencia insuperable. hombres acostumbrados a una cuasi descalcez
Ch'ogni erba si conosce per lo seme.. iba poniendo al protagonista en un estado poc~
O todav1a, al revés de Boileau que no ~ue Con ello el detalle realista es a veces ex-
( Pur~. XVT-114. ) sino un retórico, esta fórmula de la poesía cu- cesivo y brutal; pero no olvidemos que se apto para bromas. El freno de plata y las botas
yas creaciones quiméricas anuncian la verdad trata de rudos pastores con quienes la vida fue constih1Ían el lujo por excelencia. Era habitual
Com'i1&cir paó dl dolce seme amaro. no 1'iempre creíble: Ingrata hasta Ja crueldad; y sobre todo, no in- llevarlas a la grupa, para no ponérselas sino
:mrramos en el abuso crítico de olvidar el con- a la entrada de la población o de los sitios
(Par VJIT-93.) In di1'6 cosa incredibile 6 vera. respetables.
1 11:1nto, pu~ no todo en el fuego es claridad,
uno también lefia bruta, y ceniza, y humo .•• Por último, los ternos tan abundanles en
Cke le cappe fornisce poco panno. (Par. XVI-124.) lengua española, sall an, una que otra vez, a
Así el retrato del viejo Vizcacha:
(f>ar. Xf- 132.) ' título de complementos interjectivos, bien <JUe
He aquí cómo debe comprnnderse el espí- Viejo lleno de camándulas sean mny escasos, y siempre disimulado~ con
... itche g,lllsta111ento ritu ele los poemas épicos, que no son obra
lírica, vale decir, de mera delectación, sino na-
Con un empaque a lo 'toro; palabras de análoga eufonía:
Ci si risponde dall'anello al dito. Andaba siempre en un moro,
l'l'aciones de la vida heroica, muchas veC'es 6s- Metido no sé en qué enriedos, Ahi empezaba el afán,
(Par. XXXII-56, 57.) peras como ella y también amargas y mis- Con las patas como loro Se entiende, de puro vicio,
teriosas. Una vez más me acuerdo <le nuestro De estribar entre los dedos. De enseruirle el e;el'cicío
O estos versos formados por enunciaciones padre el Dante: A tanto gaucho recluta,
de cantidadesi Este último rasgo es absolutamente carac- Con un estrutor ... ¡qué bruta!
O voi ch avete gl' intelletti sani, terístico, y viene por lógica sugestión ante un Que nunca sabía su oficio.
t.-iill• dugento con ~essanta sei. Mírate la dottrina che· s'asconde auditorio de jinetes, no bien se ha mencionarle
( Inf. XXT-113. ) Sotto il velame degli versi strani! el caballo. Éste debía ser, dado su dueño, uno Don Quijote era menos escrupuloso, y el
de esos bichocos que los estancieros regalan a Dante usó más de una vez la mala palabra.
Nel quale un cinquecento dieci e cinque. Pero véase algo más característico aún, por- individuos así, porque tienen la crin arremo- Sí el poeta alarga por ahí sus versos, o mez-
que demuestra cómo los símiles de nuestro linada, o son maulas de suyo, o babosos de que cla estrofas de metro diferente, como cuando
(Purg. XXXITI-43. ) gaucho, no por ser tomados de la vida rural, los enfrenaron por primera vez en día nublado Picardía, turbaoo, decía Artículos de Santa Fr,
.resu!tan menos compatibles con la poesía del y frío. Entonces los defectos característicos se por a1tículos de la fe, o cuando el guitarrero
Che gli assegno sette e cinque per diece. inmenso florentino. Las coplas, dice Cru7., se relacionan. La avería de los dedos, es también p~ovocador de Cruz canta dos coplas de segui-
(Par. Vl-138.) me salen "corno ovejas del corral". peculiar en los domadores, y el viejo lo había . d11la entre las sextinas octosilábicas, no es por
sido: impotencia, sino por rectitud lógica con el te-
Y añade: ma. Asi procedían también los romanceros con
Al si10 LioTl clnquecento cínquanta
E trenta fíate • .. Que en puertiando la primer·a. De mozo fué muy finete. sus estribillos e interpolaciones; siendo de no·
No lo bofaba uh bagual: tar que casi todas estas libertades, pertenecie-
Y a la siguen .las demás, Pa ensillar un anirnal
(Par. XVI-37, 38.) Y empujando las de atrás, ron a los anónimos populares. El verso es para
Sin necesitar de otro, el J?ueblo y para los grandes poetas, un len
Quattromfla trecento "' due volumi. Contra los palos se estrella11, Se encerraba en el corral
Y saltan y se atropellan gua1e de hablar, no de hacer literatura. r;
(Par. XXVI-119.) Sin que se ccnten jamás,
Y alU gn1optaba el potro. J<;l lector ~ecesita, aquí, una advertencia
Mu~has es.trofas .del poema, causan a pri-
La característica por el pie, es bien cono-
li C()11U1 diece da mezzo e da quinto. Comparación prosaica para versos, did la cida de los elegantes; y eb los dominios ·ae la mera VtSta la unpres1ón de la rima forzada:
retórica. El otro presentará así las almas de los patología sexual, constituye un easo as~ co-
(Par. .XX-VII-117. 1 excomulgados, aun cuando entre éllos figuran l' menudiatldo los trago~.
mún de fetichismo, Aquel viejo como cerro,
CUADERNOS DE MARCHA
u
m ~ ~ aMa. PVM'o, dilatada en t!queuas grantles rtsas que el griego del verso como elemento de cultura. La clase ;rida. El principio opuesto del arte por el arte
Qw il hombrct no debe crer, elogia, recordábanme los vivaques de Jenofon- gobernante que suele desdeñarlo, envilecida o sea el .fundamento de la retórka, pretPnd~
.ka lágrlmal de mu;er te. Otras veces, teniente eventual de compañía por el utilitarismo comercial, tiene una prueba que la vida sea un pretexto para aplicar las
M "' lo renguera del pBrro. en la Guardia Nacional cuya convocatoria exi- concluyente en aquel éxito. La única obra per- reglas de construir con habilidad, cuando Ja
gieron las revoluciones, aqueJJa impresión pre- manente y popular de nuestra literatura, es una rectih1d y Ja buena fe, inspiran Jo contrario:
La composición refiérese al vientle hiper- cisábase todavía. Las partes tristes del relato
tlOliado del alcoholista, y es de gran propiedad obra en verso. La verdadera gloria intelectual las reglas al servicio del objeto superior que
suscitaban pensativas compasiones, nostalgias pertenece, entre nosotros a un poeta. Porque aquella misma vida es. De tal manera, todo
• el lenguaje gaucho. Si ello constituye un análogas; ent,mces el oficial adolescente evoca-
npio. demuéstranlo las estrofas finales del mis- la gloria es el fenómeno d e sobrevivir en ia cuanto exprese claramente la verdad y produz-
ba también a Ulises conmovido de oír cantar admiración de los hombres, ca nobles emociones, sea ocurrencia de rústico
mo canto y del subsiguiente, donde la rima en sus propios trabajos en el vestíbulo de Alcinoo.
""º está empleada con la habitual fluidez. El vínculo de la raza fortalecíase en él como la
La ley de la vida tiene que ser una ley
de proporción, o sea la condición fundamental
o invención de artista, está bien dicho, aunque
viole las reglas. Debe, todavía, violarlas para
Otro ejemplo do impotencia aparente en la cuerda en la tabla del instrumento rústico, y de existir para todo cuanto es complejo. El decirlo, si encuentra en ellas obstáculos. Pues
lllÁt ajustada propiedad : penetrado por aquella emoción que exaltaba don del poeta, consiste en percibh-la por ob- no existe, a este respecto, sino una regla per-
Y aunque a 1m aves le& dio, su sangre con .un sabor de lealtad y de ternu- servación directa de las cosas; y de aquí que manente: todo aquello que engendra emocio-
Con otras cottas que inoro, ra, proponíase como un deber de justicia el su expresión la formule y sensibilice en el ver- nes nobles y que se hace entender bien, es obra
&OI plquitoa como oro elogio del poema, cuando algún día llegase a so, o sea en aqueJla estructura verbal compues- bella.
Y un plumaje como tabla, considerar digna de él su mezquina prosa. Y así ta por la música y por Ja rima: dos elementos El lector va a apreciar en nuestro poema,
J_,e dio al hombrs más tesoro ha esperado veinte años. de tigurosa proporción. Por esto, el verso es el con qué vigor, con qué precisión, está ello ex-
Al datl• una lengua que habla. ¿Qué valen, efectivamente, todos nuestros lenguaje natural de la poesía. La armonía, que presado; con qué abundancia pintoresca, con
libros juntos ante esa creación? ¿Qué nuestras es un resultado de la proporción entre elemen- qué riqueza de imágenes y conceptos.
"'Como tapJa•, e1t decir, parejito. Un rústico míseras vanidades de jardineros ante la ex- tos desemejantes -valores musicales, metáfo- f\faravilloso descriptor, aun le sobra mate-
11<> podía comparar de otro modo, y la lisura celsitud de aquel árbol de la selva? Cuando ras, órganos biológicos- manifiesta en el ver- rial para ser difuso y redundante. Porque es es-
ciel plumaje es la primera belleza del ave libre. ellas no existan ya, sino acaso como flores de so aquella ley con mayor elocuencia que en pontáneo está lleno de defectos. Su propósito
Cuando nuestros gauchos se regocijan con herbario en las vanas antologías, el tronco ro- todo otro conjunto. moralizador, vuélvele, a ratos, cargoso. El poe-
ei poema que a los cultos también nos encanta, busto estará ahí, trabada su raigambre con el Tan profunda fue aquella compenetración ma no es, muchas veces, sino una abund\lnte
• porque unos y otros oímos pensar y decir alma del pueblo, multiplicado en la madera de del poeta con su raza y con su tipo, que el paremiología, pues entiendo que gran parte de
cosas bellas, interesantes, pintorescas, exactas, las guita1Tas cuyos brazos señalan el camino nombre de éste se le pegó. Martín Fierro, era sus lecturas consistía en los refraneros donde
a un verdadero gaucho. Pero seamos justos con del corazón, cuando ellas ocupan en nuestras él mismo. Claro instinto de las multitudes, que creía hallar condensada la sabiduría de las na-
al pueblo rural. ~l fue quien comprendió pri- rodillas el sitio de la mujer amada; llenos de así reconocía en el poeta su encarnación efec- ciones. Así lo dice en el prólogo de la segunda
mero, correspondiendo a la intención del poeta, brisa y de follaje aquellos gajos que parecen tiva y genial. , parte, y el único libro que cita, es uno de esta
con uno de esos éxitos cuya solidez es otra enarbolar el cielo de la patria, y beber en su Hernández adoptó, asimismo, la estrofa po- especie. Otras veces, el estilo epilogal, inheren-
grandeza épica. Naturalmente exento de tra- azul, lejano, ay de mí, como el agua ventu- pular de los payadores, aquella fácil y bien . te al género, convierte el poema en una especie
bas preceptistas, sabía por instinto que la des- rosa de los oasis ... redondeada sextina, que no es sino una ampli- de centón rimado, bien que la nal'I'ativa gau-
el"ipción de una existencia humana, no es un Ah, esa no es popularidad de un día, ga- ficación de Ja cuarteta, demasiado corta y con cha suele estar siempre sembrada de reflexio-
puro recreo lírico; que las miserias, las aspe- nada con discursos engañosos o falacias electo- ello monótona para la narración. Pero también nes filosóficas:
rezas, Ja prosa de la vida, en fin, forman parte rales. Cuarenta años lleva de crecer, con tira- manejó con desembarazo Ja redondilla y el ro-
de la obra, porque el héroe es un hombre y das que cuentan por cientos los millares de mance, a manera de interludios que evitaban Era la ca.sa del baile,
sólo a causa de esto nos resulta admirable. De humildes cuadernos. Y esto en un país de po- la monotonía. Esto, sobre todo en la segunda Un rancho de mala muerte!
tal modo, el gaucho Martín Fierro tomó pron- blación iletrada, donde los cultos no compran parte, considerablemente más larga que la pri· Y se enllen6 de tal suerte, ·
to existencia real. He oído decir a un hombre libros nacionales. Para honra de nuestra po- mera, pues cuenta casi el triple de versos: 480C Que andábamos a empu;onett.
de la campaña, que cierto amigo suyo lo había blación rural, no hay un rancho argentino don- contra 1700 en números redondos.
Ct.nocido; muchos otros creíanlo así; y no sé
que haya sobre la tierra gloria más grande para
de falten Ja guitarra y el Martín Fierro. Los
que no saben leer, apréndenlo al oído; los que
Lo singular es que en tan pocas líQeas, ape-
nas equivalentes a cien páginas in octavo co- Era la. casa del baile.. ~
un artista. Es ésa la verdadera creación, el apenas silabean trabajosamente, hacen del poe- mún, haya podido describir toda la campaña,
concepto fundamental de los tipos clásicos. Así ma su primera lectura. mover cuarenta y dos personajes, sin contar los ll:sta es' la descripción, enteramente fiel, de
vivían los béroes homéricos cuyas hazañas can- Conozco el caso de un gaucho v1e10 que grupos en acción, narrar una aventura intere- esos jolgorios de campaña. El gaucho añade,
taba el aeda en el palacio de los reyes y en vivía sólo con su mujer, también anciana, en santísima, constituida casi toda por episodios con toda naturalidad, la consabida reflexión:
la cabaña de los pastores. Todos los entendían, cierto paraje muy solitario de las sierras cor- de grande activ;dad pasional y física, poner el!
escena tres vidas enteras -las de Fierro, Cruz Nunca faltan encontrones
a causa de que representaban la vida integral. dobesas. Ninguno de los dos sabía leer. Pero
Más de una vez he leído el poema ante el y el viejo Vizcacha- evocar paisajes y filosofar Cuando un pobre se divierte.
tenían el cuaderno bien guardado en el antiguo
fogón que congregaba a los jornaleros después almofrez o "petaca" de cuero crudo, para que a pasto. Pero esto no es siempre oportuno en el
de la faena. La soledad circunstante de los cuando llegase algún pasajero leído, los de- La vida manifiesta con tamaña eficacia de poema, y a veces las consideraciones de orden
campos, la dulzura del descanso que sucedía leitara con la habitual recitación. Tal fenóme- belleza y de verdad en esos personajes, dimana filosófico interrumpen la narración con redun-
a las sanas duras tareas, el fuego doméstico no de sensibilidad, autorizaría el orgullo de de que todos ellos proceden y hablan como dancias impertinentes.
c:uyas farpas de llama iluminaban como brus- cualquier gran pueblo. Ya he dicho que cons- deben obrar y decir. La materia es tosca; mas, Sea dicho, no obstante, en su descargo: la
ros. pincelazos lo~ rostJ·os barbudos, componían tituye también un resultado épico de la mayor precisamente, el mérito capital del arte consiste poesía homérica adolece de igual defecto. En
Ja ¡usta decoración. Y las interjecciones pin- importancia para la apreciación del poema. en que la ennoblece espiritualizándola. Esto es el propio momento del combate, sus héroes
·t orescas. los breves comentariOtl, la hilaridad Por otra parte, ello demuestra la eficacia lo que quiere decir la fórmula del arte por la pronuncian máximas y sentencias que, por lo
1l
.unposlble decll' peor las cosas. En esa sola estrofa,
RICARDO RO.JAS
menos, sorprenden con su anacronismo. Y los el desierto está calificado por· seis adjetivos igualmen-
1omances caballerescos presentan, no poco, es- te pobres: inconmensurable, abierto, misterioso, tris•
te rasgo de familia. Muchas de las anteriores te soUtario y taciturno. La siguiente empieza con
citas dantescas tienen análogo ~rácter. c~atro versos tan mal dispuestos, que cambiándolo.~ d•
posición, resultan mucho más soportables:
He aquí, pues, el defecto capital. En cam-
bio, el ejemplo de vida heroica. ~ormada alter· Gira en vano, reconcentra
nativamente de valor y de estoicismo, es cons- Su Inmensidad (?) y no encuentf'a
La vista, en su doo anhelo,
tante. El ideal de justicia anima la obra. El · Do fiiar su fugaz i.·uelo.
amor a la patria palpita en todas sus bellezas,
puesto que todas ellas son nativas de sus cos- Habrla que hacer del tercer verso el primero, del
tumbres y de su suelo. Y con ello, es completa primero el segundo y del segundo el tercero, para
la verdad de los detalles y del conjunto. No que resultara mrnos m~lo. Y todo el poema adolece de
igual miseria. Es sencillamente lamrntable.
hay cosa más nuestrn que ese poema, y tam-
poco hay nada más humano. Todas las pasio- 3. Los trovadores, maestros y antecesores Inme-
nes todas las ideas fundamentales están en diatos del Dante, hablan usado con gran desembara~o
él. Las nobles y superiores, exaltadas como fun- de esta libertad, que provenía, a su vez, de la poes1a
clásica. Jle aquí nn verso qne contiene doce pala-
ción simpática de Ja vida en acción, que reprf'-
bras en once sílabas:
1enta el ejemplo eficaz; ]as indignas y bajas,
castigadas por la verdad y por la sátira. Tal es Que ver cinc sois n'a hom la ,,essa e'I pan,
el concepto de la salud moral. Cuandn el pne-
blo exige que en los cuentos y las novf'las
triunfe el bueno injustamente oprimido, aque-
lla pretensión formula uno de los grandes fines
del arte. La victoria ele la justicia es un espPc-
El trovador Sordel, autor de este endecasílabo.
fue todavía sobrepasado por Bernardo de Vantado11r,
quien hizo i;¡¡¡ber trece palabras en once sílabas:
Que m bat e m f/er, per qu' al razon que m duelha.
( Raynouard - Lexiq11e Roman J. 331-474.)
ESTETICA DEL POEMA
táculo de belleza. En ello, como en el amor, el En Ja génesis del pueblo argentino, Lres ti- leligente del europeo a la vida indígen~ del df)-.
4. Conocido es el rigor de la rima francesa. pos étnicos personifican las fases de su evolu- sierto.
deleite proviene de una exaltación de vida. Ht> aquí, no obstante, al mismo Lamartine, raudal
Solamente los pervertidos, qne son f'Dfermos, ción nacional: el indio, el gaucho, el conquis- Y si el indio entró en la virla del gaucho
prodigioso y espontáneo como ninguno, cometiendo tador, y los tres aportan influencias caracterís- como elemento '1ocalizador" de este nuevo tipo
gozan eón los actos y las l<'orias qne niegan en La chute d'1m Ange una rima imperfecta:
o defraudan, generalizando, así, el estado de Quelr¡ues-uns d'eux, errant dans ces de~~-"téne?,res," ticas a nuestra literatura. social, el gaucho entró en el idioma de los con
su propia enfermedad. Ellos son product.o pa- EtaiPnt t•rn11~ planer sur ll's rime.V des cedres . De los tres, el indio era el hijo genuino qnistadores, como elemento localizador de unu
(Premiei·e Vi~ion.) de la naturaleza argentina. Como en la gen<" literatura nueva. H.epresentación cícli0a de esos
sajero de las civilizaciones en decadencia. El
tipo permanente de la vida progresiva, el que ración de los dioses, ese hombre nació en las dos elementos, el social y el filológico, vino
5. Entre los clásicos, basta citar a G6ngorn con nupcias de la tierra y el cielo, su padre y su a ser el poem·a que comentamos.
representa su éxito como entidad espiritual y sus letrillas y romances: verdadero origen de nues-
como especie, es el héroe, el campeón de la b ·1s estrofas en versos de meb·o libre. Unos y otros madre legendarias. Los doctores de la conquis- llay en el Martín Fierro nn lipo .humano:
hbertad y la justicia. s~bordinan el ritmo de cada verso al del conjunto ta se preguntaban su origen; continúan averi- el gaucho; y una acción épica: la lucha del pro-
Y por eso, porque personifica la vida bero~ de h estrofa ns!: guándolo nuevos doctores de la civilización; tagonista con su medio. Ese medio es la pam-
ca de la raza con su lenguaje y sus senti· No son todos ruiseñores, pero la esfinge ha callado para los sabios teo- pa, o sea el crisol de nuestra raza y la sede
mientos más genuinos, encarnándola en un pa- Los c¡ue cantan entre flores, lógicos que le atribuyeron génesis divino, y de nuestra nacionalidad. El idioma en que se
ladín, o sea el tipo más pedeeto d~l justici~ro y Sino campanitas de plata para Jos sabios positivistas que le atribuyen filo- halla escrito el poema, es el mismo que hoy
Que tocan al alba, genia zoológica. Ni la prehistorfa bíblica con hablamos, la lengua nacional de los argentinos,
del libertador; porque su poes1a constituye Sino trompeticas de oro.
bajo esos aspectos una obra de vida integral, Que hacen la salva sus migraciones asiáticas ni la prehistoria cien- o sea el romance caballeresco del siglo XV,
Martín Fierro es un poema épico. A los soles que adoro. tífica con sus migraciones paleontológicas, han enriquecido por voces indígenas en cuatro si-
El Indio conseguido revelarnos su cuna. Así aquel hom- glos de vida americana. ComiclPremos, pnes,
l. Domln,,o F. SR1miento (hijo) en su intro- (Letrillas Llricas. IV.) bre, desnudo como un animal o como un dios, lo que de colectivamente argentino y de ge-
duccl6n a las ¡1oesías recopiladas de aquel autor, cita silencioso como ellos, misterioso como ellos, nuinamente "nuestro" hay en el gaucho Pomo
rse panfleto titulado El Corro. No he conseguido ver- Alma niña, quieres, di, fue la primera conciencia humana de nuestra prototipo humano de la nacionalidad, y en
lo, porque no está en la Biblioteca Nacional ni en la Parte de aquel, 11 no JIOCa, propia tierra natal. Hermano de la roca, del su lucha con el desierlo americano como es
d.el Museo Mitre- Blanco Maná quer está allí?
Sí, sf, sí.
árbol y del ave indígenas, encerraba el secreto cp1ema de nuestra evolnC'ión. Si la patria y
Era la tarde 11 la 1iota Cierra los ojos 11 abre lq boca. de aquélla misma ralea. Monitor humilde de el héroe así coin<'iden en tal poema, no ten
En que el sol la cresta dora Ay Dio.~. qué comf los conquistadores en el misterio múltiple de dremos porqué negarle c;ígnificaci6n épica en
D• lot Ande1. Fl DeslerliJ Que rM 1abe 11.~í?
lnconmen.rurable, abirrta la tierra nueva, hizo posible, por el le¡!;ado de nuestra literatura.
Y misterioso, a sus pll't (Letrillas Sacra.1. XXI.) ~u ciencia atávica, la adaptación del otro al Vamos a ver ahora cómo este poema, qu.,
le enlenci.. etcétsra.. nuevo medio, y la sobrevivencia de su genio resume los caracteres de todas las especies gau-
territorial en el gaucho. chescas de nuestra literatura , J'esume también
El indio aportó consigo el elemento dife Jos caracteres ' de todas las especies socia les de-
tenciador de este nuevo tipo: el gaucho, quien nuestra formación política.
fue el producto de una nueva adaptación in· Los cuatro nrincipales núcleos de VIda 1n-
...
gustos ne su raza y áe su época. Compüso E'r- la estancia, corno recelando inconcretos peli·
Qigena en nuestro pais SOlJ el qmchua. d gu:. La inl luencia de este grupo na sido casi cilla un canto académico, d e un gusto con- gros. El pampero sopla ba a ratos, como un eolo
ran{tico, el patagón y el chaqueño. n11la en ia cultura argentina. Su posición fue vencional en cuanto a la arquitectura d el verso grw1ón, sobre la verde inmensidad, desgreñan-
t:l primero tiene su sede en Santiago; rl más bien de ais lamien to o de inercia, en medio ) a la composición del asunlo. De las octarns do el mecbon de los pajonales, tostados de sol
iegundo en Corrientes. Ambos se distinguen del país. o así la cultura del núcleo pata- reales que venían del Ariosto, a las reminis- .semejantes a bárbaras crenchas rubias. D~
por Ja perduración del jdioma precolombiano gónico, el cual, siendo muy apto, sobre todo cencias mitológicas que de \ 'irgilio veníau. pronto, las alimal'ias del campo empezabau a
denlro de una estructura social postcolombia- l?ara la guerra, hostilizó la civilización argen- todo fue en La Araucana fruto ele erudición o llegar, como perseguidas, cles<le el fondo re-
na. y reciben su nombre de tales idiomas. tina en Chile y la Argentina. Valdivia y Bue- de trasplante,_ sin la impersoual esponlanei<lad moto de aquel desierto. Eran desaforados ª'e~
· El tercero y el cuatto han perdurado fuera nos Aires, guardan el recuerdo ele aquellos bé que caracteriza el numen genuino de la ver- truces, azo radas liebres, tímidos coyes y per-
de los núcleos históricos de nuestra nacionali- licos vecinos. Asaltaban estancias, cautivaban d<idera epopeya. A pesar de todo ello, la crí- dices que se deslizaban entre la paja despei-
Jad . Son, en cierto modo, secreciones dl" one.s- "cristianos" quemaban poblaciones, depreda- tica no osó negarle el supremo rango d e la nada (?Or esas Fugas. 1lás tarde, sobre la línea
tra evolución orgánica, durantP- el período co- ban ganados, en esa frontera de b pampa a épica, por que pertenecía al género por su 1i- clel matorral distaute. aparecía un punto negro:
lonial. ºPor eso los c'\l"sjp;no con . nombre 11wn1 - dond!" llegó la cnlhu a ganchesca. La hostil i- liac.ión y su asuuto, aunque lo desvirtuara eu la cabeza enhiesta de un caballo salvaje, l<t
1nente geográfico. dad ele ambas civilizaciones duró hasta la ex par te p 0r los atributos de su estilo y por su recelosa testa de un loro bravío, y tras ele lo.~
En el Chaco, guarjd::i deJ tercero. se: rf'- pedición de Roca en J878, que se. ll~;ma por e~casa fidelidad con el modelo real. Pero to- seüuelus se 1:>recipita ban en h'opel los ganados
fugiaron restos de pueblos fugitivos de sn pe- antonomasia, '1a conquista del desierto". da da en éstos, que eran su falla evidente, se del cau 1po, y pasaban golpeando el suelo coo
r ifeda, mezclándose con los nativos. hombr es La conquist::i ele América hahí::i bajado de \'iO como había inlerpretado S U aulor los sen- ~u galope, relinchando y bramando, crnspo el
~lemenlal es. "Chaco" es el cerco cinegético \ íéxico y las Antillas hacia el sud. El camino timientos de su raza ;. de su época, al generar ,tropel ele ese turbión; ~onoro dentro deJ polvo
df' las alimañas hostigadas. y con Pso dPíínesr ele Balboa, Pizarro y Almagro, parece indicar 1111a copiosa familia de poemas similares, o sea nebuloso· ele ~u propia carrera, como un hueno
acabadamente ese núcleo. el rnmbo de esas primeras expediciones. Cuan- las obras de espalioles como Juan de Castella- cn su llU be. ~ a 1to e;abían dudas a aquel cri~-
En la Patagonia se refugiaron a sn n•7 lo~ do llegaron al Cuzco. los dehelaclores <lel lnca, nos o de americanos como Pedro de Oiia, que 1iano del fortín o la estancia, perdido en el
moluchps, guerreros del Aranco chileno, que que \'enían del norte. continuaron su rumho Pn sus \'a1·011es Ilustres de Llldias ) su Arauca de~ierto corno un vigía en el mar. Ese mo-
pasaron la cordillera hacia el occiclPnte, mez- hacia el snd. ValcliYia por el occidente de los Douuu:la, retomarou el tema de la conqui:;la ' imiento de a larruas en la pampa, indica b.!l
<'lándose con sus hennanos Jos pehuenches, 1·e- Andes . .Rojas por el oriente:, contin{1an hacia d i,obre las rni:m1as· paulas retoricas del maestro C[UC Jos indios andabá11 cerca. Eran los auca~
huelches, hiuliches y ranquelches del lado ar meridión ese histórico itinera1io. Pero he aqu1 ink:iador don Alonso Je .Ercilla. que 'ohfan cuu un ttuevo malón, acosado.~
gentino. E l nombre: de Aucns que a sí prnpio!- c¡i 1e ::i I ~egnir los cristianos de Chile hasta el Trescientos aúos después, lodo había ¡;a111 - ellos lambién por la seca en sus mapús o gua-
~e daban, define también este núdeo. Aura. Arauco, c;e e:ncuentrn con la raza rebelde· qm: biado e11 el Kuevo ,\lundo. Las ciudades, aq uí ridas. o eslirnula<los (?Ol' eJ fácil abundante bo-
e.n sn lengua quería significar "rPlwlde ". ''n 1- impirfl La Ara.t1ca11a. Y al segufr Jos cristianos l undadas por los co111nilito11es de Ercilla, lia- ti11 de uu asa llo anterior. Entonces aquel ho111-
Y.~do "', "indio enemigo". 1 de la Argf'nf-in::i hacia la Patagonia, se encon- biame independizado de s u auligua metro- hre, ) tocios los del lugar, requerían sus arn 'ª·'
Así los indios del Chaco ~- los de P:<tagonü~ lraron con la misma raza rebelde del tiempo de poli. La estructura social ele estos pueblos ba- de fuego, o monlaba11 eu sus foertes caballos,
se pusier on Fuera de Ja ciYiHzacic'm co.lonin l. l~ rc ill a , ::i cuyo contacto deh)a aparecer i.\lartí11 bia pasado de la a ri,slocracia y el mouopoilo a como guerreros antiguos. y salían estoicos para
hostilizándol::i hasta el siglo XlX. con cli,·ersn F·ierrn. el poema de n11estra frontera. Así e-l la democracia y Ja libertad coniercial. Al cla- la algara sahaje.
rort11na, según Sll medio geográfico y el tipo de ci<'lo épico hispano-indígena comienza en el sicis1110 retórico del renacimiento, había .m ce- La vicia. e11 ~en1eja nte frontera , lue mise-
~11 propio vivir. siglo xvr con la epopeya fronteriza de los rl ido la espontaneidad indiYi<lualisla del ro- rable por ~u leal.ro )' por ~ u hombre. La tiel'rll
1,os del Chaco ba hitan 11na exten ~a <'Omer- a11ras dnl Sttd. y se cierra con el siglo XIX ma11ticiswo. Las sub\'eJsiones civiles de varios circuudaillc, n1onotu11a de inmensidad ,. da
ca de bosques leñosos, en una tierra cálida y con la epopeya fronteriza de los propios auca.\·, lustros, habían llevado las tmbas campesiua11 l'alor, era \ acia como el mar. r\o había árboles,
sedienta, que los tornan indolentes o bnffÍos. rerlivivos sohre la Patagonia inconquistada. a . las ciudades y huudido a los hida!gos de la ni ríos. ni 111oulcs, e11 dilatadas leguas de
~iendo a la n:.•z, étnicamente. el indio c¡ne mús Diversos como la época y el ambiente n~s r<udad en el mar de las plebes sublevadas. Los aquella parnpa. El hombre, sohtario en ella,
ha conservado (9e caráctf'r sah·aje: rlf" lri .tn- pecli\'os. debieron ser, y lo son, el poema que indios evangelizados en la edad colonial. era 11 deb1a llenarla con lo infinito d e se. alma; es
t igua raza lornl Van rlesmKlos, hahlrln rndi- inicia aquel ciclo y el poema qne lo clausma. ~a ciudadanos, iguales a lo:. blam:o:., hombre~ dc<'ir. con s11 cora je o su tristeza. Ese nue\ o
mentarios dialectos, canlau v bailan con arlt' La frontera cristiana de Chile tuvo por am- libres con ,.oz y 'olo eu la~ ágoras de la re- l'Oluuiza<lor se enruslecía él mismo al conlacto
precario, ~ los hay que pelean con flecha ~ biente el rnlle, el bosque, el río montañés. El publica. de aq uel enorme desierto. Así tomó su inclu-
en herboladas. Los españoles no pudieron do <'<'JTO con su pucará invencible en el asalto de Sólo a llá, sobre la hontera de aquella Pa- 111eutaria las prendas del gaucho y su. vi' ir 110
ma r a estos indios. Los argentinos tampoco he- lo~ Cnnpobicanos; la ~elva con sus bivios mis- ~agonia mi!>teriosa ) rebelde, seguía i11conclus;i , pucos usos del ind.io, aquel mismo abo.r.igen a
mo~ sabido hacerlo. En 11na rnsta e:xtensi<')ll, 1f'rinsos, ocasionada a la sorpresa de los Tuca- no ya la gesla ele la emancipadón americana q uieu combatía.
se:kas y a hr::is se snceclen sin Ferroeardles, ,:i11 pelC's; el arr0yuelo clP. cristal entre rocas la- comenzada en el siglo ' IX, sino la gesta de la Las estancias recl11 cía11 su adi\idad a e jer-
" td livo~ sin 11na sola ciuchid. l:..as popn losas t ri- vadas y fronda penumbrosa, propicio al idilio conquista europea, corneu:.rncla en el ~iglo X\ 'J. <:icio Je equitacion pruebas civiles que por ,.¡
bus de olro tiempo van clesaparecie:ndo, exter- de l::ts románticas Tegnaldas. Los indígenas en- Los combatiéutes ele ~rcilla seguían fre11le a solas <.:onstituía11 1wa milicia. J_.os ganados ~A
minadas por el hambre, las enfermedades, PI lrn.han por la primera vez en cboque g uerrero ~rente, bajo sus mismos nombres de entonce!>: 11tulliplicabar1 e11 libertad, al azar de los can1-
alcohol, el clima, los crímenes y las guerra~ con ar¡nellos conquistadores. Estaban vírgene<; PI crís-t-iano y el auca., el blanco civilizador v pos abiertos. Cuando llega ba la época de la;t
de fracasadac; "conquistas". Los menos mn ci- de s11 fuerza. El hombre desconocido que ca- el aborigen rebelde. Las fuerzas genésicas {)_~ hie rras. los peones salíau cou el pah'ón a ··ca111•
vilizándose a su modo, cuando trahajan en los minah::i en los cuatro pies ele sn caballo, y ves- América continuaban su elaboración gravitan- pearlos '', hasta parar e"I rodeo y marcar las
"obrajes", establecin1ientos forestales; o en lo~ tía el mismo hierro de sus armas, se les apa- do en sus mismos ejes <le entonces. Tan sólo reses o inmolarlas, en vibrantes iuegois <le la
"ingenios"', cañaverales de azí1car, florecientes recía como un ser misterioso. La materia so- habían cambiado la ·indumentaria, las costun1- iiltela, del puñal y del lazo: toda e~a vida q11e
en las regiones limítrofes ele Sanla Fe, San- <'ia I de esa plimera conquista se avenía a !ac; bres. el ambiente social ele la acción. uuestra poe~í:t gaLtehesca ha descrito ) ca11-
1 ago, Tncumán, Salta y Jujn1 . Del otro lado tradiciones de la epopeya caballeresca; no re- ')obre la pampa ilimitada, el hombre de la t-ado. :t
<'orrPn lo~ río~ Pilcomayo y Paraná. que ~e · pugnaba a Jos gustos del ren::icimiento coetáneo. l"JUdad ch-ilizadora escrutaba el horizonte prn 1.116 •inel'. .t 'rtl 'ez. pad,ec1~ ~ dob!F'
paran f: I paí~ <>haqueño del Parag1Jay ~ e~ El poema de: aquella ge.sta. contado por un pro- hmdo, tras la palizlld~ d el fortín o el foso de pres:iM c1'!7 \.,, c!ttdad ¡ €01 ~iert-o. El ~~
rr1111nte11. tagonista del bando "Spañol, amoldóse a lo~
CVAD&RNOS DE MAJ\C.lU
miento; pero es hoy Jugar común <le tas pre· qaúo mas c~mpo a 1os crmFos para manifestar
distante y pobre no mandaba la§ provmones; tro del género, pues, cada uno refleja su propia ceptivas. Más laboriosa ha sido la h·ansforma- si_i peda~tena. Con sus empalagosas disquisi-
el indio, sigiloso, no cesaba en su hostilidad. raza, es decir, un ambiente peculüu· con su ción de la teoría retórica sobre los géneros li- ciones, fundadas en una sumisión servil a la.
Algunos se pasaban al bando opuesto, acosa- prototipo humano y una prototípica concepción terarios, sin duda, porque no se percibe sin el autoridad, han dado tal aire de misterio a un
dos por la naturaleza o la injusticia social. La dt 1a vida. Así reducido el Martín Fierro a los auxilio de la intuición esta metamorfosis d e la asunto tan llano de suyo, que un lector ord i-
frontera fue así para los gauchos de las levas caractere:; de nuestra propia nacionalidad, su obra artística en sus arquetipos ideales, mien- nar io apenas podrá concebir que es poema épi•
militares, un lugar de suplicio, como que las valor representativo es evidenle, no explicán- . tras para comprobar la evolución de las formas, co". Sería poco menos que imposibÍe transcri-
leyes lo adoptaron por pena. Acuchillados ban- dose de otro modo el éxito popula1· de la obra, como en el verso ocune, les bastó silabearlo bir aquí la disputa secular de los retóricos, pe·
didos de mirada torva, alternaban con oficia- fuera de toda sugestión literaria y antes de que con los artejos de Ja mano. ro. enb·e todas sus alegaciones, parece predo--
litos de apellido hidalgo. Los gauchos engro- en el pa1s se hubiera difundido la escuela pú- Dentro de los géneros clásicos a lo que 1mnar este conceplo del preceplista Luzan : "La
saban la soldadesca harapienta y heroica. Su blica. más se yarece el Martín Fierro, es 'a una epa~ fábula o la acci6n épica ha de ser ilustre, gran-
función consistía en defender. la frontera, en No niego, pues, la dificulta~ que se presen- P_eya, s~ ser tampoco una "epopeya" en el sen- de, maravillosa, verosímil, entera, de justa
cuidar sus espaldas a la civilización; es decir, ta si queremos clasificar el Mattín Fierro por ti?o estricto de esa palabra. Aristóteles Ja expli· grandeza y de un héroe" (T. II, 284). En tal
a Buenos Aires, con su rostro de doncella vuelto su género literario, definiendo con ello su valor co sobre el paradigma de los poemas homéri- definición, inclúyese Ja acción p ública d e 101
hacia el océano, ofreciendo al poblador euro- estético y su valor político en la evolución de cos, del mismo modo que disertó sobre la tra- héroes y la máquina sobrenatural de Jos d ioses.
peo los dones de su tierra y de su libertad. Los la culturn argentina. Los valores de la retó- gedia según el canon <;Ie los dramas esquileos; Si nos atenemos literalmente a las definicio-
gauchos de esa frontera fueron, pues, no sola- rica tradicional resultan, desde luego1 insufi· pero unos y otros no fueron sino formas indi- Hes clásicas, el Martín Fieno no es una epo-
mente los que clausuraron con Roca el ciclo cientes para clasificar este poema; acaso por· viduales de poesía, que la docencia retórica cre- peya. Carece, en cuanto a la forma de la mae
social de la conquista, sino los que abrieron el que nuestro cantar gauchesco es cualquier co· neralizó, elevando sus formas a categoría de jestad inherente a los metros heroicos; en
camino a la nueva civilización europea en sa, menos una obra de retórica. He aquí, por preceptos. Homero había reflejado su medio cuanto a la máquina d e la intervención alegó-
nueslras panipas meridionales. de pronto, un rasgo evidente de su originalidad; geográfico y social, en cierto momento de la rica de los dioses; en cuanto a Ja acción d el
Tal es la gesta que Martín Fieno ha pin- pero no se ha de concluir de ahí que la obra es historia helénica, y fue absurdo estético im- carácter esencialmente militar y político~ en
tado, constituyendo por consiguiente dicho ü- falsa o fea porque no sigue el recetario de poner ese modelo, como condición de la belleza cuanto al protagonista, de la condición que
bro, como expresión de aquel proceso social, los géneros clásicos. Tanto valiera repudiar el épica, a todas las civilizaciones venideras. Gra- e~clarece a l~s semidioses, reyes, príncipes, ca-
un verdadero poema épico, ligado al ciclo he- arrullo de la paloma porque no .es un madrigal, vitó . su obra sobre Virgilio en la latinidad pita~es, los personajes con quienes se d ecoran
roico de Ercilla ¡ior la materia histórica, y na- o la canción del viento porque no es una onda. sobre Dante en el medioevo, sobre Camoen~ las fábulas de la antigua epopeya.
cido ele nuestrns propios orígenes nacionales, Así esta pintoresca payada se ha de considerar en el renacimiento, porque aun continuaban Pero tan sencillo razonamiento ya no basta
por su tema, sus protagonistas, su ambiente, su en la rusticidad de su forma y en la ingenuidad aquellos pueblos meridionales d e Europa, d en- para resolver la cuestión. Nuestra mente se ha
idioma, su ideal. de su fondo, como una voz elemental de Ja tro del ciclo civilizador de los temas griegos. modificado después de] siglo XVIII. Hasta
F,,; claro que, de primer impulso, el gusto naturaleza. El Martín Fierro es el espíritu de Pero tanto como la formación de un pueblo aquella época, habría bastado confrontar una
académico se i11clinar4 a rechazar esa filiación. la tierra natal contándonos ba jo el emblema de se ha transformado desde la época homérica obra como los cánones, y aceptarla o rechazru:la
La forma del Martín Fierro - vocabulario gau- una leyenda primitiva, el génesis de la civili- hasta la colonización del Nuevo ~fundo así de acuerdo con sus principios dogmáticos. En
chesco y metro menor-; la forma de La Arau- zación en Ja pampa y las angustias deJ hombre la poesía épica que refleje la formació~ de este caso, habría sido suficiente considerar Jo
cana - léxico emdito y octava real-, parecen en la bravía inmensidad del desierto. Si esto es un pue~lo dado renovará su contenido y su que Al'istóteles dice de la epopeya en su Rc-
desde luego conh·aclecirse. Pero en el género ser una epopeya, séalo en buena hora el poema forma, siendo ella expresión de una nueva alma t6rica: habríamos avanzado audazmente, hasla
de la épica se ha de contar, no tanto la especie de José Hernández; si no lo es, allá se queden colectiva, original en sus dioses y sus héroes lo que Luzán repite en su Poética; y habría-
gramatical como la especie histórica; y es den- en _paz los retóricos y sus bártulos. en su ~mbiente y sus costumbres, en su idiom~ mos rechazado e] Martín Fierro, comentand1>
tro de la historia hispanoamericana donde yo Las nomenclaturas y dogmas literarios vie- y sus ideales. el fallo con un alejandrino ele Boileau:
encuentro el hilo conductor de esa filiación. nen desde los tiempos de Aristóteles, reno- Con ese critei;io histórico debemos clasi- D'un air plus grand encore la poesíe épiquc...
Por otra parte, si La Araucana dista mucho, vándose a medida que la obra de arte se re- ficar el Martín Fierro, al considera!' el sentido .Pero la revolución filosófica que ha revisado
retóricamente, del Martín Fierro, no disla me- novaba ella misma, o por natura] mutación de la epopeya como categoría estética. los dogmas religiosos, políticos y económicos, ha
nos de la Comedia, de la Eneida y de la de los ambientes históricos, o por ímpetu re- Desde la retórica de Aristóteles hasta la es- revisado también los dogmas estétiéos. El pun·
llwda, poemas. también diversos entre sí, por novador de los genios. Si Lope de Vega y Sha tética de Hegel, ya la teoría de los génei'us Ji. to de partida del conocimiento, tanto como sus
m espíritu o por su forma, y que suele agrupar kespeare quebraron ni dogma de las tres uni-- terarios parece evolucionar en el sentido d e la métodos, se han renovado en todos Jos campos
rnalidad. de la inteligencia humana. A los reyes han su-
en un solo género la docencia magistral de dades en el teatro, si la oratoria, el periodismo,
los retóricos. Lo que en el poema gaucho hay la novela, el cuento .exceden en sus proteicas . Lo qu~ .en el estagirita es simple comenta- cedido los pueblos; a las jerarquías, Ja igual-
de dureza primordial en actos y palabras, lo fo1·mas contemporaneas las previsiones .d e Aris- rio dogmatico sobre el arquetipo homérico se dad ; a la inmovilidad d e la concepción rncio-
:encontramos también, y a pesar de tod9, en e! tóteles, Horacio, Q~intiliano o Boileau, ¿por amplía en el fil6sofo germano hacia todas ' las nalista, la mutación continua <lo Ja hist01ia; a
poem~ homérico; modelo de epopeyas este qué 9-etenernos antes las nuevas creaciones que formas poéticas que reflejan e] alma colectiva la lógica de las ciencias metafísicas, la lógica
de un pueblo. de las ciencias biológicas; a la divinidad, la
últüno, a partir del canon arist?télicó. se plasmaron fuera <le sus moldes, en 1~ rr.atriz
Pero v~lga o no este razonamiento para la todo paridera de la belleza libre y de la :vida? Para Hegel, la épica empieza en las co- naturaleza; a la razón, la realidad; al método
historia de las· literaturas comparadas, es lo Los retóricos modernos han aceptado con pa- lumnas recordatorias, los disticos votivos, los re- deductivo de la escolástica, el método induc.
cjerto que el secreto vital de una epopeya sividad las formas métricas de los idiomas ro· franes, los mitos; se eleva después a toda suer- tivo de las ciencias experimentales. Con tales
reside en su identidad con el espíritu de una mances, que era diversa de la métrica antigua, te de relatos en que se fije una tradición colec- modos de pensar, no es ya e] Mart!n Fierro l<>
raza, su radicación en la tierra que ha de ser- y hasta han formulado una teoría del verso tiva, y florece por fin en la forma caracterís- que debemrn¡ someter al canon aristotélico, sino
tica y humana de la epopeya. este canon a la prueba de la uueva filosofía.
vir de asiento a una progenie histé>rica, su mo- con cantidad silábica, acento rítmico y rima,
delación sobre el arquetipo fundador de una ampliando la vieja teoría d.e Jos pies y de las Ya el retórico Blair, en su tiempo <leda: En tiempos de Boileau, nadie hablaba en
determinada nacionalidad. De aquí proviene vocales largas o breves. Esto ocasionaba ..Es preciso, confesar que este asunto magno h.? Francia de la Charumn dB Roland; y en tiempOll
también la individualidad de cada poema den- disputas en la Edad Media y en el R~naci-
ROMERO U l OCTUBRE 1.Sn
lJ
objeciones, ia baja idea que aquél ato ae los va v1aa ha msptraao una copiosa poes1a ora1, conosa ae .n.amtrez en et mar y ae tnqUUll él
de Luzan, nadie hablaba en Espafia del Can- anónima, colectiva, fuente hegeliana de la epo- ~asero.s;. es el protago~ista de nuestra artpa.n-
dioses en la grosería del carácter y las cos-
tar del Cid. Ha sido tema del siglo XIX, la dis- peya. En medio de esas influencias, la poesía s1ón civil sobre el desierto con Rosa~ en la
tumbres de los héroes, y, en fin en la imper-
cusión que ha descubierlo en ambos poemas la bárd~ca de los arios americanos ha dada ya primera campaña al Río Negro y con Roca en
fección de los sentimientos morales"; pero los
belleza épica, aunque carecen de los predica- en su flor: una epopeya, el Ma1'tín Fierro. Y es definitiva conquista del Desierto. Gaucho.t can-
que han replicado a La Motte, justificaban a
mentos clásicos inherentes al género según la que la aparición de tal tipo estético se rige por tores de la pampa y la selva se desangraron m
Homero porque siendo la épica imitación y
vieja retórica. Pero después del romanticismo, la evolución social, más que por la evolución tales campañas de un siglo, donde la estirpe
tradición, él no pudo pintar a los dioses sino
que creó una nueva sensibili~ad y la escu~la literaria. La epopeya es anterior a la '1itera- sucumbió. Si porque ha sucumbido la conside-
como esa tradición los concebía, ni describir
histórica, que creó una nueva perspectiva m- tura." como retórica; es, mejor dicho, el tronco ramos subalterna, renunciemos también a 1<>1
a los héroes sino como eran los capitanes que
telectual, Gastón París ha podido consagrar la de una literatura, y cuando la raza a que per- héroes .que la llevaron a esa hecato!11be por
observaba en torno suyo. Y es que los poemas
Chanson como la epopeya nacional del pueblo tenece se civiliza, suele servir para fecundar la patna, cuando le prometían, por unico sa-
como la Ilíada o el Ma1tín Fierro en este caso,
francés, y Menéndez Pida] el Cantar, como la
son como la r~alidad que les sirve de modelo los otros géneros, con su levadura social. De la lario, el laurel de la gloria:
epopeya de la nación española. Ambos poemas Ilíada se derivaron un teatro, una novela, una
fueron mirados por los últimos retóricos del cla- y la tradición local que los inspira.
Hablando Luzán del orden natural en el lírica, cuya in.fluencia dura en Racine y D'An- "Coronados de gloria vlvamoa
sicismo como cosa primitiva y bárbara, puesta nunzio. Del tronco céltico una lírica (los ro- " O furemos con glvria morir • .••
relato (Ilíada) y del orden artificial (Eneida),
en los dinteles no sólo de la poesía épica, sino manees), una novela (los libros de caballe-
y después de perderse en sus propias disquisi-
de toda poesía. ciones, resuelve magistralmente: "De modo que rías) " un teatro que tomó sus tipos humanos y En cuanto a la acción contada ·por Marttn
Ya Blair consideraba que el carácter militar c.uya influencia dura hasta Wagner, Ma.eter- Fierro, baste recordar que consiste en la lucha
para cualquiera de esos órdenes, o natural o ar-
de la acción no era indispensable a la condición lmk y Benavente. Así de nuestro espécimen de su protagonista con el medio virgen, con
tificial, que quiera seguir un poeta, tendrá au-
ele la epopeya, en el sentido de que, para hacer gauchesco, estáu naciendo obras de teatro de la injusticia social de las ciudades y con la
tores y ejemplos en su· abono". Pues los pre·
interesante el relato, debía el poeta alterarlo lírica, de épica, de historia, de filosofía.,' fe- barbarie rediviva del aborigen hostil. Rememo-
ceptistas quieren prestigiosos ejemplos. Noso-
con otros episodios. "Es necesario que 110 nos tros, por el contrario, no queremos otro ejem- cundadas por él. Si esto se ha de universalizar remos nuestra evolución, y veremos que toda
deslumbre perpetuamente con hazafia.s valien- por su belleza, el tiempo nos lo dirá. Entre nuestra historia no es sino el desenvolvimiento
plo que el de la verdad histórica, fuente del
tes; porque todos los lectores se cansan de es~ar tanto, aun discutida la excelencia estética de de ese mismo proceso, que aparece individua-
arle clásico, y deseábamos las imitaciones aca-
viendo siempre encuentros y batallas: y es m- démicas y las construcciones preceptivas que esta epopeya, nadie negará, donde yo planteo lizado en el gaucho Martín Fieno, porque el
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dispensable que toque nuestros corazones." la cuestión, el valor civil de esta formación arte individualiza; pero cuya biografía podría
Igual tolerancia ha de haber para juzgar el en ellas reposan.
Dije que rara vez a.parece la epopeya ge- épica dentro de nuestra nacionalidad. ser el esquema de nuestra historia social. Fun-
tono del verso, pues la grandilocuencia. de las nuina., y, en efecto, si estudiamos la historia El indio que pereció vive en el gaucho; el dar ciudades que han comenzado siendo fortf.
epopeyas eruditas, no es el tono más b_ie~ .sen- de los arios en Europa, la que aba.rea un pe- gaucl10, que está pereciendo, sobrevive en el nes; expandir su acción sobre el desierto en
cillo de las verdaderas epopeyas pnm1tivas, criollo actual, y los tres vivirán en el argentino radio progresivo; luchar con la tierra virgen
ríodo de tI'einta siglos, vemos que aquélla no
al ~odo de la llíada y del Cantar del Cid. futuro. &te no será la negación de sus precur- y con el auca batallador; padecer las injusticias
ha aparecido sino dos veces: primero entre los
Homero mismo, considerado como el padre sores, será su perfección. El gaucho marca un de Ja organización social rudimentaria; sobre-
helenos con la Ilíada y la Odisea; después en-
de la epopeya y el maestro ele la elocuencia en tre los celtas y germanos, con las canciones de paso de ascensión sobre el indio: el argentino llevar heroicamente entre esas fuerzas fatal~.
todos los géneros, incurre frecuentemente en la edad media: "Eddas y Nibelungos". Del del porvenir lo marcará sobre el gaucho. Si así la fe en sí mismos, en la humanidad, en la
bajeza o vulgaridad ya en los discursos, ya en tronco homérico (rapsodias) se derivaron las no fuese, habría fracasado por retardo anacró- justicia: he ahí la vida de Martín Fierro, he
los caracteres; de tal modo que hasta los pre- epopeyas eruditas, poemas de imitación, desde nico nuestra civilización. Pero si el progreso se ahí la vida de todo el pueblo argentino.
ceptistas más adictos a él y más dogmáticos, le l~ Eneí.da de Virgilio, hasta los épicos del Re- extraviara, y el argentino futuro quisiese matar Así planteada la cuesti6n, no vacilo en decir
han rec011ocido esas debilidades. Blail', por nacimiento, Dante, Ariosto, Tasso, Ercilla, Ca- en sí a sus precursores de la tierra nativa, en- que el origen de la civilizaci6n en la pampa ha
ejemplo, dice, mientras va poniéndolo como pa- moens, Milton, y los otros de aquella misma es- tonces fracasará él mismo, por falta de adap- logrado su expresión literaria en dos poemas
radigma del género: "La sencillez de su dic- pecie docta y "renacentista'', cuya estética no tación a su propio medio. El pueblo argentino argentinos de carácter épico; uno en verso: el
ción parecería., sin embargo, muchas veces ba- nacía del pueblo ni miraba otra cosa que su Martín Fier1'o; olro en 1rosa: el Facundo, -am·
será una síntesis de esos tipos humanos an-
jísm1a en cualquiera lengua moderna". ~ en mo<lelo retrospectivo. Del tronco céltico (sagas) tedores, en acorde con las nuevas influencias bos definitivos en la historia de nuestra cul·
otro lugar: "Es preciso confesar que los dioses se derivaron las epopeyas caballerescas, dando tura intelectual.
europeas, extranjeras, cosmopolitas; pero no
de Homero, aunque siempre hacen una figura su tema a las canciones de gesta, hasta las puede ser un europeo, un extranjero, un cos- R!CAl\DO ROJAS
viva y animada, carecen a veces de dignidad; Chanson de Roland, el Cantar del Mío Cid y mopolita, porque entonces ya no sería un ar-
y los modernos harán muy mal en imit~r _las su rama en prosa, los libros de caballerías, co- NOTAS
gentino. De ahí que sobreviviendo en nosotros
altercaciones conyugales entre Juno y Jnp1ter mo el Amadis, que culminaron en la original los verdaderos argentinos, el gaucho y el indio'. l. Véase Lens: Diccionario efünol6gico de lae
y la descripción de las indec(fntes riñas entre ces chilenas derivadas de las lenguas indígenas Ame-
concepción del Quijote, germen a su vez de la no podemos reconocer, sin dolor para nuestra ricanas, Santiago de Chile, 1905-1910.
las divinidades inferiores, según el partido que
novela moderna. 4 cultura clásica, en los protagonistas del Martín 2. Aquella misma expresión -campear- toda-
abrazan entre las partes ' contendoras" . (T. IV, La epopeya genuina ha vuelto a aparecer Fierro, que son indios y gauchos. Y no tenemos
pág. 109). Podría argumentar yo mismo con vía usada en nuestras viejas estancias, tiene un sabor
en una nueva rama del antiguo tronco ario; por qué avergonzamos de ellos, porque el in- épico, que recuerda a los campeadores de lat
los pertinentes trozos homéricos, pero no se tra- ha aparecido entre nosotros. Al transplantarse dio es nuestra propia tierra de las Indias hecho gestas ...
ta aquí de mostrar una cosa ciertamente n~ al Nuevo Mundo, las razas de Europa pusié- hombre, embellecido por el misterio cosmogó- 3. Lec. sobre Retórica y las Bellas Letras, por
toria, sino la opinión que al respecto han emi- ronse en contacto con nuevas tierras y con nue- Hugo Blair, traducción del inglés por don José Luis
nico del barro primordial, y el gaucho es el
tido los retóricos, pues de ellos se trata, y a vos pueblos; transformaron sus hábitos e ideas, protagonista de la independencia en el campa-
Munarriz, Madrid, 1817, tomo IV, pág. 85.
elos debo citar, para convencerlos con sus pro- y conservando su genio, entraron en un nuevo mento salteño de Giiemes o en el campamento 4. Los retóricos españoles del siglo A.'Vlll como
pias palabras. . el académico de los Rios, disputaban atribulaclos so-
ciclo histórico, que habrá de ser trascendente mendocino de San Martín; es el protagonista
La Motte, que admiraba a Homero s1~ de- para la humanidad. Esa germinación de la nu&
bre el género del Quijote sin atÍllar a clasificarlo en
de la democracia federal con la montonera vic- sus jerarquías clásicas.
jar de censurarlo, señaló entre sus principales
~UADERNOS DE MARCHA
/.
VICENTE ROSSl
DESAGRAVIO AL LENGUAJE
•
DE MARTIN FIERRO
Es el producto de una lamentable mentalidad, obstaculizar a un pueblo que
forme su habla, expansion y expresion de su intelijencia, de su espíritu, da
~u nacionalidad; para mantener otra habla, extranjera, nó de cultura, resabio
inutil de la funesta era inicial de ese pueblo.
Un adarme de delicadeza, un mínimo de ilustracion, ~erían suficientes para
levantar el pensamiento hacia la ambicion de la soberania de lo propio, si ese
adarme y ese mínimo le fuera posible reunirlos a la rélJlora que integran nuestros
dirijentes sociales, intelectuales y políticos.
Entre someterse y someter, la eleccion da los hombres. Con Fierro Juzgamos
lo~ nuestros·
"No hay ejemplo de quo entiendan,
ni hay uno solo que aprienda."
Nuestro léxico tiene un aporte-promedio del 500% sobre ·10 castellano y ea
infinitamente superior.
Nuestra fonética es1nuestra bandera idiomática, clara y armoniosa como los
rulores patrios.
Nuestra sintaxis f'S rítmica, sencilla, diáfa11a co1110 el ahua nativa.
r:astell<Jni-zar es conspirar contra nueslu nacionalidad y cultura.
ADVERTENCIAS
• rnclojica. 4ue disfrazada de cultura consp:ra ,..rouiqueros que suplieron la 1·erdad con pro- i11dio, el gáucho ni el paisano, por considerar!<>
In ;• te' ilahle exotico es siempre ahsorbido ·por con resabios coloniales en el hogar nacion>tl. ductos de su imajinación, o que escenografiarun ridículo; cu llucslras poblaciones mismas, <'ua 11 •
)o imperativo nativo. a ~u manera hechos supuestos. o que repitiero11 du el caballo era C'lerne11to indispensable de
lg11ora11cia e intolerancia fueron blason , las fabulas de sus colegas 11reclecesores.
lema de colombinos y negreros. "La historia se 111orilidad. al que jineleaba ··iaca., ( euro neo
Por rutina continuamos llamando cast.ella- \ fendoza funda .. . ~ '\ale vendiendo alma C'a~i siempre) lo~ m11chacho.~ k o-ritabrn :
llflC]l!"'~.,. deiPnrln 111.da rnrw1~ <JU!' r l · pla11 fr;/ "¡\lonta l;1 '('t:u;i'. '' "
CUADERNOS DE MJYJQlfA
:J
citado fu~ y es desconocido en absoluto entre tunas ediciones academicas~; evidencia de que sido una de Jas prtmeras sustttutr los manojos
Aqul se refiere al pillaje de bandíd~:
nosotros. tambien es clasico el castellaiio "de la mesa con dos almoaditas chatas, rellenas de clin, la·
"En los toldos del salbaje, ¡ervida y la gloria barata". oa, paja, etc., y esto se llarn6 "lomillo". Para
pues aquel el vandalaje Nota incompleta.
donde no se arregla .nada •••, Continúa Ja Nota: cargueros fuernn necesarios rollos de brazos
BAQUIANO - Acepciona la Nota: .. El portugu~s tiene • uarulho.; el ai.tunano , ba- de arboles de madera liviana, de innegable si-
Aquí se refiere a conjunto de bandidos, y rul!u.; por esta via, mejor que por la castellana, puede militud con los bastos de la baraja, y "bastos"
Hernandez lo ha puesto con "v" quizá para "Conocedor de los caminos; que sirve de gula. haber penelTado el vocablo entre los paisanos.''
Experto, pr:ictico. De "baquía": habilidad, destreza." se llamaron los rollos; 7 y cuando éstos fue·
darle derivaciou de "vándalo", como la Nota ron cilindros de· lona .( despues de cuero) re·
observa. Claro está que en ambos casos eJ ver- "Baquiano"' es voz rioplatense y del Sud Gallegos, asturianos, portugueses y caste-
llanos son danes <le uua misma lengqa; no Jler.os con cerda, paja o aserrín, por semejan·
sero ha .injertado o neologado apurado por el brasilero; era el indio· gáucho que leia en el za se les llamó "chorizos", y hubo y bay "basto
consonante. nos interesa quieu "barulló" primero. Nosotros
libro de la Naturaleza los secretos de las rutas. de chorizos".
La unica voz que pudo usar Fieno es "ban- lomamos el "1iarulho" (barullo ) brasilero; crea-
Los otrns ''baquianos" son adjetivales. Posible11Jenle la prolija confeccion de al·
rnos "barullento", y el brasilero creó "ba:ru-
didaje", americanismo propio para las dos citas. "Baquía", raiz de la derivacion, es ameri 1hosu ". moadilas impruvisó nuestro primer "guamicio·
La Nota divaga apenas. canismo que los cronistas negreros citaban a
l:!:sb es 'J o que la Nota habria cou~ignaclo, nero" (castellanismo nunca usado en el Pla·
fines del siglo XVI desde America: -Un Ovie· si el supervisor dou Arnerico Casti·o c011>0 na- ta.), yue se llamó "lomillero" porque hacía
BAN'AO - Describe la Notas do decia: ..El capitan Tal fué de los poblado· tivo brasilero lo hubiese sabidu. Hquellos "lornillos", y su taller y negocio so
"Terreno ceuagoso, de poca agua, temporariamen· res que acá llaman cde baquía•, que quiere lm llamado hasta hoy ..lomillería""; todas vo·
te alimcutado por las lluvias, circundado de jarales. SJ decir viejos e veteranos". -Un Guzman agre· GAHUNDA - Es en castellano barullo, rui- ces 11u es tras.
la cosa no ea una característica arjentina lo es la voz." gaba: "Es voz antillana, de Santo Domingo... do, cuufusiu11, y se pronuncia "baraúnda". La acudemia matrileilSe conquist6 el •lomi-
Dicen mas o menos lo mismo Granada, Se- Americana y del negro, por eso en toda la lferua11clez su µrimió la "a" !:'ara acriollar y le llo" en su edicion 12 ( 1884), y lo anex6 a su
govia, etc. La academia de los castellanos, con- zona en que pobló el negro es conocida. dio aeepciuu de ''embrollo'', JJeru sí alguien "aluarcla... En la edicion 13 ( 1899) habla de
q1tist6 el vocablo en su edicion 14 (1914), cla- "Baqueano" y ..vaqueano" son errores orto- uso esa palabra eu su tiempo, no seda crioJlo "<los ahuoadilJas largas y estrechas", y les da
sificandolo "americanismo", y solo es rioplaten- graficos que la Nota titula '"formas cultas", se· ni earnveru. íuncion de albarc1a. En la 14 (1914) descubre
se > brasilern El desconcertante criterio aca- guramente por percibir en el diptongo y en la Sueuu. a n101 uua, pero varios "~abios ale- que mal informada, COlllO de costumbre, mal
dcmico define: 'V' la "majestuosidad de la Lengua", como di- n1anes" han l1eeho los rnas desturnillantes chis- se Ita oeupaclu e.le lo que no pertenece a sus
ría Moner Sans el catalan de los ..disparates... tes eUmoJojicos sin participacion árabe. parlantes, y declara que '1omillo" v 'iomille·
"Terreno hwnedo, a trechos cenagoso y a veces
imm<lado por las aguas pluviales o por las que re- Es Nota imprecisa. No fue nunca voz usada en el rioplatense da" .~on americanos, ( del Plata; esto no Jo
bosan de un rio o laguna cercana." hablado, por eso 11os limitaremos a iudicar saLe).
BARULLERO - Dice la Nota: c.¡ ue el caslellai 10 lo heredó de su padre as- Los l'Ollos l1ermunados y distanciado~ con
Un tel'l'eno swtido ...
"Que hace barullo. En este sentido es de Ullll 1ur-gallegu, y pro11uudó "baralun<la", como és- tie11tos 11 corr uun lonja de cuero, eran llama·
/\nles y despues de esta conquista define frecuente "barullento", pero en el texto el vocablo te le euseiíú; a me<licla que se emancipaba
en ¡Jrimera acepcion :
dos eu plural ( baslos) ; cuando el lomillero
tiene el signiflcado preciso de ajltador de los nnlmo1 sustituyó la 'T' cuu "li"; despues se comió esta
contra el orden politioo, y tal vez traduzca esa lnten• los <1dosó n Ja JJ10ntura designaban a ésta con
"Bañado: bacín, orinal." letra. Tal es la trajecl ia castiza <le esta µalabrn
clon el cambio de sufijo." rl siugu lar ( basto ) Cosa tan sencilla y la
Nuestra "escupidera"' .. . 1 11ue Hernan<lez iujerló eu su rnrs<ida.· Nol:r 110 ha podido explicarsela.
Estamos de acuerdo con la sospecha de La Nota se l1a equivocado.
Nos imajinamos el desencanto de la Nota al Ja Nota; el sufijo "ero" da profesionalidad, y El criollo siempre trató de que el apero
c11leru.rse de esas acepciones y no encontrar en este caso su aplicación está bien, porque íormara parle del anim9l y no estuviera sobre
l:IASTOS - La Nula ~olo se preocupa del él eomo una carga o impedimenta, no se vio
algo academico que se haya bañado, para que equivale a lo que llamamos •ajitador profe- ~ingular y cld plural del voct1blo; da informes
la voz criolla, en su concepto, como todas, le- sit:wal": pues el basto e11 las patriadas; ningun paisano
ajenos y 11us <leja eu ayu11as respecto a su yue se estimase como jiuete lo usaba. Juan
gada por Panza, le evitara la cruel preocupa- uEste e.s otro, barullero definicion y orijeu. El caso es interesante y
cion "de cómo el gáucho, el paisano y los cam- que pasa en la pulpería Manuel Bhmes, lomando notas en la provin-
merece prestarle alencion.
pos arjentinos'', discípulos y herederos de Panza, predicando noche y dia cia .Buenos Aires, para uno de sus cuadros
y anarquisando a la jente.'" l'.a necesidad q11e tuvo el hombre de co hislol'icos, <l1ce del paisano de allí:
han podido convertir "odnal" en teneno ba- ltJear algu sobre el 101110 clel caballo, para evi-
fiad~ , Pero no ba sido vocablo corriente; Jo fué tarse las molestias <le la arista vertebral v 'iU ~E:> el más esletíco de los jinetes; su
E11cuntramos muy aceptable la definicioc y es "barullento'", voz nuestra. tedudo, l1a l1ed1u imajiuar a un hipologu' eu-
Esta Nota pasa. caballo eusilla<lo uo pierde su elegante
del Diccionario Nacional Brasilero: "Terreno ropeo: "la pri111era J11011tura fué un cuero". 'o, figura, µarque el recado por su forma
bajo y anegadizo cubierto de yuyales". 111as bien fue'> 1111 lnti:JU, u \arios, hasta con- parece pega<lo al animal y sigue todos
Uu terreno anegado, en remojo, está como BARULLO - Dice Ja Nota: seguir la co1110Jid:itl quo se buscaba, d.ificil los movimienlus, 110 solo de la linea
eJJ uu baño o está bañado ( bañao), acertada "Desorden, confu~ion." de obteuer con u11 vuero. Huy i'uismo es una del lomo, sin6 de las demas pa1tes lj_U6
Jer vudon paisana. 1erga lo primero que va sobre el lomo. · <'ttbre."
l'oJo terreno anegado con agua estancada, Y todos los ruidos que molestan; también El indio-paisano er1 igual caso tuvo la pre·
objetos mezclados, confusion o superposicion caucíon de relleuur los costados <lel espinazo
ele poco Gondo, tenga o no vejetacion, es un El serru.uo ar¡tml1uo es el creador del bas•
ba11ado ( ba11ao). Le correspvnde tener una de cosas, que es bamllo sin ruido con dos manojitos df' paja, atados uno al otro
Agrega Ja Nota: lo, neeesario y ulil en sus largas jornadas con
buena exleusió11; que no sea charco ni lagu ni la con la conveniente separacion para ser colga- sus incansables cargueros; las árrias que por·
l .a vejetacion será la que le ha semhr:1du el "Los viejos diccionarios castellanos no conocieroo dos sobre el lomo, luego una jerguita y cin-
la palabra, que aparece en las últimas eclicione.~ ttca- taban fmtos del pais lucieron siempre formi·
vie11l1> no precisamente iarillales ("jarales· ·!i- cha; aperito breve y com~do. Algo así creen dables bastos. El mestizo <le pnmpa y litoral
<lemicas:·
ce 1<1 \.ola, voz desconocida en el Plata) haber visto curiosos pretentos. lo adoptó a su bue11 querer y entender, sin
'Bañao' no tier1e en rioplatense mas acep- Fué conquistada por la. edicion 7 ( 1832), La~ inevitables innoval'ione.~ vinieron; ha jenernlizarlo.
c1011 yue la del:inida, su equivalente pancesco ¡hace un siglo!. .. no es por cierto de ías úl-
N'üMERO 111 I OCTUBRE 1171
CUADEQOS .DB M&ftQJll
tn Europa nu se conoce hasta ahora otro Como de col!lumbre, estol5 cronistas crio- (patituerto) eJ mas Jeneral en Amerlca. !5e propaga ya, en el mas imposible rincon donde un pul
basto que el milenario armazon asiatico que llos no se conceden ni a sí mismos la condi- en el Brasil." pero pudiese parar la mesa del caso, se ase-
en ibero llaman "albarda" o "enjalma", y en cion de idear algo, todo lo madrepatrian. Hay caballos que no son bichocos y ''110 guraba reunion perenne de paisanaje. En el
ita lo y jenove::s "baslo". Es un aparato de ma- La requisa museri] ·parece que se hizo sin sirven para la carrera". Uruguay hasta el paisano optó por la cultura
dera en forma de puentecito japonés que se resultado. Aunque se hubiese encontrado el El ''bichoco" sir ve poco o es inutíl del t.o· · francesa, apesar de su indiscutible "Jauja da
culoca ~obre animales de carga, lo que no basto en todos los museos, no vemos porqué <lo; suele ser aquí y en todas partes el chan- la gallegada".
evila que Jos campesinos cabalguen sobre él, habría de renunciarse a la conviccion de que cho con que se fabrica el salame, cuando es- "En el ·primer caso (partida) con rnfereucia al
cun 10 Jo bacía el ilustre .Panza, prestandose la lo llevaron de acá, como tantísimas otras cosas. casean mulas y burros deshauciados. · juego, como lo declara el contexto, y particularmeul•
tal al uarda para que le robaran el burro de Luego, no comprendemos porqué HO se in- La biclioquera ataca con prefere11cia las ro al de billar, en la frase hecha ..pedil' la bolada'', donde
c 11 d·e las piernas. daga primero eu casa; y porqué consideran el término sustituye a "partida".
d1llas; son bultos musculares y sobrehuesos
Covarrubias, que la Nola cila para 111ater- estúpidos, in.;apaces a estos pueblos, sus na- que aparecen en los animales viejos o muy Fierro se refiere al acomodo y egoismo so-
r 1izar nuestro '·basto" en la noche polar del tivos metidos a folklorislas v tradicionalistas. trabajados. cial, que llama "juego" en sentido figurado.
da:>icismo, ba oido cerquita esa voz, no sabe El que nos está entrelenieu<lo no puede "Choco" es en castellano "jorobita" y no y al "pedir la bolada" no pide el partido, co·
dónde, pero sí que es algo como albarda. Pida] eludir el alan de escenografiar. comun en es- "tuerto"; nada tiene que ver. con "bichoco". mo dice la Nota, pide alternativa, participa·
y olros con frecuencia declaran ignorar el ori- tos cronistantes, y nos esboza m1 número quí- "Chueco" es rioplatense y no es "bichoco". cion.
jen ele vocablos debidos a los vecinos franco.'> jotero: "Se propaga al Brasil"? Todo lo contrario, En el juego de "carambola" llamamos nbo-
e italos; quizá quieran disimular el deliberado de allí nos vino el vocablo tal cual lo pro- lada" a la serie de carambolas que se hacen
plaj.i.o con que nutrieron lenguaje y mente su~ "Han podido anibar a estas tierras ca· uunciamos. Es el masculino brasilero del por- en un solo turno, y por extension al turno pa·
clasicos. balleros acompañados de sus sirvientes, lugues "bichoca". que es fur únculo o bultos ra füar de cada jugador. Tambien en ob:o~
H e aqui planteado un serio problellla vara caballerizos y escuderos, sujetos que por que se le asemejan; por lo tanto es brasilerismo juegos de billar en que no se hacen series
el cronista, porque debiendo atenerse estric- fü propia condicion social habrfan uti- y no arjentinismo . . llamamos "bolada" al tumo de cada jugador.
tamente a que colombi.nos y negreros eran lizado en Iberia para cabalgar un un- Nada mas sencillo, y la Nota se nos pierde Cada turno es una ansiada esperanza de me-
exclusivamente iberos, que todos lo sabían, lo plemenlo distinto al de sus señores, co· en el laberinto de la babel ibera, de donde jorar situaciones.
tenían, lo enseñaban y lo h·aian ( ine,lusive "el 1110 podria ser alguno parecido al que sale, como siempre, "con la cabeza caliente y Se tiene o se pide "la bolada" en tocio
Amazona y los Andes"), debe afirmar lo im- hoy consideramos tan tipicameule nues- los pies frias". acto en que se presente oportunidad de hacer
posible: qúe aun siendo ítala la voz y nunca tro" ... algo en favor propio o ajeno.
usada por ellos, solo ellos pudieron traerla e BOLADA 7 Refiriendose Fierro a las in- "En el segunda caso (ocasion), y po1· derivacion
''imponerla" a sus alumnus, que lo fueron se- Ni en carnaval se ha visto esa comparsa. justicias sociales que sufre la clase humilde de sig11ificado, con el absoluto de coportunidad •• De
gun las Notas: "el ¡?aisano, el gáucho y lo.'> Fracasada la reyuisa de museos, no por y especialmente la campera, anuncia su pro- esta última acepcion, tomada siempre como de cosa
campos arjentinos". 8 ello renuncia el indagador a sustraernos la fausta, ha salido despues el sentido de cfoi:tuna.,
posito de hacer valer sus derechos a pa1tici· csuerte., que hoy es el corriente. De aquí la frase
"Estamos ante una rnra coiucidencia de vo- invencion del basto, demasiado "típicamente par en el acomodo social, por eso expresa: caprnvechar la bolada,."
ces iguales y de opuestos orijenes, que se apli- nuestro", y corno cree que en aquellos solo "Mas tambien en este juego
can a objetos distintos y de i<lentico uso. Por- figuran arneses de reyes y a'larifes, sujiere la boy a pedir mi bolada; Está bien "ocasion" y "oportunidad", pe1·0
q ue: Ja albarda o basto europeo ha sido des- sospecha de que el basto lo usarían los servi- a naides le debo nada; no deben confundirse con "cosa fausta", "for-
conocido entre Hosoh·os, y nuestro basto a su dores, y entonces por su condicion plebeya no ni pido cuartel ni doy, tuna" o "suerte"; son tumos que tocan y deben
y ninguno dende hoy aprnvecharse para obtener esas cosas. Cuando
\ ez ha •do desconocido en Eurnpa. ha podido figurar en los reales museos ... ha de llebarme en la armada.N
En su bagaje de combate tienen estos f:o. en el billar se hace una bolada excepcional,
F'nalmenle: nuestrn basto es creac.iou ti- Sigamos a la Nota en su definicion: se dice admirativamente "¡qué bolada!"; esta
1?iC:t uuestra, comó cosa y cou10 vocablo.
!lelos para este caso algo mas que el museo
<le las caballerizas reales, que lo es el catalogo "Bolada: partida, ocasiou. Con estos dos sentidos exclamacion tiene sentido de buena suerte en
La Nota no es 1a unica empeñada en po- y manual de f:abricacion de aperos de esas be ha usado la voz tradicionalmente entre l o~ pai- los trances de la vida, y en tales casos "apro-
nernos bajo el meridiano de Panza, Yai11os a caballerizas, edicion costeada por los reyes en •anos." \·echar la bolada" es disfrutar bien de lo oh--
rep roducÍl' impagables parrafos que un foJI<lo- l86J . redactada e ilustrada por el "guarnicio- "Bolada" no es "partida" pero sí "ocasion". tenido.
r::.ta criollo que andubo buscandole orijen al nero umyor" de ellas. Allí está la mas conclu- "Partida" por "partido" uo es rioplatense. "Bolada" como turno y sel'ie eu el billar
Laslo. ha publica~o en el dominical de iw11or- ~ ente prueba de que no han conocido ningun Lo "tradicional entre los paisanos" es pál- es americanismo; como ocasion y suerte, y en
talf!.'' del rota porteño "Prensa": pito de la Nota, por encontrar "bolada" en la admirativa "¡qué bolada!'', es i·ioplatense.
basto, y de que nuestro nativo no solo es
El susodicho trata ele desmanearse di- creador de su basto desde su mas lejano ori- el lexico de Fierro e ignorar que es un injerto La Nota no ha sabido explicarse.
cien<lo t jen, sinó tambien d e su recado y de los nom- pueblero de Hernandez. Panza no conoció esa
bres de sus piezas. cull insiguificantes deta ,·oz; lo hacemos presente porque pal'a las 1 o- BOLAZO - Define la .Nola:
" l:'ara dar co1i el orije11 <lel baslo ba- lles íumigrantes. tas lo tradicional es lo que Panza nos legó. "Bolazo": disparate, mentira. La acadeima da bl'-
0
bria que rnvisar diversos museos eW'O· Y ese últin10 iufonne de esas tres ultüOa\ Fierro como paisano gaucheador no pudo la" ( mentira) como de estilo familiar. Entre nosótrol
peos, y particularmente el de las Ca- lineas, es la plata-labrada de este noticiado. usar el término "bolada"; como compadron de tiene tambien uso en la frase "con·en bolas" (esp..
cies no comprnbadas) ."
ballerizas Reales ele ~ Iadrid. Sería ade "No pinta quien tiene gana chiripá, que es el sujeto que descuidadamente
n 1ás necesario reunir informaciones so· ~i11Ó 411ien sabe pintar ' nos da Hernandez, pudo conocerlo y usarlo. Aparece esta voz en un chiste iexico qu•
bre el folklore hípico e.le Hispauia y El paisano arjentino no fué aficionado al ínjenuamente intercala Hernandez: un cantor
Portugal, ya que es nwy posible qtw BI CHOCO - La ~ota hace adhinan:i:a: billar; en su campaña ninguna pulpería tuvo dice "tabernáculo" por "tubérculo"' y "cu]an~
con los primeros constipa<lores hay.. "Caballo iuulil para la Cal'i'era por hinchazo11 ue lo' uua mesa de ese juego, ni por curiosidad. El drera" por "curandera"; un oyente conije al
venido, cuando menos, la idea de com- pie.s. La base del arjentinismo es la antigua voz espa paisano gaucheador oriental fué apasionado ju- cantor, diciendo en la segunda observaéion qu•
tiuir semejante tipo de ~pern" ... íiola .. choco" (tuerto), que con la forma ..chueco" gador de billar; en toda la campaña urugua- le hace:
·macanazo' es e l golpe Jadu cou la macaua 11uc se e levau apresmados eon peligro dt' 1e Mas bien es hacer presa con las boliado- ]es y surtidos reducidos. Cuando son de ~
~bolazo" el <lado co¡¡ las buliado1 as. aµare¡¿ \'CUtar ¡JU! S U ClJellta O J venas los roce11. U.~ ras, porque pueden éstas ser arrojadas sin re. porlancia se instalan en poblados a donde acu-
de uso jeneral en tiempos d e l"ieuo. ~e 111· .1cf pcio11 riopla teuse y a estos globos Pa111.a
sultado; luego, no existe presa hasta que las de el paisanaje a aviarse, y entonces 1e lea
fiere que 01r uua meutna o clis parat(, e~ como lla11w 'po111¡.ias" < Ollln a los St't..vicios f111m- llama "la casa", •el negocio· o •el almaceu
boliadoras la hagan.
te1,;1hir un guipe 110 es perado. que abomba, <\SÍ l>res ... de Fulano".
como se dice clt, nna mf!la notic ia q11e f1w La iujeniosidaJ 1;11olla lia c1u·iqueciclu la Caramba! con Ja Nota! "Pulpeda" es el nombre vernáculo y pai-
110 golpe feuibfF" '<~ri1 e11 H11Pnns '\11c>s, t·u11 Yariuo; ul1os lé l'- El vocablo se usa en CWle y Sud brasilero. sano; "boliche" es voz pueblera muy posterior,
ll'1eno 1wsmo recl ilk;J ese· en oi d1-d a 11 n llJ(IS , del habla jitana, que significa "'garito'", "tim-
111entR livo y la Not ;; uo ~<" ha d1gnmlo 1oidu: D• todos l'' tis 111caL1lus el 111iicr1 1·:1111pe111 BOLIARSE - ba•; traída al Plata por el inmigrante ibero
F.ri 1:1 P"'l f'a 1'0ll t:I "li ijo <lel. Ca61qup" dic·p Ps "hol:1su·· meridional y trasmitida por nosotros a los paf..
"Empinane el pob.o sobre las patas y echar!ie pa·
Eu e l Sud IJiasilew liPtlt' ig11al n1 •i>1w1u1 1 ses vecinos. l
'l1asla que al Hn de un bol"~" l'<t airas."
,¡,..¡ 1 d1allo lo ha¡P." )' :se11l1do ljlle eu el Plato . En castellano es "boliche"' el Juego que no-
T ocia In Not;~ PS UH h1111P11tablP error. Tambieu decimos "parai·se de manos". sotros llamamos "balero".
~ peleaudo cou otro 1udio repiln: Cuando el animal ha sido bolíado, es decir, No ha estado bien la Nota.
"iuntilo de 1:t eabesa UOLIAJJOHAS 1a111h1e11 " l>oliadura ; le han enredado las boliadoras entre las pa·
1·1 boh1so 1eh1111bo.'
PI plW"a l e' 111as co1tiu11 ~ res ponde a l cu11 tas, hace la citada gimnasia, por eso dice el BOMBERO - Expllca la Notii
La 1~1iuo1;1d:1 "'hola t!F uiP\l'" •11J( :.r ·1gr;i11- ju11lo r1,... liubs <¡ue fum1a11 e l apa re jo 1 a su paisano que el animal se ha boliado (por su
"Bombero: explorador, espia. Se aplicó a los tn.dfoi
rla 1 1J1t-dirl <1 i¡ui ruPcL1. l1a lwdlO 111 1.1ji11.11 1 1111s1u11 de 1101iar. La Nula tau tea la <leliuicio11 cuenta) cuando se pam de manos y cae hacia que tenian ese oficio; luego se jeneralizó. Esta vot
la i\lot 1 4ue la 111e11tira lambie11 " rnd:rndu de del oliwlo, pue~ Pslu 'ez uo M' lnitH <lt>I vo- atras o de costado. La Nota ha debido dar ba sido bien ilustrada por· Granada. En el Brasil cbom-
buc;i en bn<":t .. "' ·1«n111da hasta en1l\ erlir' r 1•11 ca blo : esa explicacion. beiro•, del portugues cpombeiro., avizor."
·1a lorma redonda dC' algun objeto pop1il:11'°' \1111·1 11l c11sl\u de '"" t!.'>ft ,,a~ de p1cJ1:1 o tfe "No lo conocen, sm embargo, lo~ dicc1onar1os ar· El ind10 fué el primero en cargar c on ei
IL1111acl n •·ou " I 1umrntafivo "holazo'·. . 111011111 loJt;odas dr ruPrn Jr µulro ' 11111tb' p0 1 lira• ¡entinos",
titulo, por que como unico conocedor del te-
.¡,,¡ 1111~1110 1·11c10 •I 1111~1 a11ilb _ 1t e11wtla .'
l.a l11d;1 ' ( 111l·11tirn 11 dbparalt') t:.' ¡11J1 , ¡ nos observa la Nota; cuando nada dicen es rreno solo él pudo ser util desde la conquist11
~CJJ¡¡ IJJI ;-!Ull lt lll:llÍ \tJ, fWl'O ,] p "pildor/ q11c 'ii 1111 ··,_T'11so1 discreC'Íona l peninsu lar '' u dP. cuando mejor definen y arjentinizan); pero hasta la ú ltima chirinada del caudillaje; hoy
liie 11 w ~a lw 1·~ 1111<1 IJciliLI <"hiq11ita, 1 ' 11 !'111- 1:1 pn·11s:1 '\eria pL1rtef1a l1uhi Ps1· t'Sl·rilu 1•s;i~ se le ha escapado el "bolearse" de Segovia, es bombero cualquier observador, espia, vicha-
ltargo siemp1·c· ha ofrecido dil'ic:u ltáde~ par:i 1n's 1i¡11•ti,'. P.SI arian jusi il il'ados los ol'ho PJ'l'p- que d efine: "turbarse, confundirse, correrse, dor, etc., en ciudad o campaña.
ser et1gnllida, lo q 1w <TP11 la 1 ·o~ h1rnbn· dr rl's q11e <·u 11He11P11 v \H111os a demos lr~11 .,11 avergonzarse", y nada mas, lo que ratifica el Actualmente tenemos el "campanti.•, vos
~e¡.!1 iid <1 ·
1·uu~iclrra1 pf ld or:i a 1111<1 nnt ieia díl ic-il de entreparentesís; ha debido explicar: efecto de nuesh·a, que es el bombero a cuyo cuidado
l'l't'l:I l orn1a11clo~.p la., 1~•¡. prf'siu1 u ·s. 1·11l 1T utrn~, No 1's ";in 11a nf·e11siv<1" s 1116 1111 aparejo Jr,> encontrarse paralizado con boliadoras entre operan los que c.lesean no ser sorprendidos.
.. ) u 110 l1.i gu t•s:1 pild u rél ", ' tragó la p íldur:i ". <·aw. q1w puede 11sarse t·u1110 anua cual m11- las piernas; abalatad o. "Bomhern" es un vocablo de los muchos
ele. Cu:1 11dn se qniere clasdka1 la nienl~ra d1os otros ohjel os q 11e no so11 ar mas. Suelen decir las Notas: " la misma voz eu que quedaron en el Plata debidos al brasilero
1:0111<1 11111y grande J., i1najinacic.n pop111.1r co n- l l:iy bolind oras d e dos bolas y lueruu las el Brasil", es pais demasiado extenso para je- do los hístoricos entreveros; es e l "bombeiro•
\ÍP1 li> l 1 n1i11ml'1il 1 lnlil, lll bol.1 ( dc hilhr 111as c0mnnes. neralizarle voces, y tengase presente que res- de ese idioma, desaparecida la ''i'' como en
'" 11po11c) illlr,1" 11'c ' l<t ''[Jn si(l11 e' 111- f-fo) hola~ q11c 110 ·::.e forran: tieue11 ca 11a. pecto a nuestro lcxico p~isano, cu ando e l Bra- "hrasileiro ( brasilero), y en todas las tern1:-
lo11t·t' 11ad1<, lrag.1 l'S 1 li11la .. P't,: dt ah1 "l'o- lr•l <t~ para inl'rustar los ti<>nlo~ que ha11 de ~1J sil inter viene <i pnrlandu o llevando corres· 11acioues "eiro-eira ; regla invariable.
1ri> 11 luil;1, .. por \t'l'sÍ<llll'\ fals:is i11\~·rn,ii11il1•s, i<·lii rl:is ;t los ramales. ponde al Sud, H Rit- Cranclc. Deriva clo "pombeiro" que no es porta·
Nota incom¡jleta. gues, como 1a :Nola dmua e!> <lcl 11egrn, es
34 .CUAf)EFl.NOS OE MARCHA
N.O'MERO 66 l OCTUBRE W~
~r1:ano-br?silero, y signíflca -espía-, -mensa-
Aun en el lenguafe famffiar ea corrtun et descono-
1ero . Sufrió apenas el cambio de una leh·a cimiento del jénero y se dice . la bordona •." La tamosa casticidad en •et habla del gáu- eu uno de l Oll congresos de 111conceblbres 4ITIMIC4nfn(u
cbo y del paisano" no se ha hecho ver. La que todos los años se reunen en alguna ciudad dei
por efecto de pronunciacion, en Rio Grande continente para ratificar el martirio de America, se
do Sul, de donde pasó a nosotros. Al derecho cultural, sqcial y espiritual de equivocación en la etnica y etnolojia del pai- coment6 soto-voce, y visto el peligro de su incontro-
La *ilustracion,. de Granada no aporta na- formar nuestro idioma propio, la Nota tilda sano, y la fantaseada presencia y suficiencia vertible veracidad, se trata ahora de modificar el slste.
da a la identilicacion del vocablo. "des7onocimiento" como equivalente de igno- del colombino y del negre1;0 en estas tierras, ma de fundar sin sacrificar la leyenda, a cuya mag.
rancia, de la que solo ella da pruebas. Lo co- son las causas de que se inventen y propa- nffica explotacion sería duro renunciar.
La Nota está equivocada: El nuevo sistema se ha estrenado con motivo de
rrecto, lo indiscutiblemente lojico es consignan guen absurdos. un centenario de la ocupaci6n colombina de Cuzco.
BOMBIAR - Escuetamente dice la .Nota: Bien ha podido Fierro exclamar desalen- la ciudad incaica. Nuestra publicidad se encarg6 de
En rioplatense se dice "bordona"', s. f., tado: hacer ·reclame gratuito bajo el título: "En el cuarto
"Bombiar: espiar. Está en todos los dícclonarlos y en castellano "bordon", s. m. •Ando como un pordiosero centenario de la fundacio11 espaiiola de la ciudad de
arjentinos. n
y me nuembran heredero Cuzco" . .. (Ya están adobando la de Lima.)
Sin depresion para nadie; respetable y de toditas estas guascasl" ••• Conforme a tan comodo sistema podria rememorarse
Ni una palabra mas. justo. wia fundaclon ar;entina, en honor de la actuaclon de
Nota y diccionarios han acertado! San Martín, y otra peruana, debida a sus actuales OCU•
. "Lo que hizo el gáucho (con el cbordon.) fue <:.:OLOFóN
1guarlo al de las cuerdas restantes. De allí sac6, lueg11 pantes.
BORDONA - La Nota cree cumplir di- el. nombre •bordoneo. para significar el acompaña La coartada se prueba pontificando qua "cultura,
efendo : miento de consonancias a las cuerdas de tripa." Romance, cervantino, o lo que sea el len- lengua y relijion producen fundacion". • • Probarán
guaje que hablamos y escribimos, es Urugua- f ondeaclon pero nó fundaclon. A la Cordoba ibera
"Cualquiera de las tres cuerdas de metal en la Una explicación entripada. yo en la banda oriental del Plata y es Arjen- (por citar una entre muchas ) la fundaron y dieron
,Wtarra." nombre los romanos; mas tarde los moros la ocuparon
El Gáucho no fue guitarrero, fue guerrero; tino en la occidental. transformandola como si la hubiesen fundado de nue-
nu.estro .cr~zado; procer de proceres; fue el Ominoso es darle nombre extranjero al idio- vo, dandole raza, lengua, cultura y relíjion, en ocho
Ciertamente son bordonas las tres cuerdas pnmer md10 que tuvo noción d e patria. El ma nuevo, armonioso y dulce, que en incesante siglos de dominio; sin embargo nadie ha llamado a
que hacen los bajos en la guitarrn, pero ci- paisano fue guitarrero, y no puede haber he- renovación cultural, nace y vive en labios ar- eso fundaclon moruna.
tando en singular es unicamente la sexta Ja cho un derivado de un vocablo que no aceptó. jentinos y uruguayos. Infinidad de ciudades en todo el mundo han sido
mas gruesa. ¿Quién no sabe eso en el Pl~ta? Simúlase pureza y tradicion para preten-
invadidas por jentes extrañas a ellas, y a eso la His-
A ella se refiere Fierro : "No se ha de morir de antojo toria lo ha titulado "tomar", "ocupar", "conquistar",
quien me conbide a cantar." der la existencia de un "castellano en el Pla- pero nunca "fundar"; ni aun en el caso de que por el
"Hago jcmir a la prima ta". Pureza y tradicion idiomaticas son estan- tiempo de ocupacion transcurrido, hayan quedado cas-
y llorar a la bordona.'' · Y .con esta Nota muy frangollada, termina camiento e ignorancia. ta, cultura, lengua y relijion. A estas jestaciones, pe-
la sene B del Vocabulario de la obra "Martin Si a un extranjero se le concede ciudada- riodos o temporadas, la Historia llama "epocas".
La cuerda primera, la mas finá y aguda, Se ha acudido al arte dialectico del doctor Dulca-
Y la sexta, la mas gruesa y profunda; hay en Fierro comentado y anotado", por el Sr. Eleu- nía para ocupar el puesto público, el idioma mara para sostener la majia de las fondeac!oner del
la frase alarde d e dominio del cordaje, al to- terio F . Tiscomia, supervisada por el cervan- la exije de inmediato, que su puesto es nada colombino y del negrero, explotadas como glorificante
marlo en sus extremos rítmicos. tinero don Americo Castro. menos que el espíritu de Ja nacion. hasta hoy, gracias a la impunidad de wia historiaclon
. Con la C continuaremos en el folleto pi·ó- Cndisculpable indife1·encia retarda !a apre- que no escribieron el Indio ni el Negro, ul fueron
La característica "de metal" ·no correspon- xuno. consultados estos unicos y formidables testigos por los
d e por que tambien suelen serlo las otras miante obra cívica de ciudadanizar el lengua- que la formularon y propagaron. El castillo de arena.
cuerdas. ;~~. ~. ~;~. ~~i "ci~. "rilii~~ je de arjentinos y uruguayos, para dignificar de esas fundaciones se ha agrietado con nuestro prl•
Sigamos a la Nota en sus divagaciones : sin6 para bien de todos." y complementar la nacionalidad. mer imprudente puntapié.
AVISAMOS que casi todas las definiciones Los "ilustres y doctos acndemicos de la len!9119."
"El nombre castizo 'bordon" no lo uso el pai- tendran que agregar, apresuradamente, al artículo
•ano." filolojicas que publican estos folletos son ine- "fundar'', la nuevo acepción que deriva de la fun,.
EL JUICIO DE LOS NúMEROS ditas, por razon de error u omision de nues- daci6n española de Cuzco, paro que la coartada tenga
adíe lo usa; es desconocido en el Plata· tros coleccionistas de vocablos; podernos, pues, recurso a su manera.
el mismo inmigrante ibero lo sustituye co~ "Y aunque mi sensia no es mucha" comprobar en el acto una cita o version nues- Filolojia es jeografia, folklore, historia, etc.; no ex•
19 son los vocablos analizados en este f~:
0
· uordona" apenas aprende este vocablo. tra, ofrecida a las calladas o como propia por trañarse que estos lenguaraces folletos toquen esos
. Hemos dicho varias veces que nuestro na- lleto, y obtienen la siguiente clasificacion: temas; el nacionalismo lo exije, porque el nacionismo
algun aprovechador. (ver el significado de esta voz en la p. 14 del foil.
tivo analfabeto, no pronunciaba una voz cas- Siempre que una transcricion de estos fo- no 7) extrema cada día su vasallaje en nuestra pu-
tellana que designara objeto o costumbre sin Americanos . • • • • • • • • • • • • • • • . . . . . 1 lletos (aunque no se les respete texto, sintaxis blicidad pretendiendo mantenemos con la imajínacioll
alt~rarla,, para desinmigrantarla, y por nacio- Araucanos . • • • • • • . • • • • • . • • • • • . . . 1 y ortografía) no vaya acompañada de Ja cita extasiad~ en la Era Negrera, su vanidad racial y espi•
nalismo ~stintivo, sentimientos que no tienen Rioplatenses • • . • . • . . . . • • • • • • • • . . 5 de ellos (no del autor, que a nadie interesa ritual, que atrevidamente supone en todos los ame-
Rioplatenses y americanos . • • • • • . . 2 ricanos. . . Maloqueamos solitos, pero con tanta con-
otros nativos que se d ejan llamar cultos. Cam- y a él tampoco) como fuente de informacion, fianza como si nos acompañara una partida de cha-
biar el jénero era frecuente, como en este ca- Rioplatenses y brasileros • • • • • • . . • 8 publicaremos permanentemente en estas paji- rrúas y pampas invencibles. "No hemos de perder el
so. Todas Jas alteraciones y aportes se han Injertos de Hernandez • • • • • • . • . • . . 2 nas los nombres de esos desatentos que, como rumbo.
conservado en el lenguaje familiar. Romance, castizo, etc. • ••••••.• ·. . . cero dice Fierro:
Se le ocu1Te a Segovia aconsejar que se Pa el lao en que el Sol se dentra
AEn la barba de los pobres dueblan los pastos la punta".
diga "bo;,don". y no atina a explicar qué es aprienden pa ser barberos".
oordona ; vease la definicion que se le ha En prensa el folleto anterior, el Juri oficial >or- 2. Como voz arcaica (del irabe 'ñaca") era••
o.:urrido : "cuerda de guitarra, etc." ... sin du- teño paro las ediciones del año 1930, premi6 las 1 del tantivo neutro y designaba un equino petiso, tipo mu.
Sr. Tiscornla .•. NOTAS lo o burro; con el uso se convirtió en femenino (ye-
da . en ,el :·etc." i,?cluye " Jo no dicho. Luego Fi~rro son:ló resigna?o; se sujetó el barbijo en l. Nuestra inesperada observacion (repetida va- gua) y el caballo en "jaco".
defme 'boi donear as1: hacer sonar las bor- la nanz; . y mientras estribaba oara mandarse mud.u rios años en publicaciones que hemos hecho aquí y La preferencia a jinetear en "jacaw, considerad•
donas ., . . . Y este es el mas atendible de nues- se apunto: ' en el exterior) sobre lo inverosimil de las fundaciones equitacion selecta peninsular, produjo para el jinete
tros coleccionistas de vocablos .•. ! ''Lu eota1 que aquí •• ben de poblados en America por colombinos y negreros, el calificativo de "jacarandoso", equivalente a "garb!»o
ni los diablos las pensaronl" ha alarmado a los fabricantes de historia. Introducida 10", ..guapo'".
• ClLl.DE.ltNOS DE MAK.Clil
NYM.EltO 88 I OCTUBRE Hl'.12
nistr~ Ja prueba de que el Martrn Fierro (y los fiestas patrióticas y carnavalescas. Todas esas Ja accton aestructora ae toaa proclbC'CIUil ~ m. en teatro, y nnamumte con et teatro ml!·
demas poe11ws, menos rebeldes) se abrevan en u.rnnil estaciones sin colltrnl del alma popular nial, que incita a los epígonos a la copia, mo. Sus sucesores. todo lo vieron a través de
el habla que trajeron el conquistador y el co- lienen por base de inspiración y basta de for- apartándolos de la observación de la realidad. él. Pues en gran escala, también Lope, co-
lono. Sus ternas, su tesitura \':u pathos, uo tie- ma el contenido del Poema y no el contenido En vez de ir a beber en las fuentes de nuestra mo nuestro Hernández, absorbe y transfigu-
nen antecedentes en la tradición oral de que de la reaHda<l. El Mmtín Fierro es una realidad ra en sí el folklore y la esencia étnica del
campaña, el e5critor de nuestros pueblos y de
el conquistador y f:'I colono prnveyeron al es-
pafiol 11ablaclo en América F.I idion1a es aqui
!--ª
st.117erpu~ta. realidad es obliterada por esa nuestras ciudades creyó que le bastaba el mun- pueblo español, agotando los ya.cimientos ~
v1S1611 hterana, las cosas se evocan a travé.. do reflejado por los poemas gauchescos, por el menos para sus herederos directos. La empresa
un_rna_terfal primario del lJ.lle falta11 las cr~ de sus versos; contra toda deducción lógica, un Martín Fierro, o con la visión que se obtiene de Hemández fue menor, aunque su remltado
tahzac1ones: taltau los materiales ya organiza reuacer del sentimiento patriótico que el Poema el mismo. Mas, puesto que nuestro poeta s6lo
bajo su influjo. Y ello debido a la excelencia,
dos que conslHuyeIJ un folklore. El vacimiento había abolido, Wla resonancia de La lira argen- crea un tipo -el viejo Vizcacha-, se podría
folklórico del Ma1tí11 Fierro es otra ·vez el ha que al dejar en el plagiario la sensación de su
li11a medra a la sombra del gaucho brav10. Ro· propia pequeiíez, iba confundiendo la grandeza . admitir que ha trabajado más sobre los mate-
bla en los rehanes, giros dichos e intenciona· sas restaura la Colonia en los mecanismos de riales literarios que sobre los étnicos e histó-
poética con la inmensidad de la pampa. El
lidad. No l'ecoge uada d~l folklore organizado, la vida pública y en las costumbres, Hernández Martín Fierro reemplazó, entonces, el panora- ricos, y ésta es la verdad. Hemández toma
ni de la tradición litcrn1ia, pero sí mucho del en el idioma y sus adherencias. Y con esto eJ de los otros autores los temas principales y
folklore no organizado, del residuo del folklore ma de nuestra vida rural y creó para las letras
poeta recoge v legaliza lo español vivo en la -en lo netamente argentino- l¡t misma artifi- hasta algo así como versos mal recordados de
misn~~ en la memona dP! 1111111grnnte. El Mw.
argentino vivo, pues a contiuuación de la polí- cial seudonaturaleza que los poemas clásicos otros (de Hildalgo, de Lussích) : encuentros,
t111 F ierm es, con rnspecto a esa habla sin li-
tica colonial de Rosas, sus gauchos llevañ a l crearon para la percepción del mundo Y. que vida en la frontera; pérdida del hogar y la
teratura'. uu folklore él organiza y cristaliza ese lribuual del idioma y de la auténtica sens1- fene11e en los poetas de florilegio. Hernández familia (en otros casos es por algún tnal6n) ¡
saber difuso, ese decir, esa mtencionalidad. ~ilida~ de las cosas del campo a la producción ha estampado la frase hecha, el lugar común, la vida de mab·ero; el sargento de policía; bata-
También asf este Poema, y iodos los <lemái. literana de los europeístas, y al tribunal de sensibilidad del hombre del campo, con la mis- llas con los indios y malones; vida y costum-
P 11 ¡nenor grado representa por una parte trna
la historia lo realizado por los gobiernos de ma fatalidad auxiliar con que el refrán evita bre de los indios; enfermedades y exorcfsmosi
vuelta de espaldas a todo lo culto y, por otra, orden y de progreso en los veinte años si- al zafio cavilar para expresar sus propias ideas. las cautivas; historias de huérfanos, etc. Todo
el anacronismo dt> florecer. como una litera- guientes a la caída del tirano. Pero lo que hicieron los imitadores basta este- eso existía ya en la literatura popular riopla·
l 1Jra, con posterioridad al período de la obra Con el Mo1tín Fierro la literaturn gauches-
f'S<.·ri.ta v de la literatura enlta. Un regreso, rilizar el género por incapacidad de prosecu- tense y en conexión con la española, por aña-
ca term~na. Ei:a .un . principio y sin embargo ción digna del modelo, lo bahía hecho ya Her· didura (guerras, raptos y cautiverios entre cris-
en hn que los constlllctores de la nacionalidad fue un fm. La 1m1tac16n que suscita tendrá por
jamás pudic•ron perd onar a los poetas gau- nández con todos los temas del orbe gauchesco; tianos y moros; pícaros). De esos temas pet-
modelo a este Poema mucho más que al fo]. pues tal como lo había concebido Ascasubi, con ninsulares no se introdujo por la colonización
c hescos v mP11os a llernándcz llevado a Ja klore que se ha ingurgitado casi por entero.
Academia p.1 rn re! irarlo de las malns com- mayor amplitud y variedad, quebada en verdad obra compuesta, sino los mismos temas puros y
pañías. •\que] gaucho de quien decía López que "su abie1to a cualquier nueva exploración, en tanto la intencionalidad, que deben enumerarse en-
acento era dHerentísirno, .su idioma comple ta que Hemández los vedó, los tornó inaccesibles tre los elementos de todo folklore.
LOS .POE!\IAS GAUt...HESCOS, SOBRE [000 m?11tP recortado en otra forma aunque con Jos T>Or Ja calidad y hondura de su poesía, que el Así, pues, Hemández bebió, como nadut,
EL M \RTi/I. FIERRO COI\10 FOLKLORE nusmos elemenl os; sus acepciones exóticas y imitador juzgó cosa de oficio. Calidad y hon- en las fuentes mismas del lenguaje; no sólo
b.astante numerosas para J1acerse incompren- dura que son las del mismo idioma castellano, del idioma que se })abla (del léxico, la semán·
El Martm fi'íerro ocupa el territorio entero sible de un hombre de España que no estuviese
d<'l lolk.lore rioplatense. Ni historia, ni l eye~da, del contenido psicológico e histórico del hom- tica, la prosodia y la sintaxis), sino del que sa
acosh1mbraclo a interpretarlas", se hace un ene- bre actual a lo largo de toda su genealogía, siente, del que expresa el sentido vital más qua
n1 1rad1c1011 ni tormn algi111a cfp la literatura
migo del indio, como el conquistador, un va- de la organización de un sentir y hablar ra- la acepción gramatical. Además, nuestro fol.
pup11lar subs!slen nua vez gne se ha difundido
~abundo, como el pícarn, un hablador castizo ciales, nada menos. Además, Hernández re- klore ya era literario, en el sentido de qus
PI poema. Todo ~e olvida recordándoselo. Este
v pendenciem. Aquel gaucho que odiaba lo ~ume la poesía gauchesca anterior a él -porque fue importado de otra tierra y de otro statWI
µoerna cauceh1, al me11os en el ¡frea de su di
);od? Y al "godo" en persona, era la personi. torna de todos, desde Hidalgo y Echeverría étnico y social, superpuesto a un estado de e<>-
ftisío11, todo r l pasado - bien pobre por cierto-
hcac1011 de lo español puro que sobrevivía a fa hasta Lussich- y la injerta en las ramas más sas distinto. Pues hay dos absotciones en los
de la l1teralrd;1 popular introducida por IH Co- J11dc·pemle11ci::i v que, uo ktbieudo t·enido eclu
lourn Todrw 1~ más: hasta lns 1uto1P<> poste genuinas e inlportantes de la literatura po- poemas gauchescos y en el Mart!n Fierro: lo
1•aci61t sentir11e11tal en los cue11los y cantos con pular española: el romancero, el cancionero, espiritual en el habla del gaucho, que llama-
nores pierde11 su coutaclo rn11 la rcalidud di
4ue las madres acunan a sus hijos, encontró ese la novela picaresca y el teatro de uno a otro mos lenguaje, y que contiene todo su carácter
•ecla del id10ma, dPI sensori111n. ' hasta d e pasado de su sangre en el Ma1tín Fierro mu
las cosas wrales. Lo realidad nusma de nues Lope (suprimido el escenario). Todo lo cual y haber como herencia de raza; y lo folklórico
rho tná1' que "'11 los anteriorPs poerrias gau vino a estas· tierras no con su forma, que man- y convencional de los temas en sus predece-
tras Jlanmas parece convertirse eu un plagio r hescos. -
<fel P?ema v sus hombies 011undos adquieren tenía en la Península, sino con su pathos, su sores. No el habla de los poemas gauchescos
Mayor valol" que el del lengua¡e, en que se: reminiscencia, su olvido, su fuerza diluida en el v los temas de las crónicas de frontera, sino al
rus dichos y ftasta sus costumbre~ -el male- e11 trelieneu los linoiiistas gauchescos, es e! Que
va¡e cuyo y101otipo es Morn1ra- 1 ¿pot qué cuerpo. Todo aquello que en el folklore riopla· Íevés. La crónica de frontern está en Ascasubi
debe reconocerse al !\lartín Fierro por haber tense se recordaba mal, inconectamente y con (naturalmente ya en Echeven1a), pero con la
no <lec1rlor r·wrla~ mi lexmne~ v modalidades superfetado una realidad de carácter literario,
del habla. Ya e~ iudiscernible lo que tomó desvaído sabor y color, en los gauchescos y abundancia de lo pintoresco del habla se des·
en virtu~ de la fascinación inmensa que ejerció, sobre todo en Hernández recobra su antigua lo- vanecía lo psicológico propio del habla, del
Hern ández y lo r¡ue se ha tomado de él. a la realidad verdadera, a la de las cosas, a la
l~rolifera PI lenguaje gauchesco que este- zanía, welve a tomar forma, se articula, se habla misma tanto o más que de quienes la
de los sen!imientos'. a la belleza pura, que hace cosa cierta; porque esos poemas y éste en usan. Es Hemández quien nos demuestra que.
i.~ot1pa, el Poema, ann en gentes sin ninguna
resu!t~ro~ meconoc1bles para los imitadores. primer término pasan a ser un folklore más que independientemente del lenguaje (aun en e1
s1mpaha. para lo gauchesco, y hasta se generan Esos .1m1tadol'f~S se agostaron pronto, porque
a su influjo unn psicología v un clima gau- piezas sueltas de él, vástagos suyos. Por ese mis- idioma exótico de Echeverría, que era, denb·o
una literatura no .puede surgir de una obra li- mo procedimiento, o fatalidad, Lope concluy_? del que hablaban los "'godos•, el más exquisito),
chescos. perceptibles c11 muchas obras de nues- teraria, por grande que sea. Las decadencias
tro teatro, en los periódicos clel campo, en las primero con el folklore y con toda otra trad1- hay el habla personal que consliluye uu len·
y decrepih1des se producen precisamente por ol6n nacional espaiíola para metamorfosear- guaje viviente; y, como si ignorAra la existe~ia
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CUADEBNOS 1H: MARCHA jlóMRJIO A& I OCTUBRE 1972
'!e las demas obras gauchescas, esa real1clad LU lJAUCHESCO COMO RESIDUO
fue recuperada por él; él recobró esa indeci· temas como condensación de un statw no re- del campestnaao ae ta~ ciases cunas y acnne-
"LITERARIO" DE UN TABú gistrado, corresponden a la etnología, la an- rndas. Y sólo se le permitió el acceso como
blemente variada riqueza de motivos asunlos ·
giros, intenciones, doble sentido, esqu¡'vez, atro~ tropología y la prehistoria más bien que a la al pordiosero, que inspira piedad y no ver•
No puede haber dudas acerca de si el Ma1·- cultura. Si se tomaran como base de estimación güenza
pello, que puso en su Mmtín Fierro y que con- tí11 Fierro es un poema primitivo, y mucho me-
cluyó sellando uno de los caracteres típicos del las armas, las téci.icas de luchar y convivir,
nos .acerca d~ si ese poema refleja, más que la indumentaria, el mobiliario, la arquitectura, LO GAUCHESCO COMO "INFERIOR•,
Poema. ~o cual bastaría para advertirnos que contiene, la m1agen de un mundo primitivo.
la oclusión de un ciclo limitado - Diáloaos la organización política, religiosa y artística, las PERO TAMBIÉN COMO "CENSURAno·
Lo .histórico y lo anecdótico, que para muchos relaciones de familia y amistad, la paternidad,
La Cautiva, Santos Vega y Martín Fierro-b n~
reviste especial importancia, poco puede inte- el concubinato, las herramientas, la clase de El Santos Vega de Obligado es una réplica
significa :nu~ho en una literatura nacional, y resarnos; pues lo que de verdad interesa es qne
que lo mas importante es el contacto con una trabajos, las autoridades, etc., tendríamos un al de Ascasubi, como el de Ascasubi había sido
cosas como las que ahí se narran hayan ocu- cuadro no solamente primitivo, sino de los una réplica al de Mitre. Es, en su sentido más
realidad de cosas y de sentimientos. Si los gran- rrido efectivamente en la provincia de Buenos
des ternas e inclusive los divertissements anec- más atrasados que se conocen en materia et- superficial y evidente, una reparación a la in.
dóticos están creados antes de Hernández tras
Aires. Es posible que no haya existido ninguno nológica. Que el habitante supere ese medio, furia de Asc~subi, en cuanto obras literarias
de los personajes; y el Poema tiene la misma es otra cuestión. He de consignar que inclu- las tres. Pero la posición y la intención de As·
su Mattín Fierro se pierde precisament~ ese autoridad documental si existieron las líneas o
contacto con la realidad, el cual se hace en sive falta la familia, de la que se exhiben tras- casubi fueron las positivas determinantes ds .
canali~acione~ de la ,conducta social y personal humantes despojos, y éste es el núcleo ele- tal empresa de Obligado. En efecto, la réplica
lo sucesivo a través de su texto. Si Jos admi- q~e dieron f1sono~1ia a los hechos, Jos episo-
radores de Hernández hubieran tenido talento· mental en toda sociedad, incluso de los pueblos de personaje contra personaje se dirige a As·
chos, puramente circunstanciales, de esa vida bárbaros. No hay conflictos de pasiones ni de casubi; pero la réplica de una concepción de
•i. los críticos y apologistas hubieran compren~
indi".idu~I o colectiva. La biografía, digamos, )' ideales -en esto Los tres gauchos orientales lo gauchesco, de lo cierto, de la misión del es·
d1do que su obra y la de los predecesores no la lustona, en cuanto dan una fisonomía un
I d rome con independencia de) Ja dan otra era-, ni de creencias, ni de inte- critor, del sentido de la realidad distante -Cls
podían concebirse como fuera de nuestra lite- tonus o un sm los campos-, se dirige contra Hernández. El
ratura narrativa, si no en ella, con las obras reses, ni se construye nada para el mañana
configuración de los hecl10s aislados y de Jos ni para el hoy, ni hay un trasfondo que res- Santos Vega de Obligado está de parte del
de los viajeros ingleses (incluidos entre ellos rostros. y de los 1.10mbres. Adviértase, de paso, plandezca en esa tiniebla. Los hechos tienen payador Santos Vega de Mitre contra el con·
~udson y Cunningharne-Graham); si se hu- que DI rostros ru nombres se nos diseñan ni lambién una técnica equivalente a la herra- servador Santos Vega de Ascasubi.
biese leído y entendido el Poema· si hombres definen en eJ Poema; así, la configuración de
orig~nales y ~o parodistas de lo ~uestro y de mienta rudimentaria; sólo las reflexiones le- El Santos Vega de Obligado significa mu·
los hechos tiene más fisonomía que la faz de las vantan al ser humano sobre el ínfimo nivel de cho más. No es tanto la obra de un poeta
lo a1eno hubiesen emprendido la tarea de tra- personas que intervienen en elJos. las cosas. Cosas y hechos pertenecen a un disconforme con el léxico y la concepción es·
bajar como él, sobre esos materiales del fol- Sustancialmente, el Martín Fierro es una tética de qué y cómo se debe contar y cantar,
klore vivo y de Ja existencia del ho-nbre del mundo de cultura barbarizado, y los personajes
crónic~ ri~ada que corresponde como capítulo se debaten como náufragos para no. ser anas- cuanto la de un hombre que ama una tradición
e.ampo, .hoy ten?ríamos una literatura argen-
tma, quiero decll' una literatura simétrica con a la. 1~1~tor~~ rural e indígena más bien que a trados por la corriente que todo lo destruye. nacional y que la defiende, contra un hombrs
la c1vihzacrnn en la provincia de Buenos Aires. Acompaña la lectura del Poema el senti- que no amaba la tradición pero amaba y de-
nuestra realidad y nuestra realidad habría to- Al discutirse el grado de verosimilitud del Poe- fendía al país y a sus cosas.
mado formas más concretas. miento de que se narra la segunda parte de la
ma, se discute un concepto estético y moral. Si historia de la Conquista -algo que no se es- Aparece el poema en el interior mismo del
" ¿No es verdad que lo gauchesco, que de- se admite que así era la vida en las zonas cribió en su momento-: anacrónica, sin gran- autor como una reacción; como un sentimiento
eJma en su ~uge a fines del siglo pasado, por fronterizas, lo que objetaron los críticos con- deza, decadente, donde todo se ha empeque- profundo de disgusto. Lo literario pasa a se·
sobresaturac1ón del poema Mmtí11 Fierro, hoy trarios al realismo literal es el derecho del au- ñecido. Marca un descenso con respecto a la gundo término y la fuerza íntima que impel<t
ha pasado a ser motivo de comentarios eruditos tor, como poeta, a la fidelidad, su actitud con- misma Colonia. Aun en comparación con La a Obligado a replicar a Ascasubi es un sentí·
y a petrificarse en una imprecisa figura del tra'·ia a una convención tácitamente admitida Araucana, el Martín Fierro es primitivo, mísero miento patriótico. En este sentido, Obligado
monumento? ¿No es la muerte de lo gau- de contar y de callar. Si se supone que ese y en general más achaparrado y sin cumbres está junto a De Luca, Varela y Andrade con·
chesco algo más que el cansancio de lo con- mundo, no primitivo sino en regresión, no exis- de ninguna clase. Los araucanos de Ercilla son tra toda la poesía gauchesca, contra todo lo
vencional, la distancia enb·e aquel pasado y es- grandes señores comparados con estos indios gauchesco, que era la negación de ese sentí·
tió como tónica social sino como anomalías es-
te presente, la superación técnica en el arte porádicas y factores circunstanciales dentro de indigentes de las pampas; los gauchos que pe- miento fundamental en toda nuestra literatura
de contar y de escribir? ¿Algo más, por ejem- una vida mejor organizada, entonces el Mattín lean contra ellos son los descendientes yenidos culta, por la afirmación de un sentimiento de
plo: la. ~érdida del sentido de lo popular, de lo Fierro es una obra maliciosa, que ha tamizado a menos de aquellos soldados de la Conquista, amor al país, de amor a la verdad. Lo que
so~reviVIente en lo cambiante, de lo argentino a trescientos años de distancia. ¿Hay alguien intenta Obligado es reivindicar la poética Y.
en sentido negativo la realidad. Las repetidas
senalado desde su nacimiento como lo anti- advertencias del Autor de que en el Poema "to- comparable a Caupolicán, Lautaro, Colocolo, el pathos consagrados en las composiciones pa•
argentino? Tampoco tienen sentido en la Ar- do es realidá", sería una reincidencia en su Tucapel, o a Valdivia, Villagrán o a cualquiera trióticas de las épocas de la Independencia y
gentina Allá lejos y hace mucho tiempo ni La de los jefezuelos, entre los comandantes de de la Proscripción, reacomodándolos a l~s cá·
tierra purpú1·ea en el Uruguay. ' mala fe. Creo que Hernández no mintió ni
tampoco exageró; que hizo, como ·lo expresa fortín, jueces de paz o comisarios de policía? nones de la espinela y del sentir de la gP11ts
De haber tenido nosotros una gran litera- en los Prólogos, el retrato de un lugar y de El mundo que Hernández tuvo ante sí era in- culta y pudiente, la gente que conserva aún
turn argentina, el Mmtín Fierro y los demás
un~ época más que de uno o varios perso- deciblemente inferior al que contempló Er- como patrimonio gentilicio la tradición de l<>
poemas gauchescos habrían quedado inclusos na1es. Lo veraz, pues, en el Poema es el tra- cilla, y el inventario que en ambas obras se nacional en instancia de culto religioso, políti•
en ella, como en aquel Poema quedaron in- zado de las canalizaciones de la organización hace de lo humano, de lo heroico, de las armas, co, educacional e histórico. Es una ceremonia
clusos eJ folklore y las obras populares. En social y política y de la conducta personal del los parlamentos, los amores y las rencillas da de desagravio a las vestales del culto de la
cambio, el conjunt9 de esas obras se nos apa- habitante de las llanuras bonaerenses. dos ambientes separados por muchos cente- patria, para usar el lenguaje de los feligreses
rece tan extranjero y . tan extraño como las Tenemos en el Martín Fierro un cuadro nares de años: 1872 está por debajo de 1572. de esa concepción de nuestra historia y de
crónicas de los Viajeros Ingleses. Forman un más cercano a La Araucana que a la actuaU. &a fue la barrera que impidió al Martín nuestra vida.
cuerpo enquistado en nuestra literatura. dad. Advié1tase, además, que los temas, Ia1 Fierro trepar el terraplén que separa las clases En su sentido verdadero, dentro de la his·
t
lfVÑAá:'lf'~ oeUriB~
u
Aquí está descubierfo el Ci'lmen. Esa nota ~ARMfENTO Y ..FACUNDO
dOI capitanes. El aocumento con ra misma fk.. rios fn<llvt<luos, aun <1e aquellos que formaban
ma anteriormente transcripto, no habla ni pa- parte de las montoneras, entregando armas. es de fecha 8 de noviembre, e Yrrazábal le
asegura a Echegaray que Peñaloza había sido Vamos a describir a grandisimos rasgos la
labra de tales prisioneros y la nota de Sar- Con todo lo que se deja ver que ya están de- vida de este héroe sencillo y modesto, a bos-
rniento dice que Vera iba con 5 hombres. sengañados y que nada podrá contra el im· muerto y que él iba en persecución de Pue-
bla, que le llevaba algunos días adelantad.os. quejarla con la brevedad con que nos lo per·
O miente uno o miente el otro. La verdad perlo de la ley. Dios guarde a V. S. - ( Fdo.): mite el carácter y aun el objeto de esta pu-
a que mienten los dos. Esa recomendación Pedro Echegaray."' No dice ni una palabra de que él fuera qmen
sorprendió o mató a Peñaloza. blicación.
sobre el valor heroico de la cáfila de jefes y "NoTA. - Al cerrar la presente, recibo la Pocos habrá, quizá, que conozcan una exis-
oficiales que la nota nombra, es más que una que le adjunto original del mayor Yrrazábal. ¿Y su parte y nota de fecha 12 que dicen
que lo sorprendió y fusiló esa madrugada? tencia extraordinaria, ese caudillo valiente, ge·
necia invenci6n para engañar a tontos sobre Por ella se impondrá mejor de los sucesos ya neroso y caballeresco, que ha sido actor en
lo encarnizado del combate. ¡Qué infames! No comunicados. - (Fdo.): Echegaray." El asesinato que se pretende encubrir está
las escenas más notables del drama de nues·
tenemos tiempo para detenernos más en hacer En esta nota, fechada un dfa después de revelado. Los documentos que Sarmiento en·
tras luchas civiles y a quien sus perversos ene-
notar otras contradicciones de esos documen- aquel en que se da como acaecida la muerte vía a Paunero, son todos falsificados. Peñ~
migos han pintado como el tipo de la feroci·
tos fraguados para encubrir un crimen horro· de Peñaloza, y a una inmensa distancia del loza ha sido asesinado, no el 12, como lo di-
dad y encarnación del crimen.
roso. Nuestros lectores las descubrirán fácil· lugar del suceso, Echegaray habla del hecho cen los documentos oficiales, sino antes del 8,
Peñaloza, puede decirse muy bien, que ha
xnente. Hemos dicho que el asesinato de Peña- como de un suceso viejo, habla de los resul- muchos d ías antes, como lo dice la nota de
sido durante su azarosa vida, una propiedad
lo:z.a no ha tenido lugar el 12 como lo dicen tados producidos, de la marcha de Puebla, de Yrrazábal a Echegaray.
de la patria y de sus amigos. Era u.na de
todos los partes y documentos que acabamos los avisos mandados por él a las autoridades Ahora, cómo ha tenido lugar esa revela aquellas almas inspiradas sólo en el bien de
de transcribir, sino que ha sido perpetrado de San Luis, le la ocupación de La Rioja por ci6n que ha venido a desbaratar todos los los demás, uno de aquellos corazones que no
con anterioridad a esa fecha. y que si ha es- Arredondo, de los individuos que se han pre- planes de los salvajes unitarios, vamos a df' conocen jamás el odio, el rencor, la venganza
tado oculto, ha sido porque asesinos se ocn- sentado, y por fin de que se ha retirado de cirio en cuatro palabras. Está muy claro. ni el mledo. Si sus enemigos hubieran abri-
paban de fraguar el plan de nota~ y comn· aquella provinci~ pnr creer ya innecesaria su Yrrazábal no ha sorprendido a Peñaloza el gado un átomo siquiera <le los generosos sen·
nicaciones que debería servirles P-ara encnbrü presencia allí. 11 ni el 12, ni lo ha tomado prisionero, ni ha timientos que él atesoraba en su alma, no ha-
t>l crimen. Ellos mismos se han descu hierto, No hay magia para hacer tantas cosas en habido nada que se parezca. brían siclo 1amás tan injustos y tan crueles
sin embargo. El parte de Yrrazábal e~ de fe- unas cuantas horas, sino la de los salvajes nm- El 8 conocía ya la muerte de Peñaloza, la con él. Sabemos muy bien que nuestra tarea
cha 12 de noviembre. Su nota a Arredondo tarios Pt>ro F.che~arav no mentía, sino que avisa con toda seguridad a Echegaray, y éste de hacer conocer la historia de ese patriota
es de fecha 12 también. El hecho as~gurndo Peñaloza ha s1do asesinado mucho antes de la comunica al coronel D. Cesáreo Domín- infortunado, nos valdna, cuando menos, ele
e.t que él, YrrazáhaJ: sorprendió a Pefülloza lo que dicen esas notas falsificadas. Echega- guez, quien da cándidamente ambas notas a parte de sus encarnizados enemigos, la burla,
en el citado día 12. ray le dice a Domínguez que le adjunta la la prensa, y "El Imparcial", de Córdo?~' mny los apóstrofes groseros, el insulto y la calum·
Bien, pues, ¿c6mo es, entonces, que el día nota que ha recibido de Yrrazábal. Esa nota orondo con la importancra ele la noticia que nía. Pero, por odiosa qui:' esta tarea ~·esult~ a
13 de noviembre, es decir, al día siguiente, es la siguiente: ria a sus lectores, las publica sin tener en ciertos 01os, no puede seme¡ante cons1derac16n
Echegaray dirige desde Los Pocitos, provincia "Regimiento NQ l. cnenla que iban a revelar el crimen. influir más en nosotros que el sentimiento de
de C6rdoba, la siguiente nota al coronel Do jnsticia que coloca la pluma en nuesh·as manos.
mínguez? "Ulape, noviembre 8 de 186~. Sarmiento entretanto se ocupaba de confa-
bular su plan de campaña, para dar la noticia Con objeto menos loable, se han tomado
..El coronel y jefe de las fuerzas movili- •AJ comandante general y coronel cle los otras tareas más arduas. Sarmiento escribió a
xadas. depa1·tamentos, D. Pecho Echegaray. de un modo que alejara la idea del asesinato
y al efecto hace firmar con Yrrazábal los par- su "Facundo sm más ob¡eto que deprimir un
...Campamento de Los Pocitos. ~El infrascripto pone en conocimiento de partido que no pod1an vencer y haciéndose re·
"Noviembre 13 de 1863. usted de haber llegado a dicho pueblo en tes y las notas transcriptas, comunicando la
noticia del hecho como recientemente acae- mtlnerar con largueza por los suyos ese tra-
..Al señor Jefe de Estado Mayor, C"Ot'onel persecución del bandido Puebla, creyenrlo se bajo. ¿Qué extraüo es, pues, que nosotros de-
D. Cesáreo Domínguez. hallase en esta inmediación, pero. desgracia- cido.
diquemos algunas palabras a un héroe senci-
"Anoche (es decir el 12), arribé a este damente no se halla y no me es posible se- Concluida su tarea, remite esas notas a llo y modesto, cuando sobre todo, estamos muy
punto de la provincia de La Rioja, por no guir más adelante por estar mal cabalgados y Paunero, Paunero las manda a Mitre, y "La distantes de ser alentados ron la esperanza de
haber objeto en aquélla para permanecer por llevar algunos días adelantados de camino. Nación Argentina" las publica al mismo tiem- ninguna recompensa? .
más días, y por otra parte estar ocupada por Puebla. po que las otras, que servían de verdad~ro No es posible trazar el más ligero rasgo
las fuerzas nacionales del cornnel Arredondo "Pero sin embargo, espero de U. S., que desmentido, se publicaban en Córdoba en El respecto a la vida de Peñaloza, sin en~ontrarse
y de las que se han estahlecido de la misma teniendo alguna noticia de Puebla que per· Imparcial". envuelto en las inmensas cornpl 1cac1ones de
provincia. manezca en algún punto, me la transmita sin Todo esto basta para condenar al más san· la guerra que desde hace cuatro décadas tiene
"Pues yo creo, señor cornnel, que muy prnn- pérdida de tiempo. Segun noticias, creo que1 to, sin necesidad de que tenga en su concien- lugar en nuestrn país, y en Lonas las c?alPs
to quedará restablecido el orden, porque el U. S. no está seguro de que Peñaloza fue to- cia Jos asesinatos de Benavídez y Virasoro. Los ha tenido una parte a veces secundana. tt
primer caudillo, que era Peñaloza, concluy6 m.ido e inmediatamente pasado por las ar- salvajes unitarios se han turbado.. Han siclo veces principal, pero siemprf' clisting111da y ho-
liU carrera en Olta, que foe muerto por una mas; puedo pues asegurar que tenemos un castigados por la mano de la Prov1d:nc1a. L~ norable para él
comisión del coronel Arredondo al mando rlel principal enemigo menos y prísionern la m11- Providencia no ha querido que seme1ante en Peñaloza ha pasado su vida eu Jos c·ampu~
eomandante D. Ricardo Vera. jer y un hijo que U. S. supongo se tomará la men qnedara oculto, ni sus autores ~escono de batalla, y la histo11a le consagrará ~ma pá-
..El bandido Puebla ha tomado hacia el molestia de hacer saber en todos los depar- cidos, porque no quiere que quede 1mpune gina sin mancha, como no alcanzarán 1amás a
sud a ver si puede pasar al desierto; pero ¡a tamentos de su tránsito, creyendo con esta no- El criminal se agazapa, se esconde, pero obtenerlo muchos de los prohombres de lo!
están avisadas por mí las autoridades de San ticia se presentarán muchos de los que andan siempre deja la cola afuera, que es _por donde partidos Federal y Unitario
Luis. En la entrada que be hecho a Ja pro- huyendo. No ofreciéndose otra. Dios guarde lo toma Ja justicia. Los salvajes umtar1os han Bosquejar, pues, la vida de Pena1oza, es
vincia de La Rioja han quedado satisfechos a U. S. muchos años. - ( Fdo.): Pablo Yrra- hacer una triste relación de nuestra luctuosa
dejado también la cola afuera.
má deseos; porque se me han presentado va· zábal."'
N'OMERO 118 I OCTUBRE 197!
~oADE.f3.ros nE MARCHA
El movimiento uo ~1·a efectivamente ~in1 · baíw:lé al general P~ las p1e?.as Ge utiller)~
~~ J!lSil ~ .la wea que emprenaemos con en la b11.tal1a de El Tala, donde derroto com- pático, pero el fusilamiento de Dprrego lo hi- que tf'nÍa encerradas en f'lloS. Pero Ja ostraté-
.1 ¡;¡~ntimiento de la :rectitud y de la justicia. pletamente a las huestes revolucionarias, a las :1.0 odioso. Sólo tres provincias del norte : Tn- gia debia lriunfar <lel arrojo de esta célebr.
q ue se hallaba reunido el Regimiento de los l'Umán, Salta y j ujuy, se declararon por él. jornada; pues el general Paz, por hábiles ma-
QUIÉN ERA EL CHACHO Colombianos, que se había sublevado en Bo- Córdoba, con su gob ernador Bustos a }a niobras, recuperó sus cañones y derrotó al
livia, y pasado a la República Argentina, a cabeza, se pronunció en masa contra la re- ejército del general Quiroga. Este hecho dio
Peñaloza no fue jamás un hombre oscuro. las órdenes del coronel Matute. volución. lugar a aquella célebre expresión del general
Pertenece a una de las más antiguas, como de En esa batalla recibió Peñaloza, en un cos- San Luis, Mendoza, San juan, La Rioja y Quiroga: "El general Paz me ha derrotado
]as más notables familias d e La Rioja, y la tado, rma grave herida de lanza, que puso en Catamarca se pronunciaron también en contra, con figuras de contradanza".
que ha contado y cuenta entre los suyos per- mucho cuidado su vida, y sobre el campo de teniendo a su frente al general Quiroga. :..u Qui.roga regresé> aceleradamente a L a füo.
wonas muy respetables. batalla fue hecho capitán. Debemos hacer no- provincia de Santiago del Estero permaneció ja, donde reunió todos \os elementos de que
Muy niño aún, fue tomado a su cargo por tar que ésta es la única herida que el general neutral, aunque su política parecía inclinarse podía disponer en aquella. provincia, y se d i-
un anciano sacerdote de la provincia de La Peñaloza ha recibido en su vida de combate; más en favor de los que combatían el movi- rigió inmediatamente a las de Cuyo,- para re·
Rioja, a quien acompañó hasta su muerte. Es- la segunda es la que le han abierto sus bár- miento iniciado p or L avalle, por su fosilamien- organizar de nuevo su ejército.
te respetable anciano, cuyo nombre hemos sa- baros asesinos. to cruel e injusto. . Peñaloza seguía siempre a sn lado y en .fü
bido y no recordamos en este momento, bal- Algún tiempo después, sabedor Quiroga de itsta fue la situación de las provincias ~11 dase de capitán.
buciente ya por su avanzada edad, no podía que La Madrid organizaba sus fuerzas en Tu- ~quel momento, aprestándose a una guerra Organizado nuevamente su ejército, el ge-
pronunciar clru:o la palabra muchacho con que cumán, marchó a buscarlo, y lo derrotó por sangrienta y, lo decimos con dolor, horribl<> nera) Quiroga se movió de Mendoza con el de-
acostumbraba a llamarlo, y sólo le daba el segunda vez en los Rincones del Manantial. y hasta b árbara. signio de batil' otra vez al general Paz, y
nombre de Chacho, que ha venido a hacerse En esta jornada, como en la anterior, el · Peñaloza formaba en las filas del genera1 se dio entonces la batalla de Oncativo, en que
célebre en los fastos de nuestra historia po- c~pitán Peñaloza se hizo notable por su intre- Quiroga, siempre como capitán del citado re- Quiroga fue de nuevo completamente derro-
lítica, y que será la eterna pesadilla de los pidez y recibió señaladas muestras de dist in- gimiento. tado, y entonces este célebre caudillo se re-
que han echado sobre sí Ja odiosa responsa- ción. La· guena da princ1p10. tiró a la provincia de Buenos Aires. Peña1oza
bilidad de su alevosa muerte. Quiroga regresó a La Rioja y licenció sus Paz penetra en la pro,incia de Córdoba, lo acompañó en la rntirada.• y a su lado estuvo
Popularizado este nombre enb·e los jóve- fuerzas. Aquí termina este primer episodio de donde lo espera el gobernador Bustos con to- t>n aquella pro"Vincia todo el tiempo q1Je per-
nes de su época, y muerto ya el anciano sacer- nuestras luchas civiles, en que le tocó figurar das las fuerzas de que podía disponer, y ]<1 maneció en t>lla e.l prestigioso caudillo ele ft)'I
dote que lo tuvo a su cargo, el general Qui- al general Peñaloza. batalla se da en San Roque, a doce leguas de 1,lanos.
roga lo llevó a su lado, haciendo con él las la ciudad, ·siendo Bustos completamente de- Peííalo2a era ya prn· dt>.rto mt oficial d-U.-
veces d e padre, y dándole como expresión de EL CHACHO, CAPITAN DE FACUNDO rrotado. tinguido.
i;n afecto el nombre de "Chaclúto". Paz llega a Córdoba, y Bustos, con los po- Se había hf'cho conocer como valiente, ~"
Una vez al lado de Quiroga, era .natural Otra nueva época de guerra empieza, y ai cos restos de sn ejército, marchó a unirse al hab~a granjeado la estimacióu de todos su~
que él aceptan la misma carrera del hombre partido Unitario le toca la triste celebridad de general Quiroga, a quien se facorpor6 en la compañeros y gozaba ya de bastante prestigio.
que lo protegía, y muy joven entró al ser- iniciarla, manchando con sangre las páginas de provincia de La Rioja. El general Paz había quedado triunfanto-
vicio de las a1·mas, en clase de cadete en el nuestra historia. · Quíroga, por su parte, que había ya or- y dur.íío de todo el interior, pero la revolu-
regimiento escolta de dicho general. La revolución encabezada por el general ganizado su ejército con las fuerzas de las ción se había perdido. Lavalle había sido de-
Aunque nuestro ánimo no es escribir la Lavalle, en Buenos Aires, el l 9 de diciembre provincias que hemos mencionado, se movió rrotado en los campos de Alvarez, ~ 26 ele
historia de nuestras luchas políticas, sino en d~ 1828, y que dio por resultado la caída de] entonces de La Rioja para venir a batir al ge- abril de aquel afio, y había capitulado en Bue
Ja parte que tengan relación con la vida del gobernador Dorrego, y su bárbaro fusilamien- neral Paz. nos Aires.
general Peñaloza, no podemos hacer esto, sin to en los campos de Navarro por orden de Penetró por el sur de la provincia de Cór- En esta sjtua.cióu, Rosas dirigió SH~ oio~ 41
dar una jdea, aunque ligera, de aquellos su- Lavalle, alarmó justamente a los gobernadore~ doba, llegando hasta a apoderarse de la ciu- interior.
"esos. dad, que había estado hasta ese momento ocu- Protegió al general Quiroga a fin de que!'
de las provincias, a quienes Lavalle había des-
Durante el gobierno del señor Rivadavia. deñado dirigirse para invitarlos a tomar parte pada por fuerzas, enemigas; y en los días 22 hiciese una nueva expedición, y con número
La Madrid fue despachado al interior con el en su movimiento. y 23 de junio del año 29 se dieron -entre las de 300 a 400 hombres que puso bajo sus ór
objet·o de organizar un regimiento en' la pro- fuerzas de ambos generales las dos memora- denes, y los jefes que lo habían acompañado
vinc~a de Catamarca, y este general, apenas l!:ste es el tronco genealógico de todas }as
desgracias que hasta ahora vienen afligiendo bles batallas de La Tablada, en qu e quedó entre los que iba Peñaloza, abrió Quiroga su
~e vio con algunas fuerzas a sus órdenes pa siempre triunfante el general Paz. nueva campaña, de mejor éxito gut" las <lo~
só a Tucumán, e hizo una revolución aÍ go- a nuestra patria. De allí parten nuestros males
En estas dos reñidas batallas el capitán Pe- anteriores.
bernador López. a quien reemplazó en el La sangre del coronel Dorrego fue la pri- ñaloza- adquirió un fabuloso xenombre, y en 'Penetró en la provincia de Córdoba sin sel'
mando. mera que se derramó al~vosamente en nuestra e l vivac de los soldados vencedores se referían sentido, y fiado también en que la atención
En esta rnvolución contrarió, sin duda,· las guerra civil. Hasta hoy ha sido la última fa "º" admiración y entusiasmo muchos detalles del ejército de Paz estaba absorbida comple-
in~b.uccio?es y propósitos de Rivadavia, quien del general Peñaloza.
que revelaban su arrojo e intrepidez, y que le tamente por el general D. Estanislao Lópe7...
cie1aba tnunfante la revolución, porque La El general Paz marchó entonces desde d ieron prestigio y nombradía, aun entre sus que, con fuerzas de Buenos Aires, las de Salita
Madrid le había oficiado sometiéndose a su Buenos Aires para el interior con una división mismos enemigos. Era natural. El capitán Pe- Fe y los indios del Norte, marchaba en ~°"
autoridad. Disgustado el general Quiroga de de 800 a 900 hombres de las tres armas con ·naloza mandaba parte de esa caballería, {mi- momentos sobre la provincia de Córdoba.
t'sta. conb:aorden que venía a consagrar im- el ~bjeto de apoyar los pronunciamiento; que ca de quien se cuenta que hubiese dado doce L6pez era por consiguiente una garant.í11.,
p~mdad al crimen de sedición contra un go- tuvieron lugar en las provincias en favor de l'arga.s sucesivas sobre los fuertes cuadros d" una completa seguridad para Quiroga.
bierno legal, se propuso castigarla por su sola la revolución que acababa de hacer Lavalle, y infantería que el general Paz se vio obligado Quiroga ataca de sorpresa en el Río Cuarto
l'uenta, cuyo propósito realizó con buen éxi- con el fin de destruir aquellos gobierno~ qu• a fQrmar, cargas que dieron por resultado arre- y del! hace oomplet.amente una pequeña ~et'all.
ro · primero en Palmas Redondas y después pretendieran oponerse a ella.
:u .VúMF'º 11 I OCTUllll 1112
CU'ADERNOS DE M.ARCV.l.
de Paz, que ,. ha11a en aquel punto a Jas nando su espada, prepara su lazo y arrcttne- vanos otros fueron condenados a la pena ae mtentos y la parte muy distinguida que Je co-
órdenes del coronel Chavarría, y dirigió apre- tiendo hasta el centro de los cuadros de in- muerte como autores, ejecutores y cómplices rrespondió en su desenlace.
ruradamente sus marchas a San Luis donde fantería, sacó de allí a la cincha de su caba- en la muerte del general Quiroga, cuya eje- El general Lavalle, que hahía asumido la.
derrotó también a las fuerzas que le ~puso el llo, un cañón de a 4 y su caja de municiones, cución tuvo lugar en Buenos Aires, en la pla- responsabilidad de una empresa muy superior
gobierno, en cuya jomada murió el intrépido co- que La Madrid tenía en su costado izquierdo. ia de la Victoria, el 25 de octubre de 1837. a sus fuerzas y a su genio, abandonó su cam·
ronel Prin~le~; y sin pérdida de un instante llega El cañón fue utilizado inmediatamente por el Este hecho fue, indudablemente a los ojos po cerca de la ciudad de Buenos Aires y em-
a la provincia de Mendoza. En esa provincia general Quiroga, haciendo pon él muchos dis- de muchos, considerado como una b·emenda prendió su retirada desprestigiando, así, una
se hallaban también fuerzas pertenecientes a paros sobre las filas enemigas. justicia de Rosas; pero a los de otros aparecía cruzada que pudo di1r en tierra con el poder
Paz, las cuales a las órdenes del coronel Vi- Este hecho, apreciado dignamente por e) ge- como una cruel y sangrienta cábala, que de- de Rosas.
dela-Castillo fueron completamente derrota- neral Quiroga, Je valió al capitán Peñaloza ser bería ser vengad~ también.. El descontento, el Dirigió sus fuerzas a la provincia de Santa
Jas en el Rodeo de Chacón. nombrado teniente corone] sobre el mismo cam- malestar y la agitación producida por esos ne>- Fe, de cuya capital se posesionó y bati~o alll
Así terminó Quiroga su cruzada tan peli po de batalla, y de que le fnera confiado el man- tables acontecimientos crecía en el interior y por el coronel Jacinto Andrada con sus bra•
grosa, com'> rápida y feliz, y dueño ya otra vez do del regimiento en gue había servido antes las provincias, que no hacia muchos ~ños. s_e vos dragones, emprendió su Ietirada a las pro-
de la provincia de Cuyo, empezó la reorgani- como subalterno. habían pronunciado contra la revolución m1- vincias.
~ción de un nuevo ejército. La Madrid pasó a Bolivia con los peque- ciada por Lavalle con la muerte del distingui- La Madrid, por su parle, faltando a la fo
El ejército del general Paz, entretanto, se ños restos de su ejército. La guerra quedaba do coronel Dorrego, sólo aguardaron ya una de las promesas con que se había captado la
debilitaba sensiblemente, y falto hasta de lo terminada. Lavalle había capitulado y se na- ocasión propicia para hacerlo contra Rosas p~r confianza de Rosas, se pronunció en favor del
más necesario, careciendo de cuanto podían llaba en Buenos Aires. la muerte de Quirnga unas, por la de los Re1- movimiento en la provincia de Tucumán, así
necesitar los soldados, hostilizado de cerca por Paz se encontraba prisionero en la Villa nafé otras. Esta ocasión se les presentó tres que tuvo formada una fuerza y pasó a La
el general López, que eludía siempre el com- ele Luján. años después. Rioja. Con un contingente que le propol'Ciond
bate, pero que estaba siempre sobrA él, cami Quiroga regresó a La Rioja y licenció nue- el general Brizuela marchó en dirección a Cór·
naba a su completa destrucción. vamente su ejército, confiriendo al teniente EL CHACHO CONTRA ROSAS <loba, buscando la incorporación de Lava11e.
En una de las frecuentes marchas para ob- coronel Peñaloza el nombramiento de coman- Cuando pisaba la frontera de esta provin•
tener que el general Lópf'z diera una batalla, dante del departamento de la Costa del Me- En 1840, Lavalle emprendió ·su cruzada cía, élla se pronunció en favor de la revolu·
Paz se separó apenas una pequeña distancia dio <lfl los Llanos. Peñaloza gozaba entonces contra Rosas con el ejército que formó en Co- ción el 10 de octubre de 1840.
d" su columna, y fue cortado y hecho prisio de la nombradía que Je había conquistado su rrientes, y derrotado en Sauce Grande por el Los hombres de esta revolución, ayudados
nero por una guerrilla enemiga. valor y la fama bien adquirida de sus hechos. general Echagüe el 16 de julio del mismo año, por el contingente que el general La Madrid
Entonces, tomó momentáneamente el man efectuó su paso del Paraná por el Diamante, traía consigo, consiguieron organizar un ejér-
do de la fuerza el general Pedernera, como BARRANCA YACO en los buques de la escuadra francesa, diri- cito de cerca de 4. 000 hombres. el cual so
fefe superior, el cual, entregó poco después al giéndose inmediatamente a la pr-0vincia de mandó ofrecer al general Lavalle por una co-
gobernador delegado, general La Madrid, a Su prestigio fo daha ya un poder bastante Buenos Aires y llegando basta el puente de misión de vecinos respetables, para que con
quien correspondía por su antigüedad, y éste fuerte en La Rioja. Márquez. su ayuda pudiese batir fácilmente las fuerzas
emprendió con ella la marcha en retirada lm- F.n 1834 se <lfljaron sentir en las provincias La noticia de la aproximación de Lavalle que al mando del general Oribe había clespa·
ciia la provincia de Tucumán. de Salta y Tucnmán complicaciones que po- con un ejército a Buenos Aires, que hacía im- chado Rosas en su seguimiento. Lavalle, cuya
El capitán Peñaloza marchó entonces con dían muy bien llega1· a comprometer el or- posible para Rosas el envío de fuerzas al in- impericia militar era sólo comparable con su
l general Quiroga, que con su nuevo ejército, den existente, y Rosas creyó conveniente em- terior, alentó a las provincias descontentas y petulante arrogancia, esquivó una contestación
se movía otra vez de Mendoza en persecución plea1', para sofocar la discordia, el crédito y simultáneamente se pronunciaron varias. decisiva al ofrecimiento que se le hacía y an·
de Jo que ya eran restos del ejél'cito dP Paz. prestigio de que goza ha el general Quiroga. La Rioja se pronunció en masa y su gober- ticipó la batalla en situación y condiciones des·
El primer encuentro tuvo lugar en Miraílo- Quiroga, que a la sazón se halla ha en nador, el general Brizuela, investido por las favorables, para no dar a sus amigos parte
res, donde el corone) Bargas, jefe de vanguar- Buenos Aires, marchó en esa comisión con el demás provincias con el título de jefe supremo de una gloria que él quería sólo para sí.
dia de Quiroga, fue derrotado por Acha, jefe carácter de mediador, en diciembre de aquel y director de la guerra, tomó el mando del Los resultados, sin embargo, no conespon·
de vanguardia de La Madrid. año, y a su regreso tuvo lugar en Barranca ejército. . dieron a sus esperanzas, y los campos de Que-
T~a batalla que siguió a este encuentro fue Yaco, el 16 de febrero de 1835, el bárbaro En esta lucha no podía dejar de contar con bracho Herrado, dan testimonio del castigo
la de la Ciudadela, arrabales de Tucumán, asesinato de este tenible y poderoso caudillo, el concurso del teniente coronel Pefialoza, a que recibió $U vanidad f'I 28 df" noviembre da
que tuvo lugar el 4 de noviembre de 1831, y muriendo también con éJ su secretario, el co- quien la muerte de su jefe, protector y amigo, 1840.
en quo la victoria fue completa por Quiroga. ronel mayor José Santos Ortiz, los nueve in- lo coloca, naturalmente, en las filas de la re- Lavalle lleg6 a Córdoba, donde después de
En esta jornada notable, el triunfo fue de- dividuos de su comitiva y el correísta Lue- volución. Así lo comprendió Brizuela y le con- conferenciar con La Madrid, se dirigió éste a
bido en gran parte a1 valor dPl capitán Pe- gues, que dirigía la galera. fió el mando de una fuerza, confiriéndole, ade- 'fucumán a organizar más fuerzas y aquél a
fialo:za. Este hecho hizo una profunda impresión más, el grado de coronel. La Rioja, a ponersf' a las órdenes del general
En una de las repetidas cargas de la ca- en todo el país, y debió producir inmediata Lll excitación general de las provincias ha- Bri7:uela.
ballería de Quiroga sobre los cuadros de la mente una sublevación en algunas provincias. bía inducido a Rosas a enviat al seno de ellas Brizuela le dio el mando del ejército como
Infantería de La Madrid,. cuando ya habían Sns enemigos; con razón o sin ella, acusaron al general La Madrid, que había vuelto a Bue- general en jefe y el general Pedernera, que
muerto varios coroneles, entre los que sólo re- a Rosas de este horrendo asesinato, y él, por nos Aires de su emigración y revistaba en el babia pasado de Chile a ponerse a las órdenet
cordamos los nombres de Bargas y Frontane- su parte, lanzaba toda la odiosa responsabili- ejércitÓ de Rosas. Necesario nos es dar aquí del Directorio de Guena, fue nombrado su se-
lli, los jefes 19 y 99 del regimiento escolta y dad del crimen sobre el partido Unitario. El una idea, aunque sea rápida, de los sucesos gundo.
gran número de otros jefes y oficiales; el ca- hecho es que Rosas lúzo instruir un sumario que entonces tuvieron lugar, para poder apre- El general Lavalle, ayudado por el coronel
pitán Peña]oza, lejos de desalentarse por tan- que duró dos años y cuyo resultado fue que ciar debidamente el papel que cupo a Peña- Pefialoza, que era uno de los jefes más im·
tas pérdidas. inicia una nueva carga y envai los cuatro hermanos Reinafé, Santos Pérez y loza como resultado de esos mismos acontecí- portantes de La Rioja, continuó allí la reds-
J
tencfa a los ejércitos que invadían la provin- de su presencia haciéndoles la campaña fati- sin preocupa111e de la eficacia de los medios, ligro en que se hallaba, reúne uno~ cuantos
cia, y después de un tiempo de lucha se re- gQsa y desesperada, abandonaron su empresa, sino sólo de la santidad del objeto, se lanzó soldados y poniéndolos a su frente se preci-
tiró a Tucumán. En su tránsito por Catamarca dejando al coronel Peñaloza dueño de casi to- a la República Argentina acompañado de un pita sobre los que atacaban a Peñaloza, con
tuvo nuevamente ocasión de conferenciar con da la provincia de La Rioja. puñado de valientes con cuyo concurso reali- una decisión que habría honrado a cualquier
el general La Madrid, que se dirigía a Cuyo. Esto dio lugar a que el coronel Peñaloza zó proezas increíbles. guerrero.
Ltt conferencia no tuvo resultado alguno, per- pudiera ponerse de acuerdo con el general La j labía atravesado la Cordillera por el paso Ella lo salvó, en . efecto; pero u a forioso
1i.stiendo cada uno en su propósito. Madrid (que se hallaba en Catamarca), y que de Vinchina y de pronto se presentó en La soldado enemigo, al ver que se les escapaba
Continuó Lavalle sus marchas, y el 19 de juntos emprendieran su marcha a la provincia Rioja, que se pronunció casi toda en su favor. su codiciada presa, descargó sobre su cabeza
noviembre de 1841 lo alcanzó el general Oribe de Mendoza, donde se hallaba el general Pa- Los hijos más notables de esa provincia se un terrible sablazo que la derribó del caballo.
en Famaillá o Monte Grande, provincia de checo con una fuerte división de las tres ar- unieron a sus filas, aumentadas así conside- A la que semejante hazaña acababa de eje-
)'ucumán, donde lo de1wtó completamente. mas del ejército de Oribe. .La victoria parece rablemente, y sin pérdida de momento se di- cutar, no poclía faltarle un defensor valientct
Lavalle se dirigió entonces pru:a Bolivia, que quiso protegerlos un momento. El coronel rig.ió a Catamarca, donde después de infini- en aquel momento de cruel conflicto.
pero fue muerto en Jujuy, de una manera ca- Acha, jefe de vanguardia de La Madrid, de- dad de encuentros parciales, derrotó en Co- Un capitán de Peñaloza, don Ramón Ibá-
sual y oscura. Mientras esto acontecía en re- rrotó primero a Benavides en la PiJnta del neta a 2 . 000 hombres de caballería del ejér- ñez, atacó y dio muerte al que acababa ds
lación al general Lavalle, los elementos de la Monte y en seguida al mismo Aldao en la fa- cito del gobierno; deshizo completamente otra herirla, y la sacó de aquel campo de lucha y
revolución mantenían su última resistencia en mosa batalla de Angaco, donde Acha, con parte del mismo ejército en Las Calsitas, de- exterminio con esfuerzos increíbles. /
La Rioja. su pequeña fuerza hizo prodigios de valor. partamento de Piedra Blanca, pasando en una El coronel Peñaloza, con los pequeños res-
El general Brizuela se defendía de las fuer- Pero Acha fue sorprendido, batido y hecho impetuosa carga por sobre las infanterías ene- tos de su ejército, emprendió su retirada para
zas coaligadas de varias provincias que a las prisionero en San Juan, antes que La Madrid migas, y completó sus victorias en Habra, don- Catamarca. Referiremos ligeramente a nues-
órdenes del famoso padre Aldao operaban so- tuviera tiempo de protegerlo, y éste, después de batió completamente al coronel Pintos, que tros lectores, un episodio que tuvo lugar en
bre aquélla. de montar allí su ejército lo mejor que pudo, se hallaba con una fuerza respetable. esa retirada, y cuyo conocimiento servhá pa-
En uno de los repetidos encuentros, que pasó a la provincia de Mendoza. Triunfante así en Catamarca, se precipita ra que puedan apreciar mejor el temple ge-
tuw lugar en Ja cuesta de Sañogasta, el ge- Allí fue del todo deshecho por el general sobre Tucumán con la velocidad del rayo, cu- neroso de ese esforzado caudillo. En el trán-
neral Brizuela fue herido y hecho prisionero Pacheco. ya gloriosa campaña selló con el completo sito por Catamarca, marchaban como vanguar•
por Germán Villafañe, asistente entonces del El encuentro tuvo lugar a pocas leguas de triunfo que obtuvo en los Manantiales, sobre dia de la pequeña fuerza, el coronel Yanzón,
general Benavides. la ciudad, en el lugar denominado Rodeo del el ejército de aquella provincia, a las órdenes acompañado sólo de cuatro o cinco soldados.
Brizuela murió de esa herida pocos mo- Medio, el 24 de noviembre de 1841. del general Gutiérrez. y el cual se vio atacado de improvisó, en el
mentos después de haberla recibido, y el co- Allí empezó la organización de su ejército, departamento de Santa María, por una parti·
ronel Peñaloza, como el jefe más caracterizado LA EMIGRACION DEL CAUDILLO que elevó al número de 2. 000 hombres con da de gauchos.
y prestigioso de la provincia, quedó a la ca- algunas infanterías.. Yansón mató de un pistoletazo a Gutié-
beza de la resistencia. El general La Madrid y el coronel Peña- El general Benavides se puso en campaña rrez, que capitaneaba la partida, pero fue
Aquí entra para el coronel Peñaloza un pe- loza, con los restos de su ejército, emprendie- en su busca. vencido por la superioridad del número, y
ríodo laborioso y de inmensas fatigas en el ron su paso por Chile, atravesando con gran- Marchó desde San Juan con las fuerzas de muerto después de una heroica defensa.
que ha conquistado muchos títulos a la gloria. dísimo peligro la Cordillera, que aún estaba que podía disponer, con las que le ofrecieron Uno de los soldados regresa a dar parto
:ro sólo, entonces, sin más elementos que obstruida por las nieves y en cuyo tránsito los gobiernos de San Luis y Mendoza, con al coronel Peñaloza de lo que ocurría, y éste
1u prestigio, sin más tácticas que la que le perecieron gran n{unero de los que los acom- algunas que a su paso pudo reunir en Cata- corre aceleradamente al lugar de la catástrofe,
aconsejaba su genio, luchó diariamente, du- pañaban. marca y con la concurrencia, con todas sus donde aún estaban reunidos los malhechores
rante tres meses consecutivos, contra numero- Este episodio lo conocerán, sin duda, mu- fuerzas, del .gobierno de Santiago. y a los cuales hizo prisioneros, sin que esca-
sas fuerzas que se le oponían de los ejércitos chos de nuestros lectores, pues es el que ha Con esta poderosa masa marchó Benavides para uno solo.
del general Oribe, el padre Aldao y el general ~ioo conmemorado en el cuadro trazado por a batir al que habiendo llegado casi solo a
Benavides. el señor Rawson, que ha estado por mucho El coronel Yanzón era, no sólo un jefe va-
La Rioja no hacía mucho, había obtenido una
La premura del tiempo con que es~ibimos tiempo expuesto en los salones del Club So- liente y prestigioso, sino un amigo querido de
serie de triunfos, derrotando completamente
estos rasgos biográficos del general Peñaloza cialista. Peñaloza, que acababa de acompañarlo en su
dos ejércitos fuertes y posesionándose de tres
no nos permit{1 recoger los datos que nos se- Ésta fue la primera emigración del gene- arriesgada empresa, y compartir con él los aza-
provincias. res y fatigas de esa penosa campaña. Peña-
rían indispensables para hacer la historia de ral Peñaloza. Benavides comprendía que una batalla era
esos gloriosos 90 días. Rosas quedó completamente triunfante. loza lamentaba su muerte como la de un her-
el único medio de librar a los pueblos de los
El país entero consei·va el recuerdo de esa Los dos jefes principales de la revolución mano querido. ¿Queréis saber cuál fue el cas-
desastres consiguientes a una guerra, que pro-
resistencia, que es uno de los episodios más habían muerto. Lavalle en Jujuy. Brizuela en i. tigo que impuso a sus matadores, }a única
longándose habría dado por resultado hacer
distinguidos de nuestra guerra civil y en que La Rioja. La Madrid y Peñaloza estaban pros- venganza que tomó de ellos?
más grave el estado de ruina en que se ha-
el coronel Peñaloza hizo prodigios de activi- criptos. llaban. Véanlo, los que lo han retratado animado
dad y de arrojo, conquistando entonces toda Poco tiempo se conformó el patriota rio- Ambos ejércitos se encontraron en los Ma- de sentimientos sanguinarios. Su único castigo
la fama y el prestigio que más tarde le ha jano con la vida del expatriado. nantiales, provincia de Tucumán, y se libró fue hacerlos marchar a pie, conduciendo en
valido el ser cosido a puñaladas en el mismo Los sufrimientos de su patria, víctima de entre ellos un reñidísimo combate, en que por hombros el cadáver de su desgraciado com-
teatro de sus hazañas, y por el mismo partido la tiranía, afianzada por la ineptitud y las fin la victoria se pronunció por el general Be- pañero, hasta llegar a la Capilla de Gua1Hn,
que entonces defendía con tanta bravura. exageradas pretensiones de los hombres del navides. En esla batalla, el coronel Peñaloza en el departamento de Belén, 12 leguas dis-
Los ejércitos que lo combatían, cansados partido Unitario con las que se acarrearon tan- estuvo en inminente peligro de ser muerto tante del teatro del suceso, y donde les hizo
ya de esa lucha inacabable que mantenían con- tas derrotas, hablaron muy alto en el corazón por sus enemigos. Debió su vida al arrojo e abrir la sepultura en que dej6 enterrado a su
tra un caudillo que aparecía y desaparecía de aquel patriota noble y desinteresado, que intrepidez de su mujer, quien, viendo el pe- antiguo amigo.
, , .CU,&,J'.>,QBQJ
,.. ,,'\, ..,,. ,..vv.,...,fvt 1.,;--,v
1
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...~~~ MU.MEBO U Y ·ocTUBBE 1172
aunpnenao este penoso aet>er, lllm arro- con aquel lenguaJe en que l1l rranqueza pa- ~ubordlnación del soldado allí donClt- ~1 Go- la única, pero la más elocuente respuesta que
dillar alrededor de Ja tumba de Yanzón a sus rece aconsejada por la desesperación, dicién- bierno Nacional se lo ordenó. estas palabras recibieron.
mismos matadores, y después de una ligera dole: que venía a entregiuse a él, que dispu- El general Peñaloza, viendo el silencio do
oración les restituyó completamente Ja libertad. siera de su vida, que era su prisionero, que PRIMERO CONTRA ROSAS los jefes de Mitre insistió en la devolución
&a fue su venganza. bígasenos si esta nd- si merecía Ja muerte la recibiría ron gusto DESPUÉS CONTRA MITRE de los prisioneros que le habían tomado a él.
ble conducta no contrasta de una manera dig- antes que vivir por más tiempo fuera de su 'Y bien dijo. ¿Dónde están los míos? ~.Por
Da con au bravura en los combates. país. No creerµos .necesario detenernos mucho qué no me responden? ¡Qué! ¿Será cierto lo
¿Puede referir un hecho semejante alguno Las esperanzas que había abrigado el co- para recordar a nuestros lectores la resisten- que se me ha dicho? ¿Se~·á verdad que todos
de sus furiosos enemigos? ronel Peñaloza eran fundadas, y el general cia heroica que el general Peñaloza hizo por el han sido fusilados? ¿Cómo es, entonces, que
La muerte de Peñaloza nos dice que no. Benavides correspondió dignamente a ellas. Le espacio de muchos meses al ejército que des- yo soy el bandido, el salteador, y ustedes los
¿Habrá orado 1obre su tumba a lguno de prometió que a su lado hallaría una hospita- pués de Pavón envió el general Mitre al in- hombres de orden y de principios?" E l ge-
IU asesinosP · lidad generosa y segura, con la confianza que terior, y que fue a ensangrentar el suelo de neral Peñaloza continuó en este sentido diri-
Si hubiera tenido en su alma siquiera un puede inspirar la amistad, y Peñaloza quedó las provincias. Aún están vivos esos hechos en giendo una enérgica y sencilla reprobación a
aentimiento de religión, habría respetado la en San Juan. la memoria de todos, y todos saben que ante los jefes de Mitre, a tal extremo que el doctor
vida de ese anciano. Rosas, que tuvo conocimiento de Ja pre- s u prestigio, su actividad y su arrojo, únicos Bedoya se llevó el pañuelo a los ojos, y lloraba
Con el dolor que le causaba Ja pérdida sencia de Peñaloza en aqueUa. provincia, re- elementos de que podía disponer, fue a estre- a sollozos, quizá conmovido por la patética
' que acababa de sufrir, continuó su marcha en clamó de Benavides su envío, por reiteradas llarse todo el poder de las huestes invasoras; escena que presenciaba, tal vez avergonzado
retirada, dirigiéndose a Fiambalao, de allf a e imperiosas órdenes. Pero Benavides resistió política de ese partido, cuya ambición es su <le encontrarse allí, representando a los hom-
La Rioja por el departamento de Famatina, el cumplimiento de esas órdenes, a pesar de único fin, el asesinato su único medio. Nues- bres que habían inmolado tantas víctimas, o
pasando inmediatamente a los Llanos donde la grave situación en que se colocaba él mis- tros lectores no deben haber olvidado que el acusado quizá por su conciencia de haber
de nuevo tentó la organización de su ejército. mo, cumpliendo así la fe de las promesas he- supuesto Gobierno Nacional, persuadido de su manchado su carácter de sacerdote, aceptando
Pero Benavides no le dejó el tiempo que <'has a su protegido. impotencia para triunfar del general Peñalo· e) mandato de un partido de asesinos.
w empresa requería. Aun antes de caer Rosas, ya el coronel Pe..: za, en esa. lucha, en que se esterilizaban sus Entretanto, los jefes de Mitre se mantenían
Marchó aceleradamente en su persecución, ña:loza obtuvo de su bienhechor el permiso inmensos sacrificios, y en que emplearon con en silencio, humillados ante las reconvencio·
y con poca gente. Queremos, al terminar n.ues· de ir a residir en los Llnnos de La Rioja, don- igual ineficacia los medios más reprobados y nes de aquel héroe cuya altura de carácter,
tro trabajo, darle cima narrando un hecho his- de resistió repetidas veces a las sugestiones ele criminales, Rivas, Sandes, Arredondo y demás, cuya nobleza de sentimientos, tanto contrasta-
tórico, de esa fecha, que al par que caracte- sus amigos que lo rodeal'on en el acto, prE!- celebró entonces un trato con él, por medio ba con la humildad de su condición.
riza bien al héroe que Pl partido Unitario aca- tendiendo que se pusiera al frente d*' un nue- de su comisionado el doctor D. Eusebio Be- El general Peñaloza devolvía todos los pri-
ba de sacrificar a sus iras, daguerreotipa me- vo movimiento doya, cuyo tratado fue firmado en la provin- sioneros que había tomado, no faltaba uno so-
jor la fisonomía que el cornnel Peñaloza ha- Pero el coronel Peñaloza fue para el ge- cia <le La Rioja, en el lugar llamado Las Ban- lo, y no había uno solo entre ellos que pu-
bía alcanzado a reunir. Se ·dio la ·t'tltima ba- neral Benavides el amigo leal que Benavides deril·as. En ese sitio, y después de firmado diera alzar su voz para quejarse de violencias
talla en Ilisca, costa de los Llanos y en la había sido para Peñaloza. dicho tratado, el general Peüaloza, dirigién- o malos tratamientos.
que fue deshecho completamente. El triunfo de Caseros lo trajo nuevamente dose a Jos coroneles Sandes, Arredondo y Ri- Y, ¿dónde estaban los prisioneros q tlf' ~e
Por segunda vez tomó el camino de la 11 la escena. vas, dijo: "Es natural que habiendo terminado l1abían tomado a él?
emigración, volviendo a Chile por el mismo El general Benavides se puso decidida- la lucha, por el convenio que acaba de fü- Habían sido fusilados sin piedad, como se
paso de Vinchina, por que había pasado poco mente al servicio de la organización nacional, marse, nos devolvamos recíprocamente los pri- persiguen y matan las fieras <le los bosques.
a ntes a acometer una empresa sembrada de y Pcñaloza, identificando su causa con la de sioneros tomados en los diferentes encuentros Sandes había ensangrentado el Puesto de
dificultades y de peligros. su protector y amigo, se unió a él con todo que hemos tenido; por mi parte yo voy a lle- Valdés sacríficando a su rabia, multitud de
&ta fue la última emigración del coronel el poder que le daba su prestigio en La Rioja. nar inmediatamente este deber". Los mencio· indefensos prisioneros.
Peñaloza. En esta identificación misteriosa parece que nados jefes de Mitre, enmudecieron ante estas
Como antes, la vida fuera de su patria le palabras y sólo se dirigieron entre sí una mi- Rivas había derramado también en El Gi-
se descQbre algo providencial. gante, la sangre de 35 prisioneros inermes, y
fue penosa e insoportable. No le era ya posi- rada de asombro o de vergüenza. El general
Dos hombres que tanto habían luchado Peñaloza que, o no se apercibió de lo que entre las víctimas estaban los jefes y oficales
ble volver a ella combatiendo por su libertad,
enb:e si, se unen, se profesan mutuamente una del general Peñaloza: Rojas, Bilbao, Quiroga,
1 le era más difícil aun resignarse a vivir ese silencio significaba, o que, por el contra-
amistad franca y leal, se consagran al servicio rio, ya contaba de antemano con la muda res· 1\1oliné, Vallejo, Lucero, Gutiérrez y Videla.
le1ns de ella. Desesperado de esa emigración
<le una misma idea y ambos vienen al fin, a puesta que se le daba, no se dio por entendido Las mujeres e hijos de sus soldados habían
y deslituido completamente de la esperanza de
tener una muerte idéntica y a recibirla de la de lo que sucedía y llamando inmediatamente sido arrebatados por '1os valientes soldados in-
poder realizar otra cruzada con éxito, concibió
misma mano. a uno de sus ayudantes ( de apellido Cofré), vasores". Sus mejores servidores y sus compa-
un plan atrevido y tan peligroso en los me-
dios, como dudoso en su éxito. El general Urquiza en su período presi- le ordenó que llevase al lugar de la confe- ñeros más distinguidos habían sido sacrificados.
Te..stigo muchas veces de las acciones ge- dencial, envió a, Peñaloza sus despachos de rencia a los prisioneros porteños, fueron sus Él correspondía ·a todo eso, con una acción
nerosas del general Benavides, conoC'ía los sen- coronel de la Nación; más tarde, el Congreso palabras, para ser devueltos a sus jefes. generosa, que sus enemigos no han ejecutado
timientos df!l hombre C'On quien acababa de lo elevó al rango de general, y en la orga- No tardaron mucho en presentarse dichos nunca.
GOmbatir, y a esa generosidad fio ~u vida y nización <lfll ejército argentino le fue señalado prisioneros, y a su vista el general Peñaloza
el puesto de segundo jefe del ejército de Cuyo dijo: "Aquí tienen ustedes los prisioneros que Hemos hecho conocer ya al hombre que
1U suerte. ·
yo les he tomado, ellos dirán si los he tratado acaba de ser sacrificado a la saña implacabl~
Su empresa tuvo un éxito feliz. Repasó la Durante el primer periodo constitucional, a Ja cobardía y a los instintos sanguinarios de
Cordillera y regresó a su patria guardando el y hasta la deslmcción del segundo, el general bien, ya ven que ni siquiera les falta un botón
del uniforme". Un entusiasta viva al general un partido de asesinos.
fnc6gnito, presentándosele de improviso en Peñaloza fue uno de suc; sostenedores más de-
Sai! Juan al general Benavides, a quien habló cididos y leales, concurriendo siempre co~ la Peñaloza, dado por los mismos prisioneros, fue No nos lisonieamos de ofrecer a nuestro!
EL ACOSO
ALEJO CARPENTIER
En la dramática novela de un terrorista
perseguido, Carpentier realiza un análisis
bri llante de la violencia en el contexto
de una ciudad latinoamericana, y
construye un relato de impecable estructura,
intenso y notablcn1ente escrito .
•
Co n un estudi o especia] para esta edición :
"TEXTO, SUBTEXTO Y
CONTEXTOS DE EL ACOSO"
por
~11ERCEDES REIN
APARECE EN DICIEMBRE