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Esto es así por ser tras este último movimiento cuando Ramiro elabora su sistema con mayor complejidad y
coherencia.
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Se puede decir que la Restauración, de facto, comienza tras el pronunciamiento, el 29 de diciembre de 1874,
del general Arsenio Martínez Campos. Sin embargo, ya en la primera jornada del mismo mes del mismo año,
el entonces príncipe Alfonso de Borbón firmó un manifiesto (presumiblemente escrito por Antonio Cánovas
del Castillo) en el que se definía como: buen español, católico y verdaderamente liberal, haciendo también
una referencia a sus antepasados (Alfonso, 1874); todos estos términos tendrán presencia en distintos
momentos de la interpretación maeztiana de la realidad, combinados y significados de distintos modos.
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Desde pequeño Ramiro estuvo en contacto con distintas realidades y culturas. Pasó por el Instituto de
Vitoria, vivió también en París donde trabajo en una casa de comercio hasta 1891, momento en el que cambió
su residencia a Cuba y que le permitió viajar por el continente americano. En 1894 vuelve a España, Bilbao,
para 3 años más tarde trasladarse a Madrid (cf. Fernéndez Riquelme, 2008; págs. 156-157).
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En realidad, la sensación que queda, tras leer "a" y "sobre" Maeztu, es que no es posible su completa
identificación con ningún movimiento intelectual a causa de su tendencia a generar opiniones propias y
críticas dentro de cualquier sistema con el que se relacionase. Por lo tanto no se debe identificar el
pensamiento de Maeztu con estas posiciones, sino reflexionar la causa del cambio desde la anterior posición
y entender la actual como aquella con la que se está peleando y que está aplicando a su realidad con vistas a
comprobar en qué medida se ajusta a su voluntad última personal; es esto último lo que dará lugar a la
adición de matices y es motor impulsor de los movimientos de Maeztu en el plano filosófico o intelectual.
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Así en según S. Fernández Riquelme en "Sociología, corporativismo y política social", Murcia, 2008, pág.
158, establece los tres principales referentes de Maeztu a H. Spencer, J. Costa y F. Nietzsche; por otro lado
para Secundino Valladares en "Hacia la otra España del joven Maeztu", Revista de antropología social, n.º 7,
Servicio de Publicaciones de la UCM, 1998, sin desdeñar a Nietzsche y Schopenhauer, los autores a los que
Ramiro recurre para incorporar sus paradigmas, son aquellos cuyos paradigmas dominan el fin del siglo XIX:
Herber Spencer (con su avolucionismo clásico) y Marx (con el materialismo dialéctico histórico).
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todas ellas eran únicas en cada uno de sus miembros aún con un fondo común. En el
análisis de Maeztu se puede apreciar (siguiendo a Secundino Valladares) un enfoque más
materialista que en el resto de sus coetáneos6. Sin embargo este enfoque materialista no
supone necesariamente un desprecio del capital (como tampoco lo suponía en Marx), muy
al contrario, la visión materialista de Maeztu le permite explicar la caída española a través
del inexistente desarrollo económico en los sistemas de producción agrícola españoles 7, lo
que les convertía en incapaces de competir con el exterior; y su necesaria regeneración
como realizable sólo gracias a la capacidad transformadora del capital en manos de los
hombres de acción que representas los industriales de País Vasco y Cataluña. Sin embargo,
Ramiro hace una correcta precisión: no pudiendo competir todavía los ambientes
industriales españoles con los europeos, se muestra como una necesidad la renovación de
la actividad agraria en vistas a una producción lo suficientemente capitalizante (respecto de
los jornaleros que las trabajan y los propietarios) como para convertir a los agentes del
interior de la península en consumidores de los productos del litoral8. En este proceso de
renovación nacional no es vista con buenos ojos la injerencia del Estado, quien es visto (en
cuanto a la economía) desde el punto de vista liberal, interpretando que todas las
intervenciones provocan más pesar que beneficio. Además los sitemas turnistas de la
restauración se habían demostrado tremendamente incompetentes y corruptos9. También es
importante añadir que esta nueva España no es una recuperación del pasado ni mucho
menos, se asemejaría más a una reconstrucción de España según sus posibilidades
materiales y bajo el modelo liberal burgués proveniente de Inglaterra.
Tras esto, podemos resumir la posición intelectual de Maeztu en el momento 0 como
un nacionalismo burgués, liberal, laicista y regeneracionista. Buscaba una nación en la que
el principio de solidaridad y armonía rigiese el progreso económico y la modernización
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Quizá por aquello de que tan solo tres españoles habían leido y comprendido correctamente a Karl Marx.
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El mayor freno a este desarrollo lo representaban, según el joven Maeztu, la iglesia y los grandes
terratenientes miembros de lo que quedaba de la, antiguamente, baja aristocracia medieval.
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Alimentando así, mediante las transformaciones materiales, un sentimiento nacional cada vez más débil
frente a los regionalismos independentistas (que no son sino la consecuencia de los desequilibrios en los
desarrollos económicos de las distintas regiones del país).
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Véase: Fragmento del libro de Benito Pérez-Galdós "La fe nacional y otros escritos sobre España"
publicado en 1912 : “Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos
manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin
elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y
analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de
consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni
el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los
amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las
turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) No creo ni en los
revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (...) La España que aspira a un cambio radical y
violento de la política se está quedando, a mi entender, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez
lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva
sangre y nuevos focos de lumbre y metal".
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social, dependiente de unos pocos hombres de acción (las élites burguesas), con la menor
injerencia estatal y eclesiástica posible y mirando, no atrás, sino hacia adelante.
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Traducida al español antes de la ampliación como Inglaterra en armas (1816)
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Inglaterra es el primer país en vivir la revolución industrial y uno de los lugares donde el liberalismo
económico de los "industriales" provocó más problemas. La riqueza generada no se redistribuia y las
condiciones de los barrios obreros , tanto por falta de servicios y condiciones de salubridad, como por falta de
espacio, eran deplorables.
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Aquí podemos detectar uno de los primeros acercamientos al tradicionalismo que experimentará Maeztu.
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ambos. También durante estas fechas tendrá contactos con escuelas socialistas similares de
corte católico como el corporativismo.
Para 1914, año de inicio de la Gran Guerra, Ramiro estaba en posiciones cercanas al
socialismo gremialista. Es precisamente desde estas coordenadas desde las que se debe
entender "La crisis del humanismo". El libro no es sino un intento de entender los motivos
de la crisis espiritual que dio lugar a la Gran Guerra, unido al proyecto de teorizar un
sistema que evite una crisis similar. Los dos culpables13 para Maeztu de la crisis, y
posterior guerra, eran el estatismo que caracterizaba a los germanos y el liberalismo
representado por Inglaterra y Francia. Aquéllos, desde Hegel, habían teorizado un Estado
Ideal al que no se podían poner límites desde dentro y que por eso debía ser destruido por
los aliados; éstos, lejos de constituir una sociedad perfecta, defendían una atomización de
la sociedad que impedía evitar las injusticias internas y responder apropiadamente a las
amenazas externas. La primera solución pasa, como es lógico por volver al momento
previo a los errores cometidos, antes de la destrucción de la realidad objetiva. A partir de
ahí, con una actitud mucho más humilde respecto del mundo, se debe estructurar una
sociedad en la que los individuos se sientan como tales, pero siendo también parte de una
comunidad a la que aportan un valor. Así se empiezan a unir en este libro los principios del
liberalismo socializado, del gremio, con los valores tradicionales del corporativismo
tradicional católico.
Bibliografía
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Aunque como aliadófilo siempre quiso la victoria de británicos y franceses, esto no suponía un apoyo
incondicional a su sistema político y social.
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Maeztu ante el centenario del 98. Castilla, José F. Acedo. 1998. 1998. Disertación leída el
20 de noviembre de 1998.
Ocio Díaz de Otazu, Francisco Luis María. 2010. La configuración del
neotradicionalismo español. El caso de Ramiro de Maeztu. s.l. : Universidad del País
Vasco, Departamento de Historia Contemporánea, 2010. (dir. tes.) Dr. José Javier Díaz
Freire.
Tradición católica y modernidad funcional. El combate intelectual, y trágico, de Raimro
de Maeztu. Riquelme, Sergio Fernández. 2011. 524, Murcia : s.n., 2011, págs. 80-100.