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“AÑO 

DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA NACIONAL.”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA AMAZONIA PERUANA


Facultad Ingeniería de Industrias Alimentarias
Escuela Bromatología y Nutrición Humana

“PREBIOTICOS”

INTEGRANTES:
 Díaz Cahuaza Juliana Elvira
 Freitas Saavedra Olenka Virginia
 Loayza Herrera Andrea del Rosario
 Navarro Mattos Carolain
 Padilla Orellana María Isolina
 Panaifo Del Águila Alanis Ariana

CATEDRA: ALIMENTOS NUTRACEUTICOS.

DOCENTE: LIC.

FECHA: 5/02/2022

Iquitos – Perú
INDICE:
Contenido
INDICE:.........................................................................................................................................2
RESUMEN:....................................................................................................................................3
INTRODUCCIÓN:...........................................................................................................................4
PREBIÓTICOS................................................................................................................................6
¿Qué son los prebióticos?........................................................................................................6
Tipos de prebióticos.................................................................................................................8
¿En qué alimentos se encuentran?..........................................................................................8
Los mejores alimentos prebióticos para el día a día:..............................................................10
¿Qué beneficios tienen los prebióticos?.................................................................................12
¿Cuándo utilizarlos?...............................................................................................................14
¿Qué cantidad hay que tomar?..............................................................................................15
¿Qué pasa si se consumen en exceso?...................................................................................15
Oligosacáridos como prebióticos...........................................................................................16
LA INGESTIÓN DE LOS ALIMENTOS PREBIÓTICOS..................................................................20
PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS: QUÉ SON Y CUÁLES SON SUS DIFERENCIAS...........................21
¿Qué es un prebiótico?......................................................................................................21
¿ Cuáles son las diferencias de Probióticos?......................................................................25
CONCLUSIÓN..........................................................................................................................27
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS..............................................................................................28
RESUMEN:
Actualmente, nos encontramos inmersos en una nueva “revolución” de la
alimentación, como ya ocurrió en otro tiempo cuando un reconocido
fabricante de lácteos no conforme con vender “sólo leche” y sus derivados,
introdujo el plus añadido de incorporar en sus productos vitaminas
beneficiosas para los huesos (popularizando la preocupación, no sólo a
nivel médico, sino también a nivel de publicidad -TV, radio, etc.- para la
prevención de la osteoporosis). Más tarde, sin abandonar el impulso
anterior, surgió el problema del colesterol y la forma de bajarlo sin tomar
medicinas (estatinas, fundamentalmente), sino igualmente mediante la
alimentación. Y aparecieron algunos productos alimentarios basados
fundamentalmente en los fitoesteroles y fitoestanoles. Pues bien, ahora nos
encontramos con los llamados “alimentos funcionales”, no sólo para tratar,
sino también para prevenir algunos posibles problemas del tracto intestinal.
Entre ellos encontramos los probióticos, los prebióticos y los simbióticos.
Los prebióticos son ingredientes alimentarios que son fermentados
selectivamente, lo que promueve cambios específicos de la composición
y/o actividad del microbiota intestinal, confiriendo beneficios a la salud del
huésped. Este trabajo aborda una revisión sobre prebióticos: definición,
tipos, descripción y estudios in vitro e in vivo sobre sus efectos sobre el
microbiota colónico y el tracto intestinal.
INTRODUCCIÓN:
En la actualidad, la alimentación es un tema que interesa y/o preocupa
bastante por su posible relación, perjudicial o beneficiosa, con la salud y el
bienestar, así como la correlación que existe con múltiples patologías de
diferente gravedad y localización en el organismo. Por ello, cada vez son
más los profesionales que deciden investigar sobre este tema con el
objetivo de encontrar nuevas respuestas y confirmar dicha relación.
Son "Alimentos que tienen potencialmente un efecto beneficioso en la
salud, cuando se consumen como parte de una dieta variada, en forma
regular y a niveles efectivos, incluidos los alimentos fortificados,
enriquecidos, o mejorados". En este grupo de alimentos podemos destacar
por su papel relevante los probióticos, prebióticos y simbióticos, tres
conceptos que la gente suele confundir e incluso desconocer.
La definición de prebiótico ha ido variando durante los últimos 30 años en
función de los avances conseguidos en investigaciones que se han ido
realizando y tenían como fin tener un mayor conocimiento y determinar la
función concreta que ejercen en el organismo, así como, su beneficio. De
esta manera, se ha intentado buscar una definición que abarque todas las
propiedades que poseen pero, incluso en el presente, siguen existiendo
dudas. El Consenso Científico sobre Prebióticos de la Sociedad Española
de Probióticos y Prebióticos (SEPyP) recoge que los primeros estudios se
realizaron en Japón sobre los años 80. Los investigadores demostraron en
cultivos in vitro que ciertos oligosacáridos no digeribles por el organismo,
especialmente los fructooligosacáridos, estimulaban el crecimiento de
ciertas bacterias. Más tarde Gibson y Roberfroid confirmaron dichos
estudios y definieron un prebiótico como “un ingrediente alimentario no
digerible que afecta beneficiosamente al hospedador al estimular
selectivamente el crecimiento y/o actividad de uno o de un limitado número
de especies bacterianas en el colon, y que por lo tanto mejora la salud”
Tras muchas investigaciones Roberfroid y col (2010) revisaron de nuevo
esta definición y especificaron que los prebióticos son “ingredientes que
producen una estimulación selectiva del crecimiento y/o actividad(es) de
uno o de un limitado número de géneros/especies de microorganismos en el
microbiota intestinal confiriendo beneficios para la salud del hospedador”
Es importante tener en cuenta que todos los prebióticos se consideran parte
de la fibra, pero no toda la fibra es prebiótica. La Comisión del Codex
Alimentarius (CCA), creada en 1963, durante la Conferencia Mundial de la
Salud, organizada por la FAO, define la fibra alimentaria como “polímeros
de carbohidratos con un grado de polimerización no inferior a 3, que no son
digeridos ni absorbidos en el intestino delgado”. Esta se caracteriza por su
“no-digestibilidad” y está formada por polímeros de carbohidratos y
polisacáridos no amiláceos (componentes de las paredes celulares de las
plantas). En este concepto de fibra se incluyen celulosa, hemicelulosas,
glucanos, pectinas, gomas y mucílagos. También encontramos
polisacáridos no digeribles como la inulina y almidón resistente. Aparte de
todos estos, dentro de las definiciones más actuales, podemos encontrar
almidón resistente, maltodextrinas resistentes, fructo-oligosacáridos y
galacto-oligosacáridos, así como celulosas modificadas y polímeros de
carbohidratos sintetizados tales como polidextrosa. La única diferencia que
existe entre la fibra y los prebióticos es la fermentación selectiva que se da
en estos últimos, pues ambos coinciden que son resistentes a la digestión.
Por consiguiente, es primordial conocer los requisitos que debe cumplir una
determinada sustancia para ser considerada como prebiótico y, para ello, la
Asociación Este trabajo tiene una finalidad docente. La Facultad de
Farmacia no se hace responsable de la información contenida en el mismo.
científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) considera que
un prebiótico es todo aquel que cumpla con los siguientes requerimientos:
1. Resistencia a la degradación por ácido del estómago, enzimas o
hidrólisis.
2. Fermentación por microorganismos intestinales.
3. Estimulación selectiva del crecimiento y / o actividad de
microorganismos positivos en el intestino.
PREBIÓTICOS

Los prebióticos son fibras vegetales especializadas. Actúan como


fertilizantes que estimulan para el crecimiento de bacterias sanas en el
intestino

Los prebióticos son el alimento de nuestra microflora intestinal, que tan


importante es no solo para la salud digestiva, sino también para nuestras
defensas y bienestar emocional. Los prebióticos, presentes en verduras,
leche y cereales integrales, favorecen el crecimiento de esa flora

¿Qué son los prebióticos? 


Son aquellos alimentos que contienen sustratos que nutren la microflora
intestinal beneficiosa para el huésped. Son ejemplos de estos alimentos la
fibra alimentaria, en concreto los fructooligosacáridos (FOS), que están
actualmente muy de moda. Éstos están formados por azúcares simples de
cadena corta (de 3 a 10 unidades de azúcar), de las que por lo menos 2 son
fructosa. Se dividen en tres categorías, según el número de unidades de
fructosa que contienen.

Los enlaces de estos azúcares no pueden ser hidrolizados por las enzimas
del intestino delgado, de manera que no pueden ser absorbidas por éste y
pasan al intestino grueso, en el que pueden estimular selectivamente el
crecimiento de bacterias beneficiosas, como las bifidobacterias
y Lactobacillus, lo que da lugar a una reducción de bacterias patógenas
como Salmonella y Clostridium.  Algunos estudios han demostrado que
una ingestión elevada de FOS puede disminuir la actividad glucuronidasa
beta, enzima del intestino que puede convertir a los procarcinógenos en
carcinógenos. Encontramos FOS en la miel, la cerveza, cebolla, espárragos,
centeno, avena, alcachofas, plátanos y la chicoria. Otros componentes de la
fibra alimentaria como la pectina, la hemicelulosa y la inulina también
funcionan como prebióticos y estimulan la producción de ácidos grasos de
cadena corta. El contenido de FOS es muy variable y puede ir desde un 1-
4% en el trigo a un 20% en la chicoria.

Los prebióticos son compuestos de la dieta que estimulan el crecimiento y


la actividad de la microflora intestinal. Lo interesante es que lo hacen
además de una forma selectiva, alimentando a las especies más
beneficiosas (principalmente bifidobacterias y lactobacilos) y que tan
importantes son para fortalecer nuestras defensas y en nuestro bienestar.

Esto es así porque estas sustancias son resistentes a la acidez gástrica y no


pueden ser digeridas  por los enzimas del estómago ni del intestino
delgado. Es decir, se comportan de forma similar a la fibra, por lo que
llegan al colon (en el intestino grueso) sin degradarse. Una vez en el colon,
sirven de alimento a ciertos grupos de microorganismos que residen en esta
zona intestinal, favoreciendo el desarrollo de los beneficiosos por encima
de los nocivos.

Un prebiótico se define por tres características:

Ha de ser una sustancia que no se degrade ni se absorba durante su tránsito


por el tramo digestivo superior (estómago e intestino delgado).

Debe sufrir una fermentación bacteriana una vez alcanzado el colon.

Esta fermentación ha de ser selectiva, es decir, favorecer la actividad y la


proliferación de determinadas bacterias intestinales que ejercen efectos
beneficiosos para la salud del huésped (bifidobacterias y lactobacilos).
Se diferencian, pues, de los probióticos en que estos proporcionan bacterias
exógenas vivas a la microflora, mientras que los prebióticos favorecen el
crecimiento de estas bacterias a base de aportarles diferentes sustratos.

Su acción tiene lugar en el intestino grueso o colon, donde las bacterias del
microbiota intestinal fermentan los prebióticos alimentarios.

Tipos de prebióticos
Entre los oligosacáridos considerados actualmente como funcionales,
encontramos:

Fructanos: inulina y FOS (fructooligosacáridos). Estas sustancias se


encuentran en la cebolla, ajo, alcachofa, espárrago, tomate, puerro, plátano,
trigo, centeno, cebada, raíz de achicoria (a partir de la cual se produce
comercialmente la mayoría de inulina mediante un proceso de hidrólisis
enzimática parcial).

Oligosacáridos de la soja: como la rafinosa y la estaquiosa.

Isomaltooligosacáridos: se obtienen por hidrólisis enzimática del almidón


procedente de distintos cereales y/o tubérculos, de modo que los podemos
encontrar en alimentos fermentados como el miso de arroz, sake, etc.

Galactooligosacáridos (GOS): procedentes de la leche mediante


tratamientos.

Lactulosa: obtenida por tratamiento térmico de la lactosa.

¿En qué alimentos se encuentran?


Dentro de los prebióticos destacan los fructooligosacáridos (FOS) o
frútanos, la maltodextrina, el almidón resistente, la lactulosa y
los galactooligosacáridos (GOS) de la leche materna. Estos componentes
de la fibra ejercen un efecto beneficioso sobre el microbiota que habita el
intestino.

Los prebióticos se encuentran en muchas frutas y verduras, especialmente


en aquellas que contienen carbohidratos complejos, como la fibra y el
almidón resistente.  Estos carbohidratos no son digeribles por el cuerpo, por
lo que pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento
para las bacterias y otros microbios.

Los prebióticos se encuentran de forma natural en:

1. El chucrut

Podríamos decir que, después del kéfir, el chucrut —choucroute o choucrut


— es el segundo alimento más beneficioso para la flora bacteriana. El
chucrut es repollo o col blanca fermentada, rica en lactobacillum y
bifidubacterium.

Este alimento mejora la flora intestinal, reestablece el pH del intestino


delgado, favorece la digestión y permite absorber mejor los nutrientes. La
col fermentada es rica en vitamina A, B1, B2, C, y minerales como el
hierro, calcio, fósforo y magnesio.

2. El kéfir

El kéfir es leche de vaca o de cabra fermentada. Tiene un sabor ácido y


sienta muy bien gracias a su proceso de fermentación; es ahí cuando se
reduce al máximo la presencia del azúcar original de la leche.

Puedes consumir kéfir líquido o en gránulos; es una opción muy


recomendable para tus desayunos. Se trata de uno de los alimentos más
ricos en microorganismos vivos, capaz de fortalecer y cuidar de la salud de
los intestinos.
Leche. 

Miel.

Verduras: ajo, cebollas, alcachofas, espárragos, puerros y achicoria, sobre


todo.

Frutas, en especial los plátanos.

Cereales integrales: trigo integral y avena.

Legumbres y frutos secos.

La inulina es un prebiótico que se ha mostrado eficaz para tratar


el estreñimiento en personas mayores, pues ayuda a restablecer las
bifidobacterias que disminuyen con la edad.

Es un fructano común en diente de león, achicoria, ajo, cebolla, alcachofa,


espárrago y agave (el alcohol del mezcal y el tequila proceden de ella).

Además, en el mercado es posible encontrar una amplia variedad


de productos que han sido enriquecidos con algún tipo de prebiótico.

Los mejores alimentos prebióticos para el día a día:


Alcachofas

Según estudios, las alcachofas, además de muy saludables para el hígado,


son uno de los alimentos prebióticos más adecuados. Contienen entre un 3
% y un 2o % de inulina, uno de los prebióticos más frecuentes.

Raíz de achicoria

El segundo alimento más rico en componentes prebióticos ─como la


inulina─ es la raíz de achicoria. Puedes encontrarla en tiendas naturales
para incluirla en tus comidas o preparar adecuadas infusiones naturales.
Ajo

El ajo contiene alrededor de un 15 % de inulina. ¿Qué te parece si


consideras tomar cada mañana un ajo natural con un vaso de agua? ¡Tu
salud te lo va a agradecer!

Cebolla

La cebolla contiene entre un 5 % y un 8 % de inulina, y puedes consumirla


cruda o cocida. Además, como ya sabes, es un ingrediente común en
muchas comidas y ensaladas.

Puerro

Te ofrecerá entre un 3 % y un 10 % de inulina. Es perfecto también para


mejorar la salud de tu microflora intestinal, función elemental de
prebióticos y probióticos.

Salvado de trigo

El salvado de trigo es otro de los alimentos prebióticos que puedes incluir


en tu dieta. Te ofrecerá un 5 % de este tipo de sustancias tan positivas para
el sistema digestivo y el bienestar general.

Harina de trigo

Si la consumes cocida y siempre con moderación para no subir de peso, te


ofrecerá un 5 % de prebióticos. Nuevamente, estamos ante un ingrediente
de uso común.

Banana

Si te encanta la banana, consúmela siempre que quieras. Si bien es cierto


que solo nos aporta un 0,5 % de inulina, combinado con otros alimentos de
la lista aquí citada, conseguirá estimular las bacterias intestinales para
cuidar de tu salud.

¿Qué beneficios tienen los prebióticos?


Todas estas sustancias prebióticas tienen en común que, cuando son
digeridas (fermentadas) por las bacterias intestinales, producen energía,
micronutrientes y otros beneficiosos para la salud. Por ejemplo, contribuye
a controlar el desarrollo y crecimiento de las bacterias perjudiciales en el
colon por la vía de favorecer las beneficiosas.

De entre todos los prebióticos los más estudiados e importantes son los


carbohidratos no digeribles, que se encuentran de forma natural en los
vegetales. Pero, también se ha demostrado que tienen propiedades los
galactooligosacáridos (GOS), que se encuentran de forma natural en la
leche.

Existen evidencias de que tomar los prebióticos de forma regular puede


reducir el riesgo de padecer enfermedades como el síndrome de colon
irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal y otras enfermedades
inflamatorias crónicas como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn.

Los prebióticos también contribuyen a regular el tránsito intestinal por lo


que mejoran los casos de estreñimiento y ayudan a mejorar las diarreas,
tanto las infantiles como las producidas por tratamiento con antibióticos.

Parece que estos nutrientes ejercen un efecto protector frente a infecciones


intestinales.

Algunos estudios indican que los prebióticos favorecen la absorción de


minerales (especialmente calcio, magnesio, zinc y hierro) y disminuyen los
niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos de la sangre y reducen la
presión arterial. Por eso, ayudan a disminuir el riesgo de padecer diabetes,
obesidad y de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Estimular el sistema inmunitario.

Propiciar el desarrollo de las bacterias beneficiosas de la flora intestinal, y


dificultar el crecimiento de las patógenas.

Facilitar la absorción de algunos minerales como el calcio y el magnesio.

Favorecer la síntesis de ciertas vitaminas.

Reducir los trastornos digestivos, como los molestos gases, al ayudar a


mantener el equilibrio intestinal.

Mejorar la regularidad intestinal, con lo que disminuyen los episodios


de estreñimiento.

Reducir el riesgo de cáncer de colon y de enfermedad inflamatoria


intestinal.

Los prebióticos protegen frente a las enfermedades. Al mantener el sistema


gastrointestinal sano mejoran a su vez el estado general del organismo.
Ejercen una acción inmunomoduladora gracias a la predominancia de
bacterias bifidógenas.

También favorecen la absorción de calcio, magnesio, hierro y cinc, así


como la síntesis de algunas vitaminas.

Los prebióticos, solos o combinados entre sí, mejoran la absorción


intestinal de calcio. Se ha observado un aumento de la densidad mineral
ósea tras un año de administración de inulina. Probablemente el descenso
del pH intestinal colabora en la mejor absorción de este mineral.

Reportan otros beneficios metabólicos, defensivos y tróficos. Esto incluye


mejoras en la digestibilidad y absorción de nutrientes, regulación del
metabolismo hepático de la glucosa y del tránsito intestinal, disminución
del riesgo de infecciones y prevención de enfermedades inflamatorias o con
una base inmune.

Los prebióticos permiten que las bacterias beneficiosas para el equilibrio


del microbiota intestinal encuentren y vivan en un ambiente favorable para
su proliferación y funciones. De esta manera se evita la implantación de
especies bacterianas peligrosas (Bacteroides y Clostridium).

La leche materna contiene galactooligosacáridos en una concentración


superior a la de las proteínas e inferior a la de grasas e hidratos de carbono.
El resultado es una mejora en el sistema inmunitario del bebé, con una
disminución de las alergias y las infecciones intestinales y respiratorias.

Al ser "naturales" no existe una prescripción médica específica para los


prebióticos, ni dosis recomendadas, si bien se cuenta con formas
farmacológicas para ciertas patologías o trastornos. Existe una tolerancia
individual frente a su consumo en función de la sensibilidad visceral y del
tipo de microbiota personal.

Los medicamentos no solo eliminan los agentes patógenos del organismo.


El consumo abusivo de antibióticos puede alterar el equilibrio del
microbiota intestinal. En esa situación los prebióticos no podrán ejercer sus
funciones beneficiosas para la salud del organismo.

¿Cuándo utilizarlos?
Los probióticos se pueden utilizar en cuadros diarreicos, intolerancia a la
lactosa, estimulación del sistema inmune y alergias. Los prebióticos se
administran para estimular el crecimiento y función de los probióticos.
Precauciones En cuanto a las precauciones y/o desventajas, en general, los
probióticos no causan ningún efecto secundario significativo. “Sin
embargo, si se toman en cantidades mayores pueden producir problemas
digestivos, como gases e hinchazón que, por lo general, son temporales”,
asegura la inmunóloga. En pacientes inmunocomprometidos severos (VIH,
tratamientos con inmunosupresores o quimioterapia) podrían,
potencialmente, producir infecciones.

¿Qué cantidad hay que tomar?


Para aprovechar plenamente los efectos beneficiosos de los prebióticos, el
aporte recomendado es de 25 g al día para los adultos. Esta cantidad puede
alcanzarse rápidamente adoptando una alimentación variada, compuesta
mayoritariamente de fruta y verdura, cereales integrales, frutos secos y
legumbres (véase la tabla siguiente)

¿Qué pasa si se consumen en exceso?


A través de la dieta es muy difícil llegar a tomar una cantidad elevada de
prebióticos. Ahora bien, mediante la ingesta de suplementos sí que se
podría alcanzar una dosis excesiva. Las consecuencias serían molestias
intestinales, diarrea y flatulencias. Se ha demostrado que una cantidad
superior a 20 gramos al día de galactooligosacáridos (GOS) podría
provocar diarrea.

Usos industriales de los prebióticos en alimentación humana

La industria utiliza los prebióticos para modificar la textura o cremosidad


de algunos alimentos y mejorar la textura y palatabilidad (sabor) en
productos alimenticios bajos en grasas. Se utilizan para:

Sustitución de grasas: en mayonesas y quesos.

Reducción del contenido calórico: por ejemplo, en los sucedáneos de


chocolate, al sustituir por la manteca de cacao.
Retención de agua: en pastelería, panificación, embutidos, pan de molde.

Evitar la formación de cristales: en heladería.

Emulsionar: en margarinas.

Así, podemos encontrar los prebióticos en los cereales, fórmulas infantiles,


postres (gelatinas y jaleas), productos de bollería (pan de molde, galletas,
pastas), productos lácteos (yogur, quesos frescos, leches, bebidas lácteas),
sustitutos de azúcares, reemplazantes de grasas, bebidas y zumos.

Oligosacáridos como prebióticos


Para que un ingrediente o alimento pueda considerarse como prebiótico
debe cumplir una serie de requisitos tales como: no ser hidrolizado o
absorbido en el tracto gastrointestinal (GIT) superior (esófago, estómago y
duodeno) y, por lo tanto, ser resistente a la acidez gástrica, a la hidrólisis
por enzimas digestivas y no absorberse en el intestino delgado; ser
fermentado selectivamente por bacterias beneficiosas de la micro biota
intestinal y; iii) ser capaz de inducir efectos fisiológicos beneficiosos para
la salud. Los carbohidratos no digeribles pueden clasificarse en dos tipos,
colónicos (fibra alimentaria) y prebióticos. Los ingredientes colónicos son
carbohidratos que llegan al colon, sirven como sustrato para los
microorganismos que lo habitan originando energía, sustratos metabólicos
y micronutrientes para el hospedador. Dentro de este grupo se incluyen los
polisacáridos estructurales de plantas, tales como pectinas, hemicelulosas o
celulosa, gomas o algunos oligosacáridos derivados de la soja,
glucooligosacáridos, arabinooligosacáridos, etc. Los prebióticos realizan
todas las actividades mencionadas anteriormente, pero además, estimulan
el crecimiento selectivo de determinadas especies beneficiosas
(bifidobacterias, lactobacilos, etc.), de la microbiota intestinal. Aunque en
el mercado mundial se están comercializando, como prebióticos, un gran
número de carbohidratos, solamente existe evidencia científica de sus
propiedades en humanos, en los fructanos tipo inulina y los FOS, los GOS,
la lactulosa y los oligosacáridos de leche humana (HMO)

Inulina y Fructooligosacáridos (FOS)

Los FOS son oligosacáridos que se obtienen por hidrólisis de la inulina


presente en productos vegetales, o mediante transfructosilación enzimática,
a partir de sacarosa, utilizando fructosiltransferasas.

El reconocimiento de la inulina y los FOS como ingredientes GRAS


(Generally Recognized as Safe) en USA y como FOSHU (Foods of
Specified Health Use) en Japón ha permitido que actualmente, la inulina y
la oligofructosa se utilicen sin restricciones en un gran número de
alimentos como yogures, bebidas, barritas de cereales, galletas, cereales y
productos de bollería o formando parte de alimentos simbióticos.

Lactulosa

El prebiótico más sencillo es la lactulosa, disacárido sintético que se


obtiene industrialmente mediante isomerización, en medio básico, de la
lactosa presente en el permeado del suero de quesería. También puede
obtenerse por síntesis enzimática utilizando lactosa y fructosa. La lactulosa
es resistente a las enzimas digestivas de tal forma que no es hidrolizada, a
diferencia de la lactosa, alcanzando el colon inalterado donde es
metabolizada selectivamente por las bifidobacterias y lactobacilos. Esta
propiedad bifidogénica.

Galactooligosacáridos (GOS)

Los GOS son compuestos obtenidos industrialmente a partir de la lactosa


del permeado de suero de quesería. Los GOS también se encuentran de
forma natural en la leche humana y animal. La composición de la mezcla
de GOS resultante depende del tipo de enzima utilizado, de la
concentración y naturaleza del sustrato y de las condiciones de reacción
(pH, temperatura y tiempo). Estos azúcares presentan un reconocido
carácter prebiótico, ya que estimulan el crecimiento de bacterias lácticas y
bifidobacterias en el intestino humano.

Oligosacáridos de leche humana (HMO)

La leche humana contiene hasta un 10% de carbohidratos de los cuales la


lactosa es el mayoritario (55-70 g/L) mientras que los HMO se encuentran
en concentraciones comprendidas entre 12-14 g/L, siendo el calostro el que
posee los mayores niveles de oligosacáridos (2224 g/L). La fracción que
constituye los HMO es muy compleja ya que está formada por al menos
1000 componentes, estando la, gran mayoría de ellos, en cantidades muy
bajas. A estos oligosacáridos se les ha considerado como los primeros
prebióticos, ya que se ha comprobado que son los responsables del alto
número de bifidobacterias presentes en heces de lactantes y también se les
conoce como “factor bifidogénico”. Hasta el momento se han identificado
más de 200 HMO, de los cuales solo 80 han podido ser totalmente
caracterizados.

Efectos beneficiosos de los prebióticos.

Algunos estudios sugieren que los prebióticos podrían ejercer efectos


fisiológicos beneficiosos para la salud y el bienestar del organismo, en
relación con su capacidad para modular la microbiota intestinal. Estos
efectos pueden ser ejercidos no sólo en el colon, sino también en todo el
organismo contribuyendo, de esta forma, a reducir el riesgo de padecer
ciertas enfermedades intestinales o sistémicas. Entre los efectos producidos
en el colon, cabe mencionar, que los prebióticos estimulan el crecimiento
de bacterias fermentativas (bifidobacterias y lactobacilos) con efectos
beneficiosos. Las bifidobacterias no producen butirato pero estimulan el
crecimiento de bacterias productoras de este en el colon, como son las
bacterias. Además, los prebióticos actúan sobre determinadas funciones
intestinales reduciendo el tiempo de tránsito intestinal, al producir un
aumento del volumen del bolo fecal y del número de deposiciones. Esto es
debido a que los ácidos grasos de cadena corta (SCFA) se absorben
eficazmente y son utilizados por las células epiteliales del colon
estimulando la secreción de agua y de sales. Además, existen datos que
apoyan el hecho de que la ingesta de prebióticos podría reducir el riesgo de
padecer ciertas enfermedades intestinales tales como el síndrome de
intestino irritable y de enfermedades inflamatorias intestinales como la
colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y la pouchitis. El síndrome de
intestino irritable es un desorden funcional del colon que se manifiesta por
dolor abdominal, malestar, distensión, sensación de hinchazón, flatulencia
y cambios variables en la frecuencia y en la forma de las deposiciones.
Estudios recientes han descrito diferencias en la composición de la
microbiota intestinal entre pacientes con síntomas digestivos funcionales y
sujetos sanos, pero los resultados no son totalmente concordantes.

Estreñimiento, ritmo intestinal y salud colónica

Los prebióticos, en general, tienen un efecto positivo pero poco importante


sobre el número y cantidad de las deposiciones. Por el contrario la fibra
(especialmente la parte insoluble o escasamente fermentable) aumenta
modestamente (y significativamente) el número de deposiciones semanales
(de media 1,4-1,5 movimientos por semana). En el colon irritable los
trabajos publicados tanto con prebióticos como con fibra (mezcla o
preferentemente soluble) no permiten realizar recomendaciones ya que
aportan resultados contradictorios. Teóricamente y en algunos trabajos, su
empleo se ha asociado a un empeoramiento de los síntomas de flatulencia;
no obstante en otros estudios, la fibra (goma guar hidrolizada) parece
mejorar los síntomas y la calidad de vida en pacientes con colon irritable y
con síntomas predominantes tanto de diarrea como de estreñimiento

Como se ha comentado repetidamente, la utilización de prebióticos está


emergiendo como una terapia prometedora y bastante segura en diferentes
escenarios clínicos. Si bien parece demostrado, en base a la evidencia, su
eficacia en la prevención de la diarrea por antibióticos, en el resto de
campos son necesarios más trabajos para poder establecer recomendaciones
definitivas. En todos los casos son necesarios más trabajos mejor
diseñados, con mayor número de pacientes y randomizados. Además, en el
caso de pacientes agudos que requieren soporte nutricional serían
necesarias, además, comparaciones múltiples entre los tratamientos
habituales (Nutrición parenteral, Nutrición enteral con o sin
inmunonutrientes) y la Nutrición enteral (con o sin: probióticos,
simbióticos y/o prebióticos), asegurando una dosificación adecuada, para
poder hacer recomendaciones clínicas basadas en la evidencia.

LA INGESTIÓN DE LOS ALIMENTOS PREBIÓTICOS


La ingestión de alimentos prebióticos o probióticos debe hacerse en el
marco de una alimentación variada y equilibrada

Desde el punto de vista nutricional, desde hace unos años, se promocionan


suplementos o alimentos ricos en inulina u otros FOS por sus propiedades
prebióticas. Éstos llegan al colon intactos, porque resisten la hidrólisis
estomacal y la digestión en el intestino delgado. Allí, son fermentados por
la microflora colónica y dan lugar a ácidos grasos de cadena corta, que al
absorberse sólo aportan 1,5 kcal/g (de aquí su bajo valor calórico). Así, el
consumo de FOS además de no aportarnos muchas calorías tiene un efecto
prebiótico, porque modula la flora intestinal de forma beneficiosa. . Este
efecto tiene, a su vez, otras consecuencias fisiológicas, tanto en el colon
como sistémicas (tabla 3). Una de ellas es el efecto sobre la absorción de
minerales, como por ejemplo el incremento de la absorción de calcio y
magnesio, lo que repercute positivamente en la salud de los huesos y
dientes, entre otros. Sin embargo, estos efectos son muy controvertidos y
necesitan ser demostrados en estudios clínicos bien diseñados. En general,
se acepta que se debe consumir más de 2 g diarios de estos FOS para
percibir sus efectos prebióticos, lo que es difícil de conseguir con una dieta
convencional. Lo que sí está claro es que el uso de productos enriquecidos
no debería nunca sustituir el consumo de fibra contenida «naturalmente» en
frutas y verduras.

Los probióticos son diferentes ya que contienen organismos vivos,


generalmente cepas específicas de bacterias que se añaden directamente a
la población de microbios sanos en el intestino.

PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS: QUÉ SON Y CUÁLES


SON SUS DIFERENCIAS
La diferencia fundamental entre ambos es que los probióticos son
microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas
confieren un beneficio a la salud del consumidor; mientras que los
prebióticos son sustratos no digeribles, que estimulan el crecimiento o la
actividad de los microorganismos autóctonos, resultando un beneficio para
la salud.

Existe también diferencia en el uso de los mismos en función del objetivo


deseado o posibles beneficios que se pueden obtener.

¿Qué es un prebiótico?

Según la World Gastroenterology Organisation (WGO), los prebióticos son


sustancias de la dieta (que fundamentalmente consisten en polisacáridos y
oligosacáridos no amiláceos) que nutren a grupos seleccionados de
microorganismos que habitan en el intestino favoreciendo el crecimiento de
bacterias beneficiosas sobre las nocivas. Entre los prebióticos comunes
conocidos se encuentran: la oligofructosa, inulina, galactooligosacáridos,
lactulosa y oligosacáridos de la leche materna.
Además, para que un ingrediente alimentario o un alimento pueda
considerarse como prebiótico, debe cumplir una serie de requisitos tales
como: 

No ser hidrolizado o absorbido en el tracto gastrointestinal superior


(esófago estómago y duodeno) y, por lo tanto, ser resistente a la acidez
gástrica, a la hidrólisis por enzimas digestivas y no absorberse en el
intestino delgado.

Ser fermentado selectivamente por bacterias beneficiosas de la microbiota


intestinal

Ser capaz e inducir efectos fisiológicos beneficiosos para la salud.

El término prebiótico se refiere a los ingredientes de los alimentos no


digeribles que producen efectos beneficiosos sobre el huésped estimulando
selectivamente el crecimiento y/o actividad de un tipo o de un número
limitado de bacterias en el colon. Esta definición se solapa en parte con la
definición de fibra dietética, aunque añade la selectividad de los prebióticos
sobre ciertos microorganismos en concreto 

Alimentos prebióticos

En relación a los prebióticos, los más conocidos son los


fructooligosacáridos (FOS) y la inulina. Estos carbohidratos pueden estar
presentes de forma natural en alimentos tales como leche, miel, hortalizas y
verduras (puerro, alcachofa, espárragos, ajo, cebolla, achicoria…), frutas,
cereales (trigo, avena), legumbres y frutos secos de donde se pueden
extraer, aunque también pueden obtenerse por métodos químicos y
enzimáticos. 

Los prebióticos entre otras actividades, estimulan el crecimiento selectivo


de determinadas especies beneficiosas de la microbiota intestinal,
principalmente bifidobacterias y lactobacilos. Aunque se han demostrado
un gran número de efectos beneficiosos de los prebióticos, para evitar
efectos adversos hay que tener en cuenta un factor muy importante,
establecer una ingesta adecuada.

Existen en el mercado complementos alimenticios que cuentan en su


composición con microorganismos vivos (probióticos) y prebióticos. Estos
se denominan simbióticos ya que mezclan uno o más organismos
probióticos con uno o varios compuestos prebióticos. Su objetivo es
favorecer el desarrollo y la actividad de los probióticos y prebióticos que
los componen para potenciar sus propiedades saludables, generando un
efecto sinérgico entre ellos, más completo.

El farmacéutico es el profesional sanitario más adecuado para recomendar


el producto más oportuno dependiendo de los requerimientos y de las
características del paciente. Su consejo nos puede orientar para seleccionar
la presentación más adecuada (en comprimidos, sobres, etc.) y hacer un
correcto uso de los mismos. Existen complementos alimenticios que
incluyen entre sus

ingredientes la combinación de lactobacillus, bifidobacterias,


fructooligosacáridos y vitaminas del grupo B, que contribuyen al
mantenimiento normal de las mucosas como la digestiva, la protección de
las células frente al daño oxidativo y contribuye al funcionamiento normal
del sistema inmunitario. 

Actualmente se habla bastante de los probióticos y los prebióticos y de las


funciones que cumplen en nuestro organismo, no obstante para tener una
idea clara de los que realmente son es necesario saber primero que la
microbiota o flora intestinal y que función cumple, ya que los probióticos y
los prebióticos están estrechamente ligados a su funcionamiento y nivel de
estabilidad.

Los seres humanos no somos la excepción, ya que poseemos una flota


intestinal muy variada que empieza a conformarse cuando nacemos y que
cumple unas funciones muy importantes para el funcionamiento adecuado
de nuestro organismo; entre ellas:

● Regular la función metabólica.


● Evitar la penetración y anidación de bacterias y otros agentes patógenos a
nuestro organismo.
● Favorecer el adecuado funcionamiento de nuestro sistema inmune.
● Favorecer la angiogénesis intestinal.
● Mejorar la interacción entre el sistema nervioso central y el entérico.

Los prebióticos en cambio son sustancias sin vida, hidratos de carbono que
nuestro sistema digestivo no es capaz de digerir, pero que se constituyen
como una fuente de alimento que provee la energía que necesitan los
microorganismos que forman la flora intestinal, se les consigue también en
algunos alimentos que consumimos de forma regular.

Los probióticos consisten en microorganismos vivos que colonizan y


ejercen un efecto positivo en la microbiota del colon, mientras que los
prebióticos son compuestos no digeribles que sirven como alimento para
las bacterias «buenas» del intestino. Si te interesa saber más acerca de los
probióticos y los prebióticos, no dejes de leer esta guía.

¿ Cuáles son las diferencias de Probióticos?

Los probióticos son diferentes ya que contienen organismos vivos,


generalmente cepas específicas de bacterias que se añaden directamente a
la población de microbios sanos en el intestino. Pueden tomar probióticos
tanto a través de los alimentos como de suplementos. Probablemente el
alimento probiótico más común es el yogur.
El yogurt se obtiene fermentando la leche con diferentes bacterias que
quedan en el producto final. Otros alimentos fermentados por bacterias,
como el chucrut, la kombucha y el kimchi, también son buenas fuentes de
probióticos.

Los suplementos probióticos también contienen organismos vivos. Una


dosis única puede incluir una cepa particular de microbios o una mezcla de
microbios. Al igual que con los suplementos prebióticos, las compañías de
suplementos probióticos comercializan productos para afecciones
específicas, como el síndrome del intestino irritable.

Un dietista registrado puede ayudarte a analizar las fuentes de alimentos de


prebióticos y probióticos.

Por ejemplo, un tipo de bacteria que se usa comúnmente es el lactobacilo.


Pero hay más de 120 especies de lactobacilos, y al menos una docena de
ellos se utilizan como probióticos.

Lo que, es más, hay varios otros tipos de bacterias, cada una con docenas
de especies, lo que da lugar a una variedad impresionante de probióticos
disponibles. E incluso cuando se elige un tipo de bacteria, la cantidad en el
suplemento puede variar entre marcas.

Cuando tomes un probiótico, investiga la afección que deseas tratar y elige


el probiótico en función de esa afección. Además, ten en cuenta que aunque
un probiótico puede ser prometedor en el tratamiento de una afección, es
probable que la investigación se encuentre aún en sus primeras etapas.

Aunque el suplemento puede haber mejorado una afección en unas pocas


personas y en una circunstancia muy limitada, puede no tener la misma
eficacia en situaciones del mundo real. Como siempre, cuando consideres
tomar un suplemento, habla primero con tu médico.
CONCLUSIÓN
Los prebióticos son ingredientes alimentarios añadidos o presentes de
forma natural en los alimentos y que poseen efectos beneficiosos sobre la
salud por su capacidad de actuación en múltiples mecanismos: sistema
inmunitario, sistema gastrointestinal (mejora del tránsito y frecuencia de
evacuación), recuperación de infecciones, absorción de minerales como el
calcio o hierro, así como en la disminución de los niveles de colesterol y
triglicéridos. Pero también pueden producir ciertas reacciones adversas si
su consumo es inadecuado (excesivo). Todo lo anterior se ha ido
demostrando con el paso de los años mediante estudios in vitro e in vivo en
animales y humanos.

Además, se ha comprobado que el papel del farmacéutico sobre este tema


es fundamental, sin embargo, los conocimientos que poseen los
profesionales sanitarios, en especial los farmacéuticos son escasos y, por
ello cada vez es mayor el interés en desarrollar programas que ayuden a su
formación sobre este tema.
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