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https://espanol.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/long-term-effects/index.html#:~:text=S
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Visión general
Aunque la mayoría de las personas con COVID-19 mejora al cabo de unas semanas de
haber estado enfermas, algunas personas experimentan afecciones posteriores al COVID-
19.
Las afecciones posteriores al COVID-19 son una amplia gama de problemas de salud
nuevos, recurrentes o en curso que las personas pueden experimentar cuatro semanas o
más después de haberse infectado por primera vez por el virus que causa el COVID-19.
Incluso las personas que no tuvieron síntomas de COVID-19 en los días o semanas
posteriores a haberse infectado pueden experimentar afecciones posteriores al COVID-19.
Estas afecciones pueden presentarse como diferentes tipos y combinaciones de
problemas de salud por diferentes periodos.
Algunos de los síntomas que pueden aparecer después de la hospitalización son similares
a ciertos síntomas que las personas con síntomas inicialmente leves o sin síntomas
pueden experimentar muchas semanas después de haberse infectado por COVID-19.
Probablemente resulte difícil determinar si se deben a los efectos de la hospitalización, a
los efectos a largo plazo del virus o a una combinación de ambos. Estas afecciones
también podrían complicarse por otros efectos relacionados con la pandemia de COVID-
19, incluidos los efectos en la salud mental por el aislamiento, los impactos negativos por
la situación económica y la falta de acceso a los servicios de salud para controlar las
afecciones subyacentes. Estos factores han afectado tanto a las personas que tuvieron
COVID-19 como a las que no se infectaron.
Niños y adolescentes.
Las personas de cualquier edad que han tenido COVID-19 pueden presentar afecciones
posteriores al COVID-19. Aunque las afecciones posteriores al COVID-19 parecen ser
menos frecuentes en niños y adolescentes que en adultos, sí pueden manifestarse efectos
a largo plazo después del COVID-19 en niños y adolescentes.
Existen estudios que han notificado síntomas a largo plazo en niños con COVID-19 tanto
grave como moderado, incluidos niños que presentaban previamente el síndrome
inflamatorio multisistémico en niños. Similares a los síntomas identificados en adultos, los
síntomas más frecuentes notificados han sido cansancio o fatiga, dolor de cabeza,
problemas para dormir (insomnio), problemas para concentrarse, dolor en los músculos y
articulaciones, y tos.
A los niños más pequeños puede resultarles difícil describir los problemas que están
experimentando; la información disponible sobre las afecciones posteriores al COVID-19
en niños y adolescentes es limitada. Es posible que se manifiesten otros síntomas en
grupos de edad más jóvenes.
Si su hijo tiene alguna afección posterior al COVID-19 que afecta su capacidad de asistir a
la escuela, completar sus tareas escolares o realizar sus actividades habituales, podría ser
útil hablar con la escuela de su hijo sobre posibles adaptaciones, como tiempo adicional
en los exámenes, periodos de descanso programados durante el día, programas de clases
modificados, etc. Los administradores de escuelas, consejeros escolares y personal de
enfermería escolar pueden trabajar con las familias y los profesionales de atención médica
para ofrecer opciones alternativas de enseñanza a los niños con afecciones posteriores al
COVID-19, en especial a aquellos que experimentan dificultades para pensar, concentrarse
o realizar actividades físicas.
También podría solicitar adaptaciones similares para actividades fuera de la escuela, como
programas de cuidados infantiles, tutorías, actividades deportivas, actividades de los
scouts, entre otras.