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FORMAS DE TRATARLO
Existen muchos tipos de clientes. Conocer cómo es cada uno será de gran ayuda
a la hora de crear estrategias de ventas. Hemos seleccionado los tipos de clientes
que más frecuentemente nos podremos encontrar:
1. El dominante.
Desde el punto de vista del lenguaje corporal, es aquel que caminará con paso
firme y seguro. Se dirigirá a nosotros con un tono de voz fuerte, a veces incluso
puede resultar que emplea un tono agresivo. Normalmente gesticulará mucho a la
hora de hablar. Puede parecer egocéntrico y también arrogante.
Ser directo. Decirle las cosas tal como son, no andarse por las ramas para evitar
que piense que intentamos engañarle.
Actuar rápido porque el cliente dominante decide rápido. Toma las decisiones de
forma rápida y “exige” que quien le atienda lo haga de igual manera.
Si tiene algún problema con algún producto o servicio, anotar todas sus
reclamaciones y buscarle soluciones.
2. El distraído.
3. El reservado.
Es un cliente que necesita mucho tiempo para tomar una decisión. Se caracterizan
por ser personas impasibles, desconfiadas y tímidas. Apenas contestan a las
preguntas. Parece que no entienden lo que se les dice.
No interrumpirles
4. El desconfiado.
5. El infeliz.
Se les reconocerá porque empiezan con la afirmación de: “Estoy seguro que no
tienen lo que busco”.
No mostrarnos impacientes.
6. El quejica.
Nada le parece bien, nada le gusta, a todo encuentra defectos: la atención del
personal es insuficiente, los precios son caros…
¿Cómo actuar con un cliente quejica?
No interrumpirle.
7. El hablador.
Son clientes que parecen encantados con el producto o servicio pero a la hora de
finalizar la venta siguen alargando la conversación. Hablan de todo, incluso de
asuntos personales y no del producto que se le ofrece o del servicio en cuestión
que se le presta. Pero son fáciles de tratar. Suele ser un tipo de cliente amable y
amigable, pero muy sensible.
8. El ligón.
9. El arrogante.
Ser amables.
10. El indeciso.
Tomar decisiones no siempre es fácil, pero para ciertas personas tomar decisiones
se convierte en un mundo. Este tipo de clientes son incapaces de decir por sí
mismos y se muestran muy pensativos a la hora de decidir. Piden constantemente
la opinión de otros, ya sean acompañantes suyos, comerciales o incluso otros
clientes.
Resumir varias veces los puntos importantes acerca del producto o servicio.
11. El exigente.
Suelen ser egocéntricos y a veces también resultan arrogantes. Se reconocen
porque en cuanto entrar reclaman atención inmediata.
12. El callado.
Este tipo de cliente parece difícil de tratar porque es complicado saber en qué
piensan. Su silencio obedece a su temperamento y sólo compra una vez que esté
convencido del beneficio que le ofrece el producto o servicio. Suelen mostrarse
reservados y muy tranquilos. No les gusta hablar ni escuchar y les agrada
informarse por ellos mismos.
Mantener la calma.
13. El crítico.
No hablar demasiado.
No dejar que nos dominen los nervios.
14. El violento.
No interrumpirle.
El cliente no siempre tiene la razón. En ocasiones hay q ser firmes pero a la vez
amables porque hay muchas personas que buscan aprovecharse de que “son los
clientes”.
REPORTAJES
09 MAYO 2014
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Una afirmación rotunda dentro del mundo del comercio: el cliente es lo más
importante y también el motivo de nuestra actividad. Si no hay clientes, no hay
negocio. El cliente, cuando tiene una necesidad de un producto o servicio, acude a
una ferretería o bricolaje para cubrir su demanda. Cuando cruza la puerta de
nuestro establecimiento, el cliente se transforma y pasa a ser lo más importante
para el punto de venta, ya que en ese momento dispone de la capacidad de
compra, motivo de nuestra actividad.
El cliente quiere que lo traten bien y hasta que lo mimen, ya que dispone de la
capacidad de compra y debemos hacer lo imposible para que esté el máximo de
tiempo posible en nuestro establecimiento, que vea la mayor cantidad de
productos y gaste el mayor importe de dinero. Pero para poder conseguir todo
esto debemos saber qué tipo de cliente tenemos o estamos tratando, para poder
actuar acorde a su conducta dentro de nuestro establecimiento. Por ejemplo, la
conversación con una persona mayor que viene a comprar suele girar en torno a
relatos o historias, puesto que dispone de tiempo para emplear y le gusta ser
escuchada, caso contrario al de un joven que quiere inmediatez, autoservicio, etc.
Detallo a continuación algunos de los perfiles tipo de clientes que visitan nuestras
tiendas a diario y cómo debemos de actuar en cada caso. Sobre esta materia
existen muchísimos estudios acerca de la conducta y la forma de actuar del cliente
en un acto de compra, pero un claro ejemplo somos cada uno de nosotros, que
debemos saber qué queremos cuando tenemos el poder de comprar y poder
gastar dinero. Esto nos ayuda a saber cómo debemos tratar a los clientes y cómo
escucharlos. Sabemos cómo queremos que nos traten a nosotros cuando nos
transformamos en el cliente, de igual forma debemos tratar a nuestro cliente.
Debemos tratar de ofrecerle pocos productos, ayudar con gestos las explicaciones
e intentar hacer comentarios cortos y rápidos.
Mejor dejarle que haga sus exposiciones y hable, hay que escucharle con
tranquilidad y paciencia, siempre conservar la misma línea de escucha y
tranquilidad por parte del vendedor y siempre con buen humor.1
Debemos demostrar nuestro interés exageradamente por él, hacer preguntas muy
concretas y cerradas, ser muy amable, hacer más de una pregunta con enfoque
distinto para conocer con exactitud su necesidad.
Dar la opinión por parte del vendedor, ofrecerle consejos útiles y prácticos así
como fáciles, intentar saber lo más exactamente posible lo que quiere o necesita.