RESEÑA

M. A. QUEROL, Manual De Gestión del Patrimonio Cultural: el

uso social del patrimonio cultural.

Asignatura: Patrimonio Arqueológico

Curso: 3º Grado: Gestión Cultural (semipresencial) 1ºcuatrimestre
Profesor: Álvaro Corrales Álvarez
Realizado por: Amor de María Romero Millán
M. A. QUEROL, Manual De Gestión del Patrimonio Cultural: el uso social del
patrimonio cultural, Patrimonio Histórico – Protección. Textos colecciones Akal,
Madrid, 2010 (541págs). ISBN 9788446031086.
Patrimonio Arqueológico, Prof. Álvaro Corrales Álvarez
Es desde la última década que el
patrimonio cultural suscita un gran
interés, tanto por aquellos que son
considerados turistas, como por los que
hacen del patrimonio cultural un motivo
de aprovechamiento en un ambiente
turístico y lleno de proyectos que en
ocasiones ponen en serio riesgo la
integridad del bien en sí. En la
conferencia General de las Naciones
Unidas, celebrada en París el 17 de
octubre de 1972, art 4, queda recogido
que “cada uno de los Estados Partes en
la presente Convención reconoce que la
obligación de identificar, proteger,
conservar, rehabilitar y transmitir a las
generaciones futuras el patrimonio
cultural y natural situado en su
territorio, le incumbe primordialmente.
Procurará actuar con ese objeto por su
propio esfuerzo y hasta el máximo de los
recursos de que disponga, y llegado el
caso, mediante la asistencia y
cooperación internacionales de que se
pueda beneficiar, sobre todo en los
aspectos financieros, artísticos,
científicos y técnicos”.
Es por citas como la anteriormente
señalada por las que la autora M. A.
Querol realiza un análisis exhaustivo en
uno de los capítulos de su Manual de
Gestión del Patrimonio. Es sobre el
patrimonio cultural y sus usos en la
actualidad de lo que hablaré a lo largo de
esta reseña.
Se cita en la Carta del Turismo Cultural,
OMOS 1976, que el turismo cultural es
“Aquella forma de turismo que tiene por
objeto, entro otros fines, el conocimiento
de monumento y sitios histórico-
artísticos. Ejerce un efecto meramente
positivo sobre estos en tanto en cuanto
contribuye - para satisfacer sus propios
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AMOR DE MARÍA ROMERO MILLÁN
Gestión Cultural (Semipresencial) 3ºcurso
fines - a su mantenimiento y su
protección. Esta forma de turismo
justifica, de hecho, los esfuerzos que tal
mantenimiento y protección exigen de la
comunidad humana, debido a los
beneficios socio – culturales y
económicos que comporta para toda la
población”. Los usos sociales se ven
reducidos a tres por Ballart en 1997, uso
de visita que implica al ámbito turístico,
uso de vida que relaciona a aquello que
conviven en el entorno o en sus
proximidades de un conjunto histórico
protegido y, por último, uso de trabajo
que hace alusión a aquellos que viven del
patrimonio cultural, su gestión, etc.
El turismo cultural no solo tiene ya una
única implicación con conjuntos
perdurables como puedan ser edificios,
monumentos y demás símbolos que
indiquen alguna fase temporal a la que
pertenecía o se situaba, sino que, los
elementos culturales que en la actualidad
están teniendo cabida son tales como
festivales, actuaciones teatrales,
conciertos, etc. Es una visión del turismo
cultural que hace partícipe al turista y le
muestra otra perspectiva del entorno en
otro espacio temporal.
Otra forma de disfrutar el turismo
cultural es a través del denominado
turismo patrimonial; es a través del
patrimonio por el que el turista ve y visita
en tiempo real; por lo que goza del
disfrute de los bienes patrimoniales en
primera persona. El turismo cultural
también abarca el turismo
medioambiental o ecológico. Es un
modelo de turismo novedoso que apuesta
por una visión positiva y justa de un
entorno natural sostenible y que tiene
como aliciente la conservación de un
medio fundamental para la
supervivencia de seres vivos, ya sea
fauna, flora o poblaciones locales que
allí se encuentren. Tras estas tres
visiones del turismo cultural se observa
que no todo el turismo se centra en el
patrimonio cultural más antiguo, sino
que, también los espacios ahora
habitados o las danzas y Es muy importante saber o tener en
representaciones tienen cabida en un
turismo exigente y cambiante.
Cómo se difunde todo este patrimonio
cultural, es una de las incógnitas que nos
resuelve la autora. La hibridación entre
el pasado y el presente, la evolución que
han sufrido las herencias culturales se
ven reflejadas en la capacidad que tiene
la historia y la sociedad en adaptarse al
pensamiento del momento. Es la forma
de hacer que perdure en el tiempo y que
no se olvide del todo, aunque, al ser
modificado, pierda su esencia inicial. La
banalización del patrimonio es algo que
preocupa, es decir, dar poca importancia
a aquellos datos que explica un proceso
o un porqué del significado de ese
patrimonio cultural. La explicación de
este comportamiento se debe al interés
que suscite en la sociedad diversos datos
y sobre todo el rendimiento que se le
pueda sacar a nivel económico al bien
gracias al atractivo causante en los
turistas. La autora alude a que el
auténtico patrimonio somos las personas,
haciendo una crítica negativa al hecho de
manipular los espacios habitados en
nombre de la tradición o la puesta en
valor.
El turismo cultural patrimonial tiene
utilidad para aquello que lo visitan, de
carácter formativo y de interés. Para los
que viven dentro del entorno, obtienen
beneficios económicos con la creación
de puestos de trabajos directos e
indirectos, además, se desarrollan los
servicios de la zona y se crean nuevos
negocios.
Por último, para la propia conservación
del entorno o del patrimonio que rodea al
bien visitado, además de las ventajas de
ser considerado un bien cultural tienen la
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posibilidad de obtener beneficios
económicos. Todos estos beneficios van
a depender de la gestión que se realice
del patrimonio. El gestionar de forma
positiva teniendo en cuenta la valoración
positiva de los visitantes ayudará a
incrementar el valor del bien.
cuenta qué solicita el turista al turismo
cultural patrimonial. Este punto lo
esclarece mucho la autora, el turista
cultural busca una experiencia que le
haga sentir evocado y le provoque
sensaciones tales como la nostalgia hacia
el pasado y orgullo de los antepasados o
del lugar al que pertenezca el patrimonio.
Busca también un espacio tranquilo, con
fluidez y sin escándalos; buen tiempo y a
precios asequibles. Es también un
indispensable para los turistas, tener en
primera persona una visión de cómo se
vivía o como se relacionaban los grupos
que habitaban e hicieron posible el
espacio cultural patrimonial.
Un claro reflejo de la mala gestión del
patrimonio es España. Este país tiene por
objetivo ubicar el turismo de sol y playa
en primera posición y como segundo
atractivo el turismo cultural. No sabe o
no aprovecha el hecho de poseer
conjuntos culturales considerados
patrimonio de la humanidad por la
UNESCO en diferentes lugares del
territorio.
Otra de las muestras de mala gestión del
patrimonio es la sobreexplotación. Este
fenómeno se puede observar en ciudades
o conjuntos históricos. Como indicador
de este abuso es, ver que los residentes
perciben el turismo como algo negativo.
Un ejemplo muy claro puede ser la
Alhambra, que tomó como medida la
limitación de visitas.
Triotiño, en una entrevista a PH Boletín
del IAPH, 2006, dijo así; “no todo el
patrimonio puede ni debe tener una
función turística y, cuando la tenga,
tendrá algún tipo de limitación”. La gran
desigualdad con respecto a la gestión
realizada en el patrimonio cultural en
nuestra región es alarmante. Mientras turista inculto que únicamente busca el
algunos corren grabe riesgo por disfrute y el entretenimiento en espacios
sobreexplotación debido al exceso de banales y actividades que no aportan más
visitas, las restauraciones mal que la realización de la misma. Deja
producidas por un equipo que no ha claro también el perfil del turista curioso
realizado un buen trabajo de en busca de espacios patrimoniales con
investigación, un tratamiento adecuado ansia de conocimiento y experiencias.
del elemento en un traslado a otro lugar Concluyo aportando que hay incógnitas
por las prisas de su exposición, otros que se ven resueltas y que suscitan gran
apenas se visitan y se consumen por el interés al lector dejando en standby las
abandono formando parte de ruinas que respuestas.
a nadie le interesa. Incógnitas aparte es admirable el gran
Se observa entonces un interés en trabajo elaborado por la autora en este
rentabilizar los bienes culturales. Es tomo, denota que ha realizado un gran
cierto también que el bien ha de trabajo de investigación para hacer llegar
mantenerse, para ello se cuenta con un al lector todos los datos necesarios para
equipo humano al que hay que retribuir, comprender la finalidad de su redacción.
es decir, el bien ha de ser rentable para Mi satisfacción y enhorabuena a la
su correcta y posible supervivencia. Es autora, en concreto por la sección que
un dato importante saber que los bienes atañe a esta reseña, ha logrado que la
se financian con dinero privado o con realización de la misma sea amena e
dinero público, siendo este último el más interesante.
usual, por lo tanto, vemos que la
sociedad sufraga estos gastos al mismo
tiempo que hace uso de ello, un ciclo que
sin duda beneficia al patrimonio y a los
que forman parte de él, de forma directa
o indirecta.
Cabe decir que la autora abarca mucho
de los puntos importantes del déficit con
el que cuenta el turismo cultural y
patrimonial. Sus comentarios críticos en
diversos aspectos de la gestión o la
sobreexplotación de los bienes, muestra
una visión muy personal y consigue
transmitir una realidad de la que no todo
el mundo es consciente. El patrimonio
cultural tiene mucho rendimiento que
ofrecer, hay muchos diamantes en bruto
esperando ser pulidos y que son
ignorados por qué no hay, actualmente,
la capacidad resolutiva necesaria que
este sector requiere.
Simplificando, es una lectura que
además de interesante, cómoda y
comprensible, es explicita haciendo
alusión a temas muy específicos,
consiguiendo transmitir una verdadera
indignación de como el turismo es
metamorfoseado para adaptarlo a un