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CARACTERISTICA SOCIAL DE UN ADOLESCENTE.

La adolescencia es el período del desarrollo humano inmediatamente posterior a


la niñez y previo a la adultez, durante el cual ocurren los principales cambios biológicos,
sexuales, sociales y psicológicos que darán como resultado un individuo maduro.
Se tiene como inicio de la adolescencia la entrada del individuo a la pubertad.
Sociabilidad del adolescente La sociabilidad es la capacidad, la aptitud que permite al
individuo vivir con los otros y en grupo, y es fruto de comprensión hacia el otro, de
posibilidad de simpatía y empatía. Con el desarrollo de la madurez las posibilidades
asociativas se multiplican, y las relaciones sociales se descubren mejor. El adolescente no
sólo tiene la necesidad de encontrar un amigo, sino, que de hecho se hace capaz de vivir la
amistad dado que tiene la capacidad de sociabilidad.

Dado que las relaciones con amigos son igualitarias por naturaleza, además son íntimas.
Las amistades permiten que el adolescente experimente dentro de ellas una amplia gama
de sentimientos y valores que pueden ser tanto positivos (cariño, confianza, lealtad,...)
como negativos (celos, ira, agresividad,...). Las amistades son también logros sociales
significativos, son indicadores de la competencia social. En definitiva el establecimiento de
nuevas amistades es posible que aumente la autoestima.
Relaciones entre padres e hijos adolescentes. Los adolescentes se encuentran con dos
grandes fuentes de influencia social en su desarrollo: Los, amigos que adquieren un papel
fundamental en este periodo; y la familia (especialmente los padres).

Los adolescentes tienen más dificultad para comunicarse con los adultos (en especial con la
figura paterna) que con los iguales, ya que estos ofrecen mayor capacidad de comprensión
y escucha; aunque esto no significa que no necesiten y deseen establecer diálogos y
comunicaciones con los padres.

Características de la adolescencia:
Etapas
Se estima que la adolescencia comprenda dos etapas distintas: Adolescencia
temprana. Signada por el inicio de la pubertad y los primeros cambios físicos que acusan
la maduración sexual y biológica del individuo, va de los 10 u 11 años (en algunos casos
desde los 9) hasta los 14 o 15.
Adolescencia tardía. Se extiende desde los 14 o 15 años hasta los 19 o 20, e implica
normalmente una entrada gradual y creciente en la adultez, con la aparición paulatina de
las características psíquicas y emocionales que conlleva. Entre otras etapas se pueden
mencionar:

Maduración sexual
En la adolescencia se activa el aparato reproductivo y despierta la libido. 
En ambos sexos la entrada en la pubertad dispara torrentes hormonales que impactan de
manera directa en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, identificadores de
los roles sexuales en la especie. La aparición del vello púbico y corporal (y facial en los
hombres) suele proseguir a esta primera etapa el proceso.

Otros cambios físicos


Durante la adolescencia se da el engrosamiento de las cuerdas vocales en varones.
El crecimiento es notoriamente acelerado durante los años iniciales de la adolescencia,
durante los cuales se abandona la estatura infantil y el esqueleto crece a su velocidad
máxima durante unos 3 o 4 años consecutivos. Se estima que el crecimiento total llega a
ser de unos 8cm en la mujer y unos 10cm en el hombre. Luego el crecimiento inicia un
proceso paulatino de desaceleración a medida que los huesos adquieren su tamaño
definitivo.
Formación identitaria
Así, la maduración social empieza a ocurrir durante esta etapa, en que el adolescente
“prueba” distintos modelos de pertenencia y de comunidad, a menudo organizada en
tribus o bandas que se proveen de un sentido comunitario. La entrada a la adultez, en
cambio, marcará el abandono de dichos colectivos y el emprendimiento de un modelo de
vida mucho más signado por el deseo individual.

Tradiciones culturales
La fiesta de quince años es una tradición en muchos países hispanos.
La entrada en adolescencia suele ser motivo de celebración ritual en las distintas culturas,
como una forma de iniciación a la adultez o de inicio de un nuevo ciclo vital,
llamados rituales de paso. Ejemplos de ello son la fiesta de los quince, tradicional en
muchos países hispanos, en la que se presenta a las jovencitas en sociedad.

Factores de riesgo
Dadas las inestabilidades y las presiones que le son intrínsecas, la adolescencia es una
etapa importante de vulnerabilidad y riesgo. Tanto así que, al contrario de la tasa de
mortalidad infantil, la adolescente se incrementa a medida que avanzan los años. Los
principales riesgos a los que se encuentra expuesto un adolescente varían de acuerdo a
la sociedad en que se encuentra, obviamente, pero suelen implicar intentos de suicidio,
adicciones a drogas o embarazo precoz, trastornos alimenticios, así como exposición
a enfermedades de transmisión sexual (sobre todo el HIV / SIDA) o conductas delictivas o
altamente riesgosas. A eso debe añadirse la posibilidad de abuso por parte de adultos.

Influencias mediáticas y sociales


La conducta del adolescente está fuertemente influenciada por los mecanismos de
socialización a los que tenga acceso, como la familia, la educación formal y los grupos
sociales, de los cuales adquiere su forma de relacionarse con la sociedad y consigo
mismo. En ese sentido, los medios de comunicación juegan un rol importante en el
modelado de la psique adolescente, dado que ésta usualmente carece de la experiencia y
la madurez para lidiar con las presiones y las expectativas de la propaganda y la cultura
televisiva.

Adolescentes y las nuevas tecnologías


El celular posee una altísima demanda durante la adolescencia. La adicción a las redes
sociales o los videojuegos, el aislamiento, el cyberbulling, la exposición a extraños y a
relaciones íntimas prematuras, por no hablar de las redes de trata de personas, son
algunos de los inconvenientes presentados a menudo en la etapa adolescente por el uso
indiscriminado de este tipo de herramientas digitales. Muchos de los cuales suelen
devenir en verdaderos problemas físicos, psicológicos o de socialización.

Desde hace mucho tiempo la adolescencia se ha venido considerando como un período


del desarrollo más difícil que el de los años de la niñez media. Sin embargo, el concepto
de adolescencia como etapa psicológicamente compleja, digna de estudio científico, no
apareció sino a fines del siglo XIX y recibió nuevo impulso gracias a la obra precursora de
Stanley Hall, a principios del siglo XX.

Aun cuando la concepción de que la adolescencia es un estadio perturbado parece ser


exagerada, la adolescencia sigue siendo una etapa de rápidos cambios.

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