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Este documento discute la naturaleza de la huella según Derrida. Sostiene que la huella es una detención que contiene una diferencia nunca asimilable, y que precede y constituye los sistemas de significación. La huella retiene fuerzas en reserva que están en constante devenir e implican juegos de potencias diferenciadoras que nunca se vuelven absolutamente presentes. La huella es su propio devenir inmotivado y no es una presencia discursiva originaria, sino que borra al sujeto con la fuerza de su bor
Este documento discute la naturaleza de la huella según Derrida. Sostiene que la huella es una detención que contiene una diferencia nunca asimilable, y que precede y constituye los sistemas de significación. La huella retiene fuerzas en reserva que están en constante devenir e implican juegos de potencias diferenciadoras que nunca se vuelven absolutamente presentes. La huella es su propio devenir inmotivado y no es una presencia discursiva originaria, sino que borra al sujeto con la fuerza de su bor
Este documento discute la naturaleza de la huella según Derrida. Sostiene que la huella es una detención que contiene una diferencia nunca asimilable, y que precede y constituye los sistemas de significación. La huella retiene fuerzas en reserva que están en constante devenir e implican juegos de potencias diferenciadoras que nunca se vuelven absolutamente presentes. La huella es su propio devenir inmotivado y no es una presencia discursiva originaria, sino que borra al sujeto con la fuerza de su bor
Fuerza(s) de inscripción y ruptura al mismo tiempo (como se verá más adelante) (…) la fuerza de inscripción es una fuerza de ruptura.
(p. 226) La huella es detención en el sentido de “reserva”, no
reserva de sentido, sino de diferencia nunca asimilable al momento de su institución. La huella nunca es… (…) los sistemas de significación están constituidos porque la huella (o gramma) (como también le llamaba Derrida los “precede” qua “campo” común de fuerzas retenidas pero en devenir (…) este “preceder” solo se produce porque es activado por las formas empíricas de la huella) = incisión, arañamiento, marca, etc. (p. 139) La vida eterna no es vida, porque no deja huella, no se inicio con un rastro (pulsión-instinto) que la retenga y la repita, huella que peligra todo el tiempo con desaparecer, morir.
(p. 228) El devenir (de la huella) es a la manera nietzscheana
un juego de potencias (fuerzas) diferenciadoras que nunca se tornan presentes absolutamente. Siempre existe una fuerza (o al menos una) que queda en reserva, como origen no originario del devenir de la huella.
(p. 229) Huella: devenir de una reserva de (sin)sentido (…)
que no aparece, que se fenomenaliza: la huella. (p. 230) Instituir la huella; apariencia de permanencia, de presencia soportable y estable (…) dice Derrida: la huella es su propio devenir inmotivado.
(p. 238) La huella no es presencia discursiva (originaria).
(p. 240) El sujeto es borrado (éffacé) con la fuerza del borrado