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Pedro Ramón Palacios Gil Arratia, conocido como el Padre Sojo, fundó la Escuela de Música de Chacao en 1784 en Venezuela para cultivar la música sacra. La escuela produjo más de 30 compositores y 150 instrumentistas en el siglo XVIII bajo la dirección del Padre Sojo y Juan Manuel Olivares. Aunque la escuela dejó de funcionar en 1810 probablemente debido a los eventos políticos que marcaron el inicio de la independencia de Venezuela, fue fundamental para el desarrollo de la música en el país.
Pedro Ramón Palacios Gil Arratia, conocido como el Padre Sojo, fundó la Escuela de Música de Chacao en 1784 en Venezuela para cultivar la música sacra. La escuela produjo más de 30 compositores y 150 instrumentistas en el siglo XVIII bajo la dirección del Padre Sojo y Juan Manuel Olivares. Aunque la escuela dejó de funcionar en 1810 probablemente debido a los eventos políticos que marcaron el inicio de la independencia de Venezuela, fue fundamental para el desarrollo de la música en el país.
Pedro Ramón Palacios Gil Arratia, conocido como el Padre Sojo, fundó la Escuela de Música de Chacao en 1784 en Venezuela para cultivar la música sacra. La escuela produjo más de 30 compositores y 150 instrumentistas en el siglo XVIII bajo la dirección del Padre Sojo y Juan Manuel Olivares. Aunque la escuela dejó de funcionar en 1810 probablemente debido a los eventos políticos que marcaron el inicio de la independencia de Venezuela, fue fundamental para el desarrollo de la música en el país.
Pedro Ramón Palacios Gil Arratia, fue un sacerdote y maestro de música.
Conocido en la historiografía venezolana como el "Padre Sojo". Nació en La Hacienda Santa Cruz, Guatire, (Venezuela), el 17 de enero del año 1739 y murió en Caracas, en el año 1799. Era hijo de Feliciano Palacios de Aguirre y Ariztía- Sojo y Gedler y de Isabel María Gil de Arratia y Aguirre-Villela, bisabuelos por línea materna de Simón Bolívar, por lo que el Padre Sojo era tío abuelo del Libertador.
Pedro Ramón Palacios estudió en el Seminario de Caracas y fue ordenado
sacerdote en 1762. Después de su regreso de un viaje a Europa, en 1769 fundó el Oratorio San Felipe Neri, que se dedicó al cultivo de la música sacra. Alrededor de 1784 fundó una Escuela de Música en una de sus propiedades en el pequeño pueblo de Chacao, cercano a Caracas. En esta escuela estudiaron músicos de gran significación en Venezuela a fines del siglo XVIII y principios del XIX como José Ángel Lamas, Juan José Landaeta (quien será el autor de la música del Himno Nacional de Venezuela), Cayetano Carreño, Lino Gallardo, entre otros. La escuela era dirigida por él y por Juan Manuel Olivares. Por ello se considera al Padre Sojo como el que dio inicio a los estudios musicales en Venezuela.
Los trabajos de Juan Manuel Olivares como docente y el padre Pedro
Ramón Palacios y Sojo, impulsaron, financiaron y organizaron; este movimiento musical, dando como resultado la formación de más de 30 compositores y 150 instrumentistas en la Venezuela del siglo XVIII. Los orígenes de la escuela de Chacao se remontan al año de 1771. Consiguiendo concretar el padre Sojo, una de las más importantes aspiraciones de su vida, servir a Dios utilizando el arte y la cultura, especialmente la música. Nombrado director musical de dicho recinto Juan Manuel Olivares, quien trabajó al lado del padre Sojo, surgió una generación de compositores que en definitiva constituyeron la llamada Escuela de Chacao. El nombre de dicho centro de educación musical se deriva del lugar donde se reunían periódicamente los alumnos para estudiar y ejecutar música: las haciendas La Floresta del padre Sojo, San Felipe del padre José Antonio García Mohedano y la de Bartolomé Blandín, una en Chacao y la demás en las proximidades. Otro lugar donde se reunían regularmente los estudiantes era el un local de la mencionada Congregación del Oratorio San Felipe Neri en Caracas, en la actual esquina de Cipreses.
Los estudiantes cultivaron 2 tipos de géneros: el religioso con textos en
latín, destinado al oficio litúrgico, y el profano, de temática y espíritu religioso con textos en español, utilizado en ocasión de la celebración de las festividades religiosas (villancicos, aguinaldos, tonos y pésames.
Aunque no existe una extensa bibliografía referente a la Escuela de Chacao
y su importancia en la historia musical de Venezuela, se han elaborado algunas aproximaciones sobre dicha empresa musical tales como el trabajo de César García Iniesta titulado Chacao, cuna de la cultura musical venezolana; publicada en 1952 en la revista Élite; y el de Juan Francisco Sanz, Una aproximación analítica a las obras de los compositores de la Escuela de Chacao, aparecido en la Revista Musical de Venezuela en 1993. Aunque se desconocen las razones exactas por las que dejó de funcionar la Escuela de Chacao en 1810, se infiere que tal hecho derivó de los importantes acontecimientos que políticos que produjeron en ese año en Venezuela y marcaron una etapa en nuestra historia.