Está en la página 1de 6

Libro: Gente toxica

Capítulo 2

El envidioso

“Envidia es la tristeza

Por el bien ajeno y pesar

Por la felicidad de otro.”

Maritxell Hernández

1. Lo tuyo… ¿mejor que lo mío? ¿Quién lo dijo?

Envidiar es una emoción que no solo implica anhelar lo que otra persona

tiene, querer estar pasando por la misma circunstancia que el otro; el

acto de envidiar implica mucho más: te coloca en un plano que continua

insatisfacción y queja permanente. La envidia nace de la sensación que

nunca vamos a tener lo que las otras personas tienen.

Muchas veces la envidia puede modificarse: si lo que te despierta

envidia son los kilos que perdió tu compañera de trabajo, tienes que

estar segura y convencida que tú también vas a poder bajar esos kilitos

extra que tienes.

La envidia son emociones que lentamente nos destruye. Nos trae dolor,

ira y tristeza ya que son sentimientos que entran al ver que otros han

alcanzado lo que nosotros no hemos podido alcanzar.


La envidia se organiza en aquello que no tenemos y que pensamos que

son cosas que a nosotros nos haría felices. Nadie envidia a alguien que

no posee nada, se envidia a las personas que triunfan, se envidian

logros reconocimientos, casa, dinero, familia, parejas, amigos.

La envidia es un sentimiento destructivo de alguien que pretende

quitarte lo que has logrado. Si eres un hombre de éxito, siempre te

persiguieran.

“La envidia es una declaración

De inferioridad.”

Napoleón Bonaparte

La envidia es una profunda bronca producida por el logro de otros. La

envidia es un deseo de venganza; tu brillo opaco al envidioso.

La envidia es un deseo de destrucción, de odio. ¡El envidioso dirá “ojo!

no te lo digo para que no te vaya mal, pero tu y yo sabemos que en el

fondo su intención es que no logres tus objetivos.

Cuando tu estima y tu yo estén seguros de sus capacidades y

habilidades, cuando hayas determinado que nada te moverá del objetivo

a seguir, nunca nadie mas te despertada “envidia”.

2. Yo me pregunto: ¿la envidia tiene sexo?


Dicen que la envidia es un sentimiento propio de las mujeres, quizá por

que las mujeres son mas expresivas, pero al final la envidia no tiene

sexo.

Muchos hombres también la padecen, quizá en voz baja, en un susurro.

Analicemos la temperatura de nuestras emociones:

 Si un amigo cercano cosecha un éxito profesional, ¿te sientes

mal?

 Cuando alguien cercano a tu entorno de trabajo o vida privada

actúa de forma acertada e incluso loable, ¿te cuesta felicitarlo?

 ¿Te sientes mal cuando alguien importante habla maravillas de

otros que conocen?

 ¿Te sientes mal cuando en el trabajo alguien le dedica mas

tiempo a uno de tus compañeros que a ti?

 ¿Te anima alguien que ha triunfado este pasando ahora un mal

momento?

 ¿te sientes mal si te tratan de la misma manera que a otra gente?

 ¿Alguna vez pensaste que tus amigos no saben lo que vales?

Si te dio mas de 4 “si” tienes envidia.

Envidia sana o envidia enfermiza, podrás buscarle una justificación, pero

antes de eso observa tu propia vida y pregúntate ¿Qué es lo que hizo el

otro para llegar a determinado lugar que yo no hice? No te culpes, ni te

reproches.
La envidia no vive sola, sino que convive con la crítica, la murmuración,

el chisme, la dependencia, el degano, que al final destruyen nuestra

vida.

3. Envidia: ¿sana o enfermiza?

“la envidia es de una esencia

Tan etérea que no es mas

Que la sombra de una sombra”

William Shakespeare

La envidia nos transforma en seres intolerantes respecto al éxito de los

demás. El objetivo es siempre tener “mayor cantidad” que la que el otro

tiene, aun a costa del dolor y de la infelicidad.

Cuando se les pregunta a las personas si son envidiosos, suelen

responder que sí, que algo de envidia padecen, pero es envidia sana no

enfermiza.

Muchos describen la envidia como aquella emoción que reconoce que el

otro tiene algo que ellos mismos desean y que no obtuvieron, pero que

harán lo posible por conseguirlo.

Envidias sanas o enfermizas, envidias ocultas o expuestas, envidias

controladas o descontroladas, son envidias al fin, envidias que afectan

nuestra estima y emociones, consecuencia de nuestros resultados.

La envidia no tiene sexo, ni religión, ni clase social, ni raza, es una

emoción que afecta a cualquier individuo que no este enfocado en su

propia vida, ni en sus metas.


Miguel de Unamuno: “la envidia es mil veces mas terrible que el hambre,

porque es hambre espiritual” “La envidia es una declaración de

inferioridad”.

Tu búsqueda personal es la que le dará el sentido a tu vida; tus sueños y

tu propósito enfocaran tu energía y tu accionar.

Soñar, proyectarse y ser cada día mejor son los ingredientes de estima

sana, el éxito tiene tu nombre.

Una estima sana no busca reconocimiento ni fama, ni se mueve por

conveniencias, solo está enfocada hacia aprobación y satisfacción

personal.

No tienes que compararte, no mires a nadie, no te distraigas, cree en

todo lo que puedes hacer. No compitas con nadie, no tienes que llegar

hasta donde otro llego.

¡Se la mejor de ti mismo y el segundo rating va a estar de tu lado!

4. No envidies, admira

¿Envidia tal vez?

Salomón, uno de los hombres mas sabios de la humanidad dijo: “la

envidia corroe los huesos”.

Hay gente que padece de artritis, reumas y otras dolencias, solo por

envidia. la base de algunas enfermedades se origina por la envidia. La

envidia o solo enferma el cuerpo físico, sino que amarga nuestro

espíritu.

Necesitamos aprender y celebrar los éxitos ajenos. Si lo logras las

bendiciones están por llegar a tu vida. Cada logro de otras personas


debe de ser un desafío para ti. El éxito del otro debe inspirarte, llevarte a

que analices como lo hizo, como lo alcanzo. Puedes admirar en vez de

envidiar. La palabra envidia proviene del latín y quiere decir: “Yo veo”. La

palabra admiración también proviene del latín y significa: “Yo miro a”.

envidiar quiere decir “mirar mal”; admirar es “mirar a”

Todas las decisiones que tomamos se basan en lo que sentimos y todo

lo que sentimos se basa en lo que pensamos. Si cambio mi manera de

pensar, cambio mi manera de sentir, entonces también cambio mi

manera de decidir.

Hoy ocúpate de ti:

 Valora lo que tienes a ti mismo

 No esperes nada de nadie

 Rompe tus limites

 Pelea solo por las cosas que valgan la pena

 Tomate tu tiempo para descansar

 Busca consejos de gente sabia

 Demuestra el amor y la ternura a los seres que amas.

Prepárate: no hay envidia, ni celos que puedan detenerte, ni destruirte, ni

limitarte. ¡las osas grandes están llegando!

También podría gustarte