21-22 Historia de la Filosofía Tema 6: Santo Tomás de Aquino

TEMA 6: EL PENSAMIENTO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

1. DATOS BIOGRÁFICOS
Tomás de Aquino nace en 1224 en el castillo de Roccasecca, cerca de Nápoles. A
pesar de la oposición de su familia, que incluso llegó a raptarlo y encerrarlo en
Rocassecca para intentar disuadirlo, a los 20 años renuncia a su título nobiliario
e ingresa en la orden de los Dominicos. Al año siguiente se traslada a París para
continuar sus estudios. Allí recibió el apodo de “el buey mudo”, como le
llamaban sus compañeros por su gran tamaño y su silencio para concentrarse.
Entre 1248-1252 estudia en Colonia (Alemania), donde fue discípulo de Alberto
Magno. Tras graduarse en París, ocupa una cátedra como profesor y desarrolla
una intensa labor intelectual, en medio de polémicas. Después del 6 de diciembre
de 1273, él mismo dice que, después de una revelación que tuvo, “me parece paja
todo cuanto he escrito en mi vida, y por eso no puedo escribir más”. Murió en
marzo de 1274, cuando se hallaba de camino hacia el Concilio de Lyon.
La obra de santo Tomás de Aquino es ingente. Trabajador infatigable, se calcula
que escribió unas 1000 páginas al año. Entre sus obras filosóficas destacan
multitud de comentarios de las obras de Aristóteles, de Boecio; opúsculos
filosóficos como Sobre el ente y la esencia; y, sobre todo, la Suma Teológica y la Suma
contra los Gentiles, obras de carácter teológico pero que contienen gran parte de
su pensamiento filosófico.
2. ARISTÓTELES Y SANTO TOMÁS DE AQUINO
Tomás de Aquino, como filósofo, es un espíritu libre que demuestra curiosidad
y busca la verdad que cualquier doctrina filosófica pueda contener.
Como vimos en el tema anterior, el pensamiento en Occidente hasta el siglo XIII
se caracterizaba por el predominio absoluto de la filosofía de inspiración
platónica, a lo que contribuyó de un modo decisivo la obra de san Agustín.
En el siglo XIII Europa entró en contacto con la filosofía de Aristóteles, que se
traduce y se estudia en todas las universidades. Tomás de Aquino estaba
convencido de que el sistema de Aristóteles era, en líneas generales, compatible
con la fe cristiana y que, además, ofrecía una interpretación de la realidad en sí
misma valiosa. Las principales nociones de la filosofía aristotélica que incorpora
santo Tomás son:
Sobre la estructura de lo real (física)
• La teoría aristotélica del movimiento como el paso de la potencia al acto
• La composición hilemórfica (materia y forma) de las sustancias naturales
• La distinción entre sustancia y accidente

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• La teoría de las cuatro causas y la interpretación teleológica de la

naturaleza
Sobre Dios (metafísica)
• La demostración aristotélica de la existencia de Dios basada en el
movimiento
• La concepción de Dios como acto puro, inmutable y perfecto (aunque, en
la filosofía de Tomás de Aquino Dios crea el mundo y lo conoce, mientras
que en la de Aristóteles el mundo es eterno)
Sobre la antropología
• El hombre es una única sustancia. Tomás de Aquino no acepta el carácter
mortal que el alma tiene para Aristóteles
Sobre la ética
• El fin último del hombre es la felicidad, y el principio de la felicidad
consiste en la contemplación
• La naturaleza humana es el fundamento de la ley moral
3. EL CONOCIMIENTO. RAZÓN Y FE
Tomás de Aquino relacionó el conocimiento humano con la realidad y con la
verdad. De ahí que definiera la verdad como la adecuación de la cosa y el
entendimiento.
Además, tal y como habían hecho con anterioridad otros pensadores medievales,
reflexionó sobre las relaciones entre dos fuentes de conocimiento: la fe y la
razón, y llega a la conclusión de que fe y razón no se contraponen, ya que tienen
el mismo origen -que es Dios-.
Tomás de Aquino criticó la teoría de la doble verdad de Averroes. Dice el
Aquinate que la verdad de la fe y la de la razón son la misma; no se excluyen ni
se contradicen, porque “solamente lo falso es contrario a lo verdadero”. Por
tanto, no existen dos verdades (la de la razón y la de la fe), sino una única verdad.
Por tanto, fe y razón son modos diversos de acceso a la verdad, que pueden
ayudarse mutuamente. Santo Tomás de Aquino pensaba que no podía darse una
separación radical entre filosofía y teología, pero que valía la pena que la razón
realizase el esfuerzo de alcanzar todas las verdades de que fuera capaz, al margen
de la fe sobrenatural. Para Tomás de Aquino, la filosofía está al servicio de la fe,
pero no por eso deja de tener un sentido propio.
4. LA METAFÍSICA
Para Aristóteles, la metafísica era la ciencia del ser en cuanto ser e incluía a la
sustancia y a Dios como acto puro. Tomás de Aquino comienza su análisis de la
realidad a partir de los conceptos fundamentales de Aristóteles. Así, el rasgo que

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define al mundo que nos rodea es el movimiento, que definía como el paso de la
potencia al acto. Distingue dos tipos de movimientos (accidental y sustancial).
Además, asume la composición hilemórfica de la realidad de la materia. Ambas,
forma y materia son dos principios de la realidad.
La ontología tomista parte del hecho de la creación, un concepto desconocido
para la filosofía griega. Afirma que no es posible utilizar el término ser referido
unívocamente a Dios y a las criaturas, sino que hay que diferenciar entre:
• Ser necesario, que es el puro ser (Dios).
• Seres contingentes, que tienen el ser como recibido y que podrían no
existir (los seres creados)
La creación supone que las cosas dependen de Dios en su existencia y que, de
algún modo, participan de su ser. Los entes creados son imagen de él,
manifiestan su ser, reflejan su bondad, verdad y belleza.
El término participación se usa aquí en un sentido intelectual. Muchos seres
finitos pueden participar del ser sin que, por ello, este pierda un ápice de
plenitud.
De este análisis concluye que en los seres creados cabe distinguir la esencia (lo
que las cosas son) de la existencia (la actualización de su esencia). La existencia
no está incluida en la esencia (la esencia del “hombre” no cambiaría, aunque se
extinguiera la especie humana). Solo en Dios, acto puro, coinciden esencia y
existencia.
5. LA CUESTIÓN FILOSÓFICA DE LA EXISTENCIA DE DIOS
La honestidad intelectual de Tomás de Aquino, que reivindica una autonomía de
la razón, explica el planteamiento metódico que realiza sobre la existencia de
Dios. Al inicio de su obra más importante, la Suma Teológica, Tomás de Aquino
se hace tres preguntas:
• ¿La existencia de Dios es evidente?
• ¿Se puede demostrar?
• ¿Existe Dios?
Santo Tomás afirma que la existencia no es evidente para nosotros. Por eso,
rechaza el argumento de San Anselmo mediante el cual la existencia de Dios se
deriva del conocimiento perfecto de su esencia. Debemos demostrar su existencia
y solo se puede demostrar a partir de los efectos de la creación, que sí son
evidentes para nosotros.
Así, elaboró cinco posibles caminos (las famosas cinco vías) para demostrar la
existencia de Dios, que mantienen una estructura común:

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1. Punto de partida: un hecho de experiencia. Es decir, cada una de las vías

parte de algo que podemos observar.
2. Recorrido de la prueba:
o Aplicación del principio de causalidad al hecho de experiencia
o Imposibilidad de una serie infinita de causas (la causa debe ser
ontológicamente superior al efecto).
3. Conclusión: la causa primera no causada es Dios.
Las cinco vías tomistas son las siguientes:
• Primera vía: movimiento (motor inmóvil)
• Segunda vía: causalidad eficiente
• Tercera vía: contingencia
• Cuarta vía: grados de perfección
• Quinta vía: finalidad (orden del mundo)
Por último, una vez concluidas las pruebas de la existencia de Dios, Tomás de
Aquino se propuso explicar cómo es Dios, es decir, cuál es su naturaleza. Señala
que no podemos conocer perfectamente la esencia de Dios porque Dios es
infinito. Solo podemos conocer algo de su esencia partiendo de las criaturas. Así,
distingue dos caminos o vías:
• Vía negativa: excluir de Dios todo aquello que no se le puede atribuir. Por
eso dice Santo Tomás de Aquino “pues nos es más claro lo que él no es
que lo que es”.
• Vía afirmativa o de eminencia: Consiste en atribuir a Dios, en grado
máximo e infinito, todas las perfecciones que se descubren en las criaturas.
6. EL SER HUMANO
Tomás de Aquino entendió que el individuo humano es una unión sustancial de
cuerpo y alma. Sigue Aristóteles en la aceptación de la teoría hilemórfica y su
aplicación al estudio del ser humano. La principal diferencia es que Tomás de
Aquino afirma que el alma humana es espiritual, por lo que no depende del
cuerpo para existir; por esta razón, el alma humana es inmortal.
El alma es única, no hay varias almas en el hombre ni está dividida en partes,
como pensaba Platón. Está dotada de entendimiento y voluntad. En su actuar,
el alma humana está dotada de libertad, es decir, se determina racionalmente a
sí misma a obrar.
El alma existe por creación de Dios. No es eterna, sino que comienza a ser, tiene
un principio. Y, tras la muerte, el hombre está destinado a la vida eterna.

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7. LA ÉTICA
Tomás de Aquino sigue el camino de Aristóteles y propone una ética teleológica,
que desarrolla mediante tres conceptos:
• El bien y el fin, pues todo lo creado tiende a un fin o bien propio.
• La virtud, que es el camino que conduce al fin del ser humano.
• La ley u orden racional, que también es necesario para alcanzar ese fin.

7.1 ACTOS HUMANOS Y FIN ÚLTIMO

Santo Tomás señaló que el ser humano, a diferencia de las otras criaturas, es
capaz de encaminarse libremente hacia su fin. Gracias a sus facultades
intelectuales (inteligencia y voluntad) el hombre goza de libertad, es dueño de
sus actos.
Cada persona puede elegir encaminarse hacia el bien; pero no puede decidir lo
que es bueno, porque la bondad se corresponde con la naturaleza del ser
humano.
Teniendo en cuenta la realidad de la liberad humana, para explicar la acción del
hombre, Tomás de Aquino distingue entre:
• Actos del hombre: no dependen de su voluntad. Ej. La digestión
• Actos humanos: se realizan mediante la inteligencia y la voluntad. Son los
actos propios de la moralidad humana, ya que son los susceptibles de ser
juzgados como buenos o malos.
El fin último de los actos humanos es la consecución de la felicidad, es decir, de
aquello que se busca por sí mismo y no por otra cosa. Para Tomás de Aquino, la
felicidad perfecta y verdadera es un fin sobrenatural, que excede las fuerzas
naturales del hombre y está reservada para después de la muerte. En la tierra solo
se puede alcanzar una felicidad imperfecta.
¿Cómo se puede alcanzar la felicidad? Mediante los actos libres que el hombre
realiza y gracias al auxilio de la ley, la virtud y la gracia.

7.2 LA LEY
Tomás de Aquino define la ley como una ordenación de la razón, dirigida al bien
común de una comunidad, y promulgada por una autoridad legítima. Distinguió
tres tipos de ley:
• Ley eterna: gobierno de la razón divina sobre el universo;
• Ley natural: es la ley eterna referida al ser humano, que participa de ella;
• Ley positiva: es la promulgada por quien tiene a su cargo la comunidad
(o por Dios cuando interviene en la historia, como en el caso de la ley
entregada a Moisés).

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Santo Tomás señaló tres tipos de preceptos de la ley natural, entendiendo por
precepto un mandato que ha de ponerse en práctica:
• Primer precepto: “El bien ha de hacerse; el mal ha de evitarse”.
• Preceptos comunes: dependen del primer principio. Hay varias clases:
mantener el ser y conservar la vida; transmitir la vida; buscar la verdad
sobre Dios y sobre uno mismo, la vida en sociedad. Esto tiene como
consecuencia que la ley natural manda honrar a Dios y respetar a los
demás.
• Preceptos secundarios: se apoyan en los principios comunes y son más
difíciles de conocer con certeza por parte de la razón humana.
Además, Tomás de Aquino afirma que la ley natural tiene las siguientes
propiedades:
• Indeleble: no se puede borrar del corazón humano
• Inmutable: no se pueden modificar)
• Universal: los preceptos generales tienen validez para todos los hombres
en todo tiempo y lugar

7.3 LAS VIRTUDES

Junto con la ley, también las virtudes encaminan al ser humano al fin último. No
basta conocer el bien para obrar el bien: son precisos los hábitos buenos o
virtuosos. De acuerdo con Aristóteles, santo Tomás definió la virtud como un
hábito bueno adquirido, operativo y voluntario, que perfecciona al sujeto.
Tomás de Aquino acepta la división aristotélica entre virtudes intelectuales y
morales. De estás, trata las cuatro virtudes fundamentales: prudencia, fortaleza,
templanza, justicia. Además, añade otras virtudes como la religión y la humildad.
Las virtudes están íntimamente relacionadas con la ley natural. Por eso, los
actos virtuosos no pueden ser contrarios a la ley natural ni a los mandatos. Por
eso, la perfección moral es tanto el cumplimiento de los mandatos como el
perfeccionamiento propio a través de la virtud.
8. LA POLÍTICA
Tomás de Aquino asume la idea aristotélica de que el ser humano es un ser social
por naturaleza. Por eso, es necesario que exista un gobierno que dirija la sociedad
hacia el bien común. Pero, añade la idea de que el fundamento último de la
realidad es Dios, ya que éste ha sido creado por Él.
En este sentido, expone que el fin del Estado consiste en procurar que la vida de
los ciudadanos sea buena para que puedan alcanzar la felicidad.
Asimismo, meditó sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, tema habitual
en el pensamiento político de su época. Defiende que el Estado debe gozar de

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autonomía respecto del fin natural, pero debe subordinarse a la Iglesia en lo

relativo al fin sobrenatural.
Por eso, no todas las formas de ejercer el poder o el gobierno son correctas. Santo
Tomás rechazó el gobierno despótico y arbitrario, por dos motivos:
• Porque se aleja del fin propio del Estado, que es el bien común de los
ciudadanos
• Porque sus leyes se alejan de la ley natural.
Para Tomás de Aquino, la autoridad de los gobernantes proviene de Dios a través
del pueblo, pero, si abusan del poder, se convierten en tiranos. Existe el derecho
a deponer al tirano si hay garantías de que no se producirán males mayores.
En cuanto a las formas de gobierno, santo Tomás recoge la división aristotélica
que distinguía tres buenas -monarquía, aristocracia y democracia- y tres malas -
tiranía, oligarquía y demagogia-.