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Distribución de la herencia

Retomemos la situación práctica planteada en la lectura uno. Una vez que determinamos quiénes van a ser llamados con preferencia a
la herencia de Juan Cruz, es imperioso analizar cómo se va a repartir esta entre ellos. Así, en el caso particular, los descendientes (Juan
Alberto, Alejandra Flores y Laura en representación de Marcelo) van a ser llamados en orden preferencial y concurrirán con la cónyuge
supérstite, Verónica. El interrogante que corresponde plantearse, entonces, es ¿Cómo se distribuirá la herencia entre ellos? 

En nuestro sistema legal, la distribución de la herencia entre los herederos se realiza de dos formas:
a)  por cabezas;
b)  por estirpes.

Algunas legislaciones de otros países receptan una tercera forma; esta es la sucesión por líneas en la de los ascendientes cuando
hubiese herederos de igual grado pertenecientes a diversas líneas. En este caso, la herencia se divide en dos partes iguales: una para
los parientes de la línea paterna y otra para los parientes de la línea materna. Por ejemplo, en la sucesión del nieto (cuando los
progenitores han muerto con anterioridad al fallecimiento del causante), puede suceder que a la herencia concurrieran ambos abuelos
de la línea paterna y solo la abuela de la línea materna. Según ese sistema, la herencia se dividiría en dos, y se asignará mitad para cada
línea, independientemente de la cantidad de herederos que componen cada línea.

Distribución de la herencia

Sucesión de los descendientes. Regulación legal. Sucesión de los hijos: alcance

Sucesión de los ascendientes. Regulación legal. Caso de adopción simple

Sucesión del cónyuge. Concurrencia con descendientes y ascendientes. Exclusión de colaterales (...)

Sucesión de los colaterales. Orden de llamamiento (...)

Derechos del Estado: Sucesiones vacantes. Declaración de vacancia. Funciones del curador

Referencias
LECCIÓN 1 de 7

Distribución de la herencia

Regla general

La forma normal de distribución de la herencia es la división por cabezas, que consiste en distribuir la herencia entre
tantas partes como personas estén llamadas a la sucesión.

En la sucesión de los descendientes, en el art. 2426 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN) se determina

que los hijos del causante lo heredan por derecho propio y partes iguales1.

[1] Art. 2426. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Por su parte, en el segundo párrafo del art. 2428 se establece que “dentro de cada rama o subdivisión de rama, la

división se hace por cabeza”2.

[2] Art. 2428. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Respecto de la sucesión por ascendientes, la división por partes iguales se recepta en el art. 2431.3

[3] Art. 2431. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

En cuanto a los colaterales, heredan por partes iguales, salvo que concurran hermanos bilaterales y unilaterales,
pues cada uno de estos últimos hereda la mitad de lo que hereda cada uno de aquellos.

Por último, en los casos de sucesión por estirpes, para distribuir la sucesión dentro de cada una de ellas, la división
se hace por cabezas.

Ilustremos lo expresado con el caso práctico bajo análisis. Dijimos que la ley va a llamar primero a los descendientes
(Juan Alberto, Alejandra y Laura en representación de Marcelo). En relación con estos, la herencia se dividirá en tres
partes (una por cada hijo del causante, Juan Alberto, Alejandra y Marcelo). Supongamos que Marcelo tuviese dos
hijos: la distribución sería idéntica, puesto que, en este caso, la división se realiza por estirpe. 

El derecho de representación. Definición. Condiciones y requisitos del representado y


representante. Casos en que tiene lugar. Efectos
Hay vocación referida cuando el llamamiento a ciertos herederos se hace con referencia a la posición jurídica que
hubieran ocupado otros herederos, pero que, atentos a distintas circunstancias, no efectivizaron esa ocupación. En
la situación hipotética planteada, Laura acude por derecho de representación a la sucesión de su abuelo Juan Cruz. 

Cuando la vocación es referida a otra posición hereditaria por disposición de la ley, estamos ante el derecho de
representación.

La esencia del derecho de representación está en que “los derechos sucesorios de ciertos herederos
(representantes) se determinan por referencia al grado, calidad parental y cuantía que hubieran tenido otros
herederos (representados), que los hubieran excluido de haber heredado” (Pérez Lasala, 2014, p. 334).

El grado se refiere al grado de parentesco. La calidad parental está relacionada con la circunstancia de ser
descendiente biológico o adoptivo, o hermano bilateral o unilateral del difunto, y la cuantía es la porción hereditaria
que le hubiere podido corresponder al representado.

El derecho de representación constituye una excepción al principio según el cual el pariente más cercano en grado
excluye al más remoto; por ejemplo, Juan Alberto y Alejandra están en un grado más cercano a Juan Cruz (primer
grado) que Laura (que está en segundo grado), y de no operar esta excepción, la excluirían conforme a la máxima
descripta. El derecho de representación es la facultad que la ley le concede a los descendientes de los hijos y de los
hermanos del causante para acercarse al autor de la sucesión y ocupar los lugares que hubieran quedado vacantes
por determinados supuestos.

Al momento de la muerte, hay una vocación que falla, que es la del representado. En este caso, los representantes
heredan en su lugar y ejercen los derechos hereditarios directamente por disposición de la ley.

El Código Civil y Comercial no define el derecho de representación (a diferencia del Código de Vélez, que lo definía
en el art. 3459), sino que determina los sujetos que suceden por representación. Estos son los siguientes: 

Los descendientes de hijos del causante, sin límites. Esta procede en la línea recta a favor de los nietos y
descendientes de grado inferior. En tal sentido, el art. 2427 sostiene lo siguiente: “Sucesión de los demás
descendientes. Los demás descendientes heredan por derecho de representación, sin limitación de
grados”4.

[4] Art. 2427. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Con respecto al parentesco por adopción, la adopción plena le confiere al adoptado la condición de hijo,
con lo cual se crea un parentesco igual al consanguíneo entre adoptado y familia del adoptante. Por lo
tanto, el derecho de representación se da en los mismos casos que en el parentesco por consanguinidad.

En la adopción simple, el adoptado y sus descendientes no heredan en la sucesión de los ascendientes del
adoptante. Respecto de este último, tiene los mismos derechos hereditarios que el hijo y sus
descendientes por naturaleza.

Los descendientes de hermanos del causante hasta el cuarto grado. Preceptúa el art. 2439 lo siguiente:
“Orden. Los colaterales de grado más próximo excluyen a los de grado ulterior, excepto el derecho de
representación de los descendientes de los hermanos, hasta el cuarto grado en relación al causante”5.

[5] Art. 2439. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Figura 1. Derecho de representación de los descendientes

Fuente: elaboración propia.

Figura 2. Derecho de representación de los colaterales


Fuente: elaboración propia.

Elige la opción correcta: Los parientes del causante en línea recta descendente acuden a la sucesión por derecho de representación

hasta el cuarto grado.

Falso, los parientes en línea recta descendente acuden a la sucesión por derecho de representación sin límite
de grado.

Verdadero, los parientes en línea recta descendente solo llegan hasta el cuarto grado (es decir, tataranietos).

SUBMIT

Condiciones para que funcione el derecho de representación

Para la procedencia del derecho de representación, deben reunirse presupuestos objetivos y presupuestos
subjetivos.
Los presupuestos objetivos constituyen circunstancias de facto referentes al representado. Estas son las
siguientes:

Premuerte

El descendiente de grado más próximo o el hermano del causante faltan a la sucesión por haber premuerto. Así, sus estirpes vienen a
suceder en la cuantía y grado que le hubiera correspondido al premuerto.

Conmoriencia

Pérez Lasala (2014) sostiene que hay derecho de representación en los casos de conmoriencia. Por ejemplo, en un accidente
automovilístico en el que fallecen padre e hijo, los descendientes de este último pueden representarlo en la sucesión del abuelo, pese a
que no hay transmisión de derechos hereditarios entre padre e hijo. Lo que ocurre es que los descendientes del hijo reciben la herencia
directamente del abuelo.

Ausencia con presunción de fallecimiento.

Renuncia de la herencia.

Indignidad

El fundamento de la procedencia de la representación está dado porque los nietos o sobrinos no tienen responsabilidad por la mala
conducta del representado.

En el art. 2429 del Código Civil y Comercial de la Nación se señala que la representación tiene lugar en caso de premoriencia, renuncia o
indignidad del ascendiente6.

[6] Art. 2429. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Respecto de los presupuestos subjetivos, los requisitos del representante son los siguientes:

debe tener vocación hereditaria del causante;

debe tener delación hereditaria, es decir, llamamiento efectivo que presupone deben tener habilidad para suceder y no ser indigno del
causante;

aunque no reciba la herencia del representado, no debe haber sido declarado indigno por aquel.

En cuanto a los requisitos del representado, debe tener el grado parental necesario para ser considerado ab initio, heredero
legítimo. La representación solo funciona en la línea recta descendiente, respecto de la descendencia de los hijos, y en la
línea colateral la representación solo tiene lugar a favor de los hijos y descendientes de los hermanos. No gozan de esta
prerrogativa los ascendientes ni el cónyuge del difunto, tampoco sus colaterales que no fueran descendientes de sus
hermanos.
Responde la siguiente pregunta: ¿Cuál de las siguientes es una condición para que funcione el derecho de representación?

Premuerte

Conmoriencia

Ausencia con presunción de fallecimiento

Indignidad

Desheredación

SUBMIT

A continuación, verás diferentes casos en los que procede el derecho de representación:

Figura 3. Distribución en descendientes de primer grado 

Fuente: elaboración propia.

A la muerte de C le sobreviven A, B y D; a estos, conforme al vínculo con C, por derecho propio y por partes
iguales, les corresponde una alícuota equivalente en valor de 1/3 del acervo.

Figura 4. Distribución en descendientes de primer y segundo grado 2 


Fuente: elaboración propia

Piensa, en cambio, que si premuerto D, al momento de la apertura de la sucesión de C, le sobreviven sus


hijos A y B y sus nietos N, M y Ñ (hijos de D).

Estos nietos actualizarán su vocación en la sucesión de C, "representarán" a su padre


prefallecido y concurrirán con A y B a recibir la misma parte de la herencia a la cual su padre,
D, habría sucedido. Entonces, heredan por estirpe; es decir, la herencia no se divide entre
cinco personas que son las que concurren, sino que se divide entre tres: 1/3 para A, 1/3 para
B y 1/3 para los herederos de D, que es el contenido de la vocación que están representando.
Al tercio que les corresponde lo dividen en partes iguales.

Figura 5. Distribución en descendientes de primer, segundo y tercer grado 

Fuente: elaboración propia.


Sin embargo, si la estirpe ha producido muchas ramas, la subdivisión se hace también por estirpe en cada
rama.

Ocurre que Ñ también ha prefallecido al causante C. En este caso, sus hijos actualizarán su
vocación y recibirán en conjunto la parte que hubiera correspondido a su padre.

Elaboremos ahora el esquema que correspondería al caso práctico planteado al inicio del
módulo:

Figura 6. Distribución de descendientes en el caso práctico 

Fuente: elaboración propia.

En esta hipótesis, la herencia de Juan Cruz se divide en tres: como aclarábamos anteriormente, 1/ 3 por
cada hijo. Laura irá en representación de su padre premuerto, Marcelo.

Efectos de la representación

En cuanto a los efectos de la representación, podemos distinguir tres categorías:

efecto necesario o esencial;

efectos eventuales; y

efectos accesorios.
El efecto esencial es la atribución de derechos sucesorios a unos herederos (representantes) que se determinan
conforme al grado, calidad del parentesco y cuantía que le correspondía a otros (representados), quienes los
hubiesen excluido en caso de haber ellos heredado. Los representantes ocupan la posición jurídica que le hubiera
correspondido al representado en la herencia del difunto. De esto se desprenden las siguientes consecuencias:

Obligación de colacionar: los representantes deben colacionar las liberalidades que el causante le
hubiese dado en vida al representado, sin dispensa de colacionar. Esto solo rige para la línea recta
descendiente, porque los colaterales no son herederos legitimarios.

Derecho de legítima: los representantes, en conjunto, tienen derecho a la legítima que le hubiera
correspondido al representado.

Reducción de liberalidades a extraños o a herederos: los representantes mantienen la facultad de reducir las
donaciones realizadas por el causante que excedan la porción de libre disposición. Esto solo rige para la línea recta
descendiente, porque los colaterales no son legitimarios.

El efecto eventual del derecho de representación es la división por estirpes. Dentro de cada estirpe, la división entre
sus miembros se realiza por cabeza.

En tal sentido, el art. 2428 prescribe lo siguiente:

Efectos de la representación. En caso de concurrir descendientes por representación, la sucesión se


divide por estirpes, como si el representado concurriera. Si la representación desciende más de un
grado, la subdivisión vuelve a hacerse por estirpe en cada rama. Dentro de cada rama o subdivisión de

rama, la división se hace por cabeza.7

[7] Art. 2428. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

El efecto accesorio de la representación es la exclusión del derecho de acrecer, pues este surge como consecuencia
de la regla de que el pariente más próximo excluye al más remoto. Así, la parte del pariente próximo que falta
acrece a los herederos de igual grado. Ello no sucede cuando opera el derecho de representación, pues aquí los
representantes reciben la parte del representado.

La representación en la sucesión testamentaria

En el Código de Vélez solo se regulaba el derecho de representación en la sucesión intestada. Las teorías que
niegan la representación en esa especie de sucesión fundan su posición en que esta se basa en el parentesco y
deriva exclusivamente de la ley. Otros sostienen que es innecesario admitirla en la sucesión testamentaria, pues
existe una institución que cumple esos fines, y es la sustitución vulgar.

En el tercer párrafo del art. 2429 del Código Civil y Comercial, se la recepta expresamente; así, prescribe que la
representación “se aplica también en la sucesión testamentaria, si el testador se limita a confirmar la distribución a

la herencia que resulta de la ley”8.

[8] Art. 2429. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Es decir, la representación se aplica a la sucesión testamentaria si el testador distribuye la herencia de la misma


forma que la distribuye la sucesión intestada.

Si bien tal norma se encuentra en el capítulo referido a la sucesión de los descendientes, autores como Pérez Lasala
(2014) estiman que, atento a los amplios términos del artículo, la representación testamentaria se aplica también a
la línea colateral.

Es conforme al curso ordinario de las cosas presumir que el testador que dispone a favor de sus hijos o
de sus hermanos, si hubiera previsto la contingencia de la premoriencia o incapacidad del heredero
instituido habría querido favorecer en defecto de este a sus hijos o descendientes que son los naturales
continuadores de su persona. (Medina, 2014, p. 348)

Para comprender mejor este punto, te invitamos a que leas el siguiente fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones:

M2 L2_Derecho de representación (1).pdf


111.8 KB
Fuente: Medina, G. (s.f.). Del Derecho de representación. Recuperado de www.gracielamedina.com

C O NT I NU A R
LECCIÓN 2 de 7

Sucesión de los descendientes. Regulación legal. Sucesión de los hijos: alcance

En la sucesión de descendientes, los de grado más próximo excluyen a los más lejanos, salvo derecho de
representación; en ese caso, la división de la herencia se realiza por estirpe. Los hijos heredan por derecho propio y
por partes iguales. Por su parte, los demás descendientes heredan por derecho de representación, sin limitación de
grados.

Tal regulación continúa el sistema previsto en el Código de Vélez y responde a la idea de que el afecto, en primer
lugar, desciende.

A fin de reforzar los conceptos ya estudiados, podemos señalar que si a la sucesión vienen los descendientes,
entonces, los ascendientes y los colaterales son excluidos. Los hijos concurren con el cónyuge y, en su caso, con los
nietos y demás descendientes que heredan por representación.

En cuanto a la sucesión de los hijos, es necesario precisar el alcance del término “hijos”. En el art. 2426 del CCCN no
se determina a qué hijos se refiere; sin embargo, debe entenderse que –en principio– alcanza a todos los hijos sin

distinción.9

[9] Art. 2426. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Así, comprende a

Los hijos nacidos de matrimonio válido, tanto antes de la muerte del causante o después de acaecida;

los hijos nacidos de matrimonios declarados nulos;

los hijos extramatrimoniales;

los hijos nacidos mediante técnicas de reproducción humana asistida, cuando se cumplimenten los
requisitos exigidos;

los hijos adoptivos.10

[10] Art. 2430. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Por último, la distribución de la herencia se realiza de la siguiente manera:

Si se trata de un solo descendiente, recibe toda la herencia.

Si concurren varios hijos, se distribuye por cabeza y por partes iguales.

Si concurren hijos con descendientes de otros hijos, se distribuye por estirpe, atento al principio de
representación.

Si concurren con cónyuge sujeto al régimen de comunidad, el cónyuge supérstite no hereda sobre los
gananciales, sino que solo recibe la parte que le corresponde como integrante de la comunidad de
ganancias. Los descendientes heredan la parte de los gananciales que correspondían al causante y la
distribuyen por cabezas, salvo derecho de representación. En cuanto a los bienes propios del causante, el
cónyuge supérstite recibe una parte igual a la de los descendientes. Ejemplifiquemos este apartado con
los personajes del caso práctico: supongamos que Juan Cruz (el causante) estaba casado con Verónica
bajo el régimen de comunidad de ganancias; en este supuesto, a los efectos de realizar la distribución de
la herencia, debemos distinguir si los bienes son de naturaleza ganancial (bienes gananciales) o propios
del causante. En relación con los primeros, Verónica no recibirá nada a título de heredera, y en relación con
los segundos –los propios de Juan Cruz–, heredará como un hijo más.

Si concurren con cónyuge sujeto al régimen de separación de bienes, este recibe una parte igual a la de
cada hijo.

C O NT I NU A R
LECCIÓN 3 de 7

Sucesión de los ascendientes. Regulación legal. Caso de adopción simple

Para este caso, se mantiene el sistema del Código de Vélez.

Los ascendientes constituyen el segundo orden sucesorio; en consecuencia, heredan a falta de los descendientes,
concurren con el cónyuge y excluyen a los colaterales. Es decir, Ana y José no heredarían a Juan Cruz, puesto que
serían excluidos por los descendientes Juan Alberto, Alejandra y Laura en representación de Marcelo.

Dentro del orden de los ascendientes, el de grado más próximo (padre del causante) excluye al de grado más lejano
(abuelo del causante). En este orden, no existe derecho de representación.

En el art. 2431 se manifiesta que “a falta de descendientes, heredan los ascendientes más próximos en grado,

quienes dividen la herencia por partes iguales”11. Comprende a los progenitores y ascendientes sin distinguir si el
vínculo con el descendiente fallecido es matrimonial o extramatrimonial.

[11] Art. 2431. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

En tal sentido, prestigiosas autoras señalan que correlativamente a la consagrada igualdad de las filiaciones, no
trasciende que se den vínculos matrimoniales o extramatrimoniales entre las distintas generaciones (Lloveras y
Orlandi, 2012).

En cuanto a la distribución de la herencia, 

si se trata de un solo ascendiente: recibe la herencia en su totalidad el que tenga grado más próximo;

si son varios ascendientes: la herencia se divide por cabeza;

si concurren con el cónyuge: la herencia se divide por mitades; una es para el cónyuge y la otra es para
los ascendientes, cualquiera sea su número.12

[12] Art. 2434. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Esto aplica a ambos regímenes patrimoniales matrimoniales; es decir, si el régimen del causante con el cónyuge
supérstite es el de separación de bienes, todos los bienes del causante se dividen por mitades, una para el cónyuge
y otra para los ascendientes. Si el sistema es el de comunidad, todos los bienes propios y gananciales que le
correspondan al causante se dividen conforme a la misma regla. De esta manera, en los bienes propios, una mitad
le corresponde a los ascendientes y la otra, al cónyuge. En cuanto a los gananciales, los ascendientes heredan una
mitad y la otra se le entrega al cónyuge, independientemente de la mitad que recibió de los gananciales en su
carácter de integrante de la comunidad de ganancias.

Por último, resta analizar el caso de adopción:

El art. 2432 prescribe que

Los adoptantes son considerados ascendientes. Sin embargo, en la adopción simple, ni los adoptantes
heredan los bienes que el adoptado haya recibido a título gratuito de su familia de origen, ni esta hereda
los bienes que el adoptado haya recibido a título gratuito de su familia de adopción. Estas exclusiones
no operan si, en su consecuencia, quedan bienes vacantes. En los demás bienes, los adoptantes

excluyen a los padres de origen.13

[13] Art. 2432. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Del artículo se desprende, como principio general, que el adoptante hereda al adoptado y es legitimario. Esto
excluye a los padres biológicos.

Excepción: los adoptantes en adopción simple no heredan los bienes recibidos a título gratuito por el adoptado de su
familia de origen (son excluidos por los progenitores biológicos), salvo que queden vacantes.

Como el vínculo de parentesco en la adopción simple es entre adoptante y adoptado, los padres del adoptante
carecen de vocación hereditaria con relación al adoptado. 

Por otra parte, respecto de los ascendientes de sangre del adoptado por adopción simple, solo tienen vocación
hereditaria sobre los bienes generados por el hijo cuando no hay descendientes, cónyuge, ni padres adoptivos. Tal
vocación hereditaria no alcanza los bienes recibidos a título gratuito de la familia de adopción, salvo vacancia.

C O NT I NU A R
LECCIÓN 4 de 7

Sucesión del cónyuge. Concurrencia con descendientes y ascendientes. Exclusión de


colaterales (...)

Sucesión del cónyuge. Concurrencia con descendientes y ascendientes. Exclusión de


colaterales Supuestos de exclusión hereditaria. Matrimonio in extremis

A modo de revisión, pues estos temas ya han sido tratados en los puntos anteriores, cabe recordar que el cónyuge
concurre con los descendientes y ascendientes, y excluye a los colaterales. Constituye un orden anómalo. Es decir,
que en el caso bajo análisis y como ya veníamos detallando, Ana y José concurrirían con Verónica si no hubiese
descendientes. 

Respecto de la concurrencia con los descendientes, el art. 2433 expresa lo siguiente:

Concurrencia con descendientes. Si heredan los descendientes, el cónyuge tiene en el acervo


hereditario la misma parte que un hijo.

En todos los casos en que el viudo o viuda es llamado en concurrencia con descendientes, el cónyuge
supérstite no tiene parte alguna en la división de bienes gananciales que corresponden al cónyuge

prefallecido.14

[14] Art. 2433. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Así, el cónyuge supérstite –en nuestro caso, Verónica– hereda como un hijo más cuando concurre con ellos a la
sucesión de su cónyuge –en nuestro supuesto fáctico, Juan Cruz–. 

Esto se aplica cuando el régimen patrimonial elegido entre los esposos es el de separación de bienes. Asimismo,
cuando se trate de un régimen de comunidad, rige respecto de los bienes propios del causante. En cuanto a los
bienes gananciales, el cónyuge supérstite no hereda sobre los gananciales que le correspondiesen al cónyuge
fallecido. En consecuencia, respecto de los bienes gananciales, el cónyuge supérstite retira la mitad, atento a su
calidad de integrante de la comunidad de ganancias, y la mitad que le corresponde al causante se distribuye entre
sus descendientes.
Graciela Arga (2014) cuestiona esta solución, pues entiende que resulta paradójico que si los cónyuges eligieron el
régimen de separación de bienes, el cónyuge supérstite herede cuando concurre con los descendientes. En cambio,
si el régimen elegido es el de comunidad, el cónyuge solo hereda en los propios, no así en los gananciales. Estima la
autora que no hay razón jurídica para sostener tal distinción, pues implica diferenciar el origen de los bienes, lo que
es contrario al principio que rige las sucesiones intestadas.

Por otra parte, cuando el cónyuge concurre con los ascendientes, en el art. 2434 se regula lo siguiente:

“Concurrencia con ascendientes. Si heredan los ascendientes, al cónyuge le corresponde la mitad de la herencia”.15
En este supuesto, la herencia se divide por mitades: una es para el cónyuge y la otra es para los ascendientes,
cualquiera sea su número. Esto se aplica tanto para el régimen de separación de bienes como para el de
comunidad.

[15] Art. 2434. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Es importante hacer una aclaración: si el régimen entre los esposos es el de comunidad, de los bienes propios, una
mitad le corresponde a los ascendientes y la otra, al cónyuge. En cuanto a los gananciales, los ascendientes
heredan una mitad y la otra se le entrega al cónyuge, independientemente de la mitad que recibió de los
gananciales en su carácter de integrante de la comunidad de ganancias.

Desde otra arista, con respecto a los colaterales, en el art.   2435 se afirma lo siguiente: “Exclusión de colaterales. A

falta de descendientes y ascendientes, el cónyuge hereda la totalidad, con exclusión de los colaterales”.16 De tal
manera, a falta de descendientes y ascendientes, el cónyuge supérstite recibe la totalidad de la herencia. 

[16] Art. 24354. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Supuestos de exclusión hereditaria

Lloveras y Orlandi (2012) postulan que la regulación relativa a los casos de exclusión del cónyuge se adecua a la
reformulación realizada sobre el matrimonio y la crisis matrimonial; así, los supuestos de exclusión hereditaria
conyugal sufren el impacto de la eliminación de la separación personal y de las causales del divorcio. Por lo tanto, al
suprimirse la separación personal, desaparecen las causales de exclusión hereditaria del cónyuge culpable, así
como las causales de ineficacia de vocación que produce el hecho de que el inocente en la separación incurriere en
injurias graves o concubinato.

En el art. 2437 se prescribe lo siguiente:


Divorcio, separación de hecho y cese de la convivencia resultante de una decisión judicial. El divorcio, la
separación de hecho sin voluntad de unirse y la decisión judicial de cualquier tipo que implica cese de la

convivencia, excluyen el derecho hereditario entre cónyuges.17

[17] Art. 2437. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

En cuanto al divorcio, se mantiene la exclusión sucesoria y la pérdida de los derechos hereditarios para ambos
cónyuges, con total independencia de culpabilidad.

Con relación a la separación de hecho y en los supuestos de cese de convivencia, se produce la pérdida de vocación
hereditaria sin analizar la culpa, es decir, cualquiera sea la causa de la separación.

Retomemos la situación descripta entre Juan Cruz y Verónica: con la entrada en vigencia del Código Civil y
Comercial la separación de hecho de los cónyuges excluyen la vocación hereditaria; por este motivo, si hubiesen
estado separados (sin voluntad de unirse), esta sola circunstancia hubiese desencadenado la exclusión de Verónica
aunque no fuese la culpable de la separación. 

Encontramos un supuesto especial de exclusión de la vocación hereditaria en el matrimonio in extremis, el que es


regulado en el art. 2436:

La sucesión del cónyuge no tiene lugar si el causante muere dentro de los treinta días de contraído el
matrimonio a consecuencia de enfermedad existente en el momento de la celebración, conocida por el
supérstite, y de desenlace fatal previsible, excepto que el matrimonio sea precedido de una unión

convivencial.18

[18] Art. 2436. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

En la norma se mantiene la regulación del Código de Vélez, pero se realizan ciertas especificaciones:

La enfermedad debe ser, por un lado, existente y conocida por el cónyuge supérstite al momento de celebrarse el
matrimonio, y, por el otro, debe ser de desenlace fatal previsible. 

Es decir, debe ser una enfermedad de gravedad suficiente para ser la causa directa e inmediata de la muerte19.
[19] Art. 2436. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Se recepta una excepción a la exclusión hereditaria: que el matrimonio esté precedido de una unión convivencial en
los términos y con los requisitos expuestos en el art. 509 y siguientes del Código Civil y Comercial. Esta solución
pone fin a las dudas que se suscitaban en la norma del Código de Vélez, que establecía que la excepción procedía si
el matrimonio se hubiese celebrado para regularizar una situación de hecho, sin resultar claros los casos que
quedaban comprendidos en el supuesto.

La finalidad de la norma es evitar la captación de la herencia, es decir, que se busca impedir que el matrimonio sea
celebrado con el fin espurio de servir de causa a un llamamiento hereditario conyugal.

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LECCIÓN 5 de 7

Sucesión de los colaterales. Orden de llamamiento (...)

Sucesión de los colaterales. Orden de llamamiento. Situación de los hermanos bilaterales y


unilaterales

En este tema también se mantienen los lineamientos del Código de Vélez.

Los herederos colaterales, hasta el cuarto grado inclusive, heredan a falta de descendientes, ascendientes y
cónyuge. En la situación que venimos analizando, solo si faltaran los hijos de Juan Cruz, Juan Alberto y Alejandra,
Verónica y los padres, es que podría abrirse la posibilidad de que los sobrinos, Analía, Susana y Federico Solanas,
fueran llamados a suceder.

En primer lugar, es importante recordar que los colaterales llamados a la herencia no son herederos forzosos ni
legitimarios. Es decir, son herederos legítimos porque son llamados a la sucesión por la ley, pero no son legitimarios,
pues no gozan de legítima. 

Con respecto al orden en que son llamados, los colaterales de grado más próximo excluyen a los de grado más
remoto, excepto el derecho de representación que existe a favor de los descendientes de los hermanos. Además,
los hermanos y descendientes de hermanos desplazan a los demás colaterales. ¿Qué queremos decir con esto?
Que Rosa excluye a sus hijos (sobrinos de Juan Cruz) y que estos a su vez excluirían a un tío abuelo aunque se
encontraran en el mismo grado (uno ascendente y los otros descendentes), puesto que el derecho de
representación siempre desciende.

Atento al régimen del Código Civil y Comercial, Pérez Lasala (2014) afirma que hay dos grupos de colaterales:

Los hermanos y sus descendientes (que heredan por derecho de representación) son colaterales preferentes. En
este grupo, el heredero más próximo desplaza al más remoto, salvo representación. Los hermanos dividen la
herencia por partes iguales; si concurren descendientes de los hermanos, reciben por estirpe. Dentro de cada
estirpe, la subdivisión es por cabezas.

Demás colaterales: tíos abuelos, tíos y primos hermanos del causante (no heredan por representación) son
colaterales ordinarios. Heredan a falta de los colaterales preferentes. El de grado más próximo desplaza al más
remoto. Si hay varios herederos, reciben la herencia por partes iguales.

La consecuencia más importante es que los primeros desplazan a los segundos.


Por ejemplo, el sobrino del causante –está en tercer grado– excluye al tío –que está en tercer grado–, pues aquel
es un colateral preferente, mientras que este último es un colateral ordinario.

Por otra parte, señalan Lloveras y Orlandi (2012) que no resulta relevante el carácter matrimonial o extramatrimonial
del vínculo entre sucesor y difunto. En cambio, sí es relevante distinguir entre el parentesco bilateral y unilateral,
pues ello tiene impacto en la distribución de la herencia.

En esta línea, el art. 2440 expresa que “en la concurrencia entre hermanos bilaterales y hermanos unilaterales, cada
uno de estos hereda la mitad de lo que hereda cada uno de aquellos. En los demás casos, los colaterales que

concurren heredan por partes iguales”20. Esta regla solo se aplica a los hermanos y, en virtud del derecho de
representación, a los descendientes del hermano que falló en su vocación; por tanto, no se extiende a los demás
colaterales. Para dividir la herencia en este supuesto, los hermanos de doble vínculo reciben doble porción que los
de vínculo simple.

[20] Art. 2436. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

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LECCIÓN 6 de 7

Derechos del Estado: Sucesiones vacantes. Declaración de vacancia. Funciones del


curador

“La herencia vacante se configura cuando no hay herederos legítimos ni testamentarios o, en caso de haberlos,
cuando no se presentan a recibir la herencia, no justifican su título o renuncian a la sucesión” (Lloveras y Orlandi,
2012, p. 21).

En el art. 2424 se preceptúa que “a falta de herederos, los bienes corresponden al Estado nacional, provincial o a la

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según el lugar en que están situados”21. El Estado no es un heredero, sino que
es una persona jurídica de derecho público llamada por ley a tomar los bienes de una persona que fallece sin

heredero, en virtud de su dominio eminente22. El fundamento de tal solución está dado por el derecho que tiene el
Estado –nacional o provincial– en virtud de la soberanía que tiene como tal, de adquirir los bienes sin dueño que se
encuentran en su territorio. El Estado se beneficia con los bienes que yacen sin dueño.

[21] Art. 2440. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[22] Véase: CCC de Morón, Sala I, 18/02/1981, J.A. 1982-II-520; CNCIV, Sala E, 18/10/1977, ED 77-184, en Gutiérrez Dalla Fontana (2014). 

Gutierrez Dalla Fontana (2014) sostiene que el Estado, al recibir los bienes que componen la herencia vacante, retoma su
calidad de titular dominial y soberano de los bienes existentes al momento del fallecimiento de un sujeto que no tiene
herederos y sus bienes no tienen dueño; así, luego del trámite de declaración de vacancia, los bienes o su producido
pasan efectivamente al Estado.

Podemos mencionar los siguientes supuestos ante los cuales se puede reputar vacante la herencia:

no existen herederos legítimos o testamentarios;

el testamento que instituía herederos fue revocado o anulado y no hay herederos legítimos;

el testamento no instituye herederos, sino que solo se limita a otorgar legados que no cubren todos los
bienes del causante o contiene disposiciones testamentarias patrimoniales particulares a título de legado
y han caducado tales disposiciones;

los herederos renunciaron a la herencia.

La herencia vacante se encuentra regulada en tres artículos del Código Civil y Comercial (2441 al 244323).
[23] Arts. 2444-2443. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Se expresa lo siguiente en el artículo 2441:

Declaración de vacancia. A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público, se debe declarar
vacante la herencia si no hay herederos aceptantes ni el causante ha distribuido la totalidad de los
bienes mediante legados. Al declarar la vacancia, el juez debe designar un curador de los bienes. La

declaración de vacancia se inscribe en los registros que corresponden, por oficio judicial.24

[24] Art. 2441. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

A partir de un análisis del artículo, surge que se legitima para pedir la declaración de vacancia al Ministerio Público y
a cualquier interesado.

En el art. 2340 se prescribe que

Justificado el fallecimiento, se notifica a los herederos denunciados en el expediente, y se dispone la


citación de herederos, acreedores y de todos los que se consideren con derecho a los bienes dejados
por el causante, por edicto publicado por un día en el diario de publicaciones oficiales, para que lo

acrediten dentro de los treinta días..25

[25] Art. 2340. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Conforme a esta norma, la publicación edictal deberá efectuarse durante un día en el diario de publicación oficial, a
fin de que los pretensos herederos, acreedores y todo aquel que se considere con derecho a los bienes dejados por
el causante acrediten sus derechos dentro de los treinta días siguientes.

Luego, en el art. 2441 se establece que en el caso de que no haya herederos o los legados no alcancen la totalidad

de los bienes, cualquier interesado o el Ministerio Público podrán pedir que se declare vacante la herencia26.

[26] Art. 2441. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
El Código Civil y Comercial ha suprimido la etapa de reputación de vacancia, por lo tanto, no regula etapas, a
diferencia del Código de Vélez, que distinguía dos etapas: la reputación de vacancia y la declaración de vacancia.

Pérez Lasala (2014) sostiene que al haber desaparecido la etapa de reputación de vacancia, debe nombrarse un
curador, a fin de inventariar, evaluar los bienes y pagar las deudas en la resolución de declaración de vacancia. Sin
embargo, otra parte de la doctrina sostiene que si bien el Código no las distingue, existen dos etapas:

Etapa de reputación de vacancia: es un período provisional en el cual la ley presume la ausencia de


herederos. Así, se permite al Estado promover el proceso sucesorio aun cuando no se tuviese certeza
sobre la inexistencia de herederos. Durante esta etapa, el acervo hereditario permanece sin titular; en
consecuencia, se nombra un curador.

Etapa de declaración de vacancia: el juez declara vacante la herencia y se entregan los bienes o su
producido al Estado. (Rolleri, 2014, p. 375)

Como ya mencionamos, debe designarse un curador, y en el art. 2442 se regula expresamente sus funciones:

Debe recibir los bienes bajo inventario.

Debe proceder al pago de las deudas y legados, previa autorización judicial. A tal efecto, a falta de dinero suficiente
en la herencia, debe hacer tasar los bienes y liquidarlos en la medida necesaria.

Debe rendir cuentas al Estado o a los Estados que reciben los bienes.27

[27] Art. 2442. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

El curador es parte legítima en el sucesorio, ya que es representante de la sucesión, administrador y liquidador de la


herencia.

Una vez realizada la liquidación de la herencia, el juez debe mandar a entregar los bienes al Estado que
corresponde.

Si se tratase de bienes inmuebles o muebles registrables, el juez debe ordenar la inscripción de la declaración de
vacancia en los registros correspondientes.

A los bienes los recibe el Estado en el que estos estén situados. 


El art. 2648 regula un caso especial de derecho internacional privado. Así, establece que si el derecho aplicable a la
sucesión –en caso de ausencia de herederos– no atribuye la sucesión al Estado del lugar en que estén situados los
bienes, los que se encuentren ubicados en nuestro país pasan a ser propiedad del Estado argentino, la provincia o la

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, según donde estén ubicados.28

[28] Art. 2448. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Si, luego de entregados los bienes al Estado, aparece un heredero, este podrá promover la acción de petición de
herencia con el propósito de reclamar sus derechos hereditarios. En caso de que se reconozca su vocación
hereditaria, tomará los bienes en la situación en que se encuentran, pues se considera al Estado como poseedor de
buena fe, y, en consecuencia, no podrá reclamar los frutos percibidos por el fisco, ni los daños y perjuicios.

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LECCIÓN 7 de 7

Referencias

Arga, G.  (2014). Título I: Sucesiones intestadas – Capítulo 4: Sucesión del cónyuge. En Rivera, J.C. y Medina, G.
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en el Proyecto de Código Civil y Comercial 2012. Santa Fe, Argentina: Rubinzal Culzoni.

Lloveras, N. y Orlandi, O. (2012). La sucesión intestada en el proyecto de Código Civil. JA, III – 3. Recuperado de
http://aulavirtual.derecho.proed.unc.edu.ar/pluginfile.
php/56950/mod_folder/content/0/12.%20SUCESI%C3%93N%20INTESTADA/D% 202012-
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Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Medina, G. (2014). Título IX: Sucesiones intestadas – Capítulo 2: Sucesión de los descendientes. En Rivera, J.C. y
Medina, G. (Dirs.). Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires, Argentina: Thomson Reuters – La
Ley Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley

Pérez Lasala, J. L. (2014). Tratado de Sucesiones. Tomos 1 y 2. Santa Fe, Argentina: Rubinzal Culzoni.

Rolleri, G. (2014). Título I: Sucesiones intestadas – Capítulo 6: Derechos del Estado. En Rivera, J.C. y Medina, G.
(Dirs.). Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires, Argentina: Thomson Reuters – La Ley
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