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Universidad Autónoma de Santo Domingo

Primada de América
Fundada el 28 de octubre de 1538

Nombre:
Ángel De Castro

Matrícula:
BI-1721

Profesor:
Fabián Díaz Casado, M.A.

Asignatura:
Política Dominicana POL 315

Sección:
01

Tema:
EL ACTO INSTITUCIONAL.
Fecha:

27 de Mayo del 2021

Pimentel, San. Fco. de Macorís, Prov. Duarte


INTRODUCCIÓN.
Nuestra nación es rica en la historia que nos proporciona y en su proceso de
formación. Diversos acontecimientos revelan que un pueblo valiente y decidido no es
tan fácil de vencer. Que no importa de dónde provenga el ataque, cuando hay
sentimientos de nacionalidad salen a relieve en las circunstancias menos esperadas.
En el siguiente tema a desarrollar, nos corresponde analizar el Acto Institucional, el
instrumento jurídico que puso fin a la Guerra Civil de 1965.
Es pertinente resaltar, que la Guerra Civil, del pueblo dominicano con fecha de 24 de
abril de 1965, fue la gesta heroica de gran valía y proyección, que movió al gigante de
los Estados Unidos a invadirnos. Simple y llanamente con el pretexto de que no se
formara otra Cuba en Latinoamérica.
La Guerra del 65, un pueblo exigiendo el retorno de Bosch al poder y la vuelta a la
constitucionalidad, un grupo de constitucionalistas, firmes, decididos, entregados, con
pasión por su nación, dispuestos a todo a cambio de nada. En este escenario, lo que
inició en Santo Domingo en el puente, con el llamado de José Francisco Peña Gómez,
rápidamente se extendió por todo el país.
Con estos acontecimientos, y con una invasión, invadidos que no estaban dispuestos a
ceder, surge este acto para poner fin a dos gobiernos paralelos e incluir ciertas
negociaciones.
En el presente trabajo, se analiza el acto, así como los representantes que tuvieron que
firmar dichos acuerdos, resaltamos, el acta que fue antes del acto y todo el engranaje
que tuvo que llevarse a cabo para que el mismo se firmara.
Esta parte de nuestra historia, que no puede ser desestimada, es un punto
fundamental, que sirve para un análisis politológico, en el que se aprecian los
enfrentamientos entre los mismos dominicanos, la apertura a una invasión, y el
mantener la consigna de muerte o libertad.
A continuación con el desglose de dicho tema.
El Acto Institucional, instrumento jurídico que rigió la vida dominicana tras el término
de la revolución constitucionalista, iniciada el 24 de abril de 1965 con el objetivo de
reponer en su cargo al Presidente democrático Juan Bosch, posesionado en febrero de
1963 y derrocado por militares en septiembre de ese mismo año.

El Acto Institucional, firmado el 3 de septiembre de 1965, fungió como Constitución de


la República hasta el 28 de noviembre de 1966, cuando el gobierno presidido por
Joaquín Balaguer proclamó una nueva Carta. El documento fue firmado por el coronel
Francisco Alberto Caamaño, presidente constitucional, y el doctor Héctor García-
Godoy, nominado presidente provisional de la República, hasta la realización de
elecciones presidenciales.

Antes del Acto, el Acta

Entre mayo y septiembre de 1965, en República Dominicana hubo dos gobiernos, el


régimen constitucional, con sede en la calle El Conde, presidido por Caamaño, y el que
encabezó Antonio Imbert Barrera, con sede en San Isidro, opuesto al orden
institucional.

Con la mediación de la Comisión Ad Hoc, de la Décima Reunión de Consulta de los


Ministros de Relaciones Exteriores, de la Organización de Estados Americanos, el
presidente Caamaño y otros miembros del gobierno constitucional suscribieron el 31
de agosto, con García-Godoy, el Acta de Reconciliación Dominicana, a lo cual se negó
el grupo de San Isidro.

Este texto contenía diez puntos, el primero de los cuales expresaba que el Gobierno
presidido por Caamaño aceptaba a García-Godoy como presidente “del gobierno
soberano y único de la República Dominicana”. Le garantizaban su apoyo “para el
establecimiento y consolidación de la paz política, así como para la rehabilitación de la
economía nacional”.
Por el Gobierno Provisional firmó el doctor García-Godoy, mientras que por el
Gobierno Constitucional lo hicieron, junto a Caamaño, los siguientes funcionarios:
Aníbal Campagna, presidente del Senado; Jottin Cury, ministro de Relaciones
Exteriores; Héctor Aristy, ministro de la Presidencia; Salvador Jorge Blanco, procurador
general de la República, y Silvestre Antonio Guzmán, miembro de la Comisión
Negociadora.

En nombre de la OEA estamparon sus firmas los embajadores representantes: Ilmar


Pnna Marinho, de Brasil; Ramón Clairmont Dueñas, de El Salvador, y Ellsworth Bunker,
de Estados Unidos de América.

El llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional, aunque no firmó el Acta de


Reconciliación, emitió una declaración mediante la cual expresó su decisión de “ceder
el paso al Gobierno Provisional” con el fin de que el país pudiera comenzar, en “paz
relativa, el gran período de reconstrucción que merece”.

Como estos señores tenían control de una parte importante de las Fuerzas Armadas se
comprometieron, mediante su declaración, a dar “nuestro decidido apoyo y
aceptación, tanto al Acta de Reconciliación Dominicana citada como al Acto
Institucional, y nuestro respaldo al doctor Héctor García-Godoy como Presidente de
ese nuevo Gobierno”.

Ese manifiesto fue suscrito por los generales Francisco Javier Rivera Caminero, ex jefe
de la Marina de Guerra; Jacinto Martínez Arana, jefe de Estado Mayor del Ejército;
Ramón Emilio Jiménez, jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra; Juan de los
Santos Céspedes, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, y Hernán Despradel
Brache, jefe de la Policía Nacional.

En nombre del gobierno provisional firmó el presidente García-Godoy, y por igual


acogieron esa declaración los representantes de gobiernos extranjeros Pnna Marinho,
de Brasil; Clairmont Dueñas, de El Salvador, y Bunker, de Estados Unidos de América.

El Acto Institucional, cuyo primer borrador elaborado por el secretario ejecutivo del
Instituto Interamericano de Estudios Jurídicos, apenas contaba inicialmente de 10 ar-
tículos, fue notablemente enriquecido y ampliado, por el trabajo de la comisión nego-
ciadora del “Gobierno Constitucionalista” y distinguidos juristas dominicanos.
El mismo fue rubricado finalmente, en fecha 3 de septiembre de ese año, tanto por
Francisco A. Caamaño como por Héctor García Godoy, y si bien integraba las atribu-
ciones del poder ejecutivo y legislativo en la persona del Presidente Provisional, y ex-
cepcionalmente, de éste con la aprobación de las dos terceras partes del gabinete para
determinados temas como, por ejemplo, las “modificaciones al régimen de moneda y
la banca”, no menos cierto es, que mantenía las jurisdicciones judiciales sin afectar la
soberanía e imperio de las mismas, confiriendo incluso a la Suprema Corte de Justicia,
cuyos jueces eran inamovibles, el poder de hacer las designaciones de los jueces de los
demás tribunales.

Acto Institucional.

En el preámbulo del Acto Institucional se consigna que éste tenía por objeto asegurar
al Gobierno Provisional “los medios necesarios para el pleno ejercicio de la autoridad
política y administrativa en la totalidad del territorio dominicano, a fin de que pueda
restaurarse un régimen de democracia representativa por medio de la celebración de
elecciones libres”.

Igualmente, por medio del Acto se aseguraba el respaldo al gobierno que presidiría
García-Godoy para garantizar el respeto a los derechos humanos y las libertades
fundamentales “así como los programas que requieren urgentemente la recuperación
y desarrollo económico y social de la nación dominicana”.

El escrito estaba compuesto de cuatro partes y 55 artículos. La primera parte se refería


a la organización del Gobierno Provisional y otorgaba al gobernante interino, además
de las funciones del Poder Ejecutivo, las del Legislativo, e incluso le autorizaba designar
un vicepresidente entre los miembros de su gabinete.

La segunda parte se refería a derechos humanos y libertades fundamentales, la tercera


al proceso electoral, mientras la cuarta parte se componía de disposiciones generales,
la última de las cuales, el artículo 55, disponía lo siguiente: “Durante el lapso que
medie entre la instalación Gobierno electo y la promulgación de la nueva Constitución,
regirán las disposiciones contenidas en los Títulos III, IV , V y VI de la Segunda Parte de
la Constitución de 1963, relativas al Poder Legislativo y al Poder Ejecutivo,
respectivamente”.

La pieza dividida en un preámbulo, cuatro partes y 55 artículos, relativos a la or-


ganización del Gobierno Provisional, derechos humanos y libertades fundamentales, el
proceso electoral y disposiciones generales, estaba organizada a modo de una
verdadera constitución política, con la particularidad de que reconocía, respecto de
determinados asuntos, la vigencia de la Constitución de 1963, en aspectos atinentes a
la bandera, escudo y forma de gobierno; territorio, nacionalidad, ciudadanía,
soberanía; y, también, los TÍTULOS III, IV, V y VI, relativos al Poder Ejecutivo y Legislati-
vo, entre otros.

“El Gobierno Provisional se compromete por el presente Acto Institucional a respetar y


hacer que se respeten los derechos humanos y las libertades públicas…”, expresaba
literalmente en su primer enunciado el artículo 13.

Hacía mandatorio que ni el Presidente Provisional, ni el Vicepresidente Provisional, así


como ninguna de las personas que integraron el gabinete podían presentarse como
candidatos, conforme a este estatuto, en las elecciones generales que finalmente
tendrían lugar el primero de junio de 1966, con la participación de todos los partidos
políticos inscritos y reconocidos, organizadas por la Junta Central Electoral y las juntas
dependientes de esta, con la cooperación de la Organización de los Estados America-
nos (OEA) y la permanencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
“hasta la instalación del Gobierno electo”, que tendría lugar a los treinta días de las
elecciones. “Artículo 50.- El voto es personal, libre, secreto y popular”.

“Artículo 51.- Las Elecciones serán libres para que reflejen la voluntad del pueblo
dominicano”.
Se indicaba además en el documento que el Presidente Provisional “exhortará” a las
agrupaciones y partidos políticos y a la ciudadanía en general a que se abstenga de
realizar toda actividad política hasta los tres meses anteriores a la celebración de las
elecciones (Art. 49).

Un aspecto sumamente importante, resultó ser la previsión que tomaron los suscri-
bientes del Acto Institucional, cuando en el artículo 53, dispusieron que:

“El Gobierno elegido de acuerdo con el Artículo 49 del presente Acto Institucional de-
berá convocar, en un plazo no mayor de cuatro meses después de su instalación, a una
Asamblea Constituyente, a fin de que proceda a tomar una decisión sobre el problema
constitucional”. (…).

Si bien la Constituyente prevista precedentemente nunca tuvo lugar, sí resultó que las
cámaras legislativas optaron por votar la Constitución Política dominicana, dada y
proclamada por la Asamblea Revisora el 28 de noviembre de 1966, la cual se mantuvo
vigente por casi veintiocho años, es decir, hasta el 14 de agosto de 1994.
CONCLUSIÓN.

Todo período de la historia es importante, en el estudio de un conjunto de hechos y


sucesos que ocurrieron en un país. En este caso el nuestro, República Dominicana.

La vida de nuestro país muchas veces se ha visto cercenada por los intereses de grupos
y de sectores que buscan su beneficio personal y no el colectivo de sus habitantes. Por
medio del estudio y análisis del tema planteado, podemos enunciar la importancia del
acto en distintas esferas de la dominicanidad.

En el plano político, el acto, fue la especie de Constitución que nos rige desde 1965,
septiembre, hasta 1966 cuando el Presidente Balaguer proclama la nueva Constitución.
Con la firma del mismo se pone fin a unos sucesos que repercuten en la vida de la
nación, ya que por primera vez fungen dos gobiernos paralelos en nuestra nación.

Este instrumento, sirvió de garantía de que se haría llamado a elecciones libres en


1966, y los dominicanos tuvieran la oportunidad de elegir a su presidente.

Pone fin a un momento de caos. Los constitucionalistas demostraron que sus


principios eran irrenunciables, introcables, que su sentido patriótico estaba por encima
de todo.

Considero, que este tema tan importante, debe incluirse en el currículo, o ver la forma
de que se aborde, pues, para ser franco distinguido profesor no lo había visto o no me
había detenido a su estudio. Sí conozco de la Guerra de Abril, de la intervención de
1965, pero, en este significativo tema no me había detenido, ni conocía de la
importancia del mismo.

Enhorabuena. ¡A seguir trabajando!


BIBLIOGRAFIA

 Castaño Guzmán, Julio C. Actos jurídicos que le pusieron fin a la Guerra de Abril
de 1965. Listín Diario.
 Acto institucional con el que se le puso fin a la Guerra de Abri de 1965, El
Nacional, Septiembre 2015.
 www. Monografis.com
 www.wilkipedia.org

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