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2004
https://doi.org/10.25145/j.pasos.2004.02.013
www.pasosonline.org
Resumen: El artículo se refiere a la experiencia venezolana para poner en ejecución el primer programa
de posadas turísticas en el medio rural. Se parte del criterio que el turismo cultural comienza a tener
éxito una vez que la comunidad de acogida participa en el mismo proceso de su desarrollo como comu-
nidad. Una vez que toma conciencia de sus derechos y deberes; y logra consolidar su autoestima y su
propia identidad, entonces los grupos familiares puede, de una manera integral, participar en el ritual que
supone las relaciones interpersonales, con todos los visitantes temporales, sin temor de que sea vulnera-
do su hábitat en un sentido integral. Sin este primer paso, cualquier intento de una comunidad frágil de
participar en los “paquetes turísticos”, podría más bien ser objeto de un simple juego comercial que los
atropelle.
Abstract: The article refers to the Venezuelan experience to put in execution the first tourist program of
inns in the rural area. Splits of the criterion that the cultural tourism begins to be successful once the
community of reception participates in the same process of its development as community. Once it
becomes aware of its rights and obligations; and manages to consolidate its self-esteem and its own iden-
tity, then the family groups is able to participate in the ritual that supposes the interpersonal relations,
with the tourist, without fear that be wounded its habitat in an integral sense. Without this first step, any
intent of a fragile community to participate in the “tourism packages”, would be able more well to be
object of a simple commercial play that knock down them.
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• economista y doctor el ciencia política. Es venezolano y profesor titular de la Universidad Simón Bolívar. Desde
los años de 1970 ha trabajado e investigado, de una manera continua, en el campo del turismo. Fue dos veces Vice-
presidente de la Corporación Venezolana de Turismo y también trabajo casi 12 años en organismos internacionales
como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organiza-
ción Mundial de Turismo (OMT). Ha publicado cuatro libros y tiene más de 40 artículos publicados en revistas arbi-
tradas. En la actualidad es un consultor independiente en el campo de la evaluación de proyectos turísticos y recreati-
vos. E-mail: ajascanio@cantv.net
El turismo popular puede llegar a ser fin de respetarse en el encuentro, para be-
una inversión rentable y atractiva para la neficio de la comunidad de acogida .
iniciativa privada, con lo que se lograría la
ampliación y diversificación de la planta de El programa y su concepción preliminar
servicios turísticos, en beneficio de la po-
blación menos favorecida económicamente. Como todo programa novedoso, estas ac-
No hay duda que la planta de servicio ciones también estuvieron inspiradas en
ampliada al medio rural, debería favorecer algunos ejemplos que le otorgaban su razón
a la comunidad de acogida, pero muchas de ser. En efecto, los ejemplos que para esa
veces no fue así. Las inversiones privadas, década estaban más a la mano eran tres: a)
en esa época y todavía hoy, no habían cap- el programa de Casas de Labranza de Es-
tado el concepto integral del hábitat, como paña; b) El Programa TER francés en el
si lo había concebido Peñalosa y Ward, en medio rural; y c) el Programa Gaviotas,
los primeros años de la década de los seten- desarrollado en Colombia, a raíz de la con-
ta. No obstante, profesionales que ya se ferencia del Hábitat.
habían percatado de la necesidad de plani- El programa venezolano tenía como ob-
ficar, de una manera integral, el espacio jetivos los siguientes:
turístico rural, como fue Venancio Bote, • Favorecer a la comunidad rural con un
López de Sebastián y Ascanio, entre otros rescate integral de su hábitat, enten-
(1979 y 1975), si se dieron cuenta de la diendo por hábitat aquello que lo incluye
inmensa potencialidad de los recursos tu- todo; o por lo menos, ciertas claves vita-
rísticos rurales, incluidos los recursos cul- les para la coherencia de sus proyectos.
turales; pero también, los posibles riesgos • Incrementar las posibilidades de promo-
que suponía la ocupación de estos espacios ver a la comunidad, utilizándose el tu-
frágiles, como colonización, degradación y rismo como un medio de desarrollo y
el uso intensivo, sin considerar la capacidad progreso; y no sólo, como un fin en sí
de carga; por lo que era muy necesario no mismo.
sólo planificar, sino definir políticas y es- • Lograr el respeto por el medio natural y
trategias adecuadas (Bote, 1975: 30; Asca- cultural.
nio, 1979: 54). • Promover un tipo de alojamiento turísti-
El turismo interior, y en especial en los co diferente, mediante un programa de
espacios rurales, no debería desplazar las posadas y albergues de bajo costo de in-
actividades propias y las actividades cultu- versión y de servicios personalizados,
rales de esos espacios geográficos, sino, por para contribuir así al desarrollo del tu-
el contrario, estimularlos y fortificarlos. Sin rismo, en especial del doméstico.
embargo, si la planificación no era integral, Cuando se trató de establecer las míni-
privilegiando el concepto del hábitat, no mas condiciones dignas, para ese hábitat
sólo como vivienda sino también conside- turístico, apareció una gama amplia de
rando todo el entorno, se hacía más difícil diferencias de climas, de culturas y de pro-
entender que la cultura, que siempre había pósitos sociales , lo cual planteaba pregun-
estado allí, tuviese que ser la base de sus- tas totalmente nuevas acerca del posible
tentación de este tipo de turismo. uso, abuso y agotamiento de los recursos
Con de este marco de ideas, nació en turísticos, que no se deberían arriesgar; y
Venezuela el Programa Integral de Posadas esto requería, seguramente, de alguna
Turísticas (1978). Este programa, deseaba manera reinventar el turismo (Ascanio,
primero rescatar el hábitat, según el con- 1998), por lo menos a la manera de David
cepto de corregir las carencias apremiantes Osborne y Peter Plastrik (1998), expertos
con la finalidad de lograr una verdadera ingleses que sugerían un cambio de la mi-
morada para el ser humano; una renova- sión, de la visión y de los propósitos, no sólo
ción radical de la vida campesina, inscrita a nivel de las empresas, sino también a
en la mejor tradición humanística y no sólo nivel de los gobiernos nacionales y locales.
en los enfoques “técnicos”; y con este resca- El programa de turismo en el medio ru-
te, lograr, igualmente, que a esos lugares ral concebido en Venezuela, quería asegu-
acudieran visitantes temporales, siempre rar que la propia comunidad participara
que llevasen consigo un código de ética, a activamente en su propio desarrollo, pues
158 Turismo y desarrollo de la comunidad …
ello ayudaría al cambio de actitudes y así contar con ningún contratista o intermedia-
pudiesen conocer lo que significaba ser pro- rio. Debido a esa decisión, fue necesario que
tagonistas de su propio progreso. la comunidad contara, durante el año que
No era posible realizar este programa duró el programa, con dos talleres comuna-
mediante una simple decisión burocrática. les: un taller de carpintería y ebanistería,
La experiencia había demostrado, que si la para la elaboración de puertas, ventanas y
propia población no participaba, lo que al muebles; y un taller de forja de hierro, para
final se lograba era un simple arrabal sin la fabricación de herrajes, faroles y otros
perspectivas de futuro; y tampoco, el pro- objetos indispensables. El personal de los
grama consistía en una simple renovación talleres fue reclutado de la misma comuni-
de las viviendas aisladas. La solución tenía dad, no solo para crear un empleo temporal
que considerar los lazos de vecindad ya adicional al que ya tenían, sino para asegu-
existentes y la identificación territorial y rarles un nuevo tipo de formación profesio-
cultural de los vecinos; es decir, que la au- nal que les podía ser muy útil en el futuro.
toayuda y la gestión cooperativa, debería Como las necesidades de la comunidad
poner en perspectivas el nuevo rol de la eran apremiantes, la programación se con-
comunidad; es decir, un grupo de futuros cibió como un hacer al mismo tiempo que
anfitriones que se dedicarían a brindar pensar en las soluciones. El tiempo era un
servicios a los visitantes temporales, sin recurso escaso, y la comunidad no soporta-
arriesgar sus delicados lazos culturales. ría el esquema tradicional de utilizar al
menos un año para programar primero y
El Cerrito de Sanare y la Plazuela de Truji- luego implantar los proyectos. En este ca-
llo so, la programación tenía que realizarse, si
el término se puede utilizar: “Just in Time”.
Estos nombres recuerdan los lugares Una programación y generación de proyec-
donde se aplicó el concepto de utilizar al tos acompasada con las decisiones y en el
turismo como un medio para el desarrollo propio terreno de los hechos.
comunal. Eran aldeas muy pequeñas, de El otro ingrediente indispensable fue el
apenas 300 a 500 habitantes, pero en con- apoyo del poder político local (gobernación y
diciones de marginalidad. El proceso de alcaldía). Sin ese apoyo, no sólo de corto
socialización, en esos pequeños poblados, plazo; y sin el entusiasmo por el programa
había nacido de una relación con las gran- y sus proyectos por parte de la burocracia
des haciendas donde ellos eran los campe- del lugar, todo ello podría fracasar. Aunque
sinos dedicados a los cultivos y recolección para la época no se hablaba del concepto de
de cosechas de café, papas, tomates y legu- sutentabilidad, los ejecutores del programa
minosas en general. La población estaba ya intuían que si el apoyo político no se
acostumbrada a sus fiestas religiosas y a mantenía durante un tiempo prudencial, el
sus festividades populares, de influencia programa, como tal, no podía lograr sus
española. La producción artesanal y la gas- metas. Se aseguró, al menos que el poder
tronomía local, se relacionaban también político local entendiera, que el programa y
con valores espirituales como leyendas y sus proyectos no podían depender de una
creencias populares, así como las propias acción paternalista y ni siquiera asisten-
experiencias prácticas de fabricar objetos y cial. El programa, en su sentido integral,
comidas, no sólo para su propio consumo, necesitaba mucho liderazgo natural; y no
sino para la venta a la cadena de interme- podía depender de acciones demagógicas
diarios, que llegaban a esas poblaciones en para asegurar algún tipo de poder, que no
la búsqueda de aportes originales para co- fuese el propio poder comunal para opinar y
mercializar esos productos en los espacios decidir en conjunto.
urbanos cercanos. Todos los elementos anteriores hicieron
Al concebirse el programa con un crite- de este programa, con sus proyectos, un
rio integral e integrador, no fue fácil buscar asunto mucho más complejo que la remode-
las soluciones más adecuadas. Además, el lación de una barriada para lograr un fin
programa exigía una inversión de al menos turístico. Incluso, el riesgo mayor se ubica-
19 mil dólares por familia beneficiada, es ba en la futura administración y segui-
decir 4.500 dólares per cápita, incluso sin miento del programa, después de su im-
Alfredo Ascanio 159
y se trabaje con marcos referenciales éticos das de los mismos, es posible proponer al-
y conservacionistas (Ascanio, 2.003). gunas soluciones. Con todo, en cuanto al
turismo cultural no basta con cambiar o
Todavía están vigentes las reflexiones de remodelar las instituciones sino, más bien,
Enrique Peñalosa y de Bárbara Ward es urgente cambiar actitudes y modos de
comportamientos del hombre mismo.
Se decía para ese entonces: “lo que está Asimilando las ideas de Piaget sobre el
en juego hoy es el grado de padecimiento comportamiento infantil, podríamos decir
humano y del daño al medio que serán con- que el campesino posee, ante todo, una mo-
secuencia de un retraso innecesario, y tam- ral de sumisión. El bien es lo que se adecua
bién si el grado de retraso no reducirá con- a las reglas impuestas por sus patronos y el
tinuamente las oportunidades de que ocu- mal es lo que transgrede esas reglas; pero
rra un cambio dentro de un marco de liber- puede en algún momento aparecer una
tad, diversidad humana y tolerancia” (As- moral de reciprocidad entre los habitantes
canio, 2003: 9). Una premonición asombro- de un pequeño poblado , lo cual puede pro-
sa. ducir la idea de justicia frente a una injus-
Aunque “la intensidad de la crisis no era ticia sufrida. Es una moral de autonomía,
nueva-decía la señora Ward- la escala in- en estrecha asociación con su desarrollo
dudablemente lo es”. La inestabilidad fue y cultural, cuando les toca participar en la
es social y ecológica. Lo social, siempre se elaboración de sus propias políticas y así se
ha asociado al logro de la igualdad y digni- toman el derecho de reformarlas. Por eso el
dad para todo ser humano; es la expresión turismo cultural participativo, puede ayu-
de un subconsciente tribal o de la milenaria dar de muchas maneras a lograr la autosa-
experiencia neolítica de compartir. Lograr tisfacción y la propia identidad local, si se
un acuerdo, aunque sea mínimo, sobre el concibe de una manera holística y donde
contenido del nuevo concepto que supone todos los actores se sienten responsables de
relacionado con el turismo cultural (¿y cuál su éxito.
turismo no es cultural?), es otra cosa. Para
una burda definición inicial, podemos em- Conclusión
pezar por reconocer, que el concepto cultura
traspasa los límites de la definición que Después de la evaluación de esta inicia-
aparece en el Diccionario Larousse, pues tiva se pudieron aprender varios asuntos
no sólo podemos referirnos a la cultura importantes. Primero, para la comunidad
como un desarrollo intelectual o artístico o selecciona vivir el programa es un proceso
al concepto clásico de civilización (Pequeño de aprendizaje que le permitirá resistir
Larousse Ilustrado, p. 296), pues en nues- cualquier atropello de tipo comercial que
tro criterio la cultura es todo el proceso de vulnere su identidad, cultura y su medio
socialización del ser humano. Todo ser ambiente en general. Segundo, es necesario
humano es un humilde artesano de la vida convencer a poder político local de la bon-
cotidiana;y eso lo afirmó nada menos que el dad de un programa de esta naturaleza,
gran matemático francés André Lichnero- pues su puesta en marcha depende del apo-
wicz (1975). yo financiero que se le pueda otorgar. Ter-
Todos los instrumentos y herramientas cero, existe un trabajo previo de persuasión
tangibles del turismo por sí mismo, son y convencimiento de la propia comunidad
extraordinarios, como son los paisajes na- que será favorecida, para que se integre con
turales y culturales, un avión o un aloja- entusiasmo al programa. Cuarto, la comu-
miento temporal. Hay que distinguir estos nidad tiene que estar consciente de su rol,
elementos tangibles de la manera en que como la primera interesada en salvaguar-
son empleados. Entonces, podemos deplo- dar su patrimonio natural y cultural. Quin-
rar: la prostitución turística en algunos to, la administración del programa, en su
países pobres, la desaparición de especies o sentido integral, debe ser realizada por el
la contaminación de monumentos históri- mismo equipo que concibió la idea y que
cos, la marginalidad de las poblaciones estableció su filosofía y visión, a los fines
autóctonas. Cuando las comunidades asimi- de no distorsionar los objetivos iniciales.
lan bien estos daños y están bien informa- Sexto, para que el programa sea sustenta-
Alfredo Ascanio 161