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¿Quién es el cliente?

Un cliente es una persona u organización que demanda bienes o


servicios proporcionados por el productor o el proveedor de servicios.
Es decir es un agente económico con una serie de necesidades y deseos,
que cuenta con una renta disponible con la que puede satisfacer esas
necesidades y deseos a través de los mecanismos de mercado.
Tipos de clientes

• Sabelotodo
• Hablador
• Indeciso
• Desconfiado
• Agresivo
• Alegre/amigable
• Impaciente
• Impulsivo
CLIENTE SABELOTODO
Son los clientes autosuficientes, aquellos que creen conocer todas las respuestas,
auténticos fans de las discusiones, que aliñan con un tono sarcástico y agresivo,
además de ser compradores eternamente descontento.

¿Cómo tratarlo?
Con tranquilidad y serenidad, no dejarse provocar, ofreciéndole una solución que le
satisfaga. Un truco interesante consiste en ofrecerle la solución que necesita haciéndole ver
que es idea suya.
CLIENTE HABLADOR
Son clientes que parecen encantados con el producto o servicio pero a la hora de
finalizar la venta siguen alargando la conversación. Hablan de todo, incluso de asuntos
personales y no del producto que se le ofrece o del servicio en cuestión que se
le presta. Pero son fáciles de tratar. Suele ser un tipo de cliente amable y amigable,
pero muy sensible.

¿Cómo tratarlo?
Ser amables y simpáticos. Escucharlo pero llevar la conversación al producto o servicio que se
le presta. Ser cortés y no entrar a hablar de asuntos personales para no dejar que nos distraiga
de nuestro objetivo: vender. No mostrarnos impacientes ni molestos y contestar a sus
preguntas brevemente.
CLIENTE INDECISO
Este tipo de clientes son incapaces de decir por sí mismos y se muestran muy pensativos a la
hora de decidir. Piden constantemente la opinión de otros, ya sean acompañantes suyos,
comerciales o incluso otros clientes.

¿Cómo tratarlo?
Apoyarlos y confirmar cada decisión por la que se vaya inclinando. Mostrarnos muy seguros
de nosotros mismos y ser hábiles en la presentación de nuestro producto. No plantearle
demasiadas alternativas para que no navegue a la deriva en un mar de dudas. Es
recomendable ser muy rápido
CLIENTE DESCONFIADO
Es aquel que duda de todo, no reflexiona y suele ser intransigente. Le gusta estudiar
todos los detalles antes de tomar una decisión. Suelen ser lentos de movimientos y
buscadores de defectos.

¿Cómo tratarlo?
Tener mucha paciencia y comprensión. Ofrecerle la máxima información de todo. Es
importante conocer a fondo los beneficios y características del producto o servicio que
ofrecemos porque este cliente solicitará muchos detalles. Conocer bien a nuestra
competencia. Mantener la calma, no ponernos nerviosos ante tantas preguntas.
CLIENTE AGRESIVO
Le gusta discutir de forma permanente. Utiliza el insulto o la agresión como medio de
expresión para conseguir lo que pretende. Pondrán a prueba tu paciencia. Suelen tener una
personalidad fuerte y dominante. Su forma de hablar es sarcástica. Magnifica las cosas y le
molestan las respuestas vagas y vacilantes.

¿Cómo tratarlo?
Prestarle atención sin arrogancia ni hostilidad.
Mantener la calma en todo momento. No discutir o adoptar la misma actitud del cliente. No
pedirle o insinuarle que se calme. Demostrarle nuestra cultura con un comportamiento
adecuado y cortés. Debemos conocer todo sobre nuestro producto o servicio a tal punto que
no pueda ganarnos.
CLIENTE AMIGABLE
El cliente amigable es el cliente amable, simpático, cortés, es el cliente que todo negocio
siempre quiere tener, aunque en ocasiones puede llegar a ser hablador, haciéndonos
perder tiempo.

¿Cómo tratarlo?
Para tratar con este tipo de cliente, debemos ser amables y amigables con él, aunque siempre
procurando mantener cierta distancia, es decir, no darle demasiada confianza. Aconsejarle de
manera personal que el producto le beneficiará.
CLIENTE IMPACIENTE
A este tipo de cliente le reconoceremos porque se suele mostrarse impaciente y
agitado. Refiere no tener tiempo y si lo tiene es muy breve.

¿Cómo tratarlo?
Escuchar lo que nos pide, respondiendo con calma y educadamente, a veces
las necesidades de los clientes pasan por sentir que alguien no presta atención a sus
preocupaciones.
Ser rápidos, breves y no hablar demasiado. Es importante no dejar que nos dominen
los nervios.
CLIENTE IMPULSIVO
Este tipo de cliente se caracteriza por cambiar continuamente de opinión, no porque dependa
de alguien para decidir sino porque considera que necesita el producto pero no sabe si
necesariamente es en ese momento. Tiende a ser superficial y emotivo. No se concentra y
es fácil de que de marcha atrás cuando parecía dispuesta a cerrar la compra

¿Cómo tratarlo?
Ante situaciones que le hacen pensar debemos demostrar firmeza, argumentando de forma
breve y concisa para ello tenemos que actuar de manera rápida sin ser descortés

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