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UNIVERSIDAD ANDINA DEL CUSCO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLITICA


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

Elementos de la Sucesión, profundizando en herederos.

ASIGNATURA: DERECHO CIVIL VII

DOCENTE: JUSTINO LUCANA ORUE

ALUMNO: ZARATE LEZAMA LAURA NICOL

CODIGO: 020102101H

CUSCO – PERU
2024

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INTRODUCCION

El derecho sucesorio comprende el conjunto de normas de derecho privado


que regulan el destino del patrimonio de una persona con motivo de su muerte
biológica o muerte presunta judicialmente declarada y lo transmite a sus
sucesores, que pueden ser herederos o legatarios.

Consiguientemente, enumera tres defectos destacables heredados del Código


Civil de 1936: 1) De naturaleza sistemática: por ejemplo, en el caso de la
responsabilidad de los herederos y el tratamiento de la legítima; 2) De carácter
conceptual: se han creado incoherencias y en ciertos casos no se han llenado
vacíos, por ejemplo, en los temas de aceptación y renuncia de la herencia, en
la falta de regulación de la herencia adyacente, y en la confusión entre
heredero y legitimario; y, 3) Insuficiencia de contenido, falta de claridad que
crea problemas: da cuenta de la diferencia en la cantidad de artículos entre el
ordenamiento jurídico peruano y los códigos de diferentes países, lo que se
suma a la falta de calidad de nuestro contenido.

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INDICE

ELEMENTOS DE LA SUCESION ……………………………………………………

EL PROCESO HEREDITARIO……………………………………………………….

¿CUÁLES SON ESAS ETAPAS DEL PROCESO HEREDITARIO?..................

MOMENTO EN QUE SE PRODUCE LA MUERTE……………………………….

HERENCIA EN SENTIDO AMPLIO………………………………………………...

CONCLUSIONES……………………………………………………………………..

BIBLIOGRAFIA……………………………………………………………………….

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ELEMENTOS DE LA SUCESION

Al fallecer el causante puede sobrevivirle una parentela numerosa; sin embargo,


teniendo todos ellos vocación sucesoria por el nexo familiar que tienen con el
causante no todos van a ser sucesores, pues no sería justo que la ley designe
conjuntamente a todos los parientes sin hacer diferencias que naturalmente
existen entre los familiares del causante, por ello se hace una clasificación entre
todos los parientes otorgándoles un orden hereditario que viene a ser una
jerarquía preferencial, todo ello se hace de acuerdo con los sentimientos del
causante (al menos eso es lo que se presume). (Aguilar Llanos, 2011, p. 173)
En la sucesión intestada, los órdenes sucesorios involucran la distribución de la
herencia a favor de los herederos forzosos (tres primeros órdenes) y en su
defecto a favor de los herederos voluntarios (tres últimos órdenes).

En la sucesión testamentaria, la distribución de la herencia opera


obligatoriamente a favor de los herederos forzosos en forma de legítima y
facultativamente a favor de los legatarios (terceros) con cargo a la cuota de libre
disposición del testador.

De conformidad con el artículo 816 del Código Civil (en adelante CC):

Artículo 816.- Órdenes sucesorios


Son herederos del primer orden, los hijos y demás descendientes; del segundo
orden, los padres y demás ascendientes; del tercer orden, el cónyuge o, en su
caso, el integrante sobreviviente de la unión de hecho; del cuarto, quinto y sexto
órdenes, respectivamente, los parientes colaterales del segundo, tercer y cuarto
grado de consanguinidad.

El cónyuge o, en su caso, el integrante sobreviviente de la unión de hecho


también es heredero en concurrencia con los herederos de los dos primeros
órdenes indicados en este artículo.

Para Zárate del Pino, los órdenes a que se hace referencia son grupos de
personas con vocación sucesoria formados por tener una misma relación con el
causante, la que se deriva del parentesco consanguíneo, del parentesco civil
(adopción) o del vínculo del matrimonio, a quienes se agrupa por líneas, la línea
recta en las ramas descendente y ascendente, y la línea colateral,
determinándose el llamamiento dentro de cada línea por la regla de la proximidad
en el grado de parentesco. (1999, p. 306)

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Podemos definir al parentesco como aquella relación existente entre los
miembros de una familia en razón de la consanguinidad, de la afinidad
(matrimonio) y de la adopción (civil). Teniendo efectos más intensos los vínculos
consanguíneos que aquellos por afinidad.

Para el presente artículo, el tipo de parentesco que corresponde esbozar es el


parentesco por consanguinidad.

En el derecho civil, existe parentesco consanguíneo entre las siguientes


personas en relación al causante:
Si quisiéramos llegar del causante al sobrino, tendríamos primero que subir un
grado (1) al tronco común, en este caso el padre, luego descender un grado (1)
para llegar al hermano y descender un grado (1) más para llegar al sobrino. La
suma de estos tres pasos da como resultado que el sobrino sea considerado
pariente de tercer grado (3) en línea colateral.
Ahora veamos un segundo ejemplo, si quisiéramos llegar del causante al
hermano, tendríamos primero que subir un grado (1) al tronco común, en este
caso el padre y luego descender un grado (1). La suma de estos dos pasos da
como resultado que el hermano sea considerado pariente de segundo grado (2)
en línea colateral.

Como puede observarse, el parentesco consanguíneo se da en dos líneas: la


recta y la colateral. El parentesco en la línea recta es ilimitado, teniendo como
única restricción la que impone la naturaleza. Así, resulta muy difícil que
aparezca en la herencia un pariente en la línea recta más allá del cuarto grado.
Tendría que ser el padre del tatarabuelo o el hijo del tataranieto del causante. El
parentesco en la línea recta puede ser ascendente o descendente, excluyendo
este último orden al anterior para efectos sucesorios. Este principio está
expresamente establecido en el artículo 817. (Ferrero Costa, 2012, p. 630)
En la línea recta, el grado de parentesco se determina por el número de
generaciones, y en la línea colateral, se calcula subiendo de uno de los parientes
al tronco común y bajando después hasta el otro (artículo 236). De esta forma,
un sujeto es pariente de primer grado con su hijo, de segundo grado con su nieto,
de tercer grado con su bisnieto y de cuarto grado con su tataranieto. Esa misma
persona será pariente de primer grado con su padre, de segundo grado con su
abuelo, de tercer grado con su bisabuelo y de cuarto grado con su tatarabuelo.
(Ferrero Costa, 2012, pp. 631-632)

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El proceso hereditario

Los sucesores adquieren los bienes, derechos y obligaciones del causante, sin
necesidad de realizar actos o contratos de adquisición que específicamente
correspondan a cada uno de dichos bienes patrimoniales, el heredero los
adquiere en bloque y -por ficción jurídica- como si se realizara en un solo
instante, de modo que no exista solución de continuidad entre el fallecimiento del
causante y la atribución de su patrimonio a quienes deban sucederle. (Zárate del
Pino, 1998, p. 46)
Pero en realidad la materialización de esa adquisición no se da en un solo
instante, sino que se desarrolla a través de diversas fases o etapas que
constituyen lo que se denomina el proceso sucesorio. Es por ello que se suele
caracterizar a la herencia como un “patrimonio en tránsito”, en la que sin
embargo las relaciones jurídicas que deja el causante no resultan desprovistas
de titular, pues todos los derechos sucesorios retrotraen sus efectos al momento
en que fallece el causante.

¿Cuáles son esas etapas del proceso hereditario?

• La muerte del causante


• La apertura de la sucesión
• La vocación hereditaria
• La delación: aceptación y renuncia de la herencia

La asignación definitiva de la herencia en beneficio de los sucesores idóneos


mediante la partición vía permuta, cuando el testador no la hizo (Fernández Arce,
2014, p. 83)
En buena cuenta, cuando una persona muere automáticamente sus bienes,
derechos y obligaciones pasan a sus sucesores sin embargo dicha transmisión
ocurre a lo largo de un conjunto de etapas del llamado proceso hereditario.
Nosotros nos vamos a referir, sucintamente, a una de esas etapas,
concretamente a la apertura de la sucesión.

Artículo 660.- Trasmisión sucesoria de pleno derecho

Desde el momento de la muerte de una persona, los bienes, derechos y


obligaciones que constituyen la herencia se trasmiten a sus sucesores.

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En el derecho de sucesiones, el concepto de apertura de la sucesión está
referida al momento en que se inicia o comienza el proceso de transmisión del
patrimonio de una persona que fallece a sus sucesores, empleándose la palabra
apertura derivada del verbo abrir, en el sentido de dar principio a algo. (Zárate
del Pino, 1998, p. 48)
La sucesión se abre por la muerte física o por la muerte presunta, la cual rige en
caso de desaparición y ausencia, o de muerte cuando no es habido o reconocido
el cadáver. (Ferrero Costa, 2012, p. 148)
Sin perjuicio de la transmisión hereditaria de pleno derecho, se hace necesario
que los sucesores exhiban títulos que los acrediten como tales, lo que en algunos
casos será el testamento y en otros la resolución que los declara herederos
(sucesión intestada). (Aguilar Llanos, 2011, p. 658)
Así, la Casación 534-2003, La Libertad no exige que el sucesor posea ni que
tenga inscritos los bienes del causante. Basta que exhiba un título que lo acredite
como tal.
La ley no exige que la demandada posea o inscriba los bienes del causante, sino
que estos formen parte de su patrimonio virtual, lo cual se materializa, al amparo
del artículo 660 del Código Civil, con una resolución de sucesión intestada en
donde aquella sea declarada como única heredera del causante.
Es importante fijar la ubicación de la apertura en el tiempo, para determinar con
relación a esa oportunidad, quienes son los sucesores del causante, cuales son
los bienes transmisibles y cual la ley aplicable en razón de su vigencia en el
tiempo. (Zárate del Pino, 1998, p. 48)
En buena cuenta, la apertura de la sucesión es uno de los pasos del proceso
hereditario, concretamente el segundo, con el que se da inicio al proceso de
transmisión de los bienes, derechos y obligaciones del causante a sus
sucesores. Teniendo lugar con la muerte física o muerte presunta del causante.

Momento en que se produce la muerte

De acuerdo con el artículo 61 del CC:


Artículo 61.- Fin de la persona
La muerte pone fin a la persona.
Y de conformidad con el artículo 108 la Ley 26842 (Ley General de Salud):

La muerte pone fin a la persona. Se considera ausencia de vida al cese definitivo


de la actividad cerebral, independientemente de que algunos de sus órganos o

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tejidos mantengan actividad biológica y puedan ser usados con fines de
trasplante, injerto o cultivo. El diagnóstico fundado de cese definitivo de la
actividad cerebral verifica la muerte.
Cuando no es posible establecer tal diagnóstico, la constatación de paro cardio-
respiratorio irreversible confirma la muerte. Ninguno de estos criterios que
demuestran por diagnóstico o corroboran por constatación la muerte del
individuo, podrán figurar como causas de la misma en los documentos que la
certifiquen”.
La vida humana comienza con la concepción (art. 1 del CC) y termina con la
muerte de la persona (art. 61 del CC). Y por disposición legal la muerte se da
con el cese definitivo de la actividad cerebral. Entonces, desde ese momento, se
da inicio a la apertura de la sucesión con miras a transmitir los bienes, derechos
y obligaciones del causante a sus herederos.

Herencia en sentido amplio

Llamada masa hereditaria total, acervo bruto, común o ilíquido. Está constituida
por el conjunto de bienes y obligaciones de las que el causante es titular al
momento de su fallecimiento, incluyen-do todo lo que el difunto tiene, o sea, el
activo; y todo lo que debe, o sea, el pasivo. “Se caracteriza este acervo porque
en él se confunden los bienes propios del difunto con bienes que pertenecen a
otras personas, y no al causante o a este conjuntamente con otras personas”
(31.9, p. 67).
La herencia así entendida no es objeto de partición’ pues esta debe hacerse
únicamente sobre el activo remanente, cuando se haya cumplido con todas las
obligaciones.

➢ Herencia en sentido estricto

Llamada masa hereditaria neta, acervo líquido o partible. Está constituida por los
bienes objeto de trasmisión, una vez que se deducen los conceptos que la
doctrina chilena (232, p. 74) denomina bajas generales, f que de acuerdo a
nuestro ordenamiento son los siguientes:
a. Deudas comunes de la sociedad conyugal: Los bienes sociales
responden de las deudas que son de cargo de la sociedad de gananciales
(artículo 31’7). Así, deben pagarse en primer lugar las deudas contraídas
en beneficio de la sociedad conyugal.

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b. Los gananciales del cónyuge supérstite: Conforme al artículo 318, inciso
5, la sociedad de gananciales fenece por la muerte de uno de los
cónyuges. Los gananciales se dividen por mitad entre el cónyuge
supérstite y los herederos del cónyuge fallecido (artículo 323).

c. Deudas propias del causante: Debe tenerse en cuenta que la


responsabilidad civil por acro ilícito de un cónyuge no perjudica al otro en
sus bienes propios ni en la parte de los de la socie-dad que le
corresponden en caso de liquidación (artículo 309).

d. Los derechos innatos y las obligaciones personalísimas: Estos no son


trasmisibles. Los bienes innatos, como señala De Gásperi (92, p.53), son
los derechos que por confundirse con la existencia misma de la persona)
como la libertad, el honor, la integridad física, el nombre, etc.., ni son
incalculables en dinero, ni trasmisibles por sucesión, así sea singular o
universal.

e. Cargas de la herencia: El artículo 869 determina que son de cargo de la


masa hereditaria los gastos del funeral y, en su caso, los de incineración,
que se pagan preferentemente; asimismo, los provenientes de la última
enfermedad del causante y los de administración. Por otro lado, el artículo
870 faculta a las personas que hayan vivido en la casa del causante, o se
hayan alimentado por cuenta de este, a exigir al albacea o a los herede-
ros que continúen la atención de estos beneficios con cargo a la masa
hereditaria durante tres meses.

En nuestro ordenamiento jurídico, no son deducibles otros conceptos como los


gastos en que incurren los sucesores para to-mar posesión de los bienes
hereditarios, los cuales son de cargo de los sucesores.

➢ Acervo imaginario

Esta denominación la acuñó Miguel Luis Amunáteguten Chile, y según nos


informa Manuel Somarriva Undurraga (31.9, p. 308), no es del todo exacta. No
obstante, agrega (31.9, p. 308) que se ha vulgarizado tanto que, aun cuando
constituye una impropiedad del lenguaje, es imposible desterrarla. También se
le denomina acervo reconstruido.

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Si bien la herencia, en sentido estricto, es la que acrece el patrimonio de los
sucesores como consecuencia del fallecimiento del causante, para efectuar la
partición deben tomarse en cuenta las donaciones o liberalidades que el
causante otorgó en vida sin dispensa de ser colacionados.

Por ello, el acervo imaginario está constituido por la herencia en sentido estricto
más los actos de liberalidad otorgados por el causante sin dispensa de ser
colacionados. Es la masa imputable; el patrimonio objeto de la división. La
fórmula para obtenerla es: relictum debitum donatum. Dicho cálculo no es otra
cosa que una reunión ficticia. “Es importante hacer notar enseguida que las
operaciones antedichas deben ser ejecutadas precisamente en el orden
indicado: o sea, que el debitum debe ser sustraído del relictum antes de
agregarle el donatum. Si aritméticamente es lo mismo agregar antes el donatum
y sustraer después el debitum, jurídicamente la conclusión puede variar por el
hecho de que los acreedores, en la hipótesis de que el debitum superase al
relictum, no pueden pretender la reducción del donatum en satisfacción de sus
créditos” (21,p.220). En este sentido, las donaciones y los anticipos de legitimase
reputan como entrega a cuenta de la herencia. El acervo imaginario se distingue
de los conceptos analizados en que no es forzoso que exista. “En toda sucesión
habrá un acervo ilíquido y uno líquido, pero no siempre existirán acervos
imaginarios” (319, p.72).

La sabia acepción acervo imaginario la utilizó Andrés Bello en el Código Civil de


Chile (artículos 1185 y 1193).

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Conclusiones

Cuando una persona muere automáticamente sus bienes, derechos y


obligaciones pasan a sus sucesores sin embargo dicha transmisión ocurre a lo
largo de un conjunto de etapas del llamado proceso hereditario.

La apertura de la sucesión es uno de los pasos del proceso hereditario,


concretamente el segundo, con el que se da inicio al proceso de transmisión de
los bienes, derechos y obligaciones del causante a sus sucesores. Teniendo
lugar con la muerte física o muerte presunta del causante.

La vida humana comienza con la concepción (art. 1 del CC) y termina con la
muerte de la persona (art. 61 del CC). Y por disposición legal la muerte se da
con el cese definitivo de la actividad cerebral. Entonces, desde ese momento, se
da inicio a la apertura de la sucesión con miras a transmitir los bienes, derechos
y obligaciones del causante a sus herederos.

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BIBLIOGRAFIA

AGUILAR LLANOS, Benjamín (2011). Derecho de sucesiones. Lima: Ediciones


Legales.

FERNÁNDEZ ARCE, César (2019). Derecho de sucesiones. Lo esencial del


derecho, n. 14. Lima: PUCP.

FERRERO COSTA, Augusto (2012). Tratado de derecho de sucesiones. Lima:


Gaceta Jurídica.

ZÁRATE DEL PINO, Juan (1999). Curso de derecho de sucesiones. Lima:


Palestra Editores.

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