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Organo Informativo del Centro de Investigacién, Documentacién e Informacién Museolégica ACONACUETA~ MAKE — Coordinacién Nacional de Museos y Exposiciones Gaye EIE Directorio CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES Presidenta: Sara Bermudez INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA Director General: Sergio Ratil Arroyo COORDINACION NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONES José Enrique Ortiz Lanz. DIRECCION DE MUSEOS Silvia Vazquez Vera DIRECCION TECNICA DE LA C.N.ME. Emilio Montemayor SUBDIRECCION DE DOCUMENTACION, INFORMACION Y NORMAS. Felipe Lacouture Fornelli (FLF) INVESTIGACION J. Octavio Trujillo Garefa (OTG) COLABORADORES PERMANENTES Y ASESORES Escuela Nacional de Conservacién, Restauraci6n y Museografia-INAH / Jaime Cama y Javier Vdequez Negrete Programa Nacional de Museos Comunitarios INAH - DGCP Coordinacién del Programa Nacional de Servicios Educativos INAH / Ma. Engracia Vallejo Direccién de Estudios Histéricos, INAH / Salvador Rueda Smithers Investigacién y Documentacién Museolégica | Do Mu Miembros integrantes Universidad La Salle Pachuca. Depto. de Ciencias Sociales y Humanidades / Juan Luna Ruiz UNAM Campus Iztacala } Tizoc Altamirano Direceién General de Intercambio Académico UNAM / Karina Durand Centro de Arte Mexicano, A.C. /Direccién y miembros integrantes Ciencia en la Cultura / Silvia Singer y miembros integrantes COLABORADORES EN ESTA GACETA. Etzel Cardefia Ofelia Martinez Georgina Dersdepanian Marcelo Martin Norma G. Flores Ma. Olvido Moreno Guzmén Adriana Higuera Patricia Redil Alma Rosa Jiménez Jorge Reynoso Lily Kassner Juan Carlos Rico Felipe Lacouture Helena Talaya Juan Luna Ruiz Patricia Torrentera de Valero ‘Adriana Martinez. Topete Lourdes Turrent PRODUCCION Captura y distribucién: Norma Chavez, Maricela Moria Documentacién Bibliotecaria: Brenda Reyes Correccién: Guadalupe Mariscal Disefio ¢ impresi6m: Gratico 21 La Gaceta de Museos, es una publicacién timestalelaborada por la Caordinacion Nacional de Museos y Exposicones, a través del Centro de Documentacon, Informacion y Normas. El Centro de Documentacion, Informacién y Normas redne y sistematiza informacién de diverso tipo acerca de la teoria,prcica y técnica del museo Asiste ‘rincipalmente ainsituciones oficiales y pivadas asi como a estudiantes y profesionales interesados. Promueve la formacion y desarrollo dela museclogia SThiveles académicos y centicos, y tambien en las dstintas dreas de trabajo en museos exisientes. Mantiene, a su vez. vinculos con institucones simares fen Costa Rica, Francia e Italia, Etlidn 1,000 ejemplares. Octubre- Marzo 2002-2008. Portico José Enrique Ortis Lanz Editorial Lourdes Tarrent MUSEO, SOCIEDAD ¥ POSMODERNIDAD ‘Museo Universitario de Ciencias y Artes Junio 3 y 4, 2002. ‘Simposium convocado por UNAM, INAH, CAM, ICOM-MEXICO El objeto museable. Lenguajes artisticos posmodernos Lily Kassner y Jorge Reynoso Museo, Sociedad y Poder Felipe Lacouture Fornelli Quién habla en los museos de la Posmodernidad Lourdes Turrent La mirada y el vacio: Técnic escenogrificas y museologia Etzel Cardefia y Helena Talaya Museos de Arte Contemporineo El caso del Museo Universitario del Chopo Alma Rosa Jiménez La conceptualizacién Museografica Discurso tangencial: Dela museografia al arte de la instalacién Ofelia Martinez Gactade Matos No. 28-29 1s 26 32 38 48 56 Sumario O» La experiencia confrontativa sujeto-objeto en 7 dos salas del Museo Franz Mayer Georgina L. Tolsa Dersdepanian Adriana Higuera Ruy-Sénchez Adriana Martinez Topete Patricia Redil. te ree La cireulacién de tos bienes inalienables en la globalidad 6 _———-Hacia un nuevo concepto de patrimonio cultural ; Juan Luna Ruiz ‘Mas allé de las Fronteras Espaia Por qué no vienen a los museos? 75 Reflexiones sobre un fracaso Juan Carlos Rico —-Espaiia “ Sobre el necesario vinculo entre el patrimonio 89 la sociedad Difusién del patrimonio y otros conceptos Marcelo Martin La “ciudadanizacién" en el museo 101 Norma G. Flores Altamirano “Por piedad, La Piedad” ‘118 Elpiblico ante una copia religiosa Ma. Olvido Moreno Guzmdén GACETA MUSEOS //aigias JOSE ENRIQUE ORTIZ LANZ ‘Coorainader Nacional de Museos y Exposiciones de Museos que continiia coma érgano informative de esta Coordinacién Nacional de ciones del INAH, ha llevado una trayectoria reeogiendo el pensamiento museo- ‘museogriificas de este pais, de Ia América Latina y del Caribe, habiendo hasta el iborado tebricos y téenicos no tinicamente mexicanos, sino de trece paises del drea, El tico y las soluciones téenicas que se han presentado, corresponden a la realidad propios espacios naturales y sociales, para un éptimo desarrollo de nuestras Dado que nuestros modelos teéricos no nos permiten ya pensar en absoluto la pluralidad de los sistemas imbricados 0 sedimentados, hemos comenzado, en principio, a reconocer a tientas como las racionalidades que siguen siendo nnecesarias pueden resurgir de situaciones particulares e inscribirse en la acci6n.' Miche oe CerTau Portico! Editorial Museos, Sociedad y Posmodernidad Lourdes Turrent La gente de museos responde al reto; concibe museos integradores, respetuosos de la diversidad cultural. En 1970 se empieza a hablar de una Nueva Museologia, la que da voz a las comunidades, la que busca un equilibrio distinto de los elementos fundamentals del museo: edificio, coleccién y piblico. Mi novecientos sesenta y ocho, es un aio clave en la historia de Ia cultura occidental. Marca un tiempo de ruptura en el que desde distintos ccentros educativos y de investigacin tanto en Europa como en América, se rechaza el modelo de pensamiento positivo que nacié al amparo de la Revolucién Francesa, Los estudiantes ¢ intelectuales realizan marchas de protesta, Escriben textos, replantean la visién del mundo y proponen un nuevo paradigma o modelo de pensamiento, Afirman que parcelar la realidad en ‘studios especializados ha terminado por agotar las, posibilidades de la ciencia, Se propone una vision holistica, integradora de la realidad que cuestione las verdades absolutas de innegable tinte racial. Se publican textos en donde se afirma el fin de la Ciencia tal como la conocemos. Numerosos grupes de trabajo denuncian las capacidades limitadas de los programas educativos, de los sistemas de ensefianza y de las instituciones culturales. El impacto de esta propuesta concluye el periodo de la posguerra y la guerra fria, Es momento de crear. La gente de museos responde al reto. Conserva los grandes museos. que resaltan las colecciones, simbolos historicos de la cultura y el quehacer de las naciones modernas, pero al mismo tiempo, busca nuevos caminos de exposicién. Concibe museos integradores, respetuosos de la diversidad cultural. En 1970 se empieza a hablar de una Nueva Museologia. La que da vor a las comunidades. La que busca un equilibrio distinto de los elementos fundamentales del museo: edificio, coleccién y_piblico. En Francia nacen los ecomuseos constituids por el territorio de la propia comunidad, el patrimonio que la define y a través de la cual se expresa, mientras el piiblico «sti conformado por los visitantes y la comunidad queen este espacio aprende a hablar ya leerse. En Estados Unidos surge la propuesta de los museos deciencias cuyo fin es la divulgacién de la ciencia, sia da origen a los museos didécticos en donde se muestra una idea, un dato o un fendmeno a través de objetos, colores, formas, texturas y muebles de construccién reciente. A partir de la reunién del ICOM en Santiago de Chile en el afio de 1972", en Latinoamérica se proponen los museos comunitarios, surgen los museos escolares, los ‘museositinerantes. Intemacionalmente se habla de musealizar las ciudades y los monumentos. Poco a poco los museos se actualizan y desempefian un papel central en la redefinicién de lo que puede ser Jacultura y la ciencia del futuro. Con los afios esta Propuesia es conocida como posmodernidad. Para el 2002, conviven la Nueva Museologia y Tos museos que surgen de ella con los museos tradicionales, mientras se van perfilando nuevas ‘earacteristicas en las instituciones culturales. Este ‘tiempo, el de la posmodernidad, nos invita a una ‘eva reflexién. Nos exige analizar cada una de las partes del museo desde otra perspectiva, Porque el ontinente ha dejado de ser el espacio que contiene a los objetos para brillar por si mismo. Se ha ‘convertido en la nueva catedral urbana, en la que se pcan proyectos arquitect6nicos arriesgados, se combinan materiales recientes, méquinas, ‘Sistemas de comunicacién. Estos museos estin ‘conformados por el marco legal, la intencién de ‘exhibir y un edificio sofisticadisimo, No hay “coleccién y tampoco se busca sacralizar objetos. Tan silo destacarlos por un instante. Por eso los ‘estudios voltean la mirada a los sujetos que hacen sible las insttuciones culturales. Se habla por mera vez de los marcos legales, de los intereses grupo, de los saberes que estin presentes, de los eres que se manifiestan en los museos. bién se destaca el contexto cultural que los posibles, asi como la postura ideologica y mmacién de los profesionales que los Desde la posmodernidad, se cuestionan los programas de estudio que forman a la gente de museos asi como la propuesta de los nuevos enguajes creativos que se apoyan en los criterios de los sujetos del museo para proponer a la sociedad lo que es arte, ciencia, cultura o naturaleza Los museos de ta posmodernidad proponen unificar los lenguajes creativos. Elementos de teatro, misica y danza se combinan para enmarcar al objeto expuesto. En sus salas, la obra plistica tiene diversas lecturas, se construye a través de elementos audiovisuales, fotogrificos asi como técnicas y soportes tradicionales, Entramos a una Epoca en donde se cuestiona a la Historia del Arte y se habla de Historia de las Artes. Aquellas tan distintas como las propias culturas y en las que se expresa cualquier comunidad. Se diluyen los limites entre Arte y artesanias y cultura popular. ‘También ha cambiado la lectura de la coleccién. En estos museos no s6lo no la hay sino que se opta por exhibir cualquier objeto, siempre que la comunidad lo acepte como museable y tenga algin nificado para ella, acta de Musas No.28-29 El pliblico, por su parte, empieza a dialogar con el museo. Por primera vez se le considera no s6lo por su asistencia, sino por su opinion, La posmodernidad nace con los estudios de pablico, Con una estrategia clara frente a él, con una invitacién a formar asociaciones de amigos de ‘museos, de preparar a trabajadores voluntarios, de unificar los departamentos tradicionales de los museos para que no descuiden al de servicios educativos. El museo se pregunta si educa o tan s6lo inculea. Cuestiona su relacién con el turismo cultural. Cuestiona sus definiciones, los términos tedricos que lo han sustentado. En resumen: el museo esta vivo y continia proponiendo estrategias culturales importantes. Por eso El Coloquio 2002, LOS MUSEOS EN LA POSMODERNIDAD, se propuso estudiarlo con detenimiento. Planeado por la Universidad Nacional Auténoma de México y el Centro de Arte Mexicano, a través de la Lic. Virginia Clasing y la Direccién de Artes Plisticas el primero y la Lic. Lourdes Turrent y la Coordinacién de la Maestria en Museologia el segundo. Ambas instancias decidieron invitar a la Coordinacién Nacional de Museos y Exposiciones INAH, en la persona del Miro. Felipe Lacouture, coordinador de la Gaceta de Museos como participantes del evento asi como a ICOM-México. Juntos propusieron un cologuio de dos dias, con sede en el MUCA, Museo Universitario de Ciencias y Artes de Ia UNAM, quien amablemente offecié todo su apoyo para el desempefio del mismo y en el que profesionales, investigadores, artistas y académicos allegados a Jos museos tratarian desde una perspectiva actual cinco temas centrales de los museos: sujeto, técnicas de expografia, continente, objeto y piiblico, El evento se Hevé a cabo con un éxito que rebas6 todas las expectativas. El auditorio del MUCA no se dio a basto por lo que se adzcué una sala adjunta con monitores y pantalla que permitié a los asistentes escuchar las ponencias asi como participar en las sesiones de preguntas y respuestas. El Coloquio se grabé en DVD y CDy a solicitud del pablico el MUCA se encargé de hacer copias y ponerlas a disposicién de los interesados, copias que todavia pueden adquirirse Por su parte la Gaceta de Museos ofrecié que uno de sus nameros pudiera constituirse en memoria del evento. Esta es la que el lector tiene en sus manos, aunque no se incluyen las once ponencias de los participantes quienes no todos pudieron entregar sus trabajos para su publicacién. Algunas acompaiiadas de cuadros 0 restimenes. Esperamos que el lector de la Gaceta de Museos las encuentre interesantes y pueda derivar de ellas diversas reflexiones para el desarrollo del pensamiento muscoldgico y el desempeiio de los museos en México y Latinoamérica. Lourves TurRENT. Directora De CentRo 0& ArTe Mexicavo, A.C. idad ty basset y simplemente la designacion para un -conjunto incierto y identificabamos 0 nos sentiamos _ profundamente extrahos. Muselogia CE 1 secxino posmodemidad comenzé a divulgarse pliblicamente en la década de los ochenta, adquiriendo una gran aceptacién entre la mayoria de los divulgadores de la filosofia, las letras y las artes. Su uso no definia precisamente un momento 0 un trénsito histérico conereto, sino mas bien un estado de animo entre los que trataban de encontrar denominadores comunes entre la gran diversidad de manifestaciones culturales que acontecian y que ya no podian ser interpretadas a partir de modelos preestablecidos. Posmodernidad, en este caso, fue simplemente la designacién para un conjunto incierto y multiforme con el que, alternativamente, nos identificébamos 0 nos sentiamos profundamente extrafios. Una cosa es leer sobre un trénsito histérico y otra es experimentarlo, {Sentimos realmente que vivimos la posmodernidad? ELasunto es doblemente incémodo al reflexionar que es un periodo que no se define por si mismo, sino por su relacién con la modernidad, a manera de apéndice 0 colofén, Posiblemente un ciudadano romano del atio 300 vivié su vida con plenitud, sorteando las incertidumbres cotidianas como todos nuestros extempordneos, e ignorando que vivia en lo que nosotros Ilamamos afio 300. Sin embargo, la condensada crénica historica nos hace imaginar a este cciudadano, en las puertas de una era que nos indican ‘oscura, con conmiseracién. ;Cémo nos imaginarin a nosotros los imaginadores del futuro? Uno de los sintomas de Ia posmodernidad es que no podemos ‘imaginar el futuro como certeza. Hace tres décadas la conviccién o la ilusién podian concebir felices sociedades disfrutando las virtudes del materialismo historico dialéctico, 0 colonizando planetas 0 ccanceladas por el desastre nuclear, mutantes humanos reiniciando la civilizacién en un mundo de nuevo primitivo. Pero nosotros no sabriamos determinar una 1 Mesa roonda sobre el desral yel pape! Gelormacar evel moe cmt, Sate de Chie 20:27 demon de 1972 (Reson, Gavetade Muses No.28-29 — Mlo2003— 7 Resturacn de centro brs. utopia o dis-topia conereta para nuestros descendientes, el presente nos ofrece demasiadas disyuntivas, demasiadas incertidumbres. Ese sintoma se extiende a las artes; las vanguardias de Siendo México un dependiente, y no un gerente, de este modelo de sociedad, seguiremos experimentando, sincronicamente, los sabores mezclados de una modernidad siempre aplazada, de una posmodernidad importada y de una especie de posmodernidad local, efimeras manifestaciones de las la modernidad eran pros- pectivas, deseaban crear un arte para el futuro, para una nueva generacién, para una nueva sociedad, En los numerosos mani- fiestos de las vanguardias se proponia a la accién artistica como instrumento de transformacién y no eran pocos los que declaraban la necesidad de inmolar el arte del pasado. Nosotros, los posmodemos, hemos visto tantas hogueras inmolado- ras que el pasado que rescatamos nos parece precioso, invaluable, y reseatamos incluso las més ‘iltimas vanguardias. En la modernidad, la historia se fabricaba en el hecho presente, todo era proyecto: proyectos urbanos, educativos, sociales, artisticos; todo proyecto implicaba el sacrificio de un estrato del pasado, ya fuera un edificio, un ritual, una ‘costumbre o una especie animal. Los posmodemos Testauramos centros histéricos, debatiéndonos sobre cual es la fachada o el acabado originales de un inmueble; adoramos complejas tradiciones, como la gastronomia de la colonia; lamentamos también la ausencia de ocelotes y tlacuaches en nuestras selvas y deseariamos que las facturas que nos remife la marcha del progreso no fueran tan costosas, Si antes se apostaba todo al futuro, nosotros anhelamos recobrar algo de la memoria, Aspiramos a recobrar patrimonios. Pero la modernidad proyecta un impetu sobre nosotros, sobre la estructura de la economia, sobre la mecéinica del consumo y sobre el desarrollo del conocimiento, que no podemos emancipamos de los procesos o de las ideologias modernas, Somos, ‘como lo definia Marcuse en los sesenta, una sociedad industrial tecnificada con aspiraciones transnacionales. Algunos ya hablan de una so- cdad_ post-industrial que se define mas por los servicios, la telecomunicacién y la especulacién ‘econémiica virtual que por la produccién. Si bien ese estado post-industrial se podria sugerir para los denominados paises desarrollados, lo cierto es que naciones como la nuestra no han adquirido siquiera una ilusionada plenitud industrial para confor- ‘mamos con el estatuto de prestadores de servicios. Siendo México un dependiente, y no un gerente, de este modelo de sociedad, seguiremos ex- perimentando, sincrénicamente, los. sabores mezelados de una modernidad siempre aplazada, de una posmodemnidad importada y de una especie de posmodemidad local, producto de un cambio de poder que digerimos lentamente y de una apertura cultural que no hemos tenido oportunidad de decantar. No hace muchos afios que iniciamos el eercicio del sufragio efectivo y la democracia representativa, y ya estamos obligados a buscar opciones para la accion democritica posmoderna, considerando la participacién de las minorias y la autonomia de etnias y regiones. Todavia no ‘evaluamos en toda su trascedencia la herencia de simpatico gobernante es en realidad un adiiltero 0 un aliado del narcotrafico, si la imagineria de la realidad, en resumen, es un simulacro, una ilusiOn, la desilusién puede ser un auténtico y legitimo én publica superior. Por un lado la acto de defensa, de sensatez. Ante un mundo de de la construccién incorpora estindares ilusiones artificiales con fecha de caducidad, se vionales y tecnologia de punta, y por otro _ pueden adoptar, entre muchas otras, tres posturas: propone el rescate de técnicas y materiales _o defender una presentacién del mundo auténtica, . Algo similar ha acontecido en la 0 entregarse plenamente iin de las artes visuales: al mismo tiempo al goce del artificio y de Enla obra de varios artistas mexicanos menores loartificial, orecluirseen —_posmodernidad, el Cuarentaafos ha recibido éxito eritico y ta experiencia personal, nyse es una de las ercial internacional, no se ha considerado en la cultura’ del mente lanevesidad de divulgar piblicamente, ndividuo, tnica certeza _POCaS instituciones ctitica y académica, la historia del arte de veracidad. piblicas, que ano de los iltimos treinta afios. Debemos Extastrespostuashan -P¥0den provocar gadores se encuentren, combinar el hacer _tenido sus vertientes en la una respuesta @ con el reflexionar posmodermo, y expresin amtistica, pero eynocional legitima, instrumentos de discurso que permitan hablemos mejor de su ne de la diversidad y de la pluralidad de la repercusién en el ambito auténtica y que que antes se hablaba de unahistoria de los museos. Cuando —_—-reconcilia el deber tuo univces, Pro hablemos un poco simbolos del Estado cop [a educaciéin, y instrumento de discurso: el museo. como el parlamento, el i tribunal de justicia 0 el [a educacion con la monumento alos héroes. diversion y el ocio, mas de la posmodemidad es la _—_pierden su calidad de ‘tenemos para la desilusién, estado simbolos de legitimidad y . que justificado si consideramos las de permanencia, le ha posmodernidad. jones en que, durante los diltimos tocado al museo, a ese templo laico, el papel de representar al edificio publico legitimo y perdurable. El museo, las ‘deologia positiva, La libertad _estadisticas lo comprueban, todavia significa Sencillo, como tampoco lo es la _credibilidad para la sociedad: su historia y su arte conomia, los enfrentamientos son auténticos porque existen y se exhiben en un ualidad, Junto a la desilusién se museo. Todos sabemos que la historia y la historia ismo y una gran capacidad, del arte pueden ser fécilmente manipuladas por para descubrir complots del discurso museografico, pero, para el ay enlas.costumbres de piblico, esa ficcién por lo menos estaria cosas han encubierto los compuesta por elementos veridicos. En la ‘detentador del poder que —_posmodernidad, el museo es una de las pocas iscurso o modelo de la instituciones pablicas, que pueden provocar una mfraude. Sila belleza de una respuesta emocional legitima, auténtica y que o de la cirugia, siel reconcilia el deber con la educacién, y la Tuta 0 una carne se debe a educacién con la diversion y el ocio, © genética, 0 sicl —reconciliando asi posmodernidad. El Estado reconciliando ast ee er eee wo podria invertir en museos, confiando que es una buena inversion a largo plazo, de la misma manera que lo podria estar haciendo la iniciativa privada, Y si la mayoria de las veces la inversion en museos no es econémicamente redituable, en paises como Francia o Italia significa una parte sustantiva de los ingresos piblicos. A diferencia de la ambigiiedad de los libros, los enunciados de los ‘museos, al ser divulgativos, con contundentes: los zapatos del cura Hidalgo confirman la existencia de Hidalgo. Asimismo, percibir esos zapatos, virtud de la naturaleza ritual de la visita de los museos, se convierte en una experiencia particular a cada individuo: esos zapatos me hablan de la historia, de mi historia, son auténticos simbolos de identidad, Sin embargo, los museos no estén liberados de la simulaci6n, sobre todo cuando se han ‘convertido en simbolos nacionales o regionales, en testimonios de prestigio para sus patrocinadores y ‘en una de las pocas obras arquitecténicas que, en Europa o Norteamérica, todavia firman arquitectos ¥y no empresas de diseiio. Un museo actualmente tiene que ser, simultineamente, palacio, centro de diversiones, espacio educativo, templo y centro comercial. Como indica la mercadoteenia, debe ser atractivo, como indica la pedagogia, debe ser didéctico; como indica la cultura del ocio, debe ser divertido, A veces, el museo debe ser tantas cosas que no puede ser, plenamente, una sola. El caso del museo de arte contempordneo es sintomético: suple una necesidad de contar con un espacio cultural incluso en lugares sin pasado o arte glorioso. Lo contempordneo en los museos se ha convertido, muchas veces, en un estereotipo: lo contemporaneo es nuevo, original, dirigido a los jovenes, propio y acorde a las tendencias, alternativo y, por el simple hecho de ser contemporineo, propositivo y original. Tanto en el ‘més modesto espacio de arte contemporineo de alguna provincia latinoamericana como en el Guggenheim de Bilbao se puede detectar esta oferta de lo contempordneo con la simulacién, con la ficcién de una cultura globalizada que, en su sustancie, es tan ficticia como la sonrisa de un nuncio de pasta dental. Aqui participa el iltino sintoma que mencionaremos de la posmodernidad: el cinismo, Paralelamente, al demandarnos los patrocinadores resultados cuantitativos, cast exclusivamente establecidos por la cantidad de publico que asiste a las exposiciones, estamos tendiendo a disefiar museos para las masas, descuidando al individuo y a su experiencia y condicionando el discurso museografico por circulaciones que aparentan las rutas viales de las que, muchas veces, el piblico se quiere evadir reflugiéndose en un musco. Los que laboramos en museos debemos plantearnos, o replantearnos, cual es el minimo parimetro ético que tenemos en la mas elemental sustancia de nuestro origen: somos espacios piiblicos de divulgacién cultural que promovemos relaciones entre sujetos y objetos museales. ‘Tenemos que reflexionar sobre qué es el piblico y diferenciarlo de la masa, debemos permitir libertad en las interpretaciones y la posibilidad de experiencias individuales. Debemos determinar qué cosa es museable y qué no lo es, pudiéndose comunicar mejor por otro medio de divulgacién, como un libro, un documental televisivo o una computadora, Mas alli de la publicidad, debemos convocar al piblico, tratando de que esta visita sea una experiencia tanto especial como cotidiana, y exigir que esta visita sea parte ce los objetos publicos y privados del sistema educativo, Replantear al museo y a su discurso tiene que ser una reflexién profunda, como profunda es la discusién sobre la aplazada apertura total del Museo de Historia Alemana o el Museo Judio en Berlin, una discusin pablica, politica y académica que permita revelar la funcién o las funciones basicas del museo en el contexto social. En el caso de México, la misma discusién se tendria que iniciar en el caso de nuestros grandes museos y en los casos particulares de los museos de sitio, los regionales y los comunitarios: averiguar lo que el ‘museo puede no ser y cémo seguir siendo, a partir de sus fundamentos originales. En el caso de los espacios de arte contempordneo, estamos tan preocupados en instalarlos o remodelarlos que no 40s hemos permitido definir asuntos tan seneillos emo: qué es modero, qué es contemporineo y 6m se relacionan esos conceptos a la mision S06ial que los museos de arte contempordneo Aendrian en los contexios existentes en México. Enel imbito de lo internacional, la apertura de Wa posmodernidad se identifica con un TesunBimiento de la pintura, sobre todo de la figutativa, como género primordial del arte, al Hiempo que el arte conceptual agotaba tanto su (Papacidad de sorpresa como de renovarse. Esos Pintores, como Francesco Clemente, Baselitz 0 F encuentran maneras de pintar en las que la Pxperimentacién técnica o a novedad temética @in segundo plano en relacién con la tisma de pintar y el placer de hacerlo, y de retratar personas, perros, coches o : En los ochenta, el regreso a la pintura, tm acto de novedad conceptual 0 il, Sino como un acto de necesidad de Mauer moo i de Berka Tepresentar, como un deseo y un placer de representar, fue abrumadoramente liberador; y fue también un movimiento muy bien recibido por el mercado del arte, hay que admitirlo, porque implicaba volver a comercializar objetos contemporaneos manipulables que se podian colgar en las casas y que eran relativamente duraderos. El retomo de la figuracién también fue bien recibido por un piblico, y por una nueva generacién de patronos del arte, que no encontraba cn la abstraccién, en la austeridad minimalista o en la sutileza conceptualista maneras de comprensién 0 de disfrute. Es aqui donde puede exponerse una de las paradojas entre modernidad posmodernidad en el caso mexicano. A diferencia de Estados Unidos y Europa, y a diferencia incluso de Argentina y Brasil, en México ni la pintura ni la figuracién fueron abolidas por los movimientos de vanguardia. Si bien en nuestro pais se desarrollaron tanto una vertiente geometrista como formas Gacctade Mueos No.28-29 Aho 003 “a que para que esa fortuna se realice los artistas enen que operar con las mismas estrategias de biel Oroze0. Si bien la pintura no se ha erradicado de los 8 de arte contempordneo, es cierto que ha habido una merma de su presencia en ellos. ¥ es , por lo anterior, que los pintores reclamen “presencia en espacios que eran de su como neo-conceptualismo, los que no tizan con esta tendencia y con los grupos que ueven critique lo que, a todas luces, ser una moda; una moda que, ademas, contra la misma sustancia del lismo porque, a todas luces, es Pero, al margen de las modas y de deseo de ser internacionales, lo cierto es actuales estin produciendo obras, diversos medios y con variadas téenicas, interesantes y que proponen al experiencis estéticas auténticas, Las que técnicas tradicionales, como la a lapintura, el grabado o la fotografia, ya inicas vias de expresién y la mision de arte contempordneo es ofrecer una iodo medio de expresién que sea vilido, itivo y bien ejecutado. {Cudles mentos de juicio, en Ia diversidad de de a posmodemidad, para definir 0 y lo que es malo, lo que vale Ia ,f0 ya para el futuro, sino para el ot no es una pregunta retérica fefinen las politicas de los museos, .conservadurismo que, dia a dia, Mf voz y voto en las politicas de la modemnidad una no nos podemos desprender: no mente lo que el pubblico desea ofrecer al publico maneras de una manera distinta; debemos promover el goce pero, sobre todo, la reflexién. Tenemos en México una gran oportunidad histérica: el Estado esti cediendo espacios culturales, por setenta afios reservados para el discurso ideolégico institucional, para que la historia y el arte nacionales se redefinan ante la mirada publica. Pero el gran problema es que esta redefinicién es terriblemente compleja y se ha planteado en un periodo de tiempo muy corto Insistimos en nuestro deber de aprender a vivir sin el cobijo de grandes jerarcas culturales y de buscar las maneras en mas alla del museo, que México puede ser trascendiendo a éste, eeaado y debemos reflexionar representado, ya no como una historia y una realidad homogéneas, sino como diversidad y pluralidad. Si ya no podemos hablar de una historia del arte mexicano. Una de las opciones que se puede proponer es un mayor rigor en las. politicas de exhibicién, exigiendo a curadores y gestores culturales -y alos periodistas culturales__ ‘mis elementos de fundamentacién critica, mayor grado de anilisis en la argumentacién y fundamentacién de sus propuestas. Si bien seria odioso demandar a la curaduria un tipo de profesionalizacién similar a la que se pide en el contexto de las ciencias 0 las téenicas, es necesario que la curaduria mexicana, al tiempo que se instruye en lo nuevo, se fundamente en el pensamiento y en la filosofia actual y pasada, y en la historia del arte mundial y mexicana. Si nos argumentamos y fundamentamos nuestras propuestas, si éstas se alimentan simplemente en el aliento de lo nuevo no reflexionado, seré muy facil que quedemos emparedados entre Ia moda y el conservadurismo. acta de Musas No. 38-29 Ao 2005 sobre el espacio publico y el arte piblico. En ese sentido, la escultura urbana, tanto en México como fuera, es un gran problema posmoderno. “a “ Y més all del museo, trascendiendo a éste, debemos reflexionar sobre el espacio piilico y el arte piiblico. A diferencia de la pintura, la escultura, sobre todo la de mediano y de gran formato, se encuentra supeditada a comisiones, proyectos y politicas relacionadas con la ciudad. Desde hace unos treinta aflos han existido en nuestro pais pocos proyectos urbanos en los que el factor artistico se considere de manera seria ¢ integral. Al parecer, superado el nacionalismo y el geometrismo, suponemos que ya no existen formas de abordar la escultura piiblica sin considerarla un simple elemento decorativo. Suponemos también que s6lo gobiernos culturalmente dictatoriales son capaces de imponer un arte piblico y que ya no hay maneras novedosas de abordar escultéricamente Ia historia y los simbolos de jentidad. En ese sentido, la escultura urbana, tanto en México como fuera, es un gran problema posmoderno, Es un gran problema porque, si no pensamos en otro tipo de estrategias efimeras, la escultura urbana es perdurable y es un enunciado del presente para el futuro. ; Qué podemos el presente que sea perdurable y que nos representar en el futuro, de la misma manera el David de Miguel Angel representa a la Fl renacentista 0 la Venus de Milo a la cult helénica clasica? Gran problema; pero es problema que, si bien posiblemente no solucionar, por lo menos debemos poner sobre mesa, Si la publicidad y las telecomunicavio pueden ser sreativas y redituables, ,por qué no arte piblico? No hablando de la eficiencia Guggenheim de Bilbao como museo, no habl de su costo o de sus implicaciones politicas, hablando ¢e él como arquitectura, sino « escultura, lo cierto es que ese edificio rep una época y la representara en el futuro, de misma manera que fungiré como simbolo de ciudad y seré motivo de peregrinacién. teniendo los recursos de las sociedades p industriales, nuestra principal materia prima es creativa, Hey que buscar maneras democriticas estimularla. Dra. Livy Kassi Disectora Genera be Artes PLAST Dirusion Cucturat UI Email: Ikassner@servidor.unam. ‘Ara. Jorce Revnot ‘SuspiRECTOR DE INvENTARIO Y CURADU Email: manfreda@tutopia.com. Museologia l. Museos de México en el cuerpo social, han sido predeterminados por _poderes especificos a través del tiempo, utilizando las Ciencias, pero con postulados concretos, como trataremos de ver. Me he propuesto hablar de ello para crear conciencia entre nosotros, Mu- sedlogos y Académicos de distintas disciplinas de este pais con su poblacién tan altamente necesitados en materia en saber, conocimientos comunidad, un patrimonio, eae un poder» ommunauté, un patimoin Todo, para un ingente, urgente ¢ un pouvoir *(*) _impostergable desarrollo en todos los érdenes, bajo pena de continuar siendo limitados y con ‘mayores imposiciones de poderes externos favorecedores de sus propios intereses en la continuidad de nuestra dependencia, Georges Henri Riviére ‘Nuestra tarea en esos campos es prioritaria, ademas de inmensa y pareciera que nuestros esfuerzos no son suficientes, o que se orientan en otra forma sin conciencia de ello, con pro- pésitos ya rebasados y ademas, determinados por poderes internos en proceso de extincién, que se impusieron a su manera en un pasado reciente, Para hablar del poder en el Museo, haré solo referencias generales y a ciertas etapas de nues- (7) nacomnida tra museologia. La perspectiva hoy dia va prpainann cambiando aceleradamente y sien 1960-70 solo finn de res se contaban 70 0 80 museos en el pais, hoy hay Suen svuntre cerca de 965 y el Estado quien detentaba el 80% rip sorsh Poet de las instituciones, hoy representan estas solo exon redas raps cf ocr el 15%. Miaseo de Artes y fear ne Gaccta cde Museos No.28-29 Aho 3003.15 Las vertientes se han diversificado y conta- Pues bien, detrés de cada museo hay un mos con ceca de 200 museos de pequefias poder que lo encauza y predetermina, mismo a ar muy particularmente, por lo que un de Poder ancarias, miltiples permitaseme comenzar con una cita de un comunidades rurale y semi-urbanas actuantes, consider museos universitarios como es este que nos poder significa en si. Y¥ para habl stitueiones m filésofo francés de S. XX, cuyas ideas van litares de importancia y final + las privadas en despliegue considerable. _teniendo gran repercusi6n en nuestro momento: Michel Foucault Es sabido que no son los gobiemnos quienes detentan el poder... Al igual, seria necesario saber hasta donde se ejerce el poder, cual es su entrada y hhasta que instancias 4 menudo poco firmes, de jerarquia, de control, de Vigilancia, de prohibicidn, de restricciones. Por dondequiera que hay poder, el poder se ejerce. Nadie propiamente dicho es el titular y sin embargo, s¢ ejerce en cierta direceién, con unos de un lado y otros del otro; no se sabe quien justamente io tiene pero se sabe quien no lo tiene.,..en fin la cuestion del poder, de Ia desigualdad del poder. de sus luchas, Cada lucha se desarrolla al derredor del néicleo particular de un poder.! Comenzaré un breve anilisis histérico de la presencia de filosofias, 0 precisamente ideologias, poco consideradas 0 nada del todo, en nuestra instituciones y su historia, a partir de sus inicios en nuestro territorio, a fines del S. XVIII y principios del S. XIX. tn La dinastia borbénica introdujo en Espafia, ademés del absolutismo para gobernar, instituciones como las Academias para controlar el pensamiento, la creacién y el desarrollo de las ciencias. Estas se habian iniciado en Francia, segim tal vez, modelos de instituciones italianas anteriores, muchas de ellas controladas por los poderes de principes y grandes burgueses en esos territorios. Lo que nos interesa destacar aqui para nuestra realidad, es algo mas que su origen y desarrollo preciso en el tiempo. Ante todo ver en estas instituciones instrumentos de poderes determinados y su eficiencia operativa y prictica en la realidad. El museo pb la democracia burguesa en el poder y de manera mas clara en a presidenci dePor Ds Francia, con los bienes -obras de , abierto con confiscados a Clero y Nobleza, se inicia en enese pais con la Revolucién y su «Musée ais», en el Palacio del Louvre. El Museo se constituia junto con las ademias, en un verdadero instrumento para zat las relaciones de intercambio social, jendo una jerarquia de valores y “endo normas, entre otras para el Arte y Adebia considerarse como tal. Ademés se presente la Enciclopedia, terminada de en Francia con sus 17 voliimenes en Con la nueva vision césmica racional y jones metodoldgicas, se planteaba una del saber, permitiéndome citar aqui a alemin dentro de la vision Jirgen Haber mas, quien nos dice |, esta fragmentacion de la Ciencia, moralidad y arte», de una Ia anterior vision teolégica de la con la Escoldstica, se ve ampliada separacién metodolégica de cientificas con la Enciclopedia. se estableci6 desde los inicios en este pais, Ia separacién del -y el de las Ciencias, a Tlustracién, siguié cobrando stro medio, hasta el pleno S. XX, con las fundaciones del INAH “respectivamente y con la in de sus museos. acién desintegradora continud en el mundo de nuestros poderes estuvieron detras ? {La realeza borbénica? ;D’Alambert y Dide rot?... Poderes intelectuales pero también politicos, de clase dominante en forma mas amplia, pero sobre esto volveremos. Una siguiente fase que hay que distinguir, se da en S. XIX, durante la dictadura de Porfirio Diaz y el desarrollo del Estado con filosofia positivista, como ideologia oficial. Esta circunstancia no fue ajena al Museo Nacional fundado por Guadalupe Victoria desde 1825 y su funcionamiento posterior, sobre las mismas bases que el Estado que lo sustentaria. El pensador mexica- bes cae Zea, dis- El concepto de “Museo tinguido — latinoamer- ‘ icanista de nuestro Lemplo laico de las momento, nos habla en Ciencias”, surgia sulibro «ElPositivismo — entonces en nuestro pats y la Circunstancia Me- xicana « del concepto que el adopta sobre lo que es Ideologia y nos dice lo siguiente: En la Gaceta de Museos N ° 14-15 de 1999, quien esto escribe, hizo un anilisis del proceso de estructuracién cientifica del Museo Nacional, entre su fundacién, mas exactamente a p: de1830, y hasta el final del régimen de Porfirio Diaz en los primeros afios del S. XX. de manera clara, con el propésito politico del “Progreso” como finalidad iltima de Estado teledirigido por los grupos en el poder, surgidos con las luchas de Reforma y las subsecuentes. (Oh Powcont sche buisernesns 1 t9s41075 Lev cies ete powats Pade ‘el Quare. Calimard Sot Parts (Pore ta bora fren Bd kerae (@)-Ze Leopoldo bx POSTIISUO LA Gaacunsrancis Manca Analizando los hechos mismos, en el desarrollo z"miu(‘lote/ Gata de Museas No28-29 foxy 17 Las ciencias antropolégicas no quedan exentas de la concepcién de Metodologia que un distinguido epistemdlogo latinoamericano nos plantea. Citando a dos autores, Haroum Jamous y Madeleine. a de la institucién, se observa claramente, la manera como se va cumpliendo el propésito de hacer del Museo una acabada organizacion cientifica positivista y aqui lo sefialamos, al servicio del Estado Nacional en esos momentos Y mas adelante Zea nos sigue diciendo en su misma obra, Io que nos interesa: El concepto de «Museo Templo laico de las Cien- cias», surgia entonces en nuestro pais de manera clara, con el propésito poli- tico del «Progreso» como finalidad iltima de Estado teledirigido por los grupos enel poder, surgidos con las luchas de Reforma y las subsecuentes. Hablamos de la segunda mitad del S. XIX y dos idedlogos, politicos sabios, uno al principio, Gabino Barreda con Benito Juarez en 1867 y otro al final, Justo Sierra, con Porfirio Diaz hasta 1909. Un orden basado en las ciencias encontraba prestigio y un ‘magnifico instrumento para el poder: El Musco Nacional. A partir de la Revolucién mexicana dentro de un sélido e inicial marco nacionalista, po- demos observar de manera muy amplia pero efectiva y cierta, dos vertientes politicas para atender las necesidades de la Nacién, dentro de los distintos poderes, individuos o grupos de poder, que han aspirado a conducirla, De una parte y solo mencionando corrientes de pensamiento y acciones politicas, quedan los movimientos populares de grupos revolucio- narios, como el Zapatismo, en reivindicaciones de tierra y libertad campesina, el Villismo norte- fio sin demasiada consistencia en pensamiento, pero de accién efectiva y extraordinario vigor militar y en el pensamiento politico el llamado Magonismo, sin sistematizacién profunda, ‘como diversos politélogos lo han seitalado, pero con posturas derivadas de Ia circunstancia de nuestro pais en su momento. A la manera de los dos caballos que jalan el carro de sociedad y ecomomia, como dijera Amold Toynbee, y tirando mas uno de ellos ‘vuelca el transporte, se ha pretendido equilibrar nuestra politica nacional a través del tiempo, después de la Revolucisn. Vemos actuar, observando los hechos bajo este ngulo, al llamado grupo de Sonora quien trata de capitalizar los esfuerzos revoluciona- rigs, en provecho del poder del grupo a partir de 1920, dentro del cual se encontraron, como sabemos, Alvaro Obregén, Plutarco Elias Calles y los tres personajes que le sirvieron a este “ltimo para continuar en el poder, detris de ellos hasta 1934. Estos personajes orientaron la revolucién, de ‘manera clara hacia una politica econémica favo- recedora del capitalismo interno y aspirando vincularse a capitales extranjeros. Se trataba de dar impulso preferencial a la revolucién demo- cratico burguesa, interrumpiendo el proceso de la revolucién popular. Lazaro Cardenas en el poder se orienta, por el contrario, neutralizando como sabemos a sus adversarios desde un prin- cipio, hacia una politica asimismo fuertemente nacionalista, pero de franca aspiracién popular, sociopolitica que lo llevaria a buscar el apoyo de las mayorias populares. A una inteligente poli- tica comporativista consolidando el poder, agrega las importantes nacionalizaciones de todos conocidas. Y en esta propuesta, aqui vemos aparecer el alto desarrollo de nuestra museologia nacional posterior a la revolucién, con la fundacién del INAR, por decreto del presidente Cardenas en 1939 y del Museo Nacional de Historia. Cualquier propuesta de antropélogos, ar- queblogos © historiadores, podia hallar eco entonces, entre los poderes de la Nacién, favore- sedores de una visidn politica nacionalista por un lado y de una exaltacién de Ia raigambre indigena popular por el otro, visto a partir del ttasfondo prehispanico, y en Ia pre-sencia de einias autéctonas y para el impulso al desarrollo socio politico de la Nacién. Los poderes en la circunstancia, en postura tcionaista y politica social, buscaron habil- mente una forma de avalarse culturalmente, ‘incukindose alas ciencias sociales. El Estado deseaba apoyarse, asi mismo, en el Spirtu cientifico con Ia Hamada «Educacién Socialista», establecida por Narciso Basols con 1 Presidente anterior, Abelardo Rodriguez, © Inisma orientacién educativa que el gobierno de Gitdenas continuaria con Ignacio mez Téllez y Gonzalo Vasquez Vela, sucesivamente como titulares ela Secretaria de Educacion Pi- lca, de quien dependeria el INAH y nal de Historia, asi mo 10s entonces incipientes Mu- de provincia Iuego llamados ® prosigamos en el tiempo y Hegaremos al llamado go Mexicano «y el llamado } entre 1940 y 1970, con Onde presidentes que fueron (Avila Camacho, Miguel Ale- ez, Adolfo Ruiz Cortinez, Lopez Mateos especialmente de interés para nosotros y este, segui-do por Gustavo Diaz Ordaz. En esta etapa durante el periodo presidencial de Miguel Alemén, se llegaba a un crecimiento econémico nunca mas igualado desde entonces, equivalente al 6% anual, mismo que correspondia en parte y como antecedente, a los esfurerzos continuos del cardenismo y sucesores en apoyo de la indus-trializacién del pais. La situacién nos habia llevado a un capita- lismo en auge, pero dependiente, mismo que se veia como posible solucién, a pesar de ello, a los graves problemas de desarrollo social, rezaga- dos desde los esfuerzos cardenistas de los afios 34.040. Se veia también dentro de una necesaria recuperacién, después de la fuerte fuga de capi tales durante aquellos anteriores momentos de populismos y nacionalizaciones de grandes em- presas llevados a cabo por el cardenismo. Para un gobierno con aspiraciones interna- cionales, en su visién capitalist, como el de Aleman, un prestigio de altura era bien visto y se hacia necesario al exterior, quiza mas que nunca para los propésitos politico-econémicos Gacta de Musas No. 28-2 Alo 2003 (S)-Galo Mig! Angel ‘CONTEMPORANEO de esos momentos. El cronista Carlos De Negri, ‘como critico del sistema politico, escribia "La Revolucion se ha bajado del caballo para ‘subirse al Cadillac’.® # Aqui proponemos considerar la vision de Miguel Aleman, dentro de esta perspectiva, fundando el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en 1946, como vehiculo adecuado para presentar ante el mundo y dar apoyo al interior, a las vigorosas creaciones artisticas de alta cultura” de valides universal y no solo local o verndcula, que se produ tiempos en el pais, jan en esos Esto se daba en todos los terrenos del arte y con personalidades de relieve internacional, en la Misica Chavez, Moncayo y Revueltas, en la Danza Limén, en la Literatura tantos otros como Novo y Pellicer. Particularmente en las Artes Plasticas, con los Ilamados «tres grandes Rivera, Orozco, Siqueiros, ademas de Tamayo. El edificio construido para Teatro Nacional concluido desde el aiio de 1934, hoy Palacio de Bellas Artes, seria sede inicial del nuevo instituto, constituyéndose ast en un formidable centro cultural, tinico en su género en el mundo en aquellos momentos, antecediendo en mas de 30 afios a la concepcién francesa del Centro Pompidou de los aios 80. El lucimiento era grande y empezaron a sucederse espectaculos internacionales, exposiciones de gran impor- tancia, danza, épera y teatro. En una palabra, se hacia presente la alta cultura mundial, digdmoslo aqui, como prestigio de la nueva bur- guesia nacional y del Estado, como desde Porfirio Diaz no habia sucedido en México. Los gobiernos siguientes con Adolfo Lépez Mateos y Gustavo Diaz Ordaz, seguirian apoyando a la alta cultura, dentro de la nueva orientacién del llamado "Desarrollo estabili zador", secuencia de las politicas alemanistas, necesaria y urgente estabilizacién ante la falta de continuidad del optimista desarrollo anterior. Veriamos entonces aparecer la serie de magnificos museos de Arte del INBA, deriva- dos de la unidad central del Palacio de Bellas Artes. Y dentro de este auge museistico la extensién novedosa a la frontera norte, y aqui si, abiertamente en apoyo de econémicas, como la pretendida conquista de los mercados fronterizos, con aquél finalmente malhadado "Programa Nacional Fronterizo", impulsado por Lopez Mateos hacia los afios de 1962 y 64. iones politico- EI apoyo de industriales y patronos era manifiesto, total e incondicional, en el esfuerzo econémico-politico del Estado. Claramente los museos fronterizos, de Reynosa, Cd. Judrez y Tijuana, se instalaban integrindose como atractivo cultural comple- Ientario en apoyo a enormes centros comer- Giales construidos por la Secretaria de Hacienda Para la «conquista» econémica fronteriza Pero aiin nos falta considerar el esfuerzo mayor hacia los Museos oficiales en esta etapa y fubremos de referirnos aqui al Museo Nacional de Anttopologia José Luis Lorenzo, arquedtogo, quien fue un Aistinguido cientifico, Maestro Emérito del INAH, quien dio impulso al entonces Departamento de Prehistoria en la institucién, Ihicizndo cinco laboratorios de prestigio nacio- Tale intermacional, hacia severas criticas a las. Preferencias arqueolégi Bslado, en el sentido de dar primordial im- | Pottincia y énfasis a la arqueologia del area de america, por -encontrarse en ella los de las grandes culturas, con vigorosas expresiones monumentales, en conjuntos urbanos de gran desarrollo y arquitectura de alto rango y calidad. La preferencia no era fortuita y no dejaba de provocar desatencién en ta arqueologia de las zonas desérticas de Aridamérica y Oasisamérica asi como de etapas anteriores no monumentales, del desarrollo humano en nuestro pais, Varias de estas quedaban Iuego en manos de arquedlogos de instituciones norteamericanas. Preferencia del Estado nacional, mas dispuesto a respaldar y dar apoyo a trabajos con resultados sorprendentes, tan convenientes y necesarios para los propésitos politicos de prestigio. La Arqueologia hubo de plegarse a las circunstancias, segin proponemos, y ain la Etnografia, ambas quedarfan asi dispuestas en la Arquitectura y Museografia, de nuestro gran museo, reflejando esta situacién de preferencias Warm Hosen ae3 oP) (Alona ose toto uarovoioaia (iscrant te on, ort Rorenca Sao “Acted Mev ‘va mean Some Lasuustes be CRGENTING aw Masoe N Ek Coontinactin acon de sos aa eco DF 2000 (is Grabacn de Dvd ‘taro Siguers Sigucras| (rte com ef serio) 2 oficiales. Adelante mencionamos las palabras de un distinguido socidlogo Sin embargo, las ciencias antropoligicas no quedan exentas de la concepcién de Metodologia que un distinguido epistemélogo latinoamericano nos plantea. Citando a dos autores, Haroum Jamous y Madeleine Grawits, José Antonio Alonso nos dice: Repetimos aqui: "selecciona unas técnicas coneretas de investigacién sociolégica para conseguir un objetivo concreto” Y refiriéndonos a museos, también agrega- mos nosotros: «No hay Museo aséptico, no hay ‘museo inocente», nos dice una colaboradora desde Argentina parafraseando a Jack Aumon.? Jaime Torres Bodet, por su trayectoria profesional, cultural y de politico de alto rango, ‘ocupando cargos publicos siempre de impor- tancia, habia sido nombrado por L6pez Mateos Secretario de Educacién Publica para el Sexenio gubernamental de Diciembre de 1958 a No- viembre de 1964. Reunfa nuestro personaje todas las condiciones para un puesto, puesto politico, para la educacién y la cultura. La idea de un Museo de cardcter nacional, de gran relevancia y prestigio, haciendo presen- tacién monumental y altamente estética de nuestra identidad y cultura, habia sido presentada anteriormente a otros presidentes. Una de estas propuestas era la creacién de un Museo del Movimiento Mexicano de Pintura, al que Siqueiros denominaba "Museo de la ‘Composicién” concebido por el y Diego Rivera, para musco de Arte Moderno.* La propuesta tenia grandes dificultades para ser aceptada por la carga ideolégica del movi- miento de pintura en esos momentos. tras propuestas tendrian acogida entre las autoridades y ante el propio Presidente, enton- ces L6pez Mateos, como fue el caso del Museo de Antropologia, mismo que podia cumplir su funcién politica respetando siempre su sistema- tica académica, pero usindola para ello, y los propésitos ya seitalados.- Este museo y su temé- tica, no representaba asi problemas ideolégicos para la politica del momento, pero la etapa virreinal (la colonia espafiola ) y su hermoso ‘museo, no se adaptaban a la visién nacionalista del Estado y su no intervencién prevaleciente, no se vineularon al complejo de Museos y fueron desplazados fuera de la Capital, quedando asi sin secuencia el proceso historic con 300 afios ausentes de esta urbe de entonces. Hoy sin embargo el crecimiento acelerado de la ‘mancha urbana y las comunicaciones han varia- do las cosas. Sobre el resultado final en los esfuerzos para este Museo y su realizacién, aqui anoto algunas observaciones penetrantes de un personaje de las ciencias sociales y de la cultura, que se ha ‘ocupado de algunos aspectos de la problematica de nuestros muscos, Nestor Garcia Cancli quien nos dice: el recorrido termina con el discurso cientifico, Eldeslumbramiento suscitado con las piezas | indigenas culmina en la forma de legitimacién has consciente que ofirece la cultura moderna: saber cientifico.’ En todo este despliegue de elementos, hubo Mi"postulado', el politico, y necesariamente un Wijeto» ejecutando consignas del poder, Aegitimando sus propdsitos con las Ciencias Sociales. Pudiéramos concluir: Conjuncién de 'y Ciencias Antropolégicas Formas de museo han venido y se iran, 0 4 cambiar inexorablemente en nuestro io. Se rescata la comunicacién con obje- el lenguaje con objetos considerados signi- fivos en un momento determinado. Esto es importa tomar en cuenta en el fendmeno Toque le da su especificidad y es bien +histéricamente a la comunicaci6n letra- Maa de Hari 1944-2008, da y sin embargo subsiste, dicho sea de paso. Ello se debe a factores de enorme importancia en la condicién humana, sobre los que aqui no me extiendo. Los grandes templos musefsticos del poder, iniciados a fines del S. XVIII en las grandes naciones europeas parecen ahora irse extin- guiendo, fueron caros al siglo XIX. -El museo Nacional de Antropologia es de alta jerarquia y sui-génetis, pero correspondiente a un régimen politico y un Poder hoy en fuerte proceso de de transformacién. en nuestro pais Es de alta jerarquia, ni quien lo niegue, pero correspondiente a un régimen politico, a un Poder hoy en extincién. Otros modelos aparecen y también otros poderes con ellos, seamos con- scientes como académicos y como musedlogos y actuemos en consecuencia, Hoy es prioritaria la demanda de conoci- miento y de saber en las grandes concentra- acta de Muses No. 28-29 (Garcia Canclnt Currunas iagioas Be Grjatm NCA i000 Abo 2003 2

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