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Braudel y las civilizaciones


Por Álvaro López Franco -
 
Nov 17, 2015

Si mencionamos el nombre Fernand Braudel, los que se dedican a la


historia de manera profesional rápidamente lo relacionarán con la historia
económica y social. Y, sin duda, muchos lectores también lo conocerán por
su influencia en las ciencias sociales. Fue un destacado historiador francés,
nacido en 1902. Participó en la Escuela de los Annales gracias a conocer a
Lucien Febvre en la década de los años 30. También fue miembro de la
Academia Francesa, ocupando la silla número 15.

Portada ‘Las civilizaciones actuales’ de Braudel


El objetivo de esta entrada no es hacer un recorrido por su obra, sino
destacar una en concreto. Se trata de Las Civilizaciones Actuales. Estudio de
historia económica y social. Se publicó en el año 1966, y ha tenido
numerosas reimpresiones. Por tanto, muchos de los aspectos de la obra
están desactualizados, ya que el mundo ha cambiado notablemente en casi
50 años. Sin embargo, es un interesante trabajo que nos permitirá
acercarnos al concepto (o conceptos) de civilización y a algunas de las
civilizaciones que, según Braudel, existen en la actualidad.

El estudio parte de la idea de que es lícito acercarse al conocimiento del ser


humano y las sociedades humanas a través del pasado, partiendo desde el
presente, «para poder comprender la gestación y el grado de desarrollo de
las civilizaciones actuales». En la primera parte, Braudel se preocupa de
definir las civilizaciones de diferentes formas. Comienza explicando que se
trata de un concepto reciente, y que habitualmente se daba en singular
para referirse a procesos judiciales civiles. Alrededor del año 1819 se
pluralizó el término para dotarlo de un sentido diferente: «conjunto de
caracteres que presenta la vida colectiva de un grupo o de una época». A
partir de este momento, proporciona definiciones en relación con las
ciencias humanas: las civilizaciones como espacios, como sociedades, como
economías y como mentalidades colectivas.

A esta primera parte la llama ′Gramática de las civilizaciones′, y en ella no


sólo trata de definir los diferentes conceptos de civilización sino
profundizar en sus coyunturas y en sus estructuras. Por último, también se
preocupa de reflexionar sobre la relación entre la historia y las
civilizaciones. Afirma que los historiadores trabajan, al menos, en tres
planos diferentes. El primero, es el de la historia tradicional, es decir, el
relato que enlaza un acontecimiento con otro como hacían los cronistas y
ahora los periodistas. El segundo plano sería el que refleja los episodios en
forma de bloque. Por ejemplo: la Revolución Francesa o el Romanticismo. El
tercero «estudia una historia en la que todos los movimientos son lentos y
ocupan grandes espacios de tiempo». De esta manera, «Voltaire sólo sería
una simple etapa en la evolución del libre pensamiento».

Desde esta perspectiva, comienza a abordar, por un lado, las civilizaciones


no europeas (es la segunda parte del libro) y, por último, las europeas.
Invierte el orden que normalmente los historiadores europeos empleaban
en su discurso. Lo hace, precisamente, para tomar distancia y evitar que se
considere Europa como el centro del mundo, algo que cree que realmente
nunca ha sido una realidad.

Considera como civilizaciones no europeas actuales el Islam y el mundo


musulmán, el continente negro y extremo oriente. Las civilizaciones
europeas serían las del propio continente europeo, las del llamado Nuevo
Mundo, Estados Unidos y lo que llama «la otra Europa», que la formarían
Moscovia —Estado predecesor del Zarato Ruso y el Imperio Ruso—, Rusia y
la URSS. Este es sólo uno de los aspectos en los que la obra está
desactualizada, ya que en la época en la que fue escrito todavía permanecía
la URSS, y Braudel nunca llegó a conocer —falleció en 1985 — los
acontecimientos que llevaron al desmembramiento de esta superpotencia.

No es difícil imaginar que esta obra permitió ahondar en debates que en


los años 60 eran muy complejos. La civilización europea ya no era la
preponderante en el mundo, desde un punto de vista cultural ni
económico. Este trabajo permitió acercarse a todas las otras civilizaciones
existentes, en su diversidad y riqueza. Además, la objetividad con la que
trata de abordar los temas y una pluma relativamente divulgativa ayudan a
que los mensajes puedan calar en lectores de diversa formación, no sólo
especialistas.
Se trata de una obra interesante que hay que tomar con las cautelas
necesarias, principalmente por el tiempo que ha pasado desde que fue
escrita. En cualquier caso, es un buen punto de encuentro de ideas y
reflexiones.

Para saber más:

Braudel, Fernand (1965). Las civilizaciones actuales. Estudio de historia


económica y social. Madrid: Tecnos.

Latorre, Ángel (1966). «Las civilizaciones actuales. ¿Cómo se puede ser


europeo en el mundo de hoy? En La Vanguardia. Disponible
en:http://hemeroteca.lavanguardia.com/preview/1966/04/14/pagina-
61/32649538/pdf.html

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