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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA DE ANTROPOLOGIA

REPRESENTACIONES DE ESTAMENTO BASAL DE LA SOCIEDAD EN EL


SITIO AGUA CALIENTE C-35 AC: UN ACERCAMEINTO A TRAVÉS DE LAS
PRÁCTICAS FUNERARIAS Y DE LOS RESTOS HUMANOS DE LA FASE
CARTAGO (900-1550 D.C.)

Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Antropología

con énfasis en Arqueología

Milena Salazar Camacho A55120

Ciudad Universitaria Rodrigo Facio Brenes. San José, Costa Rica.

2013
Hoja de aprobación

Tutor

~~~-~~~\
Ph.D. Mauricio Murillo Herrera
Lector

Ph.D. Fr cisco Corrales Ulloa


Lector

M. Se. Mónica Aguilar Bonilla


Profesora invitada

,.
Milena Salazar Camacho
Sustentante

¡¡
Dedicatoria

A mis padres, Lidiette y Juan Carlos, por su


apoyo incondicional en cada momento de mi vida.

¡¡¡
Agradecimientos.

La presente investigación contó con la participación de muchas personas, a quienes


deseo extemarles mi agradecimiento por haber colaborado en la realización de este trabajo
final de graduación.

En primera lugar, quiero agradecerles a los miembros del Comité Asesor. Al tutor
M.A. Ricardo Vázquez por su disponibilidad, apoyo, consejos, información y valiosa
instrucción en el análisis osteológico. Al Dr. Francisco Corrales, por su ayuda en la lectura del
documento y por los valiosos comentarios realizados al mismo. Asimismo, al Dr. Mauricio
Murillo por su anuencia, apreciables observaciones y revisión del documento. A los tres les
expreso mi sincero agradecimiento por contribuir en la ejecución de esta investigación y por
el tiempo que le dedicaron a la misma.

En el Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional de Costa Rica,


deseo expresarle mi gratitud a la jefa del departamento Myrna Rojas, por haberme facilitado
un espacio para llevar a cabo el análisis osteológico. De igual manera, quiero agradecerle a la
arqueóloga Maritza Gutiérrez, por la cooperación y consejos brindados durante el trabajo de
laboratorio, así como por realizar el análisis de restos de fauna. Asimismo, le agradezco al
arqueólogo Julio César Sánchez por su colaboración en el préstamo de informes y materiales
gráficos. También le transmito mi cordial agradecimiento al diseftador gráfico Juan Carlos
Calleja, por la asistencia ofrecida durante la toma de las fotografias de los restos óseos y por
ayuda en la elaboración de mapas.

A las compafteras y colegas Yahaira Núftez y Geissel Vargas, por su constante apoyo,
ayuda y motivación durante el desarrollo de esta tesis. También les agradezco a las
compafteras María Laura Sáenz y María López, por su apreciada colaboración en la
realización de material gráfico.

De la Universidad de Costa Rica, le agradezco gratamente al profesor Gerardo Alarcón


por sus recomendaciones y por facilitar la obtención de información paleodemográfica. Al
mismo tiempo, le comunico mi gratitud a las profesoras Floria Arrea y Maureen Sánchez, por
su cooperación y motivación durante la realización de este proyecto.

iv
A la profesora Patricia Hemández de la Escuela Nacional de Antropología e Historia
(ENAH), le agradezco sinceramente por obsequiarme uno de sus libros, así como por atender
mis cuestionamientos. De igual manera, le expreso mi agradecimiento a la profesora Vera
Tiesler de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), por proporcionarme información y
esclarecer mis dudas.

Finalmente, les comunico mi gratitud a todos aquellos amigos, colegas y familiares,


que de una u otra manera contribuyeron en la realización de este trabajo final de graduación.
A todos ellos, muchas gracias por su apoyo y colaboración.

V
Tabla de contenido
Índice de figuras ....................................................................................... x
Índice de cuadros ..................................................................................... xvi
Índice de anexos .......................................................................................xviii
ResUinen ............................................................................................... xix
Capítulo 1: Presentación .......................................................................... 1
1.1. Introducción ...................................................................................... 2
1.2. Justificación ...................................................................................... 3
1.3. Problema de investigación ..................................................................... 4
1.4. Objetivos de la investigación .................................................................. 5
1.4.1. Objetivo general. ............................................................................ 5
1.4.2. Objetivos específicos ..................................................................... ... 5
1.5. Hipótesis de investigación ...................................................................... 6
1.6. Ubicación geográfica ........................................................................... 6
1.7. Aspectos geofisicos del Valle Central OrientaL. ........................................... 6
l. 7 .l. Morfogénesis y morfocronología de la zona de estudio ................................ 9
l. 7.2. Edafología .................................................................................... 11
1.7.3. Clima, hidrografia e hidrogeología ........................................................ 12
Capítulo 11: Antecedentes ......................................................................... .13
2.1. Historia de ocupación del sitio ................................................................ 14
2.1.1. Cronología relativa .......................................................................... 14
2.1.2. Generalidades de la fase Cartago (900-1550 d.C.) ............................................ 15
2 .2. Las prácticas funerarias del Valle Central OrientaL. ....................................... 16
2.2.1. Enterramientos de la fase Curridabat (300-800 d.C.) ................................... 16
2.2.2. Patrón funerario de tumbas de cajón ...................................................... 19
2 .2 .2 .1. Cementerios con tumbas de cajón en el Valle Central Oriental ..................... 21
2.2.3. Diferencias sociales expresadas en los ajuares funerarios ............................. 26
2.2.3.1. Sitio Las Mercedes ....................................................................... 26
2.2.3.2. Sitio Anita Grande ........................................................................ 28
2.2.3.3. Sitio Guayabo ............................................................................. 28
2.3. El cacicazgo del Guarco y la conquista española ........................................... 29
2.3 .l. Ubicación y extensión del cacicazgo del Guarco ....................................... 29
2.3.2. Organización política ....................................................................... 31
2.3.3. Llegada a los españoles al Valle Central y la fundación de la ciudad de
Cartago ................................................................................................. 32
2.3.4. Dominación española y desarticulación del cacicazgo del Guarco .................. 33
2.4. Secuencia de trabajos arqueológicos en el sitio Agua Caliente ........................... 34
2.4.1. Estudios iniciales en el sitio: siglo XIX .................................................. 34

vi
2.4.2. Década de 1980: los estudios arqueológicos en el sitio Agua Caliente son impulsados
por proyectos urbanísticos ........................................................................... 3 5
2.4 .3. Excavaciones en contextos funerarios del sector Cocorí .............................. 39
2.4.4. Investigaciones en los cementerios del sector Playskool. ............................. 40
2.4. 5. Proyectos e investigaciones fmales de graduación desarrollados en el sitio Agua
Caliente (C-35 AC) ................................................................................... 42
Capítulo 111: Marco teórico-conceptual.. ...................................................... 46
3 .1. El estudio de las prácticas funerarias ......................................................... 47
3.2. Aspectos generales de la Nueva Arqueología: principales postulados y alcances ...... 49
3.2.1. El positivismo y el método hipotético deductivo ........................................ 52
3 .3. La Arqueología de la Muerte y el análisis de prácticas funerarias ........................ 54
3.4. El enfoque Procesual y la variabilidad mortuoria .......................................... 56
3.5. Distinciones sociales presentes en el contexto arqueológico .............................. 59
3.5.1. División social horizontal: estatus ........................................................ 60
3.5.2. División social vertical: rango social ..................................................... 61
3.6. Principios básicos de la paleodemografía .................................................... 64
3.6.1. La demografía y sus elementos básicos .................................................. 65
3.6.1.1. Lamortalidad .............................................................................. 66
3.6.1.2. La fecundidad ............................................................................. 67
3.6.1.3. Movimientos de la población ........................................................... 68
Capitulo IV: Estrategia metodológica .......................................................... 69
4.1. Estrategia metodológica..................................................................... 70
4.2. Trabajo de laboratorio .......................................................................... 71
4.2.1. Selección de la muestra de estudio ....................................................... 71
4.2.2. Análisis osteológico ........................................................................ 72
4.2.3. Determinación del sexo de individuos adultos .......................................... 74
4.2.4. Estimación de la edad de los individuos ................................................. 77
4.2.4.1. Subadultos... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 77
4.2.4.2. Adultos.................................................................................. 79
4.2.5. Estimación de la estatura a partir de huesos fragmentados ........................... 84
4.2.6. Determinación del número mínimo de individuos (NMI) ............................. 88
4.2.7. Identificación de patologías óseas y dentales ........................................... 88
4.2.8. Identificación de restos óseos faunísticos ................................................ 90
4.3. Conservación y embalaje de la colección .................................................... 90
4.3.1. Unión de fragmentos óseos ................................................................ 91
4.3.2. Embalaje del material. ..................................................................... 91
4.4. Determinación de diferencias sociales en el contexto funerario .......................... 91
4.4.1. Análisis artefactual. ........................................................................ 92
4.4.2. Análisis visual de la disposición de las tumbas de cajón dentro de los
cementerios ........................................................................................... 92
4.5. Construcción del perfil demográfico ......................................................... 92

vil
4.5.1. Grupos de edad ............................................................................. 94
4.5.2. Defunciones y sobrevivientes......................................................... 95
4.5.3. Probabilidad de morir.................................................................. 95
4.5.4. Afio-persona vividos, años-persona vividos acumulados y la esperanza de
vida ..................................................................................................... 95
4.5.5. Censo hipotético de la población Ccx)·................................................ 96
4.5.6. Tasa Bruta de Mortalidad (TBM)... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...... 96
4.5.7. Indicadores de fecundidad ............................................................... 97
4.5.8. Constantes de fecundidad .............................................................. 97
4.5.9. Tasas Específicas de Fecundidad FBcx)··................ .. . .. . ... .. . . . . ... . . . . . . . .. . 98
4.5.10. Tasa Bruta de Reproducción (TBR) .................................................. 98
4.5.11. Tasa Neta de Reproducción Reo)··· ................................................... 98
4.5.12. Tasa Global de Fecundidad (TGF) ................................................... 99
4.5.13. Tasa Bruta de Natalidad ................................................................ 99
4.5.14. Tamaño Promedio de la Familia (Mean Family Size) .............................. 99
4. 5.15. Duración de la Generación o Edad Media a la Fecundidad... . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 99
4.6. Criterios a considerar en la discusión sobre el posible rango y estatus de los
individuos inhumados en los cementerios de la fase Cartago .................................. 100
Capítulo V: Resultados ............................................................................ 101
5 .l. Descripción general de las operaciones con evidencia funeraria ......................... 102
5.1.1. Operación 55 ................................................................................ 102
5.1.2. Operación 56 ............................................................................... .104
5.1.3. Operación 58 ................................................................................ 104
5.1.4. Operación 59 ................................................................................ 105
5 .1. 5. Operación 60 ............................................................................... .1 05
5.l. 6. Operación 61 ............................................................................... .1 06
5.2. Resultados del análisis osteológico ........................................................... 106
5.2.1. Determinación del sexo .................................................................. 107
5.2.2. Estimación de la edad ..................................................................... 107
5.2.3. Estimación de la estatura ................................................................. 108
5.2.4. Identificación de patologías .............................................................. 109
5.2.4.1. Patologías dentales ..................................................................... 111
5.2.4.1.1. Caries .................................................................................. 111
5.2.4.1.2. Periodontitis ........................................................................... 117
5.2.4.1.3. Cálculos (sarro) ....................................................................... 121
5.2.4.1.4. Hipoplasia del esmalte ............................................................... 124
5.2.4.1.5. Abscesos .............................................................................. 127
5.2.4.1.6. Pérdida antemortem de dientes ..................................................... 128
5.2.4.1.7. Atrición dental. ....................................................................... 132
5.2.4.2. Variaciones en la morfología dental.. ................................................ 136
5.2.4.2.1. Dientes en forma de pala ............................................................ 136

viii
5.2.4.2.2. Perla de esmalte ....................................................................... 138
5.2.4.2.3. Piezas dentales con anormalidades en su forma y tamañ.o ...................... 140
5.2.4.3. Patologías poscraneales ............................................................... 142
5.2.5. Modificaciones postmortem en la muestra osteológica .............................. 145
5.2.6. Determinación del Número Mínimo de Individuos (NMI) en los restos
óseos dispersos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
5.2.7. Resultados del análisis faunístico ...................................................... 148
5.3. Análisis del contexto funerario ................................................................ 150
5.3 .l. Análisis artefactual.. ...................................................................... 154
5.3.2. Disposición de las tumbas de cajón dentro de los cementerios ..................... 167
5.4. Reconstrucción demográfica .................................................................. 177
5.4 .l. Distribución por sexo ..................................................................... 177
5.4.2. Grupos de edad ............................................................................ 177
5.4.3. Construcción de la tabla de vida ......................................................... 180
5.4.3.1. Defunciones ~x)··· ..................................................................... 180
5.4.3.2. Sobrevivientes lcx) ...................................................................... 183
5.4.3.3. Ajuste de defunciones y sobrevivientes ............................................. 183
5.4.3.4. Probabilidad de morir Qcx)··· .......................................................... 185
5.4.3.5. Esperanza de vida Ecx) y Tasa Bruta de Mortalidad ................................ 185
5.4.3.6. Censo hipotético de la población Ccx)· ............................................... 186
5.4.4. Indicadores de fecundidad ............................................................... 187
5 .4.4.1. Tasa Específica de Fecundidad FBcx)· ............................................... 188
5.4.4.2. Tasa Bruta de Reproducción y Tasa Neta de Reproducción ~O)··· .............. 188
5.4.4.3. Nacimientos, fecundidad y tamañ.o promedio de la familia ...................... 189
Capítulo VI: Discusión de resultados y palabras finales ................................. ... 191
6 .1. Acerca del análisis osteológico ................................................................ 192
6 .1.1. Distribución por sexo y edad ............................................................ 192
6.1.2. Condiciones de salud de los individuos analizados ................................... 192
6.2. Organización social y el desarrollo sociocultural del sitio Agua Caliente ........................ 194
6.2 .1 Acercamiento a la organización social a través de los contextos funerarios. . . . . . . . . . 196
6.3. Reconstrucción del escenario demográfico .................................................. 199
6.3.1. Proporción por sexo y grupos etarios ................................................... 199
6.3.2. Indicadores demográficos: la mortalidad y la fecundidad ........................... 200
6.4. Palabras fmales .................................................................................. 201
6.4 .1. Posible rango y e status de los individuos inhumados en los sectores
Cocori y Playskool ................................................................................... 201
6.4.2. Condiciones de salud de la población estudiada ...................................... 205
6.4.3. Escenario demográfico del sitio ........................................................ 206
6.5. Recomendaciones ............................................................................... 209
Bibliografía.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
Anexos ................................................................................................. 235

ix
ÍNDICE DE FIGURAS Página
Figura l. Ubicación del sector Reserva, sitio Agua Caliente 7
Figura 2. Ubicación de los sectores Reserva, Cocorí, Playskool y Ciudad de 8
los Niños, sitio Agua Caliente
Figura 3. Sitios arqueológicos con cementerios con tumbas de 30
cajón localizados en
el Valle Central Oriental y en el Caribe Central
Figura 4. Colección de artefactos arqueológico del señor Rojas Troyo 36
Figura 5. Posibles límites del sitio Agua Caliente 45
Figura 6. Categorías de diferenciación mortuoria 58
Figura 7. Esquema piramidal de la distinción social vertical 62
Figura 8. Muestra esquelética (n) recuperada en los sectores Cocorí 72
Playskool del sitio Agua Caliente analizada en cada temporada
Figura 9. Diferencias sexuales expresadas en el cráneo 76
Figura 10. Erupción y desarrollo dental 78
Figura 11. Etapas de atrición en la mandíbula y en la maxila 81
Figura 12. Segmentos de medición de los huesos largos 85
Figura 13. Muestra esquelética(n=310) recuperada en los cementerios de la 94
fase Cartago de los sectores Cocorí y Playskool, empleada para construir el
perfil paleodemográfico
Figura 14. Operaciones del sector Playskool, sitio Agua Caliente 103
Figura 15. Distribución absoluta y porcental de la determinación del sexo de 107
los indviduos adultos analizados por la autora (operaciones 58,59,60 y 61),
sector Playskool, sitio Agua Caliente (n= 58)
Figura 16. Distribución absoluta y porcentual de las patologías y rasgos 111
epigenéticos identificados en la muestra esquelética analizada por la autora,
sector Playskool, sitio Agua Caliente(n=33)
Figura 17. Cifras absolutas y porcentajes del tipo anatómico de piezas 113
dentales afectadas por caries analizadas por la autora, sector Playskool, sitio
Agua Caliente ( n=61)
Figura 18. Distribución absoluta y porcentual de la frecuencia de las caries 114
en las caras dentales de las piezas dentales analizadas por la autora, sector
Playskool, sitio Agua Caliente (n=61)
Figura 19. Distribución absoluta y porcentual de la frecuencia de los grados 114
de las caries que presentaron las piezas dentales analizadas por la autora,
sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=61)
Figura 20. Caries grado 1 en la cara oclusal de un primer molar superior 115
derecho (Ind. 1, Sep. 6, Op. 61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 21. Carie grado 2 en la cara lingual de un segundo molar inferior 115
izquierdo (lnd. 1, Sep. 6, Op. 61), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 22. Carie grado 3 en la línea amelocementaria de la cara mesial de 116

X
un primer molar superior derecho (Ind. 2, Sep. 1, Op. 59), sector
Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 23. Carie grado 4 en un primer molar inferior derecho que provocó la 116
caída de la raíz distal (Ind. 2, Sep. 1, Op. 59), sector Playskool, sitio
Agua Caliente
Figura 24. Macha en la cara distal de un primer premolar superior izquierdo 117
(Ind.l, Sep.73, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 25. Periodontitis en el lado derecho (a.) e izquierdo (b.) de una 119
misma maxila (Ind.l, Sep.71, Op. 58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 26. Periodontitis en una maxila derecha (a.) e izquierda (b.) 119
(Ind.l, Ent.3, Op.61), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 27. Periodontitis en una maxila izquierda (Ind.2, Sep.1, Op.59), 120
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 28. Periodontitis en el lado izquierdo de la mandtbula (a.) y en el 120
lado derecho de la maxila con presencia de cálculos (b.) (Ind.1, Sep.6, Op.61),
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 29. Distribución absoluta de cálculos según el sexo e intervalo de 122
edad de los individuos analizados por la autora, sector Playskool, sitio
Agua Caliente (n=12)
Figura 30. Cálculos y periodontitis en un fragmento de maxila izquierda 122
(Ind.l, Sep.6, Op.61.), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 31. Cálculos en la cara oclusal de un tercer molar inferior izquierdo 123
(Ind.l, Sep.73, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 32. Cálculos en el primer molar superior izquierdo que sobresalen 123
la encía (Ind.1, Sep.6, Op.61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 33. Distribución absoluta de la hipoplasia según sexo e intervalo de 125
edad de los individuos analizados por la autora, sector Playskool, sitio Agua
Caliente (n=9)
Figura 34. Hipoplasia de líneas horizontales en un primer premolar 126
inferior derecho (Ind.l, Sep.93, Op.58), sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 35. Presencia de orificios de hipoplasia en un canino inferior 126
izquierdo (Ind.l, Sep.13, Op.60), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 36. Absceso en el alveolo de un primer molar inferior derecho 127
(Ind.2, Sep.1, Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 38. Cara distal (a.) y oclusal (b.) de un primer molar inferior 128
derecho afectado por una carie grado 4 (Ind.2, Sep.1, Op.59),
sector Playskool, itio Agua Caliente
Figura 38. Pérdidas antemortem (señaladas) y postmortem de piezas 129
dentales de una mandíbula derecha (Ind.1, Sep. 1, Op. 59), sector Playskool,
sitio Agua Caliente

xi
Figura 39. Pérdida antemortem de la mayoría de piezas dentales de 130
una mandíbula (Ind. 2, Sep.81, Op. 58), sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 40. Pérdida antemortem de un incisivo lateral inferior izquierdo 130
(Ind. 2, Sep.l,Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 41. Pérdida antemortem de un segundo molar inferior derecho 131
(Ind.2, Sep.l, Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 42. Pérdida antemortem de un segundo premolar superior izquierdo 131
(Ind.1, Sep.6, Op.61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 43. Distribución absoluta y porcentual de los grados de desgaste en 133
las piezas dentales analizadas por la autora, sector Playskool, sitio
Agua Caliente (n=142)
Figura 44. Canino superior izquierdo con exposición de la dentina secundaria 134
(desgaste grado 6) y melladuras en la cara mesial (Ind.2, Sep.l, Op.59),
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 45. Pérdida de gran parte de la corona de un primer molar 134
superior derecho (desgaste grado 7) (Ind.2, Sep.1, Op.59), sector Playskool,
sitio Agua Caliente
Figura 46. Pérdida total de la corona de un primer molar superior izquierdo 135
(desgaste grado 8) (Ind.2, Sep.1, Op.59), sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 47. Melladura en la cara distal (a.) y degaste grado 2 en un 135
primer molar inferior derecho (b.) (Ind.3, Sep.13, Op.60), sector Playskool,
sitio Agua Caliente
Figura 48. Desgaste biselado en la cara lingual de unos incisivos superiores 136
(Ind.l, Sep.71, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 49. Incisivos centrales superiores (a. y b.) e incisivo lateral 138
superior derecho con doble pala( c.) (Ind.l, Sep.6, Op.61), sector
Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 50. Incisivo central superior izquierdo con forma de pala 138
(Ind.1, Sep.95, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 51. Perla de esmalte en la faceta oclusal de un premolar inferior 139
(Ind.1, Sep83, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 52. Perla de esmalte en la raíz de un tercer molar superior izquierdo 140
(Ind.l, Sep.71, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 53. Primer molar superior izquierdo con forma epigenética 141
(Ind.l, Sep.93, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 54. Tercer molar superior izquierdo con tamañ.o atípico 141
(Ind.1, Sep. 103, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 55.1. Periostitis en un fragmento de tibia izquierda (Ind.2, Sep.70, 142
Op.58),sector Playskool, sitio Agua Caliente

xii
Figura 55.2. Periostitis en la diáfisis de una tibia derecha (Ind.2, Sep.70, 143
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 56.1. Periostitis en un fragmento de tibia derecha (Ind.l, Ent.2, 143
Op.61), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 56.2. Periostitis en la diáfisis de una tibia izquierda (Ind.1, Ent.2, 144
Op.61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 57. Periostitis en la parte posterior de la diáfisis de un fragmento 144
de húmero (Ind.l, Sep. 73, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 58.1. Fragmento de fémur con marcas de mordedura de roedor (Ind.l, 145
~ ~~f.8~g¡H>~cc\,§i~a~m8edura de roedor (Ind.l, 145
Sep.83, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 59. Agujeros en la parte interior de un fragmento craneal (Ind.l, 146
Sep.71, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 60. Corte plano y horizontal en una tibia izquierda causado por 146
la herramienta de excavación (Ind.2, Sep.95, Op.58), sector Playskool,
sitio Agua Caliente
Figura 61. Periostitis en un fragmento de hueso largo (a.) y callo óseo en 147
un fragmento de hueso largo (b.) (Ind.112, Cuadro 70S/55W),
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 62. Fragmentos de venado cola blanca: (a.) mandíbula derecha y 150
dos piezas dentales,(b.) metacarpiano derecho, (c.) segunda falange,
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 63. Primera falange de un mamífero adulto con forma triangular 150
y desgaste, sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 64. Posible descomposición en un espacio vacío (Sep.152, Op.40), 152
sector Cocori, sitio Agua Caliente
Figura 65. Posible descomposición en un espacio cerrado (Sep.37, Op.8), 153
sector Cocorí, sitio Agua Caliente
Figura 66. Fragmento de una ulna termoalterada (Ind.2, Sep.67, Op.58), 154
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 67. Distribución absoluta y porcentual del tipo de ofrendas 156
funerarias halladas en el sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=62)
Figura 68. Escudilla trípode Tayutic Inciso (Art.25, Sep.28, Op.58), 156
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 69. Florero trípode Cabaña Modelado (Art.11, Sep.15, Op.58), 157
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 70. Sartén monocromo Cabañ.a Modelado (Art.17, Sep.27, Op.58), 157
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 71. Distribución absoluta y porcentual del tipo cerámico de 158
los artefactos hallados dentro de las sepulturas del sector Playskool,
sitio Agua Caliente (n=56)

xiii
Figura 72. Escultura antropomorfa ("úsekar") con una cabeza trofeo 161
(Art.60, Sep.69, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 73. Metate zoomorfo (Art.l, Sep.l, Op.59), sectorPlayskool, sitio 161
Agua Caliente
Figura 74. Artefacto litico con forma triangular (Sep.4, Op.61), 162
sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 75. Parte proximal de un metacarpiano derecho de un venado 162
(Sep.13, Op.60), sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 76. Distribución absoluta y porcentual del sexo de los individuos 164
que presentaron ofrendas funerarias, sector Playskool, sitio Agua Caliente
(n=49)
Figura 77. Distribución absoluta y porcentual de los intervalos de edad 164
identificados entre los individuos que presentaron ofrendas funerarias, sectot
Playskool, sitio Agua Caliente (n=49)
Figura 78. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 168
tumbas del cementerio de la operación 55, sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 79. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 169
tumbas del cementerio de la operación 56, sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 80. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 170
tumbas del nivel 1 de la operación 58, sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 81. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 171
tumbas del nivel 2 de la operación 58, sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 82. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 172
tumbas del nivel 3 de la operación 58, sector Playskool, sitio Agua Caliente
Figura 83. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 173
tumbas del cementerio de la operación 59, sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 84. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 174
tumbas del cementerio de la operación 60, sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 85. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las 175
tumbas del cementerio de la operación 61, sector Playskool, sitio Agua
Caliente
Figura 86. Distribución semicircular de las tumbas de cajón en las 176
operaciones 32a, 25a, 29a, 3lb y 37c del sector Cocorí
Figura 87. Distribución porcentual de las muertes en la muestra osteológica 182
(n=310), sitio Agua Caliente
Figura 88. Distribución de las muertes según sexo en la muestra osteológica 182
(n=310), sitio Agua Caliente

xiv
Figura 89. Curva de sobrevivencia de la muestra osteológica (n=310), sitio 183
Agua Caliente
Figura 90. Pirámide poblacional de la muestra osteológica (n=310), sitio 187
Agua Caliente
Figura 91. Propuesta de modelo de jerarquización social del sitio Agua 203
Caliente

XV
ÍNDICE DE CUADROS Página
Cuadro l. Costumbres funerarias abordadas desde el Histórico Cultural, 48
el Procesualismo, el Postprocesualismo y el Marxismo
Cuadro 2. Estrategias metodológicas empleadas para abordar los objetivos 70
de investigación
Cuadro 3. Correlaciones entre la longitud máxima de la diáfisis y la edad 80
Cuadro 4. Descripción de las fases de desgaste en los dientes maxilares 82
Cuadro 5. Descripción de los puntos de referencias utilizados en 86
la estimación de la longitud del hueso
Cuadro 6. Fórmulas de regresión para la tibia y el fémur 87
Cuadro 7. Coeficientes de regresión para calcular la estatura 87
Cuadro 8. Clasificación de las caries según su profundidad 89
Cuadro 9. Clasificación del desgaste dental según las facetas afectadas 90
Cuadro 10. Constantes de fecundidad (~x)) 97
Cuadro 11. Distribución según identificaciones de sexo e intervalos de edad 108
en la muestra esquelética analizada por la autora (operaciones 58,59,60 y 61 ),
sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=58)
Cuadro 12. Estaturas estimadas para dos individuos femeninos de la muestra 109
esquelética del sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=2)
Cuadro 13. Distribución de patologías y de rasgos epigenéticos en la muestra 11 O
esquelética analizada por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente
(n=33)
Cuadro 14. Presencia de caries según intervalos de edad y sexo en la muestra 113
esquelética analizada por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente
(n=23)
Cuadro 15. Presencia de periodontitis según sexo y grupo de edad en la 118
muestra analizada por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=7)
Cuadro 16. Distribución de pérdidas dentales antemortem según sexo 129
e intervalo de edadde los individuos analizados por la autora,
sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=3)
Cuadro 17. Distribución del desgaste según edad y sexo 133
Cuadro 18. Individuos con incisivos con forma de pala 137
Cuadro 19. Individuos con perlas de esmalte 139
Cuadro 20. Estructuras óseas más frecuentes entre los individuos adultos 148
Cuadro 21. Distribución absoluta de los tipos cerámicos identificados en las 158
ofrendas funerarias del sector Playskool, sitio Agua Caliente.
Cuadro 22. Distribución absoluta de ofrendas funerarias en las sepulturas con 165
datos osteológicos, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=38)
Cuadro 23. Frecuencia de los tipos de conjuntos, según operación, en 167
las tumbas del sector Playskool, sitio Agua Caliente (n= 190)
Cuadro 24. Distribución general por sexo y de edad de los 178

xvi
individuos identificados en la muestra esquelética(n=310), sectores Cocorí
y Playskool, sitio Agua Caliente
Cuadro 25. Distribución por prorrateo de los individuos adultos, 179
sector Cocori y Playskool, sitio Agua Caliente (n=157)
Cuadro 26. Distribución por prorrateo los individuos subadultos, 179
sector Cocori y Playskool, sitio Agua Caliente (n=137)
Cuadro 27. Distribución por prorrateo de la muestra completa, sector 180
Cocori y Playskool, sitio Agua Caiente (n=310)
Cuadro 28. Tabla de vida del sitio Agua Caliente con base en 181
estadísticas vitales (número de defunciones, sobrevivientes, probabilidad
de morir y esperanza de vida)
Cuadro 29. Número de defunciones (~x)) en cada grupo de edad de la 181
muestra osteológica (n=31 O)
Cuadro 30. Defunciones ajustadas (~x)') de la muestra osteológica (n=310), 184
sitio Agua Caliente
Cuadro 31. Sobrevivientes ajustados (~xr) en la muestra osteológica 184
(n=31 O), sitio Agua Caliente
Cuadro 32. Probabilidad de morir (Q(x)) entre los grupos de edad en la 185
muestra osteológica (n=310), sitio Agua Caliente
Cuadro 33. Esperanza de vida (E(x)) calculada para cada grupo de edad de la 186
muestra osteológica (n=310), sitio Agua Caliente
Cuadro 34. Censo hipotético calculado para la muestra osteológica (n=31 0), 187
sitio Agua Caliente
Cuadro 35. Tasas Específicas de Fecundidad (FB(x)) en cada grupo de edad 188
de la muestra osteológica (n=310), sitio Agua Caliente
Cuadro 36. Tasa Neta de Reproducción obtenida de la muestra osteológica 189
(n=310), sitio Agua Caliente
Cuadro 37. Tasa Bruta de Natalidad calculada para la muestra osteológica 189
(n=31 O), sitio Agua Caliente
Cuadro 38. Duración del periodo reproductivo (T Barra) obtenida para la 190
muestra osteológica (n=31 0), sitio Agua Caliente

xvii
ÍNDICE DE ANEXOS Página
Anexo 1. Formulario esquelético de subadulto 236
Anexo 2. Formulario esquelético de adulto 238
Anexo 3. Operación 55, sector Playskool 240
Anexo 4. Operación 56, sector Playskool 241
Anexo 5. Operación 58 nivell, sectorPlayskool 242
Anexo 6. Operación 58 nivel2, sector Playskool 243
Anexo 7. Operación 58 nivel3, sector Playskool 244
Anexo 8. Operación 59, sector Playskool 245
Anexo 9. Operación 60, sector Playskool 246
Anexo 10. Operación 61, sector Playskool 247
Anexo 11. Descripción de los individuos analizados por la autora, sector Playskool 248
Anexo 12. Distribución de caries y manchas en el esmalte asociadas 277
identificadas en los individuos analizados por la autora, sector Playskool
Anexo 13. Distribución de cálculos según sexo y edad en los individuos analizados 281
por la autora, sector Playskool
Anexo 14. Distribución de hipoplasia según sexo y edad en los individuos analizados 283
por la autora, sector Playskool
Anexo 15. Grado de desgaste en cada pieza dental y melladuras asociadas 284
identificadas en la muestra analizada por la autora, sector Playskool
Anexo 16. Análisis osteológico de la muestra de restos óseos dispersos recuperada en 289
el sector Playskool
Anexo 16.1. Identificación de piezas dentales en la muestra de restos óseos dispersos 318
recuperados en el sector Playskool
Anexo 17. Análisis osteológico de los restos de fauna recuperados en el sector 322
Playskool
Anexo 18. Datos de demográficos de los individuos recuperados en el sector Cocori 324
y Playskool

xviii
Resumen

Representaciones de estamento basal de la sociedad en el sitio Agua Caliente C-35 AC:


un acercamiento a través de las prácticas funerarias y de los restos humanos de la fase
Cartago (900-1550 d.C.)

Milena Salazar Camacho

Palabras clave: organización social, restos óseos humanos, variables sexo y edad,
paleopatologías, paleodemografia, perfil demográfico, mortalidad, fecundidad, tabla de vida,
rango social, estatus social, patrones de disposición de sepulturas, ofrendas funerarias, tumbas
de cajón, jerarquía social, prácticas funerarias y condiciones de vida.

El presente trabajo fmal de graduación toma de base los sectores funerarios del sitio
Agua Caliente: Cocori y Playskool. Estos sectores están compuestos por un total de 55
cementerios con rasgos funerarios adscritos mayormente a la fase Cartago (900-1550 d.C.), y
en menor cantidad a la fase Curridabat (300-800 d.C.). Las prácticas mortuorias y las
diferencias sociales expresadas en la inhumación de los individuos en los cementerios de la
fase Cartago, constituyen las categorias fundamentales de información en esta investigación.

El documento consta de seis capítulos y de un apartado con anexos que complementan


y detallan los datos obtenidos. En el primer capítulo se realiza una presentación y justificación
de la temática abordada, y se expone la problemática de estudio. Además, se plantea el
objetivo general y los específicos que guían la investigación y se efectúa una breve
descripción de los aspectos geomorfológicos del Valle del Guarco.

En el capítulo dos se puntualizan los antecedentes de investigación del sitio Agua


Calientes, y de los sitios del Valle Central Oriental con énfasis en las prácticas funerarias de la
fase Curridabat y Cartago. También se incluyen datos etnohistóricos sobre la ubicación,

xix
organización social y personajes importantes del cacicazgo del Guarco, así como sobre la
llegada de los españoles al Valle Central y la repercusión que tuvo en los pueblos indígenas.

El tercer capítulo hace referencia al marco teórico-conceptual utilizado en el desarrollo


de este trabajo. De esta manera, se señalan los postulados de la Nueva Arqueología, aspectos
generales sobre el método hipotético deductivo, los conceptos básicos para el análisis de las
prácticas funerarias y la variabilidad mortuoria. Por otro parte, se mencionan los fundamentos
de los indicadores demográficos de mortalidad, fecundidad y migración, empleados en el
tratamiento de los datos demográficos correspondientes al sitio arqueológico Agua Caliente.

En el cuarto capítulo se detalla la estrategia metodología aplicada para determinar la


edad, el sexo, la estatura e identificar las patologías en la muestra osteológica. A la vez, se
exponen los indicadores considerados en el análisis artefactual y espacial para establecer las
diferencias sociales horizontales y verticales. También se especifican las ecuaciOnes y
procedimientos matemáticos utilizados en para construir el perfil demográfico.

Los resultados de la investigación se presentan en el capítulo cinco, los cuales


corresponden a los datos obtenidos sobre las variables sexo, edad, estatura y patologías de la
muestra osteológica. De la misma manera, se indican los resultados de la cantidad y tipo de
materiales asociados a las tumbas de cajón y de la disposición de las tumbas en los
cementerios de los sectores Cocorí y Playskool. Por último, se presentan los datos referentes a
la construcción del escenario demográfico del sitio.

En el último capítulo, se discuten e interpretan los resultados del trabajo a la luz del
marco teórico-conceptual. En ese marco, se realiza una serie de inferencias sobre la
organización social del sitio, a través de la integración de los datos osteológicos y
demográficos, que evidencian diferencias principalmente horizontales o de estatus social entre
los individuos inhumados en los sectores funerarios. En el sitio Agua Caliente, los
cementarios excavados de manera controlada por arqueólogos, no reflejan variaciones
verticales atribuibles a rango social. Por último, se presentan las conclusiones y algunas
recomendaciones a tomar en cuenta en futuros proyectos.

XX
Capítulo 1:
Presentación

l
1.1. Introducción

La presente investigación se desarrolla dentro del campo de la Bioarqueología. Esta


disciplina es una especialización temática de la Antropología Física y la Arqueología que,
desde una perspectiva biocultural, se encarga de estudiar los restos humanos en su contexto
mortuorio, como una parte fundamental del registro arqueológico. La Bioarqueología u
Osteoarqueología se ha consolidado como especialidad académica en los últimos 30 años,
generando información sobre temáticas como nutrición, patologías y paleodemografia, las
cuales han contribuido a la interpretación del pasado (Tiesler 2006:33-35).
Este estudio se realiza en el sitio arqueológico Agua Caliente (C-35 AC), ubicado al
sur de la ciudad de Cartago y considerado como el principal asentamiento prehispánico con
arquitectura monumental, que hasta el momento se ha registrado en el Valle del Guarco. En
este sitio se han delimitado dos grandes zonas: una principal y otra periférica. El área
principal, denominada sector Reserva, está compuesta por siete estructuras arquitectónicas,
en las cuales se efectuaron principalmente actividades ceremoniales y domésticas. Además,
este sector ha sido interpretado como un centro administrativo desde donde la élite tomaba
decisiones políticas, sociales, económicas y religiosas (Peytrequín y Aguilar 2007a). En la
zona periférica se localizan los sectores funerarios Cocori y Playskool, integrados por 55
cementerios con conjuntos de tumbas de cajón de la fase Cartago (900-1550 d. C.) y algunos
enterramientos adscritos a la fase Curridabat (300-800 d. C.).
Los restos óseos humanos de la fase Cartago recuperados en dichos sectores, así
como sus contextos funerarios, son el objeto de estudio de esta investigación. Estos
individuos fueron analizados osteológicamente por varios analistas, incluyendo a la autora
del presente trabajo, con el fm de identificar el sexo, la edad, la estatura y las patologías
óseas y dentales. Se evalúan, además, el tipo y la cantidad de ofrendas funerarias, y la
disposición organizativa que presentan las tumbas de cajón dentro de los cementerios. El
objetivo principal es discernir diferencias sociales horizontales (estatus) y verticales (rango)
que permitan comprender la naturaleza de los enterramientos en la zona periférica. Por
último, con la serie esquelética disponible para la fase Cartago, se elabora un perfil
paleodemográfico utilizando las variables sexo y edad, el cual refleja las condiciones de
vida del segmento de la población que representan dichas osamentas.

2
1.2. Justificación

En paises con un clima tropical húmedo, como es el caso de Costa Rica, el estudio
de los vestigios óseos suele ocupar un segundo plano, ya que las condiciones climáticas
dificultan su conservación. Por tal motivo, la utilización de la información que se desprende
de los restos humanos ha sido, hasta el momento, relativamente escasa (Tiesler 1996:213-
214). A pesar de esto, el estudio de la muerte y de las prácticas mortuorias continúa
representado para la Arqueología, una puerta de acceso fundamental hacia el conocimiento
de las sociedades del pasado. Actualmente, los avances en la metodología y tecnología
permiten reconstruir contextos económicos y sociales empleando modelos teóricos. Sin
embargo, los enterramientos mantienen su importancia debido a la valiosa información que
ofrecen y al simbolismo que encierran (Velandia 2009:58).
En el sitio Agua Caliente, gran parte de la evidencia funeraria corresponde con el
patrón funerario de tumbas de cajón. En total se detectaron 55 cementerios con ese tipo de
sepulturas y en ellas se exhumó una gran cantidad de restos humanos, los cuales
constituyen al día de hoy, una de las colecciones más grandes de su clase en Costa Rica
(Achío 1999, Valerio 1988; Vázquez 1984a, 1985; Vázquez y Corrales 1987). El hecho de
que un sitio cuente con un importante número de osamentas es inusual, ya que en el país la
conservación de restos óseos se ve seriamente afectada tanto por las condiciones
medioambientales, como la acidez del suelo y la humedad; como por las acciones
destructivas propias del huaquerismo, las obras de construcción y las actividades agrícolas.
El estudio de restos óseos humanos provee información sinigual para la arqueología,
ya que ellos representan la evidencia biológica más cercana de las poblaciones del pasado.
Los esqueletos proporcionan valiosos datos sobre la salud, la nutrición, las relaciones
genéticas, el estilo de vida y los atributos biológicos claves (sexo y edad) para reconstruir el
perfil demográfico de la población que representan. Asimismo, dan testimonio de los
rituales funerarios, de la cultura y de la cosmovisión del grupo social al que pertenecen.
En relación con lo mencionado anteriormente, el desarrollo de la presente
investigación pretende un acercamiento a la organización social que tuvo el sitio Agua
Caliente durante el periodo tardio, por medio de la interpretación del patrón funerario de
tumbas de cajón y de la unificación de los datos demográficos obtenidos de la colección de
restos óseos humanos recuperados en los sectores Cocorí y Playskool.

3
1.3. Problema de investigación

En el Valle Central, el patrón inhumatorio de tumbas de cajón es una de las


prácticas mortuorias mejor registrada. Las distintas investigaciones llevadas a cabo en sitios
arqueológicos con cementerios que presentan este tipo de tumbas, han documentado una
serie de características que son recurrentes en estos contextos, como la colocación de los
individuos, el tipo de ofrendas y los materiales de construcción de las tumbas. No obstante,
en algunos cementerios se han presentado variaciones en cuanto al número de individuos
enterrados por sepultura, la distribución y elaboración de los rasgos funerarios, así como en
la cantidad y el tipo de artefactos ofrendados.
La variabilidad observada en las prácticas funerarias depende usualmente de la
complejidad y características organizativas de los sistemas culturales. La posición que tuvo
el individuo fallecido dentro del grupo social, se refleja por medio de las honras fúnebres
que recibe su persona social, las cuales a su vez hacen referencia a las distinciones sociales
verticales (rango) y horizontales (estatus) de la sociedad (O'Shea 1981). De tal manera, los
rituales funerarios celebrados cuando muere un personaje de alto rango, frecuentemente
implican la inversión de grandes cantidades de energía y de la participación de la
colectividad (Brown 1981). Por contraste, el tratamiento mortuorio que recibe un individuo
con un estatus bajo, muchas veces se limita a la preparación del cuerpo antes de depositarlo
en el recinto y a la colocación de ofrendas discretas (O'Shea 1981).
Con base en lo anterior, se determina que la problemática de investigación consiste
en interpretar la organización social del sitio Agua Caliente, a través de las prácticas
funerarias llevadas a cabo en los sectores Cocorí y Playskool durante la fase Cartago (900-
1550 d.C.). Para ello, los contextos funerarios serán evaluados en búsqueda de indicadores
que reflejen la posición social del segmento poblacional inhumado en los cementerios de
tumbas de cajón, tales como la cantidad y tipo de ofrendas funerarias depositadas en los
rasgos funerarios y la distribución espacial de las tumbas de cajón dentro de los
cementerios.

4
1.4. Objetivos de la investigación

1.4.1. Objetivo general

Contnbuir a la comprensión de la organización social del sitio Agua Caliente


durante la fase Cartago (900-1550 d.C.), a partir de las prácticas funerarias y de las
distinciones sociales manifestadas en los patrones de disposición de las tumbas dentro de
los cementerios y en los ajuares funerarios de los sectores Cocorl y Playskool.

1.4.2. Objetivos específicos

•!• Establecer variables demográficas y condiciones de salud de la población inhumada a


partir de la identificación del sexo, la edad, la estatura y las patologías postcraneales y
dentales de 58 individuos inhumados en cuatro cementerios del sector Playskool
(operaciones 58, 59,60 y 61).

(• Determinar las diferencias sociales horizontales y verticales de los individuos


inhumados en el sector Playskool, a partir de la disposición de las sepulturas y las
ofrendas asociadas.

+ Revelar un perfil paleodemográfico con las variables de sexo y edad de los individuos
enterrados en los cementerios de los sectores Cocori y Playskool durante la fase
Cartago.

•!• Discutir el posible rango y estatus de los individuos inhumados en los cementerios de
tumbas de cajón del sector Cocorí y Playskool dentro la sociedad cacical postulada para
el sitio Agua Caliente.

5
1.5. Hipótesis de investigación

Como respuesta tentativa al problema de investigación. se plantea como hipótesis


que los individuos enterrados en los cementerios con tumbas de cajón, constituyen un
segmento poblacional que representa la base de una sociedad jerarquizada, la cual estuvo
bajo el dominio de un grupo minoritario.

1.6. Ubicación geográfica

El sitio Agua Caliente (C-35 AC) se localiza en el Valle del Guarco, al sur de la
ciudad de Cartago, en el cantón primero Cartago y en el distrito quinto San Francisco.
Según la hoja Tejar 3445-IV-22, a partir de un punto central en el polígono que forma el
área del sector Reserva, las coordenadas aproximadas serian 1087848.667 al norte y
508937.767 al este. Estas coordenadas son establecidas según el sistema de referencia
oficial de Costa Rica CRTM05 (geógrafo Leonardo Salazar, comunicación personal 2012)
(Figura 1).
Debido al impacto de las obras de construcción en la zona de estudio, el sitio Agua
Caliente ha sido divido en cinco sectores: San Francisco, Ciudad de los Niños, Reserva,
Cocorí y Playskool (Figura 2). Este último sector debe su nombre a la antigua fábrica de
juguetes que había en el correspondiente terreno. La presente investigación se basa en
materiales e información obtenida mediante excavaciones de rescate en los sectores
funerarios Cocorí y Playskool. En ellos actualmente se localizan las urbanizaciones Cocorí
y Hacienda de Oro, respectivamente.

1.7. Aspectos geofísicos del Valle Central Oriental

El medio ambiente representa un elemento determinante en el desarrollo de los


grupos sociales, ya que a través de los recursos naturales, una población puede satisfacer
sus necesidades básicas, así como también pueden producir diversos bienes. Por tal motivo,
en este apartado se retoman aspectos relacionados con la geofisica del Valle del Guarco,

6
SIMBOLOGIA

O Sector Reserva

Figura l. Ubicación del sector Reserva, sitio Agua Caliente (tomado de la Hoja Tejar 2445-IV-22 elaborada por el Proyecto
PRUGAM. Escala 1:10000, IGNCR 2008. Redibujada por Juan Carlos Calleja 2013).

7
----

SIMBOLOGIA
e Cementerios
Cementerios
·~:: perturbados
Contornos de
~¿:;. elevación de rasgos s.ctorauc~a~d• loa Nlftol
arquitectónicos
----- Limite de propiedad
O Sector Cocorí
O Sector Playskool
1
' D1Sector Reserva N
Sector Ciudad de o 200m
1 los Niños

Figura 2. Ubicación de los sectorrva, Cocorí, Playskool y Ciudad de los Niños, sitio Agua Caliente década de 1980(tomado de
Vázquez 1989: Figura 3, redibujado por Juan Carlos Calleja 20 13).

8
enfatizando en los tipos de suelo de la zona de estudio, en los yacimientos de materia prima
esenciales para la construcción de tumbas y en las principales fuentes de agua que
abastecieron a los antiguos pobladores del sitio Agua Caliente.

l. 7.l.Morfogénesis y morfocronología de la zona de estudio

El Valle Central es una depresión natural de origen tectónico y volcánico, ubicada


de Este a Oeste y recubierta por depósitos volcánicos del Cuaternario. Abarca una
superficie de 3246 Km2 y se localiza entre los contrafuertes extremos de la Cordillera de
Talamanca al sur, y la Cordillera Volcánica Central al norte. Tiene una altitud media de
1000 m y la Cordillera Volcánico-Sedimentaria de La Carpintera lo divide en dos sectores:
el Valle Central Oriental y el Occidental (Bergoeing 2007:20, 193,195, 222).
El Valle Central Oriental se sitúa a partir del collado de Ochomogo (extremo
noreste de La Carpintera), siguiendo la carretera que comunica San José con Cartago. Es
mucho mayor que el sector Occidental y se subdivide en el Valle del Guarco y en el Valle
del Reventazón. Su formación se debe a un fenómeno de sedimentación o relleno
provocado por depósitos fluvio-lacustres. Se considera que este terreno estuvo ocupado por
un lago, cuyos restos estarían representados por las lagunas de Coris (Bergoeing 2007:196;
Rodríguez 1970:1; Sánchez 1965:5).
Con respecto a la morfogénesis del Valle del Guarco, área de interés en esta
investigación, Dóndoli y Torres (1954:15, 25-26) señalan que durante la primera fase de
derrames de lavas andesíticas, una colada proveniente del flanco suroeste del Irazú
descendió al fondo del valle hasta sellarlo. Producto de este taponamiento, la zona oeste se
convirtió en una cuenca cerrada que con el paso del tiempo se fue llenando de agua y
originó un lago. En este lago se fueron sedimentando cenizas, arenas volcánicas, piezas de
pómez andesítica y varios materiales que establecieron horizontes de toba, los cuales fueron
posteriormente cubiertos por otros sedimentos, siendo el último de ellos de tipo aluvional.
La zona de estudio se ubica sobre un relieve plano-ondulado de origen volcánico
diseccionado por cárcavas. Presenta una serie de depósitos laháricos, recubiertos por densas
capas de cenizas. El área de Agua Caliente y Dulce Nombre es una llanura accidentada con
pequeñas elevaciones de contornos redondeados y pendiente suave. Los cerros y lomas

9
alcanzan alturas cercanas a los 13 75 m y los de menor altura se encuentran cerca del cauce
del río Agua Caliente. Entre la ciudad de Cartago y el río Agua Caliente la topografia tiene
una inclinación suave, mientras que las tierras al sur de este río forman los cerros
sedimentarios del sur. Las rocas del sector de Agua Caliente poseen una edad de 147 000
aft.os, pero en la actualidad su forma corresponde con el reciente vulcanismo del Irazú y el
Turrialba (Salazar y Madrigal1994:120~ Sánchez 1965:45).
Centros poblacionales como la ciudad de Cartago se localizan sobre formas de
sedimentación aluvial y lacustre, las cuales deben su origen a sucesivos rellenos efectuado
por los ríos que provienen de la Cordillera Volcánica Central y de Talamanca, entre ellos el
río Agua Caliente. La edad de esta unidad se extiende desde fmales del Pleistoceno hasta el
presente y está conformada por rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, transportadas
por las corrientes de lodo y lahares (Salazar y Madrigall994:120-122).
Según la estratigrafia sedimentaria, la región de interés puede ser vinculada con las
formaciones 1 Coris y San Miguel, pertenecientes a la cuenca Candelaria. La primera se
sitúa al sur de La Carpintera y en las estribaciones del sur de Cartago y San José. Está
conformada por areniscas cuarzosas, conglomerados, areniscas líticas, lutitas y capas de
lignito. La segunda también se encuentra al sur de Cartago y además en Patarra e Higuito.
Contiene calizas bioclásticas, calizas cristalinas, areniscas calcáreas y lutitas, que por lo
general son empleadas para la producción de cal y cemento (Bergoeing 2007:53-53;
Linkimer y Aguilar 2000:52).
Cabe destacar que las lajas calcáreas empleadas en la elaboración de las tumbas de
cajón, encontradas tanto en el sitio Agua Caliente (C-35 AC) como en otros sitios cercanos,
pertenecen a la formación San Miguel. Con base en el análisis de los tipos de lajas que
presentaron las tumbas del sitio Hacienda El Molino (C-27 HM), realizado en el laboratorio
de la Industria Nacional de Cemento en Agua Caliente de Cartago, se determinó que las
lajas calcáreas corresponden a roca caliza y que las lajas ígneas son de origen volcánico.
Además, se sugiere que dichas lajas provienen de la parte sureste del Valle del Guarco, en
los alrededores de los actuales poblados de Paraíso, Orosi y Agua Caliente (Vázquez
1982:59-60).

1
Una formación es un "conjunto de estratos con ciertas características de homogeneidad litológica,
reconocible tanto en superficie como a profundidad" (Linkimer y Aguilar 2000:43 ).

10
l. 7.2. Edafología

Los suelos de esta zona han sido originados por la meteorización de rocas calizas,
areniscas, conglomerados, lavina, ciertos tipos de lavas andesíticas y materiales
piroclásticos. Estos materiales se sitúan cerca de las laderas o han sido trasladados y
mezclados con otros, y depositados en formaciones aluvionales o terrazas. En el Valle de
Cartago los terrenos que se desarrollaron sobre aluviones presentan un color pardo bermejo,
son algo pedregosos y poseen roca subyacente andesítica-arcillificada o andesito-basáltica
(Sánchez 1965:47).
Los suelos aluvionales y fluvio lacustres son en general de topografia plana a casi
plana. Su textura varía desde los arcillosos hasta los arenosos y constituyen suelos fértiles.
Los materiales de origen aluvial formados en aguas tranquilas son bastante finos y se
organizan en capas, tal y como se observan cerca del puente sobre el río Toyogres en Dulce
Nombre. Por otro lado, los materiales compuestos por grandes fragmentos dan la impresión
de haber sido arrastrados por corrientes de agua, como aquellos que se muestran en el cauce
del río Toyogres en los alrededores de la carretera a Paraíso (Dóndoli y Torres 1954:123;
Sánchez 1965 :26).
A este tipo de suelo se le relaciona con tres series localizadas en el Val le del
Guarco. La serie Arenillas se ubica al este del río Taras, donde abundan los materiales
como cenizas y arenas recientes. En la serie El Guarco el material matriz es producto de la
mezcla de cenizas, arena, piezas de lava y elementos caolínicos. Se caracteriza por la
presencia de un estrato superior arcilloso de color pardo oscuro, depositado sobre una
gruesa capa de aluvión compuesta por fragmentos de diferentes tamaños y materiales
arcillificados de colores amarillentos y grisáceos. La serie Tobosi se sitúa en los bordes sur
y suroeste de dicho valle, sus suelos son de textura arcillosa y los componentes provienen
de los flancos del Irazú, las laderas de La Carpintera y de la formación sedimentaria del sur
(Dóndoli y Torres 1954:152, 155,157).

11
1.7.3. Clima. hidrografia e hidrogeología

Al sur del volcán Irazú, se encuentra la ciudad de Cartago a 1435 m de altura.


Presenta una estación seca de cuatro meses que se extiende desde enero a marzo, y una
temperatura media anual de 20°C. Posee una pluviometria moderada de 1336,6 mm por afio
y los meses más lluviosos son setiembre y octubre (Bergoeing 2007:27).
El río más importante de este valle es el Reventazón, que nace en la vertiente este de
la cordillera de Talamanca, en el cerro Cuericí con el nombre de río Cuericí. Representa la
vía por la cual las aguas de la región desembocan en el Caribe. Todos los ríos y quebradas
confluyen en él, formando una profusa red fluvial. Entre sus principales tributarios se
encuentran el río Agua Caliente, el Turrialba, el Pejibaye, el Naranjo, el Blanco, el Macho y
el Navarro (Bergoeing 2007:199~ Dóndoli y Torres 1954:112).
Por su parte, el río Agua Caliente es el principal recolector de aguas del Valle del
Guarco. Nace en los cerros de Achiotillos con el nombre de río Purires y cuando recorre los
cerros de Coris recibe este mismo nombre. Recoge las aguas del río Taras y del río
Toyogres, bordea los cerros calizos de Agua Caliente y se une con el río Navarro para
desembocar en el Reventazón (Sánchez 1965:16).
El poblado de Agua Caliente cuenta con una fuente de aguas termales ubicada a
1320 m de altura. Su actividad superficial se caracteriza por vertientes calientes, abundantes
gases de sulfuro de hidrógeno (H2S) y óxidos de hierro. Tiene una temperatura de 53° C y
una litología de aluvión y sedimentos calcáreos (Paniagua 2000:448).

12
Capítulo 11:
Antecedentes

13
2.1. Historia de ocupación del sitio Agua Caliente C-35 AC

2.1.1. Cronología relativa

En 1983, en los terrenos a urbanizar por el INVU, se implementó una metodología


de rescate que consistió en un muestreo en cuadrículas y en transectos. En ambos
programas de muestreo se utilizaron, como unidades de sondeo y recolección de materiales,
pozos de cateo circulares de 1 m2 de área. Las operaciones 1, 2, 3 y 5 corresponden con los
cuadrantes de muestreo intensivo y en cada uno de ellos se excavaron 36 pozos. En la
operación 4 se efectúo el muestreo en trasectos y se realizaron 54 pozos en total (Vázquez
1984a, Vázquez et al. 1987).
Con el análisis del material cerámico recuperado en los programas de muestreo, se
identificaron los cuatro complejos cerámicos del Valle Central, a saber: Barva (1000-300
a.C.), Pavas (300 a.C.-300 d.C.), Curridabat (300-900 d.C.) y Cartago (900-1550 d.C.). En
la mayoría de los pozos de cateo, así como en las excavaciones horizontales y en las
recolecciones de superficie ejecutadas en las operaciones mencionadas en el párrafo
anterior, la cerámica del complejo Cartago obtuvo los porcentajes más altos. La evidencia
de los demás complejos disminuye a medida que se retrocede en el tiempo. Con base en
esto se propone que el sitio fue ocupado de manera progresiva, iniciando en la época del
complejo Barva, hasta alcanzar su mayor ocupación durante la fase Cartago (Corrales y
Quintanilla 1987:78; Valerio et al. 1987; Vázquez 1985:7). Además, con el análisis también
se identificó cerámica policroma del Pacifico Norte, perteneciente al periodo Sapoa (800-
1350 d.C.) (Vázquez et al. 1994:248).
No se ha llegado a determinar sí la ocupación del sitio en la época precolombina,
fue continua o con lapsos de abandono. Sin embargo, en el área investigada se detectaron
evidencias de ocupaciones modernas. De esta manera, en el sector Cocorí se hallaron
estructuras de los siglos XIX y XX, entre ellas las ruinas de un beneficio de café que
incluían el piso, restos de paredes, tanques, canales y un recibidor de grano. Asimismo, en
las cercanías del cauce del río Agua Caliente se encontraron fragmentos de porcelana,
vidrio, ladrillos, tejas, una parte de una figura de yeso y huesos de animales. Estos
materiales pueden vincularse con zonas habitacionales de la hacienda cafetalera. Del mismo
modo, en el sector Playskool se encontraron restos de una edificación post hispánica a 60 m
14
al suroeste de donde estuvo la fábrica de juguetes Playskool, cerca del margen oeste de la
quebrada El Molino. Los restos fueron observados en un área de 2500 m2 y comprendían
parte de un piso asociado a tejas y losetas de arcilla horneada, objetos metálicos y
fragmentos de porcelana. Se cree que dichos artefactos están relacionados con una casa
principal del Agua Caliente del siglo XIX y principios del XX (Vázquez 1998:5; Vázquez y
Corrales 1987:29).

2.1.2. Generalidades de la fase Cartago (900-1550 d.C.)

Durante la fase Cartago, en sitios complejos como Guayabo de Turrialba, los


basamentos para casas se caracterizan por presentar perímetros circulares de piedra, muros
de contención y entradas deftnidas por empedrados o escalones. Las tumbas de lajas con
forma de cajón representan el rasgo más particular de esta fase. Con respecto a las tumbas
de cajón más extraordinarias documentadas en el sitio Guayabo de Turrialba, destacan las
lápidas de piedra talladas con decoraciones zoomorfas de lagarto, ave y jaguar, asf como las
mesas del mismo material finamente esculpidas (AguiJar 1972:123-125,133, 1974:314-315;
Alfaro1894a: 103-104).
Los modos cerámicos de esta fase poseen una estilización y técnicas complejas. En
términos generales, los artefactos cerámicos presentan soportes con forma de cabezas
antropomorfas y zoomorfas, incisiones finas en diseilos complejos y líneas de pintura como
modo decorativo (Arias c.a 1990s; Arias y Chávez 1985:82). Los artefactos elaborados en
madera y piedra reflejan un mayor desarrollo artístico, en comparación con los objetos
cerámicos. Además, durante esta fase se consolida la metalurgia en el actual territorio de
Costa Rica (Aguilar 1974:315). No obstante, este fenómeno cultural se ve condicionado por
la existencia de fuentes de oro de placer sólo en la cercanía de la Península de Osa, asf
como de cobre nativo en la región de Puriscal (arqueólogo R. VáZquez 2012, comunicación
personal).
En el sitio Agua Caliente la mayoría de la cerámica recuperada y los rasgos
culturales como basamentos, calzadas y sepulturas se adscriben a esta fase. Con base en lo
anterior, se propone que durante el periodo tardío se construyó, en lo que se denomina
como la zona principal del sitio, una aldea con edificaciones sobresalientes, mientras que en

15
la periferia del complejo arquitectónico se emplazaron cementerios de tumbas de cajón
(Vázquez 1985:10; Vázquez y Corrales 1987:16).

2.2. Prácticas funerarias del Valle Central Oriental

En el Valle Central Oriental se han registrado enterramientos de la fase Curridabat


(300-800 d. C.) y cementerios con tumbas de cajón de la fase Cartago (900-1550 d.C.) En el
sitio Agua Caliente se han encontrado ambos contextos funerarios, pero la mayoría de ellos
corresponde con el patrón inhumatorio de tumbas de cajón. Por tal razón, en este apartado
se lleva a cabo una descripción de ambas prácticas mortuorias, pero se le brinda un mayor
énfasis a los contextos funerarios de la fase Cartago, ya que estos representan parte
fundamental del objeto de estudio de esta investigación. Asimismo, se sintetizan los
principales sitios arqueológicos ubicados en el Valle Central Oriental, en los cuales se han
documentado de manera detallada dichas prácticas funerarias. Sin embargo, es importante
hacer la salvedad de que el Valle Central Occidental también se han reportado sitios
arqueológicos con cementerios de ambas fases, pero para efectos de este estudio sólo se
tomaron en cuenta los sitios más cercanos al sitio Agua Caliente, localizados en la
provincia de Cartago.

2 .2 .l. Enterramientos de la fase Curridabat (300-800 d. C.)

En términos generales, estos enterramientos se delimitan con cantos rodados, en


ocasiones formando pequeños túmulos o alineamientos. Sin embargo, algunos no
presentaban marcadores de piedra y se pueden localizar dentro de zonas habitacionales o en
cementerios. Se han reportado casos con grandes depósitos de vasijas quebradas o
"matadas" sobre las fosas funerarias. El "ritual de matado" parece guardar relación con el
tipo de vasija y la función que éstas tenían en la ceremonia de enterramiento. Al respecto,
los jarrones trípodes eran "matados" sobre las tumbas, mientras que las ollas y escudillas se
colocaban dentro de las fosas, ocasionalmente con pequeños cortes y quebraduras en sus
labios y cuellos. Además, se menciona que este ritual implicaba la remoción, ya sea total o
parcial, de las decoraciones modelas de las vasijas. La ruptura de vasijas ha sido

16
relacionada con la muerte, ya que la elaboración de las mismas se vincularía con la vida
(Corrales 2001 :49-50; Peytrequín 2009: 95-97; Skirboll 1981:178, 183).
Según Aguilar (1974:314) en estos enterramientos se excavó un gran hoyo,
posiblemente con forma de paila, donde se depositaron ofrendas como vasijas, metates y
jades, las cuales se distribuyeron siguiendo un orden específico. Como parte del ritual, las
vasijas de soportes largos fueron quebradas en un momento determinado. En muchos casos,
los artefactos cerámicos conservaron restos de hollín en el fondo y a los lados del cuerpo,
pero no en los soportes. Al respecto, Corrales (2001:50) sugiere que dichos residuos son
producto de la quema de alguna sustancia durante el ritual funerario. En este sentido,
Skirboll (1981 :119) indica que en el interior de varias vasijas se observaron remanentes de
color café oscuro o negro, que posiblemente pertenecían a materiales orgánicos que fueron
colocados en las vasijas como ofrenda funeraria.
Las primeras investigaciones llevadas a cabo en enterramientos de la fase
Curridabat, fueron efectuadas por Carl Hartman (1907:309) en 1903. Este investigador
menciona que al excavar los sitios Curridabat y Concepción, observó una gran cantidad de
jarrones trípodes quebrados, dispersos en la tierra e inclusive apilados. A una mayor
profundidad, encontró ollas globulares y tazones bien preservados, los cuales
aparentemente fueron colocados junto al individuo. Hartman denominó al correspondiente
cotüunto cerámico como "vajilla Curridabat", ya que ese era el nombre del pueblo indígena
cercano al lugar donde realizó las excavaciones.
En el sitio Tatiscú (Cat.UCR-137), localizado en San Rafael de Oreamuno, a pocos
kilómetros del sitio Agua Caliente, se reportaron concentraciones de fragmentos cerámicos
sobre los enterramientos y algunos de ellos estaban señalados por cantos rodados. Los
individuos inhumados fueron colocados en posición extendida con la cabeza en dirección
oeste. Entre los artefactos ofrendados se encontraron jarrones, vasijas globulares, un
fragmento de jade alargado, una cuenta y una figura humana de cobre. Este último artefacto
ha sido datado estimativamente en 500 d.C. y estaba asociado con una vasija trípode o
"florero", característico de la fase Curridabat (Aguilar 1975, 1981 :116-117).
Los enterramientos de La Pesa Vieja (Cat. UCR-383) estaban delimitados por
rectángulos de cantos rodados y/o lajas, que poseían básicamente dimensiones anatómicas y
estaban orientados de este a oeste. Las fosas fueron rellenadas con tierra, demarcadas con
cantos rodados y sobre algunas de ellas se lanzaron fragmentos de vasijas quebradas
17
("floreros"). Junto al difunto se depositaron vasijas completas, que posiblemente contenían
alimentos y materiales orgánicos como madera, tela, cestería, entre otros. La mayoría de los
individuos fueron considerados como adultos y se plantea que los enterramientos eran
primarios, a razón de que los restos humanos estaban en posición anatómica. En total se
excavaron 25 tumbas y cinco de ellas se distinguieron por la estructura y por contener
ofrendas como: vasijas de mayor tamaño, metates y un colgante pequeño de piedra verde
similar al jade. Las diferencias en la construcción de las fosas y en la cantidad y la calidad
de las ofrendas, son interpretadas como desigualdades en el status socio-político de los
individuos, ya sea por su edad, sexo u oficio que tenían en vida (Snarskis y Guevara
1987:35-37).
En la década de 1980, mientras se efectuaba una evaluación en el sitio Agua
Caliente, se reportaron 12 enterramientos de este tipo (operaciones 48 a, e, eh y 49 a, eh, d).
La mayoría de ellos correspondía con individuos adultos, pero también se registraron
algunos subadultos. Básicamente, los individuos estaban en posición extendida y con el
cráneo hacia el oeste (Vázquez 1985:16). Del mismo modo, durante las labores de rescate
de 1999 en el sector Playskool, se detectaron 15 de estos enterramientos (operaciones 55 y
61) (Achío 1999:14-15, 28). Las fosas no presentaron estructura de piedra y fueron
descubiertos por medio de manchas oscuras en el estrato arenoso. Entre los artefactos
asociados se hallaron principalmente ollas y tecomates, hachas pulidas y !asqueadas y un
metate con motivos zoomorfos. En general, los restos humanos hallados mostraron un
deterioro avanzado (Achío 2007:59, 75-76).
En el sitio Carlos Aguilar Piedra (C-80 CAP) se definieron cinco enteramientos. En
los primeros niveles se observó material cerámico, principalmente soportes, y en los más
profundos había una mayor cantidad de material fragmentado, artefactos completos y restos
humanos mal conservados. En medio de las fosas, se halló un fogón compuesto por piedras,
fragmentos de metate, arcilla quemada y tierra con carbón. Se sugiere que el fogón fue
utilizado durante los rituales funerarios, ya que las vasijas encontradas junto a los
individuos presentan evidencias de haber sido expuestas a calor. Además, debajo de este
fogón se excavó una tumba que contenía dos piezas de jade y artefactos de la fase
Curridabat (Rojas, Herrera e Hidalgo 1996:15-16, 27).
Los contextos funerarios del sector La Chácara del sitio Hacienda El Molino (C-27
HM), presentaron en los niveles más superficiales concentraciones de fragmentos
18
cerámicos y algunos cantos rodados. En total se reconocieron 52 enterramientos y 17 de
ellos fueron identificados como primarios, ya que los individuos estaban en posición
extendida, con el cráneo al noroeste y las extremidades al sureste. Las fosas tenían forma
de paila y sobrepasaban las dimensiones anatómicas. Las vasijas fueron depositadas al lado
izquierdo de la cabeza del individuo y a la derecha del torso o de las piernas. Cabe destacar
que en algunos casos los individuos fueron enterrados muy juntos, provocando daños en los
huesos y complicaciones para individualizar los restos (Herrera 1998: 20-22,25, 27).
Es importante mencionar que los sitios Carlos Sanabria (C-16CS) y López (UCR-
66) también presentan enterramientos adscritos a esta fase, pero de ellos se tiene poca
información (hoja de registro). Por esta razón, sólo se citaron los sitios mejor
documentados.

2.2 .2. Patrón funerario de tumbas de cajón

La inhumación de individuos en tumbas de cajón fue una práctica funeraria muy


difundida a lo largo del área Central-Caribe del país. Con base en fechas de radiocarbono se
estima que esta costumbre mortuoria dio inicio aproximadamente entre el 900-1000 d.C.
(Kennedy 1968:107-108; Snarskis 1978: 183, 289; Vázquez 1982:58; Blanco 1986:272) y
se prolongó hasta la llegada de los españoles, como lo demuestran las cuentas de vidrio
halladas en estos contextos (Acuña 1986; Hartman 1901 :175; Stone 1977:167; Vázquez
2002:366-367). Estos artefactos europeos señalan que las poblaciones indígenas de dicha
zona geográfica continuaron enterrando a sus difuntos en tumbas de cajón aún después del
arribo de los españoles en el siglo XVI (Hartman 1901 :29).
A partir de su construcción, estas tumbas se pueden clasificar en tres tipos
principales: las complejas que presentan paredes, tapa y piso; las fosas rectangulares a las
que les falta una parte de la estructura, como por ejemplo el piso, y los cajones pequeños.
Para elaborar estos rasgos se utilizaron especialmente cantos rodados, lajas calcáreas y lajas
ígneas. También existe la posibilidad de que se empleara madera o corteza para su
construcción. Sólo algunas han evidenciado túmulos de piedra que señalaban su ubicación,
aunque quizás, otros de estos indicadores fueron hechos con materiales perecederos. Estas
sepulturas pudieron situarse en el interior de los rasgos habitacionales, cerca de las

19
viviendas sobre alguna loma o en otro espacio un poco más alejado de las áreas
residenciales (Vázquez 1982: 58, 123-124, 221-222).
La mayoria de artefactos asociados a estos contextos son de cerámica y lítica. Su
ubicación en cada rasgo, así como la cantidad de los mismos, es muy variable. Por lo
general, en los casos donde se conservaron los restos humanos, los objetos se depositaron
cerca del cráneo, las extremidades, las caderas y el tórax. Las características de
construcción de las tumbas, el tipo y cantidad de ofrendas y la presencia de artefactos
suntuarios, pueden denotar diferenciaciones sociales de rango y estatus (Hartman 1901 :29;
Vázquez 1982:223-224, 1984b:66).
La información morfológica y de distribución temporal-espacial de este "patrón
inhumatorio de tumbas de c~ón", fue complementada con los datos demográficos y
forenses aportados por Vázquez (1982, 1984b). Por lo tanto, esta práctica funeraria se
puede explicar de la siguiente manera (Vázquez 1989:10):

l. Se construyó un cajón rectangular de dimensiones anatómicas.


2. El individuo articulado fue depositado en posición extendida. Las posturas
flexionadas se deben a la falta de espacio en el cementerio.
3. Los individuos de ambos sexos y de casi todas las edades fueron enterrados del
mismo modo.
4. Las ofrendas, y algunas veces restos humanos, fueron colocados junto al fallecido
o sobre la tapa de la tumba.

Las tumbas de c~ón representan un patrón muy generalizado, no obstante, Vázquez


(1982:124, 229~ 1984b:65) reconoció dos variaciones:
l. La colocación de dos o más individuos articulados dentro de la misma tumba.
2. Los restos óseos de una inhumación anterior fueron: (a) desplazados a un lado de
la tumba, (b) depositados en un cajón independiente y pequeño, o (e) trasladados a
una fosa en la tierra para dar espacio a un nuevo cadáver.

20
2.2.2.1. Cementerios con tumbas de caión en el Yalle Central Orienta}

Los primeros cementerios con tumbas de cajón fueron reportados a finales del siglo
XIX, cuando Carl Hartman llegó a la ciudad de Cartago el 22 de mayo de 1896 y realizó
una serie de exploraciones en los pueblos vecinos. En la localidad de Santiago observó un
montículo de forma elíptica, donde efectuó un pozo de l ,5 m de profundidad y halló la tapa
de una tumba. En total excavó 12 tumbas de atjón y otras 12 con forma ovalada o circular
compuestas por guijarros. Estas sepulturas presentaron pequefias dimensiones y en ellas se
depositaron vasijas miniatura como ofrendas funerarias (Hartman 1991:43, 53-57).
En el cementerio de Quircot, situado en una amplia y abierta colina plana, Hartman
(1991:77-79) encontró tumbas de piedra parecidas a las de Santiago. En total reportó 205
tumbas de cajón distribuidas en tres niveles: 111 sepulturas en el primero, 59 en el segundo
y 35 en el tercero. Los vestigios asociados a estos rasgos fueron principalmente de
cerámica, los objetos de piedra eran sumamente escasos. Aunque el cementerio fue
utilizado durante un período considerable, no se reconocieron diferencias marcadas que
pudieran indicar cambios culturales.
En el poblado de Los Limones, Hartman contabilizó 65 tumbas distribuidas en dos
montículos. Los objetos asociados a estas sepulturas eran en su mayoría de cerámica:
jarrones y tazones. Sólo se descubrieron tres artefactos de piedra: dos azuelas y una figura
pequefia. Por último, Hartman se dirigió a Orosí donde halló una serie de círculos de piedra,
en los cuales realizó sondeos y pozos de prueba. Los múltiples círculos o semicírculos de
piedra tuvieron un carácter domiciliario y en pocos de ellos había tumbas de cajón.
Además, se identificaron talleres dedicados a la manufactura de herramientas y se
recolectaron cerca de mil objetos de piedra (Hartman 1991:79-80, 82, 85).
Entre los meses de agosto y noviembre de 1978, la construcción de una
urbanización en la parte suroeste de la ciudad de Cartago, motivó las labores de rescate en
el sitio Hacienda El Molino (C-27HM). En total se hallaron 34 tumbas de cajón, con la
particularidad de formar semicírculos contiguos y concéntricos alrededor de un área
nuclear, donde la curvatura de los cajones mantenía la simetría del conjunto. A pesar de que
los hallazgos fueron parciales debido a destrucciones previas por tractoreo y huaquerismo,
se pudo notar variabilidad en el conjunto funerario atribuible a diferencias de estatus social.
Las diferencias se reflejaron en la complejidad de las estructuras, en su ubicación dentro del

21
grupo y en los materiales empleados para construirlas. En algunas de las tumbas, los restos
humanos fueron removidos para dar campo a nuevos individuos. En otros casos, los restos
óseos permanecían en la tumba acompañando al nuevo individuo, mientras que algunos de
ellos habían sido colocados sobre las tapas de las tumbas, a manera de ofrendas. En total se
identificaron 50 individuos, 26 de ellos eran subadultos y 24 eran adultos (Vázquez
1982:18, 120,225, 228-230).
Uno año más tarde, la construcción de una urbanización en San Nicolás de Taras
dejó al descubierto un conjunto de rasgos funerarios. El Museo Nacional de Costa Rica
realizó los trabajos de rescate y registró el sitio con el nombre de San Nicolás (C-28 SN).
En este sitio fue encontrado un conjunto funerario compuesto por nueve tumbas de cajón,
de las cuales, dos estaban saqueadas. De las siete sepulturas sin alterar, tres poseían
dimensiones adecuadas para albergar cuerpos de individuos adultos en posición extendida.
Las otras cuatro, debido a su tamafto, pudieron pertenecer a subadultos. La evidencia ósea
demostró que los individuos fueron enterrados con la cabeza hacia el noroeste, a excepción
de un infante que al parecer fue colocado en dirección contraria. La mayoría de los
artefactos fueron depositados sobre las tapas de las tumbas (Vázquez 1982 :95).
La construcción de la carretera que une a Tres Ríos con Cartago, ocasionó que entre
1980 y 1981 se llevaran a cabo excavaciones de salvamento en el sitio El Cristo (C-39 EC).
Este sitio se localizó en Ochomogo y en él se encontraron 164 tumbas de cajón elaboradas
con lajas y cantos rodados, las cuales en muchos casos presentaron piso y tapas de laja. En
sentido horizontal, las tumbas poseían una distribución homogénea formando grupos o
concentraciones, pero en sentido vertical se determinaron de dos a tres niveles de sepulturas
superpuestas concentradas hacia el sector central. Se notó una distinción entre el número y
la calidad de las ofrendas, lo cual puede indicar diferencias de rango, sexo o edad entre los
individuos. Lamentablemente, la conservación de los restos óseos humanos fue pobre y
sólo se pudo identificar el14,3% de la muestra. Los resultados del análisis demostraron que
la mayoría de los individuos eran menores de 20 años y que solamente tres eran adultos
(Blanco 1986:269-270, 273).
En Llano Grande de Cartago, en la Finca Rodríguez ubicada en el caserío de Retes,
el arqueólogo Carlos Aguilar reportó en 1950 un cementerio precolombino de tumbas de
cajón, el cual fue registrado con el nombre de Rodríguez (C-358 Rz). No obstante, fue hasta
1985 que comenzaron las excavaciones científicas en este sitio, el cual es considerado
22
como multicomponente al presentar evidencia de las cuatro fases establecidas para el Valle
Central, a saber: Barva, Pavas, Curridabat y Cartago. A pesar de que las tumbas habían sido
saqueadas, se recuperaron restos óseos humanos con una buena preservación. Además, cabe
destacar que antes de iniciar el estudio arqueológico, el cultivo de papa y cebolla, la
ganadería y el huaquerismo, habían causado alteraciones considerables a este cementerio
(Cruz y Obando 1988:21-23).
En 1987, atendiendo una denuncia en Oreamuno de Cartago, se realizaron trabajos
de rescate en el sitio San Rafael (C-22SR), en el cual se identificaron entre 40 y 50
sepulturas destruidas por la edificación de viviendas y el huaquerismo (Solís y Herrera
1987). Sólo 14 tumbas estaban sin perturbar y tres de ellas conservaron restos humanos. Se
reconocieron prácticas mortuorias como la reubicación de restos para depositar nuevos
cadáveres, la conservación de restos inarticulados de enterramientos anteriores dentro de
los cajones y la colocación de restos humanos y de ofrendas sobre las tapas (León 1987:2-
4 ). Además, se plantea que estos enterramientos tenían un elemento central representado
por el individuo articulado, el cual era acompañado por los huesos desarticulados de dos o
hasta cuatro individuos colocados en paquete (Solís y Herrera 1987).
La remoción de tierras efectuada en 1995 para construir la urbanización Blanquillo
en San Rafael de Oreamuno, dejó al descubierto cajones delimitados por lajas y materiales
cerámicos y líticos. A este sitio se le llamó Alto Cerrillo (C-56 AC) y se documentaron
cuatro rasgos funerarios. Las sepulturas presentaron un patrón funerario similar al conocido
para la fase Cartago, pero debido a su estado de alteración no fueron excavadas, sólo se
mapearon y fotografiaron (Solís 1995).
En 1996, en el sitio Carlos Aguilar Piedra (C-80 CAP), se excavaron 20 tumbas y se
identificaron 19 individuos. Las sepulturas se distribuyeron de manera lineal y la
sobreposición sólo se registró en tumbas donde se inhumaron subadultos. Se presentaron
variaciones en la construcción de los rasgos, ya que unas tumbas poseían dimensiones
anatómicas y otras eran bastante anchas, lo cual parece indicar que el patrón funerario
sufrió modificaciones a través del tiempo. La mayoría de las ofrendas funerarias fueron
objetos cerámicos, las cuales fueron depositadas principalmente en el interior de las
sepulturas. También se observaron restos óseos humanos dispersos sobre las tapas de las
tumbas, así como dentro de los rasgos junto a los individuos articulados (Rojas, Herrera e
Hidalgo 1996:7, 25-26).
23
En la fmca de RACSA localizada en Paraíso de Cartago, se excavó en el año 2000
el sitio Los Lagos (C-221 LL), en el cual se encontró un conjunto funerario de 12
sepulturas. Se registraron dos niveles de tumbas superpuestas, lo que puede indicar el uso
del cementerio de manera continua y por generaciones. Las diferencias sociales, de género
y de edad notadas en los rasgos funerarios, estuvieron reflejadas en las ofrendas y en el
tamaño, orientación y estructura de los cajones. Se recuperaron 36 artefactos cerámicos,
entre ellos uno policromo, y tres líticos asociados a la fase Cartago (Valerio 2000).
En el 2001, cuando se construía la nueva clínica de la Caja Costarricense del Seguro
Social de San Rafael de Oreamuno, se detectó otro cementerio tardío. Este sitio se ubicó en
una pequeña loma junto a la quebrada Chinchilla y recibió el nombre de La Clínica (C-284
LC). En el cementerio se distinguieron dos sectores, los cuales estaban separados por una
zona sin tumbas de unos 5 a 1O m. El primer sector ocupaba la cima de la loma y presentó
36 tumbas. El segundo estaba en la pendiente de la misma elevación natural y tenía ocho
tumbas. En total se hallaron 44 sepulturas con paredes de lajas y cantos rodados y con tapas
y pisos de lajas. Las variaciones en el tamafto de las tumbas pudieron estar relacionadas con
la edad del fallecido o con rituales funerarios. La mayoría de las sepulturas se orientaban de
este a oeste, pero en algunos casos estaban orientadas de norte a sur. Sólo se hallaron restos
de seis individuos (cinco adultos y un adolescente) distribuidos en cuatro tumbas del sector
dos. Entre ellos había individuos articulados en posición extendida, así como paquetes de
huesos colocados principalmente al lado oeste de la sepultura. Gran parte de los artefactos
ofrendados eran cerámicos, sólo se halló un objeto de piedra. Por lo general, las ofrendas
fueron colocadas dentro de las tumbas, hacia los extremos y cerca de las paredes, pero en
algunas ocasiones se dep<.>sitaron sobre las tapas. Además, el material cerámico hallado en
la superficie del cementerio y en zonas cercanas, permitió identificar un sector habitacional
(Corrales, Guerrero y Aguilar 2002:2-3, 6-9, 12, 25, 39-42).
Una vez más en la localidad de San Rafael de Oreamuno, la elaboración de una
zanja para colocar una tubería de RECOPE en el año 2006, dejó al descubierto material
arqueológico. Los movimientos de tierra prodqjeron daftos a seis tumbas de cajón y en uno
de los perfiles de la zanja se observaron restos humanos. A partir del material cerámico y
de los rasgos funerarios, se determinó que el sitio pertenece a la fase Cartago y se le
denominó Breña (C-147 Br) (Valerio 2006).

24
Ubicado en el cantón de La Unión, el sitio Tres Ríos (C-343TRi fue descubierto en
el 201 Oal iniciar la construcción de unos apartamentos. Es un sitio multicomponente, cuya
ocupación más intensa se dio entre el 1000-1200 d.C. Este cementerio estaba compuesto
por tumbas de cajón de arquitectura tanto simple como compleja. Las paredes de las fosas
fueron construidas con lajas y piedras de río, mientras que para las tapas y los pisos se
emplearon sólo lajas. Se identificaron de dos a tres niveles de sepulturas superpuestas, en
los cuales se encontraron restos óseos humanos. En estos rasgos se recuperaron artefactos
cerámicos y líticos, así como restos de flora y fauna (arqueóloga Maritza Gutiérrez,
comunicación persona12011).
En La Lima de Cartago, una serie de movimientos de tierra realizados para
desarrollar infraestructura, dejaron al descubierto un área de cementerio en el año 2011. El
sitio fue registrado por el arqueólogo Gustavo Gómez con el nombre de Finca Piza (C-427
FP). Al año siguiente iniciaron los trabajos de rescate, en los cuales se hallaron 38 tumbas
de cajón elaboradas principalmente con lajas ígneas y calcáreas. Sólo uno de los rasgos
funerarios presentó piso de lajas y la mayoría de las sepulturas se orientaron de oeste a este.
En 32 de las tumbas se recuperaron restos óseos y se contabilizó un total de 34 individuos,
los cuales se encontraron extendidos y en posición decúbito dorsal. Asociados a los rasgos
funerarios, se hallaron 57 artefactos cerámicos y siete líticos. Los materiales presentaron un
estado de conservación pobre, ocasionado tanto por el huarquerismo como por factores
tafonómicos. Además, con base en los materiales recuperados y en el fechamiento de
Carbono 14, se sugiere que la actividad inhumatoria en este sitio se llevó a cabo entre el
1100 y 1280 d.C. (Gutiérrez y Achio 2012:21,85, 98-100).
Es necesario aclarar que esta zona geográfica existen otros sitios con contextos
funerarios de la fase Cartago, como por ejemplo los sitios Alto Araya (C-25 AA), La Lima
(C-149 LL), Convento (C-155 Cv), Páez (UCR-170), Gómez Chinchilla (UCR-178), Belén
{UCR-13), La Chinchilla (UCR-176) y Tobosi (C-57 Tb). Sin embargo, de estos sitios se
tiene información escueta {hoja de registro) y por lo tanto, no se puede hacer una
descripción detallada de los mismos.

2
A pesar de que este sitio se localiza en el Valle Central Occidental, es importante citarlo porque posee
prácticas funerarias similares a las del sitio Agua Caliente y además, de ser uno de los cementerios de tumbas
de cajón hallado más recientemente.

25
Por otra parte, los sitios arqueológicos sintetizados anteriormente se presentan en la
Figura 3, con la intención de graficar la distribución espacial de los mismos con respecto al
sitio Agua Caliente. Asimismo, en esta figura se incluyen tres sitios localizados en el
Caribe Central, los cuales son abordados en el siguiente apartado.

2.2.3. Diferenciaqión social vertical e:wresada en ajuares funerarios del Caribe Central

Para hacer referencia a la diferenciación vertical o rango social, se eligieron tres


sitios arqueológicos del Caribe Central: Las Mercedes (L-289 LM-1 ), Anita Grande (L-53
AG) y Guayabo (C-362 MNG), ya que estos comparten similitudes con el sitio Agua
Caliente, al poseer arquitectura compleja y cementerios con tumbas de cajón (Figura 3).
En este apartado se llevó a cabo una síntesis de los principales indicadores de rango
social que se hallaron en los cementerios de estos sitios, como el tipo y la cantidad de
ofrendas funerarias depositadas en las tumbas de cajón y la construcción de las sepulturas.

2.2 .3. l. Sitio Las Mercedes

Cuando Hartman (190 1:21, 28, 1991 :62, 64) visitó el sitio Las Mercedes, descubrió
algunas sepulturas intactas distribuidas en pequeftos grupos dentro de una plataforma de
aproximadamente medio metro de altura. Todas presentaban paredes cuidadosamente
elaboradas y grandes lajas de piedra caliza, que habían sido usadas en la construcción de
sus tapas y pisos. En ellas se recuperaron principalmente artefactos cerámicos, pero
también se descubrieron dos hachas, granos de maíz, restos de mazorcas y una cuenta
quebrada de color verde azulado del estilo Nueva Cádiz
Por su parte, Alanson Skinner (1926:451-452) identificó en este sitio cuatro
cementerios. El cementerio n°l se diferenció de los demás, ya que presentó material
cerámico quebrado y jarrones trípodes con un agujero en el fondo. Estas evidencias parecen
indicar que los enterramientos pertenecen a la fase La Selva, de acuerdo con el esquema
cronológico más aceptado en la actualidad para el territorio Caribe Central (Snarskis 1978,
1983).

26
En el cementerio n°2 se recuperó la cerámica más fina y sólo de la tumba 1 se
extrajeron 20 piezas. Entre los hallazgos realizados al excavar las demás sepulturas,
destacan una mesa pequefi.a de piedra, dos salvillas, tres cuchillos de pedernal, cuentas de
jade, seis figuras pequeilas de piedra, dos orejeras de piedra, un colgante de jade, dos
incensarios, un cascabel de cobre y un colgante de oro con forma de armadillo (Skinner
1926 :453-456).
Las actividades de saqueo afectaron a gran escala el cementerio n°3. La
perturbación de tumbas profundas dio como resultado el hallazgo de mesas de piedra,
piezas de oro, piedras de sacrificio y cerámica policroma. Dichos artefactos sugieren que en
esas sepulturas se llevó a cabo el enterramiento de personajes de alto rango social. Con
respecto a las piedras de sacrificio, Jesús Alpizar, un conocido excavador de objetos
indígenas, comentó que estos artefactos yacían al fmal de las sepulturas, junto con cerámica
muy fina y artefactos de oro. Sólo se hallaron entre ocho y 10 sepultaras sin alterar. Una de
esas sepulturas se distingue por presentar un objeto circular de oro y una olla grande con
asas similares a la cola de un mono. Además, en el montículo sur de este cementerio se
halló una tumba amplia, profunda e intacta, la cual estaba cubierta por enormes lajas y
amurallada con grandes piedras. Durante la excavación de ese rasgo, se observó un
depósito de barro negro con una línea amarilla de polvo de hueso. El fondo de la sepultura
estaba formado por lajas y se descubrió una mano de moler, la mitad de una olla, la mitad
de un asiento de piedra y partes de un mortero trípode (Skinner 1926:456-459).
De las pocas tumbas con lajas que se hallaron en el cementerio n°4, se recuperó una
figura de piedra que representaba gemelos tomados de la mano, un disco de oro, un
colgante de jade con forma de mono y dos ranas de oro. Además, una de las sepulturas
tenía cuatro niveles. El primero contenía un grupo de vasijas y una figura femenina de
piedra sin piernas, que tenía una larga trenza que sostenía con una de sus manos. En el
segundo había vasijas, entre las que destaca una gran vasija esférica. El tercer nivel
conservaba cerámica, pero debajo del piso se encontraron las piernas de la figura femenina,
un águila de oro y dos pequeñas mesas de piedra, una de ellas con cuatro soportes
antropomorfos y la otra con tres soportes con forma de colas de mono (Skinner 1926:459-
461).

27
2.2.3.2. Sitio Anita Grande

Anita Grande fue una antigua plantación de banano de la United Fruit Company que
fue seriamente alterada por los buscadores de tesoros. Un mandador de esta fmca, Don
Jacinto Xiranach, descubrió dos metates muy elaborados y una piedra de sacrificio tallada.
A pesar del intenso saqueo al que estuvo sometido este sitio, se localizó un montículo con
sepulturas sin perturbar. La mayoría de los artefactos recuperados fueron cerámicos y
presentaron similitudes con aquellos encontrados en el sitio Las Mercedes. Entre los
hallazgos realizados, se distingue una figura femenina de piedra, azuelas, una pieza circular
de pirita, salvillas, un jarrón con efigie antropomorfa y una esculturilla antropomorfa
sentada de cuclillas. Además, se identificó una tumba con tres pisos, en los cuales se
encontró material cerámico (Skinner 1926:463-467).

2.2.3.3. Sitio Guayabo

Cuando el señor José Ramón Rojas Troyo adquiere la Hacienda Guayabo en 1881,
se excavaron algunas tumbas de las que se obtuvo la llamada ..piedra de los sacrificios" y
una mesa de piedra redonda. La lápida es considera como uno de los artefactos tallados en
piedra más asombrosos en la arqueología de Costa Rica. Este artefacto presenta en el borde
superior cinco figurillas de bulto y a cada lado tiene 1O figuras de animales. Cerca de esta
lápida se localizó la mesa monolítica, la cual tiene el plato un tanto cóncavo y el pedestal es
acampanado (angosto en la parte superior y ancho en la base). El borde del plato tiene
decoraciones de trenzado y jaguares en el borde inferior (Aguilar 1972:20, 122-123; Peralta
y Alfaro 1893:19-20).
A pocos metros de la tumba de donde se obtuvo la lápida y la mesa, Alfaro
(1894a:l03-104) excavó otra sepultura similar. Las raíces del gran árbol que con
anterioridad se situaba sobre la tumba, habían arruinado las ofrendas cerámicas. No
obstante, se conservaron algunos cuchillos de pizarra cuarzosa, un cuchillo de serpentina,
dos cuchillos de pedernal, una figura de piedra, cuatro cabezas esculpidas en piedra, una
mesa y un cascabel de oro. La mesa tiene cinco soportes y decoraciones de figurillas de
bulto representadas por 16 caras humanas. Dicha mesa se encontraba enterrada en el fondo,
quizás a manera de piso, y sólo se le observaba la parte superior. Cuando se retiró este

28
artefacto, debajo de los soportes se halló un cascabel de oro (Aguilar 1972:20,125; Peralta y
Alfaro 1893:21).

2.3. El cacicazgo del Guarco y la conquista española

2.3 .l. Ubicación y extensión del cacicazgo del Guarco

Alrededor del año 1590, el cacicazgo del Guarco comprendía una región
aproximada de 754 Km2 . Se extendía de este a oeste, desde la costa Caribe hasta el río
Virilla, y al sur limitaba con la cordillera de Talamanca y la región de Chirripó. Como el
límite norte no es preciso, se marca una línea arbitraria con dirección este-oeste desde la
costa Caribe, la cual atraviesa al río Tortuguero considerando la relación entre este
cacicazgo y el de Suerre (Fonseca e !barra 1987:2).
Este cacicazgo estaba conformado por los pueblos de Corroce (Corrocí)
Cuquerrique (Tucurrique), Ybuxybux, Uriuri, Taquetaque, Purapura, Turriarba (Turrialba),
Uxarrací (Ujarraz), Toyotique (Tayutic), Atirro, Co (Cot), Orosi, Güeycasí, Montava y
Matix:i. Muchos de estas poblaciones se localizan dentro de los actuales límites de la
provincia de Cartago (Ibarra 1996:36).
Turrialba, Atirro y Corroci fueron los posibles centros de este cacicazgo y se comenta que
el cacique Fernando Correque poseía casas en estos tres lugares. De acuerdo con los datos
de la población obtenidos de los repartimientos de 1569, los lugares con mayor cantidad de
habitantes eran: Turrialba con 2100, Atirro con 1000 y por último Corroci que contaba con
300 habitantes. Por consiguiente, se considera que Turrialba era el centro principal del
cacicazgo del Guarco, seguido por Atirro (!barra 1984:64).

29
LIMÓN

.3

SIMBOLOGIA

Sitio Agua Caliente


e Sitios con tumbas de cajón
1. Las Mercedes L-289 LM-1 CARTAGO
2. El Cristo C-39 C
3. Guayabo C-362 MNG
4. Tres Ríos C-343 TR
5. Carlos Aguilar Piedras C-80 CAP
6. La Clínica C-284 LC
7. Anita Grande L-53 AG
8. Breña C-14 7 Br
9. Quircot C-394 Qc SAN JOSÉ
10. Orosí
11. Los Limones
12.Sanbago
13. Hacienda El Mol ino C-27 HM
14. San Nicolás C-28 SN
O SOkm
15. San Rafael C-22 SR
16. Los Lagos C-221 LL
----~~--~~----
17. Alto Cerrillo C-56 AC
18. Agua Caliente C-35 AC
19. Rodríguez C- 358 Rz

Figura 3. Principales sitios arqueológicos con cementerios con tumbas de cajón localizados en el Valle Central Oriental y en el Caribe
Central (elaborado por María Laura Sáenz 2012).

30
2 .3 .2. Organización SOCiQPOlítica

Los cacicazgos se caracterizaban por poseer una jerarquía social muy concreta, la
cual estaba integrada por señ.ores o caciques principales y caciques subordinados (Fonseca
1996:180). Las fuentes escritas proporcionan una vasta información sobre la jerarquía del
cacicazgo del Guarco, en la que se distinguen los siguientes rangos: el cacique mayor o
señ.or de señ.ores, el cacique principal (ibux), los caciques secundarios (taque, taquey,
tataquea, tatoque) y los caciques de menor rango (uri). El cacique mayor cumplía
funciones económicas, políticas, religiosas y militares. Los ibuxes, los taques y los uris
desempeñ.aban en sus localidades cargos similares a los del señ.or de señ.ores, pero de menor
relevancia. Estos cuatro caciques juntos constituían un grupo dirigente que intervenía en
todas las actividades económicas, políticas, sociales, ceremoniales y militares que se
realizaban en los cacicazgos (Ibarra 1996:145-146).
Se considera que en 1563, el cacique mayor del cacicazgo del Guarco era Quitao, ya
que Vázquez de Coronado se refiere a él como "señ.or de los demás" en una carta que le
dirige al rey Felipe II (Vázquez de Coronado 1964:63). Tiempo después Guarco asume este
puesto y al fallecer es sucedido por Fernando Correque. Se piensa que Fernando muere
cerca de 1584 y es remplazado por Alonso Correque (Ibarra 1996:36, 148).
Las familias estaban organizadas en agrupaciones ciánicas que compartían un
ancestro en común y establecían su descendencia por el lado de la madre o del padre. Estas
sociedades se dividían en dos mitades (organización dual) y las uniones matrimoniales sólo
estaban permitidas entre miembros de clanes de la otra mitad. Los integrantes de este tipo
de grupos sociales, estaban conscientes de quiénes podían ser sus parejas y de quiénes eran
sus parientes consanguíneos (Bozzoli 1979: 41; Perrero 1988:62; Ibarra 1996:150-15).
En documentos del siglo XVI se apunta que Alonso era hijo de dos indígenas de
influyente jerarquía: Ventura y María. Siguiendo la organización ciánica matrilineal, donde
sólo se reconocía el parentesco por línea materna y la mujer se encargaba de heredar el
poder, se presume que Fernando era hermano de María y que por lo tanto, Alonso era su
sobrino. Asimismo, se puede sugerir que Guarco no era el padre de Fernando Correque,
sino el tío materno. Por otro lado, estos documentos también mencionan que el acceso al
poder se adquiría por línea paterna, pero esto puede corresponder a la visión patrilineal de
los europeos (Ferrero 1988:63-64; Ibarra 1996:148-149).
31
2.3.3. UeK@a de los espafioles al Valle Central y la fundación de la ciudad de Ca¡tago

En 1561 los españoles entraron por primera vez al Valle Central. El Lic. Juan de
Cavallón inició la exploración de estas tierras y fundó en marzo de ese mismo año el primer
asentamiento con el nombre de Garcimuñoz, el cual representó el centro de operaciones y
el punto de partida de las expediciones. Se dice que la ubicación de esta ciudad en el Valle
Central Occidental trajo una serie de inconveniente a los españoles, entre ellos la falta de
indígenas para que les sirvieran y la pobreza de los mismos (Meléndez 1962:21, 1977:61 ).
Juan Vázquez de Coronado llegó a Garcimuñoz el 20 de setiembre de 1562 y
reemplazó a Cavallón. Los habitantes de esta ciudad pasaban por una situación bastante
precaria, por lo que Vázquez de Coronado le solicitó a sus hombres buscar un lugar con
mejores condiciones para vivir (Estrada 1965:84). Uno de sus tenientes le informó sobre las
facilidades con que contaba el Valle del Guarco, las cuales el conquistador mencionó en
una carta que le escribió al rey Felipe IT:

Vista la nueva que el sargento medio del buen asiento del Guarco y consideradas las
faltas que el desta cibdad tiene, especialmente de tierras para sembrar y el estar
apartado del concurso de los naturales, y que estando en comarca dellos con más
comodidad serán doctrinados, acorde ir a ver el valle y visitar las provincias a el
comarcanas ... vi el asiento, pareciome bien y no he visto otro mejor en estas partes,
eceto el de Atrisco Nueva España. Traced una cibdad en aquel valle, en un asiento
junto a dos ríos. Tiene el valle tres leguas y media en largo y legua y media en
ancho; tiene muchas tierras para trigo y mayz; tiene el temple de Valladolid, buen
suelo y cielo. Nombre a la cibdad Cartago, por llamarse esta provincia deste nombre
(mencionada en Fernández 1976:110).

El traslado de Garcimuñoz al Valle del Guarco en marzo de 1564, les permitió a los
españoles vincularse con los pueblos indígenas, ya que la mayoría de ellos estaban situados
en la parte oriental del Valle Central. Asimismo, este nuevo asentamiento los aproximaba a
la región Caribe, zona reconocida por sus riquezas y por consiguiente, de interés para los
conquistadores (Meléndez 1984:12-13).

32
La ciudad de Cartago se vio afectada por las constantes inundaciones del río Coris,
motivo por el cual en 1572 el gobernador Perafán de Ribera la reubicó en Mata Redonda,
en los alrededores del actual San José. Sin embargo, Mata Redonda tampoco contó con las
características deseadas y tenía como desventaja el alejamiento con respecto a los pueblos
indígenas. Por lo tanto, en 1575 la población fue desplazada al Valle del Guarco, pero en
esta ocasión fue colocada en un sitio localizado al noreste del primer asentamiento. Esta
última ubicación corresponde con la ciudad de Cartago de nuestros días (Estrada 1965:86;
Meléndez 1962:26; Meléndez 1977:63).

2.3.4. Dominación espaiíola y desarticulación del cacicazgo del Quarco

La colonización de los pueblos indígenas se hizo efectiva por medio de la


instauración de dos mecanismos de dominación. Uno de ellos fue la encomienda, sistema
en el cual la mano de obra indígena fue explotada, ya que debían servir a su dueño,
cultivarle y construirle viviendas. El segundo fue el desarrollo de un sistema autoritario que
abarcaba aspectos políticos, administrativos, militares, jurídicos y clericales. El proceso de
colonización también se consolidó con el establecimiento de una institución como la
ciudad, la cual facilitó la expansión de los españoles a las zonas periféricas (Fernández
1984:45; Meléndez 1984:17; Quirós 1996:54).
El arribo de los españoles al país no significó un motivo de alegría para los
pobladores nativos, quienes se rehusaban a adoptar las nuevas costumbres e ideas traídas
por los colonizadores, y protagonizaron varios alzamientos antes y después de las
encomiendas. La resistencia de los pueblos del Valle del Guarco se hizo sentir con el
rechazo a la religión católica y a la participación en sus actividades, con el ocultamiento de
alimentos y bienes y con la negativa de servirles a los europeos. Además, algunos pueblos
demostraron su oposición conservando su propia lengua, sus patrones matrimoniales, los
principios que regulaban la herencia de la tierra y algunas creencias y costumbres religiosas
que se fusionaron con la religión católica (Fonseca et al. 1987:29; Ibarra 1985:10-11,
1994:16).
La familia extensa que habitaba los grandes ranchos fue segregada, situación que
afectó notablemente la organización social indígena y agilizó la introducción del nuevo
régimen. Al mismo tiempo, la separación de los clanes, la realización de labores excesivas
33
en tierras de grupos ajenos, la escasez de alimentos y la aparición enfennedades, como el
sarampión y la viruela, destruyeron a la población y debilitaron considerablemente a los
cacicazgos del Valle Central (Ibarra 1985: 17; Fonseca et al. 1987:29).
Cuando los espafioles llegaron al Valle del Guarco, el cacique Fernando Correque se
ocultó en Tucwrique junto con algunos de sus súbditos. Es probable que lo montailoso de
la región y el difícil acceso a la misma, la convirtieran en el escondite apropiado. Cuando
los caciques principales daban la obediencia, según las leyes espafiolas, se les otorgaban los
indígenas que ellos consideraran necesarios. De esta manera, en el momento que Correque
se sometió a los espaiioles, eligió a los indígenas que le correspondían, entre ellos a sus
familiares y a los jefes de los pueblos del cacicazgo del Guarco con sus respectivas
familias, y los trasladó a Tucurrique con él. Cabe la posibilidad que desde este lugar, el
cacique Fernando intentara reorganizar su cacicazgo, como parte de una estrategia
defensiva para proteger a su gente (Fonseca et al. 1987:30; !barra 1985:12).
Con la muerte de Correque, los indígenas del Valle Central pierden a su líder y a su
principal defensor. El cargo de cacique mayor lo heredó Alonso Correque, quien se vio en
la obligación de reclamar a sus indígenas, ya que estos habían sido encomendados a los
conquistadores. Sin embargo, Alonso no tuvo éxito con su demanda y fue acusado por
poseer de manera ilegal a sus súbditos. De tal manera, el fallecimiento de Fernando
Correque, la imposibilidad de Alonso de llevar a cabo sus funciones como cacique mayor,
las migraciones de los indígenas a Talamanca, la desestructuración de la organización
social y la crisis en el interior de la sociedad indígena, fueron factores que contribuyeron a
la desarticulación del cacicazgo del Guarco y por consiguiente, a la conquista del Valle
Central (Fonseca et al. 1987:30; Ibarra 1985:19).

2.4. Secuencia de trabajos arqueológicos en el sitio Agua Caliente (C-35 AC)

2.4.1. Estudios iniciales en el sitio: siglo XIX

Las primeras excavaciones carecieron de un carácter científico y se llevaron a cabo


en la segunda mitad del siglo XIX por el duef\o de la propiedad, José Ramón Rojas Troyo.
Los artefactos que el propietario adquiría los incluía en su colección personal, y cuando

34
falleció en 1887 parte de ésta fue obsequiada al Estado de Costa Rica. Esta donación
impulsó la creación del Museo Nacional en enero de 1888 (Vázquez 1985:3).
En una carta (mencionada en Hartman 1901 :48) que el señor Troyo le escribe al Dr.
Polakowsky, con el fin de proponerle la venta de la colección, relata que la mayoría de los
objetos arqueológicos fueron hallados en las plantaciones de café de Agua Caliente.
Asimismo, Troyo indica que en este mismo lugar estuvo situado el cementerio de Purapura,
capital de la provincia de Guarco, y que su colección estaba conformada por 3000 objetos
de arcilla, 400 de piedra y 140 de oro (Figura 4).
El primer estudio científico lo llevó a cabo Anastasia Alfaro en 1892, quien excavó
varias tumbas de cajón y mencionó que

Al abrir uno de estos sepulcros, que estaba a dos metros bajo la superficie del suelo,
encontramos en él tres cadáveres: uno extendido longitudinalmente como en un
ataúd, con la cabeza al Poniente; otro con la cabeza hacia el Este; y los restos de un
tercero ... hechos un mantoncito en el centro de la sepultura (Alfaro 1894:103).

Años más tarde, Carl Hartman visitó el sitio en 1897 y observó montículos
circulares de diferentes tamaños y un bloque largo de piedra decorado con tres espirales
(Hartman 1901 :189-190).

2.4.2. Década de 1980: los estudios arqueológicos en el sitio Agua Caliente son impulsados
por proyectos urbanísticos

En 1980 la arqueóloga del Museo Nacional Maritza Gutiérrez, atendiendo una


denuncia, observó un cementerio compuesto por tumbas de cajón destruido por la
construcción de la urbanización San Francisco. Al afio siguiente, Ricardo Vázquez,
arqueólogo de la misma institución, llevó a cabo un reconocimiento en la fmca cafetalera
de la familia Pirie, como respuesta a otra denuncia. Vázquez determinó que el sitio es muy
extenso y que alcanza gran parte de la terraza del río Aguacaliente. También encontró un
conjunto de montículos, estructuras arquitectónicas y tumbas de cajón como las que halló
su compaiiera (Vázquez 1985:4-5; Vázquez y Corrales 1987: 18-19). Además, el sitio es

35
Figura 4. Colección de artefactos arqueológicos del señor Rojas Troyo.

reubicado, puesto que en los trabajos de Hartman no se indica con detalle su


localización (arqueólogo Ricardo Vázquez comunicación personal, 2010).
En enero de 1982, se realizó la prospección y mapeo de los rasgos arqueológicos
más destacados en un área de 20 ha aproximadamente (sector A), ubicada en la zona este de
la finca Pirie. Se mapearon las elevaciones y las depresiones del complejo arquitectónico, el
cual se localiza cerca de la quebrada El Molino y presenta doce elevaciones semicirculares
que abarcan unas 2,5 ha. Alejadas de ese conjunto de estructuras, se hallaron tres
elevaciones con forma circular y diámetros de 20 a 30 m. Además, por medio de la
prospección se identificaron posibles áreas habitacionales y algunos cementerios (Vázquez
y Corrales 1987:19, 23,27; Vázquez 1985:5).

36
Un año más tarde, el INVU adquiere la fmca de la familia Pirie para construir la
urbanización Cocorí. Esto motivó que de mayo a junio se prospectara el sector B que
abarcaba las 70 ha compradas. Al levantar la cerca que delimitaba la propiedad comprada
por el INVU de la fábrica de juguetes Playskool, quedaron expuestas lajas de posibles
tumbas saqueadas, las cuales podrían ser parte de las áreas funerarias observadas en el
sector A. Entre ambos sectores se prospectaron un total de 36 parcelas que corresponde a
60 ha aproximadamente (Vázquez y Corrales 1987:24, 28; Vázquez 1985:5).
Entre los meses de agosto y diciembre de ese mismo año, se aplicó un muestreo en
los terrenos a urbanizar, en el cual se dividió el área total en cuadrantes de 1 ha y se
eligieron cuatro de ellos para ser estudiados con más detenimiento. Con el afán de evaluar
de manera general las zonas que no iban a ser analizadas minuciosamente, se realizó otro
muestreo por transectos que coincidían con el trazado de algunas calles del residencial
(Vázquez et al. 1987:40~41). Al profundizar un pozo de cateo (operación le) se descubrió
un basamento circular. Este anillo circular fue denominado Basamento 1 y medía 15m de
diámetro. Estaba formado por dos filas superpuestas de cantos rodados planos y se
encontraba incompleto en tres secciones. En dos segmentos cercanos a este basamento, se
encontraron filas de piedras de 2 m de longitud externas al anillo, pero concéntricas, las
cuales fueron interpretadas como elementos de entrada a la estructura (Vázquez 1984a;
Vázquez et al. 1987:54; cf. Salazary Sánchez 2009).
Durante las excavaciones realizadas en el Basamento 1, se hallaron semillas
carbonizadas identificadas como maíz (Zea Mayz L.) y frijol (Phaseolus sp. ). Estos restos
botánicos se agruparon en la parte sur~central de la planta circular, y dos de las mayores
concentraciones estaban relacionadas con dos grupos de piedras colocadas al sureste y al
suroeste. Algunas de estas rocas tenían exfoliaciones y oxidación por calor, y se asociaron
con tierra quemada y carbón. Estas evidencias sugieren que las agrupaciones de piedras
correspondieron a dos fogones (Vázquez 1984a; cf. Salazar y Sánchez 2009). Además, se
hallaron 460 artefactos lfticos, entre ellos raspadores, puntas de proyectil, pulidores,
martillos e instrumentos cortantes. De tal manera, con base en el material cultural
recuperado, se determinó que en este basamento se llevaron a cabo actividades domésticas,
como la preparación de alimentos y la manufactura de herramientas de piedra (Valerio
1987).

37
Al efectuar la excavación de una trinchera (operación Id) se halló un segundo
basamento a 20 cm bajo superficie. El Basamento 2 tenia forma semicircular, media unos
16 m y presentaba discontinuidades en dos extremos, probablemente ocasionadas por las
acciones de un tractor y por el huaquerismo. Se calculó que su diámetro podia medir unos
32 m, en caso de que tuviera forma circular. No fue posible excavar esta estructura, ya que
sobre su mitad norte se habían colocado un gran conjunto de troncos. La mayoria de la
cerámica recolectada en la trinchera y al limpiar el rasgo pertenece al complejo Curridabat
(500-900 d.C.) y en cantidades menores al complejo Pavas (300 a.C.-300 d.C.) y Cartago
(900-1500 d.C.) (Vázquez et al.l987:55-56).
En 1984 se vigilaron los movimientos de tierra en las trochas de las calles del
residencial en construcción. En este rescate súbito se localizó y limpió una calzada y
algunos rasgos arquitectónicos asociados a una plaza o patio. Se recuperaron restos
humanos y ofrendas funerarias. Además, se excavaron unos conductos de evacuación de
aguas que probablemente se fabricaron en el siglo XIX (Vázquez 1984a, 1985).
A principios de 1986, un grupo de estudiantes de la Universidad de Costa Rica a
cargo del arqueólogo Ricardo Vázquez, realizó el Trabajo Comunal Universitario en este
sitio. El equipo efectuó un levantamiento topográfico de los rasgos arquitectónicos y
elaboró planos de algunas operaciones y cementerios (Barquero et al.1986). Meses más
tarde otro grupo de estudiantes, bajo la tutela del mismo arqueólogo, inició una prospección
sub-regional en los alrededores del sitio. La idea original fue cubrir un área de 9 km2 , pero
al finalizar la primera temporada de campo (abril -junio) se había prospectado un 1 km2 • Se
localizaron nueve sitios arqueológicos y fueron considerados habitacionales, debido a la
incidencia de artefactos utilizados para la cocción y preparación de alimentos, como ollas y
escudillas extendidas (Valerio et al. 1986:43, 46~ Pérez et al. 1988:65, 83).
Después de tres temporadas de campo, en 1989 se finalizan las labores con 2.5 Km2
prospectados, casi los 3 Km2 que se establecieron como muestra representativa. Se
registraron un total 20 sitios arqueológicos sin indicios de montículos, remociones de tierra
u otro tipo de construcción que requiriera un gran esfuerzo y gasto de energía. No se
hallaron áreas de trabajo especializadas en cerámica o lítica, pero sí materiales culturales
que parecen vincularse con actividades domésticas. Sólo en los sitio Lajas (C-74L) y Finca
Grande (C-76FG) se detectaron lajas de tumbas de cajón, algunas daban la impresión de
estar in situ, mientras que otras estaban dispersas sobre la superficie. La mayor
38
concentración de sitios se presentó en el sector noroeste del área estudiada, debido a que los
terrenos son aptos para la agricultura y tienen fuentes de agua cercanas. A estos sitios se les
atribuye una secuencia temporal similar a la del sitio Agua Caliente, pero basada en estilos
cerámicos (Valerio 1989:30, 32-33).
Es importante setlalar que entre 1981 y 1986, Ricardo Vázquez estuvo a cargo de las
labores en este sitio. Este arqueólogo coordinó un acuerdo entre el INVU y el MNCR, para
mantener a salvo de las maquinarias de construcción, aproximadamente 9 ha donde se
ubican las estructuras arquitectónicas correspondientes al sector Reserva. De tal manera, en
el 2001 esta zona fue declarada Monumento Histórico Arquitectónico, asegurando su
preservación y disposición para futuras investigaciones (Peytrequín y Aguilar 2007a:46,
2007b:58).

2.4 .3. Excavaciones en contextos funerarios del sector Cocorí

En los trabajos de rescate efectuados en el sector Cocorí entre 1983-1984, se


detectaron y mapearon un total de 40 cementerios del periodo 900-1550 d.C. De estos
cementerios sólo se excavaron sistemáticamente los 17 que se encontraban intactos o
parcialmente alterados, ya que los 23 restantes estaban arruinados por el huaquerismo y las
labores agrícolas. Todas las tumbas fueron de cajón, la mayoría construidas con cantos
rodados y lajas. En total se excavaron 184 tumbas y sólo en 87 de ellas se conservaron
restos humanos. Se identificaron 145 individuos, los cuales fueron clasificados según su
condición en articulados, desarticulados y contaminación (Vázquez 1989: 10-11). Con base
en la evidencia demográfica y estructural de estos cementerios, se realizó un estudio en el
que se concluyó que la muestra ósea es representativa de su población de origen y que los
individuos fueron inhumados siguiendo el "patrón funerario de tumbas de cajón" (Vázquez
1989,1990).
Cuando se nivelaba el terreno para construir la segunda etapa de la urbanización
Cocorí, surgieron más vestigios arqueológicos que motivaron un rescate entre enero y
febrero de 1988. Fueron detectadas cuatro tumbas de cajón y en una de ellas sólo había
pequeftas lajas dispersas utilizadas como tapa. Se recuperaron pocos restos óseos humanos,
los cuales correspondían a extremidades inferiores y piezas dentales. En dos de las
sepulturas se obtuvieron materiales cerámicos, líticos, muestras de tierra, carbón y algunas
39
semillas carbonizadas. Se observaron otros rasgos culturales de forma semicircular
compuestos por guijarros, cantos rodados y piedras dispersas. Este hallazgo es considerado
como una continuación del cementerio de la operación de 8, hallado durante las labores de
rescate de 1984 (Valerio 1988).
En el 2009 la construcción de 500 casas de interés social, como parte del proyecto
urbanístico Duarco-Cocorí, impulsó la realización de nuevos trabajos arqueológicos. En el
sector sur de la finca, entre la calle pública y el río Agua Caliente, se localizó un
cementerio con 30 tumbas de cajón. Para determinar los límites del área funeraria, se
excavaron dos trincheras que formaron una cruz. De esta manera, se estableció que el
cementerio se extendía aliado este hasta la propiedad colindante, al sur limitaba con el río
Agua Caliente, al oeste con una acumulación de rocas y al norte no se extendió más allá del
área excavada. La zona central del cementerio estaba muy alterada por huaquerismo y por
las excavaciones para enterrar ganado vacuno. Se observaron tumbas más elaboradas que
otras, puesto que tenían paredes de lajas muy escogidas, pisos perfectamente acoplados y
lajas colocadas de manera horizontal en el borde superior. Algunas tumbas eran más anchas
en la parte superior y notablemente más angostas en la parte inferior. Además, se sugiere
que ciertas tumbas fueron reutilizadas, ya que en los extremos se encontraron grupos de
restos óseos desarticulados y acumulados, que acompañaban al individuo que yacía en
posición extendida. Todo parece indicar que las tumbas pequeñas anexas a las tumbas de
tamaño normal, eran utilizadas para depositar los restos de individuos que habían sido
inhumados con anterioridad. En cuanto a las ofrendas funerarias, se hallaron artefactos
cerámicos de la fase Cartago, los cuales se ubicaron en un extremo de las tapas y en el
interior de las tumbas a un lado de la pared. Los restos óseos presentaron un estado muy
pobre de conservación, sólo se recuperaron fragmentos de cráneo y piezas dentales, con las
cuales se identificaron dos subadultos y cuatro adultos (León 2010: 24-26,28-29, 36).

2.4.4. Investigaciones en los cementerios del sector Playskool

La propiedad donde se situaba la fábrica de juguetes Playskool, no formó parte de


los terrenos comprados por el INVU en los años ochenta, ya que uno de los propietarios le
continuó dando un uso industrial. Las investigaciones desarrolladas por el Museo Nacional
de Costa Rica entre 1981 y 1984 comprobaron que el sitio continuaba en estos terrenos. Sin
40
embargo, en ese periodo no fue posible estudiar detalladamente este sector, debido a que la
evaluación y el rescate en las áreas donde se iba a construir el residencial Cocorí
demandaron mucho trab~o. y además, el sefior Pirie no permitió la realización de
excavaciones. De tal manera, sólo se llevaron a cabo reconocimientos de superficie,
ubicaciones planimétricas y la limpieza de tumbas perturbadas por el huaquerismo. Con la
planimetría se registró la ubicación de 12 cementerios y una elevación circular de 10m de
diámetro, localizada cerca de la esquina noroeste del sector (Vázquez 1998:5).
Años más tarde, en estos terrenos se construyó el residencial Hacienda de Oro y
durante el movimiento de tierras quedaron expuestos fragmentos cerámicos, cantos rodados
y lajas. Ricardo Vázquez inspeccionó dicha propiedad y observó tumbas de cajón alteradas
por una zanja en la que se colocaría una tubería. Estos hallazgos impulsaron la realización
de una evaluación en 1998, en la que se excavaron 327 sondeos y se detectaron tres moldes
de postes, un aro de fogata y varias tapas de sepulturas. Este sector recibió el nombre de
Playskool, como la antigua fábrica de juguetes, y en él se distinguió un área habitacional de
los siglos XIX y XX, y una zona funeraria con sepulturas precolombinas ubicada al norte
del complejo arquitectónico (Achío 1998; Vázquez 1998:6-7).
Un afio más tarde se efectuaron los trabajos de rescate, que al igual que la
evaluación, se desarrollaron a raíz del resarcimiento impuesto a la empresa Navarro y
Asociados, por dañar evidencia arqueológica al iniciar la construcción del residencial. En
estas labores de salvamento, se excavaron las bases de una edificación del siglo XIX y se
hallaron aposentos cuadrangulares, posibles espacios donde se colocaron horcones y
materiales como teja, vidrio, fragmentos de porcelana, losetas de piso y objetos de metal.
Además, sobre estos cimientos, se detectó un camino empedrado del siglo XX que cruzaba
el sector de norte a sur (Achío1999:12, 14).
El aro de fogata descubierto durante la evaluación, estaba constituido por cantos
rodados distribuidos de forma circular en un estrato de tierra arcillosa. En el interior de este
rasgo, se observó una coloración anaranjado-rojiza y se recuperaron materiales cerámicos y
líticos asociados (Achío 1999: 17).
Los trab~os de rescate también permitieron la identificación de 15 áreas funerarias,
de las cuales, sólo siete de ellas fueron excavadas. Los ocho cementerios restantes se
localizaban en zonas donde se construirían viviendas y un parque infantil, razón por la cual
se consideró que no era necesario excavarlos, y se propuso que se depositara sobre ellos un
41
relleno de por lo menos un metro. En total se excavaron 204 sepulturas y se distinguieron
dos patrones funerarios: los enterramientos simples de la fase Curridabat y los cementerios
con tumbas de cajón de la fase Cartago. Cabe destacar que en el cementerio de la operación
58, las tumbas de cajón estaban distribuidas en tres niveles. Otro caso particular se presentó
en la operación 55, donde se detectaron dos cementerios superpuestos: uno de la fase
Curridabat con 13 enterramientos y otro de la fase Cartago con 28 tumbas (Achío 1999: 19,
31, 35, 36).

2.4.5. Proyectos e investigaciones fmales de graduación desarrollados en el sitio Agua


Caliente (C-35 AC)

En 1987 se planteó la propuesta de crear un ecomuseo o parqueo arqueológico, con


el fin de proteger, excavar y restaurar el sector Reserva. Al mismo tiempo, con este parque
se pretendía educar a las comunidades cercanas sobre la importancia del sitio, para que
ellas mismas se preocuparan por su conservación. Con este centro de la cultura se intentaba
promover la historia local desde épocas precolombinas hasta el presente, con lo cual se
fortalecería la identidad cultural de la comunidad cartaginesa. Además, se proyectó como
un potencial atractivo turístico, tanto para visitantes nacionales como extranjeros (Valerio y
Herra 1987; Vázquez y Villalobos 1999). Años más tarde, dos estudiantes presentaron un
diseilo arquitectónico para dicho museo de sitio y centro de cultura (Araya y Chacón 2003).
No obstante, al día de hoy ambas propuestas siguen sin concretarse.
Entre el 2007 y el 2009 se presentaron tres trabajos finales de graduación. En el
primero se estudiaron las estructuras arquitectónicas del sector Reserva, analizando las
técnicas constructivas y los procesos de trabajo necesarios para producir los artefactos
hallados en el interior de las mismas. Además, se realizó una exploración de los terrenos
cercanos al sector Reserva, con la cual se logró determinar la posible extensión del sitio
(Figura 5) (Peytrequfn y Aguilar 2007a).
Al llevar a cabo excavaciones en los montículos 1, 2 y 3, se hallaron restos humanos
en estado fragmentario, pero no se identificó ninguna estructura que demarcara los
enterramientos. Además, al oeste del sector arquitectónico y paralela al montículo siete y
cinco, se descubrió una tumba de arco adscrita a la fase Curridabat, en la cual se había
inhumado un individuo adulto articulado en posición decúbito dorsal. Al costado izquierdo
42
del individuo y cerca del cráneo se depositaron ofrendas cerámicas (Peytrequfn y Aguilar
2007:105-109, 113).
Peytrequín y Aguilar (2007a:305) proponen que el sitio Agua Caliente cuenta con
las características socioeconómicas de un modo de vida cacical y que durante las fases
Curridabat y Cartago, representó en el Valle del Guarco un centro desde donde se
regulaban funciones políticas, económicas, sociales y religiosas. Se considera que el sitio
contó con una especialización social del trabajo, que incluyo artesanos, guerreros,
agricultores, chamanes y otros. Asimismo, se seftala la existencia de una jerarquía social
entre los habitantes, la cual es demostrada a través de las diferencias entre los ajuares
funerarios.
El segundo estudio se enfocó en el análisis de los contextos funerarios del sector
Playskool, para determinar la presencia de diferencias y similitudes entre los grupos
sociales inhumados, manifestadas en el simbolismo, iconografia y asociaciones
contextuales. Achío (2007: 156-159) determinó que los enterramientos de este sector
compartían la misma visión de mundo, la cual se manifiesta en la configuración y
orientación de los cementerios, en los grupos de unidades funerarias, en la ubicación de las
ofrendas y en las decoraciones que éstas poseen, entre otros aspectos. De igual manera, se
identificaron diferencias en la ubicación de la unidad funeraria con respecto al grupo, en el
tipo y cantidad de ofrendas depositadas en cada unidad, en la posición y número de grupos
de unidades funerarias dentro de los cementerios y en la localización del cementerio.
Asimismo, se estableció que el área funeraria del sitio se extiende al norte del complejo
arquitectónico del sector Reserva.
El tercer trabajo se basó en las investigaciones que previamente realizaron Vázquez
(1984a) y Valerio (1987) en el Basamento l. Salazar y Sánchez (2009) se interesaron por
estudiar la arquitectura, el contexto y la posible función que tuvo este basamento, partiendo
del análisis de los materiales culturales recuperados, como cerámica, litica, muestras
botánicas y de carbón. La evidencia material se asocia con los complejos cerámicos
Cartago y Cabafta 800-1500 d.C. Además, el fechamiento de Carbono 14 (1421-1676 d. C.)
sugiere que la unidad pudo ser utilizada a la llegada de los espaftoles.
Con base en los indicadores materiales presentes en esta estructura, Salazar y
Sánchez (2009:195-197) proponen cuatro modos de trabajo: labores domésticas,
elaboración y mantenimiento de herramientas líticas, actividades agrícolas y reproducción
43
simbólica y social. En cuanto a la arquitectura, el basamento presenta una simplicidad
estructural reflejada en su anillo perimetral, compuesto por sólo dos filas de cantos rodados,
así como en la ausencia de muros de contención o escalinatas. Dicha simplicidad evidencia
las necesidades específicas de la unidad arquitectónica y del grupo social, pero también
responde a la diferenciación jerárquica manifestada en otras estructuras del sitio. Por
último, se infiere que el Basamento 1, además de tener una función dirigida a labores
cotidianas y sociales, fue un recinto de apoyo para otras unidades del sitio que
probablemente fueron utilizados por personajes de alto rango durante la fase Cartago

44
SIMBOLOGIA

•o Extensión aproxi mada


del Sitio Agua Caliente
Sector Reserva,
Sitio Ar-queológico Agua Caliente
Punto límite, verificados en el campo
Centro estimado del s tl o Agua Caliente

..
_,.-,
--~

-----... ... _
...

o._........========~........-=======~1km

Figura 5. Posibles límites del sitio Agua Caliente (tomado de Peytrequín y Aguilar 2007a: Figura 7, redibujado por María López
2013).

45
Capítulo 111: Marco
teórico-conceptual

46
3.1. El estudio de las prácticas funerarias

En las diferentes sociedades, tanto pasadas como actuales, la muerte ha sido


expresada mediante ritos y cultos, los cuales se han entendido como una forma de enfrentar
psicológicamente la muerte, así como la necesidad de darle un carácter social y religioso a
un hecho biológico. El individuo fallecido no sólo es un ser biológico, sino que también es
un individuo social que al morir altera de cierto modo el orden de la sociedad (Villa
1993:16 citada en Valverde 2007:277).
Una práctica funeraria no sólo hace referencia al proceso por medio del cual se le
brinda un lugar a un difunto, sino que además representa una situación en la que intervienen
las ideas y emociones socialmente compartidas con respecto al acontecimiento de la muerte
(Mariano 2011: 18). De igual manera, las prácticas mortuorias oficiadas cuando un miembro
de un grupo social pasa del mundo de los vivos al mundo de los muertos, constituyen un
ritual de paso que ofrece información sobre las concepciones religiosas, las relaciones
sociales, las costumbres culturales y las actividades económicas de una sociedad
(Rodríguez 2005:47).
Los contextos funerarios poseen ciertas ventajas en comparación con otro tipo de
yacimientos arqueológicos. La preservación y concentración de gran cantidad y variedad de
evidencias en los recintos fúnebres, permiten llevar a cabo reconstrucciones temporales,
espaciales, tipológicas y sociales. Asimismo, a partir de los restos hallados en los
cementerios, se puede obtener información sobre particularidades biológicas y sociales,
como la alimentación, la demografia, la salud, la enfermedad, el parentesco, los patrones
espaciales, entre otros. Por lo tanto, el estudio del tratamiento de la muerte representa un
medio para aproximarse a las estructuras económicas, sociopolíticas e ideológicas de las
poblaciones analizadas (Blanco 2011 :25-26).
Los arqueólogos han interpretado las prácticas funerarias desde diferentes y hasta
conflictivas perspectivas. Las costumbres mortuorias han sido abordadas principalmente
desde cuatro grandes enfoques: el Histórico Cultural, la Arqueología Procesual
(Arqueología de la Muerte), la Arqueología Postprocesual (Postmoderna) y el Marxismo.
En el Cuadro 1 se puntualizan los principales postulados de estos enfoques, con base en la
síntesis realizada por Vicente Lull (2000) para cada uno de ellos.

47
Cuadro l. Costumbres funerarias abordadas desde el Histórico Cultural, el Procesualismo,
el Postprocesualismo y el Marxismo

Enfoque Postulados
• Los restos mortuorios son una expresión intangible de las creencias
religiosas.
• Pesimismo generalizado con respecto a la posibilidad de encontrar
algún criterio que pennita reconstruir la sociedad viva a partir de los
de restos funerarios.
Histórico Cultural
• Las interpretaciones simples fueron hechas por medio de analogías
formales deducidas de las fuentes históricas y antropológicas, y de
las experiencias de la vida cotidiana.
• Los artefactos fimerarios fueron agrupados y utilizados para la
descripción y la cronología de las culturas.
• Las prácticas mortuorias son una expresión de la realidad social en
toda su complejidad.
• La forma y la estructura de las prácticas mortuorias son
condicionadas por la forma y la complejidad de la organización
Arqueología Procesual
social.
• El ritual funerario es un criterio para la identificación social de un
individuo. Los depósitos mortuorios sintetizan las características más
importantes de la persona social del fallecido.
• Los restos funerarios no son un reflejo directo de las normas de un
sistema social.
• La variabilidad mortuoria no refleja el estatus de un individuo.
• Los patrones funerarios particulares no pueden ser clasificados
Arqueología
dentro de niveles universales de complejidad social.
Postprocesual
• Los contextos funerarios son escenarios particulares e históricos
donde la lucha de poderes se establece de manera simbólica.
• Las prácticas funerarias deben ser analizadas a partir de sus propios
términos.
• Los enterramientos son depósitos de labor social. El difunto consume
lo que la sociedad ha producido.
• No existe necesariamente isomorfismo entre la condición del
individuo en vida y el reconocimiento social brindado postmortem.
• Las asimetrías entre los sitios funerarios denotan desigualdades en el
consumo social. Las diferencias en el tratamiento fúnebre no son un
reflejo de las diferencias entre individuos, sino entre grupos
Marxismo socioeconómicos y socioideológicos.
• Cada producto social supone una unidad de valor entre lo que es
socialmente producido y el acceso de cada individuo a su consumo.
• El valor social de los productos fúnebres deber ser calculado con
base en el trab~o social necesario establecido por las relaciones
sociales de producción.
• Un balance entre producción y consumo deber ser trazado para
detectar las asimetrías sociales.

48
A lo largo de la historia, las prácticas funerarias de las distintas sociedades se han
constituido por muchos aspectos y factores que se relacionan de diversas maneras. Por tal
motivo, es importante realizar una aproximación abierta del tema, en la cual las distintas
perspectivas desarrolladas con el paso de los afios tienen algo que aportar. Por consiguiente,
la mejor forma de abordar esta problemática es considerando las ventajas que tienen cada
una de las tendencias teóricas mencionadas, e intentando combinarlas de la manera más
adecuada cuando sea posible (Abad 2006:22-23).
Actualmente, los arqueólogos pueden ser considerados como herederos de estas
corrientes teóricas, así como de sus fortalezas y de sus debilidades. De ahí la necesidad que
los arqueólogos determinen cuáles aspectos de cada una de ellas, podrían contribuir en la
realización de una investigación (Leucona 2000:63). Haciendo uso de las palabras de esta
autora, en el presente trabajo las prácticas mortuorias de la fase Cartago (900-1550 d.C.)
del sitio Agua Caliente, son abordadas a la luz de los postulados de la Nueva Arqueología.

3.2. Aspectos generales de la Nueva Arqueología: principales postulados y alcances

La Nueva Arqueología surgió entre los aílos 1960 y 1970, como parte del proceso
de modificación teórico-metodológico que tuvo lugar dentro del ámbito académico
anglosajón. Hasta ese momento, el estudio de las sociedades pasadas había sido dominado
por las corrientes teóricas denominadas como "tradicionales", es decir, desde perspectivas
evolucionistas e histórico-culturales. Las insatisfacciones generadas con respecto a la forma
en que se estaban efectuando las investigaciones arqueológicas, así como la interpretación
que recibía la evidencia, ocasionó el desarrollo de un nuevo enfoque que destacaba el
potencial de los vestigios materiales (Abad 2006:2).
El enfoque Histórico Cultural se interesaba, casi exclusivamente, en resolver
problemas cronológicos mediante el estudio de las variaciones en las formas de los
artefactos, y en las diversas maneras de ordenación secuencial del material. Se le dio gran
importancia a la seriación y se hizo a un lado la información estratigráfica, ya que se creía
que los yacimientos con estratigrafía eran escasos o que ni siquiera existían (Binford
1994:103). Además, la arqueología se estaba limitando a la recolección y descripción de
objetos, pero sin hacer aportes sobre las personas que los originaron, los sistemas culturales
y el pasado (Johnson 2000:38-39).
49
Estos cambios en el esquema de pensamiento también fueron causados por el
surgimiento de la técnica de datación por radiocarbono (C 14), y su aplicación en muestras
arqueológicas. El C14 fue considerado como una herramienta que ayudaría a solucionar los
problemas cronológicos que por tanto tiempo habían sido estudiados, y que al mismo
tiempo permitiría extraer otro tipo de información. De la misma forma, la invención de
otras técnicas de datación como la dendrocronología, el renovado interés por la geología y
el reconocimiento de que en América del Norte había algunos yacimientos con buena
estratigrafía, promovió el incremento de investigaciones en otros temas (Binford 1994:103).
La Nueva Arqueología se muestra más optimista que la tradicional y rechaza la
aseveración planteada por los arqueólogos tradicionalistas, quienes mencionan que la
arqueología no puede ensefiarnos nada sobre la organización o la religión de las sociedades
antiguas. Además, el enfoque Histórico Cultural solía explicar los cambios culturales en
términos del difusionismo, perspectiva considerada por algunos investigadores como
colonialista, ya que establece que los grandes acontecimientos se producen sólo en ciertos
lugares. No obstante, los nuevos arqueólogos contemplan que para comprender los cambios
históricos y sociales es necesario conocer los procesos que suceden en el sitio de estudio.
Ciertamente los intercambios con otras zonas y la obtención de nuevas ideas desempefian
un papel en este proceso, pero no necesariamente representan los factores primordiales
(Renfrew 1985:7-8).
El principal difusor de esta nueva corriente teórica fue el arqueólogo Lewis Binford,
cuya aportación más destacada fue demostrar que para comprender el pasado, no es
suficiente con recuperar artefactos de sociedades antiguas y realizar un escrito con base en
las impresiones que ellos producen (Renfrew 1985:6). Con el afán de brindarle a la
arqueología un carácter más científico, Binford sugirió a principios de los años setenta
dirigir la mirada a la Antropología, la Geografia y las ciencias fisico-naturales. Su
pensamiento se fundamentó en el rechazo por los planteamientos del Histórico Cultural,
que hasta ese momento habían dominado la Antropología, y propone una arqueología
orientada a la generalización (Abad 2006:8-9).
La Nueva Arqueología contempla que el quehacer del arqueólogo debe ser estudiar
el proceso cultural, el cual hace referencia a las relaciones dinámicas (causas y efectos)
operantes entre los sistemas socioculturales, así como a los procesos responsables de los
cambios observados en la organización y/o contenido de los sistemas, o a la incorporación
50
de nuevos componentes formales en el sistema (Binford 1972:87). Del mismo modo, el
arqueólogo debe cuestionarse la explicación de las diferencias y de la variabilidad que se
perciben en el patrimonio arqueológico, para lo que se requiere desarrollar una mejor teoría
y metodología que faciliten la interpretación arqueológica (Renfrew 1985 :6-7).
Binford (1994:103-104) propuso que para conocer el pasado de un modo distinto, se
debían poner en práctica nuevas formas de observación que generaran numerosos hechos,
los cuales remitieran a nuevos tipos de fenómenos. Motivados por este afán, los nuevos
arqueólogos, adscritos al positivismo, sugieren utilizar el método científico tal como lo
emplean las ciencias naturales.
El análisis del registro arqueológico es otra preocupación de los nuevos
arqueólogos. Los hechos observados en el registro arqueológico pertenecen al presente y
por sí solos no dicen nada del pasado. Por lo tanto, el desafio para los arqueólogos es
expresar literalmente la información estática contenida en los materiales que componen el
registro arqueológico, con el fm de reconstruir la dinámica de la vida en el pasado y evaluar
las condiciones que permitieron que tales materiales hayan sobrevivido hasta la actualidad.
La interpretación de la relación entre la estática y la dinámica se realiza desde el presente,
es decir, desde contextos contemporáneos (Binford 1994:23-24).
Con el surgimiento de la etnoarqueología se facilitó la comprensión entre lo estático
y lo dinámico, ya que los arqueólogos adquirieron una mejor noción sobre la formación del
registro arqueológico, al convivir con sociedades contemporáneas con un modo de vida
similar al de la sociedad pasada que se trata de entender. Tal fue el caso del estudio
realizado por Binford con los esquimales Nunamiut de Alaska, con quienes decidió vivir y
participar en sus actividades de caza, debido a su interés por los cazadores y recolectores
del periodo musteriense (Renfrew 1985 :7). Del mismo modo, con la arqueología
experimental se han podido recrear sucesos o procesos que ocurrieron en el pasado, como
es el caso de la reproducción de técnicas artesanales en cerámica y lítica (Binford 1994:28).
Una vez que la Nueva Arqueología desarrolló un marco teórico propio y profundizó
en los procesos culturales, se le denominó Procesualismo (Johnson 2000:50). El valor de
los procesos culturales había sido notado desde 1959 por J oseph Caldwell, quien señala en
su artículo "La nueva arqueología Americana", que los arqueólogos debían explicar los
cambios ocurridos en las culturas, basándose en términos de procesos culturales (Trigger
1992:276).
51
Cabe destacar que a pesar de las criticas recibidas por parte de otras corrientes
teóricas, como el Histórico Cultural y el Postprocesualismo, el Procesualismo generó un
impulso en la metodología general de la Arqueología. De este modo, se promovió el
análisis de los procesos de formación del registro arqueológico y el desarrollo de técnicas
estadísticas. Además, se incluyeron las técnicas de análisis propias de la Antropología
Física, especialmente aquellas relacionadas con paleopatología, estudios de nutrición y
genética (Vicent 1995:22).

3 .2 .l. El positivismo y el método hipotético deductivo

El positivismo es una escuela filosófica cuya idea central establece que tanto en las
ciencias sociales como en las naturales, es necesario desprenderse de los prejuicios y
presuposiciones, así como también se deben separar los juicios de hecho de los juicios de
valor y la ciencia de la ideología. De tal manera, el objetivo de los científicos sociales debe
orientarse a alcanzar la neutralidad imparcial y objetiva del fisico, el químico o el biólogo
(Lowy 1982:10). Además, según este enfoque el progreso del conocimiento sólo es posible
con la observación y el experimento y por lo tanto, se debe aplicar el método de las ciencias
naturales (Briones 1996:28).
Augusto Comte (1798-1857) es considerado como el principal representante del
positivismo, quien propuso que las ciencias sociales debían seguir un el mismo proceso de
desarrollo que habían seguido las ciencias naturales, evolucionado desde un estado
acientífico a uno científico (Johnson 2000:60). Según esta doctrina, el verdadero
conocimiento es el proporcionado por las ciencias y rechaza todo conocimiento que no
proviene de los hechos, especialmente el fundado por elaboraciones metafisicas. De esta
forma, el término "positivo" es utilizado para hacer referencia a las ciencias que se basan en
los hechos que han sido observados y analizados (Briones 1996:28, 45).
Este enfoque teórico se caracteriza por una serie de premisas, entre las que destacan
(Gurdían-Fernández 2007: 42-43; Johnson 2000:59-60):

l. El monismo metodológico, el cual establece una idea de unidad y exclusividad del


método científico.

52
2. Las ciencias naturales y exactas, como la Física y la Matemática, determinan un
ideal metodológico que mide el grado de desarrollo y de perfección de las demás
ciencias, incluyendo a las ciencias humanas.
3. Sólo la explicación generalizadora es válida, ya que los resultados deben ser
predecibles y deben repetirse para ser considerados válidos científicamente.
4. Aquellas afrrmaciones que no puedan ser sometidas a prueba, quedan fuera del
ámbito científico.
5. El pensamiento científico debe ser independiente de los juicios de valor.

El positivismo ha sido relacionado con un método que consiste en la comprobación


de proposiciones, al cual se le llama modelo hipotético deductivo nomológico. Según este
modelo, para proceder de manera científica es necesario plantear una hipótesis concreta y
contrastarla. Una hipótesis es una proposición general o respuesta tentativa a un problema
determinado, cuya verdad o falsedad se desconoce y a través de la aplicación del método
hipotético deductivo, se establece dicha veracidad o falsedad. De este modo, las
deducciones generadas a partir de los resultados, permiten realizar explicaciones generales
(Johnson 2000:60; Lorenzano ca. 1990s:3).
Siguiendo la doctrina comtiana, la Nueva Arqueología intentó elaborar
generalizaciones y adoptó el modelo hipotético-deductivo-nomológico, con la intención de
dirigir a la arqueología por el mismo camino de las ciencias naturales y convertirla en una
disciplina más sólida y autocritica (Johnson 2000:61 ). Gracias a la aplicación de este
método, los resultados obtenidos no serian influenciados por las ideas del investigador y
además, surgió un optimismo basado en la posibilidad de que también en las Ciencias
Sociales se podría obtener conclusiones objetivas (Abad 2006:9).
En esta investigación, la utilización del método hipotético deductivo se orienta a
corroborar o a descarta la hipótesis planteada sobre las diferencias sociales reflejadas en
los cementerios de tumba de cajón del sector Playskool. Por consiguiente, con base en los
resultados obtenidos del análisis osteológico, de ofrendas funerarias, de distribución
espacial de las tumbas de céijón y del perfil paleodemográfico, se realizan deducciones con
las cuales se proponen generalizaciones sobre el posible rango y estatus social del segmento
poblacional inhumado durante la fase Cartago (900-1550 d. C.) en el sector Playskool.

53
3.3. La Arqueología de la Muerte y el análisis de prácticas funerarias

El campo de investigación de la Arqueología de la Muerte surge en los años


setentas, dentro del marco de la Arqueología Procesual. Su objeto de estudio son las
prácticas funerarias y el impacto de la muerte en los miembros de las sociedades. Este
nuevo enfoque produjo un cambio drástico en los paradigmas que habían tratado esta
temática, ya que hasta ese momento la arqueología tradicional o historicista daba una
explicación simplista a la diversidad de prácticas funerarias (Abad 2006:1-2).
En el presente documento, para realizar inferencias sociales a partir de los datos
mortuorios, se utiliza el marco conceptual descrito por Saxe (1970) y Binford (1971). Saxe
en su investigación empleó la teoría de rol postulada por Goodenough (1965), e intentó
construir un cuetpo teórico que permitiera el estudio de las prácticas mortuorias y sus
determinantes socioculturales, bajo una esfera de comprobación científica. Además, Saxe
utilizó una serie de términos propuestos por Goodenough, concernientes a elementos de
interacción social con implicaciones arqueológicas, los cuales tienen inherencia con la
presente investigación y son explicados a continuación.
El concepto identidad social, también llamado estatus social (Tainter 1978:106),
es entendido como un aspecto propio del individuo, que marca la diferencia en la manera en
que sus derechos y obligaciones se distribuyen con respecto a los demás (Goodenough
1965:3). Una persona posee cierto número de diferentes identidades sociales, como por
ejemplo ser profesor, estudiante, esposo, padre e hijo, y los derechos y obligaciones que
ésta tiene varían dependiendo de las identidades asumidas en una determinada interacción
(Goodenough 1965:4). Para ilustrar esta aseveración, Goodeneough (1965:4) mencionó que
los derechos y obligaciones de un médico difieren considerablemente dependiendo de sí
trata con otro médico, una enfermera o un paciente. Sí el estatus es una combinación de
derechos y obligaciones, por lo tanto la etiqueta de "médico" ocupa un estatus diferente en
cada una de estas relaciones de identidad.
La ocasión y el escenario son elementos que influyen en la selección de las
identidades adecuadas para relacionarse con otro individuo. Para cualquier identidad
asumida por un individuo, sólo hay un número limitado de identidades posibles que el otro
individuo puede protagonizar. Cualquier par de identidades compatibles representa una
relación de identidad (Goodenough 1965:6). Los derechos y deberes recíprocos que

54
enlazan a las identidades sociales en una determinada relación de identidad, dependen de la
combinación de dichas identidades sociales. De esta manera, el trato que recibe un
individuo fallecido refleja los derechos que éste tiene, así como las obligaciones que poseen
las personas con él, de acuerdo con sus relaciones de identidad (Saxe 1970:4-5).
Algunas identidades como hombre, mujer, adulto, joven, son relevantes para todas
las interacciones. En cualquier circunstancia, se debe elegir varias identidades a la vez. las
cuales pueden crear una identidad compuesta. El conjunto de distintas identidades
seleccionadas como apropiadas en determinada circunstancia o interacción, constituye la
persona social (Goodenough 1965:7). Un grupo de personas sociales puede reflejar los
principios organizacionales de una sociedad. Por ejemplo, en una sociedad igualitaria los
niños tienen pocas identidades sociales, mientras que los ancianos poseen muchas. Sin
embargo, sí un infante es enterrado de manera tal que evidencia una persona social más
significativa que la que presentan algunos adultos, es probable que se esté indicando un
principio de rango social al nacimiento (Saxe 1970:7-8).
Apoyado en los fundamentos del enfoque procesual, Binford (1971) analizó una
considerable cantidad de información etnográfica, con la cual realizó un estudio en el que
compara las costumbres funerarias de un conjunto de sociedades con cuatro patrones de
subsistencia diferentes: cazadores y recolectores, agricultura rotativa, agricultura estable y
pastoreo. Los resultados del análisis revelaron que entre los grupos de cazadores y
recolectores, agricultura rotativa y pastoreo no se encontraron diferencias en cuanto a las
distinciones simbolizadas en el ritual funerario. Sin embargo, las sociedades con agricultura
estable, en comparación con las otras tres, presentaron una significativa diferencia
concerniente a la proposición que insinúa, una directa correlación entre la complejidad
estructural del ritual mortuorio y la estructura de estatus dentro de un sistema sociocultural
(Binford 1971 :18). De esta manera, Binford (1971 :20) sugirió que las distinciones
mortuorias en grupos de cazadores y recolectores se basan en la edad y el sexo de los
individuos, mientras que la posición social en grupos agrícolas~ independientemente del
sexo, la edad o subgrupo de afiliación; representa el indicador más común de diferenciación
en el tratamiento mortuorio
A pesar de que la muestra de estudio no permitió obtener información directa sobre
la complejidad sociocultural de los grupos, Binford (1971 :23) pudo sefialar que la forma y la
estructura que caracterizan las prácticas funerarias de cualquier sociedad, podrían estar
55
determinadas por la forma y complejidad de las características organizacionales de la misma.
Asimismo, indicó que el cambio o la variabilidad en cualquier forma o estructura, deberla
tomar en cuenta los efectos limitantes o condicionantes que la organización social ejerce
sobre las prácticas funerarias.

3.4. El enfoque procesual y la variabilidad mortuoria

Uno de los objetivos del enfoque procesualista es investigar la organización social y


las dinámicas de los sistemas culturales, enfatizando en el potencial de los datos
mortuorios (Chapman y Randsborg 1981:2). El registro arqueológico de los ritos fúnebres
puede proporcionar una gran cantidad de información sobre las identidades sociales de
poblaciones pasadas. Los individuos adquieren estas identidades porque pertenecen a los
componentes de un sistema social, lo cual permite a los rituales mortuorios trasmitir
información acerca de la naturaleza de una sociedad pasada (Tainter 1978:11 0).
En la mayoría de casos etnográficos conocidos, una cultura o sociedad no se
caracteriza por sólo un tipo de enterramiento, por el contrario, una sociedad podria poner en
práctica diferentes formas de enterramiento, las cuales frecuentemente están
correlacionadas con el estatus del fallecido. Las costumbres funerarias de una sociedad
reflejan diferentes categorías de personas, categorías que muchas veces son definidas
exclusivamente desde el punto social y algunas veces desde características físicas, pero
tomando en cuenta las consideraciones sociales. Además, dichas distinciones se observan
en las diferentes zonas elegidas para llevar a cabo los enterramientos, en la elaboración de
los ritos, en los tipos de sepulturas construidas, en la orientación de los cuerpos, en la
posición de los individuos, en el uso de un cenotafio 3 en lugar de una tumba, o en la
ausencia de alguna forma de enterramiento (Ucko 1969:270).
En un ritual funerario se pueden observar dos fenómenos: el técnico y los actos
rituales. Técnicamente, las costumbres de enterramiento permiten deshacerse del cuerpo del
fallecido. Desde el punto de vista ritual, las ceremonias funerarias consisten en la ejecución
de actos simbólicos que pueden variar de dos maneras: en la forma en que los símbolos son
usados, y en la cantidad y en la clase de referentes que brinda un reconocimiento simbólico.

3
Monumento construido en memoria de una o varias personas, cuyos restos fueron depositados en otro lugar.

56
La forma de los símbolos puede variar independientemente de sus referentes y dichas
formas pueden ser utilizadas en diferentes situaciones. Algunos grupos comparten el mismo
conjunto de símbolos mortuorios, pero los utilizan de manera antagónica, como por
ejemplo la cremación en un grupo es empleada para los líderes y en otro es utilizada para
los criminales (Binford 1971 :16). Al respecto, Kroeber (1927 :313 citado en Binford
1971: 16t menciona que

El enterramiento en ríos es algunas veces reservado para líderes, algunas veces


para ahogados, algunas veces es la práctica normal de un grupo. El
enterramiento en una plataforma y en un árbol es en ciertas poblaciones
limitada respetivamente a músicos, magos y hechizados, a los que les cayó un
rayo, a los criminales y a los reyes. La cremación es generalmente reservada
para criminales, pero también ocurre como una práctica usual La exhibición es
usada de diversas maneras, según la tribu, para los cadáveres de los criminales,
esclavos, niños, gente común, o la población entera.

Para intentar comprender los tipos de fenómenos sociales reflejados en cualquier


enterramiento, se han propuesto dos elementos generales. El primero es la persona social
(Goodenough 1965:7) del o la fallecida, constituida por el conjunto de identidades sociales
que tuvo mientras vivía, las cuales son consideras para ser honradas cuando el individuo
muere. Los principales aspectos de la persona social que reciben reconocimiento durante
las prácticas mortuorias son: la edad, el sexo, el rango y la distinción de la posición social
ocupada dentro de la unidad social, y la integración del fallecido dentro de los segmentos
de la amplia unidad social. El segundo elemento es la composición y el tamaiío de la
unidad social, que reconoce las responsabilidades de estatus para con el difunto, según la
posición social que éste mantuvo en vida (Binford 1971 :17).
El lugar donde se llevan a cabo las prácticas mortuorias y la manera en la cual la
realización del ritual interfiere en las actividades normales de la comunidad, usualmente
varía a partir del número de relaciones de obligación que existen entre el fallecido y los
otros miembros de la comunidad. Con base en este argumento, se propone que en
sociedades igualitarias los individuos muy jóvenes poseen un rango bajo y por lo tanto,
4
Traducción de la autora.
57
presentan relaciones de obligación-estatus con muy pocas personas. Por el contrario, los
individuos mayores poseen un rango más elevado y consecuentemente, comparten
relaciones de obligación-estatus con una mayor cantidad de personas. De tal manera, se
sugiere que las diferencias de edad pueden ser distinguidas en el ritual mortuorio, a través
de la colocación de diversas áreas de enterramiento dentro del espacio de vida de la
comunidad. Además, la ubicación de dichas zonas puede cambiar de acuerdo con el estatus
del fallecido, ya que la ejecución del ritual funerario requiere de la participación de los
miembros de la comunidad, y por consiguiente, de la interrupción de sus actividades
cotidianas (Binford 1971 :21).
Con la intención de probar la anterior proposición y explorar la posibilidad de que
otras particularidades puedan manifestar diferenciación mortuoria, Binford (1971 :21)
seleccionó tres variables nominales vinculadas con la persona social: el tratamiento
mortuorio, la preparación del alojamiento funerario y el ajuar funerario. Estas variables a su
vez se subdividen en otras tres categorías, las cuales son explicadas con mayor detalle en la
Figura 6.

• Preparación del cuerpo: aseo y/o exhibición del cuerpo


antes de realizar los ritos funerarios.
• Tratamiento del cuerpo: momificación, mutilación o
cuer¡1o .· cremación.
• Colocación del cuerpo: ubicación del cadáver en una
tumba, andamio, río, entre otros.

• Tipo de alojamiento: puede presentar diferencias en


el tamaño, los detalles arquitectónicos y los
materiales usados para su construcción.
• Orientación: puede ser orientado a partir de los
puntos cardinales, los ángulos del solsticio, etc.
• Localización del alojamiento: pueden ser localizada
dentro del espacio de vida de la comunidad o en
lugares específicos para llevar a cabo los
enterramientos.

• Tipo de ajuar funerario: depende del tipo de


Diferencias en ajua r. ofrendas funerarias incluidas.
funerario • • Cantidad de ofrendas.
• Tipo y cantidad ofrendas.
-- -

Figura 6. Categorías de diferenciación mortuoria.


58
Los resultados obtenidos por Binford (1971 :25) en su estudio, lo llevaron a concluir
que la variabilidad en el comportamiento mortuorio o cultural, no puede ser exclusivamente
explicada a través del contacto o la influencia con otros pueblos, ya que la variabilidad debe
ser entendida a partir de las propiedades organizativas de los sistemas culturales.
Con el propóstio de comprender los fenómenos sociales reflejados en los rituales
funerarios del sitio Agua Caliente, en este documento se retoma el conjunto de identidades
sociales que constituyen la persona social de los individuos inhumados en los cementerios
de la fase Cartago (900-1550 d.C.). Asimismo, se consideran los diferentes aspectos de la
persona social que reciben reconocimiento al momento de la muerte, las relaciones de
obligación entre el fallecido y la unidad social y la varibilidad mortuoria expresada en los
contextos funerarios, como evidencias de la organización social que tuvo el sitio durante el
periodo tardío.

3.5. Distinciones sociales presentes en el contexto arqueológico

La evidencia mortuoria es un recurso arqueológico muy valioso y representa la


culminación de una conducta intencionada y consciente. Muchos de los elementos visibles
en el tratamiento mortuorio son el resultado directo de un comportamiento determinado,
mientras que otros aspectos del ritual no lo son, como es el caso de las actividades
realizadas antes del enterramiento. Además, el deterioro que sufren algunos de estos
elementos imposibilita su recuperación y dificulta la interpretación que el arqueólogo puede
hacer sobre el patrón funerario (O'Shea 1981:39-40).
Los diversos componentes encontrados en un contexto mortuorio pueden estar
vinculados con distinciones sociales de dos tipos: horizontal (estatus) y vertical (rango). La
desigualdad entre la división social vertical y horizontal está relacionada con dos factores.
El primero de ellos es la manera en que los diversos tipos de distinción social son
simbolizados en el ritual. Sí las diferencias de rango son expresadas a través de símbolos de
riqueza y el aumento en la energía invertida, las distinciones horizontales deben ser
representadas por medio de canales de valor "neutral". De esta manera, la ropa, el peinado,
artefactos con un simbolismo particular, entre otros, corresponden a indicadores de
diferencias horizontales. Desafortunadamente, tales marcadores tienen la desventaja de no
preservarse y de ser ambiguos en el registro arqueológico. El segundo factor puede
59
interferir en la correcta identificación de la distinción social horizontal, y está relacionado
con el proceso de explicación arqueológica. Los elementos del rango social se pueden
distinguir por el grado jerárquico, la energía invertida y por sesgos en los valores
demográficos, como sucede en algunos niveles de rango que son restringidos a hombres
adultos. Por el contrario, las distinciones horizontales se caracterizan por presentar una
distnbución más equilibrada de edad y sexo. Es así como a partir de estos argumentos, se
dice que en términos arqueológicos el rango social es fácilmente reconocido, mientras que
la distinción horizontal algunas veces se manifiesta de una manera más confusa (O'Shea
1981 :49-50).
Para efectos de la presente investigación, las diferencias sociales reflejadas en los
contextos funerarios son de suma importancia en la interpretación de la organización social
del sitio Agua Caliente durante la fase Cartago (900-1550 d.C.). Por tal razón, los
conceptos de rango y estatus son evaluados a la luz de los hallazgos realizados en los
cementerios con tumbas de cajón, tomando en cuenta aspectos como el ajuar funerario, la
engergía invertida en los rituales fúnebres, la ubicación de las zonas funerarias y la
distribución de las tumbas dentro de los cementerios, los cuales se puntualizan en los
siguientes apartados.

3.5 .l. División social horizontal: estatus

El estatus se refleja principalmente en los rituales previos al enterramiento, como la


preparación que recibe el cuerpo y la colocación de ofrendas dentro de las sepulturas,
muchas de ellas de naturaleza perecedera (O'Shea 1981:50). En los análisis mortuorios, la
aplicación de este concepto es de suma importancia, ya que representa un medio para que
los arqueólogos evalúen la interacción social a partir de los enterramientos (Goldstein
1981 :54).
Las diferenciaciones en el tratamiento mortuorio correspondientes con el estatus,
ostentan gran variabilidad. Las personas con estatus alto pueden ser enterradas en
ubicaciones especificas, después de una elaborada e inusual preparación del cuerpo, y
acompañadas por símbolos de cargo propios de su estatus y una gran cantidad de ofrendas.
En el caso de personas con estatus bajo, usualmente las distinciones son efectuadas
considerando el sexo y la pertenencia a un grupo de afiliación (Binford 1971 :22-23).
60
Por otra parte, la identificación de patrones espaciales dentro un de un sitio
funerario, ha permitido establecer distinciones de estatus, ya que el estudio de la
organización y orientación de las sepulturas puede demostrar que:

l. Los principios de organización de la sociedad se pueden reflejar a través del grado


de la estructura, la distribución y el ordenamiento de la zona de funeraria.
2. Los diferentes estatus, grupos familiares, grupos de ancestros o clases especiales
pueden ser evidenciados con la relación espacial entre cado uno de los individuos
inhumados dentro del área de eliminación (Goldstein 1981 :57).

La presencia de patrones espaciales ha sido vinculada con grupos corporativos


dedicados a la regulación de bienes. Saxe (1970:119) plantea como hipótesis que los grupos
corporativos con derecho a controlar recursos limitados y cruciales, realizan los
enterramientos en zonas delimitadas, permanentes y especializadas. Al comparar las
prácticas funerarias de las sociedades Kapauku Papuans, Ashanti y Bondoc Igorot, Saxe
comprueba dicho planteamiento, puesto que en las tres sociedades los enterramientos en
zonas deftnidas estaban ligados con grupos corporativos. Asimismo, los cementerios Moss
y Schild, localizados en la parte baja del Valle del río IIlinois, se dispusieron de acuerdo
con un patrón formal de área de eliminación organizada, y se sugiere que probablemente
algún grupo corporativo regulaba el acceso a los recursos esenciales (Goldstein 1981 :62).
Por su parte, Binford (1971 :22) sugiere que los diversos grupos de pertenencia (clanes,
linajes, etc.) que tiene una sociedad, pueden contar con un lugar definido para enterrar o
depositar a sus miembros, como un cementerio u osario, y que entre dichos grupos la
orientación de las sepulturas es otro rasgo común de diferenciación.

3.5.2. División social vertical: rango social

La distinción social vertical, también conocida como rango social, hace referencia
a las desigualdades dentro de un sistema social, que tienden a elevar a ciertos individuos
sobre otros, tal y como se ilustra en la Figura 7. En términos generales, esta distinción se
refleja en la elaboración de las sepulturas y en la cantidad y tipos de ofrendas funerarias
depositadas en las tumbas (O'Shea 1981:41,50). Sin embargo, el rango social puede ser
61
expresado de forma muy diversa y generar indicios contradictorios, e incluso se puede
representar de una manera tan débil que se convierte invisible para el registro arqueológico
(Brown 1981:25).

Individuos
1
/\ \
pertenecientes al
1 1\ rango más elevado

\
2

f
1

3 \ \\
Individuos
pertenecientes al
4 rango más bajo

Figura 7. Esquema piramidal de la distinción social vertical.

Aspectos como la riqueza y el esfuerzo invertido en los rituales funerarios son


considerados elementos que demuestran el rango social de un individuo. El porcentaje de
riqueza varía de una sociedad a otra, y el esfuerzo invertido depende de la importancia que
tuvo el personaje (Brown 1981 :28). Por ejemplo, en el sitio Spiro las ofrendas funerarias
representan un importante símbolo de riqueza, y el valor de las mismas puede ser medido a
partir de la distancia de traslado hasta el sitio. De tal manera, los artefactos de cobre y de
concha ocupan el primer lugar en valor y corresponden con el rango social más elevado.
Los objetos hechos con piedras exóticas provenientes del Sureste de los Apalaches y de
Arkansas pueden situarse en el segundo lugar, mientras que las cuchillas de pedernales
exóticos en el tercero y aquellos materiales disponibles en lugares cercanos al sitio ocupan
el último puesto (Brown 1971:101). Con base en estas premisas, Brown (1981:29) infiere
que en aquellas sociedades con una jerarquía mínima, las distinciones son expresadas con
poca riqueza y las distinciones se basan en la edad, el sexo, habilidades personales,
circunstancias de muerte, entre otras. No obstante, al desarrollarse los aspectos jerárquicos

62
en una sociedad, los tratamientos mortuorios son representados de manera gradual con
respecto al rango de cada individuo. De este modo, al acentuarse la autoridad, aumenta la
cantidad de riqueza y el esfuerzo invertido en el enterramiento.
La muerte de un individuo con un rango social alto genera la participación
colectiva, la interrupción de las actividades cotidianas y la inversión de grandes cantidades
de energía en el ritual funerario. La energía invertida se observa en las características del
enterramiento, como el tamaño y detalles del recinto mortuorio, el método de manipulación
y eliminación del individuo y el tipo de asociaciones que presenta la sepultura. La relación
entre el esfuerzo empleado en un ritual funerario y el rango de un individuo fallecido, ha
sido comprobada en 103 casos etnográficos (cf. Tainter 1975). En este estudio, se
distinguieron varias categorías que evidencian rango sociaL como la complejidad en el
tratamiento del cuerpo, la posición y construcción del recinto de enterramiento, la extensión
y duración del funeral, las contribuciones materiales al ritual y el sacrificio humano
(Tainter 1978:125-127).
Los símbolos de autoridad que dispone la persona fallecida, podrían ser un
indicativo de la estructura social del grupo, en el cual la autoridad es habitualmente
heredada (Brown 1981:29). Por ejemplo, al estudiar los cacicazgos de Hawaü se ha
confirmado que durante el festival agrícola Makihiki, el cacique principal reafirma la
santidad y autoridad que tiene su cargo. A través de los actos relacionados con este ritual, el
cacique principal manifiesta su autoridad aceptando los regalos ofrecidos al dios Lono, con
lo cual valida su derecho político de controlar la tierra y la gente (Peebles y Kus 1977:426).
El componente biológico es otro medio útil en la determinación de la composición
social de un enterramiento en particular. Se presume que la presencia de jerarquías sociales
divide al total de la población en dos o más segmentos, dependiendo del tamaño de la
población. Cuando la autoridad es heredada, se infiere que los segmentos podrían ser muy
desproporcionados, ya que las clases gobernantes constituyen una minoría. La división de
la población dentro de grupos de rango da como resultado subpoblaciones compuestas por
todos los grupos de edad y ambos sexos (Brown 1981 :30).

63
3.6. Principios básicos de la paleodemografía

La paleodemografia se encarga de la reconstrucción de los perfiles demográficos de


aquellas poblaciones que no cuentan con registros escritos, como los parroquiales o las
estadísticas vitales, y sólo presentan los restos óseos de quienes vivieron allí. El trabajo del
paleodemógrafo es recuperar información sobre los estilos de vida y la edad a la que
murieron estos individuos, con el objetivo de inferir aspectos relacionados con la
fecundidad y la migración (Hemández 2008:39). Esta disciplina es relativamente reciente sí
se le compara con la demografia, con la cual está estrechamente relacionada, así como lo
está con la antropología fisica (Gómez de León 1998:155). Su campo de estudio va más allá
del estudio de la mortalidad y de la fecundidad de las poblaciones arqueológicas, ya que
incluye la estimación de la distribución, la densidad y la composición por edades de los
pueblos. Además, considera porcentajes intrínsecos de crecimiento y descenso, como
también puede abarcar elementos de la migración y la estructura por edad y sexo de la
misma (Meindl y Russelll998:376).
La representatividad de la muestra osteológica con la que se construye el escenario
demográfico es uno de los temas más discutidos en la paleodemografia. La muestra no es
elegida por el investigador, es seleccionada de manera azarosa, debido a que en una
excavación arqueológica no se puede precisar sí los individuos exhumados pertenecieron al
total de la población que habitó el sitio en un momento determinado. De esta forma, la
representatividad está estrechamente relacionada con el trabajo de campo, ya que
dependiendo del sitio a estudiar y de cómo se planifica la excavación, se podrán recuperar
todos los individuos inhumados en el sitio o sólo una muestra de la muestra (Hemández
1999:338).
Al desarrollar una investigación paleodemográfica, es fundamental que la muestra
cuente con un número suficiente de menores de 15 años y que el 30% de ellos sean
menores de un año. No obstante, está condición dificilmente se cumple, al igual que ocurre
con la representación de los demás grupos de edad y el balance entre ambos sexos (Meindl
2003, citado en Hemández y Márquez 2007:28).
Las diversas investigaciones paleodemográficas han logrado establecer una serie de
aspectos generales relacionados con el comportamiento demográfico de las poblaciones, los

64
cuales son importantes de considerar cuando se lleva a cabo un estudio de este tipo.
Algunos de estos puntos se enumeran a continuación (Brothwell 1993:109-111 ):

l. La expectativa de vida cambia de una sociedad a otra, y se espera que en


poblaciones antiguas sea mucho menor que en las modernas.
2. La edad de fallecimiento entre hombres y mujeres es diferente.
3. La composición de los grupos de edad puede presentar variaciones de una muestra
a otra, lo cual puede estar relacionado con factores culturales.
4. La razón de hombres y mujeres deber ser 1:1, pero pueden presentarse variaciones
en las muestras arqueológicas.

3.6.1. La demografia y sus elementos básicos

La demografía se enfoca en el estudio de la estructura, la dinámica y los factores de


la dinámica de las poblaciones que incluyen la fecundidad, la mortalidad y la migración
(Welti 1997:17). La mejor manera de definir esta ciencia es partiendo de su objeto de
estudio: la población. Se dice que una población es un conjunto de personas deteiiDinado
por características territoriales, políticas, étnicas o religiosas y ligadas por vínculos de
reproducción (Livi-Bacci 1993:9). El concepto de población no puede ser reducido al
aspecto cuantitativo, puesto que la demografia no tendría sentido sí se condicionara a
establecer y combinar números que representen cantidades de personas. Esto disminuiría
«todo el esfuerzo lógico de interpretación de la realidad de los grupos humanos al limitado
fm de contar gente, como se cuentan las cabezas de rebafto" (CELADE 1975:9).
Una población se perpetúa y permanece en el tiempo, pero no es eterna. Las
poblaciones se forman principalmente por migraciones con capacidades reproductivas
adecuadas y se extinguen porque la natalidad es insuficiente para compensar la mortalidad,
o porque distintas poblaciones se fusionan entre sí. Los individuos representan las unidades
básicas de una población y sus rasgos principales como el sexo, la edad, el estado civil, el
lugar de nacimiento y de residencia son de gran interés para la demografia (Livi-Bacci
1993:10). Las dos primeras características, la edad y el sexo, son fundamentales en una
población, ya que determinan la manera en que ésta se compone y afecta los fenómenos
demográficos y socioeconómicos de la misma (Welti 1997:17). La estructura por edad es
65
muy significativa debido a que la fecundidad y la mortalidad dependen en gran medida de
ella. La distribución por edades varia mucho de una población a otra, en algunas hay una
gran cantidad de ancianos y en otras una multitud de niftos y jóvenes. Esto sucede porque el
mayor o menor grado de envejecimiento responde a la natalidad, la mortalidad y al
movimiento migratorio. Por otro lado, la estructura por sexo está delimitada por la relación
entre los sexos al momento de nacer y por los diversos niveles de mortalidad masculina y
femenina, ya que la incidencia de muerte no es igual para ambos (Livi-Bacci 1993:1 1-12).
La dinámica de una población hace referencia a las modificaciones que presentan, a
lo largo del tiempo, los tres elementos demográficos básicos: la mortalidad, la fecundidad y
la migración (Welti 1997:18). La interacción de estos tres fenómenos establece la
composición, distribución y renovación de los individuos de una población (Márquez y
Hernández 2001 :41).

3.6.1.1. La mortalidad

La mortalidad representa un hecho social delimitado por un conjunto de condiciones


biológicas, ligadas con el envejecimiento del organismo y la degeneración de sus funciones.
El carácter social de la muerte remite a la importancia que tiene la organización de una
sociedad en los factores que determinan la ocurrencia de la muerte. Con base en esto, la
desigualdad que se muestra en la muerte ha sido seftalada como un reflejo de la desigualdad
social, la cual se manifiesta a través de diversas condiciones de vida (trabajo, alimentación,
vivienda, higiene, cuidados personales, etc.) y de las diferencias en el acceso a servicios
médicos (Guzmán 1988:30).
El fenómeno de la mortalidad indica la pérdida de un individuo de la población
debido a su fallecimiento. Por lo general, la mortalidad más alta se presenta en los primeros
momentos de la vida. Una vez que pasa la primera semana después del nacimiento, el
riesgo de morir disminuye, pero se mantiene alto durante todo el primer afto. Entre los 5 y
los 1O aftos la mortalidad es relativamente baja, pero después de los 20 aftos comienza a
aumentar gradualmente hasta llegar a los 40 o 50 aftos. Posteriormente incrementa su
intensidad hasta alcanzar los últimos aftos de vida (Welti 1997:74, 79-80).
Cuando la muerte ocurre antes de cumplir el primer afto de vida se denomina
mortalidad infantil, la cual es considerada como un indicador de las condiciones de salud y
66
de desarrollo social de una población. La probabilidad de morir durante ese periodo es muy
elevada, y se expresa en tasas de mortalidad significativamente mayores que las reflejadas
en edades posteriores. Se pueden distinguir dos tipos de mortalidad infantil: la neonatal que
sucede durante el primer mes de vida (a partir del nacimiento hasta antes de cumplir los 28
días) y la postneonatal que ocurre entre los 28 días de nacido y el primer afio (Welti
1997:88,90).
La mortalidad también presenta una variabilidad con respecto al sexo del individuo.
Por razones biológicas y socioeconómicas, las mujeres presentan una mortalidad menor en
comparación con los hombres. Estos últimos suelen ser biológicamente más débiles y están
más propensos a sufrir accidentes que les cause la muerte (Welti 1997:82).

3.6.1.2. La fecundidad

El proceso reproductivo en el que está inmersa la fecundidad, es entendido como


una de cadena de eventos biológicos con determinaciones sociales, históricas y culturales
que influyen en sus diferentes etapas. La fecundidad está más relacionada con el resultado
de este proceso: el nacimiento del individuo, y hace referencia a la cantidad de hijos que
cada mujer tiene a lo largo de su vida fértil (Welti 1997:99).
La fecundidad es el componente del cambio demográfico que más incide en el
tamailo de la estructura por edades de una población. Un incremento en la fecundidad en un
momento determinado genera un aumento en el número de nacimientos, lo cual produce
una elevación de la tasa de crecimiento y una proliferación de la población de jóvenes, es
decir, un rejuvenecimiento de la población. Caso contrario sucede cuando la fecundidad
disminuye durante cierto periodo, ya que la tasa de crecimiento desciende, la estructura por
edades y sexo tiende a reducirse en la base y la población entra en una fase de
envejecimiento (Gómez 2005:144).
Otros aspectos importantes vinculados con este fenómeno demográfico son la
natalidad y la fertilidad. La natalidad señala la cantidad de nacimientos ocurridos en
determinado momento en una población. Por su parte, la fertilidad, que en ocasiones ha
sido confundida con la fecundidad, indica la capacidad biológica de tener hijos, mientras
que la fecundidad representa la manifestación real de esa capacidad a través de la
procreación de uno o más hijos (Gómez 2005:144-145).
67
3 .6.1.3. Movimientos de la población

La movilidad de los grupos humanos es producida por factores económicos,


políticos, religiosos y culturales, como por ejemplo la búsqueda de pareja en otro grupo
como medio para establecer lazos de parentesco entre ambos grupos. La salida o llegada de
individuos a una población trae consecuencias en la estructura por edad y sexo. Además, en
algunos casos los movimientos migratorios son protagonizados por miembros de un solo
sexo y cierta edad, por ejemplo puede incluir sólo hombres adultos (Márquez y Hemández
2001:13).
Desde el punto de vista paleodemográfico, se pueden distinguir dos tipos de
poblaciones: las abiertas y las cerradas. En las primeras se reciben o expulsan personas,
mientras que en las segundas no llegan ni se marchan individuos. En una población cerrada
se parte del supuesto que las personas enterradas en un sitio determinado, no estuvieron
influenciadas por otro grupo mientras duró la ocupación del sitio (Márquez y Hemández
2001:14).
El modelo de la teoría de las poblaciones estables propone que una población está
cerrada a la migración, de manera tal que las tasas de natalidad y de mortalidad se
mantienen constantes y su tasa de crecimiento es igual a cero. Para la paleodemografia, la
premisa más importante de esta teoría es que la edad media a la muerte es equivalente a la
esperanza de vida (Ortega 2004:190). Asimismo, al asumir que la muestra esquelética de
estudio proviene de una población cerrada y estable, significa que la distribución de la
muerte por edades es equivalente a la columna de muertes por edad (dx) que se presenta en
la tabla de vida (Johansson y Horowitz 1986:235).
A pesar de que se comprende que este supuesto de población cerrada pocas veces se
cumple, esta teoría es puesta en práctica en este trab~o. ya que constituye un recurso
metodológico que permite estandarizar los eventos demográficos de una población antigua,
sin emplear cálculos matemáticos que representen la cantidad de individuos que
probablemente se integraron a la población a través de la migración, lo que además es
difícil de determinar con base en series esqueléticas (Márquez y Hemández 2001 :15).

68
Capítulo IV:
Estrategia
Metodológica

69
4.1. Estrategia metodológica

El presente estudio contempla cuatro objetivos de investigación, los cuales fueron


abordados aplicando las estrategias metodológicas que se puntualiza en el Cuadro 2 y se
detallan en este capítulo.

Cuadro 2. Estrategias metodológicas empleadas para abordar los objetivos de


investigación

Objetivo Estra~ia metodológica


1. Establecer variables demográficas y Se realizó un análisis osteológico de 58 individuos
condiciones de salud de la población inhumados en el sector Playskool, en el cual se
inhumada a partir de la identificación determinaron las variables demográficas de sexo y edad,
de sexo, la edad, la estatura y las se estimó la estatura y se identificaron patologías
patologías postcraneales y dentales de postcraneales y dentales.
58 individuos inhumados en cuatro
cementerios del sector Playskool
(operaciones 58, 59,60 y 61).
2. Determinar las diferencias sociales Se efectuó un análisis del contexto funerario para
horizontales y verticales de los evaluar las diferencias sociales horizontales (estatus) y
individuos inhumados en el sector verticales (rango). El estatus se determinó a través de un
Playskoo1, a partir de la disposición de análisis visual de la distribución de las tumbas dentro de
las sepulturas y las ofrendas asociadas. los cementerios. El rango social fue definido con base en
un análisis artefactual que contempló tres variables: la
cantidad de ofrendas depositas en cada sepultura, el tipo
de ofrenda y la procedencia de la misma (local o
importada de otras regiones).
3. Revelar un perftl paleodemográfico Con base en la distribución por sexo y edad de 31 O
con las variables de sexo y edad de los individuos, se construyó una tabla de vida con
individuos enterrados en los estadísticas vitales, como el número de defunciones, la
cementerios de los sectores Cocorí y cantidad de sobrevivientes, la probabilidad de morir y la
Playskool durante la fase Cartago. esperanza de vida. Asimismo, se obtuvieron indicadores
de mortalidad y de fecundidad, como la Tasa Bruta de
Mortalidad, la Tasa Bruta de Natalidad, la Edad Media a
la Fecundidad, entre otros.
4. Discutir el posible rango y estatus de Se emplearon los datos obtenidos del análisis artefactual
los individuos inhumados en los y del análisis visual, que permitieron determinar el rango
cementerios de tumbas de cajón del y el estatus de los individuos, para relacionarlos con la
sector Cocorí y Playskool dentro la información referente al modelo de organización social
sociedad cacical postulada para el sitio propuesto para el sitio durante la fase Cartago (900-1550
Agua Caliente. d.C.). Además, se vinculó la posición geográfica del
sitio con la información obtenida de los documentos de
los siglos XVI y XVII, sobre los aspectos sociales de los
grupos indígenas que habitaban el Valle del Guarco
antes de la llegada de los españoles.

70
4.2. Trabajo de laboratorio

Las labores se llevaron a cabo en el Departamento de Antropología e Historia


(DAH) del Museo Nacional de Costa Rica (MNCR), iniciando en setiembre del 2010 y
fmalizaron en junio del 2011. Esta institución brindó un espacio y facilitó los materiales
necesarios para llevar a cabo el análisis de una parte de la colección de restos óseos
humanos, recuperada en el sector Playskool del sitio Agua Caliente (C-35 AC). Asimismo,
permitió realizar la consulta de los informes sobre las excavaciones efectuadas en el sitio,
así como de los diarios de campo, las fotografias y los mapas del mismo.

4.2.1. Selección de la muestra de estudio

Los restos óseos humanos estudiados en esta investigación, fueron hallados en las
tumbas de cajón de los cementerios de los sectores Cocorí y Playskool del sitio Agua
Caliente. Durante las excavaciones efectuadas en la década de los ochenta en el sector
Cocorí, se identificaron 40 cementerios y se recuperaron y analizaron un total de 159
individuos esqueletizados (Vázquez 1989, 1990). Años más tarde, en este sector se halló
otro cementerio compuesto por 30 tumbas de cajón, en las cuales se encontraron restos
óseos fragmentos, los cuales presentaron una pobre condición de preservación y por tal
motivo, no fueron incluidos en esta investigación (León 201 0).
En los trabajos de rescate realizados en 1999 en el sector Playskool, se hallaron
alrededor 209 individuos y sólo 98 fueron analizados en ese momento (Achio 1999, 2007).
De tal manera, habían quedado sin estudiar aproximadamente 111 osamentas5 y en el este
estudio se llevó a cabo el análisis osteológico de 58 ellas (Figura 8). Los procedimientos y
las técnicas empleadas para efectuar dicho análisis se especifican en los siguientes
apartados.

s El análisis osteológico de las osamentas del sector Playskool que se encontraban sin estudiar, fue realizado
por laBach. Karla Quesada y la autora de la presente investigación entre el2010 y el2011. Debido a que la
información del análisis efectuado por Quesada no estaba disponible al momento de efectuar esta
investigación, se estima que la cantidad estudiada por Quesada fue de 53 individuos, y de allí se supone que
eran aproximadamente 111 osamentas que faltaban por identificar.
71
Década 80's (analizado
por R. V ázquez)
1999 (analizado por R.
Vázquez)
• 2010-2011 (analizado por
la autora)
• 2010-2011 (no analizado)

Figura 8. Muestra esquelética (n) recuperada en los sectores Cocori y Playskool del sitio
Agua Caliente analizada en cada temporada.

4.2.2. Análisis osteoló trico

Los restos óseos humanos analizados en la presente investigación, se recuperaron en


el sector Playskool durante los trabajos de excavación efectuados en las operaciones 58,
59, 60 y 61. Entre las 58 osamentas estudiadas, 53 proceden de tumbas de cajón de la fase
Cartago y las restantes cinco de enterramientos de la fase Curridabat. Para efectuar la
identificación de estos individuos, se recibió un entrenamiento en osteología por parte del
antropólogo biológico Ricardo Vázquez. Además, el análisis se apoyó en una serie de
literatura osteológica (Bass 1987; Buikstra y Ubelaker 1997; Brothwell 1993; Ubelaker
1978; White y Folkens 2005) y en la colección de referencia del Departamento de
Antropología (DAH) e Historia del Museo Nacional de Costa Rica (MNCR).
Como primer paso en el análisis de los restos óseos, se determinó sí los huesos
pertenecían a un individuo adulto o a un subadulto. Posteriormente, se empleó el proceso
lógico de eliminación, para el cual Bass (1987:7) propuso los siguientes pasos:

l. Determinar sí el hueso es craneal o postcraneal. Los huesos craneales son todos


aquellos que forman el cráneo (28 en total) y los postcraneales son los que
localizan debajo del cráneo (177 aproximadamente). Los huesos craneales se
72
caracterizan por ser planos y delgados, y algunas de ellos presentan una forma
irregular.
2. Sí el hueso pertenece al esqueleto postcraneal, se formulan las siguientes
preguntas:
2.1 ¿Es un hueso largo? El esqueleto postcraneal presenta un total de seis pares de
huesos largos: dos húmeros, dos radios, dos ulnas, dos fémures. dos tibias y dos
fibulas.
2.2 ¿Es un hueso corto? Estos huesos están representados por las dos clavículas, los
huesos de la mano (metacarpos y falanges) y del pie (metatarsos y falanges).
2.3 ¿Es un hueso plano? Este tipo de huesos corresponde con la cadera, las costillas,
las escápulas y el esternón. Además, algunos huesos craneales también se
clasifican dentro de esta categoría.
2.4 ¿Es un hueso irregular? La forma de estos huesos se debe a la función que
desempefian y por lo general son gruesos y pequetlos, como por ejemplo las
vértebras, los carpos. los tarsos, las rotulas y el esfenoides.

Para el análisis de las piezas dentales se utilizó bibliografia enfocada en esta


temática (Anderson 1962; Bass 1987; White y Folkens 2005), la cual facilitó la
clasificación y ubicación de las piezas dentro del arco de la mandíbula y de la maxila. Los
moldes de dentaduras del DAH también fueron de gran utilidad en el proceso de
identificación, así como la aplicación de los pasos recomendados por Bass (1987:263):

l. Determinar sí el diente es deciduo o caduco. Los deciduos son más amarillos y


pequetlos, en comparación con sus similares en edades adultas.
2. Establecer qué tipo de pieza es: incisivo, canino, premolar (en adultos) o molar.
3. Indicar sí la pieza es superior o inferior.
4. Setlalar la posición que ocupaba el diente en la arco de la mandtbula o de la
maxila: incisivo central o lateral, primer o segundo premolar, o primer, segundo o
tercer molar.
5. Reconocer sí la pieza es derecha o izquierda.

73
La información de cada individuo fue registrada en los formularios osteológicos
correspondientes (ver Anexos ly 2). Estos formularios poseen un diagrama del esqueleto y
de los dientes, en los cuales se señalaron los huesos y las piezas dentales que cada
individuo presenta, así como las patologías óseas y dentales identificadas.

4.2.3. Determinación del sexo de individuos adultos

Cuando se realiza el análisis de un individuo esqueletizado, una de las principales


interrogantes que surge es: ¿el individuo es masculino o femenino? En general, los huesos
del esqueleto femenino se caracterizan por ser más pequeños y ligeros, mientras que los
huesos masculinos son más grandes, robustos y pesados. Sin embargo, se pueden encontrar
variaciones en los individuos, en las cuales algunos hombres son pequeños y gráciles, y
algunas mujeres son grandes y robustas (White y Folkens 2005:386).
El dimorfismo sexual hace referencia a las desigualdades de forma y tamaño que
existen entre individuos masculinos y femeninos, diferencias que se manifiestan en un
mayor tamaño en los individuos masculinos de la mayoría de las especies. En los seres
humanos, un cuerpo con mayores proporciones está relacionado con la producción de
testosterona, hormona masculina encargada de incrementar el desarrollo de la masa
muscular. Asimismo, a los hombres se les vincula con labores cotidianas que requieren de
un gran esfuerzo fisico, las cuales generan un desarrollo muscular que se traduce en
estructuras óseas más grandes e inserciones musculares más marcadas que en las mujeres
(Sanabria 2008:270).
Conforme el individuo se va desarrollando, el dimorfismo sexual se va acentuando
hasta que llega a ser evidente en la adolescencia (entre los 16 y 18 años), cuando los rasgos
de diferenciación sexual en los restos óseos se vuelven más confiables para determinar el
sexo (Lagunas y Hemández 2002:33). Por esta razón, la determinación del sexo en los
subadultos es bastante compleja, debido a que el esqueleto de los mismos no ha completado
su desarrollo y por lo tanto, el dimorfismo sexual no se manifiesta claramente.
El sexo de un individuo se puede diagnosticar a partir de los parámetros métricos y
los rasgos morfológicos presentes en diferentes estructuras óseas. La pelvis y el cráneo son
considerados como las dos estructuras anatómicas más fehacientes en la determinación del

74
sexo, ya que desde fmales de la adolescencia y principios de la adultez demuestran las
mayores divergencias morfológicas, mientras que los otros huesos poseen niveles menores
de variación sexual (Sanabria 2008:272).
La pelvis es la región del esqueleto que proporciona los rasgos más evidentes para
indicar el sexo de un individuo. La asignación del sexo de un adulto basándose en la
exanimación de la cintura pélvica tiene un alto nivel de certeza. En términos generales, la
pelvis de un hombre se caracteriza por ser más robusta y pesada, mientras que la de la
mujer es más ancha y baja (Lagunas y Hernández 2002:34). Áreas como la concavidad
subpúbica, el arco ventral, el aspecto medial de la rama isquiopúbica, la escotadura ciática
mayor, el surco preauricular y el foramen obturador son indicadores de diferencias sexuales
(Phenice 1969 en Buikstra y Ubelaker 1997:16-19; Brothwell 1993:88,91-92; White y
Folkens 2005:396-397). No obstante, en el análisis osteológico de la presente investigación,
sólo se identificaron huesos muy parciales de la pelvis, por lo tanto, se utilizaron
principalmente las características morfológicas del cráneo para estimar el sexo de los
individuos.
En el cráneo, los marcadores de dimorfismo sexual se observan en la robustez de la
cresta nucal, en el tamaño del proceso mastoideo, en la agudeza del margen supraorbital, en
la prominencia de la glabela y en el pronunciamiento del mentón (Buikstra y Ubelaker
1997:19-20) (Figura 9). De esta manera, se tiene que el cráneo de los hombres (es más
grande y pesado, tiene huellas de inserción muscular pronunciadas, apófisis mastoideas más
desarrolladas y masivas, la región frontal huidiza, los arcos supraorbitales pronunciados y
el borde superior de las órbitas es más redondeado. Por el contrario, el cráneo de las
mujeres es más pequeño y ligero, tiene inserciones musculares menos marcadas, las
apófisis mastoideas menos desarrolladas, la región frontal redondeada, los arcos
supraorbitales reducidos y el borde superior de las órbitas es puntiagudo (Lagunas y
Hemández 2002:33).
En algunas ocasiones, los huesos largos representaron otra alternativa para estimar
el sexo de los individuos, partiendo de la premisa de que los esqueletos masculinos poseen
huesos más largos y robustos en comparación con los femeninos. Por ejemplo, el fémur es
uno de los huesos que exhibe amplias diferencias sexuales tanto a nivel cualitativo como
cuantitativo. En el fémur de los hombres se observan inserciones musculares más marcadas,

75
lfuy femenino Femenino lltermedio lfasadilo Muy mascuJiDo

Cresta Dual
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3
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2

Prutesu
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lhrge11
supra-orbital
2 3

Clabcla

2 3 4 5

Proaudamiento
del meató1

2 3 4 5

Figura 9. Diferencias sexuales expresadas en el cráneo (tomado de Buiskstra y Ubleaker


1997: Figura 4).

76
como es el caso de la línea áspera, y el diámetro de la cabeza femoral es mayor que en las
mujeres (Sanabria 2008:278).

4.2.4. Estimación de la edad de los individuos

Los métodos para determinar la edad de los individuos esqueletizados se pueden


dividir en dos tipos: los aplicables en subadultos y los utilizados en adultos (Lagunas y
Hemández 2002:37). Cualquier intento por estimar la edad a partir de restos óseos, debe
considerar la variedad de los métodos y la exactitud de los mismos. De igual manera, en la
elección del método no sólo es importante la exactitud, sino que también se debe tomar en
cuenta la preservación de los huesos y de los dientes, el tiempo y el equipo disponible y la
precisión que se requiere según la problemática que se esté estudiando (Ubelaker 1978 :46).

4.2.4.1. Subadultos

Entre los principales criterios para estimar la edad de los individuos subadultos,
Bass (1987:13) menciona la erupción dental, la longitud de los huesos largos y la unión de
epífisis. Debido al estado fragmentario de la colección de estudio, en la presente
investigación sólo se pudieron emplear los dos primeros criterios, de los cuales el desarrollo
dental proporciona los resultados más confiables, especialmente entre el nacimiento y los
10 añ.os (Ubelaker 1978:46). Además, la erupción de los dientes representa la técnica más
utilizada en la determinación de la edad de los subadultos, ya que las piezas dentales son
los elementos más encontrados en contextos forenses, arqueológicos y paleontológicos
(White y Folkens 2005:364).
Ubelaker (1978:47) propuso una secuencia de la formación y erupción de los
dientes (Figura 10), la cual cuenta con 21 fases para el diagnóstico de la edad y cada una de
ellas presenta un rango de variabilidad. En las dos primeras fases se observa la formación
dental de los individuos prenatales. A partir de la fase tres hasta la 19 se puede apreciar el
brote y la maduración tanto de las piezas deciduas como de las permanentes. Finalmente,
las últimas etapas hacen referencia a individuos adultos, en los cuales el proceso de
erupción ya ha fmalizado.
77
5 months
~ mutara
.:: -- 1 (±2mos.)

4years
~- .. ~ in7months
utero
(:1: 12 11\0$.) 10years
(±30mos.)

.: - - - cP 1
(±2mos.)

Birlh
(±2mos.)
Syears
(± 16 mos.)
.¡¡ c;2) 11 years

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(±3mos.)
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12years
Smonlhs 6 year.; (:t36mos.)
(±3 mos.) (±24 mos.)

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15years
(±36mos.)
1 year
(± 4mos.)

7years
(±24mos.)

18 mooths
(±6mos.)

21 ll8atS

8years
2years (:!:24mos.)
(:t Bmos.)

35years

3yea<s
(± 12 mos.)

llyears
(±24 mos.)

Figura 10. Erupción y desarrollo dental (tomado de Ubelaker 1978 : Figura 62) .

78
Cuando no se han conservado las piezas dentales, los huesos largos pueden brindar
importante información para estimar la edad. Este método consiste en medir la longitud
máxima de la diáfisis (sin epífisis) del hueso, para luego relacionarla con la edad
cronológica. Ubelaker (1978:48-49) presenta una tabla donde describe las correlaciones
entre la edad y la longitud de cada hueso largo y el ancho máximo del ilion, pero para
efectos de la presente investigación en el Cuadro 3 sólo se detallan los datos concernientes
al húmero, la tibia y la fibula.

4.2.4.2. Adultos

A la edad de 20 años, los dientes están desarrollados y eruptados, la mayoría de las


epífisis están fusionadas y el crecimiento longitudinal de los huesos se ha completado
(Ubelaker 1978:53). Por consiguiente, en la estimación de la edad de los adultos se aplican
otros métodos como la atrición dental (Lovejoy 1985:48-53), cambios en la sínfisis púbica
(Todd 1921 en Buikstra y Ubelaker 1997:22; Brooks y Suchey 1990 en Buikstra y
Ubelaker 1997:23-24), modificaciones en la superficie auricular (Lovejoy et al. 1985:21-
26) y la obliteración de las suturas craneales (Meindl y Lovejoy 1985:58-60).
En la muestra osteológica de estudio, el desgaste dental fue el principal criterio para
determinar la edad, el cual consiste en observar la abrasión y fricción del diente como
resultado de la masticación (Chi 2011 :161). La estimación de la edad se realizó siguiendo
los parámetros de Lovejoy (1985:48-53), en los cuales los dientes fueron agrupados dentro
de secuencias de desgaste y a cada una de ellas se le asignó una letra, iniciando con la A
(12-18 años) y terminando con la I (45-55 años) (Figura 11 y Cuadro 4).
En algunas ocasiones, cuando no se disponía de otro criterio, el método de la
obliteración de las suturas craneales resultó de gran utilidad. Sin embargo, algunos autores
recomiendan tener precaución cuando se usa este método, ya que existe una considerable
variabilidad en el proceso de fusión de las suturas, al cual se le vincula con el sexo y la
filiación poblacional del individuo (Sanabria 2008:335-336). Asimismo, en los casos en los
que sólo se contaba con fragmentos de huesos largos, la masividad y el tamaño de los
mismos permitió diagnosticar sí el individuo era adulto o subadulto.

79
Cuadro 3. Correlaciones entre la longitud máxima de la diáfisis y la edad.

Edad estimada (aiios) Longitud media (mm) Rango de variación (mm)


Húmero
Recién nacido- O,S 70,5 63,5-89,0
O,S-1,5 102,3 84,0-119,0
1,5-2,5 129,5 121,0-138,0
2,5-3,5 139,5 118,0-157,0
3,5-4,5 156,5 154,0-159,0
4,5-5,5 167,6 161,0-179,5
5,5-6,5 180,1 172,5-192,0
6,5-7,5 192,1 187,5-204,0
7,5-8,5 211,8 206,5-217,0
9,5-10,5 228,6 225,0-235,0
11,5-12,5 254,5 251,0-258,0
Tibia
Recién nacido- O,S 71,6 59,5-94,0
O,S-1,5 104,8 81,0-131,5
1,5-2,5 138,6 125,0-151,0
2,5-3,5 153,8 127,0-184,0
3,5-4,5 170,5 165,0-176,0
~5á 190._8 181_.0-201 ,5
5,5-6,5 201,6 191,0-222,0
6,5-7,5 221,4 212,0-229,5
7,5-8,5 242,5 227,0-258,0
9,5-10,5 272,3 261,5-284,5
ll,S-12,5 287,5 279,0-296,0
14,5-15,5 306,5 294,0-319,0
Fíbula
Recién nacido- 0,5 68,9 60,0-88,0
O,S-1,5 103,0 75,0-122,0
1,5-2,5 133,2 111,5-142,5
2,5-3,5 152,3 124,0-182,0
3,5-4,5 168,5 163,0-174,0
4,5-5,5 185,8 178,0-193,5
5,5-6,5 194,4 188,0-201,0
6,5-7,5 216,9 209,0-227,0
9,5-10,5 264,0 255,0-275,5
ll,S-12,5 285,0 273,0-292,0
14,5-15,5 299,0 287,0-310,0

80
\laxila

E: 24-30 años
A: 12-18 años
OOOOJee
F: 30-35 años
00000ee ~ tiJ ~el •
81: 16-20 años
••

-()@0ee ~ ••
82: 16-20 años G: 35-40 años

i ;,'@@@es ~·-·
C: 18-22 años H: 40-50 años
l1:J

-~@ss
D: 20-24 años

\faadíbala

A: 12-18 años poee -~@-'"'" E:2Uaños

~--
Bl: 16-20 años
F: 30-35 años

82: 16-20 años


e • • G: 35-40 años

C: 18-22 años

D: 20-24 años

Figura 11. Etapas de atrición en la mandíbula y en la maxila (tomado de Lovejoy 1985 :


Figura 1 y 2).

81
Cuadro 4. Descripción de las fases de desgaste en los dientes maxilares propuesta por
Lovejoy (1985:48, 51).

Maxila
Fase Descripción Edad
Los incisivos presentan una ligera línea de dentina expuesta. Los dientes posteriores
A I2-I8 años
ocasionalmente poseen pequeñas facetas de uso. El M3 no ha sido eruptado.
Los dientes anteriores exhiben delgadas líneas de uso y en los premolares y. en el MI se
Bl notan leves facetas de desgaste en las cúspides bucales. El M3 no ha sido eruptado. I6-20años
El canino presenta una ocasional exposición de dentina y los incisivos una delgada línea
Bl olasbanda moderada de dentina expuesta. En los premolares se notas facetas de uso sólo en
cúspides bucales. El MI posee facetas de desgaste y el M2 tiene tres o cuatro
I6-20años
cúspides pulidas. El M3 ya ha sido eruptado
Los dientes anteriores poseen una exposición generalizada de las cúspides. Los
premolares presentan un punto de exposición, eventualmente en la cúspide bucal, y
e amplias fucetas de desgaste en las cúspides linguales. El MI tiene dos parches de
I8-22 años
dentina, mientras que el M2 todavia no presenta exposición. En el M3 se nota pulido.
Los incisivos presentan una disminución en la corona del I O al 25% y la cúspide del
canino presenta desgaste y la reducción de la corona de un I O a un 200/o. Las cúspides de
los premolares tienen una exposición oblonga de la dentina, siendo el desgaste de la
D cúspide bucal un poco más avanzado que el de la lingual. El MI exhibe pequeños 20-24 años
círculos de exposición y el desgaste lingual es predominante. El M2 muestra fucetas
marcadas de desgaste y el relieve de las cúspides bucales se mantiene intacto. En el M3
se observa poco desgaste usualmente en las cúspides linguales.
La corona de los incisivos y caninos se ha reducido de un 20 a un 30%. Los premolares
no evidencian un cambio significativo en relación a la fuse anterior. El MI presenta tres
E pequeños puntos de exposición, uno de ellos con fonna semilunar y los restantes con 24-30años
fonna circular. EL M2 posee de uno a dos puntos de exposición y fucetas de desgaste. El
M3 presenta una superficie bastante lisa, pero sin exposiciones.
Los incisivos y caninos han perdido del 20 al 40% de la corona Los premolares
presentan en ambas cúspides una exposición circular de la dentina El MI posee tres
pequeñas exposiciones circulares y una con forma semilunar, las cuales en ocasiones
F 30-35 años
suelen unirse. El M2 presenta una pequefia exposición circular y otros tres puntos de
exposición. Eventualmente el M3 presenta un punto de exposición y facetas de uso en el
resto de las cúspides.
Los dientes anteriores presentan una pérdida de la corona del 30 al 500/o. Las cúspides de
los premolares poseen una gran exposición circular. El desgaste en el MI afectó las
G cuatro cúspides y la exposición semilunar abarca dos de ellas. El M2 muestra 35-40años
exposiciones circulares en tres de las cúspides. El M3 no presenta importantes cambios
en comparación con la fuse anterior.
Los dientes anteriores han perdido entre el 40 y el 60% de la corona En los premolares
las exposiciones circulares de ambas cúspides se ha fusionado. En el MI el desgaste de
H la mayoría de las cúspides se ha unido. El M2 exhibe una exposición semilunar y las 4.0-45 años
restantes tres tienen fonna circular. El M3 tiene una exposición circular grande y otra
pequeña.
Abreviaturas: MI= pnmer molar, M2= segundo molar, M3= tercer molar.

82
Cuadro 4 (continuación). Descripción de las fases de desgaste en los dientes inferiores
propuesta por Lovejoy (1985:51-53).

Mandíbula
Fase Descripción Edad
Los incisivos presentan una ligera línea de dentina expuesta. En algunas ocasiones, los
A I2-I8 ailos
dientes posteriores poseen pequefias filcetas de uso. El M3 no ha sido eruptado.
La línea de dentina en los incisivos varia de delgada a moderada y en algunos casos, el
Bl canino presenta exposición de dentina. El MI tiene un punto de dentina expuesta y 16-20 ailos
facetas de desgaste. Al M2 y a los premolares se les observan facetas de desgaste.
Los incisivos y caninos no presentan cambios significativos en comparación con la fase
B2 anterior. El M1 tiene un punto de dentina expuesta y en ocasiones puede presentar dos. 16-20aftos
El M2 no muestra exposición de dentina y el M3 ya ha sido eruptado y no tiene
importantes marcas de desgaste.
Los incisivos presentan al menos una banda moderada de dentina expuesta, y los caninos
tienen puntos de desgaste. Los premolares muesttan poco o ninguna marca de desgaste.
e El M1 tiene un punto de dentina expuesta y facetas de uso en las demás cúspides. El M2 18-22 aiíos
no posee dentina expuesta, pero se observan facetas de uso. El M3 presenta un
_p~imiento y en algunos casos facetas de uso.
Los incisivos han perdido de un 1Oa un 300.4 de la corona y la cúspide del canino ha
desaparecido. En los premolares, los puntos de exposición de dentina se concenttan en la
cúspide bucal. El M1 presenta dos puntos de exposición y marcas de uso pronunciadas
D 20-24 ailos
en las cúspides linguales. El M2 muestra facetas de desgaste más marcadas y en pocos
casos tiene un punto de exposición. El M3 puede tener poco desgaste en las cúspides
linguales o bucales.
Los incisivos presentan una pérdida de la corona del 20 al 50%, y la de los caninos se ha
reducido entre un 20 y un 30%. Los premolares no muesttan cambios significativos con
E respecto a la fase anterior. En el MI la exposición de las cúspides bucales se expande 24-30 ailos
hasta convertirse en exposiciones circulares, e incluso semilunares. El M2 posee un
punto de ~~osición y el M3 un alisamiento en la mayoria de las cúspides.
La corona de los dientes anteriores se ha reducido de un 20 a un 60%. Los premolares
mantienen la topografía de las cúspides y el desgaste ha avanzado poco. El MI presenta
F puntos de exposición de dentina en todas las cúspides, siendo más grandes en las 30-35 afios
cúspides bucales. En el M2 el desgaste bucal es predominante y se exponen de uno a tres
puntos de dentina. El M3 puede presentar la dentina expuesta en una cúspide.
Los dientes anteriores presentan una pérdida de la corona del 30 al 80%. En los
premolares, la exposición de dentina no ha alcanzado la cúspide lingual. Las cúspides
bucales del MI exhiben una gran exposición de la dentina en forma circular o semilunar,
G y se muestra un punto de exposición pequeño y circular en una cúspide lingual. En el M2 35-40 afios
se presentan pequeñas exposiciones circulares e incluso semilunares en las cúspides
bucales, y en las linguales se nota un punto de exposición. El M3 posee un punto de
exposición y desgaste en las tres cúspides.
El desgaste de los dientes anteriores abarca más de la mitad de la corona. En los
premolares, la atrición ya se hace presente en la cúspide lingual. En el MI el desgaste de
la mayoria de las cúspides se ha fusionado formando una semiluna. En el M2 usualmente
H 40-45 ailos
las cúspides bucales presentan grandes y semilunares exposiciones, y en las linguales se
notan pequeñas y grandes exposiciones de dentina circulares. El M3 tiene una o dos
exposiciones y una superficie bastante plana
La corona de los dientes anteriores se ha reducido de un 40016 a un 90%. Los premolares
han perdido la topografía de las cúspides y el 50% de la corona. En el MI la corona se ha
1 reducido en un SO% y las cúspides se han unido formando una superficie con sólo la 45-50 ailos
dentina expuesta. En el M2 es usual que todas las cúspides bucales se hayan fusionado y
el desgaste del M3 es muy similar al presentado en la fase anterior.
AbreVIaturas: MI= pruner molar, M2= segundo molar, M3= tercer molar.

83
4.2.5. Estimación de la estatura a partir de huesos fracmentados

La estatura de los individuos depende de factores como la edad, el sexo, la filiación


ancestral, la dieta y de las condiciones medioambientales donde se desarrollan. Uno de los
métodos empleados en la estimación de la estatura es la longitud de los huesos largos, el
cual se basa en el principio de proporcionalidad que existe entre cada uno de los segmentos
corporales y la estatura (Sanabria 2008:395).
Antes de estimar la estatura de los individuos, es importante considerar cuatro
principios antropológicos básicos relacionados con la altura (Brothwell 1993: 144):

l. La estatura aumenta hasta que el individuo alcanza la edad adulta y decrece


relativamente con la vejez.
2. Dentro de una misma población se puede encontrar una gran variabilidad en la
estatura.
3. Las estaturas medias entre varias poblaciones pueden diferir ampliamente, pero al
considerar la distribución general de la estatura dentro de cada grupo, se observa
que todos los grupos tienen en común cierto porcentaje de alturas.
4. En cualquier grupo, la estatura media de las mujeres es menor que la de los
hombres.

En esta investigación se intentó reconstruir la estatura utilizando fragmentos de


huesos largos, a los que se les calculó la longitud máxima empleando fórmulas de
regresión, las cuales son consideradas una herramienta importante en la estimación de la
talla, porque se fundamentan en la relación que existe entre la longitud del hueso y la
estatura real (Sanabria 2008:399). Las fórmulas de regresión utilizadas fueron generadas
por Steele y McKem (1969), con base en una población de indígenas del Noreste de
Arkansas, con las cuales se puede calcular la longitud máxima del fémur, la tibia y el
húmero.
Los huesos seleccionados para estimar la estatura fueron el fémur y la tibia. Los
fragmentos fueron medidos con la ayuda de una tabla osteométrica, empleando los puntos
de referencias establecidos por Steele y McKem (1969:217) que se ilustran en la Figura 12
y se describen en el Cuadro 5. Cuando se obtuvo la longitud del segmento del hueso, se

84
procedió a calcular la longitud máxima del mismo, aplicando las fórmulas de regresión
presentes en el Cuadro 6, en las cuales sólo se debe sustituir la letra S (S#) por la medida
del segmento (Sanabria 2008:412, 414). Una vez que se calculó la longitud máxima, se
estimó la estatura aplicando las ecuaciones de regresión para poblaciones mesoamericanas
propuesta por Genovés (1967), las cuales fueron corregidas por del Ángel y Cisneros
(2004 :264) y se muestran en el Cuadro 7.

\:
r-31 !
1 1

1
1
-r--~--4

-;-~..,....;.--s

---=:a.""----6
Bámero
(
Tibia

Fémar

Figura 12. Segmentos de medición de los huesos largos (tomado de El-Najjar y


McWilliams 1978: Figura 23).
85
Cuadro 5. Descripción de los puntos de referencias utilizados en la estimación de la
longitud del hueso (Steele y McKem 1969:217).

Hueso Punto de referencia Descripción


Fémur
1 El punto más proximal de la cabeza del fémur.
2 El punto medio en el trocánter menor.
La extensión más proximal de la superficie
poplítea en el lugar donde las líneas
3
supracondilares medial y lateral se separan
paralelamente, por debajo de la línea áspera.
4 El punto más proximal de la fosa intercondilar.
5 El punto más distal del cóndilo medial.
Tibia
El punto más proximal de la eminencia
1
intercondilar.
2 El punto más proximal de la tuberosidad tibial.
El lugar de confluencia de las líneas que se
3 extienden desde el borde inferior de la
tuberosidad.
El lugar donde la cresta anterior de la tibia se
cruza sobre el borde medial del eje por encima del
4 maléolo medial (la medida se realiza en el punto
donde la cresta se cruza con la sección media del
eje).
El borde proximal de la facie articular inferior
5 (medida desde el punto opuesto al maléolo
medial).
6 El punto más distal sobre el maléolo medial.

86
Cuadro 6. Fórmulas de regresión para la tibia y el fémur (Sanabria 2008:412, 414).

Hueso Segmento Fórmula


Fémur
Hombre 2 26,20 + 0,7(S2) =fémur± 1,31 cm
2-3 5,89 + 1,2_(S2) + 1,1(S3)= fémur± 0,75 cm
1-3 1,36 + 1,1(S1) + 1,0(S2) + 1,0(S3) =fémur± 0,33cm
2-4 2,58 +1,1 (S2) + 1,O(S3) + 1,4(S4) =fémur± 0,58 cm
Mujer 2 28,46 + 0,6(S2) =fémur ± 1,02 cm
2-3 10,52 + 1,0(S2) + 1,0(S3) =fémur± 0,51 cm
1-3 3,64 + 1,O(S1)+ 1,O(S2) + 0,9_{S3l =fémur± 0,28 cm
2-4 7,53 + 0,9(S2) + 1,1(S3) + 1,0(S4) =fémur± 0,44cm
Tibia
Hombre 3 26,73 + 0,6(S3) =tibia± 1,38 cm
4 31 ,40 + O,6(S4) = tibia ± 1,58 cm
2-3 15,48 + 1,0{S2}+ 0,9(S3)= tibia± 0,96 cm
3-4 13,57 + 0,8(83) + 1,1(S4) =tibia± 1,07 cm
Mujer 3 25,73 + 0,5(S3) =tibia± 0,74 cm
4 36,41 - 0,3(S4) =tibia± 1,13 cm
2-3 16,03 + 0~8(S2) + 0,8{S3) =tibia± 0,64 cm
3-4 12,88 + 0,8(S3) + 0,9(S4) =tibia± 0,51 cm
Nota: en el documento de Steele y McKern (1969 ), las fórmulas presentan un error con respecto al numero de
decimales de las cantidades que deben ser multiplicadas por el segemento de hueso (S). De tal manera, en esta
investigación se emplearon las fórmulas corregidas que presenta Sanabria 2008 (Tabla 23, 26, 29 y 32).

Cuadro 7. Coeficientes de regresión para calcular la estatura (del Ángel y Cisneros


2004:264).

Sexo masculino Sexo femenino


Estatura (cm)= 63,89 + 2,262 (fémur) Estatura (cm)= 47,20 + 2,589 (fémur)
Estatura (cm)= 91,26 + 1,958 (tibia) Estatura (cm)= 61,29 + 2,720 (tibia)
Estatura (cm)= 94,07 + 1,919 (fíbula) Estatura (cm)= 54,55 + 2,988 (fibula)
Estatura (cm)= 83,44 + 2,510 (húmero) Estatura (cm)= 32,35 + 4,160 (húmero)
Estatura (cm)= 94,80 + 2,615 (cúbito) Estatura (cm)= 58,72 + 3,991 (cúbito)
Estatura (cm)= 98,22 + 2,668 (radio) Estatura (cm)= 66,92 + 3,923 (radio)

87
4.2.6. Determinación del número mínimo de individuos (NM1)

El número mínimo de individuos, como su nombre lo indica, hace referencia a la


estimación mínima de individuos que forman una población esquelética, en este caso de
restos óseos humanos. Cuando los restos están fragmentados, segmentos específicos del
hueso, como la parte proximal o distal, se pueden utilizar para calcular el NMI. En este
caso, los fragmentos deben presentar puntos de referencia que aseguren que estos no están
siendo contados como dos individuos diferentes, ya que el principio básico en la estimación
del número mínimo de individuos es evitar contar dos veces el mismo individuo (Adams y
Konigsberg 2004:138-139).
Durante las excavaciones realizadas en el sector Playsk:ool, se recuperó un conjunto
de restos óseos fragmentados, distribuidos de manera dispersa fuera de las sepulturas. Antes
de diagnosticar el NMI de esta muestra, fue necesario separar los restos óseos humanos de
los restos faunísticos. Seguidamente, las estructuras óseas fueron analizadas utilizando el
método Max (L, R), el cual consiste en clasificar los huesos en izquierdos (L, left) y
derechos (R, right) para posteriormente contabilizarlos y tomar el más recurrente de ellos,
como la estimación del NMI de la muestra (Adams y Konigsberg 2004:139).

4.1.7. Identificación de patologías óseas y dentales

Cuando se estudia un esqueleto arqueológico en busca de enfermedades, lo primero


que se debe hacer es observar sí el hueso posee alguna irregularidad. Las enfermedades en
las estructuras óseas se expresan a través de anormalidades en la formación, la destrucción,
la densidad, el tamafto y la forma del hueso. Cada una de estas expresiones puede
presentarse como la única seftal de una enfermedad, o puede combinarse con una o varias
expresiones (Ortner 2003:45).
A diferencia de los huesos, los dientes se encuentran directamente relacionados con
el medioambiente, condición que los hace más vulnerables de ser afectados por influencias
biológicas y flsicas (White y Folkens 2005:328). Los dientes representan las estructuras
más mineralizadas del cuerpo y en ocasiones son los únicos restos humanos que se
conservan, ya que después de la muerte son altamente resistentes a los procesos
tafonómicos. La preservación de las lesiones producidas por las enfermedades dentales,

88
brindan información sobre la salud y la dieta de los individuos, las cuales están
estrechamente relacionadas con la economía y el estatus social (Ogden 2008:283).
Para el análisis de las patologías óseas y orales se empleó la técnica macroscópica
de observación, asistida por una lupa de magnificación para obtener una visión más
detallada de los huesos y piezas dentales. Dicho análisis se respaldó en literatura
especializada en la temática de identificación de patologías en restos óseos humanos
(Aufderheide y Rodríguez-Martín 1998~ Brothwell1993~ Buikstra y Ubelaker 1997~ Cucina
2011; El-Najjar y McWilliams 1978; Hillson 2001; Lagunas y Hemández 2002; Pinhasi y
Mays 2008; Ortner 2003; Waldron 2009; White y Folkens 2005).
En algunos casos fue necesario remover la tierra de los huesos y de las piezas
dentales, esto con el fin de tener una mejor visibilidad en la identificación de patologías.
Para llevar a cabo esta limpieza, se utilizó algodón, alcohol diluido en agua al 50% e
instrumentos odontológicos. A cada patología se le tomó fotogra:fias y se registraron en los
formularios osteológicos, en los cuales se indicaron las estructuras óseas y/o las piezas
dentales afectadas y la ubicación de la lesión.
El registro de dos patologías dentales, las caries y el desgaste, se llevó a cabo con la
ayuda de escalas. Las caries fueron clasificadas utilizando una escala de cuatro grados que
hace referencia a la profundidad que alcanzó la lesión {Cuadro 8). Para evaluar el desgaste
dental se empleó el método de Molnar (1971 citado en Chi 2011:155-156), en el cual se
establecen grados de desgaste, siendo 1 el valor mínimo de afectación y 8 el valor máximo
(Cuadro 9).

Cuadro 8. Clasificación de las caries según su profundidad.

Grado Descripción
1 Se asignó a las caries presentes en el esmalte del diente.
2 Corresponde a caries que pasaron del esmalte y dañaron la dentina.
3 Remite a las caries más profundas que lesionaron el tejido pul par.
4 Se identificó en aquellas caries que afectaron los tejidos y la raíz.

89
Cuadro 9. Clasificación del desgaste dental según las facetas afectadas Molnar (1971
citado en Chi 2011 :155-156).

Grado Descripción
1 El diente no presenta facetas de uso.
2 Se comienzan a marcar levemente las facetas de uso, pero no se observa la dentina
El desgaste empieza a notarse en las cúspides y pueden notarse pequefios parches
3
de dentina en dientes posteriores.
El desgaste en dientes anteriores es mínimo y en los posteriores se pueden observar
4
más de dos parches de dentina.
En los dientes anteriores el parche de dentina es más amplio y en dientes
5
posteriores la dentina secundaria puede estar ligeramente presente.
En dientes anteriores la dentina secundaria puede variar de moderada a extensa y en
6 dientes posteriores la dentina secundaria es predominante y el diente tiene un aro de
esmalte.
La dentina secundaria es extensa tanto en dientes anteriores como posteriores y la
7
corona del diente ha disminuido su tamafio.
8 La corona del diente ha desaparecido y la raíz funciona como superficie oclusal.

4.2.8. Identificación de restos óseos faunísticos

El análisis de los restos de fauna estuvo a cargo de la arqueóloga especialista Licda.


Maritza Gutiérrez. Los huesos fueron comparados morfológicamente con la colección de
referencia del DAH y se asociaron con los animales correspondientes. A pesar del estado
fragmentario de los huesos, se realizó una clasificación taxonómica de los mismos.

4.3. Conservación y embalaje de la colección

Para la conservación y de embal~e de la colección de estudio se siguieron los


lineamientos establecidos por el manual de procedimientos del Laboratorio de Arqueología
del DAH (Gutiérrez 2000). Asimismo, se consideraron las recomendaciones sugeridas por
los arqueólogos Ricardo Vázquez y Maritza Gutiérrez.

90
4.3.1. Unión de fra~entos óseos

Para adherir los fragmentos se utilizó una resina acrílica transparente llamada
paraloid. Con la ayuda de aplicadores, este pegamento fue colocado sobre los fragmentos,
los cuales se dejaron reposando en una caja con arena fina hasta que el adhesivo estuviera
seco. El proceso fue más lento cuando eran varios los fragmentos que se debían unir, ya que
cada uno de ellos debía ser adherido de manera paulatina, considerando que los anteriores
estuvieran unidos de manera permanente.

4.3 .2. Embalaje del material

Cuando se finalizó el análisis, se procedió a embalar el material tomando en cuenta


su grado de delicadeza. Los restos óseos humanos más resistentes fueron cubiertos con
papel seda blanco, mientras que los huesos más frágiles, como los cráneos, fueron
embalados con papel burbuja. Las piezas dentales fueron protegidas con algodón.
Los materiales se depositaron dentro de una bolsa plástica con su respectiva etiqueta
plastificada y posteriormente se colocaron en cajas de cartón rotuladas. En el fondo de las
cajas se depositó una capa de bodoques hechos con papel kratf, sobre la cual se colocaron
las bolsas con el material. Dependiendo de la cantidad de material, se situaron hasta dos o
tres capas de bodoques.
El procedimiento con los restos faunfsticos fue similar. Se depositaron dentro de
bolsas plásticas con su respectiva etiqueta y fueron colocados en cajas de cartón, las cuales
fueron rellenadas con bodoques de papel kratf para proteger el material.

4.4. Determinación de diferencias sociales en el contexto funerario

Entre los individuos inhumados en los cementerios de Playskool, se observaron


indicadores que reflejan distinciones sociales verticales y horizontales. Dichas diferencias
fueron inferidas con base en dos análisis: el artefactual y el de la distribución espacial de las
tumbas, los cuales se puntualizan a continuación.

91
4.4.1. Análisis de las ofrendas funerarias

Las características cualitativas y cuantitativas de los ajuares funerarios hacen


referencia a la diferencia social vertical, es decir, al rango social de un individuo. En este
documento, para determinar dicha distinción social se consideraron los artefactos
depositados dentro de las tumbas de cajón del sector Playskool, los cuales fueron
previamente analizados por el arqueólogo Andrés Achío (1999, 2007). Estas ofrendas
funerarias fueron estudiadas contemplando las siguientes variables:

l. La cantidad y el tipo de artefactos colocados en cada sepultura, así como la


procedencia de los mismos. Además, estos aspectos fueron relacionados con las
variables demográficas de los individuos a los cuales estuvieran asociados.
2. El tipo cerámico identificado en las ofrendas funerarias y su distribución en cada
sepultura. Asimismo, la tipología cerámica fue relaciona con el sexo y la edad de
los individuos.

4.4.2. Análisis visual de la disposición de las tumbas de Cé!.ión dentro de los cementerios

Para la determinación de las distinciones de estatus, se recurrió al estudio de la


organización espacial de las tumbas de cajón en los cementerios del sector Playskool
(operaciones 55, 56, 58, 59, 60 y 61). Aplicando la técnica visual, los patrones espaciales
fueron identificados con base en los planos y dibujos de los siete cementerios del sector. De
este modo, para definir dichos patrones se emplearon como referentes la orientación
(puntos cardinales) y la proximidad entre las sepulturas. Además, los modelos identificados
por Vázquez (1989,1990) en el sector Cocorí, también fueron considerados en la
determinación de los patrones espaciales del sector Playskool.

4.5. Construcción del perfil demográfico

Las investigaciones paleodemográficas emplean la distribución por sexo y edad de


una población esquelética para construir tablas de vida con estadísticas vitales, como la
probabilidad de morir y la proporción de sobrevivientes por edad (Civera y Márquez

92
1998a:45). Para la elaboración de estas tablas, es necesario que la colección de restos óseos
cumplan con una serie de aspectos (Civera y Márquez 1998a:45, 1998b:17):

l. Contar con información sobre el tiempo de ocupación del sitio y el periodo al que
pertenecen los enterramientos.
2. La edad y el sexo de los individuos debe ser determinada usando los criterios más
confiables.
3. Utilizar el supuesto teórico de población estacionaria, en el cual las tasas de
natalidad y mortalidad se mantienen constantes, y no hay movimientos migratorios
que produzcan un crecimiento poblacional.
4. La muestra debe estar representada por individuos femeninos y masculinos de
todas las edades.
5. Realizar inferencias culturales a partir de las asociaciones que presenten los
individuos, como por ejemplo el tipo y la cantidad de ofrendas.

La población con la cual se analizó el comportamiento demográfico del sitio Agua


Caliente, está representada por una serie esquelética de 31 O individuos encontrados en
zonas funerarias adscritas a la fase Cartago (900-1550 d.C.). La muestra está conformada
por 159 individuos recuperados en 40 cementerios con tumbas de cajón del sector Cocorí,
los cuales fueron analizados por el arqueólogo Ricardo Vázquez (1989, 1990). Los demás
individuos proceden de siete cementerios con tumbas de cajón del sector Playskool, de los
cuales, 98 de ellos también fueron identificados por Vázquez (Achío 1999, 2007) y los
otros 53 fueron analizados por la autora de la presente investigación (Figura 13).
Los escenarios demográficos de esta población se elaboraron partiendo del supuesto
teórico de población estable. La construcción de indicadores representa la base para
comprender la dinámica demográfica, cuyos sus principales elementos son las tasas y las
proporciones (Márquez y Hemández 2001: 17). A continuación se explican los
procedimientos y las fórmulas que se usaron en cada caso.

93
n=53
(analizado

~ n==159
(analizado Sector Cocorí
n=98 por R. Sector Playskool
(analizado Váz-QMZ)
por

·~

Figura 13. Muestra esquelética (n=310) recuperada en los cementerios de la fase Cartago
(800-1550 d.C.) de los sectores Cocorí y Playskool, empleada para construir el perfil
paleodemográfico.

4.5.1. Gmpos de edad

Los grupos de edades se distribuyeron en rangos quinquenales, es decir, de cinco


afios (5-9 afios, 10-14 afios, etc.). En los casos donde los individuos sólo pudieron ser
clasificados como adultos o subadultos (menores de 20 afios) y en aquellos que no fue
posible asignarles un grupo de edad (no identificados), se aplicó la técnica del prorrateo por
proporcionalidad, la cual consistió en distribuir a los individuos proporcionalmente dentro
de grupos de edades de adultos y de subadultos. La fórmula que se usó para este
procedimiento fue
~x)p - [ ~x) / L~x)] X NE + ~x)
donde ~x)p es el grupo de edad prorrateado, ~x) es el grupo de edad original y NE son los
individuos sin edad específica (Márquez y Hemández 2001 :16).

94
4.5.2. Defunciones y sobrevivientes

Las defunciones ~x) son representadas por el número de individuos que se tiene en
cada grupo de edad. Con la distribución de las edades al momento de morir, se puede
evaluar la representatividad de cada grupo de edad (Márquez y Hernández 2001 :24 ).
El número de sobrevivientes (l(x)) por rango de edad es estimando aplicando la
fórmula
~X) = ~X-tn)- ~X)
donde ~x) es el grupo de edad y ~x-+n) es el siguiente grupo de edad (Márquez y Hernández
2001:25).
Tanto al número de defunciones como al de sobrevivientes se les realizó una
modificación, la cual consistió en fijar un radix o población de origen de 1000 habitantes.
De esta manera, a las defunciones se les efectuó un ajuste usando la ecuación
d(x)
d(x)' = I:d(x)/1000

en la que ~x)' son los individuos de un grupo de edad ajustados, ~x) son los individuos de
un grupo de edad original y L~x) es el total de individuos de la muestra. Cuando se
obtuvieron los nuevos valores de las defunciones, se calcularon los sobrevivientes reales
(~xy), empleando la fórmula de sobrevivencia descrita anteriormente (Márquez y
Hemández 2001 :27).

4.5 .3. Probabilidad de morir

La probabilidad de morir (q(x)) que presentan los individuos a diferentes edades, se


obtuvo dividiendo los grupos de edad entre los sobrevivientes de cada rango, como lo
muestra la siguiente ecuación (Márquez y Hemández 2001 :28-29):
q(x) = ~x)' 1 l(x)'

4.5.4. Afio-persona vividos. años-persona vividos acumulados y la esperanza de vida

Antes de estimar la esperanza de vida, fue necesario calcular los año-persona


vividos CL<x)) y los años-persona vividos acumulados (T(x)). Los año-persona vividos (L(x))

95
corresponden al número de años que aportó cada individuo, de cada rango de edad, durante
su vida, los cuales son obtenidos a partir de la serie de sobrevivientes, utilizando la fórmula

L(x) = 5 [I(x) + ~(x + n)]

en la cual el multiplicador depende del rango de los grupos de edad, por ejemplo si se desea
saber los año-persona vividos del grupo de 0-4 años, el multiplicador es 5 (Márquez y
Hernández 2001 :32).
Los añ.os-persona vividos acumulados (T(x)) representan el total de años-persona
vividos que aportó toda la población y se estima sumando los valores de Lcx) de la siguiente
manera:
T(x)= LL(X).
Una vez obtenidos los valores de los afio-persona vividos y los afi.os-persona vividos
acumulados, se calculó la expectativa de vida o la esperanza promedio de vida (E(x)), la cual
representa los años promedio que un individuo de cierta edad espera vivir. La fórmula que
se usa para estimarla es (Márquez y Hernández 2001 :34):
E(x) = T(X)/ l(x')

4.5 .5. Censo hipotético de la población Cw

Este indicador, también denominado pirámide de población, muestra la estructura


por edad de un grupo humano. Cuando es utilizado en sociedades antiguas, el cálculo se
realiza para toda la población, debido a las dificultades para determinar de manera exacta el
sexo de los subadultos. Por lo tanto, el censo hipotético se estimó mediante la fórmula
(Márquez y Hernández 2001:35)
c(X> = Lcx>l Tco-4)

4.5.6. Tasa Bruta de Mortalidad (TBM)

La Tasa Bruta de Mortalidad hace referencia al número de fallecidos por cada 1000
habitantes y se calcula de la siguiente manera (Márquez y Hemández 2001 :43):
TBM= 1/E(o)

96
4.5. 7. Indicadores de fecundidad

Para el estudio de la fecundidad, se contemplan los siete grupos de edad que


convencionalmente engloban el periodo reproductivo de la mujer, el cual inicia alrededor
de los 15 años y finaliza aproximadamente a los 49 años. Calcular la fecundidad es un poco
más complejo que estimar la mortalidad, y lo primero que se debe hacer es extraer la
proporción de mujeres del total de la población. Para esto se usa un método de
estandarización que pretende estimar los años vividos por cada persona (1'4x)), a partir de
los sobrevivientes ajustados a los O años O<or) y los años-persona vividos (L(x)). La fórmula
que se aplica se muestra a continuación (Márquez y Hemández 2001 :48):
/\4x) = L<xY ~or

4.5.8. Constantes de fecundidad

Con el estudio del comportamiento reproductivo de 13 sociedades antropológicas


que no controlaban su reproducción, Weiss (1973:31-35) desarrolló un conjunto de
constantes de fecundidad para cada grupo de edad reproductiva, las cuales son esenciales
para realizar los cálculos de las tasas de fecundidad y se presentan en el Cuadro 10.

Cuadro 10. Constantes de fecundidad (~x)) (Weiss 1973:34).

Grupo de edad K(x)


15-19 0,64199
20-24 1,73859
25-29 1,74068
30-34 1,41042
35-39 0,98137
40-44 0,40670
45-49 0,08418

97
4.5.9. Tasas ESlX(cíficas de Fecundidad (FBoo}.

Estas tasas muestran el número de hijos que tuvo cada mujer, en los diferentes
grupos de edad, durante un afio. Para obtener dicha cifra, es necesario estimar el factor de
fecundidad para el grupo en estudio conocido como B barra, empleando la fórmula
B barra = 1/L ~x~x)
En esta ecuación se multiplican los valores de "L(x) con los de ~x) (constante de
Weiss) para cada grupo de edad. El total de las multiplicaciones es sumado y se calcula el
recíproco dividiendo 1 entre el total de los datos (Márquez y Hernández 2001 :50).
Cuando se obtuvo este factor, se procedió a calcular las Tasas Específicas de
Fecundidad FB(x), multiplicando el valor de cada B barra por la ~x) correspondiente de la
siguiente manera (Márquez y Hemández 2001:5 1):
FB(x) = B barra x ~x)

4.5 .1 O. Tasa Bruta de Rtmroducción (TBR)

Esta tasa se interpreta como la cantidad de hijas que en promedio pudo haber tenido
cada mujer, desde que inició hasta que finalizó el periodo reproductivo (Welti 1997:1 13).
Este indicador se estimó sumando las Tasas Específicas de Fecundidad y multiplicando el
total por cinco, ya que cada grupo de edad está compuesto por cinco afios (Márquez y
Hemández 2001:51).
TBR=LFB<x)x 5

4.5 .11. Tasa Neta de Reproducción <&ml

Este indicador pretende comprobar sí el número de hijas que nacen en una


población, permiten realizar el reemplazo generacional y por consiguiente, la sobrevivencia
del grupo. Para estimar esta tasa, se utilizan los valores obtenidos de las Tasas Específicas
de Fecundidad (F~x)) y de la proporción de mujeres en edades reproductivas (1\L(x)), como
se demuestra en la siguiente ecuación (Márquez y Hemández 2001 :52):
~O)= L FB(x) X "L(x)

98
4.5.12. Tasa Global de Fecundidad (TGF)

El valor de la Tasa Global de Fecundidad indica la cantidad de hijos e hijas que en


promedio pudo tener una mujer a lo largo de su periodo reproductivo (Welti 1997:112).
Dicha tasa se calcula multiplicando el valor de la Tasa Neta de Reproducción por dos
(Márquez y Hernández 2001 :52):
TGF=TBR X 2

4.5 .13. Tasa Bruta de Natalidad

Este indicador también es llamado Crude Birth Rate (CBR) y permite determinar el
número de nacimiento por cada mil habitantes. El cálculo se realiza multiplicando, para
cada grupo de edad, el valor de C(x) por el de FB(x). Los datos derivados se suman y se
multiplican por mil, como se explica en la siguiente fórmula (Márquez y Hemández
2001:54):

4.5.14. Tamaii.o Promedio de la Familia (Mean Family Size)

Con este indicador se obtiene el número promedio de hijos que tuvo una familia y
para calcularlo se utilizan los sobrevivientes (~xr) del grupo de edad de 15-19 años, puesto
que en este periodo se inicia la etapa reproductiva. Es necesario trasformar la cifra de
sobrevivientes en decimales, por ejemplo sí en el grupo de edad 15-19 años hay 324
sobrevivientes, la cifra se convierte en 0,324. Una vez realizado dicho cambio, se emplea la
ecuación (Márquez y Hernández 2001:54-5 5)
Mean Family Size = 21los-I9)

4.5 .15. Duración de la Generación

La duración de una generación demuestra el número promedio de años de vida


adulta de los padres, y en paleodemografia se mide a través de la duración del periodo
reproductivo de las mujeres del grupo. Este indicador es llamado T barra y se estima
99
multiplicando el rango medio del grupo de edad (X) por los años individuales vividos /\L(x)
y por las tasas específicas de fecundidad FB(x)- Por último se suman los tres valores y se
obtiene la edad promedio a la que las mujeres tuvieron a sus hijos (Márquez y Hernández
2001:55).

4.6. Criterios a considerar en la discusión sobre el posible rango y estatus de los


individuos inhumanos en Jos cementerios de la fase Cartago

La discusión sobre el posible rango y estatus de los individuos inhumados en las


tumbas de cajón de los sectores Cocorí y Playskool, se desarrolló con base en los resultados
obtenidos del análisis de las ofrendas funerarias y del análisis visual de la distribución de
las tumbas dentro de los cementerios, los cuales pennitieron determinar el posible rango y
estatus de los individuos. Considerando el modelo de organización social propuesto por
Peytrequín y Aguilar (207 a:305) para el sitio Agua Caliente durante la fase Cartago (900-
1550 d.C.), los datos mortuorios fueron contrastados utilizando las siguientes variables:

l. La riqueza del ajuar funerario reflejada en el tipo, la cantidad y la procedencia de


los artefactos ofrendados.
2. La energía invertida en la realización de los rituales funerarios (construcción de
tumbas y elaboración de ofrendas).
3. La identificación de patrones espaciales relacionados con grupos sociales
específicos.
4. La ubicación de las zonas funerarias.

100
Capítulo V:
Resultados

101
5.1. Descripción general de las operaciones con evidencia funeraria

Los trabajos de campo realizados en el sector funerario Playskool se dividieron en


siete operaciones, que van desde la número 54 hasta la 61 (Figura 14). En las operaciones
55, 56, 58, 59,60 y 61 se hallaron 15 cementerios, de los cuales sólo siete fueron excavados
y los demás quedaron en relicto. En estas zonas funerarias se descubrieron 185 tumbas de
cajón y cuatro rasgos sin estructura de piedra de la fase Cartago (800-1500 d.C.). Además,
entre la operación 55 y 61 se identificaron 15 enterramientos de la fase Curridabat (300-800
d.C.). Todo ello suma un total de 204 rasgos funerarios excavados (Achío 1999 31-33). En
ambos componentes cronológicos se encontraron restos óseos humanos, no obstante, en la
presente investigación sólo fueron estudiados aquellos pertenecientes a la fase Cartago. En
los siguientes apartados se puntualizan aspectos generales sobre las labores de campo y los
hallazgos realizados en cada una de las operaciones con rasgos funerarios de la fase
Cartago.

5.1.1. Operación 55

Esta operación consistió en la excavación horizontal de 222 m2 y se dividió en tres


suboperaciones A, B y C. La suboperación A presentó dos rasgos culturales: el primero
(RC-1) compuesto por 27 tumbas de cajón de la fase Cartago (900-1550 d.C.) (ver Anexo
3), y el segundo (RC-2) integrado por 12 enterramientos de la fase Curridabat (300-800
d.C.) ubicados a 20 cm debajo de los cajones funerarios. El estado de conservación de las
estructuras del Rasgo Cultural 1 (RC-1) varió desde intactas hasta alteradas por el
huaquerismo y las actividades agrícolas. Asociados a este rasgo se encontraron un total de
26 artefactos cerámicos y líticos. Los artefactos cerámicos corresponden principalmente a
ollas, tecomates y vasijas miniatura, los líticos son hachas pulidas e instrumentos
!asqueados. Por su parte, los enterramientos del Rasgo Cultural2 (RC-2) se manifestaron a
través de manchas oscuras en el estrato arenoso y vinculados a ellos se hallaron 13
artefactos cerámicos y líticos. Los objetos cerámicos son ollas y tecomates, y los líticos son
hachas pulidas y !asqueadas, herramientas !asqueadas y un metate con motivos zoomorfos
(Achío 1999:14, 2007:56,59).

102
Quebrada !1 Molino

54

61

56

camino
de piedra
SS

5·8 60

SIMBOLOGIA

0 Operaciones sector N
Playskool
o
0 1
Fábrica Playskool
100m

Figura 14. Operaciones del sector Playskool , sitio Agua Caliente (adaptada de Achío 1999:
Figura 2, redibuj ado por María López 201 3).

103
5.1.2. Operación 56

En esta operación se excavó un cementerio de 60 m2 compuesto por nueve tumbas


de cajón y una unidad funeraria sin estructura lítica, las cuales se localizaron entre los 20 y
40 centímetros bajo superficie (ver Anexo 4). El estado de conservación de estos rasgos
funerarios fue muy variado, ya que algunos de ellos estaban intactos, mientras que otros se
encontraban alterados. Además, en siete de estos contextos se hallaron restos ósoes
parciales, así como objetos cerámicos y líticos. Entre los artefactos cerámicos se
encontraron ocho vasijas completas y algunos fragmentos. Las ofrendas líticas fueron
principalmente hachas (Achío 2007:61-62).

5.1.3. Opt(ras;ión 58

En esta operación se realizó la excavación horizontal de un cementerio que abarcaba


un área de 375m2 • La zona funeraria estaba compuesta por 101 tumbas de cajón y cuatro
rasgos sin estructura de piedra. Las sepulturas se distribuyeron en tres niveles: el primero
de ellos se ubicó entre los 76 y 96 cm bajo datum (b/d), el segundo entre los 97 y 116 cm
b/d y el tercero después de los 116 cm b/d (ver Anexo 5·7). Los rasgos sin estructura se
localizaron entre el segundo y tercer nivel (Achío 1999:19).
Se recolectó un total de 69 artefactos, tanto dentro como fuera de las tumbas. Entre
los artefactos cerámicos se encontraron ollas, tecomates, escudillas simples y compuestas, y
vasijas miniatura como comales, "floreros" y ollas globulares. Los artefactos líticos fueron
manos de moler, hachas pulidas, fragmentos de metate, dos figuras antropomorfas y un
nódulo esferoide de color rojizo con dos facetas pulidas (Achío 1999:19).
Los restos óseos humanos fueron hallados dentro de las sepulturas y de manera
dispersa en los distintos niveles de excavación. Entre los individuos recuperados, 14
estaban bastante completos, mientras que los 30 restantes se encontraban incompletos. Los
rasgos funerarios en los cuales estaban inhumados, correspondían a tumbas de cajón cuyas
paredes fueron construidas con lajas calcáreas e ígneas y cantos rodados, y los pisos y tapas
se elaboraron con lajas (Achío 2007:67-68).

104
5.1.4. Operación 59

El área excavada en esta operación comprendió un cementerio de 133m2 que quedó


al descubierto cuando maquinaria pesada removió la capa vegetal. Se detectaron siete
tumbas de cajón, dos rasgos sin estructura de piedra y dos sepulturas con sólo el piso (ver
Anexo 8). Además, en estos rasgos funerarios había restos óseos completos e incompletos,
así como restos dispersos por los cuadros de excavación (Achío 1999:24).
En total se contabilizaron 17 artefactos, de los cuales, cinco estaban asociados a los
rasgos funerarios, y en uno de ellos se encontraron restos óseos de un venado cola blanca
(Odocoileus virginianus). También se recuperaron fragmentos de cerámica y de lítica en
cada nivel de la excavación (Achío 2007 :72).
La mayoría de las tumbas estaban alteradas, pero se localizaron algunas intactas.
Estos rasgos fueron elaborados con cantos rodados y lajas calcáreas, y sólo dos presentaron
piso de lajas dispuestas a manera de mosaico. Es importante destacar que debajo del piso de
la sepultura 3 se halló un segundo piso y que al removerlo, se descubrieron tres fragmentos
cerámicos y un fragmento de mazorca carbonizada (Zea mayz) (Achío 1999:26).

5.1.5. Operación 60

En esta operación se efectuó una excavación horizontal que comprendió un área de


129m2, donde se localizaba un conjunto de 15 sepulturas que quedó al descubierto cuando
se efectuaron actividades de tractoreo en el trazado de una calle (ver Anexo 9). El estado de
preservación de estos rasgos varió de muy alterados a intactos y uno de ellos, la sepultura 1,
se caracterizó por presentar doble tapa de laja calcárea (Achío 1999:26).
En las tumbas se recuperaron restos óseos humanos incompletos y en los cuadros de
excavación se hallaron huesos dispersos. También se registraron seis artefactos, cinco de
ellos depositados dentro de las sepulturas. Entre los objetos cerámicos había una olla
globular pequefta, una olla monocroma trípode y una escudilla trípode. Los artefactos
líticos están representados por dos hachas y un mortero. Además, se recolectaron
fragmentos cerámicos y objetos modernos como un botón plástico y dos clavos (Achío
1999:26).

105
5.1.6. Operación 61

El cementerio excavado en esta operación abarcó una zona de 169,58 m2 y presentó


dos rasgos culturales: el primero (RC-1) integrado por 16 tumbas de cajón de la fase
Cartago (900-1550 d.C.) (ver Anexo 10), y el segundo (RC-2) formado por tres
enterramientos de la fase Curridabat (300-800 d.C.). Estas sepulturas, al igual que en la
operación anterior, quedaron expuestas cuando la maquinaria realizó la trocha de una calle
(Achío 2007:74-75).
Las sepulturas estaban alteradas y fueron elaboradas con cantos rodados y lajas
calcáreas, los pisos estaban formados por lajas calcáreas e ígneas y las tapas eran de lajas
calcáreas. Los enterramientos se ubicaron en el perfil del lado este de la trocha y fueron
detectados a través de una coloración distinta en la tierra y la exposición de restos óseos.
Las tumbas de cajón se localizaron entre los 60 y 80 cm b/d y los enterramientos entre los
50 y 60 cm b/d. Los restos óseos humanos recuperados en seis de las tumbas se encontraron
en condición alterada, mientras que los tres invididuos articulados hallados en los
enterramientos presentaron una mejor preservación. Además, se recolectaron restos óseos
dispersos tanto dentro como fuera de los cuadros de excavación. Asimismo, se registraron
seis artefactos cerámicos y uno lítico. Entre los objetos cerámicos se encontraron "un
florero", ollas y escudillas. El artefacto lítico es un fragmento de canto ligeramente cónico
con un abultamiento en la base, el cual podría ser un pistilo para mortero (Achío 1999: 28,
30).

5.2. Resultados del análisis osteológico

La muestra estudiada está compuesta por 58 osamentas recuperadas en las tumbas


de cajón del sector Playskool. Los datos obtenidos de cada una ellas, según su sexo, edad y
patologías, se describen detalladamente en el Anexo 11. En este apartado se presenta la
distribución por edad y sexo, la estimación de la estatura, el número mínimo de individuos
y las patologías identificadas en los individuos analizados.

106
5.2.1. Determinación del sexo

En la muestra analizada, sólo fue posible determinar el sexo de 13 individuos


(22,41%) mayores de 15 años. La distribución de esta variable se registró de la siguiente
manera: seis individuos femeninos (10,34%), dos masculinos (3,45%), dos posibles
femeninos (3,45%) y tres posibles masculinos (5,17%) (ver Cuadro 11). A los restantes 45
6
individuos (77.59%), incluyendo a los dos individuos clasificados como contaminaciones ,

no fue posible identificarles el sexo, debido al estado de preservación de los mismos y a la


ambigüedad que generan los individuos subadultos, por no haber completado el desarrollo
de sus esqueletos (Figura 15).

6 (10,34%)

,17%)
U Femeninos

• Masculinos
• Posibles masculinos
• Posibles femeninos
.,; No identificados
~45(77,59"/o)
---..,..___ _____
Figura 15. Distribución absoluta y porcental de la determinación del sexo de los indviduos
adultos analizados por la autora (operaciones 58,59,60 y 61 ), sector Playskool, sitio Agua
Caliente (n= 58).

5.2.2. Estimación de la edad

A partir de las edades obtenidas con el análisis osteológico, la muestra fue


clasificada en seis grupos etáreos quinquenales, iniciando con los infantes de O a 4 años y
fmalizando con adultos de 30 a 34 años. Aquellos individuos a los cuales no fue posible

6
Estos individuos están representados por huesos pequeños como dientes y falanges, o por fragmentos
menudos que pudieron ser acarreados hasta el interior de las sepulturas por algún agente biótico.
107
asignarles un rango de edad determinado, fueron clasificados dentro de dos grupos
generales: el de adultos o el de subadultos (Cuadro 11 ). En estas categorías también fueron
incluidos los individuos a los que se les estimó una edad que abarcaba varios grupos
etarios, por ejemplo de 24 a 35 años o de 30 a 40 años.
Se contabilizó un total de 14 subadultos (24,24%) y 44 adultos (75,86%). El
individuo más joven al momento de morir tenía 1 año ± 4 meses, mientras que a los más
longevos se les estimó una edad entre 30 y 40 años. La mayoría de las defunciones
sucedieron durante la adultez (75,86%), afectando principalmente a los adultos jóvenes
(12,07%) y en menor cantidad a los individuos entre los 25 y 29 años (1,72%).

Cuadro 11. Distribución según identificaciones de sexo e intervalos de edad en la muestra


esquelética analizada por la autora (operaciones 58,59,60 y 61 ), sector Playskool, sitio
Agua Caliente (n=58).

Pos Pos
Grupo de edad Fem Mase No ident Pe Total %
fem mase
0-4 (Infante) 3 3 5,17%
S-9 (Niño) 2 2 3A5%
10-14
3 3 5,17%
(Preadolescente)
1S.19 (Adolescente) 1 1 2 3,45%
Subadulto 4 4 6,90%
20-24 (Adulto
2 1 4 7 12,07%
joven)
25-29 1 1 1,72%
30-34 1 1 2 3,45%
Adulto 4 1 2 25 2 34 58,62%
Total 6 2 2 3 43 2 58 100,00%
Abrevtaturas: Fem= femenmo, Pos fem= posible femenmo, Mase= mascuhno, Pos mase= posible masculmo,
No ident= no identificado, Pe= posible contaminación.

5.2 .3. Estimación de la estatura

La estatura fue estimada para dos individuos femeninos. Con el primer individuo se
empleó un fragmento de fémur izquierdo y para el segundo se utilizaron los fragmentos de
ambas tibias. Dichos huesos fueron medidos utilizando la tabla osteométrica. Esos huesos
son parciales, razón por la cual se extrapoló la longitud máxima de cada uno de ellos
utilizando las fórmulas de regresión de Steele y McKem (1969). Luego se determinó la
108
estatura mediante las ecuaciones de regresión propuestas por Genovés (1967), las cuales
fueron corregidas por Del Ángel y Cisneros (2004). En total se obtuvieron cuatro tallas y se
estableció una estatura promedio de 155,90 cm (Cuadro 12). Las tallas derivadas de las
tibias presentaron valores muy similares, mientas que la estatura obtenida con el fémur fue
aproximadamente 2 cm mayor que las anteriores.

Cuadro 12. Estaturas estimadas para dos individuos femeninos de la muestra esquelética
del sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=2).

Longitud
Ind. Op. Sep. Hueso Fragmento Estatura
máxima
2 Fémur 42,44 ± 1,31
58 71 S2 = 23,2 cm 157,07 cm
izquierdo cm
1 S2= 5,3 cm y 34,56 ± 0,64
58 81 Tibia izquierda 155,29 cm
S3= 17,8 cm cm
1 34,63 ± 0,74
58 81 Tibia izquierda S3= 17,8 cm 155,48 cm
cm
1 34,73 ± 0,74
58 81 Tibia derecha S3= 18 cm 155,75 cm
cm
Promedio 155,90 cm
. .
Abreviaturas: Ind.= número de mdividuo, Op. = operación, Sep= número de sepultura.

5.2.4. Identificación de patologías

De los 58 individuos analizados, 33 de ellos (56,90%) presentaron patologías, de las


cuales, siete son dentales (87,5%) y una es ósea (12,5%) (Cuadro 13 y Figura 16). Entre las
afecciones orales se registraron las siguientes: caries, abscesos, periodontitis, hipoplasia del
esmalte, cálculos (sarro), desgaste y pérdidas antemortem. A estas patologías se
adicionaron daños estructurales y cromáticos como: melladuras y manchas en el esmalte.
Además, en las piezas dentales se identificaron rasgos epigenéticos7 , como: perlas de
esmalte, incisivos con forma de pala y variaciones en la forma y en el tamaño de las

7
Los rasgos biológicos empleados para describir y camcterizar las especies de la naturaleza se clasifican en
dos categorías: los morfológicos y los morfométrícos. A los primeros también se les llama rasgos cualitativos,
discontinuos, no métricos o epigenéticos. Estos rasgos no son medibles, sino que se distinguen por estar
presentes o ausentes. Los elementos cualitativos hacen referencia "a la forma de las piezas dentarías, a la
presencia de raíces o cúspides adicionales, a la morfología de crestas, surcos, tubérculos, bordes, así como a la
presencia o ausencia congénita de piezas dentarías enteras" (Cucina 2011 :75-76).
109
Cuadro 13. Distnbución de patologías y de rasgos epigenéticos en la muestra esquelética
analizada por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente {n=33).

Rasgos
Patologías
Op Sep Ind S E e !listenéticos
e Pd Ca H D A Pa Me Ma Pt Fp Pe T F
58 30 3 NI 18-24 X
58 32 2 NI 20-40 X X
58 54 3 NI SA X X
58 70 1 NI 20-24 X X
58 70 2 NI 7,5-8,5 X X X

58 71 1 M 20-24 X X X X X X X X

58 73 1 PF 30-35 X X X X X

58 73 2 NI 12±2,5 X

58 80 1 M 20-30 X X X X

58 81 2 FE 20-30 X X X X

58 83 1 NI 30-35 X X X X

58 85 1 NI 20-24 X X X X X

58 85 2 NI 3±1 X

58 89 1 PM 24-35 X X X X
58 91 1 NI 20-30 X

58 93 1 NI 18-24 X X X X X X

58 95 1 PM 16-20 X X X X X X

58 95 3 NI 16-20 X X X X

58 103 1 NI 20-24 X X X X

59 1 1 PM 20-35 X X X X
59 1 2 FE 30-40 X X X X X X X X X
59 1 3 NI 3±1 X X
59 1 PC NI SA X X

60 12 2 NI 10± 2,5 X X X
60 13 1 PF 24-30 X X X X X X X

60 13 2 NI SA X X

60 13 3 NI 10±2,5 X X X

61 4 1 NI 24-35 X X X X

61 6 1 NI 20-30 X X X X X X X X
61 6 2 NI 30-40 X X X X

61 Ent.2 1 FE 20-24 X X X X

61 Ent.3 1 FE 24-35 X X X X X

61 Ent.3 PC NI SA X
.. X X X
.. X
Abrevtaturas: Op= operactón, Sep= sepultura, In= tndtvtduo, S= sexo, E= edad, C= canes, Pd= penodontitts, Ca=
cálculos, H= hipoplasia, D= desgaste, A= absceso, Pa= pérdida antemortem, Me= melladuras, Ma= manchas, Pt=
periostitis, Fp= fonna de pala, Pe= perla de esmalte, T= tamaño, F= fonna, M= masculino, Fe= femenino, PF=
posible femenino, PM= posible masculino, NI= no identificado, PC= posible contaminación, SA= solo adulto.

110
mismas. En cuanto a las patologías óseas, la única enfermedad que se distinguió fue la
periostitis, la cual afectó los huesos largos de tres individuos.

23(69,7%)

10 (30,3%)

1(3%)

Figura 16. Distribución absoluta y porcentual de las patologías y rasgos epigenéticos


identificados en la muestra esquelética analizada por la autora, sector Playskool, sitio Agua
Caliente (n=33).

5.2 .4.1 Patolo ías dentales

5 .2 .4 .1.1. Carie_s

La caries representa la causa más común de dolencia bucal y de pérdida de dientes.


Se ha considerado que esta enfermedad ha afectado a los humanos desde casi el inicio de
sus días, pero la ubicación de las mismas ha variado en relación con los cambios en la
alimentación. Antes de incorporar el azúcar en la dieta, las caries tendían a localizarse en la
unión entre el esmalte y el cemento del diente. Sin embargo, cuando se incrementa la
ingesta de azúcar, las caries pasan a localizarse principalmente en las grietas de los molares,
tal como sucede en la actualidad (Waldron 2009:236).
Esta afección es ocasionada por la interacción entre los factores intrínsecos propios
del individuo, como la morfología dental y los microorganismos, y los factores extrínsecos

111
que involucran la dieta, el estilo de vida, la cultura y el nivel socioeconómico (Vega y
Cucina 2011:111 ). En su fase inicial, la caries se muestra como una mancha blanca o café
en el esmalte, la cual se continúa desarrollando y destruye el esmalte y la dentina para
formar una cavidad. Las lesiones pueden variar y se pueden presentar en cualquier
superficie expuesta del diente, afectando tanto piezas deciduas como permanentes, y su
incidencia aumenta con la edad (Waldron 2009:238).
La formación de este padecimiento requiere de la presencia de tres elementos: la
placa bacteriana, el consumo de carbohidratos fermentables y la producción de ácidos. Las
bacterias que habitan en los dientes son principalmente Streptococcus y Lactobacillus, las
cuales son contenidas en una matriz orgánica denominada película biológica (placa
bacteriana). Estas bacterias metabolizan los carbohidratos fermentables para producir
ácidos orgánicos, los cuales eventualmente pueden provocar que el pH local disminuya
hasta alcanzar los niveles necesarios para desmineralizar los tejidos del diente (Waldron
2009:237). La descalcificación progresiva que genera esta lesión, puede suceder en
cualquier lugar donde se acumule la placa, usualmente ocurre en las fisuras de la corona de
las piezas dentales y en medio de ellas (White y Folkens 2005:329).
En la muestra analizada (n=58), un total de 23 individuos (39,65%), tanto adultos
como subadultos, padecieron de esta patología, la cual afectó a más mujeres que hombres
(Cuadro 14). De las 61 piezas dentales identificadas con caries, la mayoría corresponde a
molares (75,41%) y la minoría a incisivos (3,28) (Figura 17). En la cara oclusal se observó
la mayor cantidad de las lesiones (73,77%) y la cara menos afectada fue la distal (3,28%)
(Figura 18). Las caries grado 1 y 2 fueron las más frecuentes, mientras que las grado 3 y 4
tuvieron la menor incidencia (Figura 19). En las Figuras 20, 21, 22 y 23 se ilustran los
grados de profundidad de esta patología y en el Anexo 12 se describe detalladamente para
cada individuo, la pieza dental, la zona lesionada y el grado de la caries.
Es importante seíialar que 10 de estos individuos (43,48%, n=33), además de poseer
caries, presentaron manchas cafés en el esmalte, las cuales se pueden vincular con la fase
inicial de la formación de caries (Figura 24).

112
Cuadro 14. Presencia de caries según intervalos de edad y sexo en la muestra esquelética
analizada por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=23).

Grupo de edad Fem Pos Fem Mase Pos Mase No ident Total
0-4 (Infante)
5-9 (Niño) '1 1
10-14
(Preadolescente), - -
15-19 (Adolescente) 1 1 :::
Subadulto
20-24 (Adulto joven) ] 1 2 4
25-29 1 1
30-34 I 1
Adulto 3 1 2 6 L
Total 4 1 - 3 ¡_ _J
Abrevtatums: Fem= femenmo, Pos fem= postble femenmo, Mase= mascuhno, Pos mase= postble masculmo,
No ident= no identificado.

Mal rre
:>remolares
anm s
1n ci siv()s

Figura 17. Cifras absolutas y porcentajes del tipo anatómico de piezas dentales afectadas
por caries analizadas por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=61).

113
5(8,2%)
3 (4,9%) 4 (6 •5%) 2 (3,3)%

Figura 18. Distribución absoluta y porcentual de la frecuencia de la caries en las caras


dentales de las piezas dentales analizadas por la autora, sector Playskool, sitio Agua
Caliente (n=61).

3(4,<JO/o)

~ Grado 1
( 21(34,4%)
..J Grado2
lii Grado 3
52(85,2%)
u Grado4

Figura 19. Distribución absoluta y porcentual de la frecuencia de los grados de la caries


que presentaron las piezas dentales analizadas por la autora, sector Playskool, sitio Agua
Caliente (n=61 ).

114
Figura 20. Caries ~:,'Tado 1 en la cara oclusal de un primer molar superior derecho (Ind. 1,
Sep. 6, Op. 61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 21. Caries grado 2 en la cara lingual de un segundo molar inferior izquierdo (Ind. 1,
Sep. 6, Op. 61), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

115
Figura 22. Caries grado 3 en la línea amelocementaria de la cara mesial de un primer molar
superior derecho (Ind. 2, Sep. 1, Op. 59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 23. Caries grado 4 en un primer molar inferior derecho que provocó la caída de la
raíz distal (Ind. 2, Sep. 1, Op. 59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

116
Figura 24. Mancha en la cara distal de un primer premolar superior izquierdo (Ind.1,
Sep.73, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

5.2.4.1.2. Periodontitis

La periodontitis es una inflamación de los tejidos que rodean al diente. En restos


óseos humanos, esta patología es reconocida como el resultado de la infección que afecta al
hueso alveolar y a los tejidos adyacentes. Esta enfermedad provoca la reabsorción del
alveolo, generando un descenso horizontal o irregular de las crestas del proceso alveolar, lo
cual resulta en la exposición de la raíz del diente y por consiguiente, en el desprendimiento
de las piezas (El-Najjar y McWilliams 1978:52; White y Folkens 2005:330). Son varios los
factores implicados en el desarrollo de esta afección, entre los que destacan la falta de
higiene bucal, la irritación producida por los depósitos de cálculos (sarro) y el desgaste
dental (Brothwell1993:218).
La reabsorción del hueso alveolar se puede presentar de manera general o local. La
periodontitis generalizada usualmente afecta todos los dientes y se caracteriza por la
reducción horizontal de la altura del hueso alveolar. La periodontitis localizada
comúnmente ocurre en medio de los dientes y afecta una pieza dental específica,
produciendo defectos verticales entre la raíz del diente y el hueso alveolar (Langsjoen
1998:401).

117
Con el análisis osteológico, se identificaron siete individuos adultos (12,07%, n=58)
con esta patología, y la distribución de esta lesión según sexo y grupo de edad, se detalla en
el Cuadro 15. Las piezas dentales tienen las raíces expuestas, demostrando que estuvieron
afectadas por una reducción horizontal del hueso alveolar (Figuras 25-27). Sólo en un caso
se presentaron depósitos de cáJculos asociados a esta patología (Figura 28).

Cuadro 15. Presencia de periodontitis según sexo y grupo de edad en la muestra analizada
por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=7).

O_p~ Sep. Ind. Sexo Edad Ubicación de la periodontitis


58 71 1 Mase 20-24 aiios Reabsorción alveolar horizontal en la maxila
Reabsorción alveolar en el incisivo central
58 89 1 Pos Mase 24-35 aiios superior derecho
Reabsorción alveolar horizontal en la maxila y
59 1 2 Fem 30-40 años en la mandt'bula
Reabsorción alveolar horizontal en la maxila y
60 13 1 PosFem 24-30 años en la mandíbula
60 13 2 No ident Sólo adulto Reabsorción alveolar en la mandíbula
Reabsorción alveolar horizontal en la maxila y
61 6 1 No ident 20-30 afios en la mandíbula
61 Ent.3 1 Fem 24-35 afios Reabsorción
..
alveolar horizontal en la maxila
Abrevtaturas== Op.=operac1ón, Sep.== sepultura, Ind.= mdlVlduo, Ent= entierro, Mase== masculmo, Pos Mase=
posible masculino, Fem= femenino, Pos fem= posible femenino, No ident= no identificado.

118
)
r. · .
\

a. b.

Figura 25. Periodontitis en el lado derecho (a.) e izquierdo (b.) de una misma maxila
(lnd.l, Sep.71, Op. 58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

a. b.

Figura 26. Periodontitis en una maxila derecha (a.) e izquierda (b.) (lnd.l, Ent.3, Op.61),
sector Playskool, sitio Agua Caliente.

119
Figura 27. Periodontitis en una maxila izquierda (lnd.2, Sep.l, Op.59), sector Playskool,
sitio Agua Caliente.

a. b.

Figura 28. Periodontitis en el lado izquierdo de la mandíbula (a.) y en el lado derecho de la


maxila con presencia de cálculos (b.) (Ind.l, Sep.6, Op.61), sector Playskool, sitio Agua
Caliente.

120
5.2.4.1.3. Cálculos (sarro)

Los cálculos son concreciones de calcio (placa calcificada) que se forman en los
dientes, principalmente en las encías donde generan irritación y contribuyen al desarrollo
de la periodontitis (Brothwell 1993:225-226). Existen dos tipos de cálculos: el
supragingival y el subgingival. Los depósitos irregulares y de apariencia arcillosa que se
observan en la superficie de la corona, y algunas veces en las raíces, representan los
cálculos supragingivales. Estos pueden ser tan grandes que sobresalen de la encía y
proporcionan una extensa superficie en la cual la placa puede acumularse. Los cálculos
subgingivales sólo se producen en relación con la enfennedad periodontal, y se presentan
como una capa fina y menos evidente que cubre la superficie de las raíces, las cuales
quedan expuestas por encima del borde de las encías (Hillson 2008: 312).
Los cálculos son fácilmente visibles como un depósito de color blanco-grisáceo. Su
presencia se vincula con una deficiente higiene bucal y tienden a desarrollarse con mayor
frecuencia en adultos (Waldron 2009:241). El recubrimiento calcáreo le proporciona al
individuo una cierta protección contra las caries, pero puede ocasionar irritación en las
encías como se mencionó anteriormente. El hecho de que las superficies de masticación
estén cubiertas con estos depósitos, cuando lo usual es que estén libres de ellos, puede
evidenciar una falta de oclusión entre los dientes superiores e inferiores, o quizás la
presencia de una enfennedad prolongada que comprometió la salud bucal del individuo
(Brothwel11993:226).
En el análisis osteológico se identificaron 12 individuos (20,69%, n=58), 10 adultos
y dos subadultos, afectados por cálculos de tipo supra-gingival (Figura 29). Esta patología
se halló en las cinco caras de las piezas dentales, principalmente en la faceta bucal y
lingual, y en algunos casos, se presentó junto con la enfermedad periodontal (Figura 30).
Sólo un tercer molar inferior derecho muestra depósitos abundantes en la cara oclusal
(Figura 31), poniendo en evidencia la falta de uso del diente y quizás la acumulación de
sustancias y/o alimentos debido a la ubicación del mismo. Además, en un primer molar
superior izquierdo se observaron los recubrimientos calcáreos más extensos, de manera tal
que sobresalen de la encía (Figura 32). En el Anexo 13 se presentan los datos relativos a la
localización de esta patología en cada uno de los individuos.

121
2,5

1S • 16-20 (Adolescente)
• 21-25 (Adulto joven)
• 31-35
Adulto

0,5

o
Fem PooFem Mase Pos Mase o dent

Figura 29. Distribución absoluta de cálculos según el sexo e intervalo de edad de los
individuos analizados por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n= 12).

Figura 30. Cálculos y periodontitis en un fragmento de maxila izquierda (Ind.l, Sep.6,


Op.61.), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

122
Figura 31. Cálculos en la cara oclusal de un tercer molar inferior izquierdo (Ind.l, Sep.73,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 32. Cálculos en el primer molar superior izquierdo que sobresalen la encía (Ind.l,
Sep.6, Op.61), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

123
5.2.4.1.4. Hipoplasia del esmalte

Entre las enfermedades dentales vinculadas con el desarrollo del ser humanos se
encuentran aquellas que dañan el esmalte del diente, el cual representa parte importante del
tejido dental y es la estructura con mayor dureza que posee el organismo. La hipoplasia es
un ejemplo de esas patologías y se defme como una deficiencia en el grosor del esmalte,
ocasionada por una interrupción en el proceso de formación del mismo (amelogénesis)
(Méndez y Cucina 2011:133-134). En esta interrupción los ameloblastos, células
formadoras del esmalte, pierden su habilidad funcional y producen menos matriz, lo que
conlleva a la formación de un esmalte reducido en grosor o espesor (Goodman et al. 1980
citado en Méndez y Cucina 2011: 134).
La hipoplasia del esmalte afecta piezas deciduas y permanentes, generando cambios
estructurales que se expresan como líneas, orificios y surcos en la superficie del esmalte. En
la mayoría de las ocasiones, esta patología afecta a los dientes en el momento en que la
matriz del esmalte se está formando (El-Na.üar y McWilliams 1978:52). Periodos de
malnutrición, enfermedad y fiebre son factores conocidos por disminuir la actividad de los
ameloblastos, lo cual resulta en la producción de una delgada y pobre calcificación de la
matriz del esmalte, con la formación lineal de surcos u orificios distribuidos sobre el
esmalte defectuoso (Ogden 2008:284).
Se reconocen tres tipos de agentes que pueden causar esta deficiencia (Goodman et
al 1980 citado en Méndez y Cucina 2011 :135-136), los cuales se detallan a continuación:

l. El desequilibrio hereditario: las anomalías hereditarias son poco frecuentes y


pueden afectar la totalidad de la corona. Su presencia permite seguir una línea
familiar y las posibles relaciones biológicas.
2. Los traumas locales: estos traumas afectan una sola pieza dental, y probablemente
a sus adyacentes, son fáciles de identificar y no se presentan con frecuencia.
3. Los factores sistémicos: estas alteraciones dependen del metabolismo del
individuo y pueden afectar a todas las piezas que estuvieron en proceso de
formación durante la etapa de estrés o de interrupción del funcionamiento normal.
Los disturbios metabólicos son los más comunes entre todos los agentes y

124
producen bandas o surcos lineares horizontales, conocidos como LEH (Linear
Enamel Hypoplasia).

En la muestra estudiada, nueve individuos (15,52%, n=58) mostraron este


padecimiento y se considera que pudo haber sido ocasionado por factores sistémicos, ya
que las malformaciones tuvieron lugar en piezas dentales superiores e inferiores de ambas
lateralidades, que se desarrollaron al mismo tiempo (ver Anexo 14). Esta patología se
presentó en ocho adultos y en un subadulto (Figura 33), y se expresó en forma de líneas
horizontales y orificios (Figuras 34 y 35).

rl1
o
=
......
• 16-20 (Adolescente)
."':: • 21-25 (Adulto joven)
"'e:
ll.l
• 31-35

"'e
ll.l
Adulto

E
·=
'Z

Pos Fem Mase Pos Mase No ident

Sexo

Figura 33. Distribución absoluta de la hipoplasia según sexo e intervalo de edad de los
individuos analizados por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=9).

125
Figura 34. Hipoplasia de líneas horizontales en un primer premolar inferior derecho (Ind.l,
Sep.93, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 35. Presencia de orificios de hipoplasia en un canino inferior izquierdo (Ind.l,


Sep.l3, Op.60), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

126
5.2.4.15. Abscesos

Los abscesos son procesos infecciosos en la cámara pulpar que producen una
acumulación de pus en el ápice de la raíz, la cual invade los espacios dentro del hueso y
afecta los tejidos suaves provocando una inflamación (Hillson 2001 :270). Su formación ha
sido asociada con el desgaste excesivo, también con grietas generadas después de un
trauma, pero principalmente con caries (Buikstra y Ubelaker 1997:55). Las caries pueden
destruir completamente la corona o parte de la raíz. La exposición de la cámara pulpar
provoca un alto riesgo de infección y, por consiguiente, el casi inevitable desarrollo de
abscesos, los cuales se expresan en los restos óseos con la destrucción del hueso alveolar
(Ortner 2003:590).
Esta manifestación infecciosa sólo se identificó en un individuo (1,72%, n=58)
femenino entre los 30 y 40 años y afectó el alveolo del primer molar inferior derecho
(Figura 36). Se considera que la causante de esta lesión fue la caries grado 4 que presenta la
pieza dental, la cual alteró la cara oclusal, distal y lingual del molar, generando la pérdida
de parte de la corona y de la raíz distal (Figura 37).

Figura 36. Absceso en el alveolo de un primer molar inferior derecho (Ind.2, Sep.1,
Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

127
a. b.

Figura 37. Cara distal (a.) y oclusal (b.) de un primer molar inferior derecho afectado por
una caries grado 4 (Ind.2, Sep.1, Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

5 , 2~,4 . L6 .. Pérdida antemortem de dientes

Las caries y la periodontitis son los principales factores que producen la pérdida de
dientes durante la vida (antemortem). La caída de las piezas antes del fallecimiento se
evidencia con la reabsorción total del hueso alveolar, lo cual demuestra que tanto el hueso
como los tejidos periapicales tuvieron el tiempo suficiente para cicatrizar. No obstante,
cuando el alveolo está presente indica que la pieza dental se perdió después de la muerte
(posmortem), debido a procesos tafonómicos o la manipulación durante la excavación
(Figura 38) (Vega y Cucina 2011 :123).
Con el análisis osteológico se registraron pérdidas dentales antemortem en tres
individuos (5,17%, n=58) entre los 20 y 40 años al momento de la muerte, dos de ellos son
femeninos y al otro no se le pudo identificar el sexo (Cuadro 16). El caso más destacado fue
el de uno de los individuos femeninos que había perdido casi todas las piezas inferiores, a
excepción de los caninos (Figura 39). Los otros dos individuos presentaron la reabsorción
alveolar de una o dos piezas (Figuras 40-42).

128
Figura 38. Pérdidas antemortem (señaladas) y postmortem de piezas dentales de una
mandíbula derecha (Ind.l, Sep. 1, Op. 59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Cuadro 16. Distribución de pérdidas dentales antemortem según sexo e intervalo de edad
de los individuos analizados por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=3).

O p. Seo. Ind. Sexo Edad Piezas perdidas


58 811 2 Fem 20-30 años Los se1s molares, los cuatro
premolares y los cuatro incisivos de
la mandíbula. Sólo presenta los
alveolos de los caninos.
59 1 2 Fem 30-40 años El segundo molar derecho inferior y
..
la del lllClSlVO lateral inferior
izquierdo.
61 6 1 No ident 20-30 años El segundo premolar supenor
izquierdo .
., ..
Abreviaturas= Op.=operac10n, Sep.= sepultura, fud.= mdtvtduo, Fem= femenmo, No 1dent= no Identificado .

129
Figura 39. Pérdida antemortem de la mayoría de piezas dentales de una mandíbula (Ind. 2,
Sep.81, Op. 58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 40. Pérdida antemortem de un incisivo lateral inferior izquierdo (Ind. 2, Sep.l,
Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

130
Figura 41. Pérdida antemortem de un segundo molar inferior derecho (lnd.2, Sep.l,
Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 42. Pérdida antemortem de un segundo premolar superior izquierdo (Ind.l, Sep.6,
Op.61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

131
5.2.4.1.7. Atrición dental

La atrición o desgaste dental es un cambio regresivo que ocurre en el tejido dental


duro y que está generalmente asociado con el envejecimiento del individuo. Se define como
un proceso fisiológico en el cual se desgasta el tejido duro de la superficie oclusal, incisa! y
proximal (superficie de contacto entre el diente y sus adyacentes) de la pieza dental, como
resultado del contacto diente-diente durante la masticación y la deglución (Langsjoen
1998:398).
La pérdida del material dental sufrida a lo largo de la vida humana depende de
diversos factores extrínsecos e intrínsecos. El avance de la atrición resulta en gran medida
de la masticación y del tipo de alimentos que se ingieren; por ejemplo, los alimentos
fibrosos y poco procesados son más abrasivos que la comida hervida. Los alimentos sólidos
son más abrasivos que los líquidos. ya que requieren ser masticados. Además, algunas
actividades culturales también inciden en el proceso de desgaste, como lo son el
ablandamiento del cuero, el hábito de fumar pipa y el limado dental (Tiesler 2000:68-69).
Entre los individuos analizados (n=58), 32 de ellos (55,17%), tanto adultos como
subadultos, presentaron un patrón de desgaste oblicuo, el cual fue más frecuente en
individuos femeninos que en masculinos (Cuadro 17). Los grados de desgaste más
recurrentes fueron el número 3 (36%) y el 5 (27%), mientras que los grados 1, 7 y 8
tuvieron un 1% de incidencia cada uno (Figura 43). El grado de atrición de cada pieza
dental se detalla en el Anexo 15.
El desgaste más avanzado se observó en las piezas dentales de un individuo
femenino de 30 a 40 años, en las cuales se muestra una importante exposición de la dentina
secundaria, y una reducción y desaparición de la corona del canino superior izquierdo y de
los primeros molares superiores (Figuras 44-46). Cabe destacar que en algunas ocasiones el
desgaste pudo estar relacionado con actividades culturales o algún tipo de trabajo, tal como
lo sugiere la presencia de melladuras en los dientes de nueve individuos (Figura 44 y 47).
así como el desgaste biselado con dirección lingual en los incisivos superiores de un
individuo masculino de 20 a 24 años (Figura 48).

132
Cuadro 17. Distribución del desgaste según edad y sexo.

Grupo de edad Fem Pos Fem Mase Pos Mase No ldent Total
0-5 (Infante) 1 l
6-10 (Niño) 3 3
11-15 (Preadolescente) 1 l
16-20 (Adolescente) 2 1 3
21-25 (Adulto joven) 1 ] 3 5
31-35 l 1 2
Adulto 3 l 1 2 lO ]7
Total 4 2 2 4 20 32
Abrev1aturas: Fem= femeruno, Pos fem= pos1ble femeruno, Mase= masculino, Pos mase= pos1ble
masculino, No ident= no identificado.

~ Grado 1
u Grado 2
~ Grado 3
lii Grado 4
~ GradoS

59 (41%) lii Grado 6


~Grado 7
wGrado 8

Figura 43. Distribución absoluta y porcentual de los grados de desgaste en las piezas
dentales analizadas por la autora, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n= 142).

133
Figura 44. Canino superior izquierdo con exposición de la dentina secundaria (desgaste
grado 6) y melladuras en la cara mesial (Ind.2, Sep.l, Op.59), sector Playskool, sitio Agua
Caliente.

Figura 45. Pérdida de gran parte de la corona de un primer molar superior derecho
(desgaste grado 7) (Ind.2, Sep.l, Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

134
Figura 46. Pérdida total de la corona de un primer molar superior izquierdo (desgaste
grado 8) (Ind.2, Sep.l, Op.59), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

a. b.

Figura 47. Melladura en la cara distal (a.) y degaste grado 2 en un primer molar inferior
derecho (b.) (Ind.3, Sep.13, Op.60), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

135
Figura 48. Desgaste biselado en la cara lingual de unos incisivos superiores (Ind.l, Sep.71,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

5.2.4.2. Variaciones en la morfologí.a dental

2.42.1 .. Dientes en forma de la

La forma de pala se presenta como una concavidad en la superficie lingual y una


elevación de los bordes laterales de los incisivos superiores e inferiores. Este es un rasgo
epigenético muy común entre grupos mongoloides Gaponeses, chinos y esquimales) y
amerindios (El-Najjar y McWilliams 1978:45-46). En algunas ocasiones el incisivo,
además de mostrar la extensión lingual usual, puede tener una extensión bucal de sus
bordes laterales, a la cual se le denomina doble pala. Este fenómeno usualmente se observa
en los incisivos maxilares, pero también ha sido encontrado en los inferiores. Cada incisivo
deber ser analizado por el grado de forma de pala que exhibe y se debe medir la
profundidad de la fosa lingual. No obstante, debido al gran desgaste que ostentan estas
piezas dentales en muchas poblaciones, la clasificación se limita a la determinación de la
presencia o ausencia de este rasgo (Bass 1987:283-284).
136
En este estudio se contabilizaron 12 individuos (20,69%, n=58) con este rasgo, ocho
de ellos son adultos y cuatro son subadultos (Cuadrol8). Sólo un individuo adulto se
diferenció por presentar doble pala (Figura 49), los demás muestran forma de pala sólo en
la cara lingual (Figura 50). En algunos casos no fue posible determinar la presencia o
ausencia de este rasgo, debido al desgaste avanzado de las piezas.

Cuadro 18. Individuos con incisivos con forma de pala.

Incisivos con forma de


Op. Sep. Ind. Sexo Edad Observaciones
pala
S8 71 1 Mase 20-24 años 11 y I2 sup. der.
58 85 1 No ident 20-24 años 11 sup. der
58 89 1 Pos mase 24-35 años 11 sup. der
58 93 1 No ident 18-24 años 11 inf. izq.
58 95 1 Pos mase 16-20años 11 y I2 sup. der.
58 95 3 No ident 16-20 años I2 inf der.
59 1 2 Fem 30-40años 11 inf izq. y I2 inf. der.
59 1 3 No ident 3 años± 1 año I1 inf izq. y I1 sup. izq.
10 años± 2,5 Centrales superiores, 11
60 12 2 No ident
años inf izq. y los I2 inf
60 13 1 Posfem 24-30años Ilsup. izq.
Centrales superiores y I2
61 6 1 No ident 20-30 años Doble pala
der sup.
Posible forma de
pala, la pieza
61 6 2 No ident 30-40años I2 sup. der.
presenta un desgaste
avanzado.
..
Abreviaturas: Op= operactón, Sep= sepultura, Ind= mdlVlduo, G= grado, Mase= masculino, Fem=
femenino, Pos fem= posible femenino, Pos mase= posible masculino, No ident= no identificado,
11 = incisivo central, 12= incisivo lateral, sup= superior, inf= inferior, der= derecho, izq=izquierdo.

137
a. b. c.

Figura 49. Incisivos centrales superiores (a. y b.) e incisivo lateral (c.) superior derecho
con doble pala (Ind.l, Sep.6, Op.61 ), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 50. Incisivo central superior izquierdo con forma de pala (Ind.l, Sep.95 , Op. 58),
sector Playskool, sitio Agua Caliente.

5.2.4.2.2. Perla de esmalte

En algunos molares y premolares sucede que el esmalte se extiende desde la corona


hasta las raíces. Estas extensiones varían desde fmas hasta pronunciadas. Cuando culminan
en pequeñas concentraciones son denominadas perlas de esmalte. Esta anormalidad en el

138
esmalte es muy frecuente en la dentición de grupos mongoloides (Anderson 1962: 92; Bass
1987:285; Scott 2008:279).
En el análisis osteológico se registraron tres individuos adultos con esta
característica (Cuadro 19). En uno de ellos, la perla de esmalte se presentó en la faceta
oclusal de un premolar inferior (Figura 51) y en los otros dos se presentó en la raíz de los
molares (Figura 52).

Cuadro 19. Individuos con perlas de esmalte.

Op. Sep. Ind. Sexo Edad Ubicación de la perla de esmalte


En la raíz del tercer molar superior
58 7l 1 Mase 20-24 años
izquierdo.
En la faceta oclusal de un premolar
58 lB 1 No ident 30-35 años
inferior.
En medio de la raíz lingual y distal del
6,1 Ent.3 PC No ident Sólo adulto
tercer molar superior derecho .
. .
Abreviaturas: Op operación, Sep= sepultura, Ind= mdividuo, Ent= entierro, PC= posible
contaminación, Mase= masculino, No ident= no identificado.

Figura 51. Perla de esmalte en la faceta oclusal de un premolar inferior (Ind.l, Sep83,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

139
Figura 52. Perla de esmalte en la raíz de un tercer molar superior izquierdo (Ind.1, Sep. 71,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

5.2.4.2.3. Piezas dentales con anormalidades en su ronna V tamaño

La morfología y el tamaño de los dientes están mediados por factores genéticos y de


desarrollo o posteruptivos. A pesar de que se desconoce la cantidad de genes que influyen
en la formación dental, el elemento más importante es el hereditario. De tal manera, las
características morfológicas que difieren dentro de una misma población, así como entre
una y otra población, pueden hacer referencia a condiciones genéticas (Brothwell 1993:
165).
Entre los individuos analizados, se reconocieron formas atípicas en dos piezas
dentales: en un primer molar superior izquierdo y un tercer molar superior izquierdo. La
corona del primer molar no muestra la forma romboidal característica de los molares
superiores y, además, las cúspides no están bien marcadas (Figura 53). El tercer molar
posee un tamaño mucho mayor del que usualmente presentan estas piezas, las cuales suelen
ser más pequeñas que los otros molares (Figura 54).

140
Figura 53. Primer molar superior izquierdo con forma epigenética (Ind.l, Sep.93, Op.58),
sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 54. Tercer molar superior izquierdo con tamaño atípico (Ind.l, Sep. 103, Op.58),
sector Playskool, sitio Agua Caliente.

141
5.2.4 .3. Patologías poscraneales

Como se mencionó anteriormente, sólo tres individuos (5,17%, n=58) presentaron


afecciones en el esqueleto poscraneal. En estos individuos se reconoció una inflamación y
porosidad que afectó los huesos de las extremidades inferiores y superiores a nivel de las
diáfisis, a la cual se le conoce como periostitis. Esta patología sólo afecta el hueso externo
(cortical) y puede ser producto de un golpe, una infección, un trauma, una hemorragia o una
úlcera crónica en la piel (Aufderheide y Rodríguez-Conrado 1998:179; Brothwell
1993:185).
En dos de los individuos analizados, un adulto femenino y un subadulto, la
periostitis se localizó en una parte de la diáfisis de las tibias (Figuras 55.1 , 55.2, 56.1 y
56.2), y en el tercer individuo, posiblemente femenino, se identificó en un sector de la
diáfisis de un fragmento de húmero (Figura 57).

Figura 55.1. Periostitis en un fragmento de tibia izquierda (Ind.2, Sep .70, Op.58), sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

142
Figura 55.2. Periostitis en la diáfisis de una tibia derecha (Ind.2, Sep.70, Op.58), sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 56.1. Periostitis en un fragmento de tibia derecha (Ind.l, Ent.2, Op.61), sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

143
Figura 56.2. Periostitis en la diáfisis de una tibia izquierda (Ind.l, Ent.2, Op.61), sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 57. Periostitis en la parte posterior de la diáfisis de un fragmento de húmero (Ind.l,


Sep. 73, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

144
5.2.5. Modificaciones postmortem en la muestra osteológica

Durante el análisis osteológico se documentaron alteraciones en varias estructuras


óseas producidas por agentes bióticos. En los huesos largos de siete individuos (12,07%,
n=58) se observaron marcas de mordeduras de roedor (Figuras 58 .1 y 58 .2). Además, en la
parte interior de un fragmento craneal se notó un conjunto de cavidades redondas, que
quizás fueron causadas por insectos y/o microorganismos (Figura 59). Por otra parte, dos de
los individuos anteriores presentaron cortes planos y horizontales, que posiblemente fueron
producidos cuando se realizaron las labores de excavación (Figura 60).

Figura 58.1. Fragmento de fémur con marcas de mordedura de roedor (Ind.1, Sep.83,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 58.2. Radio derecho con marcas de mordedura de roedor (Ind.l , Sep.83, Op.58),
sector Playskool, sitio Agua Caliente.

145
Figura 59. Agujeros en la parte interior de un fragmento craneal (Ind.l, Sep.71, Op.58),
sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 60. Corte plano y horizontal en una tibia izquierda causado por la herramienta de
excavación (Ind.2, Sep.95, Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

146
5.2 .6. Determinación del Núm_ero Mínimo de Indiyiduos en los restos óseos
djs · rsos

La muestra de restos óseos hallada de manera dispersa en las áreas de excavación


del sector Playskool, está compuesta por una serie de huesos, en su mayoría fragmentarios,
que incluyen: piezas dentales, diáfisis de huesos largos, partes craneales, costillas,
vértebras, clavículas, escápulas, y huesos de la mano y del pie. La identificación anatómica
de estos restos se efectuó según cada cuadro de excavación. Además de atributos puramente
anatómicos, se utilizaron aspectos como la coloración, la masividad y el grupo etario de los
mismos. A cada muestra ósea se le asignó un número, contabilizando un total de 203, a las
cuales se les realizó el análisis osteológico convencional (ver Anexo 16). Como resultado
de este análisis se registraron varias patologías dentales, a saber: cálculos, caries, hipoplasia
y pérdidas antemortem. También se observaron lesiones óseas como periostitis y un callo
óseo (reactivación del periostio), causado probablemente por una fractura (Figura 61 ).

a. b.
Figura 61. Periostitis en un fragmento de hueso largo (a.) y callo óseo en un fragmento de
hueso largo (b.) (Ind.112, Cuadro 70S/55W), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

147
La distribución dispersa de estos restos óseos ha sido justificada a través de los
siguientes factores propuestos por Vázquez (1982:171, 1984b:65-66):

l. Partes esqueléticas fueron colocadas sobre las tapas de las sepulturas a manera de
ofrendas y se dispersaron con el paso del tiempo.
2. Restos depositados con anterioridad fueron perturbados por actividad funeraria
posterior o secuencial.
3. Algunos agentes bióticos, como roedores y raíces, movilizaron restos óseos
originalmente inhumados en tumbas.

Para determinar el número mínimo de individuos representado en esta muestra, sólo


se utilizaron aquellos huesos a los que fue factible identificarles la lateralidad empleando el
método Max (1, D) (Adams y Konigsberg 2004). Es importante señalar que las piezas
dentales fueron obviadas de este ejercicio, como medida para evitar que un mismo
individuo se contabilizara dos o más veces. Las estructuras óseas más recurrentes fueron los
húmeros, los fémures y los temporales. Entre los individuos adultos, tanto el fémur derecho
como el izquierdo fueron los más recurrentes, registrando un mínimo de 7 individuos. En el
caso de los subadultos, el húmero izquierdo fue el más contabilizado, obteniendo una
representación mínima de 4 individuos. En el Cuadro 20 se presenta la frecuencia de cada
hueso con respecto a las grandes categorías de edad, subadulto y adulto.

Cuadro 20. Estructuras óseas más frecuentes entre los individuos adultos

Grupo de Húmero Húmero Fémur Fémur Temporal Temporal


NMI
edad derecho izquierdo derecho izquierdo derecho izquierdo
Adulto 4 4 7 7 6 5 7
Subadulto 3 4 1 o 1 2 4

5.2.7. Resultados del análisis faunístico

La muestra faunística fue analizada por la Licda. Maritza Gutiérrez, arqueóloga del
Museo Nacional de Costa Rica. La muestra fue recuperada de manera dispersa y

148
fragmentada en los cuadros de excavación. En algunos casos fue posible realizar una
clasificación taxonómica bastante completa, a nivel de clase, familia, género y especie.
En total se identificaron 22 restos faunísticos, principalmente de mamíferos y de
algunas aves (ver Anexo 17). La especie más frecuente fue el venado cola blanca
(Odocoileus virginianus), representado por los siguientes huesos: una segunda falange, una
mandíbula derecha y un metacarpiano derecho (Figura 62). Además, se identificaron restos
óseos de animales modernos, probablemente caballos y vacas.
Por último, la primera falange de un mamífero adulto presenta una forma triangular
y desgaste, lo cual sugiere que este resto óseo fue usado como una herramienta o fue
materia prima de un implemento en proceso de manufactura (Figura 63).

a.

b.

149
c.

Figura 62. Fragmentos de venado cola blanca: (a.) mandíbula derecha y dos piezas
dentales, (b.) metacarpiano derecho, (c.) segunda falange, sector Playskool, sitio Agua
Caliente.

Figura 63. Primera falange de un mamífero adulto con forma triangular y desgaste, sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

5.3. Análisis del contexto funerario

En el sector funerario Playskool se excavaron siete cementerios, en los cuales se


halló un total de 185 tumbas de cajón y cuatro fosas cuadrangulares sin estructura de
piedra. Las tumbas fueron rectangulares en su norma de planta. En su construcción se
150
emplearon cantos rodados y lajas calcáreas e ígneas. Las dimensiones de estos rasgos se
ajustan a las dimensiones anatómicas de individuos colocados en posición extendida. Se
calculó una dimensión promedio de 1,27 m x 58 cm (Achío 1999:33) Sin embargo, esa
ponderación es omisa de la diversidad etárea de los individuos inhumados en las tumbas.
En general, los restos óseos humanos inhumados en estos contextos poseen un buen
estado de conservación y se clasifican en cuatro condiciones: (1) articulados en posición
extendida, (2) desarticulados, (3) dispersos dentro de las sepulturas y (4) dispersos fuera de
las sepulturas (modificado de Achío 2007:108-109). Se considera que la preservación de
estos individuos se debe a tres factores: los suelos volcánicos de la zona, el uso de lajas
calcáreas e ígneas en la construcción de las tumbas de cajón y la presencia de piso de piedra
en las sepulturas (Vázquez 1982:174).
Como los huesos son materia calcárea, su descomposición está directamente
relacionada con el proceso químico de oxidación-reducción (Redox). La acción de este
mecanismo depende de la concentración de sales minerales en los restos óseos y la dureza
de la fase liquida. Basándose en las características de la muestra ósea, como la masividad y
calcificación de los huesos y la edad de los individuos, se tiene que la concentración de
sales es regular y por lo tanto, es posible que la preservación se deba a la dureza del agua8 .
Debido a que el proceso de Redox es más lento cuando el agua está más mineralizada, se
propone como hipótesis que la conservación de los restos óseos se vio favorecida por la
capacidad de la roca caliza y de los minerales volcánicos de endurecer el agua. También
cabe la posibilidad de que los coloides, formados a partir de la mezcla de iones de aluminio
de las lajas calcáreas e ígneas con la materia orgánica, hayan diluido los ácidos nocivos
para los huesos, como es el caso del ácido sulfúrico y sulfuroso (Vázquez 1982: 174-175).
En la mayoría de los casos, los individuos fueron colocados en posición extendida y
decúbito dorsal. Es frecuente la orientación del cráneo hacia el extremo oeste de los cajones
funerarios. Los enterramientos son considerados como primarios, ya que las marcas de
mordeduras de roedor, que presentan varios fragmentos de huesos largos, son prueba de
que los individuos fueron inhumados antes de la colicuación total de sus partes blandas.

8
Según Sáenz (1984:13) "en la naturaleza casi no hay agua alguna que no contenga en menor o mayor
cantidad el bicarbonato de calcio disuelto. La totalidad de la sustancia disuelta en el agua se llama dureza".

151
La descomposición de algunos cuerpos tuvo lugar en espacios vacíos y se demuestra
con la caída de los coxales, la cual ocasiona la rotación lateral de los fémures y el
desprendimiento de las rotulas en los individuos que yacen en decúbito dorsal (Figura 64).
Además, en algunas ocasiones se enterraron dos o más individuos en una misma tumba y se
realizó un reagrupamiento del depósito primario para instalar los nuevos restos. El hecho de
que las tumbas fueron reabiertas, también sugiere que la inhumación tuvo lugar en un
espacio vacío (Duday 1997:107, 119-120).

Figura 64. Posible descomposición en un espacio vacío (Sep.152, Op.40), sector Cocorí,
sitio Agua Caliente.

152
Otras sepulturas presentan evidencia de haber sido espacios rellenados, ya que las
osamentas depositadas en ellas mantienen su posición original, debido a que los rellenos de
tierra impidieron el desplazamiento de los restos óseos cuando las partes blandas se
desintegraron (Figura 65). Al mismo tiempo, estas tumbas pudieron producir en los cuerpos
un fenómeno de compresión, el cual se verifica con la "verticalización" de las clavículas y
la permanencia de los coxales en su posición anatómica (Duday 1997:108, 111, 114, 116).
Por otra parte, es importante indicar que, como parte de los rituales funerarios, los
restos óseos pudieron haber sido expuestos calor, ya que del individuo 2 de la sepultura 67,
operación 58, sólo se conservó un fragmento de ulna termoalterada (Figura 66). A juzgar por el
color marrón que este hueso presenta, se sugiere que fue sometido a una temperatura entre
los 250-300° C (Sanabria 2008:192).

Figura 65. Posible descomposición en un espacio cerrado (Sep.37, Op.8), sector Cocorí,
sitio Agua Caliente.

153
Figura 66. Fragmento de una ulna termoalterada (Ind.2, Sep.67, Op.58), sector Playskool,
sitio Agua Caliente.

5.3 .1. Análisis arte factual

Durante los trabajos de rescate efecutados en 1999 en el sector Playskool, se


hallaron 118 artefactos cerámicos, 83 líticos y uno elaborado con restos de fauna (Achío
2007:83). No obstante, al llevar a cabo el análisis osteológico de esta investigación, se
descubrió un artefacto lítico y otro de hueso. Por lo tanto, se determina que en este sector
funerario se recuperó un total de 204 artefactos.
De estos objetos, 67 de ellos se encontraron distribuidos dentro de 39 tumbas. Gran
parte de estas ofrendas funerarias se localizaron en la pared norte y oeste de las sepulturas.
Cuando estuvieron asociados a restos humanos, se colocaron cerca del cráneo, el tórax y las
extremidades superiores e inferiores. También se depositaron en las esquinas noreste,
noroeste, sureste y suroeste de los rasgos funerarios (Achío 2007:123). Por consiguiente, la
disposición de los artefactos es diversa y sin patrones discernibles, como ha sido notado en
otros sitios del Valle Central con cementerios de tumbas de cajón (Vázquez 1982:223).
Las ofrendas halladas dentro de las sepulturas están representadas por 60 artefactos
cerámicos, cinco líticos y dos huesos de fauna (Figura 67). Entre los artefactos cerámicos se
encontraron vasijas globulares, "floreros", tecomates, copas, sartenes, escudillas, vasijas
miniatura y un huso (Figuras 68-70). Estos artefactos fueron clasificados dentro de nueve
tipos cerámicos de la regió arqueológica Central-Caribe, entre ellos La Cabaña Fina

154
Modelada, Taras Fino, lrazú Línea Amarilla Angostura Beige, Tayutic Inciso, Cartago
Línea Roja, Bere Rojo, Mercedes Línea Blanca y Tuis Fino. No obstante, 11 de estos
artefactos no fueron identificados a nivel tipológico (Figura 71). La distribución de estos
tipos cerámicos fue muy variaba y no se percibieron patrones explícitos. El tipo La Cabaña
Fina Modelada fue el más recurrente, segudio por el tipo Taras Fino e Irazú Línea Amarilla.
Basicamente, entre las tumbas que registraron de tres a siete ofrendas, se distinguió de
manera mayoritaria el tipo La Cabaña Fina Modelada. Por ejemplo, en la tumba 28 de la
operación 58 se recuperaron siete artefactos y a cinco de ellos se les atribuyó dicho tipo
cerámico. De la misma forma, en la tumba 29 de la operación 58 se hallaron cuatro
artefactos y tres de ellos fueron clasificados con esta tipología. Sin embargo, tanto el tipo
La Cabaña Fina Modelada como los otros, fueron identificados de manera inconstante en
las tumbas que presentaron uno o dos artefactos. Además, no fue posible establecer una
relación fehaciente entre la tipología cerámica y las variables de sexo y edad de los
individuos inhumados en las tumbas de cajón, ya que los tipos se distribuyeron de forma
diversa tanto en individuos subadultos como adultos de ambos sexos (Cuadro 21).
En cuanto a los objetos líticos, se recuperó una pequefia escultura antropomorfa con
una cabeza trofeo (Figura 72), un hacha, un metate con motivo zoomorfo (Figura73) y un
mortero pequeño. Además, durante el análisis osteológico de esta investigación, se halló
junto al individuo 1 de la sepultura 4 de la operación 61, un artefacto lítico con forma
triangular y de color blanco, el cual mide aproximadamente 1,7 cm de largo y parece estar
incompleto (Figura 74).
Con respeto a las dos ofrendas elaboradas con restos de fauna, una de ellas
corresponde a un fragmento de hueso labrado y la otra es la parte proximal de un
metacarpiano derecho de un venado (Odocoileus) sin evidencias de modificación (Figura
75), la cual fue encontrada junto al individuo 1 de la sepultura 13, operación 60, al realizar
el análisis osteológico.

155
2(3%)

liii Cerámica
u Lítica
• Hueso (fauna)

60(9QO/e)

Figura 67. Distribución absoluta y porcentual del tipo de ofrendas funerarias halladas
dentro de las tumbas de cajón del sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=62).

Figura 68. Escudilla trípode, tipo cerámico Tayutic Inciso (Art.25, Sep.28, Op.58), sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

156
Figura 69. "Florero" trípode, tipo cerámico La Cabaña Fina Modelada (Art.ll, Sep.15,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 70. Sartén monocromo, tipo cerámico La Cabaña Fina Modelada (Art.l7, Sep.27,
Op.58), sector Playskool, sitio Agua Caliente.

!57
22 (36,6%)

11 (18,33%)

6(10%) 7(11,67%)
3 (5o/c) 4 (6,67%)
2 (3,33%) o

Tipos cerámicos

Figura 71. Distribución absoluta y porcentual del tipo cerámico de los artefactos hallados
dentro de las sepulturas del sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=56).

Cuadro 21. Distribución absoluta de los tipos cerámicos identificados en las ofrendas
funerarias del sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Op. Sep. N° art Tipo cerámico N° ind. Sexo Edad


8 La Cabaña Fina Modelada
55 3 1 l 1
9 Taras Fino
55 7 JI Taras Fino 1 NI 18-22 años
55 10 7 Taras Fino 1 NI NI
56 2 4 Taras Fino Noind
6 Sin clasificación
56 7 1 I 25-30 años
6A Sin clasificación
56 8 9 Taras Fino 1 NI 6-10 años
3 Bere Rojo 1 NT 2.5-3.5 años
58 2 4 La Cabaña Fina Modelada 2 NI 20-30 años
5 Irazú Línea Amarilla

158
Cuadro ll(continuación). Distribución absoluta de los tipos cerámicos identificados en
las ofrendas funerarias del sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Op. Sep. NOart Tipo cerámico N° ind. Sexo Edad


1 NI 1 ±4 meses
2 NI 1.5 ± 6 meses
3 NI 2±8meses
58 4 2 La Cabaña Fina Modelada 4 NI 1.5 ± 6 meses
5 NI 4 ± 12 meses
6 NI 10-15 años
7 NI Adulto
8 La Cabaña Fina Modelada 1 Pos fem 24-30 años
9 La Cabaña Fina Modelada 2 Posmasc NI
58 15
10 Irazú Linea Amarilla
11 La Cabaña Fina Modelada
58 17 67 Sin clasificación 1 NI NI
12 BereRojo 1 Fem Más de 26 años
58 19 13 La Cabaña Fina Modelada 2 NI 7±24meses
14 Cartago Linea Roja
1 NI 4 ± 12 meses
2 NI 8±24meses
3 NI 12-20 años
58 26 15 Cartago Línea Roja
4 NI 3 ± 12 meses
5 NI Adulto
6 NI 3 ± 12 meses
16 Jrazú Linea Amarilla
58 27 17 La Cabaña Fina Modelada Sin info9 NI Sub adulto
18 La Cabaña Fina Modelada
25 Tayutic Inciso 1 Posfem 18 años
25A Sin clasificación 2 NI Posible adulto
26 La Cabaña Fina Modelada
58 28 27 La Cabaña Fina Modelada
28 La Cabaña Fina Modelada
29 La Cabaña Fina Modelada
30 La Cabaña Fina Modelada

9
Estos individuos fueron analizados por la Bach. Karla Quesada, pero la información de los mismos no está
disponible.

159
Cuadro 21(continuación). Distribución absoluta de los tipos cerámicos identificados en
las ofrendas funerarias del sector Playskool, sitio Agua Caliente.

Op. Sep. N°art Tipo cerámico N° ind. Sexo Edad


20 Irazú Linea Amarilla
21 La Cabaña Fina Modelada
58 29 1 NI 5-7 años
22 La Cabaña Fina Modelada
23 La Cabaña Fina Modelada
58 30 24 Sin clasificación (Huso) 1 NI 18-22 años
1 NI Sólo adulto
58 35 40 Angostura Beige
2 NI Subadulto
58 36 34 Angostura Beige Noind
1 Pos fem 18-25 > 25 años
58 44 38 Tayutic Inciso
2 NI 7±24 meses
58 47 42 La Cabaña Fina Modelada 1 Pos mase 16-20 años
41 Cartago Linea Roja
58 53 Noind
65 Sin clasificación
58 58 46 La Cabaña Fina Modelada 1 NI Sólo adulto
58 59 45 Sin clasificación Sininfo
58 82 53 Cartago Línea Roja Sin info
58 88 56 Irazú Línea Amarilla 1 NI Sólo adulto
1 Pos mase 16-20 años
58 95 39 Taras Fino 2 NI 4,5-6,5 años
3 NI 16-20 años
2 Taras Fino 1 Pos mase 20-35 años
13 Sin clasificación 2 Fem 30-40años
59 1
3 NI 3 años± 1 año
PC NI Sólo adulto
59 3 4 La Cabaña Fina Modelada Noind
59 8 14 Irazú Línea Amarilla Sin info
59 9 12 Mercerdes Linea Blanca Noind
60 3 3 Tayutic Inciso Noind
60 4 1 Sin clasificación Noind
60 15 5 La Cabaña Fina Modelada Noind
3 Sin clasificación Noind
61 2 4 Mercerdes Linea Blanca
5 Sin clasificación
6 TuisFino
61 11 Sin info
7 La Cabaña Fina Modelada
..
Abrevtaturas: Op= operac1ón, Sep= sepultura, N° art= número de artefacto, N° md= mdlVlduo,
Fem= femenino, Pos fem= posible femenino, Pos mase= posible masculino, PC= posible
contaminación, NI= no identificado, No ind= no individuos, Sin info= sin información.

160
Figura 72. Escultura antropomorfa con una cabeza trofeo (Art.60, Sep.69, Op.58), sector
Playskool, sitio Agua Caliente.

Figura 73. Metate zoomorfo incompleto (Art.1, Sep.1, Op.59), sector Playskool, sitio Agua
Caliente.

161
Figura 74. Artefacto lítico con forma triangular (Sep.4, Op.61 ), sector Playskool, sitio
Agua Caliente.

Figura 75. Parte proximal de un metacarpiano derecho de un venado (Sep.l3, Op.60),


sector Playskool, sitio Agua Caliente.

El número de ofrendas colocadas en cada sepultura fue muy variable. En la mayoría


de las tumbas (68,42%,) sólo se depositó un artefacto, el cual estaba asociado a un
individuo. Por lo general, en las tumbas con dos o tres individuos inhumados, se colocaron
de dos a cuatro artefactos. La sepultura 28 de la operación 58 fue la que presentó la mayor
cantidad de ofrendas, contabilizando un total de siete artefactos asociados a un posible
femenino de 18 años y a un posible adulto. No obstante, en algunos casos se observó que
las sepulturas con la mayor cantidad de individuos, presentaron la menor cantidad de
ofrendas. Tal fue el caso de las tumbas 4 y 26 de la operación 58, en las cuales se habían
depositado siete y seis individuos respectivamente, y cada una de ellas tenía una ofrenda

162
funeraria. Asimismo, en aquellos rasgos funerarios donde los restos humanos corresponden
principalmente a subadultos, el número de ofrendas es mínimo. Sólo destacan el subadulto
de la sepultura 27 de la operación 58, al cual le colocaron tres artefactos, y el subadulto de
la sepultura 29 de la misma operación con cuatro artefactos ofrendados.
Las ofrendas funerarias fueron asociadas a un total de 49 individuos. Entre ellos se
identificaron dos femeninos (4,08%), cuatro posibles femeninos (8,16%), cuatro posibles
masculinos (8,16%) y a los restantes 39 no fue posible determinarles el sexo (79,60%)
(Figura 76). En cuanto a los grupos de edad, los individuos registrados sólo como adultos
presentaron la mayor cantidad de ofrendas (30,6%), seguidos por los infantes (0-4 aftos)
(20,4%), mientras que los subadultos entre los 10 y los 14 aftos (4,1%) ostentaron el menor
número de ofrendas (Figura 77).
En nueve de las tumbas de cajón (23,68%, n=38) no se conservaron restos óseos.
Además, de los individuos inhumados en cinco de las sepulturas (13,16%, n=38), no se
dispone de la información sobre el sexo y la edad de los mismos 10 . En el Cuadro 22 se
muestra la cantidad y el tipo de ofrendas funerarias colocadas en cada rasgo funerario, así
como los datos demográficos de los individuos inhumados en ellos.

10
Estos individuos fueron analizados por la Bach. Karla Quesada y los datos sobre ellos no están disponibles.

163
2 (4%)

Femeninos
u Posibles femeninos
u Posibles masculinos
u No identificados
39 (80%)

Figura 76. Distribución absoluta y porcentual del sexo de los individuos que presentaron
ofrendas funerarias, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=49)

15(30,6%)

Grupos de edad

Figura 77. Distribución absoluta y porcentual de los intervalos de edad identificados entre
los individuos que presentaron ofrendas funerarias, sector Playskool, sitio Agua Caliente
(n=49)

164
Cuadro 22. Distribución absoluta de ofrendas funerarias en las sepulturas con datos
osteológicos, sector Playskool, sitio Agua Caliente (n=38).

Cantidad de ofrendas
O p. Sep. Ind Sexo Edad Total
Cerámica Lítica Restos fauna
55 3 1 No ident No ident 2 2
55 7 1 No ident 18-22 años 1 1
55 10 1 No ident No ident 1 1
56 2 Noind 1 1
56 7 1 No ident 25-30 años 2 2
56 8 1 No ident 6-10 años 1 1
1 No ident 2.5-3.5 años
58 2 2 2
2 No ident 20-30 años
1 No ident 1 +\-4 meses
2 No ident 1.5 +\- 6 meses
3 No ident 2 +\- 8 meses
58 4 4 Noident 1.5 +\- 6 meses 1 1
5 No ident 4+\- 12 meses
6 No ident 10-15 años
7 Noident Adulto
1 Posfem 24-30
58 15 4 4
2 Posmasc No ident
58 17 1 No ident No ident 1 1
1 Fem Más de 26 años
58 19 3 3
2 No ident 7 +\- 24 meses
1 No ident 4 +\-12 meses
2 No ident 8 +\- 24 meses
3 Noident 12-20 años
58 26 1 1
4 Noident 3 +\- 12 meses
5 No ident Adulto
6 No ident 3+\- 12 meses
58 27 1 (Sin info) No ident Subadulto 3 3
1 Pos fem 18 años
58 28 7 7
2 No ident Posible adulto
58 29 1 No ident 5-7 años 4 4
58 30 1 No ident 18-22 años 1 1
1 Noident Sólo adulto
58 35 1 1
2 No ident Subadulto
58 36 Noind 1 1
1 Posfem 18-25 >25 años
58 44 1 1
2 No ident 7 +\- 24 meses

165
Cuadro 22 (continuación). Distribución absoluta de ofrendas funerarias en cada sepultura.

Cantidad de ofrendas
O p. Sep. Ind. Sexo Edad Total
Cerámica Lítica Restos fauna
58 47 1 Posmasc 16-20 años 1 1
58 53 Noind 2 2
58 58 1 No ident Sólo adulto 1 1
58 59 Sin info 1 1
58 69 1 No ident Sólo adulto 1 1
58 82 Sin info 1 1
58 88 1 No ident Sólo adulto 1 1
1 Pos mase 16-20 años
58 95 2 No ident 4,5-6,5 años 1 1
3 No ident 16-20 años
1 Posmasc 20-35 años
2 Fem 30-40 años
59 1 2 1 3
3 No ident 3 años± 1 año
PC No ident Sólo adulto
59 3 Noind 1 1
59 8 Sin info 1 1
59 9 Noind 1 1
60 3 Noind 1 1
60 4 Noind 1 1 2
60 8 Noind 1 1
1 Posfem 24-30
60 13 2 No ident Sólo adulto 1 1
3 No ident 1O años ± 2,5 años
60 15 Noind 1 1
61 2 Noind 3 3
61 4 1 No ident 24-35 1 1
1 No ident 20-30 años
61 6 1 1
2 No ident 30-40 años
61 11 Sin info 2 2
Total ..
60 5 2 67
Abrevtaturas: Op= operactón, Sep= sepultura, Ind= md1Vlduo, Mase= masculmo, Fem= femenmo,
Pos fem= posible femenino, Pos mase= posible masculino, No ident= no identificado, No ind= no
individuos, Sin info= sin información.

166
5.3.2. Disposición de las tumbas de cajón dentro de los cementerios

Con el análisis visual realizado, basado en los planos y dibujos de los siete
cementerios del sector Playskool, se delimitaron similitudes en patrones de organización y
orientación. En total se identificaron siete tipos de conjuntos (C), a saber: alineación
horizontal de oeste a este (C1), distribución semicircular (C2), disposición escalonada
(filas) de noroeste a sureste (C3), distribución escalonada (filas) de noreste a suroeste (C4),
agrupamiento pequefto (de dos a tres tumbas) (C5), agrupamiento irregular (C6) y tumbas
aisladas (C7). En estos conjuntos se inhumaron tanto individuos adultos como subadultos
de ambos sexos y no se observaron diferencias en la ubicación de las sepulturas que hayan
sido influenciadas por estas variables demográficas (ver Figuras 78-85).
De las 190 tumbas excavadas en este sector. la mayoría de ellas (47,9%) presentan
una distribución semicircular y en menor cantidad (1,6%) se dispusieron de manera aislada,
tal y como se muestra en la Cuadro 23. Además, en algunos cementerios se observaron
varios tipos de conjuntos, como es el caso del cementerio del nivel 1 de la operación 58 en
el cual se identificaron cuatro tipos: el C1, C2, CS y C7.

Cuadro 23. Frecuencia de los tipos de conjuntos, según operación, en las tumbas del sector
Playskool, sitio Agua Caliente (n=190).

Op. C1 Cl C3 C4 C5 C6 C7 Total
55 28 28
56 8 3 11
58 (N1) 12 11 3 1 27
58(N2) 45 5 50
58(N3) 18 15 33
59 7 2 2 11
60 6 9 15
61 5 10 15
Total 58 91 11 10 8 9 3 190
Porcentaje 30,5% 47,9% 5,8% 5,3% 4,2% 4,7% 1,6% 100%
Abrevtaturas: Op= operactón, N= mvel, C= conJunto.

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\ \ Pared de zanja
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- - - • Agrupamiento Cl: distribución horizontal (oeste aeste).

Figura 78. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del
cementerio de la operación 55, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío
1999: Figura 4 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

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O N\Jmero de artefacto
------- Limite de sepultura

\ \ Pared de zanja

---- Agrupamiento (2: distribución semicircular.


o Sm
CS: agrupamientos pequenos

Figura 79. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del
cementerio de la operación 56, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío
1999: Figura 6 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

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SIMBOLOGIA
1 Artefacto
O Número de artefacto
Límite de sepultura
? Ubicación tentativa del artefacto
Agrupamiento
C1: distribución horizontal (oeste aeste) N
C2: distribución semicircular
C5: agrupamientos pequeños
C7: tumbas aisladas ---
O 5m
1
Figura 80. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del nivel
1 de la operación 58, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío 1999: Figura
8 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

170
SIMBOLOGIA
e Artefacto
O Número de artefacto
Límite de sepultura
Agrupamiento

---
C2: distribución semicircular N
C3: distribución escalonada de
noroeste a sureste
O Sm
1
Figura 81. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del nivel
2 de la operación 58, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío 1999: Figura
9 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

171
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1 Artefacto

ONúmero de artefacto
·····-- Límite de sepultura

•••• Agrupamiento Cl: distribución horizontal (oeste aeste).


o Sm
C2: distribución semicircular.

Figura 82. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del nivel
3 de la operación 58, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío 1999: Figura
10 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

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SIMBOLOGIA
e Artefacto
O Número de artefacto
Límite de sepultura
? Ubicación tentativa del artefacto
Agrupamiento
C2: distribución semicircular N

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C5: agrupamientos pequeños
O Sm
C7: tumbas aisladas
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Figura 83. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del
cementerio de la operación 59, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío
1999: Figura 11 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

173
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SIMBOLOGIA
e Artefacto
O Número de artefacto
Límite de sepultura
Agrupamiento
C3: distribución escalonada de N
noroeste a sureste
C6: agrupamientos irregulares
o Sm
1
Figura 84. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del
cementerio de la operación 60, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío
1999: Figura 12 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

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SIMBOLOGIA
e Artefacto
O Número de artefacto
Límite de sepultura
Agrupamiento N
C2: distribución semicircular
C4: distribución escalonada de
noreste a suroeste
o Sm
1
Figura 85. Diferenciación visual de los patrones de emplazamiento de las tumbas del
cementerio de la operación 61, sector Playskool, sitio Agua Caliente (tomado de Achío
1999: Figura 13 y modificado por María Laura Sáenz 2012).

175
Estos patrones de organización y orientación poseen similitudes con aquellos
definidos por Vázquez (1990) en el sector Cocorí (Figura 86). En ambos sectores, la mayor
proporción de tumbas se organizó formando semicírculos, así como también se presentaron
filas o tumbas escalonadas, grupos pequeños, e incluso tumbas aisladas.

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Op. 25a Op.29a

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Op. 37c
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SIMBOLOGIA
• • • • • • • Patrones espaciales

[J Tumbadeca~n
···+··+··+ Límite área excavada

Figura 86. Distribución semicircular de las tumbas de cajón en las operaciones 32a,
25a, 29a, 31b y 37c del sector Cocorí (tomado de Vázquez 1989: Figura 3).

176
5.4. Reconstrucción demográfica

El presente estudio del comportamiento demográfico del sitio Agua Caliente, está
basado en la distribución por sexo y edad de 31 Oindividuos, 159 recuperados en el sector
Cocori y 151 en el Playskool (ver Anexo 18). En este análisis se tomaron en cuenta sólo las
inhumaciones adscritas a la fase Cartago que se encontraron en las tumbas de cajón.
Los indicadores demográficos se examinaron bajo el supuesto de población estable,
a pesar de que se tiene en cuenta de que este postulado rara vez se cumple en la realidad.
No obstante, este modelo teórico permite estandarizar la demografia de la población, al no
disponer con datos etnohistóricos que hagan referencia sobre el crecimiento poblacional del
sitio Agua Caliente durante el periodo del900 al1550 d.C.

5.4.1. Distribución por sexo

La variable sexo fue determinada en 77 individuos (24,8%) (Cuadro 23). La


proporción entre mujeres y hombres es muy similar, ya que se contabilizaron 26 individuos
femeninos (8,4%) y 23 masculinos (7,4%). Sí a estos resultados se les suman los valores de
los posibles femeninos y de los posibles masculinos, se obtiene un total de 40 mujeres
(12,9%) y 37 hombres (11,9%).

5.4.2. Grupos de edad

Los individuos fueron clasificados en nueve grupos de edad configurados en rangos


quinquenales, iniciando con el grupo de O a 4 años, el cual incluye a los recién nacidos y/o
fetos, y finalizando con los adultos de 40 a 44 años. A los individuos que por su estado de
conservación no fue posible asignarles la edad de muerte o rango de edad, fueron
agrupados en dos categorias generales: adultos y subadultos. Además, en algunos casos los
restos óseos estaban tan fragmentados que no pudieron ser clasificados en ninguna de las
categorías, por lo que se registraron como no identificados (Cuadro 23).

177
Cuadro 24. Distribución general por sexo y de edad de los individuos identificados en la
muestra esquelética(n=31 0), sectores Cocorí y Playskool, sitio Agua Caliente.

Grupo de edad Fem Posfem Mase Pos mase No ident Total Porcentaje
0-4 _(Infante) 54 54 17,4%
5-9 (Niño) 1 43 44 14,2%
10-14 (Preadolescente) 1 1 14 16 5,2%
15-19 (Adolescente) 3 2 4 2 7 18 6,1%
20-24 (Adulto joven) 4 2 7 13 26 8,4%
25-29 8 1 6 8 23 7,4%
30-34 2 1 2 2 4 11 3,5%
35-39 3 1 2 1 7 2,2%
40-44 1 1 0,3%
Adulto 4 7 2 5 71 89 28,4%
Subadulto 5 5 1,6%
No ident 1 1 1 13 16 5,2%
Total 26 14 23 14 233 310 100%
Porcentaje 8,4°k 4,5% 7,4% 4,5% 75,1% 100%
Abrevtaturas: Mase= masculmo, Fem= femenmo, Pos fem= postble femenmo, Pos mase= postble
masculino, No ident= no identificado.

Para incluir a los individuos adultos y subadultos en su probable grupo de edad, se


aplicó la técnica de prorrateo por proporcionalidad, con el objetivo de distribuir
proporcionalmente a los adultos entre los rangos de edad de adultos y a los subadultos entre
los rangos correspondientes (Cuadro 26 y 25). Este mismo procedimiento se aplicó para los
individuos no identificados, pero fueron asignados entre los 9 grupos de edad anteriormente
prorrateados (Cuadro 27).

178
Cuadro 25. Distribución por prorrateo de los individuos adultos, sector Cocori y Playskool,
sitio Agua Caliente {n=157).

Grupo de edad Frecuencia x Defunciones (d<x>)


20-24 26 60
25-29 23 53
30-34 11 25
35-39 7 17
40-44 1 2
Adultos 89 -
Total 157 157

Cuadro 26. Distribución por prorrateo los individuos subadultos, sector Cocori y
Playskool, sitio Agua Caliente {n=137).

Grupo de edad Frecuencia x Defunciones (d<x>)


0-4 54 56
5-9 44 46
10-14 16 17
15-19 18 19
Subadultos 5 -
Total 137 137

179
Cuadro 27. Distribución por prorrateo de la muestra completa, sector Cocorí y Playskool,
sitio Agua Caliente (n=310).

Grupo de edad dtx) ~X) dtx)' lt'x)' q(X) Ltx) Ttx) Etx)
0-4 59 310 190 1000 0,190 4525 18204,5 18,2
5-9 48 251 155 810 0,191 3662 13679,5 16,9
10-14 18 203 58 655 0,089 3130 10017,5 15,3
15-19 20 185 65 597 0,109 2822,5 6887,5 11,5
20-24 63 165 203 532 0,382 2152,5 4065 7,6
25-29 56 102 181 329 0,550 1192,5 1912,5 5,8
30-34 26 46 84 148 0,568 530 720 4,9
35-39 18 20 58 64 0,906 175 190 3,0
40-44 2 2 6 6 1.000 15 15 2,5

5.4.3. Construcción de la tabla de vida

La tabla de vida es un modelo probabilístico que refleja el efecto de la mortalidad en


la población, a través de estadísticas vitales, como el número de muertes en cada grupo de
edad (defunciones ~x)), la cantidad de sobrevivientes (~x)), la probabilidad de morir (q(x)) y
la esperezan de vida (E(x)).
Para el sitio Agua Caliente, se construyó una tabla de vida que consta de nueve
columnas, en las cuales se representan los indicadores demográficos (Cuadro 28). La
elaboración de estos indicadores se detalla en los siguientes apartados, ya que estos
requirieron de la aplicación de una serie de fórmulas matemáticas, e incluso de la
realización de ajustes a los valores obtenidos.

5 .4.3 .l. Defunciones <loo

El número de defunciones está representado por la cantidad de individuos en cada


grupo de edad, una vez que los individuos identificados sólo adultos o subadultos han sido
prorrateados (Cuadro 29). De tal manera, para el sitio Agua Caliente el grupo de edad de 20
a 24 años es el que presenta más muertes (20,3%), seguido por el rango de O a 4 años con

180
Cuadro 28. Tabla de vida del sitio Agua Caliente con base en estadísticas vitales (número
de defunciones, sobrevivientes, probabilidad de morir y esperanza de vida)

Grupo de edad Frecuencia x Defunciones (dlx))


0-4 56 59
5-9 46 48
10-14 17 18
15-19 19 20
20-24 60 63
25-29 53 56
30-34 25 26
35-39 17 18
40-44 2 2
No identificados 16 -
Total 310 310
Abreviaturas: ~x) = defunciones, ~x) = sobrevivientes, ~xY = defunciones ajustadas, ~x)' = sobrevivientes
ajustados, Q(x) =probabilidad de morir, L(x) =año-persona vividos, T(x) = años~persona vividos acumulados,
E(x) = esperanza de vida.

un 19% (Figura 87). Además, la proporción de muertes entre los sexos es muy similar,
puesto que para los individuos femeninos y masculinos la diferencia es de un 1% (Figura
88). No obstante, es importante manejar estos cálculos con cautela, ya que sólo a un 24,8%
de los individuos de la muestra fue posible determinarles el sexo, lo que impidió efectuar
tablas de vida para hombres y mujeres.

Cuadro 29. Número de defunciones (~x)) en cada grupo de edad de la muestra osteológica
(n=310), sitio Agua Caliente.

Grupo de edad d(x)


0-4 59
5-9 48
10-14 18
15-19 20
20-24 63
25-29 56
30-34 26
35-39 18
40-44 2

181
0-4 5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44
Grupos de edad

Figur·a 87. Distribución porcentual de las muertes en la muestra osteológica (n=310), sitio
Agua Caliente.

80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
00/o
Femenino Posible Masculino Posible No identificado
femenino masculino

Figura 88. Distribución de las muertes según sexo en la muestra osteológica (n=310), sitio
Agua Caliente.

182
5.4.3.2. Sobrevi\'iente_sloo

La sobrevivencia se interpreta como la proporción de aquellos individuos nacidos


que han sobrevivido en cada grupo de edad. En la población de estudio, los sobrevivientes
en el primer grupo (0-4 años) o 1(0-4) está constituido por el total de la muestra, es decir, 31 O
individuos. En cada grupo de edad la cantidad de sobrevivientes va disminuyendo, de tal
manera que en el cuarto grupo de edad (15-19 años) sobrevive el 60% de la población, la
cual se reduce a un 33% entre los 25 y 29 años, y en el último grupo de edad sólo queda un
0,65% de la población (Figura 89).

120%
100% ...
80% ~
~
60%
40% ~

20% - ~~
O% ,...
0-4 5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44

Grupos de edad

Figura 89. Curva de sobrevivencia de la muestra osteológica (n=31 0), sitio Agua Caliente.

2..:_4.3.3. A juste de defunciones y sobrevivientes

Al número de defunciones y sobrevivientes presentado en los apartados anteriores,


se le realizó un ajuste con la intención de demostrar que al desaparecer una generación no
se extingue la población, porque ésta es sustituida por aquellos que todavía viven. Para
reflejar esta situación, se fijó una población de origen de 1000 habitantes 11 y se efectuó el

11
La población de origen es un recurso aritmético empleado en demografía tanto para poblaciones
contemporáneas como antiguas. Se establece dependiendo de la cantidad de defunciones que tiene la muestra
de estudio, por ejemplo puede ser 1000 o 10000.

183
ajuste de las defunciones (Cuadro 30). Cuando se obtuvo la nueva serie de defunciones, se
procedió a calcular los sobrevivientes (Cuadro 31 ).

Cuadro 30. Defunciones ajustadas (~x)) de la muestra osteológica (n=310), sitio Agua
Caliente

Grupo de edad dlxl dlxl'


0-4 59 190
5-9 47 155
10-14 18 58
15-19 21 65
20-24 63 203
25-29 56 181
30-34 27 84
35-39 17 58
40-44 2 6

Cuadro 31. Sobrevivientes ajustados (~x)') en la muestra osteológica (n=310), sitio Agua
Caliente

Grupo de edad lcx) lc-x)'


0-4 310 1000
5-9 251 810
10-14 204 655
15-19 186 597
20-24 165 532
25-29 102 329
30-34 46 148
35-39 19 64
40-44 2 6

184
5.4.3.4. Probabilidad de morir Qoo

Entre los individuos subadultos, la probabilidad más alta de morir se presentó entre
el nacimiento y los nueve años (19%), la cual disminuye entre los 10 y los 14 años hasta
alcanzar el 8,9%. A partir de los 20 años se da un incremento, cuyos valores más altos se
encuentran de los 30 a los 39 años. En el último grupo de edad, el valor de q(x) es igual a
1.0, lo cual significa que para los individuos de este rango la probabilidad de morir es muy
alta (Cuadro 32).

Cuadro 32. Probabilidad de morir (q(x)) entre los grupos de edad en la muestra osteológica
(n=310), sitio Agua Caliente.

Grupo de edad q(x)

0-4 0,190
5-9 0,191
10-14 0,089
15-19 0,109
20-24 0,382
25-29 0,55
30-34 0,568
35-39 0,906
40-44 1.000

5. 4.3. 5. Emeranza de vida E.ooY Tasa Bruta de Mortalidad

Este indicador se calculó con la ayuda de dos recursos aritméticos: los años persona
vividos (L(x)) y los años persona vividos acumulados (Tcx)). De tal manera, se estimó que
para un individuo inhumado en el en el sitio Agua Caliente, la esperanza de vida12 al nacer
es de 18,2 años. Una vez transcurridos los primeros cinco años de vida, el individuo podría
vivir unos 16,9 años más, alcanzado una edad de 35,1 años. Los individuos entre los 20 y
los 24 años esperarían vivir unos 7,6 años más, mientras que para aquellos que se
encuentran en el último grupo de edad la esperanza de vida es de 2,5 años (Cuadro 33).
12
En este estudio la esperanza de vida es igual a la edad media a la muerte, debido a que se trabajó con el
modelo de población estable.

185
Posteriormente, se estimó la tasa bruta de mortalidad dividiendo 1 entre 18,2 añ.os y
se obtuvo un resultado igual a 0,0549. Al multiplicar este valor por 1000, se infiere que por
cada 1000 habitantes morían 54,9 individuos en un momento dado.

Cuadro 33. Esperanza de vida (E(x)) calculada para cada grupo de edad de la muestra
osteológica (n=31 0), sitio Agua Caliente.

Grupo de edad L(x) T(x) E(x)


0-4 4525 18220 18,2
5-9 3662.5 13695 16,9
10-14 3130 10025 15,3
15-19 2822,5 6880 11,5
20-24 2152,5 4050 7,6
25-29 1192,5 1897,5 5,8
30-34 530 705 4,9
35-39 175 182,5 3,0
40-44 15 15 2,5
.. ..
Abreviaturas: ~x)•años persona VIVIdos, T(x)=años persona VIVIdos acumulados .

5.4.3.6. Censo hipotético de la población C00

Con el censo o pirámide poblacional se obtuvo la estructura por edad de la muestra


de estudio (Cuadro 34). La proporción de subadultos (menores de 20 añ.os), calculada al
sumar los valores de C(x) para los primeros cuatro grupos de edad, es de 0,7765 y la de
adultos es de 0,2232, lo cual refleja que más de la mitad de la población del sitio Agua
Caliente era muy joven (Figura 88).

186
Cuadro 34. Censo hipotético calculado para la muestra osteológica (n=310), sitio
Agua Caliente.

Gru])O de edad C(x)

0-4 0,2485
5-9 0,2011
10-14 0,1719
15-19 0,1550
20-24 0,1182
25-29 0,0655
30-34 0,0291
35-39 0,0096
40-44 0,0008


40-44
35-39
"O
30-34
]
= 25-29
~
"O
20-24 1

Q
c. 15-19
= 10-14
J.
~
5-9
0-4 J

o 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25

Figura 90. Pirámide poblacional de la muestra osteológica (n=310), sitio Agua Caliente.

5.4.4. Indicadores de fecundidad

Con base en el desarrollo de la tabla de vida, se obtuvieron los indicadores de


fecundidad que también son de suma importancia para definir el perfil demográfico del
sitio Agua Caliente. El estudio de este fenómeno demográfico se realizó con los grupos de
edad reproductiva de la mujer, con los cuales se estimó una serie de tasas que a
continuación se puntualizan.

187
5.4.4.1. Tasas Específicas de Fecundidad FB00

Estas tasas hacen referencia al número de hijos que tuvo cada mujer de cada grupo
de edad y para poder calcularlas, primero fue necesario conocer la proporción total de
mujeres (" ~x)), las constantes de fecundidad (~x)) de Weiss (1973) y el factor de
fecundidad denominado B barra. Los resultados obtenidos a partir de estos procedimientos
estadísticos, así como las tasas específicas de fecundidad, se muestran en el Cuadro 35. Al
analizar estos valores, se observa que la tasa más alta de fecundidad se presenta en el grupo
de edad de 25 a 29 años, seguida por la del grupo de 20 a 24 años, lo cual sugiere que las
mujeres tuvieron la mayor cantidad de hijos entre los 20 y los 29 años.

Cuadro 35. Tasas Específicas de Fecundidad (FBcx)) en cada grupo de edad de la muestra
osteológica (n=31 0), sitio Agua Caliente.

Grupo de edad A L(x) Kfxl "Ltx\ Ktxl FBlxl


15-19 2,8225 0,64199 1,8120 0,0750
20-24 2,1525 1,73859 3,7423 0,2032
25-29 1,1925 1,74068 2,0757 0,2035
30-34 0,530 1,41042 0,7475 0,1649
35-39 0,175 0,98137 0,1717 0,1147
40-44 0,015 0,40670 0,0061 0.0475
Total 8,555 0,8088
Abreviaturas: "4x>= años mdivtduales vivídos, ~x) =constantes de Weíss, "4x> ~x)= factor de
fecundidad.

5.4.4.2. Tasa Bruta de Re.producción y Tasa Neta de Re.producción R.!.ID

Para la población estudiada se estimó una tasa bruta de reproducción igual a 4, la


cual indica que cada mujer al fmal de su ciclo reproductivo, pudo haber tenido al menos
cuatro hijas sobrevivientes. De esta manera, se puede decir que por cada mujer nacían en
promedio cuatro mujeres más. La tasa neta de reproducción Reo) evalúa sí la cantidad de
niftas que nacían, aseguraban el reemplazo generacional de una sociedad. Al calcular este
indicador para el sitio Agua Caliente, se evidenció que este reemplazo sí se cumplió, ya que
al redondear la suma de los valores Reo) se obtiene un resultado igual a 1, tal y como se
espera para sociedades con una tasa de crecimiento igual a cero (Cuadro 36).

188
Cuadro 36. Tasa Neta de Reproducción obtenida de la muestra osteológica (n=31 0), sitio
Agua Caliente.

Grupo de edad Rto)


15-19 0,2117
20-24 0,4374
25-29 0,2427
30-34 0,0874
35-39 0,0201
40-44 0,0007
Total 1,0000

5.4. 4.3. Nacimientos. fecundidad y tamaño promedio de la familia

Para el sitio Agua Caliente se estimó una tasa bruta de natalidad igual a 0,055 que,
al ser multiplicada por 1000, da pie para interpretar que por cada 1000 habitantes, nacían 55
individuos (Cuadro 37). Se calcula que la duración del periodo resproductivo es de 23,8
años, tal como lo demuestra la suma del indicador T barra en el Cuadro 38. La tasa global
de fecundidad señala que las mujeres al final de su vida reproductiva, pudieron haber tenido
8 hijos y se considera que las familias estaban integradas por un promedio de 3,35 hijos
sobrevivientes. Además, al dividir el valor del indicador T barra entre el número total de
hijos, se tiene que el espacio entre cada nacimiento era de 3 años, los cuales estaban
controlados por la lactancia.

Cuadro 37. Tasa Bruta de Natalidad calculada para la muestra osteológica (n=31 O), sitio
Agua Caliente.

Grupo de edad TBN


15-19 0,0116
20-24 0,0240
25-29 0,0133
30-34 0,0047
35-39 0,0011
40-44 0,00004
Total 0,05484

189
Cuadro 38. Duración del periodo reproductivo (T Barra) obtenida para la muestra
osteológica (n=3 10), sitio Agua Caliente.

Grupo de edad TBarra


15-19 3,7045
20-24 9,8412
25-29 6,6735
30-34 2,8404
35-39 0,7527
40-44 0,0303
Total 23,842

190
Capítulo VI:
Discusión de
resultados y palabras
finales

191
6.1. Acerca del análisis osteológico

6 .1.1. Distribución por sexo y edad

Del total de la muestra analizada (n=58), sólo fue posible determinar el sexo de 13
individuos posadolescentes (mayores de 15 años). Entre estos individuos la proporción de
los sexos fue desigual, ya que se identificó un mayor número de mujeres (10,34%) que de
hombres (3,45%). La distribución de esta variable difiere de la propuesta por Weiss (1973)
para las sociedades agrícolas preindustriales, en la cual por cada individuo masculino hay
uno femenino. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que esto se debe a que la muestra
estudiada por la autora no correspondió a un criterio estadístico y representa sólo un
segmento de la población que fue enterrada en el sector Playskool.
Con respecto a la distribución por edades, se crearon seis grupos de edad que
comprenden rangos de cinco años. El primer grupo corresponde a los infantes (0-4 años) y
el último a adultos de 30 a 34 años. Al igual que en la proporción por sexos, la mortalidad
entre los grupos etáreos no cumplió con los parámetros esperados para poblaciones
precolombinas, en las cuales se espera que el mayor porcentaje de muertes se presente en
los primeros cinco años de vida. En este caso, sólo se contabilizaron tres defunciones
durante la infancia, debido a que la gran cantidad de muertes sucedieron durante edades
adultas. Como se mencionó anteriormente, esta situación se debe a que la muestra analizada
constituye un sector muy pequeño del total de la población, integrado principalmente por
individuos adultos (75,86%).

6 .1.2. Condiciones de salud de los individuos analizados

En 33 de los individuos analizados osteológicamente, tanto adultos como


subadultos, se identificaron patologías dentales y óseas. Entre las enfermedades orales se
registraron caries, desgaste, periodontitis, hipoplasia del esmalte, cálculos y pérdidas
antemortem. Fue usual observar individuos afectados por varios de estos padecimientos al
mismo tiempo, ya que algunas de estas patologías promueven el desarrollo de otras. Por
ejemplo, los cálculos producen periodontitis y las caries en sus etapas más avanzadas,
generan abscesos y la pérdida de dientes.

192
En la amplia trayectoria de la historia humana, el deterioro de la salud bucal,
principalmente de las mujeres, está asociado con el cambio en la alimentación suscitado por
la transición del modo de vida cazador-recolector al agrícola (Lukacs 2008:901 ). Con el
surgimiento de la agricultura se adoptó una dieta basada en carbohidratos, a la cual se le
atribuye un incremento en el padecimiento de caries, tal como se observó en la muestra
analizada. Restos de granos de maíz y frijol encontrados en uno de los basamentos de este
sitio y debajo del piso de una de las tumbas de cajón (Achío 1999:26, Vázquez 1984a:12-
13 ~ Salazar y Sánchez 2009: 150-151 ), así como el cultivo de productos como yuca, pifia,
cacao, caña dulce, plátano y pejibayes en el Valle del Guarco (lbarra 1984:141),
demuestran el consumo de alimentos ricos en carbohidratos que pudieron repercutir en el
desarrollo de esta patología.
Las caries afectaron a más mujeres que a hombres. Dicha incidencia ha sido
justificada a través de factores culturales como la división sexual de labores, entre las que
se contempla que las mujeres se encargan de preparar y servir la comida y que por lo tanto,
tenían fácil acceso a las despensas de alimentos que les permitía comer con más frecuencia
que a los hombres. Sin embargo, el incremento de la fecundidad, como resultado del
sedentarismo que ocasionó la agricultura, ha sido atribuido a la diferencia sexual en la
incidencia de caries. Las investigaciones en cariogénesis indican que la alta incidencia de
caries en las mujeres, está influenciada por los múltiples cambios biológicos que sufren
durante el embarazo, como la alteración de las hormonas sexuales femeninas, la
composición bioquímica del flujo salival, el debilitamiento del sistema inmunológico, así
como con los antojos y la aversión por ciertas comidas (Lukacs 2008:901,904, 909).
Por otra parte, el desgaste oblicuo que presentan las piezas dentales de los
individuos examinados, hace referencia a cambios en el patrón de atrición que también se
relacionan con el advenimiento de la agricultura. El paso de una subsistencia basada en la
caza y la recolección, a una dieta de granos y comida hervida, generó que el desgaste de los
molares se modificara de liso a oblicuo (Brace 1962 citado por Smith 1984:40). Esta
variación se debe a una reducción tanto en la dureza de los alimentos como en la
consistencia fibrosa de los mismos, la cual está vinculada con las innovaciones en la
preparación de los alimentos, que incluyen el uso intensivo de piedras de moler y la
utilización de artefactos cerámicos (Smith 1984:54). Además, la presencia de melladuras en

193
las piezas dentales, así como de un desgaste biselado en la cara lingual de los incisivos
superiores de un individuo masculino, sugieren que en algunos casos el desgaste dental
pudo estar asociado con prácticas culturales y laborales, en las cuales los dientes fueron
empleados como herramientas.
Con respecto a las patologías óseas, la periostitis (un trauma) fue la única
enfermedad que se identificó, afectando las tibias de dos individuos y el húmero de un
tercero. Esta dolencia puede originarse como producto de una enfermedad específica, como
por ejemplo la sífilis, o puede presentarse por sí sola. En los esqueletos arqueológicos, la
zona más común donde se detecta es en la diáfisis de la tibia, y se han realizado
considerables especulaciones sobre el porqué de esta ubicación, pero las explicaciones
continúan siendo debatidas. No obstante, es importante mencionar que los huesos más
cercanos a la piel, como es el caso de la tibia, son más propensos a sufrir traumas directos,
a diferencia de aquellos que se encuentran protegidos por músculos más gruesos. Por
consiguiente, es muy probable que la proximidad con la superficie de la piel sea un factor
determinante en la localización de la periostitis (Ortner 2003:206,209). En los tres casos
estudiados, la inflamación del periostio afectó sólo una parte de las diáfisis y no se
encontraron evidencias de otra lesión que pudiera estar relacionada con la formación de
esta patología. De tal manera, se considera que en estos individuos la periostitis se
desarrolló por sí sola y que probablemente fue causada por algún golpe, infección cutánea,
picaduras de insectos o la agencia de otros parásitos en el ambiente de la región geográfica.

6.2. Organización social y el desarrollo sociocultural del sitio Agua Caliente

El Valle del Guarco contó con una diversidad de recursos naturales, los cuales
facilitaron el asentamiento y el desarrollo de grupos antiguos, tal como lo indica la
abundante evidencia arqueológica de la zona. Los habitantes tuvieron acceso a gran
variedad de alimentos y contaron con suelos fértiles para el cultivo, situación que les
permitió basar su subsistencia en prácticas agrícolas, complementadas con la caza y la
recolección. Además, las poblaciones indígenas tuvieron fuentes de agua y materias primas
a su disposición. Entre las materias primas se encuentran los depósitos de piedras para la
elaboración de tumbas de cajón, artefactos y estructuras; así como los yacimientos de

194
arcilla para la manufactura de piezas cerámicas (Peytrequín y Aguilar 2007b: 65-66,70-71).
Cabe la posibilidad de que los segmentos sociales dominantes regularan el acceso a ciertos
de estos recursos. Asimismo, es probable que el control de estos materiales permitiera el
surgimiento de artesanos especializados, quienes estuvieron dedicados a alfarería o al
trabajo en piedra.
La presencia de material cultural de los cuatro complejos cerámicos de la región
arqueológica Central, a saber: Barva (1000-300 a.C.), Pavas (300 a.C.-300 d. C.), Curridabat
(300-800 d.C.) y Cartago (900-1550 d.C.), demuestra la extensa trayectoria de ocupación
de este sitio. Durante el periodo más tardío de ocupación, el sitio adquirió características
vinculables con una organización cacical. Cambios suscitados con el paso del tiempo, como
el aumento de la población, el mejoramiento de las técnicas para el aprovechamiento de los
recursos, las nuevas estrategias de producción y los procesos de trabajo, pudieron motivar
el surgimiento de dichas jefaturas o cacicazgos, como sistemas políticos centralizados
alrededor de poderes dinásticos o hereditarios (Peytrequín y Aguilar 2007b:69; Vázquez y
Corrales 1987:16).
Según el modelo clásico de jefaturas de Service (1964), en una sociedad
jerarquizada el poder político-administrativo estaba en manos del personaje principal, quien
se encargaba de la toma de decisiones, así como de la redistribución de excedentes locales y
del intercambio de productos. Se considera que este personaje junto con sus esposas,
familiares, consejeros, artesanos, entre otros, residieron en el centro arquitectónico. De este
modo, las variaciones constructivas observadas entre las estructuras de este sector, pueden
indicar diferencias sociales entre los habitantes de las mismas, así como la variedad de
funciones o labores llevadas a cabo en cada una de ellas (Peytrequín y Aguilar 2007b:71;
Vázquez 1985:13).
La construcción del complejo arquitectónico del sitio Agua Caliente estuvo bajo el
comando directo del poder cacical. Se considera que la edificación de las estructuras de
mayor tamaño inició durante la fase Curridabat, pero se observó que la ocupación de las
estructuras se prolongó hasta el periodo tardío. Esta obra arquitectónica es un indicio del
progreso que habían alcanzado las relaciones productivas a nivel regional, la cual puede ser
interpretada como un proyecto que involucró fuerza laboral y apoyo productivo. Asimismo,
es factible suponer que sólo con cuantiosos equipos de trabajo se podía reunir la energía

195
necesaria para levantar los basamentos, los rellenos artificiales, las calzadas y otras obras
monumentales (Peytrequín y Aguilar 2007b:74; Vázquez 1985:13). Además, es importante
tomar en cuenta que el sector arquitectónico pudo ser de mayor tamañ.o. En este sentido,
parte del mismo pudo haberse extendido al costado del margen izquierdo de la quebrada El
Molino (arqueólogo R. Vázquez 2012, comunicación personal).
La presencia de numerosos cementerios, de calzadas que conducen al sector nuclear
y la ausencia de una plaza abierta, sugieren que en el sitio se ejecutaron principalmente
actividades funerarias y no comerciales. De tal manera, C-35 AC es contemplado como un
centro que administraba funciones sociales, políticas, económicas y religiosas, en el cual se
efectuaban ceremonias mortuorias para algunos de los pobladores del cacicazgo del Guarco
durante el periodo tardío (Peytrequín y Aguilar 2007b :72-74).

6.2 .l. Acercamiento a la organización social a través de los contextos funerarios

En los contextos funerarios se reflejan diferencias sociales que pueden hacer


referencia a la organización social, ya que como mencionan Binford (1971) y Ucko (1969)
las prácticas funerarias están determinadas por la complejidad social de una sociedad. De
tal manera, en este documento para determinar las diferencias sociales verticales o el rango
se evaluaron la cantidad y el tipo de ofrendas funerarias y la energía invertida en la
construcción de las tumbas. Asimismo, para identificar el estatus o la diferencia social
horizontal se utilizó la distribución espacial de las sepulturas dentro de las zonas funerarias.
En los cementerios de los sectores Cocorí y Playskool, las sepulturas comparten las
mismas características en cuanto a su forma y construcción, lo cual denota una inversión de
energía muy uniforme. Estos rasgos funerarios representan cajones rectangulares con
dimensiones anatómicas, elaborados con cantos rodados y lajas calcáreas e ígneas. El 90%
(n=60) de los artefactos ofrendados eran cerámicos, los cuales fueron clasificados dentro de
la tipología cerámica de la región de estudio. Con menos frecuencia, se asociaron objetos
líticos (7%, n=5) y restos de fauna (3%, n=2). Además, cabe destacar que sólo en la
operación 8 del sector Cocorí se encontró un artefacto metálico, el cual corresponde a un
cascabel de cobre (arqueólogo R. Vázquez 2013, comunicación personal).

196
Por lo general, la cantidad de ofrendas depositadas estuvo relacionada con el
número de individuos inhumados. De esta manera, en la mayoría de las sepulturas (68,42%,
n=38) se colocó sólo un artefacto, debido a que sólo había un individuo inhumado. La
variación en el número de artefactos depositados en algunas de las sepulturas, puede estar
expresando un tipo de diferenciación social horizontal dentro de los grupos corporativos. El
rasgo funerario con la mayor cantidad de ofrendas fue la sepultura 28 de la operación 58, en
la que se halló un total de siete ofrendas cerámicas asociadas a dos individuos, un
adolescente y un posible adulto. También cabe destacar que en los enterramientos de dos
subadultos, el de la sepultura 27 y 29 de la operación 58, se les depositaron tres y cuatro
artefactos respectivamente. Es probable que estos individuos tuvieran una posición
distinguida en comparación con los demás, razón por la cual la persona social de ellos fue
honrada con un ajuar funerario más cuantioso, o simplemente se tratara de una expresión de
aprecio particular. Sin embargo, en el marco general de los cementerios estudiados en el
sitio, la asociación de otros indicadores no destaca a esas inhumaciones por sobre otras.
Por otro lado, con el análisis visual de la distribución espacial de las tumbas dentro
de los cementerios del sector Playskool, se identificaron siete patrones espaciales, a saber:
alineación horizontal de oeste a este (Cl), distribución semicircular (C2), disposición
escalonada (filas) de noroeste a sureste (C3), distribución escalonada (filas) de noreste a
suroeste (C4), agrupamiento pequeño (de dos a tres tumbas) (C5), agrupamiento irregular
(C6) y tumbas aisladas (C7). El mayor porcentaje de sepulturas (47,9%) fue organizado
según el diseño semicircular. Este patrón de organización también predominó en el sector
Cocori y se observó en otros sitios, como Hacienda El Molino, Santiago y Los Limones
(Hartman 1991; Vázquez 1982,1984b). Por consiguiente, se sugiere que tanto en el sitio
Agua Caliente como en los alrededores, fue usual que las sepulturas se distribuyeran dentro
de los cementerios siguiendo un modelo semicircular (Vázquez 1989,1990).
En estos cementerios del sector Playskool, la homogeniedad en el tipo y número de
artefactos ofrendados sugiere que los individuos compartían identidades sociales similares
y que por lo tanto, la persona social de ellos recibía honras fúnebres muy semejantes. De
igual manera, la similitud en la elaboración y la disposición organizativa de las tumbas en
los contextos para los cuales se cuenta con información arqueológica, apunta que los
individuos allí enterrados pertenecían a un rango y estatus social basal.

197
Por otro lado, en algunos sectores del sitio se han descubierto artefactos que se
diferencian de las ofrendas funerarias recuperadas en los sectores Playskool y Cocorí. Al
respecto, Alfaro (1894a:103, 1894b:23-24) menciona que de los cementerios de este sitio se
obtuvieron más de 5000 piezas de oro, cobre, piedra y cerámica. Asimismo, señala que de
una sola sepultura se hallaron 18 objetos de oro, entre ellos tres patenas grandes. Sobre la
patena más grande reposaba la cabeza del individuo que yacía extendido, mientras que las
otras dos cubrían las zonas donde se ubican las orejas. Según comentó Lorenzo Macís,
trabajador de Troyo que abrió dicha tumba, sobre el área del pecho del individuo y a
manera de collar, había 15 idolillos y cascabeles. Además, Hartman (190 1) también asevera
que la colección de artefactos que el señor Rojas Troyo obtuvo en las plantaciones de café
de la propiedad, estaba compuesta por materiales cerámicos, líticos y de oro.
La riqueza y el valor de esos artefactos, así como la energía invertida en su
elaboración, hacen referencia a un grupo pequeño con una posición privilegiada dentro de
la sociedad, al cual se le conoce como élite y estaba integrado por el cacique, sus familiares
y sus consejeros, quienes se encargaban de la toma de decisiones políticas, sociales,
económicas y religiosas. La muerte de uno de estos personajes demandaba la participación
de toda la unidad social, la cual posee fuertes relaciones de obligación con ellos. La persona
social de estos individuos, constituida por el cmuunto identidades sociales que tuvieron
durante su vida, exigía la realización de ostentosa honras fúnebres, la interrupción de las
actividades cotidianas y la inversión de grandes cantidades de energía en la ejecución de los
rituales funerarios.
Los personajes de alto rango, a diferencia del resto de la población, tenían acceso a
diversos artículos suntuarios, algunos de ellos procedentes de otras regiones. Por ejemplo,
en el montículo 1 del sector Reserva, se halló un contexto funerario compuesto por objetos
cerámicos de la Gran Nicoya, fragmentos de cerámica plomiza mesoamericana del tipo
Tohil Lujoso y un cascabel de oro con forma esférica que presenta características del
Pacífico Sur del país (Peytrequín y Aguilar 2007a:244-246). Aunado a esto, el
enterramiento de estos individuos en una zona exclusiva y específica como la aldea
nucleada, también demuestra el alto rango y estatus que poseían.
Con base en distintos contextos funerarios periodo tardío hallados en el sitio Agua
Caliente, se propone que las desigualdades en cuanto al tipo y calidad de las ofrendas

198
funerarias y la energía invertida en los rituales mortuorios, evidencian que la población de
este sitio contaba con una organización social jerarquizada, en la cual un grupo minoritario
y dominante se imponía sobre un segmento poblacional más homogéneo y mayoritario.

6.3. Reconstrucción del escenario demográfico

El perfil paleodemográftco del sitio Agua Caliente para el periodo 900-1550 d.C. se
elaboró con las variables de sexo y edad de 31 O individuos, recuperados en las tumbas de
cajón de los sectores funerarios Cocorí y Playskool. Los indicadores demográficos fueron
examinados con base en el supuesto de población estable. Sin embargo, se reconoce que se
pudo dar un crecimiento poblacional a través de los movimientos migratorios,
particularmente aquellos suscitados por los matrimonios, los cuales debían efectuarse entre
miembros de diferentes clanes, según lo establecía la organización ciánica exogámíca
(Bozzoli 1979:41~ lbarra 1996:150-151). No obstante, este modelo teórico permite
estandarizar los eventos demográficos de la población, al no haber datos etnohistóricos que
hagan referencia sobre el crecimiento de la población del sitio durante el periodo 900-1550
d. C.

6.3 .l. Proporción por sexo y grupos etarios

La serie esquelética estudiada refleja una cantidad de mujeres y hombres


proporcional, compuesta por un total de 26 individuos femeninos (8,4%) y 23 individuos
masculinos (7,4%). Con base en estos datos, es posible suponer que la distribución por
sexos en los cementerios del sitio Agua Caliente, se acerca a la proporción l:l(un hombre
por cada mtijer) propuesta por Weiss (1973) para sociedades agrícolas preindustriales (ver
también Vázquez 1989). Además, se establecieron nueve grupos etarios, cada uno
abarcando rangos de cinco años. No se reportó ningún individuo mayor de 50 años, a los
más longevos se les estimó una edad de 40 años.

199
6.3.2. Indicadores demográficos: la mortalidad y la fecundidad

De acuerdo con la distribución de las edades al momento de la muerte, se calcularon


las estadísticas vitales que permitieron expresar el comportamiento de la mortalidad en la
población de estudio. Asimismo, con base en estos datos se analizó otro indicador: la
fecundidad. Este parámetro también es parte importante del perfil demográfico, ya que está
estrechamente relacionado con el fenómeno que da origen a una cohorte: el nacimiento.
Por lo general, en el marco de sociedades agrarias preindustriales los porcentajes
más altos de mortalidad se presentan durante los primeros cinco años de vida,
especialmente en el transcurso del primer afio. Entre los 5 y los 1O años, la mortalidad
disminuye y se incrementa a partir de los 20 años (Welti 1997). Sin embargo, en la
población estudiada el grupo de edad que registró más defunciones fue el de 20 a 24 aftos
(20,3%), seguido por el grupo de O a 9 años con un 19%. Es muy probable que tanto los
infantes como los niños presenten un porcentaje más bajo de defunciones en comparación
con los adultos, puesto que sus restos óseos pocas veces resisten el paso de los aftos y por lo
tanto, son muy escasos en las muestras óseas arqueológicas. Este mismo motivo puede ser
atribuido a la falta de restos óseos de individuos seniles.
El censo hipotético o pirámide poblacional evidencia que la población del sitio
Agua Caliente estaba compuesta, en su mayoría, por una proporción de individuos muy
jóvenes de edades entro los O y los 19 aftos. Este hecho se relaciona con la esperanza de
vida, ya que al contar con una esperanza de vida al nacer de 18,2 aftos, es factible sugerir
que la población al menos llegó a vivir el doble de esa edad, es decir, que los individuos
alcanzaron la edad de 36 años. Este indicador, a pesar de ser bajo, es adecuado tomando en
cuenta las condiciones de vida de estas poblaciones y la vulnerabilidad que tienen los niftos
recién nacidos de contraer enfermedades. Además, la curva de sobrevivencia señala que a
medida que los individuos envejecían, disminuía el número de sobrevivientes. De manera
tal, entre los 20 y los 24 aftos la población se había reducido en un 50%, lo cual indica una
mortalidad alta.
La probabilidad de morir entre los individuos subadultos presentó un patrón
esperado: la mortalidad más elevada se presentó entre los infantes (0-4 aftos) y los niños (5-
9 años), luego disminuyó entre los 1O y los 14 aftos e inició un ascenso a partir de los 15
años. La mortalidad infantil durante el primer mes de vida se ha relacionado con factores
200
endógenos, es decir, con patologías relacionadas con complicaciones en el embarazo y el
parto. Las muertes ocurridas en los siguientes 11 meses, se vinculan con causas exógenas y
tienen relación directa con las condiciones y estilos de vida. De este modo, las principales
causas de muerte durante estos 11 meses son las infecciones gastrointestinales, que
provocan diarreas, y las infecciones respiratorias (Hemández y Márquez 2007:60).
En los adultos la probabilidad de fallecer aumentó después de los 20 años. Las
razones de esta situación no quedaron claras con el análisis realizado. No obstante, se
pueden sugerir algunas causas que ameritarán más investigaciones en el futuro. En los
hombres, los fallecimientos pudieron estar relacionados con la participación en conflictos
bélicos y con cierto tipo de actividades flsicas de riesgo (caza, agricultura, construcción de
edificaciones, etc.). En el caso de las mujeres, pudo estar vinculada con complicaciones
durante el embarazo o el parto, ya que según las tasas específicas de fecundidad, las
mujeres tuvieron a la mayoría de sus hijos entre los 20 y los 29 años.
Se calculó que la duración del periodo reproductivo (T barra) es de 23, 8 años. De
tal manera, suponiendo que las mujeres tenían a su primer hijo alrededor de los 17 años, se
estima que el último hijo nació cerca de los 41 años. Además, la tasa global de fecundidad
indicó que las mujeres, al finalizar su vida reproductiva, pudieron haber tenido un promedio
de 8 hijos. Por último, se infiere que los nacimientos estaban controlados por la lactancia,
ya que al dividir el valor del indicador T barra entre el número total de hijos, se tiene que
los nacimiento ocurrían cada 3 años, lo cual se puede relacionar con el fm de la lactancia.

6.4. Palabras finales

6.4.1. Posible rango y estatus de los individuos inhumados en los sectores Cocorí y
Playskool

Los artefactos funerarios de diversos tipos, la cantidad de los mismos en cada


sepultura y además, el patrón espacial de las tumbas de cajón y la ubicación de las zonas
funerarias, indican la existencia de una estratificación social dentro del sitio Agua Caliente.
La riqueza de algunos ajuares funerarios constituidos por numerosas ofrendas de
cerámica, lítica, oro y cobre manifiestan el alto rango social que poseía los personajes que

201
integraban un sector muy pequefio de la sociedad denominado como élite. A pesar de que
estos materiales fueron extraídos a través de excavaciones no controlados, todo parece
indicar que de manera análoga a lo inferido en sitios complejos similares a Agua Caliente,
como es el caso de Guayabo y Las Mercedes, los cementerios de la élite con artefactos
suntuarios se ubicaron dentro y muy adyacentes al sector monumental.
En comparación con los cementerios anteriores, en los sectores funerarios Cocorí y
Playskool se nota una homogeneidad en el tipo y cantidad ofrendas funerarias, así como
similitudes entre las tumbas de cajón y la organización espacial de las mismas. De tal
manera, dichas evidencias reflejan los individuos inhumados en estos cementerios
presentan con un rango y estatus social basal, con lo cual se corrobora la hipótesis
planteada inicialmente en esta investigación.
Los individuos enterrados en los sectores Cocori y Playskool representan sólo un segmento
de la sociedad, compuesto por individuos adultos y subadultos de ambos sexos, los cuales
constituyen el grueso de la población, es decir, la base de la pirámide social dominada por
la élite (Figura 91). A través de los patrones espaciales identificados en los cementerios de
estos sectores, se sugiere que este segmento poblacional integró un contingente de unidades
productivas o corporativas en la base de la sociedad. Dichas unidades estaban compuestas
por familias que desempefiaban actividades productivas y de subsistencia (Vázquez
1984b:69, 1989:20). Muchas de esas labores requerían de esfuerzo fiSico, como la
agricultura, la pesca, la caza, la construcción de montículos, calzadas, cementerios, etc.
Además, estas estas unidades eran movilizadas por los estratos dominantes a través de
medios coercitivos fisicos o ideológicos.
El supuesto de que estos grupos corporativos estaban integrados por individuos
emparentados, se sustenta en datos etnográficos que indican que cada familia poseía sus
propias sepulturas dentro de los cementerios (Bozzoli 1979: 109-11 O; F ernández 2006: 16;
Gabb 1981:131; Pittier 1938:26). Asimismo, los cementerios con niveles de tumbas
superpuestas identificados en sitios como Quircot, El Cristo, Carlos Aguilar Piedra, Los
Lagos, Tres Ríos y en el sector Playskool del sitio Agua Caliente (operación 58), también
vendrían a respaldar esta propuesta, ya que ellos pudieron ser utilizados por las familias
para enterrar a sus muertos por varias generaciones.

202
r
-1!: f
i
í Sector Plélt~fl:otJI

l\ } r!1 .¡¡.

Elite :>
~ 1 ··~
¡¡¡.
:#

Estamento
Basal

SIMBOLOGIA
e Cementerios
Cementerios
perturbados
Contornos de
~· elevación de rasgos Sector Ciudad de los Niños
arquitectónicos
Límite de propiedad
D Sector Cocorí

D Sector Playskool
N
Sector Reserva
Sector Ciudad de
D los Niños
O 200m

Figura 91. Propuesta de modelo de jerarquización social del sitio Agua Caliente.

203
Estos grupos corporativos gozaban de derechos sobre ciertos bienes de consumo.
Estas prerrogativas fueron simbolizadas a través de la delimitación de zonas funerarias
determinadas, en donde llevaron a cabo sus enterramientos de manera permanente
(Goldstein 1981; Saxe 1970). En el sitio Agua Caliente, estas áreas funerarias especificas
están representadas por los sectores Cocorí y Playskool, en donde se efectuaron numerosas
inhumaciones en el periodo 900- 1550 d. C.
Es factible suponer que estas unidades productivas residían en sitios cercanos
(Vázquez 1989:19). Dicha cercania les pudo haber facilitado el traslado diario al centro de
la aldea o a donde se efectuaran las actividades especificas. Esta proposición se sustenta en
la identificación de 20 sitios arqueológicos en los alrededores de la aldea nucleada, los
cuales fueron considerados como habitacionales y con una cronología similar a la del sitio
Agua Caliente (Valerio 1989:30-33). Además, los datos etnohistóricos y etnográficos
apuntan que las zonas funerarias se encontraban aproximadamente a dos kilómetros de las
áreas habitacionales (Bozzoli 1979:109; Femández Guardia 2006:16).
Por otra parte, si se evalúa la posición geográfica del sitio Agua Caliente, es posible
vincular al segmento poblacional de estudio con el grupo indígena de los huetares. El
nombre de estos indígenas proviene del cacique Huetare y se destacan por la producción de
artefactos de piedra, oro y cerámica. Los documentos espafioles de los siglos XVI y XVII
mencionan que, por su ubicación geográfica, los huetares se dividían en huetares de oriente
y de occidente. La capital de los primeros se localizaba en el Valle del Guarco o Cartago y
la de los segundos en Garabito. Cada sector era gobernado por un cacique, que para el
momento de la conquista españ.ola era Guarco y Garabito respectivamente. Los dominios
de Guarco iniciaban en el río Virrilla y terminaban cerca del río San Juan, abarcando los
valles de San José, Cartago, Ujarraz, Orosi, Tucurrique, Atirro, Tuís, Platanillo, Moravia,
Chirripó, Turrialba, Siquirres, Matina, las llanuras de Santa Clara y de Tortuguero (L.
Fernández 1975:32; R. Femández 1975:24-25, 1984:8).
A través de los trabajos arqueológicos efectuados durante el siglo XIX por
Anastasio Alfaro (1894a:103, 1894b:21-22), se tienen datos importantes sobre los
indígenas que residían en el sitio Agua Caliente. Al respecto, Alfaro menciona que del
cementerio de Agua Caliente fueron extraídas más de 100 de piezas de oro, las cuales
pertenecían a los huetares que habitaban en la Meseta Central del país, especialmente en el

204
Valle del Guarco. Del mismo modo, señala que en los cementerios huetares la sepultura
más común es el cajón de lajas colocado de este a oeste.
Por último, Ibarra (1984:65) menciona que la lengua nativa de los pobladores del
Valle del Guarco era la huetar, la cual también era hablada en los cacicazgos de Garabito,
Curridabat, Aserri y Pacaca. Aunado a lo anterior, la existencia de un catecismo del año
1607 escrito en esta lengua, demuestra su uso y conocimiento en la región. No obstante,
desafortunadamente este documento no se ha encontrado o quizás no se conservó hasta
nuestros días.

6.4.2. Condiciones de salud de la población estudiada

A juzgar por los datos obtenidos con el análisis osteológico, se puede decir que
entre las patologías que afectaron a las personas enterradas en la periferia oeste y norte del
sitio, destacan aquellas relacionadas con problemas de higiene bucal. Las caries fueron uno
de los principales padecimientos, vinculado con una dieta basada en alimentos ricos en
carbohidratos, propia de sociedades agrícolas. Las mujeres estuvieron más afectadas por
esta clase de patología, situación que puede relacionarse con factores fisiológicos propios
de los procesos reproductivos, el embarazo y la lactancia. Algunas de las modificaciones
que sufre el organismo de las mujeres durante el embarazo, facilitan el desarrollo de caries,
como es el caso de las alteraciones hormonales, los cambios en la composición química de
la saliva, el debilitamiento del sistema inmunológico y además, la preferencia por el
consumo y el rechazo de ciertos alimentos (Lukacs 2008).
Entre las osamentas analizadas, sólo se identificó un tipo de lesión ósea de tipo
infeccioso: la periostitis. Esta manifestación se presentó en tres casos, afectando el húmero
de un individuo y las tibias de otros dos. La inflamación y porosidad del periostio se
localizó en una parte de las diáfisis de estos huesos, y su origen fue atribuido con un golpe
o una infección cutánea. No obstante, cabe la posibilidad que la población padeciera de
otras de enfermedades infecciosas, puesto que el modo de vida sedentario generó que las
personas convivieran en condiciones de mayor hacinamiento, las cuales pudieron provocar
el fácil contagio de estos padecimientos (Civera y Márquez 1998a:64).

205
Según las reconstrucciones epidemiológicas de patologías en poblaciones pasadas,
los cazadores-recolectores sufrían de enfermedades contraídas por medio de alimentos
contaminados, heridas producidas por algún animal, entre otras. Sin embargo, los grupos
agricultores padecían estos males y otros difundidos por el estancamiento de aguas
utilizadas en la irrigación. Esto favoreció la reproducción de mosquitos y otros animales
que pudieron ser promotores de diversas enfermedades de fácil propagación. Al mismo
tiempo, es muy factible que los asentamientos permanentes incrementaran los problemas de
higiene en la población, al tener que lidiar con basura y desechos (Civera y Márquez
1998a:64).
Por último, es importante mencionar que las patologías identificadas en estas
osamentas, corresponde a los padecimientos que aquejaron al grueso de la población. En
contraste con las patologías que sufrieron los miembros de la elite, quienes al contar con
mejores condiciones de vida, pudieron alcanzar edades avanzadas y por consiguiente,
presentar adicionalmente problemas de salud degenerativos (Tiesler y Cucina 2005).
Empero, de este segmento social se cuenta con pocos restos óseos, los cuales presentan
deficientes condiciones de conservarción y por lo tanto, no es posible identificar la
presencia de patologías.

6.4.3. Escenario demográfico del sitio

El perfil paleodemográfico propuesto para el sitio Agua Caliente a partir de una


serie de 31 Oindividuos, permitió tener un acercamiento a la distribución por sexo y edad de
un segmento de la población. De esta manera, se determinó una proporción casi equitativa
entre los sexos (un hombre por cada mujer) y la representación de nueve grupos etarios que
comprenden un total de 44 años. Además, las condiciones de vida de este grupo social se
evidenciaron a través de los fenómenos demográficos de mortalidad y fecundidad, los
cuales presentaron porcentajes altos que se ajustan con una sociedad agrícola preindustrial
(Hassan 1981 citado en Márquez y Hernández 2001 :53).
Los adultos jóvenes (20-24años) registraron la mayor cantidad de defunciones
(20,3%), y el segundo lugar lo ocuparon los infantes y los niños con un 19%. Lo usual es
que las series esqueléticas estén compuestas por una mayoría de individuos subadultos,

206
principalmente entre los O y los 4 años. No obstante, los restos óseos de los infantes son
bastante frágiles y rara vez resistente el paso de los años, lo mismo sucede con los restos de
individuos seniles. Aunado a esto, hay que recordar que las condiciones medioambientales
del país dificultan la conservación de los restos óseos.
Los niños nacidos en el sitio Agua Caliente del periodo tardío, tuvieron una baja
esperanza de vida estimada en 18,2 años. Este indicador refleja las dificiles condiciones de
vida de estas poblaciones, ya que a pesar de contaban con fuentes hídricas y suelos fértiles
para el cultivo, los individuos eran vulnerables a contraer enfermedades que les produjera la
muerte, especialmente los subadultos. También es importante sefialar que el crecimiento de
la población que ocasionó la aparición de la agricultura, suscitó una organización social
más compleja, una división del trabajo y un desarrollo de fuerzas productivas que
desmejoraron las condiciones de vida de gran parte de la población (Civera y Márquez
1998a:65).
La curva de sobrevivencia calculada hace referencia a una alta mortalidad, ya que
expresa que entre los 20 y los 24 años, la población se había reducido en un 50%. Ente los
individuos subadultos, la probabilidad más elevada de fallecer la presentaron los infantes,
lo cual se vincula con su condición frágil y vulnerable, como se indicó anteriormente. La
probabilidad de morir se incrementa a partir de los 20 años, situación que ha sido atribuida
a la participación en enfrentamientos y a trabajos que implicaban un riesgo fisico, como la
caza, la construcción de estructuras, la pesca, entre otros. Del mismo modo, los
inconvenientes durante el embarazo y el parto, pudieron provocar un aumento en el número
de muertes, puesto que las tasas específicas de fecundidad, indican que las mujeres tuvieron
a la mayoría de sus hijos entre los 20 y los 29. Aunado a lo anterior, la tasa global de
fecundidad calculó que las mujeres al fmal de su vida reproductiva, tuvieron en promedio
8,1 hijos, es decir, cada hijo representó una oportunidad de morir, lo cual se demuestra con
la presencia de contextos funerarios donde se ihumaron individuos femeninos junto a
infantes.
Para finalizar, es importante mencionar que la alta mortalidad y la corta esperanza
de vida representan el principal motivo para tener muchos hijos, ya que se necesitaba que la
mayor cantidad de hijos sobrevivieran a la edad productiva y reproductiva, pues se requería

207
de personas que cultivaran, construyeran y que defendieran a la población ante el posible
ataque de un grupo foráneo (Livi-Bacci 2002 citado en Hernández y Márquez 2007 :29).

208
6.5. Recomendaciones

l. Fomentar el estudio de los restos óseos humanos y sus contextos mortuorios desde
una perspectiva biocultural, que permita el enriquecimiento del registro
arqueológico a través de temáticas sobre salud, nutrición, paleopatología,
paleodemografia, estructura social, prácticas funerarias, entre otras. Si bien es cierto
que las condiciones medio ambientales del país afectan la conservación de los restos
óseos, éstas no deben ser vistas como un impedimento para llevar a cabo este tipo
de estudios, ya que los datos que se puedan adquirir de los individuos
esqueletizados, vendrán a mejorar la comprensión de la dinámica social de los sitios
que proceden.

2. En relación con el punto anterior, es de suma importancia realizar análisis


osteotafonómicos para comprender y reconstruir las prácticas mortuorias
relacionados con el tratamiento que recibió el cuerpo del fallecido. Para establecer
esas conductas funerarias a partir de la disposición del individuo, es necesario
considerar los procesos tafonómicos que intervinieron en su descomposición.

3. Efectuar estudios paleodemográficos con muestras óseas de diferentes regiones,


con el fin de evaluar el comportamiento de las estadísticas vitales (probabilidad de
morir, la esperanza de vida, la proporción de defunciones y la curva de
sobrevivientes) y las tasas de fecundidad en poblaciones con diversos estilos de vida
y modos de subsistencia.

4. Gestionar la continuación de las excavaciones en el sector Reserva del sitio Agua


Caliente, con el objetivo de valorar la posibilidad de que existan otros
enterramientos que proporcionen más información sobre los rituales funerarios
efectuados a la muerte de personajes de alto rango. Asimismo, la recuperación de un
mayor número de osamentas, permitiría establecer diferencias entre las condiciones
de vida de la elite y el grueso de la población

209
5. Promover la divulgación y publicación de los diversos trabajos arqueológicos que se
efectúan, de manera tal que tanto los profesionales en la materia, así como el
público en general, estén al tanto del quehacer arqueológico en el país. Asimismo,
es importante que durante la realización de las excavaciones, el arqueólogo
interactúe con la comunidad a través de distintas actividades, como por ejemplo
conferencias en escuelas y colegios y visitas guiadas en el sitio de excavación, con
la intención de que los vecinos se acercan y se identifiquen con la historia antigua
de su localidad, y comprendan la importancia de recuperar y proteger los recursos
arqueológicos que la manifiestan.

6. Retomar el análisis osteológico de los individuos recuperados en el sector Playskool


que no fueron incluidos dentro de la muestra de esta investigación, con el objetivo
de completar los datos demográficos de la población del sitio Agua Caliente.

210
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234
Anexos

235
Anexo l. Formulario esquelético de subadulto

Inventario esquelético (Subadulto)


Sitio:
Número de operación:
Número de sepultura:
Número de individuo:
Analizado por:
Fecha:
Huesos craneales D 1 Frag Huesos del miembro superior D 1 Frag
Frontal Húmero
Occipital Ulna
Porción basilar Radio
Esfenoides Escápula
Cigomático Clavícula
Temporal Carpos
Parietal Metacarpos
Nasal Falanges
Vómer
Maxilar Huesos del cinturón pélvlco 1
D Frag
Mandibular Ilion
Palatino lsquion
Vértebras Frag Acetábulo
Cervicales Superficie auricular
Torácicas Huesos del miembro Inferior D 1 Frag
Lumbares Fémur
Sacro Patera
Coxis Tibia
Esternón Frag Fíbula
Manubrio Tarsos
Cuerpo Metatarsos
Proceso xifoides Falanges
Costillas D 1 Frag

Dentición
M axila 1 M3 M2 M1 P4 P3 C 12 11 11 12 C P3 P4 M1 M2 M3 D
CM2 CM1 CC Cl2 Cl1 Cl1 Cl2 CC CM1 CM2
Mandíbula 1 M3 M2 M1 P4 P3 C 12 11 11 12 C P3 P4 M1 M2 M3 D
CM2 CM1 ce cr2 cr1 Cl1 Cl2 CC CM1 CM2
Sexo F M NI 1Edad
1
Comentarios

Simbología
0: Hu esos completos X: Huesos incompletos O: derecho 1: Izquierdo Frag: fragmentos F:femenino
M: masculino NI: no identificado

236
Anexo 1 (continuación). Formulario esquelético de subadulto.

FETO NIÑO DE 5 AÑOS

Wlf.
S~···

237
Anexo 2. Fonnulario esquelético de adulto.

Inventarlo esquelético (Adulto)


Sitio:
Número de operación:
Número de sepultura:
Número de Individuo:
Analizado por:
Fecha:
Huesos craneales D 1 Frag Huesos del miembro superior D 1 Frag
Frontal Húmero
Occipital Ulna
Esfenoides Radio
Cigomático Escápula
Temporal Clavícula
Parietal Carpos
Nasal Metacarpos
Vómer Falanges
Maxilar Huesos del cinturón pélvico D 1 Frag
Mandibular Ilion
Palatino lsquion
Vértebras Frag Acetábulo
Cervicales Superficie auricular
Torácicas Huesos del miembro Inferior D 1 Frag
Lumbares Fémur
Sacro Patela
Coxis Tibia
Esternón Frag Fíbula
Manubrio Tarsos
Cuerpo Metatarsos
Proceso xifoides Falanges
Costillas D 1 Frag

Dentición
M axila l 1 M3 M2 M1 P4 P3 e 12 11 11 12 e P3 P4 M1 M2 M3 lo
Mandlbula 1 1 M3 M2 M1 P4 P3 e 12 11 11 12 e P3 P4 Ml M2 M3 1D
Sexo F M NI Edad

Comentarios

Simbologra
0: Huesos completos X: Huesos incompletos O: derecho 1: Izquierdo Frag: fragmentos
F: femenino M: masculino NI: no identificado 238
Anexo 2 (continuación). Formulario esquelético de adulto.

Cervicales Torácicas Lumbares

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::~.e.
~ 5~4e4
é 6
15s8 5

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1!59
~10
~11
~12

239
Anexo 3. Operación 55, sector Playskool (tomado de Achío 1999: Figura 4, redibujado por María Laura Sáenz 2012).

40E 45E

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305
O Número de artefacto

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"~ Pared de zanja


o S m
- - - - Umlte de excavación

240
Anexo 4. Operación 56, sector P1ayskoo1 (tomado de Achío 1999: Figura 6, redibujado por María Laura Sáenz 2012).

25E

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1

e Artefac.t:o 1

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O Número de art:efac:to

· · ·- · · · Lín-.lte de sepultura
-------------
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"-.,_ Pared de zanja o S m
- - - - Lírnlte de excavación

241
Anexo 5. Operación 58 nive11, sector Playskool (tomado de Achío 1999: Figura 8, redibujado por María Laura Sáenz 2012).

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e Artefacto

D Número de artefacto o S m
----- ·- Umite de sepultura

"~ Pared de zanja


- - - - Límite de excavación

242
Anexo 6. Operación 58 nivel2, sector Playskool (tomado de Achio 1999: Figura 9, redibujado por María Laura Sáenz 2012).

c-!!!:1 1 sss
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D Número de artefac.to

·· ..... Limite de ~epuitura

- - - • Limite de exc.av<K.ión

243
Anexo 7. Operación 58 nivel3, sector Playskool (tomado de Achío 1999: Figura 10, redibujado por María Laura Sáenz 2012).

555~555

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e Artefacto

O Número de artefacto
o S m
---- ·-- Umlte de sepultura

- - - - Umite de excavación

244
Anexo 8. Operación 59, sector Playskool (tomado de Achío 1999: Figura 11, redibujado
por María Laura Sáenz 2012).

35W
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30W
e Artefacto

O Nrimero de artefacto o S m
· · · · · · · Lfmite de -.epultura

- - - - Lfmite de excavación

245
Anexo 9. Operación 60, sector Playskool (tomado de Achío 1999: Figura 12, redibujado
por María Laura Sáenz 2012).

SW 00
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sw 00

e Artefacto
o Sm
O Numero de artefacto

--· ···· Umite de sepultura

- - - - Umite de excavación

246
Anex() 10. Operación 61, sector Playskool (tomado de Achío 1999: Figura 13, redibujado
por María Laura Sáenz 2012).

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e Artefacto

O Número de artefacto o S m
------- limite de sepultura

- - - • Umite de excavación

247
Anexo 11. Descripción de los individuos analizados por la autora. sector Playskool.

Operación 58

Sepultura 30
Individuo 3
Del individuo se conservaron sólo cuatro piezas dentales. Los premolares inferiores
derechos tienen un desgaste grado 4 que afecta la dentina y unas manchas negras en las
caras oclusal, bucal y distal. Se identificó un molar inferior izquierdo (¿primer o segundo?)
que presenta manchas negras en la cara oclusal y mesial. La última pieza identificada
corresponde a un tercer molar superior (no fue posible determinarle la lateralidad), el cual
muestra manchas en las caras lingual, oclusal y bucal. Por el desgaste de las piezas se
estima que el individuo tenía entre 18 y 24 años (Lovejoy 1985). El sexo no se pudo
determinar.

Sepultura 32
lndividuo2
La muestra se limita a fragmentos menudos y muy parciales de huesos largos y a
dos piezas dentales. Se identificaron algunos fragmentos de fémur, ya que presentaron la
línea áspera y dada la masividad de la pared del hueso se puede decir que pertenencen un
individuo adulto. Los fragmentos menos diagnósticos podrían ser del mismo hueso u de
otros huesos largos.
En cuanto a las piezas dentales, una de ellas corresponde a un tercer molar inferior
derecho. Esta pieza está completa, muestra concreciones calcáreas en toda la cara oclusal y
presenta dos caries grado 2: una en la línea amelocementaria de la faceta bucal y la otra en
el cara oclusal. La segunda pieza es un premolar inferior derecho con cálculos en la cara
distal y un desgaste grado 4 que dificulta determinar si es tercero o cuarto. Con base en el
desgaste de estas piezas se calcula que el individuo tenía entre 20 y 40 años (Lovejoy
1985). El sexo no se pudo identificar.

248
Sepultura 3 5
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos de huesos largos, como el fémur, la tibia y la
fíbula. Debido a la masividad y al tamaño de estos huesos, el individuo fue considerado
como adulto y el sexo no se pudo identificar.

Sepultura 35
Individuo 2
El individuo presenta fragmentos de uno de los radios y debido al tamaño y
masividad que estos poseen, se consideró que el individuo era un subadulto. El sexo no se
pudo identificar.

Sepultura 54
Individuo 2
La muestra está compuesta por fragmentos craneales, un fragmento de la clavícula
derecha y otro de una de las falanges del pie. Posee una pieza dental decidua: el segundo
incisivo superior derecho, con la raíz en proceso de formación. A partir del desarrollo
dental, se calcula que el individuo tenía 1 año(± 4 meses) (Ubelaker 1978). No fue posible
identificar el sexo.

Sepultura 54
Individuo 3
El individuo está compuesto por una pieza dental: el segundo molar inferior
derecho. La pieza está completa, posee desgaste y caries grado 1 en la cara oclusal. Por el
tamaño de esta pieza se puede decir que el individuo era un adulto. No fue posible
identificar el sexo.

249
Sepultura 58
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales, de huesos largos y de algunos de los
metacarpos y de Jos metatarsos. Por el tamafio y masividad de estos huesos, se puede decir
que el individuo era un adulto. No fue posible determinar el sexo.

Sepultura 67
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales y algunos de estos corresponden con el
occipital. Se observa que las suturas craneales no están fusionadas en su totalidad y por Jo
tanto se puede decir que el individuo era joven. También posee fragmentos de costillas, de
huesos largos, de uno de los radios y de una de las fíbulas. La ulna derecha está incompleta,
presenta parte de la diáfisis y de la metáftsis proximal, y tiene un corte muy recto quizás
provocado por la herramienta de excavación. La ulna izquierda también está incompleta,
posee parte de la diáfisis, y muestra marcas de dientes de roedor. Además, presenta uno de
los talus incompleto, el cuboide derecho completo, un cuneiforme completo, el calcáneo
derecho incompleto, dos de los metatarsos incompletos y una de las falanges del pie
incompleta. Debido al tamafio y masividad que poseen estos huesos, se infiere que el
individuo era adulto. El sexo no se pudo identificar.

Sepultura 67
Individuo 2
El individuo presenta un fragmento quemado de una de las ulnas, quizás esto se
debe a un ritual funerario. Por la masividad y densidad de este hueso se concluye que el
individuo era un adulto. El sexo no se pudo identificar.

250
Sepultura 69
Individuo 1
El individuo está compuesto sólo por fragmentos de huesos largos. Por la masividad
y el tamafio que estos presentan, se considera que el individuo era un adulto. No se pudo
identificar el sexo.

Sepultura 70
Individuo 1
El individuo posee fragmentos de costillas, de vértebras y de huesos largos. A estos
últimos está asociada una pequeña pieza cerámica con un engobe de color rojizo-naranja.
Asimismo, se identificó un fragmento de fémur, el cual posee marcas de dientes de un
posible roedor. Tanto la ulna derecha como la izquierda están incompletas. También la
superficie auricular izquierda se encuentra incompleta y tiene una parte de la escotadura
ciática mayor. A la tibia derecha le falta un fragmento de la diáfisis y ambas epífisis, y tiene
marcas de dientes de un posible roedor. A la fibula izquierda le falta un fragmento de la
diáfisis y la epífisis proximal. Hay un fragmento de fíbula al cual no se le pudo determinar
la lateralidad. El individuo conserva incompletas cinco falanges de la mano, así como
fragmentos de algunos de los metatarsos. La patela izquierda, el talus derecho e izquierdo,
el cuboide derecho y los dos naviculares están casi completos.
El individuo sólo presenta tres piezas dentales: el incisivo central superior izquierdo
y el primer molar inferior izquierdo y el derecho. El incisivo posee desgaste grado 5. El
molar izquierdo tiene desgaste grado 3 y caries grado 1 en la cara oclusal. El molar derecho
tiene las raíces fragmentadas, desgaste grado 3 y una caries grado 1 en la cara oclusal.
A partir de las ondulaciones bien defmidas que presenta la superficie auricular, se
estima que el individuo tenía entre 20 y 24 afios. El sexo no se pudo determinar.

Sepultura 70
Individuo 2
El individuo presenta fragmentos craneales y de huesos largos. Posee un fragmento
de ulna, fragmentos de radio y de fémur entre los que se identificó el cuello de uno de los

251
fémures. Se identificó un fragmento de pelvis que probablemente corresponda con el
acetábulo. La tibia derecha está incompleta, le falta parte de la diáfisis y las epífisis, pero
fue posible medirla y tiene una longitud de aproximadamente 24cm. De la tibia izquierda
sólo se tienen dos fragmentos de la diáfisis. Ambas tibias muestran una porosidad e
inflamación en el periostio, la cual puede ser considerada como una patología.
El individuo posee dos piezas dentales caducas e inferiores: el primer y el segundo
molar izquierdo. Ambas piezas presentan caries grado 1 en la cara oclusal, las raíces en
proceso de reabsorción y desgaste grado 2.
Con base en la longitud de la tibia derecha se estima que el individuo tenia entre 7.5
y 8.5 años (Ubelaker 1978). Además, el desarrollo dental concuerda con este rango de edad.
El sexo no se pudo identificar.

Sepultura 71
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales y entre ellos se pudieron identificar el
hueso frontal izquierdo, los dos parietales, los maxilares, los dos procesos mastoideos, el
occipital, un cóndilo del occipital y un proceso cigomático. En la parte interior de los
parietales se aprecian unos agujeros redondos que probablemente fueron causados por
agentes bióticos. La ulna izquierda está incompleta, le faltan las dos epífisis, y la escápula
derecha también está incompleta. Posee fragmentos de fémur y un fragmento de una de las
superficies auriculares de la pelvis. Una de las falanges de la mano está completa, así como
la primera cervical (el atlas) y otra de las cervicales identificada como una posible cuarta
cervical (C4). Tiene fragmentos menudos de huesos largos y dos costillas fragmentadas.
En cuanto a las piezas dentales, posee la mayoría de los dientes superiores, los
cuales presentan la raiz expuesta producto de la reabsorción alveolar causada por la
periodontitis. El incisivo central y el lateral derecho tienen forma de pala y cálculos en la
cara bucal. El desgaste que presenta estas dos piezas es biselado con dirección lingual y es
grado 5, el cual quizás se deba al patrón alimenticio o a la práctica de alguna actividad o
trabajo. Las demás piezas dentales muestran un desgaste grado 3. El canino derecho tiene
caries grado 1 en la cara lingual y bucal, y cálculos en la cara bucal. El tercer premolar

252
derecho tiene cálculos en la cara bucal y lingual y una caries grado 1 en la cara oclusal. El
cuarto premolar derecho posee dos caries grado 1 en la cara oclusal y cálculos en la faceta
bucal. Al primer molar derecho se le distinguen caries grado 1 y 2 en la cara oclusal, una
caries grado 2 en la cara lingual y una leve hipoplasia en la cara bucal. En el segundo molar
derecho se observan caries grado 1 y 2 en la cara oclusal. El tercer molar derecho presenta
caries grado 1 y 2 en la cara oclusal y una caries grado 2 en la cara lingual. El canino
izquierdo posee la raíz fragmentada. Los premolares izquierdos tienen caries grado 1 en la
cara oclusal y cálculos en la cara bucal. Al primer molar izquierdo se le observa una caries
grado 1 en la cara oclusal y una melladura e hipoplasia en la faceta bucal. El tercer molar
izquierdo muestra dos caries grado 2: una en la cara oclusal y la otra en la lingual, y una
perla de esmalte en la raíz. De todas las piezas, sólo el canino y el tercer molar izquierdo se
encuentran desprendidos de la maxila.
Por el tamaño de los dientes y de los procesos mastoideos se considera al individuo
como masculino. Por el desgaste que muestran las piezas dentales se presume que el
individuo tenía entre 20 y 24 años (Lovejoy 1985).

Sepultura 73
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales y de huesos largos. El temporal
izquierdo está incompleto, pero tiene el canal auditivo, el proceso mastoideo y el proceso
cigomático. Tiene un fragmento de una de las ulnas y de uno de los húmeros. Se piensa que
este último presenta una patologia, ya que en la parte posterior se observa una porosidad e
inflamación en el periostio. La tibia y la fibula izquierda están incompletas, sólo presentan
una parte de la diáfisis distal, y se encuentran adheridas a un bloque de tierra.
El individuo conserva cinco piezas dentales. El tercer premolar inferior izquierdo
presenta desgaste grado 3, una mancha café en la cara distal y no tiene la raíz (pérdida
postmortem). El tercer premolar superior derecho posee cálculos, una caries grado 2 en la
cara mesial, desgaste grado 3 y las dos raíces fragmentadas. El tercer premolar superior
izquierdo tiene caries grado 1 en la faceta oclusal, cálculos, una mancha café en la cara
distal, desgaste grado 3 y las dos rafees fragmentadas. Se identificó un tercer molar inferior

253
y un segundo molar superior, pero no se pudo determinar su lateralidad. El tercer molar
tiene la cara oclusal cubierta por cálculos, así como una caries grado 2 en la cara mesial,
desgaste grado 3 y la raíz fragmentada. El segundo molar no tiene raíces, presenta cálculos
y desgaste grado 2. La presencia excesiva de cálculos se debe a la acumulación de
alimentos y producción de bacterias como parte de una mala higiene bucal. Esta patología
también pudo ser provocada por el uso de alguna sustancia durante la realización de un
trabajo determinado.
Con base en el desgaste de estas piezas se estima que el individuo tiene entre 30 y
35 años (Lovejoy 1985). Por el tamañ.o y la masividad de los huesos largos el individuo es
considerado adulto. Además, es posible que el individuo sea femenino, ya que el proceso
mastoideo izquierdo es pequeñ.o al igual que las piezas dentales.

Sepultura 73
Individuo 2
La muestra está compuesta por un tercer premolar inferior izquierdo, el cual posee
desgaste grado 2, la raíz fragmentada y las dos facetas de contacto. Se estima que el
individuo tenía 12 años ( ± 2.5 años) (Ubelaker 1978). El sexo no se pudo identificar.

Sepultura 76
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales y una de las falanges de la mano
incompleta. Por la masividad y tamañ.o de los huesos se considera al individuo como
subadulto. El sexo no pudo ser identificado.

Sepultura 77
Individuo 1
El individuo conserva dos fragmentos de costilla, un fragmento de la diáfisis de una
de las tibias y otro de la epífisis proximal de alguna de las tibias. El sexo no se identificó y
a juzgar por el tamaño y masividad de los huesos se considera al individuo como un adulto.

254
Sepultura 78
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales y de huesos largos. Conserva un
fragmento de una de las tibias y de uno de los fémures, al cual se le observa parte de la
línea áspera. Por el tamaño y masividad de los huesos se puede decir que el individuo era
un adulto. No fue posible identificar el sexo del individuo.

Sepultura 80
Individuo 1
El individuo tiene fragmentos craneales entre los que se identificó el temporal
derecho con el canal auditivo y el proceso mastoideo. Presenta fragmentos de uno de los
húmeros, un fragmento de rótula y una posible cabeza de fémur. La mandíbula izquierda
está incompleta y posee las siguientes piezas dentales: el incisivo lateral, el canino, los
premolares, el primer molar y el segundo molar. El incisivo tiene desgaste grado 5 y
cálculos en la cara bucal. El canino exhibe desgaste grado 5 e hipoplasia en la faceta bucal.
Ambos premolares muestran desgaste grado 5 y el segundo premolar tiene cálculos en la
cara lingual. Al primer molar se le observa desgaste grado 5 y una caries grado 1 en la cara
oclusal. El segundo molar posee una caries grado 1 en la cara oclusal, desgaste grado 3 y
cálculos en la cara bucal. También presenta el tercer molar inferior derecho, pero
desprendido de la mandíbula. Esta última pieza tiene desgaste grado 3, dos caries grado 1
en la cara oclusal, cálculos en la faceta bucal y una caries grado 3 en la línea
amelocementaria de la cara lingual que afecta la pulpa y la raíz. De acuerdo con el desgaste
de estos dientes se estima que el individuo tenía entre 20 y 30 años (Lovejoy 1985). Con
base en el pronunciamiento del mentón, se piensa que el individuo era masculino.

Sepultura 81
Individuo 1
El individuo tiene el cráneo incompleto adherido a un bloque de tierra. No presenta
el hueso frontal, tiene los temporales y el occipital incompleto y los parietales completos.
Las suturas craneales no se han fusionado totalmente, lo cual puede indicar que se trata de

255
un adulto joven. Por el tamafio de los procesos mastoides, se considera que el individuo era
femenino. También posee las dos tibias y la fíbula izquierda incompletas. La tibia derecha
muestra marcas de dientes de un posible roedor.

Sepultura 81
Individuo 2
El individuo presenta fragmentos craneales y de huesos largos. Se identificó un
fragmento de radio, de costilla, de escápula y de uno de los fémures con parte de la línea
áspera. La mandíbula está incompleta, se observa la pérdida antemortem de la mayoría de
las piezas, así como reabsorción alveolar (exceptuado los alveolos de los caninos) y
mandibular. La ulna y el húmero izquierdo están incompletos. El humero está fragmentado
en dos partes: una proximal a la que se le observan marcas de dientes de posibles roedores
y la otra corresponde a la diáfisis, la cual presenta la tuberosidad deltoides y una torsión.
Este individuo sólo conserva una pieza dental: el segundo molar inferior izquierdo.
El molar tiene una caries grado 2 en la cara oclusal, otra en la cara lingual y desgaste grado
3. En las facetas mesial y distal tiene unas manchas cafés. Las raíces están fusionadas y
completas. Por el desgaste que presenta esta pieza se presume que el individuo tenia entre
20 y 30 afios (Lovejoy 1985). Por el poco pronunciamiento del mentón, se considera que el
individuo era femenino.

Sepultura 83
Individuo 1
El individuo está compuesto por fragmentos craneales y de huesos largos. Tiene el
radio derecho incompleto y fragmentado en dos partes, las cuales muestran marcas de
dientes de un posible roedor. Posee un fragmento de uno de los fémures con mordeduras
hechas también por un posible roedor. Presenta uno de los metatarsos incompletos, al cual
le falta el extremo distal. La única pieza dental que conserva es un premolar inferior, al cual
se le observan cálculos en las cara mesial y distal, una perla de esmalte en la faceta oclusal,
desgaste grado 6 e hipoplasia. A partir del desgaste de esta pieza se piensa que el individuo
tenía entre 30 y 35 afios (Lovejoy 1985). El sexo no se pudo identificar.

256
Sepultura 85
Individuo 1
El individuo está compuesto por fragmentos de huesos largos, craneales, costillas y
mandíbula. Presenta cuatro piezas dentales. El incisivo central superior derecho tiene una
caries grado 1 en la cara lingual, forma de pala e hipoplasia en la cara bucal. El primer
molar inferior izquierdo posee una caries grado 1 en la cara oclusal. Los premolares
inferiores derechos tienen cálculos en la cara lingual. Al primer premolar se le observa
hipoplasia en la faceta bucal. Todas las piezas tienen desgaste grado 3 y se estima que el
individuo tenía entre 20 y 24 añ.os (Lovejoy 1985). El sexo no se pudo identificar.

Sepultura 85
Individuo 2
El individuo sólo presenta un fragmento craneal y una pieza dental: el segundo
molar superior derecho caduco, el cual posee las raíces quebradas y desgaste grado l. Se
estima que este individuo tenía 3 añ.os (± 1 añ.o) (Ubelaker 1978). El sexo no se identificó.

Sepultura 86
Individuo 1
El individuo sólo conserva fragmentos de uno de los húmeros. Debido al tamañ.o y
masividad de estos huesos, se considera que el individuo era un adulto. El sexo no se
identificó.

Sepultura 88
Individuo 1
De este individuo sólo se concervaron fragmentos muy pequeñ.os de huesos largos y
a partir del tamaño y masividad de algunos de ellos, se considera que el individuo era
adulto. No fue posible identificar el sexo.

257
Sepultura 89
Individuo 1
El individuo posee fragmentos craneales y un fragmento de mandíbula. En la
mandt'bula se pueden observar pérdidas dentales postmortem. Conserva sólo dos piezas
dentales. El incisivo central superior derecho tiene forma de pala, desgaste grado 5, dos
caries grado 1 en la cara lingual, una mancha negra en la cara bucal (quizás postmortem) y
la raíz expuesta debido a la reabsorción alveolar causada por la periodontitis. La otra pieza
está fragmentada, presenta parte de la cara bucal y parte de la raíz, y se asemeja a un
canino, pero se desconoce su ubicación y su lateralidad.
Por el tamaño y masividad del fragmento de mandíbula, es posible que el individuo
fuera masculino. Con base en el desgaste del incisivo se estima que el individuo tenía entre
24 y 35 años (Lovejoy 1985).

Sepultura 91
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos de huesos largos, de una de las fibulas y un
fragmento de una de las costillas. Tiene el fémur izquierdo incompleto y en la parte
proximal muestra mordeduras de un posible roedor. Conserva sólo una pieza dental: un
premolar inferior del cual se desconoce su ubicación y su lateralidad debido a que posee la
raíz fragmentada. La pieza muestra desgaste grado 5 y se estima que el individuo tenia
entre 20 y 30 años (Lovejoy 1985). No fue factible identificar el sexo.

Sepultura 92
Individuo 1
La muestra está compuesta por fragmentos de huesos largos, un fragmento craneal y
otro de una de las vértebras. Se identificó la rótula izquierda casi completa y un fragmento
de uno de los platos tibiales. El individuo es considerado adulto por el tamaño y masividad
que presentan estos huesos. El sexo no se pudo identificar.

258
Sepultura 93
Individuo 1
El individuo está compuesto por fragmentos de huesos largos, por un fragmento
muy pequeño de mandíbula o de maxila, que por su tamaño no se pudo determinar su
ubicación ni su lateralidad, y por nueve piezas dentales. Los dientes superiores que presenta
son: el canino derecho, el primer molar derecho y el izquierdo. El canino tiene desgaste
grado 4 y los dos molares tienen caries grado 1 en la cara oclusal y desgaste grado 3. El
primer molar izquierdo tiene una forma epigenética y una mancha café en la cara bucal, y el
molar derecho tiene hipoplasia en la faceta bucal. Estas tres piezas tienen la raíz
fragmentada. Entre las piezas inferiores conserva: el incisivo central izquierdo, el primer y
segundo premolar izquierdo, el primer premolar derecho y el primero y segundo molar
derecho. El incisivo muestra desgaste grado 5 y forma de pala. Los tres premolares tienen
desgaste grado 4, el segundo premolar izquierdo posee una caries grado 1 en la cara oclusal
y los dos primeros premolares presentan hipoplasia. Al primer molar se le observa desgaste
grado 4 y caries grado 1 y 2 en la cara oclusal. El segundo molar tiene desgaste grado 3 y
una caries grado 1 en la faceta oclusal y otra en la lingual. La raíz de estas piezas se
encuentra fragmentada. También presenta fragmentos dentales parciales que parecen
pertenecer a un incisivo y a un molar. Basándose en el desgaste de estos dientes se deduce
que el individuo tenia entre 18 y 24 años (Lovejoy 1985). No fue posible identificar el sexo.

Sepultura 94
Individuo 1
El individuo posee fragmentos craneales y de huesos largos. Tiene un fragmento de
húmero, fragmentos de una de las ulnas, de una de las rótulas y cuatro fragmentos de
metatarsos. El fémur y la tibia derecha están incompletos, sólo conservan parte de la
diáfisis. Una de las falanges del pie, uno de los talus, uno de los calcáneos y uno de los
cuneiformes se encuentran incompletos. El individuo es considerado adulto por la
masividad y tamaño de los huesos largos. No fue posible identificar el sexo.

259
Sepultura 95
Individuo 1
El individuo está compuesto por fragmentos craneales entre los que se pudieron
identificar los dos procesos mastoideos, los cuales se encuentra incompletos. Tiene
fragmentos parciales de huesos largos, de una fibula y de costillas. El fémur izquierdo está
incompleto y fraccionado en tres partes: dos de la diáfisis y una del extremo proximal.
Tiene cuatro metatarsos, dos de ellos casi completos y los otros dos fragmentados, una
falange de la mano casi completa y un fragmento de uno de los calcáneos. La mandíbula
izquierda está incompleta y presenta sólo una pieza dental: el primer molar. Este molar
tiene una caries grado 2 en la cara bucal y manchas café en las facetas mesial y distal. La
maxila izquierda también está incompleta y conserva cuatro piezas: el primer y segundo
premolar y el primer y segundo molar. El primer premolar posee cálculos y una caries
grado 1 en la cara mesial. El segundo premolar presenta una caries grado 1 en la faceta
lingual. Al primer molar se le observa una caries grado 2 en la cara lingual y otra en la cara
oclusal. El segundo molar tiene cálculos en la cara bucal. Estas cuatro piezas presentan
hipoplasia en la faceta bucal. Se identificaron otras cuatro piezas superiores que
corresponden al lado derecho y se encuentran desprendidas: el incisivo central, el incisivo
lateral, el canino y el primer premolar. Ambos incisivos tienen forma de pala y se les
observan cálculos en la cara bucal. El incisivo central tiene hipoplasia, al igual que el
primer premolar. El canino tiene dos caries grado 1 en la cara lingual e hipoplasia. Todas
estas piezas exhiben desgaste grado 3 y se estima que el individuo tenía entre 16 y 20 aiios
(Lovejoy 1985). Tanto en la maxila como en la mandíbula se aprecia que el tercer molar ya
babia eruptado debido a la presencia de su alveolo. Por el pronunciamiento del mentón es
posible que el individuo fuera masculino.

Sepultura 95
Individuo 2
El individuo presenta fragmentos craneales, de huesos largos, de costillas, de facetas
articulares de vértebras, un fragmento de pelvis y uno de fémur. El húmero, la tibia y la
fibula izquierda están incompletas, sólo poseen parte de la diáfisis. A la tibia se le observa

260
un corte plano y horizontal propio de la cuchara del arqueólogo y unas marcas de dientes de
un posible roedor, alteradas por esta herramienta de excavación. Para estimar la edad del
individuo se midieron los tres huesos largos y se calculó una longitud aproximada para cada
uno de ellos, obteniendo los siguientes datos: el húmero midió 16 cm, la fibula 19,5 cm y la
tibia 21 cm. Con base en estos datos se llegó a considerar que el individuo tenía entre 4,5 y
6,5 años (Ubelaker 1978). El sexo del subadulto no se pudo identificar.

Sepultura 95
Individuo 3
Este individuo está compuesto por un metatarso incompleto, fragmentos craneales y
de huesos largos y un fragmento de escápula. Presenta sólo dos piezas dentales: el incisivo
lateral inferior derecho y el segundo molar superior izquierdo. El incisivo muestra forma de
pala y cálculos en la cara mesial y distal. El molar tiene caries grado 1 en la cara oclusal,
una mancha café en la faceta mesial y una caries grado 2 en la cara bucal. A este molar sólo
se le observa la faceta de contacto mesial, por lo tanto cabe la posibilidad de que el tercer
molar no había eruptado. El desgaste que poseen estas piezas es grado 3 y partiendo de éste
se deduce que el individuo tenía entre 16 y 20 años (Lovejoy 1985). El sexo no se pudo
identificar.

Sepultura 96
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos de cráneo, de vértebras, de huesos largos, de uno
de los radios, de una de las escápulas, de uno de los fémures, de una de las tibias, de una de
las fibulas y de alguno de los metacarpos o metatarsos. El húmero izquierdo, la ulna
derecha, las dos clavículas, un metacarpo, una falange de la mano, un talus y un metatarso
están incompletos. Conserva un fragmento de una de las costillas, uno de pelvis, uno de la
superficie articular proximal de una de las tibias y uno de la superficie articular proximal de
una de fibula. Además, se encontró un fragmento de lítica de color amarillento y otro
cerámico con engobe rojizo asociados a este individuo.

261
A partir del tamaño y masividad de estos huesos, se puede decir que el individuo era
un adulto. El sexo no fue identificado.

Sepultura 96
Individuo 2
El individuo sólo presenta un fragmento de una de las superficies auriculares y a
juzgar por el tamaño de éste, se piensa que el individuo era adulto. No fue posible
identificar el sexo.

Sepultura 98
Individuo 1
El individuo sólo presenta fragmentos craneales y de huesos largos. Debido al
tamaño y masividad de estos huesos se considera que el individuo era adulto. El sexo no se
identificó.

Sepultura 99
Individuo 1
El individuo está compuesto por fragmentos pequeños de huesos largos. Por el
tamaño y masividad de estos huesos se determina que el individuo es un subadulto. El sexo
no se pudo identificar.

Sepultura 1O1
Individuo 1
La muestra se reduce a fragmentos parciales de huesos largos y craneales. Por la
masividad y el tamaño de estos huesos se puede decir que el individuo era un subadulto,
pero no se pudo identificar su sexo.

262
Sepultura 103
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos de la mandíbula y dos piezas dentales: el primero
molar inferior izquierdo y un posible tercer molar superior izquierdo. El primer molar tiene
desgaste grado 4, cálculos en la cara bucal y manchas café en las facetas mesial y distal. El
tercer molar posee una forma atípica, sólo una faceta de contacto, cálculos en la cara bucal
muy cerca de la raíz y desgaste grado 3. Ambas piezas tienen la raíz quebrada. Basándose
en el desgaste de estas piezas, se deduce que el individuo tenía entre 20 y 24 años (Lovejoy
1985). El sexo no se pudo identificar.

Sepultura 104
Individuo 1
El individuo posee fragmentos craneales, de huesos largos, de uno de los calcáneos,
dos fragmentos de uno o dos metatarsos, un fragmento de costilla, un fragmento de fémur
y un metatarso incompleto. Con base en el tamaño y masividad de estos huesos, se
determina que el individuo era adulto. El sexo no se identificó.

Operación 59

Sepultura 1
Individuo 1
El individuo está compuesto por fragmentos de huesos largos, de vertebras y de
costillas. Estas últimas se encuentran adheridas a un bloque de tierra. Tiene la mandíbula
derecha incompleta y se pueden observar los alveolos de los cuatro incisivos, del canino, de
los premolares y de los tres molares. De la mano izquierda tiene una falange incompleta y
de la mano derecha tiene seis falanges también incompletas. El húmero, la escápula, el
radio y el fémur derecho están incompletos. Conservó fragmentos del lado izquierdo de la
pelvis y la superficie auricular izquierda incompleta. El fémur izquierdo está incompleto y

263
presenta marcas de dietes de un posible roedor. La tibia y la fibula izquierda también se
encuentran incompletas.
Posee cuatro piezas dentales: dos inferiores y dos superiores. Las piezas inferiores
poseen un desgaste grado 4 y las superiores muestran desgaste grado 3. El primer molar
inferior izquierdo tiene cálculos en la cara bucal y distal, las raíces fragmentadas y es la
pieza con más desgaste. El segundo premolar inferior izquierdo tiene manchas café en la
cara bucal, mesial y distal. El primer premolar superior izquierdo tiene la raíz fragmentada.
El segundo molar superior izquierdo presenta caries grado 1 en la cara oclusal. Estas piezas
fueron halladas dentro de la bolsa del individuo número dos. Sin embargo, el poco desgaste
que presentan difiere con el que muestran los dientes del individuo dos. Por esta razón se
considera la posibilidad de que dichas piezas pueden pertenecer a otro individuo, en este
caso al individuo uno. Basándose en este desgaste se estima que el individuo 1 tenía entre
20 y 35 años (Lovejoy 1985). Debido al pronunciamiento del mentón que se observa en la
mandíbula derecha, es posible que el individuo fuera masculino.

Individuo 2
El individuo presenta fragmentos craneales, de huesos largos, costillas y vértebras.
El temporal izquierdo está incompleto, conserva el proceso mastoideo y el meato acústico
externo. El proceso cigomático y el meato acústico externo del temporal derecho,
fragmentos del hueso frontal derecho y el borde supraorbitario derecho se encuentran
colapsados y adheridos a un bloque de tierra. El húmero derecho está casi completo, le falta
una parte de la diáfisis y de las epífisis, y posee marcas de dientes de un posible roedor.
Tiene fragmentos de uno de los fémures, de una de las tibias, de una de las fibulas, de una
de las escápulas y de una de las ulnas. La escápula izquierda, ambas clavículas, la tibia y la
fíbula derecha están incompletas y fragmentadas.
La mandtbula y la maxila izquierda permanecen unidas a un bloque de tierra y
ambas presentan las raíces de los dientes expuestas producto de la reabsorción alveolar
ocasionada por la periodontitis. A la mandtbula le falta parte del ramo izquierdo y de la
escotadura mandibular izquierda. Conserva sólo una pieza dental: el tercer molar derecho el
cual posee desgaste grado 3, dos caries grado 1 en la cara oclusal y una macha en la cara

264
mesial. Se observan dos pérdidas antemortem: la del segundo molar derecho y la del
incisivo lateral izquierdo. En el lado derecho presenta un absceso alrededor del primer
molar y es probable que esta patología provocara la caída de la pieza. La maxila izquierda
está incompleta, cuenta con el formen infraorbital, con una parte del proceso cigomático y
con los dos premolares. El desgaste de estas piezas es grado 6. El primer premolar posee
una escotadura en la cara mesial y el segundo premolar la exhibe en la cara bucal.
El individuo también presenta piezas dentales desprendidas. El incisivo central
inferior izquierdo tiene una mancha café en la cara distal, desgaste grado 6 y forma de pala.
El incisivo lateral inferior derecho posee desgaste grado 5 y forma de pala. El tercer molar
inferior izquierdo muestra cálculos en la cara bucal y lingual y desgaste grado 3. El canino
superior izquierdo tiene la raíz fragmentada, aproximadamente siete caries grado 1 en la
cara bucal, desgaste grado 6 y una melladura en la cara mesial. Al segundo premolar
superior izquierdo se le distinguen cálculos en la cara bucal, una caries grado 3 en la línea
amelocementaria de la cara mesial, una melladura en las caras bucal y mesial y un desgaste
que afecta la dentina. El primer molar superior izquierdo sólo tiene una pequeiía parte de la
corona, ya que el desgaste es grado 8 y afectó hasta la raíz. El primer molar superior
derecho está incompleto, le falta una parte de la raíz mesio-bucal y de la corona, exhibe una
caries grado 3 en la línea amelocementaria de la cara mesial y tiene desgaste grado 7. El
primer molar inferior derecho presenta desgaste grado 5 y está incompleto, le falta la raíz
distal y parte de la corona, tiene una caries grado 4 que afectó la cara oclusal, la lingual y la
distal provocando lesiones hasta en la raíz y además, en la cara bucal presenta cálculos y en
la mesial una macha café. Los caninos inferiores y los premolares inferiores derechos se
colocaron en el alveolo correspondiente de la mandíbula. El canino derecho tiene una
melladura en la cara mesial y desgaste grado 6. El primer y segundo premolar tienen
cálculos en la cara lingual y desgaste grado 5 que afecta la dentina. El canino izquierdo
muestra una melladura en la cara mesial, cálculos en la cara bucal y mesial y desgaste
grado 6. Es evidente que la salud bucal de este individuo era muy pobre. El desgaste tan
avanzado, las caries, las escotaduras y las melladuras que exhiben las piezas dentales
pueden estar reflejando hábitos alimenticios, así como alguna actividad o trabajo.

265
Se considera que el individuo era femenino, puesto que el mentón es poco
pronunciado y el proceso mastoideo izquierdo es pequefio. Asimismo, por el desgaste de las
piezas dentales se estima que el individuo tenía entre 30 y 40 afios (Lovejoy 1985).

Individuo 3
El individuo está compuesto por cuatro piezas dentales, las cuales fueron halladas
dentro de la bolsa del individuo número dos, pero no correspondían con este último y se
decidió analizarlos como parte de un tercer individuo. El incisivo central inferior izquierdo
tiene un desgaste grado 3que afecta la dentina y el ápice de la raíz abierto. Lo anterior se
debe a que la pieza estaba iniciando el proceso de reabsorción para dar paso a la formación
del incisivo permanente. El incisivo central superior izquierdo muestra un desgaste grado 3
que llega a la dentina y posee la raíz fragmentada. Ambos incisivos tienen forma de pala. El
segundo molar inferior izquierdo presenta la raíz fragmentada y desgaste. La cuarta pieza es
el primer molar inferior derecho permanente, la cual no había sido eructada y sólo posee la
corona. Se calcula que el individuo tenía entre 3 ± 1 afio (Ubelaker 1978). El sexo no se
pudo determinar.

Posible contaminación
La muestra está compuesta por tres piezas dentales: el primer premolar superior
izquierdo y dos posibles caninos (uno superior y otro inferior). El premolar presenta
desgaste grado 5 que afecta la dentina, melladuras en la cara bucal y mesial y una caries
grado 2 en la cara mesial. El desgaste grado 6 que poseen los posibles caninos ocasionó que
las piezas perdieran su forma. El desgaste que muestran estas piezas no se asemeja con la
de ninguno de los otros individuos.

266
Operación 60

Sepultura 12
Individuo 2
El individuo presenta fragmentos de algunas costillas, fragmentos de una de las
escápulas y un fragmento del cuerpo de una vértebra. El cráneo está incompleto y la tierra
que está en su interior le brida soporte, pero aun así algunos fragmentos se han desprendido
por la fragilidad del cráneo. Además, las suturas craneales se distinguen claramente, lo cual
indica que el individuo era joven. Entre las piezas superiores tiene: los dos incisivos
centrales con forma de pala, los dos caninos, el primer premolar derecho y los dos segundos
molares. El segundo molar izquierdo tiene caries grado 1 en la cara oclusal. La raíz del
premolar y de los segundos molares no se ha formado totalmente y la de estos últimos está
fusionada. De las piezas inferiores presenta el incisivo central izquierdo y los dos incisivos
laterales con forma de pala, los dos primeros premolares, el segundo premolar derecho, los
dos primeros molares y los dos segundos molares. Una de las piezas tiene la corona
fragmentada y fue identificada como un posible incisivo central izquierdo. La raíz de los
segundo molares y del segundo premolar no se ha formado totalmente. El primer molar
derecho posee caries grado 1 en la cara oclusal y el segundo molar derecho también
presenta esta patología en la cara lingual. A los incisivos y a los primeros molares inferiores
se les observa desgaste grado 2 y las demás piezas no presentan facetas de uso. El individuo
conserva una pieza caduca: el primer molar inferior izquierdo, el cual muestra desgaste
grado 3 y gran parte de la raíz reabsorbida. Con base en el desarrollo dental se estima que el
individuo tenía 10 años± 2.5 años (Ubelaker 1978). El sexo no se pudo determinar.

Sepultura 13
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales, de huesos largos, de costillas y un
fragmento de rótula. Tiene el cráneo colapsado y se encuentra adherido a un bloque de
tierra. Se puede observar el hueso frontal, los arcos superciliares, los huesos nasales, la
maxila, los parietales, el occipital, los temporales y parte del proceso mastoideo izquierdo.

267
Principalmente le faltan fragmentos del occipital y del parietal derecho. Debajo del cráneo
hay un hueso largo incompleto que parece corresponder a un fémur, y a un lado de éste hay
un fragmento cerámico rojizo. Asimismo, se hallaron otros fragmentos de huesos largos
unidos a pequeños bloques de tierra, entre los que se pudo identificar un metacarpiano
derecho de un venado joven. Junto a este metacarpiano hay otros fragmentos de huesos que
no se pudieron identificar, pero que posiblemente correspondan al mismo venado. Aliado
derecho del cráneo hay dos mandíbulas izquierdas incompletas. Una de ellas presenta dos
piezas dentales: el canino izquierdo y el primer molar izquierdo. La otra conserva sólo un
molar, probablemente el primero. A juzgar por estas piezas dentales, se infiere que la
primera mandtbula pertenece al cráneo, ya que los dientes de la maxila son similares en
tamaño y coloración con los de esta mandíbula. De esta manera, la segunda mandíbula
corresponde a un segundo individuo. El hecho de que ambas mandtbulas no estén en su
posición anatómica y la presencia de un hueso largo debajo del cráneo, conlleva a pensar
que los individuos fueron desarticulados como parte del ritual funerario (enterramiento
secundario).
Este individuo cuenta con 13 piezas dentales, de las cuales seis están desprendidas y
son las siguientes: el incisivo central superior izquierdo, el canino superior derecho, el
primer premolar superior izquierdo, los premolares inferiores izquierdos y el tercer molar
inferior izquierdo. El incisivo tiene forma de pala, desgaste grado 5 y no tiene la raíz. El
canino muestra cálculos, desgaste grado 6 y no conserva la raíz. El primer premolar
presenta desgaste grado 4 y no tiene raíz. Los premolares inferiores izquierdos tienen
cálculos, desgaste grado 4 y no presentan las raíces. El tercer molar posee tres caries grado
1 en la cara oclusal y otra en la cara lingual, conserva las raíces completas y muestra
desgaste grado 3.
Las restantes siete piezas se ubican en su posición anatómica correspondiente y
poseen la raíz expuesta debido a la reabsorción alveolar causada por la periodontitis. A las
piezas superiores sólo se les observa la cara bucal, las cuales son: los premolares derechos,
el segundo premolar izquierdo y el primer y el segundo molar izquierdo. La mandíbula
presenta dos piezas: el canino izquierdo que tiene hipoplasia y el primer molar izquierdo
que posee desgaste, una melladura en la cara distal y otra en la lingual.

268
Debido al tamafto que presenta el margen supraorbital es posible que el individuo
fuera femenino. El desgaste de los dientes indica que el individuo tenía entre 24 y 30 años
(Lovejoy 1985).

Individuo 2
Este individuo está representado por el fragmento de mandíbula izquierda que
estaba junto al individuo l. Este fragmento de mandíbula presenta el primer molar
izquierdo, al cual se le observa la reabsorción del hueso alveolar ocasionada por la
periodontitis. Con base en el tamaño de la mandíbula, se determina que el individuo es
adulto y su sexo no se pudo identificar.

Individuo 3
El individuo presenta cuatro piezas dentales, de las cuales tres no habian sido
eruptadas: los caninos superiores y el tercer premolar inferior izquierdo. El canino
izquierdo tiene la cara lingual fragmentads y no posee la raíz. El canino derecho y el primer
premolar inferior izquierdo no presentan la raíz totalmente formada. El primer molar
inferior derecho posee caries grado 1 en la cara oclusal, una melladura en la cara distal,
desgaste grado 3 y las rafees fragmentadas.
Se estima que el individuo tenía 10 años± 2,5 años (Ubelaker 1978). El sexo no se
pudo identificar.

Operación 61

Sepultura 4
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos craneales y de huesos largos, algunos de estos
últimos están adheridos a bloques de tierra. Tiene dos fragmentos de una de las ulnas, un
fragmento de uno de los húmeros, un fragmento de uno de los fémures y un fragmento de
una de las fíbulas. A este último se le observan dos cortes paralelos que no parecen
coincidir con la herramienta de excavación o con los dientes de algún roedor, quizás

269
correspondan a una alteración cultural. También se identificaron dos de las falanges de la
mano completas, el talus derecho incompleto, un fragmento de calcáneo, la rótula izquierda
incompleta y dos fragmentos de huesos del pie que no se pudieron identificar.
El individuo conserva ocho piezas dentales: los seis molares inferiores, el canino
inferior derecho y el canino superior izquierdo. El primer molar derecho tiene desgaste
grado 4, la raíz mesial fragmentada y una caries grado 3 en la cara mesial que afectó la
pulpa. El segundo molar derecho posee la corona fragmentada y sólo tiene una parte de la
cara mesial. El tercer molar derecho muestra una mancha café en la cara mesial, desgaste
grado 2 y caries grado 1 en la cara oclusal. El primer molar izquierdo tiene desgaste grado 4
y la corona y una de las raíces fragmenta, la otra raíz no la presenta. En el área donde la
corona está fragmentada se observa una caries grado 3 que afectó la pulpa. El segundo
molar izquierdo tiene caries grado 1 en la cara oclusal, una melladura en la cara distal,
desgaste grado 3 y una mancha en las caras bucal, distal y lingual. El tercer molar izquierdo
tiene caries grado 1 en la cara oclusal y desgaste grado 2. Ambos caninos muestran un
desgaste grado 5, el cual dificulta determinar la lateralidad y por lo tanto, se les asignó una
aleatoria. El canino inferior derecho posee una pequeña melladura en la cara mesial. El
canino superior izquierdo tiene la raíz fragmentada y una mancha café en las caras mesial y
distal.
Con base en el desgaste dental se estima que el individuo tenía entre 24 y 35 años
(Lovejoy 1985). Además, están asociados a este individuo un fragmento cerámico con
engobe rojizo y un artefacto lítico de forma triangular, con aproximadamente 1,7 cm de
largo, de color blanco y parece que está incompleto.

Sepultura6
La muestra está compuesta por fragmentos craneales, de huesos largos, de vértebras
y de costillas. También presenta dos secciones de uno de los radios, dos de los metatarsos
incompletos, un segmento de la maxila, un húmero izquierdo con parte de la diáfisis y de la
epífisis distal, fragmentos de la escápula derecha, la ulna derecha incompleta, dos
fragmentos de uno de los fémures, una parte de la cabeza del fémur izquierdo y un
fragmento de la superficie auricular izquierda. Durante el análisis osteológico se

270
reconocieron dos húmeros incompletos: uno de ellos presenta la tuberosidad deltoides y
parte de la epífisis distal, y el otro posee parte de la diáfisis y de la epífisis distal. Además,
se notaron diferencias en el color y en el degaste de las 24 piezas dentales. Partiendo de
estos hechos se identificaron dos individuos, y de toda la muestra sólo se pudieron
determinar las piezas dentales que correspondían a cada uno.

Individuo 1
Posee 18 piezas dentales. De las piezas superiores presenta los incisivos centrales y
el lateral derecho, los cuales tienen forma de pala (doble) y desgaste grado 5. El canino
izquierdo tiene hipoplasia, cálculos en la cara mesial y desgaste grado 5. El primer
premolar izquierdo tiene desgaste grado 3 y cálculos en la cara bucal y mesial. Estas dos
últimas piezas se encuentran colocadas dentro de su alveolo en la maxila, en la cual se
puede observar la pérdida antemortem del segundo premolar izquierdo, así como la
exposición de las raíces producto de la reabsorción alveolar generada por la periodontitis.
El primer molar derecho posee desgaste grado 3, una caries grado 1 en la cara oclusal,
cálculos en la cara bucal y lingual y no posee las raíces. El primer molar izquierdo tiene una
caries grado 1 en la cara oclusal, desgaste grado 3 y cálculos en la cara bucal, mesial y
lingual. El segundo molar derecho muestra desgaste grado 2 y tiene las raíces fusionadas.
El tercer molar derecho tiene caries grado 1 en la cara oclusal y desgaste grado 2. De las
piezas inferiores posee el incisivo lateral derecho que presenta una mancha en la cara
oclusal y desgaste grado 5. El canino derecho tiene hipoplasia y desgaste grado 3. El primer
premolar derecho tiene la raíz incompleta, desgaste grado 3 y cálculos en la cara bucal y
mesial. El segundo premolar derecho presenta desgaste grado 3 y una mancha en la cara
bucal. El primer molar derecho posee la raíz mesial fragmentada, desgaste grado 4 y caries
grado 1 en la cara oclusal y lingual. El segundo molar derecho exhibe desgaste grado 4 y le
falta parte de la corona de la cara bucal y la raíz distal. El primer premolar izquierdo tiene
desgaste grado 3, cálculos en la cara mesial y distal y tiene la raíz fragmentada. El primer
molar izquierdo muestra desgaste grado 4 y manchas en las caras bucal y lingual. El
segundo molar izquierdo tiene una caries grado 2 en la cara lingual y desgaste grado 4.
Estas dos últimas piezas se encuentran colocadas en su alveolo correspondiente dentro de la

271
mandíbula, las cuales presentan la raíz expuesta debido a la reabsorción alveolar causada
por la periodontitis.
Por el desgaste de los dientes, se estima que el individuo tenía entre 20 y 30 años
(Lovejoy 1985). El sexo no se pudo determinar.

Individuo 2
Presenta seis piezas dentales. El canino superior izquierdo tiene desgaste grado 5,
hipoplasia y la raíz fragmentada. El incisivo superior lateral izquierdo muestra desgaste
grado 6 e hipoplasia. El primer premolar superior derecho tiene hipoplasia y desgaste grado
5. El incisivo superior lateral derecho posee desgaste grado 5, melladuras en las caras
mesial y distal, hipoplasia y parece que tenía forma de pala. El incisivo central inferior
derecho tiene desgaste grado 5 y la raíz fragmentada. El canino inferior izquierdo presenta
desgaste grado 5, hipoplasia, melladuras en la cara distal y la raíz fragmentada. Con base en
el desgaste, se calcula que el individuo tenía entre 30 y 40 años (Lovejoy 1985). El sexo no
se pudo identificar.

Sepultura 10
Individuo 1
El individuo está compuesto sólo por un fragmento craneal, el cual se encuentra
adherido a un bloque de tierra que le brinda soporte y estabilidad. Por la masividad que
presenta este fragmento, el individuo fue identificado como adulto, pero no fue posible
estimarle la edad.

Enterramiento 1
Individuo 1
El individuo está compuesto por un fragmento craneal, fragmentos de vértebras, de
huesos largos, del cinturón pélvico y del pie. Tiene la ulna izquierda incompleta, le falta
parte de la diáfisis y las epífisis, y presenta marcas de dientes de un posible roedor. De la
mano posee tres falanges proximales (sólo una de ellas está completa), una falange distal
completa, un metacarpo incompleto y los escafoides incompletos. De la pelvis izquierda

272
conserva una parte del ilion, del acetábulo incluyendo la cabeza del fémur y del isquion. De
la pelvis derecha presenta un fragmento del acetábulo y del isquion. Ambos fémures están
incompletos. El derecho posee la cabeza y segmentos de la diáfisis. El izquierdo tiene casi
la totalidad de la diáfisis, una parte de la cabeza (en el acetábulo) y le falta la epífisis distal.
Las tibias están incompletas, ambas conservan fragmentos de la diáfisis. Las fibulas
también están incompletas y poseen segmentos de la diáfisis. Tiene la rótula izquierda, pero
incompleta. Del pie izquierdo conserva, casi en su totalidad, el calcáneo y el talus, pero
presenta incompleto el cuboide, el navicular, el segundo y tercer cuneiforme, y el primer y
quinto metatarso. Del pie derecho posee el cuarto metatarso casi completo y el quinto
metatarso incompleto. Además, tiene dos metatarsos incompletos, un fragmento de la
cabeza de una de las falanges y la falange proximal del dedo grande del pie.
Por el tamaiio y masividad de los huesos largos se considera al individuo como
adulto. La poca profundidad que se observa en los acetábulos se puede decir que el
individuo era femenino.

Enterramiento 2
Individuo 1
El individuo presenta fragmentos de huesos largos, craneales y costillas. Entre los
fragmentos craneales se identificó la cóclea de uno de los oídos. Posee sólo una pieza
dental, el segundo molar superior derecho. Esta pieza tiene caries grado 1 en la cara oclusal
y una caries grado 2 en la misma cara, manchas cafés en la cara mesial y distal, cálculos en
la cara bucal, desgaste grado 3 y las raíces fragmentadas y fusionadas.
Tiene los dos húmeros incompletos. El izquierdo presenta un fragmento de la
diáfisis que incluye la tuberosidad deltoides. El derecho posee una parte de la diáfisis y de
la epífisis distal. La ulna izquierda y la derecha están incompletas, les faltan las dos epífisis
y parte de las diáfisis. Las dos escápulas están incompletas, hay dos fragmentos de la
cavidad glenoidea y uno de la espina escapular, pero se desconoce la lateralidad de los tres.
Tiene dos fragmentos de alguno de los metacarpos. Los fémures están incompletos. Ambos
presentan parte de la diáfisis, la línea áspera y el agujero nutricio. Asimismo, las tibias
están incompletas, tienen parte de la diáfisis y las dos muestran una inflamación y

273
porosidad en el periostio (posible patología). La fibula izquierda está incompleta, posee
parte de la diáfisis.
A partir del desgaste de la pieza dental, se estima que individuo tenía entre 20 y 24
años (Lovejoy 1985). Se considera que el individuo era femenino por el tamaño y
masividad de los huesos largos.

Enterramiento 2
Individuo 2
El individuo está compuesto por fragmentos de huesos craneales, huesos largos, de
costillas, de una de las escápulas y de dos de las falanges de la mano. Se identificó un
fragmento de uno de los temporales con el meato acústico interno. El húmero izquierdo está
incompleto, le falta parte de la diáfisis y la epífisis proximal y distal. Este húmero tiene un
agujero postmortem en la cara anterior cercano a la epífisis distal, el cual pudo ser causado
por agentes bióticos. La ulna derecha está incompleta, le faltan las epífisis y parte de la
diáfisis. La ulna izquierda está muy fragmentada al igual que el radio izquierdo, al cual se
le puede observar la tuberosidad radial. Ambos fémures están incompletos, presentan parte
de la línea áspera y de la cabeza. El fémur izquierdo posee dos agujeros nutricios. La tibia
izquierda está fragmentada y conserva el agujero nutricio. La fibula izquierda también está
muy fragmentada. Presenta un fragmento de un posible metatarso.
Por el tamaño y masividad de los huesos largos, se determina que el individuo es
adulto, pero el sexo no fue posible de identificar.

Enterramiento 3
Individuo 1
El individuo posee el cráneo incompleto. El hueso frontal, los huesos nasales, las
órbitas de los ojos, ambos cigomáticos, la concha inferior nasal y ambos maxilares se
encuentran adheridos a un bloque de tierra. El hueso frontal está incompleto, le faltan
fragmentos cercanos a la órbita derecha y a la sutura coronal del lado izquierdo. Los huesos
nasales, la concha inferior nasal y ambos cigomáticos están incompletos. Los maxilares
están completos y ambos presentan las raíces de las piezas dentales expuestas, esto debido a

274
la reabsorción alveolar causada por la periodontitis. En la maxila izquierda se pueden
observar los alveolos y las raíces del canino y de los premolares. En la maxila derecha se
distinguen los alveolos y fragmentos de las raíces de los premolares.
Los temporales, los parietales, así como otros fragmentos craneales están
desprendidos del bloque de tierra. Ambos temporales están incompletos, el izquierdo
presenta el meato acústico externo, y el derecho el proceso mastoideo y el meato acústico
externo. Los dos parietales también están incompletos y en ambos se observa parte de la
sutura coronal, escamosa y sagital. En la parte posterior del parietal derecho se observan
unos agujeros y un surco, producidos posiblemente por agentes naturales como insectos y
raíces. Por la parte anterior no se nota ninguna inflamación o porosidad en el periostio, por
lo tanto se descarta que los agujeros y el surco sean producto de una patología. También
tiene el húmero derecho incompleto, conserva parte de la diáfisis distal. Asimismo, la ulna
izquierda está incompleta, le faltan las dos epífisis.
El individuo presenta tres piezas dentales superiores. El primer molar izquierdo
tiene desgaste grado 5, una melladura en la cara bucal y una caries grado 4 en la cara distal
en la línea amelocementaria que afectó la raíz. El primer molar derecho posee desgaste
grado 5, una mancha amarilla en la cara bucal, cálculos en la cara mesial y le falta un
fragmento de la corona en la cara mesio-lingual. El segundo molar derecho tiene una caries
grado 1 en la cara oclusal y otra grado 4 en la cara distal que afectó la corona y la raíz.
Cabe destacar que esta última pieza tiene menos desgaste (grado 3) en comparación con los
primeros molares. Con base en el desgaste que muestran estas piezas, se estima que el
individuo tenía entre 24 y 35 años (Lovejoy 1985). Por el tamaño de la glabela del margen
supraorbital y el proceso mastoideo derecho, se considera que el individuo era femenino.

Enterramiento 3
Posible contaminación
La muestra está compuesta por tres piezas dentales superiores, las cuales presentan
diferentes grados de desgaste. El segundo molar derecho posee una mancha café en la cara
bucal y en la distal, tiene la raíz lingual fragmentada y desgaste grado 2. El tercer molar
derecho tiene caries grado 1 en la cara oclusal, cálculos en la cara distal, una perla de

275
esmalte en medio de la raíz lingual y distal, muestra desgaste grado 3 y las raíces
fragmentadas. La última pieza es un premolar que presenta una melladura en la cara bucal y
otra en la distal, tiene la raíz está fragmentada y desgaste grado 4. Por estos motivos, no fue
posible determinar sí la pieza es un primer o segundo premolar ni su lateralidad.

276
Anexo 12. Distribución de caries y manchas en el esmalte asociadas identificadas en los individuos analizados por la autora, sector
Playskool.

Manchas en el
O p. Sep. Ind. Sexo Edad Ubicación y grado de la caries esmalte
El tercer molar inferior derecho tiene dos caries grado 2: una
58 32 2 No Ident 20-40 en la línea amelocementaria de la faceta bucal y la otra en el
cara oclusal.
El segundo molar inferior derecho posee caries grado 1 en la
58 54 3 Noldent Solo adulto
cara oclusal.
20-24 El primer molar inferior derecho presenta una caries grado 1 en
58 70 1 Noldent
años la cara oclusal.
7,5-8,5 Dos piezas deciduas, el primer y el segundo molar inferior
58 70 2 No Ident
años izquierdo, presentan caries grado 1 en la cara oclusal.
El canino superior derecho muestra caries grado 1 en la cara
lingual. El primer premolar superior derecho tiene una caries
grado 1 en la cara oclusal. El segundo premolar superior
derecho posee dos caries grado 1 en la cara oclusal. Al primer
molar superior derecho se le distinguen caries grado 1 y 2 en la
cara oclusal y otra grado 2 en la cara lingual. En el segundo
molar superior derecho se observan caries grado 1 y 2 en la
58 71 1 Mase 20-24
cara oclusal. El tercer molar superior derecho presenta caries
grado 1 y 2 en la cara oclusal y una caries grado 2 en la cara
lingual. Los premolares superiores izquierdos tienen caries
grado 1 en la cara oclusal. Al primer molar izquierdo se le
observa una caries grado 1 en la cara oclusal. El tercer molar
superior izquierdo muestra dos caries grado 2: una en la cara
oclusal y la otra en la lingual.

277
En la cara distal del
El primer premolar superior derecho posee una caries grado 2 primer premolar
58 73 1 Posfem 30-35 en la cara mesial. El primer premolar superior izquierdo tiene inferior izquierdo y el
caries grado 1 en la faceta oclusal. El tercer molar inferior tiene primer premolar
una caries grado 2 en la cara mesial. superior izquierdo.
El segundo molar inferior izquierdo posee una caries grado 1
en la cara oclusal. El segundo molar inferior derecho tiene dos
58 80 1 Mase 20-30 añ.os
caries grado 1 en la cara oclusal y una grado 3 en la línea
amelocementaria de la cara lingual que afecta la pulpa y la raíz.
En las facetas mesial y
58 81 2 Fem 20-30 afios El segundo molar inferior izquierdo tiene una caries grado 2 en distal tiene unas
la cara oclusal y otra en la cara lingual. manchas cafés.
El incisivo central superior derecho tiene una caries grado 1 en
58 85 1 Noldent 20-24 años la cara lingual. El primer molar inferior izquierdo posee una
caries grado 1 en la cara oclusal.
Pos El incisivo central superior derecho tiene dos caries grado 1 en
58 89 1 24-35 afios
mase la cara lingual.
El primer y segundo molar superior derecho tienen caries
grado 1 en la cara oclusal. El segundo premolar inferior
izquierdo posee una caries grado 1 en la cara oclusal. Al
58 93 1 No Ident 18-24 años
primer molar inferior derecho se le observan caries grado 1 y 2 En la faceta bucal del
en la cara oclusal. El segundo molar inferior derecho tiene una primer molar superior
caries grado 1 en la faceta oclusal y otra en la lingual. izquierdo.
El primer molar inferior izquierdo posee una caries grado 2 en
la cara bucal. El primer premolar superior izquierdo posee una
caries grado 1 en la cara mesial. El segundo premolar superior
Pos
58 95 1 16-20 años izquierdo presenta una caries grado 1 en la faceta lingual. Al Manchas café en las
mase
primer molar superior izquierdo se le observa una caries grado facetas mesial y distal
2 en la cara lingual y otra en la cara oclusal. El canino superior del primer molar
derecho tiene dos caries grado 1 en la cara lingual. inferior iz;guierdo

278
El segundo molar superior izquierdo tiene caries grado uno en
58 95 3 No Ident 16-20 años
la cara oclusal y una caries grado dos en la cara bucal.
En la cara bucal, mesial
Pos y distal del segundo
59 1 1 20-35 años
mase El segundo molar superior izquierdo presenta caries grado 1 en premolar inferior
la cara oclusal. izquierdo
El tercer molar inferior derecho posee dos caries grado 1 en la
cara oclusal. El canino superior izquierdo tiene caries grado 1
en la cara bucal. Al cuarto premolar superior izquierdo se le
distingue una caries grado 2 en la línea amelocementaria de la
59 1 2 Fem 30-40 años cara mesial. El primer molar superior derecho exhibe una En la cara distal del
caries grado 3 en la línea amelocementaria de la cara mesial. El incisivo central inferior
primer molar inferior derecho presenta una caries grado 4 que izquierdo y en la cara
afectó la cara oclusal, la lingual y la distal, provocando mesial del primer
lesiones hasta en la raíz. molar inferior derecho.
El segundo molar superior izquierdo tiene caries grado 1 en la
10 años± cara oclusal. El primer molar inferior derecho posee caries
60 12 2 No ldent
2,5 años grado 1 en la cara oclusal y el segundo molar inferior derecho
presenta esta patología en la cara lingual.
El tercer molar inferior izquierdo posee tres caries grado 1 en
60 13 1 Posfem 24-30
la cara oclusal y en la lingual.
10 años± El primer molar inferior derecho tiene caries grado 1 en la cara
60 13 3 Noldent
2,5 años oclusal.

279
En la cara mesial del
tercer molar inferior
El primer molar inferior derecho tiene una caries grado 3 en la derecho; en la cara
cara mesial que afectó la pulpa. El tercer molar inferior bucal, distal y lingual
61 4 1 Noldent 24-35 derecho tiene caries grado 1 en la cara oclusal. El primer molar del segundo molar
inferior izquierdo tiene la corona fragmenta y presenta una inferior izquierdo y en
caries grado 3 que afectó la pulpa. El segundo molar inferior la cara mesial y distal
izquierdo tiene caries grado 1 en la cara oclusal. El tercer del canino superior
molar inferior izquierdo tiene caries grado 1 en la cara oclusal. ~uierdo.
En la faceta oclusal del
incisivo lateral inferior
El primer molar superior izquierdo tiene una caries grado 1 en derecho, en la faceta
la cara oclusal. El primer molar superior derecho tiene una bucal del segundo
61 6 1 No Ident 20-30 caries grado 1 en la cara oclusal. El tercer molar superior premolar inferior
derecho tiene caries grado 1 en la cara oclusal. El primer molar derecho y en la cara
inferior derecho posee caries grado 1 en la cara oclusal y bucal y lingual del
lingual. El segundo molar inferior izquierdo tiene una caries primer molar inferior
grado 2 en la cara lingual. izquierdo.
El segundo molar superior derecho tiene caries grado 1 en la En la cara mesial y
61 Ent.2 1 Fem 20-24
cara oclusal y una caries grado 2 en la misma cara. distal
El primer molar superior izquierdo tiene una caries grado 4 en
la cara distal en la línea amelocementaria que afectó la raíz. El
61 Ent.3 1 Fe m 24-35 segundo molar superior derecho tiene una caries grado 1 en la En la cara bucal del
cara oclusal y otra grado 4 en la cara distal que afectó la corona primer molar superior
y la raíz. derecho.
El tercer molar superior derecho tiene caries grado 1 en la cara
61 Ent.3 PC No Ident Solo adulto
oclusal.
Abreviaturas: Op= operación, Sep= sepultura, Ind= individuo, Mase= masculino, Fem= femenino, Pos fem= posible femenino, Pos mase=
posible masculino, No ident= no identificado.

280
Anexo 13. Distribución de cálculos según sexo y edad en los individuos analizados por la
autora, sector Playskool.

Op. N° sep. Ind. Sexo Edad Tipo y ubicación de los cálculos


Cálculos supra-gingivales en la cara
bucal de los incisivos, canino, y
premolares superiores derechos, en la
cara bucal del segundo premolar
superior izquierdo, en la cara bucal y
58 71 1 Mase 20-24 lingual del canino y del primer
premolar superior izquierdo y en la
cara lingual del tercer molar superior
izquierdo. Todas las piezas a excepción
de la última están asociadas con
1periodontitis.

Cálculos supra-gingivales en la cara


oclusal, bucal y lingual del tercer
molar inferior derecho, en la cara bucal
58 73 1 Posfem 30-35
y lingual de los primeros premolares
superiores y en la cara bucal y lingual
del primer molar superior izquierdo.
Cálculos supra-gingivales en la cara
bucal del segundo molar inferior
derecho, en el incisivo lateral inferior
58 80 1 Mase 20-30 años
izquierdo y en el segundo molar
inferior izquierdo, y en la cara lingual
del primer premolar inferior izquierdo.
Cálculos supra-gingivales en la cara
58 83 1 No ident 30-35 años mesial y distal del canino superior
izquierdo.
Cálculos supra-gingivales en la cara
58 85 1 No ident 20-24 años lingual de los premolares inferiores
derechos.
Cálculos supra-gingivales en la cara
58 95 1 Pos mase 16-20 años bucal de los incisivos superiores
derechos.
Cálculos supra-gingivales en la cara
58 95 3 No ident 16-20 años mesial y distal del incisivo lateral
inferior derecho.
Cálculos supra-gingivales en la cara
bucal del primer molar inferior
58 103 1 No ident 20-24 años
izquierdo y en la cara lingual de un
tercer molar superior.

281
Cálculos supra-gingivales en la cara
59
1 1 Pos mase 20-35 años bucal y distal del primer molar inferior
izquierdo.
Cálculos supra-gingivales en la cara
bucal del primer molar inferior
derecho, en la cara bucal y lingual del
tercer molar inferior izquierdo, en la
59 1 2 Fem 30-40 años cara bucal del canino inferior izquierdo
así como en la cara lingual de los dos
premolares inferiores derechos. Estas
tres últimas piezas están asociadas con
periodontitis.
Cálculos supra-gingivales en la cara
bucal del canino superior derecho y en
la faceta lingual de los premolares
60 13 1 Pos fem 24-30 inferiores izquierdos. Estas piezas se
encuentran desprendidas, pero las que
se encuentran en su posición anatómica
sí presentan periodontitis.
Cálculos supra-gingivales en la cara
mesial del canino superior izquierdo,
en la cara bucal y mesial del primer
premolar superior izquierdo (ambas
piezas asociadas con periodontitis), en
la cara bucal, mesial y lingual del
61 6 1 No ident 20-30 primer molar superior izquierdo
(sobresale de la encía), en la cara bucal
y lingual del primer molar superior
derecho, en la cara bucal y mesial del
primer premolar inferior derecho, en la
cara bucal, lingual, distal y mesial del
primer premolar inferior izquierdo .
. .
Abrevtaturas: Op= operactón, Sep= sepultura, Ind= mdívtduo, Mase= masculino, Fem= femenmo,
Pos fem= posible femenino, Pos mase= posible masculino, No ident= no identificado.

282
Anexo 14. Distribución de hipoplasia según sexo y edad en los individuos analizados por la
autora, sector Playskool.

Op. Sep. Ind. Sexo Edad Tipo y ubicación de la hipoplasia


Líneas horizontales en el primer molar superior
58 71 1 Mase 20-24 aflos derecho e izquierdo.
58 80 1 Mase 20-30 aflos Líneas horizontales en el canino inferior izquierdo.
58 83 1 No ident 30-35 aflos Líneas horizontales en el canino inferior izquierdo.
Líneas horizontales en el incisivo central superior
izquierdo y en el segundo premolar inferior
58 85 1 No ident 20-24 aflos derecho.
Orificios en el primer molar superior derecho y
líneas horizontales en los primeros premolares
58 93 1 No ident 18-24 aflos inferiores.
Líneas horizontales en el inciso central superior
derecho, en el canino superior derecho, en el
primer premolar superior derecho, en los
premolares superiores izquierdos, y en el primer y
58 95 1 Pos mase 16-20 aflos segundo molar superior izquierdo.
60 13 1 Pos fem 24-30 aflos Orificios en el canino inferior izquierdo.
Líneas horizontales en el canino superior
61 6 1 No ident 20-30 aflos izquierdo y orificios en el canino inferior derecho.
1

Líneas horizontales en el inciso lateral superior


derecho, en el primer premolar superior derecho,
en el canino superior izquierdo y en el canino
inferior izquierdo. Orificios en el inciso lateral
61 6 2 No ident 30-40 aflos superior izquierdo.
..
Abreviaturas: Op= operación, Sep= sepultura, Ind= mdtvtduo, Mase= masculmo, Fem= fememno,
Pos fem= posible femenino, Pos mase= posible masculino, No ident= no identificado

283
Anexo 15. Grado de desgaste en cada pieza dental y melladuras asociadas identificadas en la muestra analizada por la autora, sector
Playskool.

Melladuras
Op Sep Ind Sexo Edad Gl G2 G3 G4 G5 G6 G7 G8
asociadas
No 18-24 Premolares
58 30 3
ident afios inf der
No 20-40 Premolar
58 32 2
ident afios inf der
No Solo
58 54 3 M2 infder
ident adulto
No 20-24 Primeros
58 70 1 I1 sup izq
ident afios molares inf
No 7,5-8,5 M1yM2
58 70 2
ident afios infizq
e sup der,
premolares
sup der, 1

molares 1

En la faceta
Mas 20-24 sup der, e Ilyl2
58 71 1 bucal del
e afios sup izq, sup der
M1izq
premolares
sup izq y
M1yM3
sup izq
Primeros
Pos 30-35 premolares
58 73 1 M2 sup izq
fem afios sup, P1 inf
izqyM3

284
Melladuras
Op Sep lnd Sexo Edad Gl G2 G3 G4 G5 G6 G7 G8
asociadas
infder.

12 años
No
58 73 2 ± 2,5 P1infizq
ident
años
12, e,
M2infizq
Mas 20-30 premolare
58 80 1 yM3 inf
e años s yM1 inf
der
izq
20-30
58 81 2 Fe m M2 infizq
años
No 30-35 Premola
58 83 1
ident años r inf
11sup der,
M1 infizq
No 20-24
58 85 1 y
ident años
premolares
infder
No 3 años± eM2 sup
58 85 2
ident 1 año der
Pos 24-35
58 89 1 11 sup der
mase años
No 20-30 Premolar
58 91 1
ident años inf
Primeros e sup der,
No 18-24 molares premolares
58 93 1 11 infizq
ident años supyM2 infizq, P1
inf der inf der y

285
Melladuras
Op Sep Ind Sexo Edad Gl G2 G3 G4 G5 G6 G7 G8
asociadas
MI infder

Premolares
sup izq, MI
yM2 sup
J.Zq,
Pos I6-20
58 95 I IDCISIVOS
mase añ.os
sup der,
esup der,
Pisup dery
Miinfizq
No I6-20 M2 supder
58 95 3
ident añ.os e 12 infder
No 20-24
58 103 I M3 sup izq Mlinfizq
ident añ.os
Pos 20-35 Pisup izq y P2 infizq y
59 I I
mase añ.os M2 sup izq Miinfizq
esup
En la cara
J.Zq,
mesial y bucal
12 inf der, premola
del PI y P2 sup
30-40 Terceros premolare res sup Mlsup Mlsup
59 I 2 Fe m izq, en la cara
añ.os molares inf s infder y izq, 11 der der
mesial del e
Mlinfder infizq y
inf der e izq y
e infizq
en el e sup izq.
yder
59 1 3 No 3añ.os ± ensup izq

286
Melladuras
Op Sep Ind Sexo Edad Gl G2 G3 G4 G5 G6 G7 G8
asociadas
ident 1 año e en inf
izq
En la cara
No Solo e supe
59 1 Pe Plsup izq bucal y mesial
ident adulto inf
del premolar.
Incisivos
centrales
sup, I2s
No IO años inf, 11 inf
60 12 2 MI infizq
ident ± 2,5 años dery
primeros
molares
inferiores
Pisup izq,
En la cara
Pos 24-30 premolares esup
60 13 I M3 infder 11 sup der distal y lingual
fem años infizq y der
del MI infizq.
MI infizq
No IO años MI inf En la cara
60 13 3
ident ±2,5 años der distal.
Terceros e sup izq En la cara
No 24-35 Miinfder e
6I 4 I molares M2 infizq y e inf distal del M2
ident años lZQ
inf der infizq
PI sup izq,
Incisivos
pnmeros
Primeros centrales
molares
No 20-30 M2yM3 molares inf sup, 12
6I 6 1 sup, e inf
ident años sup der yM2 inf sup der, e
der,
der sup tzq e
pnmeros
I2 infder
premolares

287
Melladuras
Op Sep lnd Sexo Edad Gl G2 GJ G4 G5 G6 G7 G8
asociadas
infyM2
inf der

12 sup En las facetas


der, PI mesial y distal
No 30-40 sup der, e 12 sup del 12 sup der,
61 6 2
ident años sup der, e tzq y en la cara
infizq e distal del e inf
Il infder izq
Ent. 20-24
61 1 Fem M2 sup der
2 años
Primeros En la cara
Ent. 24-35
61 1 Fe m M2 sup der molares bucal del
3 años
sup Mlsupizq
En la cara
Ent. No Solo M2sup Premolar
61 PC M3sup der bucal del
3 ident adulto der sup
premolar.
. .
Abreviaturas: Op= operación, Sep= sepultura, Ind= md1V1duo, G= grado, Mase= masculmo, Fem= femenmo, Pos fem= pos1ble femenmo, Pos
mase= posible masculino, No ident= no identificado, PC= posible contaminación, Ml = primer molar, M2= segwtdo molar, M3= tercer molar, C=
canino, Pl = primer premolar, P2= segundo premolar, I1 = incisivo central, 12= incisivo lateral, e= caduco, inf= inferior, sup= superior, izq=
izquierdo, der= derecho.

288
Anexo 16. Análisis osteológico de la muestra de restos óseos dispersos recuperada en el sector Playskool.

H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie xo ogías
cráneo S a a S
(cm)
72S/ Fmg
58 55W 1 der. Adulto NI
Fmg
72S/ menudo Frag
58 51W 1 1 S izq. Adulto NI
70S/ Frag Fmg
58 55W 1 Fmg. Frag S. S. Adulto NI
Fmg.
60S/ menu Fm
58 45W 2 1 dos lg. Adulto NI
Fmg.
menudo
S,
63S/ maxila Subad
58 45W 1 ÍZQ. ulto NI
Fmg.me
nudos,
frag.
tempom
1izq.
(proces
o
mastoid
eo),
frag. Fmg.
60S/ Mandíb menu Frag.
58 50W 1 ula der. dos der. Adulto PF

289
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
menudo
s, Frag
fragmen epífi
to Frag. sis
60S/ tempora menu dista
58 45W 0-30 1 1 der. dos 1 Adulto NI

Frag.
72S/ menu 1
58 57W 50 1 dos falam~e Adulto
1
falan
gey
Frag. de frags
uno de Frag. de
70S/ los menu Frag. 1 falan Subad
58 55W 1 oídos dos der. falange ges ulto NI
Frag.
menudo
s,un
frag.de 2
uno de Frag. frags
67S/ los distal falan
58 50W 7 1 oídos izq. Frag ges Adulto NI
Frag. 1
menudo falan
sydos gey
frag. 2
67S/ mandíb meta
58 50W 1 ulader. '--- -
Frag. tarso Adulto M

290
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
S

Frag.
tzq.
con
epífisi
Frag. ssin
67S/ menu fusion Fm Fmg Subad
58 50W 2 dos ar g. S. FmR ulto NI
Fmg.
67S/ menudo Fmg Subad
58 50W 3 S S. ulto NI
6
67S/ (60- Frag
58 55W 70) 1 Izq. Falange Adulto NI

Fmg.
menudo
63S 3 S, frag. Frag. 1

/55 (40- mandíb menu Fmg. Talu 1

58 w 60) 1 ula izQ. dos der. Frag S iza. Adulto NI 1

Fmg.
menudo
1
S, frag.
mandíb Frag
u la,
proceso Fmg. der. Cale
70S/ masto id menu e Frag Falange áneo p
58 50W 1 eo~_ -··- --
dos -
tzq. S. S der. Adulto M

291
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm UJn Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie xo ogias
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
70S/ menudo Frag. Frag. Frag Falange Subad
58 50W 2 S izq. izq. S. S ulto NI
Frag.
Lim menudo
pieza S,
de frag. Frag.
tiest mandíb menu Frag p
58 os 1 ula dos Frag. S. Adulto M
Frag. Frag.
63S/ 60- menudo menu Frag Frag
58 55W 70 1 S dos Frag. S. Adulto NI
63S/ 60- Frag Subad
58 55W 70 2 Frag. ulto NI
63S/ 60- Frag Frag Subad
58 55W 70 3 S. ulto NI
A par Frag
ecíd
os der.,
baja frag.
ndo epífi
pede Frag. Frag. sís
60S/ stale menudo m enu Frag dista Fra
58 45W S 1 S dos S. l g. Frag. Adulto NI
Apar
ecid
os
baja
ndo
pede
60S/ stale
58 45W S 2 Frag. Adulto NI

292
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)

Frags.
metacar
Frag. pos,
678/ menu frag.
58 55W 6 1 dos Frag. falange Adulto NI
Frag. Frag.
70S/ menudo menu Subad
58 60W S dos ulto NI
Frag. Frag.
63S/ menu distal
58 50W 2 dos der. Adulto NI
Frag.
63S/ mandíb
58 45W 1 1 ula der. Adulto NI
Frag.
63S/ menudo
58 60W 4 1 S Adulto NI
Frag.
63S/ menudo
58 60W 1 1 S Adulto NI
Frag.
63S/ menu
58 50W 3 1 dos Adulto NI
678/ Fra
58 50W 1 gs. Adulto NI
Frag. Frag. Frag.
67S/ menudo menu Frag. Frag Meta
58 60W 1 S dos izq. Frag. tarso Adulto NI

293
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Pro f. Ind Pelvis ero a io ur ia ícnla pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)

Frag.
menudo Frag
s, frag. Frag. der.
67S/ tempora menu e Frag.
58 55W 6 1 1 der. dos izq. Falange talus Adulto NI
Frag
67S/
58 55W 6 2 Frags. der. Adulto NI
Frag.
67S/ 3(40 Frag. menu Frag Fra Escafoi
58 50W -60) 1 menudo dos Frag. izq. g Frag. de der. Adulto NI
Frag.
60S/ menudo Subad
58 40W 1 S ulto NI
Frag.
67S/ menudo
58 60W 1 S Adulto NI
Frag.
67S/ menu
58 50W 7 1 do Adulto NI
Frag.
carbo
70S/ nizad
58 50W 1 o Adulto NI
63S/ Frag. Subad
58 50W 1 menudo ulto NI
Frag.
70S/ menudo
58 55W 1 S Adulto NI
58 67S/ 80 1 Frag. Adulto NI - -

294
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
Op. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
50W Ilion
Frag. Frag.
67S/ menudo menu
58 50W 1 1 S dos Falange Adulto NI
Frag.
67S/ menudo Subad
58 50W 1 2 S ulto NI
Frag.
63S/ menu
58 55W 2 1 dos Adulto NI
Frag.
menudo

67S/ meato Subad


58 60W 3 1 auditivo ulto NI
Frag. Frag.
67S/ menudo menu Subad
58 55W 4 1 S dos Frag. ulto NI
Fra
Frag. Frag. Frag. Frag g.
menudo menu distal dista diáf
58 1 S dos der. l ISIS Falange Adulto NI
Frag. Frag.
63S/ menudo menu Frag
58 50W 1 S dos Frag izq. Adulto NI
63S/
58 50W 2 Frag Adulto NI
Frag. Frag.
67S/ menudo menu
58 50W 2
------
1 S --- l __ - - dos Adulto NI

295
Nv/
R Ró Fí Vért
Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost R R Se Patol
O p. Cd.
Pro f. lnd
R largo tul bul ebra Edad
j
Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mauo pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
menudo
S,
frag. Frag.
678/ mandíb menu Frag
58 55W 3 1 ula dos S. Frag. Frag Adulto NI
Frag. Frag.
638/ menudo menu Talu Subad
58 55W 2 1 S dos Frag S izq. ulto NI
Frag.
menudo
S,
frag.
proceso 1

masto id
eoy Frag.
678/ oído m enu Falange
58 55W 1 izQ. dos S Adulto NI
678/ Frag. Subad
58 55W 1 menudo Falange ulto NI 1

Frag.
menudo
S,
frag. Frag.
638/ 20- mandíb menu 1

!
58 45W 60 1 ula dos Frag Adulto NI
Frag.
tempora 1

7 1 Frag.
678/ (60- der.(oíd menu
58 60W 70) 1 o) dos Adulto NI
- ---L--

296
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie xo ogías
cráneo S a a S
(cm)
3 Frag. Cab
67S/ (40- Frag. menu eza
58 50W 60) 1 pelvis dos izq. Adulto NI
Frag.
Tempor
67S/ 1(0- al izq. Frag
58 55W 2Ó) 1 (oído) S Adulto NI
Frag.
67S/ 2(20 menu
58 55W -40) 1 dos Adulto NI
Frag.
70S/ menu
58 65W 1 dos Adulto NI
Frag. Frag.
67S/ 2(20 menudo menu De
58 65W -40) 1 S dos Frag r. Adulto NI
Frag.
menudo
s, Frag. Frag
63S/ 20- tempora meou cabe
58 45W 60 1 1der. dos za Adulto NI
Frag.
67S/ menudo Subad
58 60W 114 1 S ulto NI
Frag.
menudo
S,
proceso
67S/ mastoid Fra Frag
58 60W 114 2 eo der. --'-- F!!g _g Frag S Adulto F

297
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
67S/ Frag. Fra calcá
58 60W 114 3 maxila Frag lg neo Adulto NI
4 Frag.
67S/ 7(60 Frag Frag Frag falange meta p
58 60W -70) 1 Frag. S. S. S sin. tarso Adulto M
67S/ 7(60
58 60W -70) 2 Frags. Adulto NI
67S/ 7(60 Subad
58 60W -70) 3 Frag ulto NI

678/ 7(60 lzq


58 60W -70) 4 Frag. Frag Frag .In Fra~. Adulto PF
Fala
nge,
frags

meta
Frag tarso
S,
dista cune
1 der ifor
(epíf me 1

isis in.,
sin talus 1

67S/ 7(60 fusio izq. Subad


58 50W -70) 1 -~---~---· --- - --- -- - ~) Falange in. ulto NI

298
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd.
Pro f. lnd
H.
Pelvis
largo
a ur
tul bol ebra Edad
ero io ia ícula pula iDas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)

Frag.
67S/ 7(60 menudo Subad
58 50W -70) 2 S ulto NI
Frag. Frag.
67S/ 7(60 menudo Frag. Frag Frag meta p
58 50W -70) 3 S izq. S. S. tarso Adulto M
Frag.
67S/ 7(60 menu
58 50W -70) 1 dos Frag. Frag Adulto NI
Frag.
67S/ 7(60 menudo Subad
58 50W -70) 2 S ulto NI
Frag.
70S/ 7(60 men u Subad
58 50W -70) 1 dos Frag ulto NI

Frag.
70S/ 7(60 menudo Subad
58 50W -70) 2 S ulto NI

299
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie xo ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
menudo
S,
tempora
1der.:
proceso
masto id
eoy
canal
auditivo
'frag. Frag. Posi
63S/ 40- mandíb menu ble Frag
58 60W 60 1 ula dos frag. S. Adulto F
67S/
55W
'
63S/
58 55W 1 Frag. Adulto NI
Frag. Frag.
63S/ menudo menu Fra
58 55W } S dos Frag Frag g. Frag Adulto NI
Frag.
posibl
e
cabez
a
63S/ húmer Subad
58 55W 1 o ulto NI
Frag. Frag.
67S/ 4(50 menu meta
58 65W -70) 1 dos tarso Adulto NI

300
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie xo ogías
(cm) cráneo S a a S

Frag.
728/ 60- menu
58 60W 70 1 dos Adulto NI
58 1 Frag. Adulto NI
Fala
nge,
frags

Frag. hues
falange os
Frag. y vario
menu Frag escafoi s del
58 1 dos de pie Adulto NI
Frag.
menudo Subad
58 2 S ulto NI
Superf
1c1e
638/ auricu
58 45W 1 lar Adulto NI

Frag. Frag. Frag.


60S/ menudo menu der. e Subad
58 45W 1 S dos izq. ulto NI
-

301
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
60S/ menu
58 45W 2 dos Frag Adulto NI
Posi
bies
Frag. Posi frags
60S/ menudo ble del
58 45W 1 S frag. pie Adulto NI

Frag.
menudo
S, frag. Frag.
60S/ mandíb menu Cab
58 45W 1 ula ~q. dos eza Frag Adulto NI

Frag. Posibl Frag.


60S/ menudo e frag. menu Subad
58 45W 1 S ¡pelvis dos Frag ulto NI

302
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Pro f. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie XO ogías .
cráneo S a a S
(cm) 1
1

60S/
58 45W 2 Adulto NI

1
60S/ Subad 1

58 45W 3 ulto NI 1

Frag.
menudo
s, frag.
mandíb
ula,
proceso
mastoid Frag.
eo izq, segu
frag. Frag. oda
60S/ maxila menu cervi
58 45W 4 der. dos cal Adulto F 1

Frag. 1

diáfisi
sy
Frag. epífisi
margen S
72S/ supraor distal Fra p
58 56W - - ~ . 1_ _!>ital. - izq. g. Adulto M

303
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io nr ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
i
diáfisi
sy
epífisi 1

S
728/
1

distal
58 56W 2 izq. Adulto PF 1
Frag.
tubero
1
sidad
deltoi
des,
frag.
diáfisi
sy
728/ epífisi
58 56W 3 S Adulto NI
Frag.
578/ menudo 8ubad
58 45W 3 1 S ulto NI 1

Frag.
menudo
S, frag.
de
mentón Frag.
578/ y de menu
58 45W 3 2 maxila dos Frag Adulto NI
578/
58 45W 3 3 Adulto NI

304
H. Ró Fí Vért 1
O p. Cd.
Nv/
H. largo
Húm Uln Rad Fém
tul
Tib
bol
Clav Escá
ebra
Cost H. H. Edad
Se Patoll
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie

XO ogJaS '
1

cráneo S a a S
(cm)
1
Frag. 1
63S/ 7(60 menudo Subad
58 50W -70) 1 S Frag ulto NI
Frag.
menudo
S,
proceso Tibia
mastoid con 1

eo izq., patolo 1

frag. Fra gía


63S/ 7(60 mandíb Frag g (poro
58 50W -70) 2 ulader. der. der. Adulto F sídad)

Frag.
menudo
S, frag. Fra
63S/ 7(60 mandíb g Fra
58 50W -70) 3 ulader. der. g Adulto F
Frag.
67S/ 7(60 menu Subad
58 55W -70) 1 dos ulto NI
Frag.
67S/ 7(60 menu
58 55W -70) 2 dos Adulto NI
Frag.
67S/ 60- menudo
58 55W 70 1 S Adulto NI
Frag. Frag.
70S/ 2(20 menudo menu Subad
58 60W -40) 1 S dos ulto NI
Frag. Frag.
70S/ 2(20 menudo menu
58 60W -40) 2 S dos -
Frags. . _ _l\dulto NI ___

305
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag. Frag.
70S/ menudo menu
58 60W 1 S dos Adulto NI '

70S/ Fra Subad


58 60W 2 g. ulto NI '
Frag. Frag.
70S/ tempora menu
58 55W 0-10 1 1 dos Adulto NI 1
Frag. 1

70S/ 1(0- menu 1

58 60W 20) 1 dos Adulto NI 1

Frag 1

hueso 1

Frag. largo i
menudo con 1

S, frag. callo
1

i
tempora óseo
1der. (fract
(canal ura), 1
auditivo otro 1
y frag i
proceso Frag. con 1

70S/ 2(20 masto id menu Frag porosi


58 55W -40) 1 eo) dos Adulto NI dad !
Proceso
mastoid
eoy
canal
Rec. auditivo
58 Su p. 1 izq. Adulto F
Frag.
70S/ 40- menu
58 65W 50 1 dos Adulto NI

306
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag. Frag.
638/ 7(50 tempora menu
58 55W -70) 1 l do Frag. Adulto NI 1
'
678/
70W
Deba
jode
piso
de
sep. 9(80 Frag. Subad
58 37 -90_} 1 menudo ulto NI
678/
70W
Deba
jode
piso
de Frag.
sep. 9(80 Frag. menu Frag
58 37 -90) 2 menudo dos Adulto NI
Frag
678/
58 50W 80 1 der. Adulto NI
Frag. Frag.
70S/ 60- menudo menu Frag
58 55W 70 1 S dos Adulto NI
Frag
cubo id e

Frag. '
frag
Cont menudo posible
exto S, frag. Frag. S
alter mandíb menu Frag falange
58 ado 1 ula dos S. S Adulto--NI
--- -----

307
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie xo ogías
cráneo S a a S
(cm)

Frag.
menudo
S,
proceso
masto id
eoy
canal Frag.
63S/ auditivo menu Frag Subad
58 45W 160 1 izq. dos S. ulto NI
Frag.
menudo
S, frag.
de Hueso
mandíb Frag. grande
63S/ ulaode menu Frag. casi
58 45W 160 2 maxila dos der. Frag. Frag com. Adulto PF 1

Frag. 1
45NI 2(10 menudo Subad 1

59 30W -20) 1 S ulto NI 1

Hall 1

ados
bajo
piso Frag. Frag.
sep. menudo menu
59 3 1 S dos Adulto NI
Frag.
49N/ 1(0- menu
59 32W 10) 1 dos Adulto NI
Frag.
49N/ menu
59 32W 1 dos ----- -~-~- - Adulto NI - ~

308
R Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost R H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
49N/ 1(0- menu Fra
59 32W 10) 1 dos g. Adulto NI
Frag.
de
quint
o
meta
tarso

Frag. frag.
49N/ 2(10 menudo navi
59 32W -30) 1 S Frag. cular Adulto PF
Frag.
49N/ menu
59 32W 1 dos Adulto NI
Frag.
49N/ 1(0- menu
59 32W 10) 1 dos Adulto NI

45NI
34W
área
alter 1(0- p
59 ada 20) 1 Frag Fra~. Adulto M

45N/
34W
área
alter 1(0- Metaca
59 ada 20) 2 _ Fr~tg._L--- Frag rpo in. Adulto PF

309
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
49N/ 1(0- menu
59 39W 20) 1 dos Adulto NI
49N/
34W
bajo
raspa
do
tract 3(30
59 or -40) 1 Frag Adulto NI
49N/
34W
bajo
raspa
do Frag.
tract 3(30 menudo Subad
59 or -40) 2 S ulto NI
49N/
34W
bajo
raspa
do
tract 3(30
59 or -40) 3 Frag Adulto NI
51 N/
37W Frag.
sep. menudo Frag
59 3 3 1 S S. Adulto NI
51 N/ 1(0- Subad
59 37W 1Ó) 1 ulto NI
51 N/ 1(0-
59 37W lO) 2 ------- ---
Adulto NI

310
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag
S.,
frag.
Epífi calcá
sis neo,
Frag. prox frag.
51 N/ menu imal talus
59 37W 1 dos der. der. Adulto Nl
51 N/
32W
bajo
raspa
do Frag. Frag.
tract 2(10 menudo menu
59 or -20) 1 S dos Fra_g_ Adulto Nl
51 N/ 2(10 Frag
59 32W -20) 1 der. Adulto Nl
51 N/
32W
bajo
raspa
do Frag.
tract 2(10 menu
59 or -20) 1 dos Adulto Nl
Tr. 1(0- Fra
59 E-W 20) 1 L& Adulto Nl
Frag.
falan
ge,
Frag. Frag. frag.
Tr. menudo menu meta
59 E-W 1 S dos tarso Adulto Nl

311
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Prof. Ind Pelvis ero a io nr ia ícnla pnla iDas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)

Tr. Frag. Frag.


secto menudo menu
59 rW 1 S dos Frag Frag. Adulto NI
Hues
o
hum
ano Frag
59 7 1 der. Adulto NI
Hues
o
hum
ano
1a
partí
rde Frag.
raspa 1(0- Frag. menu
59 do 20) 1 menudo dos Adulto NI
Hues
o
hum Frag.
ano 1(0- menudo Subad
59 3 2Q)_ 1 S ulto NI
Hues
o
hum
ano 1(0- Frag
59 4 20) 1 ~- Adulto NI
Frag.
43S/ menudo Subad
60 6W 0-10 1 S ulto NI

312
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib aav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bul ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula illas mano pie xo ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag. Frag.
43S/ menudo menu
60 6W 0-10 2 S dos Adulto NI
Rest
os
hum
anos
dispe Frag.
rso menu '

60 (lab.) 1 dos Adulto NI


Rest
os
hum
anos
dispe Frag. Frag.
rso menudo menu
60 (lab.) 2 S dos Frag. Adulto NI
Frag.
tempora
l con Frag.
52SI1(0- oído menu
60 ow 1Ó) 1 interno dos Adulto NI
52SI 24
2W cm Fra
60 tr. 1 b/d 1 g. Adulto NI
52SI 24 Fra Fra
2W cm g. g.
60 tr. 1 b/d 1 der. der Adulto NI
Frag.
52S/ 1(0- menu
60 6W 10) 1 dos Adulto NI

313
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd. H. largo tul bol ebra Edad
Pro f. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie xo ogias
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
45S/ 1(0- m enu
60 6W 10) 1 dos Adulto NI
10
52 S/ cm Frag p
60 2W b/d 1 Izq. Adulto M
45S/ 6cm
60 6W b/d 1 Frag Adulto NI
Frag.
menudo
s, frag. Frag.
mandib menu
61 1 ula dos Adulto NI
Cab
eza
Frag. y
menudo epífi
Lim S, frag. SlS
p1eza mandíb dista
61 sup. 1 ula Frag Frag l Adulto NI
Frag. Fra
25N/ Frag. menu g. Subad
61 67W 0-10 1 menudo dos der. ulto NI
Epífi
Frag. Frag. sis Posi Frag.
25N/ menudo menu prox ble meta
61 67W 0-10 2 S dos imal frag. tarso Adulto NI
Posi
SON/ ble Subad
61 67W 1 frag. ulto NI
SON/ Frag. Frag. Epífis Fra
61 67W 2 menudo menu is g. Adulto NI

314
R Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost R H. Se Patol
O p. Cd. R largo tul bol ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ía ícula pula illas mano pie XO ogías '
cráneo S a a S
(cm) 1

dos distal 1

!
1

Frag. 1

menu i
1
61 1 dos Adulto NI
Frag. Subad
61 2 Menudo ulto NI
Frag.
tempora
!con Frag.
30N/ 1(0- oído menu 1

61 67W 10) 1 interno dos Adulto NI


Frag.
menudo
s, frag. Frag.
25N/ Tempor menu Frag
61 67W 1 al dos S. Adulto NI
Frag.
25N/ Menudo
61 67W 1 S Adulto NI 1

Frag.
1
25N/ (0- menu 1

61 67W 10) 1 dos Adulto NI 1

Frag. 1

35N/ menu 1

61 67W 1 dos Adulto NI 1

Frag. 1

Rec. Menudo
61 Sup. 1 S Adulto NI .

25N/
61 72W 1 Frag Adulto NI
--- -- -·-

315
H. Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost H. H. Se Patol
O p. Cd.
Pro f. lnd
H.
Pelvis
largo
io ur
tul
ia
bul
ícula pula
ebra iDas mano pie
Edad
xo ogías
ero a
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
30N/ menu
61 67W 1 dos Adulto NI
Frag. Frag.
mandíb menu
61 1 ula dos Adulto NI
Lim Frag. Frag.
pieza menudo menu
61 sup. 1 S dos Adulto NI
2
metacar
61 pos Adulto NI
Frag.
35N/ menu
61 67W dos Adulto NI
Fra
g.
peq
uefi
30N/ 1(0- os
61 67W 10) NI NI NI
Frag.
menu
61 1 do Adulto NI 1

Fra 1

g. 1

plat
Frag. o
Frag. menu tibi
61 1 menudo dos al Adulto NI

316
R Ró Fí Vért
Nv/ Húm Uln Rad Fém Tib Clav Escá Cost R R Se Patol
O p. Cd. R largo tul bol ebra Edad
Prof. lnd Pelvis ero a io ur ia ícula pula iDas mano pie XO ogías
cráneo S a a S
(cm)
Frag.
menu
61 1 dos Adulto NI
Frag.
menu
61 1 Oído dos Adulto NI
Frag. Frag.
menudo Frag. men u
61 Sup. 1 S pelvis dos Adulto NI
Frag.
Frag. menu
61 Sup. 1 menudo dos Adulto NI
Frag.
25N/ mandíb
61 62W 1 uta Adulto NI
Frag.
menudo
S,
25N/ frag.ma
61 72W 1 ndibula Adulto NI
Frag.
menudo
S, frag. Frag.
mandíb menu
61 1 ula dos Adulto NI
Abreviaturas: Op= operación, Cd= cuador, Nv= nivel, Sep= sepultura, Ind= individuo, H= huesos, Mase= masculino, Fem= femenino, Pos fem=
posible femenino, Pos mase= posible masculino, NI= no identificado, izq= izquierdo, der= derecho, frag=framento, frags=fragmentos, sup=
superficie, lab=laboratorio, rec= recolección, tr= trinchera.

317
Anexo 16.1. Identificación de piezas dentales en la muestra de restos óseos dispersos recuperados en el sector Playskool.

Op. Cuadro Nivei/Prof In d. Piezas dentales Patologías Edad Sexo


_(cm)_
58 60S/45W 2 2 e sup izq Subadulto NI
Líneas de hipoplasia
58 63S/45W I MI y M2 inf izq., e sup izq. horizontales Subadulto NI
58 60S/50W 1 Premolar inf Adulto PF
58 60S/45W 0-30 1 MI y M2 inf der., MI y M2 sup. izq. Adulto NI
58 67S/50W 7 I 11 infizq., e sup der. Adulto NI
58 67S/50W 7 2 en sup. der. con forma de pala Subadulto NI
58 67S/50W 3 Incisivos centrales sup. sin eructar Subadulto NI
58 63S/55W 3 (40-60) I M2 inf der, premolar inf Adulto NI
58 70S/60W Premolar inf. Izq. Subadulto NI
P1 y P2 sup. Der., e sup. Izq., M2 sup. Izq., M3 sup. y
58 67S/55W 6 I MI inf Izq. Adulto NI

58 67S/55W 6 3 11 sup. Der. (forma de pala), M2 sup. der. Adulto NI 1

58 67S/55W 4 2 esup. der. Adulto NI i

M3 con caries grado 3 i

58 I e inf Der., M3 sup. Izq. en cara distal Adulto NI .

58 63S/50W I M3 sup. izq. Adulto NI


58 67S/55W I Premolar Adulto NI

58 67S/60W 1 I4 2 P2 inf der., M2 inf Izq., MI inf der. -------· - - - - - - -


'--M2 e<m cálculos Adulto F ~- -

318
Op. Cuadro Nivei/Prof Ind. Piezas dentales Patologías Edad Sexo
(cm)
58 678/60W II4 3 M2 sup. der., I2 sup.lzq. Adulto NI
58 678/60W 7(60-70) 4 M2 inf ~q. Adulto PF
58 678/SOW 7(60-70) I P2 inf der. Subadulto NI
58 678/50W 7(60-70) 2 P2 sup. sin eructar, incisivos centrales inf sin eruptar Subadulto NI
58 678/SOW 7(60-70) 3 Premolar inf., MI inf der. Adulto PM
58 678/50W 7(60-70) 2 MI inf ~q. Subadulto NI
58 708/50W 7(60-70) I C sup. Der. Subadulto NI
58 708/50W 7(60-70) 2 CM2 inf.lzq., MI sup. (improntado) Subadulto NI
58 2 CM2 inf Izq., CMI sup. der. Subadulto NI
CII inf Izq., CII sup. der., CC sup. Izq., CMI inf der.,
58 608/45W I CM2 inf der., MI inf der. sin eructar, frag. de un molar Subadulto NI
Canino con hipoplasia
y cálculos en la cara
lingual. Premolar con
cálculos en la cara
lingual. Pérdida
antemortem del MI y
58 608/45W I C inf Izq., PI inf Izq. M2 inf.izq. Adulto NI
58 608/45W 2 ce sup.lzq. Sub adulto NI

CC inf der., CII sup. der., MI sup. Izq. sin eruptar, CMI
58 608/45W I sup. der., CMI sup.lzq., P2 sup. sin eructar Sub adulto NI
C sup. Izq., M2 sup., MI inf Izq., M2 inf Izq., PI inf
58 608/45W 2 Izq., PI inf der., PI y P2 sup. Izq., MI sup. Adulto NI
58 608/45W 3 CC sup. der., Il sup.lzq. sin eructar Subadulto NI
Il, PI, P2 MI y M2 sup. der., MI sup.lzq., C inf. izq.,
58 608/45W 4 Premolar inf., MI inf izq., M3 sup. Adulto NI

319
O p. Cuadro Nivei/Prof In d. Piezas dentales Patologías Edad Sexo
(cm)
58 57S/45W 3 I Frag. molar caduco Subadulto NI
MI, M2, M3 inf Izq., MI y M2 sup. der., MI sup.,
58 57S/45W 3 2 Premolar sup., PI sup. lnf der. Adulto NI
58 57S/45W 3 3 MI inf der., Premolar suo. Adulto NI
58 63S/50W 7(60-70) I e sup. der. sin eructar. Subadulto NI

58 63S/50W 7(60-70) 2 PI, P2 y MI inf der., MI sup. Adulto F


58 63S/50W 7(60-70) 3 M3 inf der., Premolar inf., MI sup. Adulto F
58 67S/55W 7(60-70) I CM2 inf. der. Subadulto NI
58 67S/55W 7(60-70) 2 Premolar sup. der. Adulto NI
58 70S/55W 2(20-40) I M2 SUP. iza. Adulto NI
58 70S/55W 2(20-40) 2 CMI inf der. e izq. improntados Subadulto NI
58 70S/55W 2(20-40) 3 CM2 sup., MI inf izq. Subadulto NI
58 63S/55W 7(50-70) I MI inf izq. Adulto NI
67S/70W
Debajo de CMI y CM2 sup. izq., CC sup. der., CMI inf izq., MI
piso de sep. inf izq. (improntado), Il sup. izq. (improntado), C sup.
58 37 9(80-90) I der. (improntado), I2 sup. (improntado) Subadulto NI
Contexto
58 alterado I C inf der., PI inf der. Adulto NI
CMI y CM2 sup. izq., MI sup. izq. (improntado), CMI y
CM2 inf izq., CMI inf der., CC inf izq., Il inf izq.,
Incisivos centrales inf(improntados), MI inf. der.
(improntados), I2 inf der. (improntado), Il sup. izq.
58 63S/45W I60 I (improntado), 12 suo. iza. (imorontado) Subadulto NI
58 63S/45W 160 2 M2 inf izq. Adulto NI
Caries grado dos y tres
en la cara oc lusa! del
59 49N/32W 2{10-30) ___!_ MI inf der., M2 inf der. MI _Adulto NI

320
O p. Cuadro Nivei/Prof In d. Piezas dentales Patologías Edad Sexo
(cm)

59 5IN/37W I(O-IO) I MI inf der. Subadulto NI


59 5IN/37W I(O-IO) 2 Molar inf., MI inf. Adulto NI
59 Tr. sectorW I MI y M2 sup. der., P2 sup. der. Adulto NI
60 52S/OW I(O-I O) I Molar frag. Adulto NI
60 52S/6W I(O-IO) I Cinf Adulto NI
60 45S/2W I MI sup. der. Subadulto NI

60 45S/OO I P2 inf. sin eructar Subadutlo NI


52S/2w
asociado a
60 art. 3 30cmb/d I MI inf der. Adulto NI
6I I M2 sup. der. Adulto NI
6I 25N/67W 0-IO 2 Dos premolares sup. Adulto NI

6I 2 CMI sup. izq. Sub adulto NI


6I 25N/67W I PI YP2 sup. izq. Adulto NI
6I 25N/62W I P2 inf. izq., MI inf. izq. Adulto NI

6I 25Nn2w I PI, P2, MI, M2_y_M3 inf iz_g., MI sup. der. Adulto NI
6I I MI inf der., Il sup. izq. Adulto NI
..
Abrevmturas: Op= operactón, Sep= sepultura, Ind= número de mdlVlduo, Fem= femeruno, Pos fem= postble femenmo, Pos mase= postble
masculino, NI= no identificado, Ml= primer molar, M2= segundo molar, M3= tercer molar, C= canino, Pl= primer premolar, P2= segundo
premolar, I1 =incisivo central, I2= incisivo lateral, e= caduco, inf-= inferior, sup= superior, izq= izquierdo, der= derecho, art= artefacto

321
Anexo 17. Análisis osteológico de los restos de fauna recuperados en el sector Playskool.

Op. Cuadro Clase Familia Género Especie Nombre común Descripción Observaciones
Zorrillos,
58 60S/45W Mamífero Mustelidae comadrejas, Una vértebra
martilla
58 67S/70W Aves Frag. proximal de costilla

58 67S/70W Mamífero Frag. de maxilar


Herramienta con
Primera falange de un forma triangular
58 70S/60W Mamífero
adulto en proceso de
manufactura.
Meato acústico interno y
58 60S/45W Mamífero
una metáfisis
Frag. de diáfisis
58 63S/45W Mamífero
metapodial
Frag. proximal de
Saínos, chanchos
58 67S/55W Mamífero Tayassuidae Tayassu metapodial de un animal
de monte, pecaríes
subadulto-joven
58 63S/60W Mamífero Procyonidae Pizotes, mapaches Un atlas
Saínos, chanchos Molar de un animal
58 67S/55W Mamífero Tayassuidae Tayassu
de monte, pecaríes adulto.

58 70S/50W Mamífero Cervidae Odocoileus Virginianus Venado cola blanca Segunda falange

Material moderno
58 67S/55W Mamífero Pieza dental fragmentada
¿Caballo?
58 60S/45W '---~ ~-~- -~~·-~~~ L__~-~
Diente Calcinado

322
Frag. de ulna izq. y frag. 1

58 67S/60W Mamífero Posible danta


de radio der. ¡

58 Mamífero Dasyproctidae Roedor Incisivo


Mandíbula der. y dos
59 49N/32W Mamífero Cervidae Odocoileus Virginianus Venado cola blanca
piezas dentales.

Un metacarpo proximal i
izq. fragmentado, dos
59 49N/30W Mamífero Material moderno.
frag de cráneo, dos
frag no ident.

59 51N/35W Mamífero Frag. de diáfisis. Material moderno.


59 49N/32W Aves Cathartidae Zopilote Fémur proximal izq.
Diáfisis de un hueso
59 45N/34W Mamífero largo con cortes Material moderno
formando un bisel.
Frag. diáfisis de un hueso
59 superficie Mamífero largo y un frag. de Material moderno.
mandíbula.
Metacarpiano der. de un
60 Asociado a sep. 13, ind. 1 Mamífero Cervidae Odocoileus Virginianus Venado
animal joven
Una diáfisis, una diáfisis
61 25N/67W Mamífero metapodial y un frag. de
- - ·-
metáfisis. - - --· -····------------------

323
Anexo 18. Datos de demográficos de los individuos recuperados en el sector Cocorí y
Playskool.

N° ind. Sector O p. N° sep. Ind. Sexo Edad


1 Cocori 1 1 1 No ident 3 años
2 Cocori 1 1 2 No ident Sólo Adulto
3 Cocori 1 5 1 Fem 32 años
4 Cocori 5 7 1 Mase 19 años
5 Cocorf 5 8 1 No ident 5 años
6 Cocorí 5 9 1 No ident 1.5 años
Asoc. Sep.
7 Cocori 5 1 No ident Adulto
16 y 17
Asoc. Sep.
8 Cocorí 5 2 No ident 4 años
16 y 17
9 Cocori 8 22 1 Pos mase 12 años
10 Cocori 8 22 2 No ident Niño
11 Cocori 8 22 3 No ident 25 años
12 Cocori 8 23 1 Posfem 19 años
13 Cocori 8 23 2 No ident 1.5 años
14 Cocori 8 24 1 No ident 4 años
15 Cocori 8 24 2 Fem 18 años
16 Cocorí 8 24 3 Mase 28 años
17 Cocori 8 24 4 No ident 1.5 años
18 Cocorí 8 24 5 No ident 20 años
19 Cocorí 8 24 6 No ident 7 años
20 Cocori 8 25 1 No ident 5 años
21 Cocori 8 25 2 Posfem Sólo Adulto
22 Cocorí 8 25 3 Mase 25 años
23 Cocori 8 25 4 No ident 8años
24 Cocori 8 25 5 No ident 9 meses
25 Cocorí 8 26 1 No ident 1.5 años
26 Cocorí 8 27 1 No ident Adulto
27 Cocorí 8 27 2 No ident Adulto
28 Cocorí 8 27 3 No ident 2 años
29 Cocorí 8 28 1 Fem 25 años
30 Cocori 8 28 2 No ident 25 años
31 Cocorí 8 28 3 No ident 4 años
32 Cocorí 8 28 4 Mase 16 años
33 Cocorí 8 29 1 Fem 35 años

324
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
34 Coeori 8 29 2 Mase 30 años
35 Coeori 8 29 3 No ident 4años
36 Coeori 8 29 4 No ident 28 años
37 Coeori 8 29 5 No ident 8 años
38 Coeori 8 32 1 No ident 2 años
39 Coeori 8 32 2 No ident Sólo Adulto
40 Coeori 8 33 1 No ident 20 años
41 Coeori 8 33 2 No ident 2.5 años
42 Coeori 8 33 3 No ident 7 años
43 Cocori 8 33 4 Pos mase 35 años
44 Coeori 8 34 1 Fem 25-30 años
45 Coeori 8 34 2 Pos mase 5 años
46 Coeori 8 34 3 Posfem 35 años
47 Coeori 8 34 4 Mase 30 años
48 Coeori 8 35 1 Noident 8 años
49 Coeori 8 36 1 No ident 24 años
50 Coeori 8 36 2 No ident 2 años
51 Coeori 8 37 1 Fem 27 años
52 Coeori 8 37 2 No ident 5 años
53 Coeori 8 38 1 Fem 21 años
54 Coeori 8 38 2 No ident 7 años
55 Coeori 8 39 1 Mase 22 años
56 Coeori 8 39 2 No ident 3 años
57 Coeori 8 39 3 No ident 18-22 años
58 Coeori 8 40 1 No ident 3 años
59 Coeori 8 40 2 Fem 35 años
60 Coeori 8 41 1 Mase 26 años
61 Coeori 8 41 2 No ident 5 años
62 Coeori 8 41 3 Mase 21 años
63 Coeori 8 41 4 No ident 15 años
64 Coeorí 8 44 1 No ident 4 años
65 Coeorí 8 57 1 No ident 8 años
66 Coeori 8 57 2 No ident 6años
67 Coeori 8 62 1 Mase 24 años
68 Coeorí 8 62 2 No ident Sólo Adulto
69 Coeorí 8 64 1 No ident 4 años
70 Coeorí 8 67 1 Mase 40 años
71 Coeorí 8 170 1 Noident 26 años
72 Coeorí 8 170 2 No ident 10 años

325
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
73 Coeorí 12 73 1 No ident 6 meses
74 Coeorí 12 74 1 No ident 6años
75 Coeorí 12 76 1 No ident Sólo Adulto
76 Coeorí 12 76 2 No ident Niño
77 Coeorí 12 77 1 No ident 7 años
78 Coeorí 13 70 1 No ident 8 años
79 Coeorí 13 70 2 No ident 3 años
80 Coeorí 13 70 3 No ident 1.5 años
81 Coeorí 16 78 1 Posfem 20 años
82 Coeorí 21 83 1 No ident 5 años
83 Coeorí 21 83 2 No ident Sólo Adulto
84 Coeorí 21 84 1 No ident Sólo Adulto
85 Coeorí 23 Sin no 1 Fem Adulto
86 Coeorí 23 Sin no 2 No ident 8 años
87 Coeorí 23 Sin no 3 No ident Infante
88 Coeorí 23 Sinn° 4 No ident 21 años
89 Coeorí 23 89 1 No ident Niño
90 Coeorí 23 89 2 No ident Sólo Adulto
91 Coeorí 23 88 1 No ident 38 años
92 Coeorí 23 88 2 No ident 4 años
93 Coeorí 24 Sin no 1 No ident Sólo Adulto
94 Coeorí 24 Sin no 2 No ident Infante
95 Coeorí 25 90 1 No ident 5 años
96 Coeorí 25 91 1 No ident 27 años
97 Coeorí 25 92 1 No ident 30 años
98 Coeorí 25 95 1 No ident 20-24 años
99 Coeorí 29 97 1 Mase 23 años
100 Coeorí 29 97 2 No ident 6años
101 Coeorí 29 98 1 No ident 4 años
102 Coeorí 29 98 2 No ident 18-24 años
103 Coeorí 29 100 1 Mase Sólo Adulto
104 Coeorí 30 101 1 Fem 29 años
105 Coeorí 30 101 2 Fe m 36 años
106 Coeorí 30 102 1 No ident 1.5 años
107 Coeorí 30 102 2 No ident Sólo Adulto
108 Coeorí 31 107 1 No ident 6 años
109 Coeorí 31 106 1 No ident 3 años
110 Coeorí 31 127 1 No ident 23 años
111 Coeorí 31 130 1 No ident 5 años

326
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
112 Coeori 31 138 1 Mase 26 años
113 Coeori 31 149 1 No ident 9años
114 Coeori 32 108 1 No ident 3 años
115 Coeori 32 109 1 Mase 26 años
116 Coeori 32 109 2 No ident 18-22 años
117 Coeori 32 llO 1 No ident Sólo Adulto
118 Coeori 32 112 1 Posfem 22 años
119 Cocori 32 113 1 No ident 5 años
120 Coeori 32 113 2 No ident Sólo Adulto
121 Coeorí 32 115 1 No ident 22 años
122 Coeori 32 117 1 No ident 6años
123 Coeori 32 118 1 No ident 11 años
124 Coeorí 32 120 1 No ident 25-30años
125 Coeori 32 120 2 No ident 2años
126 Coeori 32 121 1 Mase 19 años
127 Coeori 32 122 1 Noident Nifio
128 Coeori 32 123 1 Fem 24 años
129 Coeori 32 124 1 No ident Nifio
130 Coeori 32 126 1 Mase 24 años
131 Coeori 32 133 1 Fem 13 años
132 Coeori 32 133 2 Fem 17 años
133 Coeori 32 134 1 No ident Sólo Adulto
134 Coeori 37 137 1 Fem 25 años
135 Coeori 37 138 1 No ident 22 años
136 Coeorí 37 138 2 No ident 12 años
137 Coeori 37 141 1 No ident 25 años
138 Coeori 37 141 2 No ident Sólo Adulto
139 Coeori 37 143 1 Mase 17 años
140 Coeori 37 144 1 Posfem Adulto
141 Coeori 37 144 2 No ident 13 años
142 Coeorí 37 145 1 Mase 20 años
143 Coeori 37 146 1 Fem 25-30 años
144 Coeori 37 147 1 Fem 18 años
145 Coeori 37 147 2 Fem 25 años
146 Coeori 37 150 1 Mase 25-30 años
147 Coeori 38 Arbol 1 Pos mase 35 años
148 Coeori 38 Árbol 2 No ident Nifio
149 Coeori 40 152 1 Fem 20 años
150 Coeori 40 152 2 No ident Adulto

327
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
151 Cocorí 40 152 3 No ident 30 aft.os
152 Cocorí 40 152 4 No ident 15 aft.os
153 Cocorí 40 152 5 No ident Niño
154 Cocorí 40 153 1 Pos mase 30 aft.os
155 Cocorí 40 153 2 No ident 14 aft.os
156 Cocorí 40 153 3 No ident Niño
157 Cocorí 52 184 1 No ident 7 aft.os
158 Cocorí 52 183 1 No ident Recién nacido
159 Cocorí 52 181 1 No ident 12 años
160 Playskool 55 1 1 No ident 30-3 5 aft.os
161 Playskool 55 2 1 No ident No ident
162 Playskool 55 3 1 No ident No ident
163 Playskool 55 5 1 No ident 15-19 aft.os
164 Playskool 55 6 1 No ident No ident
165 Playskool 55 7 1 No ident 18-22 aft.os
166 Playskool 55 8 1 No ident Adulto
167 Playskool 55 8 2 No ident 20-24 aft.os
168 Playskool 55 9 1 No ident No ident
169 Playskool 55 10 1 No ident No ident
170 Playskool 55 13 1 No ident 16-20 aft.os
171 Playskool 55 15 1 No ident No ident
172 Playskool 55 16 1 No ident No ident
173 Playskool 55 18 1 No ident 16-20 aft.os
174 Playskool 55 20 1 No ident Niño
175 Playskool 55 20 2 No ident Adulto
176 Playskool 55 23 1 Pos mase 30-35 aft.os
177 Playskool 55 23 2 No ident 6-10 aft.os
178 Playskool 55 24 1 No ident 20-30 aft.os
179 Playskool 55 24 2 No ident 3-5 aft.os
180 Playskool 56 1 1 No ident 12-15 aft.os
181 Playskool 56 1 2 No ident No ident
182 Playskool 56 4 1 No ident 10-15 años
183 Playskool 56 6 1 No ident Adulto
184 Playskool 56 7 1 No ident 25-30 aft.os
185 Playskool 56 8 1 No ident 6-10 aft.os
186 Playskoo1 56 9 1 No ident Adulto
187 Playskool 56 9 2 No ident Adulto
188 Playskool 56 10 1 Mase No ident
189 P1ayskool 58 1 1 Posfem 20-30 años

328
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
190 Playskool 58 1 2 No ident 4 años± 12 meses
191 Playskool 58 2 1 No ident 2.5-3.5 años
192 Playskool 58 2 2 No ident 20-30 años
193 Playskool 58 3 1 No ident 24-35 años
194 Playskool 58 4 1 No ident 1 año ± 4 meses
195 Playskool 58 4 2 No ident 1.5 año± 6 meses
196 Playskool 58 4 3 No ident 2 afios ± 8 meses
197 Playskool 58 4 4 No ident 1.5 afio ± 6 meses
198 Playskool 58 4 5 No ident 4 afios ± 1 año
199 Playskool 58 4 6 No ident 10-15 afios
200 Playskool 58 4 7 No ident Adulto
201 Playskool 58 5.1 1 No ident Adulto
202 Playskool 58 5.1 2 No ident 0-1 año
203 Playskool 58 7 1 No ident 0.5-1.5 años
204 Playskool 58 7 2 No ident Feto
205 Playskool 58 7 3 No ident Adulto
206 Playskool 58 7.1 1 No ident 35-45 años
207 Playskool 58 9 1 No ident 17-24 años
208 Playskool 58 10 1 Fem No ident
209 Playskoo1 58 10 2 No ident 0.5-1.5 afios
210 Playskoo1 58 12 1 No ident 1.5 año ± 6 meses
211 Playskool 58 13.1 1 No ident Adulto
212 Playskool 58 14 1 No ident No ident
213 Playskool 58 15 1 Posfem 24-30 afios
214 Playskool 58 15 2 Pos mase No ident
215 P1ayskoo1 58 16 1 No ident 1 afio ± 4 meses
216 Playskool 58 17 1 No ident No ident
217 Playskool 58 18 1 No ident 30-40 años
218 Playskool 58 18 2 No ident 0.5-1.5 afios
219 P1ayskoo1 58 19 1 Fem Más de 26 afios
220 P1ayskoo1 58 19 2 No ident 7 afios ± 2 afios
221 P1ayskool 58 20 1 No ident 24-30 años
222 P1ayskool 58 20 2 No ident No ident
223 P1ayskool 58 20 3 No ident 1O afios ± 2.5 afios
224 Playskool 58 23 1 No ident 10 años
225 P1ayskool 58 24 1 No ident 15 .5-16 .5 afios
226 P1ayskool 58 25 1 No ident No ident
227 Playskool 58 25 2 No ident 0.5-1 afio
228 Playskool 58 26 1 No ident 4 afios ± 1 afio

329
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
229 Playskool 58 26 2 No ident 8 años ± 2 años
230 Playskool 58 26 3 No ident 12-20 años
231 Playskool 58 26 4 No ident 3 años ± 1 afio
232 Playskool 58 26 5 No ident Adulto
233 Playskool 58 26 6 No ident 3 años± 1 afio
234 Playskool 58 28 1 Pos fem 18 años
235 Playskool 58 28 2 No ident Posible Adulto
236 Playskool 58 28.1 1 Pos mase Adulto
237 Playskool 58 29 1 No ident 5-7 años
238 Playskool 58 30 1 No ident 18-22 años
239 Playskool 58 30 3 No ident 18-24 años
240 Playskool 58 32 2 No ident 20-40 años
241 Playskool 58 33 1 No ident 1O años ± 2.5 años
242 Playskool 58 33 2 No ident 16-20 años
243 Playskool 58 35 1 No ident Sólo Adulto
244 Playskool 58 35 2 No ident Subadulto
245 Playskool 58 34 1 No ident Adulto
246 Playskool 58 42 1 No ident 30-40 años
247 Playskool 58 43 1 Pos mase Adulto
248 Playskool 58 44 1 Pos fem 18-25 >25 años
249 Playskool 58 44 2 No ident 7 años ± 2 años
250 Playskool 58 45 1 No ident Sólo Adulto
251 Playskool 58 46 1 No ident Adulto
252 Playskool 58 47 1 Pos mase 16-20 años o más
253 Playskool 58 48 1 No ident Más de 30 años
254 Playskool 58 49 1 No ident Adulto
255 Playskool 58 54 2 No ident 1 afio ±4 meses
256 Playskool 58 54 3 No ident Sólo Adulto
257 Playskool 58 58 1 No ident Sólo Adulto
258 Playskool 58 61 1 Pos mase Más de 35 años
259 Playskool 58 61 2 No ident 0-5 años
260 Playskool 58 62 1 Pos fem 18-24 años
261 Playskool 58 63 1 Posfem 24-35 años
262 Playskool 58 63 2 No ident 3 ± 1 afio
263 Playskool 58 67 1 No ident 20-24 años
264 Playskool 58 67 2 No ident Sólo Adulto
265 Playskool 58 69 1 No ident Sólo Adulto
266 Playskool 58 70 1 No ident 20-24 años
267 Playskool 58 70 2 No ident 7,5-8,5 años

330
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
268 Playskool 58 71 1 Mase 20-24 años
269 Playskool 58 71 2 Fem 30 años
270 Playskool 58 73 1 Posfem 30-35 años
271 Playskool 58 73 2 No ident 12 años± 2,5 años
272 Playskool 58 76 1 No ident Subadulto
273 Playskool 58 77 1 No ident Sólo Adulto
274 Playskool 58 78 1 No ident Sólo Adulto
275 Playskool 58 80 1 Mase 20-30 aftos
276 Playskool 58 81 1 Fem 20-24 años
277 Playskool 58 81 2 Fem 20-30 aftos
278 Playskool 58 83 1 No ident 30-35 aftos
279 Playskool 58 85 1 No ident 20-24 aftos
280 Playskool 58 85 2 No ident 3 aftos ± 1 año
281 Playskool 58 86 1 No ident Sólo Adulto
282 Playskool 58 88 1 No ident Sólo Adulto
283 Playskool 58 89 1 Pos mase 24-35 aftos
284 Playskool 58 91 1 No ident 20-30 años
285 Playskool 58 92 1 No ident Sólo Adulto
286 Playskool 58 93 1 No ident 18-24 aftos
287 Playskool 58 94 1 No ident Sólo Adulto
288 Playskool 58 95 1 Pos mase 16-20 años
289 Playskool 58 95 2 No ident 4,5-6,5 años
290 Playskool 58 95 3 No ident 16-20 aftos
291 Playskool 58 96 1 No ident Sólo Adulto
292 Playskool 58 96 2 No ident Sólo Adulto
293 Playskool 58 98 1 No ident Sólo Adulto
294 Playskool 58 99 1 No ident Subadulto
295 Playskool 58 101 1 No ident Subadulto
296 Playskool 58 103 1 No ident 20-24 aftos
287 Playskool 58 104 1 No ident Sólo Adulto
298 Playskool 59 1 1 Pos mase 20-35 aftos
299 Playskool 59 1 2 Fem 30-40 años
300 Playskool 59 1 3 No ident 3 aftos ± 1 afio
301 Playskool 59 10 1 No ident No ident
302 Playskool 60 1 1 Fem 24-30 años
303 Playskool 60 12 2 No ident 1O aftos ± 2,5 años
304 Playskool 60 13 1 Pos fem 24-30 aftos
305 Playskool 60 13 2 No ident Sólo Adulto
306 Playskool 60 13 3 No ident 1O años ± 2,5 años

331
N° ind. Sector Op. N° sep. Ind. Sexo Edad
307 Playskool 61 4 1 No ident 24-35 años
308 Playskool 61 6 1 No ident 20-30 años
309 Playskool 61 6 2 No ident 30-40 años
310 Playskool 61 10 1 No ident Sólo Adulto
Abrevtaturas: N° md.= número de mdivtduo, Op= operactón, N° sep= número de sepultura, Ind=
individuo, Mase= masculino, Fem= femenino, Pos fem= posible femenino, Pos mase= posible
masculino, No ident= no identificado.

332

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