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Capítulo 8

EL EVANGELIO SEGÚN LUCAS


SI BIEN ESTE DOCUMENTO TIENE MUCHO EN COMÚN CON LOS OTROS EVANGELIOS
sinópticos, tiene también un rasgo que lo distingue, a saber, que su
escritor compuso además el libro de Hechos, con el resultado de que su
producción literaria conjunta hace de Lucas el mayor contribuyente al
Nuevo Testamento, si lo miramos desde un punto de vista meramente
cuantitativo. La unidad de estos dos libros, productos de un solo escritor,
está indicada por la circunstancia de que ambos documentos están
dedicados a la misma persona, un tal Teófilo, y que el segundo escrito
nace referencia al primero, indicando que procede del mismo escritor
(Hch. 1:1).
Un examen del final del Evangelio según Lucas y del comienzo de
He-:hos nos demuestra el modo en que el escritor ha compaginado su
material. Especialmente digno de ser notado es el caso del tratamiento de
la ascensión, que sólo está insinuada en el Evangelio (24:51)', pero que es
objeto de una descripción y expresión formal en Hechos 1:2,9. Desde el
rumo de vista de la historia que el Evangelio narra, la resurrección era
El Papiro Bodmer XIV (P7^) debe ser, sin embargo, añadido ahora a los testigos que
i'-orecen la lectura más extensa que menciona específicamente la ascensión.
189
Introducción al Nuevo Testamento
más decisiva que la ascensión; pero desde el punto de vista de la historia
apostólica la ascensión ocupaba un lugar clave, ya que servía como base
para la exaltación de Cristo y el derramamiento del Espíritu. El concepto de
testimonio es otro elemento que unifica a los dos libros (Le. 24:48; Hch.
1:8).
Sólo Lucas, de entre los escritores de los Evangelios, se dedicó a la
tarea de formular una exposición de los comienzos del movimiento cris-
tiano. Al hacerlo, eligió no limitarse al relato del origen y progreso de la
iglesia, dejando así al lector individual en la obligación de imaginarse el
trasfondo del ministerio de Cristo de cualquier modo que pudiese, sino
que eligió redactar su propio relato del ministerio de modo que pudiese
proveer al lector con una narración continuada. Lucas es el primer histo-
riógrafo cristiano. Lo que él sin duda trató de compaginar como volumen
I v II de su obra ha sido separado a raíz del deseo de la iglesia primitiva de
incluir este Evangelio con los otros tres. Los autores modernos han
tratado de recobrar la intención original del escritor hablando de su obra
como Lucas-Hechos. Es claro, a partir del comienzo del libro de
Hechos, que se había redactado otra obra y que la intención era que
hubiese una estrecha conexión entre ambas. Comparando esto con la
práctica de Josefo, el historiador judío del primer siglo, es razonable pre-
sumir que Lucas concibió sus dos libros como partes de una totalidad. Al
comienzo del Libro II de su obra, Contra Apión, Josefo se refiere al
Libro I como "el libro anterior", o corno primer tomo de su obra. Lucas,
consciente del hábito que tenían los historiadores del período helenístico,
adaptó su propia escritura a este modelo.

ESCRITOR
Los antiguos declaran que Lucas, el médico, el compañero de Pablo,
escribió este Evangelio. Entre los testimonios más antiguos está el del
Canon de Muratori con su complicado texto. Algunas enmiendas suge-
ridas afectan ciertos detalles, pero no cuestionan el hecho de que Lucas
haya sido el escritor.
Más o menos del mismo período llega la afirmación de Ireneo de que
Lucas, seguidor de Pablo, registró el evangelio que había sido predicado
por éste (Pablo).2 La noción de que cuando Pablo se refiere a "mi
evangelio" (Ro. 2:16) él tiene en mente el relato evangélico hecho por
Lucas, estaba bastante difundida entre los Padres. Esta noción, empero, no
resistirá un ajustado examen a la luz del prólogo, donde las afirmaciones
de testigos oculares son mencionadas como base de los materiales
utilizados. Pablo no reúne los requisitos de un testigo ocular.
El Prólogo antimarcionita al Evangelio, compuesto en una época (cerca
del año 175) en que la iglesia luchaba vigorosamente contra este here-
2
Contra las herejías III. i. I.
190
El Evangelio Según Lucas

je, que había mutilado el relato de Lucas y lo había incluido en su propio


canon, define a Lucas como nativo de la ciudad de Antioquía en Siria.
Además, este documento fija la muerte de Lucas en Boeocia a la avan-
zada edad de 84 años. Se encuentra una variante en el llamado Prólogo
monárquico de Lucas, que se originó allá por el año 200, pero que es con-
siderado como procedente del siglo IV por muchos peritos. Aquí la
muerte de Lucas es situada en Bitinia a la edad de 74 años. Otros detalles se
encuentran en un acuerdo sustancial con la información previa.
Orígenes relaciona al tercer Evangelio con la afirmación de Pablo
respecto a cierto hermano "cuya alabanza en el evangelio se oye por
todas las iglesias" (2 Co. 8:18), haciendo pensar de este modo que Pablo se
refería a la alabanza que merecia el relato de Lucas. Jerónimo hizo lo
mismo, a pesar de que el pasaje no da pie para una interpretación tal.
Los escritos lucanos no contienen en su texto una afirmación explícita
respecto a su escritor; con todo, los mismos no son completamente anó-
nimos ya que el autor se refiere a sí mismo en el prólogo ("me ha
parecido también a mí") y al principio del libro de Hechos ("en el primer
tratado, o Teófilo, hablé"). Se da por sentado que debe haber sido bien
conocido por el recipiente de la obra combinada, Teófilo, y por lo tanto
también por otros. Esta conclusión es respaldada por la circunstancia de
que los escritores patrísticos enfatizan mucho la apostolicidad como
criterio para la recepción de libros. Vista esta tendencia, el hecho mismo de
que el tercer Evangelio lleve el nombre de Lucas en vez de alguna figura
apostólica en el sentido estricto de la palabra, habla elocuentemente a
favor de la tradición.
Debido a la íntima relación que hay entre Lucas y Hechos, es natural
que cualquier dato derivado del libro de Hechos que tenga que ver con su
paternidad literaria pueda también ser aplicado al Evangelio. En varios
puntos de la narración aparecen las secciones "nosotros" (Hch. 16:10-17;
20:5—21:18; 27:1—28:16), que parecieran indicar la presencia del escritor
en compañía de Pablo y otros. El primer pasaje describe el viaje de Troas
a Filipos, el segundo narra el último viaje de Pablo a Jerusalén, y el tercero
relata lo sucedido en el viaje de Cesárea a Roma, cuando Pablo viajaba
como prisionero. Estas secciones pueden ser descritas como resúmenes de
un diario de viaje. Por medio de un proceso de eliminación se puede llegar
a la identidad del hombre que ha hecho estas notas. Conviene
comenzar con la observación que esta persona fue a Roma con Pablo. Si
las epístolas de la cárcel fueron escritas desde Roma, cosa que damos por
sentada, las mismas se pueden tomar como fuentes de información
respecto a los amigos de Pablo que estuvieron con él durante parte o la
totalidad de su detención en dicha ciudad. Estos son los siguientes:
Epafras, Epafrodito, Timoteo, Tíquico, Aristarco, Marcos, Jesús
llamado el Justo, Demás y Lucas. De éstos, Epafras y Epafrodito no
llegaron en compañía de Pablo, por lo cual no podrían haber descrito
191
Introducción al Nuevo Testamento

el viaje a través del mar. Tíquico, Aristarco, Timoteo, y Marcos quedan


eliminados, ya que todos ellos son mencionados en algún punto del libro de
Hechos en tercera persona. Demás desertó más tarde al apóstol, haciendo
su identificación con el escritor muy dudosa. Además, no hay tradición
a su favor como escritor. Quedan sólo dos, Jesús llamado el Justo y
Lucas. Ya que no hay indicación de que aquel estuviera con Pablo
durante los hechos transmitidos en las secciones "nosotros", y dado que
se carece de testimonio patrístico a su favor como escritor, sólo queda
Lucas, que es apoyado por la tradición, como se notó anteriormente. Su
presencia con Pablo durante su prisión está mencionada en Colosenses
1:14 y Filemón 24. Además, hay una referencia a él en 2 Timoteo 4:11,
que pareciera pertenecer a un período posterior.
Cadbury está dispuesto a descontar lo decisivo de esta manera de enfocar
el problema del escritor en base a que este mismo proceso de eliminación es
posiblemente el fundamento sobre el cual la iglesia del siglo II llegó a la
conclusión de que Lucas era el escritor, sin conocimiento independiente
alguno de su identidad.3 Pero este proceso de eliminación es solamente un
medio secundario de enfocar el asunto. El nombre del autor no seria un
secreto si el nombre de aquel a quien la obra es dedicada está
explícitamente expresado. Como bien dice Dibelius, "Ambos escritos...
fueron presentados al lector público desde el principio mismo bajo el
nombre de Lucas como autor".4 Streeter indica asimismo que si
Lucas-Hechos fue publicado en Roma, que es lo que él piensa, habría sido
necesario desde el principio distinguir a su escritor del escritor del
Evangelio según Marcos, que ya había sido publicado en la misma
ciudad.5
Ha habido un intento de minimizar la relación de las secciones "nosotros"
con la paternidad literaria desde otro punto de vista, a saber, presumiendo
que el diario de viajes de Lucas fue utilizado por el editor final del libro de
Hechos, quien permitió que la primera persona plural permaneciese, en
vez de ser alterada colocando "ellos". Tal procedimiento, si realmente
hubiese ocurrido, es muy extraño. ¿Por qué no conformó el editor final
estas secciones a su propia práctica en otras partes del libro en las que se
utiliza material de otras fuentes? Cadbury escribe lo siguiente, "Que en
los pasajes 'nosotros' él hubiese elegido retener el 'nosotros' es, por
cierto, muy extraño".6 F. F. Bruce hace la siguiente pregunta: si la
primera persona es el recurso literario que se usa para sugerir una mayor
autoridad a la confiabilidad del material, ¿por qué no ha utilizado el autor
este recurso más continuamente a lo largo del libro?7 No parecería haber
lugar a dudas aquí. Lucas ha dejado su imprenta en
3
Beginnings ofChristianity, II, 260-262.
4
Studies in the Acts of the Apostles, p. 89. sThe
Four Gospels, p. 560. 67V;í> Making of the
Luke-Acts, p. 358. 1The Book of Acts, p. 328,
nota 22.
192
El Evangelio Según Lucas

estas secciones. El estilo y el lenguaje, como Harnack ha demostrado en


gran detalle, identifican al escritor con el que compuso el resto del libro.
"En todo lugar en que el tema deja el menor resquicio, oímos la voz,
vemos la mano y trazamos el estilo del autor de toda la obra".8
El hecho de que el escritor de Lucas-Hechos fue un gentil parece estar
suficientemente indicado por un número de cosas. En primer lugar,
como nota Cadbury,9 se menciona que el "campo de sangre" de
Jerusalén era llamado en la lengua de ellos (de los judíos), en vez de su
propio idioma, Acéldama (Hch. 1:19). Nuevamente, su afecto por la ciudad
apunta en la misma dirección, ya que ésta era la unidad geográfica
significativa para los griegos, pero no para los hebreos, a excepción de la
importancia especial que Jerusalén tenía. Además, el escritor tiene una
afinidad especial por el mar, la que se trasunta en la descripción de sus
viajes por mar, particularmente en Hechos 27. Los judíos no congeniaban
con el mar, al menos no durante el período romano. Estas observaciones
respecto al escritor de Lucas-Hechos concuerdan bien con el testimonio de
Pablo respecto a Lucas, puesto que aunque él no afirma verbalmente que
Lucas fuese gentil, lo menciona en Colosenses 4:14 después de haber
completado la lista de sus compañeros de trabajo que pertenecían a la
circuncisión (v. 11).
Los antecedentes y la posición de Lucas en el mundo helénico parecen
razonablemente bien establecidos si se hace una comparación de las por-
ciones primera y última del libro de Hechos. La primera parte está narrada
de un modo tan fragmentario que le parecería al lector muy extraño si
emanase de alguien que perteneciese a la comunidad cristiano-palestina, en
tanto que la segunda parte del libro tiene muchos más detalles, aun
cuando el narrativo se ha alejado del centro original de la fe y de las
labores de los apóstoles originales.
Queda ahora por destacar la acotación de Pablo en Colosenses 4:14 de
que Lucas era médico. Esta observación ha llevado a los estudiosos a ex-
aminar el vocabulario de Lucas-Hechos para determinar si el mismo da o
no evidencias de provenir de la mano de un médico. En 1882 W. K.
Hobart publicó un libro titulado The Medical Language of Saint Luke
(El lenguaje médico de Lucas), en que compara el vocabulario de los es-
critos en Lucas con las obras de cuatro médicos del mundo antiguo, in-
cluyendo a Hipócrates y a Galeno. Su conclusión es que el escritor bíblico
emplea lenguaje médico al narrar los milagros de curaciones y que en las
porciones de relato general se inclina a usar lenguaje médico, a diferencia
de los otros escritores del Nuevo Testamento. Hobart también trató de
demostrar que en las secciones en las que no es posible hacer
comparaciones con los otros escritores del Nuevo Testamento, el autor
'Luke the Physician, p. 66. Todo el capítulo II esta dedicado a este tema.
9 The Book of Acts in History, p. 35
193
Introducción al Nuevo Testamento

de Lucas-Hechos hizo uso de una fraseología "que por hábito y adiestra-


miento un médico estaría inclinado a emplear".10
Harnack también quedó muy impresionado por la terminología médica
de Lucas-Hechos11, pero se dio por satisfecho con hacer su argu-
mentación a partir de un vocabulario menor que el que Hobart había
presentado.
Cadbury ha hecho que las conclusiones de Hobart sean menos convin-
centes al indicar que hubo un defecto en su método. "Si bien demuestra
con gran diligencia que las palabras que él cataloga son empleadas por
los escritores médicos, el no demuestra que no son empleadas por otros
escritores que carecen de capacitación profesional".12 Cadbury examinó las
obras de ciertos autores helenísticos y descubrió que de las 400 palabras
catalogadas por Hobart, 300 son halladas tanto en la Septuaginta como
en Josefo. Hay dos autores profanos que fueron también examinados, con el
siguiente resultado: el 90% de la lista hecha por Hobart aparecía ya en
Plutarco o en Luciano, o en ambos.
El resultado neto de las diferentes investigaciones es que el lenguaje de
Lucas-Hechos es totalmente compatible con el hecho de que el escritor
sea un médico, pero no demuestra que debe haber sido necesariamente un
médico. Hay toques aquí y allá que sugieren un interés profesional, tal
como la descripción de la mujer con el flujo de sangre. Mientras Marcos dice
que ella había sufrido mucho a manos de muchos médicos y que había
gastado todos sus recursos sin haber mejorado, sino que había
empeorado (Mr. 5:26), Lucas sale a la defensa de su profesión hacién-
donos notar que el problema de esta mujer era incurable. La mujer constituía
un caso sin esperanza (Le. 8:43).13 Harnack llama nuestra atención al relato
de Hechos 28:8-10, que parecería apuntar a una participación de Lucas en
los regalos dados por los habitantes de Malta, como una indicación de la
participación de Lucas en la tarea curativa.14 Esta información no demanda la
utilización de una habilidad médica humana, pero la sugiere.
Resumiendo, la evidencia a favor de que Lucas sea el escritor de este
Evangelio es lo suficientemente clara como para hacer que la tradición de la
iglesia primitiva sea considerada razonable y aceptable, aun cuando
algunos elementos de la evidencia no sean tan decisivos como alguna vez se
los consideró. La mención de Lucio de Cirene (Hch. 13:1) y del Lucio
mencionado en Romanos 16:21, señalados por algunos como referencias a
Lucas, no tiene nada sustancial que la relacione con Lucas-Hechos.
10
77ie Medical Language of Saint Luke, p. xxx.
"Luke the Physidan, p. 15-17, 175-198.
12
"The Style and Literary Method of Luke", HTS, VI, 41.
13
Para otros ejemplos véase A. T. Robertson, Luke the Historian in the Light of Research,
pp. 92-95.
l
*Luke the Physidan, pp. 15-16.

194
El Evangelio Según Lucas

Eusebio y otros afirman que Lucas era nativo de Antioquía, en Siria. El


Codex Bezae tiene una sección "nosotros" en Hechos 11:28, dando cierto
apoyo a la idea de que Lucas estaba en la ciudad en el momento en que el
evangelio comenzó a ser predicado allí, pero esto bien podría ser una
adición al texto basada en la tradición. El hecho de que Lucas haya
permanecido en Filipos (no hay ninguna sección "nosotros" en la
descripción del ministerio de Pablo durante su viaje hacia Tesalónica,
Atenas, y Corinto) apunta quizá a una relación personal con esa comunidad.
Lucas posiblemente permaneció allá hasta el último viaje de Pablo a
Jerusalén.

EL PROLOGO
Esta sección (Le. 1:1-4) tenía presumiblemente la intención de introducir
no sólo el Evangelio sino también Hechos. Que la misma fue escrita
después de la redacción del cuerpo del Evangelio puede inferirse a partir del
hecho de que el versículo siguiente (v. 5) carece de una partícula conectiva,
lo que parecería indicar que Lucas comenzó a escribir en ese punto y no
en el prólogo.
Aparte del interés que estos versículos introductorios tienen para
poder valorar la habilidad literaria de Lucas, está su valor como testi-
monio de escritos evangélicos en general y de la obra de Lucas en par-
ticular. Aquellos que escribieron, nos dice Lucas, se ocupaban de "las
cosas que se han verificado entre nosotros" (Biblia de Jerusalén). Un si-
nónimo para esto sería "el hecho de Cristo". Esta frase (el verbo utilizado
aquí es ) no debe ser interpretado en el sentido estricto de
cumplimiento de ciertos pasajes profetices específicos, idea que es
comunicada por el verbo afín (Le. 4:21; Hch. 1:16), sino más
bien de aquello que se ha realizado en el sentido de la Heilsgeschichte
(véase 2 Ti. 4:17, donde la palabra es utilizada en un marco diferente).
Aquellos que transmitieron esta información a los escritores de Evan-
gelios son descritos como testigos oculares y ministros de la palabra. Sin
duda estos eran mayormente los apóstoles, aunque quizá existiese la in-
tención de abarcar un círculo más amplio. Para ser idóneos, sin em-
bargo, era necesario que ellos hubiesen estado con el Señor desde el principio
(v. 2). Una comparación entre Marcos 1:1, que es seguido inmediatamente
por un relato del ministerio de Juan el Bautista, y Hechos 1:21-22 hace
que sea evidente que la referencia que hace Lucas se aplique al comienzo del
ministerio público de Jesús. Este período del ministerio fue para estos
hombres generalmente un tiempo de observación y aprendizaje, si bien hubo
algún servicio limitado. Con el comienzo de la iglesia llegó la oportunidad
del ser ministros de la palabra en un sentido más significativo. Ellos
transmitieron lo que sabían a quienes escribieron. Este término tan
importante, que en su forma sustantiva es la palabra
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Introducción al Nuevo Testamento
"tradición", enfatiza la fidelidad y el cuidado con que los datos eran tra-
tados y transmitidos (ver 1 Co. 11:23; 15:3).
Esto es, entonces, el esquema general de los escritos evangélicos pre-
vios. Lucas no aparece como crítico de sus predecesores (nótese la palabra
también en el versículo 3), aunque opina que él tiene algo que aportar.
Además de los informes de los testigos oculares y de los escritos a que
hace referencia, Lucas hizo por su cuenta aquellas investigaciones que le
parecieron útiles (v. 3). La palabra significa literalmente
seguir acompañando o seguir de cerca. Cadbury la entiende de un modo
diferente, interpretándola como el modo en que Lucas afirma su adhesión
personal al movimiento cristiano.15 Esta actividad adicional por parte de
Lucas fue efectuada "desde su origen", lo que no es lo mismo que
"desde el principio", algo ya notado en el versículo 2. Con este rápido
golpe de pluma, Lucas justifica y anticipa la inclusión de los relatos sobre
la natividad (Le. 1-2). Ramsay ha argumentado de modo convincente
que fue María, la madre de Jesús, la autoridad a que el historiador recurrió
para esta porción de su evangelio.16
Lucas enfatiza además su propósito de escribir precisa y ordenada-
mente. Este último adverbio quizá esté echando una mirada hacia atrás,
refiriéndose a la obra de tantos que le habían precedido. Es muy posible
que en su mayor parte éstas fueran breves y carecieran de un ordena-
miento sistemático. Lucas ocasionalmente pasa por alto el orden crono-
lógico, así que la presente frase debe entenderse probablemente en el sentido
más amplio de un relato bien concebido y artísticamente estructurado.
Finalmente, el propósito del historiador es el de transmitir certeza respecto
a las cosas que eran corrientes como elementos de instrucción catequética en
la iglesia primitiva. (v. 4) de acuerdo a la práctica de dicha iglesia, según la
cita de Lucas en Hechos 2:42. El contenido debe haber sido la tradición
apostólica que más tarde, en forma escrita, aproximaría el con tenido de los
Evangelios. Sin embargo, quizá Lucas sólo esté queriendo decir
"informado".

LECTORES
Sólo uno es mencionado, cierta persona prominente llamada Teófilo. El
epiteto KpáTiote es aplicado también al gobernador romano Félix (Hch.
24:3) y a Festo (Hch. 26:25), y sirve para eliminar la noción de que Teófilo
sea simplemente un término genérico aplicable a todos los creyentes
como "amados del Señor", ya que indica una persona de cierta posición
(contrástese esto con 1 Corintios l:26ss). Pero este modo de dirigirse a
Teófilo es realmente una dedicatoria. Se puede destacar aquí el
15
7Vie Making of Luke-Acts, pp. 345-347. í6Was
Christ Born at Bethlehem? pp. 73-86.

196
El Evangelio Según Lucas

paralelo con la dedicatoria hecha por Josefo de su obra Contra Apión al


muy excelente Epafrodito. Bien pudiera ser que se esperaba que Teófilo
apoyase la publicación de la obra de Lucas. De todos modos, uno puede
llegar a la conclusión que se tenía en mente a lectores gentiles. Ramsay
hace notar que el cuidado de Lucas por informar a sus lectores sobre
puntos relacionados con la geografía de Palestina, aun los más simples,
contrasta notablemente con la presuposición del conocimiento geográfico
de sus lectores respecto al mundo greco-romano.17 Lucas evita deli-
beradamente cosas que pudieran confundir a sus lectores gentiles, tales
como la palabra "rabí", que aparece cuatro veces en Marcos y la misma
cantidad de veces en Mateo. Otro ejemplo es el de evitar el semitismo
"hosanna" en relación con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

FECHA Y LUGAR DE REDACCIÓN


Hay poco que pueda guiar al estudiante respecto al tiempo de la com-
posición de este Evangelio, más allá de la conclusión de que el uso que
Lucas hace de Marcos lo hace posterior a este Evangelio. Streeter
argumenta a favor de una fecha posterior al año 70 basándose en que
Lucas ha cambiado radicalmente el cuadro escatológico de Marcos
haciendo de su exposición del advenimiento de la abominación de la
desolación y de las miserias subsiguientes una descripción de la caída
de Jerusalén, sustituyendo así algo conocido por algo que no había llegado
a materializarse.18 Esto implicaría una manipulación radical de las fuentes
por parte de Lucas, algo que sus propias declaraciones y el carácter de su
obra niegan. El lenguaje de Lucas 21:20 es demasiado general como para
requerir la descripción de un hecho que ya ha tomado lugar (véase 1 Ts.
2:16).
Se ha notado frecuentemente que el período de dos años durante el
cual Pablo permaneció prisionero en Cesárea le habría permitido a Lucas la
oportunidad de llevar a cabo la investigación que lo capacitaría para
escribir su Evangelio. Esto no quiere decir que Lucas haya hecho la re-
dacción final de su Evangelio durante este período. Lucas puede haber
tenido acceso al Evangelio según Marcos durante su estadía en Roma con
Pablo en la época de la segunda prisión de este último, en los primeros
años de la década del 60. Véase la discusión respecto a la fecha de
Hechos.
El Prólogo monárquico a Lucas afirma que él escribió su Evangelio en
las regiones de Acaya, pero la confiabilidad de esta tradición no es muy
segura. Nada puede afirmarse positivamente respecto al lugar.

17
Op. cit., pp. 55-57. 187Vie Four
Gospels, p. 540.
197
Introducción al Nuevo Testamento
PRECISIÓN DE LA INFORMACIÓN
Este es un asunto que tiene más relación con el libro de Hechos que
con el Evangelio, pero también aquí el tema tiene relevancia porque
Lucas ha profesado dedicarse particularmente a proveer un relato digno
de confianza.
El principal punto de tensión ha sido el relato del censo efectuado por
orden de Augusto, tiempo en el cual Jesús nació en Belén (Le. 2:lss). No
hay fuentes contemporáneas que certifiquen este censo. Sin embargo,
debe reconocerse que Lucas hubiera puesto toda su obra bajo sospecha si
se hubiese equivocado en un asunto que sería de conocimiento común si
realmente llegó a suceder. Además, los primeros críticos del
cristianismo, que presumiblemente estaban bien informados respecto a la
historia del período neotestamentario, no recurrieron a este elemento para
hacer uso del mismo. Se puede entonces presumir que no encontraron
ningún error en esto.19
La investigación moderna ha hecho mucho por vindicar a Lucas, si
bien no podemos hablar de pruebas en este asunto del censo. La
probabilidad de la presencia de Quirinio (o Cirenio) en Siria durante el
período en cuestión nos viene de dos fuentes. En primer lugar está el
testimonio de la inscripción de Tibur de que el oficial romano en ella
descrito (reconocido como Quirinio por historiógrafos competentes—la
inscripción está rota y el nombre ausente) era legado imperial en Siria y
tomó la posición de legado por segunda vez. En segundo lugar está el
descubrimiento hecho por Ramsay de dos inscripciones, una en
Antioquía de Pisidia y otra cerca de la ciudad, en las que se honra a cierto
prefecto que sirvió bajo Quirinio en esta región durante su campaña
contra la tribu de los homonadenses. Ramsay mismo estaba convencido
de que el tiempo concordaba con el periodo requerido por el relato de
Lucas.20 Es posible, entonces, considerar a Quirinio como representante
especial del emperador en esta región en vez de ser gobernador en el
sentido técnico de la palabra.21
El problema de hacer concordar el relato de Lucas con el de Josefo
(Antigüedades XVIII. i. 1), que menciona solamente el censo impositivo
del año 6 d.C., puede ser resuelto, según Stauffer, reconociendo que allí
donde la imposición no estaba bien arraigada, la misma requería un largo
proceso que llevaba bastante tiempo. El estima que el relato de Lucas se
refiere a la primera etapa, la apógrafo, una lista sistemática de todas la
personas y propiedades imponibles, a cuyo propósito todos debían
aparecer personalmente. Más tarde venía la apotimeesis, la etapa
conclusiva, que era la fijación oficial de los impuestos. Esta es la etapa
19
Ramsay, op. cit., pp. 70-71.
20
The Bearing of Recent Discovery on the Tntstworthiness of the New Testament, pp.
289-290.
21
Ramsay, op. cit., p. 239.

198
El Evangelio Según Lucas

que Josefo describe. Según Stauffer, Quirinio fue al Oriente en el año 12


antes de Cristo, comenzó el censo (apógrafo) en el año 7 a.C. y no lo
completó hasta el año 7 d.C. La culminación de esta ardua tarea en sólo 14
años puede ser considerada como un logro que demuestra la energía de
Quirinio. En Galia, donde hubo gran resistencia, este proceso llevó más de
cuarenta años.22
La solución de Stauffer es preferible a la posición que sostiene que
Lucas asoció el nacimiento de Jesús con el censo bajo Quirinio del año 6
después de Cristo. Esto pondría a Lucas en conflicto con su propio marco
para la natividad, que él fija en los días de Herodes, rey de Judea (1:5), ya
que Herodes murió en el año 4 a.C. También significaría que Jesús
comenzó su ministerio aproximadamente en el año 36 d.C. (véase Le. 3:23)
demasiado tarde como para ser encuadrado dentro de la cronología de la era
apostólica.

CONTENIDO
El material puede ser agrupado así: (1) Prólogo (1:1-4); (2) Narraciones
de la natividad (1:5—2:52); (3) Preparación para el ministerio de Jesús
(3:1—4:13); (4) Ministerio en Galilea (4:14—9:50); (5) Ministerio en el
camino hacia Jerusalén (9:51 —19:27); (6) Ministerio en Jerusalén
(19:28—24:53).

CARACTERÍSTICAS
(1) En concordancia con el destacado lugar que se le da al Espíritu Santo en
el libro de los Hechos, el Evangelio según Lucas magnifica el papel del
Espíritu en la vida y ministerio de Jesús. El Espíritu llena a su precursor
(1:15), es activo en la concepción del Hijo de Dios (1:35), desciende sobre
él en su bautismo en una manifestación extraordinaria (3:22), lo llena para
su ministerio (4:1) según lo. anunciado por la palabra profética (4:18), lo
fortalece para superar la tentación (4:1-2), lo capacita para su obra una vez
que ha conquistado al maligno (4:14), y le imparte alegría en medio de sus
tareas (10:21).
(2) El templo es mencionado frecuentemente, no sólo en relación con la
semana de pasión, sino de modo especial en los relatos que tienen que ver
con la natividad (1:8,21-22; 2:27,37) y con la visita durante la niñez
(2:41-51). Al final del Evangelio los discípulos aparecen allí (24:53), pre-
parando así al lector para el significado central del templo en la vida de la
iglesia primitiva (Hch. 2:46: 3:1).
(3) Frecuentes referencias a los ángeles (más de 20 veces) sirven para
destacar la conciencia del carácter celestial y revelador del hecho de
Cristo (1:11, 26; 2:9, 13).
22
E. Stauffer, Jesús and His Slory, pp. 21-32.
199
Introducción al Nuevo Testamento
(4) Hay ciertos elementos distintivos que se destacan en la narración de
Lucas sobre la Pasión. Los cargos formulados por el Sanedrín contra
Jesús son detallados en presencia de Pilato (23:2). Respondiendo a estos
tres alegatos surge la triple declaración del gobernador de que él no
puede detectar crimen alguno en el acusado (23:4,15,22). La inclusión de la
aparición del prisionero ante Heredes da pruebas del interés histórico de
Lucas y de su preocupación por aportar un relato lo más completo
posible.
(5) El uso de un pasaje específico de Isaías 53 en 22:21, apoyado por
numerosos ejemplos de la influencia del vocabulario de Isaías 40-66,
sugiere, cuando se lo toma junto con 24:27, 44, 46, que Lucas trata de
enfatizar la misión redentora del Señor. En concordancia con esta pers-
pectiva está su abundante empleo de SEI para indicar la conciencia que
Jesús tenía de dicha misión como tarea que le había sido asignada (4:43,
13:33; 22:37; 24:44).
(6) La atención se centra con frecuencia en Jerusalén, tanto en los pri-
meros capitules como en el relato que va de 9:51 en adelante. El envío de
mensajeros que lo preceden, incluyendo a los 70, da un aura muy impre-
sionante y casi de carácter real a este viaje. Un séquito tal puede ayudar a
explicar las grandes multitudes que le salieron al paso a Jesús cuando él
llegó a Judea, a pesar de una aparente disminución de su popularidad en los
meses previos.
(7) Sólo Lucas entre los evangelistas relaciona el relato sagrado con la
historia secular (2:1-2; 3:1).
(8) Privativos de Lucas son ciertos elementos en las historias del naci-
miento y de la infancia. Estos son: el nacimiento de Juan el Bautista, la
anunciación, la adoración de los pastores, la circuncisión de Jesús, su
presentación en el templo, y la visita a Jerusalén a la edad de 12 años.
Hay un fuerte sabor semítico en estos dos capítulos, tanto en el vocabulario
como en la fraseología, que contrasta marcadamente con el prólogo.
Respecto a este tema Matthew Black escribe lo siguiente, "La opción
parece residir entre una teoría de fuentes hebreas y arameas traducidas al
griego por Lucas o halladas por él ya traducidas, o una simple com-
posición de Lucas en un griego semítico, que debe mucho, si no todo, a la
Septuaginta".2" Black ha hecho también la sugerencia de que Lucas se
encontraba como en su casa en Antioquia, y puesto que el siriaco era
bien conocido allí, nuestro escritor bien podria haberse familiarizado con
este lenguaje.25 Si se tiene en cuenta que esta lengua es muy cercana al
arameo, el corte semítico de la primera parte de Lucas y también el de los
primeros capítulos del libro de Hechos se hace más fácil de entender.
(9) Lucas tiene una sección especial (9:51 —18:14) que presenta algunas
dificultades, no siendo la menor de ellas el marco geográfico de dicho
24"The Problem of the Aramaic Element in the Gospels," ET, 59 (abril 1948), 173. 2SAn
Aramaic Approach to the Gospels and Acts, 2' edición, p. 15.
200
El Evangelio Según Lucas

material. Al comienzo Jesús aparece determinado a marchar hacia


Jerusalén y este destino es afirmado otra vez en 13:22 y 17:11. El
itinerario comienza con un viaje por Samaría, y poco después Jesús aparece
en Betania, en las cercanías de Jerusalén (10:38- 42), pero el resto del
material no tiene a Jerusalén como marco. La información respecto al
tiempo y lugar es más bien vaga (p. ej. 11:1; 12:1). Parecería que esta
sección está más dominada por la ideología que por la geografía.
Comienza bajo el impulso del tema de la transfiguración, y éste parece
dictar el curso del resto del ministerio de un modo notable. Jerusalén es la
meta y la ascensión es la corona (9:51). Otra gente ve esta sección del
Evangelio como una colección de materiales para los cuales Lucas no
tenía ninguna posición definida en el relato del ministerio.
(10) Es imposible saber en qué medida Lucas dependió de los "muchos"
a que se refiere en su prólogo, pero el uso que hizo de Marcos está
suficientemente demostrado. En este uso, Lucas inserta su propio material,
poniéndolo dentro del esquema marcano. Esto es cierto también de la larga
sección recién notada, a veces llamada "Relato del viaje", y también de una
sección más breve, 6:20—8:3.
(11) La redacción de Lucas es de un carácter literario. Luego de un
estudio de su dicción, Cadbury pudo afirmar, "El vocabulario de Lucas, si
bien tiene su afinidad natural con el griego de la Biblia, no está tan alejado
del estilo literario de los aticistas como para estar más allá de una
comparación con ellos".26
(12) Lucas frecuentemente registra la respuesta popular al ministerio de
Jesús. Le gusta afirmar que Jesús se encontraba rodeado y seguido por
grandes multitudes que estaban llenas de asombro ante sus obras (5:26;
7:16-17; 11:14; 13:17; 14:25). Sin embargo, no habla de la compasión de
Jesús por la multitud. Esta queda reservada para los individuos.
(13) Se da prominencia en este Evangelio a ciertos grupos. Lucas men-
ciona a los pobres tantas veces como lo hacen Mateo y Marcos juntos. En
concordancia con esto también se le concede amplio espacio al tema del
rico y su riqueza, muchas veces en carácter de advertencia. La palabra
"mujer" ocurre con gran frecuencia, y muchas mujeres son mencionadas
por nombre. Jesús aparece como el adalid y defensor de los rechazados y
pecadores.
(14) Se da también prominencia a ciertos conceptos. Entre estos está la
oración (tanto en la enseñanza de Jesús como en su práctica), la alabanza, la
alegría, la paz, el perdón, el llanto, el amor, la amistad, la sabiduría y el
entendimiento, la gloria, la autoridad y el espíritu (tanto el Espíritu Santo
como el humano). La información respecto a tiempo y lugar es más
frecuente que en los otros sinópticos.
(15) Es notable que Lucas tenga un interés biográfico más pronunciado
que los otros escritores de los Evangelios. Se nos da información
26
The Style and Lilerary Melhod of Luke, p. 38.
201
Introducción al Nuevo Testamento

respecto a los antepasados de Jesús, sus parientes y padres, el lugar y las


circunstancias de su nacimiento, su desarrollo durante la niñez, la libertad
con la cual él se mezclaba con la gente en su relación social, su exposición a la
tentación (no sólo al principio de su ministerio sino a lo largo del mismo,
22:28) y su frecuente recurso a la oración. Este es el Evangelio de la
humanidad del Maestro.
(16) Jesús es presentado como el sanador de los cuerpos de los hombres
y también como el salvador del pecado. Sólo Lucas entre los sinópticos le
da el título de Salvador. Pareceria extraño, a la luz de este hecho, que él no
registre el dicho de Jesús en Marcos 10:45, paralelo en Mateo 20:28, el
famoso pasaje del rescate. Es posible que Lucas esté menos preocupado por
la filosofía de la cruz que por la misión de Cristo en su totalidad como
elaboración del propósito salvífico de Dios. Sólo en su relato de la
transfiguración leemos sobre la partida de Jesús que se cumplirá en
Jerusalén.
(17) Lucas rivaliza con Mateo en poner énfasis en Jesús como rey, y en el
reino de Dios. Es digno de notarse que en dos lugares (4:43 y 9:2) él
menciona el anuncio del reino cuando los otros Evangelios callan.
(18) En tanto que Mateo se interesa en los cumplimientos detallados y
algo hagádicos del Antiguo Testamento en Jesús de Nazaret, Lucas se
preocupa más por establecer la amplia relación que hay entre la obra de
Jesús y el modelo profético (véase especialmente Le. 4:16ss; 24:25,
44-47). Lucas es el máximo exponente entre los evangelistas de la
Heils-geschichte, que ha sido admirablemente definida por C. K. Barret
como "el proceso histórico continuo que fue el vehículo del propósito
salvífico de Dios".z^
(19) La de Lucas es una historia variada. A. M. Farrer ha dado una ex-
presión clásica a esta faceta: "Lo que nos llama la atención con respecto a
San Lucas no es su helenismo sino su versatilidad. Su historia comienza a
desarrollarse en el seno de la piedad judía y se desarrolla hasta llegar al
agora helenística”. 28

ESTUDIOS RECIENTES
El interés en los escritos lucanos experimenta hoy en día algo así como un
reavivamiento. En esta relación puede notarse un cambio que va del interés
histórico y arqueológico de Ramsay y del análisis literario de Har-nack a
una preocupación por el mensaje de Lucas, por su interés teológico.
De gran importancia aquí es la obra de Hans Conzelmann. El título de su
libro en alemán es Die Mine der Zeit. Este punto medio del tiempo, como
Lucas lo entiende, es el ministerio de Jesús, que está entre el antiguo orden
de la ley y de los profetas (Le. 16:16), y el período de la igle-
21
Luke ¡he Historian in Receñí Study, p. 64.
28
"On Dispensing with Q" en Studies in the Gospe/s, D. E. Nineham, ed., p. 69.
202
El Evangelio Según Lucas

sia que será llevado a conclusión por la Parousía. Así como Jesús es el fin del
antiguo orden, es también el principio del nuevo orden.
La reconstrucción de Lucas es considerada como una solución a un pro-
blema muy molesto, el del retraso de la Parousía y la consecuente necesidad
de que la iglesia se ajuste de algún modo a continuar en medio del orden
mundano por un tiempo indeterminado, aunque no sin la esperanza de una
consumación final. El evangelista le da un lugar central al reino de Dios,
pero al eliminar la insistencia en el arrepentimiento quita el elemento de
inminencia (pág. 114). "Como el Fin está todavía muy lejos, la adaptación a
un corto periodo de espera es reemplazada por una 'vida cristiana' de larga
duración, que requiere una regulación ética y que ya no depende de una
terminación definitiva" (pág. 132). El Espíritu Santo es presentado como
reposando sólo sobre Jesús durante el período del ministerio, pero
haciéndose accesible a su iglesia a partir de Pentecostés.
Conzelmann ha aportado muchos vislumbres útiles, pero sus conclu-
siones son vulnerables, especialmente en dos puntos. El mantiene que el
"hoy" del ministerio de Jesús (Le. 4:21), el tiempo del cumplimiento, de la
salvación, "no se extiende hasta el presente en el cual el autor vive, sino
que es visto como un período pasado" (pág. 195). Sin embargo, es este
mismo Lucas quien ve la era de la iglesia como un período en el cual Jesús
continúa en su actividad (Hch. 1:1). En lo que tiene que ver con el retraso
de la Parousía, este tema está muy trillado. Si el punto de vista de Lucas
hubiese sido tan fuertemente afectado por esta concepción como lo supone
Conzelmann, es extraño que hubiese puesto en su documento el discurso de
Pedro en Hechos 3, en el cual el regreso del Señor ascendido es presentado
como condicionado solamente por el arrepentimiento de la nación que lo
crucificó.
Helmut Flender se queja de que Conzelmann "carece de una clara con-
cepción de las verdaderas presuposiciones del pensamiento de Lucas".» Su
propia investigación le ha llevado a discernir en Lucas un paralelismo
dialéctico. Por ejemplo, "En lugar del cambio de eras que según Pablo fue
inaugurado con la resurrección de Jesús, para Lucas la transición va de este
mundo al mundo celestial que existe de modo concurrente" (pág. 19). Se le
adjudica un triple esquema al material considerado: (1) el nivel de la
ambigüedad humana es contrastado con (2) el nivel de la consumación
celestial; (3) en la fe vital en Jesús como Hijo de Dios la realidad celestial
se hace presente sobre la tierra (pág. 46).
La sección central de Lucas (9:51 —18:14), tan difícil de clasificar dentro
de la totalidad de la obra de Lucas, está recibiendo mucha atención. C. F.
Evans piensa que puede hallarse una pista comparando 9:51-52 con
Deuteronomio 1:21-25. El relato del viaje que hace Lucas demuestra, en-

2<>
Sl. Luke: Theologian of Redernptive History, p. 6.
203
Introducción al Nuevo Testamento
tonces, tener muchos paralelos con Deuteronomio.3» El modo de abordar
esta sección que utiliza Bo Reicke se caracteriza por notar la ausencia total
de nombres de lugares y por llegar a la conclusión de que Lucas, deseando
preservar cierto material importante e instructivo de Jesús—parte del cual es
material Q, y parte derivado de tradiciones que estaban a su alcance—lo
insertó aqui, dándole "una relación superficial con el marco biográfico al
insertar algunas acotaciones respecto al viaje del Señor a Jerusalén"3i
30
"The Central Section of Luke's Cospel", en Sludies in the Gospels, D. E. Nineham, ed.,
pp. 37-53.
3>
The Gospels Reconsidered, p. 109.

BIBLIOGRAFÍA
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1927.
Conzelmann, Hans, The Theology ofSt. Luke. Nueva York: Harper and
Row, 1960.
Credd, J. M., The Gospel according to St. Luke. Londres: Macmillan,
1950.
Ellis, E. Earle, The Gospel of Luke, The Century Bible. Londres:
Thomas Nelson and Sons, 1966.
Flender, Helmut, St. Luke, Theologian of Redemptive History. Filadelfia:
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Ramsay, W. M. Luke the Physician. Londres: Hodde & Stouton, 1908

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