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Las minorías, sus derechos y algunos retos del Estado colombiano de cara al COVID- 19 en

el 2021.

El COVID- 19 ha planteado enormes problemas a la humanidad, a cada sector de la


economía, a las diferentes instancias internacionales de salud, de comercio y de industria; así
como a cada continente, región y estado en particular. Aunque ha golpeado a todos su
impacto es diferente, no será el mismo para quienes están en situación de riqueza como para
aquellos sectores que estructuralmente padecen pobreza multidimensional y mayor
vulneración de derechos, en especial tratándose de minorías. Así es pertinente aportar algunas
ideas a propósito de preguntarse sobre la situación de las minorías en Colombia y el impacto
que ha tenido en ellas el COVID-19. ¿Cómo ha impactado en las minorías el COVID-19?
Vale iniciar este análisis con un apunte sobre la noción de minoría dentro de los Derechos
Humanos pues implica una acepción política muy importante; hablar de una minoría va unido
a una constitución grupal dada por diferentes medios: sea este el de una identidad religiosa,
una nacionalidad, un compartir de creencias religiosas similares pero, independiente del
número de personas que hacen parte de las minorías en Colombia lo claro es que ellos tienen
el derecho legítimo de participar, incluirse en las diversas soluciones estatales de intervención
sea en programas y políticas públicas; es pertinente más allá de ubicar cuales son o no
minorías avanzar en la exigencia de su participación efectiva y la visibilización de sus
necesidades y búsqueda de soluciones.

Desde febrero del 2020 se recuerda que las principales disposiciones del Presidente, alcaldes
y gobernadores han girado en torno a mantener un confinamiento estricto general o
sectorizado en cada municipio y zona; así como un distanciamiento social de manera
permanente y el uso de tapabocas; se resalta que los anteriormente mencionados han sido los
principales mecanismos para evitar o minimizar la expansión del virus. Pero, confinar a las
personas en sus viviendas ha implicado -en una buena mayoría de los casos- parar
bruscamente el aparato productivo y económico, vivir en hacinamiento, preocuparse por no
suplir sus necesidades vitales mínimas. Están pasando una situación muy dura quienes tienen
ingresos por medio de empleos informales y muy escasos; quienes no ahorraron, quienes no
lo pueden hacer sin poner en riesgo su propia vida material.
Vale enfatizar: el COVID-19 no ha implicado en exclusivo, la aparición de un problema de
salud sino que ha conllevado un conjunto muy complejo de problemas que desbordan todo
límite de lo nacional, todo límite de lo meramente económico; la pandemia agrava problemas
de las minorías, nos refleja como sociedad que posee diversas formas de exclusión social e
incluso de xenofobia y pese a ello invita a reflexionar sobre respuestas efectivas.

Conforme el virus se esparció ya desde las redes sociales se llenaron con mensajes falsos y
discursos de odio; primero contra los chinos y posteriormente contra minorías como
venezolanos y demás personas migrantes. Incluso muchos políticos y gobernantes elegidos
popularmente expresaban su deseo de no permitir la aplicación de plenitud de derechos para
población vulnerable, grupos sociales minoritarios: Colombia aún no es un territorio garante
de los derechos humanos;1
aquellos que padecen las diversas formas de pobreza; personas con limitada educación, con
trabajos o ingresos muy precarios, sin capacidad de ahorro, con escasos o nulos bienes, con
escasas o limitadas capacidades para acceder a servicios de salud, alimentación sana,
recreación, entre otros aspectos; este grupo tan diverso de personas es el que vive
constantemente múltiples desventajas sociales; por ejemplo, aquí se ubican quienes deben
salir a la calle para sobrevivir del rebusque; y así tienen una mayor exposición al contagio del
COVID-19 y de otras enfermedades; pero a sabiendas de los riesgos muchos entienden que
deben agenciar individualmente soluciones a las diferentes formas de desprotección que
padecen.
Un elemento clave de los derechos de las minorías tiene que ver con no permitir la
discriminacion alguna; en el contexto colombiano, valdría entonces evitar las diferentes
formas de discriminación negativa por ejemplo de los grupos indigenas, los afro, las
comunidades raizales y palenqueras, los migrantes venezolanos, haitianos o africanos que
atraviesan el país buscando llegar al norte, los desplazados internos por los conflictos en
Colombia entre otros, en lo atinen al acceso a los servicios medicos, las vacunas y el acceso
de los elementos de bioseguridad; tambien en lo correspondiente a las ayudas humanitarias, la
alimentacion, el alojamiento. Es necesario que nuestras autoridades y funcionarios actuen

1 El breve análisis que se elaboró tuvo como insumo fundamental esta lectura sobre los derechos de
las minorías. Entre los aspectos claves están su identificación como grupo y la defensa del derecho a
la existencia.
Naciones Unidas. Derechos Humanos (2010). Derechos de las minorías: Normas internacionales y
orientaciones para su aplicación. Recuperado de:
https://www.ohchr.org/Documents/Publications/MinorityRights_sp.pdf
para proteger la existencia física de estos y muchos otros grupos vulnerables; es clave evitar
el genocidio y exterminio de comunidades indigenas y afro por medio de actos de lesa
humanidad agenciados por grupos armados o el propio estado. Pero un detalle no menor y
este es la vigilancia excesiva y la militarización de algunas zonas de resguardos indígenas
durante la pandemia.2

Es imprescindible mejorar el control de nuestras fronteras nacionales, por ejemplo con


Venezuela, Panamá, Brasil, Ecuador y Perú; en la política exterior de Colombia se debería
permitir una mayor circulación de personas desde una lógica del respeto de sus derechos para
huir del hambre, la inseguridad o de la persecución política.

Otro elemento clave es desde el respeto de sus creencias, usos y tradiciones proporcionar
mayor información a los grupos pertenecientes a las minorías étnicas, lingüísticas y
religiosas; los indígenas, el pueblo rom, los sanandresanos, las comunidades cimarronas y
palenqueras merecen recibir informaciones suficientes y pertinentes desde sus idiomas
particulares para orientar medidas de protección efectiva frente al Covid 19 y otras
enfermedades. Cada departamento debería tener en cuenta los distintos conceptos de salud
dentro de una población indígena particular, siendo clave introducir a los médicos ancestrales
o shamanes en estas actividades de cuidado.

No está demás indicar que en el desarrollo de las intervenciones del estado y los particulares
con respecto a las minorías debe haber un carácter más transparente y ceñido a la ética
profesional; dichas intervenciones deben respetar el marco normativo, es clave hacer cumplir
las leyes y compromisos adquiridos por el Estado de manera internacional y con las
comunidades minoritarias el enfoque particular es el respeto de su existencia material, de su
vida, apoyar la solución de sus necesidades y el respeto por la interlocución con sus emisarios
y líderes;

2 Fue muy clara esta investigación pues trajo a colación el tipo de intervenciones que un
estado garante de los derechos de sus comunidades indigenas minoritarias y vulnerables no
debería hacer: por ejemplo: el uso de armas en las zonas de resguardo indigena,
militarización y vigilancia de los indígenas, entre otras medidas. Página 15 Impactos del
Covid- 19 en los Derechos territoriales de los pueblos indígenas en Colombia. recuperado
de https://www.ohchr.org/Documents/Issues/IPeoples/SR/COVID-19/IndigenousCSOs/
COLOMBIA_Observator_de_Derechos_Humanoa_y_Secretar%C3%ADa_T%C3%A9cnica_Ind
%C3%ADgena.pdf
En conclusión no es simplemente apuntar a evitar los contagios del COVID-19 vale enfatizar
la búsqueda de unos objetivos centrales para las minorías en función de ir fortaleciendo sus
capacidades, recursos y el goce de sus derechos para afrontar la peor pandemia: la pobreza
multidimensional. Entre los principales puntos están garantizar una ampliación integral del
acceso a los servicios de salud, apoyar el acceso de otros bienes como el agua potable y otros
elementos mínimos de higiene y bienestar; para contextos vulnerables en general valdría
enfocarse en atender el hacinamiento en el hogar, fortalecer capacidades para solucionar
carencias alimentarias o apoyarles en su inclusión adecuada dentro del sistema educativo
respetando sus creencias, idioma, usos y costumbres; en otros casos apoyar su acceso e
incursión a las nuevas tecnologías incluso haciendo uso de la bancarización digital; para otros
podría ser necesario mejorar el acceso a ayudas directas o subsidios del estado; vale decir
también que las donaciones de empresarios y particulares su apoyo es indispensable pues la
sociedad colombiana es la que tiene en últimas que comenzar a transformarse en una mucho
más abierta, incluyente, respetuosa de las otras personas y de sus cosmovisiones; se requiere
disminuir la corrupción en la administración pública y mantener las capacidades individuales
y grupales de solidaridad para combatir conjuntamente las condiciones adversas de vida que
muchos todavía padecen. Así que vale aportar un grano de arena al trabajo de las
instituciones del estado y la sociedad civil en procura de ayudar a generar subsidios, auxilios,
fondos de protección social y estímulos fiscales dirigidos a quienes menos han podido
afrontar esta crisis colosal.

Hay medidas de protección social que el estado colombiano podría ir implementando si es


que tuviera la voluntad política para hacerlo; entre las intervenciones claves debería estar
aquellas que alivian o suavizan la difícil situación económica de los hogares; subsidios y
ayudas a los desempleados, dar un apoyo en efectivo o en especie a quienes han padecido
Covid; fortalecer a los campesinos y comunidades indígenas en la distribución de ayudas
humanitarias, apoyar el trueque y el intercambio para generar seguridad alimentaria. Espero
haber dado una visión clara de mis ideas y de la necesidad de trabajar en los derechos de las
minorías en Colombia.

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