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Marco Vinicio Cerezo Arévalo

Mandato: 14 enero 1986 - 14 enero 1991


Nacimiento: Ciudad de Guatemala, departamento de Guatemala, 26 diciembre 1942
Partido político: Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG)

Marco Vinicio Cerezo Árevalo fue el primer presidente elegido democráticamente, así como el
primer civil en dirigir al país, después de 20 años.

Nació: 26 de diciembre de 1942

Ocupación: Abogado, político

Predecesor: Óscar Humberto Mejía Victores

Sucesor: Jorge Serrano Elías

Antecedentes

Ingresó a la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de


Guatemala, fue presidente de la Asociación de Estudiantes “El Derecho” (AED) en 1966.

El 1 de julio de 1986 se firmó el Acuerdo Esquipulas I.

Lo que no sabías

 Fiel creyente de la integración de los países centroamericanos.

 En su gobierno promulgaron la Ley Preliminar de Regionalización (1986), La Ley de


Consejos de Desarrollo (1987) y el Código Municipal (1988).

 Creó el Ministerio de Cultura y Deportes y el Ministerio de Desarrollo Urbano y Rural.

 El decreto No.68-86 estableció la creación de las áreas protegidas de Guatemala, “Ley de


Protección y Mejoramiento del Ambiente”.

 Se emitió la Ley de Universidades Privadas (82-1987)

La inauguración de la nueva administración aconteció en un ambiente de elevada esperanza


popular, que el flamante mandatario espoleó con sus entusiastas declaraciones sobre que, en lo
sucesivo, las fuerzas oscurantistas de la derecha no iban a poder quebrar el orden democrático
impunemente sin “tener que enfrentarse al pueblo, al aislamiento internacional y al riesgo de una
guerra”, y que bajo su presidencia las Fuerzas Armadas iban a tener que acatarle a él, en tanto que
comandante en jefe, así como subordinar al Gobierno las llamadas coordinadoras
interinstitucionales, que eran unos organismos mandados por militares con competencias en la
política de desarrollo económico dentro de la estrategia contrainsurgente.
Ciertamente, existían varios factores que invitaban al optimismo en este país golpeado como
pocos por el subdesarrollo endémico, la ruina económica, el paro generalizado, la subversión
guerrillero-terrorista de izquierdas y, sobre todo, la pesadilla del Estado del terror que habían
impuesto el Ejército y las bandas paramilitares con el patrocinio de los partidos de extrema
derecha y la oligarquía terrateniente, seguramente los más cerriles del continente. Además del
masivo respaldo del electorado, deseoso de paz y de desmilitarización, Cerezo contaba con el
apoyo exterior de Estados Unidos y los partidos y gobiernos ligados a la Internacional
Democristiana, y encontraba muchas adhesiones entre el empresariado urbano que deseaba un
sistema económico más eficiente y racional.

Adicionalmente, asomó una actitud receptiva en la URNG, que, mientras seguía librando su guerra
a muerte con el Ejército, otorgó un margen de confianza al nuevo Gobierno y notificó un prolijo
pliego de condiciones para empezar a negociar, entre las que figuraban el esclarecimiento de los
miles de asesinatos y desapariciones de signo político perpetrados en los últimos años, la
investigación de las masacres en las áreas campesinas y la depuración de responsabilidades
penales de los altos jefes militares y policiales involucrados en la represión.

No fue parco Cerezo en iniciativas de su parte. A las dos semanas de posesionarse, se descolgó con
la audaz promesa de “cambiar” Guatemala en 126 días, sin aclarar el porqué precisamente de este
plazo tan exiguo. El 5 de febrero decretó la disolución del infame Departamento de
Investigaciones Técnicas (DIT), con el argumento clamoroso de que este órgano de seguridad que
hacía las funciones de Policía secreta se había dedicado a asesinar, torturar y robar como si de una
brutal organización de delincuentes se tratara. El 4 de junio, vencido el primer plazo arriba citado
con el resultado de un Plan de Reordenamiento Económico que no difería sustancialmente de los
programas adoptados por anteriores gobiernos y que además tampoco tuvo efectos tangibles
sobre la inflación y el déficit fiscal, el presidente impuso un segundo plan de 126 días, éste
centrado en la lucha contra la corrupción, en el aumento del poder adquisitivo de los asalariados y
en la reducción de los niveles de violencia política.

Marcando la que iba a ser la tónica hasta el final de su presidencia, aquel último anuncio
presidencial lo que provocó, al punto, fue una nueva ola de terror, con decenas de ejecuciones
extrajudiciales y desapariciones, que se abatió sobre sindicalistas, activistas humanitarios,
campesinos e indígenas. La herencia intacta de un cuarto de siglo de violencia institucional
ejercida por el Estado hacía sentir todo su peso no obstante la instauración de una democracia
formal, pero Cerezo, impávido, no alteró su discurso positivo, nunca airado, incluso risueño, que
hacía abstracción de los desafueros criminales de los uniformados teóricamente bajo su autoridad
a la vez que opinaba sobre la lucha de las guerrillas con regusto benevolente.

Estas suertes de distanciamiento del conflicto, que en 1986, según la ONG Americas Watch,
segaba vidas al ritmo de un centenar por mes, y de determinación de convertirse en el pivote
central de la pacificación y el arraigo de la democracia en Guatemala, no convencieron ni a tirios ni
a troyanos, aunque el público pronto apreció que la actitud de Cerezo generaba más malestar en
el seno del Ejército, donde las camarillas ultras pasaron a presionar para que el Gobierno no
hiciera la mínima concesión a las guerrillas y adoptara el discurso ideológico del anticomunismo
beligerante.

Cerezo trasladó esta su supuesta equidistancia a la política exterior, expresando su apoyo a las
gestiones del Grupo de Contadora, que intentaba reconducir los conflictos centroamericanos a la
salida negociada, y declarando la “neutralidad” de Guatemala en las guerras civiles de Nicaragua y
el Salvador, neutralidad “política”, que no “ideológica”, como se encargó de matizar, ya que su
país siempre estaría del lado de Estados Unidos y las democracias del mundo libre, aseguró.
Mandatario viajero, Cerezo realizó varias giras internacionales que principiaron o reforzaron las
relaciones con Estados Unidos y numerosos países de Europa occidental y Asia. En estos destinos,
el mandatario buscó sobre todo el aumento de las ayudas nacionales al desarrollo y
condonaciones de la deuda externa guatemalteca.

Sus visitas a los países latinoamericanos, en cambio, estuvieron centradas en obtener apoyos para
un proyecto muy personal, la creación del Parlamento Centroamericano (Parlacén), que debía ser
el instrumento vivificador del comatoso Mercado Común Centroamericano (MCCA) de 1961. Las
inquietudes supranacionales e intergubernamentales de Cerezo cristalizaron en la I Cumbre de
presidentes centroamericanos, en la localidad de Esquipulas, en el departamento de Chiquimula,
el 25 de mayo de 1986.

En esta cita pionera el mandatario guatemalteco se reunió con sus colegas de Costa Rica, Óscar
Arias, El Salvador, José Napoleón Duarte (a la sazón, correligionario democristiano y con quien
mantuvo una estrecha relación), Honduras, José Simón Azcona, y Nicaragua, Daniel Ortega, para
pronunciarse con una sola voz sobre la paz, la democracia, los Derechos Humanos y el desarrollo
en la subregión. En particular, los declarantes se comprometieron a firmar el Acta de Contadora
para la Paz y la Cooperación en Centroamérica, y a crear el Parlacén.

Calificada por Cerezo de “primer paso para la federación de Centroamérica”, la expectación


generada por Esquipulas I palideció ante su trascendental continuación, Esquipulas II, en el mismo
escenario el 7 de agosto de 1987. En esta ocasión, los cinco presidentes adoptaron el
Procedimiento para Establecer la Paz Firme y Duradera en Centroamérica, un detallado
cronograma con plazos y compromisos que, en síntesis, buscaba alcanzar sendos altos el fuego con
las respectivas oposiciones armadas, otorgar una amnistía política, avanzar en la democratización
interna y asentar marcos de reconciliación nacional en cada país. Cerezo era el anfitrión, pero toda
vez que lo signado fue el Plan elaborado por Arias, quien acaparó las felicitaciones mundiales y se
llevó los laureles fue el presidente costarricense. El proceso de Esquipulas había arrancado a
iniciativa de Cerezo, pero el Gobierno de San José, con su diplomacia emprendedora y no alineada,
se erigió en su principal impulsor y propagandista.

En Guatemala no eran menos impostergables que en Nicaragua o El Salvador las medidas de


pacificación, diálogo y concordia nacional asumidas en Esquipulas II. Cerezo, que en enero y marzo
de ese año ya había ratificado la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura -
Guatemala fue el primer Estado signatario de la OEA en hacerlo- y aceptado la jurisdicción
obligatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), empezó a aplicar lo que le
atañía de Esquipulas con talante resolutivo y con fuertes expectativas de resultados tangibles, más
allá de las expresiones habituales de buenos propósitos que habían hecho del citado sometimiento
al Sistema de Derechos Humanos de la OEA meros papeles mojados. Diez días después de
Esquipulas II Cerezo nombró al primer procurador de Derechos Humanos de Guatemala, el jurista
Gonzalo Menéndez de la Riva. El 11 de septiembre se constituía la Comisión Nacional de
Reconciliación (CNR). Y el 7 de octubre comenzaba en Madrid, España, la primera ronda de diálogo
entre el Gobierno y la URNG.

La guerrilla demandó a Cerezo una profunda reestructuración de los aparatos represivos del
Estado y el desmantelamiento de las estructuras de control sobre la población indígena y
campesina que operaban al socaire del orwelliano Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo (PNSD)
lanzado por Ríos Montt en 1982. Éstas eran: los somatenes paramilitares de los Comités
Voluntarios de Defensa Civil (CVDC), que era como se llamaban ahora las Patrullas de Autodefensa
Civil (PAC) organizadas por el dictador, que en el momento presente tenían movilizados a medio
millón de campesinos en labores de contrainsurgencia; las eufemísticamente llamadas “aldeas
modelo”, verdaderos campos de concentración rurales concebidos como cordones sanitarios
contra la influencia guerrillera; y, la sección S-5 del Ejército, que tenía jurisdicción sobre asuntos
civiles y comunales.

El 9 de octubre terminó la primera ronda de diálogo y el Estado Mayor de la Defensa Nacional


(EMDN) se apresuró en adelantarse al Gobierno en la notificación que no se aceptaban las
demandas guerrilleras y que las conversaciones quedaban suspendidas. Dócilmente, Cerezo
asumió entonces el lenguaje de su ministro de Defensa y jefe del EMDN, general Héctor Alejandro
Gramajo Morales, y entró en la dinámica de solicitar más ayuda militar a Estados Unidos, acelerar
el rearme de las Fuerzas Armadas e intensificar las ofensivas contrainsurgentes, con la esperanza
de derrotar a la URNG y evitar tener que hacer concesiones políticas. Con todo, el 28 de octubre el
Congreso aprobó una amnistía para delitos políticos y el 3 de noviembre se activó la Comisión
Asesora de la Presidencia de la República en Materia de Derechos Humanos (COPADEH).

Pero entre Cerezo y los uniformados la armonía era sólo aparente, siendo así que tras el comienzo
del diálogo de Madrid acontecieron una serie de sucesos que apuntaron a una relación de fuerzas
en la que el presidente no sería más que un rehén, o un títere al decir de los más críticos, de la
institución castrense. El año terminó con ominosas informaciones, algunas avaladas desde el
Gobierno, sobre la existencia de descontento en los cuarteles y complots para asesinar al
presidente.

Simultáneamente, arreciaba el pulso con la Coordinadora de Asociaciones Agrícolas, Comerciales,


Industriales y Financieras (CACIF), el poderoso gremio de los patronos empresariales, que
presionaba al Gobierno con paros para obligarle a rectificar en la reforma tributaria, que
aumentaba los gravámenes de las rentas más altas y penalizaba la evasión fiscal. Paradójicamente,
todo esto acontecía cuando la economía ofrecía unos balances esperanzadores; según los datos
oficiales, 1987 terminó con un crecimiento del 2% del PIB, una tasa de inflación reducida al 25%, y
sensibles recuperaciones en los niveles de empleo y salarios.

El 11 de mayo de 1988 dos coroneles, al frente de una exigua tropa de soldados y vehículos
blindados, protagonizaron una intentona golpista de opereta cuando se lanzaron a la captura de
los edificios gubernamentales de la capital antes de ser interceptados y reducidos por tropas
afectas sin disparar un tiro. Los medios ubicaron a los exaltados oficiales en los sectores
“cavernícolas” del Ejército y rastrearon la conexión civil de la aventura involucionista. Satisfecho
por el desenlace, Cerezo volvió a expresarse con displicencia autocomplaciente y valoró los hechos
como una “reacción emocional”, como si conspirar e intentar remover gobiernos legítimos fuera
un defecto profesional de los militares guatemaltecos que las instituciones civiles hubieran de
encajar con paciencia y compresión.

Más inquietante resultó el pronunciamiento, ocho días después, de una unidad de la Fuerza Aérea,
que, además de una serie de demandas corporativas sobre el cese de mandos locales y mejores
dotaciones de armamento, planteó exigencias políticas: el Gobierno debía suspender las
relaciones con los países alineados con la URSS, terminar los contactos con la guerrilla, neutralizar
a los sindicatos y prohibir el retorno de los exiliados y refugiados, mayormente instalados en
México. Semejante injerencia no se antojó casual. Se habló de aviso del EMDN a Cerezo, quien se
apresuró a dar satisfacción a la cúpula militar como una suerte de retribución por su protección
frente a las insidias golpistas de oficiales recalcitrantes. El propio presidente reconoció que había
tenido que ceder ante algunas presiones de los militares para impedir que el orden democrático
fuera violentado.

Oficialmente, las concesiones se limitaron a la adquisición de seis helicópteros de combate y


diversos repuestos para la Fuerza Aérea, pero la proyectada reunión con la guerrilla, que debía
celebrarse en cuestión de días en Costa Rica, fue cancelada con demasiada precipitación como
para no relacionarlo con las asonadas. En agosto, el ambiente se enrareció más con la huelga
general de tres semanas organizada por los sindicatos en protesta por la liberalización de los
precios de los combustibles. A la vez, la ONG Comisión de Derechos Humanos de Guatemala
(CDHG) ponía el grito en el cielo por la proliferación de los estragos de los paramilitares, de los que
hizo cómplice pasivo a Cerezo.

El comienzo de 1989 estuvo sembrado de los más negros presagios. La violencia política creció
dramáticamente y sólo en el primer semestre del año se contabilizaron 1.600 asesinatos y 800
secuestros o desapariciones. Escuadrones de la muerte como los del grupo La Mano Blanca, que se
creían evaporados, reaparecieron con furia, mientras dejaban siniestra carta de presentación otros
nuevos. Por lo que se refiere al frente insurgente, la URNG, no sólo supero la durísima ofensiva del
Ejército en El Quiché, Sololá y San Marcos, sino que se sintió lo bastante fuerte como para lanzar la
primera incursión contra la capital. Ni uno ni otro estuvieron presentes en la mesa de Gran Diálogo
Nacional que la CNR inauguró el 1 de marzo, arrojando la sombra de la inutilidad a lo que
decidieran la cuarentena de organizaciones y partidos participantes; en el país, quienes portaban y
usaban armas imponían su ley y sólo ellos tenían la capacidad de hacer cesar la violencia.

El 9 de mayo Cerezo sorteó otro intento de golpe de Estado de elementos civiles y militares
retirados del servicio. Los responsables fueron detenidos por tropas leales y en noviembre un
tribunal les condenó a fuertes penas de cárcel: en enero de 1990 ya estaban en libertad después
de que una corte de apelaciones anulase las sentencias. El suma y sigue no conocía tregua, y el 1
de agosto Danilo Barillas, que fuera secretario general de la DCG, cayó mortalmente tiroteado en
la capital, magnicidio que prologó unas semanas particularmente crudas en las que la obsesión
criminal de los paraestatales se cebó en los dirigentes universitarios. Rodeado de una sensación
general de retroceso, el presidente intentó recuperar la iniciativa política presentando, el 25 de
agosto, un programa de 500 días destinado a “renovar la gestión pública por la consolidación
democrática”, mensaje que sonó a pura retórica y que únicamente podía vender el buen
rendimiento de la macroeconomía, con un crecimiento para el conjunto del año del 4% del PIB y
un índice de inflación francamente mejorado, en torno al 12%.

En 1990, último de la presidencia de Cerezo, se apreció una relativa inversión de las tendencias.
Mientras la economía empezó a renquear por la caída de los precios de los productos agrícolas
que Guatemala exportaba, la situación política interna experimentó una modesta descompresión.
Lo más positivo fue la reactivación del proceso de paz, que todavía no había producido ningún
acuerdo. El 29 de marzo, las delegaciones de la CNR, por cuenta del Gobierno, y la URNG
alcanzaron en Oslo, Noruega, el llamado Acuerdo Básico para la Búsqueda de la Paz por Medios
Políticos, en torno a un proceso de negociaciones integrales que desembocara en la firma de un
acuerdo de paz firme e internacionalmente verificable.

Poco después, el 28 de mayo, nueve partidos políticos (inclusive el MLN) y la URNG firmaron otro
documento en San Lorenzo de El Escorial, cerca de Madrid, por el que los primeros se
comprometían a impulsar reformas constitucionales y la segunda se sometía a los dictados de
Esquipulas II y a la Constitución nacional, a la vez que se comprometía a no perturbar el normal
desarrollo de las próximas elecciones. Por lo que le concernía a él personalmente, el 17 de junio el
mandatario fue el anfitrión en la ciudad de Antigua de la VIII Cumbre Centroamericana, que, como
las seis anteriores, estuvo dedicada a evaluar el proceso de Esquipulas y a avanzar en la
integración subregional.

Cerezo se aferró a aquellos avances para recapitular positivamente sobre su presidencia. El


ansiado acuerdo de paz final con la guerrilla aún iba a tardar seis años, pero las semillas habían
sido plantadas en el quinquenio que ahora acababa. Lo más convincente que Cerezo podía decir
era que, a trancas y barrancas, con innúmeros obstáculos y sobresaltos, legaba un edificio
democrático, en cuanto a formas, instituciones y mecanismos; había conseguido llegar hasta el
final de su mandato constitucional e iba a entregar la banda presidencial a otro civil elegido en las
urnas, algo inédito desde 1951. Ahora bien, en el camino quedaban los miles de asesinados,
torturados y desaparecidos bajo su administración, que pasaron a engrosar el increíble balance de
140.000 víctimas mortales de 30 años de violencia política, en un país de nueve millones de
habitantes.

Todavía el 1 de diciembre un pelotón de soldados cometió una matanza de 24 campesinos


indígenas al disparar indiscriminadamente contra una multitud desarmada en la localidad de
Santiago Atitlán, en Sololá. Irritado por la persistencia de estas atrocidades en Guatemala cuando
en Nicaragua los sandinistas ya habían sido descabalgados del poder por la vía electoral y la Contra
dicho adiós a las armas, y en El Salvador se fraguaba también el final de la guerra civil, el Gobierno
de Estados Unidos anunció la supresión de su ayuda militar a Guatemala. Por impotencia o por
falta de voluntad, pero siempre por omisión, Cerezo y sus colaboradores civiles se iban con un
expediente sobre Derechos Humanos tan nefasto que cabía interrogarse sobre qué democracia
era ésa de la que tanto discurseaban.

La DCG llegó muy desgastada por la gestión de Cerezo a los comicios del 11 de noviembre de 1990.
Su candidato salido de un proceso de primarias, Alfonso Cabrera Hidalgo, secretario general del
partido y ministro de Exteriores entre 1987 y 1989, sólo recibió el 17,4% de los votos y quedó
eliminado para la segunda ronda del 6 de enero de 1991, que disputaron Serrano Elías y Carpio
Nicolle, resultando vencedor el primero. En las legislativas, el partido experimentó un fuerte
retroceso y su representación se redujo a los 27 congresistas, siendo desbancado por su rival
inveterado, la UCN.
Vinicio Cerezo

(1942/12/26 - Unknown)

Político guatemalteco

–El revanchismo no conduce a nada–

 Presidente de Guatemala 1985-1991.

 Partido político: Democracia Cristiana Guatemalteca

 Nombre: Marco Vinicio Cerezo Arévalo

Estudios
En el año 1959 obtuvo el título de bachiller en Ciencias y Letras.

Durante 1962, Vinicio Cerezo fue elegido miembro de la Coordinadora Estudiantil de la Facultad


de Derecho en la Universidad Nacional de San Carlos, en contra del gobierno del general Miguel
Ydígoras.

Le nombraron presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho en 1967. En la facultad


conoció a Raquel Blandon, con la que se casó en 1965.

En 1968 se licenció en Ciencias Jurídicas y Sociales, y en Derecho por la universidad de San Carlos.
En 1970 logró la maestría en Administración Pública para el Desarrollo (INAD).
Democracia Cristiana
Vinicio Cerezo ingresó en el partido Democracia Cristiana Guatemalteca, del que fue elegido
secretario de organización en 1970.

En las elecciones de 1974, obtuvo un escaño en el Congreso de la República, por el Distrito Central,
y dos años después asumió la secretaría general del partido.

En 1978, Vinicio Cerezo se presentó candidato a la alcaldía de la capital, pero resultó derrotado.

Presidente de Guatemala
En 1985, tras sobrevivir a varios atentados, le proclamaron candidato presidencial del
Partido Democracia Cristiana Guatemalteca, siendo elegido presidente en las elecciones
de noviembre de 1985 y de enero de 1986.

Fue el primer presidente electo después de 30 años de gobiernos militares. Dejó la


presidencia en 1991.

Entre sus logros destaca como su legado más valioso el implementar y sostener el sistema
democrático, pese a varios intentos de golpes de estado, además del lanzamiento de los
Acuerdos de Paz en Centroamérica, Esquipulas I y II que se plasmaron en la firma de la Paz
Firme y Duradera.
Marco Vinicio Cerezo Arévalo

(Ciudad de Guatemala, 1942) Político guatemalteco, presidente del país desde 1985 hasta 1991.
Cursó el bachillerato en los Padres Salesianos, y más tarde, en 1968, se licenció en derecho por la
Universidad de San Carlos de Guatemala. Comenzó su trayectoria política en la universidad, al ser
elegido miembro de la Coordinadora Estudiantil de la Facultad de Derecho durante las jornadas de
lucha estudiantiles contra la corrupción gubernamental del Gobierno del general Miguel Ydígoras
Fuentes (1962). Su carrera dentro de la política universitaria progresó hasta alcanzar la presidencia
de la Asociación de Estudiantes de Derecho de 1967. En 1964 había ingresado en el partido
Democracia Cristiana Guatemalteca, del que fue elegido secretario de organización en 1970.

Marco Vinicio Cerezo

En las elecciones de 1974 alcanzó un escaño en el Congreso de la República, y dos años después,
en 1976, asumió la secretaría general del partido. Candidato a la presidencia por Democracia
Cristiana Guatemalteca, venció en las elecciones de noviembre de 1985. El 14 de enero de 1986,
coincidiendo con la entrada en vigor de una nueva constitución, Marco Vinicio Cerezo asumió la
presidencia del país, relevando a Óscar Humberto Mejía Víctores, y se convirtió en el primer
presidente civil después de veinte años. Con él se inauguraba una etapa democrática aún bajo la
presión de los militares, que seguían teniendo el control de la lucha antiguerrillera y de los asuntos
relativos a la seguridad nacional. A pesar de estas restricciones ideológicas, los ciudadanos
tuvieron una mayor participación en la vida política del país y la sociedad guatemalteca dio un
vuelco importante.

Mientras las organizaciones políticas y sindicales adquirían un mayor protagonismo y en ocasiones


ganaban las calles para manifestar sus reivindicaciones, el Gobierno de Marco Vinicio Cerezo inició
un proceso de descentralización del Estado e impulsó acuerdos paritarios entre los sectores
empresariales y los trabajadores. Paralelamente, emprendió una política económica basada en
criterios de mayor racionalidad y eficiencia a fin de aumentar la productividad y diversificar las
exportaciones agrícolas, con la esperanza de entrar en el mercado internacional y paliar los
efectos de la cuantiosa deuda externa.

El Plan de Reordenamiento Económico no tuvo, sin embargo, los efectos buscados sobre la
inflación y el cuantioso déficit fiscal, por lo que el Gobierno se vio obligado a implementar un plan
de choque centrado en la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores, en la lucha contra la
corrupción y en la erradicación de la violencia política. Con el apoyo del electorado y de Estados
Unidos, y de los partidos y gobiernos ligados a la Internacional Democristiana, el presidente Cerezo
tomó las primeras medidas para la desmilitarización y pacificación del país, integrándose en el
proceso de paz regional que impulsaba el Grupo de Contadora. Las negociaciones para la
pacificación de la región culminaron con el Acuerdo de Esquipulas, promovido por Óscar Arias
Sánchez y firmado en agosto de 1987 por los presidentes de Centroamérica.

En este sentido, Cerezo dio un importante paso al decretar la disolución del DIT (Departamento de
Investigaciones Técnicas), especie de organismo policial del régimen militar comprometido con la
persecución de opositores políticos y sindicales. A raíz de éste y otros gestos del gobierno, la
Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) dispuso darle un voto de confianza y
manifestar su disposición a iniciar conversaciones de paz bajo determinadas condiciones, entre
ellas la investigación de las matanzas de campesinos y del asesinato y desaparición de miles de
personas durante la dictadura militar.

A pesar de producirse una nueva ola de terror ultraderechista y paramilitar, el Gobierno y la URNG
iniciaron conversaciones en Madrid, en octubre de 1987. El encuentro no produjo grandes
avances, pero las partes acordaron crear la Comisión de Reconciliación Nacional (CRN), que se
ocuparía de crear y articular los medios para la pacificación del país. A pesar de este acercamiento,
la situación política del país seguía siendo muy inestable, y Cerezo tuvo que enfrentar, por una
parte, varios intentos de golpe de Estado a cargo de sectores militares que veían con inquietud la
apertura democrática, y, por otra, una creciente agitación popular a causa de algunas medidas del
Gobierno, así como las constantes movilizaciones por la paz.

En el campo internacional, la derrota electoral de los sandinistas en Nicaragua, el inicio de la salida


política en El Salvador y la invasión estadounidense de Panamá, que propició la caída del general
Noriega, supuso un cambio de escenario entre sus vecinos centroamericanos. Por otra parte, el
derrumbe de la Unión Soviética y del bloque comunista fueron preludios del fin de la guerra fría y,
en consecuencia, de un nuevo marco mundial para la paz regional.

En abril de 1990, año en que la economía se resentía por la caída de los precios de los productos
agrícolas en el mercado internacional, la URNG y la CRN se reunieron en Oslo, Noruega, y sentaron
las bases para la pacificación de Guatemala a través del diálogo político. A partir de entonces las
reuniones se sucedieron con más frecuencia. En junio los guerrilleros guatemaltecos y los
representantes de los partidos políticos convinieron en San Lorenzo de El Escorial, España, las
reformas constitucionales tendientes a fortalecer el proceso de democratización. Asimismo, el 17
de ese mismo mes, tuvo lugar en Antigua la reunión de la VIII Cumbre Centroamericana en la que
los presidentes de los países del área renovaron su apoyo al Acuerdo Esquipulas II y al proceso de
integración regional.
Si bien las reuniones de la URNG con los empresarios en Ottawa (Canadá) no fructificaron, sí lo
hicieron las que mantuvieron en los meses siguientes con grupos religiosos en Quito (Ecuador), y
con organizaciones populares y profesionales en Puebla, México. El proceso de paz ya era
imparable, a pesar de que el 1 de diciembre el Ejército cometió una nueva matanza de campesinos
en Santiago de Atitlán que provocó la suspensión de la ayuda militar de Estados Unidos. En enero
de 1991, cumplido el término legal de su mandato, le sucedió en la presidencia Jorge Serrano Elías,
vencedor en los comicios.

Marco Vinicio Cerezo Arévalo

Biografía

Nació el 26 de diciembre de 1943 en la ciudad de Guatemala. Es abogado y político guatemalteco


fiel creyente en la integración cristiana. Hijo de Vinicio Cerezo Arevalo sierra y de Zoila Esperanza
Miranda. Termino el bachillerato en el colegio Don Bosco y posteriormente termino la carrera de
ciencias jurídicas y sociales en la USAC.

Aspectos positivos.

· Buscó también el establecimiento del Parlamento Centroamericano, el cual se encuentra en


la actualidad funcionando y vigente.

· La cumbre de presidentes de Centro América la cual fue reconocida como "Esquipulas II" la
cuál buscó la paz en toda la región, habiéndole dado a Guatemala prestigio a nivel internacional,
por ser su presidente el iniciador y ponente de esa cumbre.

· Combatió la pobreza, por lo que en 1987 éste diseñó, implementó y ejecutó el Programa del
Sistema Multiplicador de Microempresarios (SIMME) con cobertura nacional.

· Se le reconoce la estabilización del quetzal en dos con cincuenta centavos con respecto al
dólar norteamericano.

· Su gobierno fue el primero de carácter civil.

· Mejoró la relación con los otros gobiernos latinoamericanos y el de E.E.U.U.

· Se distingue por tener un gobierno neutral en las relaciones externas.

Aspectos negativos.

· La violencia seguía siendo uno de los aspectos importantes para tratar y no lo hacía
adecuadamente.

· Se le vio como uno de los presientes que malgastó los fondos monetarios internacionales y
de la emisión inorgánica.

· La inflación se disparó y el quetzal se devaluó frente al dólar (de Q1 a Q6 por US$1).

· Fricciones sufridas entre el gobierno de Estados Unidos y Guatemala, no iban di acuerdo a lo


que Cerezo quería en su política de unión y buena relación.
· Recibió ayuda para mejorar las fuerzas de seguridad, pero fue hasta la segunda ocasión.

Presidente de la República de Guatemala

El gobierno de Cerezo Arévalo, el primero de carácter civil después de 15 años de regímenes


militares y de más de 20 de guerra interna contra la subversión guerrillera izquierdista, en
cumplimiento de lo acordado en la Constitución Política de la República de Guatemala de
1986 creó la Corte de Constitucionalidad y la Procuraduría de los Derechos Humanos. El período
de gobierno de la Democracia Cristiana Guatemalteca se caracterizó por el deterioro de la
administración pública, nepotismo, malversación del erario, ingobernabilidad, desobediencia civil,
incremento de la criminalidad común y política y varios intentos de golpes militares (Asociación de
Amigos del País, 2004).

Sin embargo, propició la apertura política y tuvo éxito en mejorar las relaciones con los gobiernos
centroamericanos, mediante la celebración de las cumbres presidenciales Esquipulas
I y Esquipulas II, y la firma, en 1980, del tratado que creó el Parlamento
Centroamericano (Asociación de Amigos del País, 2004).

A nivel interno, inició el proceso de paz negociada, al entablar conversaciones con la Unidad
Revolucionaria Nacional de Guatemala -URNG-, para acabar con el Conflicto Armado
Interno (Asociación de Amigos del País, 2004).

Cerezo y su equipo de gobierno se abocaron a la tarea de tratar de combinar democracia y


desarrollo en un panorama complicado por la cantidad de retos a enfrentar, al mismo tiempo que
gozaban de un enorme apoyo popular por dar la primera oportunidad de participación real en los
últimos años en una elección (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

El ejercicio de poder frente a un ejército que todavía dominaba grandes áreas de la administración
y que estaba acostumbrado a imponer su voluntad, no resultaba fácil. El gobierno debía respetar
la amnistía política que el gobierno de Óscar Mejía Víctores había otorgado a todos los militares
que participaron en la lucha contrainsurgente. Este fue uno de los últimos actos de gobierno por
decreto y fue refrenado por la Asamblea Constituyente. De esta manera se buscaba evitar
cualquier juicio en contra de los miembros del Ejército de Guatemala o del anterior gobierno
(Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

Los proyectos de descentralización de Cerezo no resultaron del agrado de la institución armada.


Especialmente, a ciertos grupos en su interior no les pareció la absorción por parte del recién
creado Ministerio de Desarrollo, de una serie de tareas que, hasta entonces en las areas de
conflicto, habían sido patrimonio exclusivo militar. Tampoco agradó al Ejército de Guatemala que
se iniciaran contactos con la guerrilla con la mediación de la Iglesia Católica para entablar
conversaciones de paz. Esta situación motivó al menos cinco intentos de golpe de Estado que el
gobierno de Cerezo sofocó durante su período (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000,
2010).
A la postre, la relación del Presidente con el ejército fue la debilidad, ya que, si bien se seguía
desarrollando el plan democratizador de las fuerzas armadas, la violencia política no desapareció
completamente, dándose secuestros, asesinatos y violación de los derechos humanos, sin
provenir directamente del gobierno sino de grupos paramilitares aparentamente incontrolados y
de la guerrilla, que continuó realizando operaciones de sabotaje y hostigamientos a
finqueros, Patrulleros de Autodefensa Civil y fuerzas militares (Compendio de Historia de
Guatemala 1944-2000, 2010).

También se acusó al Estado Mayor Presidencial –la guardia encargada de la seguridad del


Presidente- de controlar mediante el espionaje, prácticamente todos los actos públicos o privados
del mandatario, de manejar su agenda, las visitas, las conversaciones y, lo más importante, los
informes que leía y toda la información que recibía. El resultado fue que la figura del Presidente
como tal quedó cercada y completamente controlada por un grupo militar que tenía poder y
rivalidad con otros oficiales del ejército (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

Tal situación también explica como consecuencia que tras muchos años de gobiernos militares y
represión no existían en el país ni liderazgos civiles, ni mucho menos partidos políticos fuertes que
pudieran ejercer presiones institucionales y plantear alternativas (Compendio de Historia de
Guatemala 1944-2000, 2010).

¿Cuáles fueron los logros mas evidentes del Gobierno del Presidente Cerezo?

Históricamente el Gobierno del Presidente Cerezo será recordado por los siguientes hechos:

Haber iniciado el proceso democrático mas largo de la historia política del país, después de 36
años de Gobiernos autoritarios y militares; nunca se había tenido una etapa democrática de mas
de 9 años, el período de la Revolución de Octubre con Arévalo y Arbenz; ahora se están
celebrando 30 años de vida democrática;

Haber Institucionalizado la Democracia: implementando las leyes e instituciones que establecía la


Constitución de la República, respetando la división de poderes, organizando la Corte de
Constitucionalidad y la Procuraduría de los Derechos humanos:

Iniciando el proceso de Paz en América C


entral que terminó en Guatemala en 1996, a partir de los Acuerdos de Esquipulas I y Esquipulas II,
que se convirtieron en los Acuerdos de Paz mas duraderos y exitosos de la vida moderna de Centro
América y un ejemplo para otras naciones del mundo;

Relanzar el proceso de integración Centroamericana y proponiendo la organización de las


instituciones que sentaron las bases del Acuerdo de Tegucigalpa, en el cual se constituyó el
Sistema de la Integración Centroamericana y la Secretaría General y se ratificaron los acuerdos
para la fundación del Parlamento Centroamericano y la Corte Centroamericana de justicia;

Modernización de la Economía Guatemalteca: con medidas como la eliminación de los impuestos


a la exportación, la disminución de los impuestos a la importación de bienes y servicios, la
aprobación de las Leyes de Maquila que aun siguen vigentes, la aprobación del sistema de
telefonía celular, el impulso a la pequeña y a la mediana empresa, a la aprobación de incentivos
para promover la inversión en Infraestructura de vivienda, que dio lugar a la construcción de el
Conjunto de Edificios y proyectos habitacionales para la clase media; de acuerdo a informes de
CEPAL (La Comisión Económica para América Latina), entre 1986 y 1990 Guatemala mantuvo un
crecimiento sostenido, que la llevó de menos 2% de crecimiento del producto interno bruto hasta
casi el 4%, disminuyendo la taza de desempleo crónica provocada por la conflictividad nacional y
regional.

Se hicieron muchos cambios de importancia, que fueron eliminados posteriormente, como la


Regionalización impulsada por el Ministerio de Desarrollo que fue eliminado y refundado
posteriormente y el establecimiento de las relaciones internacionales de Guatemala que estaba
aislada a través de la Política Internacional de “Neutralidad Activa”, en contra de los
enfrentamientos y a favor de la paz.

Algunos de los menos apreciados pero talvéz los mas importantes y con proyección al futuro
fueron la Fundación del Ministerio de Cultura, la Declaratoria de la Biósfera Maya y el sistema de
áreas Protegidas, que se hicieron en función de las riquezas mas importantes del país: nuestra
cultura y nuestro entorno natural; estas decisiones que fueron aplaudidas internacionalmente,
fueron muy atacadas por los conservadores guatemaltecos que hicieron gala de una falta de visión
hacia el futuro de Guatemala.
El Presidente Cerezo es electo en Octubre de 1985 y se convierte en el primero Presidente
Democráticamente electo desde 1954 y y el Primer Presidente Civil después de 30 años de
Gobiernos autoritarios.

14 de enero de 1986: La toma de posesión del Cargo de Presidente de la República de Guatemala

En el discurso de toma de posesión, se describen con claridad las grandes líneas del plan de
Gobierno:

Reestructurar al Estado, pasando de Gobiernos de corte autoritario a Gobiernos Civiles,


institucionalizando por la vía de la Ley la Democracia;

Fortalecer el Municipio para propiciar la participación y descentralizar el poder;

Reorganizar la Economía del país, abastecer el mercado para satisfacer las necesidades
fundamentales, reactivar a los sectores productivos para promover empleo, y buscar recursos para
enfrentar la estabilidad macroeconomía y resolver el problema de la balanza comercial;

Proponer una política Internacional de Neutralidad activa;

Buscar la paz en el país pero promover la paz regional;

Relanzar la Integración Centroamericana para lo cual se propone la reunión de Presidentes, el


sistema de integración y el Parlamento Centroamericano;

La libertad de organizarse y participar en el proceso político y social y el derecho de hu

El Presidente Vinicio Cerezo gobernó por cinco años del 14 de Enero 1986 al 14 de Enero de
1991. Los hechos relevantes de esta etapa de Gobierno son los siguientes:

 Primera Reunión con Presidentes Centroamericanos el 15 de Enero de 1986; Se propone la


reunión de Esquipulas para discutir la Paz regional y propone, a solicitud del Presidente
Monge de Costa Rica, que se espere a saber quién será el nuevo Presidente de Costa Rica
que tomará posesión en Mayo de eses año, razón por la que Esquipulas I o el Acuerdo para
Buscar la Paz, se realiza en la población de Esquipulas en Junio de 1986.

 Se regula y entrega el 10 % municipal a las Alcaldías del país (es el 10% del Presupuesto
Nacional para fortalecer la independencia y autonomía de los Municipios, el cual es ahora
el 13.5 %);
 Se aprueba y se Funda la Corte de Constitucionalidad para garantizar el cumplimiento de
la Constitución;

 Se aprueba la Ley que establece la Procuraduría de los Derechos Humanos o el


Ombussman;

 Se lanza el proceso de Reactivación Económica en las siguientes etapas: Reorganización de


la Economía, Reactivación, Abastecimiento y Pleno Empleo, Reforma Tributaria, Política de
Exportación y diversificación de la producción en productos no tradicionales,
restablecimiento del Mercado Centroamericano; esta política demostró su éxito llevando
el crecimiento del PIB de -2 a +4% de crecimiento; Se puso a flotar la moneda, logrando
una enorme estabilidad y favoreciendo los productos de exportación y una política de
apoyo a la pequeña y a la mediana empresa.

 Se promueve la creación de Empresas Centroamericanas como la empresa Aérea TACA y


se establece la primera empresa celular de América Latina, para resolver el problema de la
modernización de las comunicaciones.

 Se lleva a cabo la Reunión de Esquipulas II en donde se establece el procedimiento para


una “Paz Firme y Duradera”, en el mes de Agosto de 1987, año en el que se inician las
conversaciones con la Guerrilla en España, con la participación de representantes de los
partidos políticos, la sociedad civil, las Iglesias y el Gobierno, que culmina con la firma de la
paz en 1996.

 Se funda el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Desarrollo y la Academia de las Lenguas


Mayas.

 Se establece la política de Neutralidad Activa que conduce al país a obtener la Presidencia


del grupo de los 77 o “Los no alineados”; se establecen relaciones con muchos países del
mundo con los que no se habían establecido antes, como los países Árabes.

 Superó cuatro intentos de Golpe de Estado, los cuales se resolvieron pacifica y legalmente.

 Se propició y apoyo la suscripción del acuerdo para la constitución de la Corte


Centroamericana de Justicia.

 Se estableció el sistema Gubernamental de Cuidado del Ambiente y se aprobaron las Leyes


que declararon áreas de reserva ecológica, porciones del territorio casi del Tamaño de la
república de el Salvador, que subsisten hasta la fecha.

 Se aprobaron las Leyes que regulan la Maquila, la Agencia de Exportación de Productos no


Tradicionales en un acuerdo con los sectores económicos dedicados a la exportación,
Leyes y Agencia que aun existe y se quitaron progresivamente los impuestos a la
exportación para fomentarla.

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